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Journal of Archaeological Science 36 (2009) 441–460 – Traducción para la Catedra de Prehistoria del Viejo Mundo (2016)

Las Puntas StillBay de Blombos Cave (Sudáfrica)


Paola Villaa,b,*, Marie Soressic,d,e, Christopher S. Henshilwoodf,g, Vincent Mourreh
aUniversity of Colorado Museum, Boulder, CO 80309-0265, USA
b Institutde Pre´histoire et Ge´ologie du Quaternaire, UMR 5199 PACEA, Universite´ Bordeaux 1, avenue des Faculte´s, F-33405 Talence, France
cINRAP (Institut national de recherchesarche´ologiques preventives), 525 Avenue de la Pomme-de-Pin, F-45075 Saint Cyr-en-Val, France
dUMR 7041 Antet, F-92023 Nanterre, France
eMax Planck Institute for Evolutionary Anthropology, Department of Human Evolution, Leipzig, Germany
fInstitute for Human Evolution, University of the Witwatersrand, Johannesburg, South Africa
gInstitute for Archaeology, History, Culture and Religion, University of Bergen, Bergen, Norway
hTRACES-UMR 5608, Universite´ de Toulouse le Mirail, Maison de la Recherche, 5 Alle´e Antonio Machado, 31058 Toulouse, France

R E S U M E N
Presentamos los resultados de los análisis morfológicos y tecnológicos de todas las puntas StillBay (n=371) recu-
I N F O R M A C I ÓN D E L A R T Í C U L O peradas desde 1993 hasta 2004 en excavaciones realizadas en Blombos Cave. Hemos sido capaces de reconstruir
la secuencia de manufactura de las puntas bifaciales desde su formatización inicial, por percusión interna directa,
Historia del artículo: hasta su morfología final por percusión marginal. La identificación de fracturas de impacto y de fracturas durante
Recibido 14 d e Julio 2008 la manufactura están basadas en comparaciones con puntas bifaciales arqueológicas y experimentales de función
Recibido en su forma revisada 19 Septiembre 2008
verificada, i.e, puntas paleoindias de sitios de matanza de bisontes, réplicas de las puntas solutrenses montadas
Aceptado 20 Septiembre 2008
Traducción Lic. Joaquín Ignacio Izaguirre como cabezales líticos o como puntas de flecha disparadas sobre presas adultas y en la replicación experimental
Revisión Dra. Nora Franco sobre materias primas locales. Nuestro análisis muestra que (a) sólo una minoría de las puntas son formas finales
Cátedra Fundamentos de Prehistoria. Facultad de Fi- y que la mayoría de las piezas son productos fallidos, una situación común en los sitios de producción de puntas
losofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
bifaciales de edades posteriores; (b) los análisis morfométricos y de marcas de impacto muestran que debe tomarse
Palabras Clave: en cuenta este proceso y distinguirse las puntas finalizadas de las preformas y de las puntas inconclusas; (c) hay
Middle Stone Age al menos tres tipos de diferentes fuentes de materias primas y un marcado incremento en el aumento de las fre-
Sudáfrica cuencias de las silcretas, con relación a las fases M2 y M3 de Blombos; (d) tres tipos de evidencia prueban que
Blombos Cave
algunas de las puntas fueron enmangadas axialmente y usadas como puntas de lanza; (e) la producción de puntas
Puntas StillBay
Análisis tecnológicos bifaciales fue una actividad primaria en el sitio y la hipótesis de intercambio entre grupos de puntas StillBay no
puede ser sostenida bajo la base de la presente evidencia; y (f) la fase StillBay parece iniciar una tendencia hacia
cambios relativamente rápidos en la especialización del armamento de caza especializado y esto es una innovación
que es congruente con otras innovaciones como herramientas de hueso, cuentas de valva y los grabados sobre ocre
de las fases M1 y M2 de Blombos.

1.- Introducción
y Wymer, 1982; Soriano et al., 2007; Wurz, 2000, 2002) y
el post HowiesonsPoort tiene principalmente puntas unifa-
La Middle Stone Age tardía de Sudáfrica entre los 77 y los ciales sobre lascas, similares a las puntas musterienses (Vi-
35 ky contiene tres tecnocomplejos conocidos como Still- lla et al., 2005; Villa y Lenoir, 2006). Las herramientas so-
Bay, Howiesons Poort y post-Howieson Poort. Estas fases bre hueso, incluyendo punzones y puntas que aparecen en
líticas tienen una amplia distribución, están en sucesión es- las fases M1 y M2 de Blombos y en los tecnocomplejos HP
tratigráfica (dos sitios, Dieplkloof y Sibudu, incluyen las 3 de Klasies River Mouth y Sibudu, acompañadas con las no-
fases; Rigaud et al., 2006; Tribolo et al., 2005;Wadley, vedades simbólicas como las cuentas de valva, el ocre gra-
2007; Porrazet al., en prensa) y están caracterizadas por tec- bado y los huevos de avestruz incisos (Henshilwoodet al.,
nologías y armamentos de caza bastante diferentes. El tec- 2001a,b, 2002, 2004; D’Erricoet al., 2005; Parkingtonet al.,
nocomplejo StillBay tiene puntas bifaciales hechas sobre 2005; D’ErricoyHenshilwood, 2007; Backwellet al., 2008)
lascas o nódulos (Henshilwoodet al., 2001a), el Howiesons son ejemplos claros de una tendencia hacia el desarrollo de
Poort (HP) tiene una tecnología caracterizada por la produc- nuevas ideas funcionales, técnicas o dispositivos.
ción de pequeñas hojas retocadas dentro de segmentos y En qué medida estos cambios en los conjuntos de
otras piezas complementarias (Delagneset al., 2006; Singer la MSA y las innovaciones precoces fueron influenciadas
por cambios paralelos en el clima, la disponibilidad de pre-
* Contacto con el autor.Tel.:+13034924513.
Dirección E-Mail:villap@colorado.edu(P.Villa), sas, la cobertura de plantas alimenticias, las tácticas de caza
marie.soressi@inrap.fr (M. Soressi), o las prácticas sociales, es en el presente algo difícil de es-
christopher.henshilwood@wits.ac.za(C.S.Henshilwood),
vincent.mourre@wanadoo.fr (V. Mourre).
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timar. Realmente no podemos entender cómo algunas herra- los otros diagramas están basados en la muestra de 352 pie-
mientas inventadas de manera novedosa, como las puntas zas.
de huesos, aparecen en pequeños números en pocos sitios Dos otros sitios en la región de Cape han provisto
(D’Errico y Henshilwood, 2007; Backwellet al., 2008) y no conjuntos StillBay en contextos estratificados: Diepkloof y
fueron adoptadas ampliamente mientras que las novedades Hollow Rock Shelter (Rigaudet al., 2006; Porraz et al., en
líticas como la alta frecuencia de herramientas compuestas prensa; Evans, 1994; Minichillo, 2005). Ambos conjuntos
en los conjuntos HP y la manufactura asociada de pequeñas están bajo investigación por otros investigadores; los análi-
hojas por la técnica de percusión marginal fueron adoptadas sis tecnológicos de pequeños conjuntos StillBay provenien-
a gran escala y se convirtieron, por varios milenios, en par- tes de Sibudu (Kwa-Zulu Natal; Wadley, 2007) están en
tes del conocimiento establecido para la producción de las progreso por uno de nosotros (PV) en colaboración con S.
herramientas deseadas (Soriano et al., 2007). Soriano. La serie de Blombos es al presente la muestra más
Los análisis de las tecnologías líticas son necesa- rica de puntas bifaciales y de desechos de manufactura dis-
rios debido a que pueden proveer rastros de la variabilidad ponible en un contexto bien estratificado y bien datado.
de la MSA y documentar el grado de continuidad y discon- La morfología típica de StillBay está caracterizada
tinuidad en las secuencias diacrónicas de herramientas de por poseer una base elíptica o en forma de punta con lados
piedra. Presentamos aquí un análisis tecnológico de las pun- curvos o lados estrechos y rectos (Fig. 1a, c) y un ápice con
tas StillBay de Blombos Cave, enfocándonos en su manu- forma de V con lados curvos o rectos (Fig. 1b,f). El punto
factura y su uso intencional. Están planeados análisis deta- de ancho máximo está ubicado a cierta distancia de la base,
llados de los núcleos y desechos tecnológicos. La fase M1 entre un quinto y la mitad del largo total. El grosor máximo
contenía grandes cantidades de materiales líticos, en el or- también se encuentra en la mitad proximal de la pieza aun-
den de 15.000 a 18.00 piezas, en parte resultantes de la ma- que generalmente a cierta distancia de la base. Difieren de
nufactura de puntas bifaciales; los análisis de desechos se- las puntas bifaciales con forma de lagrima de bases redon-
rán integrados con una comprensión de la secuencia de pro- deadas y de las puntas bifaciales triangulares de base hen-
ducción de puntas. dida de las capas post-Howiesons Poort de Sibudu, capas
MOD hasta CO datadas entre los 50 y los 37 ky (Wadley,
2.- La muestra 2005; Villa y Lenoir, 2006). Las puntas bifaciales Howie-
Nuestra muestra consiste de 352 puntas y fragmen- sons Poort son menos alargadas que las puntas StillBay y
tos de puntas que provienen de las excavaciones realizadas las puntas de base hendida tienen una base mucho más an-
entre 1993 y 2004. Hemos excluido del análisis 30 elemen- cha y cóncava.
tos. Trecientas cincuenta puntas fueron recuperadas de
- 10 bifaces que no tienen la morfología típica la fase M1; 21 provienen de los niveles superiores de la fase
StillBay (i.e, no tienen forma de punta, o tienen M2 (Fig. 2a). Las puntas provienen de 66,5 cuadriculas
una base ancha y muy gruesa, ver debajo) (unidades de 50 x 50 cm) incluyendo 8 fuera de la línea de
- 7 puntas unifaciales; goteo (Fig. 2b). No hemos seguido la subdivisión de la fase
- 13 especímenes fracturados originalmente iden- M1 en 1a y 1b utilizada por Henshilwoodet al. (2001a) para
tificados como fragmentos de puntas unifaciales este análisis pero creemos que un estudio futuro de la varia-
inconclusas; éstas, de hecho, son desechos irre- ción entre las puntas bifaciales que provienen de las capas
gulares o lascas partidas que no entran dentro de diferentes del sitio puede ser informativo.
las fases de manufactura de las puntas StillBay Basado en fechas OSL 1 (Jacobset al., 2006) el
(ver sección 5). rango temporal de las puntas StillBay de Blombos cubre el
intervalo de los 77 ky (capas CFB/CFC de la fase M2 esta
datada en 76,8 +/- 3,1) y ca. 70 ky (fecha del sedimento de
Otros veintidós elementos han sido separados para
la duna estéril que recubre los depósitos M1). Líticos que-
el análisis de residuos por parte de Marlize Lombard. De
mados de la fase M1 han dado una edad promedio de 74,5
éstos, sólo 19 tienen la morfología común de StillBay (uno
ka, de acuerdo con los fechados OSL (Tribolo et al., 2006).
es una raedera convergente y las otros dos son bifaces grue-
sos). Los datos analíticos de estas 19 piezas están incomple- Análisis preliminares de los líticos de la capa CC,
tos debido a que las piezas no se debían manipular fuera de la subunidad principal de M1, de las excavaciones realiza-
sus bolsas y no pudieron ser observadas de manera com- das entre 1998 y 2000, sugieren que una gran proporción de
pleta. Si incluimos estos 19 especímenes para el análisis de los desechos de talla es el resultado de la manufactura de
residuos, el número total de especímenes en nuestra base de puntas bifaciales; piezas retocadas y otros pueden haber
datos es 371. Sin embargo, con la excepción del conteo de sido introducidos en el sitio como preformas o como piezas
materias primas, y el conteo de capas y cuadriculas, todos ya realizadas dado que hay una frecuencia muy baja de nú-
cleos (1,2%, esto es 6 núcleos sobre un total de 500 lascas

1 NT: Optically Stimulated Luminescense


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Fig. 1. Dibujos de las puntas StillBay de BLombos; la secuencia de producción, la cual incluye las fases 1 a 4, es descripta en el texto. Los números de catálogo procedidos
por la letra P o por la letra T son asignados por MS; los números con PV o PVN han sido asignados por PV. Tres piezas, permanecen en exhibición en el museo Iziko, son
listadas como Museum 1-3. (a) Punta de doble punta de la fase 4, silcreta fina (P 71, capa CD); la punta fue modificada luego de la fase 3 por dos muescas cerca de la punta
realizadas mediante un percutor duro. (b) punta quebrada durante la fase 3 realizada en silcreta fina (P68, capa CD); la fractura de manufactura es un golpe lateral con borde.
(c) Punta de fase 3 con una base estrecha y recta de silcreta gruesa (PVN 7, capa CD). (d) Fragmento lateral distal de una punta casi terminada de silcreta gruesa con fractura
perversa; éste accidente de talla ocurrió durante la fase 3 (P 67, capa CD. (e) Punta de la fase 2a de silcreta fina con áreas de corteza en su parte central (P70, capa CD). Fue
abandonada probablemente debido a que muchos de los lascados son muy profundos e irregulares como para ser corregidos. (f) De la fase 3 realizada sobre silcreta fina (P42,
capa CB), la fractura es por un golpe lateral oblicuo con un perfil curvo. La escala = 1 cm. Los dibujos fueron realizados por MarycelAlbertyn.

> 2 cm), de las cuales sus negativos pudieron haber sido ob- son el 38,6% de todos los instrumentos formatizados y de
tenidos, y a la presencia muy baja de lascas corticales (So- las lascas retocadas informalmente.
ressi, 2005). La tabla 1 muestra que las puntas finalizadas
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Fig2. (a) Estratigrafía de Blombos Cave de la cuadricula H6 y edades OSL, basado en Jackob et al. (2006); (b) mapa de distribución de las puntas StillBay y fragmentos de
puntas.

3.- Materias primas silcreta. Los cambios visuales que acompañan este proceso
2
pueden ser el cambio de color de amarillo/marrón hacia el
La silcreta , un duricrust consistente de clastos de rojo, aunque el cambio de color puede no ocurrir si los óxi-
tamaño variable cementados dentro de una masa dura de sí- dos de hierro no están presentes, y la aparición de un lustre
lice, es la materia prima elegida para las puntas. La fábrica 3 graso visible sobre las partes retalladas luego del trata-
de silcreta es variable debido a que contiene un componente miento térmico en contraste con su apariencia no lustrosa de
detrítico y en segundo lugar sílice. Desde el punto de vista las superficies no tratadas térmicamente (Domanski y
del tallador la silcreta puede aparecer en distintas variedades Webb, 1992; Domanski et al., 1994; DomanskiyWebb,
que van desde una roca de grano fino con matriz microcris- 2007; Inizan y Tixier, 2001).
talina y granos casi no visibles hasta una variedad de grano Cantidades variables de hierro existen común-
medio y grueso. La tabla 2 muestra que la cuarcita, el mente en las silcretas de Sudáfrica (Roberts, 2003), por lo
cuarzo, y en un caso una roca de sílice criptocristalina tam- que pueden esperarse estos cambios. Debido a que gran
bién fueron utilizados. parte de las puntas finalizadas de Blombos que están hechas
La silcreta de grano fino es ligeramente predomi- de silcreta son gris claro o amarillas, sin matriz rojiza, es
nante (53 %) sobre la variedad de grano grueso (47 %). El posible que el tratamiento térmico no fuese aplicado o no
rango de colores va desde el rojo, el gris rojizo y el rojo fuese aplicado sistemáticamente. Los cambios de color, sin
amarillento (55,4%, i.e. 144 de 260) hasta el gris, amarillo embargo, son un indicador incierto: el lustre es un mejor
y marrón (44,2%, i.e115 de 260) 4. La silcreta verde de grano criterio para su reconocimiento, y está planeada una bús-
fino es rara; una punta y algunas lascas en las capas CA y queda sistemática de puntas y sus desechos asociados. Sin
CB están hechas de esta variedad. embargo, de acuerdo los geólogos australianos (Doelman et
Se ha propuesto recientemente que la silcreta en su al., 2001; Webb y Domanski, 2008) la fábrica y propiedades
forma primaria es difícil de tallar y que el tratamiento tér- mecánicas de la silcreta tienen un fuerte efecto sobre la ma-
mico fue utilizado sobre las silcretas del sur de Cape para nufactura del artefacto; las silcretas microcristalinas y algu-
mejorar sus cualidades de talla; los bifaces de StillBay pu- nas de grano fino son apropiadas para la producción de ho-
dieron ser difíciles de tallar sin este tratamiento (Brown et jas y el retoque fino. Las puntas de StillBay han sido repli-
al., 2008). El tratamiento térmico cambia las propiedades de cadas en silcreta fina utilizando un percutor de piedra
los materiales de la piedra y experimentos han demostrado
una reducción muy definida de la dureza de la fractura de la

2
NT: es un estrato sedimentario de gran dureza que se puede 4 NT: Original en inglés red, redish grey y yellowishred; grey, ye-
formar cerca o sobre la superficie de los suelos. llow y brown, hacen referencia a valores específicos de la tabla
3 NT: En su acepción de elementos componentes Munsell.
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blando, sin tratamiento térmico (Porrazet al., en prensa; bisontes, tales como Casper en Wyoming, Frazier y Dent en
Texieret al., 2008). Colorado y de sitios de matanza y residencia como Jurgens,
Las fuentes de silcreta no son aún muy conocidas. Claypool, Hell gap y Horner II, también en Colorado y
Cerca del 10,2% de las piezas (38 de 371) tienen corteza Wyoming (Figgins, 1933; Frison, 1974; Frison y Todd,
residual. La corteza aparece en tres variedades: fresca (i.e. 1987; Slessman, 2004; Wheat, 1979; Muniz, 2005; Larson
inalterada y sin rodado), rodada (por agua – guijarros arras- et al., en prensa). No queremos implicar que las puntas pa-
trados) y cortezas meteorizadas, aparentemente alteradas leoindias son homólogas a las puntas de Blombos, sino que
químicamente (Fig. 3:1-5). Por lo tanto, parecería que estas algunas aspectos de sus fracturas durante manufactura o im-
materias primas provienen de fuentes similares, un depósito pacto nos permiten hacer inferencias razonables sobre las
primario y uno secundario pudiendo ser una playa o una gra- puntas Blombos, usando analogías relacionales como en el
vera de río; los depósitos de silcretas coluviales o aluviales caso de experimentos controlados (Gifford- Gonzalez,
meteorizados están mapeados aproximadamente 30 km al 1991). Como hemos visto, algunas diferencias también
norte de Blombos en la región de Riversdale (Roberts, pueden ser señaladas.
2003). Nótese que durante la ocupación StillBay (MIS 5a)
el promedio del nivel del mar fue similar al presente Tabla 1
(Butzer, 2004; Ramsayy Cooper, 2002) y cercano a la Conteo de puntas y otras herramientas en la capa CC
cueva; dos ríos atraviesan los depósitos de silcreta y desem- Tipo N
bocan en el océano cerca de 20 km al este y al oeste de Puntas terminadas (fase 3 y 4, completas y rotas) 27
Blombos. A pesar de varias búsquedas durante los pasados Puntas en etapas tempranas de manufactura 40
10 años, no fueron encontrados guijarros de silcreta en las Raspadores circulares 11
playas, en la vecindad de la cueva ni en las desembocaduras Raspadores transversos y laterales 10
de los dos ríos mencionados antes. Esto sugiere que la sil- Denticulados 3
creta pudo haber sido recolectado en los valles y transpor- Lascas utilizadas, retocadas 16
tada 20-30 km hacia la cueva. Los guijarros de cuarzo y Fragmentos de herramientas 3
cuarcita aparecen cerca de la cueva (Henshilwood et al., Las frecuencias de materias primas de herramientas que no sean
2001a). puntas son: silcreta 69,8%, cuarcita 18.6%, cuarzo 11,6%. Estas
En otros sitios de la MSA, como en Sibudu y Rose frecuencias son casi idénticas a la del conjunto de puntas (Tabla
Cottage, las materias primas también parecen haber sido re- 2).
colectadas localmente o transportadas cortas distancias (<= Tabla 2
20 km; Villa et al., 2005; Soriano et al., 2007). Esta eviden- Frecuencias de materias primas de las puntas StillBay de los frag-
cia y las frecuencias muy altas de fracturas durante la ma- mentos de puntas
nufactura en las puntas StillBay (ver debajo) atentan contra Materia prima n %
la idea de que la confección de las puntas bifaciales StillBay Silcreta 266 71.7
fue una respuesta a la necesidad de conservar materia prima Cuarcita 56 15.1
lítica y a los patrones de movimiento lejanos a las fuentes Cuarzo 48 12.9
de materia prima (McCall, 2007). Sílices criptocristalinos 1 0.3
Hay un incremento muy marcado en el uso de sil-
cretas comparado con la fase anterior M2: 72% de las puntas
Total 371 100
StillBay están hechas de silcreta mientras que las frecuen-
cias en las fase M2 y M3 son insignificantes en comparación El análisis de las fracturas de impacto también ha
(18,2 % y 24, 3%, respectivamente, para las piezas retoca- sido favorecido por el acceso a los materiales experimenta-
das; Henshilwoodet al., 2001a). les desarrollados por un grupo de tecnólogos franceses con-
ducidos por Hugues Plisson y Jean-Michel Geneste. La
4.- Procedimientos analíticos meta de este grupo de investigación (Geneste and Plisson,
Nuestros análisis incluyen lo siguiente: reconstruc- 1990; Castel, 2008) fue el estudio de la tecnología funcional
ción de la secuencia de manufactura, análisis de fracturas, de las puntas solutrenses enmangadas y montadas como dar-
análisis morfométrico y análisis de fracturas de impacto. La dos sobre varas de lanza de 202 g y 1,5 m de largo, o como
identificación de las fracturas de impacto y manufactura es- cabezales de astiles de madera de 80 cm de longitud. Las
tán basadas sobre comparaciones con puntas bifaciales ar- puntas talladas fueron disparadas de tres maneras diferen-
queológicas y experimentales de función verificada. Existe tes: con lanzaderas similares a las del Paleolítico Superior,
una amplia literatura sobre las puntas bifaciales paleoindias, con un arco cruzado de 25 kg o arrojadas con un arco largo
incluyendo rasgos morfométricos, tecnología funcional e hecho de madera de Yew con cerca de 22 kg de fuerza. El
impacto de fracturas. Particularmente útil en este sentido arco fue una réplica de uno de los arcos más antiguos cono-
son los estudios de las puntas de los sitios de matanza de cidos provenientes de sitios europeos mesolíticos y neolíti-
bisontes donde los contextos provén información no ambi- cos. El objetivo al que se disparó con estas puntas aquí men-
gua sobre el uso de la punta y el daño. Uno de nosotros (PV) cionadas fue una vaca adulta muerta de cerca de 450 kg y
ha podido estudiar 160 puntas de los sitios de matanza de las armas fueron disparadas desde diferentes distancias (9 m
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Fig3. Diferentes tipos de corteza sobre la silcreta en las puntas StillBay. (1-2) Corteza rodada. (3) Corteza fresca. (4) corteza alterada químicamente sobre silcreta. Barra de
escala = 1 cm.

para el arco, 18 m para el arco cruzado). El material experi- La secuencia de manufactura parece ser menos regular, me-
mental generado a lo largo de una gran cantidad de años in- nos estandarizada, que las etapas de reducción definidas
cluye cientos de especímenes y fuimos capaces de estudiar para las puntas Folsom y otras puntas Paleoindias (Frisony
5 especímenes y de documentar diferentes tipos de fractura Bradley, 1980; Bradley,1982; Bradley yFrison, 1987). Por
de impacto con fotos microscópicas. Las fracturas de ma- esta razón preferimos utilizar el término “fases” el cual pa-
nufactura también fueron producidas accidentalmente por rece menos formal que el término “estadio”.
uno de nosotros (V.M) en su replicación experimental de las Las técnicas de talla utilizadas por los artesanos de
puntas StillBay y en el testeo de materias primas locales, Blombos pueden ser utilizadas como soporte para una sub-
utilizando percutores duros y blandos (madera). Otras repli- división básica de la secuencia de producción. Dos clases de
caciones experimentales son necesarias y están planeadas remociones pueden observarse: (1) con bulbos cóncavos ne-
para asistir la clasificación de todo el conjunto lítico. gativos y un punto altamente localizable de percusión, dos
rasgos que indican el uso de un percutor duro golpeando le-
5.- Secuencia de producción jos del borde de la pieza (percusión interna; para una defi-
Los conjuntos de Blombos contienen una gran can- nición de este término ver Soriano et al., 2007); y (2) con
tidad de puntas partidas y/o puntas incompletas abandona- bulbos negativos poco profundos y un punto de contacto di-
das en varias etapas de la secuencia de manufactura, permi- fuso indicando un golpe marginal (percusión marginal) ob-
tiéndonos reconstruir la secuencia de reducción. tenida por un percutor blando (orgánico o de roca blanda)
con un movimiento oscilatorio tangencial. Dada la ausencia
La formatización de las puntas StillBay es un pro- de cérvidos y cornamentas en la fauna africana, los percuto-
ceso progresivo y no es fácil de definir etapas que se suce- res blandos orgánicos pudieron haber estado hechos de ma-
dan regularmente de manera clara y distintiva. Algunas de dera o hueso. La segunda hipótesis está sustentada por los
las características de los productos terminados están presen- hallazgos de dos fragmentos de huesos largos con marcas
tes sistemáticamente (simetría bilateral, delineado y perfil de impacto resultados de su empleo en la talla. Uno proviene
del ápice regular), otras aparecen como opcionales (simetría de un bóvido de clase III (tamaño de Ñu) en las capas CA
bifacial, delineado de la base y de la base y perfil regular; en la fase M1 y posee algunas marcas de impacto linear, por
ver Tabla 3 para definiciones). Las puntas están producidas lo que puede haber sido utilizado como retocador (D’Errico
en un mosaico común sin respetar de manera clara la se- y Henshilwood, 2007). Hay, sin embargo, muy pocas mar-
cuencia establecida. Por lo tanto ciertas preformas pueden cas, mucho menos que aquéllas observadas en los retocado-
mostrar simetría bilateral, mientras que la misma puede es- res del Paleolítico Medio e Inferior en Europa (Villa
tar ausente en piezas en etapas de formatización posteriores. yd’Errico, 2001). Un segundo fragmento de metacarpo de
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Tabla 3
Fases de manufactura. Para cada atributo el número observado de especímenes es menos que el total para la fase debido a que los atributos especiales
pueden no ser observados sobre los especímenes fracturados. Siete especímenes fracturados no fueron diagnósticos para ningún caso y la fase es inde-
terminada. Pocas piezas fueron diagnósticas pero no registradas en detalle. La simetría bifacial se tomó en su vista de perfil, la simetría bilateral en su
vista cenital. El ápice regular o el delineamiento de la base aplican sólo a esa porción.
Fase 1 Fase 2 (N=57+57+56 fase 2 indet. = 170 Fase 3 Fase 4
Fase 2a Fase 2b
Formatización Formatización Formatización Producto final Reciclado, mo-
inicial avanzada avanzada dificado
(N=51) (N=57) (N=57) (N=107) (N=17)
Producto

Técnica de percusión Percución Percución Percución Percución Percución


interna marginal marginal marginal interna
(Percutor duro) (Percutor (percutor (percutor (Percutor duro)
blando) blando) blando)
N % N % N % N % N %
1. Corteza en bordes 12/39 30.8 3/46 6.5 2/35 5.7 0/42 0 0/14 0
2. Porción sin modificar 22/39 56.4 11/46 23.9 8/35 22.9 6/42 14.3 3/14 21.4
de borde (superficie de
lasca ventral o superfi-
cie natural)
1 y/o 2 combinados 26/39 66.7 13/46 28.3 10/35 28.6 6/42 14.3 3/14 21.4
3. Delineamiento regu- 0/25 0 2/23 8.7 1/18 5.6 31/34 91.4 1/12 8.3
lar del ápice
4. Delineamiento regu- 1/28 3.6 1/31 3.2 3/22 13.6 17/20 85.0 5/11 45.5
lar de la base
5. Perfil regular de la 1/25 4.0 2/23 8.7 3/18 16.7 3/34 88.2 2/12 16.7
punta
6. Perfil regular de la 1/28 3.6 1/31 3.2 7/22 31.8 16/20 80.0 7/11 63.6
base
7. Simetría bifacial 1/37 2.7 5/46 10.9 10/35 28.6 30/42 71.4 7/14 50.0
8. Simetría bilateral 3/35 8.6 7/45 15.6 8/35 22.9 41/42 97.6 8/14 57.1

bóvido clase IV (tamaño Eland 5) posee muchas más marcas; limitadas por crestas que son muy sinuosas e irregulares
también proviene de las capas StillBay (Henshilwoodet al., para ser compatibles con esta técnica (Inizan et al., 1995).
2001b). Trabajos experimentales sobre materias primas lo- Las piezas que mantienen evidencia de la forma
cales son necesarias para corroborar si percutores blandos base sobre la cual fueron hechas son pocas (51 de 352). Una
orgánicos o líticos pudieron ser utilizados en Blombos. porción de la superficie ventral de una lasca como forma
La talla por presión para formatizar y adelgazar las base es visible en 36 piezas; para las otras 9 piezas la evi-
puntas ha sido sugerida en el pasado (Henshilwood ySealy, dencia de una lasca como forma base es menos certera,
1997; Deacon y Deacon, 1999). Sin embargo, podemos ex- mientras que 6 puntas fueron hechas de un bloque fino an-
cluir el uso de la presión en las puntas bifaciales de Blom- gular. Esto sugiere que a menudo, aunque no exclusiva-
bos: las marcas son muy anchas, no son paralelas y están mente, grandes nódulos fueron utilizadas como base. Sin

5
NT: Taurotragus Oryx, antílope del sur de áfrica
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Fig4. Puntas Blombos en varias fases de manufactura, todas son de silcreta excepto la n°2, que es de cuarcita. (1-2) Fase 1, P29, corteza rodada en el lado derecho; PVN
95, corteza rodada en el lado izquierdo. (3-5) fase 2ª, p 45, p53 y p70. (6-7) Fase 2b, P 41 y PVN 64. (8-10). Fase 3, PVN 7, P 54 y Museum 3. Escala = 1 cm.

embargo, la fase inicial de la manufactura de las bases y la tor duro de piedra con perfiles y márgenes irregulares. Pue-
selección pueden no ser descriptas únicamente en la base de den tener un poco de corteza o bordes que retengan parte de
piezas transformadas en puntas, es necesario que sean in- la cara central de la lasca sobre la cual fueron realizadas. La
vestigadas a través del análisis de todo el conjunto lítico secuencia de lascado preliminar es interrumpida por roturas
junto con una comparación con materiales experimentales. de talla, por áreas muy gruesas, por marcas irregulares con
Esta clase de trabajos está en la etapa de planeamiento. charnelas profundas o debido a que no se puede corregir la
Podemos dividir la secuencia de manufactura de pieza para finalizar la etapa (Fig. 4: 1–2).
puntas en cuatro fases (Tabla 3, Figs. 4–6): Fase 2. Formatización avanzada. Esta fase está ca-
racterizada por el uso de percusión marginal (con un percu-
Fase 1. Formatización inicial. Estas piezas exhi- tor blando) que permite la remoción de finas lascas alarga-
ben marcas profundas de percusión realizadas por un percu- das sobre la totalidad de su superficie. El uso de percutores
duros se reserva para la remoción de terminaciones, para la
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Fig.5. Puntas de la fase 4 de Blombos. 1, 2 y 4 son de silcreta, la 3 es de cuarzo. 1-3 tienen muescas en su lado distal, (PVN 140, p71 y PVN 139); 4 tiene muesca en su lado
derecho (PVN 68). Escala = 1 cm

corrección de charnelas o terminaciones de las superficies cas en el ápice y también en la base creando un delinea-
marginales. Podemos distinguir la fase 2a y la fase 2b. En la miento irregular. Otros poseen muescas en la sección media
fase 2a (Fig. 4:3-5 y Fig. 1e) tienen marcas producidas por (Fig. 5: 4). En uno de los casos el percutor blando pudo ha-
percutores blandos y duros, un poco de corteza en los bordes ber intentado remover zonas gruesas en la sección media.
o en la base o en el centro de la pieza y perfiles y delinea- En tres casos más, el propósito no es claro ya que la pieza
mientos mayoritariamente irregulares. En la fase 2b (Fig. está partida o no posee más una forma de punta.
4: 6–7) sólo tienen marcas de percutores blandos. Hay pocos La figura 6 muestra la frecuencia en la distribución
casos de cortezas residuales; las bases son más a menudo de atributos por fase. La fase 4 no está incluida debido a que
regulares, la simetría bifacial y bilateral está presente en sólo hay pocos casos y representan un cambio en el propó-
cerca de un cuarto de los casos. Las fracturas accidentales sito de crear una morfología específica. Las fases 1 y 3 son
son comunes y 56 piezas fueron asignadas a la fase indeter- los ápices opuestos del proceso, la fase 2a y 2b están cerca-
minada 2. nas a la fase y claramente separadas de la fase 3 con seis
Fase 3. (Fig. 1b, c, d y f; Fig. 4: 8-10) consiste en atributos principales de las puntas (el delineamiento y perfil
el producto finalizado con remociones únicamente de per- regular del ápice y la base, y la simetría de toda la pieza en
cutores blandos. El retoque fino es aplicado a los bordes, su vistas de perfil y de delineado), que fueron alcanzados
especialmente en el ápice. La punta alcanza su morfología
final. No hay corteza en los bordes y la simetría bilateral es
sistemática (97,6% de los casos). La simetría bifacial es li-
geramente menos frecuente (71,4%) probablemente debido
al uso de lascas como base.
Fase 4. Un pequeño número de puntas muestra
marcas espaciadas y mucho menos profundas y cuidadosas
que atraviesan las remociones por percutores blandos, algu-
nas veces acompañando un cambio en el delineamiento de
la forma. Esta retallada, realizado con un cambio de técnica,
no es sistemático y no tiene un único propósito. Aparecen
varios casos. Un espécimen muestra retalla hacia su lado
distal y un cambio del delineamiento sugiriendo una forma-
tización en el mango (Minichillo, 2005). Esto es discutido
luego en la sección “Enmangue”. Muescas profundas en su
Fig.6 Distribución de la frecuencia de los atributos de la fase de manufactura.
parte distal en tres de las puntas han alterado su simetría bi- Los números de atributos son los de la tabla 3. 1+2 = presencia de corteza o
facial y bilateral (Fig. 1a; Fig. 5: 1–3). Otros cinco especí- porción de lasca ventral sin modificar o superficie natural sobre los bordes. 3=
delimitación regular del ápice; 4= delimitación regular de la base; 5= perfil regular
menes parecen haber pertenecido a esta categoría con mues- del ápice; 6=perfil regular de la base; 7= simetría bifacial; 8=simetría bilateral.
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Fig. 7. Clasificación de microfracturas. (A) Representación esquemática de marcas de impacto en las puntas Hell Gap del sitio Casper; modificado de Frison (1974). (B)
Clasificación de las fracturas en puntas líticas, modificado de Fischer et al. (1984).

por percusión fina; la corteza fue completamente removida. durante la manufactura, o con fines de reciclaje. Éstas están
Las diferencias morfométricas entre la fase 2 y 3 y la ausen- indicadas como lascas de ápices en la Tabla 4.
cia de marcas de impacto sobre la fase 2 (cf. Sección 8.3 y Las fracturas perversas son espiraladas o arre-
8.5 y tabla 5) sugieren fuertemente que no pueden ser con- molinadas y se inician en el punto de fuerza a lo largo del
sideradas funcionalmente equivalentes a las puntas de la borde de la pieza que está siendo trabajado (Figs. 1d and 8:
fase 3, aunque fueran simplemente fases en el proceso de 4–5). La fractura perversa indica una fractura durante la ma-
manufactura. nufactura (Crabtree, 1972; Johnson, 1979; Frison and Brad-
ley, 1980). En el sílex, el punto de percusión es visible, aun-
6. Fracturas y tipos de fragmentos que a menudo es indistinto sobre la cuarcita o sobre silcreta
de grano grueso. Por esta razón sólo hemos reconocido po-
Cerca del 80 % de las puntas StillBay están partidas. Varios cos casos de fractura perversa en Blombos.
tipos de fractura pueden ser reconocidos en nuestra muestra.
Los términos utilizados para los impactos y otros tipos de Tabla4
fracturas siguen los trabajos de los arqueólogos norteameri- Tipos de fragmento por fase de manufactura
canos (Crabtree, 1972; Frison, 1974; Johnson, 1979; Fri- Tipo de fragmento Fase 1 Fase 2 Fase 3 Fase 4
Ápice 2 40 53 95
sony Bradley, 1980; Bradley, 1982; Bradley yFrison, 1987)
Distal 6 11 11 28
y la clasificación de fracturas del Ho HoCommittee (1979); Centro-Distal 4 10 11 25
(cf. también Odell y Cowan 1986; Fischer et al., 1984; Sección Media 2 8 3 13
O’Farrell, 1996). Los dos sistemas principales de clasifica- Próximo-Distal 1 11 2 14
ción de microfracturas, por Frison (1974) y Fischer et al. Base 6 46 8 60
(1984), están ilustrados en la Fig. 7. Aparte de las fracturas Fragmento Lateral 2 2 2 6
Lasca de ápice - 2 1 3
por impacto, las cuales serán discutidas en una sección pos-
terior, la mayoría de las fracturas en nuestra muestra son Subtotal 23 130 91 244
fracturas por golpe (bandeada), algunas pocas fracturas de Punta completa o 16 18 10 44
cono y fracturas perversas. La tabla 4 muestra las frecuen- casi completa
cias de piezas fracturadas por fase de manufactura. Le falta el ápice (no 1 6 4 11
Las fracturas de cono ocurren cuando la fuerza se por impacto)
aplica a un área limitada y la fractura se inicia en el área de Total 40 154 105 299
contacto (Fischer et al., 1984). Éstas son a menudo fracturas Los ápices son los fragmentos más pequeños que van de 0.5 a <3 cm de
intencionales. Sólo 3 casos ocurren en Blombos en el final longitud; los fragmentos distales son >=3 cm; las secciones medias están de-
limitadas por fracturas proximales y distales; las lascas de ápice fueron deli-
de las puntas, las cuales fueron fracturadas deliberadamente beradamente removidas con cara ventral y bulbo de percusión
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Tabla5
Área seccional cruzada del ápice en mm²
Sitios y filiaciones culturales Promedio SD Min Max n CV
BlombosStillBay, puntas de la fase 3 99.4 48.5 28.8 190.4 23 48.8
BlombosStillBay, puntas de la fase 2b 148.9 74.9 49.4 344.1 16 50.3
BlombosStillBay, puntas de la fase 2a 195 99.4 99.1 551.9 25 51.0
BlombosStillBay, puntas de la fase 1 239 84.6 104 410 18 35.4
Sibudu, Fin MSA (Sección E, capas Ore a CO), puntas unifaciales 116.2 41.5 45 200 21 35.7
Sibudu, capas RSP- MOD (Sección N) puntas unifaciales, MSA tardía 117.7 57.6 19.5 294 71 48.9
Sibudu, capas por debajo de RSP (Sección N) puntas unifaciales, 139.4 60 54 320 42 43.0
Post_Howiesonspoort
Murray Springs (Arizona; Clovis) 133.5 361 66 179 10 27.0
Sitio tipo Folsom (Nuevo Méjico) 46.9 8.4 35.9 60.5 13 17.9
Casper (Wyoming; Hell Gap) 117 23 68.3 156 36 19.7
Olsen-Chubbuck (Colorado; Cody) 60.6 8.3 51.6 76.5 20 13.7
Jurgens (Colorado; Cody) 61.8 17.3 32.3 97.9 31 28.0
Cabezales líticos 33 20 8 146 118 60.6
Puntas de dardo 58 18 20 94 40 31.0
Puntas de lanza 168 89 50 392 28 -
Puntas solutrenses con aletas 30.1 - - - 931 -
El TCSA es calculado por la fórmula: ½ del ancho máximo x el grosor máximo. SD = Desviación típica; CV = Coeficiente de variación. El promedio de la fase 3 y la 2b del StillBay
de Blombos son significativamente diferentes: t=3.67, p<0.001, df= 37. En todos los casos el TCSA se calcula sobre puntas que están completas o cuyas fracturas afectan sólo la
longitud pero no el ancho original ni el grosor. Para las fuentes de datos y la discusión de valores previamente discutidos de TCSA ver el Material suplementario.

Las fracturas más comunes en Blombos son las pueden en principio resultar del impacto, más que de la ma-
fracturas bandeadas. Ocurren cuando la fuerza se aplica so- nufactura, si asumimos que los ápices rotos fueron traídos
bre un área y el quiebre no se inicia en el punto donde la nuevamente al sitio dentro de las carcasas animales.
fuerza es aplicada. Las fracturas laterales son bandeados De cualquier manera, el mismo tipo de fracturas de banda
transversales que pueden tener un perfil curvo o recto (Fig. ocurren en piezas finalizadas e incompletas en las diferentes
8: 1–3); en la sección media la fractura muestra una cara fases de manufactura. Los ápices rotos en las diferentes fa-
derecha o en forma de S. Son fracturas muy comunes que ses de producción muestran una mayor cantidad de roturas
ocurren a menudo durante la manufactura, pero también laterales, seguidas por ápices con “lengüetas” (1/4 fracturas
pueden ocurrir por el uso, i.e. impacto o pisoteo. con una terminación en pluma alargada; Inizan et al., 1995)
¿Podemos distinguir entre estas causas? Si el piso- y ápices con una terminación en pluma corta. Así creemos
teo fue la causa de las fracturas laterales, la misma debió que la mayoría de estos fragmentos de ápices y bases repre-
estar acompañada por otros rasgos, como microfracturas so- sentan fallas en la producción y no son el resultado de im-
bre los bordes o pseudo retoques abruptos o bordes eroda- pactos violentos. Retoques intensivos se aplican al ápice
dos. Su ausencia en todas las puntas sugiere que el pisoteo durante la fase 3. Debido a que los ápices son más delgados
puede ser excluido de la mayoría de los casos. En el sitio y estrechos que sus bases, son más propicios a la fractura
Camper en Wyoming, un sitio paleoindio con un único que las bases más gruesas y menos retocadas, de ahí la alta
evento de casa de bisontes, muchas de las puntas de proyec- frecuencia de ápices comparado con las bases (Tabla 4); la
til (total 1/4 de 60) muestran marcas de impacto en su lado reformatización de la parte distal puede a menudo continuar
distal y fracturas transversas en el pedúnculo y en el filo de luego del accidente. En pocos casos, sin embargo, el golpe
la herramienta (Frison, 1974). Frison y Stanford es acompañado por marcas de impacto en el ápice, probando
(1982:80,106) notaron que la base y el ápice de las puntas que esa punta se fracturó en el impacto.
de proyectil Agate Basin eran particularmente vulnerables a En síntesis, la mayoría de las puntas de Blombos fueron
fracturas por golpe como consecuencia del impacto y esto abandonadas por errores que las dejaron demasiado delga-
fue confirmado por experimentos utilizando lanzas. La Fig. das o irregulares o debido a golpes; esto implica que los aná-
8:1-2 muestra tres ejemplos de golpes laterales sobre las lisis morfométricos y de manufactura deberían distinguir
puntas de proyectil Agate Basin del sitio Frazier (Colorado), piezas finalizadas de piezas sin finalizar.
otro sitio con un evento único de matanza de bisontes. Las
fracturas son indudablemente debido al impacto sobre su 7. Fallas de producción
parte distal causando la fractura en su mango. El número total de piezas rotas (excluyendo las
¿Podemos separar las fracturas entre las que pro- piezas fracturadas por impacto, ver debajo) es 270 de 343,
vienen de la manufactura y las que provienen del impacto i.e. 79%. Los desechos de producción incluyen todas las
en Blombos? De las 91 puntas quebradas finalizadas en puntas de la fase 1 y 2 estén rotas o completas (221 de 345
Blombos sólo 10 corresponden a bases, o fragmentos proxi- piezas asignadas a la fase). De la fase 3 y 4, sólo 23 puntas
males y algunos a fragmentos centrales. La mayoría de las están completas o tienen daños o fracturas menores (tabla
piezas rotas son ápices (Tabla 4). Los ápices de Blombos 4). Excluyendo las 9 puntas rotas con impactos distales o
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Fig. 8. Ejemplo de fracturas por golpe y fracturas perversas. (1-2) puntas de proyectil de Agate basin del sitio Frazier (Colorado). Los tres especímenes tienen fracturas de golpe
lateral, debido al impacto sobre su lado distal causando la fractura en el enmangue. (1) Porción media-distal; (2) dos bases. Todas tienen abrasión en sus bordes proximales,
prueba de que fueron finalizadas y utilizadas como puntas. (3) Golpe lateral sobre P 53, una punta Blombos de la fase 2ª de silcreta fina; el hoyo en la piedra es una imperfección
que puedo haber sido la causa de rotura durante la manufactura. (4) Fractura perversa de P 67, una punta de la fase 3 de Blombos de silcreta de grano grueso. (5a,b) punta
foliácea experimental sin terminar fracturada durante la manufactura por parte de Jacques Pelegrin (percusión directa con un percutor blando); la superficie arremolinada de la
fractura es evidente en la figura 5b. Escala = 1 cm.
fracturas en mango debido a su uso, la mayoría parece ser fractura de 37 % se reportan para la fase final de la manu-
debido a fallas de producción. La suma total de a fases 1 y2, factura de las puntas Folsom. Roturas en la manufactura y
y los especímenes rotos de la fase 3 y 4 es de 308 corres- piezas incompletas son comunes en el sitio Solutrense de
pondiéndose al 89,8% de 343 piezas; puntas quebradas dis- Maitreaux (Aubryet al., 2008; conteo aún no disponible). La
talmente por impacto o en su enmangue se excluyen. Una proporción de desechos de producción y de especímenes
gran proporción de fallas de producción y especímenes que- fracturados en Blombos es mayor, pero de todas formas
brados ocurren en algunos sitios de producción de puntas comparables a aquéllos que ocurren en sitios posteriores con
bifaciales de edades posteriores (Johnson, 1979; los conteos materiales fáciles de tallar utilizados por los habilidosos so-
preliminares muestran que de 177 puntas bifaciales pedun- lutrenses y los talladores paleoindios.
culadas del arcaico, sólo 28 estaban completas).Tasas de
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Fig.10. Punta de la fase 3 (PVN 66, H6a, CD) con áreas patinadas y no patinadas
en ambas caras. Este patrón puede haber resultado del enmangue, el área más
oscura, color sin patina corresponde al área enmangada. Escala = 1 cm.

Fig. 9. Punta de la fase 4 (PVN 65, E4, AK) que muestra retalla en su mango.
Las remociones del percutor duro sobre la porción distal son indicadas por los 8.1. Enmangue
puntos negros; Estas son posteriores a las remociones por percutor blando de
la mayoría de la pieza. La forma original de la punta es indicada arriba a la La evidencia de enmangue ha sido hallada por
izquierda. El área gris clara (arriba a la derecha) es la superficie de la lasca
base
Lombard (2005, 2006 a,b, 2007) en algunas de las puntas
unifaciales post-HowiesonsPoort y StillBay de Sibudu por
8.- Enmangues, análisis morfométricos y de marcas de medio del análisis de residuos y de microdesgaste. Minichi-
impacto. llo (2005) sugirió el enmangue basado en sus observaciones
Los análisis de puntas de piedra de sitios prehistó- de la reformatización de los bordes distales de dos puntas
ricos han mostrado que los atributos necesarios para funcio- StillBay provenientes de Hangklip y del abrigo rocoso Ho-
nar como dispositivo de matanza de grandes animales son llow. De acuerdo con él, la reformatización deja la base más
una punta filosa que penetre el cuero y bordes afilados para ancha que la parte distal de la punta, y por lo tanto esto im-
abrir un hoyo para el resto de la punta y el mango (Frison, plica que la punta ha sido reformatizada en su enmangue. El
1991). El diseño del ápice es crítico para la penetración de interpretó las puntas StillBay tanto como cuchillos de des-
un arma de baja velocidad (Hughes, 1998). Así, los análisis carne y puntas de lanza. Lombard (2006b) también sugirió
de puntas líticas utilizados para corroborar la hipótesis de que algunas de las puntas de Sibudu fueron utilizadas como
que las puntas fueron usadas como partes de armas de caza, puntas de armas y otras como cuchillos de descarne con en-
deben mostrar tres cosas: (1) tiene que haber cierta eviden- mangue lateral.
cia de enmangue; (2) las puntas deben tener un ápice afilado En Blombos encontramos tres tipos de evidencia
para penetrar el cuero y, (3) algunas deben tener marcas de de enmangue axial apropiadas para el uso como cabezales
impacto, indicando su utilización como armas de matanza. de lanza. El primer caso se ajusta a las observaciones de Mi-
nichillo. PVN 65 es una punta de la fase 4 de silcreta fina,
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Fig.11. Fracturas de impacto en la base de dos puntas fase 3, ambas de silcreta. (a,b) fractura abrupta sobre PVN 45 (D2b, CF); (c-e) Dos fracturas tipo buril en el lado derecho
e izquierdo de PVN 97 (E10c, WAB). La escala de (a) y (c) = 1 cm; la escala de (b), (d), (e) = 2mm.

hecha sobre lasca grande. En una cara, la porción distal ha una punta casi completa (Fig. 11a, b) y dos remociones tipo
sido completamente retrabajada con remociones por percu- buriles originadas por un golpe recto sobre la sección media
tores duros, por lo que la porción distal tiene un borde lige- de una segunda punta (Fig. 11c–e). Este tipo de fractura, por
ramente cóncavo (Fig. 9). Ya sea porque fuese más fácil uti- presión o contrafuerza en el mango, o sobre el mango, ocu-
lizar una técnica de percusión interna sobre una punta Still rre en las puntas paleoindias bifaciales (Bradley, 1982: 198;
en su mango o porque se buscó la reformatización, la misma Bradley y Frison, 1987: 217; Huckell, 2007: 200) y ha sido
fue realizada por un tallador con menos experiencia. El pa- reproducido experimentalmente sobre réplicas de lanzas pa-
trón de reformatización sugiere fuertemente un enmangue leoindias incrustadas sobre carcazas de elefantes (Huckell,
axial. 1982) o disparadas a un bisonte a través de un atlatl por
El segundo caso de enmangue axial se indica por Bruce Bradley (comunicación personal, diciembre 2007) y
una pátina peculiar de otra punta, PVN 66. En ambas caras sobre réplicas de puntas con aletas solutrenses (Fig. 12). To-
de la parte distal posee una pátina blancuzca; la parte proxi- das estas puntas fueron enmangadas de manera axial.
mal no posee pátina y tiene un color más oscuro. El contacto
entre las dos áreas es abrupto (Fig. 10). La carencia de pá- 8.2. ¿Puntas de lanza o cuchillos de descarne?
tina en la parte proximal puede ser debida al enmangue: el Las dos interpretaciones más frecuentes de las pun-
material orgánico que constituyó el enmangue se deterioró tas StillBay son que fueron utilizadas como puntas de lanza
a lo largo del tiempo mientras que el área que no estaba en- o como cuchillos de descarne, o ambos (Minichillo, 2005;
mangada fue expuesta directamente a las condiciones at- Lombard, 2006b, 2007). Lombard sugiere que algunas de
mosféricas y desarrolló la pátina blanca. El mismo patrón las puntas StillBay de Sibudu y Blombos fueron utilizadas
de áreas con pátina y sin pátina en el mismo implemento ha como puntas de armas y otras como cuchillos de descarne.
sido observado en raspadores musterienses del sitio de No creemos, no obstante, que las puntas StillBay fueran di-
Quneitra (Israel) datado en 54.000 años atrás (Friedman et señadas tanto como para cabezales de lanza como para cu-
al., 1994–1995). El patrón fue replicado experimentalmente chillos de descarne. Deberíamos poder distinguir entre la
al enmangar dos lascas y una punta musteriense de pedernal función intencional y el uso ocasional.
negro y exponiéndolas a las condiciones atmosféricas por 6 Si una punta es diseñada para el propósito de matar
meses. El área enmangada permaneció oscura en color; la animales, tienen que estar alineada propiamente a su enman-
parte expuesta que no estaba enmangada desarrolló una pá- gue para soportar la presión axial y el empuje sobre él du-
tina blanca/grisácea. El patrón de pátinas de las puntas rante el impacto, el cual es diferente de la presión resultante
Blombos indica enmangue axial. del descarne (Frison, 1991: 315). Una herramienta de des-
El tercer tipo de evidencia fue provisto por las carne está sujeta al estrés lateral, i.e. que provienen de otras
marcas de impacto en la parte proximal de dos puntas de la direcciones diferentes a las que provienen de la terminación
fase 3: una fractura sobre la terminación curva de la base de
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Fig. 12. Fracturas abruptas y tipo buril en la base o en la porción media de puntas paleoindias y sobre puntas experimentales solutrenses con aletas. (a) Fractura abrupta sobre
una punta bifacial del sitio Frazier (madera petrificada). (b) fractura tipo buril sobre una punta del sitio Claypool (chert). (c,d) Fractura abrupta en la base de una punta retallada del
sitio Casper (chert). (e) Fractura abrupta en la base de una punta Casper (jaspe). (f, g) Fractura abrupta sobre una punta experimental con aletas (pedernal). (h) Fractura tipo buril
en la base de una punta Casper (cuarcita). Escala = 1 cm; el tamaño de las marcas es indicado en milímetros.

V de la punta. Las puntas paleoindias enmangadas axial- rente de la utilizada por parte de la inserción en la parte dis-
mente en una vara pueden haber sido utilizadas ocasional- tal de un astil principal. De hecho, Lombard (2006b) sugiere
mente para el descarne, especialmente en sitios de matanza, que dos puntas Sibudu asimétricas pudieron haber estado
utilizando el equipo que se disponía a mano. Sin embargo, montadas sobre mangos cortos.
esto fue posible para las puntas paleoindias debido a que No estamos seguros si esto aplica a las puntas
probablemente fueron enganchadas en un astil del cual eran Blombos, ninguna de las cuales muestra la asimetría obser-
fácilmente removidas para su uso de matanza (Frison, vada por Lombard en Sibudu. Es poco claro para nosotros
1974). Evidencia física directa para los astiles de Norteamé- por qué un artefacto que será utilizado como cuchillo debe
rica ocurre sólo alrededor del año 300 AD, aunque hay al- tener forma de punta o un lado proximal muy estrecho,
gunos posibles ejemplos de momentos Paleoindios (Brad- forma que es apropiada para inserción dentro de un mango
ley and Frison, 1996: 67). Es difícil imaginar que los astiles dividido. Los márgenes proximales estrechos de las puntas
(documentados en el Magdaleniense y en tiempos holocéni- StillBay están adaptados para el uso de materiales vinculan-
cos en las puntas sudafricanas; Pétillony Cattelain, 2004; tes (tendones, fibras vegetales) sin crear un efecto de “em-
Bosc-Zanardo, 2004) ya fuesen utilizados en Blombos, más puñadura” significante. Si la ligazón es muy voluminosa,
de 60.000 años antes de su registro físico. Por lo que las dificultará la penetración del enmangue dentro de la pene-
puntas StillBay, si fueron utilizadas como herramientas de tración generada por la punta de piedra para alcanzar el
descarne, tuvieron que ser enmangadas de una manera dife- punto vital (Frison, 1991; Knecht, 1997).
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No parece eficiente diseñar una punta y un cuchillo 8.4 Marcas de impacto y su clasificación analítica.
de la misma manera. Las puntas Blombos con su secuencia Basados en trabajos experimentales y remontando
de fases de manufactura proveen evidencia de que la forma lascas de impacto en las puntas Casper, Frison describió
final intencional del artefacto fue clara en la mente de los cinco tipos de daños de ápice (Fig. 7A): (1) marcas en la
talladores; un esquema mental específico orientó la opera- cara de la punta, originándose desde el ápice (llamadas mar-
ción, especialmente en la relación del ápice del instrumento. cas acanaladas) y con terminación en pluma; (2) marcas aca-
Por esto es que no creemos que las puntas Blombos fuesen naladas con terminación abrupta; (3) marcas tipo buril sobre
diseñadas con un objetivo doble, para ser utilizadas tanto el borde de la punta; (4) aplastamiento de la punta; es la
como puntas como cuchillos, aunque algunas puntas pudie- más distintiva y diagnostica y consiste en un conjunto de
ron haber sido utilizadas de manera secundaria con tal fin. marcas pequeñas superpuestas paralelas al eje longitudinal
La base de muchas puntas StillBay no es siempre de la punta; y (5) pequeñas fracturas en cono (con bulbo ne-
estrecha, mostrando un ápice en forma de V; es a veces am- gativo) comenzando desde el golpe. Las ultimas marcas han
plia o arqueada o es elíptica con un truncamiento recto, sea sido llamadas derivadas por Fischer et al. (1984) (Fig. 7B).
por una fractura de la superficie, o un truncamiento obtenido Fischer et al. (1984) consideraron sólo las fracturas
ocasionalmente por retoque o al dejar un área de corteza con terminaciones abruptas y las derivadas como diagnósti-
(Materiales suplementarios, Tabla 1). Esta forma particular, cas. Para ser una fractura derivada diagnóstica debe tener un
con un final estrecho pero recto, pudo haber sido un medio largo de 6 mm o más si ocurre unifacialmente sobre puntas
de evitar el daño del impacto que una base en V puede cau- grandes (como las puntas Brommian utilizadas en sus expe-
sar en la inserción del mango en la penetración durante el rimentos de tiro, generalmente de 4 a 6 cm de largo) o inde-
impacto pendientemente de su largo, si ocurren bifacialmente. En el
caso de las puntas pequeñas (como las puntas de flecha
8.3. Forma de punta transversas disparadas con un arco, de largos de 1 a 3 cm)
El análisis morfométrico basado en la comparación ha dicho que estas fracturas deben ser al menos de 1 mm de
con cabezales de lanzas o puntas de flecha identificados con largo. Él no estableció un tamaño límite para las fracturas
seguridad puede mostrar si el artefacto tiene el potencial de terminación abrupta ni tampoco lo hizo O’Farrell (2004).
para ser interpretado como arma de matanza. El área trans- Las fracturas de terminación abruptas no han podido ser re-
versal del ápice (TCSA; aproximadamente por la fórmula: plicadas en experimentos de pisoteo (O’Farrel, 1996) y por
½ del ancho máximo x el grosor máximo) es una de las va- lo tanto son consideradas diagnosticas más allá de su ta-
riables que influye la penetración de un arma de baja velo- maño. Las marcas tipo buril fueron reconocidas como dis-
cidad y, por lo tanto, su poder de matanza: a menor TCSA tintivas por Frison (1974), Bergmann y Newcomer (1983) y
es mayor la penetración. Shea (2006) provee una estadística Odell y Cowan (1986).
descriptiva para puntas de flechas enmangadas arqueológi- En resumen, el consenso general es que las fractu-
cas recientes y etnográficas (puntas de lanza, puntas dardo ras de terminación abruptas, las fracturas tipo buriles (origi-
y puntas de flecha) basada en los datos provistos por Tho- nadas desde el ápice o desde una fractura bandeada) y las
mas (1978), Shott (1977 y Hughes (1998) y que han sido fracturas derivadas sobre la porción distal de una punta son
utilizadas para discriminar entre las lanzas manejadas a diagnósticas para el uso de puntas como arma. El daño de
mano (arrojadas, o de empuje), las puntas de dardo arroja- impacto que ocurre en la base o en la parte proximal de una
das con una lanzadera y las puntas de flecha. El valor TCSA punta ha sido discutido en la sección “Enmangue”.
pone a las puntas de la fase 3 de Blombos en la categoría de
lanzas manejadas a mano, junto con las puntas unifaciales
de Sibudu y las puntas Clovis y Hell Gap (Tabla 6; cf. Tam- Tabla6
bién Shea, 2006). Grosor máximo de las puntas finalizadas Folsom y StillBay de
Recientemente se ha sugerido que el coeficiente de Blombos
variación puede ser una medida útil de estandarización (Eer- Grosor Sitio tipo Folsom Otros sitios Folsom Blombos
en mm
kens y Bettinger, 2001). El TCSA de las puntas StillBay es
N 15 68 26
mucho mayor que el coeficiente de variación de las puntas Prome- 4.1 3.48 8.3
Paleoindias. Esto sugiere que a diferencia de las puntas de dio
proyectiles paleoindias especializadas, las puntas de la S.d. 0.4 0.84 2.2
MSA no están estandarizadas completamente. El ancho y el Min 3.4 - 4.3
grosor de las puntas del Paleolítico Superior son a menudo Max 4.8 - 12.9
Las puntas medidas son aquéllas con el grosor máximo completo.
publicados en una forma estadística condensada, por lo que
En el sitio tipo Folsom, 32 bisontes fueron matados y todas las pun-
no podemos calcular la desviación típica del TCSA y el coe- tas son especímenes finalizados. En las puntas Folsom el grosor
ficiente de variación de las puntas Solutrenses. Sin em- máximo es tomado en el punto más delgado de la hoja o en la base
bargo, el coeficiente de variación del ancho promedio y de y no es el grosor dentro del negativo de la acanaladura, el cual
su grosor es bastante bajo, comparable a valores de las pun- siempre es menor. Los datos de Folsom son de Meltzer (2006): Ta-
tas paleoindias, aunque diferente de los valores más altos de bla 8.4 (proyecciones excluidas) y Tabla 8.9.
las puntas de la MSA (Materiales suplementarios, Tabla 2).
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Fig. 13. Marcas de impacto de las puntas Blombos de StillBay, todas de silcreta de la fase 3. (1) Marca de impacto tipo buril de 4 mm de largo sobre el borde distal, Museum 3.
(2) Marca abrupta de 5.2 mm de largo; la fractura proximal es un golpe oblicuo con un perfil con cresta, quizás causada por el impacto, P78.(3) Marca tipo buril de 4.9 mm de
largo sobre el borde distal, P50.(4) Múltiples fracturas abruptas, 8.9 mm de largo; la fractura en la parte baja de la herramienta es un golpe con un perfil curvado, quizás cau-
sada por impacto, PVN 61. Escala ¼ de 1 cm.

8.5. Las marcas de impacto en Blombos Dos de estas 11 puntas tienen daño proximal y han sido pre-
En Blombos son 11 las piezas con daño de impacto viamente descriptas en la sección “enmangue”. El resto de
sobre un total de 82 puntas finalizadas de la fase 3 que están las puntas tienen daños de impacto en su porción distal
completas o cuyos daños de impacto distal o proximal son (Figs. 13 and 14: 1–2). Excluimos 6 piezas que eran dudo-
observables. Esto corresponde a una frecuencia de 13,4%. sas, muy pequeñas o con daño irregular. Una punta de la
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fase 4 tiene una marca abrupta de 3,5 mm de largo pero los muestras de 50 puntas seleccionadas de 11 capas diferentes.
retoques posteriores hacen su identificación dudosa. Dado que la experimentación proveyó altas frecuencias de
No hay marcas de impacto sobre las puntas de la marcas de impacto sobre los artefactos disparados sobre ani-
fase 2b. Una marca amplia que termina abruptamente sobre males (cerca del 40%; Fischer et al., 1984; Lombard, 2005,
la porción distal de una punta de la fase 2b, también está 2007) ha sido propuesto que las bajas proporciones de frac-
quebrada en dos por un golpe lateral en la sección media; turas de impacto diagnósticas podrían significar que las
éste es un ejemplo de rotura de manufactura que puede ser puntas no fueron utilizadas como armas, o que fueron reali-
potencialmente confundido con marcas de impacto (Fig. 14: zadas con ese propósito pero que nunca fueron utilizadas.
3-4). Es importante notar las remociones de terminación Mientras que la experimentación es muy útil para
abrupta que ocurren durante la manufactura por lo que uno comprender la morfología de las marcas de impacto, no pa-
tiene ser cuidadoso de no confundir remociones de formati- rece lógico esperar de ella que provea frecuencias diagnos-
zación con marcas de impacto. En muchos casos la posición ticas de las muestras arqueológicas de las armas de caza
es importante debido a que la forma de la punta general- consideradas. En la mayoría de los experimentos se le dis-
mente involucra el retoque de uno de sus dos lados, no sobre paró a animales varias veces o se disparó hasta que el daño
el ápice. La replicación experimental y la observación de las mostrase que la punta ya no era útil (e.g. 10 veces en el caso
puntas Blombos mostraron que la cuarcita y la silcreta de de la experimentación por empuje o lanzaderas realizados
grano medio a grueso tienden a tener remociones de mode- por Lombard et. al. (2004); hasta su ruptura en Odell y Co-
lado con terminaciones abruptas. wan (1986) y O’Farrell (1996)). Tiene más sentido compa-
rar el caso de Blombos con sitios arqueológicos donde la
8.6. Frecuencia de las marcas de impacto. función de las puntas es bien conocida.
La frecuencia de las marcas de impacto en Blom- La tabla 3 del material suplementario (online)
bos (13,4 %) es comparable con las frecuencias de otros muestra frecuencias de marcas de impacto sobre puntas de
conjuntos de la MSA que han sido completamente analiza- flecha transversas o espigadas desde finales del Paleolítico
dos. Esto incluye la capa RSP de Sibudu con 8,9% de mar- hasta los sitios de la Edad de Bronce en el norte de Europa,
cas de impacto sobre las puntas unifaciales (9/101) y las ca- y sobre las puntas bifaciales de Hell Gap del sitio Casper.
pas post HowiesonsPoort con puntas unifiaciales provenien- Las proporciones de marcas de impacto son muy variables,
tes de Rose Cottage con 8,3% (4/48) (Villa y Lenoir, en desde altas hasta muy bajas. Son muy altas sólo en sitios de
prensa). matanza como Stellmoor y Casper (42.2% y 43.0%), donde
Las frecuencias publicadas de marcas de impacto la actividad principal fue la matanza y el descarne de ani-
de varias capas post-Howiesonspoort de Sibudu son mucho males. En todos los demás sitios hay una clara evidencia de
mayores (42%; Lombard, 2005) pero están basadas sobre variedad de actividades las cuales incluyen la manufactura

Fig. 14. Marcas de impacto (1-2) y fracturas accidentales (3-4) de puntas StillBay de Blombos. (1,2) P42 (F5c CB), una punta de la fase 3 con pequeñas marcas abruptas de 3.3
mm de largo; (3) y 4() punta de fase 2b con una marca abrupta amplia (8,4 mm) en el ápice, muy probablemente fracturada durante la manufactura y que puede ser confundida
con una marca de impacto, PVN 6 (las dos piezas remontadas son de cuadriculas adyacentes). Escala de 1 y 3, ¼ 1 cm. Escala de 2, ¼ 1 mm.
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Fig. 15. Fracturas de impacto sobre puntas de proyectil bifacial del Paleoindio, provenientes de sitios de matanza de bisontes: Jurgens, Horner II, Frazier, Casper y Hell Gap.
Todas las puntas están hechas de variedades criptocristalinas de sílica (Jaspe, Chert, Porcelanita y calcedonia) excepto la punta Casper que es de cuarcita de grano fino. (1)
Fragmento de la sección media de una punta con una fractura catastrófica, proveniente del área 3 de Jurgens, una capa de huesos con los restos de al menos 35 bisontes. La
pieza tiene una fractura abrupta en su parte distal (7,1 mm de longitud) y una fractura tipo buril <1 cm de longitud con terminación abrupta (el detalle muestra la parte derecha
de la pieza). (2,4) daño por aplastamiento, entre 2-4 mm de longitud sobre puntas de Horner II y Fazier. (3) marca abrupta, removida parcialmente por un retoque secundario
En una punta Jurgens. (5) Fractura abrupta sobre una Punta Casper (25.4 mm de longitude).(6) FracturaabruptasobrepuntaJurgens (8.6 mm de longitud). (7) Marca tipo buril de
38.1 mm de longitude sobre una punta Hell Gap del sitio Hell Gap. Escalas de 1, 3, 5-7 de ¼ 1 cm, escala de 2 y 4, ¼ de 5 mm.

de muchas herramientas domésticas (que no sean armas), impacto sobre las puntas Blombos tienen la misma morfo-
además de las puntas halladas en los sitios de manufactura logía pero su tamaño tiende a ser menor y su morfología
o residenciales y éste es el caso para las puntas Blombos. mucho menos desarrollada. Dos factores deben ser conside-
rados. Primero, las puntas paleoindias fueron probable-
8.7. El tamaño de las marcas de impacto. mente arrojadas con un atlatl. De acuerdo a experimentacio-
Las figuras 15 y 16 son ejemplos de marcas de im- nes realizadas por Frison y Bradley (1999), los dardos arro-
pacto en puntas paleoindias y en puntas solutrenses experi- jados por un atlatl registran consistentemente un impacto
mentales. Puede verse que el tamaño de las marcas de im- mucho más intenso que los que son arrojados a mano. Las
pacto puede variar ampliamente, puede ser muy pequeña, réplicas de las puntas solutrenses fueron disparadas tanto
desde sólo 22 mm o menos para el daño por aplastamiento con un arco cruzado calibrado de cerca de 25 kg o arrojadas
hasta marcas muy largas tipo buril, como sobre las puntas con un arco de tiraje similar. El tamaño menor y la menor
Hell Gap de la figura 15:7. Muchas marcas ocurren en va- complejidad de las marcas de impacto de Blombos pueden
riedades complejas, con más de un tipo de daño en diferen- deberse al hecho de que las puntas fueron probablemente
tes partes de las piezas; algunas son fracturas catastróficas, enmangadas para arrojar a mano.
que vuelven a la punta un fragmento inútil. Las marcas de
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El segundo factor es probablemente la naturaleza 9. Función simbólica de las puntas StillBay


de la materia prima. Todas las réplicas solutrenses y las pun- De acuerdo con Marean (2005:362) “tanto el Ate-
tas paleoindias fueron hechas de sílices criptocristalinos. riense como el StillBay incluyen bifaces que son demasiado
Muchas de las puntas Blombos son de variedades cristalinas finos y frágiles para el propósito de la caza – aunque la gran
de sílice, i.e. cuarzo, cuarcitas de grano grueso y silcreta. mayoría son claramente utilizables como puntas de
Estos materiales son duros y resistentes al golpe. Experi- lanza/dardos o cuchillos”. De esta forma, sugiere que las
mentaciones funcionales replicables son necesarias para do- puntas más frágiles pudieron no haber tenido una función
cumentar la influencia de la materia prima sobre el tamaño utilitaria sino un rol social o religioso. Una comparación
de la marca de impacto. con las puntas Folsom muestra que esta afirmación no es

Fig. 16. Fracturas de impacto experimentales sobre puntas replicadas solutrenses con aletas y sobre puntas unifaciales montadas como dardos sobre sobre varas de lanza o cabezales
de flecha. El número de catálogo en la base de datos Jean-Pierre Chadelle. (1) No. 452, punta con aletas, disparada con un arco a una distancia de 18 m. Impacto sobre una costilla
y penetró 3 cm. La fractura abrupta es de 3 mm de longitud y 3.77 mm de ancho. (2) No. 393, punta unifacial con fractura abrupta y aplastamiento en la punta sobre su cara dorsal
(longitud de la marca ¼ 4.4 mm), disparada con un arco cruzado a una distancia de 10 m. (3) No. 409. Una punta con aletas, disparada con un arco cruzado, fracturada en dos justo
debajo de la unión con las aletas. La fractura abrupta distal es de 8.99 mm de longitud; la proximal es una fractura transversa irregular con varias derivadas. (5) No. 405, una punta
con aletas disparada con arco cruzado. El ápice tiene dos fracturas. Una abrupta sobre la cara dorsal (5a) de 4.5 mm de largo, y una fractura tipo buril (5b) que se inicia en su cara
ventral y corre a lo largo del borde, 10,2 mm de longitud. La escala de las herramientas es ¼ 1 cm; la escala de las microfotos está en mm.
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aplicable a las puntas StillBay de Blombos. Las puntas Fol- De hecho, Blombos fue un sitio donde una varie-
som están entre las más finas de todas las puntas paleoin- dad de actividades tomó lugar y más que sólo puntas fueron
dias, aunque su uso para caza de bisonte está bien demos- realizadas o utilizadas en el sitio, como lo indican otras he-
trado. La tabla 6 muestra que las puntas del sitio tipo Folsom rramientas formatizadas que no son puntas (Tabla 1). Cien-
(un sitio de matanza de bisontes con un NMI de 32 bisontes) tos de piezas de ocre, incluyendo dos panes de ocre graba-
y otros sitios Folsom son mucho más delgadas que las pun- dos, 15 herramientas de hueso y 39 cuentas manufacturadas
tas Blombos. en conchas del gasterópodo Nassarius Kraussianus también
La punta Blombos más delgada es de 4.3 mm de provinieron de la fase M1 (D’Errico et al., 2005; D´Errico y
espesor, sólo 5 décimos de un milímetro más fina que la Henshilwood, 2007). Los depósitos M1 muestran numero-
punta Folsom más delgada, la cual posee 4.8 mm. La tasa sos fogones pequeños en forma de cubeta; contienen nume-
ancho/espesor de las puntas Folsom es también muy alta rosos restos de fauna incluyendo bóvidos pequeños y gran-
(5.5 contra 2.8 en Blombos; Tabla suplementaria 4). De des (Henshilwood et al., 2001a). Tres premolares deciduos
acuerdo con Bradley et al. (1995) el Streletskayasense, So- (dos dm1 superiores y un dm2), han sido hallados en la uni-
lutrense, y las puntas Clovis y Hell Gap de Casper también dad M1; el dm1 pudo provenir de un joven niño (Grine y
tienen tasas de ancho/espesor promedio de 5 o mayores, Henshilwood, 2002), por lo que tanto niños y adultos con-
nuevamente son significativamente más delgadas que las de vivieron en el sitio.
Blombos. No queremos implicar que no hay un valor sim- La gran proporción de desechos de talla (89.8%)
bólico adjunto en las puntas StillBay, sólo que su delgadez muestra que la confección de puntas fue una actividad pri-
no es significativa en este sentido. maria en el sitio. Es probable que algunas de las puntas fi-
nalizadas fueron llevadas fuera del sitio y utilizadas para ca-
10. Largo de la punta zar en cualquier lugar, como en los sitios paleoindios (Se-
El rango de variación del largo de las puntas Blom- llet, 2004), sitios solutrenses (Aubry et al. 2008) e incluso
bos finalizadas, desde 34 a 74.5 mm (media = 55.0, desvío en tiempos más tempranos, como algunas localidades de
típico =12.6, n= 11) pueden sugerir que las puntas de dife- Maastrich Belve’de’re, donde las puntas musterienses y
rentes tamaños fueron utilizadas para presas de diferentes otras herramientas de buena confección fueron realizadas in
tamaños. La muestra (n = 11) es realmente demasiado pe- situ y luego transportadas hacia otros lugares (De Loecker,
queña para revelar modalidades diferentes. Sin embargo la 2004; Villa, 2006). Esto puede ser un ejemplo de planea-
asunción sobre la comparación del tamaño de las puntas con miento a largo plazo y de producción de armas de caza en
el tamaño de las presas debe ser tratada con cautela. Un anticipación a necesidades futuras.
rango amplio, sino el más amplio, de variación en el largo En síntesis, Blombos fue un taller en el sentido de
ocurre en los sitios de matanza de bisontes Paleoindios que la confección de puntas fue una actividad primaria –
donde las puntas están asociadas sólo con un tipo de presa aunque no exclusiva- dentro del sitio. La idea de que las
y no fueron retocadas luego de la caza. En el sitio de casa puntas Blombos fueren “comerciadas”, i.e intercambiadas
de bisontes de Casper (bisontes matados=74) el rango de con otros grupos es insostenible, debido a que no tenemos
variación va desde los 49,9 mm hasta los 137,0 mm (n=27) los medios de corroborar o rechazar la idea.
En el sitio Frasier (bisontes matados =43) el rango va de
47.2 a 88 (N=5); en el sitio tipo de Folsom (32 bisontes ma- 12. Conclusiones
tados) el rango va desde 32.3 hacia más de 56.4 mm. Nuestro análisis tecnológico nos ha permitido: (a)
reconstruir la secuencia de producción de las puntas Still-
11. ¿Es Blombos un taller? Bay de Blombos; (b) mostrar que sólo una minoría de las
La alta incidencia de puntas StillBay en Blombos puntas son formas finalizadas, y que la gran proporción del
y su delicada talla han sido consideradas como una posible conjunto de las puntas son desechos de producción; (c) mos-
evidencia de especialización artesanal, y por extensión, de trar que los análisis morfométricos y de marcas de impacto
intercambio (Deacon y Deacon, 1999:100). Lo que esto im- deben tenerse en cuenta en el proceso y que se debería dis-
plicaría es que durante la fase M1, Blombos fue un taller tinguir entre formas conclusas e inconclusas; (d) probar que
especializado donde las puntas fueron hechas para ser lleva- las puntas fueron producidas por percusión directa mediante
das a otros sitios fuera del rango del grupo para el intercam- un percutor duro, seguido de un adelgazamiento y del reto-
bio reciproco. que por un percutor blando; (e) sugerir que hubo tres clases
El término “taller” ha sido utilizado en la prehisto- diferentes de fuentes de materias primas y que hay un incre-
ria del Pleistoceno y del Holoceno para indicar un sitio con mento marcado en las frecuencias del silcreta con relación
una alta densidad de restos líticos y pocos restos de fauna. a las fases M2 y M3; (f) hallar evidencia de que algunas de
Se aplicó a sitios cercanos a una fuente de materia prima, las puntas fueron enmangadas de manera axial y utilizadas
caracterizados por conjuntos ricos en productos de reduc- como puntas de armas; (g) sostener la idea de que la pro-
ción primaría y formas bases (tales como núcleos, herra- ducción de puntas fue una actividad primaria en el sitio,
mientas descartadas y desechos de talla), pocas herramien- pero también advertir que la hipótesis del intercambio reci-
tas formatizadas, en otras palabras sitios no residenciales proco no puede ser sostenida bajo la base de la presente evi-
(e.g. Petraglia et al., 1999; Sampson, 2006). dencia; (h) utilizar un análisis preliminar de la composición
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del conjunto lítico y datos de otros sitios para apoyar la idea for showing P.V. the materials stored in Pe´ rigueux
de la cueva como una ubicación para varias actividades, tal (France). Microscope photos of the experi- mental Solu-
vez una locación residencial para grupos de personas que trean replicas were done in the Institut de Pre´ histoire et
incluían niños; y (i) sugerir que la fase StillBay inicia una Ge´ ologie du Quaternaire at the University of Bordeaux 1.
tendencia especializada de armamento de caza y que esta
innovación es congruente con las otras innovaciones como Appendix A. Supplementary data
las herramientas de hueso, las cuentas de valva y el ocre
grabado de las fases M1 y M2. Supplementary data associated with this article can be
Al comparar con las puntas oaleoindias y con las found, in the online version, at doi:
del Paleolítico Superior, los estadios de manufactura y su 10.1016/j.jas.2008.09.028.
morfología, el diseño de armamento de caza de las puntas
StillBay parece menos estandarizado y menos especializado Referencias
funcionalmente; no obstante, es un ejemplo de una innova-
ción exitosa que se dispersa hacia otras partes de Sudáfrica Neves, M., Lenoir, M.,Tiffagom, M., 2008. Solutrean laurel
y que fue adoptada por muchos grupos de la MSA en el sur leaf production at Maˆıtreaux: an experi- mental approach
de África. guided by techno-economic analysis. World Archaeol. 40,
48–66.
Agradecimientos Backwell, L., d’Errico, F., Wadley, L., 2008. Middle Stone
La investigación de Paola Villa y Vincent Mourre Age bone tools from the HowiesonsPoort layers, Sibudu
fue hecha posible por los subsidios de la National Scien- Cave, South Africa. J. Archaeol. Sci. 35, 1566–1580.
ceFoundation (BCS-0613319) y por el Instituto Frison. La Bergmann, C.A., Newcomer, M., 1983. Flint arrowhead
investigación de Marie Soressi fue financiada por las funda- breakage: examples fromKsarAkil, Lebanon. J. Field Ar-
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