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INTRODUCCIÓN

La Kabaláh mística más antigua hace referencia a los 72 Nombres de Dios,


expresando que son la condición esencial para la obtención del estado
profético, ofreciendo no ser, individualmente, nombres divinos, pero que
pueden pronunciarse en las invocaciones y meditaciones.

Los 72 Nombres de Dios no tienen nada que ver con lo que podemos pensar
sobre un nombre; son combinaciones energéticas que, con una meditación
adecuada, nos permiten obtener una conexión espiritual, que nos
proporcionará un flujo poderoso de energía para una situación o momento
determinado en nuestro diario avanzar, tanto en aspectos espirituales como
de otra índole.

¿Por qué Nombres de Dios? Porque fueron dados al hombre como un acto de
pura bondad, para que fueran una ayuda en su camino de retorno.

El valor numérico de la palabra Jésed es 72, Jésed es la bondad pura y


absoluta de Dios, mostrando un gesto de generosidad que el ser humano, en
ocasiones, no puede llegar a comprender.

Los 72 Nombres de Dios, de tres letras cada uno, constituyen un conjunto de


216 letras. 72 y 216 son los valores numéricos de dos sefirot (Árbol de la
Vida) intimanente unidos: Jésed (bondad) y Guevuráh (rigor), un balance
entre dulcificar y anular.

Estas 72 combinaciones de letras proporcionan una conexión directa con la


luz y abundancia espiritual y eterna, que llena y nutre nuestra alma.

Consultar estos 72 Nombres nos ayudará en el día a día y abrirán la puerta a


nuestra transformación interior, ayudando al cumplimiento de la misión con
la que nuestra alma vino a esta experiencia terrenal.

Debemos acercarnos a ellos con gran respeto. Los podemos usar ante
cualquier pregunta manteniendo siempre un formato de sesión energética.
Antes de sacar una carta, invoca su sabiduría y poder.

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