Como mitología se denomina el conjunto de mitos propios de un pueblo o cultura. La
mitología, en este sentido, está constituida por el conjunto de relatos y creencias, relativamente cohesionados, con los cuales un pueblo se ha explicado tradicionalmente a sí mismo su origen y la razón de ser de todo lo que le rodea.
Ejemplos de mitos de Panamá:
LA SILAMPA: es un ser legendario de Panamá. Es descrito como una
criatura similar a un fantasma con la forma de una sábana blanca que sobrevuela los diferentes caminos, despoblados y campos, confundiéndose con la niebla. Se dice que puede crecer hasta varios metros de altura. Igualmente se dice que en ocasiones puede tomar la apariencia del espectro de una mujer con túnica blanca. Aparecería cuando la niebla fuera espesa, asustando a cualquier persona o animal que se atreva a rondar sólo en las noches; pero si se tiene la mala suerte de encontrarla hambrienta, los acecharía y los atraparía envolviendo a su presa y devorándola hasta dejar solo los huesos.
LA MUJER EMPOLLERADA: Se cuenta que esta mujer
empollerada, muy hermosa, se les aparece de noche en los caminos a los hombres imprudentes que vienen tarde de los bailes y fiestas del pueblo. Cuando un campesino borracho se la topa, esta pide que la lleven en su caballo, si el ingenuo la monta en el anca y se la lleva pensando que es su noche de suerte, pero es la sorpresa del borracho que la bella mujer se transforma en un horrible esqueleto empollerado que le hace pasar el susto de su vida y de seguro que jamás saldrá tarde de un baile, o más aun, jamás irá a alguno.
LA PAVITA DE TIERRA: Hace mucho tiempo atrás vivía una
muchacha que a pesar de su corta edad tenía el vicio de fumar, era tanta su adicción que tenía preocupados a sus padres. El padre de esta muchacha sin saber hacer amenazó a su hija con golpearla si volvía a verla fumando, Pavita, que así le llamaban, se asustó y no volvió a fumar por un tiempo. Pero era tanta su ansia de tabaco que Paula, que en verdad era su nombre, empezó a recoger en el día todas las pavitas y las ocultabas debajo de una piedra cerca del fogón y en las noches se las fumaba sin que su padre se diera cuenta. Paso algún tiempo hasta que su padre la sorprendió y fue tanta su indignación y coraje que sin pensarlo la agarró a garrotazos y la mató. Desde ese instante el espíritu de Paula comenzó a vagar por todos los montes, por todos los campos, por todos los potreros, asustando a los animales y a la gente. en la noche que recuerda sus pavitas, entona un canto, una especie de zumbido molesto y persistente. Entonces no es posible levantar ninguna piedra que se encuentra cerca del fogón. Paula cree que le van a cogerle sus pavitas y mata al imprudente. Los campesinos que los saben quedan quietos en sus sitios sin atreverse a encender su pipa con los tizones del fogón cuando sienten la aproximación de la Pavita.
EL CHIVATO: es el nombre que en Panamá le ponen a lo que en
otros países directamente se conoce como el Diablo, el mismo cuenta con patas de cabra mientras que tiene cuerpo de persona, pueden fácilmente engañar a todos cuando lo desea, se lo llama el maestro del engaño y esta vendría a ser su forma original, pero él puede ser visto de muchas maneras, en algunos países lo conocen como un perro negro, no es difícil cambiar de forma siendo el mismo Diablo. Siempre que alguien se encuentra en su camino con el chivato que puede llegar a estar en cualquier parte, el mismo tiene un fuerte olor a azufre que sale de donde vive, el tema es que solamente con olerlo ya se está cerca, cuando camina sus patas van fuertemente contra la tierra que pisa y allí nada vuelve a crecer, ninguna planta lo hace porque es la muerte, nada con vida resiste su pasar. Estando por el campo lo peor que puede pasar es que oigan al Chivato fuertemente dar un alarido porque ese será el final. Lo oye, así es su forma de anunciarse, a veces se lo ve como persona, otras como animal, pero siempre es el mismo, no ataca a las personas de ninguna manera cuando está de frente, la única forma en la que llegaría a atacar es mordiendo la nuca por detrás, ya que también este demonio simboliza la traición en todos sus aspectos.
EL PADRE SIN CABEZA: Cuenta la leyenda que por las noches
aparece de la nada el fantasma de un sacerdote (o bien, un fraile o monje) católico, vestido con el hábito usual de su orden o con sotana, pero con la particularidad de que no tiene cabeza, por lo que causa terror y pánico entre la gente. Algunas versiones de la leyenda del sacerdote sin cabeza coinciden en que el personaje se trataba de un cura católico cuyo comportamiento no era el adecuado para una persona de su investidura, quien, como castigo por sus actos, fue decapitado, o bien, se trataba de un sacerdote que fue injustamente decapitado por sus enemigos, tras lo cual su fantasma se aparece deambulando por las noches, ya sea por las calles o en ermitas, iglesias y otros recintos religiosos, buscando desolado su cabeza, espantando a los pecadores, o como mudo testigo que reclama justicia por su muerte. También se dice que en algunas ocasiones se aparece en el interior de recintos religiosos celebrando misas, o bien, en el interior de algunos locales como antiguos colegios o edificios donde se rumora que ha muerto un sacerdote en extrañas circunstancias. Finalmente, otra de las características de estos fantasmas es aparecerse en sitios donde se guardan tesoros, que los espectros cuidan celosamente hasta que aparezca alguno con la valentía suficiente para reclamarlos.
EL FANTASMA DEL CANAL DE PANAMÁ: Uno de los obreros
que realiza el mantenimiento de los túneles que se encuentran bajo el Canal de Panamá decidió descansar un rato luego de haber terminado sus tareas. Puso un tablón sobre dos bloques de hormigón y se echó a dormir. Pero no pudo hacerlo durante mucho rato ya que lo despertaron gritos y lamentos en diferentes idiomas. Estos pertenecían a las diferentes personas que habían ayudado a construir el canal. Sus fantasmas merodean en ese lugar luego de haber muerto allí debido a las arduas condiciones de trabajo. Ellos permanecen acechando en los túneles a los trabajadores de mantenimiento actuales, que no pueden hacer nada por liberarlos.
LA TULIVIEJA: Cuenta la leyenda de Panamá que hace mucho
tiempo, cuando los espíritus aún convivían abiertamente con los humanos, uno de ellos sedujo a la chica más bella de la comarca. Al poco tiempo la chica quedó embarazada y de ese amor prohibido nació un bebé al que su madre ahogó en el río justo después de nacer y así poder ocultar su pecado. A pesar de sus acciones no pudo librarse del castigo Divino, fue convertida en un monstruo horrible con la cara llena de unos agujeros de los que salen largos pelos duros como cerdas, porta un sombrero de alas caídas llamado tule (con forma de plátano), tiene alas cortas pero poderosas, a veces de ave y a veces de murciélago, pero lo más característico serían sus patas y garras de águila o gavilán, en lugar de piernas, que dejan huellas invertidas, para que nadie pueda seguirla. Se alimenta de carbones y cenizas, por eso pueden encontrarse sus huellas en fogatas recién apagadas. Las noches de luna llena, recupera su forma original y se le puede ver, bellísima, bañándose en el agua. Sin embargo, al menor ruido recupera su horrible forma y vuelve a ser la Tulivieja. La Tulivieja está condenada a buscar a su hijo muerto por toda la eternidad, llamando a su bebé emitiendo un sonido parecido al de las aves y por eso vaga por las orillas de los ríos, con los dolorosos senos rebosantes de leche siempre listos para alimentar al bebé que nunca encontrará, en su lugar alimenta a cualquier bebé que encuentre en su camino es precisamente por eso que se aparece en los poblados rurales, atraída por el llanto de los recién nacidos o el aullido de los perros, que confunde con el hijo extraviado. EL PENITENTE DE LA OTRA VIDA: Este fantasma suele aparecer en las Pascuas, más precisamente el Viernes Santo. Los feligreses en Panamá suelen acercarse a la iglesia en ese día y muchos informan haber visto un hombre que carga una pesada cruz. Todos describen su aspecto como demacrado y extremadamente cansado. El hombre, llega hasta la puerta de la iglesia, pero jamás pone un pie en su interior. Las personas lo han invitado a entrar, pero jamás contestó una palabra. Luego de esta extraña procesión se dirige hacia el cementerio, con la cruz a cuestas, donde su figura se desvanece.
LA NIÑA ENCANTADA DEL SALTO DEL PILÓN: Los
conquistadores españoles se embarcaron a lo largo del Río Perales en busca de oro. En determinado lugar sus guías indígenas se negaron a seguir. Es que, en ese sitio misterioso, según la leyenda, aparecía el espíritu de una hermosa mujer desnuda, que acicalaba su cabello con un peine de oro. Ella solía preguntarles a los hombres si la preferían a ella o al peine de oro. Los que escogían la última opción se desvanecían en el instante. Los españoles no creyeron en sus palabras y continuaron su camino hasta que la hallaron. El jefe de la expedición, que ya estaba al tanto de la leyenda, cuando ella le hizo la pregunta, le respondió que la escogía a ella. La mujer le dijo que se había salvado y se adentró en el río. El jefe, cegado por su belleza, la siguió y se ahogó.
DUENDES: Mucho se oye hablar de los duendes, se dice que ellos se
llevan a los niños sin bautizar en un abrir y cerrar de ojos. Según la creencia de la gente en los pueblos y comarcas, los duendes son malos espíritus, son unos enanos que tienen los pies al revés, andan vestidos de rojo y caminan en fila india, siempre en grupos de cinco. Se les describe como seres traviesos, astutos, de agilidad prodigiosa, burlones y de inteligencia superior. Aparentemente, con sus actos y hechos sencillos, son inofensivos. Pero una cosa es oír relatar las travesuras y jugarretas de los duendes y otra, es ser víctima de su puntería o tirria. Su hora de salida es entre las ocho y nueve de la mañana de cualquier día. Se dice que los duendes son invisibles para los ojos de los adultos, sólo los niños pequeños y los mudos los ven y del miedo se ponen a llorar. Por eso las personas advierten nunca dejar a un niño solo porque los duendes se lo roban, se lo llevan a la montaña y lo convierten en duende si no ha sido bautizado, aunque también se piensa que los duendes se llevan a los niños ya bautizados para perderlos en las montañas. Físicamente los duendes son como del tamaño de un niño de cinco años, pero con cara de viejos. Son morenos, de pelo corto y liso. A ellos también les gustan las muchachas jóvenes sin casarse a quienes incluso las invitan a que se queden a vivir con ellos.