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Trabajo Práctico Seminario II

Rodríguez Agustina, Ortíz de Zárate Agustina


13/10/2022
¿Por qué hablar de las mujeres en la biblia? Siempre creemos que la biblia se compone o
está protagonizada meramente por hombres, pero debemos reconocer que siempre al
lado de cada uno de ellos, hubo una mujer.
Sara
Es una mujer bíblica de carácter fuerte. Sorprende por lo pasional que es y por haber sido
elegida para semejante misión, siendo la madre del pueblo escogido, dejando de lado
todo: su pueblo, su casa, su vida, con el fin de seguir a su marido y el sueño de fundar un
nuevo pueblo.
Su protagonismo es innegable y si actuación siempre humana, nada que ver con el
endiosamiento o la divinidad. La primera vez que se la nombra es en el Génesis y es para
mencionar un detalle que la avergonzaba tanto a ella como a las demás mujeres de la
época, ya que se esperaba que fueran madres, pero se dice que ella “era estéril y no tenía
hijos”.
Se destaca que Abraham ya sabía su condición y que Sara ya era incapaz de parir cuando
la buscó en el templo de Ur, aunque no se atrevió a confesárselo ya que la felicidad de que
la llevara con él era tan grande que nada más importaba.
La desesperación de Sara por tener un hijo era tal que decidió recurrir a la costumbre de la
antigua Babilonia, en donde una mujer estéril le debía proporcionar a su marido una
mujer que le diera hijos en su nombre. Tal es el caso de Agar, su sierva personal.
Sin embargo, una vez que Agar queda embarazada, comienza a tratar mal a Sara y ella, por
celos y con permiso de Abraham, maltrata a Agar hasta el punto que huye de su casa. Sin
embargo, la sirvienta recibe una intervención del señor que la hace regresar a la casa y dar
a luz a Ismael.
Más adelante, cuando Sara cumple 90 años, el Señor le promete que tendría un hijo en el
plazo de un año, convirtiéndose al igual que Abraham, en la madre de las naciones (Sarai =
mi princesa = Sara = princesa, madre de las naciones).
Abraham recibe una teofanía, en la cual le profesa el nacimiento de su hijo Isaac, a lo cual
sonríe incrédulamente, pensando que era algo imposible de cumplir dada su edad. En
respuesta a esto, el Señor le pregunta: ¿acaso hay algo imposible para el Señor?, haciendo
que la duda de paso a la fe y Sara rejuvenezca junto a Abraham, cumpliéndose la promesa
con el nacimiento de Isaac.
Muere a los 127 años, siendo la única mujer en la biblia que registra la edad de su muerte.
En el nuevo testamento, es mencionada, por ejemplo, en el libro de Isaías como una mujer
piadosa, ejemplo de confianza en Dios y la que dio a luz la nación de Israel. Pablo también
plantea la esterilidad de Sara como un obstáculo para la fe de Abraham, y menciona a la
pareja como entre aquellos cuya fe fue contada por la justicia.
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Rodríguez Agustina, Ortíz de Zárate Agustina
13/10/2022
“También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad
propicia, pues consideró fiel a Aquél que lo había prometido”, Hebreos 11:11.
Raquel
Su historia se plasma en el libro del Génesis y se la presenta como una mujer de gran
hermosura, cuidadora de los rebaños de su padre Labán. Fue la esposa de Jacob y madre
de José y Benjamín. Hermana menor de Lea.
La biblia describe a Raquel como una mujer hermosa con bello rostro, pero en la
descripción de su hermana Lea, la biblia expresa que tiene ojos tiernos, haciendo
referencia a algún defecto físico, o haciéndola menos atractiva.
Jacob y Raquel se conocieron un día que Raquel estaba con las ovejas y Jacob buscaba a su
tío, Labán. Jacob la amó desde aquel día y, para poder casarse con ella, hizo un pacto con
Labán. Trabajaría durante siete años en su casa para poder casarse con ella. El mismo
Jacob dice que 7 años no eran suficientes ya que estaba demasiado enamorado de ella.
Transcurridos los siete años, se celebró el matrimonio, pero para sorpresa de Jacob, éste
fue engañado por su tio y se casó con Lea. Para justificar su trampa, Labán dijo que en
aquellas tierras no era costumbre casar a la hija menor antes que la mayor. Cuando Jacob
descubrió el engaño, fue a ver a Labán, el cual le propuso un nuevo acuerdo por el que
Jacob podría tener a Raquel durante siete años más de trabajo en su casa. Sin pensarlo,
Jacob aceptó la propuesta de Labán y, tras la semana de festejos de su matrimonio con
Lea, Jacob tomó a Raquel como esposa y sirvió a Labán durante siete años más.
El amor de Jacob era mucho más profundo por Raquel que por Lea, y cuando se enteró
que Raquel era estéril, se afligió mucho. Por su parte, Lea dio a luz varios hijos a Jacob, lo
que provocó los celos de Raquel. De la misma forma que Sara usó a su sirvienta Agar para
darle un hijo a Abraham. Raquel, usó la costumbre de la región, que la mujer estéril de
clase social alta, podía tener una sirvienta que diera a luz a los hijos que legalmente serían
suyos. Raquel se aprovechó de esa costumbre y propuso a Jacob tener hijos de su sierva
Bilhá. El plan funcionó, pero Raquel siguió buscando desesperadamente la posibilidad de
tener un hijo.
Incluso en una ocasión hizo uso de las mandrágoras, una planta conocida como
afrodisíaca. Sin embargo, nada de eso funcionó, y solamente fueron las oraciones al Señor
lo que hizo que Dios se acordara de Raquel y quitara su esterilidad y concibió a José.
Luego de que Labán le cambiara el salario numerosas veces, Jacob decide huir con su
familia y sus rebaños. En esa partida de la casa de Labán, la Biblia menciona que Raquel
robó los ídolos de la casa de su padre, y menciona que Jacob no sabía nada al respecto,
hasta el punto que Jacob consideró que aquel que fuera culpable del robo debía regresar
con Labán.
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13/10/2022
Nota importante: El evento de las mandrágoras y el robo de los ídolos de Labán hacen
constar que Raquel no estaba totalmente libre de influencias paganas, a diferencia de Sara
y Rebeca, que adoptaron a Dios de forma sincera.
Raquel quedó embarazada por segunda vez, y luego de salir de Betel, de camino a Efrata,
dio a luz a su segundo hijo, Benjamín. Sin embargo, el parto muy extremadamente difícil y
acabó muriendo poco después del nacimiento del niño. Entonces, el niño fue llamado
Benoni, en el sentido de «desgracia», por lo sucedido con su madre. Sin embargo, Jacob
llamó al niño Benjamín, que significa «hijo de mi mano derecha».
Raquel fue enterrada en el camino de Belén, y Jacob levantó una columna sobre su tumba.

Lea
La historia de Lea está marcada por la falta de consideración y amor. Su padre la usó para
ganar más dinero. Cuando se casó, tenía un marido que no la amaba. Más tarde, su
hermana se casó con su marido y su amor por ella fue mayor. Sin embargo, veremos que
Dios tuvo compasión de ella y la hizo madre antes que Raquel.
Lea fue la primera esposa de Jacob. Era hija de Labán y hermana mayor de Raquel. La
historia de Lea se recoge en el libro del Génesis. La Biblia describe su apariencia como una
mujer de ojos delicados.
La historia de Lea se hizo conocida especialmente por el episodio de su matrimonio. Hasta
la mañana del día siguiente a su boda, Jacob no se había dado cuenta de a quien había
tomado como esposa.
La vida familiar de Jacob, Lea y Raquel era algo problemática debido a la rivalidad entre las
dos hermanas, que competían por el amor y la atención del mismo marido. Pero la Biblia
deja claro que Lea nunca fue la esposa preferida. De hecho, Jacob la despreciaba.
La desesperación de Lea por la aceptación de su marido se hace evidente en el nacimiento
de cada uno de sus hijos. Tuvo 7, siendo una de las edificadoras de la casa de Israel.
Son Rubén, Simeón, Leví y Judá. La disputa entre ellos para engendrar descendencia de
Jacob incluso hizo que Raquel ofreciera a su sierva Bilha a Jacob, dando lugar al
nacimiento de Dan y Neftalí. En respuesta, Lea ofreció a su sierva Zilpa como cuarta
esposa. Jacob durmió con ella y concibió dos hijos, Gad y Aser.
En cada uno de los nacimientos, Lea expresaba sus sentimientos, que se traducían en los
nombres de sus hijos:

 Rubén: «El Señor ha visto mi aflicción; ahora sí me amará mi esposo» (Génesis


29:32).
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 Simeón: «Llegó a oídos del Señor que no soy amada, y por eso me dio también este
hijo» (Génesis 29:33).
 Leví: «Ahora sí me amará mi esposo, porque le he dado tres hijos» (Génesis 29:34).
 Judá: «Esta vez alabaré al Señor» (Génesis 29:35).
 Gad (hijo de su sierva Zilpa): «¡Qué suerte!» (Génesis 30:11).
Aser (hijo de su sierva Zilpa): «¡Qué feliz soy! Las mujeres me dirán que soy feliz»
(Génesis 30:13).
 Isacar: «Dios me ha recompensado, porque yo le entregué mi criada a mi esposo»
(Génesis 30:18).
 Zebulón: «Dios me ha favorecido con un buen regalo. Esta vez mi esposo se
quedará conmigo, porque le he dado seis hijos» (Génesis 30:20).
 Además de los seis hijos varones, Lea le dio a Jacob una hija mujer llamada Dina
(Génesis 30:21).

Lea es una figura y sombra de muchas mujeres en este mundo que sufren por la falta de
amor de su pareja, de su padre, de sus amigos y aún de sus hijos. Mujeres despreciadas
por su falta de belleza exterior, utilizadas por su posición social o por su inteligencia.
Lea nunca se dio por vencida. Enfrentó muchas cosas porque amaba a su esposo. Y
podemos ver que Dios tuvo misericordia con ella al permitir que Raquel muriera primero
que ella para poder estar más tiempo con su amado y en este caso sin rivalidad.

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