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Cuadernos del Sur

MARZO 2017

LA
S E G U N DA
T RANSI CIÓN

Edward Martin
La segunda transición

Hoy el sol se ha ocultado,


nubes negras sembraban el cielo
de hierbas podridas,
mis pulmones han dejado de inhalar aire
y he sentido que el olvido me hablaba
con frases de bronce.

El aliento de la catástrofe nueva,


que llaman emergente,
me ha rociado con un mal presentimiento,
he sabido entonces
que por mucho tiempo
no habrá más luz,
ni más risas,
ni más conquistas,
porque la esperanza se desangra
en las filas del paro,
en los párpados sumisos,
en las gargantas sometidas
por argollas voluntarias.

Sin risas,
sin ilusiones,
sin un horizonte
hacia dónde dirigir la mirada,
sin el grito colectivo
con el que desgarrar esta sociedad bárbara,
cómo podemos seguir viviendo.

La limosna y la indignidad se enseñorean


en nuestros oídos acostumbrados a no oír;
la violencia de los centuriones
contiene los temblores airados,
el espanto nos sobrecoge
en tanto esperamos
el milagro de los panes y los peces
a través de votos ciegos,
sin criterio propio.

Hoy no he querido levantarme de la cama


porque el sol no estaba presente
y no tenía a dónde ir,
entonces he recordado los deseos
del joven que fui
y he maldecido no tener fuego en las manos
con el que quemar hasta la raíz el presente.

17-1-2016
A los sordos y a los ciegos

En esta húmeda noche que me aturde


las paredes vuelven a ser hojas de papel,
níveos pergaminos
en los que se airean voces lúcidas
que llaman a los oídos sordos
y a los ojos ciegos
y a las caras que se giran hacia otro lado
cuando la injusticia florece
con las sonrisas satisfechas
de los corruptos de siempre,
de los amos conocidos,
de las balas feroces.

Los muros han dejado de ser solo muros


y la libertad no se ejerce a la luz del día,
porque los señores de la guerra
campan a sus anchas,
sin correa ni bozal,
mientras nuestras fuerzas flaquean
y el ánimo se estremece,
como ramas desnudas
mecidas por un viento impetuoso.

Hemos olvidado aquella época de lucha,


e ignorado demasiado tiempo
que el enemigo estaba siempre ahí,
delante de nuestra impasibilidad,
presente como un mal augurio,
aguardando el momento apropiado
para utilizar nuestra apatía
como un arma arrojadiza
que nos devuelve multiplicada
con la soberbia propia del poderoso.
Nuestra debilidad es su fuerza,
por eso algunas personas
volvemos a la protección de la noche,
a la oscuridad iluminada por nuestras ideas,
a los gestos silenciosos,
al disfraz patético,
son tiempos de retroceso
en los que de nuevo
la libertad está herida,
como antaño,
en los muros de nuestro país
y en los de nuestra memoria.

El círculo se cierra,
nuestra pasividad nos traiciona
con deseos de huida.
Pobres incautos,
no hay hacia dónde correr,
no existe más camino
que el de los puños apretados,
el de los principios transformadores
y la determinación inquebrantable
de las gentes que lo queremos todo,
si bien todo está por hacer.

Me aterra esta noche,


muchas espaldas están solas
en tanto la brocha hace su trabajo,
y una bala puede llevar un nombre inscrito,
los verdugos,
envalentonados ante nuestra indefensión,
patrullan seguros de su fuerza.
A pesar de ello no voy a mirar atrás,
atravesaré este muro
y el siguiente
y hermanaremos voluntades
hasta que las palabras de guerra
se conviertan en poemas,
en canciones de utopía,
y acampemos en las calles,
a pesar de su arrogancia y violencia,
a plena luz del día.

22-2-2016
Estómagos voraces

Los espectros de la política


hablan con voces falsas,
aúllan a la luna
que les mira cómica
desde un pedestal de plata,
se gruñen,
se observan con odio,
se insultan,
para luego entrechocar sus manos
cuando nadie les ve.

Sepulcros blanqueados
de mirada opaca
y risa burlona,
vociferantes,
sacrílegos,
estómagos voraces y agradecidos
que sobreactúan,
interpretando un papel sin texto,
sin mensaje,
solo palabras hueras,
inconexas,
muertas.

Se abrazan entre ellos,


se besan
y se balancean satisfechos,
ampulosos,
sobre escaños que hieden,
mientras los espectadores,
somnolientos,
les contemplamos aterrados,
a la espera del siguiente decreto,
ese que nos hundirá más
en el pozo de la servidumbre
y la postración.

Barajean las leyes con desprecio,


como si se repartieran naipes marcados;
todos los participantes conocen la jugada,
ellos son siempre la banca,
nosotros perdemos,
siempre perdemos
porque el problema es dejarles jugar,
el juego es el misterio hipnótico
que nos arrastra
hasta el abismo de la desintegración
y la derrota.

Después de la pelea
y las voces falsas
comenzará otra partida
y nosotros esperaremos junto a la mesa
el balance de las jugadas
para constatar desesperados
que el resultado siempre es el mismo:
en tanto ellos jueguen con sus reglas
y sus cartas marcadas,
irremisiblemente,
volveremos a perder.

3-7-2016
Boñar

Al campamento anarcosindicalista de Boñar

Cuatrocientos kilómetros,
muchos y pocos,
para llegar a un lugar
donde la enseña negra ilumina
un campo de flores y frutos.

Cuerpos, árboles, risas,


se aúnan en un pentagrama
que compone una melodía rica en matices,
que se construye viviendo,
atesorando palabras y conductas
arropadas por La Idea,
por un deseo transformador
que impulsa nuestra conciencia.

Entonces,
aparece el cuadro idílico,
sin autoridad,
sin amos,
sin vencidos,
hecho con esfuerzo y respeto,
y mucho amor,
y abrazos cálidos que te anuncian
que la utopía es ahora,
que los sueños han abandonado
el santuario que los ocultaba
y se han materializado sin cólera,
con un vaho de honradez
y confianza
que roza la temeridad y el asombro.

He llegado a Boñar
y no conozco a nadie
pero no me siento extranjero
ni perdido,
estoy donde quiero estar.

10-8-2016
Mirada fría

Sopla un viento gélido


y la mirada baja al suelo
sin hallar nada
que no sean las huellas de otros
que pasaron antes.
No hay más memoria
ni sentido del paso
que justifique el avance
hacia el horizonte inmediato.

Tal vez haya otros


detrás de este horizonte que me atrae
y otros más allá de ellos dos,
en una cadena de eslabones pálidos
que no dicen nada
sobre la necesidad
de seguir persiguiéndolos.

Un vacío que enmudece


me cuenta una historia sin solución
de afectos encontrados,
de siluetas amables
que se aproximan y se van
como sombras sutiles.
Poder verlas y sentirlas
es un lujo para este transitar sin rumbo,
arrastrado por una voluntad sin definición,
confusa en su propia esencia.
Por suerte el sueño me espera,
su tacto apacigua el dolor,
el daño de existir.

Cuando la luz dibuje


las horas del nuevo día,
enarbolaré mis pupilas
como fauces hambrientas
de caminos renovados,
emergentes y divergentes,
cuyo magnetismo se engrandece
por la necesidad del instante elegido
para ser carne,
para ser latido,
para ser suspiros
y lágrimas,
y recuperar el resuello
y mantener la frente alta
y la mirada firme,
aclamando con presteza
el nuevo eslabón
del horizonte que aguarda.

14-1-2017
Así es

Qué decir de este tiempo


hecho de basura y mentiras,
pobre visión de una historia de ignorantes
envilecidos por el consumo y la incultura.

Qué podría decir de bueno


sin que me atragante el asco;
tal vez que siento
cómo se entrecorta mi respiración
cuando veo que un árbol crece,
que cada nuevo día
me siento más cerca de Thoreau
y más lejos de la vorágine urbana
que me habita como una camisa de fuerza.
Podría decir también
que unos pocos hombres y mujeres
luchan por una idea universal de justicia.

Así es,
todo eso,
y más,
es cierto;
sin embargo,
la náusea asciende hasta la garganta,
me ahoga,
porque no hay suficientes manos
para arreglar el mundo,
porque vivimos en islas
desconectadas entre sí,
viendo cómo pasa la corriente de la vida
sin identificarnos con ella,
ajenos a su hedor
insulso y mecánico.

Las horas se desgranan como una película


vista a doble velocidad,
sin ser capaz de aprehender sus imágenes,
buscando a través de la ventana
una luz incisiva,
en algún punto del presente,
en la que fijar la mirada
que me haga gritar de júbilo: ¡Hacia ti voy!

16-2-2017
Campo de flores e ideas

Quisiera plantar ideas,


una bella intención llena de sentido,
para así inspirar la posibilidad
de que crezca una comunidad que atraiga
una vida multicolor y polivalente
pletórica de canciones.

Semillas e ideas,
un paralelismo tan próximo
que sobrecoge.
Ambas exigen premura,
la ecología del planeta así lo pide.

Cada árbol plantado


es un horizonte de esperanza y regeneración,
cada persona sometida que se libera
es un sumar de brazos
y de bocas,
y de inteligencia,
y de energía
que impulsará un renacimiento,
hasta que la cuantía de lo acumulado
sea suficiente
para destruir el edificio siniestro
que mantenemos irresponsables;
en ese instante sublime
se desmoronará frágil
en medio de un crujir de huidas
y abandonos cobardes.
Todavía no es el tiempo de la cosecha;
ahora,
aquellas personas que siembran,
ejercen un saludable oficio,
en tanto reparte un germen
que gestará el nuevo mundo
cuando nuestros huesos se blanqueen
en el albur de la Historia.

Pisarán nuestras cenizas,


abonaremos la ávida tierra
y empujaremos la unión
entre todo lo que existe
con un aullido de acero
porque sabemos que nos aguarda
el final de toda la tortura
que nuestros amos y dioses
han ejercido sobre nuestras cabezas.

No olvidamos,
no perdonamos,
no ponemos la otra mejilla,
solo aguardamos que llegue nuestra hora.

20-2-2017
Poetas

A Luis García Montero

Nuestros pasos sudan prisa


cuando el poeta espera
en una mesa tan pequeña
que no acoge su cuerpo de fauno.

La tarde está abierta,


con los ojos destemplados
de un sol de febrero,
apretamos los dientes
y abandonamos nuestras calaveras
sobre asientos heridos por el tiempo,
incómodos pero suficientes.

Suspiramos satisfechos,
con apetito de las palabras sabias
del hombre sencillo,
cuya sonrisa abriga las almas quemadas
por tanta necedad.

Su mirada alegre nos redime


de nuestro devenir incierto
colmado de cloacas sucias,
calles desoladas
y astros sin luz.

Él habla atrayente
en tanto soñamos con Granada
y con el Darro
y ponemos alas a la imaginación
para embriagarnos de literatura
y de la vida de ese otro poeta amado,
patrón de poetas,
perdido en una de las cunetas de la Historia.

Cierro los ojos


y el corazón me late descompuesto
ante la imagen firme de la Torre de la Vela,
señora de la Alhambra,
iluminada por las pupilas de fuego de Federico,
que armado con pluma y papel,
escribe un poema universal.

Al despertar
me encuentro con el poeta vivo
que no es Federico,
que se llama Luis,
dulce y amargo,
que con su hambre de sentimientos
me invita a cambiar el mundo
con el embeleso de sus versos.

25-2-2017
Sueños

Sueño con otro tiempo


aunque el mío sea corto,
un tiempo de pólvora y consignas
donde nadie pueda amordazar al viento,
donde los gemidos de los muertos
sean sustituidos por memorias.
Una edad en la que no nos darán miedo
los crepúsculos sangrientos
porque la sangre es vida,
nacemos y morimos
transportados por su hirviente curso.

II

Cuando descanse
en mi última morada
deseo que ésta sea serena,
que las luces perdidas del techo celeste
me hablen lúbricas de amor y goces,
que me digan
que el ácido de la rebelión
ha corroído los barrotes
que nos encarcelaban.

III

Esa noche soñaré también con el sol


aunque sepa que duermo
y que ya no me acariciará más.
Ese sol lamerá los rostros demudados
de las gentes enfurecidas,
cauterizando desmayos de dolor,
amamantando simientes
que poblarán los días
con una era de paz y justicia.

IV

Anhelo muchas cosas


que quizá nunca conoceré,
mas mi corazón galopa
sobre los surcos de la tierra,
escribiendo sobre ella
versos y amaneceres
que tiñen el negro de rojo
y el rojo de negro.

Sueño,
¡cómo no!,
entre flores silvestres
y pupilas llameantes
con miradas conocidas
que se unen
en una fraternidad indisoluble,
con compromisos honestos
que la aurora rubrica
con guiños de fuego y miel.

VI

Te saludo luna de Iberia


ya no me oculto bajo tu manto sombrío,
ocupo osadamente la calle
con esas otras manos
y esas otras voces,
asaltando los palacios
de los antiguos señores,
entre resonancias de dioses muertos
podridos por la herrumbre
de misterios siniestros
que la razón denuncia.

VII

Qué la tierra sea leve a los caídos,


qué no ceda nuestro impulso,
qué nuestras ideas se fortifiquen,
qué la paz destruya todas las banderas,
qué nuestros amor por el presente y el futuro
escriba la historia más bella jamás contada,
qué sea el abrazo cálido
la herramienta que acabe con las guerras;
entonces estaré preparado
para fundirme en el limo con una sonrisa.

9-3-2017
Cuadernos del Sur
Ŷaīyān. Edward Martin. Mayo 2016
Lavapiés en rojo y negro. César Peña (Noviembre 2016)
Hafsa Bint al-Hayy. Maimouna León (Febrero 2017)
La segunda transición. Edward Martin (Marzo 2017)
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