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Análisis de la película-documental Babies

Se trata de un documental de observación natural, dirigido por el francés Thomas


Balmes. Se centra en el desarrollo general de cuatro bebés nacidos en distintos
lugares del planeta: Namibia, Japón, Mongolia y Estados Unidos, desde su nacimiento
hasta que cumplen un año. Al no estar enfocado desde una perspectiva de estudio ni
científica, en el documental no hay ningún tipo de narración o explicación sobre
los cambios que van experimentando estos bebés a lo largo de su primer año de vida,
si bien es cierto que no es necesaria explicación alguna para tomar conciencia de
las igualdades y cosas que comparten todos ellos y las grandes diferencias que
existen en cuanto al contexto en el que se desarrollan. Sabido es, que no somos
únicamente fruto de la genética, sino que también el ambiente al que estamos
expuestos nos moldea. Si bien la genética es la parte más determinante al principio
de la vida de cualquier ser humano, es cierto que se pueden observar diferencias
entre los bebés con respecto a la influencia del ambiente a medida que se acercan
al año de vida. Desde el nacimiento, todos los bebés se comportan de igual manera,
es decir, comen, duermen, lloran (con el objetivo de comunicarse con los demás),
etc. En el documental se observan diferencias con respecto al contexto en el que
nacen, como por ejemplo el hecho de nacer o no nacer en una clínica, como es el
caso del bebé de Namibia, sin embargo, un aspecto fundamental y con respecto al
cual se observan grandes diferencias es la estimulación. La estimulación es un
aspecto fundamental para el desarrollo de un niño. De hecho, muchos de los niños
“salvajes” que han sido documentados a lo largo de la historia, lo son por falta de
precisamente eso, estimulación cognitiva, el caso más importante y más conocido es
el del “niño de Aveyron”. Todos los bebés del documental reciben un tipo de
estimulación, aunque esta sea distinta dependiendo del contexto y la situación. Con
respecto a la estimulación proveniente de los padres y su núcleo familiar, hay que
decir que a todos los bebés sus madres les hablan, les sonríen y están en contacto
físico con ellos constantemente, lo que supone ser algo crucial para el desarrollo
de ciertos procesos cognitivos, como por ejemplo del lenguaje. Se muestran
claramente los inicios con respecto a las pautas de la comunicación y sobre todo
del diálogo, cuando al bebé de Namibia su madre primero le habla, se calla y espera
a que él “diga” algo, para después hablar ella otra vez.
A medida que pasan los meses, se observan ciertas peculiaridades, como por ejemplo:
A la bebé californiana, su madre no solo le habla, sino que además le lee cuentos,
le hace el sonido de los animalitos, le enseña los colores, etc. El bebé de
Namibia, al vivir en una tribu, no sólo recibe estimulación por parte de su madre,
sino también de otros miembros de la tribu, además de otros bebés que conviven y
están en contacto continuo con él, es curioso ver como se comunican y la empatía
que existe entre ellos. El bebé que pasa más tiempo sólo es el mongol, ya que sus
padres tienen ganado y su madre pasa casi todo el día fuera de la casa encargándose
de las vacas y demás animales, únicamente tiene un contacto más asiduo con su
hermano, un año o dos mayor que él, pero pequeño aún, que normalmente está con él
en la casa. Por otro lado, y en relación a la estimulación del contexto, se observa
cómo cada bebé dependiendo del ambiente en el que vive, se habitúa a ciertos
estímulos u a otros, de esta manera la bebé californiana y la japonesa, se habitúan
al sonido de los coches, el gentío, etc. En el documental se observa claramente
cómo todos los bebés se van desarrollando cognitiva y físicamente, aunque es cierto
que algunos se desarrollan antes que otros en relación a distintos aspectos.
Podríamos pensar que la bebé californiana, Hattie, y la japonesa, Mari Chan,
desarrollarán sus capacidades cognitivas y físicas mucho antes que el bebé de
Namibia, Ponijao, aunque a mi parecer, esto no ocurre así. Las dos niñas viven en
zonas muy desarrolladas y por lo tanto cuentan con un gran número de recursos con
los que no cuenta el otro bebé, como por ejemplo: juguetes adaptados, centros
especializados donde acuden otras madres con otros bebés para realizar ejercicios,
etc. Sin embargo, mientras Hattie pasa mucho tiempo sentada en una especie de
tacataca que cuelga del techo o en los brazos de su madre, Ponijao pasa mucho
tiempo con otros bebés, y ya sea sentado en el suelo o gateando, explora por sí
mismo el ambiente que lo rodea. Mientras Mari Chan, como podemos observar en una
escena, se frustra al no poder encajar las dos piezas de un juguete, Ponijao que no
tiene juguetes, juega consigo mismo, explorando su cuerpo, con los perros de la
tribu o con otros bebés. Aprende cosas por sí sólo y con los iguales. No quiero
decir que el bebé de Namibia, se encuentre en mejor situación que el resto o que
aprenda más, pero sí es cierto que aprende, al igual que los otros. Con esto quiero
decir que no porque un bebé tenga más juguetes, o cuente con una serie de
instrumentos especializados para bebés, se desarrollará antes, por muy sofisticados
y adaptados que estos sean. Las mujeres de Namibia pasan todo el día trabajando y
al cuidado de los niños, por lo que no pueden estar constantemente pendiente de
ellos. Este hecho circunstancial favorece la adquisición temprana de ciertos
aspectos del desarrollo físico y motor por
parte de los bebés. Una simple manta en el suelo, en muchas ocasiones, favorece
mucho más el desarrollo físico y motor que por ejemplo un tacataca u otros
instrumentos. Cabe destacar también, que hay que tener en cuenta siempre, que tanto
Mari Chan como Hattie, ambas de zonas desarrolladas, contarán con otros
instrumentos y actividades, con las que no contará Ponijao y que influirán en la
consecución de un desarrollo óptimo o en todo caso de un desarrollo cognitivo mucho
más desarrollado. Es curioso observar cómo los bebés de Namibia con apenas un año,
ya realizan actividades que son propias de los adultos y en concreto de las
mujeres. Este aprendizaje por imitación se debe a que pasan todo el tiempo con las
madres y no con los padres. También destacar el hecho de que aprenden a ser más
independientes y por ejemplo comen solos. La socialización se da en todos los casos
por igual, mientras que Hattie y Mari Chan comparten tardes en el parque
relacionándose con otros niños, Ponijao va al río en busca de agua en compañía de
su madre, otras mujeres, otros bebés y más niños, todos de distintas edades. A mi
parecer, Bayar, el bebé de Mongolia, es el que más tarde se desarrolla en todos los
aspectos. Desde que nace pasa muchísimo tiempo sólo, siempre tumbado en la cama,
además de estar liado por completo, pudiendo mover únicamente los brazos. Cuando
comienza a gatear, su madre para tenerlo controlado cuando no está en casa, lo deja
sentado en el suelo amarrado por la cintura con una cuerda a la pata de la cama.
Todo esto dificulta el desarrollo físico y motor del niño, así como también el
cognitivo, ya que en todo momento se ve limitado. Por otro lado no se socializa con
otros niños, más que con su hermano. Es el que más tarda en aprender a andar de los
cuatro niños. Finalmente y a modo de conclusión decir que es uno de los mejores
documentales que he visto. Para mí es muy, muy recomendable, ya que desde la
naturalidad y la simple observación nos acerca a la esencia del ser humano. Me ha
servido sobre todo para afianzar mi postura de que todos somos iguales,
independientemente de razas, fronteras, color de piel, cultura, etc., que todos los
niños, son niños en todas partes, que la vida de ninguno vale más que la de otro y
que su felicidad es lo más importante, aunque la mayoría de veces estos aspectos se
obvien en beneficio de otros y quieran hacernos creer lo contrario.

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