Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Pasada la cena de año nuevo con mi familia, Renzo había quedado en recogerme pasando la 1 am, lo
había hecho retrasarse aunque yo solo había demorado en vestirme media hora antes, pues anterior a
esto estaba a punto de tomar el pijama, apagar el celular y buscar alguna película buena en la sección
de aclamadas por la crítica de Netflix .
Llevaba una blusita blanca con un escote cuadrado y una falda jean con cuatros botones en la parte
de enfrente y unos tacones altos, también una cartera y dentro de ella un solo zapato de taco bajo,
hasta ese momento creía que había puedo el par completo, luego lo supe en mi ebriedad sobreactuada
en los servicios higiénicos de damas.
La propuesta de una fiesta en Pimentel se tornaba excitante hasta que paso el fulgor. La brisa marina
y mi estado medianamente etílico me hacían recapacitar que no había forma de volverlo a ver este
año, que ya habían pasado 2 años y era momento de cortarlo todo. Mientras me trataba de equilibrar,
Renzo me encontró dentro de mi atmosfera casi etílica, se acerca y decepcionado me dice que no
vino, que disfruto la fiesta pero él no vino, me toma las manos y sin hazaña ni derrota salimos de la
fiesta y caminamos un buen tramo en silencio, tomados de la mano intercalando abrazos. Con las
memorias revueltas por el pisco, haciendo promesas que hasta el momento creíamos que debíamos
cumplir, él juraba mantenerse casto un buen tiempo y yo no volver a llamarlo.
El taxi nos dejó en la plazuela, al sentarnos coloque mis piernas sobre sus piernas y en silencio nos
mirábamos sin mirarnos, mientras terminaba de amanecer el primer día de nuestro gran año.