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LA EUCARISTÍA
Resumen
En el ámbito del cristianismo hay un amplio reconocimiento del misterio de la
presencia de Cristo en la Eucaristía o Cena del Señor. Cosa distinta es el modo de
explicarla; en esto sí hay posturas encontradas. Por un lado, es difícil negar lo que el
texto sagrado relata en relación con las palabras y gestos de Jesús en la Última Cena
(«esto es mi cuerpo», «esta es mi sangre); pero, por otro, es compleja su representa-
ción conceptual. Es el Misterio de nuestra fe; ante él, el lenguaje humano se agota y
la teología «balbucea» al tratar de expresarlo. Sólo el lenguaje de la imaginación, el
lenguaje simbólico, puede hablar adecuadamente de la Eucaristía.
Palabras clave: Liturgia, Eucaristía, presencia, celebración
Abstract
Within Christianity there is widespread recognition of the mystery of Christ’s
presence in the Eucharist or Lord’s Supper. How to explain it is a different mat-
ter; that is where opinions differ. On the one hand, it is hard to deny what the
Bible says in relation to the words and actions of Jesus at the Last Supper (“this
is my body”, “this is my blood”); on the other hand, it is difficult to represent it
conceptually. It is the Mystery of our faith; before it, human language falls short
and theology “stutters” when it tries to express it. Only the language of the imag-
ination, symbolic language, can talk properly about the Eucharist.
Key words: Liturgy, Eucharist, presence, celebration.
expresiones habituales hasta no hace mucho como: «superar los velos sa-
cramentales» para encontrar la persona de Cristo. Dado que la presencia
sacramental del Señor está ligada a los signos del pan y el vino, y tiene
como fin la comunión, no es ignorando el signo, sino acogiéndolo en
su significativa plenitud, como obedeceremos al mandato del Señor. Por
ello, la respuesta a esta presencia, para ser respuesta adecuada, deberá ser
acogida del don de Cristo que se ofrece en alimento y bebida, aceptando
comer su cuerpo y beber su sangre. Toda expresión del culto eucarístico
encuentra su razón de ser en la realización, prolongándola también fuera
de la Misa, de la gracia del sacrificio, que es la comunión con Cristo hasta
formar un solo cuerpo y un solo espíritu, sacrificio agradable a Dios. En
una frase: «¡Adorar es comer!».
Las palabras y gestos de Jesús en la institución de la Eucaristía, referidas
en los textos evangélicos y repetidos en la celebración litúrgica, muestran
los varios aspectos «dinámicos» de la presencia eucarística.
El signo sacramental eucarístico no se limita a una indicación genérica de
la presencia de Cristo, sino que revela y actualiza, «hace actual», su gesto
salvífico: el pan y el vino, consagrados y ofrecidos como alimento y bebi-
da, son «signos» del Señor que se nos dona realmente y nos hace capaces
de compartir su vida, haciéndonos entrar en comunión real con él.
«Tanto en la fracción del pan, gesto con el que se pone a disposición
de los comensales el mismo pan, como el único cáliz, que pasa de
mano en mano, signo de un único destino (cáliz) al que todos son aso-
ciados, expresan que Jesucristo pone al alcance de todos la salvación
definitiva [...] Con tales acciones Jesús nos dice que la salvación, que
él da y él es, es ofrecida a todos»6.
7. G. Crocetti, Questo è il mio corpo e lo offro per voi, EDB, Bologna 1999, 105-
106.
8. Instrucción Eucharisticum Mysterium (=EM) 3e.
9. EM 4; cf. SC 33 y 59.
10. RCCE 4; cf. EM 3g.
12. Cf. F.-X. Durrwell, L’eucarestia presenza di Cristo, Qiqajon, Comunità di Bose
1998.
13. EM 3g.
culto eucarístico fuera de la Misa. Cristo presente debe ser adorado, ora-
do, honrado, pero precisamente por el hecho de estar presente en el signo
del pan, dice que todo ha de orientarse a la comunión.
«Acuérdense (los fieles) de prolongar por medio de la oración ante
Cristo, el Señor, presente en el Sacramento, la unión con él consegui-
da en la comunión y renovar la alianza que los impulsa a mantener
en sus costumbres y en su vida la que han recibido en la celebración
eucarística por la fe y el Sacramento»14.
A modo de conclusión