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Este documento define el tejido social como un proceso histórico de configuración de vínculos e instituciones que determinan las formas de interacción social. Explica que el tejido social está configurado por tres elementos: los vínculos sociales, la identidad y los acuerdos. Además, identifica tres tipos de configuradores del tejido social: los configuradores comunitarios que constituyen el núcleo, los configuradores institucionales como la familia y la educación que organizan la sociedad, y los configuradores estructural
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Uno de los pilares conceptuales de esta investigación es el tejido social
Este documento define el tejido social como un proceso histórico de configuración de vínculos e instituciones que determinan las formas de interacción social. Explica que el tejido social está configurado por tres elementos: los vínculos sociales, la identidad y los acuerdos. Además, identifica tres tipos de configuradores del tejido social: los configuradores comunitarios que constituyen el núcleo, los configuradores institucionales como la familia y la educación que organizan la sociedad, y los configuradores estructural
Este documento define el tejido social como un proceso histórico de configuración de vínculos e instituciones que determinan las formas de interacción social. Explica que el tejido social está configurado por tres elementos: los vínculos sociales, la identidad y los acuerdos. Además, identifica tres tipos de configuradores del tejido social: los configuradores comunitarios que constituyen el núcleo, los configuradores institucionales como la familia y la educación que organizan la sociedad, y los configuradores estructural
Uno de los pilares conceptuales de esta investigación es el tejido social, para este sentido
adoptamos la definición de Manzano et al. (2019) siguiendo a Mendoza (2016) y Romero
(2006) proponen que el tejido Social puede ser definido como: Un proceso histórico de configuración de vínculos sociales e institucionales que comprende un conjunto de relaciones efectivas las cuales determinan las formas particulares de ser, producir, interactuar y proyectarse en los ámbitos familiares, comunitarios, laborales y ciudadanos, que favorecen la cohesión y la reproducción de la vida social. (p. 67) Mendoza (2016) define tres configuradores del tejido social, los cuales son, los configuradores comunitarios, los configuradores institucionales y los configuradores estructurales. Los configuradores comunitarios son los que constituyen el núcleo del tejido social, este último se encuentra constituido por tres elementos: los vínculos sociales, la identidad o la identificación y los acuerdos. En primer lugar, los vínculos sociales se componen de las formas y estructuras relacionales que proporcionan confianza y cuidado para la vida en sociedad, dentro de este elemento están las dimensiones de la confianza y del cuidado, este configurador se basa en la estima, la solidaridad y el cuidado (Manzano et al., 2019). En segundo lugar, la identidad o identificación hace referencia a los referentes de sentido que orientan o justifican un modo de vida personal o la pertenencia a un colectivo, en este sentido, Mendoza (2016) señala que estos referentes son expresados en “prácticas culturales (símbolos, ritos, fiestas, etc.) y en la construcción de narrativas colectivas”. Las experiencias compartidas generaran un continuo ajuste a los referentes compartidos (Manzano et al., 2019). Por último, los acuerdos se materializan como la participación individual o colectiva en las deliberaciones y decisiones que afectan la vida personal y social de una comunidad. Los acuerdos son fundamentales para establecer metas colectivas y fortalecer el desarrollo de relaciones interpersonales (Manzano et al., 2019). Los configuradores institucionales son las diferentes formas de organización que permiten el funcionamiento social, son aquellas instituciones que tienen la función de ordenar, organizar y normalizar los comportamientos de los integrantes de una sociedad y proporcionar condiciones de vida propicios para la misma convivencia social. Representaciones de estos configuradores son: la familia, la educación escolar, el trabajo, la economía ordinaria, la organización social, las iglesias o instituciones religiosas, entre otras (Manzano et al., 2019). Estos se encuentran interconectados. Los configuradores estructurales se constituyen como las formas socioeconómicas, políticas, culturales, educativas, entre otras, que determinan las condiciones contextuales locales. De forma que estos configuradores se pueden entender como las formas que establecen las características y el estado del entorno social, que determina las condiciones en que se desarrolla las condiciones de vida de los individuos en una sociedad determinada (Manzano et al., 2019).