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EL LIBRO SECRETO DEL

MAGO ANGÉLICO
Ángel Luis Hernández

Primera
edición: Agosto 2019
© Derechos de edición reservados.

Azur Grupo Editorial. www.azureditorial.com info@azureditorial.com Colección: Narrativa


©ÁngelLuisHernández

Edición: Azur Grupo Editorial Corrección: Rodri Vaz Cano


Maquetación: Silvia Martínez Gil Diseño de portada: Silvia Martínez Gil Imagen de cubierta: Fotolia.es

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IMPRESO EN ESPAÑA - UNIÓN EUROPEA


“Como todos los actos del universo, la dedicatoria es un maravilloso acto
mágico.

Papás, Antonio y Virtudes, No os imagináis lo que habéis conseguido.


Alguien como yo, que tenía todas las papeletas de irse por el camino que no
debía, ha acabado yendo por el camino que pocas personas van”.

¿Qué tal si durmieras, y que tal si,


estando durmiendo soñaras?
¿Y que tal si, en tus sueños volaras al cielo y de allí trajeras una rara y bella
flor? ¿Y qué tal si. al despertar
tuvieras esa flor en tu mano?
¿Qué pasaría? Autor “Merín”

El secreto del Mago Angélico no es más que el resultado de una búsqueda


incansable de querer, saber, conocer y practicar para entender. Todo comenzó
cuando estaba trabajando en mi libro personal de magia, con nuevos rituales
y fórmulas angélicas, cuando de pronto empecé a recordar lo duro y difícil
que ha sido llegar hasta aquí, la de búsquedas de respuestas a tantas
cuestiones que no sabía ni conocía. Desde siempre he creído en el mundo
angélico; ya desde muy pequeño mi madre me había enseñado a rezar el
«Padrenuestro» y el «Ángel de la guarda». Siempre se me había presentado
como al mejor amigo que va conmigo y con el que puedo jugar y contarle
todos mis secretos, aquel al que antes de salir de casa tenía que llamar con la
oración del ángel de la guarda para que fuese conmigo protegiendo y
cuidándome a lo largo de todo el día.

Me he criado en una familia católica, he ido a un colegio religioso y siempre


he sentido eso que denominamos «la llamada», aunque uno siempre la quería
acallar porque da bastante miedo. A los diecinueve años decidí entrar a
formar parte de una congregación religiosa en la que reconozco que fui muy
feliz y aprendí mucho. Verdaderas experiencias de vida se podrían decir.
Diez maravillosos años con todo lo bueno y no tan bueno que tiene ese estilo
de vida.

He de reconocer que, tanto en el colegio como en la vida diaria y cotidiana, e


incluso cuando estudiaba Filosofía y Teología, poco se hablaba de los
ángeles; era como hablar de la parte más infantil y fantasiosa del mundo
católico. Pero yo seguía teniendo una gran debilidad por estos maravillosos
seres, tanto, que desde muy joven han formado parte de mi día a día. Por mi
vida han pasado todo tipo de personas que me han marcado de una forma u
otra y de las que he podido aprender a ver a Dios en todas las cosas y
personas que me rodean.

Hace ya algunos años en los que andaba un poco perdido y en busca de mi


verdadero yo. Alguien me habló de los Registros Akáshicos y allí que me fui
a preguntar y saber qué estaba sucediendo con mi vida, el por qué me estaban
pasando las cosas que me pasaban al igual de cuál era el propósito de mi
existencia…

Creo que de ahí vino una gran reflexión e incluso la motivación para volver a
encontrar mi camino. Hace ya muchos años que me encontré con unos
rituales Angélicos y me llamaron mucho la atención; tardé mucho tiempo en
realizarlos, ya que me daban mucho respeto, pero cuando lo hice por primera
vez, fue tal la experiencia que viví que cambió mi vida. Empecé a investigar
y buscar en las bibliotecas eclesiásticas, pero poco pude encontrar allí. Más
bien fue a través de Internet donde empecé a encontrar respuestas…
Posteriormente, empecé a leer muchos libros sobre ángeles, pero no
encontraba dónde ni con quién compartir esta inquietud ni las experiencias
vividas.

Yo no hacía más que pedirle a Dios y a los ángeles que pusieran en mi


camino a personas con las que poder compartir y vivir estas experiencias. Y
como dice aquel refrán: «Cuando el alumno está preparado aparece el
maestro». Empecé a conocer y coincidir con personas muy sensibles al
mundo espiritual, comencé a ir a charlas, cursos y grupos que hablábamos del
mundo espiritual como algo normal que forma parte de nuestra vida.

Por eso he querido organizar y reagrupar todos estos escritos, sobre lo que es
un mago angélico, claro está, desde mi propia experiencia y vivencias. He de
reconocer que he tenido mucha ayuda de los ángeles a la hora de plasmar y
organizar estos escritos, ya que muchas veces me ponía a escribir y cuando
leía lo escrito no lo podía reconocer como propio, sino inspirado por ellos.
Espero que disfrutes y te ayude a encontrar o redescubrir al Mago/a que hay
dentro de ti. Vas a encontrar todo tipo de herramientas que son necesarias
para practicar la magia, rituales, proclamas, etc. Aunque no has de olvidar
que todo este material está dispuesto para que puedas crear tu propio libro
Angélico.

Nunca olvides que todo aquel que practica la magia ha de respetar estas
cuatro normas fundamentales: Querer, Saber, Osar y Callar.
Nunca te canses de soñar porque los Milagros acontecerán, uno tras otro, y
las maravillas nunca cesarán porque todas nuestras expectativas son para
bien. Nunca olvides que la verdad reside en tu interior.

Querer, Saber, Osar y Callar:


Estos son los cuatro pilares del iniciado en Magia Angélica, estos son los
pilares en los que si falta alguno de ellos su ausencia entorpece enormemente
el camino de todo sendero iniciático, este axioma de cuatro palabras será el
que encontrarás en muchos templos.
Está en nuestra esencia el hecho de querer, de desear, de conseguir metas,
posesiones, enseñanzas, relaciones…
Y podemos escuchar a menudo cómo nos dicen «Querer es Poder», «si
quieres, puedes…», y aunque es cierto, se olvidan de poner un par de
palabras a dicha oración…
Este es el gran secreto de la «magia».
Para obtener lo que queremos, hay que unir la palabra querer al resto de las
palabras que forman la poesía de los magos, esto es «querer, saber, osar y
callar», con las cuales se pueden formar las distintas combinaciones:
Saber querer; querer saber; osar saber; saber osar; saber callar; querer osar;
querer callar; osar querer; osar callar; saber saber; querer querer; osar osar.
Para saber querer es necesario tener muy claro qué es lo que se desea
conseguir, y situar este objetivo en un alto lugar de nuestra escala de valores,
con el fin de tener la motivación adecuada, que es de donde se toma la fuerza
para querer.
Querer: Comienza cuando el ser humano siente inconformidad dentro de sí y
por todo lo que le rodea. Anhela algo superior que no sabe dónde está y lo
busca.
Querer consiste en indagar en lo que en verdad se desea; en el saber discernir
que eso no está en lo material y externo del mundo, sino dentro de uno
mismo.
La búsqueda en lo que no se ve, hace de ese «querer» una meta y, día tras día,
se acrecienta hasta encontrar su origen: la Luz infinita del «Yo Soy».
Saber: Al «querer» uno se encuentra de repente, dentro de sí mismo.
Entonces hallas tu ubicación perfecta en la luz, la que te corresponde por
derecho de conciencia y logros del pasado; de manera que allí vas
despertando a lo espiritual.
Poco a poco, entiendes quién eres y por qué estás en la Tierra. Conoces los
dones y atributos del poder que tienes. Sabes que, por medio de la Divina
Presencia, puedes ser un creador consciente y manifestar perfección. De
forma gradual, tu mente se ilumina y logras entender cuál es tu servicio por
cumplir en este plano.
Osar: Unidos a querer y saber, el ser humano se encamina hacia la Luz.
Entonces, al haber crecido espiritualmente y estar fortalecido, se atreve a
osar. Osar consiste en ser parte de Dios en acción, atraer con seguridad y alta
conciencia. Cuando uno sabe que es un instrumento del Yo Soy y que la
divinidad manifiesta su poder a través de uno mismo, sus logros son mayores
cada día.
La impersonalidad y la aceptación de la Divinidad en uno mismo es la clave
del osar. Entonces lo divino se manifiesta a plenitud y no hay nada que no
pueda ser concedido.
Callar: En la unión del querer, saber y osar, callar significa la humildad, el
amor hacia lo que se está manifestando.
En algunos logros, hay que callar por varias razones: para que la energía de la
creación no se disperse y todo se pierda, se «desinfle».
En otros casos, hay que callar para que la parte humana no intervenga, ni se
atribuya méritos que no le pertenecen. Muchas veces, se debe esperar a ver la
manifestación y dejar que sea la presencia quien hable.

«Dentro de todo hombre y toda mujer hay una fuerza que dirige y controla
todo el curso de nuestra vida.
Usada apropiadamente, esta fuerza puede curar toda aflicción y todos los
males a los que se halla expuesta la humanidad».
(Israel Regardie, el arte de la verdadera curación).
ÍNDICE

Presentación:
Querer, Saber, Osar y Callar: Introducción:

Capítulo 1:
Quiénes son y cómo se organizan los ángeles: El ángel de la guarda en la
Biblia y en el cristianismo: Ángeles especialistas:
¿Qué enseña la Cábala acerca de los ángeles? Los Seres queridos que ya no
están con nosotros. Los maestros que han ascendido a los cielos.

Capítulo 2:
Magia Angélica:
Qué es un mago Angélico.

Capítulo 3:
La importancia de la Luna en la magia Angélica.

Capítulo 4:
Principios esenciales de la Magia Angélica: Código ético del Mago Angélico.
En principio hay tres tipos de magia. Tres formas de practicar la magia.

Capítulo 5:
Santos y patronos:
Novena a los tres santos Guías Custodios. Los votos.
El santoral.

Capítulo 6:
Dignificación del Mago Angélico: Propósito de la teúrgia.

Capítulo 7:
El Altar Angélico:
Dónde colocar mi altar.
Elementos básicos que ha de tener un altar.

Capítulo 8:
Trabajar con los ángeles:
Los once pasos para trabajar con los ángeles. Como se manifiestan los
ángeles.
Pasos para una comunicación efectiva con nuestro ángel. Oración del Perdón.
4 formas de recibir mensajes de los ángeles.
Capítulo 9:
Las 5 herramientas del Mago.
Capítulo 10:
Aceites esenciales.
Capítulo 11:
Inciensos para rituales de Magia Angélica.

Capítulo 12:
Las Velas:
Consagración de una vela.
Licnomancia. El arte de leer las velas. Ritual de la Licnomancia.

Capítulo 13:
Limpieza emocional antes de empezar a trabajar: Meditación.

Capítulo 14:
Diario Angélico:
Cómo estructurar mi diario Ángélico.

Capítulo 15:
Talismanes y Amuletos Angélicos.

Capítulo 16:
Las cartas de los Ángeles: Piedras de comunicación.

Capítulo 17:
Cómo preparar los Rituales Angélicos: Las normas de obligado cumplimiento
son: Preparación del Ritual.
Visualización.
Problemas y soluciones.
Consecución de un ritual.
Afirmación.
Invocación.
Pedido o mandato.
Sellado del mandato.
Recepción del mensaje angélico.
Agradecimiento y despedida.
Capítulo 18:
El círculo de protección: Plegarias.
Afirmación personal. Bendición del agua.

Capítulo 19:
Cómo podemos comunicarnos con el ángel guardián. Principios
fundamentales.
La visualización creativa.
Creencias para vivir en armonía.

Capítulo 20:
Oraciones y decretos del Mago Angélico:
Capítulo 21:
Rituales Angélicos:

INTRODUCCIÓN

Antes de comenzar a buscar las distintas formas de comunicarnos con los


ángeles y de adentrarnos en lo que denominamos «Magia Angélica»
necesitamos entender quiénes son los ángeles.

La palabra Ángel, procede del griego «angelos», que significa «mensajero de


Dios». Prácticamente todos los sistemas de creencias y religiones tanto de
Occidente como de Oriente incorporan a unos seres llamados ángeles,
fravashi, Peri, Anamachara o Debas… a quienes el Ser Supremo (Dios) envía
para realizar misiones especiales con nosotros, los hombres y mujeres de la
Tierra.

El diccionario lo redacta así: «son seres inmateriales, espíritus puros,


intermediarios entre el hombre y Dios, que se hallan siempre a nuestro lado,
con la tarea de guardarnos y guiarnos». Como grandes mediadores entre
nosotros y Dios, pueden ejercer la magia sobre nosotros. Han formado parte
de nuestro sistema de creencias de la humanidad desde hace más de 7000
años.

Según escribió santo Tomás de Aquino en el siglo XIII: «Los ángeles


trascienden toda religión, toda filosofía, todo credo. De hecho, los ángeles
carecen de religión tal como la conocemos; su existencia es anterior a
cualquier sistema religioso que haya existido en la Tierra». Y hace unos
trescientos años, Juan Calvino, líder religioso de la rama protestante y
teólogo de origen francés, también escribió: «Los ángeles son los
dispensadores y administradores de la beneficencia divina respecto a
nosotros; cuidan de nuestra seguridad, acometen nuestra defensa, dirigen
nuestra conducta y ejercen una solicitud constante para que no nos
sobrevenga mal alguno». Pero como bien advierte santo Tomás de Aquino:
«¡No siempre el hombre hace o elige lo que su ángel guardián pretende!».

«Los ángeles fueron creados por Dios para relacionarse con la humanidad,
mientras que la humanidad creó las religiones para relacionarse con Dios».

Nota: El mago, siendo un profeta, no tiene género. Es solo una imperfección


del idioma que convierte al mago en un «él» (como lo hace también con los
vocablos Dios, sabio, mentor y muchos otros que están más allá de lo
masculino o femenino). A falta de un término neutral, deseo aclarar que la
palabra mago se refiere aquí tanto a las mujeres como a los hombres. Vale la
pena reconocer que, en nuestra sociedad, han sido las mujeres quienes más
pronto han acogido el retorno de lo mágico.

CAPÍTULO 1
¿QUIÉNES SON Y CÓMO SE ORGANIZAN LOS ÁNGELES?

Vamos a profundizar un poco en la gran organización que tienen estos


maravillosos seres de Luz. Se entiende que los ángeles son seres celestes que
ayudan y adoran a Dios. Pero no constituyen un bloque uniforme, sino que
son un conjunto de seres diferenciados que se rigen por una estricta jerarquía.
De la jerarquía angélica se ocuparon tanto los textos bíblicos como los
pensadores medievales. El término ángel lo usamos de manera imprecisa para
referirnos a un extenso número de criaturas diferentes que forman parte del
coro angelical.

Existen nueve coros angélicos, distribuidos en tres órdenes:


En el Primer Orden: (consejeros) se sitúan serafines, querubines y tronos.
En el Segundo: (gobernadores) dominaciones, principados y potestades.
En el Tercero: (ministros) virtudes, arcángeles y ángeles.
Cada uno de estos seres desempeña una función y presenta, en principio,
unos atributos distintos. Sin embargo, habitualmente hablamos de ángeles sin
especificar a cuál de todos los coros nos estamos refiriendo. Es decir, la
palabra ángel puede servir bien para referirse al último de los coros angélicos,
o bien para referirse genéricamente a cualquiera de los nueve coros que
constituyen la jerarquía angélica. Aunque desde finales del siglo XIX, autores
como Didron y Cloquet, trataron de sistematizar qué atributos y formas de
representación acompañaban a cada coro angélico, lo cierto es que suele
haber una gran confusión iconográfica al respecto.
En principio, las características principales de cada coro serían las siguientes:

Primer Círculo o Esfera: Los Consejeros Celestiales 1. -Serafines: Están


en la jerarquía más alta, rodeando el trono de Dios, alabándolo
constantemente. Regulan el movimiento de los Siete Cielos. Se les supone
jefes de todos los Ángeles.
2. -Querubines: Guardan las esferas del tiempo y el funcionamiento del
espacio, las estrellas y la luz. Se representan como rostros con alas y sin
cuerpo o como Ángeles bebés.
3. -Tronos: Se dice de los espíritus más elevados y cercanos a Dios. Son
representados por ruedas de fuego con miles de alas y de ojos. Su misión
principal es cuidar y acompañar a los planetas. Casi nunca se aparecen a los
seres humanos.

Segundo Círculo o Esfera: Los Gobernadores Celestiales


1. -Dominios: Gobiernan a los grupos de Ángeles inferiores a ellos. Integran
el mundo espiritual y material. Rara vez se han puesto en contacto con seres
humanos.
2. -Virtudes: Proyectan grandes niveles de energía divina y por ello debemos
ponernos en contacto con este tipo de seres luminosos para que nos enseñen a
usarla.
3. -Poderes: Conservan la historia colectiva y la conciencia de la humanidad.
A esta categoría pertenecen los Ángeles del nacimiento y de la muerte.
Pueden hacernos participar en una red de energía dentro del plan divino.

Tercer Círculo o Esfera: Los Mensajeros


1. -Principados: Guardianes de todos los grupos, incluyendo pueblos,
religiones y hasta organizaciones o empresas internacionales.
2. -Arcángeles: Son seres superlumínicos, se ocupan de misiones más
amplias que las encomendadas a los ángeles y, por lo tanto, entran en una
categoría diferente. Se sabe de diez, pero los más conocidos son cuatro:
Gabriel, Miguel, Rafael y Uriel.
3. -Ángeles: Son los más conocidos pues están en contacto permanente con
los seres humanos encargándose de guiarlos, enseñarlos, acompañarlos y
protegerlos. El principal es el «Ángel de la Guarda», destinado por Dios a
cada uno de los seres humanos desde el momento de nuestra creación, pero
los hay de varias especies y todos están a nuestra disposición, tan pronto sean
llamados.

Los Arcángeles: Se entiende que los Arcángeles son jefes de los Ángeles y
tienen una misión especial, como la de traernos buenas noticias, armonía y
amor, curarnos o aliviar tristezas. Incluso los hay que imparten justicia.

En cuanto a los Documentos Sagrados: santo Tomás, Dionisio y otros no se


ponen de acuerdo si existen siete, diez o más Arcángeles. Estos son los
principales:

Miguel: Significa «Quien es como Dios». Este es el máximo protector de


personas y bienes, del espíritu y de la superación. Guardián de la paz, la
armonía y la cooperación, la reconciliación y los sueños. Miguel es el
Príncipe de la Luz, es el protector del sur, del fuego, del invierno y de la
noche, del tiempo infinito, de todo lo creado, de las dimensiones ocultas, de
todo lo visible y lo invisible, también de la justicia, de la belleza y la
clemencia. Es el Arcángel de la Tierra.

Gabriel: Su nombre significa «Dios es mi fuerza» o «Fuerza de Dios». Es


conocido como el Ángel de la Anunciación, de la resurrección, de la pureza y
es el que guio a Juana de Arco en Troya, inspiró el Corán a Mahoma y
dividió las aguas del Mar Rojo. Es un Arcángel de gracia, de los artistas, de
la creatividad y de las relaciones. Protege a las minorías sexuales, es el
mediador en conflictos familiares, defiende de abusos, vicios y adicciones. Es
el despertador celestial y el Ángel de la transformación vibratoria.

Rafael: Su nombre «Dios ha curado» define la misión de este Arcángel. Curó


a Jacob y a Abraham. A Noé le regaló el «libro médico» el cual incluía el
remedio para todas las enfermedades de la época. Es el guardián de nuestro
cuerpo, ayuda a médicos y herbolarios y su elemento es el agua. Su dominio
es el crecimiento y la transformación, ayuda a quienes purgan sus pecados en
el infierno, guardián del esplendor de la vida, la ciencia, la fecundidad y la
sabiduría, cuida a los viajeros y es el protector del oeste, del crepúsculo hasta
la noche y por supuesto del otoño.

Uriel: Es el gobernador del Sexto Rayo, guardián del norte, del planeta
Mercurio y del viernes día de Venus, es el que interpreta las visiones e
imparte la justicia. Es el volcán y fuego kundalini, el que rige la energía, el
valor y su elemento es la tierra.

Jofiel: es el Arcángel de la infinita sabiduría, domina las 70 lenguas, su


nombre significa «Belleza de Dios». Se le representa junto al árbol de la vida
y es el que escucha todos los clamores para inmediatamente ponerlos en
conocimiento de Dios. Aleja a los enemigos con su espada llameante y
protege a los humanos con el escudo de sus cuatro alas de plumas
iridiscentes. Es el que ilumina el camino con su candelero de los siete brazos,
alejando las malas decisiones y las desviaciones, él nos lleva a la disciplina,
la grandeza, la generosidad y a la renovación espiritual.

Chamuel: (Samael): Su nombre significa «El que ve a Dios». Es el Arcángel


del amor, la paz, la armonía, la comprensión, las cosas bellas, la concordia, la
alegría, la búsqueda, la fortaleza, el vigor y la acción. Es el regente del Tercer
Rayo.

Zadquiel: Es el representante de la justicia, de la misericordia y del perdón.


Su nombre, significa «Virtud de Dios». Es también el que protege los
sacramentos, como el de la eucaristía y los cálices. En sus manos está la
protección de la Iglesia como institución. Es el arcángel de la música y de la
creatividad artística, de la sabiduría y la transmutación.

Ariel: Además de los Arcángeles principales mencionados, algunos textos


mencionan a Ariel como «León de Dios» o «Gran Señor de la Tierra». Se
dice que ha asistido al Arcángel Rafael en algunas curaciones. Es el que
controla a los demonios.

Israel: «El Ardiente» es mencionado como Arcángel de la resurrección y del


canto. También acompañó tres años al profeta Mahoma. Según el Génesis
islámico, Gabriel, Miguel, Israfel y Azrael (el Ángel de la muerte) fueron
enviados por Alá a la tierra para crear a Adán, el primer hombre con siete
puñados de polvo que llevaban entre sus manos.

Raziel: «Secreto de Dios». Al cual se le conoce como el Ángel de las


regiones secretas y jefe de los misterios supremos. Escribió un libro con
todos los conocimientos del cielo y de la tierra que debería entregarle a Adán,
pero fue recibido por Enoc, quien lo presentó como propio y con cuyos
conocimientos pudo Noé construir el arca antes del diluvio. Salomón también
pudo haber tenido ese libro, permitiéndole dominar a los demonios del
Templo de Jerusalén.

Moroni: Algunos textos hablan de más Arcángeles, como Moroni, quien es


el que representa y protege a los «Santos de los Últimos Días». Este se
presentó a Joseph Smith en 1823, haciéndole descubrir unas tablas de oro
sepultadas que, una vez traducidas, se convirtieron en el «libro del mormón»
y en la Iglesia Mormona.

Melquisedec: Llamado «El Sabio de Salem», se presentó dos mil años antes
de Cristo, anunciando ser «El Elyon» o «El más Alto». Vivió hasta los 94
años y fundó un centro de enseñanza. Dicen que se presentó ante Abraham
para entregarle el concepto de la «Alianza de Dios» y la salvación por la fe,
enviando a miles de misioneros por todo el mundo. Se considera que su
llegada pudo sembrar la simiente del advenimiento de Cristo. El arcángel
Azrael: La necesidad de un nombre y función para el cuarto ángel varía de
una religión a otra; en el libro de Enoc se mencionan al inicio cuatro ángeles
y siempre aparecen juntos: Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel; Uriel, que
aparece en el capítulo 20 del libro de Enoc y es considerado, sin embargo, el
cuarto arcángel dentro de la cristiandad. Para algunas tradiciones no
cristianas como la teología islámica y el sijismo (una mezcla de hinduismo e
islam), así como en algunas tradiciones hebreas, este cuarto ángel es Azrael,
que traduce del hebreo «A quien Dios ayuda», y es el nombre del arcángel de
la muerte.

Es también llamado Abu Yaria por los musulmanes y Mordad entre los
persas, y tiene por misión el recibir las almas de los muertos y conducirlas
para ser juzgadas. En el misticismo judío se conoce comúnmente como
Azriel y se identifica a veces como una encarnación del mal (un demonio);
pero, sin embargo, el Zohar (el libro sagrado de la rama del judaísmo llamada
Kabbalah) presenta una descripción más agradable de Azriel, al señalar que
recibe las oraciones de los fieles cuando llegan a los cielos.

La tradición rabínica cuenta con catorce ángeles de muerte: Yetzerhara,


Adriel, Yehudiam, Abaddon, Samael, Azrael, Metatrón, Gabriel, Mashhit,
Hemah, Ha-Mavet de Malach, Kafziel, Kesefy Leviatán.

Azrael es el arcángel de la muerte y señala que no debemos temerla, ya que


en ella está la paz eterna. Tras la muerte el alma regresa al Cielo; pero era
evidente para los ángeles que todas las almas que llegaban eran en menor
número que las personas que morían.

Azrael resolvió el problema al descubrir que algunas almas iban a un mundo


subterráneo, en donde esperaban el juicio divino. Pero tras la llegada de los
ángeles caídos a este mundo subterráneo; estos, ahora demonios, torturaban y
destruían las almas retenidas en el sitio que ahora conocemos como
«Infierno».

Así, Azrael adquirió como misión el rescatar las almas que fueron
injustamente al infierno; y es por ello por lo que él y su coro de ángeles
estaban continuamente yendo y viniendo del cielo, impidiendo que los
demonios se apropiaran de las almas que no les correspondían, este arcángel
reside en diferentes lugares, pero el más habitual es en el plano astral.

Otros señalan que él ha renunciado al cielo, por sus constantes salidas con
todo su coro; y por ello los otros ángeles no hablan de él en el Cielo. Se dice
que Azrael y todo su coro están encargados de la protección del último
círculo del infierno, impidiendo la salida de los demonios y custodiando la
puerta para que no puedan salir. Nadie sabe cuántas almas podrían haber
salvado, o cómo él las rescata del Infierno, o dónde van las almas que él
ayuda, si a los Cielos, a otra reencarnación, o simplemente al olvido.

Azrael, como ángel de la muerte, es asemejado a Daimon en griego Fatum


(destino), se le señala escribiendo y borrando nombres en un gran libro, lo
que él escribe es el nacimiento de un hombre, y lo que borra es el nombre del
hombre que morirá. En una de sus formas, este tiene cuatro caras y cuatro a
las mil, y todo su cuerpo se compone de ojos y lenguas, cuyo número
corresponde al número de personas que habitan toda la Tierra.

En el islam los árabes lo pronuncian Izrail y aunque el Corán nunca lo


nombra y se refiere a este ángel con el término «Malak al-Maut», que se
traduce directamente como el ángel de la muerte. El Corán dice que el ángel
de la muerte se lleva el alma de cada persona y lo devuelve a Dios. Sin
embargo, el Corán deja claro que solo Dios sabe cuándo y dónde cada
persona será tomada por la muerte, por lo que es claro que el ángel de la
muerte no tiene ningún poder propio.

Varias tradiciones musulmanas relatan las reuniones entre el Ángel de la


muerte y los profetas. La más famosa es una conversación entre el ángel de la
muerte y Moisés. Él vela por la muerte, separa el alma del cuerpo, y recibe a
los espíritus de los muertos en las creencias musulmanas.

Muchos de los guías espirituales personales trabajan directamente en las filas


del arcángel Azrael.

Metraton: En uno de los libros más antiguo, el Libro de Enoc, que todavía se
conserva en algunos códices de la Biblia Septuaginta, menciona a un gran
arcángel que recibió de Dios el derecho a sentarse en un trono en el cielo. Su
nombre es Metatrón, que posiblemente signifique «el que comparte el trono»,
«el que guarda» o «el que se sienta detrás del trono de Dios». Este arcángel
está relacionado directamente con el profeta Enoc. Enoc, que fue el abuelo de
Noé, es un místico que visita el Cielo en distintas visiones. En una visión,
Enoc tiene la misión de interceder con Dios en favor de los ángeles caídos.
En otra visión, ve a los querubines en el Cielo, a quienes describe como seres
de fuego. Más adelante, es llevado por el arcángel Miguel al Cielo más alto.

Enoc también viaja en sus visiones o sueños al árbol de la sabiduría. En la


tradición rabínica, es el más alto de todos los ángeles y sirve como escriba
celestial, se le describe al arcángel Metatrón de dos maneras: como un ángel
primordial (9:2–13:2) y como el ser en que se transformó Enoc.

El nombre de Metatrón también aparece escrito de dos maneras. Un nombre


tiene seis letras (‫)מטטרון‬y otro siete (‫)מיטטרון‬. Se piensa que el primero es el
Enoc transformado en ángel, mientras que el segundo es el Metatrón
primordial, una emanación de Dios.
Metatrón es la décima y última emanación. Se relaciona con la Presencia
Divina en la Tierra. El Zohar, es el texto principal que se asocia con la
Cábala, quien llama a Metatrón «el Joven», el mismo título con que aparece
en Enoc y que podría significar «sirviente». Este texto identifica a Metatrón
con el ángel que guio a los israelitas en el éxodo. El Zohar también describe a
Metatrón como «el rey de los ángeles» el que reina sobre el árbol de la
sabiduría o árbol del conocimiento del bien y el mal. En el Zohar Bereshit
51:475 dice que todos los secretos sobrenaturales fueron puestos en las
manos de Metatrón y que él los ponía en las manos de quien los mereciera.

Metatrón es el ángel patrón de los niños por su papel en el Zohar como el


ángel que guio al pueblo de Israel en el desierto hacia la Tierra Prometida. Él
guía a los niños tanto en la Tierra como en el Cielo. Ayuda a los niños índigo
y cristal a superar los obstáculos de su evolución.

Los padres pueden pedir a Metatrón que los guíe para poder ayudar a sus
hijos en su educación, espiritualidad y el desarrollo de todas sus habilidades
psíquicas. Él es el jefe de los ángeles de la muerte, a Metatrón se le asocia
con los arcángeles Gabriel, Samael y Azrael, cuando trabajan como ángeles
de la muerte. Metatrón los supervisa cuando ayudan a las almas a realizar su
transición del plano físico al espiritual.

Es también el guardián de los registros akáshicos. De esta manera, Metatrón


ayuda al ser humano a perfeccionar su alma. Los registros akáshicos son una
manera de explorar las vidas pasadas, pues contienen «la mente de Dios» o la
memoria de todo lo acontecido desde el principio de los tiempos.

El arcángel Metatrón se encarga de dirigir la ascensión y activación del


cuerpo de luz del ser humano. Es un ángel poderoso que, al estar asociado a
un humano (Enoc), conoce todo el camino de la iluminación. Su significado
más importante para quien desea caminar hacia Dios es que representa el
potencial de transformación y purificación del alma cuando se propone
trascender la materia para unirse al espíritu puro de la Divinidad.

Es también el guardián de las puertas del plano astral superior y tiene una
relación directa con los guías espirituales superiores de los encarnados.

Sandalphon: Relacionado directamente con el profeta Elías, el arcángel


Sandalfon es el guardián de las puertas de la tierra y de los elementales. El
nombre de Sandalphon significa «el hermano» ya que está unido en
hermandad con el arcángel Metatrón y en algunos textos se refieren a este
arcángel como la parte femenina de Metratón. Por lo que cuando se habla de
Sandalphon se le refiere como a ella.

Sandalphon representa las últimas energías espirituales terrenales. Ella


también ayuda a fomentar el contacto con el mundo espiritual y ayuda en
estados de trance. Ella ayuda a la gente a vivir de «El Plan Divino» y abre las
capacidades espirituales, y despertar las habilidades psíquicas humanas
latentes.

Sandalphon es tutor para el mantenimiento de la vida física y la vitalidad y la


búsqueda de la prosperidad y el conocimiento eterno. Este ayuda a la
humanidad a entender todo acerca de su cuerpo y los sentidos y, sobre todo,
para sanar a través de los trastornos mentales y físicos. Te ayudará a
promover las energías espirituales de la Tierra y del Universo, o si debes
fortalecer tu chakra raíz. Porque ella tiene una conexión especial con la parte
inferior del árbol de la vida y con el «fondo» del cuerpo humano.

Se dice que Sandalphon es el que determina el sexo de un bebé recién nacido.


Una de sus principales funciones es transmitir y responder a nuestras
oraciones y mantras para que nos ayude a recibir las respuestas de otros
ángeles al ser el guardián de la tierra en la que estamos encarnados.

El Ángel de la Guarda: El Ángel de la Guarda o Ángel Custodio, es el ángel


que se le asigna a cada alma para que le acompañe a través de toda su vida y
después de la muerte. Algunos estudiosos han llegado a decir que es el ángel
que Dios te pone desde tu creación en la primera encarnación hasta el final de
los tiempos. Esa presencia amorosa cuyo trabajo es el de cuidar y guiar a los
seres humanos en todo su recorrido por la vida y permanece junto al alma de
la persona en todo momento.

En la antigüedad se tenía el concepto de que este ser ha existido desde mucho


antes de que se le llamara así.
Se piensa que los babilonios y asirios también creían en la existencia de
ángeles guardianes, ya que a la entrada de ciertos monumentos se puede
observar unas figuras muy parecidas a las representaciones de ángeles de hoy
en día. Nabopolassar, padre de Nebuchadnezzar el Grande, llegó a expresar
que Marduk (Dios) mandó un ser de gracia para acompañarlo, y que por ello
todo lo que hacía le salía bien.
En la Grecia antigua los griegos politeístas y neoplatonistas creían en un
concepto similar al actual.

El Ángel de la Guarda en la Biblia y en el Cristianismo El concepto


bíblico de un ángel en el Antiguo Testamento es el de un mensajero. Un
ángel es un espíritu puro que existe para adorar a Dios, cumplir sus órdenes y
llevar todos sus mensajes a los seres humanos.
El Ángel de la Guarda se define aún más en el Nuevo Testamento. Por
ejemplo, san Pedro es liberado de la cárcel por un ángel. Incluso en Hechos
12,15, cuando san Pedro sale de la cárcel llega y llama a la puerta de la casa
donde están reunidos los discípulos de Jesús, al principio ellos creen que no
es Pedro en persona y exclaman: «Será un ángel».
Desde los inicios del cristianismo, los teólogos cristianos también se han
expresado acerca de los ángeles guardianes. Orígenes decía que «los
cristianos creemos que a cada uno Dios nos designa un ángel para que nos
guíe y proteja».
El mismo santo Tomás de Aquino en su suma Teológica dice que solo los
ángeles de las órdenes más bajas vienen a ayudar a los seres humanos.
Incluso otros teólogos como Schtus y Durandus, creían que cualquier tipo de
ángel podía ser mandado a obedecer las órdenes divinas y que toda alma llega
al mundo con un ángel guardián.
Ya por el año 800 se celebraba en Inglaterra una Fiesta a los Ángeles de la
Guarda. En el año 1608, el papa extendió a toda la Iglesia Universal la Fiesta
de los Santos Ángeles Custodios. Esta fiesta se celebra el día 2 de octubre.
Los ángeles guardianes pueden actuar a través de los sentidos de las personas
y a través de la imaginación. Algo que no pueden hacer los ángeles custodios
es actuar en contra de la voluntad humana. Cuando tras la muerte nos
acompañan, solo pueden ofrecer su compañía, pero no ayudar al ser a obtener
la salvación.
No les está permitido interferir en la vida de los humanos a menos que estos
se lo pidan o estén en peligro de muerte, como demuestran muchos
testimonios de encuentros con ángeles. Por ello, para comunicarte con tu
Ángel de la Guarda, lo primero que debes hacer es pedir su ayuda. De lo cual
ya hablaremos más adelante.
Ángeles especializados

Como ocurre con los seres humanos, la mayor parte de los ángeles también se
han especializado en determinados tipos de trabajos, con el fin de poder
ayudarnos de la mejor forma posible en lograr las metas más importantes de
nuestra vida. Entre estos ángeles especialistas se encuentran ángeles
dedicados al amor, al trabajo, a los sueños, al dinero, a la música, a la salud, a
los viajes, a la seguridad, a la amistad, y también ángeles dedicados a
encontrar casas, a solucionar problemas mecánicos y a ayudarnos a conseguir
nuestras metas más importantes. Existen cientos de ellos que trabajan en
equipo y nos ofrecen su guía con respecto a cualquier faceta de nuestra vida o
cualquier aspiración que tengamos.

-Ángeles dedicados al amor. Todas aquellas personas que ansían el tener


una bonita relación de amor tanto de amigos como de intimidad de pareja,
siempre van acompañadas por ángeles del amor. Al igual que si tienes
problemas de pareja o sientes que algo no va bien entre vosotros, pídeles a los
ángeles del amor que trabajen junto a ti y tu pareja para que vuelva esa llama
amorosa que tanto necesitáis ambos.

-Ángeles dedicados al dinero. Cuando sientas que te encuentras en una


situación complicada con la economía, no dudes en llamar a estos ángeles del
dinero, ellos te ayudarán a encontrar soluciones a tus necesidades
económicas. Incluso si fuera necesario te darán un golpe de suerte para que
venga un dinero inesperadamente que te ayude a ese cambio que has de
hacer.

-Ángeles dedicados a encontrar el hogar. Estos ángeles te guiarán hacia el


hogar que necesitas, te buscarán un precio negociable al alcance de tu
bolsillo, ya sea un chalé o un apartamento. Permanece abierto a sus consejos.

-Ángeles de la circulación. Cuando estamos conduciendo, podemos llamar a


estos ángeles para que nos guíen hacia un buen sitio para aparcar, cercano a
nuestro destino. Con estos verás lo que son verdaderos milagros en hora
punta.

-Ángeles de la sanación. Guiados por el arcángel Rafael, estos ángeles


aparecen siempre que alguien está sufriendo, física o emocionalmente.
Siempre que sufras una enfermedad, un dolor o malestar, o lo sufra algún
familiar tuyo… Llama a los ángeles de la curación. Ellos os rodearán de
inmediato, a ti y a tus seres queridos, haciéndoles llegar el amor sanador de
Dios, es posible que también os guíen para que deis los pasos necesarios que
os ayuden a alcanzar un mayor nivel de curación.

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