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Reflexión
Así como Dios no iba a crear las cosas del mundo en plena oscuridad, se nos invita a trabajar “mientras
sea de día” (leer Juan 9:4). Además, se nos anima a buscar siempre el camino iluminado, para que no
tropecemos o caigamos en las tentaciones del mal (leer Juan 11:10). Al recordar el primer día de la
creación, tengamos en cuenta que el más tenue rayo puede disipar una densa oscuridad. Dejemos que Dios
resplandezca en nuestro corazón.
Reflexión
Somos terrícolas, es decir, habitamos este planeta, nuestro hogar. Sin embargo, tenemos ansias de explorar
el universo y emprender un viaje indefinido por el espacio. Al menos, ese ha sido el argumento de obras
literarias y poéticas. Pero la Biblia nos presenta los planes de Dios: él desea que seamos verdaderos
ciudadanos universales. Así como separó las aguas de abajo y las de arriba en el principio, en el fin de la
historia “todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará a unos de otros, como separa el pastor
las ovejas de las cabras” (leer Mateo 25:32). Cuando Jesús regrese recibiremos el pasaporte que nos
permitirá transitar por el vasto universo y conocer las maravillas que ahora solamente podemos imaginar.
Reflexión
Uno de los nombres o títulos para referirse a Jesucristo es el “Sol de Justicia” (Malaquías 4:2). Y un dato
muy particular es que la santa ciudad, la Nueva Jerusalén que Dios está preparando para los redimidos de
esta tierra, no tiene necesidad de sol ni luna: “La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque
la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera” (Apocalipsis 21:23). Verdaderamente, dan ganas
de habitar en esa hermosa ciudad. Allí podremos vivir para siempre en la presencia de Dios, iluminados
por su gloria. Como toda estrella, el centro de nuestro sistema está destinado a apagarse en algún momento.
Pero el que colocó en su lugar al astro rey no dejará que quedemos en oscuridad: él mismo nos iluminará.
¿Qué significan?
Tanto los peces como las aves, y el resto de los animales participan de la vida otorgada por Dios a sus
criaturas desde el principio de la creación. En cuanto a los fenómenos físicos, tanto ellos como nosotros
experimentamos alegría y placer, y lamentablemente a causa del pecado, enfermedad, dolor y muerte. El
sabio observó esta situación: “Vi además que nadie sabe cuándo le llegará su hora. Así como los peces
caen en la red maligna y las aves caen en la trampa, también los hombres se ven atrapados por una
desgracia que de pronto les sobreviene”. “Los hombres terminan igual que los animales; el destino de
ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así
que el hombre no es superior a los animales” (Eclesiastés 9:12; 3:19).
Reflexión
La gran diversidad de especies acuáticas y voladoras son una evidencia del poder creador de Dios.
Jesucristo señaló: “Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin
embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?” (Mateo 6:26).
Entonces, además de ser el Creador, Dios es nuestro Sustentador. No solamente creó todo lo que existe,
sino que también sigue obrando diariamente, demostrándonos amor paternal y misericordia. Recordemos
también que nuestro Salvador vino a rescatarnos y lleva cuenta de cada uno de sus hijos, con la misma
precisión que Pedro contó esos 153 peces atrapados en sus redes, la mañana cuando Jesús se les apareció
y le pidió que apacentara a sus corderos (leer Juan 21:4-15).
Reflexión
Dios tiene un propósito para nuestra existencia. Todo lo que hizo fue motivado por el profundo amor por
cada criatura. Contrariamente a lo que algunos piensan, no estamos solos en el universo. Nuestro Padre
celestial ha planificado todo con cuidado. Lamentablemente, nuestras malas decisiones morales han hecho
una separación entre Dios y nosotros. Pero el Hijo de Dios, nuestro Salvador, vino a rescatarnos y a darnos
una nueva oportunidad. Muy pronto este capítulo de la historia concluirá para dar paso a la nueva creación.
El jardín del Edén será restaurado y la armonía reinará otra vez en todo el universo. En palabras poéticas:
“Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas,
declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor” (El conflicto de los siglos online).
Reflexión
El día de reposo o descanso funciona como un sello divino que identifica al autor de la creación. Todo ser
humano que reconoce y respeta el sábado para cesar sus actividades cotidianas y lo consagra a la comunión
especial con el Creador, recibe también las bendiciones prometidas por Dios. En un mundo donde el
consumismo y la explotación de los recursos pareciera no tener descanso, el sábado cobra cada vez mayor
relevancia como el sello que identifica a los que creen en el origen divino del mundo y el ser humano.