Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
C/ Santa Catalina nº 9
Alcalá de Henares, 28801
Telf: 918772711
grupoconforsa@grupoconforsa.com
www.grupoconforsa.com
Ofimática
Edición: Enero 2020
Impresión: Grupo Conforsa
ÍNDICE DE CONTENIDOS
2. NUESTROS DISPOSITIVOS
2.1. Amenazas en nuestros dispositivos
2.2. ¿Cómo se infectan nuestros dispositivos?
2.3. Métodos de protección
El aumento en el uso de dispositivos móviles inteligentes, sobre todo teléfonos móviles, con
redes de datos de cada vez mejores prestaciones, ha favorecido que usemos, más que nunca,
servicios de todo tipo prestados a través de Internet. Además, utilizamos estos servicios desde
cualquier lugar y en cualquier momento, puesto que los llevamos constantemente con nosotros.
Esta puerta permanentemente abierta a la Red mundial conlleva, inevitablemente, sus riesgos.
La popularización de los servicios en Internet ha traído consigo la proliferación de técnicas y
CIBERDELINCUENTES
Un ciberdelincuente aprovecha ilícitamente vulnerabilidades o problemas de seguridad
informáticos para obtener un beneficio propio.
El uso de dispositivos y servicios en Internet genera, además, una gran cantidad de información
que será tratada y e incluso transmitida a terceros. Posiblemente parte de esta información sean
datos personales que deberían ser tratados con las debidas garantías. Como usuarios, nuestros
datos también están expuestos a riesgos al ser transmitidos por Internet: robo, pérdida,
alteración, divulgación no deseada…
Al utilizar servicios que posibilitan que publiquemos información en Internet, nos expondremos
al peligro de divulgar información privada o que afecte a nuestra imagen pública.
En este curso vamos a aprender a identificar los riesgos, explicando a qué nos exponen y qué
medidas podremos adoptar para prevenirlos. Prestaremos atención a los distintos medios y
formas de entrada de estas amenazas y a las decisiones que pueden comprometer la seguridad
de nuestras aplicaciones y datos.
Frente al desafío de una vida hiperconectada, será esencial estar bien informados del alcance y
consecuencias de lo que hacemos en la Red, aceptar que la seguridad de nuestros dispositivos
no es infalible y, sobre todo, aplicar el sentido común, que es el menos común de los sentidos.
¿Tienes una cuenta de Facebook? ¿Alguna vez has buscado información a través del buscador
Google? ¿Has visto algún vídeo en la web de YouTube? Seguramente responderás
afirmativamente a más de una de estas preguntas.
¿De qué viven los propietarios de Facebook, YouTube, Google… si los servicios que ofrecen son
gratuitos? ¿De dónde salen los beneficios de los que nos hablan los medios de comunicación?
Pero ¿Cómo sabe Facebook tantas cosas de nosotros? Esto es lo mejor: se lo decimos nosotros
cada vez que utilizamos sus servicios. Cada “me gusta” en una publicación, cada foto subida,
Los usuarios no pagamos por usar Facebook, pero aportamos valor a Facebook con la
información que desprendemos cada vez que lo usamos.
Como vemos, el espectro tan amplio de servicios que ofrece Google, le permite crear un
perfil de información de cada usuario que pocas empresas pueden ni si quiera soñar. Esto
provoca no poca desconfianza en usuarios, organizaciones y gobiernos, a los que
preocupa seriamente el tratamiento que se pueda hacer de tanta información (que
puede ser sensible) y su impacto en la privacidad.
El hecho de que estas aplicaciones y servicios utilicen nuestros datos no tiene por qué suponer
la pérdida de control de nuestra información e intimidad. Como iremos viendo a lo largo de
curso, con frecuencia todo depende de nuestra precaución y atención al hacer uso de estos
servicios.
Esto es muy importante, porque implica que, para trabajar con nuestros datos, Facebook, o
cualquier otro servicio o aplicación, nos tendrá que pedir permiso, informando de los datos que
recogerá, la finalidad del tratamiento, por cuánto tiempo los conservará, etc. Si no damos
nuestro consentimiento, no deberán ser tratados.
Lo más importante, para hacer valer nuestros derechos, es leer atentamente cualquier solicitud
de consentimiento o activación de permisos que cualquier servicio o aplicación nos presente y
no aceptar cualquier cosa sin leerla atentamente primero, siendo siempre conscientes de que,
al utilizar un producto gratuito, muy probablemente, nosotros seremos el producto.