¿QUÉ ES UNA DOCTRINA?, Y ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE QUE LAS CONOZCAMOS?
La doctrina se refiere a la enseñanza cristiana, y más específicamente, a la enseñanza cristiana sobre Dios, el evangelio y el sistema global de la verdad cristiana. La palabra doctrina significa “enseñanza” y por lo general se refiere al cuerpo de creencias aceptadas y sostenidas universalmente por la iglesia cristiana, y a las creencias específicas de las denominaciones y congregaciones en particular. La iglesia cristiana no puede evitar la enseñanza, por lo cual debe formular un marco para la comprensión y enseñanza de los rudimentos básicos y los principios de la fe, y para desarrollar esas doctrinas de una manera más amplia y cabal. Sin dicho marco, la iglesia carece de un sistema coherente de creencias y recursos para discriminar entre las creencias verdaderas y las falsas. De este modo, la doctrina cumple un papel vital y necesario en la vida de la iglesia y del creyente. El enfoque bíblico de la doctrina no está basado en la noción de creencias estáticas y muertas sino en verdades vivientes valoradas y defendidas por todos los creyentes verdaderos. El fundamento, fuente y autoridad para el desarrollo de la doctrina es la Biblia. Esta es “útil para enseñar” (2Ti 3:16) y establece la estructura, el contenido y la autoridad para el desarrollo de la doctrina.
Cinco razones por las que la doctrina es necesaria en el cristianismo
1. La naturaleza del hombre necesita de doctrina 2. El cristianismo de Nuevo Testamento enfatiza la enseñanza 3. Es necesario un conocimiento de la verdad en la vida cristiana 4. Un conocimiento de la verdad es necesario para propagar el evangelio 5. El conocimiento de la verdad es necesario para la defensa del evangelio
¿Cuál es el valor de la doctrina? El conocimiento de la doctrina proporciona:
1. Lo necesario para una exposición autorizada y sistemática de la verdad. 2. Solidas creencias para desarrollar un carácter cristiano sólido, lo cual se ve reflejado en el vivir de un cristiano. 3. Protección sobre las falsas ideas con respecto a Dios y sus caminos. 4. Conocer de forma amplia la profundidad que se presenta en la Biblia sobre cada una de las doctrinas. Las doctrinas se deben formular, enseñar y transmitir de una generación a otra conforme a la sucesión establecida por los apóstoles (Hch 2:42; 2Ti 2:2). La fe “una vez dada” (Jud 1:3) debe ser cuidada, creída, defendida y protegida por los cristianos auténticos. Los padres son responsables de enseñarles con fidelidad a sus hijos, y los líderes de la iglesia de enseñarles a los hijos de Dios.