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Clausula clavo

En derecho internacional público, aquella cláusula que se inserta en los contratos


celebrados entre un estado y persona física o jurídica extranjera, en virtud de la
cual las diferencias que pueden surgir entre las partes contratantes no se
consideran como de naturaleza internacional. Dicha cláusula implica una renuncia
a la jurisdicción internacional y debe su nombre al distinguido jurista defensor de la
tesis que la inspiró, según la cual las diferencias que puedan surgir con motivo de
reclamaciones privadas de los extranjeros no justifican la intervención armada de
los gobiernos.

La Doctrina Calvo, denominada así por su autor, Carlos Calvo (1824-1906), es


una doctrina panamericana de Derecho internacional que establece que, los
extranjeros deben realizar sus demandas, reclamaciones y quejas
sometiéndose a la jurisdicción de los tribunales locales, evitando recurrir a
las presiones diplomáticas o intervenciones armadas de su propio Estado o
gobierno. Ha sido recogida en varias constituciones latinoamericanas.

Se llama así a la estipulación de renuncia de protección diplomática que se


incorpora a los contratos entre un Estado latinoamericano y un ciudadano o
corporación extranjeros, en virtud de la cual éstos no pueden acudir a su
gobierno para defender sus derechos contractuales ni para formular
reclamaciones contra la otra parte con ocasión o por consecuencia del
contrato que les vincula

En Latinoamérica se ha denominado a diversos tipos de legislaciones con el


nombre de cláusula Calvo, entre ellas:

a) Cláusula Calvo legislativa. Regularmente se inserta en contratos celebrados


entre un extranjero y el gobierno del país en el que éste reside. Hay ciertas
variantes, en algunos casos se señala que no se aceptarán reclamaciones de
extranjeros excepto en los casos y formas con las que cuentan los mismos
nacionales. En otros casos sólo se acepta la interposición diplomática cuando
existe una denegación de justicia para el extranjero. Otras casos señalan que no
procederán demandas o indemnizaciones cuando los daños a las personas o
bienes han sido derivados por disturbios civiles.

b) Cláusula Calvo de agotamiento de los recursos locales. En este caso los


extranjeros deben agotar todos los recursos que ofrece la jurisdicción del
país de residencia antes de solicitar la ayuda de su gobierno.

c) Cláusula Calvo como renuncia de protección diplomática. Por el simple hecho


de firmar un contrato que contenga esta cláusula, el extranjero se obliga a
renunciar a la protección de su país y acatar las leyes del país en que se
firma el contrato.

Un argentino llamado Carlos Calvo fue el creador de dicha cláusula que se


llamaría “Cláusula Calvo “. La Cláusula fue creada en el siglo XIX por la cuestión
de inversión extranjera. En México se dio a finales del siglo XIX en un contrato
donde participó Estados Unidos y nuestro país, donde este último aplicó la
cláusula para que Estados Unidos no interviniera en dicha relación
contractual.

La Cláusula Calvo, en resumen, propone los siguientes puntos:

a) Someterse a la jurisdicción local

b) Aplicación de la legislación de la localidad

c) Someterse a las relaciones contractuales de la localidad

d) Renunciar a la protección diplomática de su gobierno

e) Renunciar a sus derechos bajo leyes internacionales

La Cláusula Calvo deberá de ser cumplida por aquellos extranjeros que hagan
contratos en territorio Latinoamericano.

Legislación Mexicana
El Art. 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la
fracción primera dice lo siguiente:
Sólo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades
mexicanas tienen derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y
sus accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas o
aguas. El Estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros,
siempre que convengan ante la Secretaría de Relaciones en considerarse
como nacionales respecto de dichos bienes y en no invocar por lo mismo la
protección de sus gobiernos por lo que se refiere a aquéllos; bajo la pena,
en caso de faltar al convenio, de perder en beneficio de la Nación, los bienes
que hubieren adquirido en virtud del mismo. En una faja de cien kilómetros a
lo largo de las fronteras y de cincuenta en las playas, por ningún motivo
podrán los extranjeros adquirir el dominio directo sobre tierras y aguas.

El Estado de acuerdo con los intereses públicos internos y los principios de


reciprocidad podrá, a juicio de la Secretaría de Relaciones, conceder
autorización a los Estados extranjeros para que adquieran, en el lugar
permanente de la residencia de los Poderes Federales, la propiedad privada
de bienes inmuebles necesarios para el servicio directo de sus embajadas o
legaciones.

La Cláusula Calvo tiene por finalidad evitar el amparo diplomático indebido de los
países desarrollados a favor de sus súbditos, supuestamente afectados en los
contratos celebrados con el Estado de países que no han alcanzado su desarrollo.

Por ello la importancia de la Cláusula Calvo, puesto que esta hace que el
particular encuentre el mejor camino jurídico para solucionar el conflicto con
el Estado Mexicano o un particular. Además, saben de antemano que si
compran propiedades deben de realizar los trámites necesarios ante la
Secretaría de Relaciones Exteriores.

La Secretaria de Relaciones Exteriores será el único órgano para poder


aprobar la compra de propiedades dentro de territorio mexicano por
particulares extranjeros.
Un mexicano por naturalización al haber pasado por una serie de trámites y al
haber recibido la carta de naturalización por la SRE podrá comprar bienes sin
problema alguno ya que comprobó ser fiel al país y sus normas jurídicas.

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