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CECIL
Cahiers d’études des cultures
ibériques & latino-américaines
Numéro 6 – année 2 02 0
Recensions / Reseñas
CECIL
Cahiers d’études des cultures
ibériques & latino-américaines
Numéro 6 – année 2 02 0
Recensions / Reseñas
Reginaldus GONSALVIUS MONTANUS, The arts of the Spanish Inquisition, édition de M. J. Herráiz Pareja,
I. J. García Pinilla et J. L. Nelson (par M. Bœglin) 165
Enrique URIBE CARREÑO et al. (dir.) Colombie, comprendre le processus de paix (par A. Escobar Mesa) 171
Conferencia de PierreA. FABRE, «La construcción de una iconología católica. El taller de las imágenes en
la primera Compañía de Jesús (15561622)», UCM, Madrid, 31/10/2018 (por L. Soler) 175
Cahiers d'études des cultures ibériques et latino-américaines, no 6 (2020)
ISSN 2428-7245 <https://cecil-univ.eu/>
Alba Lara-Alengrin1
Université Paul-Valéry Montpellier 3
IRIEC EA 740
Resumen: Escrita en la cárcel, Se está haciendo tarde (1973) es sin duda la novela más contracultural de la
producción de José Agustín. A partir del motivo del viaje, analizamos cómo se atenta contra las convenciones
literarias y sociales de la época a través de la inversión de las expectativas del viaje, la recreación de una
atmósfera asfixiante y la saturación narrativa.
Palabras clave: José Agustín, México, siglo XX, narrativa mexicana contemporánea, motivo del viaje, contra-
cultura, jóvenes de la Onda, literatura de la Onda, caló, droga, intoxicación.
Titre : Se está haciendo tarde (final en laguna) de José Agustín : le voyage sans retour.
Résumé : Écrit en prison, Se está haciendo tarde (1973) reste sans doute le roman le plus contre-culturel de
la production de José Agustín. A partir du motif du voyage, nous analysons comment on y porte atteinte aux
conventions littéraires et sociales de l’époque par le biais du retournement des expectatives du voyage, de la
recréation d’une atmosphère asphyxiante et de la saturation narrative.
Mots-clés : José Agustín, Mexique, XXe siècle, prose mexicaine contemporaine, motif du voyage, contre-cul-
ture, jeunes de la Onda, littérature de la Onda, jargon, drogue, intoxication.
Title: José Agustín’s Se está haciendo tarde (final en laguna): a one-way trip.
Abstract: Written in jail, Se está haciendo tarde (final en laguna) (1973) remains no doubt the most counter
cultural novel of José Agustín’s production. Using the journey motif, we analyse how the literary and social
conventions of that time are infringed upon through the next items: the reversal of the journey expectations,
the recreation of a stifling atmosphere and the storytelling saturation.
Key words: José Agustín, Mexico, XXth century, contemporary Mexican narrative, journey motif, counter cul-
ture, Onda young people, Onda literature, jargon, drugs, intoxication.
Para citar este artículo – To cite this article: Lara-Alengrin, Alba, 2020, «Se está haciendo tarde (final en
laguna), de José Agustín: el viaje sin retorno», Sección monográfica: Littératures contreculturelles hispano-
américaines (XXe-XXIe siècles), coord. por Alba Lara-Alengrin y Véronique Pitois Pallares, Cahiers d’études des
Valéry. Ha publicado La quête identitaire dans l’œuvre narrative de l’écrivain mexicain José Agustín (1964-1996) y
coordinado en colaboración Tres escritoras mexicanas. Elena Poniatowska, Ana García Bergua, Cristina Rivera Garza,
también Amériques(s) anarchiste(s). Expressions libertaires du XIXe au XXIe siècle, entre otros. Sus investigaciones
giran en torno a la literatura mexicana contemporánea, la identidad, la literatura de la Onda, la voz narrativa y la
transterritorialidad en la literatura hispanoamericana. Contacto: alba.lara-alengrin@univ-montp3.fr. Firma
institucional: Univ Paul Valéry Montpellier 3, IRIEC EA 740, F34000, Montpellier, France
48 A. Lara-Alengrin, Se está haciendo tarde (final en laguna), de José Agustín
Introducción
1. José Agustín, nacido en México en 1944, De perfil6 , e incluso, su autobiografía en la
es con mucho el protagonista más importante colección «Nuevos escritores mexicanos del
de la literatura contracultural de los años se- siglo XX presentados por sí mismos 7 ». Las
senta y setenta en México, mejor conocida dos primeras novelas de José Agustín tienen
como «la literatura de la Onda». Según el como protagonistas a adolescentes que cuen-
mismo autor, la contracultura «[…] abarca tan sus experiencias cotidianas, están por lo
toda una serie de movimientos y de expre- tanto narradas en primera persona y no son
siones culturales, usualmente juveniles, colec- introducidas por otra instancia narrativa.
tivos, que rebasan, rechazan, se marginan, se Lo que sorprendió, y esto queda claro en las
enfrentan o trascienden la cultura institucio- reseñas de la época8, fue el discurso colo-
nal 2 ». Dado que la literatura es una institu- quial, juvenil y desenfadado de los narrado-
ción, nos proponemos averiguar aquí en qué res, una jerga doméstica que desentonaba
medida se atenta en contra de las convencio- con el discurso más bien solemne, trascen-
nes literarias y sociales a través del motivo dente o irónico que predominaba en las le-
del viaje en la novela Se está haciendo tarde, tras mexicanas. Desde estas primeras novelas
final en laguna. Para ello será necesario evo- sobresalía el estilo tan particular y burlón de
car primero el contexto social y literario en el José Agustín, que transgredía las convenciones
que irrumpió la figura de José Agustín en los ortográficas o tipográficas del texto literario,
años sesenta del siglo XX. por solo citar un ejemplo, no subrayaba en
2. José Agustín publicó Se está haciendo itálicas las expresiones familiares o vulgares,
tarde a los 29 años3, en aquel entonces se le sino los tópicos del discurso «elevado9», por
adjudicaba el récord de precocidad literaria ejemplo, en este pasaje de La tumba, donde
en su país por haber escrito La tumba4 (1964), el protagonista evoca la organización de una
su primera novela, a los dieciséis años y pu- fiesta, la cursiva destaca la trivialidad de la
blicarla a los veinte. En 1966 José Agustín re- locución y por ende la voluntad de renovar
editó La tumba5, publicó su segunda novela, los códigos literarios: «Mis padres, luego de
hombres cultos −ansina, jue, maiz, cuantimás−, José Agustín subrayaba frases como roído por los nervios, per-
tenecientes a la morgue literaria, pero investidas con el prestigio de las bellas letras. Con ello postulaba una
estética en que la vitalidad expresiva enjuiciaba desde su trinchera a la correción académica.».
conocer mis intenciones (que los alegraron circuito beatnik, antecedente del movi-
bastante), convidaron a lo más granado de miento jipi, y en 1957 la revista Life había
la sociedad capitalina (que era lo que no publicado un artículo de Gordon Wasson
quería)10.» sobre los hongos alucinógenos mexicanos y
3. Aunque en realidad, aún no estaba pre- la célebre chamana de Huautla, María Sa-
sente en esas primeras narraciones de José bina, que atrajo a este lugar a investigado-
Agustín el universo y el caló de la llamada res, periodistas, y algunos años más tarde, a
Onda, o sea, la versión mexicana del movi- los jipis extranjeros y mexicanos.
miento jipi, cuya aparición es registrada por 6. Aunque el deseo de atentar en contra de
el cronista Carlos Monsiváis en los términos las convenciones literarias se manifiesta
siguientes: desde la primera novela de José Agustín, el
Límites aproximados: 1966-1972. En seis movimiento social de la Onda y su discurso
años, un fenómeno social espontáneo, sin se perfilan en su producción solo a partir de
organización posible, tan derivado como 1968, con el cuento «Cuál es la onda», publi-
original, se introduce primero en el Dis- cado en el volumen de cuentos, Inventando
trito Federal y ciudades del norte (Tijuana, que sueño (1968)14 . Enseguida, la jerga y el
Monterrey) para infestar a continuación el universo de la contracultura mexicana se ex-
resto del país. Un nombre para este caos
o esta ambición de orden: la Onda11. presarán más abiertamente en dos obras tea-
trales, Abolición de la propiedad (1969) 15 y
4. La Onda fue la versión mexicana del mo- Círculo vicioso (1972)16.
vimiento jipi, que además de seguir las ten- 7. En 1971, la crítica y escritora Margo
dencias del estadounidense, reivindicó algunos Glantz publicó una antología de jóvenes es-
aspectos de las culturas indígenas mexica- critores mexicanos, Onda y escritura: jóve-
nas, por ejemplo, su vestimenta o su artesa-
nes de 20 a 33, precedida de un ensayo de
nía, según el mismo Carlos Monsiváis: presentación en el cual identificaba dos ten-
Se visten de tarahumaras, adornan sus dencias emergentes en la literatura mexi-
guitarras con cintas huicholas, traen cru- cana. Por un lado, la Onda, que concebía el
ces yalaltecas, usan camisas zapotecas. lenguaje como un nuevo tipo de realismo;
No acuden a lo indígena porque precisen
de identidad nacional, sino porque así por el otro, la Escritura, que encaraba el len-
incorporan costumbres y vestuarios de guaje como una preocupación formal 17 . La
esos primeros exiliados, de esos prime- Onda era definida también como «literatura
ros marginados de la civilización y la tec- que el adolescente escribe para que el adoles-
nología. Los lacandones siempre han es- cente lea18» sin la mediación crítica de un na-
tado fuera12. rrador externo, dicha tendencia representaba
5. Además de asumir esa marginalidad de además la entrada del joven de clase media
los indígenas, los jóvenes de la Onda se sien- urbana y de su lenguaje en la literatura mexi-
ten atraídos, en particular, por su conoci- cana. En la lista de autores que para Glantz
miento ancestral de sustancias alucinógenas eran representativos de la literatura de la
autóctonas, sobre todo de los hongos aluci- Onda destacaban José Agustín, Parménides
nantes o teonanacates (lo que significa carne García Saldaña y Gustavo Sainz, entre otros.
de Dios13). De hecho, México estaba ya en el A partir de ese momento, el término Onda
menores de treinta años, cuyo primer modelo sería el 24 Ciclo de conferencias organizado por el Instituto
personaje interpretado por Marlon Brando en El sal- Nacional de Bellas Artes, los textos de 33 escritores
vaje. García Saldaña 1986, pp. 44 y 50. fueron luego publicados en dos volúmenes en Los na-
20 Sobre lo que opina José Agustín del término «Lite- rradores ante el público 1966 y Los narradores ante
ratura de la onda», consúltese Agustín 2004, sobre las el público. Segunda serie 1967.
distintas polémicas y posiciones al respecto, remiti- 25 Sainz 1966, p. IV.
15. En Acapulco, Virgilio forma parte del mi- Le fascinaba ir a Caleta: allí encontraba
crocosmos de la playa de Caleta, que en el ínci- personajes naturales, decadentes por-
pit de la novela el narrador heterodiegético que la decadencia era su meta vital e
iban a ella inmejorablemente, al menos
presenta así:
sin esa falsamente obvia (insegu-ridad)
A principios de los setenta algunos tu- que sin excepción mostraban sus amis-
ristas adinerados y su cortejo de aven- tades de la ciudad de México33.
tureros y codiciosos volvieron a Caleta.
18. La decadencia como meta vital de Virgilio,
Playa risueña de manso oleaje. La tran-
quilidad. Allí ya no va nadie, hayquir. es un punto clave en la trama de esta novela. De
Muchos jóvenes playeros olfatearon: en tal suerte que las expectativas de Rafael no solo
Caleta se estaba creando un ambiente no se verán realizadas, por el contrario, serán
apropiado. Virgilio encontró allí su me- burladas sistemáticamente. En vez de encon-
dio natural. Virgilio tenía veinticuatro trarse rodeado de muchachas liberadas, seduc-
años y se sostenía vendiendo mariguana toras y alegres, Rafael pasará el día entero
y drogas sicodélicas en pequeñas canti-
soportando a dos alcohólicas de edad avan-
dades a hippies y aventureros. Muy ba-
jito y muy delgado, pelo chino y corto, zada, que mantienen entre ellas una relación
su mirada era alegre, tan colorida como sadomasoquista. Francine es el personaje más
sus camisas: chi-llan-tes, una para cada soez, se comunica con los demás insultando y
día de la semana. A gifty from a lady. A humillando, en particular a Gladys, su pareja, a
veddy ole lady. Imaginativos sombreros quien maltrata verbal y sicológicamente. Ade-
de fieltro32.
más, la heterosexualidad de Rafael se verá per-
16. Como su nombre lo indica, Virgilio se turbada por la belleza andrógina de Paulhan.
convertirá en el guía de Rafael en ese uni- 19. Rafael, quien cree poseer una superioridad
verso contracultural acapulqueño donde la espiritual sobre los demás por haber tenido vi-
ociosidad y el desenfreno son la norma. Vir- siones de niño, será iniciado a ese mundo deca-
gilio lo presentará con dos mujeres canadien- dente a través de la ingestión de mariguana y
ses, Francine y Gladys, y un joven homosexual de alcohol, pero también lo humillarán, lo in-
de Bélgica, Paulhan. Las dos primeras viven sultarán y se burlarán de él, como en el episo-
de las rentas del marido de Gladys, uno de dio siguiente cuando trata de explicar su oficio
esos «turistas adinerados» que también se de lector de tarot:
desenvuelve en el medio de la contracultura Al consultar el tarot soy como un
acapulqueña; Paulhan, a su vez, vive a costa oráculo: doy respuestas precisas, con-
de éstas: ninguno tiene una verdadera activi- cluyentes, que sirven como clave para
dad laboral o artística. Como se ha visto con un mejor entendimiento interno y como
la cita, es además un medio cosmopolita, con base para decisiones importantes. Trato
ello, la inserción de palabras o de frases en de penetrar en las personas hasta el
fondo, escruto
inglés, en francés, o su seudo pronunciación,
¡Escruto!
será una constante del relato («A gifty from Yo escroto, dijo Virgilio.
a lady. A veddy ole lady»). Yo clítoris, reforzó Francine
17. Pero Acapulco se va a convertir en un es- profundizo en el alma, sus resquicios,
pacio generador de expectativas contrarias, sus abismos, sus luminosidades; y lo
pues las perspectivas de los dos protagonistas que veo lo transmito con veracidad, con
no coinciden, de Virgilio sabemos que: honestidad,
Rafael se mordió los labios. Sudaba.
Francine bostezó de nuevo34.
20. Está claro que el lenguaje y la solemni- mayor frustración, como lo expresa en el pa-
dad de Rafael son ridiculizados por Virgilio y saje siguiente:
sus amigos. Francine lo obligará a fumar y a Tenía que largarse de allí, templo de cu-
beber alcohol, incluso si Rafael tratará –dé- los-vergas-mamadas-coger, de locos vi-
bilmente– de resistirse, lo que provocará en ciosos enajenados léperos depravados
él alteraciones anímicas, que oscilarán entre soeces amorales inconscientes irrespe-
la paranoia, la angustia, la euforia y la empa- tuosos desconsiderados hijos de toda su
tía. La falta de respeto de los personajes es tal perdida y recogida madre. Y Virgilio era
de la misma calaña, pobre vicioso. Ade-
que, en otro momento, irrumpirán en el baño
más, era un traidor, porque con tal de
cuando Rafael está sentado en el escusado quedar bien con sus amistades depra-
con los pantalones bajados, sin importarles vadas era capaz de hacer chistes a cos-
sus protestas y no será la única vez que la no- tillas de Rafael con perfecto cinismo36.
vela incurra en lo escatológico. La evocación
22. Inseguro, hipócrita y algo paranoico, el
de escenas de sexo es también cruda y sin
ego de Rafael terminará hecho trizas en esta
ambages y la novela está además plagada de
encerrona. José Agustín domina con esta no-
insultos en varios idiomas y de albures. El al-
vela su estilo tan singular basado en la hibri-
bur, un rasgo lingüístico de la cultura popu-
dación de la voz narrativa; a diferencia de sus
lar mexicana, será integrado al lenguaje de la
dos primeras novelas, Se está haciendo tarde
Onda. Se trata de una práctica más bien mas-
está narrada en tercera persona, en una
culina que consiste en hacer juegos de pala-
suerte de continuidad narrativa donde se
bras de connotación sexual, a partir del doble
mezclan la prosa descriptiva y la representa-
sentido o de la paronomasia, el interlocutor
ción de las palabras y los pensamientos de los
aludido deberá responder devolviendo ese
distintos personajes: los diálogos o las voces
doble sentido sexual35. En pocas palabras, se
de los personajes son incorporados a través
trata de un duelo verbal para violar metafóri-
del discurso indirecto libre, o por medio del
camente al otro. El juego requiere de una ca-
discurso directo pero sin signos tipográficos
pacidad de respuesta y de un ingenio lingüís-
o verbos de discurso. En el ejemplo anterior,
tico y sexual que Rafael no posee.
queda claro que las palabras vicioso, traidor,
depravadas corresponden al discurso y a la
La atmósfera asfixiante
entonación que les imprimiría Rafael. Las
21. En una naturaleza deslumbrante y literal- «zonas de los personajes», como las deno-
mente paradisiaca como era la del Acapulco de mina Bajtín37, están admirablemente bien
los años sesenta y setenta, la novela se desarro- trabajadas, de tal suerte que el lector reco-
lla sobre todo en espacios cerrados: el departa- noce en cada caso la voz del personaje que se
mento que las canadienses comparten con está colando en el discurso del narrador sin
Paulhan y la camioneta en la que serán per- que éste lo especifique.
seguidos por una patrulla. A lo largo del re- 23. Las sensaciones de enclaustramiento y
lato Rafael desea huir, pero esta posibilidad de imposibilidad de escapatoria se traducen
será cada vez postergada o impedida, para su por el leitmotiv del ejercicio de respiración
que Rafael emprende cada vez que su paciencia
35Por ejemplo, en este pasaje, durante la persecución: entonación al texto y es el mismo efecto buscado con
«¡Otro bache!, exclamó Francine, ¡ya tengo cuadradas la división de palabras en sílabas. Ibid., p. 170.
las nalgas! Concédeme tu atención, pidió Virgilio». O 36 Ibid., p. 10. El autor subraya.
sea, encadenando con el final de la réplica de Fran- 37 O sea, la capacidad de resonar de ciertas voces en
cine, «las nalgas», Virgilio responde «Concédeme». una novela más allá de su campo de locución. Bakh-
Subrayado del autor, se trata de imprimirle una cierta tine 1978, p. 140.
o su cuerpo están a punto de estallar, y que Paulhan. Nomás esto nos faltaba; po-
aparece siete veces por lo menos en la novela: nernos a dar vueltas como pendejos,
dijo Francine39.
Respiró profundamente, contando cien
doscientos trescientos cuatrocientos 25. En este círculo vicioso, en el que se
quinientos seiscientos setecientos, al in- vuelve siempre a la intersección de cinco ca-
halar; setecientos seiscientos quinien- lles y la gran campana roja en la casa esqui-
tos cuatrocientos trescientos doscientos nada, se perfila el motivo del laberinto, una
cien, al exhalar38. alegoría que remite al viaje iniciático que per-
24. Se añaden a esta sensación de enclaus- mitirá el acceso al centro escondido. Ese mo-
tramiento los presagios que vislumbra Rafael, tivo prefigura el viaje de Rafael a las
primero, en una visión en la que ve a Francine profundidades del inconsciente. Así, entre
saltar por el balcón, y luego al tender las cartas los insultos, las burlas, la agresividad y el de-
para leer el tarot a Gladys. La tensión se ami- seo de escapar del protagonista se va creando
nora un poco cuando los personajes salen a una tensión en el relato, de tal suerte que el
comer y Virgilio promete a Rafael que se lector experimenta una especie de intoxica-
marcharán después. Pero cuando creemos ción también. La narración de la primera en-
que al fin Rafael va a escaparse del grupo, la cerrona en el departamento se extiende a lo
camioneta en la que debían conducirlos a su largo de sesenta páginas, la misma extensión
casa es perseguida por una patrulla. Ésta se ocupa el trayecto en coche, es decir, casi la
va a convertir en otro espacio de encierro, mitad de la novela transcurre en estos dos es-
exacerbado por el temor de Rafael a la poli- pacios cerrados40, que solo los chistes y los
cía, el rock sicodélico a todo volumen, el juegos de palabras entre los personajes –por
humo de la mariguana, los ademanes obsce- ejemplo, «¿Karma sencillo o karma matri-
nos y las provocaciones de Francine a los po- monial?»– permiten soportar.
licías y la manera de manejar de Virgilio, que 26. Las condiciones de escritura de la novela
va gozando divertidísimo la persecución. El tuvieron sin duda un impacto en la recrea-
auto da vueltas en redondo sin poder salir del ción de esa atmósfera enrarecida. Como he-
rumbo de Mozimba, volviendo sin cesar a la mos mencionado, la novela fue escrita en la
misma encrucijada: cárcel, o sea, literalmente al margen de la so-
Pobres agentitos, comentó, desde que ciedad, su génesis mismo es más que contra-
entraste en esta zona absurda se la han cultural, y la reclusión que padeció el autor
pasado bañados en polvo. Que paguen en la cárcel se expresa en el relato en ese vai-
su karma, sentenció Paulhan, sonriendo. vén entre la sensación de enclaustramiento y
¿Karma sencillo o karma matrimonial? el deseo de evasión de Rafael. En esta novela,
Virgilio encendió otro cigarro de mari-
la traumática vivencia carcelaria no es con-
guana y Paulhan se dedicó a liar más ci-
garros, en especial uno de treinta tada sino exorcizada a través de la ficción y
centímetros, con hojas pegadas, pero se decantada por una poética de la reclusión, a
asombró como todos al ver que volvían través de personajes prisioneros de sus debi-
a llegar a la intersección de calles con la lidades, que tratan de huir, sin éxito, de at-
casa de la gran campana roja y Pie de la mósferas enviciadas. Después de Se está
Cuesta, más allá, con las olas rompiendo haciendo tarde José Agustín recreará el
en la franja de vegetación que las dividía
de la laguna de Coyuca. ¡Volvimos al
mismo lugar, no es posible! Siempre se
vuelve al punto del principio!, recitó
41Además de Se está haciendo tarde, integran este ci- posteriores, «Mírate en este espejo», de No hay cen-
clo carcelario la obra de teatro Círculo vicioso (1972); sura (1988); «Me encanta el infierno», de No pases
la novela El Rey se acerca a su templo (1976); la se- esta puerta (1992).
gunda autobiografía de José Agustín, El rock de la cárcel 42 Agustín 1973, p. 217.
30. El paraíso aparece sugerido desde el 31. El viaje de los personajes los conduce, se-
inicio de la novela, en la naturaleza exube- gún el caso, a la iluminación, precedida de la
rante de Pie de la Cuesta y la laguna de Co- oscuridad total, en la que Rafael alcanza la
yuca, vislumbradas por Rafael desde una totalidad o sea el conocimiento de Sí mismo
colina cuando está buscando la casa de Virgi- o Self. En el caso de Francine y Gladys, el
lio al llegar a Acapulco. El intertexto de la Di- viaje conduce al extravío mental y físico, el te-
vina Comedia de Dante planea desde luego en mido freakout o azote, ambas saltan de la
esta novela, pero interpretado por un logos barca en pleno delirio, Paulhan y Virgilio se
pagano: el infierno y el paraíso son estados in- debaten por su parte entre la vida y la
teriores que corresponden a cada individuo y muerte. En ese momento, la historia se de-
no estados ultraterrenos y escatológicos. José tiene en medio de la laguna de Coyuca con las
Agustín había descubierto las obras del psi- palabras del pescador que contratan para un
quiatra Carl Gustav Jung (1875-1961) algunos paseo en barca y que explican el título de la
años antes de escribir esta novela y la huella novela: «Yo creo que mejor nos regresamos.
de sus lecturas es muy clara en la dimensión Se está haciendo tarde45». Las palabras del
simbólica y psicológica de las experiencias si- pescador, un hombre mayor y parco que apa-
codélicas de sus personajes. Según Jung, la rece como la voz de la sabiduría, son enigmá-
personalidad humana es una estructura dia- ticas. Nunca sabremos si los personajes
léctica cuyo objetivo es el de llegar a una volverán con vida de este viaje al incons-
unión de contrarios (unio oppositorum), o ciente.
sea, el Self o sí mismo. Habiendo previamente 32. Entonces, esta novela sí que propone
aceptado su sombra, Rafael experimenta en una lectura alternativa o contracultural de
la novela ese proceso de individuación44, de algunos tópicos literarios y atenta contra
manera acelerada por la droga. O sea, se en- ciertas convenciones narrativas pero, sobre
frentará progresivamente a sus aspectos nega- todo, atenta contra las expectativas del pro-
tivos y a sus complejos a lo largo de la tagonista y del lector. Exceso, decadencia y
intoxicación, para entrar en un proceso de des- desenfreno se postulan como una ética con-
personalización total. La escena que culmina tracultural, pero ésta se revela como dolorosa
ese proceso de pulverización del ego es aque- y arriesgada para el protagonista, posible-
lla en que Rafael, pobretón y tacaño, defeca mente letal para todos los personajes: el
bajo los efectos de la silocibina y se limpia lago, donde termina el relato, simboliza
con los escasos billetes que llevaba para el los paraísos ilusorios, porque atrae a los hu-
viaje. Si nos atenemos a la psicología del manos a la muerte en muchas leyendas y mi-
personaje que se nos ha presentado, siempre tos. Se está haciendo tarde es entonces la
preocupado por la falta de dinero, se trata de negación esperpéntica de la utopía de la revo-
una transgresión considerable. Además, la lución de las consciencias por medio de las dro-
contracultura pretendía, entre otras cosas, gas, no obstante, la novela plantea como quiera
subvertir los valores del capitalismo y esa es- la posibilidad de un conocimiento de sí
cena por demás escatológica, summum del mismo, así sea espeluznante, a través de di-
antidecoro, alegoriza la inversión de valores cho medio.
que se ha producido ya en Rafael.
33. Plagada de letras de canciones y mencio- económica y socialmente en los años sesenta,
nes de grupos emblemáticos de rock46, en par- los postulados de la Onda no fueron políti-
ticular de rock sicodélico, a la manera de una cos, sino societales, y los textos literarios de
banda sonora, esta novela, escrita desde las la llamada literatura de la Onda presintieron
márgenes, también puede leerse como un ho- y expresaron esos cambios en México con
menaje ambiguo a la generación contestataria, mayor intensidad y originalidad que la mú-
desinhibida y hedonista del autor. En efecto, Se sica u otras artes. Aunque efímero, el movi-
está haciendo tarde rehúye cualquier idealiza- miento social de la Onda fue marginal, no
ción de los alucinógenos o de los llamados on- solo por su lenguaje arrabalero sino por su
deros, pero no deja de ser profundamente manera de identificarse con grupos sociales
contracultural por expresar también desenfre- marginados de la sociedad mexicana: los in-
nadamente esa ética y esa búsqueda de un mo- dígenas y el hampa (dicho sea de paso, con la
delo de vida alternativo. Según Carlos que algunos terminaron conviviendo en la
Monsiváis, cárcel, como José Agustín).
35. Después de Se está haciendo tarde José
La Onda es el primer movimiento del Agustín volverá a recrear los universos contra-
México contemporáneo que se rehúsa
culturales en otros textos y géneros publica-
desde posiciones no políticas a las con-
cepciones institucionales y nos revela dos en los setenta, pero la novela que nos
con elocuencia la extinción de una hege- ocupa es sin duda la más intensa y desconcer-
monía cultural. Tal hegemonía se surte, tante de ese ciclo dentro de su producción. Ex-
en términos generales, en la visión gu- ceso, gozo, picardía, claustrofobia, saturación
bernamental de la Revolución Mexi- y trazo grotesco concurren en la historia y la ca-
cana y se concreta en el impulso nacio- racterización de esos personajes divertidos,
nalista47.
pero no menos decadentes, falsos y patéticos,
34. En efecto, el México emanado de la revo- con los que viajamos sin retorno en Se está ha-
lución mexicana se había transformado ciendo tarde.
Referencias bibliográficas
46Banda sonora muy recomendable para quien apre- Delaney & Bonnie, Eric Clapton, Animals, Led Zeppe-
cia el rock: Traffic, Beatles, Rolling Stones, Procol Ha- lin, Wilson Pickett, Iron Butterfly, Archies, Joe Co-
rum, Spirit, Grateful Dead, Bob Dylan, Pink Floyd, cker, Frank Zappa, Moddy Blues, Procol Harum.
Donovan, Buffalo Springfield, Jefferson Airplane, 47 Monsiváis 1977, p. 235.