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ESTUDIO 2ª

EL SENTIR DE CRISTO

Pasaje: 2:1-11

OBJETIVOS DEL ESTUDIO

1. Analizar el texto bíblico del pasaje indicado.

2. Considerar las razones que movían a Pablo a formular las demandas a los filipenses.

3. Entender cuales son los objetivos que deben mover la vida y testimonio del
creyente.
TAREAS

1. Dedicar tiempo a la oración en preparación para el estudio y su posterior aplicación


personal.

2. Leer varias veces el pasaje que se estudia y, si es posible, en versiones distintas para
familiarizarse con su contenido.

3. Sin otra ayuda que el Bosquejo de la Epístola estudiar personalmente el pasaje,


anotando las conclusiones que se alcancen en el estudio.

4. Volver a estudiarlo con ayuda de las notas y contrastar los resultados.

5. Responder a las preguntas de repaso.


INTRODUCCIÓN

Pablo formuló lo que debe ser la razón y esencia de la vida cristiana cuando
escribió: “Para mi el vivir es Cristo” (1:21). Tal afirmación, trasladado al modo de
vida, debiera producir la manifestación visible de la identificación con Cristo. Lo que
fue el modo de vida de Jesús de Nazaret, debe ser el mismo modo de vida de cada
seguidor suyo. Cristo no sólo es la razón, sino también la causa de la nueva vida del
creyente (Gá. 2:20). Una de las virtudes cristianas principales es la manifestación de la
vida nueva es la humildad. Sin embargo, es algo que choca frontalmente con la
naturaleza adámica heredada, en la que el yo condiciona y supedita toda la experiencia
de vida. En el yo se asienta la arrogante grandeza de un concepto personal equivocado
que impide la entrega hacia los demás y la aceptación voluntaria y sin reservas, de darse
en favor de otros. Sin embargo, la humildad es el único modo de poder ser un
instrumento útil en manos del Señor, y el único modo en que se puede estar en Su
complacencia y comunión (Is. 66:2).

La falta de humildad en algunos de la iglesia en Filipos, estaba produciendo


dificultades en la congregación (4:2). Pablo formula un admirable llamado a la
humildad y unidad como medio de resolver las dificultades. Para ello pone como
ejemplo a Cristo mismo. Las bendiciones recibidas y experimentadas por los cristianos
son el resultado de una obra de gracia hecha por el Señor, en la más profunda
experiencia, no sólo de humildad, sino de humillación. Aquellos habían recibido
bendiciones de Dios que el apóstol señala: consuelo, amor, comunión del Espíritu y
afecto entrañable (v. 1), por tanto, puede pedírseles que manifiesten unidad, humildad y
dedicación a otros, como respuesta a lo recibido (vv. 2-4). Este modo de vida se
manifiesta absolutamente en Cristo, a quién debe ver el cristiano continuamente, como
referencia de conducta y modo de vida. Pablo les recuerda la grandeza de la humillación
del Señor (vv. 5-8), para hacerles sentir que si él se humilló de tal manera, los creyentes
deben hacerlo en su medida. Si Él fue obediente hasta el extremo de dar su vida, sus
seguidores deben obedecer en todo cuanto establece la Palabra. Finalmente con la
enseñanza sobre la exaltación del que se había humillado (vv. 9-11), el apóstol conduce
a la confianza en la recompensa que cada creyente recibirá de Dios en su momento.
Después de la doctrina sobre el descenso del Señor y la exaltación a la diestra de Dios,
Pablo hace una aplicación práctica a la vida de cada uno de los lectores de la epístola.
Es un llamado a asumir la responsabilidad en la vida de santificación (v. 12), teniendo
en cuenta que las dificultades que ello conlleva son suplidas por el poder que Dios
comunica para la efectividad del compromiso (v. 13). Enlazando con todo ello, el
apóstol formula un llamado a una vida de testimonio intachable delante de Dios y de los
hombres, manifestando visiblemente lo que es natural en el cristiano, como testigo de
Cristo, brillando con la luz del Señor en medio de una sociedad entenebrecida (vv. 14-
16). El propio apóstol aporta su propio ejemplo de compromiso que complementa la
enseñanza dada (vv. 17-18). El segundo párrafo (vv. 19-30), Pablo aparece como un
administrador solícito que se ocupa de todo lo que tiene que ver con el bienestar de los
creyentes y el fortalecimiento de la obra, aún desde su condición de prisionero en la
cárcel de Roma. El interés que siente por las iglesias en general y, especialmente en este
caso, por la de Filipos, le induce a anunciarles a la mayor brevedad posible un
mensajero que era Timoteo, a quién recomienda efusivamente, recordándoles algunas
características personales (vv. 19-25). Finalmente envía a Epafrodito, portador de la
epístola, con el deseo de satisfacer los deseos de aquel hermano y proveer de fuente de
gozo para toda la iglesia (vv. 25-28). Finalmente introduce una recomendación personal
sobre como habían de recibirle y tratarle que hace extensiva a todos los que sirven al
Señor con dedicación y entrega (vv. 29-30).

4. La humildad como modo de vida cristiana (2:1-30).

4.1. La exhortación a la humildad (2:1-4).

1. Razones para la armonía (2:1).

Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si


alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia.

Ei[ ti" ou\n paravklhsi" ejn Cristw`/, ei[ ti paramuvqion ajgavph", ei[ ti" koinwniva
Si algún pues consuelo en Cristo, si algún consolación de amor, si alguna
comunión
pneuvmato", ei[ ti" splavgcna kaiV oijktirmoiv,
de espíritu si algún afecto entrañable y compasiones.

1.1. La posición para las bendiciones.

1.1.1. Por tanto, si hay… en Cristo.

1.1.2. Pablo expresa una afirmación y no una suposición.

1.1.3. “Si hay” equivale a ya que hay.

1.1.4. Pablo retoma la exhortación iniciada antes (1:27).

A) Por tanto, equivale a de modo que, o si pues.

1.1.5. Las bendiciones se alcanzan en Cristo, sólo unidos a Él se puede


disfrutar de las cuatro bendiciones que siguen.

1.2. En Cristo hay estímulo.

1.2.1. Alguna consolación.

1.2.2. La idea es de quien viene al lado para ayudar.

1.2.3. La consolación puede traducirse como exhortación (cf. Hch. 4:36; 1


Ts. 2:13).

1.2.4. El estímulo para la vida cristiana consecuente es Cristo.

1.2.5. Pablo está diciendo: “Ya que hay aliento en Cristo”.

1.2.6. Cristo es lo que el creyente necesita para su modo de obrar.

1.2.7. Presentar a Cristo es el ministerio que la iglesia necesita para aliento y


compromiso (2 Co. 5:14-15; Ro. 12:1).

1.2.8. La orientación de la visión cristiana es hacia Jesús (He. 12:2).


1.3. En Cristo hay ejemplo de amor.

1.3.1. “Si algún consuelo de amor”.

1.3.2. En Cristo hay un discurso persuasivo, basado en su propio amor.

1.3.3. El amor conque Dios amó al mundo, se expresa en Cristo y por Cristo
(Jn. 3:16; Gá. 2:20b).

1.3.4. El amor de Cristo es lo que impulsa al cristiano (2 Co. 5:14).

1.3.5. No hay discurso exhortativo que pueda superar al que presenta el


amor de Cristo.

1.3.6. La grandeza de Su amor mueve a la obediencia y entrega del cristiano


(Ro.12:1).

1.3.7. Como expresa el poeta Mariano San León Herrera.

¡Que amor tan inmenso, Señor, en ti he visto!


¡Que amor me revela tu hondo sufrir!
¿Quién puede su vista posar en tu leño
Y luego insensible su ruta seguir?

1.4. En Cristo hay comunión en el Espíritu.

1.4.1. Si alguna comunión del Espíritu.

1.4.2. Es Espíritu Santo es el vínculo de unidad entre creyentes y de cada


creyente con Cristo (1 Co. 12:13: Ef. 4:3).

1.4.3. El Espíritu une al creyente con Cristo eternamente.

1.4.4. La comunión horizontal y vertical están íntimamente ligadas (1 Jn.


1:3).

1.4.5. El amor es una operación del Espíritu en el creyente (Gá. 5:22).

1.4.6. El Espíritu lo ha derramado en el creyente (Ro. 5:5).

1.4.7. Por eso puede establecerse una demanda de amor entre todos los
cristianos (Jn. 15:12).

1.5. En Cristo hay afecto entrañable.

1.5.1. “Si algún afecto entrañable”.

1.5.2. Un profundo amor desinteresado en Cristo.

1.5.3. Es lo que Dios mostró por el hombre (Lc. 1:78).

1.5.4. La compasión para el necesitado.


1.5.5. El afecto entrañable de Cristo trasladado al creyente (1:8).

1.5.6. El Espíritu de Cristo hace trascendente a Cristo en el cristiano.

1.6. En Cristo hay misericordia.

1.6.1. “Si alguna misericordia”.

1.6.2. Misericordia es el amor compasivo hacia los males de otros.

1.6.3. Es lo que permite amar al miserable.

1.6.4. Son los brazos del padre extendiéndose para abrazar al pródigo en su
estado miserable (Lc. 15:20).

1.6.5. El sustantivo oijktirmov", misericordia, aparece sólo cinco veces en el


Nuevo Testamento y todas ellas referidas a Dios (Ro. 12:1; 2 Co. 1:3;
Fil. 2:1; Col. 3:12; He. 10:28).

1.6.6. A Dios se le califica como Padre de misericordia (2 Co. 1:3).

1.7. Las demandas que vienen luego se formulan en razón de la provisión y


ejemplo de Cristo.

1.7.1. Era el modo habitual de exhortar de Pablo (1 Co. 1:10; Ef. 4:1-3).

1.7.2. Cualquier demanda o exhortación en otra base deja de ser exhortación


para convertirse en presunción.

2. Primera demanda: Unidad (2:2).

Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes,


sintiendo una misma cosa.

plhrwvsate mou thVn caraVn i{na toV autoV fronh`te, thVn aujthVn ajgavphn
e[conte",
Completad de mí el gozo que lo mismo penséis el mismo amor
teniendo
suvmyucoi, toV e}n fronou`nte",
de una misma alma lo uno pensad.

2.1. Un deseo de Pablo.

2.1.1. “Completad mi gozo”.

2.1.2. El corazón de Pablo estaba gozoso por las virtudes de los filipenses
(1:4; 4:10).

2.1.3. Les pide ahora que llenen hasta colmar su capacidad de gozo.

2.1.4. El gozo se completaría si atendían a las tres demandas que siguen.

2.2. Unidad de pensamiento.


2.2.1. “Sintiendo lo mismo”, literalmente “teniendo la misma forma de
pensar”.

2.2.2. Pablo pide la misma actitud mental en todos los creyentes, en


unanimidad de pareceres.

2.2.3. Equivale a tener la mente de Cristo y ver las cosas como Él las vería
(1 Co. 2:16).

2.2.4. No significa esto una forma anodina de pensamiento masificado, sino


el ajuste del pensamiento del creyente al de Cristo.

2.3. Unidad de amor.

2.3.1. “Teniendo el mismo amor”.

2.3.2. El mismo amor, o de la misma calidad que el mostrado por Cristo.

2.3.3. Los problemas surgen cuando hay diferentes formas de amar en los
cristianos.

2.3.4. Un amor que se da a otros sin buscar el provecho propio (Ef. 5:25b-
26).

2.3.5. Sólo en ese amor es posible cumplir el mandamiento de Cristo (Jn.


13:34).

2.3.6. El amor de Cristo es producido en cada creyente por el Espíritu (Gá.


5:22).

2.3.7. Una exhortación semejante (He. 13:1).

2.3.8. En ese amor las discordias y divisiones desaparecen.

2.4. Unidad de sintonía.

2.4.1. “Unánimes” suvmyucoi.

A) Literalmente, siendo de una misma alma.

2.4.2. “Almas que laten juntas en sintonía con Cristo y unas con otras”1.

2.4.3. Como los instrumentos en una orquesta para conseguir la ejecución de


una sinfonía.

2.4.4. “Unánimes, vibrando juntos al son de unos mismos ideales e


impulsados por las mismas motivaciones”2.

2.5. Unidad de propósito.

2.5.1. “Sintiendo una misma cosa”.


1 Archibald Thomas Robertson. Imágenes Verbales en el Nuevo Testamento. Terrasa 1989. Pág. 589.
2 F. Lacueva. o.c. pág. 589.
2.5.2. Teniendo un objetivo común (Col. 3.2).

2.5.3. Como una orquesta donde no hay disonancias entre los instrumentos.

2.5.4. “Como relojes que dan las campanadas simultáneamente”3.

3. Segunda demanda: humildad (2:3).

Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando
cada uno a los demás como superiores a él mismo.

mhdeVn kat= ejriqeivan mhdeV kataV kenodoxivan, ajllaV th`/ tapeinofrosuvnh/


Nada por rivalidad ni por vanagloria sino - en humildad
ajllhvlou" hJgouvmenoi uJperevconta" eJautw`n,
unos a otros teniendo por superiores a sí mismos.
3.1. Lo que debe evitarse.

3.1.1. “Nada hagáis por contienda”.

3.1.2. Las obras hechas por contienda, literalmente, por rivalidad, deben
cesar.

3.1.3. La idea es de obras que se hacen en oposición a otros.

3.1.4. Son obras hechas con espíritu de partido, para arrastras a otros
formando un grupo.

3.1.5. Estas obras pueden revestir aparente piedad, pero sus resultados
niegan la realidad de ella (2 Ti. 3:5).

3.1.6. Era una forma de actuar de algunos en Roma (1:17).

3.2. Otra motivación que debe desecharse.

3.2.1. “O por vanagloria”.

3.2.2. Una apetencia desordenada de gloria personal.

3.2.3. Glorifica al siervo en lugar de glorificar al Señor.

3.2.4. La ambición personal y la vanagloria van siempre juntas.

3.2.5. Es el deseo íntimo, bien sea oculto o manifiesto, de ser alabados,


oídos y vistos de las gentes (Mt. 6:2, 5, 16).

3.3. El modo correcto de obrar.

3.3.1. “Antes bien con humildad”.

3.3.2. Implica sentir de una forma rebajada hacia uno mismo.

3.3.3. Es lo contrario y opuesto a la vanagloria.


3 Archibald Thomas Robertson. o.c. pág. 589.
3.3.4. Es el modo de obrar correcto cuando se ha destronado el yo y se
acepta sin reservas el señoría de Cristo (Gá. 2:20).

3.3.5. La humildad va ligada a la mansedumbre porque exige una sumisión


incondicional a Dios (Mt. 11:29).

3.3.6. Al creyente se le manda vivir en humildad, en razón de la resistencia


divina hacia el orgulloso (Pr. 3:34; 1 P. 5:5).

3.3.7. Dios requiere la humildad en Su pueblo para que pueda ser bendecido
(Is. 66:2; Sof. 3:11,12).

3.3.8. Dios no puede manifestarse entre soberbios (Ap. 3:20).

3.3.9. No es la falsa humildad lo que se demanda, ya que es una forma de


hipocresía (Ro. 12:3).

3.4. La senda de la humildad.

3.4.1. “Estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”.

3.4.2. El creyente debe pensar con cordura de sí mismo y no minusvalorarse


de la realidad que él mismo es en la gracia (Ro. 12:3, 2 Co. 10:12,13).

3.4.3. Pablo habla de estimación: “que cada uno tenga a los demás como
mejores que el mismo”.

3.4.4. Esto impedirá juzgar despectivamente a otros para enorgullecimiento


personal.

4. La tercera demanda: Dedicación a otros (2:4).

No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los
otros.

mhV taV eJautw`n e{kasto" skopou`nte" ajllaV kaiV¼ taV eJtevrwn e{kastoi.
No en lo de sí mismos cada uno poniendo la mira sino también en lo de otros cada unos.

4.1. Desterrando el egoísmo.

4.1.1. “No mirando cada uno por lo suyo propio”.

4.1.2. El apóstol no pide un desinterés personal, sino una preferencia por el


interés ajeno.

4.1.3. Que la mirada atenta e interesada no sea únicamente por los intereses
propios.

4.2. La dedicación evidenciada.

4.2.1. “Sino cada cual también por los de los otros”.

4.2.2. El interés por lo de otros elimina el egoísmo y los partidismos.


4.2.3. El adjetivo otros, eJtevrw" es una clave esencial para entender el
capítulo.

4.2.4. El interés por otros tienen una gran amplitud.

A) Incluye la disciplina (Mt. 18:15).

B) Incluye la comunión práctica (1 Jn. 3:17).

C) Incluye el perdón (Lc. 17:3-4; Mt. 6:12, 14, 15).

D) Incluye la restauración dando el primer paso (Mt. 5:23).

4.2.5. “Es al dar nuestras vidas en devoto sacrificio por otros que nos
elevamos por encima de las egoístas pendencias de los hombres”4.

4.2. El ejemplo supremo de la humildad (2:5-11).

1. Una demanda concreta (2:5).

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.

Tou`to fronei`te ejn uJmi`n o} kaiV ejn Cristw`/ jIhsou`,


Esto pensad entre vosotros lo que también en Cristo Jesús.

1.1. La actitud mental del creyente.

1.1.1. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús”.

1.1.2. La forma de pensar que condiciona los sentimientos.

1.1.3. Pablo desea que los filipenses sientan y piensen lo mismo que Cristo
sobre la humildad y sujeción.

1.1.4. El verbo está en presente continuativo, equivale a decir: “Tened


continuamente en vosotros este sentir”.

1.1.5. La medida de la humildad no está en otros sino en Cristo.

1.1.6. Llamados a imitar el espíritu que motivó los actos del Señor.

1.1.7. El ejemplo de Cristo para el creyente está ampliamente manifestado,


como norma de vida cristiana, en el Nuevo Testamento (Mt. 11:29; Jn.
13:12-17, 34; 21:19; 1 Co. 11:1).

1.1.8. “Haya, pues, en vosotros este sentir; tened los mismos pensamientos
compasivos; no consideréis vuestros propios intereses
exclusivamente; no permitáis que algo vuestro impida; sino estad
siempre listos a sacrificaros hasta lo último para que el propósito
redentor de Dios sea comunicado por vuestro medio a los que tanto
necesitan su salvación. Es algo asombroso que cada día nosotros,

4 William Macdonald. Comentario al Nuevo Testamento. Terrasa, 1995. Pág. 922.


aunque tan imperfectos y flacos, podamos reiterar el plan y la obra de
Jesucristo, nuestro Emanuel”5.

1.2. El ejemplo convertido en un admirable párrafo cristológico.

1.2.1. Pablo no se proponía escribir sobre la doctrina de los estados de


humillación y exaltación de Jesucristo, sino poner un ejemplo
estimulante para los filipenses.

1.2.2. Las frases que siguen expresan doctrina conocida por ellos.

1.2.3. Sin embargo, son verdades tan profundas y perfectamente unidas que
se convierten en una admirable exposición cristológica.

1.2.4. Este párrafo es sólo comparable en los escritos paulinos con Col. 1:15-
23; 2:9-15).

1.2.5. Algunos creen que se trata de un himno de la iglesia primitiva6.

1.2.6. El párrafo comprende tres partes.

A) La preexistencia de Cristo (v. 6).

B) El estado de humillación del Hijo de Dios (vv. 7-8).

C) El estado de exaltación del Hijo de Dios (vv. 9-11).

2. La preexistencia de Cristo (2:6).

El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse.

o}" ejn morfh`/ Qeou` uJpavrcwn oujc aJrpagmoVn hJghvsato toV ei\nai i[sa
Qew`/,
Quien en la forma de Dios existiendo no rapiña consideró el ser igual que
Dios.

2.1. La deidad manifestada.

2.1.1. Cristo existe eternamente como Dios.

A) El cual siendo en forma de Dios.

2.1.2. Pablo no está haciendo un contraste entre la naturaleza (fuvsi") divina


y humana de Jesucristo, sino entre la forma (morfhv) de Dios y la de
siervo.

2.1.3. El sustantivo forma (morfhv) indica no una mera apariencia, sino la


exteriorización real del ser.

5 F. Meyer. o.c. Pág. 80.

6 Entre otros Geiselmann, Lohmeyer, Arvedson, y Cullman


2.1.4. La forma está relacionada y deriva de la naturaleza pero no se
identifica con ella, pudiendo despojarse de su forma pero no de su
naturaleza.

A) De hecho Cristo se vació de una forma para manifestarse en otra.

B) Sin embargo, forma, exige siempre la presencia de atributos


esenciales.

2.1.5. Pablo afirma que Cristo existía en “forma de Dios”, lo cual quiere
decir que su eterna preexistencia fue divina, esto es, Cristo es
eternamente Dios.

2.1.6. Aunque no hubiera otras evidencias y expresiones de fe, sería


suficiente esta para afirmar la deidad de Cristo.

2.1.7. Sólo Dios puede existir en “forma” de Dios.

2.1.8. La deidad de Cristo.

A) Afirmada (Jn. 1:1; Ro. 9:5; 1 Jn. 5:20).

B) Manifestada en Cristo como el Verbo de Dios, que expresa


absoluta e infinitamente a Dios, porque es Dios (Jn. 1:1).

C) Manifestada en Cristo en razón de ser el Hijo de Dios, Unigénito


(monogenhv") del Padre, el único de esa condición (Jn. 1:14).

D) Manifestada en Cristo en razón de ser la “imagen del Dios


invisible”, lo que habla de consustancialidad al tener la misma
esencia divina del Padre y del Espíritu (Col. 1:15).

E) Manifestada en Cristo en razón de ser el resplandor de la gloria


del Padre (He. 1:3).

F) Manifestada en Cristo en razón de ser la “misma imagen”, o


impronta, de la sustancia del Padre (He. 1:3).

2.1.9. La forma de Dios tiene que ver con la gloriosa presencia de la deidad
en su majestad imponente (Jn. 17:5).

A) Gloria que fue vista por los hombres (Jn. 1:14).

B) Revelada en visión a los profetas (Is. 6:1; Ap. 1:14-16).

2.2. La solicitud de Cristo.

2.2.1. “No estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse”.

2.2.2. El “sentir” de Cristo no le llevó a retener en Su beneficio Su


condición divina.

2.2.3. Cristo era igual a Dios, equivale a ser lo que Dios es.
2.2.4. Todo lo que hay en Dios y es Dios, está en Cristo (Col. 2:9).

2.2.5. Por el contrario tampoco no hay nada en Dios que no esté en Cristo, es
decir, no existe en Dios ninguna cualidad no-crística.

2.2.6. En esa forma de Dios estuvo dispuesto a vaciarse para llegar al estado
de humillación en la forma de siervo.

2.2.7. Cristo no consideró la manifestación exterior de su deidad como algo


irrenunciable y que debía retener a toda costa.

2.2.8. La decisión de no mantener a cualquier precio la expresión de su


deidad, tuvo que haberse tomado en la eternidad antecedente, cuando
se estableció el plan de redención (2 Ti. 1:9).

3. El vaciamiento del Hijo de Dios (2:7).

Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres.

ajllaV eJautoVn ejkevnwsen morfhVn douvlou labwvn, ejn oJmoiwvmati


ajnqrwvpwn
Sino que a sí mismo anonadó forma de siervo tomando en semejanza de hombre
genovmeno":
hecho;

3.1. El Hijo anonadándose.

3.1.1. Despojándose a sí mismo.

A) “Sino que se despojó a Sí mismo”.

3.1.2. Despojarse o anonadarse equivale a vaciarse de algo.

A) El verbo está en aoristo de indicativo activo.

3.1.3. Implica el despojarse, un acto de libre albedrío y volición, no le fue


impuesto, ni hubiera sido posible como Dios que es; la tomó
libremente.

3.2. De que se despojó el Hijo de Dios.

3.2.1. Pablo no está interesado en ese asunto, simplemente hizo una


afirmación.

3.2.2. No se despojó de su naturaleza divina, que eternamente tiene porque


es Dios.

3.2.3. No se despojó de sus atributos divinos, sino sería un Dios rebajado, y


en Él habita la plenitud de la Deidad (Col. 2:9).

A) Todos los atributos divinos, tanto ónticos como operativos y


morales, se identifican con la esencia divina, por tanto, están
presentes eterna y permanentemente en Dios.

3.2.4. No se despojó del uso de sus atributos divinos ya que Cristo es una
Persona Divina con dos naturalezas, aunque la humana actuó bajo la
acción del Espíritu Santo.

A) Hay notables evidencias bíblicas del uso de los atributos divinos


durante el ministerio terrenal del Señor.

3.2.5. El Señor se despojó de su gloria, impronta divina propia de la forma


de Dios.

A) El Señor pidió por la recuperación de aquella gloria (Jn. 17:4).

B) Él tenía que mostrarse desde su humanidad a semejanza de los


demás hombres.

3.2.6. El Señor se despojó de sus riquezas (2 Co. 8:9).

A) Renunció a todo, incluyendo Su propia vida (Mt. 20:28; Mr.


10:45; Jn. 10:11).

B) Nunca tuvo nada propio (Mt. 8:20).

C) Aun sin nada asumió solidariamente la deuda infinita del pecado


del mundo, haciéndose deudor sustituto (Is 53:6).

3.2.7. El Señor se despojó de su gloria encubriéndola bajo el mandil, la ropa


de trabajo del Siervo de Yahwe (Is.42:1; 53:13).

3.3. El estado de humillación.

3.3.1. “Tomando forma de siervo”.

3.3.2. El segundo elemento de la antítesis de Pablo: Forma de Dios y ahora


forma de siervo.

3.3.3. El estado de humillación no consistió en hacerse hombre, sino en


hacerse siervo, manifestándose como tal, quien antes era sólo Dios y
Señor.

3.3.4. No implica tanto llegar a un estado social de esclavitud, sino el de


entrega voluntaria a un servicio de obediencia absoluta al Padre en la
ejecución del plan de redención, desde la realidad de su humanidad.

3.3.5. Esa forma que manifiesta el estado de humillación fue tomada en un


determinado momento del tiempo histórico de los hombres, como
cumplimiento de una decisión eterna antecedente.

3.3.6. Si vino en una existencia de “forma de siervo” quiere decir que era la
expresión visible de una realidad esencial, sólo posible desde su
humanidad.
3.3.7. Es un siervo voluntario que cumple en sí una enseñanza bíblica desde
el Antiguo Testamento.

A) La enseñanza en Hebreos (He. 10:5).

B) La enseñanza en los Salmos (Sal. 40:6).

C) La enseñanza en la ley (Ex. 21:5-6).

3.3.8. Un admirable contraste.

A) Satanás quiso ser semejante al Altísimo y establecer su trono al


lado del trono de Dios (Is. 14:13-14).

B) El hombre quiso llegar a ser como Dios (Gn. 3:5).

C) Dios en cambio asume la forma de siervo para servir (Jn.4:34;


6:38; Lc. 22:42).

3.4. El vehículo de la humillación.

3.4.1. “Hecho semejante a los hombres”

3.4.2. Una nueva antítesis: existía o existiendo (uJpavrcwn) en forma de


Dios, contraste con hecho (genovmeno") semejante a los hombres.

A) Quien existía, vino a ser hecho.

3.4.3. La verdad expresada de otro modo (Jn.1:14).

3.4.4. Hecho, quiere decir que antes no tenía la naturaleza humana.

3.4.5. El Verbo de Dios entró a la humanidad en un momento determinado


por Dios de la historia humana (Gá. 4:4).

3.4.6. Concebido en María por obra del Espíritu Santo (Lc. 1:35).

3.4.7. Gestado y alumbrado como los hombres (Lc. 1:38; 2:7).

3.5. “Semejante a los hombres”.

3.5.1. Jesucristo era como los otros hombres en cuanto a los elementos
constitutivos de una humanidad, o de una naturaleza humana.

A) Poseedor de cuerpo humano (Gá. 4:4: Lc. 5:22; Mt. 26:26,28; Mr.
14:8).

B) Poseedor de un alma humana (Mt. 26:38; Mr. 14:34).

C) Poseedor de un espíritu humano (Lc. 23:46; Jn. 11:33; 19:30).

3.5.2. Sin embargo, si era semejante entraña alguna diferencia, esto es, que
Cristo era algo más que un mero hombre, y que había en Él
diferencias fundamentales con los demás hombres.

3.5.3. Una diferencia sustancial y única es que su naturaleza humana y sólo


la suya, desde el mismo instante de la concepción fue puesta en unión
personal con y en la Persona Divina del Hijo de Dios, quien la
sustenta y esa Persona Divina, viene a ser el sujeto de atribución de
aquella humanidad.

3.5.4. Una segunda diferencia tiene que ver con la ausencia de pecado en la
humanidad de Jesús (2 Co. 5:21).

A) Dios envió a su Hijo “en semejanza de carne de pecado” (Ro.


8:3).

3.5.5. Aunque es un hombre real, su humanidad no le despojó de su


naturaleza divina, sino que siendo hombre perfecto era también Dios
verdadero.

3.5.6. En razón de que el sujeto de atribución de responsabilidad de las


acciones constituye la base de la personalidad, se manifiesta la
humanidad de Cristo como la de un hombre sin personalidad humana.

3.6. La unión hipostática.

3.6.1. Jesucristo es una persona teantrópica o teándrica, esto es, divino-


humana.

3.6.2. Esa unión es hipostática porque las dos naturalezas se unen y


sustentan en la Persona Divina del Hijo de Dios, sin mezcla entre
ellas.

3.6.3. La encarnación del Hijo de Dios no disminuyó la trascendencia de su


Persona Divina, sin embargo no hay confusión de naturalezas, de
modo que la humanidad de Jesucristo subsistente en la Persona del
Verbo, no participa en la esencia sustancial de la Deidad.

3.6.4. La unión es hipostática porque tiene lugar en el núcleo mismo de la


personalidad, siendo la Segunda Persona Divina, el sujeto de
atribución de las dos naturalezas.

3.6.5. La unión hipostática es indisoluble.

A) De Jesús, hombre, heredero del trono de David, se dice que su


reino no tendrá fin (Lc.1:33).

B) De Jesús, el hombre perfecto, como sacerdote se dice que su


sacerdocio es inmutable, por tanto eterno (He. 7:24).

4. La máxima expresión del estado de humillación (4:8).

Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente


hasta la muerte, y muerte de cruz.
kaiV schvmati euJreqeiV" wJ" a[nqrwpo" ejtapeivnwsen eJautoVn genovmeno"
y en aspecto externo hallado como hombre se humilló a sí mismo hecho
uJphvkoo" mevcri qanavtou, qanavtou deV staurou`.
obediente hasta muerte y muerte de cruz.

4.1. El porte visible de Jesucristo.

4.1.1. Jesús era visiblemente un hombre.

A) “Y estando en la condición de hombre”.

4.1.2. Condición (schvmati) se refiere expresión visible de su humanidad.

4.1.3. Quien vino a ser hecho semejante a los hombres, fue visto y apreciado
como hombre, por los hombres (1 Jn.1:1).

4.1.4. El Señor manifestó en todo la condición de hombre.

A) Nació (Lc. 2:7).

B) Creció (Lc. 2:52).

C) Tuvo una familia humana (Mt. 13:56).

D) Trabajó (Mr. 6:3).

E) Tuvo hambre, sueño, sed, y cansancio (Mt. 4:2; Jn. 4:6-7; Mr.
4:38).

F) Lloró (Jn. 11:35).

G) Fue un hombre social (Jn. 2:1-2).

4.1.5. Los hombres hablaban de él como de un hombre (Mt. 16:13; Jn. 7:46;
10:33).

4.1.6. En su juicio fue presentado como hombre (Jn. 19:5).

4.1.7. La condición (schvmati), se diferencia de la forma (morfhv) en que la


condición puede cambiar, mientras que la forma es invariable.

4.2. La humildad manifestada.

4.2.1. “Se humilló a sí mismo”.

4.2.2. Desde el anonadamiento (kenov") a la humillación (tapeivnwsi").

4.2.3. El Señor se abajó a sí mismo, en el camino de la humillación


suprema.

4.2.4. El Señor aceptó el abatimiento.

4.2.5. La raíz de la palabra es la misma que para humildad.


4.2.6. Manso y humilde hasta el extremo (Mt. 11:29).

4.3. La obediencia suprema.

4.3.1. Una obediencia “hasta la muerte y muerte de cruz”.

4.3.2. La obediencia es la manifestación propia de un siervo.

4.3.3. En su muerte, siendo a la vez sacerdote y víctima, se ofreció a Sí


mismo por el pecado (Is. 53:10).

4.3.4. La entrega personal a la muerte era un acto de obediencia al Padre (Jn.


17:17-18).

4.3.5. El hacerse hombre tenía por objeto poder morir por todos (He. 2:14).

4.3.6. La muerte sustitutoria de Cristo era una manifestación de la gracia


(He. 2:9).

4.3.7. Muerte, en la Biblia, no es el término de la existencia, sino un estado.

A) Muerte física, es el estado de separación entre la parte material y


espiritual del hombre.

B) Muerte espiritual es el estado de separación entre el hombre y


Dios a causa del pecado (Gn. 2:17; Ef. 2:5).

4.3.8. El Señor “gustó la muerte por todos” (He. 2:9).

A) Tanto en su sentido físico como espiritual, al ocupar el lugar del


pecador.

B) Físicamente (Lc. 23:46; Jn. 19:30).

C) Espiritualmente (Mt. 27:45-46; Mr. 15:34; Sal. 22:1).

4.4. La humillación suprema.

4.4.1. “Y muerte de cruz”.

4.4.2. La crucifixión era el modo de muerte reservado a sediciosos, rebeldes


y esclavos.

4.4.3. Era una muerte infamante.

A) Por la exposición vergonzosa del reo, desnudo totalmente a la


vista del pueblo para ser injuriado.

B) Por el sufrimiento que comportaba.

C) Por la tremenda agonía que producía, ya que el ajusticiado moría


por asfixia.
4.4.4. Jesús necesitó el aliento divino para vencer la resistencia natural y
moral del hombre a esa forma de muerte (Lc. 22:43; He. 9:14).

4.4.5. La muerte de cruz fue una expresión admirable de su entrega


voluntaria ya que como Dios tenía poder para bajar de la cruz y
destruir a sus enemigos.

4.4.6. La muerte de cruz era una muerte para el maldito por Dios (Dt.
21:23).

4.4.7. Cristo fue hecho maldición para abrir al hombre la puerta de la


bendición (Gá. 3:13).

4.4.8. La cruz era oprobio para todos.

A) La cruz era lugar de vergüenza para los romanos (He. 12:2).

B) La cruz era lugar de tropiezo para los griego (1 Co. 1:23).

4.4.9. Cristo no pudo humillarse en un mayor abatimiento y humillación,


llegado así a las “partes más bajas de la tierra” (Ef. 4:9).

5. El estado de exaltación del Hijo de Dios (5:9).

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre
todo nombre.

dioV kaiV oJ QeoV" aujtoVn uJperuvywsen kaiV ejcarivsato aujtw`/ toV


o[noma toV
Por lo que también - Dios le sobre exaltó y otorgó le el nombre
el
uJpeVr pa`n o[noma,
sobre todo nombre.

5.1. El resultado de la humillación.

5.1.1. Dios exaltó a Jesús hasta lo sumo.

5.1.2. La cruz era el punto de partida para la exaltación suprema;


literalmente “le superexaltó”.

5.1.3. Es la respuesta al deseo de quien se había humillado hasta lo sumo


(Jn. 17:4-5).

5.1.4. Es el cumplimiento de la enseñanza de Jesús (Mt. 23:12).

5.1.5. Es concordante con la enseñanza bíblica en general (Lc. 1:52; 14:11;


18:14; Stg. 4:10; 1 P. 5:6).

5.1.6. Fue a causa del padecimiento de muerte que recibió la exaltación (He.
2:9 con 1:3; 12:2).

5.1.7. La exaltación de Jesucristo supera cualquier otra ya que no sólo fue


promovido a la gloria, como lo serán los creyentes, sino que su
glorificación no tiene comparación posible.

A) El Mediador traspasó los cielos (He. 4:14).

B) Fue hecho más sublime que los cielos (He. 7:26).

C) Subió por encima de los cielos (Ef. 4:10).

D) Se sentó a la diestra del trono de Dios (Mr. 16:19; Hch. 2:33;


5:31; Ro. 8: 34; He. 1:3; 12:2).

E) Es Rey sobre toda autoridad, ahora y por siempre (Ef. 1:20-22).

5.1.8. La exaltación pasa necesariamente por tres etapas.

A) Resurrección de entre los muertos (Jn. 10:18; Ro. 8:11; 10:9).

B) Ascensión (Lc. 24:26).

C) Sesión a la diestra de Dios (Mr. 16:19).

5.1.9. El sujeto de la exaltación es el Verbo de Dios en su naturaleza


humana.

5.2. El nombre admirable.

5.2.1. “Y le dio un nombre que es sobre todo nombre”

A) Literalmente el nombre y no un nombre.

5.2.2. El nombre le fue dado, concedido, como el nombre vinculado a la


obra de gracia.

A) La raíz de gracia, está en el dio del texto.

5.2.3. Pablo aclara de que nombre se trata en el siguiente versículo.

5.2.4. El “nombre sobre todo nombre” tiene que relacionarse


necesariamente con la deidad de Jesucristo.

5.2.5. Este es, por tanto, el nombre humano del Verbo de Dios encarnado,
dado por Dios mismo.

6. La autoridad suprema bajo el nombre dado (2:10).

Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,
y en la tierra, y debajo de la tierra.

i{na ejn tw`/ ojnovmati jIhsou` pa`n govnu kavmyh/ ejpouranivwn kaiV
ejpigeivwn
Para que en el nombre de Jesús toda rodilla se doble de celestiales y de sobre la
tierra
kaiV katacqonivwn
y de debajo de la tierra.

6.1. El nombre revelado.

6.1.1. “Para que en el nombre de Jesús”.

6.1.2. Jesús fue el nombre dado por Dios para su Hijo aun antes de ser
concebido que, como hombre, nacería en Belén (Mt. 1:21; Lc. 1:31).

6.1.3. Jesús significa Yahwe salva, es por tanto un nombre divino, ya que la
salvación es de Jehová (Sal. 3:8; Jon. 2:9).

6.1.4. De Jesús se dice que “Él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt.
1:21).

6.1.5. Con todo, el nombre Jesús fue considerado como el de alguien sin
atractivo, esto es un hombre sin importancia ni estimable (Is. 53:2).

6.1.6. Cuando Jesús declaró su deidad fue amenazado de muerte por los
hombres (Jn.10:33).

6.1.7. Fue el nombre de burla en la crucifixión (Mt. 27:37, 39).

6.1.8. Sin embargo Jesús es Dios bendito (Jn. 1:1; Ro. 9:5).

6.2. La autoridad suprema bajo ese nombre.

6.2.1. “Se doble toda rodilla”.

6.2.2. Reconocimiento universal de su deidad y, por tanto, de su señoría.

6.2.3. Quienes se inclinaron en burla ante Jesús de Nazaret crucificado,


tendrán que hacerlo ante el mismo Jesús glorificado, reconociéndole
como Dios.

6.2.4. Es algo profetizado ya en el Antiguo Testamento (Is. 45:23, 24).

6.2.5. Jesús no es un hombre elevado o un dios rebajado, sino el infinito y


eterno Dios hecho hombre (Jn. 1:14).

6.2.6. La autoridad de ese nombre queda ya evidenciada ahora en los


milagros hechos bajo su autoridad (Hch. 3:6; 9:34; 16:18).

6.3. La sujeción universal bajo el nombre de Jesús.

6.3.1. “Los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra”.

6.3.2. Tres grupos de seres mencionados.

6.3.3. “Los que están en los cielos”.

A) Querubines y serafines.
B) Ángeles y arcángeles santos.

C) Los millones de salvos en la presencia de Dios (Ef. 1:21; 3:10; 1


P.3:22; Ap. 4:8-11; 5:8-12).

6.3.4. Los que estén sobre la tierra.

A) Todos los hombres que vivan en el planeta (1 Co. 15:40).

6.3.5. Los que están debajo de la tierra.

A) Muertos sin salvación.

B) Ángeles caídos (Mt. 16:18; Jud. 6).

6.3.6. Quienes no hayan querido reconocer la deidad de Jesús y doblar sus


rodillas voluntariamente, tendrán que hacerlo en el futuro en
reconocimiento universal de su Deidad.

7. La confesión universal del señorío de Jesucristo (2:11).

Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

kaiV pa`sa glw`ssa ejxomologhvshtai o{ti Kuvrio" jIhsou`" CristoV" eij" dovxan
Y toda lengua confiese que Señor Jesucristo para gloria
Qeou` Patrov".
de Dios Padre.

7.1. La universalidad de la confesión.

7.1.1. “Y toda lengua confiese”.

7.1.2. Se trata de las lenguas que corresponden a todas las rodillas del
texto anterior.

A) No sólo es un acto de sumisión, sino de reconocimiento y


proclamación.

7.1.3. Confesar implica un reconocimiento convencido.

7.1.4. El reconocimiento y confesión de Jesús como Salvador, produce ahora


la salvación de quienes creen en su corazón y confiesan con su boca
(Ro. 10:9-10).

7.1.5. No se trata aquí de una segunda oportunidad, ni mucho menos de un


universalismo salvífico.

7.1.6. La confesión universal sobre Jesucristo no alterará la situación de


quienes confiesen entonces.

7.2. La confesión.

7.2.1. “Que Jesucristo es el Señor”.


7.2.2. Todo el universo confesará proclamando que Jesús de Nazaret es el
Señor.

7.2.3. Equivale al reconocimiento universal de Jesús como Dios.

7.2.4. Señor es la traducción griega del nombre inefable de Dios.

7.2.5. Así lo declara Pedro en su mensaje (Hch. 2:34).

7.2.6. Ahora aun no se ve este reconocimiento del señorío y deidad de


Jesucristo (He. 2:8).

7.2.7. Hay sin embargo un grupo de seres que confiesan ya esta verdad, y
reconocen y exalta a Jesús de este modo.

A) Los ángeles y salvos en los cielos (Ap. 5:11-14).

B) Los creyentes en la tierra, que por el Espíritu confiesan a Jesús


como Señor (1 Co. 12:3).

7.2.8. Jesús será proclamado Señor supremo, culminando así el


reconocimiento del nombre recibido, en pleno sentido soteriológico y
escatológico (Ap. 5:13; 17:14; 19:16).

7.3. La meta suprema de la exaltación.

7.3.1. “Para gloria de Dios Padre”.

7.3.2. La gloria de Dios es la meta suprema (1 Co. 15:28).

7.3.3. En la proclamación universal del señorío de Cristo, el Padre que le


exaltó a lo sumo será glorificado (Jn. 13:31,32; 14:13; 17:1).
APLICACIÓN PERSONAL

1. Jesús es el ejemplo supremo para el cristiano.

1.1. El modo de llevar a cabo la vida cristiana (He. 12:2).

1.2. El sentimiento cristiano (Fil. 2:5).

1.3. Jesús es el ejemplo supremo de humildad, por tanto, el creyente debe ser
humilde si la razón de vida es el Señor mismo (Fil. 1:21).

1.4. Sólo así se aprende de Él (Mt. 11:29).

1.5. Sólo así se alcanza descanso espiritual.


PREGUNTAS DE REPASO PARA EL ESTUDIO 2a

1. ¿Cuáles son las cosas que el creyente tiene en Cristo según los vv. 1-4?

2. ¿Qué significa consolación” (v. 1)?

3. ¿Qué se expresa con la palabra misericordia?

4. ¿En qué consiste la exhortación del apóstol en los vv. 3-4?

5. Indica el texto del pasaje que afirma la eterna existencia de Cristo.

6. ¿Qué significa la expresión en forma de Dios?

7. ¿Qué diferencia existe entre la limitación y la humillación del Hijo de Dios?

8. Detalla los pasos del descenso de Jesucristo desde la gloria al máximo estado de
humillación.

9. ¿En qué consistió el despojarse de Cristo?

10. ¿Qué significa la expresión hecho semejante a los hombres?

11. ¿Qué tipo de muerte gustó Cristo en lugar del pecador?

12. ¿Cuál es el nombre supremo que recibió el Señor en su exaltación?

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