Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cuento
El becerro olvidaba a su madre; solo iba donde ella para mamar. Apenas el
hombre salía de casa el becerro lo seguía.
Cuando estaba arrancando la totora, salió un toro negro, viejo y alto, del
fondo del agua. Estaba encantado; era el Demonio que tomaba esta figura.
Entre ambos concertaron una pelea. El toro negro dijo al becerro:
—Ahora mismo tienes que luchar conmigo. Tenemos que saber cuál de los
dos tiene más poder. Si tú me vences, te salvarás; si te venzo yo, te
arrastraré al fondo del lago.
—Está bien. A la salida del sol apareceré por estos montes – contestó el
torito– Así fue como se concertó la apuesta, solemnemente.
Sólo entonces el dueño se dio cuenta de que el torito no había vuelto con
él. Y dijo:
—¿Dónde estará?
El torio contestó:
—¡Ay, mi torito! ¡Ay, mi criatura!, ¿con qué vida, con qué alma nos has a
dejar? Y de tanto llorar se quedaron dormidos.
—¡No, no! ¡No te vayas —le contestaron llorando— aunque venga tu señor,
tu encanto, nosotros le destrozaremos los cuernos.