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Porque el zopilote se volvió negro según la

leyenda maya
Entre los mayas, este animal es conocido como chom. Y si bien tienen esta
apariencia, no siempre fue así. Ellos consideran que este aspecto actual es fruto de
un castigo, de algo que hicieron años atrás.

Ya que según ellos, en el pasado no eran así opacos, oscuros y de apariencia poco
agradable. Al contrario, que tenían plumas muy hermosas, que les daban un aspecto
llamativo y que eran un

La leyenda cuenta que un día el rey de Uxmal organizó una gran fiesta para honrar
al señor de la vida, Hunab Ku. Estaba tan feliz que para la ocasión tomó sus mejores
ropas, y luego de vestido se asomó a contemplar la belleza de su ciudad.

Los arreglos para el festejo continuaron, los criadores comenzaron a llenar de


comida todos los lugares del palacio. Estaba listo para el festejo, pero hubo un
detalle del que no se percataron.

El lugar estaba rodeado de varios chom o zopilotes, que parecían estar mirando muy
interesados todo el alimento que se estaba sirviendo.

Vale la pena recordar que en ese tiempo eran aves hermosas, con grandes
plumajes. Tal vez por eso no las espantaron, lo cual fue un grave error: los chom
comenzaron a comer toda la comida que ya se había servido.

El rey se asomó y vio aterrorizado el espectáculo. Se enfureció tanto que empezó a


gritar que se necesitaba hacer algo, que estos zopilotes debían ser castigados de
alguna manera.

Comienza la maldición para los chom


El rey ideó un plan: le pidió a los sacerdotes que recogieran todas las plumas que
habían quedado. Las pasaron por un asador, las quemaron y molieron hasta que al
final lo único que quedó era un polvo negro.

La idea que tenían era maldecirlos, para que el resto de su existencia no olviden el
daño y deshonra que habían producido al rey.
Para poder llevar a cabo su plan, mandó nuevamente a llamar a los criados para que
llenen de comida el lugar. Los choms no tardaron en llegar.

Pero una vez que estuvieron comiendo, los sacerdotes, que estaban escondidos,
salieron y les tiraron la sustancia. Al mismo tiempo, los maldijeron diciendo que de
ahora en adelante, perderían su color y comerían basura.

Quedaron oscuros y pelones. De tal vergüenza que les da eso, que se dice que por
eso vuelan tan alto hoy en día:  no quieren que nadie los vea o al menos lo menos
posible.

Siempre recordarán con dolor su antigua belleza, que perdieron por un día de gula.
Porque el colibrí tiene ese hermoso aspecto
según la leyenda maya
Entre los mayas, este animal es conocido como ‘x ts’unu’um’. Y si bien tienen esta
apariencia, no siempre fue así. Ellos consideran que este aspecto actual es fruto de
un regalo, de algo que hicieron años atrás.

Ya que, según ellos, en el pasado no eran así así de pequeñitos, coloridos y


hermosos. Al contrario, que tenían plumas descoloridas, que les daban un aspecto
común y nada único y hermoso.

La leyenda cuenta que un día el rey de Uxmal organizó una gran fiesta para honrar
al señor de la vida, Hunab Ku. Estaba tan feliz que para la ocasión tomó sus mejores
ropas, y luego de vestido se asomó a contemplar la belleza de su ciudad.

Los arreglos para el festejo continuaron, los criadores comenzaron a llenar de


comida y frutos todos los lugares del palacio. Estaba listo para el festejo, pero hubo
un detalle del que no se percataron.

El lugar estaba rodeado de varios chom o zopilotes, que parecían estar mirando muy
interesados todo el alimento que se estaba sirviendo.

Vale la pena recordar que en ese tiempo los zopilotes tampoco eran como los
conocemos, eran aves hermosas, con grandes plumajes.

A comparación de en ese entonces, el colibrí lo veían como un pajarillo sin


importancia: y juzgando apariencias, veían majestuoso al zopilote y permitían que
entrará a cualquier lugar, sin saber que el ocupaba su capa de plumaje, como una
máscara para esconder su deseo de maldad

Tal vez por eso no las espantaron, lo cual fue un grave error: los chom comenzaron
a comer toda la comida que ya se había servido, haciendo un total desastre, sin
importar a quien atacaran o perjudicaran.

El rey se asomó y vio aterrorizado el espectáculo. Se enfureció tanto que empezó a


gritar que se necesitaba hacer algo, que estos zopilotes debían ser castigados de
alguna manera.
En este momento los colibríes estaban desde fuera del lugar admirando el festín,
pero al ver como pasaba esta tragedia, no les importó luchar contra esas enormes
aves ni sacrificarse.

A ellos no los apreciaban como a los zopilotes, no veían la habilidad de fondo que
tenían, porque a pesar de ser pequeñitos, se atrevieron a salir volando hacia los
zopilotes, para enfrentarlos; luchando por sobrevivir, pero ganando la pelea; por sus
grandes habilidades ocultas, de poder escaparse, ser ágil y volar de reversa,
aleteando más de 70 veces por segundo.

Comienza la bendición para los colibríes y la


maldición para los zopilotes
El rey ideó un plan: le pidió a los sacerdotes que recogieran todas las plumas que
habían quedado. Las de los colibríes, las tomaron y pintaron finamente; con pintura
de frutos y partículas de jade para darles brillo. De tal forma que a los colibríes los
premiaron, mientas que a los zopilotes los maldijeron.

Pasando sus alas caídas por un asador, las quemaron y molieron hasta que al final lo
único que quedó era un polvo negro.

La idea que tenían era maldecirlos, para que el resto de su existencia no olviden el
daño y deshonra que habían producido al rey.

Y que la gente amara y respetará la existencia del colibrí, sin juzgarlo, solo
apreciando su natural belleza, única y majestuosa al igual que su personalidad y sus
habilidades

Mientras que los zopilotes quedaron oscuros y pelones. De tal vergüenza que les da
eso, que se dice que por eso vuelan tan alto hoy en día:  no quieren que nadie los
vea o al menos lo menos posible.

Mientras que los colibríes nos regalan hermosas sorpresas cuando nos visitan en
Jardines llenos de flores, mientras que cumplen un papel muy importante
polinizando.

De tal forma que siempre recordarán con su belleza, la premiación tras haber
defendido al rey, contra pajarracos de gula.

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