I.- La profesión de la fe (2.

La profesión de la fe cristiana) Catecismo de la Iglesia Católica

ü “Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y

la tierra, de todo lo visible y lo invisible”.

ü “Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor” (títulos

cristológicos”).
ü “fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de
santa María virgen”.
• 4 finalidades de la Encarnación (nn. 456-460).
• Realidad de la persona de Cristo: “verdadero Dios y
verdadero hombre” (nn. 464-478).
• La misión del Espíritu Santo unida y ordenada a la del Hijo
(nn. 484-486).
• El papel de la virgen María unida a la misión del Hijo (nn.
487-507).
• Los misterios de la vida de Cristo, desde su infancia hasta
su vida pública (nn. 512-560).
ü “padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado” (realidad histórica de su vida y su entregado para
la redención del hombre, nn. 571-628).
ü “descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los
muertos” (nn. 631-655).
ü “subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso” (nn. 659-664).
ü “desde ahí ha de venir a juzgar a vivos y muertos” (nn. 668-
679).

ü “creo en el Espíritu Santo” (nn. 683-741).

ü “creo en la santa Iglesia católica” (nn. 748-972).
ü “creo en el perdón de los pecados” (nn. 976-983).
ü “creo en la resurrección de la carne” (nn. 988-1014).
ü “creo en la vida eterna” (nn. 1020-1050).
ü “amén” (nn. 1061-1065).
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La Iglesia apostólica expresó y transmitió su propia fe en fórmulas

breves y normativas para todos, desde su origen. Las síntesis de la fe
se le llama “profesiones de fe”, “credo” o “símbolos de la fe” (nn.
185-187).

La primera “profesión de fe” se hace en el Bautismo.

Entre todos los símbolos de la fe, dos ocupan un lugar muy particular
en la vida de la Iglesia: El Símbolo de los Apóstoles y el Símbolo
Niceno-Constantinopolitano.

Creo en un solo Dios. Desde la revelación de la antigua alianza hasta

su plenitud en Cristo, Dios se ha revelado en su unidad como un Dios
verdadero, fiel, justo, misericordioso y como Dios “Amor” (1 Jn 4,8).
Y en su unidad también se ha revelado como Trinitario, por eso, la
Iglesia bautiza “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”
(Mt 28,19).

ü “Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo

y la tierra, de todo lo visible y lo invisible”.

Se confiesa de Dios su omnipotencia universal: “Todopoderoso”. Y

el inicio de la Sagrada Escritura nos dice que “en principio Dios creó
el cielo y la tierra” (Gen 1,1). La creación es el comienzo de la historia
de la salvación que culmina en Cristo.

El mundo ha sido creado para Gloria de Dios, “no para aumentar su

Gloria sino para manifestarla y comunicarla”, ya que su creación es
un acto de amor, bondad y sabiduría.

Decimos que Dios es creador del cielo y la tierra, de todo lo visible y

“lo invisible”. La Iglesia ha confesado siempre la existencia de los
seres espirituales, no corporales, llamados “ángeles”.
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Los ángeles son criaturas de Dios, son servidores y mensajeros de

Dios, son “agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra” (Sal
103,20).

«El nombre del ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si pregunta

por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que
hace, te diré que es un ángel [mensajero]» (san Agustín) (n. 329).

Cristo es el centro del mundo de los ángeles y le pertenecen porque

fueron creador “por él y para él” y son mensajeros de su salvación (cf.
Mt 25,31; Col 1,16; Heb 1,14) y los encontramos a lo largo de toda la
historia de la salvación (nn. 331-336).

Dios ha creado todo bueno desde el origen, incluso el hombre, culmen

de la creación (nn. 337-349).

Dios ha creado al hombre a su “imagen” (Gen 1,27), capaz de gustar

el Bien eterno (nn. 355 356).

«Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la

dignidad de persona» (n. 357).
«La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez
corporal y espiritual» (n. 362).

“Alma” en la Biblia designa: “vida humana”, “toda la persona

humana”, “lo más íntimo del hombre”; significa “el principio
espiritual en el hombre” (n. 363).

«En el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas,

sino que su unión constituye una única naturaleza» (n. 365).

«El primer hombre fue no solamente creado bueno, sino también

constituido en la amistad con su creador y en armonía consigo mismo
y con la creación», y después de la caída esto quedará lesionado en el
hombre y manifestado por la concupiscencia (n. 374-379).
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El pecado: abuso de la libertad y la desobediencia al mandato divino.

En primer lugar, de los ángeles que se hicieron malos y después del
hombre, de este se dice el pecado original. Después de la caída del
hombre, Dios no abandonó al hombre (nn. 385-412).
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ü “Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor” (títulos

cristológicos”).
ü “fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de
santa María virgen”.
• 4 finalidades de la Encarnación (nn. 456-460).
• Realidad de la persona de Cristo: “verdadero Dios y
verdadero hombre” (nn. 464-478).
• La misión del Espíritu Santo unida y ordenada a la del Hijo
(nn. 484-486).
• El papel de la virgen María unida a la misión del Hijo (nn.
487-507).
• Los misterios de la vida de Cristo, desde su infancia hasta
su vida pública (nn. 512-560).
ü “padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado” (realidad histórica de su vida y su entregado para
la redención del hombre, nn. 571-628).
ü “descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los
muertos” (nn. 631-655).
ü “subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso” (nn. 659-664).
ü “desde ahí ha de venir a juzgar a vivos y muertos” (nn. 668-
679).

ü “creo en el Espíritu Santo” (nn. 683-741).

ü “creo en la santa Iglesia católica” (nn. 748-972).
ü “creo en el perdón de los pecados” (nn. 976-983).
ü “creo en la resurrección de la carne” (nn. 988-1014).
ü “creo en la vida eterna” (nn. 1020-1050).
ü “amén” (nn. 1061-1065).