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Nombre: Miguel Ángel Plata Galvis.

Código: 2021272032.

Grupo: 1.

Licenciatura: Licenciatura en Artes Visuales

Apuntes sobre el arte latinoamericano desde la colonia hasta la primera década del silo XX

Desde la llegada de Colón a américa en 1492 hasta la primera década del siglo XX, el arte
latinoamericano estuvo fuertemente marcado por tres ejes ideológicos: la evangelización, la idea de
castas y la existencia de un pensamiento clasificatorio. Éstos, claro, a pesar de estar en un marco
espacio-temporal definido, pueden verse desde una perspectiva aglutinante. Es decir, a pesar de que,
por ejemplo, la evangelización sucede desde la llegada de los franciscanos (1523), este hecho se
entreteje ideológicamente con ejes posteriores. De esa manera, se puede afirmar que el arte
latinoamericano, hasta la primera década del siglo XX, se convierte en un reflejo conquistado y
continuo de un solo régimen escópico. Partiendo de lo anterior se expondrán las características más
importantes de dichos ejes y su relación aglutinante.

La evangelización

Como se mencionó anteriormente, la orden franciscana llega a américa en el año 1523 y, según el
historiador francés Serge Gruzinski, llega a México en 1525 (Gruzinski, 1994, p. 71). Este evento es
fundamental en tanto que el arte se convierte en el dispositivo principal para evangelizar a los
indígenas. Al llegar, se encontraron con una barrera para lograr sus fines: el idioma. Así pues, el arte
tomó un papel protagonista al convertirse en el puente entre la religión y los aborígenes. Sin embargo,
esto causa una resistencia de las culturas autóctonas por preservar sus costumbres (además, los
españoles abren la vía para que éstas se comuniquen entre sí e intercambien conocimiento) y dentro
de la propia iglesia hay disputas por la adoración de imágenes. Y, aunque parece que estos eventos
pudieron frenar la evangelización, se observa que la estrategia fue la hibridación. De esa manera, el
arte por sí solo ya no representaba el puente entre religión e indígenas, sino de combinar formas de
ver, combinar narrativas. Algunos registros de esta unión se evidencian en los plumeros, por ejemplo
en el Retrato de Cristo hecho con plumas de colibrí y de loro, hecho por el pintor Juan Bautista Cuiris,
en 1550.

La idea de castas
Para entender por qué el arte estuvo enfocado en imponer una visión de mundo, es preciso reconocer
que los españoles llegan a américa con una fuerte tradición excluyente de etnias diferentes a la suya.
Es así que la expulsión de los judíos en marzo de 1492 va a ser de vital importancia en la influencia
ideológica que luego se ejerció en el “nuevo mundo”. Buscando una unidad religiosa y territorial, el
arte en américa fue un instrumento perfecto para avanzar en la división por clases. En este sentido, el
régimen escópico español era, parafraseando a Santiago Castro Gómez, una supuesta mirada absoluta
sobre la realidad que justificaba su superioridad frente a otras razas. De este respecto tenemos las
pinturas realizadas durante los viajes etnográficos y las pinturas de castas de Cristóbal Lorenzo, donde
se evidencia una búsqueda de reconocer a los habitantes del territorio, pero no como sujetos, sino
como objetos a estudiar, a entender y a seguir dominando.

Pensamiento clasificatorio

Por último, tanto la religión como la superioridad racial se entretejen con la ciencia, el método
científico y las formas para clasificar, nombrar y preservar el conocimiento. Este ejercicio de
apropiación se ve reflejado en las expediciones botánicas. Por lo general fueron expedicionarios
españoles, alemanes y franceses quienes contribuyeron a la creación y ampliación de grande
colecciones de herbarios que, para el siglo XVIII, estaban de moda en España. Instituciones como
Real Gabinete de Historia Natural y luego el Real Museo de Ciencias Naturales, fueron sus principales
financistas. El arte, naturalmente, supeditado a la manera más eficiente de estudiar y registrar, esta
vez, la flora y la fauna de los territorios. Algunos ejemplos son las ilustraciones de las expediciones
de José Celestino Mutis o el cuadro de Eduard Ender, del año 1850, Alexander von Humboldt
y Bonpland, en la selva amazónica del río Casiquiare.

De lo anterior mencionado se puede concluir que estos tres ejes ideológicos fueron esenciales durante
todo el proceso de colonización e independencia de Latinoamérica. Asimismo, constituyeron la lucha
por imponer su régimen escópico y marcaron para siempre la dependencia sobre la representación de
una identidad latinoamericana que, después de los años veinte del siglo XX -y aún hoy-, se intentó
reivindicar.

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