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En la formación de
un relieve interviene
la litología
(naturaleza del
terreno), la tectónica
(fuerzas internas) y
erosión (dinámicas
externas).
De la litología
depende la
respuesta del
conjunto rocoso a la tectónica o la erosión. En función de su competencia, plasticidad.... se obtendrá
una u otra forma de relieve. (Granito-caliza-arcilla)
La tectónica eleva, rompe, pliega o hunde las rocas. Relación entre la fuerza de empuje y las
cualidades plásticas de las rocas.
La erosión se relaciona con el clima, el paso del agua y la meteorización de las rocas. Son
complejos procesos de transformación en los que intervienen los factores erosivos: hielo, agua,
viento... etc.
Ahora veremos las tres principales formas de relieve desde el punto de vista estructural. La
estructura es la relación que existe entre la disposición interna de los elementos de un conjunto y la
forma externa a la que estos elementos da lugar. Es como su arquitectura. Entonces, el relieve
estructural es aquel cuya superficie o litología se halla condicionado por su estructura interna.
Una FALLA es una fractura de las rocas acompañada de un movimiento relativo de los bloques. La
magnitud de este desplazamiento o salto es muy diverso, de unos milímetros a decenas de
kilómetros. No confundir las fallas con las DIACLASAS, que son fracturas en las rocas sin
deslizamiento.
Tipos de desplazamiento de un bloque de falla.
Los movimientos verticales dan lugar a elevaciones o hundimientos de las masas rocosas, a cuyos
bloques afectados se les da el nombre de DOVELAS. El desnivel inicial provocado por estos
movimientos es el ESCARPE ORIGINAL DE FALLA, pero cuando ha sido modificado por la
erosión recibe el nombre de ESCARPE DE LÍNEA DE FALLA.
Si una dovela queda hundida entre dos elevadas, se denomina FOSA O GRAVEN. Y cuando queda
elevada entre dos hundidos, recibe el nombre de HORST.
Cuando los movimientos son horizontales pueden provocar deslizamientos relativos laterales. Con
frecuencia, en las zonas muy afectadas por los movimientos tectónicos se observan verdaderos
campos de fallas donde se observan un conjunto de campos hundidos y levantados.
Las fallas constituyen líneas de debilidad en el relive, por lo que suelen ser aprovechadas por la
erosión. Así, a veces coinciden con vaguadas e incluso con grandes valles cuando estas son
importantes.
Igualmente, si las fracturas de los escudos o de los macizos antiguos son lo suficientemente
profundas, pueden ir acompañadas de fenómenos volcánicos, generando verdaderas cadenas de
volcanes. La red fluvial, en estos casos, pone de manifiesto la fracturación del terreno.
3. CUENCAS SEDIMENTARIAS
Son áreas
deprimidas donde se
van depositando y
acumulando
diversas rocas
sedimentarias. Las
rocas apenas han
sufrido cambios en
su disposición
original,
encontrándose depositadas en capas horizontales en el centro y suavemente inclinadas en sus
bordes.
La progresiva incisión va desgastando los estratos e individualizando formas de relieve, dando lugar
a los cerros testigo, que dan fe de la continuidad de la antigua superficie horizontal. Y a los
antecerros, que constituyen un relieve más desgastado. La red fluvial de una región de estructura
horizontal no suele presentar una dirección predeterminada, pero su influencia en la creación del
relieve es muy importante.
En los bordes de las cuencas de sedimentación los estratos se encuentran suavemente inclinados en
la misma dirección y dan lugar a un relieve de estructura monoclinal. También podemos encontrarlo
fuera de las cuencas de sedimentación, como consecuencia de una leve tectónica.
La inclinación de los estratos da lugar a un relieve disimétrico, donde es fundamental la alternancia
de estratos con distintas resistencia. Así, la erosión trabaja fácilmente sobre las rocas más débiles,
dejando al descubierto las más resistentes y dando originalidad al relieve.
La forma más característica de este relieve es la CUESTA. Se compone de frente, formado por un
escarpe debido a la interrupción de la capa resistente. Y dorso, que corresponde al reverso de la capa
dura inclinada.
Los anticlinales son pliegues que se caracterizan porque su núcleo está constituido por las rocas más
antiguas de la serie plegada. Los sinclinales son pliegues que se caracterizan porque su núcleo está
ocupado por las rocas más recientes de la serie plegada.
En general, los plegamientos afectan a una amplia extensión de terreno, por lo que en muy pocas
ocasiones los pliegues aparecen aislados, agrupándose en sistemas organizados de mayor radio.
Cuando anticlinales y sinclinales no se encuentran sensiblemente modificados por la erosión, se
consideran estructuras de plegamiento primitivas, y los relieves a los que dan lugar son conformes
con la estructura. Este tipo de relieve de pliegues regulares se conoce como ESTILO JURÁSICO.
Cuando el empuje orogénico es muy fuerte, los anticlinales pueden ser tumbados, arrancados de sus
raíces y depositados muy lejos de donde originalmente se depositaron los estratos. Se configura así
un relieve de MANTOS DE CORRIMIENTO conocido como ESTILO ALPINO. La acción erosiva
sobre estos mantos de corrimiento puede dejar parcialmente al descubierto el terreno sobre el que se
desplazaron, formando las denominadas VENTANAS TECTÓNICAS. Incluso puede
desmantelarlos y dejar solo algún relieve residual: la KLIPPE, testigos del antiguo manto.
La acción erosiva sobre las estructuras de plegamiento puede llegar a desgastar totalmente el relieve
creado por la tectónica y formar extensas superficies de erosión llamadas PENILLANURAS. El
arrasamiento total de los materiales que constituyen los pliegues de cobertera, dejaría al descubierto
el sustrato sobre el que se habían depositado las rocas sedimentarias. La red hidrográfica en las
regiones plegadas presenta un trazado en bayoneta, con unas redes principales que siguen su curso a
lo largo de los valles principales, adaptándose a la estructura, y otros que los seccionan en CLUSE.
Conceptos:
Biotopo: Base física de la biocenosis, compuesta por esencialmente por la geomorfología, la
climatología y la hidrología.
Curva hipsométrica: Curva que indica el porcentaje de área de una cuenca, o bien la superficie de
cuenca que existe por encima de una cota determinada.
Procesos diastróficos: Fuerzas internas que han deformado la corteza terrestre. Pueden ser
orogénicos o epirogénicos.
Movimientos epirogénicos: Lentos movimientos diastróficos no perceptibles responsables de la
formación de continentes, en sentido horizontal. Surgen como una compensación del desequilibrio
isostático.
Buzamiento: Ángulo que forma la línea de máxima pendiente de la superficie de un estrato, filón o
falla con su proyección sobre el plano horizontal.
Perfil transversal de una sucesión monoclinal de estratos con pendiente hacia la izquierda. Los
colores más oscuros representan las capas más resistentes a la erosión.
Estructuras monoclinales/ aclinales: Relieves estructurales cuyas capas se encuentran paralelas y
generalmente inclinadas en la misma posición, sin estar afectados por un pliegue. Relieve de cuesta/
relieves estructurales cuyas capas se presentan llanas y sin inclinación, generalmente en grandes
cuencas sedimentarias (relieve tabular de páramos y campiñas). Las estructuras aclinales están
afectadas por movimientos epirogénicos en forma de basculamiento (anticlinal o sinclinal).
Aquí vemos una panorámica desde el Sur de la ciudad de Jaén. El conjunto más próximo a la
mirada constituye el área de la depresión del Guadalquivir, con materiales sedimentarios que datan
del Neógeno y el Cuaternario, apareciendo arcillas, margas y areniscas. En este caso, margas con
cultivos de olivares.
Al Norte (derecha) se vislumbran los cerros del Castillo, La Peña y La Mella, formados por
materiales calizos del Cretácico. Destaca en La Peña las canteras para la explotación de materiales
calizos empleados en la construcción. Todo esto pertenece al conjunto Prebético.
Al Sur (izquierda) se alza el imponente macizo de Jabalcuz. Está formado por calizas y dolomías
del Jurásico, y su estructura jurásica cabalga sobre las calizas del Prebético más modernas.
Columna estratigráfica del Subbético
Cordilleras Béticas
El río Quiebrajano a su paso por Otíñar presenta un rasgo atípico en los valles fluviales de montaña:
una llanura en el fondo del valle fluvial, con dirección paralela al río y excavada por el mismo, en
una extraña trayectoria sinuosa. El encajamiento del río ha hecho aflorar a los lados de esta llanura
las capas de sedimentos que se encuentran debajo de esta.
El análisis de estos sedimentos nos lleva a interpretar que existió en esta llanura un paleoembalse
natural formado por deslizamiento. Al verse este embalse colmatado de sedimentos con el paso del
tiempo, el agua volvió a fluir. Los procesos de sedimentación y de colmatación que ocurren en una
cuenca fluvial dependen del nivel de base de su desembocadura (ya sea en un lago, en otro río o en
el mar), por lo tanto, en la cuenca alta suelen predominar los procesos de erosión y en la baja los de
colmatación.
Sin embargo, al tener el río Quiebrajano un embalse natural en su cuenca alta, en otros tiempos
predominaron los procesos de colmatación que, al llegar el lago a su tope, hicieron que se
reestableciera el equilibrio en forma de violentos procesos erosivos y de encajamiento. Así se ve en
este tramo del Quiebrajano, en el que se observan tubificaciones (galerías por las que se infiltra el
agua de lluvia que ocasionan la desestabilización de las laderas), deslizamientos rotacionales y
caídas de olivos. El río Quiebrajano lleva sus aguas al río Guadalbullón.
Lo que observamos aquí es un
SINCLINAL (si el plegamiento fuera
convexo sería un anticlinal) producido
sobre las rocas del Jurásico Inferior-
Medio. Se trata de una estructura
geológica de deformación que resulta de
la flexión de las rocas.
Estructura geológica: disposición y
ordenación relativa de los diferentes
niveles o conjuntos de rocas existentes en
un sector determinado.
Cuando las formas del relieve
observables se deben fundamentalmente
a la influencia que ha ejercido dicha
estructura (relieve, erosión, agua)
hablaremos desde el punto de vista
geomorfológico de relieves estructurales.
En el caso del valle del Quiebrajano es
paradigmática la influencia del relieve
estructural, ya que el río discurre por el
mismo núcleo del sinclinal.
Sin embargo, en el área del Castillo de Otíñar, donde es la estructura misma la que ha condicionado
la actual forma del terreno, encontrándonos lo que se conoce como RELIEVE CONCORDANTE.
Las formas elevadas coinciden con los anticlinales y las formas deprimidas con los sinclinales.
En este contexto de
relieve concordante,
las formas anticlinales
se llaman MONT, y
las sinclinales VAL. El
valle del Quiebrajano
sería un ejemplo de
val.
El castillo se asienta
sobre calizas oolíticas
del Jurásico Medio. Al
lado del castillo
aparecen las calizas
nodulosas rojas del
Jurásico Superior, y al
otro lado las calizas
margosas del
Cretácico Inferior.
Estos dos tipos de
calizas se hallan muy
cubiertas por suelos y derrubios.
Unos metros antes de llegar al cerro observamos una falla que separa las calizas margosas del
Cretácico de las calizas oolíticas del Jurásico sobre las que se asienta el castillo. En estas zonas
calcáreas es común la presencia del Amonítico Rosso, común en otras cordilleras alpinas del
entorno del Mediterráneo, el Rif, los Alpes y los Apeninos.
Aquí aparece otro rasgo característico
de las laderas de las montañas
carbonatadas: los canchales. Se trata de
acumulación de fragmentos de roca a
favor de la pendiente de una ladera por
acción de la gravedad. También
denominados “conos de derrubios” por
adoptar la forma de un abanico o cono
desplegado.