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(Cuzco, 1852 - Buenos Aires, 1909) Escritora peruana que desarrolló una importante
labor cultural y continuó la línea costumbrista de Ricardo Palma; sin embargo, es
especialmente recordada como autora de Aves sin nido (1889), novela en que denunció la
explotación y las míseras condiciones de vida de los indígenas, anticipándose al posterior
desarrollo de la narrativa indigenista hispanoamericana.
Era hija de Ramón Matto Torres y Grimanesa Usandivaras Gárate, quienes la bautizaron
con el nombre de Grimanesa Martina, que después sería cambiado por el de Clorinda.
Durante su infancia alternó estadías en la ciudad de Cuzco y la hacienda familiar de
Paullo-Chico, situada en la provincia de Calca. Estudió en el Colegio Nuestra Señora de
las Mercedes del Cuzco, donde aparece registrada como alumna becada, hasta los
dieciséis años, edad en que dejó el colegio para dedicarse a las labores de su hogar
(1868).
En 1871, tras casarse con el comerciante inglés Joseph Turner, Clorinda Matto se
trasladó al pueblo de Tinta. Allí continuó la carrera literaria que había iniciado unos años
antes, escribiendo versos y artículos publicados bajo diversos seudónimos en
publicaciones regionales como El Heraldo, El Ferrocarril, El Rodadero, El Eco de los Andes y El
Mercurio. En abril de 1876 la escritora fundó la revista El Recreo y, al año siguiente, visitó
por primera vez la capital peruana, donde tuvo la oportunidad de participar en las
tertulias literarias organizadas por la escritora argentina Juana Manuela Gorriti, veladas
que luego continuaría la propia Clorinda. Para entonces ya colaboraba con las principales
publicaciones literarias del país firmando artículos con su nombre o con el seudónimo
de Carlota Dimont.
Durante la guerra con Chile (1879-1883), Clorinda Matto de Turner vivió en Tinta; a
partir de la muerte de su esposo (3 de marzo de 1881), tuvo que administrar los bienes
del matrimonio. A fines de 1883 se trasladó a Arequipa para asumir la jefatura de
redacción del diario La Bolsa, uno de los más importantes de la ciudad. En abril de 1886
se estableció en Lima. En capital peruana se incorporó rápidamente a las principales
instituciones culturales, como el Círculo Literario y el Ateneo de Lima. En 1888 la Unión
Iberoamericana de Madrid acordó nombrarla socia honoraria.
En octubre de 1889 Clorinda Matto de Turner asumió la dirección del semanario El Perú
Ilustrado, la más importante publicación literaria del país en esa época, donde sufrió un
fuerte revés a los pocos meses de haber llegado. El motivo fue la publicación en 1890 del
relato Magdala del escritor brasileño Coelho Neto, considerado sacrílego: el arzobispo de
Lima Manuel Antonio Bandini prohibió bajo pena de pecado mortal la lectura, venta y
difusión de El Perú Ilustrado. Aunque Clorinda Matto alegó que el relato había sido
publicado sin su consentimiento y por error, la Iglesia inició una campaña en su contra
que ocultaba el motivo real del enfado: la publicación un año antes de la novela Aves sin
nido (1889), en la que se hacía denuncia de la corrupción del clero. Finalmente, tras ser
excomulgada, el 11 de julio de 1891 Matto presentó su renuncia para que se levantase la
censura eclesiástica contra el semanario.
Decidida a independizarse tras su accidentado paso por El Perú Ilustrado, en febrero de
1892 fundó con sus hermanos su propia imprenta, La Equitativa, que publicaba el periódico
bisemanal Los Andes (sólo duró un año), desde el cual Clorinda Matto de Turner defendió
al gobierno del general Andrés Avelino Cáceres, con cuyo partido simpatizó abiertamente. El
17 de marzo de 1895 tropas rebeldes al mando de Nicolás de Piérola entraron en la capital
peruana y trabaron combate con las fuerzas del gobierno. Los rebeldes saquearon la
casa que Matto compartía con su hermano David y la apresaron, pero pudo huir y
refugiarse en casa de unos amigos. Para entonces el presidente Cáceres había sido
derrotado y la imprenta La Equitativa había sido saqueada e inutilizadas sus máquinas. Así
las cosas, en 1895 Clorinda Matto optó por embarcarse hacia Valparaíso, de donde pasó
a Santiago, luego a Mendoza y finalmente a Buenos Aires, donde fijó su residencia.
Jorge Icaza
(Quito, 1906 - 1978) Escritor y novelista ecuatoriano, máximo representante junto
con Alcides Arguedas y Ciro Alegría del ciclo de la narrativa indigenista del siglo XX. Su
infancia transcurrió en el latifundio de su tío, donde entró en contacto con la realidad
social ecuatoriana que marcó toda su obra.
Jorge Icaza
(Sucre, 1902 - La Paz, 1949) Escritor y crítico literario boliviano, destacado miembro
de la llamada Generación combativa. Formada en general por autores prolíficos, esta
generación, que comenzó su andadura creativa en la década de 1930, contó con
algunos de los nombres mayores de la literatura boliviana del siglo XIX, como Augusto
Céspedes, Jesús Lara, Augusto Guzmán, Antonio Díaz Villamil y Óscar Cerruto.
Carlos Medinaceli destacó dentro de este grupo por la fundación de la revista Gesta
bárbara, que agrupó a buena parte de los integrantes de su generación y desde la que
ejerció un importante liderazgo crítico. Aunque produjo una sólida obra ensayística,
el título más popular de Medinaceli es la novela La Chaskañawi ("la de los ojos de
estrella"), publicada en 1947, que, con La niña de sus ojos (1948), de su compañero
generacional Antonio Díaz Villamil, constituye una excepción estilística dentro del
movimiento de los "escritores combatientes".
Se dio a conocer en su juventud como poeta modernista, pero se decantó luego por
la crítica literaria en obras como Estudios críticos (1938) y La educación del gusto
estético (1942), que denotan su vasta formación humanista, su aguda capacidad de
observación y su interés por la literatura indigenista.
En 1947 publicó su célebre novela La Chaskañawi ("la de los ojos de estrella"), que
aborda uno de los temas más caros a la corriente indigenista hispanoamericana: el
encholamiento. Adolfo Reyes, un señorito perteneciente a la poderosa oligarquía
terrateniente, regresa a San Javier de la Chirca para acompañar a su madre, que
acaba de enviudar. Allí cae rendidamente enamorado de Claudina, una bellísima
chola que regenta una chichería (o despacho de bebidas alcohólicas como la chicha)
en la que son frecuentes las fiestas y los escarceos eróticos.
El contraste entre la vida de los indios y la de los blancos, así como el ambiente
libertino y marginal de las chicherías y el mestizaje y la decadencia de la oligarquía
terrateniente, son temas destacados de la obra. Aunque La Chaskañawi no vio la luz
hasta 1947 (dos años antes de su muerte), su redacción tuvo lugar a finales de la
década de los años veinte, en el transcurso de una crisis del autor que acentuó el
contraste entre la plenitud que iban cobrando sus protagonistas y su propio vacío
existencial.
Muchos de sus ensayos y artículos quedaron dispersos en multitud de periódicos y
revistas, o editados solamente en cortas tiradas condenadas a una inmediata
desaparición. En 1955 su amigo Armado Alba dio a la imprenta sus Páginas de vida.
Constantemente reivindicado desde entonces, gran parte de sus obras se
recuperaron y publicaron a partir de esa fecha.
Jesús Lara
En la vida política fungió como canciller y fue un defensor de la causa marítima boliviana.
En el año 2008, el gobierno autónomo municipal de La Paz, mediante ordenanza municipal N°
627 nominó en su memoria a una calle de la zona de Alto Obrajes.