Por qué si hay un a priori y un a posteriori, ¿no puede haber un durante la experiencia?

Immanuel Kant (22 de abril de 1724-ibídem, 12 de febrero de 1804) filosofo prusiano de la

ilustración, en su libro “Critica de la razón pura” (1781) nos da dos términos que serán muy

significativos en esta disertación, primero, A priori, este término es aquel conocimiento que se

da “antes de la experiencia” o sea, no depende de ni una base empírica ni una base sensible, es

independiente de la experiencia, no necesita de ella para ser expresado y se asocia con el

conocimiento de lo universal y necesario, un ejemplo de este sería Dios, nadie lo ha visto, nadie

lo ha tocado, nadie sabe aún como es el verdadero Dios y sin embargo se cree en él; segundo, A

posteriori, este al contrario del primer término, se basa en los conocimientos sucedidos “después

de la experiencia” , depende de una base empírica donde ya se ha visto, sentido o conocido, se

puede decir que es dependiente de la experiencia, y que solo se tienen después de un suceso o

hecho pasado, por ejemplo, tenemos un marcador de color azul, ya vimos que verdaderamente es

de este color, y que cumple con el significado de marcador, entonces luego de haber tenido esta

experiencia, podemos afirmar que el marcador es azul. Entonces si hay un antes y un después

¿Por qué no hay un durante el momento?

Siempre he creído que entre ese antes y después hay un momento, por muy mínimo o pequeño

que sea, pero existe, ese quizás microsegundo que pasa entre el no conozco y el conozco, ese

momento debería ser también explicado y dado a conocer, no dejado a un lado debido a que por

muy pequeño existe y por ende debe tener su propia explicación.

Según lo que uno vive al tener una experiencia, entiende que hay un momento antes, durante y

después; para mí también debería existir un término que nos explique lo que sucede durante está
pasando esta experiencia, que nos explique qué es lo que sentimos al tenerla, lo que pueda quizás

pasar por nuestros pensamientos, la reacción que puede tener nuestro cuerpo, si nuestros ojos se

abren, si nuestras pupilas se dilatan, si algo que pensemos sale por medio de palabras, si tenemos

algún cambio de posición, si nos provoca risa, miedo, ternura, si nuestro corazón se acelera o

palpita más lento, si nuestra piel se eriza, si nos sentimos mareados, indispuestos, enfermos, o

nos causa algún dolor el conocer, si nos hace sudar nuestra frente o brazos, si los demás pueden

percibir lo que nos causa e incluso si nosotros mismos podemos percibir lo que nos causa un

conocimiento cuando estamos apenas conociéndolo y saber también que hace diferente esta

experiencia en el momento que lo conozco.

Para finalizar defiendo la idea de que en medio de el a priori y el a posteriori hay un durante, que

puede ser explicado con lo que nos pasa, lo que sentimos y lo que hace que cambie en nosotros el

tener este conocimiento o experiencia.