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TITULO.

sardis
TEMA. el mensaje a la iglesia de sardis
TEXTO BIBLICO. apocalipsis 3:1-6
PROPOSITO GENERAL. consagración
PROPOSITO ESPECIFICO. que cada uno de los presentes puedan conocer que ante
Dios no valen las apariencias exteriores
PROPOSICION.
INTRODUCCION.
I. LA DESCRIPCION DEL SEÑOR vrs.1
A. El que tiene los siete espíritus de Dios,
1. Esa frase pudiera referirse a Isaías 11:2, Zacarías 4:1-10.
2. es una referencia a la plenitud del Espíritu Santo esta expresión habla de la
plenitud de capacitación y de vida inherentes en el Espíritu y que están a la
disposición de la iglesia de Sardis a pesar de su condición de mortandad espiritual.
B. las siete estrellas, dice esto
1. La metáfora muestra a Jesucristo, el soberano Señor de la iglesia, haciendo
valer su gobierno por medio de esos guías espirituales y pastores.
2. La mención de «las siete estrellas» apunta al hecho de que el Señor tiene
control sobre las siete iglesias y las hace estrictamente responsables de responder
ante una provisión espiritual tan abundante
II. LA ACUSACION vrs.2
A. Que tienes nombre de que vives, y estás muerto
1. Aunque su apariencia externa pudiera engañar a los hombres (tenía un
nombre o reputación, de estar viva),
a. la iglesia de Sardis no podía engañar al omnisciente Señor Jesucristo, que
conocía sus obras. Con su infalible conocimiento, dijo que la iglesia de Sardis
estaba muerta.
b. Al igual que tantas iglesias en la actualidad, estaba mancillada por el mundo,
caracterizada por una decadencia interior, y poblada de personas no redimidas
que imitaban ser una iglesia.
2. La muerte espiritual en el Nuevo Testamento está siempre relacionada con su
causa: el pecado. Efesios 2:1 describe a los no regenerados como “muertos en
[sus] delitos y pecados” (cp. Lc. 9:60; 15:24, 32; Col. 2:13; 1 Ti. 5:6; 1 Jn. 3:14).
a. La iglesia en Sardis era como un museo en el que se exhiben animales
disecados en su hábitat natural. Todo parece estar normal, pero nada está vivo. El
pecado mató a la iglesia en Sardis.
B. No he hallado tus obras perfectas delante de Dios
1. La congregación de Sardis estaba realizando obras; estaban yendo directo a la
salida. Pero aquellas obras, declaró Cristo, no eran perfectas delante de Dios.
Aunque suficientes para dar a la iglesia de Sardis una reputación ante los
hombres, aquellas obras eran insuficientes e inaceptables ante los ojos de Dios.
No era más que movimientos sin sentido y sin vida de cuerpos muertos; las
buenas obras de la congregación de Sardis simplemente cubrían de ropas a los
inconversos. Los cadáveres espirituales (cp. Ef. 2:1-2) que poblaban la iglesia de
Sardis estaban viviendo una mentira.
Habían sido pesados en balanzas por el Juez justo y hallados faltos (cp. Dn. 5:27).
2.
C. las otras cosas que están para morir
III. LA EXORTACION vrs2,3
A. se vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir
1. El remanente de creyentes tenía que observar lo que estaba sucediendo en su
iglesia, evaluar la situación, participar en el cambio de las cosas, confrontar el
pecado y el error.
2 En segundo lugar, tenían que afirmar las otras cosas que están para morir
a. Cristo exhortó a los verdaderos cristianos de Sardis que soplaran la llama de
las ascuas moribundas, que representaban las gracias espirituales que aún
quedaban en la iglesia.
B. acuérdate pues de lo que has recibido y oído y guárdalo y arrepiéntete
1. El creyente ha recibido el regalo de la salvación por la fe en Cristo y el sello de
la presencia del Espíritu Santo sobre la misma base y la enseñanza de los
apóstoles.
2. Es decir, «cosas» de valor espiritual y «personas» con sensibilidad e inclinación
hacia las cosas de Dios. Ese testimonio debía persistir si se quería evitar el juicio
de Dios.
Los creyentes de Sardis tenían la necesidad urgente de arrepentirse de la manera
como habían utilizado la riqueza 105 espiritual que habían recibido a través del
evangelio de la gracia y la instrucción de la Palabra. El arrepentimiento al que se
les llama no era un simple reconocimiento de que estaban haciendo mal, sino a
llevar a cabo un cambio de rumbo que los acercara a Dios los creyentes en Sardis
debían confesar sus pecados y apartarse de ellos.
IV. LA ADVERTENCIA vrs.3
A. pue si no velas vendré sobre ti como ladrón y no sabrás a qué hora vendré
sobre ti
1. Con esas solemnes palabras, el Señor advierte a la congregación de Sardis del
peligro al que se abocaban.
a. Esta expresión denota sorpresa. Este símil se usa repetidas veces en el Nuevo
Testamento con referencia a la segunda venida de Cristo (véanse Mt 24:43; Le.
12:39; 1 Ts. 5:2; 2 P. 3:10; Ap. 16:15).
b. La descripción de Jesucristo que viene como ladrón siempre denota el
concepto de juicio inminente (Mt. 24:43; Lc. 12:39; 1 Ts. 5:2, 4; 2 P. 3:10; Ap.
16:15).
2. Quienes están desprovistos de vida espiritual por no haber confiado en
Jesucristo serán rotundamente sorprendidos por la segunda venida de Cristo.
La amenaza aquí no se relaciona con su segunda venida, sino con que el Señor
vendría y destruiría la iglesia de Sardis si no había un avivamiento.
Eso puede también añadirse a las advertencias del juicio que enfrentan todas las
iglesias muertas en la venida de Cristo. La única manera de evitar el severo juicio
que aguarda a los que conocen la verdad y se apartan de ella (He. 10:29-30) es
seguir el camino de la vida espiritual.
V. EL RECONOCIMIENTO vrs.4
A. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus
vestiduras
1. En medio de esa iglesia muerta, llena de personas no regeneradas, unos pocos
cristianos verdaderos estaban esparcidos como flores en un desierto.
2. Dios tenía su remanente aun en la iglesia muerta de Sardis. Había algunos
sinceros entre los hipócritas, algunos humildes entre los orgullosos, algunos
separados entre los mundanos y algunas espigas de trigo entre la cizaña.
B. Cristo describió al fiel remanente como los que no han manchado sus
vestiduras. La palabra manchado viene de molunō, que significa “manchar”,
“amancillar”, “embarrar” o “contaminar
vestiduras simboliza el carácter en las Escrituras (p. ej. Is. 64:6; Jud. 23).
El remanente fiel podía venir ante la presencia de Dios, porque no se habían
contaminado o corrompido, sino que habían manifestado su carácter piadoso.
VI. LA PROMESA vrs.4-6
A. andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.
2. Como ellos no quisieron contaminar sus vestiduras, Cristo reemplazaría esas
vestiduras limpias, preservadas humanamente, con otras divinamente puras (cp.
7:14).
a. Las vestiduras blancas de pureza que Cristo promete aquí son las que usa el
mismo Cristo en otra parte (Mt. 17:2; Mr. 9:3) y los santos ángeles (Mt. 28:3; Mr.
16:5; Hch. 1:10).
B. el que venciere será vestido de vestiduras blancas
1. En el mundo antiguo, las vestiduras blancas también se usaban para ocasiones
festivas como las bodas. celebraban victoria en la batalla.
a. Los verdaderos cristianos usarían las suyas en la cena de las bodas del
Cordero (19:7-9).
b. Todo verdadero cristiano es victorioso por medio de Cristo sobre el pecado, la
muerte y Satanás.
las vestiduras blancas de los creyentes representan fundamentalmente pureza y
santidad. Cristo promete vestir a los cristianos con la brillantez de la pureza y
santidad eternas.
C. y no borrare su nombre del libro de la vida
1. Cristo, el Rey del cielo, promete que nunca borrará el nombre de un
verdadero cristiano del libro de aquellos cuyos nombres estaban “escritos en el
libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”
(13:8).
D. y confesare su nombre delante de mi padre y delante de sus ángeles
1. Por el contrario, Cristo confesará el nombre de cada creyente delante de Dios
el Padre, y delante de sus ángeles. (Mt. 10:32).
La consoladora verdad de que la salvación de los verdaderos cristianos es
eternamente segura, es la inequívoca enseñanza de la Biblia. En ningún otro lugar
se declara esta verdad más firmemente que en Romanos 8:28-39:
CONCLUSION.
La iglesia de Sardis era culpable de una sorprendente aridez espiritual.
Al parecer, la congregación había caído en la complacencia personal y había
abandonado la responsabilidad de testificar de Cristo. La asamblea había estado
languideciendo por varios años, tal vez décadas. Se asemejaba a una lámpara a
punto de terminársele el combustible y por lo tanto, «estaba para morir».
Es probable que la mayoría de los miembros sólo profesaba ser cristianos, pero no
había nacido de nuevo. Sin embargo, había un remanente que, aunque pequeño,
era fiel al Señor. A quienes sólo profesaban ser cristianos, el Señor les advierte de
las consecuencias de permanecer en la condición en la que se encontraban y les
conmina a actuar con prontitud. El remanente fiel, por el contrario, recibe
promesas maravillosas: (1) Serán vestidos con vestiduras blancas 2) andarán con
el Señor (3) sus nombres no serán borrados del libro de la vida y (4) sus nombres
serán confesados delante del Padre y de los ángeles.
Las iglesias de hoy día y los cristianos como individuos deben prestar oído al
mensaje del Señor a la iglesia de Sardis. Hoy, como entonces, las iglesias
necesitan ser vigilantes y fortalecer las cosas que quedan. Es necesario advertir
que no basta con tener el nombre inscrito en el libro o registro de una iglesia aquí
en la tierra. Lo verdaderamente importante es tener la certeza de que, por la fe
en la persona del Señor Jesucristo, nuestro nombre ha sido inscrito en el libro de
la vida.

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