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Anaximandro, por una pastoral que no le quita su lugar al misterio

Admirar el cielo estrellado y la tierra llena de vida es algo que siempre ha llamado la
Lo ha hecho
atención del ser humano, y éste ha observado con los medios que se encuentran a su alcance.
Hoy, por ejemplo, se cuenta con aplicaciones que ayudan a detectar las constelaciones o los
nombre de las plantas. Pero al principio, obviamente, no fue así. El hombre se tuvo que valer
Así, sin mediaciones,
solo de sus propio ojos y comenzar la investigación en el gran libro de la naturaleza.
Precisamente, esta ocasión, quiero entablar un pequeño diálogo con un filósofo que es
considerado el primer científico: Anaximandro.
Anaximandro, oriundo de Mileto, era lo que podemos llamar un experto en el arte de la
paciencia, pues solo alguien paciente logra observar, mientras los demás solo miran. Por ello,
mientras alguien solo mira las estrellas, otro observa una constelación. Y Anaximandro, sin duda,
era un gran observador, considerado el primer científico porque es el primero en utilizar la
experimentación para sus demostraciones. Ha sido, además, el primero en llamar mundo al
universo y en escribir el primer tratado en prosa sobre cosmología y el origen del universo, su
obra llamada Sobre la naturaleza.
De acuerdo con este filósofo de Mileto el argé o principio de todas las cosas es el
apeirón, es decir, lo indefinido, indeterminado o que no tiene medida. Para su tiempo esta es una
completa novedad porque colocó el principio de las cosas ya no en elementos como el agua, la
tierra, el aire o el fuego como como lo había hecho otros filósofos, sino el algo que se encuentra
más allá de las cosas, pues él pensaba que solo los elementos por sí solos no explicaban todo
cuanto existe.
Anaximandro con su aportación del principio de lo indeterminado viene a mostrar a los
pastores la importancia de aquello que no es medible y que se encuentra más allá de las mismas
cosas que Se explican
explica. De esta manera se puede afirmar que la pastoral no son solo números, ni ella
se puede explicar solo con estudios sociológicos. Ciertamente, es necesario conocer la realidad y
a ello ayuda el Observatorio de Pastoral, pero es necesario no dejarnos llevar solo por los
números. El Espíritu Santo sopla como quiere y su soplo no es pesado, por tanto, no puede ser
medido.
Cuando digo que la pastoral no le puede quitar su lugar al misterio, me refiero a que ella
misma derriba de un misterio, porque el pastor, por antonomasia es Dios y los pastores sus
colaboradores. La pastoral, por ende, está más allá de lo meramente observable y podemos
Está en
decir que hasta oculto, pues lo oculto es precisamente el lugar del trabajo de Dios.
Considero que esto nos ayuda a valorar la pastoral no solo como un proyecto humano,
donde se encuentra la tentación del protagonismo pastor, sino como un verdadero proyecto de
Dios para la humanidad que supera con creces nuestras expectativas.
Que los pastores sigan trabajando de la mano del Supremo pastor, empeñándose no solo
en lo visible. Gracias Anaximandro por esta conversación.
Sino también en el misterio, en lo indeterminado, en en el apeiron pastoral

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