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Las personas deben elegir, ya que los recursos de los que disponen son escasos
en proporción a los fines a los que les gustaría aplicarlos, aunque identificamos
recursos con dinero, detrás de la producción de bienes y servicios están los
factores productivos. Dentro de los factores productivos encontramos los
recursos naturales, el capital físico y el trabajo.
La eficiencia es extraer la mayor capacidad de bienes y servicios de los recursos
de los que disponemos, esta genera riqueza, pero no garantiza que se reparta
de manera justa, el Estado es quien debe ocuparse de los menos favorecidos.
El conocimiento es la capacidad de convertir datos e informaciones en acciones
efectivas, algo valioso. El 70 u 80% del trabajo de los empleados depende de su
intelecto.
El triángulo del conocimiento relaciona la Educación, la innovación y el I+D
(Investigación y Desarrollo) ya que la Investigación y el Desarrollo generan
conocimiento, la Innovación lo aplica a los productos lo que los convierte en
riqueza y, por último, la Educación prepara a las jóvenes generaciones para
investigar e innovar.
2) Cómo elegimos
Si elegimos, estamos renunciando a una de las dos opciones y es aquí donde
entra en juego el coste de oportunidad (aquello a lo que se renuncia para
conseguir algo), solemos valorar los beneficios y los costes de tomar una
decisión, para esto nos ayudarán los incentivos (lo que nos motiva) de cada
opción, ya sea económico, ético o social.
Otra forma de elegir es haciendo un análisis marginal en el que se contrastan
los costes marginales (coste de una unidad adicional de un bien) y los
beneficios marginales (beneficio generado por el consumo de una unidad
adicional).
Los bienes y servicios proporcionan una utilidad marginal decreciente, lo que
significa que el consumo de un bien o de un servicio, proporciona menor
utilidad adicional cuanto más se consume, manteniendo el consumo de los
otros bienes constante.
A la hora de elegir los errores de valoración más frecuentes son: no tener en
cuenta el coste de oportunidad, debemos valorar aquello a lo que
renunciamos, y tener en cuenta el coste irrecuperable, cuando no deberíamos
de tener en cuenta lo que ya no puede recuperarse.
3) Crear riqueza
A la hora de producir un producto, un bien o un servicio, en el proceso de
producción, entran una serie de inputs (materias primas, mano de obra y
capital necesario para la producción del producto) y tras una serie de
transformaciones mediante tecnología, salen los outputs (los bienes y
servicios), tras esta transformación, las empresas le dan lo máximo posible una
serie de valor o utilidad a los productos para aumentar el precio final que el
consumidor estará dispuesto a pagar. Aparte de esto existen el valor añadido,
que es la diferencia entre el valor del producto y el valor de los factores que ha
adquirido a otras empresas, por ejemplo, no va a costar lo mismo un vaso de
café de una máquina expendedora (40g a 0.60€) que una tacita de café en París
con vistas a la Torre Eiffel (20g a 12€), pese a que el vaso tiene el doble de café,
se paga más por la taza por los valores añadidos que supone estar en París con
vistas a la Torre Eiffel mientras un violinista toca algo de música.
Las empresas intentan ofrecer a sus clientes productos y servicios que les
proporcionan una utilidad mayor o diferente de la que proporciona la
competencia.
A medida que los bienes son más útiles, su precio aumenta en el mercado, las
empresas con mayor capacidad de crear valor son las que obtienen más
beneficios.