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Principio autonomía voluntad

Principio básico de la contratación en derecho


Rige ampliamente en materia contractual
Se da tanto en la forma y en el fondo

Forma  con el objeto de celebrar la convención nominada o innominada que se quiera


El contrato tendrá existencia jurídica por la sola fuerza de voluntad sin que se requiera de
consentimiento o autorización de alguna autoridad, y la interpretación de las partes
obscuras del contrato deberá hacerse buscando lo que los contratantes han querido al
momento de celebrarlo.

Fondo con el objeto de fijar el contenido del contrato, pudiendo incluir elementos
accidentales a este.
En el periodo de tratativas previas, las partes tienen la libertad de:
- Celebrar o no el contrato
- Determinar a gusto su contenido
Formado el contrato cada parte se puede amparar a lo pactado impidiendo que terceros
se entrometan en su contenido.

Subprincipios que se derivan de la autonomía de la voluntad

- Principio del consensualismo


Aquel principio según el cual los contratos se perfeccionan por el mero
consentimiento

- Principio del efecto obligatorio de los contratos


Plantea que los contratos producen efectos respecto de las partes que han
concurrido a su celebración.

- Principio del efecto relativo de los contratos


El contrato por regla general sólo produce efectos respecto de las partes del
contrato, y no beneficia ni perjudica a terceros.
Excepción: herederos debido a que son considerados terceros relativos, los cuales
se encuentran o están en relaciones jcas con las partes, por voluntad propia o por
disposición de la ley.
También encontramos dentro de esta excepción

1. Estipulación a favor de otro


2. La promesa de hecho ajeno
Limites

1. Ley
- Acto jurídico no puede transgredir la ley
- Por este acto no se puede renunciar a derechos que la ley ha considerado
irrenunciables

2. El orden púbico y las buenas costumbres


3. Derechos legítimos de terceros

Evolución de daño moral en el tiempo

Durante muchos años se consideró que el daño moral no se indemnizaba en materia


contractual. Sin embargo, se aceptaba su indemnización en la responsabilidad
extracontractual, en virtud de la regla del artículo 2329, según la cual "Por regla general
todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe ser
reparado por ésta.”
Desde hace varios años, la doctrina venía señalando que hay en esta diferencia un trato
discriminatorio, en tanto la jurisprudencia durante muchos años rechazó la indemnización
del daño moral, por el incumplimiento de obligaciones contractuales.
El primer fallo en que ello se aceptó es del año 1951.
La sentencia señaló que "no es contradictorio, que siendo indemnizable el daño material
ocasionado por el accidente señalado, también lo es el daño moral, dentro del
incumplimiento de una obligación nacida de un contrato, producto de culpa del deudor".
Sin embargo, incurre en una confusión al señalar que se traduce en la depresión, el
complejo y la angustia permanente, que también repercute en la capacidad laboral y, por
ende, en la capacidad económica del sujeto afectado", haciendo indemnizable el daño
moral sólo porque podía producir consecuencias patrimoniales.

A pesar de esto, la regla general, era que la jurisprudencia sostenía que no procedía
indemnizar el daño moral en la responsabilidad contractual. Sólo recién en la década del
80 empieza a cambiar, y ya nos encontramos con varios fallos que lo aceptan.
Sin embargo, la Corte de Apelaciones de Santiago en sentencia de año 2004, falló que "la
indemnización del daño moral no tiene cabida en materia contractual"

¿Qué razones se han dado para no indemnizar el daño moral?


1. En primer lugar, que falta una norma equivalente al artículo 2329 aplicable a la
responsabilidad extracontractual;
2. En seguida, que el artículo 1556 establece que la indemnización de perjuicios
comprende el daño emergente y lucro cesante, conceptos de contenido
patrimonial, no haciendo mención del daño moral, y
3. Que es difícil su prueba y avaluación.
En cuanto a que el artículo 1556 no lo contempla, es cierto, pero tampoco lo prohibe.

Finalmente, no es serio sostener que no debe indemnizarse por ser difícil de probar y de
avaluar, desde que en materia extracontractual el problema es el mismo y se pagan.
En todo caso tenemos que señalar que el artículo 1556 no es un buen argumento para
acoger el daño moral, pues esa disposición se tomó del Código de Napoleón y en especial
de Pothier que sólo autorizaban la indemnización por daños patrimoniales.

Actualmente en Chile la Constitución Politica en sus artículos 19 n 1 y 4, asegura a todas


las personas tanto el derecho a la integridad física y psíquica como el respeto a la
intimidad y vida privada, y el honor, por lo tanto, ya no parece sostenible seguir negando
la indemnización del daño moral.
En estas disposiciones constitucionales y no en el artículo 1556, deben fundarse las
demandas por daño moral.

La tendencia actual de la doctrina es aceptar la indemnización del daño moral tanto en la


responsabilidad contractual como en la extracontractual.
Se debe indemnizar el daño moral, pero también corresponde exigir una prueba clara y
concluyente de su existencia, considerando para su regulación el tribunal debe tener
facultades amplias, semejantes a las que la jurisprudencia ha reconocido para la
responsabilidad extracontractual. Pero debe quedar claro también que el incumplimiento
de cualquier contrato no puede ser fuente de daño moral.

Estamos de acuerdo con los dichos de un autor en orden a que "en materia contractual el
daño moral no se configura por cualquier molestia que resulte del incumplimiento, no
debe confundirse con las inquietudes propias del mundo de los negocios, o las que
normalmente resultan de los pleitos; para que ello ocurra es menester que se haya
turbado seriamente la moral, el honor, la libertad o los afectos del acreedor, o su
integridad física, o que tal incumpli-miento le haya producido una lesión en sus
sentimientos a causa del sufrimiento o dolor que se le ha provocado"

Distinción presunciones de culpabilidad por el hechos de las cosas

Tiene su fundamento en las que un objeto que pertenece o está al servicio de una persona
causa un daño
El propietario de la cosa o el que se sirve de ella son responsables de cualquier daño que
esta cause, por lo tanto deben vigilarla y mantenerla en estado de que no cause daño.
a) Responsabilidad por el hecho de los animales

Será responsable el dueño del animal o el que se sirva de el, en el caso que este llegue a
causar un daño a terceros, incluso cuando este se suelte o extravie, salvo que la soltura,
extravío o daño no pueda imputarse a culpa del dueño o del dependiente encargado de la
guarda o servicio animal.

El que se sirva del animal ajeno tendrá acción de reembolso en contra del dueño en el
caso que acredite que el daño sobrevino por un vicio del animal que el dueño, con
mediano cuidado o prudencia debió conocer o prever, y de que no le dio conocimiento.

Presunción de derecho
El daño causado por un animal fiero del que no se reporta utilidad para la guarda o
servicio de un predio, será siempre imputable al que lo tenga.
Si alegare que no le fue posible evitar el daño, no será oído.
b) Responsabilidad por la ruina de un edificio

Será responsable todo dueño de un edificio del hecho de la ruina de este, acaecida por
haberse omitido las reparaciones necesarias o por haber faltado al cuidado de un buen
padre de familia.
- Si la victima es uno de los vecinos, existirá responsabilidad si hubiere procedido
notificación de una denuncia de obra ruinosa.

Si son varios los dueños, hay responsabilidad simplemente conjunta, es decir, se dividirá
entre ellos la indemnización a prorrata de sus cuotas de dominio.

El dueño o dueños solo pueden eximirse de la responsabilidad probando que el daño se


produjo por caso fortuito o fuerza mayor, o por culpa de la victima o de un tercero de
quien el dueño no responde.

Si se trata de un vicio de la construcción, será responsable el que, como empresario,


arquitecto, constructor, se encargo de la ejecución de la construcción del edificio.
c) Responsabilidad por una cosa que cae o es arrojada de la parte superior de un
edificio

Serán responsables todas las personas que habitan en la misma parte del edificio,
dividiéndose la indemnización entre todas ellas.
A menos que se pruebe la culpa o dolo se debe exclusivamente a una persona
determinada, en este caso esta persona será responsable.

La responsabilidad cesará si el demandado prueba que la cosa cayó producto de un caso


fortuito o fuerza mayor, que el hecho se debió a culpa exclusiva de la victima, o a culpa o
dolo de un tercero, sea o no habitante del edificio.
En este caso, la responsabilidad recaerá sobre el tercero únicamente.
Capacidad responsabilidad extracontractual

La regla general es la capacidad delictual o cuasidelictual, es decir, de cometer un hecho


ilícito sin con intención de dañar, y sin intención de dañar.

Excepción: Incapacidad delictual o cuasidelictual


Aquellos que carecen de del discernimiento necesario para comprender el hecho que
ejecutan.

La capacidad extracontractual es mas amplia que la contractual debido a que abarca un


rango de edad superior, y que también es mas fácil alcanzar el discernimiento acerca del
bien y el mal, que el necesario para celebrar actos jurídicos.

Son incapaces:

- Dementes: aquellos que al ejecutar un hecho se encontraban totalmente privados


de la razón.
Si actúo bajo un intervalo lucido, de igual manera tendrá que responder por los
daños causados, aunque este declarado en interdicción.

- Infantes (menores de 7 años)


Ni siquiera pueden adquirir la posesión de una cosa mueble

Con respecto a los dementes e infantes, serán responsables de los daños causados
por ellos las personas que se encuentren a cargo de estos, si pudiere imputárseles
negligencia.
Pueden liberarse de la responsabilidad si prueban que emplearon la debida
diligencia. También si prueban que el hecho ilícito cometido por los dependientes
o subordinados provienen de la mala educación y de los hábitos viciosos que sus
padres

- Menores de 16 años
Queda a prudencia del juez determinar si este ha cometido delito o cuasidelito sin
discernimiento.

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