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LECCIÓN 23

LA EFICACIA DE PROCESO Y DE LA SENTENCIA

Sumario:

1. Eficacia del proceso


2. Efectos del método de discusión
3. Efectos de la sentencia

1. LA EFICACIA DEL PROCESO


Se entiende castizamente por eficacia la capacidad para obrar o producir el efecto deseado.
Si se tiene en cuenta cuál es la razón de ser del proceso que ya expliqué en la Lección 1 y se
admite que el proceso no es método de investigación ni de control social ni de opresión
popular, se concluirá fácilmente en que es un método de debate pacífico y dialéctico que,
aceptado hoy por la mayoría de las Constituciones modernas como el último bastión de la
libertad del hombre, logra su eficacia al mostrar un obvio efecto; el de pacificar a los pueblos
al evitar que cada uno se haga justicia por mano propia sobre otro.
Desde esta óptica, parece claro que las consecuencias que ello genera se producen durante el
desarrollo mismo del debate, y mucho más, por añadidura, cuando se ha logrado culminar en
su objeto: la emisión de la sentencia que pone fin al litigio. Los explico a continuación.

2. LOS EFECTOS DEL MÉTODO DE DISCUSIÓN


Por de pronto, quien incoa un proceso abdica implícitamente de hacer uso de la fuerza
ilegítima, prohibida desde siempre en nuestras sociedades.
Y éste es ya, y en sí mismo, un efecto notable que muestra las bondades de este invento de la
civilidad, al cual he calificado en la Lección 1 como mucho más importante que el de la rueda.
Empero, además de evitar la justicia por mano propia, logra durante su desarrollo una
indudable y fácilmente comprobable pacificación de los ánimos.
Cierto es que hay litigios −particularmente los que se desarrollan entre hermanos− que son
terribles y, a veces, cuasi sangrientos. Pero el común denominador de los pleitos indica que,
mediante su demorado y a veces moroso desarrollo, se aplacan los ánimos inicialmente
exacerbados y se pierde interés en el mantenimiento de la lucha (esto es lo único que puede
explicar, lógicamente y por ejemplo, la caducidad de la instancia por falta de actividad
procesal de las partes).
Además, un pleito prolongado en el tiempo −por las razones que fueren− hace que las partes
sean proclives a una solución autocompositiva que, muchas veces, se logra para beneficio de
los interesados y de la misma comunidad. A tal punto esto es cierto que estadísticas serias
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efectuadas en tribunales de mi ciudad revelan que más del setenta por ciento de los pleitos
incoados terminan por medios autocompositivos.
Más allá de estos efectos que se advierten como consecuencia de la sola existencia de un
proceso pendiente, cuando éste logra su objeto de que un juzgador emita una sentencia, los
efectos se potencian pues, ahora, las repercusiones jurídicas de la solución afectan más
profundamente a la relación entre los sujetos litigantes. Los explico.

3. LOS EFECTOS DE LA SENTENCIA


El tema será desarrollado en la Lección siguiente. Por ahora, adelanto que:
a) cualquiera sea el tipo de sentencia de que se trate (interlocutoria o definitiva), gana ciertos
efectos que se vinculan con el propio juzgador que la dictó y con las partes que la reciben
durante el curso del proceso o como objeto de éste.
Tales efectos aparecen en momentos diferentes, inmediatamente después de:
a.1) dictada la sentencia y antes de haberse iniciado el acto de su notificación a las partes
litigantes: el juez conserva la facultad de revocarla o modificarla en la forma que desee pues,
por ahora, la norma contenida en su pronunciamiento está situada en la esfera de su propia
intimidad
a.2) haberse iniciado el acto de la notificación de la sentencia a las partes litigantes y antes de
que ellas conozcan la existencia del acto: el juzgador pierde toda competencia para modificar
su pronunciamiento, para lo cual ahora se exige pedido expreso de parte interesada al efecto
a.3) haber sido notificada la sentencia a una cualquiera de las partes litigantes (atención: para
el nacimiento de este efecto no hace falta que lo hayan sido las dos): concluye para el juez la
cuestión litigiosa y pierde automáticamente su competencia para continuar (salvo en
cuestiones accesorias) o reabrir el proceso y para variar o modificar el contenido de la
sentencia
a.4) haber sido admitido por el juez un medio cualquiera de impugnación contra su sentencia
presentado por alguna de las partes: se reabre la competencia perdida (ver supra, a.2) al sólo
efecto de admitir o denegar el medio impugnativo de que se trate y de cumplir luego el
procedimiento que corresponda a cada una de esas posibilidades de actuación;
b) cuando la sentencia adquiere firmeza por consentimiento de las partes litigantes o por
haber agotado los interesados en hacerlo toda la cadena impugnativa que tolere o admita el
respectivo pronunciamiento, surge otro efecto de la mayor importancia: se opera la preclusión
respecto del tema resuelto, a raíz de lo cual el proceso avanzará sin poder retrotraerse y
deberá cumplirse sin más lo ordenado en tal sentencia;
c) cuando la sentencia que adquiere firmeza es la definitiva, se generan otros efectos que le
son propios:
c.1) adquiere el carácter ejecutorio del mandato judicial contenido en ella;
c.2) gana la calidad de caso ya juzgado;
c.3) nace para las partes un nuevo plazo de prescripción liberatoria, el de la actio judicati,
diferente al propio del hecho que originó la relación causal ya juzgada.
Lógicamente, nada exige que quien sentencie la pretensión sea la misma exacta persona física
que procesó la discusión, aunque todo el mundo acepte tal afirmación como una verdad
sabida y obvia luego de sostener ilusamente tal cosa la doctrina que postula que la
inmediación procesal es la única forma de hacer verdadera justicia.

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