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EL MARCO DE TRABAJO DEL ESTUDIO GLOBAL ENTREPRENEURSHIP

MONITOR (GEM) Y LAS TEORÍAS SOBRE EMPRENDIMIENTO

Elena Ortega García (elenaortega@ieslarosaleda.com)


Josefa García Mestanza (jgm@uma.es)

INTRODUCCIÓN

El emprendimiento es un tema de interés creciente en las investigaciones científicas debido


a su contribución al crecimiento económico, al rejuvenecimiento del tejido socioproductivo, al re-
lanzamiento de los espacios regionales, a la dinamización del proceso innovador y a la generación
de empleo (Kantis, Ishida y Kori, 2002). De hecho, entender las características y la naturaleza de
este fenómeno y sus implicaciones se ha constituido en uno de los puntales fundamentales de la
investigación, siendo numerosos los trabajos que se centran en analizar qué es lo que predispone a
las personas a ser emprendedoras y a constituir su propia empresa, teniendo en cuenta que no existe
un conjunto único y universal de razones aplicables a cualquier individuo, sino que cada sujeto tie-
ne sus propios motivos, los cuales pueden cambiar a lo largo de su vida.
Por ello, el objeto principal de este estudio es, a partir de la recapitulación de las teorías so-
bre creación de empresas y emprendimiento presentes en la literatura atendiendo a factores econó-
micos, psicológicos, socioculturales e internos a la organización, establecer una comparación con el
actual modelo en el que se basa la investigación y el análisis el proyecto Global Entrepreneurship
Monitor (GEM) sobre emprendimiento. En definitiva, se pretende detectar elementos comunes y
divergentes entre las diferentes propuestas que nos permitan entender en mayor profundidad los
factores que dirigen el proceso emprendedor o si existen aspectos sin considerar en el GEM, pues el
estudio de este fenómeno será deficiente si se centra únicamente en características y comportamien-
tos parciales.
A fin de alcanzar el objetivo propuesto el presente artículo de investigación se estructura en
cuatro apartados, uno de conceptualización, como paso previo para iniciar el estudio de esta figura,
otro sobre el proyecto GEM, su importancia, contribución a la investigación y aspectos analizados
en el modelo actual, a continuación, en otro se recogen agrupadas las diferentes teorías sobre em-
prendimiento y, por último, en otra sección se presentan los resultados sobre el análisis de las prin-
cipales convergencias/divergencias detectadas y conclusiones obtenidas tras la revisión efectuada.

CONCEPTUALIZACIÓN DEL EMPRENDIMIENTO

Los términos emprendedor y emprendimiento han sido analizados desde diferentes campos
del conocimiento y abordados bajo diversas perspectivas, no existiendo unanimidad sobre su con-
ceptualización. Un elevado número de autores han introducido diversas matizaciones sobre la figura
del emprendedor y han explicado la función que desempeña éste. Sin ánimo de realizar una revisión
exhaustiva de la literatura sobre sus rasgos distintivos y las acciones que acomete, pero sí de delimi-
tarlo conceptualmente, es de obligada mención las aportaciones de autores como:
McClelland (1968) que se centra en analizar sus rasgos psicológicos; Shapero (1975) que
considera que éste posee iniciativa, organiza ciertos mecanismos sociales y económicos y acepta el
riesgo a fracasar; Hisrich (1985) que lo relaciona con el proceso de creación de valor; Carsrud, Olm
y Eddy (1985) que lo conciben como el que está dispuesto y es capaz de comprometerse; Hisrich y
Peters (1989 y 1995) que destacan su asunción de riesgo; Schumpeter y Schumpeter (1994) que
enfatizan su rol innovador; Nueno (1994) que le atribuye una especial sensibilidad para detectar
oportunidades y capacidad de movilizar recursos externos; Benavides, Sánchez y Luna (2004) que
lo definen como un creador, capaz de detectar ideas con potencial y materializarlas; o, Hunter
(2011) que resalta su aprovechamiento de oportunidades que surgen de las estrategias, las capacida-
des y los recursos de la empresa.
Bajos estos rasgos característicos, a nivel empresarial, los emprendedores se podrían definir
como individuos que innovan, identifican y crean nuevas oportunidades de negocios, reuniendo y
coordinando nuevas combinaciones de recursos para extraer los máximos beneficios de sus innova-
ciones en un entorno incierto (Amit et al., 1993). Así, al considerarse al/la emprendedor/a como un
individuo que emprende, crea una empresa y se torna empresario el proceso general se denomina
creación de empresas y la acción se designa como emprendimiento (Crissien, 2009).

PROYECTO GLOBAL ENTREPRENEURSHIP MONITOR

El proyecto GEM, cuyo inicio ha de fecharse en 1999, a raíz de la asociación entre London
Business School y Babson College, se dedica a medir la actividad emprendedora con un alcance
internacional, su relación con el crecimiento económico, tratando de profundizar en las percepcio-
nes que tienen los individuos sobre el emprendimiento, su implicación en las actividades empren-
dedoras así como sus aspiraciones, es decir, medir las actitudes y valores emprendedores a nivel
individual entre la población.
En su concepción de actividad emprendedora, el proyecto propone un enfoque amplio y fle-
xible que va más allá de la consideración del emprendimiento como autoempleo y/o registro oficial
de empresas, datos estos sobre los cuales se ha realizado la mayoría de la investigación sobre em-
prendimiento (Estrin y Mickiewicz, 2011).
Además, se utiliza una estructura de investigación que enlaza las características a nivel indi-
vidual del emprendimiento con su contexto nacional resultando en la creación de diferentes perfiles
de emprendedores que tienen diversos impactos en el desarrollo económico (Bosma, et al., 2012),
es decir, define un modelo conceptual que parte de elementos claves de la relación entre el empren-
dimiento y crecimiento económico y la forma en que estos elementos interactúan.
La estructura conceptual de su primer modelo, en el año 1999, partía del supuesto básico de
que el crecimiento económico de un país estaba ligado a la habilidad personal de los individuos
para identificar oportunidades, proceso que tenía lugar en un entorno concreto (Amorós et al.,
2014).
Desde 2008, siguió la clasificación de tipología de países basada en Porter, categorizando a
los mismos por el estadio de desarrollo económico de sus economías impulsadas por factores de
producción, por la eficiencia y por la innovación (Porter, Sachs y McArthur, 2002).
En el 2014, año en que se realiza la última revisión de su modelo conceptual, se caracteriza
por la apertura de la “black box”, llamada perfil del emprendimiento, cuyo objeto es comprobar las
características de las relaciones entre los valores sociales, atributos personales y las diversas formas
de la actividad empresarial. A tal fin se establecen una serie de componentes (figura 1):
⎯ Contexto social, cultural, político y económico que incorpora doce pilares para la
descripción de las fases de desarrollo económico presentado en el World Economic
Forum en el análisis de competitividad y nueve componentes del GEM NEC (Natio-
nal entrepreneurial Conditions).
⎯ Valores sociales hacía el emprendimiento, elección como buena carrera, considerado
una profesión con status y el papel de los medios al desarrollo de la cultura empren-
dedora de un país.
⎯ Atributos individuales que incluyen factores demográficos (género, edad, localiza-
ción geográfica), factores psicológicos (capacidades, oportunidades, miedo al fraca-
so) y aspectos motivacionales (necesidad vs. oportunidad, mejora de la situación,
etc.).
⎯ Actividades emprendedoras donde se considera el proceso en función de las fases del
ciclo de la empresa (naciente, nueva creación, establecido y cese) y el sector de acti-
vidad (actividad en fase temprana, social o con empleados).
Figura 1: Modelo revisado GEM

Fuente: Amorós et al., 2014.

Los equipos de trabajo del proyecto a nivel nacional obtienen los datos que conforman las
bases de datos nacionales y globales, de nivel individual. Anualmente se llevan a cabo entrevistas
aleatorias de al menos 2.000 individuos en cada país participante en el proyecto, con una población
objetivo adulta y representativa, que permiten análisis agregados y comparaciones entre naciones.
Así la armonización de los datos procedentes de los distintos países garantiza la calidad de la base
de datos global y permite la realización de comparaciones.
La encuesta que se utiliza dirigida a la población adulta (APS, Adult Population Survey) es
coincidente en todos los países pero adaptada al idioma. Cada uno de los equipos nacionales del
GEM supervisa al detalle el proceso (Reynolds et al., 2005).
Para permitir las comparaciones entre países y la obtención de indicadores nacionales se
ponderan las bases de datos en base a variables demográficas para así asegurar que el conjunto de
datos sea representativo del país desde el punto de vista internacional y además pueda ser utilizado
para análisis agregados y comparaciones entre naciones. Así se obtiene la Tasa de Actividad Em-
prendedora (TEA, del inglés Total Entrepreneurial Activity), el índice de mayor representatividad
del trabajo del consorcio GEM.
TEORÍAS SOBRE EMPRENDIMIENTO

La amplitud del campo de investigación referente a la figura del emprendedor y su empren-


dimiento, tanto por la diversidad de factores que influyen como por la existencia de distintos niveles
de análisis, supone una falta de consenso en una teoría general. La consecuencia ha sido la prolife-
ración de estudios parciales, tanto en variables como en casos, y la creciente necesidad de buscar
teorías de carácter general e integrador que aporten una visión global del proceso (Fernández y Jun-
quera, 2001).
Como referencia tomaremos y ampliaremos la propuesta del profesor Veciana (2007 y 1999)
y sus seguidores (Alonso y Gálvez, 2008; García, Martínez y Fernández, 2010…) que aglutinan de
forma estructurada esta proliferación de enfoques y niveles, pues trabajos de investigación más re-
cientes, como los de Alonso y Gálvez (2008), Audretsch (2012) o Kuratko (2013), aun analizando
el emprendimiento de forma organizada y sistemática, tanto a nivel teórico como práctico, a través
de la teoría, los procesos y la práctica, no realizan aportaciones esquemáticas significativas respecto
al planteamiento anterior.
La propuesta que presentamos, al igual que la de Gartner (1985) o Gibb (1993), manifiesta
la relación entre tres elementos claves: empresario/a, empresa y entorno. Algunos de estos elemen-
tos son analizados aisladamente (análisis unidimensionales) pero cada vez son más los autores que
defienden o proponen un estudio conjunto (modelos multidimensionales) ya que se ha demostrado
que el proceso emprendedor es complejo y necesita partir de un modelo que tenga en cuenta los
diferentes elementos y las interacciones entre ellos (Nueno, 2003).
Por otro lado, en la tabla de doble entrada que presentamos agrupamos los distintos enfo-
ques para abordar esta cuestión:
1. Enfoque económico que estudia el emprendimiento bajo la óptica del resultado de la ra-
cionalidad económica a nivel de empresario/a, empresa o sistema económico.
2. Enfoque psicológico que analiza esta figura a través de sus características personales, per-
fil y condiciones que caracterizan a los emprendedores y si éstos tiene o no éxito.
3. Enfoque sociocultural y del entorno que enfatiza los factores sociales, políticos, familiares
y, en especial, la influencia del apoyo institucional en la decisión de crear una empresa, es decir, las
teorías que intentan explicar la creación de empresas a partir de factores externos a las mismas o del
entorno.
4. Enfoque gerencial que no pretende explicar las causas de la creación de nuevas empresas
sino de generar conocimientos y definir modelos prácticos que se desarrollan en el interior de la
empresa, incidiendo sobre las características de la misma y su organización.
A modo de síntesis, en la figura 2 se recogen los tres niveles de análisis propuestos micro
(nivel individual), meso (nivel de empresa) y macro (nivel global de economía), así como los cuatro
enfoques planteados económico (bajo la óptica de resultado), psicológico (perfiles), sociocultural y
del entorno (factores externos) y gerencial (conocimientos).
Figura 2: Enfoques teóricos sobre el emprendimiento empresarial.

Nivel de análisis / Enfoque económico Enfoque psicológico Enfoque socio- Enfoque gerencial
Enfoque cultural o insti-
tucional

Micro (nivel indivi- • Cuarto factor de • Tª de los rasgos de • Tª de la margi- • Tª de la eficiencia X de


dual) producción personalidad nación Liebenstein
• Tª del beneficio del • Tª psicodinámica • Tª del rol • Tª del comportamiento
empresario de personalidad • Tª de redes del empresario
• Tª de la elección • Formas de convertirse
ocupacional en empresario
• Modelos del proceso
de creación de empre-
sas:
- Tª de la conducta
planificada de Aj-
zen
- Modelo de la con-
ducta empresarial
de Shapero y Sokol
- Modelo del poten-
cial empresarial de
Krueger y Brazeal

Meso (nivel de em- • Tª de los derechos • Rasgos del éxito • Tª de redes • Modelos el éxito de la
presa) de propiedad empresarial • Tª de la incu- nueva empresa
• Tª de los costes de badora • Modelos de generación
transacción • Tª evolucionis- de proyectos innovado-
• Tª de la agencia ta res

Macro (nivel global • Tª del desarrollo • Tª del empresario • Tª del desarro-


de la economía) económico de de Kizner llo económico
Schumpeter de Weber
• Tª del desarrollo • Tª del cambio
endógeno social
• Tª ecología
poblacional
• Tª institucional

Fuente: Elaboración propia a partir de Veciana, 2007.

RESULTADOS Y CONCLUSIONES

Al analizar las convergencias/divergencias entre el modelo de emprendimiento multidimen-


sional planteado y analizado en el proyecto GEM y la propuesta resultante de recapitular las dife-
rentes teorías existentes en la literatura sobre emprendimiento se ha de destacar sus numerosas
coincidencias. En este sentido, cabe mencionar aspectos como:
⎯ La estructura del modelo (contexto social, cultural y político) que afecta y se ve afec-
tado por los nueve componentes del GEM National Entrepreneurial Conditions (ins-
tituciones, mercado laboral, tecnologías e infraestructuras del gobierno, etc.) y por
los doce pilares del Entrepreneurial Framework Conditions (políticas gubernamenta-
les, disponibilidad de financiación, educación emprendedora, normas y valores cultu-
rales y sociales imperantes, etc.).
Este tipo de estructura queda explicada a través de diversas teorías que destacan la existen-
cia de hechos externos que corroboran la incidencia sobre el emprendimiento.
A nivel micro la teoría de la marginación analiza la incidencia sobre todo de los factores
externos negativos en el futuro empresario (Brozen, 1954; Collins et al., 1964; Young, 1971; Stan-
worth y Curran, 1973; Shapero, 1982; Min, 1984; Yeung y Tung, 1996; Ostgaard y Birley, 1996), la
teoría del rol intenta explicar el por qué en determinadas zonas geográficas abunda el tejido empre-
sarial frente a otras que escasea (Begley y Boyd, 1987; Nueno, 1996; Baron, 2000) y la teoría de
redes estudia el impacto de éstas como intangible estratégico para lograr el éxito de la nueva em-
presa (Birley, 1985; Aldrich et al., 1986 y 1987; Johannisson, 1988; Ollé y Planellas, 2003).
En el nivel meso hemos incluido nuevamente la teoría de redes, al estudiar como la interac-
ción entre las empresas genera nueva información económicamente valiosa que da lugar al aprendi-
zaje (Ollé y Planellas, 2003), junto a la teoría incubadora, que analiza cómo estas organizaciones
inciden sobre la creación de empresas (Rothwell y Zegveld, 1985), y la teoría evolucionista o neo-
shumpeteriana, al mostrar los efectos del cambio tecnológico en el crecimiento económico (Nelson
y Winter, 1982) a fin de determinar los patrones de comportamiento de la empresa y los resultados
del mercado.
El nivel macro aglutinaría la teoría del desarrollo económico de Weber (1979), al sostener
que el comportamiento del empresario capitalista ha estado altamente condicionado por sus creen-
cias religiosas (Carroll, 1965; Jeremy, 1984; Singh, 1985 y Shane, 1996), la teoría del cambio so-
cial, al suponer que las características sociales son un factor condicionante del espíritu empresarial
(Cole, 1959; Hagen, 1962 y 1968; Marris y Somerset, 1971), la teoría de la ecología poblacional o
ecología de las organizaciones, al partir del supuesto básico de que el entorno determina el naci-
miento, crecimiento y muerte de las nuevas formas de organización (Hannan y Freeman, 1977;
Greenfield y Strickon, 1986; Baumol, 1993; Brunet y Alarcón, 2004), y la teoría institucional, al
explicar cuáles son los aspectos sociales e institucionales que inciden en la función empresarial y en
la creación de empresas, desde el punto de vista de la oferta (instituciones y programas de apoyo)
como desde el punto de vista de la demanda (los nuevos empresarios) (Williamson, 1975; North,
1990; Acemoglu y Robinson, 2000; Baumol, 2002). Porque, como apunta Sobel (2008), la existen-
cia de una buena estructura institucional en un país ha permitido una mayor ratio de creación de
empresas y de crecimiento económico respecto a otros países de similares condiciones que no la
poseen. Entre los trabajos de investigación que ponen de manifiesto estos factores del entorno o
institucionales están los de Reynolds et al. (1994), Shane (1996), Ahlstrom y Bruton (2002), Buse-
nitz et al. (2003), Audretsch y Keilbach (2004), Wennekers et al. (2005), Aponte (2002), Urbano
(2006), Pulido, Casero y Mogollón (2007)...

⎯ En el modelo GEM se encuentran los “requerimientos básicos (basic requirements),


claves para las economías impulsadas por factores de producción”, “potenciadores
de eficiencia (efficiency enhancers) para las economías impulsadas por la eficiencia”
y la “innovación y sofisticación empresarial (innovation and business sophistication)
para las economías impulsadas por la innovación”.
Estos tres niveles de condicionantes del proceso emprendedor descrito en el modelo quedan
sustentados por una serie de teorías y enfoques que lo refuerzan más.
A nivel macro la teoría del desarrollo económico y del desarrollo endógeno presenta la fi-
gura de empresario organizador, riesgo e innovador. La teoría del desarrollo económico de Shum-
peter (nivel macro) declara que la esencia del desarrollo económico está en la función innovadora y
en las combinaciones productivas que efectúan los empresarios creando nuevas empresas que rom-
pen de ese modo la rutina de la vida económica. A partir de estas doctrinas, se puede distinguir un
empresario organizador, un empresario riesgo y un empresario innovador. En este sentido, Veciana
(2007) añade a esta teoría la del desarrollo endógeno que explica la importancia de la tasa de crea-
ción de nuevas empresas.
⎯ El modelo GEM desarrolla los componentes de valores sociales que influyen en el
proceso emprendedor así como los atributos individuales. Por ejemplo, analiza las
percepciones de los encuestados sobre si ser emprendedor es una carrera valorada
socialmente, si aporta un status alto y si los medios de comunicación contribuyen o
no al desarrollo de una cultura empresarial. Por otra parte, los atributos individuales
incluyen factores demográficos (género, edad, localización geográfica), factores psi-
cológicos (capacidades y oportunidades percibidas y miedo al fracaso) y motivacio-
nes (necesidad versus oportunidad, riesgo, mejora de la situación).
Existen un conjunto de teorías desde los enfoques económicos, socioculturales o institucio-
nales a los psicológicos que avalan y argumentan la utilización de estos valores y atributos.
A nivel micro el enfoque psicológico se encuentra enmarcado en la teoría de los rasgos de
personalidad del empresario que estudia los atributos de personalidad que les hace a las personas
ser más propensas a emprender, respecto a otras que no los posean, y la teoría psicodinámica de
personalidad de éste que, cómo su nombre indica, su objetivo es definir la personalidad del em-
prendedor (Lévesque et al., 2002; Djankov et al., 2006). Por ejemplo, Christensen (1994) hace una
selección de los principales atributos emprendedores a través de un recorrido histórico desde Stuart
Mill en 1848 hasta Solomon y Winslow, 1988. Entre los rasgos característicos reseñados destacan:
la necesidad de logro o autorrealización, el control interno y autoconfianza, el espíritu de riesgo o
propensión a asumir riesgos, la necesidad de poder e independencia, el compromiso y la tolerancia a
la ambigüedad.
En el mismo nivel desde el enfoque económico, Kilhstron y Laffont (1979) y Chamley
(1983), apoyándose en las teorías de Knight, desarrollan la teoría de la elección ocupacional. Par-
tiendo de la hipótesis de que todas las personas tienen la misma aptitud para dejar de ser asalariado
y convertirse en empresario, pasando sin dificultad de una condición a otra, estos autores proponen
un nuevo modelo en el cual ante un salario dado, la persona podrá elegir entre trabajar en una em-
presa con un salario establecido o crear su propio negocio, sometiéndose a un riesgo y a un benefi-
cio incierto. En este modelo existe una posición de equilibrio en los mercados de trabajo y de pro-
ductos, donde las personas más adversas al riesgo formarán parte del personal remunerado de una
empresa, mientras que las más propensas al riesgo se convertirán en empresarios.
Los aspectos motivacionales o motivaciones del modelo GEM se reflejan en la teoría de la
marginación, que analiza la incidencia que los factores externos, sobre todo los negativos, pueden
tener en el futuro empresario. Considera que la creación de una empresa suele producirse tras un
hecho negativo lo que lleva a ciertas minorías marginales o inadaptadas a convertirse en emprende-
dores como única alternativa para integrarse en la sociedad (Brozen, 1954; Collins et al., 1964;
Young, 1971; Stanworth y Curran, 1973; Shapero, 1982; Min, 1984; Yeung y Tung, 1996; Ostgaard
y Birley, 1996). Este tipo de sucesos podrían ser (Hagen, 1980; Shapero y Sokol, 1982; Makkali,
1992; Rousseau y Mclean, 1993; Nueno, 1994; Robinson, 1996; Lerner y Hendeles, 1996; Fairlie y
Meyer, 2003): el desempleo de larga duración, el despido, la falta de seguridad en el empleo, las
decepciones, la inmigración, etc.
En el nivel macro desde el enfoque sociocultural destacamos la teoría del cambio social
que parte del supuesto que las características sociales son un factor condicionante del espíritu em-
presarial (Cole, 1959). De hecho, Hagen (1962 y 1968) afirma que lo que favorece el espíritu em-
presarial y el comportamiento emprendedor es ascender socialmente a través de la actividad y éxito
empresariales. Así mismo, la teoría del empresario de Kirzner a nivel macro, referente al estado
permanente de alerta del empresario, explica el funcionamiento del mercado a partir de la perspica-
cia y estado de alerta del empresario que lo distingue del resto de la población. En este sentido, para
Kirzner (1979) el empresario percibe la existencia de oportunidades en el mercado que todavía na-
die ha descubierto aún y que se manifiestan a través de la posibilidad de un beneficio. Uno de los
rasgos del emprendedor es el de descubrir las oportunidades de negocio en el caótico horizonte del
entorno que le rodea. Muchas de las definiciones en relación con el emprendedor giran en torno a la
noción de oportunidad, llegando muchos autores a entender la figura del emprendedor como aquella
persona que percibe las oportunidades, sopesa amenazas y riesgos e invierte dinero, tiempo y cono-
cimientos en la constitución de su empresa (Grabinsky, 1990; Butler, 1991; Varela, 1998).
⎯ El modelo GEM analiza las actividades emprendedoras en función de las fa-
ses del ciclo de vida de la empresa (naciente, nueva creación, establecido y cese), ti-
pos de actividad (alto crecimiento, innovación o internacionalización) y el sector de
actividad (actividad en fase temprana, social o con empleados).
Los modelos del proceso de creación de empresas, en el nivel micro del enfoque gerencial,
constituyen propuestas de aprendizaje social y del comportamiento que proporcionan conocimien-
tos que pueden ser útiles en la creación de una nueva empresa (Reynolds y Miller, 1991; Baron y
Hannan, 2002). Estos modelos suelen coincidir al considerar que los factores ambientales, la forma-
ción y la experiencia influyen sobre las habilidades o sobre los atributos personales, así como que
estos y los factores ambientales inciden sobre las intenciones y, a través de éstas, sobre el compor-
tamiento empresarial (Herron y Robinson, 1993), puesto que la intencionalidad es un factor clave
(Bygrave, 1989; Krueger, Reilly y Carsrud, 2000).
Incluidos en estos modelos de creación de empresas destacamos el modelo de la conducta
empresarial de Shapero y Sokol (1982) que establece tres fases sobre la creación de empresas: la
fase previa (acontecimientos, positivos o negativos, predispondrán al emprendedor a constituir su
empresa), de deseo (circunstancias, entre las que podríamos citar la formación del emprendedor, la
familia, la cultura y las amistades, transformarán al posible emprendedor en un emprendedor poten-
cial) y de acción (bajo una serie de condiciones el individuo finalmente se decidirá a crear su em-
presa, como son la existencia de recursos financieros, humanos y técnicos, entre otros) que combina
la existencia de factores internos y externos que van a condicionar la evolución de “el deseo de
creación de la empresa” a la realidad de la “creación y desarrollo” de la misma y que van a hacer
posible su desarrollo en las distintas fases del ciclo de vida y el tipo de actividad que se propone.
Igualmente, la teoría de la conducta planificada de Ajzen que postula la existencia de tres principa-
les elementos determinantes de la intención y de las acciones: creencias o actitudes hacia la conduc-
ta, creencias normativas que constituyen la base de los determinantes de las normas subjetivas y
grado de control percibido de la conducta (Fishbein y Ajzen, 1975; Ajzen y Fishbein, 1980; Ajzen,
1987). De forma que esta teoría trata de predecir y explicar la conducta humana centrándose en la
intención del individuo para actuar conforme a una conducta dada, no a corto sino a largo plazo lo
que condiciona la creación de empresas (Krueger et al., 2000). Integrador de los dos anteriores, el
modelo del potencial empresarial de Krueger y Brazeal (1994) se apoya en las teorías previas al
centrarse en el análisis de la percepción del deseo y de la viabilidad como origen de la intención de
crear una empresa. Una vez que se percibe la creación de una empresa como un hecho deseable y
viable se obtiene un grado de credibilidad sobre la posibilidad, que aporta una mayor motivación al
emprendedor para afrontar el posible arranque. Cuando existe un individuo con un potencial empre-
sarial significativo, no es necesario que tenga intención de hacerlo realidad, bastará con que se pro-
duzca algún suceso que desencadene el proceso de creación que, junto con la identificación de una
oportunidad empresarial en forma de necesidad real a satisfacer en el mercado, influirá determinan-
temente en la intención final de crear una empresa propia. Sin embargo, el resultado final puede
estar afectado por las acciones de otros o circunstancias ajenas al control de la persona (Bay y Da-
niel, 2003).
⎯ Además, la investigación llevada a cabo por el GEM toma como punto de partida
que los resultados varían según el grado de desarrollo de las economías de los países
participantes (factor driven, efficiency driven e innovation driven economies) porque
las condiciones básicas para el emprendimiento también son variables.
A nivel micro la teoría del rol (enfoque sociocultural o institucional) explica por qué en de-
terminadas zonas geográficas abunda el tejido empresarial frente a otras que escasea, destacando la
existencia de hechos externos que lo corroboran. El entorno industrializado o los modelos empren-
dedores de éxito a seguir, la valoración positiva de su actividad, la obtención de respeto, la admira-
ción y gratitud de los demás… produce un efecto de arrastre que estimula la aparición de más em-
presarios (Begley y Boyd, 1987; Nueno, 1996; Baron, 2000).
Por todo ello, a día de hoy, podemos concluir que el proyecto GEM constituye el estudio so-
bre dinámica emprendedora de mayor alcance y magnitud a nivel mundial pues una de las grandes
ventajas de este proyecto de investigación reside en que se lleva a cabo en ochenta países diferentes
(economías) por lo que para los resultados /las mediciones de la actividad emprendedora usan indi-
cadores que, como hemos podido comprobar, se ajustan a las diferentes metodologías teóricas, des-
de las de mayor amplitud a las más limitantes.
Por otro lado, la rigurosa metodología empleada desde la recolección de los datos hasta la
obtención de indicadores, así como la armonización de estos datos procedentes de los distintos paí-
ses garantiza la calidad de la información proporcionada a nivel global y permite la realización de
comparaciones. De hecho, esta calidad en sus datos es ampliamente reconocida tanto por economis-
tas como por investigadores en gestión y estrategia empresarial (Uhlaner y Thurik, 2007; Ardagna y
Lusardi, 2008; Bowen y De Clercq, 2008…), habiendo superado con éxito tests de validación inde-
pendientes (Reynolds et al., 2005; Acs, Desai y Klapper, 2008; Ardagna y Lusardi, 2008…).

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