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Mariana E. Caminotti
Junio de 2009
Directora
Ana Laura Rodríguez Gustá, PhD.
RESUMEN
Esta tesis aborda la invención y difusión de cuotas por género en la Argentina, mediante
un examen del proceso político por el cual éstas fueron establecidas en la legislación
inexplorado.
En primer lugar, esta tesis ilumina de qué manera una ley nacional que buscaba
apuntalar la equidad de género en los partidos, pero que conmovía intereses y prácticas
pasando a formar parte del repertorio de normas “dadas por sentadas” en la política
ii
ÍNDICE DE CAPÍTULOS
INTRODUCCIÓN .................................................... 1
6. Conclusiones .................................................... 47
CAPÍTULO 2. Invención, reproducción y cambio
de las instituciones .................................................... 50
iv
3. La afirmación del discurso de las políticas de
acción afirmativa en la reforma constitucional .................................................... 106
v
5. Conclusiones .................................................... 142
vi
4.1.3. La privatización del conflicto mediante la
reglamentación del Poder Ejecutivo provincial .................................................... 179
vii
ÍNDICE DE TABLAS
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
viii
de la ley de 24.012 .................................................... 139
CAPÍTULO 5
ix
AGRADECIMIENTOS
Durante la investigación realizada para esta tesis doctoral, conté con la colaboración de
fundamentales para que yo pudiera conducir y concluir este estudio. Marcelo Cavarozzi
análisis.
Schmuk, María Pía Vallarino, Luciano Durand, Graciela Trevisán y Débora Pragier, por
fuente apreciable de apoyo. Pedro Pírez, con quien tuve la fortuna de colaborar en un
x
Universidad Nacional de Quilmes, me orientaron y apoyaron cuando me trasladé a vivir
fundamentales para mi trabajo de campo, además de sus cálidas charlas. Nidia Martini
entusiasmo.
xi
incluso una ponencia preparada para el Congreso de LASA en Río de Janeiro, antes de
Con sus llamadas, correos electrónicos e invitaciones a “hacer cosas”, mis amigas y
investigación. Una pequeña gran persona, Frida, me ayudó a distraerme, a disfrutar del
juego y a valorar las horas de recreo. Como supongo (probablemente sin razón) que ella
no lo sabe, quiero agradecérselo aquí con la esperanza de que lo lea cuando aprenda a
leer. El amor de mi familia fue fundamental para mí, sobre todo en los últimos años en
los que una tragedia asoló nuestras vidas. Esta tesis está dedicada a la memoria de mi
mamá, que se fue en 2007, y a los hijos de mis amigas por iluminarme el futuro en un
momento oscuro.
xii
ABREVIATURAS
PJ Partido Justicialista
xiii
INTRODUCCIÓN
En las últimas dos décadas, el empleo de cuotas electorales para paliar la inequidad de
variantes, estos mecanismos institucionales han sido adoptados en más de cien países,
las cuotas por género exigen o promueven la inclusión de mujeres en las listas
público.
formal (los derechos plasmados en las leyes y las constituciones) debe ser apuntalada
por reglas que estimulen la igualdad real en los procesos de nominación de candidatos
que tienen lugar en los partidos. Las cuotas desafían perspectivas liberales clásicas de la
los electorados (Norris 1997); pero es también un hecho que, en la enorme mayoría de
1
Estas medidas asumen tres modalidades, a saber: cuotas partidarias (voluntarias), cuotas legales
(obligatorias) y escaños reservados, cuya distinción es abordada en el capítulo 1 de esta investigación.
1
los países, estas instituciones se caracterizan por una marcada sobre-representación de
varones. En 2009, por ejemplo, un 82 de los parlamentarios nacionales del mundo son
de sexo masculino2. Así pues, aunque el propósito inmediato de las políticas de cuotas
democracia, como las Legislaturas, asumen que el escaso acceso de mujeres a ellas
implican una disminución del número de vacantes que pueden ser asignadas a hombres,
quienes suelen controlar la mayoría de los recursos de poder en los partidos políticos y
por género, el avance global de estas medidas despierta interrogantes desafiantes para la
las instituciones políticas, han consentido un cambio del estatus quo que podría hacer
peligrar sus propias posiciones? Más aún, ¿por qué razones las cuotas lograron
Por otra parte, al estimular el acceso a cargos electivos por parte de mujeres
desaventajadas en las negociaciones partidarias, las cuotas suelen conmover otras reglas
2
Véase http://www.ipu.org/wmn-e/world.htm (consulta realizada el 25 de abril de 2009).
3
La discriminación indirecta a menudo es denominada “discriminación estadística” o “discriminación por
los efectos”.
2
(formales e informales) que gobiernan la distribución de las candidaturas, así como la
electorales. Así pues, las cuotas interactúan con otras reglas partidarias y prácticas de
minimizar su alcance.
“Cupo Femenino”, aprobada en 1991, reformó el Código Electoral Nacional para exigir
todos los partidos políticos como requisito para su oficialización. Luego de su invención
Eslovenia y España siguieron rumbos similares, aunque los mecanismos más comunes
3
en Europa son las cuotas voluntarias, incorporadas en los estatutos partidarios, y no así
en leyes nacionales4.
Más allá del papel innovador del país, el caso de Argentina es singular por la
extraordinaria eficacia de su ley de cuotas nacional. Desde la entrada en vigor del cupo
femenino (en 1993 para la elección de diputados y en 2001 para las candidaturas al
2009 el Congreso de la Nación es uno de los seis Parlamentos con mayor participación
de mujeres, superando tanto el promedio mundial (18,5 por ciento) como el de las
Américas (21,5 por ciento) y asemejándose al evidenciado en los países nórdicos (41
países. En primer lugar, una serie de estudios estadísticos cross nacionales analiza el
impacto de las cuotas sobre la representación descriptiva de mujeres (esto es, su acceso
4
Como se verá en el capítulo 1, las cuotas legales son más frecuentes en los países en vías de desarrollo y
en aquellas sociedades que han atravesado situaciones de conflicto armado (Krook 2008).
5
Véase http://www.ipu.org/wmn-e/world.htm (Consulta realizada el 28 de abril de 2009).
4
examen de la relación entre variables seleccionadas (la fórmula de asignación de
bancas, el tipo de boleta y la magnitud de los distritos), estos trabajos han evidenciado
de qué modo los sistemas electorales tienden a ampliar o a limitar la eficacia de las
cuotas por género (Jones 2008a, 2008b, 1998; Barreiro et al. 2004; Schmidt y Araújo
2004; Htun y Jones 2002; Jones y Navia 1999)6. Sin embargo, los actores implicados en
el diseño e instrumentación de las cuotas pueden establecer criterios que las tornen más
o menos potentes a la luz de las reglas electorales vigentes, lo cual nos lleva a suponer
que entre esas reglas y el impacto de las cuotas media un conjunto de decisiones
Una segunda línea de trabajos examina los efectos (indirectos) de las cuotas sobre la
6
Jones (1998) y Alles (2009) han investigado el desempeño de las cuotas por género empleadas en las
provincias argentinas vis-á-vis sus sistemas electorales. Reynoso (2007) ha hecho lo propio en el caso de
México.
7
La literatura que ha abordado esta cuestión es amplia y variada. Entre otros estudios, se destacan los
trabajos de Reingold (1992), Cammisa y Reingold (2004), Carroll (2001) y Swers (2003, 2001, 1998)
sobre Estados Unidos y de Childs (2001, 2004) sobre Gran Bretaña. Taylor-Robinson y Heath (2003),
Schwindt-Bayer (2006) y Franceschet (2008) estudian el fenómeno en América Latina. Jones (1997)
compara los casos de Argentina y los Estados Unidos; Archenti y Johnson (2006) comparan Argentina y
Uruguay, en tanto Marx, Borner y Caminotti (2007a) comparan Argentina y Brasil. Con relación al caso
de Argentina, se destacan los trabajos de Archenti y Gómez (2001), Archenti (2004), Franceshet y
Piscopo (2008) y Borner, Caminotti, Marx y Rodríguez Gustá (2009). En cuanto al caso brasileno, véase
Avelar (2001) y Htun y Powell (2006).
5
legisladores, especialmente en materia de derechos humanos de las mujeres, protección
de la niñez y minorías.
de cuotas, entendida (de manera más o menos explícita) como un proceso de reforma
1990, estos trabajos han puesto de relieve la ventana de oportunidades provista por la
legitimaría las políticas de acción afirmativa. En segundo lugar, estos estudios han
actores del sistema político (Araújo y García 2006; Piscopo 2006; Htun 2004).
Con todo, algunas investigaciones comparativas sugieren que los factores implicados en
mecanismos son creados afecta su instrumentación. Más aún, puesto que los resultados
analítica, las prácticas políticas —entendidas como las tácticas y las estrategias que los
6
actores ponen en juego en coyunturas críticas (Desai 2002) de reforma institucional—
legal en la Argentina, mediante un examen del proceso político a través del cual estos
La escasa atención brindada a los procesos de adopción de cuotas por género en el nivel
que las provincias son arenas privilegiadas de acumulación de poder político territorial y
(eventual) proyección nacional. Asimismo, dado que las reglas que organizan la
competencia electoral “más allá de las capitales” (Eaton 2004) pueden ampliar o limitar
comparar países para dar cuenta de las cuotas por género como un fenómeno global,
7
esta tesis emprende un cambio de unidad de análisis en aras de dilucidar los rasgos que
8
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) es institucionalmente homologable a los demás estados
subnacionales de la Argentina y queda comprendida en nuestro empleo del término provincias.
9
La organización de las elecciones legislativas nacionales por distritos implica que la competencia
partidista se resuelve en cada una de las provincias, independientemente de lo que ocurre en las demás
(Alles 2006: 12).
10
Aproximadamente un tercio de las provincias se incorporaron plenamente al juego democrático a partir
de 1983 (Guiñazú 2003). Ocho jurisdicciones que anteriormente eran “territorios nacionales” (Chaco,
Chubut, Formosa, La Pampa, Misiones, Neuquén, Río Negro y Santa Cruz) se transformaron en
8
Cupo Femenino que se aplica a las candidaturas legislativas nacionales coexiste con
candidatos subnacionales.
federación argentina, esta tesis adopta un diseño interpretativo con perspectiva histórica
Nuestro primer interrogante apunta a examinar de qué modo una ley nacional que
buscaba apuntalar la equidad de género en los partidos, pero que al mismo tiempo
conseguido instituirse, mantenerse y aún ampliar sus exigencias, pasando a formar parte
dirección, esta tesis busca iluminar qué ingredientes se pusieron en juego para la
provincias durante el gobierno peronista de la década de 1950 (Cetrángolo y Jiménez 2004). Tierra del
Fuego lo hizo en 1990 y la Ciudad de Buenos Aires adquirió un estatus análogo en 1994, dictando su
Carta Constitucional en 1996. El universo provincial de la Argentina es muy heterogéneo. Más del 60 por
ciento de la población del país se concentra en cuatro provincias de la región pampeana (Buenos Aires,
Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) que sólo abarcan el 20 por ciento del territorio nacional y
generan el 75 por ciento del Producto Bruto Geográfico (PNUD 2002). Por su parte, el 30 por ciento de la
población reside en las provincias agrupadas en las regiones noreste, noroeste y cuyo, que abarcan el 45
por ciento del territorio nacional y contribuyen con un 18 por ciento del producto. Finalmente, las seis
provincias patagónicas (Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego)
comprenden el 35 por ciento de la superficie del país, albergan un 7 por ciento de la población nacional y
aportan un 7 por ciento del PBG (Ibíd. 2002).
9
El segundo interrogante de esta investigación dirige la atención a los factores que
2. Métodos y datos
Para responder los interrogantes planteados, esta investigación asume una lógica de
10
modo en que distintos factores se unen para producir los fenómenos analizados11. La
pregunta relevante no es, pues, por qué éstos ocurren sino cómo lo hacen, y la estrategia
resultante es relacional y configurativa. Desde esta óptica, las coyunturas que enmarcan
los procesos de invención y difusión de cuotas electorales, así como dilucidar el modo
en que se plantearon y dirimieron las tensiones entre los fundamentos normativos y los
en los subnacionales.
extensión sobre la profundidad, y sólo incorpora una discusión algo más detallada de
11
La distinción entre una lógica de procesos y una lógica de variables es tomada de Scott (1995: 64-65).
De la perspectiva de este autor, dicha distinción atraviesa el campo de los estudios institucionales,
afectando tanto el tipo de preguntas como los métodos empleados para responderlas. Las teorías centradas
en variables conciben a las instituciones como entidades, concentran su atención en variables
dependientes e independientes de naturaleza abstracta y procuran establecer entre ellas una relación
causal. En cambio, el objeto de las teorías centradas en procesos no es un conjunto de relaciones entre
variables abstractas sino un conjunto de eventos, donde la historia ocupa un primer plano.
11
algunos casos provinciales para ilustrar distintas trayectorias de reforma institucional
subnacional.
vigente, hemos recabado información sobre las reformas introducidas a las cuotas tras
legislación. Con ese fin, apelamos a las bases de datos de leyes y proyectos publicadas
completar, actualizar y triangular los datos, nos comunicamos telefónicamente con las
En segundo lugar, hemos analizado los debates plenarios del conjunto de las leyes de
dichos debates ha sido publicada en Gallo y Giacobone (2001). En el caso de las leyes
12
taquigráficas del debate a la Legislatura provincial correspondiente 12. Con el propósito
constitucional del país, hemos consultado las versiones taquigráficas de las sesiones
Otra fuente de datos de esta investigación está constituida por noticias publicadas en los
medios de prensa, que ofrecen un racconto detallado del proceso de aplicación del cupo
femenino en las listas partidarias en distintos distritos electorales del país. En particular,
informantes clave (actores que participaron del proceso de instauración de las leyes de
cuotas nacional y provinciales), realizadas entre fines de 2007 e inicios de 200913. Estas
tenido expresión pública. En la sección final que consigna la bibliografía y las fuentes
de datos empleadas hacemos mención a estos actores, pero los fragmentos de entrevistas
12
Este ha sido, por ejemplo, el caso de Río Negro en 2003.
13
Adicionalmente, hemos empleado otras tres entrevistas efectuadas en 2005 en una investigación
realizada en el marco de un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD,
Argentina).
13
corresponden los testimonios transcritos14. A lo largo del texto, las traducciones de citas
Argentina.
14
Sólo en casos específicos juzgamos conveniente identificar a los entrevistados en las citas, puesto que
sus testimonios cobran especial relevancia tomando en cuenta las posiciones que ocuparon. Los
entrevistados y las entrevistadas nos brindaron su acuerdo para ser mencionados.
14
advertirá, nuestro marco teórico es ecléctico e incorpora categorías provistas por
iluminar diferentes facetas de los procesos de interés analítico. Con todo, este marco
teórico está claramente informado por premisas constructivistas de raíz sociológica, que
invención de las cuotas legales, a través del examen del proceso de adopción y de
noción de adopción alude a las iniciativas que condujeron a la aprobación de esta ley en
esta política de acción afirmativa. Finalmente, las conclusiones discuten los principales
15
CAPÍTULO 1
Junto con la clase y la raza, el género es uno de los campos primarios de articulación del
poder y una de las referencias recurrentes por medio de las cuales el poder político ha
percibida. Las relaciones de género no tienen fundamentos biológicos sino que están
culturales e históricas15.
15
Siguiendo a Scott (1993), la diferenciación es una operación crucial del lenguaje conceptual para
establecer significados, y la diferencia sexual es una forma primaria de diferenciación significativa. Los
conceptos de género, establecidos como conjunto objetivo de referencias, estructuran la percepción y la
organización —material y simbólica— de toda la vida social. La oposición binaria y el proceso social de
construcción de relaciones de género forman parte del significado mismo del poder.
16
“el género involucra creencias culturales y distribución diferencial de recursos en un
voto16. Como ha sido sugerido por Paterman (1989), la propia idea de ciudadanía fue
edificada como un concepto masculino y no ha sido causal que las mujeres, alrededor
del mundo, debieran movilizarse y llevar a cabo arduas luchas en pos de la conquista del
16
En América, los primeros países en conceder a las mujeres el derecho al sufragio fueron Canadá (1918)
y los Estados Unidos (1920). Argentina lo hizo en 1947 y Paraguay (el país latinoamericano más tardío en
promulgarlo) en 1961. En Suiza, el voto femenino en igualdad de condiciones con respecto a los hombres
sólo fue reconocido en 1971.
17
los parlamentarios nacionales del mundo son hombres (véase la tabla 1.1). En las
derechos políticos. Desde esta óptica, el hecho de que durante mucho tiempo a las
mujeres les haya sido denegado el derecho de voto “no es más que la punta del iceberg,
Tabla 1.1
Este capítulo se propone enmarcar las cuotas electorales por género en la discusión
sobre la representación de las mujeres en las instituciones políticas. En este sentido, las
siguientes secciones revisan algunos problemas normativos y los argumentos que suelen
18
emplearse para justificar o bien para oponerse a estos mecanismos de acción afirmativa.
A la luz de las brechas por sexo que exhiben las instituciones políticas, en las últimas
décadas del siglo veinte se fue haciendo cada vez más notorio que los procesos
legislativo debe ser seleccionado para obtener una candidatura y luego presentarse a una
elección. Así pues, qué candidatos resultan nominados y quiénes logran acceder a
ejercer cargos legislativos depende del proceso de reclutamiento político que tiene lugar
El reclutamiento político es, por cierto, una de las funciones básicas —aunque menos
visibles— de todos los sistemas políticos. Es básica, puesto que del reclutamiento
19
surgen las elites políticas, las personas que desempeñarán los principales cargos de
gobierno y tomarán las decisiones públicas que afectan al conjunto; y es una de las
luz pública. Como ha sido destacado por Norris (1997: 3), en las democracias modernas
relevante y valoren17.
Sin embargo, estos procesos suelen provocar sesgos sistemáticos, cuyo corolario es que
En relación con dichos sesgos, hasta hace algunos años la literatura concentraba su
diversos estudios han evidenciado que las instituciones representativas, alrededor del
mundo, tienden a integrar más a las personas económicamente aventajadas y más a los
17
A modo de tipos ideales, Norris (1997: 4-5) diferencia dos rutas de acceso a carreras políticas, que
pueden ser relativamente jerárquicas o bien más laterales. En los sistemas parlamentarios de gobierno,
especialmente en estados unitarios, los patrones suelen estar más claramente demarcados que en los
sistemas presidencialistas y federales, donde las rutas de acceso a los Congreso nacionales suelen ser más
diversas, con movimientos laterales.
20
Un argumento convencional para explicar la disparidad de acceso a cargos electivos por
parte de mujeres y hombres acentuaba una mentada “falta de interés” de las primeras.
En cambio, al calor de los planteos feministas de las décadas de 1960 y 1970, una
institucionalizados de discriminación.
De hecho, la evidencia internacional señala que, en distintos países, las mujeres suelen
involucrarse en los partidos políticos a la par de los hombres pero no son seleccionadas
transformación se han ideado medidas específicas. Las cuotas electorales por género,
públicas, son los mecanismos más recientes que han instrumentado los países para
instituciones.
21
La década de 1990 fue, en ese sentido, el escenario de un notable proceso de difusión
algunos partidos políticos han instituido cuotas voluntarias en sus estatutos internos
(Krook 2008).
Así pues, aunque estos mecanismos han despertado controversias intensas, su empleo en
los más variados países y regiones permite avizorar una tendencia novedosa en la
de partidos, las cuotas electorales comportan una reforma de las instituciones que
reglas (formales e informales) que determinan quiénes consiguen ser incluidos en las
listas partidarias y quiénes logran ejercer cargos electivos (Norris 1997). Las políticas
en las circunscripciones. Cuando las cuotas están bien diseñadas, lo esperable es que se
22
modifique la composición demográfica de las delegaciones legislativas, “pero las reglas
de competencia entre partidos permanecen iguales” (Htun 2004: 442; énfasis nuestro).
Las cuotas electorales, que exigen o promueven la nominación de mujeres en las listas
plano normativo, las cuotas se fundan en una distinción entre igualdad formal e
resultados (Bacchi 2006). Desde esta óptica, su empleo presupone que la reducida
a ser representantes (Archenti 2002), dificultándoles ocupar las mismas posiciones que
En un plano más operativo, las cuotas procuran atenuar los privilegios masculinos que
selección de candidatos en lugar de esperar que los cambios sociales produzcan, con el
tiempo, transformaciones de carácter gradual19. Es decir, estas medidas exigen que los
18
La discriminación indirecta, no derivada de una norma escrita, se mide por los resultados diferenciales
de determinados procesos (las elecciones legislativas, por ejemplo). Por ello, también se la conoce como
“discriminación estadística” o “por los efectos”.
19
Siguiendo a Freindenvall, Dahlerup y Skjeie (2006: 55), la perspectiva incremental —característica de
los países nórdicos— confía en el desarrollo gradual de la equidad de género e implica una visión
“iluminista” del progreso.
23
partidos nominen candidatas mujeres, colocando el acento no en las propias mujeres
Freidenvall 2003). Así pues, las cuotas electorales por género pueden ser pensadas
Al ser instrumentadas, las cuotas interactúan de distinta manera con las instituciones
imperativos más o menos compatibles con ciertos rasgos del sistema electoral,
tradiciones y reglas de decisión de los partidos políticos, y aún con los principios
En estos escenarios, la acción afirmativa y las cuotas por género suelen ser acusadas de
ignorar la competencia y los criterios de mérito que —desde esta óptica— aseguraría la
elección de las personas más competentes e idóneas (Bacchi 2006: 33). En cambio, el
20
Nancy Fraser (1995) ha sugerido que, al centrar su atención en el “reconocimiento” identitario, las
políticas de acción afirmativa podrían atentar contra el propósito de nivelación universal o
“redistribución”. Iiris Marion Young (1997: 152), en cambio, desafía esa dicotomía, al plantear que “para
muchos movimientos sociales, lo que Fraser denomina ‘reconocimiento’ es un medio para alcanzar la
equidad económica y social y la libertad implicados en la categoría de ‘redistribución’” (véase Bacchi
2006: 45).
24
políticas sensibles a criterios de racionalidad sustantiva y por el reconocimiento
decisiones políticas. Un argumento central para justificar estas medidas destaca que las
privilegios políticos que históricamente han detentado los hombres, por la condición
dominante del género masculino en la vida pública. Los derechos políticos de las
las cuotas también suelen invocarse argumentos que acentúan una serie de efectos
21
En la Argentina, por ejemplo, la incorporación de acciones positivas en la reforma constitucional de
1994 contribuyó a apuntalar su ley de cuotas nacional. En otros países, como Italia, Colombia y
Venezuela, se sancionaron leyes nacionales de cuotas que luego fueron derogadas alegando su
inconstitucionalidad.
25
prácticas de la política (coadyuvando, por ejemplo, a la democratización de los
partidos); que podría transformar los resultados políticos (estimulando, por ejemplo,
generar nuevos ‘modelos de rol’ que contrarresten los prejuicios sexistas. Así pues,
estos argumentos trasladan el foco desde la discriminación que sufren las mujeres hacia
las contribuciones que su inclusión podría aportar en arenas dominadas por hombres y
reclutamiento político debe estar gobernado por criterios de mérito y que la empresa de
personas, la clásica posición liberal sobre igualdad legal, que no contempla las
desde esta posición, los mecanismos de acción afirmativa son pensados en términos de
Siguiendo a Bacchi (2006: 34-35), esta forma de enmarcar la acción afirmativa acarrea
22
Asimismo, hay quienes consideran que las cuotas legalmente obligatorias lesionan la autonomía
partidaria, en la medida en que implican una inconveniente injerencia estatal en la definición de sus
propias reglas y procedimientos internos.
23
En las discusiones de la ciencia política, véase, entre otros, Sartori (1992).
26
introducen cuotas suelen verse sujetas a constantes controversias y tentativas de
derogación. En segundo lugar, al acentuar las desventajas que enfrentan las mujeres,
estigmatización, al opacar que la verdadera fuente del problema son los privilegios
Estos argumentos se vinculan, como lo sugerimos, con un debate más amplio sobre la
persiguen y con las personas de las cuales se reciben mandatos (Pitkin 1985). Así pues,
personas con características semejantes a las suyas (en términos de edad, clase social,
género o raza). Desde esta óptica, que asimila semejanza y representatividad, el aspecto
más relevante de una institución legislativa estaría dado por su composición social
(Pitkin 1985)24.
24
Esta dimensión descriptiva de la representación ha cobrado relevancia al compás del cuestionamiento
del principio de igualdad y de la neutralidad etnocultural del Estado liberal (Kymlicka 2003), del
desarrollo de los estudios feministas y de los planteamientos multiculturalistas (Martínez 2004).
27
De acuerdo con Anne Phillips (1991), en sociedades organizadas en torno al género, la
oposición entre ideas y presencia plantea una dicotomía engañosa, puesto que su
medida en que una porción considerable de los asuntos políticos se plantean con
ellas, sin son varones o mujeres) importan. Esto no implica concebir a las mujeres como
presupone la existencia un interés femenino unificado sino sólo alguna diferencia entre
concibe a las mujeres en términos de un grupo social relacional, definido como tal por
mantienen con otros. Las personas que comparten una posición estructural pueden tener
28
3. Las cuotas electorales en perspectiva comparada
Entre los mecanismos de acción afirmativa ideados para favorecer el acceso de mujeres
a las instituciones políticas alrededor del mundo, es posible diferenciar tres tipos: la
cuotas electorales partidarias, las cuotas electorales de carácter legal y los escaños
reservados, que varían según (a) su modalidad de instauración y (b) las fases del
y elección de representantes)25.
Tabla 1.2
(Europa Occidental)
*Entre paréntesis se indican las regiones del mundo donde cada tipo está más difundido.
25
Con algunas adaptaciones propias, esta clasificación de los regimenes de cuotas vigentes en el mundo
está basada en Dahlerup (2006a).
29
3.1. Las cuotas partidarias
candidatas para determinados cargos. Esta modalidad de cuotas, que sólo se aplica en
los partidos políticos de un país que han acordado instrumentarlas, fue instituida hacia
mecanismo dominante hasta 1990 (Krook 2005c). Por mencionar algunos casos
emblemáticos, se destacan las experiencias del Partido Laborista de Noruega (el primero
de España y el Partido Laborista inglés, entre otras fuerzas políticas. Con todo, la
demandas planteadas por mujeres dentro de los partidos. En este sentido, una
26
A diferencia del Partido Peronista argentino, algunos partidos latinoamericanos adoptaron cuotas para
cargos internos pero no así para sus listas de candidatos a cargos electivos. Por ejemplo, en 1991 el
Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) instituyó una cuota de 20 por ciento para cualquiera de ambos
sexos en sus órganos de dirección (Miguel 2000), pero no las hizo extensivas a las candidaturas
legislativas con anterioridad de la sanción de una primera ley de cuotas en Brasil (1995).
30
evidencia que aquellos partidos que lideraron su adopción eran precisamente los que
Más allá de la presión ejercida por mujeres, en diversos casos nacionales la difusión de
En efecto, cuando un partido adopta estas medidas, suelen generarse incentivos para su
adopción por parte de otras fuerzas políticas que compiten con él, temiendo una pérdida
menudo, los partidos “reaccionan” ante el empleo de medidas de acción afirmativa por
parte de sus competidores (Caul 2001: 1.216)29. Baldez (2003) ha adaptado este
argumento para explicar el apoyo partidario a las cuotas legales en México, poniendo de
27
En los países escandinavos, por ejemplo, estas cuotas fueron impulsadas cuando entre un 20 y un 30
por ciento de los escaños parlamentarios ya eran ocupados por mujeres (Freindenvall, Dahlerup y Skjeie
2006: 56).
28
A título de ejemplo, en 1972 el Partido Liberal de Suecia instituyó una cuota partidaria de 40 por ciento
de mujeres para sus cargos de conducción y, seguidamente, el Partido Socialdemócrata (SAP) instituyó
una medida similar, haciéndola extensiva a sus candidaturas al Riksday. En Noruega, las cuotas
partidarias fueron instituidas en 1975 en dos partidos, el Socialista y el Liberal, seguidos en la década de
1980 por los demás partidos principales, con la excepción del Partido Conservador y del Partido
Progresista (Progress Party). El partido más grande, Laborista, estableció una cuota de 40 por ciento para
cada sexo en 1983, la cual se aplica tanto a los cargos partidarios internos como a los cargos electivos
(Freindenvall, Dahlerup y Skjeie 2006: 72). En Alemania, el Partido Socialdemócrata (PSDA) adoptó una
cuota de 25 por ciento en 1988, luego de su institución en el Partido Verde en 1987. En 1994, el PSDA
elevó la cuota a 33 por ciento y, en 1998, a 44 por ciento (Krook 2008: 31). El Partido Laborista inglés,
por su parte, instituyó cuotas de mujeres (all-women shortlists) en 1992 (Caul 2001).
29
Generalmente, los primeros partidos en instituir esta modalidad de cuotas pertenecían a la izquierda
(Matland y Studlar 1996).
31
el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el impulso de demandas de cuotas por
Cívica Radical (UCR) en 1989 sería rápidamente abrazada por mujeres dirigentes del
A diferencia de las cuotas partidarias —cuyo empleo es voluntario y, por tanto, no son
medidas vinculantes— las cuotas legales obligan al conjunto de los partidos políticos de
legislación electoral. Cuando las listas de candidatos son cerradas y bloqueadas (como
incorporar mandatos de posición que especifican en qué lugar u orden de las mismas
30
En 1990, el PRD estableció una cuota de 20 por ciento de mujeres para posiciones de liderazgo y, en
1993, una cuota de 30 por ciento para cargos internos y candidaturas legislativas. Ese último año, por
iniciativa del PRI, el Congreso mexicano reformaría la legislación electoral para establecer que los
partidos deberían promover, en sus estatutos internos, una mayor participación de mujeres en la vida
política del país mediante su nominación a cargos de elección popular (Baldez 2003). Desde la óptica de
Reynoso y D’Angelo (2004: 5), si bien la generalidad de legislación aprobada en 1993 la asemejaba a una
declaración de principios, por primera vez “una normativa federal tendiente a garantizar una mayor y
mejor distribución de candidaturas a favor de las mujeres se instalaba en la agenda política”. En enero de
1996, en una convención partidaria, el PRI adoptó una recomendación según la cual no más del 70 por
ciento de los candidatos del partido debían ser del mismo género. Esta medida partidaria se plasmó, hacia
finales de 1996, en una ley federal. El Partido Acción Nacional (PAN), por su parte, pudo resistir este
“efecto de contagio” hasta 1999, cuando modificó sus estatutos para cumplir las provisiones incorporadas
en la legislación electoral federal (Baldez 2003).
32
partidarias, las cuotas legales permiten establecer sanciones ante el eventual
Europa (Krook 2008, Antić Gaber 2008)33, así como en Bélgica, Francia, Portugal y
Desde mediados de la década pasada, Brasil, Costa Rica, Paraguay, Bolivia, Ecuador,
mayoría de los casos, las cuotas fueron impulsadas por mujeres desde el interior de los
31
Sin embargo, no todas las leyes nacionales de cuotas establecen sanciones. En el caso de Brasil, por
ejemplo, la legislación vigente no establece ninguna clase de penalidad y, por cierto, los partidos no
suelen cubrir la cuota mínima de candidatas a cargos legislativos federales (Marx, Borner y Caminotti
2007a).
32
En virtud de la ley 24.012 de Cupo Femenino, modificatoria del Código Electoral Nacional, todas las
listas de candidatos legislativos nacionales deben incluir un porcentaje mínimo de 30 por ciento de
mujeres “en proporciones con posibilidad de resultar electas”, lo cual busca evitar que las candidatas sean
emplazadas en los últimos lugares de una lista. Asimismo, la ley de cuotas nacional de la Argentina
prohíbe la oficialización de las listas que no cumplan estos requisitos. Dos decretos reglamentarios
posteriores, dictados en 1993 y en 2000, precisaron los criterios de cálculo del porcentaje mínimo e
incluyeron mandatos de posición precisos, que no habían sido contemplados en la legislación original.
33
Entre ellos se destacan, por ejemplo, los casos de Burundi, Mauritania, Nigeria; Bosnia-Herzegovina,
Serbia y Montenegro, Macedonia, Uzbekistán; Afganistán e Irak.
34
Más allá de estos casos, sin embargo, en Europa Occidental las medidas más difundidas son las cuotas
partidarias
33
partidos (Franceschet y Krook 2006), quienes se familiarizaron con otras experiencias a
En general, las leyes de cuotas establecen porcentajes mínimos de mujeres en las listas
partidarias (la mayoría de ellas en torno del 30 por ciento), o bien porcentajes mínimos
primera ley de cuotas sancionada en 1995 para reglamentar las elecciones municipales
mujeres a cargos de vereadores (concejales). En 1997, una segunda ley electoral (ley
9.504) instituyó un porcentaje mínimo de 30 por ciento y uno máximo de 70 por ciento
(Marx, Borner y Caminotti 2007a). Con todo, dicha norma se asemeja más a una
35
A título de ejemplo, la ley de cuotas brasileña, fue impulsada por la entonces diputada federal Marta
Suplicy (PT) luego de una reunión del Parlamento Latinoamericano realizado en Sao Paulo, preparatorio
de la Conferencia de Beijing, donde se discutió la experiencia argentina (Htun y Jones 2002). Para
justificar la propuesta en el Congreso brasileño, algunas legisladoras hicieron hincapié en los
compromisos internacionales asumidos por Brasil. Asimismo, el “ejemplo argentino” sería mencionado
en los debates parlamentarios por la diputada Suplicy, manifestando que “siempre pensamos que
estábamos a la delantera, sólo que la vecina Argentina, en 1991, cuando solamente tenía un 4% de
representación de mujeres en el Parlamento, instituyó las cuotas. En la última elección la cuota llevó al
27% de mujeres en el Parlamento. Aquí tenemos 7%, lo cual es ridículo en virtud de la representación de
la mujer en el Brasil y en la humanidad” (Cámara Federal de Diputados de Brasil, Comisión de
Constitución, Justicia y Redacción 1998: 109; énfasis nuestro).
34
establece ningún tipo de sanción frente a su incumplimiento. Por otra parte, la reforma
de la legislación electoral de 1997 facultó a los partidos a nominar un 50 por ciento más
como una “cláusula de escape” de ley de cuotas adoptada en Brasil (Htun 2003)36.
En el caso de México, una ley sancionada en 1996 recomendaba a los partidos que no
más del 70 por ciento de sus candidaturas legislativas correspondiera a un solo sexo. Así
pues, esta norma alentaba a incorporar mujeres en las listas, pero no obligaba a los
algunas legisladoras a promover una nueva ley (Ibíd. 2003). En 2002, una reforma del
para candidaturas al Senado y a la Cámara baja más precisa y exigente. De acuerdo con
esta nueva ley, las listas de representación proporcional deben incorporar al menos una
mujer cada tres candidatos. En el caso de los distritos uninominales, no más del 70 por
ciento de los candidatos de un partido puede ser del mismo género37. Sin embargo, esta
legislación exceptúa aquellos casos en los cuales los candidatos son seleccionados
36
A título de ejemplo, “si en un determinado distrito electoral corresponde elegir diez diputados, cada
partido está habilitado a postular quince candidatos. En virtud de la ley 9.504, cuatro de esas candidaturas
deberían ser reservadas para mujeres, pero en este caso los partidos podrían [eventualmente] presentar
sólo once candidatos de sexo masculino sin violar la ley” (Marx, Borner y Caminotti 2007a: 119).
37
México posee un sistema electoral mixto en el cual 300 diputados federales son elegidos por mayoría
simple en distritos uninominales y otros 200 diputados son electos en distritos plurinominales de
representación proporcional.
35
una “cláusula de escape” que permite que los partidos eviten aplicar cuotas por género
(Baldez 2008).
Cámaras del Congreso nacional. La ley de cuotas colombiana, por su parte, fue
derogación, sin embargo, Colombia instituyó una cuota de 30 por ciento de mujeres en
Como ha sido planteado Baldez (2003: 4), la difusión regional de las cuotas legales es
desconcertante, “en la medida en que parece violar una de las asunciones más
saber, que los políticos electos procuran proteger sus posiciones”. Así pues, ¿por qué
estos actores podrían adoptar medidas que limitarían su propia posibilidad de ser
nominados para ejercer cargos públicos? En respuesta a esta sugerente pregunta, una
38
En 1997, en Guatemala, una coalición de mujeres y la Oficina Nacional de la Mujer propusieron una
cuota máxima de 44 por ciento candidaturas a cargos electivos para cualquiera de los sexos. Sin embargo,
una comisión de reforma electoral se opuso a la propuesta argumentando su carácter discriminatorio. En
1998, en el Congreso de Guatemala se presentó un proyecto de ley de cuotas que no logró la mayoría
especial necesaria para su aprobación. En el caso de Chile, por su parte, ha habido discusiones sobre la
institución de cuotas en el marco de los debates sobre reforma electoral, pero estas medidas no
despertaron suficiente consenso en los partidos, ni aún entre las mujeres políticas y las organizaciones de
mujeres de la sociedad civil de ese país. En Chile, algunos partidos políticos (como el Partido por la
Democracia, el Partido Socialista y la Democracia Cristiana) han incorporado cuotas voluntarias similares
a las vigentes en las democracias europeas, pero éstas no han sido cumplidas en ninguna elección
(Franceschet 2008b).
36
serie de estudios evidencia que, a menudo, el apoyo a las cuotas legales ha estado
instrumentación.
A diferencia de las cuotas partidarias y las cuotas legales, que se aplican a las
países de países de África, Asia y Oriente medio (Krook 2005a, 2008). Literalmente,
sólo pueden ser disputadas por mujeres y no así por varones. Aunque, por lo general, la
reserva comprende sólo una pequeña minoría de las bancas (entre uno por ciento y 10
por ciento), en algunos países llegan a abarcar hasta un 30 por ciento del total.
nacionales más elevada del mundo (56 por ciento)— dos tercios de los diputados
listas partidarias cerradas (que pueden incluir varones y mujeres), pero las mujeres
37
tienen garantizado un tercio de los escaños de la cámara, por los cuales compiten en
listas separadas. Por mencionar otros ejemplos, una ley electoral adoptada en 2002 en
Pakistán establece que un 17,5 por ciento de las bancas de la Asamblea Nacional deben
destinarse a mujeres. Dichas bancas son asignadas a los partidos políticos según el
resultado electoral y los nombres son tomados de una lista de 60 mujeres que cada
locales39.
Las cuotas electorales pueden favorecer la elección de mujeres pero, a diferencia de los
mujeres electas en las primeras elecciones llevadas a cabo en países de América Latina
tras su entrada en vigor varió desde un exiguo 3 por ciento en la Cámara de Diputados
Schmidt 2004: 6). Por su parte, la primera elección federal con ley de cuotas realizada
disminuyó con respecto a la elección de 1994, sin cuotas (Marx, Borner y Caminotti
39
En la India, una iniciativa de reforma constitucional impulsada en 1996 proponía reservar un tercio de
los escaños de la Cámara baja nacional y de las asambleas estaduales, pero no fue aprobada. Una
propuesta semejante fue nuevamente presentada en 2003 pero tampoco prosperó.
38
variación en los porcentajes de representación femenina en países latinoamericanos con
y sin leyes de cuotas. En el caso de los países que tienen ley de cuotas, se incorporan
vigor.
Tabla 1.3
*El Parlamento de Uruguay sancionó una ley de cuotas en 2009, la cual recién se aplicará en 2014, razón
por la cual no es incorporada en la tabla. Fuente: elaboración propia sobre datos de la Unión
Interparlamentaria (actualizados al 28 de febrero de 2009) y Quota Project Database. Con las
excepciones de Argentina y Brasil, los porcentajes de legisladores anteriores a la entrada en vigor de las
cuotas son tomados de Krook (2008).
39
La eficacia de las cuotas electorales depende de una configuración de factores. Entre
ellos, deben considerarse tanto su propia redacción (el porcentaje requerido, la inclusión
electoral en cuyo marco las cuotas son instrumentadas. En esta línea, un conjunto de
condiciones más favorables para el éxito de las cuotas que los sistemas de voto
Los mandatos de posición, no obstante, sólo son viables cuando las listas de candidatos
son cerradas y bloqueadas —esto es, cuando los electores deben votar la nómina
de lista “abierta” como, por ejemplo, el vigente en Brasil, donde el elector puede
contrario, estas normas pueden no ser observadas. Las cuotas legales, sin embargo,
pueden incorporar distintas “cláusulas de escape” como las mencionadas con respecto a
los casos de Brasil y de México, donde la propia legislación plantea atajos que
flexibilizan su implementación.
40
Si bien esta es la interpretación más aceptada en la literatura que examina la eficacia de las leyes de
cuotas vis-à-vis el sistema electoral, el debate aún no está saldado. Por una comparación de los distintos
resultados de las leyes de cuotas en Brasil y Perú, ambos con sistemas de RP de lista “abierta”, véase el
interesante estudio comparativo realizado por Schdmit y Araújo (2004).
40
Así pues, los factores que explican la eficacia de las cuotas electorales descansa en los
adopción (Krook 2005a). En términos comparativos, por ejemplo, si bien la ley de Cupo
Femenino sancionada en la Argentina ha sido una de las más eficaces, sus exigencias y
41
Tabla 1.4
Año Síntesis
1991 Ley 24.012: Las listas de candidatos de cada partido, en cada distrito electoral, deben
incorporar un porcentaje mínimo de 30 por ciento de mujeres, “en proporciones con
posibilidad de resultar electas”, como requisito para su oficialización.
1993 Decreto 379 del Poder Ejecutivo Nacional: estableció criterios de cálculo del
porcentaje mínimo de acuerdo con la cantidad de cargos que cada partido debía renovar
(magnitud de partidos).
2000 Decreto 1246 del Poder Ejecutivo Nacional: siguió la misma pauta que el decreto
anterior pero tornó más exigente el criterio de cálculo. Asimismo, facultó a los jueces con
competencia electoral a reordenar las listas partidarias de oficio y a todos los ciudadanos
inscriptos en el padrón electoral de un distrito a solicitar la impugnación de las listas
que consideren violatorias de la ley de Cupo Femenino.
Como ha sido indicado, desde mediados de la década pasada más de diez países
42
mujeres (Piscopo 2006), cuya persistencia obstruía, parafraseando a Anne Phillips
mercado” que lesionaban derechos sociales adquiridos. Estas autoras acentúan, además,
política local puede haber favorecido la adopción de cambios más difíciles de realizar
en países con instituciones y culturas políticas más consolidadas” (Ibíd. 2006: 88).
Desde nuestra perspectiva, tampoco debería soslayarse que las llamadas “reformas de
conducido por el Estado con las exigencias de “consolidación” del régimen democrático
(Díaz et al. 1997)— a menudo implicaron una buena dosis de concentración de poder en
43
los Ejecutivos vis-à-vis los Congresos, aspecto particularmente destacado en la
retos institucionales para la democracia, las cuotas por género pasarían a ser
La CEDAW, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1979, haría
restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular
sobre la base de la igualdad con el hombre, de los derechos humanos y las libertades
44
otra esfera”— lesionaba los principios de igualdad y de respeto de la dignidad humana,
la CEDAW instaba a los gobiernos nacionales a “tomar todas las medidas apropiadas
para eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país y,
derecho de “votar en todas las elecciones y referéndum públicos y ser elegibles para
todos los organismos cuyos miembros sean objetos de elecciones públicas”, así como de
ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos
había sido suscrita y ratificada por todos los estados de América Latina43. Un conjunto
41
Las obligaciones detalladas en el artículo 7º de la CEDAW involucran una pluralidad de ámbitos de
participación y toma de decisiones públicas. Así, el derecho a ser elegible para cargos de elección popular
comprende a los poderes ejecutivos y legislativos, en tanto que el derecho de participar en la formulación
e implementación de políticas y en todas funciones públicas abarca también al poder judicial y al servicio
civil de los Estados en sus diferentes niveles de gobierno.
42
Con el propósito de establecer un mecanismo de seguimiento, en el marco de la CEDAW fue creado un
Comité para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Cada cuatro años,
los países que forman parte de la Convención (179 desde octubre de 2004) deben elevar un informe al
Comité, ofreciendo información relevante sobre la situación nacional en materia de igualdad de género y
detallando tanto los logros alcanzados como los principales desafíos. Durante sus sesiones, que se
realizan dos veces al año, el Comité revisa los informes de país y la información paralela proporcionada
por organizaciones no gubernamentales de mujeres, que se conocen como los contra-informes o
“informes en la sombra”. Luego de estas revisiones, que incluyen un intercambio con el gobierno, el
Comité elabora conclusiones, identifica áreas problemáticas y sugiere acciones a emprender.
43
Argentina ratificó la CEDAW en 1985, por medio de la Ley 23.179, y en 1994 le otorgó rango
constitucional. El organismo nacional responsable del seguimiento de la implementación de la CEDAW
en el país es el Consejo Nacional de la Mujer (CNM), creado en 1992 bajo la jurisdicción del Poder
Ejecutivo Nacional.
45
década de 1990 hacen referencia a esta Convención como uno los acuerdos
toma de decisiones públicas vino dado por la Plataforma de Acción de Beijing (1995),
explicada como la resultante de un mentado menor interés por participar en los ámbitos
atención hacia las actitudes y prácticas discriminatorias y hacia las relaciones desiguales
esta Plataforma de Acción, cabe notar que buena parte de los países latinoamericanos
que instituyeron leyes nacionales de cuotas lo hicieron en los dos años posteriores a la
46
adopción de cuotas electorales. Aún así, el modelo a seguir lo proveyó la Argentina.
6. Conclusiones
que tienen lugar en los partidos políticos. Ciertamente, el empleo de cuotas electorales
mundo, siendo más comunes las cuotas partidarias (voluntarias) en Europa Occidental y
44
De acuerdo con los hallazgos de una reciente investigación, la adopción de cuotas a lo largo de
América Latina y en las provincias argentinas habría respondido a un proceso de difusión —que implica
la migración de reglas y políticas ideadas en un sitio hacia otros— y no a la convergencia de “desarrollos
paralelos”, una posible explicación alternativa, puesto que: i) “el lapso de tiempo transcurrido entre [la
adopción de cuotas por parte del] innovador y los emuladores fue demasiado extenso” (al comparar
países); y ii) “incluso si hubiera habido alguna discusión acerca de las cuotas por género en otras unidades
de análisis [como de hecho ocurrió en Costa Rica] no hubo ninguna acción concreta (esto es, la adopción
de una nueva política) anterior o simultánea a la ley argentina, lo cual contradice la lógica del desarrollo
paralelo” (Crocker 2005: 283-284).
47
las cuotas legales (obligatorias) en América Latina y en otras sociedades que han
acción afirmativa como las cuotas por género tendería a inscribirse en los debates acerca
dichas coaliciones han sido particularmente efectivas en aras de construir las mayorías
mujeres políticas (Baldez 2003; Htun 2004). Con todo, las estrategias adoptadas en
distintos países, así como los arreglos legales resultantes, son variados y han arrojado
distintos resultados.
En efecto, una mirada atenta a las experiencias de los países que han instituido cuotas
“releva que las historias detrás de su adopción son usualmente complicadas e involucran
una cantidad de actores políticos, dentro y fuera del Estado” (Franceschet 2008b: 197).
Alberto Fujimori y Carlos S. Menem) fue crucial para el avance de las leyes de cuotas.
En otros casos, como el de Costa Rica, la campaña por las cuotas fue impulsada desde
48
una agencia estatal, el actual Instituto Nacional de las Mujeres. La intervención de las
donde el Consejo Nacional de la Mujer desplegó una intensa actividad que permitiría
apuntalar el cumplimiento y los alcances de esa norma legal. Finalmente, en casos como
Estas diferencias permiten extraer dos lecciones. Primero, la simple adopción de una ley
de cuotas no permite predecir los resultados que estas normas pueden llegar a generar.
Segundo, dichos resultados no tienen nada de lineal o automático, sino que están
en cada caso nacional. Así pues, el estudio detallado de estos procesos de reforma, el
análisis de las acciones desplegadas por los actores implicados en ellos, del papel de las
ideas, los significados y las tradiciones políticas locales en las campañas por las leyes de
cuotas, así como de los incentivos que pueden enfrentar los actores políticos, es central
Argentina —el primer país que instituyó cuotas legales y donde éstas han sido más
49
CAPÍTULO 2
Esta tesis analiza la creación de las cuotas por género de carácter legal en la Argentina
las provincias. De ese modo, nuestras preguntas de investigación pueden ser abordadas
presente capítulo desarrolla el marco teórico que hemos construido en aras de abordar
por distintas vertientes del “nuevo institucionalismo”, que postula la relativa autonomía
(Schmidt 2008).
En un esfuerzo sistemático por ordenar y discutir los aportes de diversas corrientes que
se han desarrollado de modo paralelo, Hall y Taylor (2001) han identificado tres
50
fines de 1970; y el nuevo institucionalismo histórico, originado en respuesta a las
Como veremos, a pesar de las notorias diferencias entre sus asunciones, énfasis y
lógicas de indagación, cada una de estas perspectivas ofrece categorías útiles para el
primordial al ubicar en primer plano la dimensión de agencia que las demás corrientes
tienden a relegar.
45
Generalmente, este enfoque considera que las preferencias individuales son exógenas al ambiente
institucional en el cual están inmersos los agentes, a la luz de un principio de racionalidad asumido como
“universal, natural, característico de los humanos como tales […] que trasciende el tiempo y el espacio”
(Acuña 1997:39).
51
resultados colectivos sub-óptimos. Las instituciones —ampliamente concebidas como
proveen a los actores de mayor o menor grado de certeza acerca del curso de acción que
voluntarios celebrados por actores racionales en aras de consumar una función y obtener
con el cambio. Con todo, dichas medidas requieren que ese tipo de actores
Más allá de las críticas que ha recibido este enfoque teórico —por ejemplo, sus
la explicación del equilibrio institucional46 que para la explicación del cambio (Thelen
46
En términos de Bates et al. (1998: 604-605), el aporte principal el enfoque de elección racional ha sido
proveer herramientas para el estudio de resultados políticos en escenarios institucionales estables.
52
de información y el control de la incertidumbre es central, como es el caso de las
teóricas, sino la presunción de que su utilidad y poder analítico dependen del contexto y
que persiguen el doble propósito de lograr los resultados por ellas preferidos y
promover sus carreras, poseen suficiente información y conocen las reglas del juego
político (Tsebelis 1990; Katz 1980). Dadas estas condiciones, este enfoque de elección
desplegadas por actores políticos en determinados escenarios, sin presuponer que ello
estratégicos sino estructuras de significado “que afectan el modo en que son percibidos
los problemas y las soluciones perseguidas” (Thelen 1999: 371). Las instituciones —
53
que comprenden tanto reglas formales, normas y procedimientos, como el sistema
determinado entorno cultural. De acuerdo con Andrews et al. (2002: 48), la legitimidad
refiere a “la creencia generalizada de que una acción es válida y justificada: es aceptable
por los demás, responde a sus expectativas y se adecua a lo que es considerado normal y
apropiado”47.
2001). Apelando a las categorías de March y Olsen (1997), esta corriente enfatiza la
orientadas a fines, desde esta perspectiva sociológica los arreglos institucionales son el
fruto de procesos interactivos en los cuales los actores definen problemas y modos de
47
Más aún, “la legitimidad de las acciones es en gran medida un fenómeno normativo que responde a una
interpretación ex post facto que ningún actor suele controlar” (Andrews et al. 2002: 48).
48
Estos procesos pueden tener lugar en una escala transnacional “donde conceptos convencionales sobre
la ‘modernidad’ confieren autoridad a las prácticas adoptadas por los Estados más ‘desarrollados’ y los
54
estudio, el nuevo institucionalismo sociológico ofrece una guía teórica para dilucidar
Por otra parte, desde esta perspectiva que destaca el proceso cognitivo involucrado en la
curso de acción varía de acuerdo con el grado en que es percibido como exterior y
objetivo49. Así, los actos cuyo mantenimiento demandan control social directo son
con Powell y DiMaggio (1991b), los procesos de difusión institucional suelen generar
55
Brevemente, el isomorfismo coercitivo se encuentra fuertemente vinculado a la
influencia política, puesto que ve alentado por las presiones que ejerce una organización
sobre otras que dependen de ella por el acceso a recursos materiales o legitimidad.
Dichas presiones pueden ser ejercidas por medio de la condicionalidad, pero también
propósitos son ambiguos o resulta difícil anticipar resultados, los actores pueden
países percibidos exitosos o legítimos. Así pues, los actores implicados en una reforma
institucional pueden no estar persuadidos de que una nueva regla será eficiente, pero
aún así poseer la creencia de que el nuevo diseño emitirá un “mensaje” (Ibíd. 1991b)51.
entendida como “la contienda colectiva llevada a cabo por los miembros de una
Di Maggio 1991b: 70). Tras considerar que las profesiones están sometidas a presiones
50
En esta línea, la difusión transnacional de cuotas legales en América Latina se ha visto apuntalada por
la necesidad de los países en vías de desarrollo de mostrar conformidad con los estándares establecidos
por organizaciones como las Naciones Unidas, que recomendaría a los estados la instrumentación de
medidas de acción afirmativa.
51
En América Latina, el ‘modelo’ de la ley de Cupo de Argentina fue imitado en más de diez países, aún
en ausencia de ciertas condiciones institucionales que apuntalaron esa alternativa. Al respecto, un claro
ejemplo de isomorfismo mimético viene dado por la ley de cuotas adoptada en Brasil, donde los rasgos del
sistema electoral de representación proporcional de “lista abierta” podrían haber ameritado otras
respuestas.
56
análogas a las que enfrentan las organizaciones, Powell y DiMaggio (1991b) destacan,
aprendizaje y la coerción (Dobbin et al. 2007)53. Por otra parte, la imitación puede
influencia de presiones externas puede ser inconsistente o de corta duración, dando paso
a una institucionalización incompleta (Ibíd. 1991: 199). Algunos actores pueden tener la
52
En las décadas de 1980 y 1990, la creación de redes transnacionales de mujeres políticas proporcionó
canales de transmisión de experiencias, tales como la institución de cuotas voluntarias en Europa,
primero, y legales con posterioridad a su creación en la Argentina.
53
Las teorías del aprendizaje sugieren que los países y las organizaciones pueden extraer lecciones de su
propia experiencia y de los “experimentos” de sus pares. Además de sugerir normas y estándares de
comportamiento apropiado, las organizaciones internacionales suelen ser canales de difusión de
aprendizaje y, más aún, arenas de “pedagogía organizada” (Dobbin et al. 2007: 461). Desde esta óptica, si
bien la fuerza motriz que conduce a la adopción y difusión de una política es un cambio de ideas, el
aprendizaje implica algún tipo de análisis de costo y beneficio. En cambio, las teorías coercitivas vinculan
la difusión de políticas con cambios de incentivos, enfatizando la influencia de los países poderosos y de
los organismos multilaterales sobre los países ‘en vías de desarrollo’, así como el papel del liderazgo
político y su capacidad de imponer soluciones unilaterales (Ibíd. 2007).
57
acompañado por un compromiso normativo que apuntale la instrumentación de una
política. Los miembros de una Legislatura pueden sancionar una ley de cuotas pero no
especificar los criterios a seguir en su implementación. Una política de cuotas puede ser
introducida pero no reproducida, puede estar vigente por un breve período y luego
por género en la Nación y en las provincias argentinas. Sin embargo, desde la óptica de
la ciencia política, una de las mayores debilidades que presenta este enfoque es la escasa
954), el énfasis en la difusión podría llevar a inadvertir que los procesos de creación o
intereses en pugna. Más aún, estos autores sugieren que esta perspectiva, con su
concentración en procesos de nivel macro, suele perder de vista a los actores, de modo
tal que los resultados políticos emergen, en ciertas explicaciones, como si se tratara de
El conflicto entre grupos rivales y las asimetrías de poder son centrales para la tradición
del nuevo institucionalismo histórico, que enfatiza que las instituciones —las reglas y
58
los procedimientos emanados de organizaciones formales, como las estructuras
respuestas ideadas para hacer frente a nuevos desafíos. Ahora bien, ¿de qué modo
críticas”. Éstas son momentos de elección que abren puntos de bifurcación (branching
points) a partir de los cuales el desarrollo histórico se mueve en una nueva dirección.
54
Como lo sugiere Thelen (1999: 384) “las perspectivas que conciben el cambio en términos de la ruptura
de un equilibrio y su reemplazo por otro no capturan apropiadamente esta dinámica. Tampoco lo hacen
versiones tempranas del nuevo institucionalismo sociológico, cuya definición de las instituciones como
‘guiones culturales compartidos’ oscurece las luchas políticas entre marcos de interpretación competitivos
y / o conciben el cambio como el reemplazo de un marco [cognitivo] por otro”.
59
A la luz de la noción de trayectoria dependiente, las instituciones son pensadas en
Esta imagen de la causalidad social conlleva un rechazo a la idea de que las mismas
fuerzas generarán los mismos resultados en cualquier sitio y a sostener que el efecto de
esas fuerzas está mediado por rasgos instituciones de una situación a menudo heredada
(Hall y Taylor 2001). Así pues, este señalamiento ofrece pistas analíticas para
Por otra parte, en sus explicaciones, el nuevo institucionalismo histórico suele situar a
las instituciones en cadenas causales que incorporan otro tipo de factores (como el
propósito de ello, que la oposición entre ideas e intereses oscurece muchas de las
través del tiempo crea patrones de “innovación delimitada” (bounded innovation) que
hacen posible una política y no otras (Ibíd. 1992). En relación con nuestro objeto de
60
márgenes de contestación.
Ahora bien, las ideas políticas no son flujos de conocimiento que “flotan libremente”,
determinar qué ideas triunfan, de qué modo y con qué consecuencias. “El punto
importante no es sólo comprender de dónde provienen las ideas sino también cómo
argentina, los aportes de esta tradición permiten echar luz sobre las relaciones de poder
ofrecían a los actores que promovían las cuotas y a quienes se oponían, y el modo en
que las tradiciones heredadas favorecieron esta reforma institucional, conduciéndola por
los actores idearon para definir y enfrentar nuevos problemas (esto es, la dimensión de
61
este desafío analítico.
4. El discurso y la agencia
A menudo, el énfasis en las ideas se ha visto estimulado por las dificultades para
explicar el cambio, ya sea en los modelos que visualizan a las instituciones como el
A diferencia de las corrientes que conciben a las instituciones —una vez creadas—
como dadas, aquí son entendidas simultáneamente como estructuras que limitan la
El énfasis en el discurso dirige la mirada en una doble dirección, puesto que considera
no sólo contenido de las ideas que se ponen en juego sino también el modo en que los
55
A diferencia del institucionalismo de elección racional, para el nuevo institucionalismo discursivo los
intereses de los actores no son entidades materiales u ‘objetivas’ sino en sí mismos ideas subjetivas, y no
menos reales. En cambio, como lo indica Schmidt (2008), las mayores diferencias entre el nuevo
institucionalismo discursivo y el sociológico son de grado, y tienen que ver con la medida en la cual las
ideas son tratadas como estructuras estáticas o dinámicas. Más allá de esa distinción, ambos enfoques
tienen una raíz constructivista común.
56
Siguiendo a Lieberman (2002: 697), el foco en las ideas abre la posibilidad de que la agencia humana
logre sortear las coerciones impuestas por las estructuras sociales y políticas, creando nuevas
posibilidades: “[Las ideas] constituyen buena parte de la materia prima de la cual se alimenta la teoría
institucional —los propósitos y deseos que las personas llevan al terreno político y, así, los modos en que
definen y expresan sus intereses; los significados, interpretaciones y juicios que atribuyen a los eventos y
las condiciones; y sus creencias acerca de las relaciones entre causas y efectos en el mundo político y, en
suma, sus expectativas acerca de las respuestas de los demás a su propio comportamiento”.
62
actores expresan lo que hacen o piensan, y las interacciones a través de las cuales se
coloca en primera plano pueden ser categorizadas en dos tipos, ideas cognitivas e ideas
normativas. Las ideas cognitivas permiten dilucidar “lo que es y hay que hacer”
(Schmidt 2008: 306), proveyendo recetas, guías y repertorios que pueden emplearse en
la toma de una decisión. Por su parte, las ideas normativas remiten a los valores que
informan los fines de las acciones políticas57. Los discursos —en su condición de
cuales suele haber policy entrepreneurs (Mintrom 1997), es decir, agentes capaces de
ciudadanía)58.
57
Estas ideas se manifiestan, por su parte, en políticas, programas y cosmovisiones o filosofías. En el
nivel de los programas, las ideas definen los problemas que ameritan respuesta; los asuntos a ser
considerados y los propósitos a perseguir; los medios o instrumentos que pueden emplearse; y “los ideales
que enmarcan las políticas propuestas” (Schmidt 2008: 306). A diferencia de las ideas imbuidas en
políticas y programas, que suelen ser objeto de deliberación, las filosofías o “visiones sobre el mundo”
frecuentemente operan como asunciones subyacentes, implícitas y raramente discutidas (Campbell 2004:
93-94; Schmidt 2008: 206).
58
Ambas modalidades de discurso puede desplegarse de modo simultáneo, pero ello no ocurre
necesariamente. En algunos casos, la discusión puede ser protagonizada sólo por las elites políticas y
verse extraída de la escena pública; en otros, puede involucrar un proceso comunicativo entre las elites y
distintos sectores del público.
63
Estas modalidades de discurso se ven afectadas por los rasgos formales del sistema
político. En las polities “simples”, los discursos comunicativos tienden a ser más
fuertes, mientras que en las polities “compuestas” —como los estados multinivel y los
suelen cobrar más fortaleza (Schmidt 2008: 313). Considerando la naturaleza multinivel
del sistema político de la Argentina, este señalamiento informará nuestro examen de las
A partir de esta sucinta discusión, una de las principales contribuciones del nuevo
sintetizarse del siguiente modo: la viabilidad política de una solución, el modo en que se
ajusta a las oportunidades, intereses e incentivos políticos, así como la existencia pautas
culturales y legados históricos acordes con un curso de acción, pueden ser necesarios,
pero no suficientes, para impulsar un cambio de estatus quo. El eslabón perdido en las
2008: 311). En segundo lugar, los procesos discursivos pueden influenciar el cambio
64
estratégica), en un determinado “contexto de significado”, socialmente construido e
históricamente transmitido.
que las ideas ganan ascendencia y poder de influenciar las decisiones públicas. En este
desde las otras perspectivas, como el apoyo a una ley de cuotas por parte de actores que
podrían verse perjudicado por el cambio del estatus quo. En términos de Schmidt (2008:
314), “lo inesperado puede ser en verdad esperable cuando el análisis se basa en un
*****
Este breve racconto de los rasgos más característicos de distintas corrientes del nuevo
cada una ofrece perspectivas parciales para el estudio del origen, el mantenimiento y el
premisas que no pueden ser fácilmente integradas en un marco teórico unificado, el uso
65
institucionalismo discursivo desempeñará, en esta empresa, un papel de pivote,
background.
Nuestra investigación parte del siguiente supuesto teórico general, que informa el modo
política, entendida como (a) una actividad humana parcialmente orientada a producir
los intereses y aún la identidad de los actores (March y Olsen 1997) mediante procesos
embargo, no tiene por qué ser pensada desde una perspectiva meramente instrumental.
De hecho, los intereses pueden ser considerados ideas subjetivas y no menos “reales”
ciertamente existe, pero involucra ideas acerca de los intereses que pueden implicar
66
mucho más que una estricta preocupación utilitarista” (Schmidt 2008: 318)59.
En el segundo sentido, los actores políticos se orientan en virtud de las pautas que
para interpretar facetas del comportamiento político que no pueden explicarse a partir de
permite vislumbrar que aquello que se considera “socialmente apropiado” emerge de las
en escenarios de deliberación, más que como una condición vinculada con creencias y
Los procesos institucionales son dinámicos precisamente porque las instituciones no son
sólo estructuras externas que limitan las opciones de los individuos sino,
mismos. Los actores no sólo siguen reglas y normas aceptadas sino que reflexionan,
argumentan, actúan y “deliberan acerca de las reglas aún cuando las usan, y persuaden a
otros para cambiarlas o para mantenerlas” (Schmidt 2008: 314). Si consideramos que
59
Desde esta perspectiva, los intereses son conceptualizados como respuestas subjetivas frente a las
condiciones materiales e institucionales.
60
Por ejemplo, la adopción de una política por parte de actores que no están interesados en su
implementación e, incluso, la resisten; o bien la coacción que pueden ejercer los discursos aceptados en el
pasado sobre las acciones de determinados grupos o individuos con posterioridad.
67
una porción no desdeñable de la política consiste en “descubrir, elaborar y expresar
por qué motivos es preciso enfrentarlo y de plantear cursos legítimos de acción, tienen
un papel destacado.
lucha por los resultados políticos, de modo que “las consecuencias simbólicas de la
toma de decisiones políticas son cuanto menos tan importantes como las consecuencias
materiales” (Ibíd. 1997: 109). En estos escenarios, la definición del contenido y el modo
de comunicar las ideas son una fuente primordial de poder, tanto como lo es el control
junto con las estrategias que definen el contenido sustantivo de una política y sus
estudio.
la dirección del proceso de cambio se encuentra vinculada con la dinámica del conflicto
68
político, en un marco de arreglos institucionales que favorecen a algunos actores y
del conflicto” (Ibíd. 1975: 2). Desde la perspectiva de este autor, toda lucha política se
divide en dos partes: los actores situados en el centro de la escena y una audiencia
número de sus participantes, de modo tal que las estrategias de mayor relevancia se
El alcance del conflicto (a saber, quiénes están involucrados, cuándo y de qué modo se
incorporan nuevos participantes a una lucha política) está signado por dos tendencias
contrincantes más favorecidos por el estatus quo y que disponen de mayor poder de
existente incrementa la posibilidad de que los actores desaventajados que abogan por el
69
37), “los conflictos son llevados a la arena pública precisamente porque alguien desea
privado, en tanto las ideas relativas a la equidad, la igualdad y protección ante la ley, los
todo, el contenido de estas ideas puede ser definido de diferente modo y también puede
variar el modo en que son transmitidas. Así pues, en las luchas políticas trabadas en
ideas invocadas y el modo en que ellas son, efectivamente, transmitidas, son aspectos
cruciales de las estrategias políticas que permiten a quienes las impulsan construir
y negociar su apoyo.
*****
primer lugar, examinaremos la influencia de las nuevas ideas sobre equidad de género
70
modo los legados históricos afectaron las opciones de reforma posibles. En tercer
vinculados con la organización de los partidos políticos y las estructuras del Estado
intereses.
cuotas legales, y el modo en que esta iniciativa puso en juego cálculos estratégicos e
será identificar si los procesos de adopción de las leyes de cuotas en distintos niveles de
apropiadas podría oscurecer. Por su parte, el examen de las dinámicas del conflicto
71
político trabado en torno de esta tentativa de reforma institucional contribuirá a
control del alcance del conflicto, la definición del contenido sustantivo de las ideas y el
modo en son transmitidas son aspectos cruciales de las estrategias políticas, que nuestro
72
CAPÍTULO 3
favorecer el acceso de mujeres a cargos electivos que les estaban virtualmente vedados
Grindle (2001: 3), las reformas audaces son aquellas frente a las cuales no hay una
respuesta obvia a la siguiente pregunta: “¿por qué los políticos, preocupados por las
electorales —que son bienes escasos— demanda que quienes históricamente se han
nominación de candidatos.
73
En virtud de esa lógica redistributiva, este tipo de reformas plantea interrogantes
política y la sociología, las siguientes secciones analizan la creación del llamado “cupo
La ley 24.012 de Cupo Femenino reformó el artículo 60 del Código Electoral Nacional
estableciendo dos exigencias básicas para la oficialización de las listas de todos los
Argentina61.
61
Inicialmente, esta ley nacional comprendía sólo las candidaturas a diputados, convencionales
constituyentes e integrantes del Concejo Deliberante de la municipalidad de Buenos Aires. Con
posterioridad a la reforma constitucional de 1994, que estableció la elección directa de los senadores
74
Tras las elecciones legislativas de 1993 —cuando el cupo femenino fue empleado por
se elevó desde un 5 por ciento a 14 por ciento, cifra que se duplicaría a partir de la
siguiente elección62. Diez años más tarde, la proporción de diputadas superaba el 30 por
ciento del total de las bancas y ascendía, en 2008, a 40 por ciento. El crecimiento de la
participación de las mujeres fue aún más pronunciado en el Senado, donde pasó de 6 por
ciento a 37 por ciento tras la primera elección con ley de cupo (2001), para mantenerse
mayor presencia de mujeres del mundo, aventajando a buena parte de los países más
desarrollados63.
nacionales y elevó de dos a tres el número de representantes por provincia, la ley 24.012 pasó a aplicarse
a las listas de candidatos a la Cámara alta.
62
Puesto que la Cámara de Diputados se renueva cada dos años parcialmente, el dato del período
1993/1995 refleja la aplicación del cupo para la elección de la mitad de sus miembros.
63
La fuente de la información comparativa es la base de datos de la Inter-Parlamentary Union.
75
Tabla 3.1
Fuente: elaboración propia sobre datos del Ministerio del Interior de la Nación y Marx, Borner y
Caminotti (2007a).
que la ley de Cupo Femenino fue aprobada y acatada sin mayor cuestionamiento por
nuestra investigación destaca que las exigencias de esta ley nacional —que la han
tornado una de las leyes de cuotas más eficaces del mundo— distan de haber sido el
resultado del acuerdo de los legisladores que la votaron de modo positivo (cuyo apoyo
cumplir. Por el contrario, la precisión del alcance del cupo femenino fue modelada al
76
calor de un conflicto político y judicial que demandó la intervención de una pluralidad
audaz? Este capítulo aborda la primera faceta de nuestro interrogante (el impulso de la
sería sencilla, el conflicto en torno de las exigencias efectivas del cupo femenino se
mantuvo latente hasta la víspera del proceso electoral de 1993. En esencia, las
afirmativa sino que estaban vinculadas, sobre todo, con su futura aplicación en las listas.
La tabla 3.2 sintetiza las posiciones de distintos actores que tendían, respectivamente,
77
Tabla 3.2
(No prosperó)
Presidente de la Nación
(Fernando De la Rúa, Alianza)
Fuente: elaboración propia (las flechas indican cambios de posición de los actores).
78
1. Del surgimiento del reclamo de cuotas a la aprobación de la ley 24.012 en el
Congreso de la Nación
relieve la importancia de las nuevas ideas sobre equidad de género promovidas por las
nuestro análisis destaca que los legados vinculados con la participación femenina dentro
del Peronismo permitieron visualizar a las cuotas por género como una respuesta
En segundo lugar, esta sección dirige su atención hacia las condiciones que favorecieron
la aprobación de la ley 24.012 en 1991, la cual contó con el aval del Partido Justicialista
(PJ) y la Unión Cívica Radical (UCR). En aras de explicar este resultado, nuestra
multipartidario acerca de las políticas de acción afirmativa y, sobre todo, del liderazgo
del presidente Carlos S. Menem (PJ) una vez que el reclamo había cobrado visibilidad y
79
partidaria— echan luz sobre los incentivos de los actores políticos que votaron de modo
los movimientos de derechos humanos que hicieron frente a la última dictadura militar
(Marx, Borner y Caminotti 2007a). Dicho activismo no era, sin embargo, una novedad.
Desde los inicios del siglo veinte, la participación femenina en la política había
las mujeres en el seno del movimiento peronista. Barrancos (2002: 144-145) nos
recuerda, en tal sentido, que el 9 de septiembre de 1947, “luego de agitar durante meses
a los más variados grupos de mujeres, obreras, empleadas, amas de casa”, Evita
80
de presionar por la ley de sufragio femenino64. No obstante, con la notable excepción de
discriminación legal que aún afectaba a las mujeres en distintos dominios de la vida
64
Este antecedente cobra relevancia a la luz de las tácticas empleadas durante la aprobación de la ley de
Cupo Femenino en 1991, donde nuevamente se reeditaría la política de hacerse presente en los recintos
legislativos para abogar por una norma de ampliación de los derechos políticos.
65
El gobierno argentino ratificó la CEDAW en 1985, por medio de la ley 23.179.
66
Asimismo, en 1984 fue instituida la Dirección Nacional de Derechos Humanos y de la Mujer en el
ámbito del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación.
81
En este escenario de democratización política, el reclamo de reformas en la legislación
Multisectorial de la Mujer, con el propósito de abogar, entre otras reformas, por la patria
Caminotti 2007a).
signada por una notoria ausencia de mujeres en los ámbitos institucionales de decisión y
67
La ley de patria potestad compartida fue aprobada en 1985 y la de divorcio vincular en 1987.
68
Los Encuentros Nacionales de Mujeres agrupan a activistas de diferentes ámbitos, partidarios,
sindicales, ONG de advocacy y organizaciones de base. Desde 1986, los Encuentros se realizan
anualmente en distintas ciudades.
82
representación. Entre 1983 y 1989, sólo pocas mujeres lograron ocupar bancas en el
instituyó una cuota femenina obligatoria en las listas partidarias enteramente novedosa
(Dobbin et al. 2007: 463). La emergencia de nuevas ideas relativas a los derechos de las
83
mujeres y la existencia de modelos a emular tuvieron un lugar destacado en la
partidarias. Con todo, el entorno internacional de ideas y los modelos provistos por
En las últimas décadas del siglo veinte, una serie de conferencias, convenciones y
derechos humanos de las mujeres proporcionaron nuevos valores, guías y mapas para la
como el Fondo de las Naciones Unidas para las Mujeres (UNIFEM) y el Instituto
84
La CEDAW, que la Argentina había ratificado en 1985, abogaba por el logro de la
equidad de género en la vida pública y política de los países, al tiempo en que planteaba
dicha Declaración manifestaba que “la desigualdad entre los sexos es la forma de
69
Además de exigir el reconocimiento de la igualdad de derechos, la CEDAW prescribe mecanismos para
asegurar que las mujeres puedan ejercer efectivamente los derechos vigentes. El Artículo 7 de la
Convención establece que “los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país y, en particular, garantizarán a las
mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a: a) Votar en todas las elecciones y
referéndum públicos y ser elegibles para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones
públicas; b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, y
ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales”.
70
En el marco de la Internacional Socialista (IS), la Internacional Socialista de Mujeres (ISM), agrupa a
las organizaciones de mujeres de los partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas afiliados a la IS,
como la UCR y el Partido Socialista de la Argentina. La ISM es una organización no gubernamental
consultiva del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas que se plantea fortalecer las
relaciones entre sus integrantes y promover programas de acción para superar toda discriminación y toda
desigualdad entre hombres y mujeres.
85
con anterioridad y los Congresos de la Internacional Socialista (IS) —organización de la
de redes que aglutinaban a mujeres argentinas y sus pares del Partido Socialista Español
políticas del exterior. Entonces, las medidas más difundidas para favorecer el acceso de
mujeres a cargos electivos eran las cuotas voluntarias, adoptadas por partidos políticos
que medie una imposición legal. En contrapartida, las cuotas legales (como la originada
se inició con una tentativa de emular estos modelos e instituir cuotas voluntarias en la
nacional de mujeres de ese partido realizado en 1989 en Santiago del Estero (Allegrone
71
Como lo rememora Lubertino (2005: 1), “en el inicio de la discusión sobre la necesidad de implementar
mecanismos de discriminación positiva […] influyeron centralmente el viaje de algunas argentinas a la
Conferencia Mundial de la Mujer en Nairobi (Kenia) de 1985, la difusión de los documentos allí
producidos y el texto de la Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, el debate personal con las socialistas españolas en sus viajes a la
Argentina en los primeros años de transición […] y, por ultimo, las resoluciones del XVIII Congreso de la
Internacional Socialista de junio de 1989 en Estocolmo”.
86
cuotas, al sugerir no sólo cómo alcanzar mejor determinados fines (ideas cognitivas)
menudo descansan en políticas previas. De acuerdo con las contribuciones del nuevo
institucionalismo histórico, las formas de entender una cuestión y las acciones ideadas
en un tiempo pasado hacen que ciertas opciones resulten más plausibles que otras,
Peronismo a mediados del siglo veinte —con sus ramas femenina, política y sindical, a
cada una de las cuales se le asignaba un tercio de las candidaturas— anclaba la noción
encontraba entre los países del mundo con mayores proporciones de mujeres en sus
ciento de las bancas de la Cámara de Diputados de la Nación era ocupado por mujeres
de la rama femenina del Peronismo, guarismo entonces sólo superado por Alemania del
72
Por cierto, la estrecha vinculación entre la institución de cuotas por género en las listas partidarias y la
experiencia histórica del Peronismo fue un tópico recurrente en los debates de la ley nacional de Cupo
Femenino, así como en las discusiones sobre las acciones positivas en la reforma constitucional de 1994 y
en el tratamiento de las leyes de cuotas en las legislaturas de distintas provincias, que se analizan en el
capítulo 5.
87
Este, la Unión Soviética y Mongolia (Jones 1998). A la luz de esa experiencia, las
Como ha sido indicado, la iniciativa que originó la ley de Cupo Femenino inicialmente
fue impulsada por mujeres de la UCR en 1989, tras la derrota electoral de su partido.
73
Desde la perspectiva de Allegrone (2002: 19), “en el Partido Justicialista la fuerte presencia de Eva
Perón y la devoción que tanto hombres como mujeres muestran por su figura, hacen que el respeto a la
‘compañera’ se perfile en su accionar. Por el contrario, en la UCR la presencia de la mujer es considerada
únicamente para colaborar con el hombre, en especial en el Comité y en los momentos de elecciones”.
Este modo de visualizar el espacio reconocido a las mujeres dentro de los principales partidos de la
Argentina ilustra una comprensión convencional, reiterada en una multiplicidad de foros y debates
políticos. Entre ellos se destacan, por ejemplo, los debates plenarios de múltiples proyectos de leyes de
cuotas que tuvieron en las Legislaturas de la mayoría de las provincias de Argentina. Dichos debates son
analizados en el capítulo 5.
88
Mendoza) presentaba un proyecto de ley que proponía una reforma del Código Electoral
legislación electoral nacional fueron impulsados por mujeres que acordaron apoyar
aquel que lograra un trámite legislativo más veloz (Lubertino 2004). La campaña
nacional por las cuotas legales fue, desde su origen, una campaña multipartidaria.
Si bien las dirigentes de la UCR y del PJ tenían claros desacuerdos en otros campos de
política pública (como las “reformas de mercado” impulsadas por el gobierno peronista
durante este período) su escaso protagonismo en los ámbitos de toma de decisión desde
1983 en adelante las unificaría en la demanda de una ley de Cupo Femenino nacional,
político. En efecto, la demanda de cuotas fue enmarcada en un discurso según el cual las
dificultades que las mujeres enfrentaban para acceder a ejercer cargos públicos no
74
De acuerdo con distintas fuentes consultadas, en la elaboración de este proyecto también participó la
senadora nacional por Santa Fe, Liliana Gurdulich (PJ), quien trabajó mancomunadamente con Malharro
de Torres para promover su avance en la Cámara alta. Véase Piscopo (2006).
75
Según este proyecto, las listas partidarias no podrían incorporar más de un 70 por ciento de candidatos
del mismo sexo y, cada dos personas de un sexo, debía ubicarse como mínimo una del otro, “alternando
del primero al último lugar en el orden numérico”.
76
En efecto, dicho proyecto fue co-firmado por Florentina Gómez Miranda y Blanca Macedo de Gómes
(UCR), Inés Botella (PJ), Matilde Fernández de Quarracino (DC) y Ruth Monjardín (PF).
89
producto de prácticas partidarias discriminatorias y un resabio de pautas culturales
arcaicas.
coaliciones y no otras, desempeñando un importante papel respecto del modo en que los
actores definen sus intereses y asumen determinadas posiciones (Weir 1992). En este
cuotas fue una pieza central de las estrategias políticas que se idearon y pusieron en
marcha para apuntalar esta reforma de la legislación electoral del país. En la Argentina,
como en otros países, la exclusión del poder era una experiencia compartida por las
una continuidad con su historia, pero entraba en contradicción con el nuevo escenario de
contrariaba sus “mitos y ceremonias” asociados con la figura de María Eva Duarte.
77
Como ha sido señalado por Baldez (2003), las coaliciones multipartidarias de mujeres políticas, con
crédito para denunciar a sus colegas masculinos de sexistas, han sido una poderosa fuerza pro-cuotas en
distintos países de América Latina. Básicamente, éstas fueron alianzas temporales selladas con el
propósito de apuntalar sus demandas de participación en el ámbito de cada partido, que tenderían
debilitarse y disiparse una vez logrado su objetivo (Htun 2004).
90
entrepreneurs (Mintrom 1997), en la medida en que desplegaron un amplio menú de
notas a las autoridades de los partidos políticos (Marx, Borner y Caminotti 2007a).
realizado en San Bernardo fue creada la llamada Red de Feministas Políticas, integrada
78
De acuerdo con una protagonista, “la ley de cupo fue el fruto de la acción política de un sector de
mujeres dentro de los partidos” con capacidad de movilización en distintas provincias, quienes se
coordinaron para abogar por su aprobación el Congreso y lograron concitar el apoyo de organizaciones
sociales (Virginia Franganillo, entrevista personal. Buenos Aires, 2009).
91
resonancia de esta iniciativa con legados y tradiciones asociadas con la participación de
las mujeres dentro del Peronismo contribuyó a visualizarla como una opción plausible
permitiría vincular las ideas y modelos internacionales con la historia política local.
La creación de este discurso por parte de mujeres dirigentes de las principales fuerzas
políticas de la Argentina fue fundamental ganar apoyos, aunque no fue suficiente para
como se verá a continuación, la votación positiva del proyecto por los legisladores del
sobre los incentivos de los legisladores que culminaron brindando su apoyo a la sanción
de la ley.
92
multipartidarias de mujeres que promovieron su presentación y se movilizaron para
de Torres recibió media sanción en la Cámara alta, ante una concurrida audiencia de
dirigentes y militantes partidarias que colmaban los palcos. Más aún, el proyecto fue
aprobado por unanimidad a pesar de que un dictamen de mayoría planteaba que era
Legislación General.
conflicto.
Cuando la propuesta de ley presentada por Margarita Malharro de Torres fue debatida y
aprobada, la Cámara alta sólo estaba integrada por cuatro senadoras. En el debate del
79
Entrevista personal a Virginia Franganillo (Buenos Aires, 2009) y Durrieu (1999: 143).
93
femeninas” instituido a mediados del siglo veinte dentro del Peronismo. La autora del
proyecto de ley, que pertenecía a la UCR, se encargó de destacar el papel pionero que
la mujer para que acceda a los poderes legislativos” y alcanzar, así, “una democracia
definitiva” (Senadora Margarita Malharro de Torres, cf. Gallo y Giaccobone 2001: 59;
dentro del bloque del Justicialismo, cuyo portavoz Alberto Rodríguez Saá (entonces
senador por San Luis) anunció que sus integrantes actuarían “a conciencia”, aunque
campaña multipartidaria por el cupo ganó mayor escala y tuvo un punto de apoyo
80
Con todo, varios senadores de esa fuerza política plantearon críticas a la propuesta en consideración y
fueron vivamente abucheados por la audiencia de mujeres que presenciaba la sesión.
94
Peronismo81— fue designada para la presidencia del flamante organismo82. Este
Consejo, que puede ser considerado parte los mecanismos agrupados bajo la
True y Mintrom 2001), ofreció una plataforma eficaz para el despliegue de acciones por
políticos, integrada por dirigentes de todas las fuerzas partidarias con representación
legislativa, que tenía, como propósito central, el impulso de acciones de apoyo a la ley
de Cupo Femenino. Para ello, una de las estrategias concertadas era la creación de
comisiones multipartidarias en todos los distritos donde fuera posible, impulsadas desde
las llamadas “áreas Mujer” de los Ejecutivos o desde las Legislaturas provinciales.
lograron el aval del Presidente de la Nación (Durrieu 1999), quien hizo público su
apoyo a la sanción de una ley de cuotas. Sin embargo, el presidente Carlos S. Menem se
expresaría a favor de las cuotas de modo general, no específicamente del proyecto que
81
Hasta entonces, Virginia Franganillo era directora de estudios y documentación del Instituto Nacional
de la Administración Pública (INAP) y coordinaba el Programa Mujer y Estado. Entre otros propósitos,
dicho programa se planteaba impulsar políticas públicas orientadas a “la incorporación igualitaria de la
mujer en todos los ámbitos de la vida social” (Resolución 014/91:1, cf., Weathers 2007: 104) y fortalecer
las denominadas “áreas Mujer” de los gobiernos provinciales. En la década de 1980, Franganillo había
formado parte de la Multisectorial de Mujeres y, más recientemente, de la Red de Feministas Políticas.
82
En 1992, el Consejo Coordinador de Políticas Públicas para las Mujeres se transformó en el Consejo
Nacional de la Mujer, área gubernamental responsable de monitorear el cumplimiento de la CEDAW en
el país. Actualmente, el Consejo Nacional de la Mujer depende del Consejo Nacional de Coordinación de
Políticas Sociales, constituido por los Ministerios de Desarrollo Social; Trabajo, Empleo y Seguridad
Social; Salud; Educación, Ciencia y Tecnología; Economía; Producción; Planificación Federal e
Inversión Pública y Servicios.
95
estaba en discusión y cuya autoría correspondía a una senadora del Radicalismo. Así
pues, algunos sectores del gobierno nacional (como el Ministerio del Interior) proponían
reclamo, en lugar de brindar su aval para la aprobación de una iniciativa propuesta por
“No estaba todo definido… Menem plantea un discurso a favor, pero no dice esta ley…
la media sanción del Senado. Lo que se nos objeta son dos cosas. La primera, que el
Peronismo iba a poner los votos, el poder y el liderazgo, y que no era una propuesta
capitalizarla era pedir una sesión especial, hacer una campaña y hacer una
salir’, ¿cuáles eran?... Nosotras garantizamos que fuera esta ley, porque éramos
concientes de que no era sencillo arrancar otra media sanción en el Senado… había que
Con el aval presidencial, el oficialismo finalmente convocó a una sesión especial para
en marcha una campaña nacional comandada por mujeres del Justicialismo y del
83
Entrevista personal, Buenos Aires, 2009.
96
a los medios masivos de comunicación para favorecer la discusión social del tema.
Asimismo, el día previo a la sesión, se organizó una reunión del Foro Federal de
La ley 24.012 fue sancionada el 6 de septiembre con 142 votos afirmativos, siete votos
Nación… Las galerías del recinto se colmaron, y las que no pudieron acceder al lugar
permanecieron en las calles de los alrededores, en lo que dio en llamarse ‘vigilancia por
el cupo’” (Chama 2001: 65). Alrededor de cinco mil mujeres se hicieron presentes ese
la ley.
84
La negativa de los legisladores de la UCeDé a apoyar el proyecto se fundamentaba en la defensa del
liberalismo que animaba ideológicamente a ese partido. Desde esta óptica, una ley de cupo femenino
vulneraba el principio constitucional de igualdad ante la ley y la propuesta resultaba “compulsiva,
retrógrada y ofensiva para aquellas mujeres con méritos suficientes para ganar el espacio que han logrado
las legisladoras que se encuentran en el recinto y las mujeres que han contribuido decididamente al
crecimiento de nuestro país” (diputado Nicolás Garay, cf. Gallo y Giacobone 2001: 105). El diputado
Albamonte que la norma en discusión era “un proyecto de ley de intervención” que irrumpía “en forma
compulsiva y directa en la vida de los partidos políticos” (cf. Tula 2002: 65). Por su parte, desde el MAS
se reconocía la “discriminación machista propia de este sistema capitalista”, pero se entendía que el cupo
femenino era una iniciativa demagógica que no mejoraría la situación de discriminación que padecían las
mujeres de las clases trabajadoras. Como lo denunciaba el diputado Zamora, “el mismo gobierno y los
mismos partidos mayoritarios que están definiendo este proyecto son los que han impulsado la política
económica y han avalado su tratamiento y aprobación en este recinto con el quórum” (cf. Gallo y
Giacobone 2001: 92).
97
En el transcurso de la sesión especial realizada en la Cámara de Diputados, los
esfuerzos realizados por mujeres políticas a lo largo del país para impulsar la ley de
Cupo Femenino fueron destacados por las pocas mujeres que entonces ocupaban
“Las mujeres de todos los partidos políticos hemos discutido esta cuestión a nivel distrital
hemos logrado. Por eso hoy propiciamos la sanción de esta norma […] Es decir que,
agotada toda otra vía, se recurrirá a la legislativa para implementar lo que se llama
discriminación positiva…” (Diputada Inés Botella, cf. Gallo y Giacobone 2001: 75;
énfasis nuestro).
El debate legislativo del proyecto de ley de Cupo Femenino en la Cámara baja se vio
signado por una gran presión ejercida por la nutrida audiencia de mujeres ubicadas en
ley86. Aún así, el apoyo de los bloques del PJ y la UCR distaba de estar asegurado. Por
85
La campaña nacional impulsada por mujeres de distintos partidos también fue destacada por una
diputada del Radicalismo, tras recordar a sus pares que la iniciativa de establecer cuotas había sido
acordada en un encuentro de mujeres del Radicalismo. Asimismo —tal como había sucedido en el
Senado— esta legisladora rememoraba que los países “que tienen sociedades más justas y más abiertas,
como los de nuestro admirado Primer Mundo, han incorporado en los estatutos de sus partidos políticos
medidas similares” (diputada Gabriela González Gass, cf. Gallo y Giacobone 2001: 76; énfasis nuestro).
86
Por políticas de presencia nos referimos, en este marco, a la práctica de acudir al Congreso durante el
tratamiento del proyecto de ley en aras de presionar a los legisladores para obtener su aprobación, en lo
que dio en llamarse “vigilancia del cupo”. Nuestro empleo del concepto se diferencia, en este punto, de su
significado convencional establecido por Phillips (1995), el cual remite a la importancia de las
98
un lado, antes de la sesión, el titular del Ministerio del Interior de la Nación había
Por otro lado, la propuesta era abiertamente resistida por las dirigencias del Radicalismo
de distintas provincias.
En este escenario, las dificultades que podría acarrear la aplicación del cupo fueron un
no oficializar las listas. Incluso, luego de la votación afirmativa del proyecto en general,
proyecto al Senado, alterativa fuertemente resistida por las mujeres sentadas en las
bancas y por aquellas que habían acudido a presenciar la sesión87. Las siguientes
“Estamos sancionando una norma que traerá problemas y el argumento que se esgrime es
el de evitar que vuelva al Senado…” (Diputado Marcó, cf. Gallo y Giacobone 2001: 106-
experiencias sociales de los legisladores en los procesos de deliberación (entre ellas, sin son mujeres o
varones). Véase el capítulo 1 de esta investigación.
87
Algunas oradoras, en particular la diputada justicialista Olga Ruitort (PJ), denunciaban que las
objeciones basadas en las mentadas imperfecciones del proyecto enmascaraban una discusión de fondo
acerca del poder.
99
“Si hemos votado una participación de la mujer, se impone establecer un texto
absolutamente claro que así lo refleje […] No entiendo por qué el Senado no puede
reanalizar un texto que sólo tiende a aclarar aquello por lo que, con entusiasmo y —quiero
En el transcurso del debate, uno de los legisladores que más énfasis hizo en las
dificultades que planteaba el proyecto fue el diputado Diego Seguí (UCR), quien
abogaba por su modificación al entender que la capacidad del juez de no oficializar las
listas “es la que va a afectar y enferma esta reforma del Código Electoral Nacional”.
legislador pasaría revista a la situación de los distritos chicos como el suyo (San Juan)
“En provincias como San Juan […] —y en otros lugares donde existen mayores
cuando hay que elegir tres diputados, compiten tres partidos en condiciones de obtener
esas bancas […] Entonces, ¿cuál es el candidato que tiene posibilidades de ser electo? El
primero de la lista, señor presidente. Por eso es que el juez debe observar cada lista y
controlar que ello ocurra, aunque en las internas otra haya sido la ubicación obtenida; y a
la cabeza debe haber un candidato de sexo femenino [...] De manera que esta situación se
(Diputado Diego Seguí; Cf. Gallo y Giacobone 2001: 80-88; énfasis nuestro).
100
Los diputados que votaron favorablemente el dictamen que recomendaba la aprobación
del texto que ya había recibido media sanción en el Senado también vislumbraban las
vicisitudes que podría plantear la aplicación del cupo femenino. Con todo, uno de los
portavoces de esta posición entendía que el proyecto de ley de cupo femenino “es una
reforma se asemejaba más “a una actitud de las fuerzas políticas argentinas que al
imperio de una ley” (Diputado Melchor Cruchaga, UCR, cf. Gallo y Giacobone 2001:
mujeres en posiciones “expectables” de las listas partidarias (que son bienes políticos
poder. Así pues, las discrepancias en torno de su futura aplicación cobran sentido según
la lógica de conveniencia de los legisladores que podrían ver peligrar sus propias
posiciones en las listas una vez que el cupo femenino entrara en vigor. Sin embargo, el
entorno de discurso. Aún así, las resistencias que la propuesta despertaba sólo lograron
101
2.2. Liderazgo presidencial y disciplina partidaria
la noche, no era claro cómo podía resultar la votación. Como lo hemos planteado,
En este incierto escenario, tras una serie de comunicaciones telefónicas de dirigentes del
Justicialismo que advertían la presión que estaban ejerciendo, en el recinto, las mujeres
allí movilizadas, el Presidente de la Nación solicitó al Ministro del Interior que acudiera
que su bloque diera apoyo a la ley, “unificó la intención de voto de los legisladores
oficialistas (Partido Justicialista) y arrastró a gran parte de las otras bancadas, que no
quisieron quedar frente a las mujeres movilizadas con una actitud contraria a la sanción
manifestando el apoyo de sus bancadas al proyecto y el texto fue aprobado sin ninguna
modificación.
propio partido. Puesto que en 1991 el Presidente de la Nación pertenecía al partido que
102
bloque del PJ a la ley de Cupo Femenino hubiera tenido un costo político elevado 88. Por
su parte, la posición del bloque oficialista acotó las opciones de los legisladores del
por mujeres de sus propias filas y respaldado por el Justicialismo. En este marco,
efectivo abrieron cierto espacio para que los actores que votaron la ley de modo positivo
Entre los mecanismos de “coerción suave”, el liderazgo puede ser clave para resolver
efectivamente la requieren (Dobbin et al. 2007), como las legislativas. Ahora bien, ¿qué
razones podrían explicar la decisión del presidente Carlos S. Menem de apoyar esta
hiperinflacionaria que provocaría la entrega anticipada del mando por parte de Raúl
88
Siguiendo a Calvo (2007: 209), el acto de votar de acuerdo con su bloque es “una estrategia que
permite a los miembros de un partido mayoritario garantizar la aprobación de una mayor cantidad de
legislación en el largo plazo”. Al tomar una decisión, al brindar su apoyo a una ley, los actores no piensan
en una única medida sino en un ‘portafolio’ amplio de políticas públicas. Así pues, para dilucidar la
lógica del proceso de toma de decisiones, es preciso considerar simultáneamente la estructura formal de
las distintas arenas de decisión vis-á-vis el escenario político global en el cual se produce una reforma.
103
cuando se discutía el proyecto de ley de Cupo Femenino, el gobierno nacional
Menem podría ganar reputación externa, mostrarse receptivo a los reclamos de sectores
electorado femenino. El modo en que la demanda de cuotas fue enmarcada dista de ser
irrelevante para explicar su apoyo puesto que, desde esa óptica, la ausencia de mujeres
El respaldo presidencial al reclamo de una ley de cuotas no fue la única iniciativa del
gobierno nacional dirigida a las mujeres durante este período. A comienzos de 1993,
89
Por un análisis de las coaliciones legislativas que viabilizaron su implementación, véase Gibson y
Calvo (2001).
104
funcionarias cuyo cometido era colaborar en la elaboración de políticas que asegurasen
Políticas para la Mujer, que en 1992 pasó a denominarse Consejo Nacional de la Mujer)
algunas iniciativas de ampliación de los derechos de mujeres —entre las cuales la ley de
90
En 1993, las integrantes del Gabinete femenino eran Virginia Franganillo (Presidenta del Consejo
Nacional de la Mujer), Matilde Menéndez (Presidenta del PAMI), Liliana Gurdulich (senadora nacional
mandato cumplido), Marcela Durrieu (diputada nacional), Zelma Regazolli (embajadora del servicio
exterior de la nación), Gloria Bonder (Coordinadora General del Programa Nacional de Igualdad de
Oportunidades para la Mujer del Ministerio de Educación), Cristina Zucardi de Flamarique (Presidenta
del Instituto de la Mujer de la provincia de Mendoza), Elida Vigo (diputada provincial) y Lidia Domsick
(Secretaria de la Tercera Edad del Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación) (Gabinete de
Mujeres 1993).
105
La posición oficial de la Argentina en Beijing se alinearía con la postura del Vaticano y
permanecería acéfalo durante un tiempo (Durrieu 1999). Con todo, entre 1993 y 1995 el
Consejo tuvo un momento de apogeo (Weathers 2007) y desempeñó, junto con las
constitucional
El discurso instalado en la campaña por la ley de Cupo Femenino nacional cobró fuerza
tiempo en que dejó sentado que la misma sería garantizada mediante acciones positivas
que el Congreso estaba facultado a impulsar (véase la tabla 3.4)91. Asimismo, esta
91
La reforma constitucional de 1994 fue el fruto de las negociaciones entabladas entre el presidente
Carlos S. Menem y el ex presidente Raúl Alfonsín, conocidas como “Pacto de Olivos”. En virtud de esa
negociación, la UCR accedería a incorporar en la Constitución la reelección presidencial (ansiada por
Menem) por un único período sucesivo, acortando su mandato a cuatro años y eliminando el Colegio
Electoral. Por su parte, el PJ apoyaría la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires, la elevación del
número de senadores de dos a tres (dos por la mayoría y el tercero por la minoría) y su elección directa,
entre otras iniciativas.
106
experiencia de la Convención Nacional Constituyente reunida en Santa Fe y Paraná
entre mayo y agosto —un tercio de cuyos integrantes eran mujeres— fue, en algún
Tabla 3.4
Artículo
Nuevos derechos y Art. 37: “La igualdad real de oportunidades entre varones y
garantías mujeres para el acceso a cargos electivos y partidarios se
garantizará por acciones positivas en la regulación de los partidos
políticos y en el régimen electoral”.
107
Durante los debates de la Convención, la incorporación de estos artículos en la
convencionales que reconocían que la ley de Cupo Femenino era una norma de
destacaban la decisión presidencial de apoyar la ley de cuotas, así como el papel del
4. Conclusiones
La ley nacional de Cupo Femenino fue impulsada por mujeres de las principales fuerzas
92
A título ilustrativo, el convencional Battagion (Partido Demócrata, Mendoza), sentaba la siguiente
posición: “Seguramente en esta Convención se habrá de recrear un debate polémico y apasionado —aún
vigente en el seno de la sociedad argentina— cual es el referido al denominado cupo femenino… Es muy
distinto alentar la presencia de la mujer en los cuerpos colegiados del sistema republicano de gobierno,
que consagrar el tema en la Constitución Nacional. La diferencia radica en la necesaria e inevitable
transitoriedad que debe tener esta cláusula cuyo propósito final es corregir una situación circunstancial
como es que las mujeres no estén suficientemente representadas en los cuerpos colegiados” (Convención
Nacional Constituyente, Santa Fe, 18 de agosto de 1994).
93
Por ejemplo, tras asumir que la incorporación de acciones positivas en la Constitución era una medida
correcta, un convencional Luis Cáceres (UCR, Santa Fe), manifestaba que, en su provincia, “cada vez que
tenemos que compaginar para hacer una lista la mayoría con la minoría, el norte con el sur, la minoría y
la mayoría del norte con las del sur intercalándolas y encima ahora también el dos y uno del cupo de la
mujer, parece una misión imposible. Nos volvemos locos, se miran unos a otros y dicen quién votó esto. Y
como hay una cuota de hipocresía, pero nadie come vidrios, ya que el 52 por ciento del padrón es
femenino, fue votado en la legislatura y en el Congreso de la Nación” (Convención Nacional
Constituyente, Santa Fe, 18 de agosto de 1994).
108
públicos en el escenario de redemocratización del país. Esta iniciativa tuvo sus fuentes
establecer un cupo femenino de carácter legal cobraría eco por su concordancia con
ámbito estrictamente partidario —lo cual podría haber contribuido a la privatización del
conflicto— pero la negativa del partido a dar un curso favorable a esa demanda estimuló
Coordinador de Políticas Públicas para las Mujeres) ofreció una plataforma institucional
propuesta de reforma de la legislación electoral del país. De este modo, el anclaje de las
109
coaliciones reformistas en el Estado emerge como un factor fundamental para impulsar
incentivó el respaldo de un actor central del sistema político argentino —el Presidente
de la Nación— cuya intervención fue crucial para lograr la aquiescencia de actores que
proyecto de ley por parte de actores que podrían verse perjudicados con el cambio del
estatus quo no fue, en modo alguno, una respuesta irracional. Puesto que las votaciones
legislativas no son decisiones discretas tomadas por cada actor por separado sino parte
interacción estratégica, un legislador puede votar de modo positivo una ley contraria a
sus preferencias (como la ley de Cupo Femenino) en aras de lograr un bien mayor, dado
(Calvo 2007).
94
Esta misma dinámica ha sido iluminada por Htun (2003a) con respecto otras reformas legales
vinculadas con la equidad de género en la Argentina, Chile y Brasil.
110
vinculación con la democratización de la Argentina quedaría instalada en el debate
sugieren que, en 1994, el cupo femenino parecía haber pasado a formar parte del
no permiten determinar hasta qué punto se había producido un cambio en las creencias
de los actores políticos acerca del valor de este tipo de normas. Con todo, las
había unificado tras de sí a mujeres de distintos partidos, las cuotas eran justificadas en
públicos.
de los partidos. Tal vez la yuxtaposición de ambas lógicas contribuya a explicar tanto el
constitucional como las “batallas por el cupo” que ya habían comenzado a librarse en el
terreno judicial.
111
CAPÍTULO 4
transformaba en el primer país del mundo que instituía cuotas por género de carácter
todos los partidos políticos. Como fue planteado en el capítulo anterior, esta iniciativa
innovadora fue impulsada por una coalición multipartidaria que consiguió enmarcarla
sencilla. Sin embargo, el conflicto en torno de las exigencias y los alcances del cupo
nacional de Cupo Femenino a la luz de ese conflicto, en cuyo marco las dirigencias
112
partidarias, distintas agencias estatales y distintas instancias del Poder Judicial
En primer lugar, nuestra indagación echa luz sobre la gran incertidumbre que rodeaba a
este mecanismo de acción afirmativa novedoso cuando la ley 24.012 debía ser empleada
por primera vez en la renovación parcial de la Cámara de Diputados. Ésta fue, por
cierto, otra coyuntura crítica de reforma institucional, donde la pugna entre intereses e
contenido de esa reglamentación fue de suma importancia para apuntalar esta reforma
cabalmente comprendida sin prestar atención a los conflictos que habían comenzado a
acción afirmativa para paliar la inequidad de género en la vida política, los conflictos en
torno de la aplicación del cupo femenino sólo terminaron de saldarse con el dictado de
113
flexibilizar sus exigencias en aras de preservar las posiciones de determinados
candidatos (de sexo masculino) en las listas. Por su parte, desde el Consejo Nacional de
precisar los requerimientos del cupo, poniendo en marcha acciones de monitoreo de las
listas partidarias en todos los distritos y presentando demandas judiciales para garantizar
su cumplimiento cabal.
Así pues, si en la fase de adopción de esta ley nacional fue fundamental la construcción
instrumentación torna aún más manifiesta la importancia de contar con una plataforma
una “maquinaria de género” en el Estado (Rodríguez Gustá 2008a y 2008b) fue crucial
provincias.
de 1993
La ley 24.012, sancionada en 1991, establecía que las mujeres candidatas debían ser
114
un mandato de posición preciso. De este modo, en vísperas de las elecciones legislativas
del 3 de octubre de 1993, no era claro cómo debía calcularse el porcentaje mínimo. En
nota publicada en la prensa pasaba revista a estas posibilidades, mencionaba una serie
reproducía declaraciones de mujeres políticas que exigían la observancia del cupo en las
sobrevenir:
“…la inclusión de mujeres para cumplir con ese 30% bajará en más de un caso a
Víctor Fayad [UCR] en Mendoza; de una mujer en los 3 primeros lugares en Córdoba,
donde la UCR puede reeditar las últimas dos elecciones y meter cinco diputados, con lo
que el 5º bajará un lugar y quedará afuera; o la lista de la UCR porteña después de las
de ‘una pollera’”95.
95
“Nuevo proyecto para el cupo de mujeres”. Ámbito Financiero, 1 de marzo de 1993.
115
1.1. La alternativa de reglamentar o no reglamentar la ley
de la ley 24.012 por medio de un decreto (Durrieu 1999). Para ello, el Consejo había
encargado la redacción de un proyecto que fue entregado al titular del Ministerio del
Interior de la Nación, Gustavo Béliz, a comienzos de marzo96. Tras considerar que “la
evitando su postergación o no inclusión en las listas de los partidos políticos”, y que “se
criterios de aplicación de la Ley”, este proyecto establecía una serie de pautas a seguir.
nacional de Cupo Femenino por medio de un decreto y proponía que los criterios para
su aplicación fuesen fijados por los partidos políticos en sus estatutos internos. En el
partidarias de nivel de distrito, algunas de las cuales brindan una idea aproximada de la
complejidad de los cálculos que comenzaban a emerger97. Es decir que, en este nuevo
96
Dicho proyecto, reproducido en su totalidad por Ámbito Financiero en su edición del 3 de marzo de
1993, fue confeccionado por la Dra. Hebe Erbón (UCR), profesora de derecho constitucional de la
Universidad de Buenos Aires.
97
Dicha resolución fue publicada en el diario Ámbito Financiero el 23 de febrero de 1993.
116
Como podrá advertirse en la tabla 4.1., la resolución dictada por la Convención
tenían claros puntos de contacto en los criterios planteados. Sin embargo, la estrategia
ulteriores de reforma.
117
Tabla 4.1
“El 30% [...] debe interpretarse como ‘mínimo’. “El 30% por ciento […] es el piso mínimo, lo
En caso de duda deben agregarse tantas candidatas cual no implica que no pueda superarse ese
mujeres como sea necesario para que el 30% quede porcentaje. En caso de duda sobre la aplicación del
efectivamente asegurado”. cupo, debe optarse por una mujer más para evitar
todo tipo de impugnación”.
“Cuando algún partido político se presentara a “En el caso de elecciones internas en que se
elecciones por primera vez o no hubiere obtenido presenten dos o más listas se hace necesario el
cargos se tomará en cuenta […] que la cantidad establecimiento de un método de confección de
de cargos es igual a uno. En este caso será las mismas y de la lista final que garantice las
indiferente colocar en el primer puesto a mujer o prescripciones de la ley... Para ello es necesario la
varón pero en los siguientes lugares de la lista se inclusión de una mujer en cada módulo de tres
alternarán mujeres y varones hasta que se cubra el como mínimo; o tres cargos hasta el décimo lugar
30% de mujeres dentro del número total de cargos”. cuando se trate de diez, ubicando a las mujeres
en el tercero, séptimo y décimo lugar como
mínimo”.
118
Más allá de la presión ejercida por el Consejo Nacional de la Mujer y por integrantes del
nacional de Cupo Femenino por medio de un decreto no sólo era resistida por la
conducción nacional de la UCR sino que tampoco despertaba adhesión dentro del
Peronismo. Tanto el ministro del Interior Gustavo Béliz como el presidente Carlos S.
24.012 en Congreso de la Nación, ello no había pasado inadvertido para los diputados
esta ley que instituía cuotas dejaba suficiente espacio para que los actores idearan
ilustra lo dificultoso que resultaba implementar una ley nacional cuyo articulado parecía
98
En efecto, durante la sesión que culminó con la sanción de la ley 24.012 en la Cámara de Diputados de
la Nación, buena parte de las discusiones versaron sobre las dificultades que podría plantear su aplicación
en el futuro, puesto que se articulado no establecía de manera precisa el verdadero alcance de las cuotas.
Por ejemplo, esta ley planteaba que las candidatas debían tener la “posibilidad de resultar electas”, pero
no establecía un mandato de posición que indicara en qué lugar u orden de las listas debían ser ubicadas,
ni qué criterios debían emplear los partidos para determinar las posiciones “expectables” de las listas
electorales.
119
reglas de juego establecidas al interior de los partidos políticos. En la provincia de Entre
Ríos, que en 1993 debía renovar cinco cargos en la Cámara de Diputados de la Nación,
dos listas encabezadas por hombres (Mario Moine y Jorge Busti, respectivamente),
correspondían los tres primeros puestos de la lista final y, a la minoría, los dos lugares
emplazado dos mujeres cada una en el cuarto y en el quinto lugar, la regla partidaria
resultar electas”. Como consecuencia de los acuerdos entre dirigentes para liderar las
lucha política
reglamentario de la ley 24.012, acompañado por las integrantes del flamante Gabinete
de mujeres y por la titular del Consejo Nacional de la Mujer. “Esto no tiene retorno, ya
está firmado”, manifestó el Presidente al iniciar un discurso en el cual reclamaba que las
provincias modificaran sus leyes electorales para hacer extensivo el cupo femenino a las
120
listas locales99. Con el trasfondo de la marcha peronista y las vivas a Evita que
enmarcaban el acto, las mujeres sostenían pancartas y repartían volantes que reclamaban
Esta decisión presidencial, que tomó por sorpresa a varios dirigentes partidarios, sólo
fue asumida luego de que Gustavo Béliz se reuniera con los jueces federales con
postura inicial del Ministro del Interior era dejar la ley sin reglamentación para no
interferir en las dinámicas internas de los partidos políticos, apuntando, en línea con lo
que proponía la UCR, hacia la privatización del conflicto. No obstante, una vez que se
Nacional de la Mujer.
Tras considerar que la finalidad de la ley 24.012 era lograr “la integración efectiva de la
mujer en la actividad política” y que “se hace necesario unificar criterios generales en la
Decreto 379 establecía una serie de criterios de cálculo del cupo femenino, que se
sintetizan en la tabla 4.2. Entre ellos, el más significativo era aquel según el cual, para la
99
Además de dar lectura al decreto, Carlos S. Menem aprovecharía la ocasión para anunciar iniciativas de
exención tributaria a las empresas que emplearan mujeres, de reconocimiento a las trabajadoras
domésticas a través de un régimen de regularización de sus aportes a la seguridad social y de reforma
educativa.
121
aplicación del cupo, debía ser tomado en cuenta el número de cargos que cada partido,
posición del cupo femenino vinculado con la magnitud de partidos. Asimismo, en una
tabla anexa, el decreto detallaba exactamente cuántas mujeres debían incluirse en las
Cuando las cuotas incorporan mandatos de posición (como lo hizo este decreto), y se
2006; Htun y Jones 2002). Si bien por el sistema de renovación parcial de la Cámara de
es pequeña, la desventaja que ello podía suscitar para la elección de mujeres tendió a ser
contrarrestada por el mandato de posición del cupo femenino asociado con la magnitud
de partidos100.
100
En la Argentina, los diputados nacionales son elegidos por medio de una fórmula D’Hont con listas
cerradas y bloqueadas, en 24 distritos plurinominales (las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires) de
magnitud variable.
122
Tabla 4.2
Cantidad mínima El 30 por ciento de las candidaturas a ser cubiertas por mujeres debe ser
interpretado como una cantidad mínima (Artículo 2º)*
femenino y evitar, así, la impugnación de listas, animó tensiones vigorosas a lo largo del
país. La aplicación del cupo femenino despertó un sinnúmero de conflictos dentro de los
123
partidos, los cuales se plasmaron en numerosas causas judiciales y sólo terminaron de
En 1993, cuando el presidente Carlos S. Menem dictó el Decreto 379, las posiciones
afirmativa como tal sino el mandato de posición vinculado con magnitud de partidos. Es
decir, el cupo femenino no era cuestionado desde una perspectiva normativa, asociada
con los valores últimos que habían informado esta ley nacional, sino desde una lógica
política vinculada con la asignación de espacios en las listas. Los casos de la UCR de
Mendoza y de Córdoba, que fueron muy publicitados, ilustran la lógica inherente a estos
conflictos.
dirigentes radicales como Raúl Baglini, quien dos años antes había votado
reelecto como diputado nacional. En declaraciones recogidas por los medios de prensa,
Baglini expresaba que el decreto dictado por el presidente Carlos S. Menem “se mete
dentro de la vida de los partidos, cuando debería dejar que lo resolviera la Carta
101
En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el gobernador Eduardo Duhalde tomaba distancia del
presidente Menem, mientras algunos funcionarios de su propio gabinete se declaraban dispuestos a seguir
el camino trazado por el Ejecutivo nacional y se reunían con mujeres del Justicialismo para impulsar una
ley de cupo femenino local.
124
Orgánica” e interpretaba que la reglamentación alteraba el porcentaje mínimo,
elevándolo a 50 por ciento102. Poco antes del dictado del Decreto 379, Raúl Baglini
había acordado con otro dirigente radical, Víctor Fayad, que ambos ocuparían el
posibilidad.
por Raúl Baglini presentaron un recurso de amparo ante el juez federal con competencia
electoral Jorge Burad, alegando que la ley 24.012 era inconstitucional. Poco después, el
jugado rechazaba ese amparo y la decisión era apelada ante la Cámara Nacional
Electoral por un afiliado radical103. Dicha apelación también sería desestimada por la
Cámara al entender que “no existía lesión concreta del derecho a ser candidato si el
102
“Radicales y justicialistas rechazan decreto por cupos”. Ámbito Financiero, 11 de marzo de 1993.
103
Causa “Silvestri, José Luis s/acción de amparo Unión Cívica Radical” del distrito Mendoza.
104
En la Argentina, la justicia electoral federal (a la cual le competen las causas donde corresponda
aplicar el Código Electoral Nacional y la Ley Orgánica de los Partidos Políticos) está organizada en dos
instancias. La primera instancia está conformada por 24 jueces federales con competencia electoral, que
se desempeñan en cada provincia y en la Capital Federal (Buenos Aires). La segunda instancia está dada
por la Cámara Nacional Electoral, cuya competencia abarca todo el territorio de la República Argentina y
es la autoridad superior en materia electoral. La Cámara Nacional Electoral entiende en las resoluciones
definitivas iniciadas ante los jueces federales de primera instancia en grado de apelación, así como
respecto de las Juntas Electorales nacionales que se conforman sesenta días antes de cada elección
nacional (Lázzaro 2008: 56).
125
Otro caso resonante transcurriría en la provincia de Córdoba. En el mes de mayo, la
nacional. En 1993, la UCR del distrito debía renovar cinco cargos en la Cámara de
llevaba una candidata sobre cinco cargos “expectables”, y no dos como lo establecía la
conflictos, una nota publicada en un diario nacional indicaba, en alusión al caso, que los
fue presentada y votada por ellos” y que “Eduardo Angeloz, principal referente radical
cordobés, no lleva mayor interés en esta cuestión pero debe cargar con la compra de un
conflicto ajeno”105.
Gustavo Béliz idearon una vía para normalizar la situación. De ese modo, el 6 de mayo
ley 24.012. En su único artículo, este decreto exceptuaba “de las disposiciones del
105
“Las mujeres, un problema político”. Ámbito Financiero, 4 de mayo de 1993 (énfasis nuestro).
126
fecha de entrada en vigencia del mismo, ya habían celebrado los actos comiciales
sin perjuicio de la directa aplicación de la Ley 24.012”106. Con todo, esta iniciativa del
Poder Ejecutivo Nacional tampoco surtiría el efecto buscado, puesto que el decreto de
confeccionar las listas de candidatos en 1993 pone de manifiesto una pugna entre
porcentaje mínimo de candidaturas que debía asignarse a mujeres (el cupo femenino
Así pues, desafiando las exigencias que imponía la reglamentación presidencial, los
apoderados partidarios (principalmente de la UCR pero también del PJ) planteaban que
partido no le tocaba renovar más de dos bancas alteraba lo dispuesto en ley, puesto que
elevaba el cupo mínimo a 50 por ciento. Al mismo tiempo, se entendía que el enunciado
106
Decreto 939/93 del Poder Ejecutivo Nacional (“Partidos políticos, excepciones al Decreto 379/93”),
publicado en el Boletín Oficial el 11 de mayo de 1993.
127
“con posibilidad de resultar electas” hacía referencia al número de cargos que le
379/93) puesto que cualquier fuerza política podía ganar la totalidad de las bancas de su
diputados nacionales para las elecciones de 1993 […] en diversos casos los dirigentes
partidarios sostenían “el criterio del 30% en las listas y no en las bancas. Criterio que
A título de ilustración del clima de opinión imperante, una nota publicada en Página 12
hacia fines de agosto de 1993 manifestaba que, “al margen de la letra fría de la ley
existen todo tipo de interpretaciones”108. Otra nota publicada en Clarín informaba sobre
1.5. Recapitulación
107
Esta posición fue sostenida, por ejemplo, en la causa “Merciadri de Morini, María Teresa
s/presentación – Unión Cívica Radical” (Expediente Nº 2.261/93 de la Cámara Nacional Electoral), que
se describe en la siguiente sección.
108
“Reclamo por el 30 por ciento. La ofensiva femenina”. Página 12, 20 de agosto de 1993.
109
“A Duhalde se le rebelan las mujeres”. Clarín, 19 de agosto de 1993.
128
listas se multiplicaron y ello despertó tensiones y querellas. Los procesos
el conflicto acerca del alcance del cupo femenino, involucrando a distintas instancias
humanos. En las elecciones de 1993 —cuando debía contemplarse por primera vez la
había procurado evitar. Por su parte, los fallos de los juzgados federales con
Suprema de Justicia llegó a desestimar el decreto dictado por el Poder Ejecutivo para
partidos que habían acordado sus listas de candidatos antes del 8 de marzo de 1993. A
Los distintos criterios empleados en los partidos políticos frente al proceso electoral de
ante la justicia, y los tribunales fallaron en distintos sentidos. Las principales cuestiones
acerca de las cuales discrepaban los fallos eran, primero, las posiciones que debían
ocupar las candidatas en las listas para cumplir el mandato de posición establecido en la
129
listas que no cumplieran las exigencias normativas (Lázzaro 2008). En relación con este
Femenino de orden público y, por tanto, se negaba aceptar presentaciones que no fueran
legitimados para iniciar demandas eran las propias candidatas o precandidatas, que se
veían sometidas a fuertes presiones al interior de los partidos. En algunos distritos, las
empleado por las autoridades partidarias para evitar estos desenlaces consistía en
eliminar a ciertas candidatas de su lista de modo tal que no pudiera concretarse la acción
instrumentación. Las autoridades del Consejo, junto con las consejeras presidenciales
que actuaban desde el propio organismo (o en coordinación con él), no sólo impulsaron
110
En la provincia de Santiago del Estero, Mirta Pastoriza había sido emplazada en el tercer lugar de la
lista de candidatos de la UCR y reclamó ante la justicia que le correspondía ocupar el segundo puesto, en
conformidad con lo dispuesto por la ley de Cupo Femenino. La Convención provincial de la UCR
consideró su reclamo “extemporáneo e inconsulto” y, además de retirar su candidatura, procedió a su
desafiliación del partido.
130
En 1993, el Consejo Nacional de la Mujer se ocupó de elaborar y difundir un instructivo
sentido, por ejemplo, se elaboraron 40 mil cartillas sobre la ley de Cupo Femenino y se
provincias (Gabinete de Mujeres 1993). Además, con el auspicio del Consejo Nacional
trasladaron a las provincias para acudir a las sedes judiciales, así como para reunirse con
dirigentes del distrito111. En palabras de una integrante de dicho Gabinete que tuvo, en
“Nos comunicamos con las mujeres candidatas de todos los partidos políticos cuyas listas
no cumplían con la ley y organizamos un operativo bastante complejo con una abogada
que nos patrocinaba en cada provincia. Y digo bastante complejo porque carecíamos de la
estructura y los plazos electorales, lógicamente, son muy cortos y estrictos, y nos obligaba
a actuar simultáneamente en los 24 distritos electorales del país… Fue necesario organizar
una red de información para conocer rápidamente cómo se habían conformado las listas
111
Entre los meses de enero y agosto de 1993, se realizaron reuniones de consulta con dirigentes políticas
de las provincias de Salta, Santa Fe, Misiones, Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, Corrientes y
Capital Federal (Gabinete de Mujeres 1993).
131
de todos los partidos, y mandar a nuestras patrocinantes las impugnaciones, distintas en
decidieron no oficializar ciertas listas y las remitieron nuevamente a los partidos para
cien fallos, la mayoría de ellos entre 1993 y 1995 (Lázzaro 2008)113. Entre los diversos
pleitos judiciales que se sucedieron, cabe mencionar dos casos que cobraron una
nacionales del Frente Justicialista de Entre Ríos, Darci Sampietro —postulada como
112
En este marco, se llegaría a apelar a una figura jurídica inexistente, la acción de “amparo preventivo”,
que recibió publicidad en los medios de prensa.
113
En 1993, el partido con mayor número de casos sería la UCR, seguido por el PJ y la UCeDé, cuyas
causas se concentraron en la provincia de Entre Ríos y en la Capital Federal, respectivamente (Lázzaro
2008). En 1995, en cambio, el PJ fue el partido con mayor número de casos, seguido por la UCR, el
FREPASO, Fuerza Republicana, Demócrata Cristiano, la UCeDé, el Partido Federal y el Movimiento
Integración y Desarrollo. En esta oportunidad, el distrito con mayor cantidad de causas fue Corrientes,
seguido por Córdoba, Buenos Aires y Tucumán (Lázzaro 2008: 61).
132
puestos. El juzgado desestimó esta solicitud y Sampietro apeló ante la Cámara Nacional
Electoral, que falló a su favor y exigió al Justicialismo de Entre Ríos que rehiciera su
de ese modo la mera posibilidad de que todo candidato fuera potencialmente susceptible
de ser electo (Tula 2002: 70). Posteriormente, un fallo de la Corte Suprema de Justicia
confirmaría que la base de cálculo del cupo femenino era el número de cargos que cada
electoral114.
ante la Junta Electoral por María Teresa Merciadri de Morini, una dirigente del partido,
pero este caso tendría un desenlace distinto. Esta dirigente planteaba que, en la lista de
dos mujeres en el cuarto y en el sexto lugar, con lo cual se violaba la ley 24.012 y su
decreto reglamentario 379, ya que a dicho partido le correspondía renovar cinco cargos.
114
La intervención de la Corte Suprema de Justicia en este caso se originó en una actuación de Mario
Matheu, candidato a diputado nacional por el Justicialismo de Entre Ríos posicionado en la lista de
candidatos en un tercer lugar. Entre los argumentos empleados para recurrir el fallo dictado por la Cámara
Nacional Electoral ante la corte, se apelaba al Decreto 939 del Poder Ejecutivo Nacional, que exceptuaba
de las exigencias de la reglamentación de la ley 24.012 a los partidos, confederaciones o alianzas que
hubieren realizado elecciones internas antes del 8 de marzo de 1993. Los ministros de la Corte Suprema
no hicieron lugar a ese argumento y se expresaron a favor del fallo de la Cámara Nacional Electoral.
133
sido el fruto de consenso alcanzado entre las distintas líneas internas del partido. Ante
dicho rechazo, María Merciadri de Morini apelaría ante la Cámara Nacional Electoral,
que le negó legitimación para actuar al exigirle “interés propio”. Finalmente, luego de
apelación por considerarla “abstracta”, señalando que la UCR había obtenido cuatro
al debido proceso, a los derechos políticos, a la igualdad ante la ley y a los recursos
efectivos, establecidos el Pacto de San José de Costa Rica, por parte de la República
115
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (conocida como Pacto de San José de Costa
Rica), fue suscrita en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos en 1969.
134
2.3. Las controversias en un nuevo escenario: el giro de la jurisprudencia luego de la
listas podrían ser considerados parte en las causas. Asimismo, la justicia electoral
Frente a las elecciones de 1997, el Consejo Nacional de la Mujer publicó una guía
135
reglamentación, las pautas para determinar si sus exigencias eran incumplidas y los
recursos legales a los cuales se podía apelar (Consejo Nacional de la Mujer 1997).
Así pues, como lo sugerimos al inicio del presente capítulo, la existencia de una
gobierno de Carlos S. Menem (1989/1999) las autoridades del Consejo y las integrantes
116
Anteriormente, los senadores nacionales eran elegidos por las Legislaturas provinciales.
136
provincia le corresponde elegir tres representantes en la Cámara alta por medio de un
sistema de mayoría atenuada que otorga dos bancas al partido que obtiene la mayor
Senado se renueva bianualmente por tercios, de modo tal que cada 6 años distintas
cambios, se acordó que en 2001 (año en que los senadores en ejercicio culminaban su
orientados a subsanar las ‘lagunas’ del decreto anterior. Observando esa coyuntura de
modo prospectivo, hay razones convincentes para presuponer que no era posible ignorar
las controversias que se habían suscitado en los partidos políticos, las batallas judiciales
decreto reconocía que los criterios divergentes aplicados para el cálculo del cupo
femenino en los partidos y los fallos judiciales discordantes hacían necesario “dictar una
presentado ante esa instancia por María Merciadri de Morini, poniéndose a disposición
de las partes en aras de alcanzar “una solución amistosa fundada en el respeto de los
137
posibilidad”117. En ese sentido, la fundamentación del decreto dictado por el presidente
Fernando De la Rúa también hacía mención a la necesidad de dar una respuesta ante esa
instancia, al tiempo en que ponía de relieve que las nuevas cláusulas referidas a las
jerarquía constitucional”.
El Decreto 1246 extendió la aplicación del cupo femenino a las candidaturas al Senado,
partidos, pero precisó aún más sus exigencias en aras de evitar nuevos conflictos118.
Además, la nueva reglamentación dejó sentado que, en todos los casos, se privilegiarían
117
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Organización de Estados Americanos. Informe Nº
103/01 (Caso 11.307), María Merciadri de Morini, Argentina, 11 de octubre de 2001.
118
En este sentido, la nueva reglamentación estableció de manera inequívoca que el cómputo del
porcentaje mínimo debe realizarse siempre a partir del primer lugar de cada lista y sólo se consideraría
cumplido cuando se aplicara también al número de cargos que cada partido, alianza transitoria o
confederación renovara en cada elección nacional. Asimismo, este decreto determinó que si una mujer
incluida como candidata en una lista oficializada fallece, renuncia o se incapacita por cualquier
circunstancia antes de las elecciones, debe ser reemplazada por la candidata que le sigua en la lista. Otra
innovación de esta reglamentación nacional consistió en pautar que las listas de suplentes deben respetar
el cupo femenino y que, cuando los jueces con competencia electoral determinen que alguna de las
candidatas está posicionada en un lugar posterior al que le corresponde en una lista, deben instar al
partido a reubicarla en un plazo de 48 horas. Si el partido no actúa, el tribunal debe hacerlo de oficio.
138
Tabla 4.3
Cuando se renueven más de dos cargos, debe figurar una mujer, como
mínimo, en alguno de los tres primeros lugares (Art. 4º).
Cuando se renueve uno, dos o más cargos, el cómputo siempre debe hacerse
a partir del primer lugar. La lista deberá tener por lo menos una mujer cada
dos varones para que se cumpla el porcentaje mínimo. En las listas no
puede ubicarse en forma contigua tres personas de un mismo sexo hasta,
por lo menos, el lugar en que, como mínimo, se haya cumplido con el 30 por
ciento (Art. 5º).
Nacional de la Mujer enviaría más de seiscientas notas a los presidentes de los partidos
políticos en el orden nacional y de distrito, que recordaban las exigencias de las nuevas
139
Nación que instruyera a los fiscales electorales del fuero federal a efectuar un
casos, los jueces las rectificaron a solicitud del Consejo Nacional de la Mujer o de
oficio120.
Tras una década de lucha política y pleitos judiciales, en las elecciones legislativas de
el mandato de posición del cupo femenino asegura que cada provincia elija, al menos,
una candidata.
119
El Procurador General de la Nación dio curso a esta solicitud por medio de la Resolución Nº 80/01, del
24 de agosto de 2001.
120
Las actividades emprendidas por el Consejo Nacional de la Mujer en relación con el monitoreo del
cumplimiento de la ley de Cupo Femenino en 2001 han sido publicadas en el sitio Web oficial de este
organismo. Véase http://www.cnm.gov.ar (consulta realizada el 1 de octubre de 2008).
121
Posteriormente, en 2003, sólo hubo dos causas presentadas ante la Cámara Nacional Electoral,
correspondientes a la UCR del distrito Capital Federal (Lázzaro 2008).
140
4. Recapitulación
que involucró a una multiplicidad de actores del sistema político y el Poder Judicial. La
ley 24.012, que ha posicionado a la Argentina entre los países del mundo con mayores
calor de esa lucha política. En ese marco, un grupo de mujeres del Justicialismo y la
UCR trabajó desde el Estado para definir el alcance y garantizar el cumplimiento del
En dos momentos relevantes —la primera elección con ley de Cupo Femenino en 1993
de esta ley nacional amplió el alcance del conflicto e imprimió una dirección particular
que cada partido adoptara sus propios criterios de cálculo del “porcentaje mínimo”). La
segunda reglamentación, dictada cuando dicho conflicto había logrado una amplia
alcance efectivo.
las mujeres a ejercer cargos electivos a los cuales no habían logrado acceder entre 1983
141
y 1991, conmovería prácticas establecidas de negociación en los partidos políticos. En
gobiernan el sistema político (Htun 2004) —como podrían hacerlo otras reformas de
candidatos que impactaban sobre las decisiones referidas a quiénes competirían por
cargos nacionales en cada uno de los 24 distritos. Como hemos visto, el cupo femenino
desató controversias vigorosas, las cuales serían dirimidas en la arena pública mediante
la intervención del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo Nacional. Sólo después de
varios años lograron detenerse estas arduas disputas y el cupo femenino pasaría a
6. Conclusiones
sobre las cuotas fue trasladada claramente a la arena pública, pero el conflicto se
mantuvo latente hasta 1993. Ese año, cuando la ley de Cupo Femenino debía aplicarse
indicaran de qué modo debían ser emplazadas las candidatas en las listas facilitó la
142
A propósito de ello, este capítulo ha puesto en evidencia que la incertidumbre que
rodeaba a la aplicación del cupo femenino en vísperas del proceso electoral de 1993
inicialmente fue alentada por el Ministro del Interior, era que cada partido político
determinara los criterios a emplear en sus cartas orgánicas (privatización del conflicto)
reglamentar la ley de Cupo Femenino por medio de un decreto del Poder Ejecutivo que
impusiera criterios uniformes para todos los partidos políticos (socialización del
conflicto).
Tras una serie de advertencias efectuadas por jueces federales que vislumbraban
de institución del cupo femenino. Esta decisión presidencial, cuyo contenido elevó la
143
Al abrigo de dicho desacople, las dirigencias partidarias de distintos distritos resistieron
negociación dentro de los partidos. Así pues, aunque las ideas innovadoras suelen
pueden facilitar la adopción de una nueva política, creando patrones de discurso que
144
CAPÍTULO 5
Argentina—donde los actores participan del juego electoral en distintas arenas en forma
representa un enigma122.
122
Este fenómeno no puede vincularse con una supuesta menor relevancia de los cargos legislativos
subnacionales vis-à-vis los nacionales, puesto que en la Argentina las Legislaturas provinciales son arenas
cruciales de la política de partidos y suelen ser importantes plataformas para la edificación de carreras
políticas y para el desempeño de cargos en los Ejecutivos (Jones et al. 2002).
145
municipales123. En 2009, los únicos distritos que no emplean cuotas en las listas
modificada (Córdoba, Mendoza, Misiones, Río Negro, Santiago del Estero y Tierra del
con el propósito de precisar sus exigencias, ampliarlas y/o minimizarlas (tabla 5.1).
123
En algunas provincias, como Córdoba y Neuquén, estas leyes sólo alcanzan a los municipios que no
tienen carta orgánica e invitan al resto de los municipios a adherir.
124
Entre Ríos no cuenta con una ley de cuotas provincial, aunque la Constitución reformada en 2008
“establece y sostiene la equidad de género en la representación política y partidaria y en la conformación
de candidaturas con probabilidad de resultar electas” (Art. 17). Chubut tampoco ha sancionado una ley de
cuotas propia, pero adhiriere al Código Electoral Nacional y emplea la ley 24.012 en las elecciones
provinciales. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires también aplica el cupo femenino nacional.
146
Tabla 5.1
Estero
2001 Mendoza
2002 Río Negro
2003 Tucumán,
Corrientes
2004 Misiones (observada)
*Sólo se consideran casos en los cuales una segunda ley de cuotas modificó el contenido de la ley
anterior. La tabla no comprende a las provincias donde hubo cambios de numeración de las leyes como
resultado de modificaciones de la legislación electoral (Salta en 1998) o de partidos políticos (San Luis en
2003) que no alteraron el contenido de las cuotas.
que, en los años tempranos, la eficacia de estos mecanismos tendería a verse colocada
147
política”125. La redacción de algunas leyes aprobadas durante ese período era limitada o
reglamentaciones nacionales.
A la luz de esta vasta propagación de las cuotas por género en la federación argentina,
125
Algunos ejemplos elocuentes al respecto pueden encontrarse en los debates que tuvieron lugar en
Santa Fe (1991, 1992), La Rioja (1992), Mendoza (1992), Misiones (1993) y Córdoba (1994).
126
En casos como Chaco (1993), Salta (1994), Formosa (1995), San Luis (1995) y Neuquén (1996), sin
embargo, se procuró especificar las cuotas con mayor claridad en aras de evitar la clase de conflictos que
habían suscitado las imprecisiones de la ley de Cupo Femenino nacional.
148
2005)127. Tomando en consideración el orden temporal de la sanción de cuotas
(1991). Incluso, los argumentos empleados en los debates legislativos provinciales para
justificar las cuotas fueron notoriamente semejantes y dejan entrever la influencia de los
Más allá de esta constatación que toma en cuenta el orden temporal, un aspecto crucial
la ley 24.012 activó la institución este tipo de normas prácticamente en todas las
127
Dicho estudio sigue la orientación de buena parte las investigaciones sobre difusión de instituciones y
políticas públicas, al concentrarse en la fecha de adopción de una medida en distintas unidades de
análisis, poniendo a prueba hipótesis sobre correlaciones de variables (Glick y Hays 1991).
Metodológicamente, Crocker (2005) indaga la difusión de cuotas en las provincias argentinas por medio
de un modelo estadístico EHA (Event History Analysis).
149
La ley de Cupo Femenino nacional —y, luego de 1993, las controversias sobre su
indica que, más allá del aparente isomorfismo institucional (DiMaggio y Powell 1991b),
exenta de conflictos. En suma, las leyes de cuotas no fueron medidas uniformes que se
propagaron desde la Nación a las provincias. Por el contrario, tanto el ciclo inicial de
escenarios provinciales.
Este capítulo analiza los debates que tuvieron lugar en todas las Legislaturas
provinciales y el contenido del conjunto de las leyes de cuotas. Nuestro examen destaca,
en primer lugar, que las ideas que permitieron visualizar la baja representación política
sólo ha habido emulación de las innovaciones nacionales sino una elevada dosis de
150
reinvención de las cuotas, así como procesos de imitación entre provincias. El capítulo
concluye con una discusión de casos provinciales que ilustran trayectorias de reforma
distintas.
municipales, en distintas arenas y de acuerdo con diferentes reglas (Calvo et al. 2001:
66). En las elecciones legislativas locales, las provincias emplean distintas fórmulas
utiliza listas cerradas y bloqueadas (donde cada partido presenta una nómina de
candidatos ordenada que no puede ser modificada por los electores) y otras el método de
lemas o doble voto simultáneo, donde cada partido (lema) puede presentar una
128
Algunas provincias utilizan fórmulas de representación proporcional (D’Hont y Hare) con y sin piso,
en distritos plurinominales o bien considerando al territorio provincial como distrito único. En otros casos
se emplean fórmulas de mayoría simple y de lista incompleta. Asimismo, un conjunto de provincias
utiliza sistemas mixtos segmentados en los cuales algunos legisladores son electos en un distrito único y
otros por región o por departamento. Tanto la cantidad y magnitud de distritos como la cantidad de
electores distribuidos en ellos varían.
129
Desde 1987, Chubut, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santa Fe y
Santiago del Estero instituyeron lemas y —con las excepciones Chubut, La Rioja y Jujuy— los
abandonaron con posterioridad. Hasta 1997, las leyes de lemas facilitaron al PJ el manejo de las internas
partidarias durante su proceso de reestructuración posterior a 1983. No obstante, “a partir de la formación
de la Alianza [UCR-FREPASO] y en la medida en que los lemas otorgaban a la oposición la posibilidad
de coordinarse políticamente sin tener que negociar la distribución de bancas, su utilidad política
decreció” (Calvo y Escolar 2005: 106). Tierra del Fuego, por su parte, emplea un sistema de voto
preferencial por candidatos (tachas).
151
una elevada autonomía en la confección de las listas de candidatos y en la formación de
como Brasil, donde los legisladores nacionales y estaduales son electos mediante
métodos idénticos, y los Estados Unidos, donde se utilizan métodos muy similares
(Jones 1998). En el marco de esta variedad de reglas —que impactan en el modo en que
género.
152
Tabla 5.2
Diputados nacionales RP D’Hont con una barrera Cada provincia es un Ley 24.012 y
(257 cargos) legal del 3% del padrón distrito de magnitud decreto 1246/00
distrital variable
Senadores nacionales Lista incompleta: dos cargos Cada provincia es un Ley 24.012 y
(72 cargos) para el partido ganador y uno distrito trinominal decreto 1246/00
para el segundo más votado
Fuente: elaboración propia basada en Calvo et al. (2001), Calvo y Escolar (2005) y leyes de cuotas.
provinciales
Esta sección examina los argumentos empleados para justificar las cuotas provinciales y
las tácticas políticas desplegadas para favorecer su aprobación. Por un lado, el análisis
del debate, tratamiento y votación de estas leyes pone de manifiesto una notoria difusión
de las ideas movilizadas durante la campaña nacional a favor de la ley nacional 24.012,
153
que ofrecería un modelo a las provincias. Por otro lado, las prácticas políticas empleadas
evidencian una también notoria difusión de las tácticas de “coerción suave” movilizadas
homogeneidad de ideas y prácticas utilizadas para legitimar las cuotas, persuadir a otros
En efecto, a pesar de la similitud de las ideas y tácticas, durante los debates en distintas
cuotas, los cuales contribuyen a explicar el diferente contenido de las normas aprobadas,
154
prácticamente en todos los recintos. La Argentina había pasado a ser un modelo para el
distintos debates, asimismo, se evocarían los avances de los derechos de las mujeres en
el mundo, las Conferencias patrocinadas por las Naciones Unidas y algunos ejemplos
internacionales (como, por ejemplo, las cuotas partidarias del Partido Socialista de
mucho a favor o en contra de esta iniciativa [la ley de cuotas], pero esto es la expresión
de un movimiento mundial al cual le tenemos que dar lectura, es la historia de hoy” (H.
asiduamente visitado en los debates legislativos provinciales. Así pues, al igual que lo
apelación a la tradición del Peronismo —partido que, como hemos visto en el capítulo
130
Por su parte, hacia mediados de la década de 1990, las provincias que ya habían establecido cuotas
pasarían serían citadas como antecedentes en la discusión sobre las cuotas en otras, alegando que si no se
legislaba en esta dirección se correría el riesgo de “quedar atrás”. Este fue, por ejemplo, un argumento
empelado en el debate de la primera ley de cuotas sancionada en San Luis (1995).
131
Santa Fe y La Rioja, que fueron las primeras provincias en aprobar leyes de cuotas en 1992, lo
hicieron el 7 de mayo, día de conmemoración del natalicio de María Eva Duarte de Perón.
155
En palabras de un diputado que ilustran elocuentemente esta argumentación, el apoyo a
las cuotas por parte de los justicialistas no hacía más que “continuar con algo que
septiembre de 1992; cf. Gallo y Giacobone 2001: 410)132. Desde el Radicalismo —que
Detrás de esta retórica, las posiciones partidarias con respecto a las cuotas no fueron
oponían a las medidas de acción afirmativa como tales, pero, en distintos escenarios
cuotas legales. Al igual que lo observado en la discusión del cupo femenino nacional,
las únicas fuerzas políticas que mostraron una perspectiva uniforme y contraria a la
sanción de estas leyes fueron la UceDé y algunos partidos locales calificados como
conservadores133.
132
Los Justicialistas planteaban, además, la necesidad de acompañar el proceso de “modernización” de las
instituciones emprendido por el gobierno nacional.
133
Desde esta óptica (sostenida, por ejemplo, desde las filas del Partido Demócrata de Mendoza en 1992),
las cuotas por género eran discriminatorias e incompartibles con criterios de mérito. Otro argumento
empleado en contra de las cuotas (que se pondría de relieve, por ejemplo, en 1992 Corrientes) era que
lesionaban la autonomía partidaria para seleccionar candidatos y ofrecer a la ciudadanía las mejores
opciones.
156
2.2. La difusión del argumento de la democracia
que asociaba la baja presencia femenina en las instituciones políticas con un ‘déficit de
lesionaban el ejercicio pleno de la ciudadanía política. Este argumento fue, por cierto,
considerablemente, desde que con Evita lograron entrar a las Legislaturas Nacionales […]
No se trata —yo creo— que no haya mujeres en los partidos políticos, ni tampoco se trata
de que éstas no tengan vocación de participación, sin embargo, a la hora de constituir las
134
Al respecto, cabe destacar que en 1991 la mitad de las Cámaras bajas y las Legislaturas provinciales
unicamerales tenía menos de 3 legisladoras, con una media de 3,4 y un rango de variación entre 0
(Corrientes, Entre Ríos y Santiago del Estero) y 8 (Tierra del Fuego). Ese año, el promedio de
legisladoras provinciales no alcanzada un 10 por ciento del total de las bancas (cálculos propios sobre
datos de Archenti y Tula 2008b). Entre los seis distritos ‘pioneros’ de las cuotas, La Rioja y Mendoza se
encontraban entre las provincias que presentaban los porcentajes de legisladoras más bajos del país, rasgo
entonces compartido por Tucumán y San Luis.
157
listas los nombres de mujeres se caen y a veces ni siquiera aparecen” (Diputado Aballay,
ellas [las mujeres] al confeccionar las listas y tuvieron, como a principios de siglo, que
organizarse para conseguir ese privilegio de ser dirigentes políticas, no sólo en los
barrios sino en los espacios donde se dirime la política con mayúscula, en el Congreso
de Neuquén, Sesión del 7 de marzo de 1996, cf. Gallo y Giacobone 2001: 362-363,
énfasis nuestro).
mujeres en las instituciones políticas era interpretada como una deuda del proceso de
mujeres —“eternas militantes de las bases” pero “eternas ausentes de las listas”—
constituían una “holgada mayoría del padrón” y una “relegada minoría” en los espacios
democracia, que había sido instituida en la campaña por el cupo femenino nacional,
Durante el ciclo inicial de adopción de las cuotas, esta idea fue reproducida en buena
158
parte de las Legislaturas y sería reeditada en posterior el ciclo de reformas, a la luz de
Asimismo, en respuesta a quienes alegaban que las cuotas podían introducir criterios de
instalada en la campaña nacional que se expresó con fuerza en las provincias planteaba
que las mujeres no representan “un sector”. Por el contrario, la discriminación que
padecían las mujeres en las organizaciones partidarias no las afectaba sólo a ellas sino al
conjunto de la sociedad. Desde esa óptica, las cuotas no sólo harían efectivo el derecho
de las mujeres a ejercer cargos electivos (representación descriptiva) sino que podrían
decisiones públicas.
135
En el debate que antecedió la aprobación de una segunda ley de cuotas provincial en Río Negro
(2002), por ejemplo, la discusión sobre las cuotas fue enmarcada en la idea de que, luego de la caída del
gobierno de la Alianza UCR/Frepaso en 2001, una “crisis de representación política” asolaba al país.
Desde esa perspectiva, la reforma de las cuotas era considerada parte de las iniciativas de ‘reforma
política’ que era necesario emprender para recuperar la credibilidad de la ciudadanía en los partidos y en
las instituciones democráticas de la provincia y del país.
136
Desde su banca en Santa Cruz, por ejemplo, en 1992 la entonces diputada provincial Cristina
Fernández de Kirchner reconocía no haber sufrido discriminación a lo largo de su participación en
política pero, al mismo tiempo, resaltaba que su “experiencia personal y sectorial no debe ser utilizada
como generalidad” (H. Legislatura provincial de Santa Cruz, Sesión del 29 de octubre de 1992, cf. Gallo
y Giacobone 2001: 495).
159
2.3. La difusión de tácticas de “coerción suave”: políticas de presencia y solicitud de
votaciones nominales
tratamiento de las leyes de cuotas en las Legislaturas provinciales evidencia una notoria
De modo análogo a lo que había ocurrido en ambas Cámaras del Congreso de la Nación,
durante la discusión plenaria de la gran mayoría de las leyes de cuotas los recintos de las
(Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Salta, Río Negro, entre otras) se crearon coaliciones
militantes para hacerse presentes el día de su discusión. De hecho, buena parte de las
leyes de cuotas provinciales fueron promovidas por mujeres políticas, algunas de las
cuales habían estado involucradas en la campaña nacional. Más aún, con la excepción
160
la de Santa Fe en 1992), buena parte de las leyes de cuotas aprobadas fueron el fruto de
En Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, los primeros proyectos sobre cuotas fueron
pero no recibieron tratamiento alguno. En estos casos, las cuotas sólo se pusieron en
dinámica parece sugerir que una política —en nuestro caso, la institución de cuotas—
puede ser visualizada como más o menos “apropiada” dependiendo de quién encarne su
UCR y el PJ) era celebrada por legisladores como un ejemplo de “madurez política” a
ser emulado en otras discusiones de política pública. En esos escenarios de debate, que
de las cuotas en sí no parecía una opción cómoda para quienes procuraban sostenerla.
137
En el caso de Córdoba, la primera ley de cuotas aprobada en 1994 fue impulsada mediante una
Iniciativa Popular, un mecanismo de democracia semi-directa incorporado en la Constitución provincial.
138
En el capítulo 2, hemos caracterizado a la política como una actividad humana gobernada por dos
lógicas (analíticamente) diferentes: una lógica de conveniencia, guiada por un cálculo basado en
intereses, y una lógica de corrección, guiada por un sentido de legitimidad social y pertinencia. Este
aspecto de la institución de cuotas provinciales parece evidenciar el modo en que ambas lógicas se
entrelazaron empíricamente en los procesos bajo examen.
161
Generalmente, los actores que se expresaban de ese modo (e incluso quienes planteaban
que era necesaria una mayor discusión) eran abucheados por las mujeres presentes
desde las barras y los palcos, lo cual obligaba a las autoridades legislativas a solicitar
que fuera tolerado el disenso y permitida la libre expresión139. Retomando las categorías
respaldo del presidente Carlos S. Menem fue crucial para lograr la votación positiva de
posiciones. En algunos casos, los Ejecutivo presentaron proyectos (Santa Fe, La Pampa,
139
En el transcurso del debate legislativo de una segunda ley de cuotas provincial en Río Negro, por
ejemplo, la legisladora Olga Massachessi (UCR) manifestó su desacuerdo con algunos aspectos del
proyecto de en consideración y fue agredida con huevos arrojados a su banca desde los palcos del recinto
(Diario de Sesiones de la H. Legislatura provincial de Río Negro, 17 de diciembre de 2002).
140
En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, inicialmente el gobernador Eduardo Duhalde (PJ) no
respaldaba la institución de cuotas legales sino que se inclinaba por la reforma de las cartas orgánicas de
los partidos (privatización del conflicto). Sin embargo, cuando la idea de impulsar una ley de cuotas
provincial cobró impulso al calor del liderazgo de mujeres del Justicialismo, el gobernador no impidió su
aprobación en la Legislatura.
162
excepcional, los titulares de los Ejecutivos provinciales manifestaron disidencias con
2.4. Más allá del isomorfismo discursivo: los desacuerdos acerca del contenido de las
Los debates legislativos provinciales permiten entrever que, en los primeros años de la
que, en buena parte de los casos, la preocupación por su eficacia tendería a verse
normas aprobadas era ambigua y, al igual que la ley nacional 24.012, no especificaba
el debate de las cuotas no despertó mayores desacuerdos —como, por ejemplo, La Rioja
(1992) y Mendoza (1992) — estas ambigüedades parecerían ser fruto de una emulación
ritual del cupo nacional. En cambio, en otras provincias donde los debates pusieron de
aprobadas expresaban los acuerdos posibles. Así pues, algunos proyectos presentados
141
En San Luis, una primera ley de cuotas aprobada en 1995 durante la gobernación de Adolfo Rodríguez
Saa (PJ) no establecía distinciones entre cargos ejecutivos y legislativos y fue vetada en su totalidad por el
Ejecutivo, con el argumento de que la iniciativa ameritaba una mayor discusión. En efecto, tras plantear
que “la norma propuesta instala en el ámbito de los partidos políticos una profunda modificación en el
modo de elección de sus candidatos”, el decreto expresaba que “resulta difícil imaginar que una
modificación como la propuesta, que avanza hacia la entraña misma del sistema, pueda ser promulgada
sin una consulta previa, amplia e indiscriminada… con todas las representaciones políticas en el marco de
la discusión democrática y el análisis sereno del consenso social, a través del diálogo y la participación
institucional” (Decreto Nº 2.162 GJC SEG y C-05; énfasis nuestro). En 1997, la legislatura de San Luis
sancionó una nueva ley que, a diferencia de la primera, sólo establecía cuotas para candidaturas
legislativas. En Entre Ríos —una de las provincias donde los conflictos desatados en la implementación
del cupo nacional tuvieron su epicentro en el Justicialismo— el Ejecutivo vetó una ley provincial
sancionada en 1993.
163
en las Legislaturas provinciales se vieron profundamente transformados como resultado
signaban la “hora nacional”, en estos escenarios campeaba la idea de que había que
evitar dilaciones que hicieran peligrar la sanción de las cuotas, defraudando a las
mujeres presentes durante la sesión. Dos ejemplos tomados de los debates legislativos
provinciales echan luz sobre esta situación. En 1993, un legislador provincial de la UCR
de Misiones lamentaba la imposibilidad de sancionar una ley de cuotas “más clara” pero
manifestaba que, ante la falta de consenso, “nos conformamos con generar un precepto”
del 28 de abril de 1993; cf. Gallo y Giacobone 2001: 354; énfasis nuestro). Por su parte,
un legislador reconocía que el “proyecto de ley, tal cual fue girado con media sanción
de proponer que esta norma sea finalmente sancionada... Queremos que este tema no se
Sesión del 3 de marzo de 1994; cf. Gallo y Giacobone 2001: 198; énfasis nuestro).
142
Ante la falta de consenso para dar curso a algunas iniciativas y producir dictámenes, varias leyes de
cuotas fueron tratadas ‘sobre tablas’ en sesiones especiales que, en ocasiones, se postergaron por falta de
quórum o peligraron (Corrientes, Río Negro, San Juan, Santa Fe). En varios casos, asimismo, las
comisiones encargadas de analizar las propuestas produjeron despachos de mayoría y minoría.
164
No obstante, al momento de sancionar leyes de cuotas, en algunas provincias se procuró
posición y otros criterios que, en el orden nacional, habían sido establecidos mediante la
San Luis en 1995 y 1997, Neuquén en 1996). En estos casos, los actores provinciales
provincias, por su parte, estos criterios no fueron establecidos en las leyes pero sí en su
143
En Chaco, por ejemplo, en la Legislatura provincial había sancionado una ley de adhesión al Cupo
Femenino nacional (ley 3.747). En 1993 —pocos meses después de la reglamentación de la ley 24.012—
sería sancionada una nueva ley complementaria de once artículos (ley 3.858), que buscaba evitar la clase
de conflictos habían comenzado a librarse en torno de la aplicación del cupo en las listas de candidatos
nacionales. Como lo sintetizaría un diputado chaqueño en el debate: “hay una ley que establece los
principios básicos para el régimen nacional y hay una provincial que adhiere a aquellos principios
básicos. De manera que lo que estamos haciendo es tratar de dejar las menores incógnitas con respecto a
las que deja abierta aquella legislación” (diputado Moro, H. Cámara de Diputados de la provincia de
Chaco, Sesión del 5 de mayo de 1993. Cf. Gallo y Giacobone 2001: 166).
144
Como lo hemos mencionado en el inicio del presente capítulo, los únicos distritos que no emplean
cuotas para candidaturas a cargos legislativos provinciales son Entre Ríos y Jujuy. En Jujuy, desde la
década de 1990 se presentaron distintos proyectos que no lograron ser tratados, uno de los cuales
(presentado en 2008), aún tiene estado parlamentario. De acuerdo con un funcionario de la Legislatura
provincial, los proyectos de cuotas han sido sistemáticamente “cajoneados” ante la resistencia de las
autoridades de Cámara y de bloques (comunicación personal, marzo de 2009).
165
el contenido operativo de las cuotas legales es heterogéneo. Al análisis de la variación
de acción afirmativa
Las cuotas por género son mecanismos institucionales de acción afirmativa que exigen
acceder a cargos electivos. Estas leyes pueden favorecer la elección de mujeres, pero
con las características de cada sistema electoral. Usualmente, los trabajos comparativos
distritos electorales, pero son poco sensibles a la variación del contenido operativo de
las cuotas145. Así pues, dichos trabajos agrupan leyes diferentes dentro de una misma
las provincias argentinas a la luz de las siguientes variables: a) los porcentajes mínimos
posición que indican en qué lugar u orden de las listas se deben emplazar las candidatas
145
Una excepción a destacar es la investigación de Reynoso (2008) sobre el impacto de las cuotas por
género en México. Al igual que en la Argentina, en México cada unidad de la federación ha dictado leyes
de cuotas propias con rasgos distintivos pero, a diferencia de Argentina, las reglas electorales empleadas
en la elección de los legisladores locales no varían significativamente.
166
y sus características. Otro atributo relevante de las leyes de cuotas es la existencia de
las normas provinciales146. De este modo, nuestra indagación se orienta hacia un terreno
146
Al igual que la ley de Cupo Femenino nacional, la observancia de las cuotas es un requisito para la
oficialización de las listas, con la excepción de Santa Cruz.
167
Tabla 5.3
ISOMORFISMO DISCURSIVO
La escasa representación política de las mujeres como problema de la democracia
Formación de coaliciones multipartidarias y tácticas de coerción suave
HETEROGENEIDAD LEGAL
Chaco, Catamarca, Buenos Aires, Córdoba, Santiago Buenos Aires, Chaco, Córdoba (2000), Catamarca, Misiones, Todas las provincias con
Corrientes, Salta, Tierra del del Estero, Río Corrientes, Tucumán, Formosa, Neuquén, La Pampa, La Rioja, cuotas, menos Santa
Formosa, La Fuego Negro Mendoza Santiago del Estero Santa Cruz, Santa Fe, Cruz
Pampa, La Rioja, (2000), San Luis, Salta, San Juan, Tierra del
Mendoza, Misiones, Misiones Río Negro (2002) Fuego
Neuquén, Santa (observada)
Cruz, Santa Fe, San
Juan, San Luis,
Tucumán
168
3.1. Los porcentajes: cupos femeninos, cupos neutros y cupos paritarios de 50 por
ciento
mínimos similares al incorporado en la ley nacional 24.012 (30 por ciento de mujeres) y
sancionadas en las provincias de Buenos Aires, Salta y Tierra del Fuego no instituyen
considerando que —si bien las normas sancionadas podían operar, de hecho, a la
establecer cuotas neutrales que ofrecieran la misma garantía para varones y mujeres.
Santiago del Estero (2000), Córdoba (2000), Río Negro (2002) y Misiones (2004), por
147
De acuerdo con la ley 11.733 de la provincia de Buenos Aires, las listas de candidatos “deberán tener
un mínimo de treinta (30) por ciento del sexo femenino y de igual porcentaje del sexo masculino”. Por su
parte, la ley 7.008 de la provincia de Salta establece que “las listas no podrán incluir más del setenta por
ciento (70%) de personas del mismo sexo”. Finalmente, la ley 408 de la provincia de Tierra del Fuego
determina que “las listas de candidatos para cuerpos colegiados que se presenten para su oficialización
deberán tener un mínimo de treinta por ciento (30%) de cada sexo”. Este mismo criterio era seguido en
una primera ley de cuotas aprobada en Río Negro (1993) y en Córdoba (1994). De acuerdo con la ley
2.642/93 de Río Negro, “las listas de candidatos a cargos de representación legislativa, integrantes de los
concejos deliberantes y comunales deberán constituirse de modo tal que ninguno de los dos sexos supere
el sesenta y seis por ciento (66%) de los cargos en disputa en disputa”. La ley 8.365/92 de Córdoba
planteaba que “toda lista de candidatos a diputados provinciales y convencionales constituyentes
provinciales […], a los fines de la oficialización, no podrá contener más de un setenta por ciento (70%) de
candidatos pertenecientes al mismo sexo”.
3.2. Los mandatos de posición: cargos ‘elegibles’ y cargos ‘renovables’
nacionales148. En efecto, si bien algo menos de la mitad de las provincias emuló la ley
24.012 y no fue receptiva a las reformas realizadas desde 1993 en adelante, las
cuotas legales. Al igual que la ley 24.012 (1991), que originalmente carecía de un
especificaba cómo debían emplazarse las candidatas en las listas. En cambio, en nueve
embargo, en criterios distintos. En Buenos Aires, Chaco, Corrientes, San Luis, Santiago
148
Como fue indicado en el capítulo 4, la expresión “con posibilidad de ser electas” contenida en la ley
nacional de Cupo Femenino era una cláusula ambigua que podía ser interpretada de diferente modo. En
aras de reducir la ambigüedad, su primer decreto reglamentario dictado en 1993 (Decreto 379) estableció
un mandato de posición basado en la magnitud de partidos, que exigía considerar la cantidad de cargos
que a cada partido le correspondía renovar. Posteriormente, el segundo decreto reglamentario nacional
dictado en el año 2000 (Decreto 1246) siguió la misma pauta pero tornó más exigente sus criterios de
cálculo.
149
Son los casos de Chaco (1993), Río Negro (1993, 2002), Salta (1994), Formosa (1995), San Luis
(1995, 1997), Neuquén (1996), Córdoba (2000), Santiago del Estero (2000) y Mendoza (2001).
150
Es el caso de los decretos reglamentarios de las leyes de cuotas de las provincias de Buenos Aires
(1997), Tucumán (1995, 2003) y Corrientes (2003).
170
Los mandatos de posición (especialmente cuando toman en cuenta los cargos
renovables) suelen ser fundamentales para apuntalar la eficacia de las cuotas ya que, en
su ausencia, los partidos pueden cumplir los porcentajes ubicando a las mujeres
diferente modo de acuerdo con los rasgos de los sistemas electorales. Las cuotas con
candidatos de una misma lista). En cambio, cuando se utilizan sistemas de “doble voto
Entre 1991 y 1995, las leyes de cuotas fueron más eficaces en aquellas provincias donde
151
En los sistemas de “doble voto simultáneo”, cada partido o coalición (lema) puede presentar una
diversidad de listas (cerradas y bloqueadas) que se denominan sublemas. La suma de los votos de los
distintos sublemas define la cantidad de escaños que conquista el partido, pero los cargos son asignados
de acuerdo con el caudal electoral de cada lista. De este modo, si un lema logra conquistar tres bancas,
pueden resultar electos tres candidatos nominados en el primer puesto de tres listas distintas y no ingresar
a la Legislatura ninguna candidata emplazada en segundo lugar. También puede ocurrir que uno o más
sublemas sumen votos al lema pero no logren elegir un candidato.
152
En la década de 1990, ocho provincias que establecieron cuotas empleaban el método de lemas
(Formosa, La Rioja, Misiones, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santa Fe y Santiago del Estero) y sólo dos de
ellas instituyeron MP asociados a la totalidad de cargos a elegir. En el caso de Salta, la ley 6.782/94
establece que cada dos candidatos de igual sexo debe ubicarse uno del otro sexo, del primero al último
lugar en el orden numérico, pero se exceptúan los cargos unipersonales y todos aquellos “que aparezcan
como residuales una vez cubierto el porcentaje, no alcanzando número suficiente para cumplir el
mecanismo”. En Formosa, la ley 1.155/95 contempla que si el primer puesto de una lista es masculino, el
segundo debe ser femenino. Al partir del segundo lugar, debe posicionarse una mujer cada dos varones
hasta completar la tercera parte de los cargos.
171
bloqueadas. En contrapartida, las cuotas han sido menos eficaces allí donde se
distritos (Jones 1998). Así pues, ciertas reglas electorales provinciales (sistemas de
“doble voto simultáneo”, tachas y distritos mixtos segmentados) pueden haber facilitado
la aprobación de las leyes de cuotas, al tornarlas menos desafiantes para los actores que
las debían discutir y votar153. Más aún, la pluralidad de reglas electorales que se emplea
3.3. Recapitulación
A través del análisis del contenido del conjunto de las leyes de cuotas provinciales a la
153
Curiosamente, en el debate de las cuotas en la Legislatura de Formosa, se argumentaba que la ley de
lemas había postergado el tratamiento del proyecto de ley, con el argumento de que podrían presentarse
sublemas conformados íntegramente por mujeres (Véase H. Cámara de Diputados de la Provincia de
Formosa, Sesión del 26 de julio de 1995; cf. Gallo y Giacobone 2001). Sin embargo, ello no ocurrió en
esa provincia ni en ninguna de las restantes que tenían leyes de lemas (Jones 1998).
172
conjunto de casos los actores locales reinventaron las cuotas en aras de adaptarlas a las
condiciones y los acuerdos alcanzados, con la mirada atenta a las reglas electorales
Esta sección final ofrece una perspectiva más dinámica de los procesos de adopción y
reinvención e imitación entre provincias. Más aún, esta sección revela que la
reinvención de las cuotas ha tenido variantes. Los actores que adoptan una institución o
una política originalmente ideada en otro sitio —en nuestro caso, las cuotas por
San Juan ejemplifican la segunda variante, mientras que la primera es ilustrada con los
173
4.1. Institucionalización incompleta: el caso de Mendoza
Mendoza fue una de las provincias que instituyeron leyes cuotas más tempranamente
(1992), junto con Corrientes, La Rioja, Santa Cruz y Santa Fe. Margarita Malharro de
Torres (UCR), autora de la ley de nacional 24.012, era senadora nacional por el distrito
entabladas entre las dirigencias del PJ y la UCR locales, las exigencias de las cuotas
Femenino nacional.
174
sólo fueron electas dos senadoras sobre un total de 38 senadores y tres diputadas sobre
Alberto Montrun —quien militaba con Margarita Malharro de Torres en la UCR del
sus fundamentos, la ley 24.012 era un “un ejemplo al cual Mendoza no puede
cuotas sólo se pusieron en discusión cuando una diputada del Justicialismo presentó una
Senadores, tras recibir media sanción en Diputados la jornada anterior, fue fruto de un
154
La UCR recién eligió una diputada provincial en 1993 y una senadora en 2003. Por su parte, la
Legislatura de Mendoza recién contó con una diputada y con una senadora del PD en 1997 (Diarios de
Sesiones de ambas Cámaras de la H. Legislatura provincial de Mendoza).
155
El 10 de noviembre de 1990, el Comité de la UCR Capital (presidido por Alberto Montbrun) había
organizado una “Jornada de Reflexión: La Participación Política de la Mujer”, donde se discutió el
proyecto presentado por Margarita Malharro de Torres en el Senado de la Nación (Unión Cívica Radical,
Comité Capital 1990).
156
Al brindar su interpretación de las razones por las cuales su proyecto no avanzó en el Senado, Alberto
Montbrun manifestó que la iniciativa no era bien vista por parte de sus pares. En sus propias palabras:
“cuando yo hablaba de la Ley de Cupo, el 99,9% de mis colegas me quería matar […] no querían ni oír
hablar de la Ley de Cupos” (entrevista personal, 2007, Mendoza). Desde la óptica de otro entrevistado,
que era legislador provincial cuando la ley de cuotas fue aprobada, “la ley del Cupo Femenino tuvo más
auge por María Teresa, porque es la impronta de una mujer”. Además, el oficialismo tenía mayoría en
Diputados, lo cual habría posibilitado “que el Justicialismo diera más acuerdos, más rápido, más fácil”
(entrevista personal confidencial, 2007, Mendoza).
175
proyecto presentado por la diputada María Teresa Oldrá, quien pertenecía al partido
grandes desacuerdos y la ley fue aprobada de modo casi unánime, con la única
provincial entrevistado:
“[El debate del cupo] fue un momento de lucimiento y de discurso, se hizo más demoroso
porque se lo quería investir de una significación que durara en el tiempo, pero podría
haber sido un trámite muy rápido: ‘el que vote positivo que levante la mano’ y todo el
mundo levanta la mano, adiós… Hubiera quedado así, porque era como si yo tuviera que
mujeres de todos los partidos que habían acudido desde distintas localidades del
157
El proyecto de ley presentado por la diputada María Teresa Oldrá fue co-firmado por las dos restantes
diputadas provinciales en ejercicio, Hilda Ibarra de Battini y María Estela Sosa, ambas del Justicialismo.
158
De acuerdo con un ex legislador provincial entrevistado, el Justicialismo tuvo “unanimidad en el
apoyo” por fidelidad a sus propias tradiciones y porque el cupo femenino ya había sido avalado en el
Congreso Nacional. El Radicalismo, en cambio, tenía reticencias, a pesar de que una senadora de esa
fuerza política había sido autora de la ley de Cupo Femenino nacional. Desde la óptica de nuestro
entrevistado, “el Peronismo tenía otra base cultural y otra historia, le era menos difícil. Sin embargo, en la
medida en que era una puja de poder por espacios políticos también, la situación generó controversias y
discusiones, ¿no? […] En ese momento el Justicialismo estaba muy ordenado en Mendoza y, si bien tenía
debates internos, había capacidad de conducción y se ordenaba la fuerza. No quiere decir que todos
estuvieran de acuerdo, ni mucho menos” (Entrevista personal, 2009, Buenos Aires).
159
Entrevista personal, 2007, Mendoza.
176
Mujeres Políticas de Mendoza con el propósito de impulsar su aprobación160. Esta
de Diputados los días previos al tratamiento del proyecto del ley. Es decir que, al igual
que lo observado en la Nación, la ley de cuotas de Mendoza fue impulsada por mujeres
políticas que actuaron, más allá de las fronteras partidarias, como policy entrepreneurs.
banderas argentinas; antes del inicio del debate se entonó espontáneamente el Himno
extendió durante varias horas, seguido “con atención y gran entusiasmo por más de
medio millar de mujeres políticas (sic), que colmaron la parte alta del recinto, los palcos
ley, la diputada Oldrá recibió el abrazo de sus colegas y fue llevada en andas finalizado
el acto.
160
La Multipartidaria, integrada por dirigentes y militantes políticas de los tres principales partidos
políticos de la provincia, era conjuntamente liderada por Argentina Rodríguez Flores (PJ), Margarita
Malharro de Torres (UCR) y Cristina Gentile (PD).
161
“El proyecto de ley de cupo para la mujer se aprobó en Diputados” Los Andes, 6 de agosto de 1992.
177
4.1.2. El contenido operativo de la ley de cuotas inicial
La ley 5.888 de Mendoza, modificatoria del artículo 17 del título III del Régimen
aspectos esenciales. En primer lugar, esta norma establecía una cuota mínima de 30 por
ciento de mujeres “en proporciones con posibilidad de resultar electas”, a ser aplicado
En segundo lugar, la ley de cuotas provincial planteaba que no serían oficializadas las
estos requisitos162.
En cambio, a diferencia de la ley nacional, esta norma instituía que “la disposición sobre
el porcentual de mujeres en las listas aludidas, será aplicable a las seis (6) elecciones
vigencia de las cuotas, no estaba contemplada en el proyecto sino que sería incorporada
Multipartidaria163. Básicamente, la idea que inspiraba esta cláusula era que las cuotas
162
Por una descripción de las reglas electorales empleadas para las categorías de diputados y senadores
provinciales de Mendoza, véase el Anexo 3.
163
Expediente No. 12.128/92 (Despacho de Comisión), con fecha 4 de agosto de 1992. Los debates de la
comisión no se registran en el expediente, pero tanto una entrevista realizada a la autora de la ley como la
revisión de noticias publicadas en los medios de prensa indican que ésta fue una iniciativa de la
Multipartidaria de Mujeres Políticas de Mendoza, conformada para apoyar su aprobación.
178
4.1.3. La privatización del conflicto mediante la reglamentación del Poder Ejecutivo
provincial
aventuraba, por ejemplo, que podrían presentarse dificultades para “resolver las
fracciones” cuando el número de cargos fuese impar, así como para interpretar cuáles
eran los cargos “elegibles”. En este sentido, era posible tomar en consideración el
sido, en este aspecto, uno de los casos provinciales donde más claramente se advierte la
repercusión local de esa polémica, frente a la cual los actores políticos idearon una
164
“Interrogantes sobre la aplicación de la ley de cupos”. Los Andes, 11 de agosto de 1992.
179
En medio de la incertidumbre que despertaba la instrumentación de las cuotas, pocos
meses después de la primera reglamentación del Cupo Femenino nacional (1993), la ley
Vicegobernador de la provincia. Este decreto establecía que “el treinta por ciento (30%)
de los cargos a integrarse por mujeres […] se consideraría “cumplido cuando el mismo
generales que permitieran “dar un tratamiento homogéneo al tema en todos los partidos
considerando los cargos como elegibles o bien como renovables”165. (Véase la tabla 5.4
las negociaciones entabladas entre el Poder Ejecutivo provincial de signo peronista y los
decreto reglamentario del cupo femenino nacional. Específicamente, desde la UCR del
distrito se entendía que los criterios a seguir en la implementación del cupo nacional
debían establecerse en los partidos y esa fue, precisamente, la opción que habilitó la
locales (particularmente a la dirigencia de la UCR del distrito) evitar los conflictos y las
165
Decreto 600 del Poder Ejecutivo Provincial de Mendoza, dictado el 7 de mayo de 1993 (énfasis
nuestro).
180
competencia nacional y, en este sentido, puede ser interpretada como una “cláusula de
tarde, una dirigente del Partido Demócrata manifestaba que dicha reglamentación había
desvirtuado “el espíritu de la ley y el sentido que las mujeres políticas dimos a una
Tras las elecciones de 1993, cuando la ley de cuotas fue empleada por primera vez para
destacaba la “actitud positiva” de la dirigencia del partido. Por cierto, en todas las
nuevo escenario, tras seis elecciones provinciales con cuotas, primaba la inquietud por
166
Cristina Gentile. “Cupo femenino: una lucha que no termina”. Los Andes, 13 de abril de 1997.
167
Estas cifras se mantuvieron por debajo del 20 por ciento en ambas cámaras legislativas hasta 2003.
181
su eficacia y el debate giraría en torno de dos criterios enfrentados: cargos elegibles
(propuesto en un proyecto presentado por un diputado provincial del PJ) versus cargos
La principal oposición al criterio de considerar los cargos renovables —que seguía las
propias filas de la Alianza UCR / Frepaso, contando en cambio con el aval de mujeres
(UCR), la autora del proyecto que proponía ese criterio, denunciaba públicamente la
oposición de su propio partido y enfatizaba que “esta no es una discusión filosófica sino
que ser mujer y otro hombre”170. En el transcurso del debate, la diputada Zicato
enfatizaba que la ley 5.888 “tenía un vicio que es la interpretación” y que la intención
que había inspirado su proyecto era “modificar la mala interpretación, que en el caso
ser así” (Cf. Gallo y Giacobone 2001: 322; énfasis nuestro). Las demás legisladoras
provinciales acordaban con esta posición. Algunas diputadas del PJ, por ejemplo,
168
La autoría de ambos proyectos correspondía al diputado provincial Ernesto Nieto (PJ) y a la diputada
provincial Alicia Zicatto (Alianza UCR/Frepaso), respectivamente.
169
Puesto que en las listas electorales de la Alianza los candidatos Frepaso solían secundar a los de la
UCR, algunos dirigentes de aquel primer partido temían verse relegados en la confección de las mismas.
170
“Fuerte pulseada por la Ley de Cupo Femenino”. Diario Uno, Mendoza, 4 de octubre de 2000.
182
criticaban el decreto provincial dictado en 1993, al entender que dicha norma había
asumió el criterio de cargos elegibles, tras un duro debate. Esta norma —actualmente
vigente en la provincia— establece que “las listas que se presenten para candidatos a
mujer en cada tercio”172. Esta “división de cada lista en tercios” fue propuesta en el
debate plenario por Teresa Peltier —quien entonces presidía el bloque Demócrata en la
el tercer lugar.
De este modo, la nueva ley de cuotas de Mendoza se ubicaría a mitad de camino entre la
norma provincial anterior (que no establecía ningún orden de las candidatas en las listas
reglamentación nacional, que establece claramente que el criterio de cálculo del cupo
debe ser la magnitud de partidos (cargos renovables). La tabla 5.4 ofrece una síntesis de
cuotas provincial.
171
Ibíd., 4 de octubre de 2000.
172
La ley 6.831 también contempla la no oficialización de las listas que incumplan dichos requisitos.
183
Tabla 5.4
Las listas deberán tener mujeres en un Las listas de candidatos a Las listas deben
mínimo del 30% de los candidatos a los cargos diputados y senadores contener como mínimo
a elegir y en proporciones con posibilidad de provinciales, concejales y un 30% de mujeres en
resultar electas. convencionales deben proporciones con
contener un mínimo de posibilidad de resultar
No será oficializada ninguna lista que no 30% de mujeres en electas; “lo que se
cumpla estos requisitos. proporciones con materializará
posibilidad de resultar dividiendo cada lista en
electas. tercios, asegurando
como mínimo la
No será oficializada participación de una
ninguna lista que no mujer en cada tercio”.
cumpla estos requisitos.
184
A partir de las elecciones celebradas tras la sanción de la segunda ley de cuotas en el
femenina se ha mantenido siempre por dejado del 30 por ciento y, en 2007, Mendoza se
encontraba entre las provincias que exhibían los niveles más bajos de legisladoras
provinciales del país. (Véase el Anexo 2 de esta investigación). Mendoza no ha sido, sin
casos de Santa Cruz y San Juan, que ilustran “arreglos institucionales híbridos” (Powell
1991b).
4.2. Arreglos institucionales híbridos: los casos de San Juan y Santa Cruz
En 1994, cuando la Legislatura de San Juan aprobó una ley de cuotas, se manifestaron
antes de la sesión. El debate legislativo de las cuotas que tuvo lugar en la provincia —la
locales— fue, por cierto, uno de los más controversiales. La sesión se vio plagada de
solicitudes de cuartos intermedios para acercar posiciones entre distintos bloques. Sin
173
La fuente de estos datos son los Diarios de Sesiones de ambas Cámaras de la H. Legislatura provincial
de Mendoza.
185
lograra reanudar la discusión. Como lo manifestaba una legisladora en el debate, “todos
[los proyectos] tienen fallas que van en perjuicio de la mujer, y por otra parte queremos
que [la ley] salga hoy” (diputada Farías de Uzair, H. Cámara de Diputados de la
provincia de San Juan, Sesión del 13 de octubre de 1994. Cf. Gallo y Giacobone 2001:
que las listas partidarias debían “incorporar mujeres en un mínimo de treinta por ciento
(30%) de los candidatos a los cargos a elegir”, pero omitió la exigencia de que fueran
ley de Cupo Femenino nacional. Esta omisión hizo posible la sanción de una norma
considerada una “ley híbrida… que no sirve para nada porque da lo mismo que dijera el
20, el 30, el 50 o el 100 si no se determina para qué se está haciendo esta diferencia”
octubre de 1994; cf. Gallo y Giacobone 2001: 456, énfasis nuestro). La proporción de
legisladoras provinciales de San Juan, que en 1991 alcanzaba un 15 por ciento del total
de las bancas, había descendido a 12 por ciento en 2007174. Más aún, en 2007 San Juan
formaba parte del conjunto de provincias con los porcentajes de legisladoras más bajos
174
El dato de 1991 es tomado de Archenti y Tula (2008) y el correspondiente a 2007 del Ministerio del
Interior de la Nación.
175
Por una descripción de las reglas electorales que rigen la elección de legisladores provinciales en San
Juan, véase el Anexo 4.
186
Un caso similar al de San Juan es el de Santa Cruz. En 1992, en la Legislatura
modificación y lograron, luego de una discusión espinosa, que la ley aprobada omitiera
Cuando ya se advertía que ésta iba a ser la ley posible, el autor de la propuesta
denunciaba que “el proyecto, tal cual va a salir, no va a modificar nada, y creo que es
casi una cachetada hacia la mujer porque, en definitiva, vamos a sancionar una ley
Cruz, Sesión del 29 de octubre de 1992; cf. Gallo y Giacobone 2001: 498, énfasis
por ciento en 1991, era de 17 por ciento en 2007176, mostrando en este aspecto un
176
El dato de 1991 es tomado de Archenti y Tula (2008) y el correspondiente a 2007 del Ministerio del
Interior de la Nación.
177
Otra provincia en la cual las exigencias de las cuotas fueron minimizadas, aunque por una vía
diferente, es Tucumán. En 1994, durante la gobernación de Ramón Ortega (PJ), en esa provincia había
sido sancionada una ley de cuotas similar al Cupo Femenino nacional, que no precisaba criterios de
cálculo del porcentaje mínimo. En 1995, un decreto reglamentario provincial estableció un mandato de
posición que tomaba en consideración la magnitud de partidos, como también ocurrió en la nación y en
algunas provincias (Decreto 423/14). No obstante, un segundo decreto reglamentario dictado en 2003 por
el vicegobernador de la provincia modificaría este criterio, al entender que planteaba exigencias que
“exceden el espíritu de la norma legal atento a que la aplicación práctica de sus disposiciones lleva a
que las mujeres deban ocupar el 50% de los cargos a elegir con posibilidades de resultar electas”
(Decreto 269/14). En la fundamentación de este segundo decreto, se manifestaba que “si bien [la ley de
cuotas] es una medida correctora de desigualdades, la misma va más allá de lo dispuesto sobre el
187
Tabla 5.5
Ley 24.012 y leyes de cuotas de Santa Cruz y San Juan. Síntesis comparativa
Ley nacional 24.012/1991 Ley 6.515 / 1994 (San Juan) Ley 2.302 / 1992 (Santa Cruz)
Las listas deberán tener Las listas que se presenten Las listas que se presenten
mujeres en un mínimo del 30% deberán incorporar mujeres en deberán tener mujeres en un
de los candidatos a los cargos a un mínimo de 30 por ciento de mínimo del 33 por ciento de los
elegir y en proporciones con los candidatos a los cargos a candidatos a los cargos a elegir.
posibilidad de resultar electas. elegir.
estuvo gobernada por el Radicalismo, hasta que ese último año el Justicialismo
Femenino, la UCR del distrito fue uno de los partidos donde se suscitaron los mayores
conflictos. Como ha sido descrito en el capítulo 4, en 1993 su lista fue impugnada por
188
María Teresa Merciadri de Morini, una dirigente que inició varias demandas judiciales y
luego, agotadas las vías de reclamo domésticas, efectuó una presentación ante la
Popular
La ley 8.365 de la provincia de Córdoba, sancionada en 1994, establecía que las listas
contener más de un 70 por ciento de candidatos del mismo sexo y, al igual que en
Mendoza, sin embargo —donde esa cláusula había sido propuesta por las mujeres que
efecto, la “temporalidad” de las cuotas fue el fruto de las resistencias suscitadas durante
178
Como lo hemos indicado en el capítulo 1, dicho artículo de la CEDAW recomendaba el empleo de
medidas temporales para combatir la inequidad por género.
189
conformada para abogar por una ley de cuotas provincial, estaba integrada por mujeres
la provincia de Córdoba en 1987 (Artículo 31) y era empleado por primera vez en esta
oportunidad.
resistencia del partido de gobierno (UCR), en vistas del conflicto que había generado la
su contra. En ese marco, el éxito de la Iniciativa Popular impuso una presión a los
legisladores y el proyecto pudo ser tratado en ambas Cámaras y sancionado, aún con
179
Como lo manifestaba una legisladora provincial en la sesión realizada el 28 de julio de 1993 en la
Cámara de Diputados, “fue necesario que mujeres de la Iniciativa Popular juntaran más de 20.000 firmas,
movilizaran la Provincia de Córdoba para marcarle los tiempos al bloque oficialista” (Diputada López, cf.
Gallo y Giacobone 2001: 180).
180
El dato de 1991 es tomado de Archenti y Tula (2008) y el correspondiente a 1999 del Consejo
Nacional de la Mujer. La Legislatura provincial de Córdoba fue bicameral hasta 2001, cuando una
reforma eliminó el Senado.
190
había pasado a marcar el rumbo para otros países. En las palabras de la senadora Haidé
Giri (PJ)— quien entonces era la única mujer que ocupaba una banca en la Cámara alta
provincial— “quizás sea en esta hora histórica, donde el vendaval de cambios arrasa no
sólo con ideologías fosilizadas sino también con creencias y valores, cuando más
derechos políticos:
“…esta ley no es nueva; hace mucho que varios diputados habían presentado leyes
semejantes, pero estaban cajoneadas, señor presidente, no se iban a tratar nunca, y debió
existir el trabajo tesonero de esas mujeres que trataron de utilizar la iniciativa popular, con
las cuales yo estuve conversando mucho antes de esta audiencia… cuando ellas estaban
mujeres —reitero, señor presidente— es lo que posibilitó que hoy estemos tratando esta
ley, que es imperfecta, que debe tener modificaciones, pero que es un paso trascendental
191
4.3.3. Del cupo mínimo a la paridad
la ley 8.365/94, la Legislatura provincial sancionó una nueva que ley de cuotas que no
provincia y esposa del gobernador José Manuel de la Sota (PJ). La presencia de esta
entendía que era preciso un análisis más dilatado. Nuevamente, el argumento ofrecido
por quienes apoyaban esta ley era que se trataba de un debate largamente “instalado” y
192
En 2007, la proporción de diputadas provinciales cordobesas era de 32 por ciento, de
modo que esta ley no parecería ser más eficaz que la ley de cuotas anterior181. Con todo,
Córdoba se ubica entre aquellas provincias argentinas que exhiben una participación
provincias
A partir del año 2000, la idea de “participación equivalente” operaría como un nuevo
términos de paridad182.
En 2004, la Legislatura de Misiones sancionó una ley de cuotas que fija “en cincuenta
por ciento (50) la base de representación por género para candidaturas a cargos públicos
181
Por una descripción de las reglas electorales empleadas para la elección de legisladores provinciales en
Córdoba, véase el Anexo 3.
182
Poco antes de la reforma acontecida en Córdoba, la Legislatura provincial de Santiago del Estero había
aprobado una ley de cuotas de 50 por ciento, aunque sin emplear este lenguaje ni apelar al discurso de la
democratización política. Esa ley provincial, sancionada el 5 de septiembre de 2000 durante la quinta
gobernación de Carlos Juárez (PJ), fue expresamente promovida por María Mercedes “Nina” Aragonés,
entonces vicegobernadora provincial y líder de la vigorosa rama femenina del Justicialismo local.
Santiago del Estero —calificada como un enclave subnacional autoritario dados los rasgos represivos del
Juarismo (Gibson 2007)— era, en 2007, el distrito con mayor proporción de legisladoras provinciales de
la Argentina (46 por ciento).
193
legislativos del ámbito provincial y municipal y para la designación de cargos políticos
del Poder Ejecutivo” (ley 4.108). Dicha norma recibió un veto parcial, de modo tal que
rige para las candidaturas legislativas de orden provincial y no así para el Ejecutivo ni
para los municipios. Ese mismo año, una diputada provincial de Entre Ríos (que es,
pero no prosperó. En sus fundamentos, esta iniciativa alegaba que las mujeres de Entre
oportunidades reales para acceder a las bancas, ya que nunca operaron mecanismos de
garantías para cumplir con el precepto de igualdad de derechos, sino que, por el contrario,
contundentes, desde el año 1983 hasta hoy, de los 305 legisladores electos sólo 19 fueron
nuestra provincia y en todos los municipios entrerrianos, partiendo del concepto de acción
positiva”183.
183
Proyecto de ley presentado por la diputada Grimaldi en la Cámara de Diputados de Entre Ríos el 9 de
marzo de 2004.
194
4.5. La idea de “participación equivalente” en Río Negro
cuotas que se diferenciaba del cupo femenino nacional. La ley 2.642, aprobada en 17 de
junio de ese año, establecía que “las listas de candidatos a cargos de representación
por ciento de personas del mismo sexo, respetando dicho porcentaje en cada tramo de
tres candidaturas desde el primero al último lugar”. Al igual que en otros casos
provinciales, esta ley fue apoyada por una coalición multipartidaria de mujeres —el
Foro de Mujeres Políticas— con el respaldo de activistas de otras provincias que habían
texto aprobado. En particular, una iniciativa proponía elevar el cupo a 50 por ciento y
hacerlo extensivo a los poderes ejecutivo y judicial. El diputado Nemirovsci (PJ), que
favorecía dicha alternativa, manifestaba que “el único equilibrio correcto —hablamos
tener versiones diferentes sobre cuánto es un tercio de tres, en qué lugar tiene que ir y
demás” (H. Legislatura de la provincia de Río Negro, Sesión del 28 de abril de 1993.
184
Entre ellas se encontraba, por ejemplo, la ex senadora nacional por Santa Fe, Liliana Gurdulich,
entonces Secretaria del Consejo de la Mujer del PJ.
195
Cf. Gallo y Giacobone 2001: 385; énfasis nuestro). Con todo, el bloque de la UCR no
brindó su aval185.
La ley de cuotas inicial tendría, en Río Negro, resultados muy magros. La proporción de
legisladoras provinciales, que alcanzaba un 19 por ciento en 1991, apenas superaba esa
cifra en 1999 (21 por ciento)186. La discusión sobre las cuotas se plantearía nuevamente
en 2002, al calor de una iniciativa más amplia de ‘reforma política’ impulsada tras la
crisis abierta con la caída del gobierno nacional de la Alianza UCR/Frepaso. En efecto,
gran similitud existente entre las leyes de “participación equivalente” de Río Negro y
185
Un legislador oficialismo reconocía, en el debate, que el texto finalmente aprobado podía tener
“alguna deficiencia de instrumentación”, pero también consideraba probable que no fuera “la última vez
que tengamos que tocar este tema [aunque] preferimos darle un corte a esta situación […] porque estamos
al borde de un proceso eleccionario” (Legislador Salto, H. Legislatura de la provincia de Río Negro,
Sesión del 28 de abril de 1993, cf. Gallo y Giacobone 2001: 391). Por una descripción de las reglas
electorales provinciales, véase el Anexo 3.
186
El dato de 1991 es tomado de Archenti y Tula (2008) y el correspondiente a 1999 del Consejo
Nacional de la Mujer.
196
Tabla 5.6
Artículo 1º.- Establécese, como regla general, el Establécese, como regla general, el principio de
principio de participación equivalente de géneros Participación Equivalente de Géneros para la
para la elección de candidatos comprendidos en la conformación de las listas de candidatos a cargos
presente ley. electivos […] en conformidad con lo siguiente:
a) Cuando se convoquen números pares, las listas a) Cuando se convoquen números pares, las listas
de candidatos titulares y suplentes deberán de candidatos titulares y suplentes deberán
efectuar la postulación en forma alternada, es efectuar la postulación en forma alternada,
decir intercalando uno (1) de cada género por intercalando (1) uno de cada género, por cada
cada tramo de dos (2) candidaturas. tramo de (2) dos candidaturas, hasta el final de la
lista.
b) Cuando se trate de números impares, las listas b) Cuando se trate de números impares, las listas
de candidatos titulares convocados deberán de candidatos titulares convocados deberán
cumplimentar el orden previsto en el inciso cumplimentar el orden previsto en el inciso
anterior, y el último cargo podrá ser cubierto anterior y el último cargo podrá ser cubierto
indistintamente. indistintamente.
El orden de los suplentes deberá invertirse en la El orden de encabezamiento del género de los
misma proporción, de modo que si un género suplentes deberá invertirse, de modo que si un
tiene mayoría en la lista de candidatos titulares, género tiene mayoría en la lista de titulares, el
el otro género deberá tenerla en la nómina de otro género deberá tenerla en la de suplentes.
candidatos suplentes.
c) Cuando se convoque para elegir un (1) sólo c) Cuando se convoque para elegir (1) un solo
cargo titular, el candidato suplente deberá ser de cargo titular, siempre el candidato suplente
género distinto al que se postule para aquél. deberá ser del género distinto al nominado para el
primer cargo.
197
5. Conclusiones
Este capítulo ha puesto en evidencia que las leyes de cuotas no fueron medidas
como las reformas posteriores de esa legislación, han permitido divisar la incorporación
leyes de cuotas sancionadas, destacando que las ideas que visualizaron la baja
una notoria difusión en las ideas y los argumentos empleados para justificar su
198
aprobación. Asimismo, las prácticas políticas desplegadas para favorecer la aprobación
una categoría construida a partir de los datos empíricos. A diferencia del isomorfismo
ideas y de las prácticas para legitimar las cuotas, persuadir a otros actores y negociar su
aprobación en las provincias. Más allá del isomorfismo discursivo, el tratamiento de las
supeditada a la exigencia de “brindar una señal”. Así pues, el articulado de varias leyes
de cuotas era impreciso y, del mismo modo que la ley de Cupo Femenino nacional, no
como San Juan y Santa Cruz, las cuotas “imprecisas” expresaban los acuerdos logrados.
199
Con todo, en algunas provincias se buscó expresamente arribar a una redacción más
mayoría de las provincias argentinas. Por su parte, los desacuerdos y las negociaciones
Empleando las categorías ofrecidas por Powell (1991), el caso de Mendoza (1992,
mientras que Santa Cruz y San Juan ejemplifican arreglos institucionales híbridos.
de limitar el contenido operativo de las cuotas electorales, más que por emular el cupo
femenino nacional. En cambio, la reforma de las cuotas en Córdoba y Río Negro ilustra
200
mayor equidad. A partir del establecimiento del principio de “participación equivalente”
en el año 2000 en Córdoba, una nueva idea comenzaría a difundirse hacia otras
201
CONCLUSIONES
amerita respuestas políticas. En condiciones democráticas, las cuotas son un medio para
ampliar los derechos políticos, en tanto buscan atenuar las desventajas que atentan
democracia política.
202
relevancia para la ciencia política. A la luz de esa premisa, esta tesis abordó la invención
y la difusión subnacional de las cuotas por género en la Argentina, cuya ley nacional
Con respecto a la invención de las cuotas legales, en 1991 la ley de Cupo Femenino
mínimo de 30 por ciento de mujeres en las listas de candidatos de todos los partidos
investigación puso de manifiesto que esta ley nacional no fue aprobada y observada de
manera serena por parte de las dirigencias partidarias. Por el contrario, las precisiones y
exigencias que apuntalaron críticamente la eficacia del cupo se vieron modeladas por
institucionales tanto para ampliar como para moderar su alcance. El curso que asumió
ese proceso, y no una serie de variables abstractas, hizo posible comprender de qué
203
adopción de cuotas electorales provinciales. Desde 1992, veinte provincias adoptaron
políticas subnacionales muestra cifras variadas. Si bien los efectos numéricos de las
luz de las reglas vigentes, ubicando a la agencia y a las estrategias políticas en un plano
central.
Las preguntas de investigación y la lógica de procesos que guió nuestro estudio han
dado por supuesto que, entre el impacto de las cuotas por género y el sistema electoral,
media un conjunto de decisiones políticas cruciales asumidas por actores reflexivos con
de cuotas electorales, con la mirada atenta a las ideas, los argumentos e intereses en
(nacional, subnacionales) de un país federal. De ese modo, esta tesis ofrece un abordaje
novedoso del caso de Argentina, que otorga valor analítico a su organización política y
204
nacional y provincial. A continuación, recapitularemos los principales hallazgos e
Con la guía de un marco teórico que combina aportes de distintas corrientes “neo-
provincias. En esa tarea, el nuevo institucionalismo sociológico nos brindó lentes para
juego en la invención y difusión de las cuotas por género. Por su parte, el nuevo
institucionalismo histórico nos permitió situar esta política de cuotas en una serie de
brindó categorías útiles para el examen de las instancias de votación legislativa de las
205
políticas que impulsaron esta iniciativa, pero que se encontraban desaventajadas al
Hacia fines de la década de 1980, nuevas ideas internacionales sobre equidad de género,
los modelos ofrecidos por partidos políticos de Europa y las redes transnacionales de
Femenino en la Argentina. Con todo, esa iniciativa se vio beneficiada por su resonancia
ideas que inspiraron la invención de las cuotas legales, esta investigación puso de
relieve de qué modo esas ideas ganaron prominencia y poder, destacando la importancia
En un primer momento, la iniciativa de las mujeres que idearon las cuotas confinaba la
206
negativa de la dirigencia del Radicalismo a establecer cuotas por género en sus cartas
giro hacia la socialización de un reclamo que podría haberse dirimido en el seno del
partido. Cuando las mujeres del Radicalismo acuñaron la iniciativa de instituir un cupo
Justicialismo hizo propia esa idea y dio impulso a una campaña nacional. Cuando esa
cuotas por género con la democratización de los espacios de poder fue fundamental para
lograr apoyos.
impulsadas desde una agencia estatal (el Consejo Coordinador de Políticas Públicas
para las Mujeres) y el discurso construido para justificar las cuotas electorales
Puesto que las votaciones legislativas no son decisiones discretas asumidas por cada
individuo, sino “juegos iterados” donde los actores políticos toman decisiones pensando
en una “cartera” amplia de políticas públicas (Calvo 2007), los legisladores del
oficialismo tenían incentivos para apoyar una ley respaldada por la autoridad
voto afirmativo del bloque del Radicalismo, la segunda fuerza política con
207
dista de agotar nuestra interpretación de los procesos estudiados, pero ilumina una
Durante el debate del cupo femenino, buena parte de los legisladores que no estaban
legitimidad de las cuotas por género, sino aspectos “operativos” que proponían revisar.
Con todo, las imprecisiones del articulado de esta ley nacional, que exigía incorporar
mujeres en las listas “en proporciones con posibilidad de resultar electas” pero no
especificaba criterios a seguir, facilitó una fuga hacia adelante del conflicto político, que
estableció un mandato de posición del cupo mínimo asociado con la cantidad de cargos
a renovar en cada distrito, y fue la piedra de toque de una lucha política y judicial que
dirigencias partidarias buscaron flexibilizar las exigencias del cupo nacional, pero el
discurso de las acciones positivas avalado mediante el voto positivo a la ley 24.012 en
208
Con el propósito de garantizar la observancia del cupo, un grupo de mujeres dirigentes
del Justicialismo llevó adelante acciones de monitoreo de las listas, así como de apoyo y
aparato estatal brindó un punto de apoyo que fue clave para el despliegue de actividades
reglamentario nacional en el año 2000, tras casi una década de pleitos y la mediación de
contra el Estado argentino presentada por una dirigente del Radicalismo de Córdoba,
Durante este período, veinte provincias sancionaron leyes de cuotas para candidaturas
argentina, las cuotas electorales distan de haber sido reglas uniformes propagadas de
manera lineal desde un centro (la arena nacional) a las provincias. Por el contrario,
209
Por cierto, la sanción de la ley nacional 24.012 activó la presentación de proyectos en
respondieron de distinta manera al imperativo de instituir cuotas por género. Como esta
210
un cambio del estatus quo que podría poner en peligro sus prerrogativas? Más aún, ¿de
qué modo las cuotas lograron divulgarse cuando su adopción y su instrumentación con
Esta tesis abordó dicho enigma a partir de dos preguntas principales de investigación.
Nuestro primer interrogante se orientó a examinar de qué modo una ley nacional que
buscaba afianzar la equidad de género en el ámbito de los partidos, pero que conmovía
aún ampliar sus exigencias, pasando a formar parte del repertorio de reglas “dadas por
institucional.
En respuesta a la primera pregunta, esta investigación planteó que la historia del cupo
femenino nacional —la primera ley de cuotas del mundo— puede ser interpretada como
por parte de mujeres de las principales fuerzas políticas de la Argentina, que eran
211
afirmativa inédito hasta entonces. El discurso de la democratización del poder y la
mantenimiento y su institucionalización.
conjurando el riesgo de “evaporación”. Otro ingrediente clave de esta historia está dado
por el respaldo ejecutivo a la política de cuotas, que resultó vital para su aprobación e
elementos, y no de las ideas, los legados, las estrategias políticas y las plataformas
A la luz del acertijo de las cuotas por género, una expectativa corriente es que estas
medidas sean impulsadas por mujeres que se verían beneficiadas por ellas, y despierten
dicha expectativa, el respaldo brindado al cupo femenino por actores clave de sexo
masculino pone de manifiesto que esa mirada resulta, sin embargo, algo simplificadora.
212
Al concebir a los hombres como un grupo con “intereses de género” homogéneos,
opciones estratégicas dispares con respecto a las cuotas electorales. Para algunos actores
centrales (como un Presidente, por ejemplo), el apoyo a estas medidas puede ser
mantenerse aislado de la presión de pares ejercida por otros dirigentes que sí podrían ver
durante la campaña que impulsó la ley 24.012 de Cupo Femenino. La socialización del
213
normativo y el desacuerdo operativo acerca de cómo plasmar el principio de equidad de
capacidad de reinvención.
débil, incompleta o parcial. Esta tesis encontró otras dinámicas empíricas que develan la
hallazgos nos llevaron a construir una categoría propia, el isomorfismo discursivo, que
Desde esta perspectiva, los procesos provinciales han estado fuertemente ensamblados
214
con el proceso “nacional” en una dimensión discursiva vinculada con la justificación de
instituciones. En primer lugar, esta tesis ofrece pistas para interpretar la emergencia de
recursos (como el acceso a cargos electivos), por parte de actores partícipes pero
Desde la perspectiva de este estudio, la lógica de los procesos de emergencia de ese tipo
coyunturas críticas por policy entrepreneurs capaces de definir y transmitir ideas que
del conflicto (es decir, el planteo de la demanda de cambio en el ámbito público), puede
abrir condiciones que tiendan a favorecer a los actores desaventajados por el estatus
215
dirección que no puede ser explicada solamente en un lenguaje de intereses materiales y
propósito de ello, nuestro análisis abona las ventajas de un enfoque teórico que visualiza
organizan y transforman la acción social, por sobre los enfoques que dirigen su atención
isomorfismo en los fundamentos discursivos de las cuotas por género y una apreciable
Finalmente, esta tesis indica que en los sistemas de múltiples niveles la política
subnacional puede ser relevante respecto del diseño y las reformas institucionales. Ello
216
amerita, pues, una mayor atención en el campo de estudios sobre cuotas electorales, que
para avanzar en esa dirección implicaría el diseño de estudios comparativos que aborden
desde esta perspectiva, puesto los estados de la federación se rigen por su propia
legislación electoral y en varios de ellos se han adoptado cuotas por género para
rigen por una misma ley electoral, y no existen leyes de cuotas de nivel subnacional. A
estaduales en México varía, pero nos resta conocer sus fundamentos discursivos y las
4. Coda
arrojó luz sobre los patrones discursivos generales y los arreglos operativos singulares
que modelaron el diseño de las cuotas legales. Una ventaja de nuestro trabajo es la
217
(eventual) reglamentación, a partir de una amplia recopilación y análisis de información
nuestro examen de las dinámicas políticas provinciales, a la cual sólo nos acercamos de
sucesivas.
218
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Documentos
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Boletín Oficial el 24 de agosto de 2001.
Provincia de San Luis. Decreto 2162 GJC – SEG y C-95. 22 de noviembre de 1995.
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de la Mujer), publicado en el Boletín Oficial del 17 de agosto de 1995.
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Notas publicadas en la prensa
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Aires), 27 de noviembre de 1991.
“Queremos trabajar desde los ámbitos de decisión”. Los Andes (Mendoza), 2 de agosto
de 1992.
“Tratan hoy la ley de cupos para la mujer”. Los Andes (Mendoza), 5 de agosto de 1992.
“El proyecto de ley de cupos para la mujer aprobó Diputados”. Los Andes (Mendoza), 6
de agosto de 1992.
“Ya es ley el proyecto sobre los cupos para las mujeres”. Los Andes (Mendoza), 7 de
agosto de 1992.
“La mujer no tendrá espacios por decretos sino por idoneidad (Opiniones de la
justicialista Marta Valle)”. Los Andes (Mendoza), 10 de agosto de 1992.
“Juez Jorge Burad. Interrogantes sobre la aplicación de la ley de cupos”. Los Andes
(Mendoza), 11 de agosto de 1992.
“Lo que piden las radicales”. Ámbito Financiero (Buenos Aires), 23 de febrero de 1993.
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“Nuevo proyecto para el cupo de mujeres”. Ámbito Financiero (Buenos Aires), 1 de
marzo de 1993 (por Jorge Pedro Barceló).
“Ya hay decreto para el cupo femenino”. Clarín (Buenos Aires), 9 de marzo de 1993.
“Bendito entre mujeres, Menem aprobó el cupo”. Ámbito Financiero (Buenos Aires), 9
de marzo de 1993 (por Jorge Pedro Barceló).
“Las polleras mendocinas tienen ley por 12 años”. Ámbito Financiero (Buenos Aires),
11 de marzo de 1993.
“Mujeres políticas quieren que se reglamente la ley de cupos”. Los Andes (Mendoza),
25 de marzo de 1993.
“Para que las mujeres sumen hay que restar varones”. Los Andes (Mendoza), 30 de abril
de 1993.
238
“Las mujeres, un problema político”. Ámbito Financiero (Buenos Aires), 4 de mayo de
1993 (por Jorge Pedro Barceló).
“Aprobación unánime tuvo la ley de cupo en Río Negro”. La Nación (Buenos Aires), 9
de mayo de 1993.
“No hubo voluntad política para jugarse”. Los Andes (Mendoza), 12 de mayo de 1993.
“Lanzan la batalla legal contra el cupo”. Ámbito Financiero (Buenos Aires), 12 de mayo
de 1993 (por Jorge Pedro Barceló).
“El cupo femenino no es solo un mal menor”. Clarín (Buenos Aires), 7 de junio de
1993.
“Las listas, en suspenso por el cupo femenino”. Clarín (Buenos Aires), 20 de agosto de
1993.
“Continúa la polémica sobre el cupo femenino. Los recursos de amparo”. Los Andes
(Mendoza), 21 de agosto de 1993.
“Mujeres de a caballo por los cupos”. Página 12 (Buenos Aires), 21 de agosto de 1993.
“La UCR expulsó una mujer que reclamó por el cupo femenino”. Ámbito Financiero
(Buenos Aires), 23 de agosto de 1993 (por Jorge Pedro Barceló).
“El cupo femenino según el PD”. Diario Uno (Mendoza), 20 de septiembre de 1993.
“Definitivo: la Corte avaló inclusión del cupo femenino”. Ámbito Financiero (Buenos
Aires), 24 de septiembre de 1993.
239
“A pesar de la Ley de Cupo las mujeres van a ser apenas 15 por ciento del nuevo
Congreso”. Ámbito Financiero (Buenos Aires), 28 de septiembre de 1993.
“Réplica de mujeres del ‘té canasta’”. Diario Uno (Mendoza), 2 de diciembre de 1993.
“Cupo Femenino para elegir convencionales del justicialismo”. Los Andes (Mendoza),
23 de diciembre de 1993.
“Impugnarán la lista del candidatos del Frepaso local”. Diario Uno (Mendoza), 5 de
abril de 1995 (por Luis Gregorio).
“Piden impugnar listas del PD y del Frepaso”. Diario Uno (Mendoza), 7 de abril de
1995 (por Roxana Badalona).
“Las mujeres ahora piden un tercio de las bancas del Senado”. Ámbito Financiero
(Buenos Aires), 29 de junio de 1995.
“Pedido femenino por el tercer senador”. Diario Uno (Mendoza), 27 de julio de 1995
(por Federica Mariconda).
“Italia: fue derogado el cupo electoral femenino”. Clarín (Buenos Aires), 29 de julio de
1995.
240
“En el nuevo Congreso habrá un récord de mujeres: 24,5%”. Ámbito Financiero
(Buenos Aires), 13 de octubre de 1995.
“Cupo femenino: fue aprobado por diputados bonaerenses”. Ámbito Financiero (Buenos
Aires), 22 de noviembre de 1995.
“Cupo femenino: una lucha que no termina”. Los Andes (Mendoza), 13 de abril de
1997.
“Solidaridad con mujeres radicales”. Diario Uno (Mendoza), 12 de julio de 1997 (por
Claudia Pagliarulo).
“Sigue polémica por el cupo femenino”. Diario Uno (Mendoza), 14 de julio de 1997
(por Andrea Catalano).
“Más quejas de las mujeres por el cupo”. Diario Uno (Mendoza), 19 de julio de 1997.
“El cupo lleva la agenda de la igualdad entre sexos”. Página 12 (Buenos Aires), 19 de
agosto de 2000 (por Mariana Carbajal).
“Debate por Ley de Cupo Femenino”. Diario Uno (Mendoza), 21 de agosto de 2000.
“Sólo el 20 por ciento de los gobernantes son mujeres”. Diario Uno (Mendoza), 27 de
agosto de 2000 (por Gabriela Malizia).
“Pronostican caliente debate legislativo por la nueva ley de cupo femenino”. Diario
Uno (Mendoza), 28 de septiembre de 2000 (por Paola Piquier).
“Fuerte pulseada por la ley de cupo femenino”. Diario Uno (Mendoza), 4 de octubre de
2000 (por Gabriela Malizia).
“No prosperó el avance de las mujeres sobre el cupo”. Los Andes (Mendoza), 5 de
octubre de 2000 (por Lorenzo Sartori).
241
“Sancionaron la ley de cupo femenino”. Diario Uno (Mendoza), 11 de octubre de 2000
(por Gabriela Malizia).
“La ley de cupo permite que las mendocinas sueñen con el Senado”. Los Andes
(Mendoza), 14 de enero de 2001 (por Mario Fiore).
“En Río Negro, el cupo femenino llegó al 50%”. Río Negro On Line, 18 de diciembre
de 2002.
“Muy lejos del cupo de 30%”. Diario de Cuyo (San Juan), 8 de marzo de 2004.
Entrevistas
242
Milki Correa, diputada provincial de Mendoza (mandato cumplido). Mendoza, 2007.
Silvia Ausgburguer, diputada nacional (PS, Santa Fe). Buenos Aires, 2008.
Jorge Landau, diputado nacional (PJ/FPV) y apoderado del PJ. Buenos Aires, 2008.
Virginia Franganillo, presidenta del Consejo Nacional de la Mujer entre 1992 y 1995.
Buenos Aires, 2009.
Haidée Giri, senadora provincial de Córdoba (mandato cumplido). Buenos Aires, 2005
(entrevista realizada en el marco del Proyecto PNUD ARG/04/028).
243
ANEXO 1
NACIÓN Ley 24.012 1991 30% de mujeres --- No oficialización de las listas
LA RIOJA Ley 5705 1992 30% de mujeres --- No oficialización de las listas
SANTA FE Ley 10802 1992 33% de mujeres --- No oficialización de las listas
CHACO Ley 3747 1992 30% de mujeres --- No oficialización de las listas
MENDOZA Ley 5888 (derogada)* 1992 30% de mujeres --- No oficialización de las listas
MISIONES Ley 3011 (derogada) 1993 30% de mujeres --- No oficialización de las listas
RÍO NEGRO Ley 2642 (derogada) 1993 Genérica máxima Sí (un candidato de cada sexo en cada No oficialización de las listas
66% tramo de tres candidaturas)
Ley 3717 2002 50% Sí (un candidato de cada género en cada No oficialización de las listas
tramo de dos candidaturas) Faculta al Tribunal y
Juntas Electorales a actuar
de oficio
245
Continuación
CÓRDOBA Ley 8365 (derogada)* 1994 Genérica máxima --- No oficialización de las listas
70%
Ley 8901 2000 Genérica 50% Sí (un candidato de cada género en cada Faculta al juez electoral a
tramo de dos candidaturas) actuar de oficio
TUCUMÁN Ley 6592 1994 30% de mujeres --- No oficialización de las listas
SAN JUAN Ley 6515 1994 30% de mujeres --- No oficialización de las listas
LA PAMPA Ley 1593 1994 30% de mujeres --- No oficialización de las listas
SALTA Ley 6782 (Ley 1994 Genérica máxima Sí (cargos a elegir) No oficialización de las listas
Electoral) 70% Cada dos candidatos de un sexo, uno del
otro
246
Continuación
FORMOSA Ley 1155 1995 33% de mujeres Sí (cargos a elegir) No oficialización de las listas
A partir del segundo lugar, cuanto menos
una mujer cada dos varones.
Si el primer lugar es masculino, el segundo
debe ser femenino.
SAN LUIS Ley 5050 (vetada) 1995 30% de mujeres Sí (cargos a renovar) No oficialización de las listas
BUENOS Ley 11733 1995 Genérica de 30% --- No oficialización de las listas
AIRES
NEUQUÉN Ley 2161 1996 30% de mujeres Sí (cargos a elegir) No oficialización de las listas
SANTIAGO Ley 6286 (derogada) 1996 30% de mujeres Sin datos Sin datos
DEL ESTERO
247
Continuación
CATAMARCA Ley 4916 1997 30% de mujeres --- No oficialización de las listas
TIERRA DEL Ley 201 (Ley Electoral) 1994 30% de mujeres Sin datos No oficialización de las listas
FUEGO
248
ANEXO 2
Fuente: Elaboración propia sobre datos publicados del Ministerio del Interior de la Nación (agosto de
2007).
ANEXO 3
250