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Acto Mariano

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

Comencemos este acto mariano con la siguiente oración:

Eres tú la mujer llena de gloria,


alzada por encima de los astros;
con tu sagrado pecho das la leche
al que en su providencia te ha creado.

Lo que Eva nos perdió tan tristemente,


tú lo devuelves por tu fruto santo;
para que al cielo ingresen los que lloran,
eres tú la ventana del costado.

Tú eres la puerta altísima del Rey


y la entrada fulgente de la luz;
la vida que esta Virgen nos devuelve
aplauda el pueblo que alcanzó salud.

Sea la gloria a ti, Señor Jesús,


que de María Virgen has nacido,
gloria contigo al Padre y al Paráclito,
por sempiternos y gozosos siglos. Amén.

Evangelio:
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen
que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El
nombre de la virgen era María.
    El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está
contigo.»
    Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese
saludo.
    Pero el Ángel  le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a
luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y
su reino no tendrá fin.»
    María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún
hombre?»
    El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu
parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se
encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios.»
    María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has
dicho.»
    Y el Ángel se alejó. Palabra del Señor.

Después de la reflexión canto


Oración para concluir:
Señor, Dios nuestro, que ante el anuncio del ángel quisiste que tu Hijo se
encarnara en el seno de la Virgen María, escucha nuestras súplicas, y haz que
sintamos la ayuda de María pues creemos que ella es la verdadera madre de
Dios. Por nuestro Señor Jesucristo.
 Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     1, 26-
38

    El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un
hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre
de la virgen era María.
    El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de
gracia, el Señor está contigo.»
    Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba
qué podía significar ese saludo.
    Pero el Ángel  le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha
favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios
le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob
para siempre y su reino no tendrá fin.»
    María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo
relaciones con ningún hombre?»
    El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será
Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió
un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se
encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios.»
    María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla
en mí lo que has dicho.»
    Y el Ángel se alejó.

Palabra del Señor.

Él mismo contaba que de joven le costaban los estudios y por eso una noche
dispuso huir del colegio donde estudiaba. Pero al tratar de huir por una
escalera colgada de una pared, en la parte de arriba, le pareció ver a Nuestra
Señora la Virgen María que le dijo: "Alberto, ¿por qué en vez de huir del
colegio, no me rezas a Mí que soy ‘Trono de la Sabiduría?’.

Si me tienes fe y confianza, yo te daré una memoria prodigiosa. Y para que


sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando ya te vayas a morir, olvidarás
todo lo que sabías". Y así sucedió. Y al final de su vida, un día en un sermón se
le olvidó todo lo que sabía, y dijo: "Es señal de que ya me voy a morir, porque
así me lo anunció la Virgen Santísima". Y se retiró de sus labores y se dedicó a
orar y a prepararse para morir, y a los pocos meses murió.
Buenas noches hermanos, en este acto mariano reflexionaremos y
meditaremos la gracia en la Virgen María madre de Jesucristo, verdadero
Dios y verdadero hombre.

Se ahondaran dos puntos clave tomando en cuenta la doble naturaleza del


Verbo; el primero en consideración a la gracia en María como madre del
Dios verdadero, y el segundo: María como madre de Jesucristo
verdadero hombre quien nos hace partícipes de su vida divina por medio
de la salvación y también de la gracia dada a los hombre por el Espíritu
Santo.

1. María madre del Dios verdadero

El primer punto lo voy a enfocar en el saludo del Arcángel: «¡Alégrate!,


llena de gracia, el Señor está contigo.» El exultate, la alegría del amor
divino por la consideración de la humildad de un ser humano, llena de
esperanza no sólo a la Virgen, sino también a la humanidad entera. La
alegría de que el mismísimo Dios, autor de la vida, quiera ser un humano
en su realidad circunstancial, es decir, Dios que quiere entrar en la
experiencia de la existencia humana que comprende las dificultades de
vivir en la libertad heredada por nuestros primeros padres, hace aún más
memorable el acontecimiento de Dios que viene a salvarnos por amor. Dice
el profeta Jeremías con ese «amor eterno y con gracia reservada para
nosotros.»1 Y que gracias a ese “Sí” pronunciado por la Madre de Dios, el
Amor entra en nuestra historia. Esta historia de amor verdadero de quien
dimana la gracia.

María es llena de gracia por su pureza y por ser la creatura escogida por
Dios, el cual al entregarle Dios Padre a su Hijo, entregó a María todas las
gracias, san Bernardo dice: en Cristo y con Cristo, Dios le ha entregado su
propia voluntad salvadora. Así bien, por el amor y gracia en María el Autor
de todo, entra en el mundo para dar precisamente gracia a los hombres,
llevándonos a la redención, a la participación en la vida eterna 2 y María es
la agraciada porque encontró la gracia, porque Dios se fijó en su humilde
sierva. El saludo del Ángel Gabriel hace al decirle agraciada hace mención
del poder de Dios que transformó a María.3 Por tanto, si María ha
encontrado gracia ante Dios, quiere decir que hay una acción previa de
Dios que la ha agraciado, los Padres de la Iglesia tenían esta idea muy
presente y reflexionaban: María es agraciada no sólo tendría por su
santidad, sino también hace por su deseo profundo de la virginidad, de estar
1
Cf. Jeremías 31, 3 : Longe Dominus apparuit mihi. Et in caritate perpetua dilexi te: ideo attraxi te,
miserans.
2
Cf. L. Grignion de Montfort, El secreto de María.
3
J. García Paredes, Mariología, 81.
consagrada completamente a Dios, de manera tal que Dios la había estado
preparando para la maternidad virginal. La gracia de Dios, el don del
Altísimo viene de él, lo podemos observar haciendo una comparativa con
su pariente Isabel, por un lado está Zacarías e Isabel a quien el Arcángel se
les había aparecido anteriormente en el evangelio de San Lucas y, dentro
del mismo escrito sagrado, se describen estas figuras de manera
excepcional, ellos pedían un hijo a Dios, en cambio, de María el Evangelio
no describe mucho, sólo dice que llegó el Arcángel a una ciudad tal, con
una mujer tal. Lo interesante de esto es que María no pidió la maternidad a
diferencia de Isabel, la petición vino de Dios a María, la voluntad de Dios
de salvar a los hombres viene desde él, no es la voluntad de María sino la
de Dios que sale al encuentro de los hombres para redimirlos. De manera
tal que María se transforma por la gracia de Dios en la Madre del Dios
verdadero.

2. María como Madre de Jesucristo verdadero hombre

Ahora meditemos el segundo punto: María madre de Jesucristo verdadero


hombre: Primero hay que observar la situación circunstancial de María que
presenta el Evangelio: vivía en una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
comprometida con José descendiente de David, incluso de José se da una
descripción genética, de María se dice poco: después se dice que es
pariente de Isabel, pero de ahí en más, no hay mucho que explicar, ella:
mujer judía, virgen (la virginidad era mal vista por los judíos por no tener
futuro ni ideas claras de su vida), una humana normal en un contexto
cultual judío normal. Ante ella aparece la dicha del altísimo, el arcángel se
le aparece y vemos diferentes expresiones situadas en su contexto
existencial. Primero el saludo dirigido causa asombro y confusión a María,
diríamos porque viene de un Arcángel, pero la realidad es que no, es
porque se dirigió a ella con un saludo Griego “xaípe” o “Alégrate” mientras
que en Israel se saluda con “Shalom” es decir “la paz”. Esto porque según
especialistas el saludo griego contiene en su expresión la gracia. Y
Segundo porque en la situación judía era mal visto que un varón le hablara
a una mujer y más si esta estaba comprometida4. Entonces el saludo de
Gabriel rompió todos los esquemas existenciales judíos. Por otra parte,
María es agraciada por traer al mundo al salvador, madre del mesías, a
quien le puso el nombre Jesús, recordemos que para los judíos el nombre
era de suma importancia porque contenía la misión de la persona, en este
caso “Dios Salva”. Del saludo del Arcángel viene otra realidad, cuando le
dice «El Señor está contigo» le está dando valor y ensalzándola en los
4
Cf. Idem.
judíos, porque está expresión solo estaba reservada para Jacob, José,
Moisés, Josué, Gedeón, Saúl, David, Jeremías. De manera que en la
existencia María es ensalzada, lo que constituye parte esencial en su
vocación. Jesús verdadero hombre se hace hijo de María en el mundo, Dios
viene a nuestra realidad gracias a una humilde sierva de Dios, Dios viene
por amor al hombre y María ama la voluntad de Dios, si Dios ama a la
humanidad María también ama a la humanidad, es por eso que Jesús nos la
dio como madre, a quien en la tierra seguimos considerándola y ella nos
considera a nosotros, ahí está el ejemplo con Guadalupe.

3. Conclusión

Concluyo esta reflexión con esta comparación de Zacarías y María: hemos


observado la acción que tiene Dios con sus creaturas al observar a María
como madre de Dios, y estamos viendo la acción de María ante la gracia, es
decir la humanidad ante la gracia de Dios. Pero no todo es igual a la
respuesta mariana, sino que a veces es como la de Zacarías que ante su
desesperación de no tener un hijo viene Dios con su gracia a decirle que lo
tendrá, y ante esto hay desconfianza de la gracia. El arcángel Gabriel ante
esto enmudece a Zacarías por falta de confianza en la gracia de Dios, y lo
mismo ocurre con nosotros que ante la desesperación, en nuestro desierto
muy común en el seminario, en vez de confiar en la gracia enmudecemos,
dejamos que nos valla mal. La gracia de Dios está ahí para ayudarnos pero
nosotros no nos dejamos llenar de ella. Como la historia de un santo…
(San Alberto Magno). Por eso María nos invita a creer, a confiar en la
gracia, porque dice el Evangelio: Nada hay imposible para Dios, es decir, la
gracia de Dios vence a la naturaleza, lo lógico, los esquemas humanos. Yo
les invito hermanos a que confiemos en la gracia y que como María nos
dejemos transformar en Espíritu y en Verdad como verdaderos seguidores
de Cristo, verdaderos seminaristas, futuros sacerdotes que transmitamos la
confianza en la gracia de Dios.

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