Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La crisis económica.
A- Crisis agraria: La agricultura española tenía problemas estructurales, como la tecnificación, el exceso de
propiedad amortizada y los privilegios de la ganadería trashumante. Además de factores coyunturales negativos,
como el descenso demográfico (hay menos mano de obra disponible, por lo que aumentan los salarios y con ello los costes productivos,
disminuyendo las rentas); el empeoramiento del clima (más sequías y también más lluvias torrenciales) y el aumento de las plagas
hacen perder las cosechas y provocan crisis de subsistencias. El aumento de la presión fiscal empobrece más al
campo. La crisis agraria conlleva el descenso de la producción (y con ello la escasez y la especulación de productos de primera
necesidad) y el abandono de propiedades (lo que provoca el despoblamiento de numerosas áreas rurales y el aumento de los latifundios).
B- Crisis industrial: la industria española presentaba deficiencias de carácter estructural que la hacían muy poco
competitiva: una organización gremial arcaica que impide la mejora de la productividad, una falta de actualización
tecnológica que hace muy pobres los rendimientos, la ausencia de mano de obra especializada y la exportación de
materia prima en lugar de transformarla y así evitar la importación de productos del extranjero. En el XVII la cosa se
agrava por el descenso demográfico y la crisis económica reducen el consumo y hacen aumentar salarios y precios.
C- Las dificultades del comercio: Al haber menos oferta y demanda, hay menos comercio. El aumento de la
fiscalidad encareció los artículos, las infraestructuras (caminos, puentes, puertos, etc.) empeoraron debido a las guerras y la
decadencia urbana eliminó numerosos mercados y ferias. También disminuye el comercio con Europa y con Indias
debido a la menor influencia política que tendrá España en los asuntos internacionales y al descenso de las
importaciones de metales preciosos y de las exportaciones de artículos desde España. El Tratado de Westfalia
(1648) perjudicó el mantenimiento del monopolio del mercado americano.
D- La crisis de la Hacienda pública: los ingresos estatales disminuyen por la crisis económica y aumentan sus
gastos por las guerras que tiene. El resultado es el incremento de la presión fiscal, que no hizo más que agravar las
dificultades económicas y sociales. Hacienda recurre a la devaluación de la moneda y a la solicitud de más
préstamos para conseguir más recursos. El aumento de los juros y de los asientos sirvió para enriquecer a los
banqueros y desviar un montón de dinero que podría haber ido hacia actividades productivas. Cuando el Estado
estaba hasta el cuello de deudas, decretó la bancarrota y renegoció las deudas con sus acreedores.
La crisis social.
La crisis del XVII afectó a todas las capas sociales, más en los grupos más pobres y menos influyentes.
A- La nobleza: Le afectó menos la mortalidad catastrófica por sus fincas a las que huir de la peste, cosechas propias
con las que abastecerse, el privilegio de no tener que alojar soldados y no tener que ir a la guerra. Disminuyen sus
rentas al decaer la producción agraria, subir los salarios e incrementarse la fiscalidad (impuesto de las lanzas y donativos).
Buena parte de la nobleza sobrevive gracias al mayorazgo, que no puede vender, pero sí hipotecar en los momentos
críticos. Su influencia política se mantiene e incluso aumenta a nivel local gracias a la adquisición de los lugares y las
regidurías que el rey ponía en venta. El rey vendió hidalguías, hábitos de órdenes militares y títulos nobiliarios, el
número de nobles aumentó. Todo esto se ha llamado refeudalización.
B- El clero: aumenta el número de clérigos, ya que el estamento eclesiástico (exento de impuestos y con la comida asegurada)
se convierte en un refugio en momentos de crisis. Aumentan las devociones, la iglesia refuerza su autoridad moral y
IES Alba Plata-2º Bachillerato | Alonso Sánchez Durán
consigue que se incrementen las donaciones. Las órdenes religiosas continúan su expansión, los conventos florecen
y las Cortes piden que se ponga freno a todo ello.
C- La burguesía: gran perjudicada por una crisis que se ceba en las actividades productivas, mercantiles y
financieras, propiamente burguesas. Se acerca al estamento nobiliario: se interesa por actividades económicas
seguras, menos productivas, como la compra de tierras y de deuda pública, adquiere títulos nobiliarios y oficios de
regidores y se obsesiona por ascender en el escalafón social y lograr influencia. Traición de la burguesía.
D- Los grupos populares: grandes afectados por mortalidad catastrófica y descenso de la calidad de vida. El siglo
XVII ve subir el número de pobres, bandidos y desplazados. El descontento incentivó a rebelarse contra el poder.
recaudarse los tributos que Cataluña aportaba. En 1640, campesinos llegados a Barcelona se alzan contra el ejército
provocando el corpus de sangre. La guerra entre Cataluña y el gobierno central se complica cuando Francia acude
en apoyo de los catalanes. La rendición de Barcelona en 1652 y el compromiso del rey de respetar sus fueros.
b- La guerra de independencia de Portugal (1640-1668): La nobleza y la burguesía no hallaron las
ventajas comerciales que esperaban, el pueblo se quejaba de la presión fiscal y se temía que la monarquía no
garantizase sus colonias. Las Cortes portuguesas reconocieron al duque de Braganza como su rey (Juan IV) y
proclamaron la independencia en 1640. Madrid no prestó atención a esta guerra, enviando a ella un ejército de
corruptos e incompetentes. A finales de los años 50 era tarde. España reconoció la independencia en 1668.
c- Conspiraciones separatistas en Andalucía, por el duque de Medina Sidonia, y en Aragón, por el duque
de Híjar. No tuvieron repercusión popular, pero aportaron elementos de inquietud en territorios que se consideraban
sólidamente unidos a la Corona. En toda Castilla se produjeron rebeliones locales por la subida de los impuestos y el
desabastecimiento. La Unión de Armas fue un fracaso. Además de la caída de Olivares, sus efectos agravaron la
crisis que ya padecía España.
La política exterior.
El esfuerzo español por mantener su hegemonía en Europa llega al límite a comienzos del siglo XVII, se mantiene a
duras penas durante las décadas siguientes (Guerra de los Treinta Años), y renunciará a dicha hegemonía a mediados de
siglo. El imperio se mantiene y España continuará siendo una potencia, sin desempeñar el liderazgo mundial.