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a la forma
Original
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Libro: VOLVIENDO A LA FORMA ORIGINAL
1º Edición 2016.
ISBN: 978-987-46159-6-1
innovarsolucionesgraficas@gmail.com
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INDICE
Agradecimientos Pág. 4
Prólogo Pág. 5
Introducción Pág. 6
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AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer primeramente a Dios que me da la vida, cada día, y
que me permite disfrutar de todo lo bello que me rodea; la familia, la
Iglesia, el trabajo y los amigos.
También agradecer a mi esposa Soledad, porque sin ella este libro
estaría aun en la computadora sin salir a luz, ya que ella tomo el papel
de obstetra para que nazca. Gracias vida por tu amor, cuidado y
paciencia; sos parte fundamental de mi vida.
A mis hijos Ian y Berenice que son mi alegría y gozo; los que me
ponen a prueba todos los días, pero con amor y paciencia.
A mi padre, “el papi” como le digo yo, aunque para mí también es el
Apóstol Juan Ballistreri; gracias Pa, por tu dedicación y entrega. Este
libro no sería posible sin tu enseñanza y discipulado hacia mi vida
desde mi niñez; te veo en cada palabra de este libro; tu impronta estará
en mí hasta el último día de mi vida.
A mi mami, Alicia, que me enseñó que no hay obstáculos imposibles
de superar, impulsándome más allá de mis límites presentes. Gracias
Ma; te extraño cada día de mi vida.
A mis hermanos que son mis pilares, en los cuales encuentro
descanso, paz e inspiración: Abel, Carolina, Evelyn, Samuel, Lucca,
Marisa, Claudio, Marcos y Nathalí.
A mi abuela Justina, a quien tengo en sumo respeto por lo que porta
de Dios en su vida, su fe incansable y testimonio de amor y compasión
por los demás, siendo en su ancianidad una férrea predicadora del
evangelio.
A los discípulos que tengo a mi lado, que constantemente nos
desafían a tener algo fresco del Espíritu para ser alimentados; son un
desafío para mí y les amo por eso, por su apoyo y cariño permanente a
través del tiempo.
A las familias Tejeda, Carracedo y Panighel, por su amor y apoyo
incondicional hacia nuestras vidas; son un bálsamo para nuestra casa.
A Cecilia Tejeda, cuya colaboración fue fundamental en la edición
del libro, al igual que Luciano y Gisela Mengelle, quienes me han
apoyado en gran manera tanto en lo narrativo y correcciones, como
instándome permanentemente a que este libro sea una realidad.
A todos Muchas Gracias.
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PRÓLOGO
Una de las cosas más maravillosa en la vida es tener hijos, y si esos
hijos pueden leer sus días y vivirlos con intensidad e inteligencia, se
cierra un círculo de gozo único.
Cuando se lee el libro de un hijo como Iván, se suma a todo lo
anterior un sentir profundo de que sí se puede llegar a lo que creemos
como personas creyentes en que Dios ha diseñado todas las cosas y está
en absoluto control de todo.
Plantear Una Reforma desde frases armadas es fácil, pero hacerlo
como el Dr. Iván Ballistreri es algo único y lo será para cada lector.
El autor ha invertido de todo lo que alguien puede poner al servicio
de una generación que sabe que no estamos condenados a lo
"deformado", sino que la "reforma" de todas las cosas es posible si
tenemos la información precisa, el diagnóstico preciso y las
herramientas precisas.
Quisiera pedirles a todos los lectores que lean el libro en su totalidad,
ya que los temas se unen a través de un hilo conductor de verdades
eternas sostenidas en la Biblia, la ciencia y la vida profesional del
Pastor que ha tratado con el corazón de mucha gente y desde su
juventud.
Este libro debió haber sido escrito hace 50 años para evitarnos tantas
vueltas en un mismo lugar y acelerar procesos de transformación.
Recibe mi recomendación del libro, pero si puedes, trata de conocer a
quien usó Dios para inspirar cada porción de este trabajo.
Juan Ballistreri
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INTRODUCCIÓN
He escrito este libro pensando fundamentalmente en los lectores,
pensando en poder destrabar conceptos que hemos tenido por años
como baluartes intocables y tratado de inquirir en Dios, buscando qué
luz podía haber que nos diera mayor eficacia y efectividad en nuestras
vidas.
No pretendo con este libro dar por acabado los temas. Creo que hay
mucho más por ver y dilucidar; por eso es que, si algún tema le
despierta curiosidad, le insto a que lo siga estudiando para que podamos
acercarnos cada vez más a la idea completa de lo que es Cristo y su
manifestación en la tierra.
Es importante para mí que podamos disfrutar y destrabar cada tema
de manera generacional, porque de nada sirve que lo vivamos
individualmente si no podemos manifestarlo como una masa crítica de
personas que logran cambios históricos en el tiempo que nos toca vivir.
Por eso es que más allá del beneplácito que me genera poder escribir un
libro, lo que más me apasiona es que lo podamos disfrutar como
generación, y que no existan trabas u obstáculos en la lectura y
comprensión de los temas.
Y por último, si me permite un consejo, no lea este libro tratando de
encontrar algún error, o si coincide o no con su manera de pensar,
porque de seguro podrá encontrar errores o cosas que no encajen en su
forma de concebir ciertos temas. No es mi intención ser antagónico a
nadie; sólo quisiera que lea este libro tratando de entender el espíritu
que portan las palabras y pensando todo el tiempo lo que yo estoy
pensando al escribirlas: que sea de edificación, construcción y de
alimento para nuestro espíritu. De esta manera podrá sacarle más el
jugo, ya que no estará a la defensiva, sino abierto a que Dios pueda
abrirle un camino por donde transitar.
Iván Ballistreri
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CAPÍTULO 1
VOLVER A LA FORMA ORIGINAL
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sino que vengo a cumplirla; vengo a traer cumplimiento de todas las
cosas”.
Aquí Jesús les puso un “alto” a todas esas personas que esperaban
que los librara de la presión de la ley, de la presión religiosa.
Obviamente Jesús aún no había muerto, por lo tanto, la gente no podía
dimensionar los altos grados de gracia que iban a llegar por medio de
Cristo, y con el Espíritu Santo.
Jesús necesitaba poner un estándar. Por eso dice que Él no vino a
abolir la ley.
Lo que hizo Jesús no fue traer una idea nueva de lo que era la ley,
sino que comenzó a decirles: “Ustedes fueron enseñados con algunas
cosas escritas en la ley, pero las han interpretado equivocadamente”.
Mateo 5:20-48.
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Es interesante que Jesús dijera: “Yo no vengo a abrogar la ley”, y sin
embargo presenta estas “seudo contradicciones”. Lo que ocurre es que
Jesús no vino a anular lo que estaba escrito, sino que vino a mostrarles
lo que a nivel legal en abogacía se llama el “Espíritu de una Ley”.
“Las leyes poseen una letra (lo que está escrito), y un espíritu, que es
lo que motivó al legislador a dictarla. Y muchas veces esa intención no
está muy clara en lo que se ha dejado plasmado, pudiendo la
interpretación que se haga a posteriori por los jueces, diferir de lo
querido por el legislador.
Conocer la verdadera intención del legislador no es tarea fácil, y hay
que demostrarla, pues de lo contrario se caería en los subjetivismos que
más que desentrañar lo que quiso el que la sancionó, posibilitaría a los
jueces tener aún más discrecionalidad en sus sentencias pudiendo
atribuir a la intención del juez la suya propia.
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que acompaña a los textos legales puede ser muy clarificadora al
respecto.”
Jesús vino a hacer notas en esto: “Oísteis que os fue dicho, pero yo os
digo”, a fin de mostrarnos el sentido o la motivación del redactor; en
este caso Dios Padre, quien le dio la ley a Moisés. Jesús no vino a negar
lo dicho por su Padre, sino a mostrar el sentido correcto que tenía el
Espíritu del Padre al sentenciar la ley.
Por eso es que podemos leer “oísteis que fue dicho a los antiguos”.
Estos antiguos eran las personas que interpretaron en un primer
momento la ley, y de allí se fue transmitiendo de una forma
equivocada, lo cual fue haciendo que se perdiera el verdadero sentido
de la ley, y por eso Jesús tuvo que plantearnos esto.
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cuando nos referimos a las “harinas” lo escribimos con H, pero cuando
nos referimos a algún producto que las contengan, lo llamamos
“Farináceo”. Y así muchas otras.
Es por eso que esta reforma que hace Jesús es con un re-hormado. Él
empezó a probar y se encontró con que todo estaba deformado, y les
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mostró que había una deformación de lo que Dios había puesto en la
ley: se había perdido el espíritu original con el que Dios había formado
la ley.
Jesús vino a poner la horma original a lo que habían aprendido de la
ley, para darle la forma adecuada.
Quizás piense que hay que reformar todo, pero déjeme decirle que
quizás no sea todo. Dios quiere ponerle la horma y ver si ha conservado
la forma que Él le dio.
1. No Matarás:
“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que
matare será culpable de juicio.
Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será
culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será
culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará
expuesto al infierno de fuego”. Mateo 5:21-22
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Los antiguos creían que hasta que la persona no estuviera muerta
físicamente, no había muerte. Sin embargo, Jesús presenta en este re-
hormado que, si se enojaban con su hermano, ya contaba cómo muerte.
Jesús va de lo externo a lo interno del corazón. Si se enojó, ya cometió
homicidio. Si lo insultó, ya hay muerte.
En esta ocasión, Jesús les dijo: “Ustedes se creían que, por no haber
asesinado a nadie, podían traer sus ofrendas tranquilamente; sin
embargo, no me interesa la ofrenda si tienen olor a muerte. Si tienes
enojo con algún hermano, deja tu ofrenda y anda a resolver tu
situación de enojo (homicidio) y luego ven y pon tu ofrenda”.
2. No Adulterarás:
“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que
cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella
en su corazón.
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de
ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu
cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de
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caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus
miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.”
Mateo 5:27-30
3. Divorcio:
“También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de
divorcio.
Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de
fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada,
comete adulterio.” Mateo 5:31-32
Jesús les dijo: “Moisés les dio a ustedes la posibilidad del divorcio,
pero en el principio no fue así”. Se lo permitió por causa de la dureza
del corazón.
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paz en su situación de divorcio, paz; pero para Jesús era un asunto
importante que el pueblo haya aprendido mal la idea del matrimonio.
Jesús les muestra que el sentido del ojo por ojo, no era venganza, sino
que el pensamiento de Dios era que sus hijos actuaran diferente a su
prójimo; porque si toma el ojo de su adversario porque él tomó el suyo
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primero, está tomando en sus manos la posibilidad de la justicia. Pero
cuando le pone la otra mejilla a su adversario, lo que está haciendo es
poniendo a Cristo en el medio.
Cuando alguien le hace algo y usted pone la otra mejilla, a quien le
están pegando es a Cristo. El Espíritu de la ley no era que tome el ojo
de su hermano, sino que ponga su otra mejilla. De alguna manera, la
finalidad de esta ley era limitar la venganza a una retribución “justa” y
evitar los excesos; acá Jesús está introduciendo un elemento extra que
es la gracia, lo cual se expresa de forma más explícita en la segunda
milla.
Cuando les dice: “Si alguien te pide que lleves la carga una milla,
llévala dos”, debemos entender que en aquel tiempo no era lindo llevar
una milla la carga de otro. Si un soldado romano venía y les decía que
llevaran la carga una milla, debían dejar lo que estuvieran haciendo,
aún si estaban con su hijo pequeño o haciendo su trabajo.
Debían dejarlo todo, y hacerle caso, porque era palabra mayor;
literalmente la persona tenía que dejar de lado su vida, y obedecer.
Imagínese cómo caminaba esa milla esa persona, enojada,
protestando…; en cambio Jesús les dice:
“Si llevas esa milla como lo hace el resto, ¿qué diferencia hay con
quienes no me siguen? Si eres mi seguidor tienes que llevarla dos
millas, porque si la llevas una milla le estas obedeciendo al soldado;
pero si la llevas dos, me estas obedeciendo a mí”.
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todo lo que hacemos, hagamos la otra milla; eso nos diferencia del
resto.
Ese era el sentido de la ley. Jesús les dijo: “Si alguien quiere ponerte
a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa”. Dirá tal vez:
“¡Eeehhh, pero ya me quiere quitar la túnica!”. Sí, y dele también la
capa, porque ¿sabe quién pagará la capa? Si le quitan la túnica, se la
robaron. Pero si da la capa, es Dios quién pagará la túnica y la capa,
porque estará obedeciendo a Cristo.
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tiempo; que había algo que había sido mal enseñado, y había perdido su
forma y sentido originales.
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En nuestro medio se ve mucho esto de “hago lo que me piden, y ya”.
Falta esa creatividad “del más”. Eso es lo que diferencia a una
generación de otra. Eso es lo que hará la diferencia entre nuestros
padres y nosotros, y la seguirá haciendo si se lo enseñamos a nuestros
hijos. Porque si un hijo vio que su padre hizo más que su abuelo,
también desarrollará la motivación de hacer un poco más; de ir un poco
más allá.
Si alguien le pide algo, y eso le genera mucho esfuerzo, disfrútelo;
está haciendo algo “de más”. Empecemos a no mirar tanto los costos de
las cosas. Cuando mira los costos, está viendo cuánto es suficiente para
cumplir. Pero si en cambio no mira el costo solamente, sino que
además, busca que otros sean beneficiados en sobreabundancia,
entonces será un siervo del Dios altísimo; no por merecimiento, sino
por obediencia y gracia.
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Si no puedo hacer algo de más de lo que me están pidiendo, ¿cómo
haré lo que Dios me pide y me cuesta?
¿Cómo le va a dar a Dios algo que no le cuesta? Si algo le duele,
hágalo porque es la milla de más. Este principio había sido bien
entendido por David.
Es muy fácil darle algo a alguien que usted sabe que en algún
momento le retribuirá; pero dele a alguien que no se lo espere; alguien
que no tenga en sus planes devolverle el favor.
Cuide de alguien sin que cuente en su mérito humano. De esa forma
podremos cumplir esta ley de amar a nuestro prójimo con la horma
correcta.
Amar sufriendo, no irritándose. Nos gusta que otros nos amen así,
pero cuando se trata de “mi amor hacia los demás”, ahí está el
problema. Siempre vemos cómo nos dan amor, pero debemos fijarnos
cómo lo damos nosotros; cómo amamos. Es muy lindo que nos amen,
pero más lindo es amar.
No hay tal cosa como que el amor estuvo y se fue; el verdadero amor
nunca deja de ser.
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CAPÍTULO 2
EL UMBRAL DE LA OBEDIENCIA
Este pasaje siempre ha sido una incógnita para mí. La pregunta que
siempre surge respecto de este relato es: ¿Por qué Dios le hizo dar
vueltas al pueblo de Israel alrededor del muro? ¿Acaso no tenía Dios
poder para derribarlo sin que dieran vueltas? La respuesta definitiva es:
Sí.
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Para responder a esta segunda pregunta quiero presentarle algunos
principios tomados de parábolas de la fisiología humana que nos
permiten entender muchas cosas y leyes divinas.
Nuestro corazón es un órgano que tiene varias características propias
de su función. Por ejemplo, es un órgano que funciona sin que el
cerebro le esté diciendo que lo haga; aunque si lo necesitara, podría
acelerarlo o enlentecerlo.
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Vamos a observar que es en la fase 4 donde comienza un nuevo ciclo
cardíaco. Desde allí, comienzan a funcionar todos los mecanismos para
producir un nuevo latido del corazón. ¿Cómo se desencadena? Empieza
un impulso eléctrico dentro de una célula, un estímulo. Llega un
momento en que toca la segunda línea, que se llama Potencial Umbral
(PU). Luego de alcanzado ese Potencial Umbral se desarrolla todo el
impulso eléctrico y eso conlleva a todo lo que viene posteriormente.
Lo interesante es que desde que se forma el impulso, cuando supera
ese punto umbral, la línea sube prácticamente recta; es decir que lo que
le costó subir hasta ese punto, una vez que lo cruza sube 4 o 5 veces
más rápido.
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En este segundo gráfico tenemos dos estímulos fallidos, y un tercero
positivo que logra su efecto: desencadenar el Potencial de Acción (PA).
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¿Qué nos aclara este pasaje? Que cuando Dios nos envía, nos pone
metas, objetivos. Cuando nos dice: “Haz esto”, nos está poniendo el
Punto Umbral. Nos está diciendo: “Yo necesito que superes este
punto”.
¿Qué hizo Jesús cuando vino a la tierra? Murió por nosotros, cumplió
la ley, y cuando lo hizo, activó la GRACIA. ¿Qué hizo la gracia sobre
nosotros? Bajó ese umbral a través de Jesucristo e hizo que todos los
hombres pudiéramos alcanzar el umbral; que todos pudiéramos llegar al
umbral de obediencia para la salvación.
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Por eso puso un árbol de la vida y otro de la ciencia del bien y del
mal; era una cuestión de umbral de obediencia para que Dios pudiera
desatar lo que vendría. Lo único que Dios quería era que superáramos
el umbral para desencadenar el potencial. Para manifestar todo lo
extraordinario que Él tiene para la tierra necesita de hombres y mujeres
que superen el umbral de obediencia. No lo puso en cero, porque se
estaría negando a sí mismo. Dios nos dio un papel en la tierra y es
obedecer.
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nuestra tierra tiene un umbral de obediencia para que se desencadene
algo, no nos vamos a tomar tan livianamente la vida.
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No tenemos que razonarlo todo;
Sólo tenemos que obedecer y actuar.
De no ser así, pasará como muchas de las cosas lindas que quedan en
ideologías, oyendo mensajes extraordinarios que nunca se manifiestan
en nuestra vida.
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Tenemos que sacarnos de la mente eso de la oración instantánea. En
su lugar, tenemos que desarrollar esta idea del umbral desencadenante;
de provocar las cosas.
Pero, ¿hasta cuándo voy a tener que hacer esto? Hasta que se supere
el punto umbral. ¿Quién lo determina a eso? ¿Yo? No; lo determinó
Dios en la eternidad.
Todo a lo que nos enfrentemos tiene un punto umbral; si flaqueamos
antes de terminar, no se producirá nada en el mundo espiritual. Es decir
que, si estamos a la puerta de algo extraordinario y cambiamos el
discurso, o flaquea nuestra fe, será pura y absolutamente nuestra
responsabilidad.
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Dios espera que cada día rompamos
con el umbral que no rompimos ayer.
Esto sucede no por fuerza humana, sino por ley divina. Era necesario
rodear el muro 13 veces; era necesario que aquella mujer tocara el
manto; era necesario por lo que se venía, por lo que Dios ya había
hablado y determinado hacer.
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sí puedo ver que Dios hará algo en nuestra tierra, con una Iglesia que
quiere superar el umbral; que no se va a rendir en el proceso.
Hay cosas que se rompen en un arranque de fe. Dios es soberano y Él
puede hacerlo. Pero hay umbrales que se rompen en el diario vivir, en
el proceso, en la constancia, haciendo, gestionando. Cuando se anime a
salir a caminar, aunque le duela la espalda porque no está solamente en
la fe, sino en el hecho, en el acto, en el umbral. Determínese a superar
los umbrales que Dios haya planteado en su vida; determínese a no
cuestionar; primero examine, tómese el tiempo para conversarlo con
Dios. Nadie le está pidiendo más de lo que puede dar. Puede dar todas
las excusas válidas; sólo asegúrese de que el día que sí pueda, no se
haya desviado; porque será su responsabilidad.
Cuando Dios entregó los talentos, entregó 10, entregó 5, entregó 2 y
entregó 1. Al que le entregó 1 no le dijo: “¿Por qué no produjiste dos?”.
Le dijo: “Por lo menos lo hubieras puesto en el banco”. Eso quiere
decir que ni siquiera tuvo la intención de reproducirlo; no tenía ganas
de producir lo que tenía en sus manos. Dios no le reclama los
resultados; Él le reclama su corazón, su actitud, que le lleva a la acción
correcta.
Sea sensible a la voz del Espíritu Santo en este tiempo para caminar
en el sentido que Dios lo necesita, obedeciendo, para que Él pueda
desatar su poder a cada paso que usted de.
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CAPÍTULO 3
LIBRES Y LIBERADOS
La palabra Libertad, es una palabra que nos gusta mucho por lo que
supuestamente implica. Nos gusta levantar su bandera diciendo:
“Somos libres, podemos votar, podemos hacer lo que queramos”. Es
una palabra que está en nuestro vocabulario prácticamente de forma
diaria.
Sin embargo, debemos entender que la Libertad es un concepto que
se maneja a nivel legal, de papeles, mientras que la palabra Liberado,
se refiere a pasar de una parte legal a la etapa de acción, de
efectividad de esa libertad en nuestra realidad.
Para explicar estos dos conceptos, necesito aclarar primeramente que
la libertad es algo que nosotros tenemos por derecho; pero no siempre
la libertad se manifiesta en nuestra realidad. Es allí donde encontramos
la gran brecha entre ser libres y ser liberados. La brecha entre un acto
legal y la manifestación de una libertad que podamos mostrar como
cartas abiertas de nuestra vida. Allí es donde está planteado el asunto:
entender de qué forma podemos manifestar la legalidad de la libertad
siendo liberados en las cosas que vivimos día a día.
No hay peor cosa que creer que el dinero que uno tiene en el bolsillo
vale mucho, y cuando va al mercado, ese dinero no alcanza para nada.
Esa es la diferencia entre tener un concepto sobrevaluado, y una
realidad devaluada.
En nosotros tenemos sobrevaluada la palabra libertad, porque
creemos que nada nos detiene; que no hay nada que nos acuse; que
vamos a vencer todo lo que se nos presente. Pero el día lunes, cuando
tenemos que pagar con la moneda libertad, resulta que no alcanza: está
devaluada.
“En realidad, lo que pasa es que…”; y ahí empiezan las excusas; lo
que realmente vale esa libertad en el mercado.
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Me llama la atención en este pasaje la diferencia que se hace entre
Libre y Verdaderamente Libre. Evidentemente hay una diferencia entre
ser Libre, y ser Liberado.
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Cuando Adán pecó, tuvo la sentencia de Dios: “Trabajarás para
sobrevivir”. Lo ató a su trabajo, lo ató a la tierra, lo ató a su esfuerzo, lo
ató a lo que antes no estaba atado.
Los sistemas de esclavitud han ido cambiando, han ido tomando
formas diferentes, más sutiles; pero con el mismo efecto; la misma
trascendencia.
Hoy sería ofensivo decirle a alguien: “Usted es esclavo de…”, porque
todos tenemos esos conceptos de libertad a flor de piel. Sin embargo,
esos estándares de libertad no son claros; no son manifiestos.
Es por eso que necesitamos entender de manera reformada qué es
para Dios, en su cosmovisión, la libertad para el hombre. Qué estaba
pensando Dios cuando envió a su Hijo a la tierra para ver a una
humanidad libre.
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también libre de decidir salvar a sus hijos, aunque moralmente no
cumpla con esta tarea”.
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Entran en contraste dos conceptos diferentes de libertad, porque ellos
tenían un concepto de libertad equivocado. Es necesario que hoy
entendamos que nuestros conceptos de libertad nos pueden estar
esclavizando.
Usted es ese barco, y las amarras en este caso no lo atan; usted las
tienes agarradas, y debe soltarlas.
Muchas veces hemos anclado nuestra libertad en esperar que Dios
haga un milagro de “desatarnos” del sistema, cuando lo que tenemos
que entender es que somos nosotros los que debemos soltarnos de
aquello a lo que estamos agarrados.
Cristo lo ha hecho libre, pero todavía sigue agarrado, anclado a la
costa. Allí es donde tenemos que soltar las amarras de este barco para
que podamos manifestar aquello para lo que hemos sido creados.
Usted fue creado para la libertad, fue creado para ser libre. Pero no se
trata de hacer lo que quiera, sino que la verdadera libertad tiene que ver
con Cristo.
Si Cristo no está involucrado en esa libertad en su vida, entonces
siempre algo lo atará. No se trata de que ahora vaya a hacer lo que se
nos dé la gana, sino que la verdadera libertad tiene que ver con hacer lo
correcto, con hacer aquello para lo que fuimos creados.
Una licuadora es libre, cuando licua. ¿Quiere hacer sufrir a una
licuadora? Úsela para clavar un clavo. Pero una licuadora “se siente” en
su mejor momento cuando está licuando. Va a ser liberado en cada área
de su vida cuando esté haciendo y siendo aquello para lo que Dios lo
creó. Ahí está el soltar las amarras.
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El mundo ha creído que puede vivir una libertad fuera de Dios. “Soy
libre para elegir una religión, soy libre para elegir mi trabajo, soy libre
para hacer lo que quiera…”
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Eleúdso (libres): Sin freno, no esclavo; en términos generales,
exento de una obligación.
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que habían creído en él”. No hablaba a los que no creían, sino a los que
creían en él.
Sin embargo, ellos tenían este concepto: “Nosotros somos del linaje
de Abraham…”. En nuestros días sería: “Nosotros somos cristianos
evangélicos…”. Hay conceptos religiosos que hemos adoptado, que
hemos considerado como banderas de libertad, pero que en realidad nos
han atado. Aquí los judíos se habían agarrado de la ley para sostener
ese concepto. Sin embargo, habían aplicado mal la ley sobre sus vidas;
por lo tanto, eran esclavos de sus propios conceptos errados. Debemos
despojarnos de toda norma, idea, concepto o palabra que hemos
aceptado y tomado como verdadera libertad, y empezar a buscar en
nuestro espíritu cuál es la libertad de Cristo.
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Ata su vida, no le va a permitir vivir la libertad de Cristo. Cualquier
cosa física que nos sujete, que nos obligue a hacerlo, porque si no lo
hacemos nos sentimos mal, son grilletes que nosotros mismos nos
hemos puesto. Todo aquello que consume nuestro tiempo: Facebook,
computadora, juegos, etc., y en lo que no encontramos productividad y
avance, nos está esclavizando.
Porque quiero decirle algo: su tiempo es el recurso más caro que
existe en la tierra. Es el recurso no renovable más caro del mundo; una
vez que lo utiliza, no lo recupera más. Si hoy compra oro y mañana lo
vende, obtiene un rédito de eso. Pero si pierde tiempo, es algo que no lo
puede volver a utilizar.
Por lo tanto, el no aprovechar el tiempo va a hacer que su vida quede
aprisionada, porque el tiempo que le quede para hacer lo que debe hacer
se irá acabando y ahí es donde entrará la ansiedad, la preocupación de
cómo lo hará en el tiempo que le queda, y de alguna manera u otra, eso
atará su vida.
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5. Procuremos La Productividad Divina Y No La Humana
Jesús se encontró con un discípulo y le dijo: “Da todo lo que tienes”;
pero este discípulo estaba sujeto: su identidad, su vida estaba atada. Le
respondió: “Yo fui libre de la ley porque ya la he cumplido”, pero no
estaba liberado.
Quiero decirle algo: usted no será libre de este sistema hasta que no
esté listo y preparado para dar todo lo que tiene. Y no es cuando usted
quiera hacerlo, sino cuando Dios lo pida, porque la única forma que
tiene para mostrarle a Dios que es libre es estando dispuesto a dar todo
lo que tiene.
¿Cuándo manifiesta generosidad? Cuando no está manejada por el
presupuesto, sino que hay un desafío en su vida. Cuando rompe los
límites de la seguridad de este sistema. Es cuando le dice al sistema:
“Yo no estoy atado a ti”, porque allí le está mostrando que está
liberado. No solamente que es libre, sino que también esta liberado.
Está liberado cuando el sistema no determina su ofrenda y
generosidad. Frente al hipotético caso que Dios me pida todo, ¿qué
haría? No hay persona tan libre como aquella que no tiene nada que
perder.
Claro, ese discípulo no había leído el libro de Job. Había cumplido la
ley, pero no se acordó de Job, de Abraham; no se acordó de que los que
dependen de Dios, deben estar dispuestos a darlo todo. Si un Pastor le
pide todo, su vida dependerá del Pastor; pero si Dios se lo pide todo,
está bajo un pacto que es de libertad absoluta.
Alguna vez tenemos que desafiar al sistema; alguna vez tenemos que
manifestar una libertad liberada; y eso hará que expresemos la libertad
absoluta de Cristo en nuestra vida, rompiendo los conceptos humanos y
terrenales que tenemos de libertad.
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Lo humano le dará; pero siempre a cambio de algo, y ese algo es un
aspecto de su libertad. Pero Dios, le pide voluntariamente y usted
responde de acuerdo a la verdadera libertad que hay en su vida.
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Resulta que su libertad estaba atada a lo que le dijo esa persona;
estaba determinada por alguien. Y el Espíritu Santo que nos redarguye
le diría: “Esa persona está privando tu libertad; es incorrecta la
alianza que has hecho”.
Cuando usted hace alianza con alguien debe ser por cuestiones de
propósito; de destino divino.
Por cuestión de propósito tiene que buscar personas que lo impulsen,
lo hagan avanzar, lo exhorten, lo confronten. Pero si es un peso muerto
a su lado, tiene que saber hacer la diferencia; y necesitará de la gracia
de Dios para hacerlo.
Usted viene y escucha una palabra, y eso es legal para su vida. Pero
debe ir a su entorno y hacer el trámite de soltar, de romper, de cortar
toda amarra, y allí es donde se manifiesta la verdadera libertad que es
Cristo.
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“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió
Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a
vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los
cautivos, y a los presos apertura de la cárcel.” Isaías 61:1
Jesús vino a publicar libertad, pero no dice sólo eso. También vino a
dar apertura de la cárcel. No vino a dar libertad en un papel, sino que
vino a manifestarla, para que fuéramos liberados de toda cárcel.
Vino a publicar la libertad legal; esa que dice que ya somos libres.
Esa libertad que tuvieron los primeros hombres de color a los que
alguien les dijo que podían pensar en ser libres, pero que hasta que no
se levantaron y pusieron en marcha todos sus derechos, no fueron
liberados. Pero Cristo vino a que los prisioneros tengan apertura de
cárceles.
¿Por qué tiene que decir algo dos veces, si supuestamente ya lo había
dicho? “Vine a publicar libertad a los cautivos”, pero también “apertura
de cárcel a los prisioneros”.
Que cuando alguien le pregunte: “¿Por qué hiciste tal cosa?”, pueda
responder que lo hizo porque es libre y está liberado.
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CAPÍTULO 4
LA IMPORTANCIA DE
LAS APARIENCIAS
Con la creencia de que las apariencias son negativas, nos hemos ido
al otro extremo, y nos hemos escudado detrás de fases como estas: “Las
apariencias no importan; mientras yo por dentro esté bien, lo demás no
importa” o “Mientras yo esté sano por dentro, ¿qué importa lo que
vean los demás?”.
El problema es que le hemos tenido tanto miedo a las apariencias,
que nos hemos olvidado de que a lo que fuimos llamados es a
manifestar el Reino de Dios. Nos hemos cuidado tanto de no aparentar
algo; de que la apariencia no sea ostentosa, que nos hemos olvidado de
manifestar a Dios en nuestra vida.
52
Sin embargo, Dios no nos ha llamado a ningún tipo de apariencia
falsa; lo que Él quiere de nosotros es una apariencia verdadera.
“No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.”
Juan 7:24
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Veamos ahora el consejo que Pablo le da a Timoteo:
“Que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a
éstos evita.” 2ª Timoteo 3:5
“Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos
tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía
Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo
hablado con Dios. Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a
Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente.”
Éxodo 34:29-30
Dios está dispuesto a hacer todo lo extraordinario que haya que hacer
en su interior, pero usted tiene que convertirse a Dios y no dejar que el
mundo que le rodea le permee de sus hábitos. Su poder efectivo es que
ellos se conviertan a usted y no al revés; y por ellos me refiero a todos
los ámbitos en los que se desenvuelve, incluso la congregación.
“Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los
que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como
sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que
están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de
Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me
he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he
hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago
por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. ¿No sabéis
que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno
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solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo
aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir
una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo
de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no
como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo
venga a ser eliminado.” 1ª Corintios 9:20-27
57
Debe mantenerse recordando la razón para la cual está en la tierra,
porque puede suceder que, por querer encajar en los paradigmas
humanos, un día se encuentre haciendo algo para lo que Dios nunca lo
llamó.
“
Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con
astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación
de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de
Dios.” 2ª Corintios 4:2
No debe andar en la vida como una persona más que camina sobre la
tierra. Recuerde que sirve a Dios con su apariencia; no por causa de
usted, sino por causa del que le ve. Usted no necesita estar bien vestido
para servir a Dios; pero el otro sí necesita que esté bien vestido para ver
a Dios a través de usted. De otro modo, le juzgaría como un
desalineado al que no le importa mucho lo que él piense, y así su
manera de vestirse habrá sido un obstáculo para que esa persona abra su
corazón a lo que tenía para darle de Dios.
Cuando una persona se resiste a hacer cambios externos, es porque
hay falta de sometimiento de su alma a lo que Dios está haciendo en su
interior. Tiene que haber una diferencia de progresión entre quién era y
mostró ayer, a quién es y muestra hoy, porque la intervención de Dios
en su interior es diaria y constante; todos los días; todo el tiempo.
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sí, en el sentido de que tiene que definir si se sirve a usted mismo o si
está dispuesto a servir a Dios. Si sirve a Dios, tiene que decir: “Señor,
¿cuál es el packaging que Tú quieres de mí? ¿Cuál es la apariencia
que mejor te muestra? ¿Qué quieres que muestre? ¿Cómo quieres que
lo muestre?”
Puede que usted diga: “Lo que pasa es que a mí me cuesta ser
amable” o “Me cuesta dejar tal hábito”. Bueno, en ese caso someta su
cuerpo a servidumbre por causa del producto que debe mostrar a
quienes le rodean.
Usted no debe mostrar algo que no es; sólo lleve su vida a sujeción de
lo que Dios está transformando interiormente, para que, por Su gracia,
pueda mostrar algo diferente a su alrededor.
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CAPÍTULO 5
DE PRESA A CAZADOR
¡Cuánta realidad hay en esa frase! Pero, ¿en qué rol nos encontramos
en nuestra vida? ¿En el rol de huir o en el rol de perseguir?
No fuimos creados para ser presas; pero a veces nos comportamos
como tales. Por esto, me gustaría que comencemos a ver cómo
podemos hacer los cambios que nos llevarán a tomar los desafíos, y no
simplemente esperar que las oportunidades nos lleguen como si fuera la
responsabilidad de otros que nos vaya bien o prosperemos y avancemos
en nuestras vidas.
Veamos al pueblo de Israel y qué visión tenían de sí mismos:
“Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró
aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los
hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la
tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos
trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y
nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a
Egipto?” Números 14:1-3
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El pueblo de Israel, después de estar esclavo por 400 años, perdió su
perspectiva de cazador, y comenzaron a verse vulnerables frente a los
peligros que los asechaban. Su forma de actuar fue la queja y la
constante opción de volverse para atrás, comportamiento típico de
alguien que piensa que no puede defenderse y que nunca logrará
aquello que se propuso o le dijeron que no puede alcanzar.
1) Posición
La presa siempre está delante del cazador, y el cazador siempre está
detrás de la presa. Por lo tanto, a causa de su perspectiva, el cazador ve
lo que quiere alcanzar; pero la presa se siente constantemente
perseguida y agredida. Los dos comparten un mismo escenario, pero
tienen diferentes visiones del mismo. Y por lo tanto toman decisiones
totalmente distintas.
Tanto en el caso de la presa como en el del cazador, hacen el mismo
esfuerzo físico y muscular para correr, pero la diferencia radica en el
premio que aspiran: la presa se conforma con sobrevivir; en cambio, el
cazador conquista aquello por lo que está trabajando y lo llevará a tener
satisfacción de victoria, de premio.
Pongámonos en la posición de uno y otro. La perspectiva que tiene la
presa de su cazador es su rostro, mientras que el cazador ve la parte
trasera de la presa. Esto tiene una connotación muy significativa,
porque el rostro habla de identidad, de seguridad, de confrontación; en
cambio la cola habla de debilidad, de flaqueza, y vergüenza. Por lo
tanto, el cazador está viendo la debilidad de la presa. Si lo planteamos
como desafío, en el caso de alguien con mentalidad de cazador, verá
que es posible llegar a lograrlo, porque está viendo que es más fuerte y
que tiene lo necesario para alcanzar sus metas. En cambio, en el caso de
alguien con mentalidad de presa, estará viendo el rostro duro y feroz de
sus desafíos; le parecerá difícil, y dirá que nunca tendrá lo necesario
para lograrlo.
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Cuando alguien huye de algo, corre. Y cuando alguien persigue algo,
también corre. El gasto de energía y el recorrido que hacen es el mismo,
pero una cosa es correr huyendo, y otra es correr para alcanzar algo.
2) Dirección
Cuando usted corre alejándose de una situación, circunstancia,
problema, enfermedad, etc., porque está saturado en la vida y está
huyendo de eso, la dirección que toma es errática; sólo busca que no lo
alcancen. Va buscando el momento oportuno, viviendo el día a día. El
que está huyendo permanentemente piensa: “Uff, hoy pase un día más”.
Así es como mira la vida. Hoy sabe dónde está, pero no dónde va a
estar dentro de un rato.
En cambio, el que persigue sabe a dónde quiere llegar. Ha
identificado lo que quiere hacer; ha identificado lo que quiere tomar. Su
frase favorita es: “Lo mejor está delante de mí”. Pero si “lo mejor está
detrás de mí”, como piensa la presa cuando escapa del cazador, o como
pensaba el pueblo de Israel acerca de Egipto, entonces es imposible
conquistar el gran premio que tengo por delante: la tierra prometida.
Cuando lo mejor está detrás, como el pueblo de Israel pensaba, nos
preguntamos: “¿Por qué no nos volvemos?”.
Para una presa, su cazador es mejor que ella; por lo tanto, huye.
“Seguro tiene más fuerza que yo y puede vencerme” piensa; por lo
tanto, lo más efectivo es huir. Pero cuando usted entiende que no fue
creado para huir de los problemas o desafíos, sino que está para
vencerlos, entonces sus decisiones cambian por completo. ¡El que
quiere alcanzar algo, sigue; y tiene una dirección clara!
Recién decíamos que una presa sabe dónde comienza su día, pero
nunca sabe cómo terminará, porque los problemas de la vida la llevan
de aquí para allá. Al final del día hizo muchas cosas, se siente cansada,
pero se da cuenta de que no ha logrado nada. Solamente invirtió sus
fuerzas en sobrevivir; en huir de las cosas sin poder enfrentarlas, sin
poder crecer y avanzar. En cambio, el cazador, comienza donde dejó
ayer, pero termina el día más cerca de lo que se ha propuesto alcanzar,
puede que un día su presa se escape, pero no será por mucho tiempo, el
ahínco de un cazador nunca le permite rendirse.
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Cuando tiene profesión de cazador, sus pasos son
siempre hacia donde quiere ir para tomar algo, y
no hacia donde lo lleva la situación del momento.
Muchas veces, las cosas actuales nos preocupan tanto y de tal manera,
que no nos dejan ver claramente hacia dónde vamos, y por ende, no
podemos dar pasos certeros. Por ejemplo, una familia que vive el día a
día, cuando al final de la jornada dicen: “Zafamos del divorcio un día
más”, “Zafamos de que los chicos pudieran comer hoy”; su dirección
es errática. Pensando así, nunca tendrán nada adelante que les haga ver
mejor, sino que siempre estarán viviendo el momento. Su agenda será
dictada por las situaciones y no por los planes que Dios tiene sobre sus
vidas. En cambio, una familia que está comprometida con el propósito
de Dios, que entiende qué es lo que Dios quiere hacer y lo que quiere
para sus vidas, comprende y abraza a Dios vorazmente. Una familia
comprometida pone algo en la mira y hasta que no lo alcanza, no lo
deja; hasta que no lo toma, no lo deja.
3) Visión
Hay una característica diferencial en la visión de los animales que son
presa de los que son cazadores, y está en el posicionamiento de sus
ojos.
Los animales que son presas, generalmente tienen ojos grandes y
están ubicados en forma lateralizada del rostro, y su visión es
bidimensional. El hecho de tener los ojos lateralizados les permite tener
un poco de visión hacia atrás, para ver de dónde viene su cazador, pero
no tienen alta definición de lo que ven. Solo pueden identificar que algo
se mueve y si es más fuerte que ellos, o representa un peligro. Con
pequeños movimientos de la cabeza pueden tener una visión de casi
360 grados, aunque de forma borrosa. Pero su mayor utilidad es cuando
están corriendo por causa de una persecución, porque les permite saber
por dónde viene su cazador.
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En cambio, el cazador, las águilas, por ejemplo, que son las que
mejor visión tienen a larga distancia y volando pueden ver su presa
varios metros debajo del agua, tienen sus ojos adelante, y eso les
permite que el campo visual de ambos ojos se mezcle, otorgándoles
visión tridimensional, viendo con mayor detalle y permitiéndoles fijar
la vista en un punto específico. Esa característica de los animales
cazadores, no les deja ver hacia atrás, porque ellos no le temen a lo que
viene atrás. Ellos son los que toman; no son los tomados. Ellos no son
la presa; ellos van hacia lo que quieren. Los dos ojos ven lo mismo: el
objetivo.
4) Actitud
La presa siempre tiene temor de lo que pueda suceder; siempre tiene
una actitud huidiza. Piensa que afuera o cerca hay alguien que seguro
quiere hacerle daño o estafarla; por lo que se encierra en sí misma y lo
único que hace es defenderse de los embates de la vida. Pero nunca
toma una actitud activa frente a la vida, ni tiene iniciativa de cambiar su
situación.
La presa se alimenta de la tierra, por lo que siempre está viendo su
alimento hacia abajo. Esto la hace vulnerable a los peligros. Siempre
masticando lo que la tierra le da, en una actitud resignada con la parte
que le toca, quizás pensando: “Por lo menos tengo esto para comer, y
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puedo vivir”. Una presa no tiene aspiraciones; se conforma con lo que
tiene y se lamenta de su situación, victimizándose permanentemente.
En cambio, el cazador sabe que su oportunidad está a la vuelta de la
esquina; que puede con lo que se presente; que no habrá obstáculo que
no pueda atravesar, y que cuenta con los recursos para enfrentarse a lo
que venga. Su impronta de vida lo mantiene en alerta. Nunca se
conforma con lo que ha logrado; siempre quiere más, no por ambición,
sino porque sabe que es capaz de lograr más. Busca lo perfecto y está
en continua evolución de avance.
Un cazador no mira el suelo, su mirada siempre está levantada. Nunca
está ensimismado; siempre está alerta a las oportunidades, porque lo
que lo sostiene son sus trofeos. Su vida está en lo que vence; en lo que
alcanza.
Para una presa es importante no salir dañado; en cambio para un
cazador, si para alcanzar algo hay que tomar algún riesgo, lo hace
porque va en pos de su galardón. Sabe que, si se queda quieto, otro
tomará lo que le corresponde; por eso sus pasos son siempre hacia un
objetivo. Una presa se conforma con lo mínimo; en cambio el cazador,
siempre queda insatisfecho. Las leonas siempre se quedan con hambre,
porque le dan de comer a su manada, e inmediatamente salen a cazar de
nuevo, a buscar alimento porque constantemente lo necesitan.
Cuando me siento constantemente observado por las situaciones,
cuando tengo temor, cuando tengo vergüenza, cuando temo el qué
dirán, es porque me siento amenazado por eso y creo que me va a
comer. Pero qué diferente es cuando nos paramos en posición de
comernos la vida, sin esperar que algo nos salga bien, sino que sabemos
por lo que portamos que nuestro destino es de victoria.
Cuando tiene vergüenza, es porque se siente observado por algo, y
eso lo vence. Lo considera más fuerte o importante de lo que usted es o
tiene.
¿Cuándo tiene temor? Cuando cree que lo otro es más fuerte que
usted.
5) Estrategia
El cazador tiene otra característica: sigue a la presa hasta que
encuentra un momento y la toma. No es arrebatado; es inteligente y
sagaz. El tiempo que dura su presa viva es el tiempo que el cazador está
estudiándola y esperando el momento correcto para atacarla. Está
observando cuando pisa el palito, cuando comete un error, cuando
trastabilla. La presa en cambio, siempre está tratando de cubrir sus
debilidades: “Ay, si voy por allá me tropiezo; si voy por allá me
encierro”.
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Cuando nos creemos víctimas de este sistema, del Presidente de
turno, de nuestro trabajo, entonces siempre estaremos cuidándonos para
sobrevivir. Los cazadores no sobreviven; viven, y viven en abundancia.
Toman lo que quieren y están cada día mejor; siempre van a estar bien.
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me como las situaciones, las ataco, las enfrento, el problema se acaba
ahí. Yo le pongo punto final a esa situación.
Dejemos de estar analizando demasiado todo, y empecemos a tener
vocación de cazador; vocación voraz, hambre de solucionar cosas,
hambre de romper con ciclos, hambre de dejar la vergüenza, el temor,
la depresión, la enfermedad, que siempre están merodeando alrededor
de nuestras casas.
Cuando un papá les enseña a sus hijos que no tienen que tenerle
miedo a tal cosa, les está dando vocación de cazador. Pero, ¿qué ven las
crías de un alce? Ven a su papá correr y huir. Entonces, ¿qué
terminarán haciendo ellos?
Aprendieron que, si viene un león, hay que correr. En cambio, ¿qué
ven los leoncitos? Ven a sus padres correr y cazar las presas.
Cuando le dice a su hijo: “Ten cuidado con aquel niño, ojo,
cuidado”, no le está dando el mejor consejo. El mejor consejo sería:
“Anda y transforma ese medio”. Cuando protegemos tanto a nuestros
hijos de lo que pueda pasarles, pero no les enseñamos a resolver las
situaciones, no les estamos dando elementos mínimos para defenderse y
desarrollarse en la vida; lo único que estamos haciendo es criar presas.
Pero cuando protege a sus hijos, y a la vez les da las herramientas
correctas para avanzar en sus vidas, y les muestra con sus actos que la
vida no es algo a lo que debamos temer, sino que es para vivirla al
máximo, entonces está criando cazadores, que vencerán en toda
situación.
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muy bien qué ganará si los vence. No ve los problemas como su techo,
sino como su trampolín.
6) Postura
De lo que se trata aquí es de qué cara le mostramos a los problemas:
la presa le muestra la cola; en cambio el león le muestra su rostro.
Dios jamás nos dijo que le mostremos la cola a las situaciones; la cola
es la vergüenza, lo que entiende que es su punto vulnerable. Por eso
alguien que tiene mentalidad de presa se ve débil, y siempre trata de
demostrar su fragilidad, esperando que la gente entienda su situación;
que le tengan compasión.
Una vez mi padre me dijo: “Hijo, no esperes que te entienda en tu
problema, es mejor que no te entienda, y te diga las cosas como deben
ser, porque allí está tu salida y ayuda. Si te entiendo, me quedo allí
contigo, y nunca saldrás de allí”.
Es mejor que no nos entiendan. Es mejor rodearnos de personas que
nos digan las cosas que no esperamos escuchar, pero que nos den un
impulso para salirnos de nosotros mismos y de nuestras incapacidades,
y sacar lo mejor de nosotros.
La presa busca la compasión, por eso muestra la cola; pero el cazador
muestra el rostro, la identidad que está en su rostro. Usted no podría
identificar a alguien por su cola, pero sí por su rostro. Cuando usted
muestras su rostro, está diciendo: “Esto es lo que soy”. Puede mirar a
los ojos, mostrar los dientes, y hablar. Estos son elementos que le
permitirán poner en claro cuál es su posición frente al asunto en
cuestión.
La cara de un cazador intimida. No debe ser blando con sus
problemas; debe mostrar su cara más feroz, porque de esa forma saldrá
adelante. Debe convertir a su cazador en presa.
Cuando los All-Blacks hacen el “Haka”, muestran la cara, no la cola;
muestran el rostro, con gesticulaciones y movimientos seguros,
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intensos, y que lo que pretenden es mostrar de lo que son capaces y la
fuerza que tienen.
La presa mira de su contrincante el rostro, pero el cazador ve el
trasero de la presa, su parte débil. Si le doy la espalda a las situaciones,
les estoy dando mi parte débil. Dios no nos hizo como cola; Él nos puso
como cabeza.
Todos los mandamientos y promesas de Dios fueron para cazadores,
no para presas.
A veces nuestros éxitos están basados en haber huido muy bien, pero
eso no tiene ningún mérito, porque dentro de un rato tendremos que
volver a salir corriendo. Nuestros verdaderos éxitos están en las
victorias que tenemos luego de haber enfrentado algo; en las cosas que
alcanzamos.
Cuando eres cazador eliminas tu problema rápidamente; tardas menos
en solucionar el problema. Y cuando te comes el problema, estás listo
para un nuevo desafío; estás listo para lo próximo.
Cuando siempre estás analizando tu situación, te comienzas a sentir
cómodo con tu problema, te acomodas al mismo y hasta lo haces parte
de tu vida como algo normal. Entonces tienes situaciones atrincheradas
en tu vida, que te mantienen atado, te lastiman y no te permiten
prosperar. Por esto es hora de ponerse un poco incómodo y comenzar a
atacar todo aquello que le lastima, detiene y lo atrasa en aquello que
Dios ha dicho de su vida. Lo que no haya alcanzado por años, lo hará
en horas, días y meses.
Cuando es protagonista de su vida, las cosas que quiere que pasen las
provoca, las logra y las alcanza. Lo que le falte es porque no lo alcanzó
aún; no porque no le llegó la oportunidad.
Nunca más vea a otros con envidia o recelo pensando en qué cosa
oscura andará esa persona. Más bien pregúntese qué oportunidad
“cazó”, qué hizo diferente a usted para estar allí o lograr eso, y así
tomar su ejemplo.
“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó.” Romanos 8:37
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CAPÍTULO 6
LA OPOSICION
COMO PARTE DEL JUEGO
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De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española: Enemigo.
Del latín inimīcus. Es una persona que tiene mala voluntad contra
otra, y le desea o le hace mal. Conjunto de personas o países
contrarios o en guerra.
Si usted está en una actitud de reforma, debe saber que está en actitud
de oposición también. Ciertas formas de ver, ciertas actitudes religiosas
en nuestras vidas, están en posición oficial; es decir que conforman
nuestro carácter, forma de ser y nuestras actitudes; son las que rigen
nuestras decisiones. Eso necesita ser reformado, y por esa razón es que
la reforma viene con carácter opositor.
Un opositor no tiene deseos de causarle daño, no quiere matarlo. Un
opositor tiene objetivos similares sobre una misma cosa. Dos posturas
que se oponen tienen un mismo anhelo, un deseo de ocupar el mismo
lugar; pero no se rigen por la guerra, sino por la fuerza de voluntad, por
la capacidad de poder que tienen. Fundamentalmente están regidas por
la eficacia. Es decir, frente a dos conceptos opositores, el que va a
gobernar es el que sea más eficaz.
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Cuando entendemos la reforma, nos damos cuenta que algo no está
funcionando bien; hay algo que está estancado, anclado, y que no es
eficaz. La reforma viene, identifica el problema y nos da una idea clara
de lo que tenemos que hacer; y en base a eso, cuando vamos a reformar,
nos encontramos con la oposición.
Reforma Es Implementación
¿Qué necesitamos entender nosotros? Que, si Dios nos da capacidad
de reformar, debemos saber cómo tener en cuenta y combatir la
oposición.
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Lo bueno es que es de poca duración. Por lo general es lo primero que
surge, y muchos se desaniman.
Lo importante es saber que debe ser confrontada con argumentos y
eficacia.
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También Pude Identificar Que La Oposición Tiene Niveles:
Personales: Aquí veremos una lucha entre pensamientos añejos y
tradiciones comprobadas, que han cobrado estado oficial en nuestra
vida. Todo está en el mundo interior.
De Comunidades: Adonde entran la familia, el trabajo, la
congregación, adonde las interacciones interpersonales están en juego.
De Adentro Hacia Afuera: Asuntos internos, conceptos que significan
una oposición a un concepto divino y espiritual.
De Afuera Hacia Adentro: Cosas que querrán oponerse a lo que el
Espíritu habla a nuestro espíritu.
“Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová
los entregó en mano de Madián por siete años. Y la mano de Madián
prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los
madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares
fortificados. Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían
los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían
y los atacaban. Y acampando contra ellos destruían los frutos de la
tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni
ovejas, ni bueyes, ni asnos.” Jueces 6:1-4
En este pasaje leemos que los hijos de Israel perdieron tanto lugar que
tuvieron que refugiarse, porque cuando querían prosperar venían los
madianitas y atacaban lo que era de ellos. No se robaban sus frutos,
sino que los destruían. No querían matar israelitas; su objetivo era que
no prosperaran, que no produjeran, que no se establecieran.
Aquí se ve claramente una actitud opositora, combativa. Siempre que
una oposición venza sobre la reforma, va a producir improductividad,
que es una marca de la oposición. Cuando la reforma no se instaura, se
instaura la improductividad.
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Puede tener un problema financiero o un problema matrimonial; pero
no puede ser la característica de su vida. Puede tener un proceso de
tristeza, pero eso es distinto a que sea una persona depresiva. Hay una
diferencia entre una situación, un estado limitado de su vida, y lo que
marca la característica de su persona. Eso va a denotar qué es lo que
está funcionando oficialmente en su vida.
Cuando lo que gobierna es la oposición a la reforma, lo que
caracteriza su vida es la improductividad.
“Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que
no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he
hecho andar con el rostro erguido. Pero si no me oyereis, ni hiciereis
todos estos mis mandamientos, y si desdeñareis mis decretos, y vuestra
alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis
mandamientos, e invalidando mi pacto, Yo también haré con vosotros
esto: (…) Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír,
yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros
pecados. (…) Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que
anduviereis conmigo en oposición, yo también procederé en contra de
vosotros, (…) Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis
conmigo en oposición, (…) Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de
sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y
también porque anduvieron conmigo en oposición,”.
Levítico 26:13-16, 21, 23-24, 27, 40
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Dios tiene bien en claro la diferencia entre enemigo y oposición. En
ningún momento nos trata como sus enemigos. Pero sí dice: “Si ustedes
no hacen lo que yo planteo (que es muy parecido a la forma original de
algo), ustedes son opositores míos. Y como tales, tengo este otro
camino”.
Si nosotros podemos ser oposición para Dios, ¿cómo podemos pensar
que no tendremos oposición en la reforma?
Quizás leyendo e indagando más en este capítulo, podamos encontrar
la forma en cómo Dios combate la oposición. Determinando que no va
a prosperar, que no va a funcionar aquello que se opone a la reforma,
que tiene destino de improductividad.
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Las armas que tenemos son espirituales. Jamás porque grite va a
instaurar una reforma; tiene que ser con seducción espiritual.
83
El otro pasaje adonde aparece la palabra oposición es:
“Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a
vosotros no resultó vana; pues habiendo antes padecido y sido
ultrajados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios
para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.”
1ª Tesalonicenses 2:1-2
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CAPÍTULO 7
EL LIDERAZGO CORRECTO
“En aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un levita que
moraba como forastero en la parte más remota del monte de Efraín, el
cual había tomado para sí mujer concubina de Belén de Judá. Y su
concubina le fue infiel, y se fue de él a casa de su padre, a Belén de
Judá, y estuvo allá durante cuatro meses. Y se levantó su marido y la
siguió, para hablarle amorosamente y hacerla volver; y llevaba
consigo un criado, y un par de asnos; y ella le hizo entrar en la casa de
su padre. Y viéndole el padre de la joven, salió a recibirle gozoso; y le
detuvo su suegro, el padre de la joven, y quedó en su casa tres días,
85
comiendo y bebiendo y alojándose allí. Al cuarto día, cuando se
levantaron de mañana, se levantó también el levita para irse; y el
padre de la joven dijo a su yerno: Conforta tu corazón con un bocado
de pan, y después os iréis. Y se sentaron ellos dos juntos, y comieron y
bebieron. Y el padre de la joven dijo al varón: Yo te ruego que quieras
pasar aquí la noche, y se alegrará tu corazón. Y se levantó el varón
para irse, pero insistió su suegro, y volvió a pasar allí la noche. Al
quinto día, levantándose de mañana para irse, le dijo el padre de la
joven: Conforta ahora tu corazón, y aguarda hasta que decline el día.
Y comieron ambos juntos. Luego se levantó el varón para irse, él y su
concubina y su criado. Entonces su suegro, el padre de la joven, le
dijo: He aquí ya el día declina para anochecer, te ruego que paséis
aquí la noche; he aquí que el día se acaba, duerme aquí, para que se
alegre tu corazón; y mañana os levantaréis temprano a vuestro camino
y te irás a tu casa. Mas el hombre no quiso pasar allí la noche, sino que
se levantó y se fue, y llegó hasta enfrente de Jebús, que es Jerusalén,
con su par de asnos ensillados, y su concubina. Y estando ya junto a
Jebús, el día había declinado mucho; y dijo el criado a su señor: Ven
ahora, y vámonos a esta ciudad de los jebuseos, para que pasemos en
ella la noche. Y su señor le respondió: No iremos a ninguna ciudad de
extranjeros, que no sea de los hijos de Israel, sino que pasaremos hasta
Gabaa. Y dijo a su criado: Ven, sigamos hasta uno de esos lugares,
para pasar la noche en Gabaa o en Ramá. Pasando, pues, caminaron,
y se les puso el sol junto a Gabaa que era de Benjamín. Y se apartaron
del camino para entrar a pasar allí la noche en Gabaa; y entrando, se
sentaron en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los acogiese
en casa para pasar la noche. Y he aquí un hombre viejo que venía de su
trabajo del campo al anochecer, el cual era del monte de Efraín, y
moraba como forastero en Gabaa; pero los moradores de aquel lugar
eran hijos de Benjamín. Y alzando el viejo los ojos, vio a aquel
caminante en la plaza de la ciudad, y le dijo: ¿A dónde vas, y de dónde
vienes? Y él respondió: Pasamos de Belén de Judá a la parte más
remota del monte de Efraín, de donde soy; y había ido a Belén de Judá;
mas ahora voy a la casa de Jehová, y no hay quien me reciba en casa.
Nosotros tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también
tenemos pan y vino para mí y para tu sierva, y para el criado que está
con tu siervo; no nos hace falta nada. Y el hombre anciano dijo: Paz
sea contigo; tu necesidad toda quede solamente a mi cargo, con tal que
86
no pases la noche en la plaza. Y los trajo a su casa, y dio de comer a
sus asnos; y se lavaron los pies, y comieron y bebieron. Pero cuando
estaban gozosos, he aquí que los hombres de aquella ciudad, hombres
perversos, rodearon la casa, golpeando a la puerta; y hablaron al
anciano, dueño de la casa, diciendo: Saca al hombre que ha entrado en
tu casa, para que lo conozcamos. Y salió a ellos el dueño de la casa y
les dijo: No, hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal; ya que
este hombre ha entrado en mi casa, no hagáis esta maldad. He aquí mi
hija virgen, y la concubina de él; yo os las sacaré ahora; humilladlas y
haced con ellas como os parezca, y no hagáis a este hombre cosa tan
infame.” Jueces 19:1-24
87
Podríamos ponernos en la postura de juzgar la historia bíblica o
podemos juzgarnos a nosotros mismos y hacer una revisión de cómo
nos hemos ligado a Dios, a la Iglesia y a nuestros líderes. Analizar
cuáles han sido las verdaderas motivaciones; por qué a veces
“elegimos” un liderazgo u otro; por qué determinado tipo de liderazgo
nos gusta más; por qué con algunos nos sentimos más cómodos, y otros
tipos de liderazgo sentimos que nos exponen, nos desafían y nos
incomodan.
Tenemos que hacer el análisis de qué tipo de liderazgo y cuidado son
favorables para la manifestación del propósito de Dios en la tierra.
¿Qué tipo de Iglesia queremos edificar? ¿Qué tipo de discipulado
queremos ejercer?
Tanto el que ofrece como el que recibe son responsables del tipo de
cobertura que edifican; del tipo de liderazgo que desempeñan. Porque
están tanto el que demanda como el que ofrece; y al final producen un
producto que contribuye a edificar la Iglesia, o que se acomoda a sus
necesidades personales.
Los líderes a veces se encuentran frente a la disyuntiva que les
presentan las expectativas que las personas tienen respecto de ellos. A
veces pueden tener construcciones extraordinarias de lo que Dios ha
dicho y revelación; pero cuando se exponen a las expectativas del
discípulo, modifican la forma de ser y de decir para conformarse de
acuerdo a las exigencias y necesidades puntuales. Es importante que
podamos cumplir el papel y el rol que nos corresponde como líderes y
como liderados; porque todos cumplimos ambos papeles en la vida.
Resulta interesante que tener una idea del liderazgo vinculada a
confortar el corazón, tiene una trascendencia importante en el propósito
de Dios sobre la tierra.
Vamos a ver que un tipo de liderazgo se centra en la persona y el otro
tipo de liderazgo se centra en el propósito. Y si bien las necesidades son
importantes, lo que prima es que una persona sea rescatada más en su
propósito que en su necesidad porque toda necesidad será cubierta
por el propósito de Dios, desarrollado y manifestado en su vida.
88
Nosotros tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también
tenemos pan y vino para mí y para tu sierva, y para el criado que está
con tu siervo; no nos hace falta nada.”
Toda ligadura que hagamos con Dios y con nuestro líder en función
de una necesidad, será débil. Porque cuando sea suplida la necesidad,
ya nada nos unirá a Dios ni a nuestro líder, hasta que de nuevo en algún
89
área de la vida nos sintamos vacíos o con una nueva necesidad. De esta
manera, se producen ciclos de necesidad, que no se superan, ni
sustentan la vida; y nunca pueden construir nada.
No estoy diciendo que no haya que cubrir las necesidades, sino que la
ligadura a esa persona, jamás puede estar primariamente basada en su
necesidad, su debilidad, o su depresión. Nunca se debería predicar el
evangelio en función de la pobreza, de la enfermedad, o de algo que
falte; porque habrá cubierto a la persona en su necesidad
momentánea, pero no la habrá preparado para lo que viene.
Pero veamos el otro tipo de liderazgo.
El suegro le dijo: “Conforta tu corazón con un bocado de pan, y
después os iréis”; y más adelante le dice: “Te ruego que paséis aquí la
noche; he aquí que el día se acaba, duerme aquí, para que se alegre tu
corazón; y mañana os levantaréis temprano a vuestro camino y te irás
a tu casa”
90
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno
mire cómo sobreedifica.” 1 Corintios 3:10
El Apóstol Pablo dijo: “Yo puse el fundamento, pero cada uno tenga
cuidado cómo sobreedifica”.
Cada persona es quien debe cuidar cómo sobreedifica con las
herramientas que el líder le da, en lugar de esperar que su líder sea
quien solucione su situación.
Pero volviendo a nuestra historia central, el levita salió suplido de la
casa de su suegro; salió provisto de todo lo que iba a necesitar.
Un liderazgo que conforta no lo hace dependiente, sino que lo prepara
para enfrentar todas las situaciones posibles. Una persona que está en
necesidad, pero bajo un liderazgo que la conforta, no permanecerá
mucho tiempo en la necesidad, porque será preparada para romper con
ella.
91
haciendo. Sólo se enfoca en que no haya necesidad; que nadie pueda
decir nada de su liderazgo. Los gobernantes actúan de esta manera:
administran y gestionan sobre el País, la Provincia y la Ciudad en
función de las protestas sociales y nada más, porque no tienen plan de
acción a futuro. La herramienta es la manipulación, para que las
personas les sigan. En un momento adverso no saben cómo responder,
porque todo lo que hacen es basado en sus fuerzas.
93
Vemos que la palabra confortar es una palabra importante en el
sentido de destino, de propósito y de avance.
Aunque hoy usted esté atravesando alguna necesidad, no será ese su
estadío final, porque quien le conforta lo lleva a traspasar esa barrera.
Si usted es un líder, debe confortar el corazón de sus discípulos y
llevarlos a traspasar la barrera de la necesidad y a conocer lo que Dios
ya habló de sus vidas. Toda idea errada que tenga acerca de lo que ve,
lo aplicará en lo que no ve: en Dios y en la Iglesia. Es importante que
podamos edificar los conceptos puros y adecuados para vivir bajo los
parámetros divinos y no bajo los humanos y religiosos. Algunos
parámetros religiosos suenan lindos y cómodos, pero forman parte de
una iglesia añeja, de un sistema que está centrado en un espíritu de
pobreza de conceptos, en función de la minusvalía de las personas.
Es tiempo de que seamos líderes que conforten el corazón de los
discípulos. Liderazgo es “levantar al nivel de...” Cuando Cristo les dijo
a sus discípulos: “Me voy a hacer morada, para que a donde yo estoy,
ustedes también estén”, se refería al estado en el que Jesús estaba en
ese momento; un estado de autoridad frente al Padre. Hoy, nosotros
estamos en las moradas que Cristo nos preparó en Él, que es un lugar de
autoridad en Su nombre.
94
CAPÍTULO 8
LA GESTION DE LA PERFECCION
95
A la perfección se la puede entender desde dos aspectos:
1. Como un modelo de perfección, es decir, como un modelo a
seguir. Por ejemplo, le presento la estatua del David de Miguel
Ángel y le digo que tiene que hacerla tal cual se ve; todo lo que
haga y que no sea igual a la estatua original, será imperfecto.
Este es un estándar de perfección: hay un modelo al que hay
que imitar de manera perfecta y sin errores. A la religión le
gusta el modelo de estándar de perfección, porque hace que
todas las personas terminen pareciéndose, hagan las cosas
igual, caminen igual, tomen las mismas decisiones, lo que
permite que la religión encasille a las personas. Un estándar de
perfección en la religión, puede estar en la manera en que se
debe vestir, actuar, en no levantar la voz, entre otras.
96
Cristo es nuestro modelo de perfección a seguir. Pero la noticia es que
a Cristo nadie lo ha visto con los ojos naturales, porque Él es la
expresión revelada a la Iglesia; es decir que jamás puede ser un
estándar de perfección. Cristo se revela a las personas y esa revelación
es en el espíritu de cada uno.
Una persona no puede encasillar a Cristo en una forma o en una
actitud. Y en este punto hay que hacer la diferencia entre Jesús y Cristo.
Jesús es la expresión física del Hijo de Dios sobre la tierra, pero no
glorificada y sin los avales posteriores a la cruz. Cristo es el Hijo de
Dios, con los avales, los títulos y llaves en la mano.
La religión buscó siempre poner a Jesús como estándar; y por eso
muchos quieren ir a donde Jesús caminó, hacer lo que Jesús hizo y
tratan de imitarlo cuando Jesús nunca quiso ser el modelo a seguir. Él
murió en la cruz como símbolo de que todo modelo visible muere para
manifestar lo eterno de Dios; que es Cristo glorificado, la cabeza de la
Iglesia. Por lo tanto, si nos quedamos en la imagen de Jesús en la tierra
siempre será una visión incompleta de lo que Dios vino a manifestar.
Pablo lo deja bien en claro al decir que no le interesa ya conocer las
cosas según la carne, sino que las tiene como pérdida para ganar a
Cristo. Pero a Cristo no llegamos por imagen física o corporal, sino por
revelación espiritual.
Juan estuvo con Jesús durante tres años, pero en el libro de
Apocalipsis, describe a Cristo como nunca nadie lo había hecho; porque
allí no tuvo una revelación de Jesús sino de Cristo. No le sirvió todo lo
que conocía de Jesús en la tierra; cuando vio a Cristo se cayó de
rodillas y tuvo que comenzar de nuevo para conocerlo.
Cuando Dios se revela a través del Espíritu Santo, usted entiende cuál
es el Cristo que Dios quiere manifestar en la tierra a través suyo. Por
eso es imposible que una persona sola manifieste a Cristo. El único que
puede manifestar a Cristo tal cual es, de manera completa y absoluta, es
todo el Cuerpo; que es la Iglesia.
Si tenemos en cuenta al pecado como asunto que nos puede hacer
imperfectos, la buena noticia es que Dios no se centra en el pecado para
hacer el juicio de perfección. Porque Él resolvió ese asunto y sacó su
expectativa de allí, porque fue cubierta por Cristo. El pecado es un
asunto resuelto en Cristo.
97
Si a Dios le preocupara el pecado del mundo, debería hacer morir a
Cristo de nuevo; pero un sacrificio fue necesario una vez y para
siempre para que el pecado del mundo no sea motivo de preocupación y
ocupación. Será un asunto de las personas recurrir al sacrificio en la
cruz para resolver el pecado ante Dios; pero no es algo en lo que Dios
esté fijando su vista. Él ve la humanidad a través de Cristo, con la
posibilidad de manifestarlo y ser aquello para lo que fuimos creados.
“
Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados.” Hebreos 10:14
Dice la Biblia que David tenía un corazón como el de Dios, o sea que
suplía todas sus expectativas; que a ambos les gustaban las mismas
cosas y peleaban por las mismas cosas. Sin embargo, David se
equivocó mucho y podríamos pensar que Dios tuvo motivos para
dejarlo de lado. Pero David aún en su error supo entender cuál era la
actitud y la acción correcta en ese momento; y a Dios le agradó eso. A
pesar del error que cometió, a Dios le agradó cómo resolvió el asunto
del pecado.
98
“La justicia del perfecto enderezará su camino; más el impío por su
impiedad caerá.” Proverbios 11:5
99
Aquí está hablando que lo que hasta un momento fue perfecto en
parte, se acabará y vendrá algo más perfecto.
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas
pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas
tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y
cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:2-4
100
inhabilita para manifestar el gobierno de Dios en la tierra. No es que
Dios nos desprecia o nos desecha; sólo no estamos habilitados para
manifestarlo en la tierra.
Ser perfectos no está en función de la salvación, sino en función del
propósito. Es por esto que Dios está sumamente interesado en que
seamos perfectos. Por años hemos creído que lo que nos inhabilita es
una equivocación o un error. Si bien esto necesita ser restaurado y
resuelto en el mundo espiritual, lo que nos inhabilita son las decisiones
que tomamos y las acciones que son imperfectas, según lo que Dios nos
está hablando.
“A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra.” 2ª Timoteo 3:17
Es decir que la perfección tiene que ver con la obra de aquello que
Dios está esperando de nosotros en función de su propósito eterno
asignado a nuestras vidas. La buena obra no se refiere a la caridad, sino
a lo que avanza a su propósito eterno.
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que
prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por
Cristo Jesús.” Filipenses 3:12
101
Pablo entendía que era perfecto en gestión; pero sabía que para
romper con mayores cosas y para tener mayor efectividad y autoridad
en el mundo, tenía que alcanzar otra perfección.
Entonces no se trata de ser perfectos ante los ojos de los hombres,
porque no son ellos quienes nos van a juzgar como perfectos, sino que
es Dios quien nos juzga. En esto es oportuno aclarar que, si bien no se
trata de ser perfectos ante los ojos de los hombres, los frutos de nuestra
vida deberían asombrar a las personas que nos rodean; no podemos
pasar como personas comunes.
Este mundo no es imperfecto por el pecado; es imperfecto porque no
hay nada de Dios en él. No es imperfecto porque adora a Satanás; es
imperfecto porque ninguna de las formas para resolver los problemas y
para afrontar la vida incluye a Dios.
Nuestra perfección está marcada por cuánto metemos a Dios en
nuestras decisiones diarias. La perfección tiene un mensaje, pero va
acompañada de evidencias.
No podemos hacer alarde de nuestra perfección, porque en el
momento en el que decimos que somos perfectos, dejamos de serlo.
Sólo Dios puede juzgar en intimidad cuán perfectos han sido nuestros
caminos en estos días; en los asuntos que Dios nos ha hablado. No tiene
que ver con si ayudamos o no a la vecina o si hacemos buenas obras;
sino con aquello con lo que Dios le da testimonio de que ha hecho
conforme a Su expectativa. Dios está viendo si los objetivos para los
cuales lo puso en el lugar en el que está, se cumplieron o no.
“Abominación son a Jehová los perversos de corazón; mas los
perfectos de camino le son agradables.” Proverbios 11:20
Nuestra tarea no debe ser esforzarnos por ser inmaculados para que
nadie encuentre un error en nosotros; quítese esa carga porque su
perfección no está allí. Su perfección está en que, a pesar de sus errores,
todo lo que decida y busque continuamente sea agradar y mostrar a
Dios.
Es importante que entendamos que a la perfección hay que
gestionarla; no es que tenemos una etiqueta de imperfectos y así nos
103
vamos a morir. Sáquese esa etiqueta que le puso la religión o que
quizás usted mismo se puso, porque creyó que sus errores y malas
decisiones del pasado lo descalificaban.
104
CAPÍTULO 9
LAS ESCRITURAS
105
La Escritura En Su Fundamento Tiene Dos Funciones:
Luego eso fue cambiando porque había necesidad de decir más cosas.
Sin alejarse de la pintura literal, empezaron a aparecer imágenes más
pequeñas y ordenadas.
Existen varias conjeturas acerca de las razones que pudieron inducir
al hombre a utilizar la escritura, o mejor dicho los tipos de mensaje que
necesitaba transmitir por medio de un sistema que los fijara en el
tiempo garantizando su exactitud, sin tener que depender de la
memoria, fundamento de la transmisión oral reinante hasta entonces.
Para los investigadores es muy difícil saber con certeza la causa
primordial que dio origen a la escritura, considerando que no fue igual
en todos los pueblos, ni fue una sola.
106
Cuatro Son Las Hipótesis Más Reconocidas:
Hipótesis Religiosa: dice que la escritura nació para transmitir a los
hombres el origen, las acciones y cualidades de los dioses.
Hipótesis Política: basada en que en los textos antiguos aparecen
conmemoraciones guerreras o medidas administrativas que los
gobernantes establecían para las generaciones posteriores.
Hipótesis Literaria: literalizar los cantos y poemas para su
transmisión popular.
Hipótesis Administrativa: esta es la hipótesis considerada con más
probabilidades. La escritura habría sido inventada para resolver
problemas de orden administrativo, consecuencia de los avances
económicos y de las nuevas necesidades de las sociedades urbanas
florecientes. Estas nuevas situaciones generaron la necesidad del
establecimiento de un nuevo código objetivo, cuyas señales debían
significar lo mismo para los interesados en el mensaje y permanecer
a través del tiempo.
108
¿Cuál es la idea del alfabeto? Que cada letra manifieste una fonética
de lo que se dice. En nuestro caso son 26 caracteres, y cada uno de ellos
define un modo fonético diferente expresado en la lengua. La invención
del alfabeto dio inicio a algunas lenguas llamadas “Lenguas Madres”; y
a partir de ellas, el surgimiento de los diferentes idiomas. Por ejemplo,
el griego, el latín, el hebreo, el español antiguo, llegaron a evolucionar
al lenguaje actual.
¿Qué les estaba diciendo con eso? Hoy nosotros conocemos que la
letra de la que hablaba es la ley, pero también puedo entender que lo
que Pablo les estaba diciendo a los Corintios es que la manera que ellos
tenían de entender la letra, no era la manera en que Dios entendía la
letra. Si algo que Dios les dio, que era la ley, les producía muerte, era
porque no habían entendido cuál era el verdadero sentido de la letra.
110
dejar algo asentado. En cambio, cuando Dios escribe, lo hace
contemplando todo lo que necesita para producir el efecto que desea.
Usted no puede creer que, porque haya leído la Biblia, sabe todo de
Dios, o de lo que Dios piensa y quiere.
Lo escrito es para disparar nuestro espíritu a las profundidades de las
verdades de Dios, las cuales difícilmente podrán literalizarse en
palabras, sino que forman parte de una revelación espiritual.
Los científicos han leído la Biblia por años. Pero no está en la lectura
de la letra lo que activa lo que Dios quiere sobre el hombre, sino que la
clave de lo escrito está en un lenguaje espiritual. Y sólo con un espíritu
activo, vivo, eficaz, puede manifestar la vida de Cristo en la tierra.
111
completa. Eso es lo que pasa con su espíritu: siempre verá mucho más
en el espíritu de lo que su idioma puede manifestar.
Todo lo que acabo de decir, Pablo lo resume en este pasaje cuando les
dice: “¿Ustedes se creen que por haber cumplido una letra la han
cumplido toda, y que tienen el derecho de decir que otros no tienen la
posibilidad de acercarse a Dios?”.
¿Qué vino a hacer Jesús a la tierra? A traer el Espíritu Santo para que
la ley dejara de ser literal y empezara a ser activa, fructífera en la vida
del hombre; ya no por convencimiento o por obligación, sino por
descubrimiento y revelación de lo que Dios tiene.
113
Nosotros nos acercamos a Dios con la idea de que Dios está leyendo
un libro y está viendo lo que hacemos; pero Dios encerró todas sus
ideas en el aliento de vida dado al hombre.
Lo que Dios escribió fue tan exacto, que sólo podrá leerlo si entiende
el idioma y la lectura espiritual. El idioma en el que Dios escribe no
tiene nada que ver con letras; tiene que ver con tocar su espíritu y
despertar en usted lo que está dormido, para que entienda, sea sabio y
efectivo para lo que Él lo puso en la tierra.
Toda nuestra vida está como encriptada, y sólo cuando Dios lanza
una palabra es una clave que la abre y la libera; libera el entendimiento,
y da la vivificación que viene por la palabra del Espíritu.
El pecado hizo obtuso al hombre. Piensa: “Si no es como yo lo
entiendo, no existe”. En cambio, como ya vimos, el Espíritu nos libera
y nos hace libres.
114
Dios no necesitó un discurso para hacer la creación; sólo lanzó una
palabra y todo respondió de acuerdo al idioma del espíritu, con orden y
en la forma adecuada.
Cuando hablamos de reforma, y entender la reforma de la palabra
escrita, hablamos de dejar de encasillar a Dios en cosas rígidas, en
pensamientos humanos y religiosos, y permitir que la palabra de Dios
toque nuestro espíritu, desate y active todo lo necesario para el
cumplimiento de su propósito eterno en la tierra.
La Letra El Espíritu
115
¿Quiénes piden evidencia? Los que se rigen por la letra. Los que son
del espíritu caminan por lo que dice la palabra que activa en su espíritu
la vida de Cristo. Cuando la Biblia se refiere a la inspiración divina
menciona la palabra “escrituras” y allí el original es “grafo”; sin
embargo, cuando se refiere a la letra, la palabra en griego que utiliza es
“grama”.
Grafo se utiliza para referirse a los que Dios dice. Pero Grama se
refiere netamente a la letra, a la forma escrita. La letra más el espíritu
producen la combinación explosiva de la revelación de Dios en
nosotros.
116
Por eso nada de lo que Dios escribió tendrá condenación en su vida.
Todo lo que Él escribió tiene vida, productividad, abundancia, y le
llevará a algo mayor, a algo productivo.
“Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella
en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo
del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.” Romanos 7:6
117
decirlo, porque no se lo reveló carne ni sangre. Su espíritu se activó por
una palabra, y lo pudo ver. Jesús les hablaba en parábolas para que no
entendieran, porque aún no estaba el Espíritu Santo. Los discípulos
entendieron cuando fueron llenos del Espíritu Santo; allí les cayó la
ficha del evangelio.
118
CAPÍTULO 10
SUPERANDO LA DEFORMA
120
La reforma no es un evento puntual, sino que es la
lucha permanente de sostener al hombre en la
posición en la que Dios lo puso.
123
El Adán que Dios crea en el huerto tenía una forma de pensar y
razonar que era dominante divina.
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo
que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Con que Dios
os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió
a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero
del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis
de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la
mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él,
serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el
mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y
tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió, así
como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron
que estaban desnudos…” Génesis3: 1-7.
124
Es decir, que a Eva le pareció razonable, le pareció cuerdo lo que dijo
la serpiente. Y cuando nosotros empezamos a creer que lo que oímos
entra dentro de lo razonable, es cuando empezamos a caer en el proceso
de la mentira.
La mentira usa una estrategia: La Tolerancia. Empezamos a tolerar
aquella nueva información. Los pensamientos incorrectos no vienen de
forma abrupta porque si así lo hicieran, usted los rechazaría de primera
mano. En cambio, vienen de esta forma dosificada, que permite que
usted empiece a tolerar.
Estos pensamientos sutiles, ínfimos, que vienen con ese “no es tan
así…”, siempre, siempre, siempre son semillas. Si identifica estas
palabras, por favor cierre su oído, porque allí es donde cambia la
genética. Si tiene certeza de que lo que ha oído es el conocimiento de
Dios sobre su vida, coma de eso. Tiene que tener la certeza en su
espíritu de que eso es así.
126
pensamientos, en su forma de sumar un pensamiento con otro, Dios está
despojado absolutamente.
Eva tenía una perspectiva del árbol, que era la que Dios le había
dicho: “No comas”. Cuando la serpiente le dijo que no moriría, sino
que sería igual a Dios, cambió su perspectiva; lo vio de forma diferente.
Lo mismo pasa con todo lo que nos rodea. Salimos de una reunión
con una idea de Dios sobre un asunto, o volvemos de un retiro de
matrimonios con una idea de lo que es el matrimonio para Dios, como
institución divina. Cuando salimos de allí, empezamos a mezclar esa
información con la que previamente teníamos, con la que incorporamos
por charlar con algún familiar, amigo, vecino, y empieza el “no es para
tanto…; nosotros somos diferentes…; tenemos que adaptarlo a nuestra
127
vida…; tenemos que ver cómo encajamos lo que Dios dice con lo que
nosotros vivimos…” y empieza ese proceso de tolerancia, y en
consecuencia de deformación.
Por eso el mundo no puede decir que Dios no lo ama por una crisis, o
por el hambre. El amor de Dios es una constante que no cambiará, pero
los resultados serán diferentes si nuestra respuesta a ese amor es
diferente. Si somos apáticos, indiferentes y distantes con Dios, y sólo
usamos su amor para recriminarle lo que nos pasa, entonces su amor
será infructuoso en nosotros.
Pero si su amor lo llena, lo recibe, y realmente toma todo lo que Dios
le da por amor, entonces su vida nunca podrá estar sin frutos.
El enemigo de nuestras vidas no viene con una imagen tosca, sino que
viene con lógica, con cordura. Viene a plantearnos algo razonablemente
cierto; algo que “no está tan mal”, pero no es lo divino. Allí es cuando
nosotros tenemos esta capacidad de poder identificar, a través del
128
Espíritu Santo, cuando un pensamiento viene a deformar nuestra vida.
Cuando su espíritu está avezado para identificar eso, entonces ahí la
reforma gana; porque se detiene la deforma. Ningún pensamiento de
Dios lo llevará a una actitud destructiva; sin embargo, un pensamiento
humano, siempre lo conducirá indefectiblemente a una crisis.
129
de promesas que nunca llegan. El reposo da la idea de alguien que
descansa, porque todo está en el orden correcto.
130
¿A cuántos nos gustaría que Dios halle reposo en nuestros asuntos?
Que lo único en lo que Dios tenga que ocuparse de nuestras vidas es de
recoger los frutos y regalías de todo lo que ha sembrado y puesto en
nuestras vidas. Que Dios sólo halle resultados.
Por eso en la parábola de los talentos, no vemos a Dios
inmiscuyéndose en la forma de administrar de las personas a las que Él
les había entregado los talentos iniciales, sino que vino a buscar las
regalías. Por eso, una de las frases que dice el que escondió el talento
es: “Yo sabía que tú eras alguien que recoge donde no sembró”. Lo
que pasa es que, para Dios, no es que Él no sembró, sino que Él está en
un proceso de recuperación de todo lo invertido en el hombre, de
avance, de gobierno, de reforma.
131
Cuando el hombre ocupa el lugar que Dios
le dio en la tierra, entonces Dios reposa.
Él se moverá para buscar los resultados
esperados de un hombre posicionado.
132
133