LOS CINCO SENTIDOS DE LA ETNOHISTORIA. MARCO CURATOLA.

Según Lorandi, la etnohistoria sería una disciplina anacrónica, que debe ser dejada de
lado en pos de la antropología histórica o la historia. Vansina, en los sesenta, postuló
algo similar al decir que la historia de sociedades con o sin escritura es muy similar, por
lo que sobra el término “etnohistórico”. A pesar de estos cuestionamientos, la
etnohistoria sigue teniendo un lugar en la academia (hay grados en México y existen
revistas especializadas). Esto se debe, tal vez, a los múltiples usos que tiene el término
y cómo este define a un campo interdisciplinario con un objeto, enfoque, metodología
y tradición propia.
Estos cinco sentidos serían:
1. Subconjunto disciplinario entre historia, etnografía y arqueología: Se entiende la
etnohistoria como un acercamiento entre disciplinas que combina las fuentes
propias de la historia y la arqueología para estudiar historias culturales de larga
duración. La presencia de patrimonio arqueológico, fuentes coloniales y la
pervivencia de poblaciones han sido fundamentales para su desarrollo.
2. Historia de las sociedades colonizadas por los europeos: La etnohistoria como un
campo temático y disciplinario que estudia la conformación sociocultural de los
grupos étnicos al momento de encontrarse con Occidente y sus cambios bajo la
dominación colonial.
3. Etnografía histórica: Por ser la reconstrucción sociocultural (saber cómo era su
organización y rasgos culturales) de un pueblo en un momento específico, para
lo que se vale de documentos históricos.
4. Etno-etnohistoria: Porque es una disciplina antropológica con un enfoque en los
procesos históricos que analiza el sistema de pensamientos que llevó a los
pueblos involucrados a actuar de la forma en que lo hicieron. Dicho de otra forma,
busca el punto de vista que tienen los indígenas sobre su propia historia.
5. Historia oral: La etnohistoria como una disciplina aparte de la “Historia”, porque
se basa en estudiar una memoria sin documentación escrita. La tradición oral es
un componente fundamental de la etnohistoria, pues no hay otro medio por el
cual recuperar parte de la historia de pueblos nativos de Norteamérica, África y
Oceanía.
De esta forma, podemos señalar que la etnohistoria se caracteriza por tener un campo
de investigación propio y específico, un enfoque que es principalmente antropológico y
una metodología historicista. Su estudio es, en esencia, interdisciplinario, y no existe
hasta ahora una alternativa sustituta que defina de la misma forma su campo y tradición.