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El futuro es algo impredecible. Este es un concepto demasiado complejo, nadie sabe con
exactitud lo que pasará, la mayoría de las veces se cree que las decisiones de cada persona
dan como resultado los hechos que ocurrirán en su vida, en otros pensares “el destino”, como
lo hacen llamar ya esta previsto y es algo que no se puede alterar. El destino puede ser
terrorífico como el enfrentado por Edipo en esta obra trágica.
Asimismo, el rey ordena hacer una investigación, donde solicita al pueblo entregar al
causante, es tanta su desesperación por encontrar al culpable que empieza a inquirir, y acude
con Tiresias, un mago ciego que expone que él es el asesino de Layo, además de que vive
casado con su madre, el rey lo toma como una traición para desterrarlo.
Su esposa Yocasta hace acto de presencia y le declara que Layo fue asesinado en
manos de bandidos, por lo que no debe hacer caso a las profecías, ya que se le había predicho
tener un hijo el cual lo mataría y quedaría como nuevo esposo de su mujer. Para evitarlo, se
desapareció al descendiente. Edipo recuerda que tuvo una profecía parecida en su juventud,
dando señales de ser el posible asesino.
Consternada por el suceso Yocasta decide suicidarse, devastado, toma los broches del
vestido de su amada, enterrándolos sobre sus ojos, implorando ser desterrado para acabar con
el sufrimiento del pueblo
Estos hechos son incluyentes con el lector, hacen que emplee el papel de investigador
acompañado de Edipo, sintiendo esa misma emoción por encontrar pistas hasta hallar con el
responsable de tal acto que ha traído sufrimiento. Haciendo que la lectura y el lector tengan
un sentimiento mutuo en el transcurso de la situación, envolviéndolo en el terrorífico futuro
de Edipo.
Esta lectura nos deja una enseñanza cierta, nadie puede escapar de su destino,
simplemente podemos enfrentarlo, intentar evadirlo solo traerá más sufrimiento.