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Ride The Lightning: un acercamiento al segundo álbum de Metallica a partir

de la teoría estética de Schiller

Ya no puedo soportar ser testigo de todo esto


¿No puede el reino de la salvación llevarme a casa?
- Cliff Burton

Rob Halford, líder de la banda británica de heavy metal Judas Priest da como
primer aporte al documental de 2006 de VH1 “Heavy: la Historia del Metal” 1 una
forma de responder a la pregunta “¿Cómo definirías heavy metal?” que apela a
dos aspectos de igual veracidad, número uno “es un tema difícil de abordar”,
desde luego, esta opinión abunda en mayor medida entre los aficionados de la
música extrema; no es raro que la respuesta de quien no ha profundizado dentro
del género sea “ruido”, “violencia”, “maldad” y así sucesivamente recorriendo una
larga lista de connotaciones despectivas. Y número dos: “lo tienes que escuchar
para experimentarlo”. De cierta forma no responde de manera distinta a lo que
sería una contestación sensata a la misma pregunta pero con la variante de ser
otro el género o la expresión artística. Problematizar algo de naturaleza que se
diga artística demanda ser escuchado, admirado o contemplado por alguien quien
a posteriori podrá tener la referencia empírica que hace posible reflexionar al
respecto.
Tal vez, lo que podríamos considerar una respuesta más acertada no se
libre de la etiqueta de “connotación despectiva” que se le puede asignar y lo
pienso así por lo acertadas que resultan las posteriores respuestas que se dan a
la pregunta antes planteada al líder de la banda británica. David Ellefson, bajista
de la banda Megadeth, responde “Metal es alterar” 2, Dave Mustaine, líder de esta
misma banda, señala, sobre los apasionados por este género, “Somos la
generación perdida de la gente que no encaja” 3, pero es Blackie Lawless de

1
VH1 (2006) Welcome To My Nightmare. En Heavy: The Story of Metal
2
Ibid.
3
Ibid.
W.A.S.P. quien apunta el complemento necesario para cerrar nuestro punto de
partida, el cual implica pensar en el heavy metal como la exhortación al estado
natural del ser humano: “es anarquía, es algo que hace a tus padres orinarse de
miedo pensando en lo que sus hijos puedan estar o no haciendo” 4.
Con mucha seguridad puede pensarse que el rock es la respuesta
subversiva a los contratos sociales de la época en que nace y el heavy metal no
surge de forma diferente, por lo que no debería sorprender que las máximas del
heavy metal se encuentren en los títulos de sus más emblemáticas piezas
musicales: War Pigs, Breaking The Law, Schools Out; son el sello de una forma de
predicar con el ejemplo la contracultura.
La contracultura, y las formas en que se expresa, es pasional, contestataria
y, como señala José Luis Herrera Zavaleta: sus manifestaciones son contrarias o
diferentes a la cultura del sistema5, cultura que no se preserva de otro modo que a
través de la educación, la cual Cortufo y Ureña nos recuerdan que
tradicionalmente […] ha ido encaminada a controlar y reprimir 6, mas nunca a
eliminar por completo y es el vestigio de lo natural que permanece en el ser
humano lo que hace factible la apasionada experiencia que es ese estado natural
de anarquía que se llama “Heavy Metal”, posible por su contrariedad a la del
hombre moral7, el cual, sometido a la tiranía del orden, reniega de la naturaleza
osadamente, mas Hetfield y Ulrich con la letra del tema Sad But True nos
recuerdan que la figura de “la mente descarriada” del “odio cuando se desea
amor” no es otra que lo que declinamos de nosotros mismos.
La dicotomía estado natural – hombre moral o fuerza – leyes, es la
dinámica que encontramos en el género humano y durante esta experiencia que,
como señala Halford, tiene que ser escuchada para ser experimentada, el ser
humano se halla, más que en otras circunstancias, en oposición consigo mismo de
la primera de las dos formas que señala Schiller 8: como un salvaje, cuando sus
4
Ibid.
5
Herrera, J. (2009) Filosofía y Contracultura. En Quaderns de filosofia i ciéncia. N. 39, p. 73
6
Cortufo, T & Ureña, J (2018) Introducción. En El Cerebro y las Emociones. P. 9. Colección Neurociencias y
Psicología. Editorial Salvat.
7
Schiller, F. (1794) Carta Tercera. En Cartas Sobre la Educación Estética del Hombre. P. 61. Universidad
Nacional de Cuyo Facultad de Filosofía y Letras. Traducción del alemán por Martín Zubiria.
8
Ibid. P. 65
sentimientos se imponen a sus principios. Cuando la guitarra estremece el cuerpo
y las baterías aceleran el ritmo cardiaco, la naturaleza se vuelve soberana
absoluta… o al menos eso es lo que puede parecer. Resulta que el aparente
estado de salvajismo en el que podemos sentenciar que se encuentra el ser
humano al entregarse a la música extrema como experiencia, no carece
concluyentemente de unidad moral.
Quienes hayan tenido la dicha de formar parte de una de estas
experiencias sabrán que, aun dentro del desenfreno apasionado que se vive en el
interior del mar de gente que representa el público, no hay ausencia de principios
que evidencien el interés por la integridad del otro. La defensa de la mujer
hostigada por el agresor, de los que siempre hay por lo menos uno en los
conciertos, y el levantamiento del fan que durante la euforia cae al suelo; son los
gestos por los que el apasionado de la música extrema se muestra aun regido por
una forma de convivencia que se basa en la preservación de la integridad que le
es ajena, es decir, la del otro.
¿Cómo se explica este fenómeno? ¿Cómo es que el, aparentemente,
salvaje tiene consideración por el otro si esto no es propio de quien se haya en
esta contradicción? La respuesta es dada por el mismo Schiller a punto de
terminar su cuarta carta: el hombre cultivado hace de la Naturaleza su amigo […]
contentándose con sujetarle solo su capricho 9, en otras palabras: el hombre
cultivado es aquel que concilia sus radicales opuestos, el de lo salvaje con el de lo
moral. La duda que asalta a partir de lo anterior es de qué forma se da esta
condición dentro de un género musical que es en sí mismo el retorno al estado
natural y desprecio de la condición barbárica que se burla de la naturaleza 10. La
respuesta se halla ejemplificada en uno de los trabajos más emblemáticos dentro
del género: Ride The Lightning, el segundo álbum oficial de la banda de thrash
metal Metallica.
La naturaleza de Ride The Lightning no es una que podamos considerar
rotundamente única y exclusiva dentro del género, es una manifestación de un
arquetipo que es común denominador dentro de las discografías de no pocas
9
Ibid
10
Ibid.
bandas y que determina el salto del salvaje al cultivado, se trata de un trabajo que
disminuye su intensidad e incrementa su complejidad musical y lírica. Así como el
Rust In Peace de Megadeth o el Spiritual Healing de Death, Ride the Lightning
representa una transición de la brutalidad y caos total, esencialmentes
destructivos, a una forma más laborada y mejor pensada que su antecesor: el
álbum Kill ´Em All.
Baste el nombre del álbum debut de Metallica para identificar el enfoque del
trabajo de la banda norteamericana. Kill ´Em All, veloz, agresivo y salvaje predica
letras exhortando a la violencia contra el otro, es el estado natural en su mayor
apogeo, se trata del salvajismo en la expresión máxima alcanzada por Metallica
que manifiesta un salto al fuego, que narra la búsqueda por la destrucción; que
nos da a entender que apagadas las luces comienza la devastación; es, en
síntesis, brutalidad carente de remordimiento. Ride The Lightning es una
estructura casi opuesta sin caer en la barbarie 11. Cada letra está atravesada por el
tema principal del álbum: la muerte; y por la naturaleza del trabajo anterior de la
banda, no es descabellada la idea de que la muerte sea presentada en ese
segundo trabajo como una invitación a provocarla en el otro pero lo que nos
presenta Metallica es un desprecio por el uso de la bomba atómica en Fight Fire
With Fire, tristeza por quien comete suicidio en Fade To Black e inquietud por la
furia divina que cobra vidas con las plagas de Egipto en Creeping Death. Mientras
que en Kill ´Em All la brutalidad se nos presenta como lo que busca saciarse
violentamente en el otro, con Ride The Ligtning, salta la muerte del otro como
motivo de conmoción.
La pregunta “¿En qué demonios se está convirtiendo este mundo?” es de lo
primero con lo que Ride The Lightning, a través de Fight Fire With Fire, nos
confronta reparando en la gravedad de la destrucción masiva. Por otra parte, la
interrogante que se encuentra en la pieza que da nombre al álbum “¿Quién te
hace Dios para decir “voy a quitarte la vida”?” pone sobre la mesa un visión acerca
los atentados contra la integridad del otro como como un atropello en el ejercicio
del arbitrio humano, pues solo un ser divino tiene ese derecho; el cual, aun siendo
11
Entiéndase por barbarie la tiranía del orden en la que el hombre moral reniega determinantemente de
todo su ser natural.
una acción legítima en su papel como dios, no impide que se genere una gran
conmoción, pues no deja de “Arrastrar muerte”.
La evolución lírica en Metallica es evidente pero ¿qué hay de la evolución
musical? Resulta que la transformación musical también está manifiesta en este
segundo trabajo y también es condicionante de una libertad que no se somete a la
naturaleza ni se deja absorber por la cultura. El salvajismo total es desplazado por
la melancólica Fade To Black, la violencia acelerada pasa a segundo plano para
permitirle la entrada a la pausada For Whom The Bell Tolls, pero el más fascinante
salto que da Metallica es la canción con que cierran su segundo trabajo: The Call
Of Ktulu.
Es cierto, no es la primera vez que Metallica explora en los terrenos de la
música instrumental. Kill ´Em All ya había presentado una pieza sin letra:
Anesthesia (Pulling Teeth) pero en ella prevalece el salvajismo característico del
álbum debut de la banda que no hace más que invitar a dejarse llevar por la
experiencia interna de la euforia sin que haya tal cosa como la consideración por
el otro. The Call Of Ktulu representa un cambio radical porque es la primera pieza
enteramente ambiental de la banda, quien escuche The Call Of Ktulu con facilidad
podrá sentir el misterio, intriga y la naturaleza oscura que envuelve al tema. Por
primera vez, Metallica cede completo protagonismo al ambiente que, por
definición, se mantiene externo en todo momento rodeando a la primera persona 12.
Es en esta maduración de las palabras y la música donde se encuentra el salto del
salvaje al cultivado que se da a través de la contemplación de lo otro está la
expresión verdaderamente artística, aquí está la posibilidad de cerrar la herida de
la humanidad provocada por la cultura, pero no sin dejar cicatriz.
No obstante, la contemplación de lo otro dentro del arte no es en sí misma
suficiente para alcanzar el estadío del humano cultivado, pues la barbarie en
Schiller puede pensarse como basada en la contemplación de lo otro. Para que la
contemplación pueda hacer de la Naturaleza su amiga, es necesario que ésta
atraviese a la contemplación misma, en otras palabras que la contemplación no
esté falta de visceralidad. Fade To Black nos presenta el suicidio del otro como un
12
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23ª ed., [versión 23.4 en línea]. [27 de
noviembre de 2020].
suceso trágico, pero su musicalidad evoca las reacciones propias del estadío
natural del ser humano: la pasión, la intensidad y el sentimiento de total entrega
atraviesan en Fade To Black a la contemplación del otro de una forma, de otra en
For Whom The Bell Tolls, donde la narrativa sobre la guerra la presenta como
aborrecible por las vidas que cobra sin quitar el fervor que al escucharla se puede
experimentar.
Schiller no se equivoca al pensar en los radicales extremos, el del salvaje y
el del bárbaro, como impropios de una sociedad libre, pues en el uno se es
esclavo de sí mismo y en el otro de sus leyes. Tampoco falla en pensar al balance
entre ambos como la posibilidad del estado de libertad integrado por personas
cultivadas, pero aun falta algo que resulta ser lo verdaderamente demandante. El
desafío se pone de manifiesto cuando se pasa del “¿Qué?” al “¿Cómo?”. La
respuesta al “¿Cómo?”, evidentemente no contempla la represión ni la negación
del estado natural, sino al papel de la naturaleza que ejerce atravesando esa
mirada que extendemos fuera de nosotros, es aquí cuando lo otro no permanece
como ajeno a uno mismo de igual forma que lo natural deja de ser impropio del ser
humano. La naturaleza debe atravesar la mirada que dirigimos fuera de nosotros
para iluminar más allá de nuestra propia figura sin que falte vehemencia en
nuestro ser..
REFERENCIAS:

Cortufo, T & Ureña, J (2018) Introducción. En El Cerebro y las Emociones. P. 9.


Colección Neurociencias y Psicología. Editorial Salvat.

Herrera, J. (2009) Filosofía y Contracultura. En Quaderns de filosofia i ciéncia. N.


39, p. 73

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23ª ed.,


[versión 23.4 en línea]. [27 de noviembre de 2020].

Schiller, F. (1794) Carta Tercera. En Cartas Sobre la Educación Estética del


Hombre. P. 61. Universidad Nacional de Cuyo Facultad de Filosofía y
Letras. Traducción del alemán por Martín Zubiria.

VH1 (2006) Welc ome To My Nightmare. En Heavy: The Story of Metal

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