Quedando claro con anterioridad que el testamento es un acto jurídico o que

expresa la voluntad del testador para después de su muerte, voluntad que debe
exteriorizarse para poder conocerse; de ahí la necesidad que tal exteriorización
adopte una forma determinada.
Como acto que producirá sus efectos después de la muerte del autor, el
testamento requiere rodearse de seguridades que garanticen la expresión exacta
de su voluntad, pues no será posible que hayan aclaraciones o rectificaciones en
el momento de su aplicación. Por eso se ha exigido desde la antigüedad, una
forma estricta, que la técnica jurídica considera como elemento de existencia, lo
que hace del testamento un acto jurídico solemne.
Lo que significa que la forma de otorgar testamento deberá considerar todos los
requisitos esenciales que la ley establece; de lo contrario, el testamento es
inexistente o nulo; pues el testamento (testar) implicara una solemnidad y sin ella
no puede existir o surtir efectos.
La ley establece ciertas formas obligatorias para que la voluntad puede producir
efectos jurídicos como en el caso del testamento. La Legislación mexicana regula
toda una clasificación de testamentos que, sólo al reunir dichas formalidades que
la ley exige para cada tipo, llegan a existir como tales. No importara que la
voluntad sea expresada en forma indubitable; pero si no se le dan las formas
expresamente establecidas, no será considerado testamento. Así, un escrito
privado realizado ante testigos, una declaración ante autoridad judicial o
administrativa, pueden dar certeza de los deseos del autor, pero no constituirán un
testamento.
La solemnidad entonces demanda que la manifestación de la voluntad del autor
sea expresa, pero además debe ser clara, por lo que se prohíben los monosílabos
como contestación a las preguntas formuladas al testador; la reducción de las
cláusulas del testamento deberán ser hechas por escrito, por el notario; la lectura
se efectuará también en voz alta por el notario, así como la manifestación de
conformidad del autor; la expresión de la voluntad y la forma del testamento se
realizará en un solo acto, ante el notario público y los testigos, y el testador puede
obtener testimonio del acto.
La omisión de cualquier de los requisitos son causas de inexistencia del
testamento, y son causas de nulidad aquellas que vician el acto; amenazas, dolo,
fraude
Desde luego que toda persona capaz de celebrar actos jurídicos puede hacer su
testamento, a excepción de quienes por ley tiene prohibido el ejercicio de ese
derecho. Asi mismo todas las personas pueden heredar, capaces e incapaces,
incluido el hijo póstumo.
La legislación mexicana clasifica el testamento en cuanto a su forma y los divide
en ordinario y extraordinarios (o especiales), a pesar de que en la práctica actual,
con excepción del testamento público abierto y el testamento público simplificado,
las demás formas han caído en desuso, ya que desde hace mucho tiempo son
poco recurrentes.
Testamentos ordinarios: son aquellos en los que cualquier con capacidad
jurídica plena y aptitudes físicas normales pueden otorgar una herencia o legado;
por lo tanto, cualquier persona en condiciones normales puede manifestar su
voluntad de disponer para después de su muerte. En su mayoría, dichos
testamentos pueden ser público abierto, publico cerrado, ológrafo. El código civil
para el D.F también regula dentro de este grupo el testamento público
simplificado.
Estos tipos de testamentos pretenden garantizar la autenticidad de la voluntad y el
secreto de la disposición cuando así lo desea el testador. En ellos se requiere la
presencia de funcionarios públicos expresamente autorizados en razón de su
cargo, para dar el otorgamiento.
.Testamento público abierto: Es realizado ante notario público, y se asienta en el
protocolo notarial. En este tipo de testamento la designación de público no se
refiere a que el acto sea público o no, si no al contenido de la disposición
testamentaria. El testador expresa su voluntad al notario, quien la trasncribe, y en
voz alta, dará lectura de las cláusulas ante el testador, para que éste manifieste
expresamente su voluntad.
Testamento publico. cerrado. Es el testamento que el testador redacta
personalmente, firma al calce y rubrica todas las hojas, o es redactado por otra
persona a su ruego, quien firmará y rubricará. Se presenta en sobre cerrado al
notario en presencia de tres testigos.
El testamento publico simplificado, obliga a los legatarios del inmueble a
proporcionar alimentos a los acreedores cuando los haya; por otra parte, no le son
aplicables las reglas que establecen la prohibición para sacar bienes determinados
de la masa hereditaria antes de formar el inventario que condiciona la entrega,
previa al otorgamiento de garantía suficiente, para el pago de gastos y cargos de
la herencia.
Testamento ológrafo. Es el escrito de puño y letra del testador, este testamento
sólo puede ser otorgado por personas mayores de edad y no puede ser escrito por
ninguna otra persona; por lo mismo, quien no sepa o no pueda escribir no puede
otorgarlo.
Los testamentos especiales es aquel que se permite solamente en casos de
excepción, en casos de apremio posible en que no es posible el otorgamiento de
un testamento con las solemnidades y ante el notario o testigos de ley, como el
caso de los ordinarios, haciendo que su eficacia sea restringida en cuanto al
tiempo.

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