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ACENTUACIÓN

La acentuación comprende las reglas instauradas a nivel ortográfico a partir del uso de la tilde para
una correcta escritura y comunicación.

La clasificación entre agudas, graves y esdrújulas, transmitido desde el inicio de la etapa


educacional, es fundamental, así como apreciar los casos específicos que ayudan entender mejor
el funcionamiento de la normativa, que es capaz de sufrir cambios. Por ejemplo, actualmente se
utiliza la «o» sin tilde entre dos números (1 o 7), siendo que antes tenía como propósito
diferenciarse en la sentencia, y en el caso de las preguntas, se destaca que los conectores tienen
un papel determinante en el mensaje, con el uso de la tilde diacrítica: qué, cuándo, cómo, dónde,
por qué; todos ellos siempre llevan acento, incluso cuando uno pregunta fuera del signo «¿?», por
ejemplo: «No se entiende por qué Pablo actuó de esa manera».

ACENTO DIACRÍTICO

El acento diacrítico es aquel que se utiliza para diferenciar por medio de la entonación, dos
palabras que se escriben de igual manera, pero no tienen el mismo significado. Se utiliza
principalmente en palabras monosílabas. Este tipo de acentuación no sólo es aplicada en el idioma
español, también en un grupo de las denominadas lenguas romances, entre ellos el gallego,
catalán y asturiano.

La tilde diacrítica es usada para darle una entonación que permita diferenciar entre sí ciertas
palabras que se escriben igual, pero presentan significados diferentes, siendo el caso de los
términos “te” y “té”, el primero corresponde a un pronombre mientras que el segundo hace
referencia a un sustantivo.

Desde el punto de vista etimológico, el término diacrítico proviene del griego “diakritikos” que se
refiere a diferenciar a distinguir algo.

La principal función de este es que permite diferenciar significados y entonaciones entre dos
palabras que se escriban igual, por lo que su uso es esencial en la escritura para otorgar sentido y
contexto a las oraciones, principalmente en el idioma español

PALABRAS HOMÓNIMAS

Se conoce como palabras homónimas a todas aquellas que, teniendo distinto origen y distinto
significado, poseen una misma forma, es decir, que se escriben igual y/o se pronuncian igual. A
este tipo de relación lingüística entre dos o más palabras se le llama homonimia (del griego
hómoios, “igual”, y onoma, “nombre”).

A diferencia de las palabras polisémicas, que son palabras simples con diversos significados
posibles, las palabras homónimas son palabras diferentes, con etimologías distintas, que
terminaron teniendo una forma similar. Por ese motivo presentan entradas (lexías) distintas en un
diccionario, a pesar de ser palabras idénticas, mientras que las palabras polisémicas tienen una
sola.

Existen dos formas posibles de homonimia, que son:


Homografía. Cuando las dos palabras presentan una forma idéntica de escribirse, ya sea que se
pronuncien o no de la misma manera. En este caso, se llaman palabras homógrafas. Por ejemplo:
banco (de sentarse) y banco (del dinero).

Homofonía. Cuando las dos palabras presentan una misma forma de pronunciarse, o sea, una
identidad sonora, se escriban o no de la misma forma. En ese caso, se llaman palabras homófonas.
Por ejemplo: vasto (inmenso) y basto (tosco).

Debemos tener en cuenta que, en la lengua española, todas las palabras homógrafas son
necesariamente homófonas

PALABRAS HOMÓFONAS

Las palabras homófonas son aquellas que suenan igual, a pesar de significar cosas enteramente
distintas. Por eso, a cualesquiera dos palabras que se pronuncien igual pero tengan referentes
distintos, se las conocerá como homófonos (del griego hómoios, “igual”, y phoné, “voz” o
“sonido”).

La homofonía es un fenómeno común en los idiomas, que a menudo incrementa la dificultad


propia de hablarlos y dominarlos, ya que el mismo sonido percibido puede responder a distintas
elaboraciones morfológicas (palabras) o semánticas (significados). Dicho de otro modo, las
palabras homófonas pueden escribirse igual o diferente, pero siempre significan cosas distintas.

Es, por citar un ejemplo, lo que ocurre en inglés con meat (“carne”) y meet (“conocerse” o
“presentarse”), entre las cuales hay una variación fonética muy estrecha, de haberla. O en
español, en el caso de vaya (del verbo ir) y baya (un fruto silvestre).

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