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Los tiburones son seres mitológicos e inquietantes, peces extraordinarios de nadar sigiloso y muy
antiguos. Han sobrevivido millones de años, incluso a los dinosaurios. Y ahora, el ser humano está
siendo responsable de su desaparición en unos pocos siglos.
Las poblaciones mundiales de tiburones y rayas de alta mar han disminuido un 71% desde la
década de 1970. ¡Actualmente el 36% de las 1 200 especies de tiburones y rayas están en riesgo
de extinción! Se calcula que cada año mueren 100 millones de tiburones y rayas a causa de la
sobrepesca y las capturas accidentales en todo el mundo.
Y España tiene que mucho ver en estas dramáticas cifras, que han llevado a algunas especies a estar
catalogadas en peligro de extinción. En un informe de WWF publicado en 2021, se demuestra que
comemos más carne de tiburón y de raya de lo que pensábamos, y este es un hecho generalizado
donde Europa no es una excepción. La carne de tiburón y raya cruza más de 200 fronteras y España
desempeña un papel clave como comercializador y consumidor. Es necesario mejorar la gestión, y
hacerlo de forma urgente, una mayor fiscalización y más transparencia para hacer frente al rápido
declive sufrido en años recientes por las poblaciones de los tiburones y las rayas.
Existen unas 1 200 especies diferentes de condrictios (tiburones, rayas y quimeras), por lo que es
muy difícil dar características generales de este grupo de peces. Pero veámos algunos datos
importantes:
Principales características:
• Hay fósiles de tiburón de la época de los dionausarios, con más de 400 millones de años.
Es decir, ¡los tiburones convivieron con dionasaurios y les sobrevivieron!
• Hay tiburones pelágicos, que viven en mar abierto, y los hay de arrecife.
• La diversidad de tiburones pelágicos es baja con 53 especies, sin embargo, muchos están
presentes en abundancia en extensiones muy amplias de los océanos del mundo. Ejemplos
emblemáticos de los tiburones pelágicos son el tiburón azul o tintorera (Prionace
glauca), el tiburón ballena (Rhincodon typus) y el tiburón oceánico de puntas
blancas (Carcharhinus longimanus).
• Por su parte, los tiburones de arrecife habitan en zonas de corales y arrecifes rocosos poco
profundos. Algunos permanecen inmóviles en un área, sin embargo, otros nadarán por mar
abierto en busca de alimento en otros arrecifes. Entre esta tipología, podemos destacar: el
tiburón de punta blanca (Triaenodon obesus), el tiburón gris (Carcharhinus
amblyrhynchos) o el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier).
Reproducción de la especie:
• A diferencia de las ballenas, no son mamíferos, los tiburones son peces.
• Tardan en alcanzar la madurez sexual y no tienen muchas crías, pero consiguen un gran
éxito a la hora de sacar a sus crías adelante y pueden llegar a vivir muchos años. Sin
embargo, la naturaleza no contó con la sobrepesca al pensar en la manera de reproducirse
de estas impresionantes criaturas marinas. Y sus poblaciones decrecen porque no les da
tiempo a reproducirse.
• A pesar del temor que despiertan algunas especies, los seres humanos no son presas
naturales de los tiburones, aunque hay casos puntuales de ataques a humanos,
generalmente porque los confunden con sus presas habituales.
• Por la gran cantidad de alimento que ingieren, sufren mucho los problemas de
contaminación de los mares. Al estar en la parte más alta de la cadena trófica, acumulan
en su cuerpo los residuos de todo lo que han ingerido sus presas. Los plaguicidas, los
fertilizantes y otros productos que usamos en tierra llegan al mar desde los ríos y se
acumulan en el ambiente y en los peces más pequeños, alimento de estos grandes
predadores, convertidos en enormes depósitos de sustancias tóxicas que, luego, nos
comemos los seres humanos. No existen datos sobre cómo afectan estos agentes tóxicos a
los tiburones, pero sí tenemos una idea más clara sobre los daños que producen en el
ambiente y en los seres humanos.
• ¡El tiburón ballena es el pez más grande del mundo! Puede medir más de 12 metros de
largo. Podemos verlo en aguas Canarias. Por ejemplo, en el Mar de las Calmas de El Hierro.
• Los tiburones "linterna" (Scyliorhinus canicula), que habitan las zonas mesopelágicas (aguas
profundas) por debajo de los 200 metros, en total oscuridad, pueden generar luz gracias a
los fotoporos, pequeños poros en su piel. Algunas especies de tiburones tienen la capacidad
de absorber la luz azul del océano y volver a emitirla como fluorescencia verde
(biofluorescencia). El secreto vuelve a estar en su piel llena de pequeños fluoróforos que
absorben y emiten la luz. Los científicos creen que los tiburones utilizan la biofluorescencia
para camuflarse y comunicarse entre especies.
• El tiburón zorro pelágico (Alopias pelagicus) tiene una impresionante cola en forma de
látigo. Estos tiburones alcanzan casi los 6 metros de longitud y su cola suele tener la
longitud de todo el cuerpo, o más. Utilizan su cola para cazar. Van nadando a gran velocidad
hacia cardúmenes de sardinas u otros peces pequeños y luego los golpean con la cola a
modo de látigo para aturdir a sus presas.
• El tiburón cebra (Stegostoma tigrinum) es una especie pequeña que habita en arrecifes de
coral poco profundos y ¡puede clonarse! ¿Cómo? Pueden reproducirse mediante el proceso
de partenogénesis en el que la hembra produce crías sin que un macho la fertilice. A través
de esta forma de reproducción asexual, las hembras de tiburón cebra producen
descendientes genéticamente idénticos a ella.
• Los tiburones martillo, uno de los tiburones más emblemáticos de nuestro planeta azul,
obtienen su nombre de su inusual cabeza en forma de martillo. Pero hay un beneficio más
crucial que de esa cabeza que el reconocimiento público y es ¡su súper vista! Gracias a este
rasgo anatómico consiguen una visión binocular mejorada en comparación con la mayoría
de las especies de tiburones. Su rango de visión horizontal es mucho mayor; también tienen
una visión vertical completa de 360 ̊.
El trabajo de WWF en los oceános del mundo para la protección de tiburones y rayas
Además, a través de TRAFFIC (la red de seguimiento del comercio de vida silvestre más grande del
mundo), trabajamos para hacer frente al comercio ilegal de aletas y carne de tiburón, para mejorar
las regulaciones de pesca que protejan las poblaciones y para reducir la demanda.
¡Podemos acabar con una especie que sobrivió a los dinosaurios! Desde WWF pedimos acción para
ayudar a los tiburones y rayas oceánicos a recuperarse y permitirles desempeñar su papel en el
mantenimiento de la salud de los océanos y, a su vez, ayudar a abordar la crisis climática.
Específicamente, instamos a todos los países que pescan atún, así como a las organizaciones
regionales que gobiernan los derechos de pesca del atún en mar abierto, a implementar un
conjunto de medidas científicas para ayudar a restaurar las poblaciones de tiburones y rayas
oceánicas a niveles saludables.
• Por ejemplo, pedimos a los países que pescan atún que se aseguren de que para 2030 todos
los barcos de pesca industrial tengan observadores a bordo para recopilar datos,
monitorizar las capturas y prevenir cualquier pesca ilegal, no declarada y no
reglamentada. Por el momento, solo el 5% de esos barcos que pescan en mar abierto
tienen estos observadores.
4. "Blue circle". Ayudan a mantener el delicado equilibrio de la vida marina. Muchas especies
se ubican en la parte superior de la cadena alimenticia, manteniendo el equilibrio de otras
poblaciones de animales marinos y disminuyendo la presión del pastoreo en los arrecifes
de coral y hierbas marinas.
5. Turismo de naturaleza: cada año, unos 600 000 buceadores viajan por el mundo para
avistar estas magníficas criaturas. Por ejemplo, en Maldivas, el buceo y el esnórquel es la
actividad turística más popular del país.