Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
og
ól
Revista de Psicología
leg i o e Psic
d
Co
de Arequipa
Año 2014 / Volumen 4 / Número 2
ISSN 2221-786X versión impresa
ISSN 2307-4159 versión electrónica
109
Revista de Psicología de Arequipa
Rev. psicol. Arequipa ISSN 2221-786X versión impresa / ISSN 2307-4159 versión on line
Director Editor: Walter Arias. Universidad Católica San Pablo. Arequipa, Perú.
Consejo Directivo 2014-2015
Víctor Hugo Rosas Imán. Decano. Revista indizada en:
Juana Esperanza Banda Sosa. Secretaria General.
Yuri Félix Chávez Luque. Tesorero.
Edwin Miguel Granara Fuentes. Vocal I.
Jaime Ernesto Lara Quilla. Vocal II.
Comité Científico Regional de Arbitraje
Charles Portilla. Universidad Católica de Santa María. Arequipa, Perú.
Marcio Soto. Universidad Católica San Pablo. Arequipa, Perú.
Nicolás Paredes. Universidad Católica de Santa María. Arequipa, Perú.
Iván Montes. Universidad La Salle. Arequipa, Perú.
Ayme Barreda. Universidad Nacional de San Agustín. Arequipa, Perú.
Juan Carlos Ríos. Universidad Católica San Pablo. Arequipa, Perú.
Lucio Portugal. Universidad Nacional de San Agustín. Arequipa, Perú.
María Luisa Belón. Universidad La Salle. Arequipa, Perú.
Comité Científico Nacional de Arbitraje
Reynaldo Alarcón. Universidad Ricardo Palma. Lima, Perú.
José Anicama. Universidad Nacional Federico Villareal. Lima, Perú.
Federico León. Universidad San Ignacio de Loyola. Lima, Perú.
Santiago Cueto. Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú.
Ramón León. Universidad de Lima. Lima, Perú.
Ricardo Canales. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.
Gina Chávez. Universidad Privada del Norte. Trujillo, Perú.
Carlos Ponce. Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Lima, Perú.
Comité Científico Internacional de Arbitraje
Rubén Ardila. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia.
Fernando González Rey. Universidadde de Brasilia. Brasilia, Brasil.
Manolete Moscoso. University of South Florida. Florida, USA.
Luis Bravo. Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile, Chile.
Ernesto Pollitt. Universidad de California. Davis, USA.
Julio Villegas. Universidad Central de Chile. Santiago de Chile, Chile.
María Regina Maluf. Universidade de São Paulo. São Paulo, Brasil.
Hugo klappenbach. Universidad Nacional de San Luis. San Luis, Argentina.
Traducciones: Ana Lucía Núñez. Universidad Católica San Pablo.
Reserva de Derechos
Los artículos publicados por la Revista de Psicología de Arequipa pueden ser reproducidos con
fines educativos o de investigación, siempre y cuando se cite la fuente.
El contenido de los artículos publicados en la Revista de Psicología de Arequipa es responsabilidad
exclusiva de los autores.
110
Revista de Psicología de Arequipa
Volumen 4. Segundo Semestre del 2014, Nº 2
CONTENIDO
ARTÍCULOS / ARTICLES / 113
El constructo de contingencia
en el análisis de la conducta.
The construct of contingence in the analysis of behavior.
William Montgomery / 115
111
Integración familiar y felicidad en la ciudad de Arequipa.
Family integration and happiness in Arequipa city.
Walter Arias, María Alejandra Masías,
Ximena Salas, Luis Yépez y Oscar Justo / 204
112
Artículos
El constructo de contingencia en el análisis de la conducta.
William Montgomery
Psicólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Administrador por la
Universidad Nacional Federico Villareal. Magíster en Investigación en Comunicación
Social por la UNMSM y catedrático de la Facultad de Psicología en esta casa de
estudios, en las asignaturas de Psicología de la Personalidad y Psicología y Técnicas
de Intervención Conductual. Recibió el Premio Científico en Psicología 1990, 1998
y 2010 otorgados por el Consejo Superior de Investigación de la UNMSM. El
2014, el Colegio de Psicólogos del Perú le otorgó el Premio Nacional de Docencia
Universitaria. Es autor de libros y artículos en publicaciones especializadas.
113
114
Rev. psicol. Arequipa 2014, 4(2), 115-126 / Recibido: 05-05-14 / Aceptado: 21-07-14
ISSN 2221-786X versión impresa / ISSN 2307-4159 versión electrónica
EL CONSTRUCTO DE CONTINGENCIA
EN EL ANÁLISIS DE LA CONDUCTA
William Montgomery Urday
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú
RESUMEN
ABSTRACT
Correspondencia: avidolector@yahoo.es
115
El constructo de contingencia en el análisis de la conducta / William Montgomery
INTRODUCCIÓN
ELEMENTOS DE LA CONTINGENCIA
Figura 1.
Esquema de los elementos comprendidos en la ecuación contingencial (K) donde se ubi-
can la situación estimular histórica y actual (E1,2), las condiciones organísmicas histó-
ricas y actuales (O1,2), la respuesta (R) y sus consecuencias (C), además de la relación
contingencial (Rk) entre éstas últimas y el E2. Cabe mencionar que tales elementos son
interactivos entre sí (1 ). A su vez, toda la relación es contextuada por un medio de con-
tacto (Mc), que es el conjunto de circunstancias fisicoquímicas, ecológicas o normativo-
convencionales que posibilitan la interacción.
APLICACIONES
Tabla 1.
Secuencia contingencial.
Figura 2.
Símbolos de un diagrama de análisis funcional.
Tomado de Haynes, Godoy y Gavino (2011, p. 47.)
Algo similar se encuentra en los diagramas propuestos por Mechner (2008) para
representar las contingencias, cuya notación se refiere a: a) entidades o nombres refe-
ridos a acciones (A), consecuencias (C), tiempo (T) y agentes; 2) verbos como seguir,
prevenir, predecir y percibir; 3) una sintaxis posicional compuesta de cuadrantes apli-
cables a cada entidad y 4) atributos que califican a las entidades en base a probabilidad
(P), magnitud (M), valencia (+,-), y calificativos adicionales como “erróneo” (x) y
“carente de” (~), aplicables a los verbos de predicción y percepción. Igualmente, las
flechas indican direccionalidad causal. En el ejemplo siguiente (Figura 3) se presentan
diagramas experimentales de reforzamiento alternativo y conjuntivo8.
Figura 3.
Ejemplos de diagramas de Mechner aplicados al campo experimental donde nR es un nú-
mero variable de respuestas durante un tiempo (T) que deberán cumplirse totalmente ( )
para dispensar el refuerzo (C).
S s E — — — — — — — —
S s E — — — — — — —
S s E — — — — — —
S s E — — — — —
O s E — — — —
O s E — — —
O s E — —
O s E —
Figura 4.
Matriz de celdillas de análisis macrocontingencial.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
Glenn, S. S. (1988). Contingencies and clínicos en terapia del comportamiento.
metacontingencies. Toward a synthesis in Madrid: Pirámide.
behavior analysis and cultural materialism. Kantor, J. R. (1967/1978), Psicología
The Behavior Analyst, 11, 161-179. interconductual. Un ejemplo de construcción
Haynes, S. N.; Godoy, A. y Gavino, A. científica sistemática. México: Trillas.
(2011). Cómo elegir el mejor tratamiento MacCorquodale, K. & Meehl, P. E. (1948).
psicológico. Formulación de casos On a distinction between hypothetical
Yenny Salamanca
Psicóloga por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Tiene un Máster
Internacional en Psicología clínica y de la salud otorgado por la Asociación Española
de Psicología Conductual. Es candidata a Doctora en Psicóloga clínica y de la salud
en la Universidad de Granada. Es Docente a tiempo completo en la Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia, así como en la Universidad del Norte y el
Instituto Colombiano de Logoterapia.
Ingrid Forero
Psicóloga por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Es candidata
a Magíster en Educación por la Universidad Pedagógica y Tecnológica y pertenece
al Grupo de Investigación Clínica y de la Salud de la Universidad Pedagógica y
Tecnológica de Colombia.
Gina Chávez
Licenciada en Psicología, Magíster en Educación con mención en Gestión y docencia y
Doctora en Psicología por la Universidad César Vallejo. Docente de la Carrera de
Psicología en la Universidad Privada del Norte. Posee un reconocimiento recibido por
el Consejo Directivo Regional VII - La Libertad del CPP, por el destacado aporte en la
publicación de investigaciones de psicología.
Evelin Merino
Licenciada en Educación Inicial por la Universidad Privada Antenor Orrego. Licenciada
en Psicología y Magíster en Educación infantil por la Universidad Nacional de Trujillo
y Doctora en Psicología por la Universidad César Vallejo. Docente de Psicología en
la Universidad Privada Antenor Orrego. Sus líneas de investigación son: políticas
educativas, neurodesarrollo, atención integral del infante, niño y adolescente, didáctica
y evaluación del aprendizaje, violencia y modelos de prevención y promoción.
127
Maritza Medina-Loaiciga
Psicóloga y Magíster en Psicología clínica. Especialista en Evaluación y tratamiento
de trastornos emocionales y afectivos y farmacodependencia. Coordinadora de la
Unidad de Atención y Orientación Psicológica de la Universidad Cooperativa de
Colombia.
Angela Güichá-Duitama
Psicóloga y Magíster en Psicología clínica. Especialista en Evaluación y tratamiento
de trastornos emocionales y afectivos, y especialista en Gerencia de recursos humanos.
Es docente del Programa de Psicología de la Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia y miembro del Grupo de Investigación de Psicología Clínica y Salud de
la UPTC.
Gabriela Cáceres
Psicóloga por la Universidad Nacional de San Agustín. Es miembro de Círculo de
Estudio e Investigación en Neuropsicología y Psicología de la UNSA y profesora de
la Universidad Católica San Pablo.
Marcio Soto
Psicólogo por la UNSA y candidato de Doctor por la Universidad Complutense de
Madrid. Es docente investigador de la UCSP y de la UNSA. Miembro de la Junta
Directiva de la Sociedad Latinoamericana de Neuropsicología.
Walter Arias
Psicólogo por la Universidad Nacional de San Agustín, y es Maestro en CC. de la
Educación con mención en Psicopedagogía cognitiva por la Universidad Nacional
Pedro Ruíz Gallo. Es profesor auxiliar y docente investigador en la Universidad
Católica San Pablo. Ha publicado tres libros y varios artículos de investigación en
revistas locales, nacionales y del extranjero.
Oscar Justo
Es estudiante del Programa Profesional de Psicología de la Universidad Católica de
Santa María. Es miembro del Grupo de Investigación Psyché.
128
Rev. psicol. Arequipa 2014, 4(2), 129-144 / Recibido: 06-05-14 / Aceptado: 28-06-14
ISSN 2221-786X versión impresa / ISSN 2307-4159 versión electrónica
RESUMEN
ABSTRACT
Correspondencia: yenny.salamanca@uptc.edu.co
129
Características psicológicas del estudiante de psicología / Y. Salamanca & I. Forero
INTRODUCCIÓN
Los estudios con población universitaria, si bien, han tomado mayor trascen-
dencia, siguen siendo escasos y aún más cuando se trata de estudiantes de Psico-
logía; autores tales como Scheie y Willis (2003), han referido que el adolescente al
finalizar su escolarización e ingresar a la universidad, se encuentra con una serie
de acontecimientos que marcan el paso de su adolescencia hacia su adultez y le
exigen la necesidad de optar por una elección vocacional que a su vez, comple-
menta la definición de su identidad. Por su parte, Bitran, Zúñiga, Lafuente, Viviani
y Beltrán (2004); García y Navarro (2009) y Rehbein, Martínez, Fisher y Fritz
(2009) han analizado la relación entre el tipo de carrera elegida por el universitario
y su perfil psicológico, sin embargo los resultados no han sido concluyentes.
Aragón (2011), en su estudio realizado con estudiantes de Psicología, refiere
que la adaptación y el éxito en los estudios dependen tanto de factores económicos
como de factores personales y psicológicos; en los económicos, se encuentran los
recursos suficientes para poder solventar los gastos; en los personales, las condi-
ciones de salud, tiempo dedicado al estudio, esfuerzo y dedicación; y en los facto-
res psicológicos, pueden contribuir al rendimiento académico tanto positiva como
negativamente; comprenden la inteligencia, la motivación, el estrés, la ansiedad,
la depresión y la personalidad, entre otros y como lo han referido Cattell y Cattell
(2001); Epstein (1998); Mayer y Solovey (1997), si bien, la inteligencia es uno de
los factores más importantes en la predicción del éxito académico; en las últimas
décadas se han desarrollado diferentes aproximaciones teóricas en las que se re-
conoce la importancia que tienen los factores emocionales y la personalidad en el
comportamiento inteligente.
Landa, Illescas, Lorea y Zarzuela (2004), quienes encontraron una fuerte relación
entre los trastornos de personalidad presentes en pacientes adictos y el abandono
al tratamiento, siendo más prevalentes, los trastornos antisocial, pasivo-agresivo
y narcisista. Campos, Cedillo, Celis, Chávez, Cruzate, Díaz, Santos y Vásquez
(2006), refirieron que la motivación para el logro, tiene una correlación positiva
con los patrones clínicos de personalidad paranoide, histriónico, antisocial, narci-
sista, límite, compulsivo, dependiente y evitativo; mientras que con los patrones
de personalidad esquizoide y esquizotípico, la correlación es negativa. López y
Becoña (2006) por su parte, realizaron un estudio con personas con dependencia
de la cocaína en tratamiento y encontraron mayor prevalencia en las escalas per-
sonalidad pasivo-agresiva, antisocial, narcisista e histriónica y en las escalas de
personalidad patológica límite y paranoide.
Torres (2007) en su estudio sobre alexitimia en pacientes con antecedentes
de intento suicida, encontró correlaciones estadísticamente significativas entre
ansiedad y estilos de personalidad patológica, tales como esquizoide, evitativo,
histriónico, autoderrotista y esquizotípico; así mismo, encontró que los estilos de
personalidad con mayor frecuencia en cuanto al acto suicida son los que se com-
binan con rasgos evitativos, negativistas, antisociales y dependientes, y rasgos
límites o una combinación de rasgos límites y esquizotípicos. Salavera (2009), en
su estudio sobre trastornos de personalidad en persona sin hogar, encontró que los
trastornos antisocial, dependiente, compulsivo y narcisista son los que obtienen
puntuaciones más altas y que los trastornos más frecuentes, están relacionados
con las personalidades con problemas interpersonales (dependiente, narcisista
y antisocial) junto con uno perteneciente a las personalidades ambivalentes con
conflictos (compulsivo), y las altas puntuaciones en dependencia del alcohol y
trastorno delirante.
Ortiz-Tallo, Cancino y Cobos (2011), evaluaron la presencia de patrones de
personalidad patológicos y su relación con los síndromes clínicos en jugadores pa-
tológicos en rehabilitación y encontraron mayor presencia de los patrones clínicos
de personalidad dependiente, obsesivo-compulsivo, narcisista y antisocial y de los
síndromes clínicos abuso de alcohol y abuso de drogas, con una alta comorbilidad
entre las dos variables de estudio y en el mismo año, Ortiz-Tallo, Cardenal, Ferra-
gut y Cerezo (2011), en su estudio sobre prevalencia y porcentajes de los rasgos
clínicos de personalidad y de síndromes clínicos, encontraron mayor frecuencia de
rasgos de personalidad compulsiva, narcisista e histriónica, y del síndrome clínico
de ansiedad.
tivo, afectivo, psicológico y comportamental, y, que puede ser iniciado tanto por
un estímulo estresante externo o interno; se ha encontrado que esta es de gran inte-
rés no solo en el ámbito investigativo, sino que cada vez tiene mayor protagonis-
mo en los servicios de salud. Saiz, Ibáñez y Montes (2001) por ejemplo, refieren
que aproximadamente el 25% de los pacientes presentan ansiedad clínicamente
significativa; además los costos generados por los pacientes con este trastorno
duplican a los que no lo poseen, por lo que promover acciones de prevención,
detección y tratamiento constituyen un prioridad en su atención (Segarra, Farriols,
Palma, Segura & Castell, 2011).
Lo mismo sucede en el ámbito académico, ya que estudios como el de Contre-
ras, Espinosa, Esguerra, Haikal, Polania y Rodriguez (2005); señalan una estrecha
relación entre la ansiedad y el rendimiento académico, tendiendo a aparecer cuando
los estudiantes tienen que responder a las diversas actividades y en situaciones don-
de se puede ver afectado su rendimiento y su salud; así mismo, autores como Her-
nández y Coronado (2008); Guzmán (2008); Agudelo, Casadiegos y Sanchez (2009)
y Amézquita, González y Zuluaga, (2003), han señalado, esta misma asociación y
entre otras variables como la autoevaluación, la atribución causal, la depresión y el
comportamiento suicida. Asimismo, Gutiérrez y Calvo (1996) y Hembree (1988,
citados por Furlan, Sánchez, Heredia, Piemontesi & Illbele, 2009), han afirmado que
la elevada ansiedad ante los exámenes se asocia con déficits en la ejecución y bajo
rendimiento académico, apoyando el supuesto que quienes sufren elevada ansiedad
en las evaluaciones, en comparación con sus compañeros menos ansiosos, poseen
menor habilidad para el estudio.
Campo-Cabal y Gutiérrez (2001) realizaron una investigación con estudian-
tes de un programa de salud de la Universidad del Valle (Colombia) y encontraron
que tres cuartas partes del grupo presentaban algún tipo de psicopatología, de los
cuales el 66.6% se relacionaba con depresión y/o ansiedad; Castellanos, Guarnizo
y Salamanca (2011), en su estudio con practicantes de Psicología de la Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia, encontraron que cerca de la mitad de los
participantes presentaban niveles de ansiedad altos y Salas y Sotomayor (2013), en
su investigación con estudiantes de esta misma universidad, encontraron que el 41%
de los participantes experimentaban ansiedad mínima a moderada y el 4% ansiedad
severa y máxima.
Es importante tener en cuenta que los resultados de las investigaciones en men-
ción, dan cuenta de los niveles de ansiedad, mas no del tipo de manifestación de la
misma; por lo que para el presente estudio, se tuvo en cuenta los tipos de ansiedad
propuestos desde la teoría de Spielberger (1985, citado por Conde et al., 2009), la
ansiedad estado, definida como las sensaciones subjetivas de tensión experimenta-
das en un momento particular, y, la ansiedad rasgo, definida como las diferencias
individuales que permanecen relativamente estables a través del tiempo.
Dependencia emocional
Esta variable ha sido poco estudiada y por tanto, sus aportes teóricos y
empíricos son mínimos; Patton (2002), la define como la necesidad de tener a
otros para sobrevivir, percibir su imagen y tomar decisiones propias. Castello
(2000, 2002, 2005, citado por Lemos & Londoño, 2006), por su parte, la define
como un patrón persistente crónico de necesidades emocionales insatisfechas
que se intentan cubrir de manera desadaptativa con otras personas, y, que se
caracteriza por excesivas demandas afectivas, relaciones interpersonales estre-
chas y relaciones de pareja desequilibradas, donde prevalece la sumisión y la
idealización de la pareja, con baja autoestima e imperiosa necesidad de otro,
que lleva a comportamientos excesivos de aferramiento y alto temor a la so-
ledad. Ramírez y Londoño (2011), la consideran como esa necesidad afectiva
extrema que una persona siente hacia otra, a lo largo de sus diferentes relacio-
nes de pareja; no obstante, su carácter crónico no se basa en la sucesión de di-
chas relaciones sino en la personalidad de estos sujetos. Torres (2012) refiere
que es toda relación disfuncional con cualquier persona y no necesariamente,
esta persona es la pareja.
Bornstein, Geiselman, Eisenhart y Languirand (2002), encontraron que
estudiantes universitarios con altos niveles de sobredependencia destructiva,
experimentan preocupaciones acerca del abandono, ansiedad sobre la disponi-
bilidad de sus cuidadores, problemas con la cercanía y la intimidad, dificultad
para resistir la presión externa y la influencia, y, alteraciones en la identidad
y en la regulación del afecto. Castello (2006), en su estudio sobre violencia
domestica contra la mujer, refiere que la necesidad de los dependientes emo-
cionales víctimas de la violencia, es excesiva y que por tanto no se reduce a la
propia de una relación amorosa y que dicha necesidad, es de carácter afectivo
y no de otro tipo (trastorno de la personalidad por dependencia, en el que la
indecisión y la sensación de inutilidad o desvalimiento personal es lo que une
a la persona de la cual se depende), siendo más predominante en mujeres que
en hombres.
Lemos, Londoño y Zapata (2007), analizaron las distorsiones cognitivas
en personas con dependencia emocional y encontraron diferencias significa-
tivas en el procesamiento de información. Asimismo, a partir del estudio del
perfil cognitivo de estudiantes universitarios con dependencia emocional, Le-
mos, Jall, González, Díaz y De la Ossa (2010), afirmaron que la ansiedad por
separación y la demanda de expresión afectiva de la pareja, son manifestacio-
nes comportamentales del esquema de desconfianza/abuso y más recientemen-
te, Ramírez y Londoño (2011) identificaron que los factores de vulnerabilidad
cognitiva en las mujeres víctimas de violencia doméstica, presentaban esque-
mas cognitivos de apego, desconfianza, grandiosidad, dependencia/incompe-
tencia, estándares inflexibles, fracaso, privación emocional, vulnerabilidad al
Estrategias de afrontamiento
Definidas por Lazarus y Folkman (1986), como los pensamientos y con-
ductas llevados a cabo en respuesta a situaciones estresantes y que pueden
cambiar con el pasar del tiempo. Londoño, Henao, Puerta, Posada, Arango
y Aguirre (2006), las consideran como un conjunto de recursos y esfuerzos
tanto cognitivos como comportamentales, orientados a resolver el problema, a
reducir o eliminar la respuesta emocional o a modificar la evaluación inicial de
la situación. Investigaciones realizadas con poblaciones diferentes, dan cuenta
de la importancia de los tipos de estrategias de afrontamiento utilizadas en
diferentes situaciones. Por ejemplo, Acosta, Chaparro y Rey (2008), realizaron
un análisis sobre la calidad de vida y las estrategias de afrontamiento en pa-
cientes con insuficiencia renal crónica y encontraron que los pacientes en tra-
tamiento de trasplante reportaban mayor calidad de vida y mejores estrategias
de afrontamiento en comparación con los otros tratamientos, siendo mayores
las puntuaciones en personas con edad de transición entre adultez media y
tardía, mujeres, con estudios universitarios, casados y empleados.
Morales, Arias y Salamanca (2010) relacionaron las estrategias de afron-
tamiento con el grado de adaptación a la formación policial, encontrando una
relación significativa entre la adaptación y las estrategias orientadas al pro-
blema más que a la emoción. Torrejón (2011), en un estudio sobre los estilos
y estrategias de afrontamiento y su relación con la ansiedad rasgo- estado en
estudiantes migrantes y no migrantes, encontró que no existían diferencias
significativas con respecto a las variables ansiedad y estrategias de afronta-
miento; mientras que Castellanos et al. (2011), encontraron que las estrategias
de afrontamiento más utilizadas por los practicantes de psicología de la UPTC
son solución de problemas, reevaluación positiva, búsqueda de apoyo social y
evitación cognitiva y la estrategia menos utilizada, es expresión de la dificul-
tad de afrontamiento.
MÉTODO
Tipo de investigación
Según Hernández, Fernández y Baptista (2006) se trata de una investigación
no experimental de tipo transeccional descriptivo, donde no se realiza manipulación
de variables, sino que se observan los fenómenos tal y como se dan en un contexto
natural para después analizarlos.
Participantes
Se trabajó con 104 participantes, 71 mujeres y 33 hombres, con un rango de
edad entre 18 y 26 años y un nivel de escolaridad entre primero y décimo semestre
de Psicología, quienes fueron seleccionados a partir de un muestreo aleatorio simple.
Instrumentos
Inventario Clínico Multiaxial de Millon (MCMI-III) adaptación española
(Cardenal y Sánchez, 2007). Instrumento que consta de 175 ítems, ofrece un perfil
según 14 escalas constituidas como patrones de personalidad (Esquizoide, Evitativo,
Depresivo, Dependiente, Histriónico, Narcisista, Antisocial, Agresivo, Compulsivo,
Negativista, Autodestructivo) y patrones graves de la personalidad (Esquizotípico,
Límite y Paranoide). Además, incluye el conjunto de síndromes clínicos moderada-
mente graves (Trastorno de ansiedad, Somatomorfo, Bipolar, Distímico, Dependen-
cia del alcohol, Dependencia de sustancias y Trastorno de estrés postraumático) y
graves (Trastorno del pensamiento, Depresión mayor o Trastorno delirante) y cuatro
índices modificadores (Sinceridad, Deseabilidad social, Devaluación y Validez). Las
categorías se clasifican en ausencia, por debajo del percentil 75; presencia, por enci-
ma del percentil 75 y prominencia, por encima del percentil 85. Ha demostrado tener
buenas propiedades psicométricas, consistencia interna con coeficientes Alpha que
varían entre 0.65 y 0.88 en la muestra española, índices de fiabilidad test-retest, con
valores entre 0.82 y 0.96, siendo la mediana del coeficiente de estabilidad 0.91. Con
respecto a la validez se obtienen puntuaciones satisfactorias tanto en validez crite-
rial, empleando jueces diagnósticos experimentados, como en validez concurrente
(Osma, Botella y García, s.f).
Inventario Ansiedad Rasgo-Estado (IDARE), versión española del STAI,
(State Trait-Anxiety Inventory) diseñado por Spielberger y Díaz-Guerrero (2002),
mide la presencia de ansiedad en adultos y adolecentes “normales”, con dos escalas
de autoevaluación separadas, que se utilizan para medir dos dimensiones distintas
de ansiedad: la escala A-Rasgo y la escala A-Estado. Cada una de ellas consta de
20 afirmaciones en la que se pide a los individuos describir como se sienten tanto
generalmente (Rasgo) como en un momento dado (Estado), es utilizado para iden-
tificar individuos que sean propensos a la ansiedad, además es un indicador sensiti-
vo del nivel de ansiedad transitorio experimentado por pacientes; la administración
puede ser individual o colectiva, tanto para adolescentes como para adultos y no
tiene límite de tiempo para su aplicación, aunque generalmente tiene una duración
entre 20 a 30 minutos.
Cuestionario de Dependencia Emocional (CED), construido y validado para
población colombiana por Lemos y Londoño (2006), está conformado por 23 ítems
y seis factores. El Alfa de Cronbach de la escala total es de 0.927, con una expli-
cación de la varianza del 64,7%. Se compone de seis factores: Factor 1: Ansiedad
de separación (7 ítems), Factor 2: Expresión afectiva de la pareja (4 ítems), Factor
Procedimiento
Inicialmente, se gestionaron los permisos pertinentes y se realizó la selección
de la muestra mediante la utilización de los programas STATS y SPSS 20.0, para
la extracción de la muestra con un alto nivel de confiabilidad. Luego, durante dos
sesiones de 60 minutos, se realizó la aplicación del Inventario Clínico Multiaxial
de Millon (Millon, 2007), el Inventario Ansiedad Rasgo-Estado (Spielberger y
Díaz-Guerrero, 2002), el Cuestionario de Dependencia Emocional, validado y
adaptado para Colombia por Lemos y Londoño (2006) y la Escala Estrategias de
Coping (Chorot & Sandin, 1993; validada para población colombiana por Lon-
doño y cols., 2006); además del consentimiento informado y una ficha de datos
sociodemográficos. Finalmente, se analizaron los datos de manera independiente a
partir de estadísticos descriptivos y el programa estadístico SPSS 20.0 y se realizó
la discusión, teniendo en cuenta la relación entre los hallazgos de la investigación
y los antecedentes teóricos y empíricos.
RESULTADOS
Figura 1.
Patrones clínicos y patrones patológicos de la personalidad.
Figura 2.
Síndromes clínicos y síndromes graves de la personalidad.
Figura 3.
Presencia de ansiedad según tipo.
Figura 4.
Presencia, ausencia factores de dependencia emocional.
Figura 5.
Utilización de estrategias de afrontamiento.
DISCUSIÓN
legales, quienes tienden a mostrar una fuerte necesidad de ser bien vistos y so-
cialmente deseables, aspecto que puede estar relacionado con lo que socialmente
se esperaría de un profesional de la salud mental. Así mismo, en cuanto al perfil,
se encuentra relación con los hallazgos de Nasetta y Casari (2011), quienes han
referido que los estilos más pertinentes para desempeñarse como futuros psicólo-
gos, son el histriónico y obsesivo compulsivo, siendo este último identificado en
una buena parte de la muestra.
Al analizar la ansiedad Rasgo-Estado, se encontraron manifestaciones en el
23% y 24% respectivamente. Estos hallazgos son similares a los de Saiz, Ibáñez
y Montes (2001), quienes ya habían referido que aproximadamente el 25% de los
pacientes presentan ansiedad clínicamente significativa. Sin embargo, cabe resal-
tar que para el caso de universitarios colombianos, las proporciones parecen ser
mayores tal como lo han reportado investigadores como Campo-Cabal y Gutiérrez
(2001), Castellanos, Guarnizo y Salamanca (2011) y Salas y Sotomayor (2013);
quienes ya habían identificado presencia de ansiedad entre el 45% y el 66% de los
participantes; por lo que se hace necesario, continuar con el proceso de valoración
de las manifestaciones de ansiedad e incluir otro tipo de variables, que puedan ser
relacionadas con el fin de identificar posibles factores de riesgo y protección en
el grupo.
En cuanto a los resultados relacionados con la variable dependencia emo-
cional, se encuentra una tendencia significativa a presentar búsqueda activa de
atención de la pareja por diferentes medios tales como posición pasiva y sumisa, a
realizar cambios y/o modificación de planes para satisfacer la pareja o a sí mismo
y a mantener la necesidad de tener expresiones de afecto que le reafirmen el amor
para calmar la sensación de inseguridad. Estos hallazgos ponen de manifiesto lo
planteado por Póo y Vizcarra (2008), quienes refirieron que los jóvenes univer-
sitarios estiman una alta prevalencia de violencia psicológica expresada a través
de diversos comportamientos, destacándose por su frecuencia a la descalificación
y el control sobre la pareja, la baja autoestima y los celos; cuyas consecuencias
se evidencian en los efectos psicológicos tales como los trastornos del ánimo y la
disminución en el rendimiento académico.
A su vez, Jiménez y Gómez (2011), describen en su investigación con estu-
diantes, que generalmente, los dependientes emocionales, tienden a creer que se
debe disponer de alguien más fuerte o más inteligente que le ayude a resolver sus
problemas y tomar decisiones propias que motivarían la aparición de dependencia
emocional por un lado, o de otra posible patología de la personalidad por otro. Al
igual que la intensión de tener el control sobre situaciones académicas exigentes
o ciertas emociones para sentirse bien (Necesidad de Control), pueden verse esti-
mulados a controlar el trabajo de otros desde una posición de líder y no desaprove-
chan la oportunidad de ser el centro de atención cuando surge la ocasión.
REFERENCIAS
Acosta, P.; Chaparro, L. y Rey, C. (2008). a hemodiálisis, diálisis peritoneal o
Calidad de vida y estrategias de trasplante renal. Revista Colombiana de
afrontamiento en pacientes con Psicología, (17), 9-26.
insuficiencia renal crónica sometidos Agudelo D.; Casadiegos, C. & Sánchez,
Rehbein, L.; Martínez, G.; Fisher, I. y Fritz, psicológico grupal para los trastornos de
C. (2009). Los estilos epistémicos y tipos ansiedad en el ámbito de la salud pública.
de personalidad como factores asociados Ansiedad y Estrés, 17(2-3), 185-197.
a la elección de carrera. Revista de Spielberger, C. y Díaz-Guerrero, R. (2002).
Pedagogía, 30(3), 115- 134. IDARE: Inventario de ansiedad: rasgo-
Saiz, J.; Ibáñez, A. & Montes, JM (2001). estado: Manual e instructivo. México: El
Trastorno de angustia. Crisis de pánico Manual Moderno.
y agorafobia en atención primaria. Torrejón, S. (2011). Ansiedad y afrontamiento
Barcelona: Masson. en universitarios migrantes. (Tesis
Salas, S. y Sotomayor, Y. (2013). Relacion de grado no publicada). Pontificia
entre patrones de personalidad Universidad Católica del Perú.
patológica y estrategias de afrontamiento Torres, G. (2012). Aprendiendo a vivir libre
en universitarios. (Tesis no publicada). o aprendiendo a no depender. Estados
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Unidos.
Colombia, Tunja. Torres, J. (2007). Relación entre los estilos de
Salavera, C. (2009). Trastornos de personalidad patológica y la alexitimia
personalidad en personas sin hogar. en pacientes con antecedentes de intento
International Journal of Psychology and suicida. (Tesis no publicada). Universidad
Psychological Therapy, 9(2), 275-283. Mayor de San Marcos, Perú.
Scheie, K. & Willis, S. (2003). Psicología de Winberg, M. y Vilalta, R. (2009). Evaluación
la edad adulta y la vejez (5a. ed.). Madrid: de trastornos de personalidad mediante
Pearson Educación. el Inventario Clínico Multiaxial (MCMI-
Segarra, G.; Farriols, N.; Palma, C.; Segura, II) en una muestra forense. Psicothema,
J. & Castell, R. (2011). Tratamiento 21(4), 610-614.
ABSTRACT
PLANNED ACTION, BURNOUT, SENSE OF LIFE, VALUES AND TEMERITY
IN URBAN ROUTE DRIVERS
A correlational research was conducted in order to determine the rela-
tionship between psychological variables such as: planned action, Bur-
nout Syndrome, purpose in life, values and sociodemographic variables
with risk behaviors and history speeding in urban drivers of a company
of Trujillo district. To this end, a sample of 31 drivers was tested with
Planned Action test, purpose in life test, MBI- GS test, Portrait Values
Questionnaire of Schwartz. After two weeks of evaluation, were recor-
ded for 30 minutes the risk behaviors of the drivers while driving. Two
observers used the registry of observing events, independently, and is
considered the records with unanimous agreement. It is concluded that
moderate correlations exist in some of its dimensions.
Key words: Action planned, reckless conduct, drivers, burnout syndro-
me, purpose in life.
Correspondencia: gina.chavezv@hotmail.com
145
Burnout, sentido de vida, valores y temeridad en choferes / Gina Chávez & Evelin Merino
INTRODUCCIÓN
cia, tener libertad de acción y exploración, poder ser creativo. Los valores antes
descritos son individualistas. f) Universalismo: se refiere a la tolerancia, la justicia
social, a la protección de las personas y la naturaleza. g) Benevolencia: cuidar e
intensificar el bienestar de las personas, la honestidad y la ausencia de rencor,
h) Tradición: se manifiesta por respeto y el compromiso con las costumbres y la
cultura tradicional. i) Conformidad: se valoran las normas sociales y se evitan
los comportamientos que puedan herir o molestar a los demás; limitación de las
acciones, inclinaciones e impulsos que pueden trastornar, inquietar o dañar a otros
y violar expectativas y/o normas sociales. j) Seguridad: se refiere a la estabilidad
social y personal, búsqueda de armonía en la sociedad, en las relaciones interper-
sonales y en la persona. Para Schwartz, estos valores encajan en los colectivistas.
Luego de haber presentado un panorama sobre el statuo quo de la investi-
gación acerca de la conducción temeraria y sus variables relacionadas, especial-
mente en contextos de tránsito más ordenados de otros países, surge la necesidad
de ampliar el cuerpo de conocimientos existente en la Psicología del tránsito, en
conductores de combi (camionetas rurales) y dar respuesta al problema de inves-
tigación:
¿La acción planificada, el síndrome de burnout, el sentido de vida, los valo-
res y los factores sociodemográficos se relacionan con las conductas temerarias y
con el historial de infracciones en los choferes de ruta urbana de una empresa del
distrito de Trujillo?
Para ello, se establecieron como objetivos: describir las características más
frecuentes de los choferes, según las variables investigadas y determinar la rela-
ción entre la acción planificada, el síndrome de burnout, el sentido de vida, los va-
lores y los factores sociodemográficos con las conductas temerarias e historial de
infracciones en los choferes de ruta urbana de una empresa del distrito de Trujillo.
MÉTODO
Muestra
La población estuvo constituida por los choferes de combi (camionetas rura-
les) de ruta urbana: El Bosque - Trujillo - La Esperanza, adscritos a una empresa,
cuyo tipo es de una sociedad de responsabilidad limitada, donde el 99% de las
unidades son de propiedad de terceros. Los propietarios de dichas móviles en un
70% tienen choferes y cobradores. En la actualidad, la empresa cuenta con 70
unidades, de las cuales 50 trabajan diariamente.
Los choferes evaluados, que ascienden a una totalidad de 31, fueron selec-
cionados con el muestreo no probabilístico de tipo accidental. La totalidad de
ellos son de sexo masculino, trabajan un tiempo estimado de 13 horas diarias.
Sus edades oscilan entre 21 años y 73 años ( = 34.96; DE=11.39). El tiempo de
conducción fluctúa entre 2 meses y 50 años. El 38.7% (12) son solteros, el 35.5%
(11) son casados, el 22.6% (7) son convivientes y solo el 3.2% (1) es divorciado.
El 64.51% (20) de los participantes tienen un grado de instrucción secundaria,
seguido del 25% (8) que poseen instrucción superior no universitaria. El 6.4% (2)
tiene instrucción primaria y el 3.2% (1) posee instrucción superior universitaria.
Instrumentos
Las técnicas de recolección de datos empleados fueron la observación y la
encuesta.
Se utilizaron los registros observacionales de eventos (Lozada, 2005) para
las conductas temerarias y no autorreportes, considerando que Nesbit, Conger y
Conger (2007) encontraron en su estudio diferencias importantes en los resultados
obtenidos de autoinformes de otras investigaciones que utilizaban por ejemplo
experimentación en simuladores.
Cada observador efectuó sus registros de manera independiente y se conside-
raron las observaciones con acuerdo unánime.
Cuestionario CP. Ha sido construido para fines de estudio, tomando en cuen-
ta las pautas dadas por Fishbein y Ajzen (2010). Se construyó una prueba pre-
liminar, diseñada para la evaluación del grupo piloto, que en su primera parte,
recogió con preguntas abiertas las apreciaciones que tienen los choferes sobre
cada conducta temeraria en estudio (hablar por celular mientras se maneja, cruzar
el semáforo en rojo, recoger o dejar pasajeros en medio de la pista). También, se
obtuvo información cuantitativa para las dimensiones: actitud hacia la conducta,
control percibido sobre la conducta, norma social subjetiva e intención.
Al aplicar la evaluación piloto a diez choferes, se obtuvo como punto de
saturación, que la opinión más influyente para el área norma subjetiva fue hacia:
policías, pasajeros, dueño de la empresa y demás choferes; por ello, se hicieron
los ajustes al instrumento, especialmente que miden la dimensión norma subjeti-
va. Luego se halló la confiabilidad de la prueba, con un total de 39 choferes y se
obtuvo una Alfa de Cronbach de .764.
Prueba que mide Síndrome de Burnout. El MBI-General Survey (MBI-GS)
es el Inventario de Burnout para población general de Maslach, Jackson y Leiter
(1996). Su procedencia es de Consulting Psychologists Press, Inc., Palo Alto, Ca-
lifornia, USA. La aplicación puede ser individual o colectiva y dura aproximada-
mente entre 10 y 15 minutos. Evalúa tres factores: desgaste emocional, cinismo y
eficacia personal.
La versión MBI-GS ha sido validada en distintos contextos y poblaciones.
Las bondades psicométricas han sido comprobadas por Moreno-Jiménez, Rodrí-
guez Carvajal y Escobar (2001) en 114 trabajadores administrativos de Madrid;
Tabla 1.
Matriz de componentes rotados de la prueba MBI-GS para choferes.
Componente
Ítems
Desgaste Cinismo Eficacia
1. Me siento emocionalmente agotado (a) por mi trabajo. .772
2. Soy capaz de resolver adecuadamente los
.729
problemas que surgen en mi trabajo.
3. Desde que comencé este trabajo, he ido perdiendo
.435
mi interés en él.
4. Trabajar todo el día, es realmente estresante para mí. .795
5. He realizado muchas cosas que valen la pena
.586
en mi trabajo.
6. Me siento acabado al final de la jornada de trabajo. .656
7. Siento que estoy haciendo una buena contribución
.750
a la actividad de mi organización.
8. Me siento fatigado al levantarme por la mañana y
.730
tener que enfrentarme a otro día de trabajo.
9. He ido perdiendo el entusiasmo en mi trabajo. .551
10. En mi opinión, soy muy bueno en lo que hago. .639
11. Me he vuelto más cínico, inseguro, acerca de sí mi
.671
trabajo sirve para algo.
12. Me siento quemado(a), hastiado(a) de mi trabajo .283
13. Sólo quiero hacer lo mío y que no me molesten. .631
14. Me siento realizado cuando llevo a cabo algo en mi
.528
trabajo.
15. Dudo sobre el valor de lo que realizo
.575
laboralmente.
16. En mi trabajo estoy seguro de que soy eficaz
.652
haciendo las cosas.
% de Varianza explicada 31.099 16.640 8.902
Tabla 2.
Matriz de componentes rotados de la prueba PIL para choferes.
Componentes
Sentido de
Motivación por
Ítems autodirección y de
vivir
orientación a la meta
1. Entusiasmo (aburrimiento) .412
2. Emoción en la vida .406 .377
3. Presencia de metas claras en la vida .476 .380
4. La vida tiene sentido .686
5. Deseo de más vidas como la actual .538
6. Cumplimiento de metas vitales .594
7. Buenas cosas en la vida. .629
8 Tener una razón para estar vivo .725
9. Mundo con significado .613
10. Responsabilidad individual .548
11. Libertad en la toma de decisiones .582
12. Estar preparado para la muerte .680
13. Pensamientos suicidas .538 .485
14. Satisfacción en las tareas diarias .413 .798
15. Presencia de metas/propósito en la vida .614 .593
% de varianza explicada 29.788 10.11
miento en las cuatro muestras del estudio, que apoyaron la validez de constructo
de la teoría de los valores.
Tabla 3.
Análisis Factorial Exploratorio del Cuestionario de Valores de Schwartz (PVQ).
Factor 1 Factor 2
Valores
Colectivismo Individualismo
Seguridad .911
Conformidad .929
Tradición .625
Benevolencia .904
Universalismo .817
Autodirección .400
Estimulación .485
Hedonismo .560
Logro .759
Poder .517
% varianza explicada 64.872 11.239
Procedimiento
Primero, se obtuvo el permiso del gerente de la empresa de combis; poste-
riormente se hizo una difusión de la actividad de la evaluación con un díptico.
Se citó a los choferes en grupos pequeños de seis, quienes después de ser infor-
mados sobre el objetivo de la evaluación, la voluntariedad de su participación
y la confidencialidad de sus respuestas individuales, firmaron la carta de con-
sentimiento informado. Luego, completaron en dos sesiones la ficha de datos
personales y los instrumentos.
Transcurridas dos semanas de culminada la evaluación, estudiantes del úl-
timo ciclo de Psicología, previamente capacitados, y a quienes los choferes no
conocían, subían en parejas a las unidades de transporte, como si fueran cualquier
pasajero y registraban las conductas, cada uno de manera independiente, en un
intervalo de tiempo de 30 minutos, haciendo uso de un cronómetro y del formato
de registro. Finalmente, los observadores cotejaban las respuestas y si coincidían,
daban por concluida la observación en esa móvil; en caso contrario, aumentaban
otro intervalo de observación, hasta lograr el acuerdo unánime.
RESULTADOS
Resultados correlacionales
Para determinar la fórmula para las correlaciones se utilizó la prueba de nor-
malidad de Shapiro Wilks, por tener una muestra menor a 50 participantes. Ello
permitió elegir la prueba de Pearson para las correlaciones en que ambas variables
tienen distribución normal o Spearman, en el caso de que una o dos de las varia-
bles analizadas presentaran distribución asimétrica.
Al relacionar la acción planificada y sus dimensiones con las conductas
temerarias y el historial de infracciones se encuentra que: el control percibido
hacia la conducta temeraria cruzar el semáforo en rojo se relaciona de modo in-
verso y moderado con la conducta temeraria hablar por celular (C1). El control
percibido hacia la conducta subir o dejar pasajeros en medio de la pista se co-
rrelaciona negativa y moderadamente con la misma conducta. Además, mien-
tras más baja sea la intención de realizar la conducta subir o dejar pasajeros en
medio de la pista (C3) menor es la gravedad de las infracciones (Tabla 4).
Tabla 4.
Relación entre la acción planificada y sus dimensiones con las conductas temerarias e
historial de infracciones en choferes de ruta urbana de una empresa de Trujillo.
Recoger
Hablar
Cruzar el o dejar
por celular Cantidad de Gravedad de
semáforo en pasajeros en
mientras infracciones infracciones
rojo medio de la
maneja
pista
Act_c1 rs/r rs= -0.12 rs= -0.13 rs= -0.18 rs= 0.24 rs= 0.26
Act_c2 rs/r rs= 0.13 rs= 0.15 rs= -0.01 rs= -0.16 rs= 0.13
Act_c3 rs/r rs= 0.02 rs= 0.05 rs= 0.16 rs= 0.27 rs= 0.13
Con_c1 rs/r rs= -0.13 rs= 0.08 rs= 0.07 rs= 0.06 rs= -0.03
Con_c2 rs/r rs= -0.42 rs= -0.08 rs= -0.01 rs= 0.03 rs= 0.00
Con_c3 rs/r rs= -0.33 rs= 0.16 rs= -0.42 rs= -0.02 rs= 0.04
Norma_c1 rs/r rs= -0.07 rs= 0.06 rs= 0.05 r=0.18 rs= 0.21
Norma_c2 rs/r rs= -0.14 rs= 0.08 rs= -0.04 rs= 0.00 rs= 0.14
Norma_c3 rs/r rs= -0.07 rs= 0.10 rs= -0.01 rs= 0.09 rs= 0.15
Baja inten_c1 rs/r rs= 0.28 rs= 0.05 rs= 0.12 rs= 0.07 rs= 0.01
Baja inten_c2 rs/r rs= 0.07 rs= 0.07 rs= 0.25 rs= -0.13 rs= -0.18
Baja inten_c3 rs/r rs= 0.08 rs= 0.13 rs= 0.28 rs= -0.18 rs= -.401
AP_c1 rs/r rs= -0.05 rs= 0.09 rs= 0.01 r=0.26 rs= 0.24
AP_c2 rs/r rs= -0.05 rs= -0.04 rs= 0.01 r=0.04 rs= 0.31
AP_c3 rs/r rs= -0.01 rs= 0.17 rs= 0.00 r=0.11 rs= 0.23
Nota: Act: actitud hacia la conducta, Con: Control percibido, Norma: norma subjetiva, In-
ten: intención de repetir la conducta, AP: acción planificada para no realizar la conducta
temeraria, c1: hablar por celular mientras conduce, c2: cruzar el semáforo en rojo, c3: subir
o dejar pasajeros en medio de la pista.
Tabla 5.
Relación entre la actitud, control y norma subjetiva con las intenciones de conducta temera-
rias en choferes de ruta urbana de una empresa de Trujillo.
Correlaciones Baja int_c1 Baja int_c2 Baja int_c3
Act_c1 rs -0.16 0.01 -0.09
Act_c2 rs 0.02 0.04 -0.08
Act_c3 rs -0.19 0.33 0.13
Con_c1 rs 0.02 -0.09 -0.01
Con_c2 rs 0.12 -0.07 -0.07
Con_c3 rs -0.12 0.16 -0.18
Norma_c1 rs 0.21 0.24 -0.19
Norma_c2 rs 0.12 0.23 -0.20
Norma_c3 rs 0.11 0.01 -0.18
Nota: Act: actitud hacia la conducta, Con: Control percibido, Norma: norma subjetiva,
Inten: intención de repetir la conducta, AP: acción planificada para no realizar la conducta
temeraria, c1: hablar por celular mientras conduce, c2: cruzar el semáforo en rojo, c3:
subir o dejar pasajeros en medio de la pista.
Tabla 6.
Relación entre las dimensiones del Síndrome de Burnout y las conductas temerarias e
historial de infracciones en choferes de ruta urbana de una empresa de Trujillo.
Subir
Hablar por Cruzar el y dejar
Cantidad de Gravedad de
celular al semáforo pasajeros
infracciones infracciones
conducir en rojo en medio
de la pista
Desgaste rs/r rs= -0.08 rs= -0.11 rs= -0.13 r=0.02 rs= 0.06
Eficacia rs/r rs= -0.28 rs= -0.04 rs= -0.26 r=-0.13 rs= -0.13
Cinismo rs/r rs= 0.00 rs= 0.11 rs= 0.01 rs= -0.12 rs= -0.06
Tabla 7.
Relación entre el sentido de vida y sus dimensiones con las conductas temerarias e historial
de infracciones en choferes de ruta urbana de una empresa de Trujillo.
Subir
Hablar por Cruzar el y dejar
Cantidad de Gravedad de
celular al semáforo pasajeros en
infracciones infracciones
conducir en rojo medio de la
pista
Sentido vida rs/r rs= -0.10 rs= -0.04 rs= -0.10 r=0.07 rs= -0.05
Motiv vivir rs/r rs= -0.16 rs= 0.01 rs= -0.14 r=0.04 rs= -0.06
Sentido autod rs/r rs= -0.10 rs= -0.02 rs= 0.02 r=0.16 rs= 0.01
Tabla 8.
Relación entre los intereses de valores con las conductas temerarias e historial de infraccio-
nes en choferes de ruta urbana de una empresa de Trujillo.
Hablar Subir y dejar
Cruzar el
por pasajeros en Cantidad de Gravedad de
semáforo
celular al medio de la infracciones infracciones
en rojo
conducir pista
Individualismo rs/r rs= 0.05 rs= -0.15 rs= -0.09 r=0.11 rs= -0.07
Colectivismo rs/r rs= -0.12 rs= -0.04 rs= -0.05 r=0.19 rs= 0.09
Del análisis de la relación entre las variables sociodemográficas con las con-
ductas temerarias (hablar por celular, cruzar el semáforo en rojo y subir o dejar
pasajeros en medio de la pista) y el historial de infracciones, solamente se identi-
fica una correlación positiva y moderada entre tiempo en la conducción y cantidad
de infracciones (Tabla 9).
Tabla 9.
Relación entre los factores demográficos y las conductas temerarias e historial de infraccio-
nes en choferes de ruta urbana de una empresa de Trujillo.
Subir y dejar
Hablar por Cruzar el
pasajeros en Cantidad de Gravedad de
celular al semáforo en
medio de la infracciones infracciones
conducir rojo
pista
Edad rs 0.26 -0.09 0.18 0.23 -0.03
Tabla 10.
Relación entre el tiempo de conducción y acción planificada, sentido de vida, Síndrome de
Burnout e intereses de valores en choferes de ruta urbana de una empresa de Trujillo.
Tiempo de conducción
Act_c1 rs 0.108
Act_c2 rs -0.109
Act_c3 rs -0.014
Con_c1 rs 0
Con_c2 rs -0.096
Con_c3 rs -0.191
Norma_c1 rs 0.015
Norma_c2 rs -0.072
Norma_c3 rs -0.021
Baja inten_c1 rs 0.197
Baja inten_c2 rs 0.04
Baja inten_c3 rs 0.148
AP_c1 rs 0.065
AP_c2 rs -0.087
AP_c3 rs -0.202
Sentido_vida rs .432
Motiv_vivir rs .372
Sentido_autod rs 0.324
Desgaste_emoc rs 0.12
Eficacia rs 0.068
Cinismo rs -0.093
Individualismo rs 0.094
Colectivismo rs 0.011
Nota: Act: actitud hacia la conducta, Con: Control percibido, Norma: norma subjetiva,
Inten: intención de repetir la conducta, AP: acción planificada para no realizar la conducta
temeraria, c1: hablar por celular mientras conduce, c2: cruzar el semáforo en rojo, c3:
subir o dejar pasajeros en medio de la pista.
DISCUSIÓN
difieren de lo que plantea Galdós (2008) quien refiere que la intención conductual
es el factor más directo y cercano a la conducta, lo cual no ha sido corroborado
en el presente estudio. A pesar de ello, se encontró que los choferes que tienen la
intención de realizar la conducta de subir y bajar pasajeros en medio de la pista
tienden a cometer infracciones más graves.
Los hallazgos, de ausencia de relación entre a) intención y conducta y b) las
dimensiones de actitud y norma con las intenciones, pueden explicarse de acuerdo
a lo planteado por Ajzen y Fishbein (1980), de que la relación entre la intención y
la conducta no es lineal; ya que ambas son efectos de los factores psicológicos, so-
ciales e individuales sobre ellas. En ese sentido, se puede afirmar que las conductas
temerarias, posiblemente dependen de modo importante del contexto situacional,
que sería el sistema de tránsito caótico, que prima en nuestro país, y que difiere del
de otros contextos, en donde el sistema de tránsito es ordenado.
En ese contexto vehicular investigado, los choferes participantes tienden a
competir entre sí (al ser cada uno propietario o arrendatario de la combi que con-
duce) y además lo hacen con otra empresa que realiza el mismo recorrido y tiene
la misma cantidad de unidades laborando. Aun cuando los choferes están adscri-
tos a una empresa, ésta no es propietaria de la mayor parte de los vehículos y, en
consecuencia, no puede ejercer un mayor control sobre las unidades; contexto, que
sería favorable si ocurriera, para una conducción más precavida, de acuerdo a lo
reportado en el estudio de Ponce et al. (2006).
Cabe señalar, que no fueron considerados como parte de este estudio la ex-
periencia emocional vivida en el pasado, determinada como predictor de las in-
tenciones en el estudio de Caballero, Carrera, Sánchez, Muñoz y Blanco (2003),
ni tampoco los estilos de manejo como comportamiento habitual o repetitivo,
sugerido por Verplanken et al. (1997), ni se consideró el deseo de realizar la con-
ducta, las emociones anticipadas y la conducta previa, propuestos en el modelo de
Perugini y Bagozzi (2010). Por ello, es menester demostrar científicamente cuál
de los modelos teóricos ofrece un mayor respaldo empírico a la predicción del
comportamiento infractor en choferes de transporte público urbano.
En el presente estudio, el síndrome de burnout, o presencia del estrés cróni-
co, no guarda relación con las conductas temerarias de los choferes; sin embargo,
el estrés –no crónico– no fue objeto de estudio; a pesar de que teóricamente se
sostiene que el estrés del conductor está determinado por la confluencia de las pro-
pias condiciones del tráfico y por factores extrínsecos a la actividad de conducir
(Sáiz et al., 1997).
El sentido de vida no se relaciona con las conductas temerarias; lo que signi-
fica que la definición de la vida de los choferes, su motivación para vivir y auto-
determinación, basados en la libertad y la responsabilidad, es independiente de si
ellos efectúan o no las conductas temerarias: hablar por celular, cruzar el semáforo
AGRADECIMIENTOS
REFERENCIAS
Åberg, L. (1993). Drinking and driving: integration and innovative planning, July
Intentions, attitudes and social norms of 23-27, Panama City, Panama.
Swedish male drivers. Accident Analysis Crumbaugh, J. & Maholick, L. (1964). An
& Preventions. 25(3), 289-296. experimental study in existentialism.
Ajzen, I. (1991). Organizational behavior and The psychometric approach to Frankl´s
human decision processes. The Theory of concept of noogenic neurosis. Journal of
Planned Behavior. Boston: University of Clinical Psychology, 20, 200-207.
Massachusetts. Diario La Prensa (8 de abril del 2014).
Ajzen, I. (2011). The theory of planned Accidentes de tránsito dejaron 550
behaviour: Reactions and reflections. víctimas en el primer trimestre de
Psychology & Health, 26(9), 1113-1127, 2014. Recuperado de http://laprensa.
DOI: 10.1080/08870446.2011.613995 pe/actualidad/noticia-accidentes-
Ajzen, I. & Fishbein, M. (1980). Undestanding transito-dejaron-550-victimas-primer-
attitudes and predicting social behaviour. trimestre-2014-23736
New Jersey: Prentice-Hall, Inc. Diario Perú21 (28 de diciembre del 2013).
Ajzen, I. & Sheikh, S. (2013). Action versus Accidentes viales dejan 2430 muertos.
inaction: anticipated affect in the theory Recuperado de: http://peru21.pe/
of planned behavior. Journal of Applied impresa/accidentes-viales-dejan-2430-
Social Psychology, 43, 155-162. muertos-2163182
Alarcón, R. (2013). Métodos y diseños de Elliott, M.; Armitage, C. & Baughan, C.
investigación del comportamiento. Lima: (2003). Drivers’ compliance with speed
Universidad Ricardo Palma. limits: An application of the theory of
Bielich, C. (2009). La guerra del centavo. planned behavior. Journal of Applied
Una mirada actual al transporte público Psychology, 88(5), 964-972. DOI:
en Lima metropolitana. Lima: Instituto de 10.1037/0021-9010.88.5.964
Estudios Peruanos, IEP. Escurra, M. (2003). Sistema de valores en
Cala, E. & Jiménez, T. (s.f.). Reflexión sobre estudiantes de quinto año de secundaria
las igualdades entre los principios de Lima metropolitana pertenecientes
logoterapeúticos y la Teoría de La a diferentes estratos socio económicos.
Quinta Disciplina de Peter Senge, y la Revista Investigación en Psicología, 6(1),
importancia de su implementación en las 49-72.
organizaciones. Colombia: Universidad Fernández, P. (2010). La influencia de los
de la Sabana. factores estresantes del trabajo en el
Córdoba, R. & Buñuel, J.M. (2003). rendimiento laboral. Invenio, 13(25),
Cuándo recomendaría a un paciente 111-124
que no conduzca. Formación Médica Fishbein, M. & Ajzen, I. (2010). Predicting and
Continuada en Atención Primaria, 10(2), changing behavior: The reasoned action
97-107. approach. New York: Psychology Press.
Corrales, C.; Jiménez, F.; Vega, P. & Dávila, Fogarty, G. & Shaw, A. (2010). Safety climate
A. (2012). Tenth LACCEI Latin and the Theory of Planned Behavior:
American and Caribbean Conference Towards the prediction of unsafe behavior.
(LACCEI’2012), Megaprojects: Building Accident Analysis & Prevention, 42(5),
Infrastructure by fostering engineering 1455-1459.
collaboration, efficient and effective Forward, S. E. (1997). Measuring attitudes
and behaviour using the theory of planned Hernández, F. (2011). Aspectos sociológicos
behaviour. In T. Rothengatter & E. C. Vaya sobre los hechos de tránsito terrestre en el
(Eds.), Traffic & transport psychology: Municipio de Aguascalientes, México. El
Theory and application (pp. 353–365). caso del conductor de vehículos particulares.
Oxford, England: Pergamon Press. Archivos de Criminología, Criminalística y
Frankl, V. (1991). El hombre en busca del Seguridad privada, 3, 1-15.
sentido. (11a ed.). Barcelona: Herder. Instituto Nacional de Estadística (INEI, 2012).
Galdós, J. (2008). Un estudio del consumo de Estadísticas de seguridad ciudadana.
cocaína en la comunidad de Madrid desde Informe técnico N° 4 - Julio 2012.
la Psicología social. Athenea Digital, 13, Recuperado de: http://www.inei.gob.pe/
325-337. web/Boletin/Attach/14686.pdf
Galvão, O. & Martin, W. (2006). Valores, Jonah, B. A. (1997). Sensation and risky
variáveis sócio-demográficas e auto- driving: a review and synthesis of
relatos de comportamentos no trânsito the literature. Accident Analysis and
de motoristas suspensos e não suspensos Prevention, 29(5), 651-65.
de Belém e Curitiba. (Tese de Doutor em Jonah, B.A.; Thiessen, R. & Au-Yeung, E.
Psicologia). Belém, Brasil. (2001). Sensation seeking, risky driving
Gálvez, J.M. & González, I. (2010). Búsqueda and behavioral adaptation. Accident
de sensaciones, rasgo presente en Analysis & Prevention, 33(5), 679–684.
choferes de motocicletas que cometen Kawano, T.; Iwaki, S.; Azuma, Y.; Moriwakic,
infracciones de tránsito. Facultad de T. & Hamada, T. (2005). Degraded voices
Psicología, Universidad Pontificia through mobile phones and their neural
Bolivariana Bucaramanga. effects: A possible risk of using mobile
Gómez, A. & Martínez-Sánchez, E. phones during driving. Traffic Psychology
(2000). Implicaciones del modelo de and Behaviour, 8(4-5), 331-340.
valores de Schwartz para el estudio Larrea, S. (2005). Uso de telefonía móvil en la
del individualismo y el colectivismo. conducción: Efectos de la comunicación
Discusión de algunos datos obtenidos en con manos libres sobre la conducción
muestras españolas. Revista de Psicología simulada. Facultad de Psicología,
General y Aplicada, 53(2), 279-301. Universidad Autónoma de Barcelona.
Gómez-Fraguela, JA. & González-Iglesias, Recuperado de: http://www.recercat.
B. (2010). El papel de la personalidad y net/bitstream/handle/2072/3846/Tesina_
la ira en la explicación de las conductas SLarrea_05.pdf?sequence=1
de riesgo al volante en mujeres jóvenes. Lima, C. & Juárez, A. (2008). Estresores
Anales de psicología, 26(2), 318-324. laborales en conductores de transporte
González, B. & Gómez, A. (2010). Choferes público colectivo en el Estado de
infractores, ¿Un perfil de conducta Morelos en México. Recuperado
desviada?: Análisis de las diferencias de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/
y similitudes con una muestra de articulo?codigo=3219209
choferes de la población general. Lozada, D. (2005). Técnicas de entrevista
Universidad de Santiago de Compostela. observación y registro. Lima: Universidad
Revista Española de Investigación San Martín de Porres.
Criminológica, 8, Recuperado de: http:// Magaña, L.; Zavala, M.A.; Ibarra, I.; Gómez,
www.criminologia.net/pdf/reic/ano8- M.T. & Gómez, M. (2004). El sentido de
2010/a82010art6.pdf vida en estudiantes de primer semestre de
Grimaldo, M. & Merino, C. (2009). Valores en la Universidad de la Salle Bajío. Revista
un grupo de estudiantes de psicología de del Centro de Investigación, 6(22), 5-13.
una universidad particular de la ciudad de Markus, H.; Kitayama, S. & Heiman, R.
Lima. Liberabit, 15(1), 39-47. (1997). Culture and basic psychological
RESUMEN
Se busca establecer la relación entre estilos de personalidad y niveles
y razones de la procrastinación académica en estudiantes universita-
rios de una universidad pública de Colombia, mediante el Inventario
de Estilos de Personalidad de Millon y las Escalas de Procrastinación
Académica de Tuckman y de valoración de la Procrastinación en estu-
diantes. Se utilizó un diseño de investigación no experimental de tipo
transversal de carácter descriptivo correlacional. Se empleó el análisis
factorial el cual determinó que los estilos de personalidad explican la
no procrastinación académica.
Palabras clave: Procrastinación académica, razones de procrastina-
ción, estilos de personalidad.
ABSTRACT
Correspondencia: maritzam_loaiciga@hotmail.com
171
Estilos de personalidad procrastinación académica en universitarios / Maritza Medina et al.
INTRODUCCIÓN
METODOLOGÍA
Diseño de investigación
Diseño no experimental de tipo transversal o transeccional de carácter des-
criptivo correlacional (Hernández, Fernández y Baptista, 2010).
Muestra
La población está constituida por 243 estudiantes activos de la Facultad de
Ciencias de la Salud de la jornada diurna adscritos a los Programas Académicos de
Psicología, Enfermería y Medicina de la Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia de primero a tercer semestre.
Instrumentos
Inventario de Estilos de Personalidad de Millon (MIPS). Es un instrumento
de medida psicológica derivado directamente del modelo teórico propuesto por
Theodore Millon. El MIPS ya ha sido adaptado y traducido a otras poblaciones
latinoamericanas: en Argentina por Casullo y Castro (2000a, 2000b), en México
por Aparicio y Sánchez (1998) y en Perú por Sánchez, Thorne, Martínez Niño
de Guzmán y Argumedo (2004). El cuestionario se encuentra organizado en 24
escalas, agrupadas en 12 pares.
Para la medición de la procrastinación se empleó la Escala de Evaluación de
la Procrastinación de Estudiantes de Solomon y Rothblum (1984) y la Escala de
Procrastinación de Tuckman (1990) en su traducción al español realizada en Co-
lombia (Angarita & Sánchez, 2010) previa autorización escrita de los autores. La
primera consta de 44 preguntas y examina las razones de la procrastinación acadé-
mica (miedo al fracaso y aversión a la tarea) así como la presencia o ausencia de
procrastinación académica en estudiantes universitarios. Por otro lado, la escala de
Tuckman consta de 15 ítems y se considera una medida válida y confiable de me-
dición de la tendencia a perder el tiempo, dilatar o intencionalmente aplazar algo
que debe ser hecho y por lo tanto tiene el potencial de ser un predictor y detector
adecuado de la inclinación a procrastinar en estudiantes. Principalmente establece
4 niveles (muy alto, alto, moderado y ausencia) y 5 razones de procrastinación
académica (indiferencia, hábito, apatía, inercia y demora).
RESULTADOS
Tabla 1.
Correlaciones entre los estilos de personalidad (comprendidos entre las escalas 1A y 6B) y
los niveles y razones de la procrastinación académica.
1A 1B 2A 2B 3A 3B 4A 4B 5A 5B 6A 6B
Coeficiente de
Miedo al -,20 ,26 -,19 ,21 -,11 ,09 -,02 ,07 -,02 -,08 -,11 ,09
correlación
Fracaso (PASS)
Sig. (bilateral) ,00 ,00 ,00 ,00 ,08 ,16 ,71 ,30 ,81 ,24 ,08 ,15
Coeficiente de
Aversión a la -,11 ,13 -,17 ,18 -,06 ,10 ,07 ,02 -,05 -,04 -,04 ,08
correlación
Tarea (PASS)
Sig. (bilateral) ,08 ,04 ,01 ,01 ,36 ,11 ,29 ,73 ,42 ,53 ,54 ,20
Nivel de Coeficiente de
-,13 ,19 -,24 ,28 -,06 ,08 -,01 ,08 -,01 -,12 -,09 ,04
Procrastinación correlación
(PASS) Sig. (bilateral) ,05 ,00 ,00 ,00 ,37 ,21 ,92 ,24 ,91 ,05 ,17 ,51
Nivel de Coeficiente de
-,14 ,22 -,20 ,23 ,04 ,10 ,07 ,09 -,14 ,03 -,14 ,06
procrastinación correlación
(Tuckman) Sig. (bilateral) ,03 ,00 ,00 ,00 ,57 ,12 ,29 ,17 ,03 ,63 ,03 ,37
Razón de Coeficiente de
-,11 ,16 -,16 ,12 -,06 ,05 ,05 -,04 ,02 ,03 -,11 -,02
indiferencia correlación
(Tuckman) Sig. (bilateral) ,09 ,01 ,01 ,06 ,33 ,47 ,44 ,54 ,71 ,69 ,07 ,77
Coeficiente de
Razón de Hábito correlación -,04 ,07 -,06 ,08 ,12 ,02 ,08 ,02 -,12 ,05 ,02 -,02
(Tuckman)
Sig. (bilateral) ,58 ,26 ,39 ,23 ,07 ,73 ,23 ,70 ,06 ,44 ,74 ,79
Coeficiente de
Razón de Apatía correlación -,13 ,15 -,18 ,25 ,04 ,05 ,03 ,08 -,07 -,01 -,10 ,11
(Tuckman)
Sig. (bilateral) ,04 ,02 ,00 ,00 ,52 ,42 ,60 ,22 ,25 ,83 ,12 ,08
Coeficiente de
Razón de Inercia -,10 ,14 -,23 ,28 -,01 ,06 ,03 ,03 -,08 ,02 -,14 ,00
correlación
(Tuckman)
Sig. (bilateral) ,13 ,03 ,00 ,00 ,85 ,37 ,70 ,64 ,24 ,72 ,03 ,96
Razón de Coeficiente de
,00 ,05 ,09 -,04 ,14 ,04 ,08 ,00 -,08 ,10 -,09 ,06
Demora correlación
(Tuckman) Sig. (bilateral) ,98 ,42 ,18 ,50 ,03 ,55 ,22 1,00 ,23 ,12 ,17 ,37
Tabla 2.
Correlaciones entre los estilos de personalidad (comprendidos entre las escalas 7A y 12B) y
los niveles y razones de la procrastinación académica.
7A 7B 8A 8B 9A 9B 10A 10B 11A 11B 12A 12B
Coeficiente de
-,18 ,09 ,02 -,05 ,22 -,20 ,18 -,11 ,28 -,08 ,25 ,06
Miedo al Fracaso correlación
(PASS)
Sig. (bilateral) ,00 ,17 ,78 ,48 ,00 ,00 ,00 ,10 ,00 ,21 ,00 ,32
Coeficiente de
-,25 ,24 -,09 ,01 ,11 -,12 ,25 -,23 ,25 ,05 ,25 ,01
Aversión a la correlación
Tarea (PASS)
Sig. (bilateral) ,00 ,00 ,14 ,87 ,09 ,05 ,00 ,00 ,00 ,41 ,00 ,91
Nivel de Coeficiente de
-,35 ,14 ,07 -,11 ,19 -,20 ,07 -,21 ,26 -,07 ,21 ,05
Procrastinación correlación
(PASS) Sig. (bilateral) ,00 ,02 ,29 ,08 ,00 ,00 ,28 ,00 ,00 ,26 ,00 ,48
Nivel de Coeficiente de
-,31 ,34 -,02 ,00 ,17 -,14 ,33 -,31 ,26 ,06 ,36 ,02
procrastinación correlación
(Tuckman) Sig. (bilateral) ,00 ,00 ,79 ,99 ,01 ,03 ,00 ,00 ,00 ,33 ,00 ,81
Razón de Coeficiente de
-,14 ,14 -,04 ,00 ,15 -,16 ,14 -,14 ,21 -,13 ,24 ,11
indiferencia correlación
(Tuckman) Sig. (bilateral) ,03 ,03 ,57 1,00 ,02 ,01 ,03 ,02 ,00 ,05 ,00 ,09
Coeficiente de
Razón de Hábito -,19 ,23 -,05 ,02 ,03 ,01 ,15 -,24 ,08 ,10 ,16 -,04
correlación
(Tuckman)
Sig. (bilateral) ,00 ,00 ,48 ,70 ,63 ,84 ,02 ,00 ,19 ,12 ,01 ,55
Coeficiente de
Razón de Apatía -,39 ,34 -,06 -,07 ,14 -,15 ,34 -,32 ,21 ,12 ,32 -,05
correlación
(Tuckman)
Sig. (bilateral) ,00 ,00 ,38 ,27 ,04 ,02 ,00 ,00 ,00 ,07 ,00 ,44
Coeficiente de
Razón de Inercia -,26 ,20 ,00 -,08 ,16 -,16 ,24 -,28 ,20 -,02 ,27 ,11
correlación
(Tuckman)
Sig. (bilateral) ,00 ,00 ,99 ,23 ,01 ,01 ,00 ,00 ,00 ,74 ,00 ,09
Razón de Coeficiente de
,01 ,15 -,05 ,15 -,01 ,10 ,14 -,01 ,00 ,13 ,15 -,06
Demora correlación
(Tuckman) Sig. (bilateral) ,93 ,02 ,40 ,02 ,93 ,13 ,03 ,93 ,94 ,04 ,02 ,34
DISCUSIÓN
y autocrítica. Los sujetos que suelen presentar una alta tendencia en esta escala son
por lo general indecisos, lo cual puede generar una discrepancia importante entre
intención y acción (Steel et al, 2001). Se asume entonces que los estudios señalan
que las características de las personas en la escala de indecisión se relacionan con
la Procrastinación. Una persona con una alta tendencia en la escala de decisión
del MIPS, dadas sus características, presenta un adecuado nivel de autoeficacia
y motivación hacia las tareas y actividades académicas lo cual se ha encontrado
correlaciona negativamente con procrastinación (Ryan & Deci, 2000; Rakes &
Dunn, 2010).
Se establecieron correlaciones positivas entre la escala de Discrepancia
(10A) del MIPS y correlaciones negativas entre la escala de Conformismo (10B)
del MIPS y la Aversión a la tarea del PASS, Nivel de procrastinación según Tuck-
man y las razones de indiferencia, hábito, apatía e inercia de Tuckman. De forma
particular, se identificó una correlación positiva entre la escala de Discrepancia
(10A) y el miedo al fracaso del PASS y la razón de Demora de Tuckman e igual-
mente se encontró una correlación negativa entre la escala de Conformismo (10B)
y el nivel de procrastinación del PASS.
Millon (2000) señala con respecto a las personas con una alta tendencia a la
discrepancia que “están en el extremo más elevado de la polaridad no convencio-
nal, y presentan cierta semejanza con la personalidad antisocial del DSM” (p.53),
lo cual indicaría que el sujeto tiende a demostrar con acciones su independencia e
inconformismo con las normas pudiendo llegar a incumplir algunos plazos señala-
dos por los docentes para la presentación de trabajos o tareas académicas. Según el
estudio de Shouwenburg (1992) se presenta una relación entre la rebeldía y el te-
mor al fracaso y la auto-atribución característicos de la procrastinación académica.
Millon (2000) señala que las personas “que están en el extremo superior de
la polaridad obediente suelen presentar rasgos de la personalidad obsesivo-com-
pulsiva del DSM” (p. 53). Al respecto, Kagan et al. (2010) encontraron una corre-
lación positiva entre obsesividad y procrastinación. Se concluye entonces que una
alta tendencia en conformismo señala que se es una persona recta y respetuosa de
las figuras de autoridad, por lo cual se esperaría que intentara cumplir todos los
plazos asignados por los docentes en cuanto a trabajos o tareas de tipo académico.
Se identificaron correlaciones positivas entre la escala de Sumisión (11A) del
MIPS y el Miedo al fracaso del PASS, Nivel de procrastinación del PASS, Nivel
de procrastinación de Tuckman y las razones de indiferencia, apatía e inercia de
Tuckman. Al respecto Wong (2000) señala que los alumnos con un bajo grado de
autonomía sienten que tienen menor control sobre la tarea y menor percepción de
autoeficacia lo cual podría explicar un mayor nivel de procrastinación académica.
Se estableció una correlación positiva entre la escala de Dominio (11B) del
MIPS y la razón de Demora de Tuckman. Al respecto no se encontraron estudios
que pudieran soportar estos hallazgos; sin embargo, desde la experiencia de las
autoras en el contexto universitario, se puede señalar que en estos sujetos predo-
mina una actuación independiente que desconoce la opinión de los demás y por
lo tanto, aunque finalmente puedan concluir la tarea tienden a dilatar su inicio o
finalización.
Finalmente, se identificaron correlaciones positivas entre la escala de Des-
contento de MIPS (12A) y el Miedo al fracaso del PASS, Aversión a la tarea del
PASS, Nivel de procrastinación del PASS, Nivel de Procrastinación según escala
de Tuckman y las razones de indiferencia, hábito, apatía, inercia y demora de
Tuckman. Según Mesurado (2010), los sujetos que valoran una tarea como poco
importante pueden tener una disminución en la percepción de logro desarrollando
un estado emocional de desagrado ante la tarea lo cual afecta la activación cogni-
tiva, generando baja concentración y atención focalizada en la misma.
REFERENCIAS
Adams, L. (2009). The effects of birth order on the procrastination in the framework of
Procrastination. USA: Missouri Western psychological counseling and guidance.
State University. Educational Sciences: Theory and
Angarita, D. & Sánchez, A. (2010). Relación Practice, 7(1), 376-385.
entre los niveles y tipos de procrastinación Balkis, M. & Duru, E. (2009).Prevalence of
académica y el rendimiento académico en academic procrastination behavior among
estudiantes de psicología de la Fundación pre-service teachers and its relationship
Universitaria Konrad Lorenz. (Tesis with demographics and individual
de Maestría no publicada). Fundación preferences. Journal of Theory and
Universitaria Konrad Lorenz, Bogotá, Practice in Education, 5(1), 18-32.
Colombia. Beswick, G.; Rothblum, E. & Mann, L. (1988).
Aparicio, M. E. & Sánchez, M. P. (1998). Psychological antecedents of students
Medida de la personalidad a través procrastination. Australian Psychologist,
del Inventario Millon de Estilos de 23(2), 207-217.
Personalidad en España y México. Blanco, C. & Moreno, P. (2006). Revisión del
Revista Mexicana de Psicología, 15(2), concepto de personalidad y del modelo
103-117. de personalidad (P) de Millon (M).
Aparicio, M. E. & Sánchez, M. (1999). Los Psiquiatría. Recuperado el 20 de agosto
estilos de personalidad: su medida a de 2010 de: http://www.psiquiatria.
través del inventario Millon de estilos com/articulos/tr_personalidad_y_
de personalidad. Anales de Psicología, habitos/30607/
15(2), 191-211. Boekaerts, M.; Pintrich, P. &Zeidner, M.
Balkis, M. (2013). Academic procrastination, (2000). Handbook of self regulation.
academic life satisfaction and academic USA: Elsevier.
achievement: the mediation role Bonilla, A. & Castro, A. (2000). Estilos
of rational beliefs about studying. diferenciales de personalidad según sexo
Journal of Cognitive and Behavioral en población española y argentina. En
Psychotherapies. 13(1), 57-74. M.P. Sánchez y M. M. Casullo (Eds.).
Balkis, M. & Duru, E. (2007). The evaluation Estilos de Personalidad. Una perspectiva
of the major characteristics and aspects of Iberoamericana (pp. 101-126). Buenos
students with perfectionism, obsessive- Rakes, G. C. & Dunn, K. E (2010). The impact
compulsive and five factor personality of online graduate student`s motivation
traits. Procedia Social and Behavioral and self-regulation on academic
Sciences, 2, 2121-2125. procrastination. Journal of Interactive
Martínez, V.; Arenas, M. C.; Páez, A.; Casado, Online Learning, 9(2), 78-93.
E.; Ahumada, N.; Cuello, S.; Silva, I. & Riva, M. & Martínez, P. (2006). Manejo
Penna, F. (2005). La influencia de los conductual cognoscitivo de un déficit en
estilos de personalidad en la elección autocontrol, caracterizado por conductas
de estrategias de afrontamiento ante las de procrastinación. (Manuscrito no
situaciones de examen en estudiantes publicado). Pontificia Universidad
de 4to año de Psicología de la UNSL. Javeriana. Colombia.
Fundamento en Humanidades, 6(2), 173- Rosário, P.; Costa, M.; Núñez, J. C.;
194. González-Pienda, J.; Solano, P. & Valle,
Mesurado, B. (2010). La experiencia de A. (2009). Academic procrastination:
flow o experiencia óptima en el ámbito associations with personal, school, and
educativo. Revista Latinoamericana de family variables. The Spanish Journal of
Psicología, 42(2), 183-193. Psychology, 12(1), 118-127.
Milgram, N &Tenne, R (2000). Personality Rothblum, E.D. (1990). Fear of failure. The
correlates of decisional and task avoidant Psychodynamic, need achievement, fear
procrastination. European Journal of of success and procrastination models.
Personality, 14, 141-156. En Leitenberg, H; (1990). Handbook of
Millon, T. (2000). Toward a new model social and evaluation anxiety. (p. 497-
integrative psychoterapy: psichosynergy. 537). New York: Plenumpress.
Journal of Psychoterapy Integration, Rothblum.E. D.; Solomon, L. J. & Murakami,
10(1), 37-53. J. (1986). Affective, cognitive and
Millon, T. & Davis, D. (1998). Trastornos de behavioral differences between high
la Personalidad: más allá del DSM-IV. and low procrastinators. Journal of
Barcelona: Masson. Counseling Psychology, 33, 387-394.
Mischel, W; Shoda, Y. & Rodríguez, M. L. Ryan, R. M. & Deci, E. L. (2000). Intrinsic and
(1989). Delay of gratification in children. extrinsic motivation: Classic definitions
Science, 244(4907), 933-938. and new directions. Contemporary
Montgomery, W. (2008). Teoría, investigación Educational Psychology, 25, 54-67.
y aplicaciones clínicas del autocontrol. Sánchez, M. P.; Thorne, C.; Martínez, P,
Revista de Investigación en Psicología, Niño de Guzmán, I. & Argumedo, D.
11(2), 215-225. (2004). Adaptación del Inventario de
Moon, S. M. & Illinworth, A. J (2005). Estilos de Personalidad de Millon en una
Exploring the dynamic nature of población universitaria peruana. Revista
procrastination. Personality and de Psicología, 20(1), 27-53.
Individual Differences, 38(2), 297-309. Sarid, M & Peled, Y. (2010). The effect of
Pittman, T.; Tykocinski, O.; Sandman-Keinan procrastination on multi-drafting in a
& Matthews, P. (2008). When bonuses web-based learning content management
backfire: An inaction inertia analysis environment. Interdisciplinary Journal
of procrastination induce by a missed of E-Learning and Learning Objects, 6,
opportunity. Journal of Behavioral 345-354.
Decision Making, 21(29), 139-150. Schouwenburg, H. (1992). Procrastinators and
Powers, T.; Koestner, R. & Zuroff, D. (2008). fear of failure: an exploration of reasons
Self-criticism, goal motivation and goal for procrastination. European Journal of
progress. Journal of Social and Clinical Personality. 6, 225-236.
Psychology, 26 (7), 826-840. Seo, E. (2008). Self-Efficacy as a mediator
BILINGÜISMO Y RENDIMIENTO
COGNITIVO, AFECTIVO Y FUNCIONAL EN
ADULTOS MAYORES
Gabriela Cáceres Luna y Marcio Soto Añari
Universidad Católica San Pablo, Arequipa, Perú
RESUMEN
ABSTRACT
Correspondencia: gcaceres@ucsp.edu.pe
191
Bilingüismo y rendimiento cognitivo, afectivo y funcional en adultos mayores / G. Cáceres et al.
INTRODUCCIÓN
diagnosticados con demencia y encontraron que los sujetos bilingües fueron diag-
nosticados 5 años más tarde que sujetos monolingües y que las primeras consul-
tas por problemas de memoria también fueron posteriores. Esta evidencia remar-
ca que las experiencias continuas de aprendizaje (bilingüismo) pueden tener un
efecto importante sobre la cognición y el funcionamiento cerebral (Bialystok &
Viswanathan, 2009), por lo tanto el bilingüismo, muy prevalente en nuestro país,
puede funcionar como factor modulador de la respuesta cognitiva de los sujetos
envejecidos con bajo nivel educativo e inclusive analfabetos.
En nuestro país el bilingüismo es muy prevalente (Alvarado, 2011), mostran-
do diferencias de acuerdo a la región analizada, la edad del sujeto y a fenómenos
migratorios (INEI, 2007). Desde el punto de vista cognitivo se ha observado cier-
tas desventajas en sujetos bilingües respecto a los monolingües (Bialystok, 2010),
entre otras se observa mayor retraso en el recuerdo y el acceso al léxico (Bialys-
tok, Luk, Peets & Yang, 2010), una sensible reducción del vocabulario en cada
lengua (Gollan, Montoya & Werner, 2002), más fenómenos de “punta de la len-
gua” (Gollan & Silverberg, 2001), uso de más tiempo en pruebas de denominación
(Gollan, Montoya, Fennema-Notestine & Morris, 2005) y una mayor comisión de
errores (Roberts, García, Desrochers & Hernández, 2002). Pero la otra cara de la
moneda muestra que existen ventajas sobre todo en habilidades no lingüísticas,
específicamente en tareas atencionales (Bialystok, Craik & Luk, 2012), pruebas
de función ejecutiva (Festman, Rodriguez-Fornells & Munte, 2010; Carlson &
Meltzoff, 2008) y tareas visoespaciales (Strobach, Frensch & Schubert, 2012).
Estos estudios remarcan que esta ventaja bilingüe se va formando por la
práctica constante que exige el manejo de dos lenguas, puesto que; a pesar de
que el sujeto bilingüe esté en contextos exclusivamente monolingües, en este se
activarían simultáneamente las representaciones lingüísticas de ambas lenguas
(Bialystok, Craik & Luk, 2012) y el tener que inhibir una de las mismas, dado que
no es relevante para el contexto, se necesita de un mayor esfuerzo atencional y
ejecutivo. Esta actividad mental constante y extra permite que el bilingüe enfrente
mejor a los procesos de envejecimiento cerebral y cognitivo. Por lo tanto queda
claro que las desventajas observadas en sujetos bilingües se asocian a la rapidez
con que acceden al léxico, mientras que sus ventajas se asocian a proceso ejecuti-
vos y atencionales complejos; además estas ventajas parecen ayudar a los adultos
mayores a enfrentar mejor el deterioro de los procesos cognitivos que tienen como
base a zonas cerebrales frontales, a pesar de ser zonas que se afectan temprana-
mente en el envejecimiento (Reuter-Lorenz, 2005), la actividad mental constante
(bilingüismo) permitiría mantener un nivel óptimo de funcionalidad y por ende
menos indicadores de deterioro.
Esta clara evidencia sobre las ventajas y desventajas de ser bilingüe están
focalizadas exclusivamente en el análisis de factores cognitivos pero muy poco
en las otras dimensiones que son fundamentales en la vida psíquica de los adultos
MÉTODO
Participantes
Se evaluaron a 156 adultos mayores, los cuales fueron valorados en base a
los siguientes criterios de inclusión/exclusión:
- Mayor a 60 años
- Sin impedimento sensorial
- No déficits motores.
La muestra final quedo conformado con 112 adultos mayores (véase Tabla 1).
Tabla 1.
Características sociodemográficas de la muestra.
MONOLINGÜES BILINGÜES
(n=40) (n=72)
Edad X(DS) 73.50 (7.93) 71.67 (6.32)
Hombres 22.2% 77.8%
Sexo
Mujeres 40% 60%
Ocupación Básica 44.9% 55.1%
anterior Instrumental 20.9% 79.1%
Instrumentos
Se utilizó la versión modificada del MMSE desarrollada por Quiroga, Albala
y Klaasen (2004). Esta prueba tiene por objetivo cuantificar el potencial cognitivo
y detectar sus posibles desórdenes de forma rápida y práctica. Consta de 11 ítems
en los que se valora 8 áreas cognitivas: orientación espacio-temporal, memoria de
fijación y reciente, atención-concentración, lenguaje comprensivo y construcción
visoespacial. La interpretación se basa en la suma de las puntuaciones de cada
ítem. Puntuaciones por debajo de 13 puntos nos indican deterioro. Además se
utilizó la Escala de Depresión Geriátrica de Yesavage (Brink & Yesavage, 1982)
la cual evalúa el estado afectivo de los ancianos, sin tomar en cuenta los síntomas
somáticos o neurovegetativos. Las puntuaciones más altas muestran indicadores
de síntomas depresivos. Por último, se utilizó el índice de Independencia para las
actividades diarias (Katz, 1963) que busca determinar el grado de independencia
Procedimientos
La recogida de datos ha sido posible mediante la coordinación con las Ge-
rencias de Desarrollo Social de las Municipalidades Distritales de Paucarpata y
Sachaca, para acceder a la base de datos de los clubes del adulto mayor a su
cargo y coordinar las fechas y horarios de evaluación. Una vez coordinadas las
fechas de evaluación se procedió a la misma valorando en cada caso los criterios
de inclusión y exclusión. En caso el adulto mayor no cumplía con los criterios
se procedía a una consejería para él, así como para sus familiares. Para aquellos
que cumplieron los criterios de inclusión/exclusión se procedió a evaluar con los
instrumentos mencionados líneas arriba, dicha evaluación tomó aproximadamente
50 minutos. Para el procesamiento de datos se utilizó estadísticos descriptivos e
inferenciales, para estos últimos utilizamos el estadístico paramétrico T student.
Para el contraste de la variable edad se generaron dos grupos a partir de la mediana
de la misma (Me=72).
RESULTADOS
Tabla 2.
Comparación en las variables estudiadas entre sujetos bilingües y monolingües.
Sig.
IDIOMA N MEDIA (DS) t
(bilateral)
Monolingüe 40 12,35(2,815) -3.527 0,001*
Minimental
Bilingüe 72 14,46(3,144)
Monolingüe 40 10,35(5,172) 0.155 0,877
Yesavage
Bilingüe 72 10,19(5,068)
Monolingüe 40 ,03(,158) -0.745 0,458
Katz
Bilingüe 72 ,06(,231)
* p < 0.01
tales, siendo estos último los que rinden mejor. Además se observa diferencias
muy significativas en la prueba de Yesavage (t=3.523, p<0.01) entre los sujetos,
siendo aquellos que realizaron actividades básicas los que muestran mayores indi-
cadores de alteraciones del estado de ánimo. Por último, no se observa diferencias
significativas respecto a la funcionalidad de ambos grupos (t= -0.075; p> 0.05).
Tabla 3.
Comparación en las variables estudiadas a partir de la ocupación anterior.
OCUPACIÓN
N MEDIA (DS.) t P valor
ANTERIOR
Básicas 69 12,67(3,165) -4.785 0,000*
Minimental
Instrumentales 43 15,37(2,440)
Básicas 69 11,52(5,848) 3.523 0,001*
Yesavage
Instrumentales 43 8,21(2,445)
Básicas 69 ,04(,205) -0.075 0,940
Katz
Instrumentales 43 ,05(,213)
* p < 0.01
Tabla 4.
Comparación a partir de la edad en las variables estudiadas.
EDAD N MEDIA (DS.) t P valor
≥ 72 58 13,12(3,362) -2.043 0,043*
Minimental
< 72 54 14,33(2,881)
≥ 72 58 9,62(4,526) 1.363 0,176
Yesavage
< 72 54 10,93(5,582)
≥ 72 58 ,07(,256) 1.290 0,200
Katz
< 72 54 ,02(,136)
* p < 0.01
DISCUSIÓN
sujeto. Es decir que va a estar asociada por la práctica constante y por el contexto
en el cual práctica. Cuando hablamos de competencia lingüística las investiga-
ciones se han centrado en los conceptos de bilingüe balanceado o dominante y
no balanceado (Butler & Hakuta, 2006). Cuando hablamos de balanceado enten-
demos que son sujetos que tienen igual nivel de competencia en ambas lenguas,
mientras que el sujeto no balanceado su nivel de competencia es mayor en una de
las lenguas (Dunn & Fox, 2011).
Dentro del análisis realizado se observó que aquellos sujetos que realiza-
ron tareas instrumentales tuvieron un rendimiento mayor a nivel cognitivo, así
como menores indicadores de alteraciones del estado de ánimo que sujetos que
realizaron trabajos más básicos. Estos resultados resaltan desde el punto de vista
cognitivo que el realizar actividades de cierta demanda (zapateros, soldadores,
entre otros) favorece la respuesta cognitiva de los sujetos ancianos; estos datos se
han visto corroborados en otras investigaciones (Soto-Añari, Flores & Fernández,
2013; Helmer et al., 2001).
Ahora bien las diferencias a nivel de los indicadores del estado de ánimo
nos muestran que los sujetos que realizaron actividades más complejas parecen
no mostrar afectaciones a nivel afectivo. Esto puede deberse a que estos sujetos
han mantenido un manejo mucho más equilibrado de su vida económica, como
por ejemplo recibir una pensión o inclusive mantenerse en actividad laboral, por
lo que uno de los principales factores para desarrollar alteraciones a nivel afectivo
(dificultades económicas), se vería reducido (Fernández-Ballesteros et al., 2010).
Además creemos que en el contexto evaluado la gran mayoría de los adultos ma-
yores viven en entornos familiares y se ha demostrado ampliamente que el vivir
en familia mejora y potencia no solo la esfera cognitiva, sino sobre todo la vida
afectiva (Deep & Jeste, 2006). En esta línea es necesario desarrollar más investi-
gaciones que profundicen sobre la enorme cantidad de factores que pueden influir
sobre la vida afectiva de los adultos mayores. Debemos analizar la composición
familiar del adulto, además de las condiciones en las cuales desarrolla su vida, es
decir, con quien vive, qué recursos económicos percibe, entre otros; para de esta
manera tener mayores elementos de juicio en el entendimiento de las puntuaciones
observadas. En una reciente investigación (Soto-Añari, Núñez & Romero, 2013)
encontramos que aquellos adultos mayores que valoraban su calidad de vida como
alta, lo hacían en relación a con quienes vivían, ya sean estos familiares y cónyu-
ge, inclusive esta mayor percepción de calidad de vida se asociaba con los veci-
nos. Estos trabajos ponen sobre el tapete lo importante de analizar otras variables
que nos permitan explicar las variaciones observadas en las pruebas realizadas,
pero además nos muestran la importancia de factores ambientales y familiares en
la promoción del envejecimiento satisfactorio en el adulto mayor.
Por último hicimos un análisis comparativo a partir de la edad del sujeto.
Observamos que solo había diferencias a nivel cognitivo y no así a nivel afectivo
REFERENCIAS
Allegri, R. et al. (2011). Enfermedad de Al- and read during childhood influences the
zheimer. Guía de práctica clínica. Neuro- functional organization of the adult brain.
logía Argentina, 3(2), 120-137. Brain, 121(6), 1053-1063. DOI:10.1093/
Alvarado, L. (2011). Las lenguas en el Perú: brain/121.6.1053
un panorama de las lenguas indígenas. Costa, A. & Sebastian-Galles, N. (2014). How
Hápax, 4, 49-68. does the bilingual experience sculpt the
Alzheimer Disease International (2010). brain? Nature Reviews Neuroscience, 15,
World Alzheimer report, Executive sum- 336-345.
mary. Recuperado en marzo del 2014, Custodio, N.; García, A.; Montesinos, R.; Es-
de http://www.alz.co.uk/research/files/ cobar, J. y Bendezú L. (2008) Prevalen-
WorldAlzheimerReport2010Executive- cia de demencia en una población urbana
Summaey.pdf de Lima-Perú: estudio puerta a puerta.
Bialystok, E.; Craik, F. & Luk, G. (2012). Anales de la Facultad de Medicina, 69(4),
Bilingualism consequences for mind and 233-238.
brain. Trends in Cognitive Science, 16(4), Depp, C. A. y Jeste, D.V. (2006). Definitions
240-250. and predictors of successful ageing: A
Bialystok, E. (2010). Bilingualism. WIREs comprehensive review of larger quantita-
Cognitive Science, 1, 559-572. DOI: tive studies. American Journal of Geriat-
10.1002/wcs.43 ric Psychiatry, 14, 6-20.
Bialystok, E.; Luk, G.; Peets K. & Yang, S. Dozzi, S. (2010). Illiteracy and dementia.
(2010). Receptive vocabulary differences Dementia and Neuropsychologia, 4(3),
in monolingual and bilingual children. 153-157.
Bilingualism: Language and Cognition, Dunn, A. & Fox, J. (2009). A quick, gradient
13(4), 525-531. bilingual dominance scale. Bilingualism:
Bialystok, E. & Viswanathan, M. (2009). Language and Cognition, 12(3), 273-289.
Components of executive control with Fernández-Ballesteros, R.; Zamarrón, M.; Lo-
advantages for bilingual children in pez, M. y Schettini, R. (2010). Envejec-
two cultures. Cognition, 112, 494-500. imiento con éxito: criterios y predictores.
DOI:10.1016/j.cognition.2009.06.014 Psicothema, 22(4), 641-647.
Bialystok, E.; Craik, F. & Freedman, M. Fernandez, M.; Castro-Flores, J.; Pérez,
(2007). Bilingualism as a protection S.; Mandaluniz, A.; Gordejuela, M., &
against the onset of syntoms of dementia. Zarranz, J. (2008). Prevalencia de la de-
Neuropsychologia, 45(2), 459-464. mencia en mayores de 65 años de una
Butler, Y. & Hakuta, K. (2006). Bilingualism comarca del país Vasco. Revista de Neu-
and second language acquisition. En Bhatia, rología, 46(2), 89-96.
T. & Ritchie, W. (Eds.). Handbook of bilin- Ferri, C.; Prince, M.; Brayne, C.; Brodaty, H.;
gualism. Boston: Blackwell publishing. Fratiglioni, L.; Ganguli, M., et al. (2005).
Cáceres-Luna, G. & Soto-Añari, M. (en pren- Global prevalence of dementia: a Delphi
sa). Control ejecutivo en bilingües anal- consensus study. Lancet, 366, 2112-2117.
fabetos. Festman, J.; Rodriguez-Fornells, A. & Munte,
Carlson, M. y Meltzoff, A. (2008). Bilingual T. (2010). Individual differences in con-
experience and executive function in trol of language interference in late bi-
Young children. Developmental Science, linguals are mainly related to general
11(2), 282-298. executive abilities. Behavioral and Brain
Castro-Caldas, Petersson, K. A.; Reis, A.; Functions, 6(5), 2-12.
Stone-Elander, S. & Ingvar, M. (1998) Gollan, T.; Montoya, R.; Fennema-Notestine
The illiterate brain. Learning to write y Morris S. (2005). Bilingualism affects
RESUMEN
ABSTRACT
Correspondencia: walterlizandro@hotmail.com
204
Revista de Psicología de Arequipa / Rev. psicol. Arequipa, 2014 / 4(2), 204-215
INTRODUCCIÓN
(Lukas, 2010), de ahí que la familia sea fuente de felicidad. Sin embargo, aunque
diversos estudios nacionales e internacionales señalan que la familia se asocia con
la felicidad, un factor clave es la calidad de las relaciones y dinámicas al interior
de la familia, donde se dan múltiples interacciones en función de los diversos
subsistemas existentes. Estas interacciones pueden definirse como las acciones
que las familias hacen en conjunto (Dominguez, Aravena, Ramírez y Yauri, 2013),
pero la integración familiar va más allá de eso porque comprende la satisfacción
de necesidades de trascendencia.
En ese sentido, la familia no solo satisface necesidades primarias, sino que
afecta la manera que tiene la persona de relacionarse con el mundo (Pacheco,
2003), porque en la familia se interiorizan las relaciones sociales y se desarrollan
habilidades de comunicación. En algunos estudios se ha podido encontrar que la
cohesión de la familia se relaciona con las habilidades sociales un 62% así como
con un clima familiar óptimo (García, 2005). Además, se sabe que las relaciones
sociales son fuente de bienestar, y que los déficit en habilidades sociales se rela-
cionan con la falta de confianza, autoestima y los trastornos mentales (Pereira y
Espada, 2010).
Por otro lado, la comunicación clara ayuda a facilitar las relaciones familia-
res y la toma de decisiones. De hecho la habilidad de comunicarse ha sido acuñada
a las parejas exitosas, sin embargo en el estudio de Eguiluz, Calvo y De la Orta
(2012), donde se evaluó a 30 parejas entre 19 y 63 años de edad, la comunicación
no se relacionó con la satisfacción sexual y marital. Posiblemente estos resultados
se deban a que existen diversos estilos de comunicación en la familia, tales como
el estilo amistoso, el acomodador, el abierto, el reservado, el empático, el violento,
el evitativo, el impulsivo y el autoritario (Sánchez y Díaz-Loving, 2003).
Con respecto a los hijos, diversos estudios señalan que la comunicación y
la integración familiar, así como el clima y la satisfacción familiar, afectan el
desarrollo y el desenvolvimiento de los hijos, desde una temprana edad (Sotil,
2002; Mayorga y Ñiquen, 2010; Arias, 2013). Lo que ha motivado iniciativas de
intervención como el Programa de estimulación basado en emociones positivas
de padres hacia bebés (Leiva, 2008), o el Programa de entrenamiento en lenguaje
positivo para padres que desarrolló Arbulú (2004). Como puede verse, estos pro-
gramas ponen énfasis en las emociones positivas, de modo que la familia empieza
a ser un foco de atención desde esta perspectiva, el de la psicología positiva.
En ese sentido, los estudios en psicología positiva han concluido durante más
de 20 años de investigación, que la felicidad se encuentra fuertemente asociada
a la bondad y al despliegue de las habilidades, talentos e intereses (Seligman,
2006). Es decir que, aquellas personas que realizan actividades de ayuda social
o que constantemente se preocupan por los demás, y quienes ponen en práctica
sus destrezas y capacidades, son las más felices. Además, mientras las variables
demográficas explican un escaso porcentaje del bienestar, el apoyo familiar cons-
tituye uno de los elementos más relacionados con el bienestar psicológico (Díaz y
Sánchez-López, 2001).
Pero qué es la felicidad. Es una actitud constante que se relaciona con la
satisfacción con la vida y el bienestar subjetivo (Segura y Ramos, 2009). Pueden
distinguirse varias maneras de entender la felicidad. Por su temporalidad, algunos
la diferencian entre inmediata y constante, la primera se relaciona más con el pla-
cer y la segunda es más compatible con la definición que hemos presentado. Sin
embargo, la felicidad no es estado de éxtasis en el que no hay problemas, dolor
o dificultades; ya que está íntimamente ligada con la actitud de la persona, su
visión del mundo y sus valores; de ahí que la felicidad está muy relacionada con
la congruencia entre valores y el compromiso de hacerlos efectivos, por ende las
personas felices suelen ser más empáticas, prosociales y viven una vida auténtica.
En ese sentido, la psicología positiva estudia tanto las emociones negativas como
las positivas, pero lo hace desde una visión integral del hombre (Alarcón, 2011).
Otra forma de sistematizar las emociones positivas es con respecto al mo-
mento en que se manifiestan, de modo tal que como señala Oblitas (2008), las
emociones positivas referentes al pasado incluyen la satisfacción, el orgullo, la
alegría y la serenidad; mientras que las emociones positivas referentes al futuro
son el optimismo, la esperanza y la confianza. En tanto que las que se relacionan
con el presente son los placeres y las satisfacciones. Asimismo, diversas fortalezas
nos ayudan a ser felices, ya sean estas cognitivas, emocionales, interpersonales,
morales o ecológicas (Peterson & Seligman, 2004). De hecho, la felicidad se rela-
ciona con la personalidad, las relaciones sociales, la familia, el trabajo, los hábitos,
las virtudes, e incluso el ocio. Por ello, la buena nutrición, un estilo de vida que
minimiza las emociones negativas, el optimismo y el buen humor han sido identi-
ficados como fuentes de salud y felicidad (Oblitas, 2008).
Ahora bien, mientras que en Estados Unidos hay tres grandes núcleos de
psicología positiva, liderados por Ed Diener en la Universidad de Illinois, Mihaly
Csikszentmihalyi en la Universidad de Chicago y Martin Seligman en la Universi-
dad de Pensylvania (Segura y Ramos, 2009); en el Perú, los estudios sobre felici-
dad han sido iniciados por Reynaldo Alarcón (2000, 2001, 2002, 2006, 2009). En
ese sentido, podemos distinguir dos universidades capitalinas que se han centrado
en la psicología positiva, una es la Universidad Femenina del Sagrado Corazón
y otra es la Universidad Ricardo Palma, donde laboral el Dr. Alarcón. En nuestra
ciudad, desde la Universidad Católica San Pablo, hemos venido realizando al-
gunos estudios sobre felicidad en contextos laborales, encontrando que la felici-
dad correlaciona positiva y significativamente con la espiritualidad en el trabajo
(Arias, Masías, Muñoz y Arpasi, 2013), mientras ocurre todo lo contrario con el
estrés crónico laboral (Arias, Masías y Justo, 2014). Desde un enfoque clínico,
hemos encontrado que los adultos mayores que viven en asilos no difieren en sus
niveles de depresión, de manera significativa, de quienes viven con sus familiares,
pero son éstos últimos los que presentan mayores niveles de felicidad (Arias, Yé-
pez , Núñez, Oblitas, Pinedo, Masías y Hurtado, 2013).
En relación a la familia, también hemos diseñado un inventario que nos per-
mite medir de integración familiar (Arias, Castro, Dominguez, Masías, Canales,
Castilla y Castilla, 2013) y que al aplicarlo a una muestra de 844 personas jefes
de hogar en Arequipa metropolitana, nos revela que el 62,6% posee un nivel bajo
de integración familiar; lo cual ha motivado que analicemos las relaciones entre
la integración familiar y la felicidad. Al respecto, los estudios hechos en el Perú
indican que las principales fuentes de felicidad en Lima son la salud, la religión
y la familia, en tanto explican un 66% de la varianza de la felicidad. El género no
tiene influencia en la elección de los objetos de felicidad, pero sí la edad y el esta-
do conyugal (Alarcón, 2002). De hecho, entre género y edad no hay relación con
la felicidad, pero el estado conyugal y la felicidad están fuertemente asociados, a
favor de los casados (Alarcón, 2001).
Así, el fin de nuestro estudio es analizar las relaciones entre la integración
familiar y la felicidad en una muestra de habitantes de la ciudad de Arequipa, bajo
la premisa de que quienes presentan mayor nivel de integración familiar serán
también los más felices.
MÉTODO
Participantes
La muestra está constituida por 395 personas que son jefes de hogar, varo-
nes o mujeres y que tienen hijos, independientemente de su estado civil actual.
La muestra fue tomada de diez distritos de Arequipa metropolitana: José Luis
Bustamante y Rivero, Cerro Colorado, Paucarpata, Socabaya, Sachaca, Yana-
huara, Cercado, Alto Selva Alegre, Miraflores y Mariano Melgar. La edad pro-
medio fue de 36 años con una desviación estándar de ±17.71. El muestreo se
realizó siguiendo la técnica de muestreo por racimos, por tanto se trata de un
muestreo probabilístico.
Instrumentos
Como instrumentos se utilizaron una ficha de registro que contenía datos
sobre edad, sexo, grado de instrucción, estado civil y número de hijos, además de
dos pruebas psicométricas que se detallan a continuación:
Inventario de Integración Familiar. Es un instrumento que consta de 52
ítems dispuestos en una estaca tipo likert que va de siempre (5) a nunca (1), que se
aplica a personas jefes de familia varones o mujeres que tengan hijos. La prueba
cuenta con criterios de validez de contenido, criterio y de constructo, además de
que posee un índice de confiabilidad por el método Alfa de Cronbach de 0.739.
Procedimientos
Los participantes fueron evaluados en sus respectivos hogares en horas del
día, durante los meses de marzo y junio del año 2013. A la hora de evaluar a las
personas, se hacían preguntas para constatar que el entrevistado fuera jefe de ho-
gar y cumpliera con las condiciones de inclusión del estudio. La aplicación de los
instrumentos tomaba unos 20 minutos por persona aproximadamente.
RESULTADOS
Los datos demográficos indican que 142 personas que participaron del estu-
dio eran varones (33,8%) y 171 eran mujeres (40,8%), el 25,4% restante no marcó
su sexo en la ficha de registro. Con respecto al grado de instrucción, el 1,4% solo
tiene estudios primarios, el 28,16% tiene estudios secundarios, el 42% tiene estu-
dios superiores, el 19,3% tiene estudios de maestría y el 0,23% tiene estudios de
doctorado. El 8,91% restante no llenó esta información.
Además de ello, 10,97% estaba soltero pero tenía hijos, 59,90% estaban ca-
sados, 9,78% eran convivientes, 6,86% estaban divorciados y 3,10% eran viudos,
el 9,39% restante no marcó su estado civil en la hoja de registro. Finalmente, el
14,79% tenía un hijo, 33,17% tenía dos hijos, 21,24% tenía tres hijos, 8,59% tenía
cuatro hijos, y el 7,23% tenía cinco hijos o más, pero el 14,98% de la muestra no
completó estos datos.
Tabla 1.
Valores descriptivos de la integración familiar y las dimensiones de la felicidad.
Sentido
Integración Satisfacción Realización Alegría
positivo de la Felicidad
familiar con la vida personal de vivir
vida
Media 203,701 43,922 23,335 21,944 16,628 105,480
Mediana 208 44 24 22 16 106
Moda 186 42 24 24 16 106
Desv. Est. 36,994 6,917 3,999 4,450 2,471 15,387
Varianza 1368,621 47,858 15,995 19,804 6,107 236,780
Asimetría -0,682 -0,543 -0,345 -0,098 -0,372 -0,890
Curtosis 0,974 0,244 1,405 0,076 0,290 3,719
Tabla 2.
Correlaciones efectuadas entre las variables de estudio.
IF SP SV RP AV FT EC NH GI EC S
IF 1 0,14 0,36* 0,31* 0,24* 0,30* -0,03 0,11 0,00 -0,13 0,01
SP 1 0,43* 0,43† 0,45* 0,79† -0,06 -0,12 0,00 -0,05 -0,00
SC 1 0,71† 0,51† 0,70† -0,07 -0,16 0,05 -0,11 0,05
RP 1 0,56† 0,77† -0,01 -0,10 0,07 -0,17 0,08
AV 1 0,62† -0,12 -0,08 0,05 -0,15 -0,07
FT 1 -0,08 -0,10 0,04 -0,12 0,00
EC 1 0,13 0,41* 0,09 0,51*
NH 1 0,07 0,09 -0,05
GI 1 0,00 0,54*
EC 1 -0,02
S 1
IF: Integración familiar, SP: Sentido positivo, SV: Satisfacción con la vida, RP: Realización
personal, AV: Alegría de vivir, FT: Felicidad total, EC: Edad cronológica, NH: Número de
hijos, GI: Grado de instrucción, EC: Estado civil, S: Sexo. / *p < 0.05; †p < 0.01
fuertemente con la felicidad (r= 0,799). Con respecto a la integración familiar, ésta
se encuentra correlacionada positiva y moderadamente con la felicidad (r= 0,300)
con un nivel de confianza de (p< 0.05), y de manera similar con la satisfacción con
la vida, la realización personal y la alegría de vivir. Por otro lado, de las variables
sociodemográficas, solo la edad cronológica se relacionó significativamente con
el grado de instrucción (r= 0,419), y el sexo con la edad y el grado de instrucción,
lo cual sugiere que las mujeres tienen mayor edad y que poseen mayor grado de
instrucción.
Tabla 3.
Resumen del modelo.
Estadísticos de cambio
R Error
R Sig.
R cuadrado típ. de la Cambio en Cambio
cuadrado gl1 gl2 Cambio
corregida estimación R cuadrado en F
en F
0,413 0,171 0,152 33,801 0,171 9,264 7 314 1,974
Como parte de nuestro análisis de datos hemos realizado una regresión lineal
para determinar, cuál de las variables cuantitativas (sentido positivo de vida, sa-
tisfacción con la vida, realización personal, alegría de vivir, felicidad como valor
global, edad y número de hijos) predice mejor la integración familiar. El resumen
del modelo no es significativo (p< 1,974) y se muestra en la Tabla 3.
Tabla 4.
Análisis de varianza.
Suma de Media
Modelo gl F Sig.
cuadrados cuadrática
1 Regresión 74093,9811 7 10584,8544 9,264 1,974
Residual 358747,659 314 1142,50847
Total 432841,64 321
Tabla 5.
Coeficientes beta no estandarizados de las variables predictoras.
Coeficientes no Coeficientes
estandarizados tipificados t Sig
Modelo B Error típ. Beta
Constante 113,747 16,801 6,770 0,000
Sentido positivo de vida -0,734 0,569 -0,138 -1,291 0,198
Satisfacción con la vida 1,900 0,778 0,210 2,443 0,015
Realización personal 0,911 0,777 0,114 1,173 0,242
Alegría de vivir 0,401 1,118 0,027 0,359 0,720
Felicidad global 0,411 0,422 0,170 0,973 0,331
Edad -0,114 0,088 -0,068 -1,292 0,197
Nº de hijos 4,892 1,531 1,171 3,195 0,002
DISCUSIÓN
la natalidad y una visión generalizada de que se debe tener menos hijos si se desea
tener mayor éxito en la vida.
Nuestro estudio refuta esa idea, pero deja también diversas inquietudes. Por
un lado, como una limitación, se debe considerar la alta cantidad de valores per-
didos en diversos cálculos realizados, que podrían marcar una diferencia si se
tomaran en cuenta. Por otro lado, las variables demográficas no se han relacionado
con ninguna de nuestras variables de estudio (integración familiar y felicidad).
Así pues, no hemos encontrado diferencias entre sexos con respecto a la felici-
dad, o cualquier otra variable demográfica. Sin embargo, la literatura nos dice que
aunque las mujeres informan de mayor afectividad negativa que los varones, sus
niveles de felicidad son similares (Matud, 2009). Con respecto a la edad, algunos
estudios señalan que la satisfacción personal disminuye a medida que aumenta
la edad (Clemente, Molero y González, 2000), pero en nuestro trabajo, tampoco
pudimos constatar esta relación.
Sin embargo una interrogante mayor tiene que ver con el hecho de que la
integración familiar se relaciona hasta cierto punto, con la satisfacción con la vida,
ya que cabe preguntarse ¿De dónde viene esta satisfacción? ¿Es una satisfacción
personal, marital, familiar? ¿Está relacionada con la cantidad de hijos? Propo-
nemos que la satisfacción marital es un componente esencial de la integración
familiar y la satisfacción familiar, aunque la satisfacción marital contribuye más a
la felicidad de las mujeres casadas que de los hombres de la misma condición, en
tanto que, tanto los hombres como las mujeres que son infelices en su matrimonio
sufren de desórdenes mentales y físicos (Alarcón, 2001). Pero puede ser también
que la satisfacción familiar tenga un sentido más personal, ya que la satisfacción
afectiva en los varones es un factor importante en el ajuste de la pareja, mientras
que para las mujeres pesan más los factores intelectuales (Prado y Del Águila,
2010), a pesar de que en las mujeres hay más afectividad y en los hombres es
mayor el individualismo (Cardenal y Fierro, 2001).
De todo esto se desprenden cuestiones relativas a la formación de los hijos,
ya que las relaciones que se dan al interior de la familia son muy importantes
para el desarrollo armonioso de los hijos (Dominguez, Aravena, Ramírez & Yauri,
2013). En ese sentido muchos padres no se encuentran preparados afectivamente
para cumplir su rol parental y formativo. Por ejemplo, en el estudio de Traverso
(2007), más que la edad de la madre, su grado de madurez fue esencial para la
crianza de sus bebés cuando aún eran adolescentes. Otros estudios han encontrado
que padres con escolaridad baja que provienen de familias unidas logran reprodu-
cir modelos positivos en su dinámica familiar, mientras que padres con escolari-
dad alta con familias disfuncionales de origen, no logran potenciar adecuadamente
el desarrollo de sus hijos (Pacheco, 2003).
Todo esto nos dice que la integración familiar es esencial en la vida del hom-
bre y que efectivamente las variables demográficas como el grado de escolaridad,
REFERENCIAS
Alarcón, R. (2000). Variables psicológicas trabajadores de una empresa privada.
asociadas a la felicidad. Persona, 3, 147- Avances en psicología, 22(1), 75-88.
157. Arias, W. L.; Yépez, L.; Núñez, A. L.;
Alarcón, R. (2001). Relaciones entre felicidad, Oblitas, A.; Pinedo, S.; Masías, M. A. y
género, edad y estado conyugal. Revista Hurtado, J. (2013). Felicidad, depresión
de Psicología de la PUCP, 19(1), 27-46. y creencia en la benevolencia humana
Alarcón, R. (2002). Fuentes de felicidad: en adultos mayores institucionalizados
¿Qué hace a la gente feliz? Revista de y no institucionalizados. Propósitos y
Psicología de la PUCP, 20(2), 169-196. representaciones, 1(2), 83-103.
Alarcón, R. (2006). Desarrollo de una Escala Clemente, A.; Molero, R. y González, F.
Factorial para medir la Felicidad. Revista (2000). Estudio de la satisfacción personal
Interamericana de Psicología, 40(1), 99- según la edad de las personas. Anales de
106. Psicología, 16(2), 189-198.
Alarcón, R. (2009). Psicología de la felicidad. Cardenal, V. y Fierro, A. (2001). Sexo y edad
Lima: Universidad Ricardo Palma. en estilos de personalidad, bienestar
Alarcón, R. (2011). Ensayos sobre psicología personal y adaptación social. Psicothema,
contemporánea. Lima: Universidad 13(1), 118-126.
Ricardo Palma. Castro, R.; Arias, W. L.; Dominguez, S.;
Arbulú, R. (2004). Efectos de un Masías, M. A.; Salas, X.; Canales, F. &
entrenamiento en lenguaje positivo en Flores, A. (2013). Integración familiar y
un grupo de padres de familia. Revista de variables socioeconómicas en Arequipa
Investigación en Psicología, 7(2), 11-26. metropolitana. Revista de Investigación
Arias, W. L. (2012). Algunas consideraciones de la UCSP, 4, 35-65.
sobre la familia y la crianza desde un Díaz, J. F. y Sánchez-López, M. P. (2001).
enfoque sistémico. Revista de Psicología Relevancia de los estilos de personalidad
de Arequipa, 2(1), 32-46. y las metas personales en la predicción de
Arias, W. L. (2013). Agresión y violencia en la la satisfacción vital. Anales de Psicología,
adolescencia: la importancia de la familia. 17(2), 151-158.
Avances en Psicología, 21(1), 23-34. Dominguez, S.; Aravena, S.; Ramírez,
Arias, W. L.; Castro, R.; Dominguez, S.; F. y Yauri, C. (2013). Propiedades
Masías, M. A.; Canales, F.; Castilla, S. psicométricas de la escala de calidad de
y Castilla, S. (2013). Construcción de interacción familiar en escolares de Lima.
un inventario de integración familiar. Revista de Psicología de la UCV, 15(1),
Avances en Psicología, 21(2), 195-206. 55-77.
Arias, W. L.; Masías, M. A.; Muñoz, E. y Eguiluz, L. L.; Calvo, R. M. y De la Orta,
Arpasi, M. (2013). Espiritualidad en D. (2012). Relación entre la percepción
el ambiente laboral y su relación con de la satisfacción marital, sexual y
la felicidad del trabajador. Revista de la comunicación en parejas. Revista
Investigación de la UCSP, 4, 9-33. Peruana de Psicología y Trabajo Social,
Arias, W. L.; Masías, M. A. y Justo, O. (2014). 1(1), 15-28.
Felicidad, burnout y afrontamiento en García, C. R. (2005). Habilidades sociales,
217
218
Rev. psicol. Arequipa 2014, 4(2), 219-221 / Recibido: 26-05-14 / Aceptado: 25-06-14
ISSN 2221-786X versión impresa / ISSN 2307-4159 versión electrónica
APORTES A LA PSICOLOGÍA
DE EMERGENCIAS Y DESASTRES
Tomás Caycho Rodríguez
Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Lima, Perú
219
Aportes a la psicología de emergencias y desastres / Tomás Caycho
REFERENCIAS
Arias, W. L. (2014). Nueva edición de la Universidad Católica de Maule.
historia de la psicología en Chile. Revista Gallegos, M. (2011). Historia de la psicología
de Psicología de Arequipa, 4(1), 100-101. en Chile (1889-1981). Cuadernos de
Cornejo, C.; Morales, P.; Saavedra, E. & Neuropsicología, 5(1), 89-94.
Salas, G. (Eds.) (2013). Aproximaciones Salas, G. & Lizama, E. (2013). Historia de
en Psicología Educacional. Diversidades la Psicología en Chile (1889-1981). La
ante la contingencia actual. Talca: Serena: Editorial Universidad La Serena.
222
Revista de Psicología de Arequipa / Rev. psicol. Arequipa, 2014 / 4(2), 222-224
REFERENCIAS
Arias, W. L. (2011a). Líneas comunes en la en Francia: la figura de Pierre Naville.
historia de la psicología latinoamericana. Psicothema, 4(2), 593-606.
Revista de Psicología de Arequipa, 1(1), Montgomery, W. (2007). Complejidad,
27-47. retórica de la complejidad y conductismos
Arias, W. L. (2011b). Reseña histórica de de tercera generación. Revista Peruana de
la psicología peruana desde la época Psicología, 1 (1): 58-65.
republicana hasta la actualidad. Revista Montgomery, W. (2008). Comunicación
de Psicología de la UCSP, 1, 73-94. clínica y terapia conductual dentro
Bueno, R. (2011). Reflexiones acerca del del consultorio. Revista Peruana de
objetivo y metas de la psicología como Psicología, 2 (2): 197-206.
ciencia natural Liberabit, 17(1), 37-48. Peña, T. E. (2010). ¿Es viable el conductismo
Freixa i Baqué, E. (1992). El conductismo en el siglo XXI? Liberabit, 16(2), 125-130.
225
Instrucciones para los autores
las indicaciones establecidas por el comité de revisores. Si un artículo es
rechazado no hay lugar a apelaciones sobre las decisiones de los jueces.
E
l retiro de un artículo se solicita por escrito al Director Editor y se hará
efectivo una vez que haya un pronunciamiento afirmativo en físico o virtual-
mente de parte del editor.
L
os autores no reciben pago económico por sus artículos, pero reciben dos
copias gratuitas de la revista que deberán ser recogidas personalmente en el
Colegio de Psicólogos, Consejo Directivo Regional III de Arequipa.
N
o se consideran los artículos, investigaciones o reseñas que no cumplan con
las normas de publicación.
Proceso de edición y publicación
Una vez que los artículos son recibidos junto con la carta de presentación
firmada por cada uno de los autores, se debe esperar la respuesta que confirma la
recepción del documento durante un lapso no mayor a tres meses. Esta respuesta
implica que el documento ha sido sometido a revisión de pares por el sistema de
doble ciego. Los revisores son psicólogos investigadores del Perú así como de
otros países. Si existe desacuerdo entre los revisores se pide la opinión de un tercer
juez. Una vez que se tenga una decisión se envía al autor principal, la matriz de
evaluación que ha sido utilizada por los jueces con sus sugerencias en caso que
las hubiera.
El artículo que ha sido aceptado con modificaciones no se publicará hasta
que el autor principal presente las modificaciones correspondientes y los jueces
emitan su decisión afirmativa final. Cuando el artículo haya sido aceptado, el edi-
tor se comunicará con el autor principal, indicándole la fecha, el volumen y el
número en que se publicará su trabajo.
Tipos de trabajos
Sr.
Editor de la Revista Psicología de Arequipa ISSN 2221-786X
Atentamente
229
230