Está en la página 1de 3

1

Antimateria, Materia Oscura y Energía Oscura.


El lado exótico de la física de las partículas. Antimateria, el reverso de materia
ordinaria. Principalmente, estas se caracterizan por tener propiedades opuestas que, al estar en
contacto con; materia-antimateria, se aniquilan mutuamente y convierten su masa total en una
cantidad equivalente de energía. Materia Oscura es una propuesta para explicar campos y
atracciones gravitatorios de origen invisible. Además, se destaca por ser seis veces más
abundante que la materia ordinaria. Es decir, una cuarta parte de la densidad total y el
componente principal para la formación de estructura en el Universo. Con el pasar de los
tiempos se han propuesto diversas hipótesis para intentar explicar la expansión acelerada del
universo, una de estas teorías se consideró como energía oscura.
Antimateria:
Según la física de las partículas elementales; la antimateria se entiende como el reverso de la
materia, dado a que: Las partículas y sus antipartículas tienen la misma masa e igual espín, y la
misma vida media, pero conservan propiedades opuestas de carga eléctrica (fuerte- débil),
número bariónico y leptónico.
La aniquilación materia-antimateria:
El previo contacto inmediato de antimateria con
materia es que ambas se aniquilan entre sí. Si el
roce entre una partícula y su antipartícula
conservan características de bajas energías, el
efecto de la aniquilación reside solo en fotones;
pero si la colisión ocurre con energías
suficientemente altas, puede dar inicio a otras
partículas y antipartículas. Este acontecimiento
sucede frecuentemente en las colisiones entre
partículas, y se puede sustentar ese fenómeno con
la fórmula de Einstein entre la conversión entre
energía y masa; E=mc 2. En la que la energía de la
Fig. 1. Aniquilación de un antiprotón contra un
colisión puede transformarse en crear partículas
núcleo de un átomo de neón. Experimento PS-179 y antipartículas con masas a su alrededor,
en la máquina LEAR del CERN (1984). Recuperado desestabilizando sus campos cuánticos.
de: (Imagen cortesía del CERN).

¿Es posible utilizar la aniquilación de materia-antimateria para cubrir necesidades


energéticas en la sociedad?
No obstante, no es factible aprovechamiento de la aniquilación materia-antimateria para
satisfacer las necesidades energéticas de una sociedad, como diferentes países a nivel
internacional que gozan de energía nuclear; en efecto, La sociedad en sí está muy lejos de poder
conseguirlo. La razón radica en que la tecnología actual solo permite manufacturar cantidades
mínimas de antimateria. Un gran ejemplo; La factoría de antiprotones ha sido responsable de
proporcionar al acelerador Tevatrón, del Fermi National Laboratory, que con su gran tecnología,
permitió colisionar contra protones y logró suministrar acerca de 1015 antiprotones/año,
escasamente para originar ebullición de litro de un fluido a temperatura ambiente al aniquilarse
con el mismo número de protones, y por otro lado la tomografía por emisión de positrones
(PET).
Acotación. Ejemplo de antimateria su tiempo de estadía en alimento y cuerpo.
Los positrones que son emitidos por los huesos son incapaces de salir del cuerpo pues estos se
aniquilan con los electrones y son de aproximadamente un milímetro. En el caso de los plátanos,
que tienen 40K en la piel, se disipan al exterior alrededor 15 positrones/ 24 h. Así que los
2

plátanos son fuente emisiva de antimateria, de la misma forma; la cerámica, las paredes, la cal y
el cemento también contienen 40K.
Materia oscura
La hipótesis más aceptada de la materia oscura está encaminada en el origen invisible
donde esta no emite y no absorbe, no dispara luz y la única interacción a la cual reacciona es la
gravitación. Las diferencias de materia oscura con materia ordinaria es que: no tiene
formaciones sólidas ni densas de estructuras, sino que manejan una distribución uniforme de
partículas diferentes que a un átomo. Hasta el día de hoy los científicos han intentado descifrar
una explicación directa que demuestre una estructura o composición de la materia oscura y lo
único que se sabe es que solo interactúa en su entorno gravitacional viajan sin perturbaciones en
órbitas de halos con un amplio espectro de excentricidades.
Un ejemplo de si mismo pueden ser; los cuerpos astronómicos con emisión radiactiva muy
débil, como planetas, agujeros negros.

Fig. 2 La parte azul representa la materia oscura de los cúmulos. Recuperado de:
https://www.scielo.org.mx/pdf/rmfe/v54n2/v54n2a12.pdf

Diferencias fundamentales de una materia oscura-materia ordinaria.


1. La materia oscura no decae ni se transforma en materia ordinaria y si lo hacen, su
tiempo de decaimiento obligatoriamente debe ser mayor o igual que a la edad del
universo
2. Nula interacción electromagnética.
3. Para reproducir el efecto gravitacional que produce la materia oscura, su
composición microscópica debe ser masiva.
Energía Oscura:
Se ha intentado explicar la hipótesis de la expansión acelerada del Universo. Y una de
ellas es la teoría denominada como la existencia de un tipo de energía capaz de ser partícipe de
dicha aceleración, y su contenido energético domina totalmente el Universo, aproximadamente
el 68% de su densidad de energía. La energía oscura es capaz de generar una presión negativa
que resista las fuerzas gravitacionales, logrando así una expansión universal. Una de las
hipótesis mejor aceptadas sobre el entendimiento de la energía oscura es que se trata de la
constante cosmológica. La cual es usada frecuentemente en ecuaciones Einstein de la
Relatividad General y corresponde a la energía del vacío.
3

Referencias bibliográficas:
Gato Rivera, B. (2018). Antimateria.. Editorial CSIC Consejo Superior de Investigaciones
Científicas. https://elibro.net/es/lc/udla/titulos/105659
Caballero Carretero, J. A. (2013): Dirac. La antimateria, Barcelona, RBA.
Zapata, Á. (2015). Materia oscura. Editorial Páginas de Espuma. https://www-
digitaliapublishing-com.bibliotecavirtual.udla.edu.ec/a/44172
Villegas, F. (2021). La energía oscura en la cosmología estándar. Revista De Investigación De
Física, 24(2), 35–39. https://doi.org/10.15381/rif.v24i2.20359

También podría gustarte