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Carlos de la Torre
Abogado Of Counsel del Departamento Laboral de Baker &
McKenzie e Inspector de Trabajo en excedencia
Según los japoneses, todo el mundo tiene un ikigai, lo que un filósofo francés
traduciría como «raison détre» o razón de ser. La palabra se compone de iki
(vivir) y gai (razón) y es aplicable tanto a los detalles de la vida cotidiana como
a los grandes objetivos y logros de una vida. El ikigai está escondido en nuestro
interior y requiere una exploración paciente. En Japón, los naturales de Oki-
nawa —una de las llamadas «zonas azules» del mundo donde las personas son
más longevas y felices del mundo y la isla con mayor índice de centenarios—
consideran el ikigai como la razón por la que las personas se levantan por la
mañana. En el mundo del trabajo, el ikigai laboral tiene que ver con elegir bien
tu trabajo o profesión y ponerlo en el centro de tu vida junto con tu vida
familiar y personal y disfrutarlo. Por supuesto, el ikigai laboral tiene como
presupuesto la búsqueda de un equilibrio entre la actividad laboral y la vida
familiar y personal. Tener un ikigai laboral claro y definido proporciona satis-
facción, felicidad y significado al tiempo que dedicas al trabajo. En Japón, tener
un ikigai es tan importante como tener un propósito vital que en esta cultura
no tienen un concepto de jubilación.
El ikigai laboral se puede alcanzar cuando se cuenta con una organización que
cuida a sus empleados y les proporciona, al menos, tres pilares:
En materia de jornada uno de los hitos más recientes en España tiene lugar con
el registro de la jornada diaria de cada trabajador como nueva medida de
control de las horas extraordinarias introducido en el Real Decreto Ley 9/2019
supondrá un cambio de cultura y una nueva dinámica en la gestión de los tiem-
pos de trabajo y su implantación, aunque genere resistencias y criticas iniciales,
va a cortar la hemorragia de las horas extraordinarias y tendrá efectos positivos
en la salud laboral y en la conciliación de la vida laboral, personal y familiar. El
registro de la jornada ayudará también a derribar un mito que se ha convertido
en bandera de la competitividad: la productividad es directamente proporcional
al número de horas trabajadas. Antes al contrario, el futuro irá por la reducción
de la jornada y las semanas de 4 días laborales y aunque no necesariamente
ello traerá un incremento del empleo si será positiva en la satisfacción laboral.
Desde esta perspectiva, el ikigai laboral tiene mucho que ver con los programas
de compliance laboral y con el fomento de una cultura de cumplimiento nor-
mativo pero también con la responsabilidad social corporativa porque, en oca-
siones, las empresas tienen cierta libertad y autonomía de selección de las ins-
tituciones laborales y las normas existentes para la toma de decisiones en sus
planes de negocio y en la ejecución de decisiones laborales que puedan tener
La relación del ikigai laboral con la brecha de género es uno de los aspectos en
los que puede haber más desarrollo en los próximos años, especialmente como
reacción al movimiento #MeeToo. Las mujeres no negocian peor sus salarios o
son menos competitivas y, por supuesto, no pueden ni deben tolerar situacio-
nes de discriminación o de acoso discriminatorio, sexual o por razón de sexo.
Sin embargo, es indiscutible que en todos los países del mundo y en la mayoría
de los sectores y empresas si existe una brecha de género que puede ser sala-
rial (gender pay gap) pero puede afectar también a otros procesos de recursos
humanos (selección, contratación, promoción, formación, desempeño, desvin-
culación, etc.). Recientemente, en USA la empresa JP Morgan ha tenido una
sentencia judicial negativa con una multa millonaria por no reconocer la misma
duración de los permisos de paternidad a sus trabajadores varones.
En España, el nuevo Real Decreto-Ley 6/2019 intenta superar los dos muros
que penalizan la carrera profesional de las mujeres (la maternidad y los cuida-
dos familiares) e incorpora novedades relevantes para atenuar la brecha de
género, entre otras: la auditoría de la brecha salarial de género como contenido
del diagnostico; la transparencia anual salarial con la publicación del registro
de salarios de puestos, grupos y categorías de trabajos de igual valor; el ejer-
cicio corresponsable de los derechos de conciliación con la igualación gradual
de los permisos por nacimiento de ambos sexos; o el nuevo derecho de adap-
tación o distribución de la jornada (sin reducción de salario) por razones de
conciliación. No toda diferencia salarial (brecha salarial de género) será discri-
minatoria aunque el ikigai laboral de género en las empresas precisará medidas
para corregir la brecha, entre otras, flexibilidad de horarios; entrevistas ciegas
o curriculums anónimos; publicación de tablas salariales disociadas pero desa-
gregados por sexos; inclusión de cuotas de género en los Consejos o posiciones
directivas y promoción de acciones positivas cuando se detecte desigualdad de
trato; o la evitación de sesgos discriminatorios en clausulas contractuales como
las de disponibilidad horaria o en las políticas de retribución variable.