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DERECHO CANÓNICO.

TEMA 4

EL ORIGEN DE LAS LIBERTADES


INDIVIDUALES.

1. - INTRODUCCIÓN.

2. - DECLARACIÓN DE DERECHOS NORTEAMERICANA.

2.1. LOS ORIGENES DE LA LIBERTAS DE CREENCIAS EN


LAS COLONIAS AMERICANAS.
2.2. LA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA.
2.3. CONSTITUCIÓN Y LIBERTADES INDIVIDUALES.

3. - DECLARACIÓN FRANCESA DE LOS DERECHOS DEL


HOMBRE.

4. - INDIVIDUO Y COMUNIDAD.

4.1. AUTONOMÍA Y PATERNALISMO.


4.2. LIBERTAD RELIGIOSA Y LIBERTAD DE
PENSAMIENTO.
4.3. IDEOLOGÍA DEL ESTADO Y LIBERTAD DE
CREENCIAS.
DERECHO CANÓNICO. TEMA 4

EL ORIGEN DE LAS LIBERTADES INDIVIDUALES.


1. - INTRODUCCIÓN.

La historia de los S. XVI al XVIII refleja el fin de un periodo y el comienzo de un nuevo


marco de convivencia para la humanidad.

Como todo tiempo terminal, refleja corrientes opuestas:

- Una externa que se dirigen al pasado, a ese tiempo que ha dado vida durante siglos ala
cultura de los pueblos, y
- Otra interna, llenas de energía que miran al futuro y que son portadoras de una nueva
cultura y de una nueva sociedad.

Las manifestaciones políticas revelan en su apariencia externa la continuidad de un proceso


histórico, en el que la comunidad cultural, avaladas por la tradición, es el soporte de la comunidad
política. Aparte de los cambios formales y estructurales que aporta el Estado moderno, las raíces del
Estado continúan siendo las mismas que soportaron la comunidad política en el mundo clásico y en
la cristiandad medieval.

La unidad política-unidad religiosa no solo sobrevive, sino que se intensifica y se convierte


en frontera para el súbdito y para su reino. Este es el argumento doctrinal, repetido y ampliado en un
generoso número de autores que apoyan el régimen establecido: las monarquías absolutitas y
confesionales.

En sentido contrario, se alzan voces a favor del reconocimiento de una libertad individual
anterior a su condición social intransferible e irrenunciable tras su incorporación a la comunidad.
Pero esto no seria suficiente, si la libertad individual continua sometido al principio unidad política-
unidad religiosa. Por tanto, la separación Iglesia-Estado, no es tanto un acto de beligerancia del
poder político frente a la religión, como una condición necesaria para el ejercicio y disfrute efectivo
de la libertad individual.

El cambio político y cultural que se produce con la Revolución americana y Francesa es un


cambio histórico fundamental porque supone la ruptura de una concepción política tradicional y la
apertura a un nuevo modelo en el que el Estado inicia su andadura sin ese soporte clásico y se
aventura a conciliar un Estado con un pluralismo ideológico, religioso, político y social de sus
miembros.

Las Declaraciones de Derechos americana y francesa son, por tanto, el punto de partida de
una nueva cultura política, y tienen la virtud de marcar el rumbo a los demás Estados, porque estas
declaraciones tienen un claro carácter universal.

Esta novedad política irá marcada de reformas ( como la democracia o el contrato social)
recuperada de tiempos anteriores, y desarrollará otras hasta sus ultimas consecuencias. (Como el
reconocimiento de la soberanía popular.)

El detonante de este cambio político y cultural va ha ser la reivindicación de la libertad de


creencias. Una libertad que se convierte en la primera de las libertades especializadas, pero no solo
en el plano cronológico, sino también en el plano ontológico, porque de ellas fluyen todas las demás.
DERECHO CANÓNICO. TEMA 4

2. – DECLARACIÓN DE DERECHOS NORTEAMERICANA.

2.1. LOS ORIGENES DE LA LIBERTAD DE CREENCIAS EN LAS COLONIAS


AMERICANAS.

La emigración anglosajona hacia las colonias norteamericanas ha tenido causas muy diversa,
pero una de las más relevantes ha sido la religiosa, ya que muchos emigrantes buscaban en las
colonias un lugar donde vivir de acuerdo con sus creencias. Los asentamientos se hicieron
presentemente por grupos religiosos, donde prohibían la presencia de otros grupos.

La hostilidad hacia los otros grupos y la intolerancia tuvo como protagonistas principales a la
Iglesia ortodoxa anglicana y a los puritanos, siendo mas activa e intransigente la actitud de estos
últimos.

El reconocimiento de la tolerancia y de la libertad religiosa tiene en las colonias


americanas un doble origen:

- El acuerdo entre los colonos.


- Las concesiones por parte del monarca. (Actitud sorprendente teniendo en cuenta
la férrea disciplina que se aplicaba en la metrópoli, en la que la religión anglicana
como región de estado excluía a cualquier otra religión.)

Pero la proliferación de sectas, la oposición radical de estos grupos religiosos y el


anticlericalismo, surgido en la propia metrópolis y trasladado a las colonias, así como la influencia
de la Ilustración, fueron componentes decisivos para la formación de las ideas revolucionarias, que
habrían de llevar a cabo el proceso de independencia de las colonias.

La libertad de conciencia para todos los grupos religiosos y la libertad frente a la Iglesia
anglicana se convirtieron en ideas políticas de la revolución, que se plasmarían ya en la declaración
de Derechos de Virginia.

2.2. LA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA.

Estas Manifestaciones a favor de la tolerancia y de la libertad religiosa, se van a completar


con la declaración de independencia de cada una de estas colonias, a lo largo del año 1775.

El 7 de Junio de 1776, el Congreso ratifica estas declaraciones, pero a pesar de ello, encargo a
una comisión la elaboración de un nuevo documento conocido como la Declaración de
Independencia y que fue aprobado el 4 de Julio de 1776.

El significado real de este documento parece ser su comunicación a los pueblos del mundo de
la decisión adoptada por las colonias y las razones en que se han basado.

Es un documento, de dimensión universal, en el que se declaran principios que pretenden


tener también validez universal como:

- El primer principio declara que los hombre san sido creados iguales y que
poseen ciertos derechos inalienables, entre los que se encuentran la vida, la
libertas y la búsqueda de la felicidad. (Este reconocimiento constituye la primera
formulación de las libertades públicas en sentido moderno.
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- El segundo expresa el carácter contractualista del Gobierno. La idea de pacto


como fundamento del Gobierno tiene una justificación: la garantía de las
libertades individuales. Por eso, si no cumple esos fines, el gobierno puede ser
abolido.

Este texto guarda una estrecha relación con la Declaración de Derechos del Buen Pueblo de
Virginia.

Los Bills of Rights americanos, no quieren solo formular ciertos principios de organización
política, sino que, ante todo, determinan las lineas de separación entre el Estado y el individuo.

Esta línea contractual que se recupera en la Declaración americana tiene un doble


significado:

- El pacto entre los individuos para constituir la comunidad política.


- Que el poder reside en la comunidad política y los magristrados son sus
representantes y mandatarios.

2.3. LA CONSTITUCIÓN Y LAS LIBERTADES INDIVIDUALES.

Las libertades públicas han sido incorporadas a la Constitución de EEUU de 1787 a través de
enmiendas a la Constitución, mateializadas principalmente en las nueve primera:

1. La libertad religiosa, de palabra, de prensa y reunion.


2. De poseer y llevar armas.
3. Y 4. la inviolabilidad del domicilio, de las personas y de los documentos. Privados.
5, 6 y 7 derechos penales y procesales.
8. - integridad personal y limitación de fianzas y multas.

Especial significado tiene en el marco de este estudio, la primera enmienda, en la que se


recogen dos cláusulas de gran relevancia en el Constitucionalismo americano:

- La “Establishment Clause”
- La Fre Exercise Clause.

La primera se refiere a la prohibición de establecer por el Congreso una religión oficial.

La segunda consiste en la garantía del libre ejercicio de la religión, con lo que alcanza la
máxima expresión el derecho de libertad religiosa.

Por tanto, la separación Estado-Iglesia parece a la vista de los constituyentes americanos


una condición necesaria para el pleno disfrute y ejercicio de la libertad religiosa, pero en el contexto
histórico en el que se produce constituye la ruptura radical con un principio tradicional, que
establecía una vinculación indisoluble entre la unidad política y la unidad religiosa.

Esta separación no ha de entenderse como una actitud beligerante o negativa desde el punto
de vista político. La separación es una condición necesaria para el ejercicio de la libertad religiosa y
el legitimo pluralismo confesional

El respeto a esa libertad y al principio de igualdad exigen esta toma de postura del poder
político basada en la neutralidad.
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3. - LA DECLARACIÓN FRANCESA DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE.

La Revolución francesa tiene como finalidad derogar el antiguo régimen, aunque en principio
la mayoría de los diputados no pretendían la abolición de la monarquía y la aristocracia, que la
resistencia del rey a admitir algunas reformas acabaron por producir un cambio político sustancial.

La primera reforma significativa la consiguió Sieyes, al proponer que el tercer Estado se


constituyera en Asamblea Nacional, invitando a los otros dos Estados a que se incorporasen a ella.

Tras un largo debate, el tercer Estado se proclamaba Asamblea Nacional, depositaria de la


Soberanía, la cual, después de proceder a la derogación de los derechos feudales y proclamar a Luis
XVI regenerador de la libertad francesa, aprobó el marco ideológico del nuevo Estado francés
contenido en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Esta Declaración tiene las pretensiones de validez universal que le presta el origen natural de
los derechos y libertades.

Esta universalidad conduce a los asambleístas a marginar referencias concretas a Francia. Su


universalidad alcanza también a la religión, pero para que pueda comprender a todos utiliza la
formula deísta “ser supremo”.

Esta Declaración, identificada con los principios de la Ilustración, señala como meta de la
sociedad, al conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre, y el Gobierno está
constituido para garantizar al hombre el goce de sus derechos naturales e imprescriptibles.

Estos derechos naturales son:

- La libertad.
- La seguridad.
- La propiedad y
- La resistencia a la opresión.

El paralelismo con la Declaración de Independencia de los EEUU y con la Declaración de


Virginia resulta evidente, evocando la posible influencia de aquellas sobre la Declaración Francesa.

Como libertades concretas y especializadas, la Declaración reconoce que: “nadie puede ser
inquietado por sus opiniones, incluso religiosas, en tanto que su manifestación no altere el orden
público establecido por la Ley” y que “ la libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones
es uno de los derechos más preciados del hombre; todo ciudadano puede, por tanto, hablar, escribir e
imprimir libremente, salvo la reponsabilidad que el abuso de esta libertad produzca en los casos
deteminados por la Ley”.

El carácter universalista de la Declaración se vuelve a hacer patente ene l Art. 16, en el que
se enuncia un principio genérico y universal “Toda sociedad en la cual la garantía delos derechos no
esté asegurada no la separación de poderes establecida, no tiene Constitución”.

Se establecen aquí dos principios o requisitos necesarios que cualquier pueblo que quiera
dotarse de constitución debe necesariamente cumplir:

- El reconocimiento de los derechos y libertades públicas.


- La división de poderes.
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Llama la atención que este prerrequisito constitucional no se cumpla en la propia constitución


francesa.

En 1793, se promulgó una segunda Declaración de Derechos, fruto de la correspondiente


Revolución. Su importancia ha sido, sin embargo mucho menor, a pesar de ser más amplia y
completa.

4. - INDIVIDUO Y COMUNIDAD.

4.1. AUTONOMÍA Y PATERNALISMO.

La ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad


significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la menor guía de otro.

Sapere audere!. Con estas palabras Kant pone el acento en un aspecto poco tratado y que es
consustancial al movimiento ilustrado y, en general, a todo el impulso doctrinal que consiguió el
reconocimiento de las libertades individuales.

Si Kant habla de la minoría de edad es porque en la sociedad había estado instalado un


sistema paternalista que les sustraía la capacidad de la toma de decisiones que les afectaban a sí
mismo, y en nombre de esta supuesta incapacidad, unos dirigentes cualificados, tomaban decisiones
en nombre de las gentes, de cada individuo, oficialmente incapacitado para ello.

El paternalismo ha sido un sistema tenaz y persistente que en algunos campos ha estado


vigente hasta fechas recientes.

El paternalismo religioso comienza a resquebrajarse en el S. XVI, pero no se hará realidad


hasta el S. XVIII con la proclamación del derecho a la libertad religiosa. Lo mismo ocurrirá con el
paternalismo político y judicial.

Más tardía será la desaparición del paternalismo medico, que hasta bien avanzada la segunda
mitad del siglo XX no permitirá reconocer al enfermo la titularidad de sus propios derechos.

La justificación histórica del paternalismo se ha basado en la incapacidad de entendimiento


de la mayoría.

Al principio esta justificación era razonable como el argumento de que algunos personajes
tenían el privilegio exclusivo de ser intermediarios con los dioses, lo que les atribuía una facultad
única e indisponible para los demás, es decir, la capacidad de conocer la voluntad divina y ser los
instrumentos adecuados para hacer lo que los dioses quisieran que se hiciera.

Más tarde los conocimientos divinos se fueron mezclando con los conocimientos humanos.

El diagnostico de Kant, sin embargo, fue preciso: la minoría de edad, conservar a los demás
en una permanente minoría de edad, es una aspiración de todo el que ejerce algún tipo de mando.
Frente a ello no cabe más remedio que el Sapere audere! Kantiano. Perder la minoría de edad supone
asumir la capacidad de decisión y el valor para llevarlas a cabo.

Desde la religión y con argumentos religiosos, Locke declara la autonomía individual en


materia de creencias y desmonta la concepción paternalista como instrumento necesario para realizar
los fines religiosos personales.
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La influencia posterior de Locke en las Declaraciones de derechos americana y francesa no es


necesario resaltarla.

El reconocimiento de la libertad religiosa en el ámbito civil ha sido recibida nítidamente en


dichas Declaraciones, y hoy está recibida y aceptada universalmente en as Declaraciones Universales
de Derechos.

Locke, sin embargo, ha llegado más lejos y ha puesto en entredicho el paternalismo religioso
en el ámbito de las propias confesiones, una cuestión para la que todavía hoy no están preparadas
muchas de las llamadas confesiones tradicionales.

4.2. LIBERTAD RELIGIOSA Y LIBERTAD DE PENSAMIENTO.

Locke ha defendido con argumentos y ha sostenido con firmeza el derecho de libertad


religiosa, el mismo derecho que pasará a formar parte de los fundamentos de la sociedad americana,
reflejado en a Declaración de Derechos de Virginia y en la primera enmienda a la Constitución.

La Declaración de Derechos francesa reconoce, en cambio, la libertad de opinión, incluso


religiosa. ¿Se está hablando de cuestiones distintas o ambas declaraciones se refieren al mismo
ámbito de libertad?

Según Spinoza, la libertad de pensamiento y la libertad de religión, es lo mismo, es el


Derecho a pensar libremente, y se refiere tanto a las creencias religiosas como a las no religiosas.

Aunque desde nuestro punto de vista hayamos adoptado el nombre de libertad de creencias
queremos designar, en cualquier caso, el todo, la integridad de ese mundo espiritual motor de la
persona y autentico artífice de se despliegue exterior.

El carácter central de esa dimensión del ser humano, que es su mundo espiritual, permite
afirmar que esa libertad que garantiza su desarrollo y desenvolvimiento es, precisamente, la primera
y la fuente de las demás libertades.

Las circunstancias han querido que fuera la primera libertad reivindicada y reconocida. (La
libertad de creencias).

4.3. LA IDEOLOGÍA DEL ESTADO Y LA LIBERTAD DE CREENCIAS.

La Revolución americana y su tabla de derechos y libertades ha permanecido, sin excesivos


sobresaltos, desde su reconocimiento hasta la actualidad.

No ha tenido tanta fortuna, inicialmente, la Revolución Francesa. El viejo continente se


defendió de las nuevas ideas y de las nuevas instituciones.

El arraigo de las libertades democráticas fue lento y penoso, pero pese a las dificultades
iniciales, los principios democráticos acabaran asentándose como los pilares básicos delos Estados
europeos y de la Unión Europea.

Más diversidad se va a producir, sin embargo, en el reconocimiento y aplicación del derecho


de libertad religiosa.
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La principal dificultad es el hecho de que la mayor parte de los Estado Europeos, después de
la Revolución francesa, conservaron su carácter confesional, y hasta después de la Celebración del
Concilio Vaticano II la iglesia Católica no reconoció la libertad religiosa no cuestionó la
confesionalidad del Estado.

A partir de ese momento se produjo un cambio paulatino, de manera que se fue reconociendo
en la mayor parte de los Estados el derecho de la libertad religiosa y sustituyendo la confesionalidad
del Estado por un separatismo amistoso y cooperante.

En los Estados confesionales protestantes la vinculación de la confesión a la jefatura del


Estado como cabeza de la Iglesia a provocado una mayor duración de la confesionalidad estatal, que
se pretende compatibilizar con la libertad religiosa de las ciudades y el reconocimiento de los cultos
disidentes.

El separatismo de inspiración americana se ha extendido a la mayoría de los Estados


Europeos, no obstante, hay que distinguir dos manifestaciones del separatismo:

 El que podríamos llamar el más radical y se suele identificar con el laicismo y que tiene
como características principales la incomunicación entre el estado y la confesión.
 El separatismo cooperativo, que parte de la separación orgánica y funcional del Estado y
de las confesiones, de su mutua independencia. Sin embargo esta independencia es
compatible con el mantenimiento de una serie de relaciones de cooperación, en las que el
Estado ayuda económicamente al cumplimiento de algunos fines.

La oposición a las religiones ha repercutido también en la actitud de los Estados y, en


concreto, en la ideología antirreligiosa.

En estos Estados coincide esta toma de postura con la prohibición del derecho de liberad
religiosa. Entre las ideologías más significativas en este campo en Europa conviene destacar el
ateismo.

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