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TEMA 5. CD Y CI.

OTROS DATIVOS
EL COMPLEMENTO DIRECTO

Terminología

Este término de complemento directo se explica al menos por dos razones:


1. Se llama complemento directo porque es el único complemento argumental que tiene
un contacto directo con el verbo. Esta primera reflexión es problemática por dos
razones:
 Desde el siglo XVI el complemento directo comenzó a desarrollar en ciertos
casos una preposición a.
 En la actualidad ya se ha planteado la posibilidad de que ciertos
complementos de régimen puedan tener también un carácter no
preposicional.
2. También se llama complemento directo porque es el complemento argumental que
restringe directamente al verbo. Esto significa que es el complemento verbal que el
verbo exige en primer lugar. Esta explicación es más válida que la anterior pero tiene
sólo un alcance parcial. El complemento directo restringe directamente al verbo pero
solamente cuando aparece junto a otros complementos argumentales. Sin embargo,
en estructuras incompatibles con el complemento directo, otros complementos
también restringen directamente al verbo.

Jerarquía sintáctica y semántica del complemento directo dentro de la estructura


argumental

De todos los complementos argumentales, desde un punto de vista sintáctico, el


complemento directo es el complemento argumental más importante debido a que es el
encargado de restringir en primer lugar al verbo cuando aparecen varios.

Sin embargo, a nivel sintáctico, la situación es más equilibrada, ya que ese grado de jerarquía
es compartido también por el complemento de régimen. De hecho, si hacemos una reflexión
sobre el grado de optatividad o necesidad a nivel semántico de estos dos complementos,
comprobaremos una situación bastante similar.
 Hay estructuras donde es necesario que aparezca uno y otro (CD o C. Rég): “el libro
consta de 40 capítulos” (elimina CD y exige C. Rég) / “el libro tiene 40 capítulos”
(elimina C. Rég y exige CD).
 Cuando en una misma estructura aparecen ambos, a nivel semántico la optatividad
afecta a uno de los dos o a ninguno de ellos.
 A pesar de este gran equilibrio a nivel semántico, hay casos que parecen demostrar el
mayor grado de optatividad: el complemento de régimen es eliminable (“disfrazó a su
hija de Superman” – “disfrazó a su hija” – *“disfrazó de Superman”).
Caracterización del complemento directo

La caracterización del complemento directo se ha hecho desde dos puntos de vista


fundamentales:
 Caracterización semántica del complemento. Ha habido dos maneras de definir
semánticamente el complemento directo:
 El elemento que recoge la acción de un verbo transitivo. Esta definición
semántica equipara el complemento directo con la idea de paciente. Esta
definición es absolutamente falsa, ya que implica que para que haya un
complemento directo es necesario un verbo de acción (“había gente”).
 Por otro lado, el complemento directo se ha definido como el elemento que
sirve para completar semánticamente a un verbo intransitivo. Esta definición
es aplicable a determinados verbos transitivos semánticamente incompletos.
Sin embargo, esto no siempre es cierto.
 De hecho, hay verbos transitivos que pueden prescindir del
complemento directo y funcionar de manera intransitiva.
 Otro problema de esta definición es que el complemento directo no es
el único complemento encargado de completar semánticamente un
verbo transitivo.
 Finalmente, también hay verbos intransitivos que necesitan ser
completados a nivel semántico (residir en un lugar).
 Caracterización sintáctica del complemento. Ha habido varias formas de caracterizar
sintácticamente el complemento directo. No todas estas propuestas son igualmente
válidas.
 Se ha hablado de que el complemento directo es un elemento sintácticamente
conmutable por determinados pronombres interrogativos. Esta prueba es
totalmente ambigua.
 En primer lugar, no siempre está claro cuál de los dos pronombres hay
que aplicar al complemento directo (¿qué? o ¿a quién?) hay que
aplicar al complemento directo.
 El segundo problema es que esta conmutación puede aplicarse a otras
funciones sintácticas (“ha comenzado el invierno”).
 El complemento directo es un elemento que puede funcionar como sujeto en
una oración pasiva. Esta prueba plantea problemas por el hecho de que la
estructura pasiva resulta claramente anómala fuera de un registro formal (“la
noticia fue difundida por todas las cadenas = las cadenas difundieron la noticia;
aquí sí funciona pero no en todos los ejemplos: hace frío ≠ frío es hecho).
 El complemento directo es un elemento sintáctico que puede ser sustituido
por pronombres átonos (lo, la, los, las). Además, cuando el complementos
directo es oracional, el pronombre utilizado para esta conmutación es lo
(neutro ya que la oración no tiene género). Esta caracterización es totalmente
válida y, por tanto, puede definirse como el rasgo privativo de cualquier
complemento directo. Sin embargo, pueden plantearse ciertos problemas que
afectan a la aplicación de esta prueba (no a su validez). Son problemas de
distinto tipo, nos centraremos en dos de ellos:
1. El primero tiene que ver con dificultades propias de ciertos hablantes que
tienden a confundir el pronombre lo masculino con el pronombre le. Esto
se produce sobre todo cuando se trata de un complemento directo
masculino de persona. Estamos hablando de un fenómeno conocido como
leísmo. Este fenómeno afecta sobre todo a hablantes de la zona norte de
España (las dos Castillas, Bilbao, Galicia…). Para facilitar la identificación
del complemento directo a hablantes leístas, pueden aplicarse ciertas
variaciones en esta caracterización del complemento. Una primera
variación consiste en utilizar de forma sistemática el pronombre la. En la
segunda variante también podría usarse en la estructura el pronombre le
de manera pleonástica. El pleonasmo consiste en usar el pronombre al
mismo tiempo que el complemento. Cuando el resultado es anómalo, es
porque el complemento al que se refiere le es complemento directo. Si en
cambio la construcción pleonástica resultara aceptable, el complemento
no sería complemento directo (“escribí a Pepe” = “le escribí”  “le escribí
a Pepe”, como es normal, a Pepe no es CD).
2. El segundo problema tiene que ver con el carácter anómalo que puede
plantear en ocasiones la conmutación por un pronombre. Es decir, hay
ciertos complementos que te resistes a ser conmutados por algunos
pronombres. Este caso se da en ciertas respuestas en las que resultaría
extraño utilizar la pronominalización cuando en la pregunta ya se ha
utilizado el complemento directo.

Caracterización del CD con preposición

El complemento directo es un complemento mayoritariamente no preposicional, sin embargo,


en el Siglo de Oro, ciertos complementos directos, concretamente los referidos a personas,
empezaron a desarrollar una preposición a a fin de evitar ambigüedades respecto al sujeto. La
vinculación de la preposición a a los complementos directos de persona se mantuvo pero con
ciertos cambios que han llegado hasta hoy. En la actualidad, podemos decir que no siempre los
complementos directos de persona llevan a, incluso puede haber complementos directos no
personales que también utilizan la preposición.

En general, el uso de la preposición a afecta sobre todo a los complementos directos de


persona. Sin embargo, esta preposición aparece no de forma sistemática sino que hay tres
comportamientos diferentes:
1. La preposición a es obligatoria o necesaria cuando los complementos directos de
persona están claramente determinados. La determinación puede aparecer con
determinados tipos de palabras como a quién o a ambos (“llamé a María”). La
preposición aparece con frecuencia cuando hay determinantes o determinativos.
2. La preposición a es opcional, es decir, puede o no usarse pero con implicaciones. La
opcionalidad se explica por diferentes razones. La primera, se puede usar o no para
expresar mayor o menor determinación cuando el complemento directo tiene un
articulo indeterminado (“estoy buscando a un estudiante que quiera dar clases de
inglés”). La segunda razón, el uso o no de la preposición puede tener implicaciones
semánticas, es decir, las oraciones resultantes tienen significados distintos (“quiero
mucho (a) un hijo tuyo”). En otras ocasiones, en ausencia de preposición provoca un
mayor grado de cosificación del complemento directo personal.
3. La preposición a es innecesaria con casos extremos de indeterminación, que sucede
cuando el complemento directo es un plural genérico (“no han encontrado candidatos
adecuados”). La preposición es incompatible con determinadas estructuras sintácticas
como las construcciones impersonales del verbo haber (“había una chica muy
simpática”). También hay ciertos verbos que usan complementos directos sin
preposición como por ejemplo el verbo tener sin predicativo (“tengo tres sobrinos”).

Aunque estos complementos directos normalmente no usan la preposición a, sí pueden usarla


ante ciertos condicionantes:
 El primero serían los casos de personificación del complemento directo (“algunas
culturas antiguas adoraban al sol”).
 En el segundo, hay ciertos verbos que generalmente funcionan con complementos
directos de persona y por ese motivo, se han acostumbrado a utilizar a. Por ese
motivo, cuando se usan con complementos directos no personales, tienden a seguir
usando la preposición (“el artículo acompaña a los sustantivos”).

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