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Luis Felipe Ponce Reyes

Código: 202123358

La ética en las protestas de Colombia: ¿Un concepto mal entendido?

Para comprender en qué se basan las protestas y las movilizaciones sociales que han tomado
lugar en los últimos años, es necesario comprender las bases sobre las que se sustentan. Las ideas
sobre las que se basa una acción son de suma importancia para comprender el por qué de ella, es
decir, sabiendo el motivo, es quizá posible justificar una causa. Los movimientos que se tocarán
a lo largo de este texto serán: el movimiento proaborto y las protestas sociales comenzadas el 21
de noviembre del 2019. En este sentido de ideas, se tomarán algunos de los argumentos sobre los
que se basan estas protestas y estos serán sometidos a un juicio ético para, de esta forma, evaluar
el componente ético de dichas revoluciones.
Por medio de este estudio, veremos como estas movilizaciones sociales a favor de las
libertades personales han sobrepasado la definición conservadora de la ética convirtiéndola en un
concepto muy laxo y subjetivo. Este pluralismo de concepciones genera mucha versatilidad
sobre las maneras en las que la protesta pueda ser llevada a cabo, y, así mismo, dejando como
consecuencia secundaria, una definición errada de la ética en la sociedad del siglo veintiuno.
A partir de esto, cabe preguntar, ¿Hasta qué punto las revoluciones sociales modernas han
instaurado una definición errada de la ética sobre la sociedad moderna del siglo veintiuno? Y sí.
Las revoluciones del siglo veintiuno, tales como el movimiento proaborto y las marchas
consecuentes a la del 21N1, se han basado sobre concepciones erradas de la ética y han generado
un pluralismo dentro de la definicion y concepción de dicho término, en este caso, volviéndolo
muy subjetivo. Es decir, se le han otorgado tantas libertades al individuo hasta tal punto que hace
lo que le parece ético sin ser consiente del “lineamiento compartido” sobre el cual ha de regir
dichos comportamientos.
Para el desarrollo de esta premisa se utilizará la idea progresista utilizada de manera
recurrente en las marchas proaborto en la que se trata al feto como un ente, “en el sentido
filosófico de `lo que existe o puede existir´, frente al que no existen obligaciones morales”
(Taracena, 2004). Por otro lado, para el desarrollo de esta premisa sobre el ejemplo de las
marchas sociales en Colombia, se usará el argumento donde se intenta justificar la violencia
empleada por los protestantes como respuesta a los medios empleados por el gobierno para

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Forma de hacer referencia a la marcha llevada a cabo el 21 de noviembre del 2019.
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apaciguar y desmantelar dichos movimientos. Citando a Medel y Somma en el artículo de


SCIELO, dentro de las protestas sociales en Colombia, la manera en la que los protestantes
protestan depende de la manera en la que el Estado responda. Es decir, cuando el Estado opta por
tácticas disruptivas e, incluso violentas, los protestantes tienden a responder de manera igual o
peor (Barrera & Hoyos, 2020, pág. 7). Pero ¿Es esto ético?
Antes de comenzar, es importante aclarar cuales serán las definiciones de los términos claves
para el entendimiento de este escrito. Se entiende como ética a la rama filosófica que estudia la
conducta moral debido a que realiza un minucioso análisis de la sociedad y establece cómo
deberían actuar o comportarse los individuos que la conforman (Adrian, 2021). Así mismo, se
tratará el concepto de movilización/revolución social como aquella forma en la que la sociedad
impone una nueva manera de conducir las relaciones individuales y colectivas (Equipo Editorial,
2022). Ya con esto claro, se puede analizar el componente ético de algunos de los argumentos
sobre los que se basan las movilizaciones proaborto y las movilizaciones posteriores a la marcha
del 21N en contra del gobierno de Colombia.
El aborto es una practica que año tras año está cobrando mucha fuerza dentro de una gran
parte de la población juvenil. Desde el punto conservador, se entiende como aborto a una
práctica que equivalente a la de un asesinato de un ser humano o a cometer un crimen (Taracena,
2004). Sin embargo, el autodenominado movimiento progresista de las “proaborto”, se basa
principalmente en tratar al feto como un ente sobre el que no recae ninguna responsabilidad
moral. De este modo, la madre estaría en total libertad de interrumpir el proceso de embarazo.
Las protestas proaborto buscan principalmente erradicar el delito del aborto en el código
penal colombiano. Esta movilización social ha forjado una definición errada de la ética que se
basa más que todo en el individuo (la embarazada) y las libertades mas no en el ámbito colectivo
(el embarazo). Cuando hablamos de ética se habla de un concepto social, de entendimiento
mutuo, por ende, en repetidas ocasiones, esta nueva perspectiva suele sobreponer al individuo
por encima del conjunto. Recae en el individuo decidir qué está bien y qué esta mal. No es ético
pensar en el ser humano como una cosa para, de esta forma, librarse de responsabilidades. Claro
está que el código penal permite el aborto bajo tres causales de extrema necesidad 2. De esta

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El aborto en Colombia está justificado bajo tres causales según la sentencia C-355 de 2006. Estas causales son:
Supuesto 1 – Cuando existe peligro para la salud física o mental de la mujer. Supuesto 2 – Cuando exista grave
malformación del feto que haga inviable su vida extrauterina. Supuesto 3 – En caso de acceso carnal violento,
transferencia de óvulo fecundado o inseminación artificial no consentida (MinSalud, 2016).
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forma, el movimiento proaborto se basa en un pensamiento que no va acorde a la definición de


ética conservadora, generando de esta forma, una conceptualización errada de lo que está bien y
lo que está mal, siendo el bien abortar y el mal “obligar” a la madre a tener el hijo.
Por su parte, las protestas del 21N en Colombia se originaron a base de una nueva reforma
tributaria diseñada por el Gobierno Nacional que buscaba recaudar más capital a través clase
media baja lo cual causó inconformismo llevándolos a las calles. A medida que el Gobierno
Nacional no atendía las peticiones de los protestantes, la violencia comenzó a domar las calles.
Según Víctor Barrera y Carlos Hoyos, politólogos colombianos, “la violencia es una táctica
marginal entre diferentes repertorios de los que disponen los manifestantes colombianos”
(Barrera & Hoyos, 2020). La forma en la que se estaban buscando los objetivos principales de la
protesta, tumbar la reforma, comenzaron a basarse en éticas inmorales como la destrucción de
patrimonio histórico de la nación o daños a propiedad privada.
La palabra ética comenzó a cobrar definiciones distintas dentro de los protestantes. Lo que
para algunos era una forma de justa protesta, otros lo veían como vandalismo. La palabra ética
comenzó a diversificarse a medida que los reclamos de los que protestaban no eran atendidos.
Mas aún, cuando el Gobierno opta por la fuerza para disipar los disturbios, las protestas
aumentan su nivel de violencia. En este caso, podemos ver cómo a medida que las protestas
consecuentes a la del 21N no eran atendidas por el Gobierno, la violencia comenzó a ser la
definición de la palabra ética, siendo esto visto cómo la manera justa de encontrar los resultados.
Así mismo, esta instauración de pensamiento tergiversa el concepto de ética conservador, y, de
este modo, sustenta la tesis principal de este texto que busca argumentar que los movimientos
sociales modernos han instaurado una definición errada de la ética.
No obstante, sería justo afirmar qué en ambos casos se buscan “defender” derechos de la
población civil. En el caso del movimiento proaborto, se puede considerar como una
problemática de salud pública, y, en este caso, sería justo el propósito de esta protesta. Por el
lado de las protestas consecuentes a la del 21N, se busca principalmente evitar que el Gobierno
saque provecho de la clase más trabajadora del país que conforma casi el 25% de la población
nacional (Galindo, 2021). Viéndolo de esta forma, los propósitos de los movimientos son justos
y éticos, pero hasta qué punto se justifican los medios.
En el caso del movimiento proaborto, existen otras maneras éticas, siguiendo el concepto
conservador, de evitar embarazos no deseados. El camino de la educación sexual, programas
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sociales, subsidios para métodos anticonceptivos; todas estas formas evitan el embarazo no
deseado y evitan llegar al límite de abortar a un ser humano. La deshumanización del feto no es
ético y tampoco justa.
Haciendo ahora referencia a las protestas sociales en Colombia, los medios empleados para la
protesta no son éticos tampoco. Si bien la causa es justa, el medio por el que se intenta llegar a
ese objetivo está perdiendo el rumbo y está subjetivando el concepto de ética dentro de los
protestantes. Hay maneras de protestar sin acudir a la violencia, un paro pacífico, mesas de
diálogo, programas sociales, inclusive, boicots. Protestar por medio de la violencia, no es ético.
Para finalizar, luego de haber tomado como ejemplo dos protestas, con 2 objetivos diferentes,
habiendo leído y analizado los argumentos primarios en los que se basan y haciendo el debido
juicio ético ante la definición conservadora de la ética que se mencionó al inicio, es justo afirmar
que sí existe una discrepancia entre dicho concepto y aquel que se está viendo últimamente en las
protestas. Estos movimientos “revolucionarios” han instaurado dentro de la sociedad moderna
una definición errada de la ética, llevándolos a tal punto de ser capaces de cometer acciones
atroces y violentas para lograr sus objetivos sin pensar en el componente ético del asunto.
Por último, se hace un descargo de responsabilidad; es de vital importancia aclarar que no se
está diciendo que los objetivos de estas protestas son equívocos, mucho menos irracionales, sino,
se está haciendo énfasis que el método por el cual se está llegando a los objetivos, se basa en una
definición ambigua de la palabra ética.

Bibliografía
Adrian, Y. (2021). Ética. Concepto Definición.
Barrera, V., & Hoyos, C. (2020). ¿VIOLENTA Y DESORDENADA? ANÁLISIS DE LOS REPERTORIOS
DE LA PROTESTA SOCIAL EN COLOMBIA. SCIELO.
Equipo Editorial, E. (2022). Revolución. Concepto.
Galindo, A. (2021). Vulnerable, clase media o clase alta: a qué perteneces según tus ingresos y
los datos del DANE . as.
MinSalud. (2016). Interrupción voluntaria del embarazo, un derecho humano de las mujeres.
Todos por un nuveo país, 2.
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Taracena, R. (2004). El aborto a debate. Análisis de los argumentos de liberales y


conservadores. SCIELO.

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