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JUEGO DE ESCRITURAS
nos hallamos ante un ser adaptado. Este esquema del arco re
flejo surgió, por ejemplo, de las primeras experiencias con la
rana, en la época en que la electricidad —que como modelo, ya
verán, nos enseñará tantas cosas— comenzaba a hacer su apari
ción en el mundo. Si se estimula eléctricamente a una rana, o se
le echa una gota de ácido en la pata, se rascará esa pata con la
otra: a esto se le llama respuesta. No sólo existe el par aferente-
eferente; es preciso suponer que la respuesta sirve para algo, es
decir, que el ser vivo es un ser adaptado.
Freud retoma todo esto al comienzo de su construcción.
Parece ya introducir ahí la noción de un equilibrio o, dicho de
otro modo, de un principio de inercia. Pero esto no es legí
timo. El estímulo que Valabrega denomina, de modo prema
turo, una información, no es nada más que un in-put, un pues-
to-dentro. Este enfoque del problema es precientífico, anterior
a la introducción de la noción energética como tal, e incluso
muy anterior a la estatua de Condillac. No hay ninguna consi
deración de energía en este esquema de base. Sólo cuando
Freud tome en cuenta que lo que sucede en el sistema qp debe
ser eficaz en el sistema tp, intervendrá la noción de un aporte de
energía. Sólo entonces puntualizará Freud que el sistema \p tiene
que ver con las incitaciones internas, es decir, con las necesida
des.
¿Qué son las necesidades? Las necesidades son algo efecti
vamente vinculado al organismo y que se distingue muy bien
del deseo. Deploraba anoche Lang el que se siga confundiendo
deseo con necesidad y, en efecto, no son en absoluto lo mismo.
El need expresa de qué modo el sistema, que es un sistema
particular del organismo, entra en juego en la homeostasis total
de éste. Por lo tanto, aquí interviene necesariamente la noción
de constancia energética, que emerge ya aquí en la obra de
Freud, transversalmente. Entre t|), que experimenta algo del
interior del organismo y cp, que produce algo que tiene relación
con sus necesidades, Freud considera que hay equivalencia
energética. Esto se vuelve completamente enigmático: ignora
mos totalmente qué puede significar la equivalencia energética
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