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CONCEPTOS BÁSICOS DE GEOMOROFLOGÍA

1. LOS RELIEVES ESTRUCTURALES

En la formación de
un relieve interviene
la litología
(naturaleza del
terreno), la tectónica
(fuerzas internas) y
erosión (dinámicas
externas).
De la litología
depende la
respuesta del
conjunto rocoso a la tectónica o la erosión. En función de su competencia, plasticidad.... se obtendrá
una u otra forma de relieve. (Granito-caliza-arcilla)
La tectónica eleva, rompe, pliega o hunde las rocas. Relación entre la fuerza de empuje y las
cualidades plásticas de las rocas.
La erosión se relaciona con el clima, el paso del agua y la meteorización de las rocas. Son
complejos procesos de transformación en los que intervienen los factores erosivos: hielo, agua,
viento... etc.
Ahora veremos las tres principales formas de relieve desde el punto de vista estructural. La
estructura es la relación que existe entre la disposición interna de los elementos de un conjunto y la
forma externa a la que estos elementos da lugar. Es como su arquitectura. Entonces, el relieve
estructural es aquel cuya superficie o litología se halla condicionado por su estructura interna.

2. LOS MACIZOS ANTIGUOS/ ESCUDOS

Constituyen la unidad morfoestructural más antigua de los continentes. Son extensiones de


formaciones rocosas que datan del Precámbrico, que en su momento fueron plegadas, fracturadas o
basculadas, y cuya topografía inicial ha sido arrasada por la erosión. La litología es normalmente
ÍGNEA y METAMÓRFICA. En algunos casos están cubiertos por materiales sedimentarios.
Las formas topográficas que presentan en la actualidad son variadas, debido a la influencia de la
erosión y la tectónica. Destaca su morfología plana, resultado de arrasamiento de antiguos relieves,
que recibe el nombre de SUPERFICIE DE EROSIÓN, sobre los que a veces destacan los MONTES
ISLA. Topográficamente, apenas existe diferencia entre los macizos antiguos y las llanuras
horizontales, aunque su estructura interna no tenga nada en común.
Un nuevo levantamiento tectónico puede reactivar el proceso erosivo en la superficie de erosión. Si
esta procedía del arrasamiento sobre materiales plegados, apareciendo materiales de distinta
coherencia y resistencia, la acción de la erosión diferencial puede dar lugar una nueva forma de
relieve muy característica: EL RELIEVE APALACHENSE.
Este se caracteriza por la alineación de crestas paralelas de igual altura, originadas por los estratos
plegados más resistentes. Dichos estratos quedan en resalte sobre las rocas más deleznables, que
han sido erosionadas y dan lugar a largas y estrechas depresiones. La rigidez de los materiales
antiguos que constituyen los escudos hacen que sean incapaces de plegarse ante los empujes
tectónicos, por lo que responden a ellos rompiéndose. El mismo efecto puede producirse en
materiales más recientes de rocas sedimentarias, cuando el empuje es tan fuerte que supera su límite
de plasticidad, o cuando el sustrato ígneo sobre el que se encuentra se rompe.

Una FALLA es una fractura de las rocas acompañada de un movimiento relativo de los bloques. La
magnitud de este desplazamiento o salto es muy diverso, de unos milímetros a decenas de
kilómetros. No confundir las fallas con las DIACLASAS, que son fracturas en las rocas sin
deslizamiento.
Tipos de desplazamiento de un bloque de falla.
Los movimientos verticales dan lugar a elevaciones o hundimientos de las masas rocosas, a cuyos
bloques afectados se les da el nombre de DOVELAS. El desnivel inicial provocado por estos
movimientos es el ESCARPE ORIGINAL DE FALLA, pero cuando ha sido modificado por la
erosión recibe el nombre de ESCARPE DE LÍNEA DE FALLA.

Si una dovela queda hundida entre dos elevadas, se denomina FOSA O GRAVEN. Y cuando queda
elevada entre dos hundidos, recibe el nombre de HORST.
Cuando los movimientos son horizontales pueden provocar deslizamientos relativos laterales. Con
frecuencia, en las zonas muy afectadas por los movimientos tectónicos se observan verdaderos
campos de fallas donde se observan un conjunto de campos hundidos y levantados.
Las fallas constituyen líneas de debilidad en el relive, por lo que suelen ser aprovechadas por la
erosión. Así, a veces coinciden con vaguadas e incluso con grandes valles cuando estas son
importantes.
Igualmente, si las fracturas de los escudos o de los macizos antiguos son lo suficientemente
profundas, pueden ir acompañadas de fenómenos volcánicos, generando verdaderas cadenas de
volcanes. La red fluvial, en estos casos, pone de manifiesto la fracturación del terreno.

3. CUENCAS SEDIMENTARIAS

Son áreas
deprimidas donde se
van depositando y
acumulando
diversas rocas
sedimentarias. Las
rocas apenas han
sufrido cambios en
su disposición
original,
encontrándose depositadas en capas horizontales en el centro y suavemente inclinadas en sus
bordes.

El proceso de sedimentación da lugar a la estratificación horizontal de los materiales en zonas


continentales o en mares poco profundos. Si la acumulación de sedimentos presenta una pequeña
tendencia al hundimiento se llama CUENCA DE SEDIMENTACIÓN.
Cuando los materiales no han sufrido empujes tectónicos, muestran una disposición horizontal de
los estratos, y dan lugar a un relieve llano, de estructura horizontal, en el centro de la cuenca.
La evolución del relieve depende de la resistencia y el espesor de cada una de las series de
sedimentos a la acción erosiva. Con el paso del tiempo, el estrato superior de la serie sedimentaria
ve seccionada su extensión inicial por la acción de la red fluvial, pudiendo llegar a ser totalmente
desmantelado. Este proceso puede afectar también a los estratos inferiores.
Las mesas son amplias superficies topográficamente planas, cuya estructura está formada por una
alternancia de estratos horizontales. Sus bordes están formados por escarpes de erosión, constituidos
por rocas más resistentes en la parte alta, y un talud de rocas menos resistentes en la base.

La progresiva incisión va desgastando los estratos e individualizando formas de relieve, dando lugar
a los cerros testigo, que dan fe de la continuidad de la antigua superficie horizontal. Y a los
antecerros, que constituyen un relieve más desgastado. La red fluvial de una región de estructura
horizontal no suele presentar una dirección predeterminada, pero su influencia en la creación del
relieve es muy importante.

En los bordes de las cuencas de sedimentación los estratos se encuentran suavemente inclinados en
la misma dirección y dan lugar a un relieve de estructura monoclinal. También podemos encontrarlo
fuera de las cuencas de sedimentación, como consecuencia de una leve tectónica.
La inclinación de los estratos da lugar a un relieve disimétrico, donde es fundamental la alternancia
de estratos con distintas resistencia. Así, la erosión trabaja fácilmente sobre las rocas más débiles,
dejando al descubierto las más resistentes y dando originalidad al relieve.
La forma más característica de este relieve es la CUESTA. Se compone de frente, formado por un
escarpe debido a la interrupción de la capa resistente. Y dorso, que corresponde al reverso de la capa
dura inclinada.

El relieve en cuestas presenta


algunas diferencias en relación a
las distintas características de los
estratos alternantes, según sea su
resistencia, su espesor relativo y su
buzamiento o grado de inclinación.
La red fluvial es un factor
determinante en la evolución del
relieve monoclinal, y su actuación
varía en relación con la litología
más o menos resistente y el grado
de inclinación de los estratos. Los
ríos principales siguen la dirección del buzamiento de las series sedimentarias, y sus afluentes
circulan paralelos a los frentes de cuesta.
A su vez, los subafluentes pueden nacer y deslizarse por el frente, o por un solo dorso. Todo el
conjunto configura una característica red de drenaje en el rejado.
4. CADENAS DE PLEGAMIENTO

Las montañas son resultado de


las fuerzas procedentes del
interior de la tierra. Ante ellas
las rocas responden plegándose
o fracturándose, según sean sus
propiedades de plasticidad, y
condicionan relieves de
estructuras muy complejas.
En las coberteras sedimentarias
o conjunto de materiales que
recubren un escudo o un macizo
antiguo, la forma más elemental
es el plegamiento en una sucesión de ondulaciones, siempre que exista un nivel de despegue.
En relación de las características de las series afectadas, y en relación a las fuerzas de empuje,
pueden configurarse distintos tipos de pliegues.
En ellos, los sectores de mayor curvatura reciben el nombre de CHARNELAS, y lo que unen a estas
se llaman FLANCOS.

Los anticlinales son pliegues que se caracterizan porque su núcleo está constituido por las rocas más
antiguas de la serie plegada. Los sinclinales son pliegues que se caracterizan porque su núcleo está
ocupado por las rocas más recientes de la serie plegada.
En general, los plegamientos afectan a una amplia extensión de terreno, por lo que en muy pocas
ocasiones los pliegues aparecen aislados, agrupándose en sistemas organizados de mayor radio.
Cuando anticlinales y sinclinales no se encuentran sensiblemente modificados por la erosión, se
consideran estructuras de plegamiento primitivas, y los relieves a los que dan lugar son conformes
con la estructura. Este tipo de relieve de pliegues regulares se conoce como ESTILO JURÁSICO.

Pero lo más frecuente es que la


erosión ponga de manifiesto sus
efectos en mayor o menor grado. En
un primer momento, la acción del
agua de lluvia da lugar a la formación
de una RUZ, pequeño barranco en el
flanco del anticlinal que se hace cada
vez más profundo. Si las series no
son uniformes, pueden dejar en
resalte líneas de capas resistentes en
forma triangular, denominadas
CHEVRON.
Con frecuencia los anticlinales se ven cortados transversalmente en dirección al plegamiento por
angostos valles fluviales (HOZ/FOZ/CLUSE). Su origen puede estar relacionado con fenómenos de
antecedencia: si el río circulaba con anterioridad a la deformación del relieve. O de
sobreimposición: si el relieve de plegamiento era anterior a la instalación de la red fluvial y se
encontraba oculto por una serie sedimentaria. Así, cuando esta desaparece, el río puede seguir su
curso inicial atravesando la estructura anticlinal anterior.
La erosión de la charnela anticlinal da lugar a un VALLE ANTICLINAL (COMBE), longitudinal al
eje del pliegue. Su origen puede estar en la confluencia de varias RUCES, o en la erosión de las
vertientes de una CLUSE, y su profundización variará según sea la capacidad erosiva del curso del
agua que la genera y la litología de los estratos. La COMBE queda enmarcada por cornisas o crestas
que se corresponden con estratos resistentes que afloran en el flanco del anticlinal.
La progresiva acción de la erosión puede dar lugar a una completa inversión del relieve, es decir,
que las zonas que la tectónica había dejado en resalte, queden topográficamente debajo de las
inicialmente deprimidas, que ahora aparecen más elevadas. Es el caso del SINCLINAL
COLGADO, como consecuencia de la erosión producida en los anticlinales contiguos, modelados
en COMBES o en VALLES ANTICLINALES, que dejan en resalte topográfico al sinclinal que
existía entre ambos. Las formas de inversión del relieve son casi siempre de poca amplitud.

Cuando el empuje orogénico es muy fuerte, los anticlinales pueden ser tumbados, arrancados de sus
raíces y depositados muy lejos de donde originalmente se depositaron los estratos. Se configura así
un relieve de MANTOS DE CORRIMIENTO conocido como ESTILO ALPINO. La acción erosiva
sobre estos mantos de corrimiento puede dejar parcialmente al descubierto el terreno sobre el que se
desplazaron, formando las denominadas VENTANAS TECTÓNICAS. Incluso puede
desmantelarlos y dejar solo algún relieve residual: la KLIPPE, testigos del antiguo manto.
La acción erosiva sobre las estructuras de plegamiento puede llegar a desgastar totalmente el relieve
creado por la tectónica y formar extensas superficies de erosión llamadas PENILLANURAS. El
arrasamiento total de los materiales que constituyen los pliegues de cobertera, dejaría al descubierto
el sustrato sobre el que se habían depositado las rocas sedimentarias. La red hidrográfica en las
regiones plegadas presenta un trazado en bayoneta, con unas redes principales que siguen su curso a
lo largo de los valles principales, adaptándose a la estructura, y otros que los seccionan en CLUSE.

TEMA 3: La diversidad del medio geográfico en el planeta. La interacción de factores


ecogeográficos.

Conceptos:
Biotopo: Base física de la biocenosis, compuesta por esencialmente por la geomorfología, la
climatología y la hidrología.
Curva hipsométrica: Curva que indica el porcentaje de área de una cuenca, o bien la superficie de
cuenca que existe por encima de una cota determinada.
Procesos diastróficos: Fuerzas internas que han deformado la corteza terrestre. Pueden ser
orogénicos o epirogénicos.
Movimientos epirogénicos: Lentos movimientos diastróficos no perceptibles responsables de la
formación de continentes, en sentido horizontal. Surgen como una compensación del desequilibrio
isostático.
Buzamiento: Ángulo que forma la línea de máxima pendiente de la superficie de un estrato, filón o
falla con su proyección sobre el plano horizontal.

Perfil transversal de una sucesión monoclinal de estratos con pendiente hacia la izquierda. Los
colores más oscuros representan las capas más resistentes a la erosión.
Estructuras monoclinales/ aclinales: Relieves estructurales cuyas capas se encuentran paralelas y
generalmente inclinadas en la misma posición, sin estar afectados por un pliegue. Relieve de cuesta/
relieves estructurales cuyas capas se presentan llanas y sin inclinación, generalmente en grandes
cuencas sedimentarias (relieve tabular de páramos y campiñas). Las estructuras aclinales están
afectadas por movimientos epirogénicos en forma de basculamiento (anticlinal o sinclinal).

Cabalgamientos: Resultado de las


fuerzas de compresión, son el
resultado de fallas a la inversa, donde
han emergido materiales más
antiguos y “cabalgan” sobre los
estratos más modernos.
Movimientos isostáticos: Movimientos que surgen como consecuencia del equilibrio gravitacional
sobre la capa externa de la geosfera (corteza y manto antiguo), manifestándose en diferencias de
altitud para compensar la presión gravitacional sobre zonas de diferente densidad.
Astenosfera: Capa de la tierra inferior a la litosfera a partir de los 30 o 130 km de profundidad. Al
estar formada de materiales semisólidos y viscosos próximos a las bolsas de magma, sobre ella se
produce el movimiento de placas tectónicas, responsable de la deriva continental y la isostasia.
Escudos continentales: Región continental formada por rocas del Precrámbrico que no han sido
recubiertas por el mar, compuestos de las rocas más antiguas de la corteza terrestre, granitizadas y
metamorfizadas.
Cratones: Masa continental llegada a tal estado de rigidez en el pasado geológico (precámbrico)
que no ha sido afectada por los movimientos orogénicos posteriores.
Mesas: Zona elevada con una cima plana cuyos lados suelen ser acantilados abruptos.
Característica de zonas áridas. Caso particular del relieve tabular.
Antecerros: Relieve residual de una antigua plataforma horizontal de forma más o menos cónica y
más afectado por la erosión que el cerro testigo, habiendo desaparecido la parte resistente de la
cumbre.
Geosinclinales: Un sinclinal es un pliegue de la corteza terrestre que presenta los materiales más
recientes en su núcleo, con forma de U o V. Un geosinclinal es un sinclinal largo y profundo en
forma de fosa submarina, que se llena de sedimentos; estos, al acercarse mutuamente los bordes de
la cubeta, son expulsados de la misma, se elevan y forman una cordillera. El sinclinal, aunque muy
largo, es inicialmente poco profundo, pero su fondo se va hundiendo progresivamente bajo el peso
de los sedimentos que en él se depositan (materiales calcáreos, arcillas, margas) hasta formar un
flysch. Luego obran fuerzas tectónicas que en direcciones opuestas acercan dos taludes de la fosa,
lo que contribuye también a aumentar su profundidad y, por consiguiente, el espesor del depósito
sedimentario que sigue llenándola.
En las capas más profundas de la fosa los sedimentos se transforman en rocas metamórficas. Bajo
los efectos conjugados de la presión, la temperatura, las fumarolas y otras manifestaciones del
magmatismo, los sedimentos arcillosos se convierten en gneis y en micasquistos, mientras que los
sedimentos calcáreos se transforman en mármol.
Meteorización: Descomposición de los minerales y rocas en contacto con los diversos agentes
erosivos y químicos de la corteza terrestre.
Páramos: Gran extensión de terreno yermo y plano situado a gran altitud.
Cárcavas: Socavones producidos en terrenos blandos debido a la acción de la lluvia y las corrientes
de agua, provocados en parte por la falta de vegetación. Producen la denominada erosión
remontante.
Berrocales: Paisaje de bolones o berruecos, normalmente resultado de la descomposición
(meteorización) del granito y apareciendo en forma de rocas redondas apoyadas en el suelo o en
rocas de índole similar. El granito, a pesar de ser muy duro, es extremadamente sensible a la
meteorización; el agua penetra en sus fisuras y al helarse, provoca que la roca “estalle”
(crioclastia/gelifracción) y forme el paisaje característico.
Piedras caballeras: Rocas graníticas de gran tamaño apoyadas sobre una base más estrecha, dando
un aire de estabilidad. Son características de los berrocales y producto de la erosión diferencial del
granito.
Falla: Fractura generalmente plana que se da en un terreno donde se han deslizado los dos bloques
uno respecto al otro.
Diaclasas: Fractura en las rocas que no va acompañada de deslizamiento de bloques, producida por
distintos factores.
Conos detríticos: Acumulación de fragmentos de roca, generalmente en el fondo de un acantilado y
producida por el proceso de crioclastia (gelifracción).
Glacis: También llamado piedemonte,

EJEMPLO PRÁCTICO: GEOLOGÍA DE LA SIERRA SUR DE JAÉN

En la provincia de Jaén se diferencian


tres grandes conjuntos geológicos.
Norte, relieves de Sierra Morena:
cuarcitas, pizarras y granitos de la Era
Paleozoica. Cordillera Herciniana.
Sur-SE, exterior de la Bética: rocas del
Mesozoico. Calizas, dolomías, calizas
margosas y margas. La formación de la
Bética data del Cenozoico, es una
cordillera alpina y se extiende por el
Levante peninsular hasta el Norte de
África.
Las zonas externas de la Bética se subdividen en dos: el Prebético y el Subbético. La Sierra Sur de
Jaén se encuentra en el conjunto Subbético.
Centro: Depresión del Guadalquivir, formada por rocas sedimentarias mucho más modernas
(Neógeno y Cuaternario) formadas a partir de sedimentos marinos. Margas, areniscas y
conglomerados. Están sin deformar y son más blandas y menos resistentes a la erosión. La actual
depresión del Guadalquivir era un estrecho marino que conectaba el antiguo Mediterráneo con el
Atlántico hace unos 5 millones de años.

La Sierra Sur en detalle:

Aquí vemos una panorámica desde el Sur de la ciudad de Jaén. El conjunto más próximo a la
mirada constituye el área de la depresión del Guadalquivir, con materiales sedimentarios que datan
del Neógeno y el Cuaternario, apareciendo arcillas, margas y areniscas. En este caso, margas con
cultivos de olivares.
Al Norte (derecha) se vislumbran los cerros del Castillo, La Peña y La Mella, formados por
materiales calizos del Cretácico. Destaca en La Peña las canteras para la explotación de materiales
calizos empleados en la construcción. Todo esto pertenece al conjunto Prebético.
Al Sur (izquierda) se alza el imponente macizo de Jabalcuz. Está formado por calizas y dolomías
del Jurásico, y su estructura jurásica cabalga sobre las calizas del Prebético más modernas.
Columna estratigráfica del Subbético
Cordilleras Béticas

Cordilleras hercinianas: Sierra Morena

La siguiente columna estratigráfica


pertenece al Subbético Externo, con los
estratos ordenados cronológicamente.
En la primera capa (0-400m) se
encuentran dolomías y calizas del
Jurásico Inferior. En la segunda (400m),
alternancia (ritmita) de calizas margosas
y margas del Jurásico Inferior.
En la tercera (400-800m) calizas oolíticas
del Jurásico Medio. La cuarta (800m)
calizas nodulosas del Jurásico Superior, y
por último, alternancia de calizas
margosas y margas del Cretácico Inferior.
La dolomía es una roca sedimentaria de
origen químico que ha de tener más de un
50% de dolomita (si es inferior, se
considera caliza dolomítica).
Las calizas son rocas sedimentarias
formadas por carbonato cálcico
(generalmente calcita) y frecuentemente
con trazas de magnesita y otros
carbonatos. Es una roca menos dura que el cobre y reacciona con efervescencia ante los ácidos
(ácido clorhídrico). Se forman mediante procesos hídricos a partir de la precipitación del carbonato
cálcico, como es el caso de la mayoría de cuevas y los kars. O bien mediante procesos biológicos,
en el que el carbonato cálcico de los esqueletos de los seres vivos se acumula en forma de
sedimentos (denota la existencia de un mar tropical en eras anteriores).
La marga es otra roca sedimentaria compuesta principalmente por cuarcita y arcilla, muy común en
las formaciones montañosas del Mesozoico y con mucha presencia en la Cordillera Bética y el
Sistema Central. Las margas se depositan en entornos marinos o lacustres.
Todas estas rocas mencionadas pertenecen al ámbito de las rocas calcáreas. Constituyen el 25% del
registro sedimentario de la Tierra. De la metamorfización de calizas y dolomías puede surgir el
mármol, aunque es una roca metamórfica.

En la presente imagen observamos un


imponente escarpe de 160m de desnivel sobre
el río Quiebrajano. Aquí llama la atención la
claridad con la que aparece la estratificación,
en cuyas calizas la oxidación ha producido los
tonos amarillentos. Si realizáramos un corte
fresco sobre el suelo, veríamos los oolones de
las calizas, que aparecerían como diminutos
puntos milimétricos, que constituirían
pequeñas bolas de carbonato cálcico en la
textura caliza. Esto nos indica que el relieve se
formó en plataformas marinas de poca
profundidad, con oleaje y clima cálido.

El río Quiebrajano a su paso por Otíñar presenta un rasgo atípico en los valles fluviales de montaña:
una llanura en el fondo del valle fluvial, con dirección paralela al río y excavada por el mismo, en
una extraña trayectoria sinuosa. El encajamiento del río ha hecho aflorar a los lados de esta llanura
las capas de sedimentos que se encuentran debajo de esta.
El análisis de estos sedimentos nos lleva a interpretar que existió en esta llanura un paleoembalse
natural formado por deslizamiento. Al verse este embalse colmatado de sedimentos con el paso del
tiempo, el agua volvió a fluir. Los procesos de sedimentación y de colmatación que ocurren en una
cuenca fluvial dependen del nivel de base de su desembocadura (ya sea en un lago, en otro río o en
el mar), por lo tanto, en la cuenca alta suelen predominar los procesos de erosión y en la baja los de
colmatación.
Sin embargo, al tener el río Quiebrajano un embalse natural en su cuenca alta, en otros tiempos
predominaron los procesos de colmatación que, al llegar el lago a su tope, hicieron que se
reestableciera el equilibrio en forma de violentos procesos erosivos y de encajamiento. Así se ve en
este tramo del Quiebrajano, en el que se observan tubificaciones (galerías por las que se infiltra el
agua de lluvia que ocasionan la desestabilización de las laderas), deslizamientos rotacionales y
caídas de olivos. El río Quiebrajano lleva sus aguas al río Guadalbullón.
Lo que observamos aquí es un
SINCLINAL (si el plegamiento fuera
convexo sería un anticlinal) producido
sobre las rocas del Jurásico Inferior-
Medio. Se trata de una estructura
geológica de deformación que resulta de
la flexión de las rocas.
Estructura geológica: disposición y
ordenación relativa de los diferentes
niveles o conjuntos de rocas existentes en
un sector determinado.
Cuando las formas del relieve
observables se deben fundamentalmente
a la influencia que ha ejercido dicha
estructura (relieve, erosión, agua)
hablaremos desde el punto de vista
geomorfológico de relieves estructurales.
En el caso del valle del Quiebrajano es
paradigmática la influencia del relieve
estructural, ya que el río discurre por el
mismo núcleo del sinclinal.

Sin embargo, en el área del Castillo de Otíñar, donde es la estructura misma la que ha condicionado
la actual forma del terreno, encontrándonos lo que se conoce como RELIEVE CONCORDANTE.
Las formas elevadas coinciden con los anticlinales y las formas deprimidas con los sinclinales.
En este contexto de
relieve concordante,
las formas anticlinales
se llaman MONT, y
las sinclinales VAL. El
valle del Quiebrajano
sería un ejemplo de
val.
El castillo se asienta
sobre calizas oolíticas
del Jurásico Medio. Al
lado del castillo
aparecen las calizas
nodulosas rojas del
Jurásico Superior, y al
otro lado las calizas
margosas del
Cretácico Inferior.
Estos dos tipos de
calizas se hallan muy
cubiertas por suelos y derrubios.
Unos metros antes de llegar al cerro observamos una falla que separa las calizas margosas del
Cretácico de las calizas oolíticas del Jurásico sobre las que se asienta el castillo. En estas zonas
calcáreas es común la presencia del Amonítico Rosso, común en otras cordilleras alpinas del
entorno del Mediterráneo, el Rif, los Alpes y los Apeninos.
Aquí aparece otro rasgo característico
de las laderas de las montañas
carbonatadas: los canchales. Se trata de
acumulación de fragmentos de roca a
favor de la pendiente de una ladera por
acción de la gravedad. También
denominados “conos de derrubios” por
adoptar la forma de un abanico o cono
desplegado.

Aparte de la gravedad, la fuerza que interviene en estas formaciones es la


gelifracción o el proceso de crioclastia. Dentro de la clasificación de
procesos periglaciares, la crioclastia es especialmente importante por su
poder modelador del relieve. El agua se filtra por las discontinuidades de
la roca y al congelarse, aumenta su volumen y se produce un efecto cuña
que acaba por disgregar la roca. Posteriormente, la gravedad hará que
estos fragmentos caigan y se acumulen a favor de la pendiente como
canchales.

Otra de las formas de relieve características de estas montañas son los


KARST. Este paisaje es provocado por la disolución de rocas como las
calizas, las dolomías o los yesos. Aparecen abundantes cavidades u
orificios superficiales con formas y tamaños muy variados que pueden
conectar la superficie del terreno con galerías y cuevas subterráneas. En
el caso de esta sierra, y concretamente en el barranco del Quiebrajano, al
estar el paisaje dominado por dolomías, se produce una variedad de
paisaje kárstico conocido como PAISAJE RUINIFORME (formaciones
parecidas a castillos en ruinas). La proliferación de torres hace este karst
muy distinto del que se da, por ejemplo, en Sierra Mágina.
Aquí vemos la ventana tectónica de
Valdepeñas de Jaén vista desde el
Quiebrajano, por lo que Ventisqueros
aparece a la izquierda y la pandera a la
derecha (justo lo contrario a la vista
desde la carretera del puerto).
La Pandera tiene su origen en el
Jurásico Inferior, mientras que
Ventisqueros entre el Jurásico Superior
y el Cretácico inferior (ambos
formados por calizas y dolomías). El
valle que corresponde a la ventana
tectónica se trata de un afloramiento del
Cretácico Inferior (margas, margosas y
areniscas). El embalse del Quiebrajano
desde el que está tomada la fotografía, presenta materiales arcillosos impermeables que permiten a
las aguas asentarse, de origen Triásico.
Lo llamativo de esta disposición de material es que los materiales más antiguos (jurásicos; calizas y
dolomías) aparecen sobre los más modernos (cretácicos; margas y areniscas). Esta distorsión se
debe a un fenómeno conocido como CABALGAMIENTO. El cabalgamiento es cuando los
materiales más antiguos “cabalgan” sobre los más modernos, es decir, se superponen. Son un tipo
de fallas que suponen un desplazamiento kilométrico de los materiales implicados en ellos.
Posteriormente, la erosión que actúa sobre uno de los bloques (en este caso el relieve jurásico
central) crea un hueco por el que podemos ver los materiales que hay debajo (en este caso, margas y
areniscas del Cretácico inferior), formando lo que se conoce como una ventana tectónica.
Estas estructuras nos permiten deducir la existencia de corrimientos que se desarrollaron debido a
procesos de acortamiento de la corteza terrestre. Según la teoría de la TECTÓNICA DE PLACAS,
este acortamiento se explica por la colisión entre las placas terrestres; en este caso la Euroasiática,
la Africana, la Ibérica y la de Alborán. Esto tuvo consecuencias en todo el sureste peninsular, donde
se formó la Cordillera Bética (en el mismo proceso que los Pirineos).

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