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SEMIOLOGÍA
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Ti ley)
Índice de capítulos

1 | Generalidades 1 Sentido del guStO c.ocicnincininniniininnininn 58


Termomettía CÍÍNICA ..oononinnninenmom. 58
Exploración .oococicinininninnonennononaricinnnnnoos 1 TernIMÓMEetro eoncccccnnncnnnnnenennnncnncninnnnnns 59
InterrogatorlO .mmoiccncorncinoninnnnnnrnnoos 2 Lugar de toma de la temperatura .... 59
Historia clínica por apartados 9 Características de la temperatura cor-
Filiación y antecedentes individuales... 5 POT cccccconononnnnnnonnnnacononononnaroono 59
Lugar de residencia. Hábitos de vida... 7 Tipos semiológicOS common. e. 09
Semiología del deporte 8 Métodos complementarios 62
Hábitos alimentarios .......... 12
Antecedentes familiares 14
Antecedentes patológicos o enfer- 2 | Neumología 63
medades anteriores cmo. 20
Comienzo y evolución de la enfer- INterrOgatoriO cococoncoccnncnnoncennannraninrarnoos: 63
medad actual 21 Filiación y antecedentes individuales 63
Inspección mcecronornrao. 21 Antecedentes familiares ...oommconn.... 64
Criterios básicos 22 Antecedentes patológicos o enfer-
Hábitos y vestimenta 22 medades anteriores cnmmciniinninn. 64
a 23 Comienzo y evolución de la enfer-
FaCieS commionionninninnnincnnncnncncncr narco nooo 28 medad actual ocio 64
Hábito corporal .ococicincnioniocinninnss 29 E 89
Estado de Nutrición cocccinninninnnnins. 33 Inspección somática general ............ 89
Talla y otros datos biométricos ....... 34 Inspección del tÓTAX coccinnininininicinnos 92
Piel y fameraS cnuncnnicnniniininiannnnen 36 ¡AA 112
Unas y peloS cocouniccnianinanininnnninnioreranos 43 Partes blandas y caja torácica .......... 112
Marcha ooccocconcccconoccnnicnno rca nanrnnconnoneos AS Ganglios del cuello, axilas y tórax ... 114
MOVIMIENTOS cooconconconanannnoninoncnananininna 47 Precuencia de la respiración y movi-
Palpación 48 lidad respiratoria cociicininnicnicnn 118
TÉCMICA coconnninnccicnaniconanoranon oro rnno nono 48 Frémito pectoral o vocal (vibracio-
TAPOS cocccnncnnancnnnonnnnnano nono ra oran rannon rin 48 DES LOTÁCICAS) coocicninoninninninnacnicninans 119
Percusión ..cociocicarnos 91 Elasticidad torácica 121
Métodos 51 Fluctuación torácica .onmmcinmiconninionns 121
Características 54 Examen físico de la tráquea y laringe... 122
Características de los sonidos .......... 54 Mensuración toráCICA cononnicnnnicnicnnncins 122
Cualidades de los sonidos ................ 55 Per cUBiÓN conninncninniniaarrr 123
Auscultación 36 Técnica percutorla cmmcioniocinonanicnninons 123
TÚPOS conccccnoncninccnnnanananinoos JÓ Repercusión de los procesos respira-
OLÍBEO coocciccininirinconocacicacn nacion cininannccn 57 torios en el sonido percutorio ...... 127
Índice de capítulos

Auscultación cmiccinnninanicininiricicinnss 127 3 | Cardiología. Angiología 187


Requisitos para la correcta ausculta
ción 128 Cardiología
Ruidos apreciados por auscultación.. 130 Introducción ... 187
Auscultación en patología respira- Interrogatorio 187
LOTA coocccnccciccconn
nono nanornncnn oros crncconnanos 131 Filiación y antecedentes individuales 187
Auscultación a distancia (extrauscul- Antecedentes familiateS oo... 189
LACIÓN) connincnniconeccrrerrrrrercrs 139 Antecedentes patológicos a enfer-
Procedimientos de exploración combi- medades anteriores ........ o 190
nada 139 Comienzo y evolución de la enfer-
Exploración radiológica ... 140 medad actual connccnncnnnincnsm. 190
Examen simple ocios 140 Manifestaciones clínicas de las car-
Proyecciones radiográficas ..o..oo....... 144 ANOPAtÍaS cooooociriuincncncanecrnracanes 190
Imágenes radiográficas en condicio- INSPECCIÓN conncncnninncnonnaconcnnancononcnncanannons 209
A 145 Inspección somática general ............ 209
Exploraciones radiológicas con me- Constitución y anomalías morfoló-
dios de contraste 147 gicas congénitas o adquiridas ...... 211
Imágenes radiológicas más notables Inspección de la región precordial ... 214
en las diferentes enfermedades del ¡CAT 216
Aparato respiratorio mmmmrnreoos en 148 Sensibilidad de la región precordial 216
Broncoscopia 162 Investigación del latido cardíaco ..... 217
Pleuroscopia o toracoscopia .... 163 Vibraciones valvulares (choques val-
Mediastinoscopia cmmccinimineniiccinns 163 vulares) 218
Pruebas CUtÁNLAS comnnnincininnnnnno 163 Estremecimientos catarios (thrill o
Punciones biópsicas y biopsias qui- AT AN 218
rúrgicas 164 Ritmos de galope diastólicos ........... 219
Exámenes de laboratorio 165 Frotes pericárdicos 219
Examen del esputo cinco... 165 PercasiÓN oocccncnnonnccnnn
nacer errar racicoiis 219
Examen del líquido pleural 165 Percusión del área cardiovascular
Sangre (exámenes morfológico, quí- AMMBTIOL cocconcononcnocconncnna
canon roronccnnso 220
mico y enzimático) 167 Percusión del área auricular izquier-
Exploración funcional 167 da posterior 221
Exploración de la ventilación ........... 168 Auscultación cociicinicinnonnononncananinonnnnnnos 222
Exploración de la difusión 171 Normas para una auscultación car-
Exploración de la perfusión ............. 173 EN 222
Exploración de la circulación .......... 173 Semiología del pulso arterial .......o........ 234
Angiografía pulmonar selectiva ....... 174 Consideraciones en la palpación del
¡ET 174 pulso 235
Equilibrio ácido-básico en las altera- Métodos complementarios en el
ciones de la función respiratoria .. 175 diagnóstico 249
Síndromes respiratorios más frecuen- Electrocardiografía 249
A A Fonocardiografía coc... 270
Utilidad práctica de las pruebas fun- EcocardiograñÍa momia». 271
cionales pulmonares Cateterismo cardíaco cocineros 286
Semiología aplicada ..0.ocionnniininmimm. Tonometría arterial cooconononni.n.... 290
Derrame pleural Plebograma comico... 290
Engrosamiento pleural 0... Tonometría venosa 290
NeuUMOtÓTAX coccocicicconcnninncncononcancnccnnns Tonometría capilar 290
Condensaciones pulmonares ........... Resistencia capilar 291
Cavidad pulmonar Radiodiagnóstico del corazón y gran-
Enfisema ES VASOS cicocccconoronconcaconornonnoncononos 291
Síndrome mediastíMiCO common... Angiografía por sustracción digital .. 297
Gammagrafía o escintigrafía cardía-
CA cocoa cicononononnonan
no cononon ni ninnanininniaes
Índice de capítulos XVII

Cardiografía. Angiocardiografía se- Trastormos sudorales coco... 331


LECtiVA cncnnncninncconinoncrarnernrncnnnns 298 Isquemia crónica cutánea comemos. 331
Mediastinografía gaseosa 299 Edema 332
Pruebas de laboratorlO .ocinicnniic.. 299 Úlceras 332
Examen hematocitológico ............... 299 GAMGBreNa cnncicnccnnnnnnnnanono
roca nononornninnno 333
Examen QUÍMICO comccocnnninnicninnnnnos 299 Palpación 334
Punción biópsica del músculo cardíaco... 300 Oscilo Meta comccnnincnnnnnnonnnn 339
Exploración funcional ..ooononnoni.. 300 Auscultación comicios 339
Prueba de la apnea voluntaria .......... 300 Métodos complementari0S mommcmmmm. 341
Pruebas de esfuerzo cnmmininininnninnnos. 301 Ultrasonido (efecto Doppler). Isóto-
Índice pronóstico de riesgo vascular... 303 POS TAdÍactivOS cmcinicnianinacincninos 341
Pruebas farmacológicas coco... 303 AMBiOgrañÍA cocoicncinincinicionacinicncas 341
Tiempo de circulación .omnmonninin... 303 “Tonometría y resistencia capilares .. 343
Prueba electrocardiográfica .............. 303 Oximetría en la sangre periférica .... 343
Semiología aplicada conocio... 303 Semiología aplicada cocino... 343
Insuficiencia COTONATÍA coccion. 304 Sindromes aorticoaneurismáticos ... 343
Procesos pericárdicoS ...mmmiininicinannoso 304 Síndrome arterial isquémico agudo
Procesos MiOcárdicOS .occcccccninn.. 307 y crónico 345
Procesos endocárdicos mmmccoconocononanos 308 Varices mmm... 348
Lesiones valvulares occ. 309 Maniobras o técnicas de exploración 349
Cardiopatías CONgÉNILAS ..cioniioinonis. 315 Tromboflebitis. Flebotrombosis ...... 351
Cardiopatías congénitas con corto- Procesos liNfÁtiCOS coccion... 356
circuito sanguíneo derecha-izquier-
A cncicccococonornnornon
crono 315
Cardiopatías congénitas con corto- 4 | Gastroenterología. Hepatología 357
circuito sanguíneo izquierda-de-
LOCA cnniciccnnccaniano nc nono nnarnncnnnans 317 INTerTOBatOTÍO conncncninnnoinnnnicccncaninonoos 357
Cardiopatías congénitas sin corto- Filiación y antecedentes individuales.. 357
CALCULO conciccinncciccncnnocano ninnonaninconcons 318 Antecedentes familiares o... 358
Corazón pulmonar (cor pulmonale)...... 320 Antecedentes patológicos o enfer-
Angiología medades anteriores comico... 358
INterTOBgatoriO coconicinininniniocarinnncancnonasos 322 Comienzo y evolución de la enfer-
Filiación y antecedentes individuales... 322 medad actual cocccnnnnnnninnnn.o. 359
Antecedentes familiares ooo... 323 ¡CS 359
Antecedentes patológicos o enfer- Hábito exterior .... 359
medades anteriores cnn 323 FEACÍBS connmicriniccrannarcerer carrera 361
Comienzo y evolución de la enfer- ComstituciÓn c.mcincnnnninininninionccs 363
medad actual conciccicnnnncnn. 323 Estado de nutrición .... 363
INSpecciÓN concinciccnnicconacininncnnnnnnacanacananis 327 Anomalías de la piel 363
Inspección somática general ............ 327 ADOOMEN conniccccnnnninnonocinnonononoianocaronarinos 366
Inspección local de las extremidades.. 328 Inspección de la piél occ... 366
Cambios de color de la piel ............. 328 Anomalías de la forma y en el volu-
Varice arterial onu. 329 men del abdomen cummins... 369
Tumores glómicos (glomangiomas).. 329 Palpación oocooccinnonnonicionannccicninnon 373
WMATICES cooccninccnonnconinnonocononoracononirinano 329 Regiones anatómicas del abdomen.. 373
Hemangioma cavernoso (o cavenoma).. 330 Sensibilidad y temperatura cutáneas... 374
Linfangitis aguda .o.ocociccincionionianns. 330 Reflejos cutaneomucosoS + 375
Compresión u obstrucción de los va- Examen del sentido de la corriente
SOS LINFÁTICOS coonnnincinncinnionccononos: 330 sanguínea en la circulación veno-
Trastornos tróficos de origen arte- A 373
rial O VENOSO commmmcsiicrninciacanonnonanosos Anomalías del tejido celular subcu-
Alteraciones ungueales .... LÁMCO coonocconocinnnnnn
nino non orina ron 375
Atrofia CUtÁNEA c.o.comoccccnocns Apéndice xifoides. Borde costal. Os-
PiliacióN coccnninnnnnnninonncnaconanccinncannnanono LBOCONOTÍIS coccoonnnnoninnacinnancnninons 376
XVII Índice de capítulos

Tensión abdominal conncccnnnnnn... 377 Región anorrectosigmoidea ........... 479


Regiones herniariaS como"... 380 INSPecCiÓN commiccinninnnnncnn nica 482
Palpación profunda concocicinnioninons 381 Hígado y vías biliareS ooo... 496
Per CUSIÓN cococicacnnnonanonnnnonnncanrnnncn cinco 381 INterTOBgatoriO cnicinnninnnnnninnnnonos 496
Enfisema subcutáneo cmmiciciniacinnannos 382 INSPECCIÓN conmcnncnnncninnnocinnancos 902
ASCÍTIS comiconncnnininannanoncinno nancn conca nanan 382 ¡ÓN 502
Irritación peritoneal .oconiinnnmin... 383 ¡TS 508
TUMAOTES conccccccccnncnnconon cocinan naciona 383 AuscultaciÓón comicios 509
Oclusión intestinal cunnnnninnninninn. 383 Exploración radiológica .................... 510
ODIOS PLOCESOS cononcnninconcacinccnnnnincnnins 383 Exploración funcional coco... 517
AuscULtaciÓN cmmiicnninnninnnnannacicanns 384 Síndromes biolÓgicOS commccininn... 521
Combinación de métodos exploratorios 386 ¡A 922
Signo de la oleada ascítica (Morgagni) 386 InterrogatoriO cocccicinnnnnnninannccnnininicos 922
Signo del téMpano onciiicninninicinn 386 ¡E A o]
Signo de doble ruido ascítico (Lian y PalpaciÓn connininnnnininncninniniiinoo 920
OdiMet) dconcinninicinnoracaresnnaornnnnos 386 Percusión. Auscultación coccion 328
AR 386 Exploración radiológica ooo... 528
Signo de la vibración abdominal (de Exploración funcional ummm 029
BLU) concocncinncononnonnonnconocoroncrnconcnncoo 387 BAZO connccocinicnonnanoninnanncnncannos
Laparoscopia common 387 Interrogatorio
Punción abdominal 388 INSPECCIÓN moccnncicnnnonninncccinnnccicianncn
Peculiaridades del líquido intraperi- ¡EA
tome cuco noria 388 POLCUBIÓN concccicnnnnoninnonianicanccnnonocncnnos
Citología del líquido intraperitoneal 389 Auscultación
Enzimología del líquido intraperito- Exploración radiolóÓgiCa common... 534
A 389
Radiología simple del abdomen .......... 389
Cavidad bucal y glándulas salivales .... 391 Urología. Nefrología 535
INterTOgatoTiO cnninnnninnnacannco 391
Inspección y palpación ..oconiionnicion. 395 Urología
Examen radiológico mnmnicinnninicnnoniannes 404 Interrogatorio mmm 030
Glándulas salivales ooo... 404 Filiación y antecedentes individuales 535
INteTTOBAtOTIO cnniinnninninaninna 404 Antecedentes familiares .................. 936
INSpecciÓN coccion 405 Antecedentes patológicos o enferme-
¡A 405 dades anteriores comicios. 536
Examen radiolÓgBiCO cocino 405 Comienzo y evolución de la enfer-
Sialografía conocio 405 medad actual coccnnnninnninicoo 537
Semiología radiológica cominmnmm.. 406 DS 5937
Biopsia ASpiratiVa ooccococccccccann 407 Trastornos en la evacuación de la
¡O 407 OMÍDA cocconncccncinonrnnn coronaria 941
INterrogatoriO cmmconccccinnncononccinnnconanos 407 INSPecciÓN concncinnncnnnonanonioncnicnaconinanos 944
INSpecciÓnN cnmcinnnnnincnicninncnicnccins 408 Palpación coniicinnininnicinnnnicirrnricins 546
Auscultación comconncnncnninccircnarnn 408 Palpación parietal conncnninincn... 5946
Examen radiolÓgicO coccion. 408 Palpación del tiBÓN concmncnninnn.. 546
¡E 416 Palpación del uréter ooo... 549
INterTOgatoOriO commnninnnninnnnnnicicn 416 Palpación de la vejiga urinaria ......... 3949
INSpeccCiÓN cnncccicinnnnninncninnnicccnnncconnnas 427 Palpación de la próstata y la uretra .. 549
¡AA 428 ¡A 3949
Examen del jugo gástriCO common... 431 Percusión abdominal coocnnnnni... 549
Examen radiolÓgiCO coommcnninnms.. 437 Percusión de la región lumbar ......... 3930
IMtestiDO moncinnicnnnnncinncnno nro 445 Percusión palpatoria translumboab-
NO A4AS o 550
Yeyunolleon y COÍOM coccion... 454 Percusión de la vejiga urinaria ......... 330
Col concncicnininnannnacinicnaniccanincannns 471 NA 550
Índice de capítulos XIX

Técnicas complementarias o... 551 Túnica serosa Vagidal ooo... 582


¡A IA 951 ¡TA 382
UTEtIOSCOPIA cocnccnnoncnnanannarnnancononicncnnos 351 Testi cUÍOS cocnnnnnncninnnnnncncnincnncarinos 583
Pieloureteroscopia ...mcincicnnininicrncnions 951 Cordón espermático y conducto de-
Cateterismo ureteral coccion... 551 LETENtE concinninicinincncnoninocannanocanca
ninos 584
Cateterismo uretral conoci... 551 Unidigital (o tacto) de la próstata .... 584
UT OdiMÁMICA cooccicccninnnicnnnnanocanocnancnnos 551 Vesículas seminales ..oomnnnnnncn... 580
Análisis de OTÍDA cooconnninninnnicinicninnnnos 952 Glándulas de COWPer coccion. 585
Caracteristicas de la OTiMA coo... 553 ¡AAA 585
Examen radiológico ..ooinnniconnoncm... 560 Ganmglional coccicininoninccnniconncninnannnanions 985
Radiografía simple ...oooinninin....... 560 Transiluminación .oomocinnnicnnncin.. 586
Ecografía c.oomioconnninncnnninariannaconccronaroso 560 Examen uretroscÓpiCO mmcoromoonminnarosos 386
Neumorretroperitoneo ..oiocicciciicios 61 Cateterismo uretral cnn 086
Urografía estándar ..icoiconionnonoionoaso: 361 Biopsia proStátiCa cmo... 386
Urografía por infusión lenta ............. 5962 Biopsia testiculal ..ooniiininiinicininm.m. 386
Pielografía ascendente. Pielografía por Exámenes de laboratori0 mmm... 587
punción percutánea cun aguja ...... 363 Exámenes cilolÓBicOS cocccionicnninin. 387
Cistogralía .ooccnciconncnnncinncinnaninicornninnos 563 Examen del semen (espermograma).. 587
UretrOgrafÍa coococconncnnnnnonicanicrnaninccinno 563 Enzimas y hormonas séricas ........... 587
Tomografía axial computarizada .... 563 Cromatina Sexual c..omocinnninion. 588
Resonancia magnética nuclear ......... 563 Determinación del cariotipo ............ 589
Renograma isOtÓpicCO .cccniiciniornnonnnos 563 Examen radiológiCO ..oonicininionicnnims: 589
GammMagrafÍa coccicinininininininnennncnaninos 364 Deferentovesiculografía y glándulas
Arteriografía renal ..onionioninninninm.. 564 ART A 589
Imágenes radiológicas anormales .... 565 Uretrografía retrógrada common. 390
Biopsia renal percutánea common... 967 Uretrografía miccional como... 590
Nefrología Ecografía conicicininnnninininnncrcinrincinnnn 590
Exploración de la función glomerular .. 568 Tomografía axial computarizada. To-
Filtración o filtrado glomerular ........ 568 mografía axial de alta resolución..... 590
Concentración plasmática de creati- Genital femenino
DÚDA cniconnnnnnnnnnnrcnncn
nano canaria nano 368 INterTOBatoriO ccmcconinninnnnnccnnincnnccnrnnncnn 390
Aclaramiento de la creatinina .......... 368 Filiación y antecedentes individuales 390
Concentración plasmática de urea .. 569 Antecedentes familiares ...onuommnmm». 592
Aclaramiento de la urea (Van Slyke) 569 Antecedentes patológicos o enferme-
Exploración de la función tubular ........ 569 dades anteriores
Medida del flujo plasmático renal ... 569 Historia menstrual
Exploración de la capacidad de con- Historia geMésica commission
centrar la OriMA conoci. 570 Comienzo y evolución de la enfer-
Excreción diferencial de agua y sal medad actual concnnnininninnicinnn: 997
(prueba de Howard) ooo... 571 Anomalías menstruales ummm 600
Prueba de la capacidad de acidifica- Flujo cncmcnnnnnrnncnnnnncanecrnnroronarcnrrrarar
ens 601
ción de la OLÍDA coonconninnncnc.. 571 Prurito vulvar .............. aurncrnrenrnrene 603
Síntomas y signos compresivos ....... 603
¡TA A 603
6 | Aparato reproductor 573 Inspección somática general ............ 603
Inspección del abdomen y mamas .. 606
Genital masculino Inspección y examen genital ........... 607
INterrogatoriO ..mmmomonmoinsnnccnnriarannononora 973 Colposcopia .cmnmccininenicirrnenirnrnrronss 610
Cronología de la pubertad ............... 575 Uteroscopia o histeroscopia ............ 610
Inspección coommonconocincncnconnoncnraninicnorororanos 977 Laparoscopia (celioscopia). Culdos-
Inspección somática general ............ 977 copia (douglascopid) comico. 611
Inspección somática local ................ 578 AIMIMOSCOPIA cecicnnnccnnnconononncnnrncnnanonoas 611
¡ETA 982 AIMNIOCEnNtesiS mcincnconinnonorinncncrorinoons 612
¡A 582 ¡A 612
XX Índice de capítulos

Palpación del abdomen comino. 612 Adenolipomas, leiomiomas, condro-


Tacto vaginal .ocicinicinninccnninirinccnnns 613 IAS Y OSLeOMAS conconmaonocnnrnacnacinanoso 630
Palpación combinada vaginoabdomi- Anomalías en la diferenciación sexual.. 630
Mal cinco nano rconnn nro 614 Discinesia gonadal y síndrome de
Palpación combinada rectoabdomi- TUNEL cooccccnnnncccnnnononononononanarnnararonos 630
Dal cnnnnninnnoncconionono nino n nn riccnnonnconaos 616 Síndrome de Klinefelter ................... 630
Palpación combinada vaginorrectal .. 616 Síndrome de las «superhembras» o
Palpación combinada vaginoperia- de las tres X cooncnnnccicnconnnnnnanncronacoss 630
Mal ccccacininaninonnccnnancncno narran 617 JA 631
DisterOMetTÍA conocicicoinncnninonennincnananos 617 Hermafroditismo verdadero 0... 631
PercUsiÓN connccicconoccononornnaccnnon on nac onconoanos 617 Seudohermafroditismo masculino .. 631
Auscultación coomcocicioncconininnicnrncncnrnnaroso 617 Seudohermafroditismo femenino ... 631
Examen DIÓPsiCO cciciccinnonincccanonocinrnnos 618
Biopsia del CÉMVIX cooocinncononcconinenonenros 618
FLORES coocionciccocinnnncnanonncncnocn ronncraronnonos 618 7 | Oftalmología 633
SeCreCiOnes cecciciinninnconccnnanacanianananins 618
¡AI 618 INtETTOBAtOTÍO cocnorcnnnnnnanonnnncn
nor ornerannooos 633
Ecografía conccicininnncniconincrnracnaioncnoos 619 Filiación y antecedentes individuales 633
Indicaciones de la ecografía ............. 619 Antecedentes familiares .....o...u..... 634
Examen radiológico ...cococinionnionanonenconons 620 Antecedentes patológicos o enfer-
Radiografía Simple .oommiconiniicinoncnos 620 medades anteriores ...mooccncnniccinons 634
Histerosalpingografía ..ociinninicicin.. 620 Enfermedad actual ..o.coonnncnnininnoncno 636
Flebografía endouterina coccion... 620 Inspección. Palpación coco... 642
Exploración funcional conocio. 620 Regiones periorbitaria y superciliar .. 642
Medición de la temperatura basal du- DÁTpAadOS mniicccoccncarcnnnrnenenenecinaraos 643
rante el CiclO conncninncoinccacmnorenna 620 Pestañas coocmmccnnonconnnccónononnncaronnrccnnananos 645
Citología vaginal ..unninininonaninnn 621 Hendidura palpebral ..oocicinniin..... 646
Secreción cervical connncnnnnnnnnnnn. 621 Distancia interorbitalla .....ommomm.. 647
Biopsia del endometriO comico... 622 Ojo o globo Ocular monccinionioni... 647
Dosificaciones hormonales .............. 622 COMPUNEIVA cociciinnnannnnonnanonanconenucanininss 651
Marcadores tumorales ....oomoniicon.. 622 CÓMMPA conccnncncconoccnnnocannnconnanonorcanennnnnos 653
Exploración de las mamas femeninas .. 622 ¡A 654
INTETTOBAtOTÍO coccncncccaninicnonacinnonanos 622 DIAS coccccnononannn ronca nn er nn nn nn ccnnnnnnnne
SÍgNOS Y SÍNLOMAS comrnnianninnicinocnos 623 Pupila ooo
Estado general comciconicininnninicninnacnns 624 Cristalino
Inspección. Palpación coonocioininicinnnnnno. 624 Motilidad del globo ocular ............... 663
Técnicas complementarias cocoa... 626 Parálisis de los músculos del ojo ...... 664
Mamografía cnmconicinininnnsncanininrninnas 626 NistagIMO coonccicccnnnnnnnnanonncinianaccnnonans 665
Examen citolÓgiCO cocino. 627 Desviaciones de la mirada ............... 667
Transiluminación c.mocninnicninnnnno 627 Esquiascopia. Retinoscopia +... 668
TerMogralía coonninnoninnicnnccicisas 628 Exploración funcional del ojo ...........-.. 668
GammMagrañÍa cococnconionnconicnnnnncncnnnnonns 628 Agudeza visual cnnmccninninnninincninnios: 669
Fotografía INÍTarrOja coccion. 628 Visión CIOMÁLICA coooconccnccnnononicicananonos 670
¡TT 628 Campo visual connicicnniinininnninincncnnnns 670
Biopsia por escisión ..oooinocininccorannnnoso 628 ESCOLOMAS cocccccnconnncnnonancnonannnnncononanonos 672
Marcadores tumorales o... 628 Hemianopsia cnccnicionnicacinonionnracinnnoss 672
Semiología de las mastopatías ............. 628 Examen del fondo de 00 coccion... 673
¡A A 628 Examen radiolÓgICO ..cooonooinnnincnnnnionnno:
Enfermedad de Paget common... 629 Radiografía simple
Mastopatía fibroquística com... 629 Tomografía axial computarizada .... 677
Papiloma intraductal .o.ocnninnin... 629 Resonancia Magnética cmmmcnciniinnono. 677
FibroadenoMaS cms 629 Ecografía mommccinncinnninanononacaninononccnnnnes 678
LIpOMAS cniocicicnnnnnnncnnnncnranocncccnananinoo 629 Electrorretinografía (ERG) y poten-
HeMangiomMas emocincoconconenicconocinranananas 630 ciales evOcados ccccooccncccnnnconccinnnons 678
Índice de capítulos XXI

8 | Otorrinolaringología 679 Inspección externa nasal ............... 705


Inspección del vestíbulo nasal ......... 705
INtrOdUCCIÓN cmonicininnnninonncnnncaniarannonirons 679 Métodos complementarios de explora-
Aparato auditivo A
INterrOgatoriO cncmcciocnnoninnonncccaninncanaororaso 679 Rinoscopia anterior
Filiación y antecedentes individuales .. 679 Rinoscopia posterior
Antecedentes familiares ....oo.ommoco... 680 Diafanoscopia o transiluminación ... 707
Antecedentes fisiológicos ................ 680 Punción diameátiCa mommiiiininicninnn.
Antecedentes patológicos o enfer- Exploración endoscópica
medades anteriores cmcionimonenononos: 680 ADIIOSCOPIB cocnnconcnnenconinnoranenaninnnnananos
Enfermedad actual ....coonicninninnnio.. 680 Exámenes funcionales ..ommoconinin..
Sintomatología de los procesos óticos 680 RiNnOMAanometrÍa cncnnioninnnicannccinn
Inspección. Palpación c.omiccciniricincnroreroso 683 Espirometría
Pabellón auricular c.oonicinnioninnio... 683 Olfatometría
Región periauriculal conca... 684 Exámenes de laboratori0 common...
Inspección del conducto auditivo ex- Examen radiológico
LEIDO concononnononnononor
corno nonon cnn an canrnan nos 684 Radiografía simple
¡A 685 Cinevideorradiología «omo.
Exploración de la trompa auditiva .. 687 Tomografía de alta resolución ......... 710
Exploración auditiva .ocociinioninnnnonos. 687 Faringe
Agudeza auditiva comccininciniinnicnnnes 688 Interrogatorio .emmnconnonennnnccarinncnoranocnnnso 710
AUQIOMEtÍA cocmcicinnnnnnccnnnnnnannanacinnonn 689 Filiación y antecedentes individuales.. 710
Eficiencia o conducta auditiva ......... 689 Antecedentes familiares ................... 710
Metodología de examen occ... 693 Enfermedad actual c.oncninininninnn. 710
Valoración de las pruebas ...cmmmcco.o.. 694 Manifestaciones clínicas de los pro-
Exploración funcional del laberinto CESOS ÉArÍNgeOsS ccmmninionicninanianinnns 711
POSTELLOL cococcccccncnninnnninnnnnnninnarinonos 695 Inspección y palpación cnmnininnnn.m.. 712
Exploración radiológica 695 Tumefacciones cervicales externas .. 712
Radiología simple .......... 695 ONTOÑALINBE coconicnonncnninonannoninanannanananns 712
Tomografía de alta resolución ......... 697 Nasofaridg8 cocciicionnonicnnnannncncncnininina 715
Resonancia Magnética .omcincinicrncnnnss 697 Hipofaringe o laringofaringe ............ 716
Nariz, fosas nasales y senos para- Examen radiolÓgiCO common...
nasales Radiografía simple
InterrogatoriO emmomiccinannnnonininanrinenanoninos 698 Tomografía de alta resolución ......... 717
Síndrome obstructivO ........... 698 Arteriografía Carotídea ...cmmicicninn... 717
Hiperreactividad nasal 698 Arteriografía superselectiva ............. 717
SIMUSILIS cocncinncnnncinininnncannininos 699 Cinevideorradiología
Sindrome secretoriO comme... 699 GammMagraÍa coccion
Síndrome hemorrágico 699 Exámenes de laboratori0 coccion... 717
Síndrome neural doloroso ............... 700 Laringe
Vacuum SIMS connicinonicniccccs 702 Manifestaciones CÍÍMICAS 000.0. 718
Barotraumatismos sinusales ............ 702 Disfonía 0.
Agenesias sinusales ccoo... 702 DISDRA coconcnccnnannoncnncnnanonnnnon oro nnrrn creo
Fosas nasales estrechaS omic... 703 Disfagia y Odinofagia coccion. 718
Síndrome del ganglio esfenopalati- Parestesias
no (de Sluded) ccooncninnnininconinn. 703 DodOY coococooccccionccoconconncononoonnnononcnncnnno
Síndrome del nervio etmoidal ante- TOS canciciccnocononcnnnnnncon nn nor nan nn rnanananni
rior (de CharliM) co.ninnnnninnnin.... 703 Hemorragias
Síndrome espasMódico ocn. 7083 Inspección y palpación
Rinitis vasomotriz o hiperreactivi- Laringoscopia cmimicicnonininininneirinincnnos
dad nasal coninnninnnnnconnniannccos 703 Examen radiolÓgicO ...oomicoo.......
Síndrome sensorial olfativo ............. 704 Radiografía simple
¡ATT 704 Radiografía con medios de contraste 721
INSPecciÓN cnncicninnnnennoninnianocanonanoranoninos 705 Cinevideorradiología mmm... 721
XXI Índice de capítulos
Tomografía de alta resolución ......... 721 Semiología neurológica de las manos 774
Videoestroboscopia m.mmconicnnnnnsoneinns 722 Semiología neurológica de los pies .. 7/76
Exámenes de laboratoTi0 ....cmmmminniinecnss 722 ¡A 776
FaCIeS conorioncccnncanoonacnononornnco
naa no nn nara noon 277
Marcha cococccccinnncinniccnnrennccrnrcnncrnns 780
9 Endocrinología 723 Palpación. Percusión. Auscultación ..... 784
Exploración de la motilidad ................. 785
INterrogatoriO minmmcononnrncncinonrcnrnonnannnnons Motilidad cinética voluntaria ........... 788
Herencia endocrina Motilidad cinética involuntaria ....... 788
Factores tóxicos, infecciosos, emoti- Motilidad estática (tono muscular) .. 799
vos, sociales y ambientales .......... 724 Exploración del tono muscular ........ 800
Enfermedad actual ....oonnnoonionnocicnnn..... 724 Exploración de la sensibilidad ............. 803
INSPecCiÓN cocooccccononnnnnnconcnnannocnrernnnnnnnoo 725 Anatomía de las vías sensitivas ....... 803
CONStItUCIÓN .oococcnocnnoncnnananinnn corn rnnnnos 725 INterTOgatoriO .ocicccnnononnrorionerononinnos 806
EaciesS c.0ccccnnoccccnonnncnronanononnnoncónnnanonnnoos 723 Examen objetivo de los trastornos
Investigación de la talla .................... 727 de la sensibilidad ...oooomionninninn... 807
Investigación del pesO ..coocinonicanaronoso. 728 Síndromes sensitivOS cnn 809
Examen de la piel c.nninicnniononinninnonoo». 731 Exploración de la coordinación y fuer-
¡ATA 733 A A 814
HITSUtISIMOS coccconnncnnncnnancnnnninanrcnnncnnnos 736 Coordinación Muscular .omccncicin... 814
Exploración regional .....oocicinoccnaono.s. 737 Fuerza musculal concconninncnnnc. 816
Examen neuropsiquiátricO mmm... 743 Examen funcional de los grupos mus-
Exploración radiológica .................... 743 CUÍATES conciococoinnnanonccnccnninorncnancinoso 816
Exploración funcional ..ocooocininnroaoos. 746 Sisterna nervioso periféricO ..oiciocccciónso 817
Síndromes neuríticos, polineuríticos,
plexuales y radiculares o...» 817
10 Neurología 755 Nervios craneales ....oooccoicconnnnnonocnnnnos 819
Nervios raquídeos o espinales ......... 827
INterrogatoriO emcoconnnnnnninnarinncnorornononinos 735 Trastornos trÓÍICOS +.ooooccionncnnonenconennrosa 839
Filiación y antecedentes individuales 735 Piel y fameras ocoococcccncnconocnnccnncnnos 839
Antecedentes familiareS o... 757 MúsculOS cooccccconnnnninnoncnnanenccnnincnanno 840
Comienzo y evolución de la enfer- Huesos y articulaciones ................... 842
medad actual c.ooocnnicnnnininnnin. 758 Alteraciones de la micción, defeca-
Signos y síntomas fundamentales en ción y potencia sexual ....omc....... 842
la anamnesis neurológica ............. 759 Voz. Lenguaj€ ..cococicioinnconnnnnanancarinncnnis 844
IOSpecciÓN comcocicicconncnnnnnnenrnnnnncrrnnino 771 Disfomía coocooinocinnnociccnnonannonornornnncnncios 846
ACRÍLUÁ cococnnncnonononnnonanononn
nono ranrcnnnanon 771 DIiSartIIAS conoiconncnnnnccnninconnanoncon ccnnanins 846
¡UNA 771 DislaliaS ..o.oconnnnicnnnconnnicrrninncncnnno 847
Hemorragia cerebral ...ooonicicnioios. 771 ¡A 848
Diplejía cerebral espasmódica infan- Dislogias
til (enfermedad de Little) .............. 772 IN
Paraplejías eSpáStiCAS .omrmeonmcnronaccnos 772 MUÁeZz oooociciiccrccnirannrrarineracacaninen
Encefalitis epidéMicCa ..o.ooniicininininanno» 772 Agnosias
Enfermedad de Parkinson +... 772 Apraxias
Hipercinesias espasmódicas ............ 772 Sistema nervioso VegetativO coco... 855
Actitud cerebelosSa ....oonoomnccnninniononn. 773 Síndrome piramidal ..o.coonionniccinc.... 858
Enfermedad de Friedreich ................ 773 Lesión transversa de la médula ........ 864
Lesiones unilaterales del laberinto o Síndromes extrapiramidales ............ 866
del mervio auditiVO common... 773 Movimientos involuntarios ............. 872
Tabes dorsal commnnnininninninnnoro 773 Síndrome cerebelosO ...oooociociinic..... 875
MiopatíaS comcccinonononenanonerarirncnnos 773 Sindrome vestibular
Ciática radicular 774 Síndromes de hipertensión e hipo-
Tumores extramedulares e intra- tensión endocraneales .................. 882
Iedulares ccocioccnncnnonnnninncnonninnonnns 774 Síndrome Meningeo mmmccocsminnmnconnns 883 -
Índice de capítulos XXI

Síndromes topográficos del cerebro .... 884 Articulación temporomaxilar .......... 940
Síndromes topográficos de oclusión Examen del líquido sinovial como... 940
cerebrovasculal ...mmmommesinrirneannianaso 888 Caracteres macroscÓpicoOS .ccccoicooo: 940
Carótida primitiva. Carótida interna.. 888 Exámenes de laboratori0 00... 941
Cerebral anterio! c..omocrccccnccninanaronanónn 889 Estudio citolÓgiCO .ocninionioninionnnanns 941
Cerebral media .....oonncccnnncninnnnnconinnnono 889 Examen bacteriolÓgicO mmm... 941
Cerebral posteriol cmmcinonmenncconcs. 890 Cristales ..oocnnncnnnnccninconnnnnncononnconano
Tronco basilar y SUS Lamas .............. 890 Examen bioquímico
Arteria vertebral y SUS IamasS ........... 891 Determinaciones inmunológicas ..... 942
(COMAS ccconcccnnnononnnnnonononenoncnrnnnrnno
rancia 891 Exámenes de laboratorio minis: 942
ÍDLerTOBatorÍO coocccicncncononinnoncnnncnnnns 891 Exámenes inespecÍficOS conocio... 942
Examen ObjetivO cooccccnicinconioninoncns 891 Velocidad de sedimentación globular 942
PTOMÓSTICO conoconnnccnncnononanonnnnnnncanncnononos 895 Proteína C reactiva o.cocccocononccnonionnonos 942
Líquido cefalorraquídeo commiiiccccncanos. 895 Exámenes especÍÉicOS cmmccioniciciono. 943
Análisis del líquido cefalorraquídeo.. 897 ÚTICODIA coccccccccccnnnnnonnnnonannnnncnonanannonos 943
Estudio electrofisiológico .........o.o...... 899 Factor reumatoide ..ococococconcnnnonncinnnos 944
Electroencefalografía coccion. 899 NO 944
Potenciales evocados ..coomiommiomesininnnss 901 Anticuerpos antinucleares -............... 945
Neurografía motriz y sensitiva ........ 906 Anticuerpos anti-ADN c.onncicinnneoinns 946
Electromiografía ..cciconicnnionscnnenines: 908 OTIOS AMEICUETPOS cococcocacnninnannnraninnaros 946
Biopsia Mmusculal c.nomniionionicnninnnno.. 910 AntiestreptolisiMaS ...omononcnnino.. 947
Neurorradiología .o.occnnininnnnmomn.. 910 Metabolismo fosfocálcico ................ 947
Radiología simple del cráneo y co- Columna vertebral ...ooooconcniinnninninnnn.... 948
lumna vertebral ...onconncncoconinnncno.... 910 Generalidades ...ooononccconcncnonocónccrnncnóno 948
Angiografía cerebral ..ooomoniciin.. 911 INterTOBatoriO comicinnicinnnnncaninonnnnanons 949
Tomografía axial computarizada .... 911 Metodología de exploración .......... 950
Mielografía conocicinniniininniiniciincnss 919 IMSpecciÓnN cciociccninnannnnnonecan
nn onconacinnnos 950
Resonancia Magnética cmcccoicnnnianioss 920 Movilidad ....oooconcconoccncononccnnonnncnnonanon 952
Palpación y puntos dolorosos .......... 956
Otras maniobras
11| Reumatología 923 Examen radiológico
Proyección anteroposterior .............. 958
INterrogatoriO comcococncnronononcannnencarinananas 923 Proyección lateral ...ocononinnoni.... 959
Filiación y antecedentes individuales 923 Particularidades de la región cervical 959
Antecedentes familiares ......o..o..o..... 925 Particularidades de la región dorsal.. 960
Antecedentes patológicos o enfer- Particularidades de la región lumbar 961
medades anteriores common... 925 Particularidades de la región sacra
Comienzo y evolución de la enfer- AI 961
medad actual ...ooonconencnicnioninnnos. 927 Radiografías funcionales ...ooionoo.... 962
Exploración ClÍNiCA cocino. 935 Alteraciones radiológicas vertebra-
Juicio CÍÍMICO cmoooncconnnconnnanonnocincnso 935 les más frecuentes ocnninnnnnm 962
Manifestaciones articulares ............ 936 Semiología radiológica aplicada .......... 966
ATETOCONTESIS cococoncccnonnncnnonacononcnoninrncnnon 938 Hiperostosis anquilosante vertebral 966
Rodilla ....oo.oonconnnncinnnnnnninnccnncnnanoros 938 Espondilitis anquilosante .....o.omc.. 966
CEN 938 Artritis TeuMatoide c.mcninininciinnnn 968
Tobillo connnnnioninnnnonicncnionicncnnannaninoo: 938 Espondilitis infecci0SaS emmm... 969
HOMÓDIO ciccccccnnonnnonnnonenncnncnronenonnennaron 938 NeoplasiaS .ooonncininnninconninicinicconccanonos 969
COMO cnconcannnnnononanononoconnnnnnononannnnnnnnnnno 939 Rarefacciones óseas difusas ............. 970
Articulaciones de la Muñeca ............ 939 Enfermedad de Paget cmimicinincionninno: 970
Articulaciones metacarpofalángicas, Espondilolistesis ..ocoooconninnininninnm.. 970
metatarsofalángicas e interfalán- Anomalías morfológicas .............. 971
gicas de manos y pies cmoinonincoss. 939 Valoración de las escoliosis orgánicas 973
Articulaciones del tarso y tarsome- Articulaciones sacroilíacaS ..oooomm.... 973
LatarSiaMaS coormncnonnncnncccnconanccananananono 940 INterTOBatorÍO commiciinccicninnnccinincncnns 973
XXIV Índice de capítulos

IOSpecciÓN cmciccnccnccnccnnannorncnnoninnaninoos 974 Movilidad cococcnnnnnnninncncnonanirncaninoos 1007


Palpación Exploración radiológica .................... 1008
Movilidad
Maniobras de apertura y cierre de la
POÍVIS coooonnniocnnicionnnannnsnrornnennnnonoos 974 12| Hematología 1009
Maniobras que movilizan la articu-
lación sacroilíaca en cizalla .......... 974 IMtETLOBatoriO ciocccncionannnnonarenannarennnnnrnroso 1009
Exploración radiológica .................... 975 Filiación y antecedentes individuales 1009
Región de la cadera .ocoocccinnncnnnncnnnsnenoos 976 Antecedentes familiares ................... 1012
Interrogatorio commmonnenincnnannonnrnoninaroos 977 Antecedentes patológicos o enfer-
INSpecciÓnN cocoociccnninnasonaraninnnnarinananonoss 977 medades anteriores .ociocicinoncinnonos 1012
¡TT 978 Comienzo y evolución de la enfer-
Movilidad articulal ..0oooccnnnicinnnm. 978 medad actual dnciicnicnicininaninanones 1014
Exploración radiológica ........oococioo... 978 ¡A A 1014
¡A 980 DaciOS coccnnonnncnncnnoncnnoninnoncnncancnnononnonos 1014
INterrogatorio mcmmorenrinsrcnrininns 980 Cavidad bucal .oooinnnnninninniocanoneos» 1014
¡AA A 980 Signos clínicos cutáneos de las leuce-
Palpación conccconinoninincnnnanonanononononenns 981 MÚAS conncnnconnccnnn nio non cano rn rana rnnnicnnnnnos 1015
Movilidad pasiVa ..oooncniinninnmonnnss» 981 Inspección somática general ............ 1015
ATETOSCOPIA cocococionicncnnnanonnonnrroninnanonaos 983 Palpación momcioicicininnannonanononacocnnenacinnonos 1018
TobÁllO uoniciocicnnnacnnicnncnananinnoranicraranos 986 Examen de las adenopatíaS ....o.oc...... 1018
INterTOgatoriO coccccinnianennnnenonnninnnrnnnrs 986 Estado general cnncincinincnnonninnncocnnaracinos 1019
¡ST A 987 Exploración radiológica ooo: 1019
Palpación comciciniccccccnnnncnnnnenaronnenesnconos 987 Radiografía simple conocia. 1019
Movilidad cocinnininnccnnnnicnanncns 987 ¡TA 1020
Exploración radiológica .......o.oco.o.o.... 988 Gammagrafía liInfÁtiCA conoce... 1020
Articulaciones del pie 0.0000. 988 Examen de la Sangre .oncionicinnnninanonanos: 1020
INterTOgatoriO cmmcinnnccnanenannoncannnrncnoos 988 Volumen sanguíneo total (volemia) 1020
INSpecciÓN cooccoconnononnonacninccninonarannanoos 990 ¡Cc 1021
¡ETA A 992 Viscosidad coonmionicionicninacrncarernrnrnanons 1022
Movilidad cooociciinnnninnancnoncarncnnnnos 992 Velocidad de sedimentación globu-
Exploración radiológica ...cconioinoooso.o. 992 lar (VSG) cocoiccocconncnnonconnancnananconaraso 1022
Otras exploraciones complementarias 992 Hemoglobina comciccinnnnnoninonccnn 1022
Región del hombrO ...ocinonicicinincncnennnonos 993 Volumen corpuscular medio (VCM) 1023
Interrogatorio cooocmncnionennonenoninnnnnrnnos 993 Citología Sanguínea conocia 1023
¡A IA 994 Hematles coocccccconaccnnanonnnnnononnnincnnnninna 1023
¡ETA 994 ¡A 1024
Movilidad conioinoninninnncnnincninacos 995 ¡JET 1028
Exploración radiológica .................... 998 Dosificación de la hemoglobina ...... 1028
Región del COdO conoiconnconononanononccncnnnanaoss 999 Sideremia (hierro del plasma) .......... 1028
Interrogatori0 momiccnincnnanananinaneninnenono 1000 Transferrinerdla cmicinininininicininnncnons 1028
IOSPecciÓN c.ncccnnconnonncnnanicncncnanannnrannnos 1000 ¡TAS A 1028
¡ETA 1000 Hemostasia y coagulación sanguínea .... 1029
Movilidad -..ooooiconnnnniniininncnnciarararos 1001 Vasos SanguÍleos c.ccoccccconcnnnnnnnnnnnninro 1029
Exploración radiológica -..omoncoocicoonoo: 1001 Plaquetas (alteraciones de hemosta-
Región de la MUÑECA cnmninioiococnnninianinas» 1002 Sia PrIMATIA) coonnicninioninnoniionennenorosa 1030
Interrogatorio cnmnncncinnoninninrnannnannas 1008 Sistema de coagulación ...connininoncnnnos 1030
¡A IA 1003 Exploración de la hemostasia primaria 1031
¡ATA A 1004 Vasos sanguíneos 1031
Movilidad ooocnnnnnniinnicnnccinnirraos 1004 ¡SETA 1032
Exploración radiológica .................... 1005 Exploración de la coagulación ......... 10383
Manos y dedos cociciconicnnocinonanonononcannonos 1005 Sistema FibrinolÍticO ..ooooiciniccnnnnos 1035
¡A 1006 GTUPOS SANBUÍNEOS cocccccconncnnnnoncnarcnionoos 1035
PalpaciÓn cociccoccccoccnoncnonanonanenaconeninnonos 1007 Sistema ABO ionnniciniicinnicnnnaninnanonnnos 1035
Índice de capítulos XXV

Sistema Rh (Landsteiner y Wiener, Síndrome hipoglucémico ................. 1058


MIMO cocccccnnconcnnononononcnnnono
naar canionaras 1036 Síndrome hiperglucémico «accio... 1061
Variantes del D .oonnnnncnnnnnnnnccos 1038 Anomalías congénitas del metabo-
Enfermedad hemolítica del recién lismo glúcido o occcciicncnconononos 1064
nacido (eritroblastosis fetal) ......... 1039 Semiología de los trastornos del meta-
Aspirado medular (Arinkin, 1928) ....... 1040 bolismo de las proteínas cocmmcocoo... 1065
Series celulares ..onnniccnionononnnccconanes 1040 Métodos de fraccionamiento proteico 1065
Serie eritropoyética mmmmcmmormaiaos 1040 Hiperproteinemia rmmonmirrsmneccno 1066
Serie granulopoyética mcccoimioicioononss 1040 HipoproteinemiaS emocionan 1066
Serie megacarlocÍtiCa comrnoicicocnonianns 1040 Paraproteimemias ccmocononenociinsnrs 1067
Serie linfoide ..ooocccnnnccnnnnnincnnonnninancnnno 1040 Semiología de los trastornos del meta-
Células plasmáticas (secretoras de in- bolismo de las purinaS ..mococinnonooo: 1068
munoglobulinas) ..occnmnonninnnonoos: 1041 Semiología de los trastornos del meta-
Alteraciones morfológicas de la mé- bolismo de los aminoácidos. Amino-
ula ÓSEA cccooncccnnnnnnnnocinnnrcrninnnnnnnnn 1041 ACIQUTÍAS ccomnnnccanoncnnnnonrnocrnnonccccnnincinins 1070
¡A 1042 Orientación diagnóstica c.cmmmmsom.- 1070
Biopsia gamglional coccion. 1042 Semiología de los trastornos de las por-
firias. PorfirinuriaS ...mmomcinnnnnnmnc... 1073
Concentración normal omic... 1074
13| Metabolismo. Vitaminas 1043 Clasificación semiológica ..............-. 1074
Semiología de los trastornos del meta-
Semiología de los trastornos del meta- bolismo de los lípidos
bolismo hidrosalino mmm... 1043
Alteraciones del equilibrio del agua 1043 TriglicéridoS c.ococociconcnonnononanninnonincrnoos
Deshidratación .omcicmcninnninsn 1045 LipOprotelnaS ccoccocinnnenionicnnninacos
Hiperhidratación cmecocnnconnanrnes 1046 CrOmMAtogralÍa cocmncincionnenernenanionss
Alteraciones del metabolismo del so- Dislipemias o dislipoproteinemias .. 1078
ALO conocccnnocononcnnonancnn
crono oro rancia 1047 Hiperlipemias o hiperlipoproteine-
Hiponatremia o hiposodemia .......... 1047 MIAS cocccccncconcccnnnnnnnonnon
cnc nono rernnnornno 1078
Hipernatremia o hipersodemia ........ 1047 Semiología de los trastornos del meta-
Alteraciones del metabolismo del clo- bolismo de los pigmentos -.o.......... 1080
O coccocnnccnnn
cnn cc non nn conan non nnn cnn nan n rra 1047 Clasificación semiológica ................ 1080
Alteraciones del metabolismo del po- Semiología de los trastornos del meta-
RASÍO cocccccconancnnncnnnnornonann
corr naninncnnanos 1048 bolismo de las enzimas. Enzimopa-
Alteraciones del metabolismo calcio/ LÍAS coonoccccananon
no ronnna rana ror oran rana 1082
EOSÉOLO cooconcnccccncananonnancnonoconcononcnnna 1050 Definición de las enzimaS ........m..... 1082
Alteraciones del metabolismo del mag- Constituyentes de relación de las en-
MOSIO coccccccnonnncnnonnnnncnnonanornnnncnonanarne 1051 ZÁMAS coccconncnnononancnconennannnna
coronan nando 1083
Hipersulfatemias ...oooooccnemenenas 1052 Especificidad de las enzimas ........... 1083
Semiología de las alteraciones del equi- Mecanismo de la acción de las enzi-
librio ácido-base ..omommcccinnonionianannnnn 1052 MAS cccoccnnnccnncnn
noni nananonnan ronca narrar 1083
Clasificación de las alteraciones del Factores que condicionan la activi-
equilibrio ácido-base ooo... 1053 dad enzZimátiCa comociconnnnnnocicnn 1084
Semiología de los trastornos del meta- Clasificación semiológica de las en-
bolismo de los oligoelementos ........ 1054 ZÁMIAS cocccnncnnnnoncnnnnnono
noo roca ncnnnonn cnn 1084
HierTO conocccocnnccnncccnnonononononn
anna nan rnnnninn 1054 Enzimas o fermentos de mayor in-
A 1056 terés clínico y valor diagnóstico ... 1084
COTO cniccccccconnnccononnncorononnnnna nar ninnnncn 1056 ENZIMOPatÍaS comconccnccconnrernnnicncnnanaons 1085
Manganeso cememeoccnconnanncrcononcnerrerennnons 1056 Semiología de los trastornos del meta-
Cobalto c.oconccinncnconnnnnonnnnanccnncnoncconanon 1057 bolismo de las vitaminaS ...mmmm..... 1086
Molibdeno c..enmicinccninninnincnnnianinccias 1057 Tipos de vitamidaS comicios 1087
(TOMO cococonnonnnnnnnnnnnnnnnocnn naco ronnnanancnnno 1057 Carencia VItamíniCa cemmmnmnicinnnnes 1087
Semiología de los trastornos del meta- Vitamina Á .nncnncccnnnanccnninncnnnnccnnnnnanns 1088
bolismo de los hidratos de carbono.. 1057 Vitaminas del grupo B ..oconincinininaooo. 1089
XXVI Índice de capítulos
Vitamina ( cooccnnnnnnnnnnnnnnncinininnnannn 1093 Condiciones generales para el em-
Vitamina D coccconnnonncncnnonnccnononccnnnnnnno 1094 pleo de los antígenos destinados
Vitamina É onoocccnnnnnncccnocnncnnnnncnnnonnoo 1096 a investigar la sensibilidad alérgica 1110
Vitamina K occccccnnnnonnncnonnenicinnnnnninnnnos 1096 Técnica de las pruebas diagnósticas
Vitaminas de valor intermedio ........ 1097 o 1110
Reacciones generales peligrosas .......... 1118
Interpretación clínica de las pruebas ... 1119
14| Alergia 1099
15| Psiquiatría 1121
Sistema INMUNITariO rcmccccccnconnnnnnnnonanonos 1099
Definiciones .occccoconnccnnnnnananoncnonnrnnnnanonnns 1099 INterTOBatoriO cncnnionicinnincnnrararanionoresa 1121
Reacciones alérgicas mediadas por an- IOSPecCiÓN coicnnncnannnnnonconnncnncnnncnnnnnnnnos 1124
ticuerpos IgE (reacciones de hiper- Observación cccinccincconocancnnnnonccnnncnnncnnnos 1125
sensibilidad inmediata o anafilácti- Pruebas psicolÓgiCaS ..ocoonnnininnninincness 1126
cas) Manifestaciones ClÍMiCAS ...oooooooiccnicccn.s. 1128
Secuencia de fenómenos que se pro- SEnMBOPpercepciÓN comccornccenocnninnozornnnnoos 1128
ducen en las reacciones alérgicas.. 1100 Memoria coocccccocnnncnnnnnnonocannncoronnnnnnccnns 1130
HlIStamdina .occcccccconnnccononacononnnnonanononaninnnn 1102 Trastornos cuantitativos de la memo-
SerOtonNiNA ..cccccooconnnnnnncnnnnnnnnnncnncnnnnnnnnonos 1102 LÍA concccccnnonnnccnonnnnncnnnnnnnnononnnnccnoninoos 1131
Proteasas MeutIaS .mmccincnnoncnconcncnnnaninnnnos 1103 COMPrEenSIÓN ceoncoccnonnroniaronarinnccarinnnns 1132
Hidrolasas ÁCidaS ...ocooonncnoncnnnnnoronconanooso 1103 Orientación coooooncccnnnccconnonnonanonannnnnnanos 1132
Enzimas oxidativas 1103 Asociación de ideaS ..ooonconncciiconicncnnos 1133
Factor quimiotáctico de los eosinófilos 1103 Lenguaje eomcicocninnonnnnincnconnnioninnrnrininanos 1134
Factor quimiotáctico de los neutrófilos 1103 Inteligencia mmmmmmsonencrisionrearinceniaoss 1134
Sustancias sintetizadas tras la activa- Juicio O TaciociMiO m.mmicinnnnncinnnes 1136
ción celular ....ooooonnnicccnnnconccononccconanono 1103 CONCIENCIA cocccconncconcccnnncroncnrnnnacannnnnono 1137
Factor activador de las plaquetas (PAF) 1103 Afectividad cooccnnnicccccccccccciccccinnnno 1138
Metabolitos del ácido araquidónico .... 1104 ATENCIÓN cccccccccnccanonnnnnnanannnnonanannnnnnnnns 1139
CATOCIMAS coccccccnnonnnnononnnnnnonononnnnnnnnnannnncnos 1105 Voluntad cocccccnnccconoccccnncconnoconanacnoness 1141
Inflamación alérgica c.ooniinnnionnninononinonones 1105 IMSTINTOS cocccccconnnnnononencnnnonnnnncannnnnnnnnnos 1142
Reacciones anafilácticaS ....oonioninnnnmmm.. 1105

Ñ
Reacciones mediadas por linfocitos T'
Bibliografía 1145
(reacciones de hipersensibilidad re-
tardada) ccmmcnninnnnnrcnrrrnnrinarinrrno 1106
Linfocinas

_
Diagnóstico de las enfermedades alér-
Índice alfabético de materias 1147
gicas
Pruebas diagnósticas en alergia
Generalidades

Semiología. —(onueov, signo; Aoyoc, trata- Status praesens. Esla descripción y el diag-
do) o semiótica. Es el capítulo de la patología nóstico del estado del enfermo, cuando por pri-
general que se ocupa del estudio de los signos y mera vez le ve el autor de la historia clínica.
síntomas de las enfermedades, y de sus conse-
cuencias. Catamnesis. Es el conjunto de datos que
pueden suministrarse de un enfermo una vez
Signos. Son manifestaciones objetivas, físi- concluido su estudio y tratamiento.
cas (exantemas, dilatación cardíaca, modificacio-
nes del pulso, etc.) o químicas (albuminuria, hi-
perglucemia) que se reconocen al examinar al MW EXPLORACIÓN
enfermo.
Para ser completa (a capite ad calcem, decían
Síntomas. Son los trastornos subjetivos los clásicos), la exploración de los enfermos
(molestias, dolor, etc.) que el paciente experi- debe ser ordenada y seguir un orden lógico.
menta y el médico no suele percibir o le es difícil Comprende:
comprobar, y a cuyo conocimiento llega sobre
todo por medio del interrogatorio. 1. Interrogatorio o anamnesis.
2. Inspección.
Sindrome. Es la serie de signos y síntomas
que existen en un momento dado y definen un a) Somática general. Actitud, facies, piel, esta-
estado morboso, por ejemplo, síndrome esofági- do de nutrición, hábito corporal (biotipo morfo-
co, cerebeloso, de Millard-Gubler. Todos ellos se lógico), talla y otros datos biométricos, marcha,
encuentran entrelazados genética, etiológica o movimientos, etc.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

patogénicamente. b) Somática local. Tórax, abdomen, etc.

Signo patognomónico o patognóstico. Palpación. Superficial, profunda.


Es aquel que demuestra de una manera absoluta Mensuración. Hiper e hipoplasias.
NANA

la existencia de una enfermedad. Percusión. Torácica, abdominal.


Auscultación. Torácica, cardíaca.
Semiotecnía o propedéutica clínica. Es el Métodos complementarios.
conjunto ordenado de métodos y procedimientos
de que se vale el clínico para obtener los sínto- a) Analítica:
mas y signos y con ellos elaborar el diagnóstico.
S.A.

— Hematológicos. Morfología y número de


Diagnóstico. Consiste en la identificación los elementos hemáticos, mielograma, etc.
O MASSON,

de una enfermedad para deducir su pronóstico e — Químico-plasmáticos. Proteínas, calcemia,


indicación terapéutica. etcétera.
2 Semiología médica y técnica exploratoria

— Serológicos y bacteriológicos. Hemoculti- terrogatorio vale más que diez horas de explo-
vos, urocultivos, desviaciones del complemen- ración». «Apenas hay omisión que suela vengar-
to, etc. se más amargamente que un interrogatorio in-
suficiente del enfermo» (Krehl). Está en lo cierto
b) Radiología. Radioscopias y radiografías, Padilla cuando dice: «La anamnesis es la base
ecografía, TAC, etc. fundamental e insustituible del diagnóstico. Es
c) Endoscopias. Laringoscopia, broncoscopia, la parte del examen clínico a la que nunca se
gastroscopia, colonoscopia, cistoscopia, etc. debe escatimar tiempo y la que exige mayor
d) Histología. Biopsias, frotis. ciencia y experiencia del médico». «Cuanto más
e) Sondajes y cateterismos. Gástrico, vesical. sabe el facultativo tanto más datos le proporcio-
f) Punciones. Ascitis, pleural, abscesos, etc. na la anamnesis de sus enfermos y tanto más
g) Pruebas cutáneas. Punturas, escoriaciones, puede apreciar su extraordinaria importancia»
etcétera. (Siebeck). «Quien se dedique al estudio de la
anamnesis con, digámoslo así, cierto entusias-
Una vez obtenidos todos los datos, y proce- mo deportivo, llevando siempre la dirección de
diendo con criterio clínico, elaboramos un juicio sus diálogos con el enfermo con fino tacto y
diagnóstico. «Qui bene diagnoscit, bene curat», afir- sentido clínico, llegará a ser el mejor de los mé-
maba Leube y puede suscribirse hoy. dicos», dice Von Bergmann.
Una exploración clínica concienzuda y deteni- La relación entre médico y enfermo se desa-
da, además de suministrarnmos más datos útiles rrolla como un acto cerrado en el espacio y en el
para el diagnóstico (pues es norma general jamás tiempo. Es un coloquio singular, un diálogo entre
desmentida: «Cuanto más cuidadosa es la explo- dos únicos personajes. Comienza por una conli-
ración, tanto más signos se obtienen» [Hánell], y dencia, por una confesión, prosigue con un exa-
«Busca hechos y tendrás ideas» [Kant]), aumenta men y finaliza en la prescripción de un tratamien-
nuestro prestigio y autoridad ante el enfermo, to. El clínico, por consiguiente, no debe tener al
quien ansía ser bien atendido y curado. Es pre- enfermo como puro objeto de estudio o de inves-
ceptivo compartir el pensamiento de Riesmann: tigación, y adoptar ante él una postura factual,
«El enfermo debe salir del consultorio con la sen- fría y desapasionada; debe considerarlo sujeto de
sación de que el examen ha sido el más completo pasión, paciente que sufre y ante el cual, el prácti-
que jamás le hicieron». El práctico debe poner co se siente como persona, espiritualmente vincu-
todo su empeño en dominar la técnica explorato- lado. Es la convivencia cordial de dos almas, de
ria. Pascal decía: «La mayor parte de los errores dos personas.
de los médicos proviene no de malos raciocinios
basados en hechos bien estudiados, sino de ra-
ciocinios bien establecidos basados en hechos Características que intervienen
mal observados». De igual manera se expresa en la presencia del paciente
Babinski: «Sans erreur de semiologie, il ny auratt en la consulta médica
presque jamais d'erreur de diagnostic» («Sin error se-
miológico, casi nunca habrá errores de diagnósti- El hecho de asistir el paciente a la consulta
co.»). solo (teniendo parientes) o acompañado, depen-
de de varios factores:

E INTERROGATORIO 1. Índole de la dolencia. Enfermedades venéreas;


psíquicas (neuróticos obsesivos y de situación,
Es el primer acto médico que conduce al diag- así como los esquizofrénicos en su comienzo, in-
nóstico. Se basa en el contacto interpersonal, cluso a veces, con nombre falso).
protagonizado por el enfermo que sufre y por el 2. Costumbre de cada país. En que cada cón-
médico en quien aquél confía, y al que acude yuge conserva sus bienes separados y en que la
para que cure O alivie sus dolencias. Todos los enfermedad pertenece sólo al paciente. Patriarca-
prácticos destacan su valor clínico. do o matriarcado.
La frase de que «Una buena anamnesis repre- 3. Fortaleza de los lazos familiares. En el medio
senta la mitad del diagnóstico» (Komer) es casi rural, donde el sentido de clan pesa tanto, suelen
siempre exacta. Sterch afirma por su parte: asistir con el enfermo todos sus parientes próxi-
«Para el diagnóstico, una hora de cuidadoso in- mos.
Generalidades 3

En ocasiones, el acompañante manifiesta su la sintonización afectiva indispensable para que


antagonismo latente, corrigiendo continuamente la relación del médico con el enfermo sea fructí-
cuanto aquél expone. Tras una discusión, a me- fera. Es de muy mal efecto reiterar preguntas ya
nudo áspera, y en la cual el médico se mantiene contestadas, por cuando esto significa falta de
al margen, el enfermo dice: «Bueno, me callaré», atención.
o bien: «O te callas o me callo». A lo que replica 4. Al escuchar al enfermo hay que hacerlo sin
el acompañante: «No, no, habla. El que calla soy prisas, con detención. El tiempo que se emplea en
yo». ello nunca está perdido; por eso decía Marañón,
que el aparato que más había hecho progresar a
la medicina era la silla. Incluso en las afecciones
Directrices que condicionan de más clara organicidad y de tratamiento ma-
el interrogatorio nual evidente, hay que prestar atención a lo que
nos dice el enfermo. El médico ha de ser un buen
El interrogatorio debe llevarse de acuerdo con interrogador, pero también ha de saber ser un ex-
las siguientes directrices o dictados: traordinario oyente.
5. El médico se sentará frente al enfermo y escu-
1. Dejar que el enfermo exponga libremente sus chará su relato mirándole la cara, sin mostrar impa-
molestias. El médico sigue la exposición con los ciencia. Su interés ha de ser real, pero también ha
ojos y los oídos, valorando, entre otras cosas, las de hacerse aparente, visible. El enfermo ha de
anomalías de la voz (afonías) o del lenguaje (di- sentir que el médico concentra toda su atención
sartria, afasias); así como el nivel intelectual del en el relato de su proceso. Decía Jiménez Díaz
sujeto, cosa fácil atendiendo a su léxico y manera que antes de la inspección, la percusión y la aus-
de presentar la información de la enfermedad. La cultación, el médico ha de saber efectuar la «es-
riqueza mímica es abundante en los neuróticos y cuchación»; el médico debe saber escuchar, no
sujetos de tono vital alto (hipertiroideos), y muy oír.
pobre en los addisonianos, hipotiroideos, caquéc- Nada más fatal para la medicina de nuestros
ticos, etc. días que la conducta atropellada y el apremiante
2. Intervención del médico ante un paciente poco angor temporís con que se procede al interroga-
explícito, Cuando el enfermo se detiene por no sa- torio de tantos enfermos asistidos en los dis-
ber ya qué decir, interviene el médico (interroga- pensarios o policlínicas de los seguros sociales.
torio dirigido) con la finalidad de aclarar y com- Muchas veces, el médico de estos centros no
pletar lo expuesto, consultando los datos aislados consigue olvidar el numeroso grupo de los que
que ha estado anotando en la hoja clínica. aguardan turno en la antesala de su despacho, y
3. Escuchar con atención e impasibilidad benévo- entonces no dedica al interrogatorio del enfermo
la. Sobre todo ante las apreciaciones etiológicas y todo el tiempo que precisa, queriendo compen-
circunstancias extravagantes e imprecisas. «Saber sar la desorientación que de su estudio defectuo-
escuchar con bondad al que sufre, siempre un so nace, pidiendo infinidad de pruebas comple-
poco prolijo al referir los accidentes que experi- mentarias que tras un buen interrogatorio, la
menta, es, en parte, aliviarlo» (Cabanis). Guenau mayoría de las veces, se hubieran juzgado inne-
de Mussy decía del gran clínico francés Chomel, cesarias. Lamentable es el comentario que Jimé-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

que bastaba oírlo interrogar y escuchar a sus en- nez Díaz oyó decir a un médico de cierta noto-
fermos, para comprender la confianza que inspi- riedad: «Hoy me han visto cuarenta enfermos».
raba. Nadie quizá como Siebeck enseñaba a sus De todos modos, es aplicable a muchos médicos
alumnos a ser hombres de paciencia y a escuchar de hoy en día.
sosegadamente el relato de las molestias de sus Nada hay más deprimente para el paciente
enfermos. Por el contrario, si el paciente se da que comprobar que el médico no le presta la de-
cuenta de que nuestra atención está ausente y bida atención en lo que más le atañe.
ocupada en otros menesteres, como hojear pape- El no saber estar siempre en su lugar de mane-
les de la mesa, acudir a las llamadas telefónicas ra debida explica el hecho tan conocido de que
(más frecuentes ciertamente en las horas de con- médicos muy doctos no tienen ni los éxitos ni el
S.A.

sulta, por cuanto los que nos buscan saben que renombre de otros que, con menos preparación,
es el momento en que pueden encontrarnos con pero más humanos, logran éxitos profesionales
O MASSON,

seguridad), dar órdenes a la enfermera, etc., pier- muy superiores a los que podría esperarse de sus
de la confianza, el interés se retrae y no se llega a conocimientos. Recordemos la contestación de
4 Semiología médica y técnica exploratoria

E. Schweninger al príncipe Otto von Bismarck, sobre el estado de sus principales funciones, e in-
canciller alemán, cliente suyo, que rehuyó darle terrogarlo sobre el apetito, peso, sueño, dolores,
la información pedida por falta de tiempo, orde- fuerza muscular, micción, defecación, disnea de
nando a aquél que prosiguiera su exploración sin esfuerzo, tos, hemorragias, edemas y fiebre, sin
preguntarle más cosas: «Vuecencia debería con- olvidar preguntar a las mujeres si tuvieron un
sultar con un veterinario, porque éste no pregun- aborto reciente y el mes de la última regla (¡em-
ta nada a sus enfermos». barazos confundidos con tumores abdominales o
6. Hacer las preguntas con orden lógico y llaneza en presuntas vírgenes!).
de lenguaje. Esta condición está impuesta por lo 8. Decir al paciente la verdad o se le dice una
cerrado del tecnicismo médico; vale más pregun- verdad a medias. Decidir si el enfermo tiene o no
tar por la «boca del estómago» que por el epigas- derecho a conocer la verdad absoluta sobre su si-
trio, por el «bocado de Adán» que por el cartílago tuación es un problema que ha sido abordado
cricoides, etc. Se harán pausas entre las preguntas desde varios puntos de vista (filosófico, moral, ju-
para que el enfermo pueda contestarlas con tran- rídico, médico y simplemente humano) sin haber
quilidad y sin que se vea abrumado por el interro- sido posible fijar de forma absoluta la conducta
gatorio, y con una prudente indeterminación que seguir. Entre las dos posturas extremas, decir
cuando nos referimos a sensaciones. En lugar de siempre la verdad o no decirla nunca, hay toda
decir: «Lo que usted siente, »es como punzadas?», una serie de matices con los que la actuación del
diremos: «sA qué se parece el dolor que tienet». médico puede ir paulatinamente sugiriendo la
En el primer caso, puede el enfermo contestar que verdad, sin suprimir del todo la esperanza. Se
sí, no siendo cierto el hecho; en el segundo, lo puede, así, respetar el derecho del enfermo a co-
que conteste será siempre lo más aproximado a la nocer la realidad de su estado, y se cumple el de-
verdad, precisamente porque le hemos puesto, ber moral de no proporcionarle de forma adicio-
merced a nuestra indeterminación, en la necesi- nal a sus sufrimientos el que para la mayoría
dad de formar y emitir juicio propio. supone enfrentarse con la idea de un fin próximo.
7. Siempre que sea posible, las anamnesis deben Por supuesto que la verdad desnuda, salvo en
ir animadas de una orientación o intención diagnóstica, casos de individuos de excepcional entereza, no
omitiendo detalles sin sustancia. Procede evitar que se puede comunicar de sopetón; hay que ir crean-
los enfermos, al referirnos sus molestias, nos do poco a poco el clima adecuado para que sea el
cuenten sólo, y con infinidad de detalles, lo que propio enfermo el que llegue a conocer su situa-
les dijo don Fulano o don Mengano, las terapéu- ción.
ticas inútiles que han efectuado, o bien sólo nos En una amplísima encuesta de Pemberton en-
hablen de lo que creen padecer, o se pierdan con- tre desahuciados por cáncer, la mayoría sabían
tándonos afecciones de parientes o amigos que por propia deducción que morirían pronto, y tras
creen afines a la propia, actitud que, en ocasio- haber tenido entre tres y diez «cambios de im-
nes, se empeñan en mantener bajo el pretexto presiones» con su médico aceptaban plenamente
de que nos están contando algo muy importante su situación. Los problernas surgen cuando el
que puede tener relación con sus trastornos, cáncer que se logró ocultar es «descubierto» por
cuando, en realidad, es casi siempre una labor el propio enfermo, entonces sí que se producen
dispersiva del diagnóstico. Entre estos enfermos, reacciones violentas.
suelen contarse muchos ansiosos que acuden a la Resulta, pues, evidente que el enfermo quiere
consulta con la clásica cartilla u hoja anotada, en todo momento conocer su estado real, y que
que repasan constantemente, para no olvidar de- la perfecta información no sólo es necesaria para
talles que ellos creen decisivos. A estos pacien- que conserve hasta el final su estimación por el
tes, sin brusquedades, y tras haberles dejado ha- médico, sino para llevarlo al convencimiento de
blar un rato (el suficiente para poder entablar el que sólo con su cooperación puede tener éxito
indispensable contacto afectivo entre médico y un tratamiento, con el que no se pretende otra
enfermo), es necesario orientarles de inmediato cosa que ahorrarle sufrimientos.
el interrogatorio, dirigiéndolo sistemáticamente a La beligerancia que concedemos al paciente
descubrir los grandes síndromes o enfermedades depende de su edad, estado de lucidez (si es pre-
orgánicas y nunca considerarlos, desde un prin- ciso acudimos [anamnesis extraña] a los parien-
cipio, simples neuróticos intrascendentes. Para tes o allegados), carácter (abierto, hermético, des-
conseguirlo, sobre todo si el enfermo es poco in- confiado, irascible), índole de su dolencia (no es
teligente o distraído, es fundamental preguntarle conveniente una conversación larga con enfer-
Generalidades 5

mos con hemoptisis, hematemesis o agotados 10. El interrogatorio debe continuar durante el
por una larga y grave enfermedad; el dolor inten- examen físico (interrogatorio visceral). Durante la
so produce incapacidad para la concentración exploración física las manipulacines semiológicas
mental), sensibilidad (el cuadro clínico que nos permiten indagar y/o ampliar ciertos datos (do-
presenta una enfermedad depende, en gran parte, lor, náuseas, limitaciones de la movilidad articu-
de la sensibilidad del paciente; los sujetos hiper- lar, etc.) que no habían sido aportados en la
sensibles suelen exagerar sus molestias, que no anamnesis.
rara vez corresponden a causas mínimas; en los
hiposensibles, por el contrario, no es raro obser-
var lesiones orgánicas sorprendentemente bien EM HISTORIA CLÍNICA
toleradas), inútil decir que la anamnesis es muy POR APARTADOS
pobre en lus casos de insensibilidad congénita al
dolor, y sospecha de mala fe?.
9. El médico debe dar siempre sensación de segu- FILIACIÓN Y ANTECEDENTES
ridad. Ha de permanecer impasible, con la cara INDIVIDUALES
inescrutable, procurando que no trasluzca el pe-
simismo ni revele en sus facciones nada que pue- Nombre y apellidos. Etiquetan la historia
da alarmar al enfermo. La duda, la incertidum- clínica. Es útil añadir la dirección y número de te-
bre, el temor, la impresión de gravedad han de léfono. Orientan sobre la nacionalidad y grupo
permanecer ocultas e indescifrables para los que étnico.
le rodean. Si da a entender que vacila o duda,
deja inquietos al enfermo y allegados. Grupo étnico? Es conocida la incidencia
racial de algunas enfermedades. Según Cuatrefa-
ges: «Cada raza tiene sus características patoló-
'Libmann ha ideado una prueba (prueba del dolor provoca-
do) útil para formarse un criterio sobre la sensibilidad general gicas de la misma manera que presenta sus pe-
del paciente. Con el pulgar de la mano derecha se presiona el culiares rasgos físicos». Insistiremos sobre el
borde anterior de la apófisis mastoides, en dirección hacia la particular al ocuparnos en la exploración de los
estiloides. Se oprime una rama del nervio auricular mayor.
distintos sistemas o aparatos.
Según el grado de reacción dolorosa, se dividen las perso-
nas en:
1. Sensibles, Acusan dolor moderado, pero no lo manifies-
tan físicamente. ?El manifiesto constante que, según las latitudes, presentan
2. Hipersensibles. Dolor vivo acompañado de señales de su- ciertos caracteres físicos en el hombre (color de piel, facciones,
frimiento físico. La mayoría (80-90 %) de los habitantes de las talla, índices cefálico y nasal, etc.) ha servido a los antropólogos
grandes ciudades pertenecen a éste grupo. para caracterizar las razas, es así como se distinguen las razas
3. Hiposensibles. No perciben molestia alguna. En éstos, blanca, amarilla, roja o cobriza y negra. Fueron los etnólogos los
las afecciones dolorosas adquieren escaso relieve; pertenecen a primeros en descubrir la insuficiencia de los caracteres diferen-
este grupo el 20 % de las personas. Libmann y Da Silva en- ciales puramente físicos para establecer una clasificación de los
cuentran altos porcentajes en los indios americanos (80 %), xa- grupos humanos, recurriendo a otros criterios de selección, en-
vantes (estado de Matto-Grosso [Brasil]) y araucanos. tre ellos el lenguaje, una misma cultura, un origen común, deter-
minado grupo sanguíneo, etc. El nombre de grupo étnico es
Sin llegar a casos extremos, recordaremos el de Cayo Mu- dado a este conjunto, diferente de la raza o grupo físico.
cío Escévola, que al fallar en su intento de apuñalar al tirano Los antropólogos se han interesado por descubrir la forma
Fotocopiar sin autorización es un delito.

etrusco Porcena (siglo vi a. de J.C.) dejó quemar su mano dies- en que surgieron a partir de un tronco inicial las diferencias en-
tra en un brasero; o la apendicectomía sin anestesia que Gaus- tre los grupos humanos y cómo se transformaron en caracteres
sen realizó en el faquir Ivon Yva (23/5/1956, en Burdeos) en la distintivos de poblaciones determinadas. Se ha prestado aten-
que éste último relataba lo que sentía. ción a dos factores, los dependientes del medio físico («el hom
Es evidente que el estado de ánimo cuenta frente al dolor. bre criatura del medio ambiente»), y genéticos, por selección de
Gurfinkel recuerda que la mentira es utilizada por los enfer variantes nuevas producidas por mutación, selección y deriva
mos como una forma de fraude exteriorizado mediante el len-
genética.
guaje; hay exageración al presentar con mayor intensidad y au- Acaso convenga una definición de estos últimos términos:
mentar los síntomas clínicos de una enfermedad preexistente;
hay pretexto al referir una sintomatología procurando demostrar 1. Mutación. Modificación repentina y transmisible del
su incompatibilidad con determinadas funciones; la imitación patrimonio hereditario. Generalmente, de un solo gen fpoint
consiste en que el presunto enfermo imita a otro en sus actitu- mutation) pero también se refiere al cambio de estructura de los
des, aparentando una enfermedad que no tiene; cuando no cromosomas. Es una alteración química de una tripleta.
O MASSON, S.A.

consigue ejecutar una cosa a semejanza de otra, pero finge ha- 2. Selección natural. Transformación de las especies a tra-
cerlo, hay simulación; cuando se oculta al examen somático una vés de la selección de las más perfectas.
afección verdadera que perturba las funciones biológicas hay 3. Deriva genética Cambio por azar de la frecuencia de ge-
disimulación. Para aclarar todas estas situaciones es fundamental nes, no lógica ni estadística en poblaciones pequeñas y ais-
una prolija anamnesis y una meditada interpretación. ladas.
6 Semiología médica y técnica exploratoria

Edad. Anotaremos la real o cronológica y, muchas veces, el convivir con un cónyuge de


entre paréntesis, la aparente. Cotejando am- carácter e impulso sexual distintos, tiene que
bas, nos daremos cuenta de si el sujeto lleva ser considerado una institución beneficiosa
bien los años o está envejecido. Existe una evi- (pero cuyas ventajas exigen algunos sacrificios;
dente relación cronológica entre la mayoría impide a veces el logro de las aspiraciones per-
de las enfermedades y los diferentes períodos de sonales y limita la libertad individual) por cuan-
la vida, los cuales, a su vez, imprimen a aqué- to cumple ciertas necesidades fundamentales,
llas un curso evolutivo distinto; recuérdese, como amor, compañía, perpetuación en los hi-
por ejemplo, el mejor pronóstico de las enfer- jos, necesidades económicas y emocionales, de-
medades exantemáticas, glomerulonefritis agu- sarrollo de la personalidad y relativa satisfac-
da, hepatitis vírica y neumonía y, por otro ción sexual. El matrimonio ideal estimula en
lado, el curso acelerado de los procesos malig- cada componente el interés por los dernás y un
nos y leucemias en la infancia y adolescencia sentimiento de importancia con respecto al res-
en relación con las edades adulta y senil. to de la comunidad. La longevidad es uno de los
Como regla general, en la que caben muchas aspectos que interviene de una manera mucho
excepciones, diremos que en la infancia y ado- más intensa en la evolución de la felicidad con-
lescencia predominan las enfermedades agudas yugal. Hacerse mayores juntos plantea, con fre-
inflamatorias (exantemáticas, glomerulonefritis cuencia y de manera dramática, el problema de
agudas, hepatitis vírica, reumatismo poliarticu- la comunicación. Son muchas las parejas madu-
lar agudo, parotiditis epidémica, tuberculosis ras que permanecen unidas únicamente por la
pulmonar y de las serosas, etc.); en la adulta o fuerza de la costumbre.
viril, las metabólicas (diabetes, litiasis renal o Tanto el hombre como la mujer acaban vol-
biliar, etc.) y profesionales, y en la vejez, los viendo a su aislamiento. Es lo que Pequignot lla-
procesos vasculares, atróficos (craurosis, pruri- mó síndrome de Tolsloi. No es raro en ellos el há-
to senil) y tumorales malignos. bito y costumbre de manteñér por sistema,
ideas contrarias a las del otro cónyuge. Este
Sexo. En la mayoría de los países, los hom- modo de reacción tan frecuente como poco es-
bres viven menos que las mujeres. Como causas tudiado, «el espíritu de contradicción en los ma-
se citan la mayor incidencia de enfermedades y trimonios viejos», tiene consecuencias desastro-
taras hereditarias, forma de vida tensa, abuso de sas en todos los aspectos (familiar, social,
alcohol y tabaco y condiciones biológicas, si bien profesional) acentuando las crisis depresivas se-
es cierto que las mujeres enferman con más fre- niles,
cuencia también lo es que se recuperan con ma- En los matrimonios fracasados, lo lógico es el
yor rapidez. En el varón, son frecuentes los pro- divorcio o la separación. Con el divorcio o la se-
cesos coronarios, respiratorios, gástricos y paración, cabe la posibilidad de un nuevo ritmo
hepáticos crónicos. En las mujeres, privan los vital con todas sus consecuencias humanas y psi-
procesos biliares, bocio, anemia hipocroma, po- cológicas.
liartritis crónica primaria, distonía neurovegetati- El principal problema de la mayoría de las
va e hipertensión esencial. La frecuencia de litia- viudas es la soledad y el desamparo. En las casa-
sis urinaria es triple en el varón. En lo que das sin ninguna formación profesional, les resul-
concierne a la pielitis y pielonefritis, el predomi- ta muy duro el encuentro con la realidad de la
nio del sexo varía según la edad; en la niñez exis- viudez con pocos medios. El trauma es vital e in-
te igual proporción en ambos sexos, desde los 15 tenso.
a los 50 años existe un claro predominio del sexo La mujer soltera propende a trastornos ansio-
femenino (vida sexual activa), posteriormente a sos si, por su carácter tímido y reservado, no
partir de los 50 años, la preponderancia es mas- sabe «vivir su vida».
culina, la mayoría de las veces por problemas
prostáticos. Ocupación. Enfermedades profesionales
son aquellas que se adquieren en el curso del tra-
Estado civil. El celibato, matrimonio, pa- bajo realizado por cuenta ajena; las lesiones, casi
reja, viudez y divorcio significan modos de vivir siempre de tipo traumático corporal, por el mis-
distintos, que cuentan en la génesis de muchos mo motivo son definidas por la ley como acci-
trastornos funcionales e incluso orgánicos. El dentes del trabajo. Hay algo de trágico y, en gra-
matrimonio, pese a la desventaja que significa, do sumo, de injusto, en que el hombre adquiera
Generalidades 7

una enfermedad o invalidez, e incluso la muerte, LUGAR DE RESIDENCIA.


en el lugar de trabajo. HÁBITOS DE VIDA
Los ejemplos son numerosísimos y resultan
de la acción nociva de los agentes climáticos; de Se conoce de antiguo la acción biotrópica de
microtraumatismos repetidos; de contacto con los elementos físicos del mundo que nos rodea.
sustancias nocivas, radiactivas, alergénicas, O Al valorarlos, es preciso diferenciar los que se de-
todas ellas; de una excesiva tensión psíquica por ben al clima de aquéllos motivados por perturba-
exceso de competencia, responsabilidad o inse- ciones atmosféricas”.
guridad laboral; de ruidos continuos; de heridas; Ya es conocida la distribución geográfica de
de la alteración del ritmo circadiano (del latín ciertas enfermedades, como los focos endémi-
circa die) o diario, motivo del llamado síndrome cos bociógenos en algunas comarcas montañosas
de los husos horarios, propio del personal de las (Alpes, Pirineos, etc.) y algunas costeras (Nápo-
aeronaves que realizan vuelos transoceánicos”, les, Sicilia, Argelia, litoral de Noruega e Inglate-
etcétera. rra, bahías de Manila y St. Lawrence) o zonas del
La pérdida de empleo en las personas añosas, interior (lago Tchad, oasis del Sahara); hemo-
así como la jubilación, provoca grandes desazo- elobinopatías (talasemia, favismo) en la cuenca
nes dentro del contexto individual, familiar, o mediterránea; paludismo, bilharciosis, disentería
ambos, muchas veces ligadas a problemas econó- amebiana, etc., en los países cálidos; tuberculo-
micos, y alecciones orgánicas (se reactivan las sis, brucelosis, turalemia y triquinosis entre los
preexistentes) en el individuo sujeto a esta margi- esquimales y lapones, etc.
nación. La práctica tan divulgada del doble em- A la peculiar textura de su suelo, se atribuye la
pleo (búsqueda de ingresos adicionales) agota al existencia de áreas o zonas nocivas. Las selenífe-
sujeto. ras de Haiderabad (el exceso de selenio del suelo y
agua) facilita la caries dental; las ricas en flúor, en
el Colorado (EE.UU.), Argelia y Marruecos (signos
dentarios y óseos); la vasta y rica zona agrícola y
ganadera de Córdoba (Argentina) con exceso de
3La Tierra está dividida, teóricamente, en 24 husos, limita- arsénico puro o arsenito disódico, causa de intoxi-
dos por meridianos que se unen en ambos polos y están sepa-
tados por 11? de longitud. Convencionalmente, se toma como
cación arsenical crónica (arsenicismo).
origen o «longitud cero» al meridiano que pasa por el observa-
torio de Greenwich, cerca de Londres. A cada huso correspon-
de una hora distinta; como la rotación terrestre es de oeste a
este, la hora de los husos sucesivos crece siguiendo esta misma “El clima de un lugar determinado de la superficie terrestre
dirección para disminuir en igual grado en la opuesta, este-oes- depende de varios factores, unos constantes, como latitud, re-
te. Si un vehículo se desplaza siguiendo un paralelo, o sca, per- lieve (altitud, orientación), suelo arenoso, arcilloso, de aluvión,
pendicularmente a los meridianos, debe ajustar su cronómetro etc., y otros variables, como temperatura, precipitaciones (u-
cada vez que cruza un huso horario. En un viaje largo, esto aca- via, nieve, rocío, niebla), nubosidad, presión atmosférica, ioni-
ba produciendo un considerable trastorno de adaptación a los zación, vientos, El clima, situación ambiental hasta cierto pun-
nuevos horarios locales, con la consiguiente disritmia sueño-vi- to estática, ejerce su acción biotrópica a través de factores
gilia, acompañada de una serie de alteraciones psicosomáticas telúricos, atmosféricos y cósmicos. Las acciones meteorológi-
traducidas por variaciones de la tensión arterial, astenia, insom- cas (influjos atmosféricos y cósmicos) son difíciles de conside-
nio nocturno con somnolencia diurna, dispepsias, trastornos de rar habida cuenta su caracter dinámico y complejidad de los
elementos que los componen. Aunque cada uno de éstos, tem-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

conducta (irritabilidad, bradipsiquia, decisiones inadecuadas y


falta del sentido de responsabilidad). Además del número de peratura, grado de humedad o ionización, viento, etc., actúan
husos horarios cruzados, influye el sentido del vuelo, siendo como agentes biotropos, lo que se valora, en un momento
más nocivo el oeste-este (el de la rotación terrestre) que el este- dado, es su conjunto, y precisamente cuando actúan de modo
oeste. El «síndrome de los husos horarios» sólo se observa en acusado o relativamente brusco, en ocasión de lo que en meteo-
los vuelos este-oeste y oeste-este; en un viaje norte-sur o sur- rología se denomina cambio de frente, bien sea éste frío o ca-
norte a lo largo del mismo meridiano sólo provoca la conocida liente y en las llamadas oclusiones. Cabe señalar que el mo-
fatiga de vuelo y la desadaptación al cambio climático, con mento de su traducción clínica no es durante la acción de estos
trastorno de vías respiratorias si se va hacia latitudes más frías elementos, sino en momentos previos, o sea, en las llamadas si-
y procesos digestivos, por exceso de ingesta de líquidos, si el tuaciones prefrontales, es decir, antes de que se enfrenten las
desplazamiento es hacia zonas más cálidas, masas de aire de características y procedencia distinta, de
Todo lo considerado, aunque en grado mucho menor, pue- modo que los efectos aparentan preceder a sus causas. De ahí
de aplicarse a los obreros que trabajan habitualmente de noche; que los individuos meteorosensibles (casi todos con inestabili
O MASSON, S.A.

antes de acostumbrarse a ello pasan por una molesta fase de dad vegetativa congénita o adquirida) sean capaces de presa-
adaptación. Las horas ideales de sueño son las nocturnas. Si di- giar el tiempo y que sea precisamente en este momento cuan-
vidimos el día en tres períodos de unas ocho horas dedicadas a do aparecen trastornos o determinadas emergencias en ciertos
trabajo, ocio y sueño, no tiene importancia el orden en que se enfermos. Este fenómeno se relaciona con la propagación ultra-
suceden; pero sí la tiene que el sueño sea nocturno. rrápida de ondas electromagnéticas e ionización del aire.
8 Semiología médica y técnica exploratoria

La polución del aire en las áreas urbanas (an- El edema agudo del pulmón por las grandes al-
hídrido sulfuroso + monóxido de carbono + óxi- titudes se observa tanto en los sujetos que ascien-
dos nitrosos y nítricos) facilita las bronconeumo- den por primera vez como en los andinos que des-
patías. Su acción nociva aumenta en las nieblas pués de permanecer algún tiempo en el llano
bajas (smog o brumazón) ya que éstas retienen retornan a sus lares; las probabilidades de que apa-
los productos citados. rezca disminuyen a partir del tercer día y son re-
Los habitantes de las altiplanicies tienen un motas después del décimo. El cuadro clínico es el
aspecto peculiar. Se distinguen de los llaneros propio de esta neumopatía (los signos de fallo car-
por ser más bajos, robustos y con un gran tórax díaco son mínimos o ausentes) observándose en la
redondo. Unos 25 millones de hombres habitan radiografía de tórax congestión hiliar, gran disten-
en la cordillera de los Andes y en los altiplanos sión de la pulmonar e infiltración edematosa, sobre
del Himalaya. De ellos, más de 10 millones viven todo en las regiones apicales; el electrocardiograma
en altitudes superiores a 3.600 m, y hay morado- evidencia sobrecarga aguda del ventrículo derecho.
res en las grandes elevaciones del Perú que dia- Los factores que desencadenan el cuadro son el
riamente van a trabajar en minas situadas a 5.770 ejercicio físico (mayor consumo de oxígeno), la hi-
metros. Su estado físico y mental son normales. poxemia (motiva vasoconstricción a nivel venular
Cuando falla el mecanismo de adaptación o pulmonar, de preferencia en las zonas inferiores, a
compensación denominado «aclimatación»?, se través del hipotálamo), la hiperproducción de hor-
observa el mal de montaña crónico o enfermedad mona antidiurética (por la hipoxia) y la reducción
de Monge; el cuadro se inicia insidiosamente con de la policiternia compensadora con hipervolemia.
cefalea, insomnio, precordialgias, disnea de repo-
so (hipertensión pulmonar), astenia, artralgias, al-
teraciones digestivas, nerviosas y disminución de SEMIOLOGÍA DEL DEPORTE
la capacidad mental; la rubicundez del rostro se
torna cianótica al menor esfuerzo. Estas anomalías La práctica del deporte, en sus justos límites y
desaparecen en cuanto el sujeto desciende al como distracción, es muy loable. El ejercicio físi-
llano, pero si no lo hace, pueden ocurrir acciden- co, además de acrecentar la personalidad de quie-
tes graves, como trombosis y hemorragias cere- nes lo practican, retrasa la aparición de enfe-
brales o fallo cardíaco. rmedades involutivas cardiovasculares, activa la
fibrinólisis (acción antitrombosis), la combustión
de las grasas (evita el sobrepeso) y glucosa (acción
antidiabética). Son numerosos los diabéticos que
"La «aclimatación» a las grandes alturas es posible gracias combaten su handicap con el ejercicio físico.
a la puesta en marcha de una serie de mecanismos que aumen-
tan la capacidad de la sangre para transportar oxígeno y mejo- Los profesionales (fútbol, tenis, golf, boxeo,
ran el intercambio de gases en los pulmones y tejidos: etc.) deben someterse a normas de vida muy se-
1. Aumento de la volemia y número, volumen y cantidad veras si quieren estar en forma (capacidad óp-
de hemoglobina de los hematíes. Esta poliglobulia de altitud tima de actuación Física) y no enfermar. Cabe
(Viault, 1907) aumenta en un 30 % la captación de oxígeno. señalar que la práctica deportiva causa de nume-
2. Hiperventilación pulmonar, gracias a la hiperpnea, po- rosas lesiones.
sición inspiratoria del tórax, dilatación de los alvéolos y atonía
de la musculatura bronquial. La eliminación aumentada de CO, La administración de una sustancia extraña al
altera la relación ácido carbónico-bicarbonato disueltos en la organismo para estimular el vigor y retrasar la
sangre, de lo que resulta la llamada «alcalosis de las alturas». sensación de fatiga (dopaje) es una práctica ilegal
3. Corazón voluminoso con bombeo lento y respuesta muy utilizada entre los que participan en prue-
paradójica al esfuerzo (bradicardia en vez de taquicardia). Exis
ten numerosas comunicaciones arteriolovenulares al final de bas deportivas; además de hallarse en franca con-
sus anchas y robustas extremidades lo que les permite andar tradicción con los principios de lealtad y juego
descalzos y con las manos descubiertas a temperaturas tan ba- limpio que constituyen la esencia del verdadero
jas que ningún llanero, por sano que fuera, podría soportar. deporte, es muy nociva y motivo de accidentes
4. Retención hística de sodio y agua por hiperproducción
de hormona antidiurética. Evita la deshidratación consecuente graves y aun mortales (recuérdese el que sufrió el
a la sequedad del aire (15 % de humedad relativa a 5.500 me- ciclista Simpson por las rampas del Mont Ven-
tros de altura). toux en el Tour de Francia de 1968; en su bolsillo
5. Adaptación hística. Mayor actividad oxidativa del se encontró un tubo de anfetaminas a medio
músculo con menor elevación de los ácidos láctico y pirúvico
postesfuerzo. Se admite que la hipoxia hística estimula los cen- consumir). Las causas principales del dopaje pa-
tros vegetativos y éstos, a su vez, la corteza y medula suprarre- recen ser lá pereza en someterse a los entrena-
nales, con descarga de adrenalina y corticosteroides. mientos, el ansia de triunfar, el afán de lucro y la
Generalidades 9

desmedida admiración que hoy se tributa a las alta que en el ligero, superando claramente las le-
hazañas deportivas. siones articulares (44,46 %) a las ligamentoso-
musculares (7,75 %). Las estadísticas más fre-
cuentes sobre localización de las lesiones reve-
Lesiones más frecuentes lan: hombro (20,94 %), rodilla (17,84 %), codo
en los distintos deportes (13,18 %), tórax (11,63 %), tibia (5,81 %), rufñie-
ca (4,26 %), abdomen (3,86 %), dedos del pie
Cabe señalar que la mayoría de investigado- (3,86 %), dedos de la mano (3,49 %), pie (1,16 %)
res están de acuerdo en que existe un tipo de in- y pelvis (0,39 %).
dividuo que, por torpeza o descuido, es excep-
cionalmente propenso a los accidentes: 1. Halterofilia. Artrosis de la columna verte-
bral y fibrositis lumbar. A veces, fracturas por
Alpinismo. Heridas y abrasiones en las arrancamiento de las apófisis espinosas de las
manos por las cuerdas. Tendosinovitis aquílea vértebras cervicales inferiores y torácicas supe-
(1,41 %). Congelación de las partes distales. riores.
2. Lucha. Alteración morfológica de la arti-
Atletismo ligero. Son lesiones producidas culación acromioclavicular, que produce una de-
por microtraumas y por exceso de entrenamien- formación gibosa típica de los hombros; no es
to, cuando no se toman las medidas oportunas dolorosa ni limita los movimientos. No son raros
para evitar la sobrecarga: el llamado «hombro del luchador» (con alteración
posicional de la escápula y dificultad para levan-
1. Carreras de fondo. Es específico el llamado tar y girar el brazo) y la apofisitis espinosa cervi-
«pie de marcha» con fuertes dolores y edema del cal a veces con dolores y rigidez.
dorso del pie. Son frecuentes el hallux valgus,
aplanamiento del pie y tendosinovitis aquílea. Automovilismo y motorismo. Son fre-
2. Carreras de velocidad. Tendosinovitis aquí- cuentes las lesiones del plexo braquial a conse-
lea y de los flexores plantares; tarsalgias y meta- cuencia de distensiones musculares por caída so-
tarsalgias por aplanamiento del arco plantar. bre el hombro e hiperextensión del cuello y
3. Saltos. Torceduras y esguinces del pie y cabeza en sentido contralateral; estas lesiones se
una serie de molestias que se resumen en el sín- producen cuando el piloto, proyectado con vio-
drome «del seno del tarso», secuela, a menudo, lencia hacia delante, tropieza con el cuerpo y el
de torceduras ligeras. Lumbalgias agudas (por un hombro en el volante. Las lesiones de los con-
esfuerzo violento con contracción muscular), en ductores de coches (el 65 % de las lesiones co-
especial con la técnica Fosbury. rresponden al conductor, el 28 % al pasajero de
4. Lanzamiento de disco, peso, martillo. Artrosis delante y un 8 % a los de los asientos posterio-
escapulohumerales, periartritis del hombro y do- res) suelen asentar en la rodilla al chocar contra
lores epitrocleares. En los lanzadores de peso, el panel del coche y por transmisión de fuerzas a
son típicas las fracturas por arrancamiento de la la cadera (fractura, dislocación o ambas), tórax
apófisis espinosa de las últimas cervicales y pri- (choque contra el volante) y cabeza.
meras dorsales, así como de las tuberosidades El cinturón de seguridad ejerce su acción de
Fotocopiar sin autorización es un delito.

mayor y menor del húmero. contención y desaceleración manteniendo la pel-


Característico del atletismo ligero, en general, vis fija con respecto al chasis del vehículo. Esta
es el número relativamente escaso de lesiones, de acción puede dar lugar a lesiones de la pelvis, ab-
las que el 50 % corresponden a procesos muscu- domen y columna lumbar si la desaceleración
lares y tendinosos achacables, por regla general, es muy brusca. Además, si el cinturón está colo-
a una mala técnica o un entrenamiento insufi- cado muy alto, pueden observarse lesiones de la
ciente. Por orden de frecuencia, ocupan el primer columna dorsal y las costillas.
lugar las lesiones de la cadera (19,2 %), siguién- Las lesiones de los accidentes de moto pueden
dole las de la tibia (16,20 %), rodilla (15,2 %), pie ser desde simples erosiones cutáneas superficia-
(5,3 %), hombro (5,3 %), antepié (4 %), codo les hasta las multiplejías, llegando en caso extre-
O MASSON, S.A.

(3,6 %), mano (2,6 %) y antebrazo (2 %). mo a la muerte.

Atletismo pesado. En el atletismo pesado Baloncesto. Fracturas y luxaciones de las


la frecuencia media de accidentes es mucho más falanges (eventualmente con desinserción de los
10 Semiología médica y técnica exploratoria

tendones extensores a nivel de la última falange b) Artrosis digital postraumática. Nudosidades


del dedo) y lesiones en las articulaciones de la ro- de Heberden y de Bouchard.
dilla y del pie por sobrecarga. Son frecuentes los c) Desviación «pura» de las falanges. Es fre-
esguinces (48 %), a los que hay que añadir las le- cuente a nivel del meñique.
siones de la muñeca (12 %) y dedos (8,05 %).
Béisbol. En el lanzador o pitcher, son fre-
Balonmano. Predominan las lesiones de las cuentes el desprendimiento de fragmentos de
articulaciones de la rodilla y tobillo (50 %). En cartílago o hueso de la cabeza del radio, «codo
las manos, artrosis metacarpofalángica a nivel del del lanzador», y la rotura de los extensores de los
pulgar y desprendimiento del tendón extensor dedos en la proximidad de su inserción en la fa-
del anular (provocado por el choque contra la pe- lange ungueal (dedos de béisbol). El cuadro cono-
lota) que obliga al dedo a flexionarse cuando el cido como «hombro de béisbol» consiste en el
tendón extensor se halla en tensión. Ambas le- dolor difuso en el hombro que se intensifica al
siones, junto a luxaciones y esguinces de los de- efectuar movimientos semejantes al lanzamiento
dos, conducen a las alteraciones morfológicas in- de la pelota y que remite al inmovilizar el hom-
cluidas como «dedos de balonmano». bro.

Pelota a mano desnuda. Produce una va- Boxeo. Son frecuentes la tendosinovitis tri-
riada patología de la mano multitraumática cipital, la subluxación de las articulaciones con-
(mano de los pelotaris). La pelota, cuyo peso va- drocostales (especialmente a cargo de las costillas
ria entre 90-107 g, es golpeada con la mano V, VI, VI y VII, el síndrome de las apófisis espi-
abierta, dedos en extensión o algo flexionados nosas (síndrome de Baastrutp) con dolores a ni-
«en cuenco». El punto de impacto se sitúa en los vel de la columna lumbar, la osteocondrosis dise-
relieves que cubren las articulaciones metacarpo- cante de la articulación del codo, la artrosis
falángicas, en la cara palmar de las falanges de carpometacarpiana del pulgar y la carpocifosis
los tres dedos medios, o en ambos, y, a veces, so- («muñeca de boxeador»). Rara vez se producen
bre las falanges distales en la volea. La pelota lesiones en los miembros inferiores. Una secuela
puede cogerse de rebote o al vuelo, muy cerca típica del boxeo es la encefalopatía, con deterioro
del frontón o hasta a 30 metros de éste. La afec- intelectual progresivo y apatía.
tación de las partes blandas motiva:
Ciclismo. El 77,2 % de lesiones se deben a
1. Hinchazón roja de la mano. Con turgencia fracturas, contusiones y heridas por caídas o
del sistema venoso superficial; proporciona una choques. Son frecuentes la condromalacia de la
hipoestesia necesaria para los golpes violentos. rótula, la tendosinovitis tibial y aquílea, roturas
2. Hiperqueratosis. En los puntos de contacto musculares, la contractura dolorosa del trapecio
de la pelota; adquiere una dureza leñosa. y las molestias vertebrales de tipo lumbálgico o
3. Hematomas de los pliegues de flexión y de las lumbociático. No son raras la cifosis localizada
extremidades digitales. El más frecuente asienta en en la columna torácica inferior (debida a la posi-
el pliegue de flexión del pulgar. ción encorvada habitual), las lesiones del peri-
4. Grietas. En la cara dorsal de los espacios neo por caída sobre el cuadro de la bicicleta (po-
interdigitales. sibilidad de heridas uretrales) y las lesiones
5. Dedos blancos isquémicos. El índice y el me- cutáneas por fricción contra el sillin (piodermi-
dio son los más afectados. Puede complicarse tis).
con trastornos tróficos.
6. «Clavo» (itzia, en vasco). Aparece a nivel de Deportes acuáticos. Las lesiones abarcan
las articulaciones metacarpofalángicas de los tres varias posibilidades, desde una simple aspiración
dedos medios. Se comporta como un neuroma. de líquido hasta la muerte por gran traumatismo:
7. Manifestaciones osteoarticulares. Se presen-
tan con los siguientes signos: 1. Natación. Manifestaciones de desgaste en
las articulaciones de la raíz de los miembros (en
a) Desviación axial de las falanges. Una de las los que practican el estilo braza, con fuerte ab-
formas es la inclinación de la falangeta del meñi- ducción de las extremidades) y una actitud vicio-
que hacia el eje de la mano y la centrífuga de la sa en posición erecta por hipotonía y relajación
falangeta del anular. muscular; la cifosis dorsal se prolonga, transfor-
Generalidades 11

mándose en una cifosis total que interesa tanto la Esgrima. Produce lesiones en el codo por
columna torácica como la lumbar, que se apoya epicondilitis y la fatiga de los músculos rectos
mal, por así decirlo, en el macizo sacro. Posibles del abdomen (pubialgia). También produce al-
calambres musculares (permanencia prolongada teraciones de la columna vertebral (escoliosis
en agua fría), muerte súbita (inhibición cardio- dorsolumbar), por la hipertrofia de los múscu-
rrespiratoria al zambullirse) y accidentes por pe- los de los canales vertebrales, y talalgias (el ta-
ces o animales marinos. lón del pie anterior golpea con fuerza y reitera-
2. Waterpolo. Artrosis de los dedos y lesio- damente el suelo durante el combate). Son
nes de la muñeca, codo y hombro (12 %) y con infrecuentes, aunque no excepcionales, los acci-
relativa frecuencia procesos musculares y tendi- dentes graves, incluso con resultado de muerte;
NOSOS. recordemos el fallecimiento del ruso Vladimir
3. Salto. Contusiones abdominales, rotura Smirnov (campeón olímpico y mundial) al pe-
del tímpano y fracturas de la columna cervical netrarle un fragmento distal de florete de su
(casi siempre a nivel de la C5). oponente, por la órbita, y lesionarle seriamente
4. Piragíiismo y remo. Calambres musculares la masa cerebral.
de las manos y piernas. Es frecuente el llamado
«lumbago de los remeros». Esquí. Son frecuentes las luxaciones y frac-
5. Motonáutica. La especial posición del ti- turas. En el 60-70 % se afectan las extremidades
món en las lanchas con el motor fuera borda es inferiores. La articulación tibioperoneotarsiana
causa, con cierta frecuencia, de lesiones artrósi- (27-28 %) es la más afectada.
cas de la rodilla, debido a que ésta se halla ex-
puesta a todos los contragolpes producidos por Fútbol. La mayoría de las lesiones (se exclu-
las oscilaciones de la lancha. No son raros tam- ye el guardameta) recaen en las articulaciones de
poco en este deporte los dolores lumbares de la rodilla y tobillo. Ambas suman el 55 % del to-
gran intensidad. tal.
En las lanchas motoras, sus sacudidas violen- En la primera, son frecuentes las lesiones liga-
tas interesan a toda la columna vertebral, con la mentosas, meniscales y rotuliana, con rápida re-
consiguiente fatiga de los músculos que se inser- acción sinovial. También se observan fracturas
tan en ella. Esto explica la fácil aparición de lum- de la base del quinto metatarsiano y osteoartro-
balgias y discopatías, sobre todo en adultos. Para patía degenerativa de la sínfisis pubiana. En los
practicar este deporte son aconsejables los coji- porteros, el eje se desplaza hacia las manos, mu-
nes especiales para apoyar la rodilla y las fajas ñecas, codos y hombros. En ellas se dan la fractu-
ortopédicas. ra de la clavícula y la tumefacción dolorosa de la
6. Esquí acuático. Son frecuentes las torcedu- inserción tendinosa del tríceps braquial en el olé-
ras y distensiones de tobillo y rodilla, fractura es- cranon.
piral de tibia con luxación de tobillo, ducha vagi-
nal (posible salpingitis) y rectal (ambos evitables Gimnasia. Las manos muestran callosida-
con pantalones protectores de goma), rotura del des e induraciones debidas a las intensas presio-
tímpano y sinusitis. nes y fricciones que tienen que soportar. Son
Las más graves son las lesiones vertebrales raras las discopatías y lesiones artrósicas verte-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

cervicales (motivo de tetraplejías) y los desgarros brales.


por la hélice de la lancha a veces con arranca-
miento de miembros. Golf. Luxaciones del hombro, hernias disca-
7. Submarinismo. Otopatías y sinupatías ba- les, esguinces de la rodilla con rotura del menisco
rotraumáticas, borrachera de las profundidades y desprendimiento o fracturas de la eminencia
(Dumas, 1943), y accidentes neurológicos y osteo- intercondílea.
articulares por embolias múltiples si la descom-
presión se realiza de forma inadecuada. Patinaje y hockey. Prevalecen las fracturas
(24 %) y las contusiones (21 %). Las partes más
Equitación. En los que montan desde su ju- afectadas son la cabeza, cuello y hombros. Con
O MASSON, S.A.

ventud, se observa una artrosis secundaria de la relativa frecuencia, heridas lacerocontusas de la


rodilla. Calcificaciones y osificaciones en los ab- cara, como también el hundimienio de la arcada
ductores del muslo y cuádriceps y bursitis fre- superciliar y la fractura de los huesos nasales. Se
cuentes. registran luxaciones de los dedos.
12 Semiología médica y técnica exploratoria

Rugby. Su patología es comparable a la del apoya la culata del arma. Heridas por perdigón,
fútbol. Lesiones en la columna vertebral y tórax, ortigas, zarzas, espinas y posibles mordeduras de
producidas, por lo general, en la melée, tanto perros o animales dañinos.
abierta como cerrada, y en los llamados «paque-
tes de delanteros», debido a la aglomeración de Paracaidismo. Dolores vertebrales sin frac-
elementos de los equipos contendientes. tura visible o secuentes a fracturas en la región
dorsolumbar (76,3 %) o en la región cervical
Tenis. Las lesiones típicas son la tendosino- baja.
vitis de la porción larga del bíceps, carpometacar-
popatía, «síndrome del latigazo» (por trombosis El deporte femenino plantea una serie de proble-
de las venas profundas con espasmo de las arterias mas por motivos obvios. Mientras el embarazo
de la pierna), «brazo de tenis» (molestias a nivel del aconseja reposo, la menstruación normal no mo-
supinador largo y extensores radiales del carpo), difica el rendimiento deportivo, tanto más cuan-
«talón de tenis» (más frecuente en pista dura y za- to que los tapones intravaginales aumentan la
patillas ligeras), la lesión afecta la inserción poste- sensación de seguridad. La maternidad no es obs-
rior de la aponeurosis y de los músculos en la tu- táculo para la deportista. En los combates (catch)
berosidad del calcáneo. femeninos (de origen remoto; recuérdense las
El codo de tenis (4,48 %) es típico de los que amazonas que habitaban las orillas del Termo-
practican este deporte y el de la esgrima; se trata don, en Capadocia, y las historias bíblicas de
de una epicondilitis humeral. Se supone que la le- mujeres que han luchado y perecido para salvar
sión de los tejidos articulares y periarticulares se su dignidad y el honor nacional), los accidentes
produce por las violentas contracciones muscula- no presentan ninguna particularidad, tanto más
res durante los frecuentes movimientos de hipe- cuanto las lesiones mamarias son evitadas de co-
rextensión del codo, a través de un mecanismo de mún acuerdo.
repetidos microtraumas, agravado por una técnica En el deporte femenino cuenta el problema
defectuosa. de la intersexualidad. Se trata de determinadas
El dolor localizado en el epicóndilo o en la in- formas muy adecuadas para el deporte de resis-
terlínea radiohumeral es, en sí, poco acentuado, tencia, por ejemplo, el seudohermafroditismo
pero se exacerba con determinados movimientos masculino y la feminización testicular. Desde
y remite al inmovilizar el brazo. Al progresar la los Juegos Olímpicos de 1968, en México, son
enfermedad, el dolor irradia hacia arriba, a lo largo obligatorios los controles del sexo. No se tiene
del borde exterior del húmero, y sobre todo hacia en cuenta que hay «mujeres» que según el sexo
abajo, a lo largo de la fascia lateral del antebrazo, nuclear son hembras, pero producen hormonas
acompañándose de una sensación de pesadez en sexuales masculinas en mayor cantidad y tie-
la articulación, hasta producirse una impotencia nen características corporales masculinas,
funcional casi total. como, por ejemplo, el síndrome adrenogenital.
Como signos objetivos cabe apuntar la tume- A mayor virilización, mayor resistencia física.
facción moderada en la región del epicóndilo, Se puede hablar de una especie de dopaje endó-
fuertes dolores a la presión sobre éste, dolor a la geno.
extensión activa de la mano y a la supinación acti-
va del antebrazo con la articulación del codo en
extensión. HÁBITOS ALIMENTARIOS
Otras afecciones son las roturas subcutáneas
del tendón de Aquiles y del tríceps sural, desga- En lo que se refiere a los hábitos alimentarios,
rros musculares, desprendimientos y la fractura de se sabe que el estudio de la dieta elegida espon-
la costilla XII derecha por contracción muscular táneamente por una persona puede decirnos mu-
repentina y violenta. No son raras las lesiones de cho sobre ésta, por cuanto, en la mayoría de los
la rodilla y tobillo, afectándose igualmente múscu- casos, no es la consecuencia de un proceso edu-
los y tendones. cativo, sino, por el contrario, el resultado de fac-
tores fisiológicos involuntarios que dirigen nues-
Caza. Hematomas en la base del dedo me- tros gustos por encima de hábitos y
dio (si se aprieta muchas veces el gatillo), ante- convenciones. Los hábitos alimentarios son, en
brazo (si se lleva el arma sin portafusil), deltoi- buena parte, una respuesta a las exigencias fisio-
des, pectoral mayor e incluso mejilla en que se lógicas del organismo. Las preferencias por unos
Generalidades 13

u otros alimentos constituyen, en cierta medida, miento de que algunos caracteres de determina-
una expresión de la existencia de ciertas desvia- dos pueblos, atribuidos históricamente a factores
ciones de la composición bioquímica de nuestros raciales, solamente son consecuencia directa de
humores y tejidos. Las predilecciones alimenti- una mala alimentación. No olvidemos que sólo
cias muy marcadas proporcionan al médico ave- una cuarta parte de la humanidad disfruta de una
zado datos diagnósticos valiosos. alimentación suficiente. ¡Centenares de millones
Sabores y olores son desagradables o no, se- de personas luchan simplemente para no morirse de
gún los gustos de cada raza; así, en Indochina, hambre!
gustan del pescado salado y putrefacto; un nige- Sin llegar a estos casos extremos, señalaremos
riano, del casabe semilíquido y negruzco por el el papel de la desnutrición (casi siempre asociada
Spergillus niger, y nosotros de un rochefort, un a las malas condiciones de la vivienda [hacina-
gorgozola o un camembert. miento], enolismo y a la convivencia con anima-
Los alimentos pueden ser nocivos bajo las si- les vectores de enfermedades) en las avitamino-
guientes circunstancias: sis, difusión de la tuberculosis (en distintas
formas), litiasis renal, hipotensión arterial, tifus
1. Ingesta de alimentos excesivamente calientes o exantemático, esteatosis hepática y cirrosis, so-
fríos. Las repetidas agresiones en la boca y esófa- bre todo si existe enolismo.
go por el paso de los alimentos o bebidas (café, Si la hipoalimentación ocurre desde la infan-
té) muy calientes explican la elevada morbilidad cia, limita, hasta cierto punto, el desarrollo cor-
por cáncer bucofaringeo y del esófago en los chi- poral. Chadwick (siglo X1X) señala que la pobreza
nos de antaño (las esposas comían a continua- y la enfermedad forman un círculo vicioso: la
ción los manjares más fríos) y vaqueros de ciertas gente enferma porque es pobre, se empobrece
regiones de Argentina. Los helados y bebidas todavía más con la enfermedad y este aumento
muy frías castigan el estómago e intestino, desa- de la miseria se traduce en una agravación de las
consejándose su uso en los gastrópatas y por su enfermedades.
acción peristaltógena en los enfermos enterocolí- Cabe hablar de una «patología de la pobreza»
ticos. bien distinta de la de los sujetos que viven en la
2. Preparación o conservación en recipientes ina- abundancia.
decuados. La intoxicación accidental por plomo 5. Excesiva abundancia (hiperalimentación
ha sido señalada tras el consumo de vino casero global). Las colaciones escasas pero copiosas so-
conservado en tinajas vidriadas. Los vinos acidifi- brecargan los aparatos digestivo y circulatorio,
cados, a consecuencia de su mala conservación liberando una cantidad excesiva de insulina con
en estas vasijas, difíciles de cerrar herméticamen- hipoglucemia secundaria e introducción reactiva
te, disuelven los compuestos de plomo que se de catecolaminas en la circulación. El número
utilizan al pintar su interior. Este mecanismo de comidas debe ser, aproximadamente, de 6 al
(descubierto por Baker, 1767, y conocido como día, subdivididas en 3 comidas principales y 3
«cólico epidémico» de Devonshire) ha motivado tentempiés, eventualmente también nocturnos,
numerosas intoxicaciones. Se han señalado gas- especialmente en la angina de pecho, que en
troenteritis agudas con el agua de Seltz y por parte sería debida a descensos nocturnos de la
productos conservados en botes o envueltos en glucemia. La cena copiosa es reprobable: «Come
Fotocopiar sin autorización es un delito.

papeles de estaño. poco y cena más poco, que la salud de todo el


3. Presencia de micotoxinas por enmohecimiento cuerpo se fragua en la oficina del estómago»,
durante su almacenamiento. Como ejemplo de into- decía Don Quijote a Sancho Panza.
xicación por micotoxinas, en alimentos averiados La dieta vegetariana exclusiva tiene la ventaja
en el curso de su almacenamiento, citaremos la de su alta tasa en minerales, en especial potasio y
del yellow rice o arroz amarillo, observada en el magnesio (poco sodio), vitaminas y enzimas; es
Japón. Su causante es el Penicillium islandicum, rica en fitosterol, capaz de disminuir el colesterol
el cual contiene varios tóxicos, uno de ellos la is- de la sangre; tiene los inconvenientes de su esca-
landicina (del grupo de las antraquinonas), con so aporte proteico y riqueza en ácidos fítico (des-
un cuadro clínico agudo y grave, con adinamia, mineralizante), oxálico (interfiere la utilización
S.A.

hipotensión, hemorragias difusas, ictericia y a del calcio), antiniacina (destruye la niacina [pela-
veces nefritis. gra]), dicumarol (antivitamina K), ascorbioxidasa
O MASSON,

4. Insuficiente cantidad (hipoalimentación glo- (col, pepino, calabacín, calabaza), etc.; puede
bal). Los antropólogos han llegado al convenci- producir meteorismo y diarreas.
14 Semiología médica y técnica exploratoria

6. Transmisores de agentes morbosos. Ya sea las mujeres con cánceres viscerales y portadores
porque estén contaminados por gérmenes (estafi- de la enfermedad de Hodgkin.
lococo dorado, salmonelas; parásitos (triquino- El abuso de las drogas es una verdadera plaga
sis), contengan sustancias tóxicas animales (pes- social. Se le ha llamado el «cáncer de la juven-
cados, mariscos), o vegetales (setas, almortas tud» por ser la gran mayoría de los adictos me-
[latirismo], habas [favismo]), o exceso de condi- nores de 25 años. El aumento del consumo de
mentos (mostaza) o productos químicos acciden- drogas es multifactorial, destacando una auténti-
tales (pescado recogido en aguas contaminadas ca crisis de valores de todo tipo. Existen cerca de
por residuos industriales, como mercurio, ácidos un centenar de productos naturales, sintéticos o
resinosos) o incorporados con intención (food ad- semisintéticos catalogados como drogas estupe-
ditives) ya sea para mejorar su gusto (edulcoran- facientes, o ambos, sometidos a control interna-
tes, aromatizantes), aspecto (colorantes), modifi- cional. Unas se consumen puras (opio, morfina,
car su consistencia (hidratantes, emulsionantes), heroína, cocaína, hachís, LSD), otras en prepara-
evitar alteraciones perjudiciales (antioxidantes, dos farmacéuticos (anfetaminas, barbitúricos), y
antibióticos). otras son sintéticas. Unas causan dependencia fí-
7. Mala tolerancia. Ya sea por alergia o ma- sica, otras psíquica y algunas ambas dependen-
labsorción por carencias o anomalías enzimáti- cias a la vez.
cas de la célula intestinal. Citaremos las estoma-
titis, gastritis, enteritis tras la ingesta de nueces,
higos, fresas, carne de cerdo. Las grasas se tole- ANTECEDENTES FAMILIARES
ran mal en los procesos hepatobiliares, pancreá-
ticos y en la esprue, enfermedad de Whipple y Todos aceptamos que el proceso que da lugar
amiloidosis. Cuando existe un déficit de lactasa a que los seres humanos coincidan en ciertos de-
(esta enzima se halla en la superficie del ribete talles morfológicos o funcionales con sus antepa-
en cepillo de las células epiteliales que recubren sados se denomina o es la herencia biológica.
las vellosidades intestinales) la lactosa de la le- Las dificultades de análisis en este tema son
che queda en el intestino, produciendo una dia- muchas, por razón de que la disposición heredi-
rrea acuosa de tipo osmótica con pH en las he- taria de las células reproductoras con su capital
ces bajo. potencial (genotipo, de Johannssen) está bajo la in-
8. En los enfermos tratados con inhibidores de la fluencia constante de la circunstancia y el medio
monoaminooxidasa (IMAO) o en el síndrome carcinoi- ambiente (perístasis, de Fischer).
de (productor de serotonina). La ingesta de ali- El estudio de la genética clínica encuentra su
mentos ricos en tiramina (originada en la decar- lugar en este capítulo. Ésta, como rama particular
boxilación de la tirosina), entre ellos quesos de la medicina interna, utiliza las técnicas semio-
fermentados, ciertas cervezas y vinos (chianti), lógicas comunes a las demás disciplinas clínicas y
motiva crisis hipertensivas. se aprovecha de todos los avances que la tecno-
9. Abuso del tabaco, alcohol y drogas. El uso logía ofrece a la medicina en general,
es bueno, lo que convierte el uso en malo es el Ahora bien, no hay duda de que el enfoque
abuso. genético de una enfermedad o enfermo en con-
Para el primero, y refiriéndonos a los fumado- creto no se centra solamente en el caso aislado,
res «en cadena», citaremos los procesos irritati- sino que amplía su visión hacia toda la circuns-
vos gástricos con las consecuencias que conlle- tancia que rodea al paciente, tanto en el ambien-
van sobre la dinámica digestiva, amén de las te del momento, como en la prolongación fami-
alteraciones de las vías respiratorias altas, enfer- liar que antecede y sigue al caso concreto objeto
medades coronarias y arteriopatías periféricas, del estudio.
que repercuten indirectamente sobre la mentada La humanidad es un pool de genes que debe-
dinámica digestiva. mos estudiar simultáneamente en diversas gene-
El alcohol, sobre todo en ayunas y en sujetos raciones. De ahí que la genética clínica deba
con hipoalimentación global, es causa de gastritis insistir en algunos puntos semiológicos para ob-
(pituitas matutinas), esteatosis hepática, hepatitis tener datos que nos ayuden a identificar el carác-
alcohólica y cirrosis hepática, trastornos nervio- ter hereditario de una determinada enfermedad,
sos y psíquicos que culminan en las crisis de deli- o bien que nos permitan establecer un pronósti-
rium tremens. Refuerza, en gran manera, la acción co, importantísimo en el momento del consejo
de sedantes y barbitúricos, y es mal tolerado por genético.
Generalidades 15

Árbol genealógico la izquierda. El probando o propósito (enfermo


estudiado) se indica con una flecha. El orden de
Todos los genetistas están de acuerdo en que los hijos se indica con cifras arábigas e igualmen-
el estudio minucioso de los antecedentes familia- te las distintas generaciones se pueden designar
res mediante el árbol genealógico constituye la mediante letras:
pieza fundamental de la semiología genética.
Tanto es así que todas las demás técnicas, inclui- A, hermanos del probando.
do el cariotipo, son meros auxiliares de los que B, hermanos del padre.
se puede prescindir en numerosos casos. Por el C, hermanos de la madre.
contrario, la construcción y valoración de todo D, hermanos del abuelo, etc.
el esquema familiar constituyen la base de la in- H, hijos del probando.
vestigación y del pronóstico genéticos, por cuan-
to nos permiten llegar a descubrir las formas de Existen algunos casos especiales que precisan
transmisión de una determinada enfermedad y, una notación particular.
conocidas éstas, hacen posible emitir un pronós-
tico respecto al siempre angustiante consejo ge- a) Doble matrimonio 117
nético.
En todo estudio familiar, debemos seguir dos b) Unión de pareja
etapas:
c) Consanguinidad
1. Primera etapa. Construcción técnica del ár-
bol mediante una buena anamnesis de todos los 3. Código patológico. El familiar o probando
miembros afectos y sanos. que presenta la enfermedad completa se indica
2. Segunda etapa. Estudio de estos documen- rellenando toda la figura: 0.
tos para poder deducir el máximo de conclusio-
nes, mediante su adecuada valoración. Si existe prácticamente certeza, aunque no se
haya confirmado, se indica (0), y si el estudio
Para su expresión gráfica, existe una serie de lí- clínico o interrogatorio sólo permite suponer la
neas y figuras geométricas (no internacionaliza- enfermedad (D).
das) que permiten, con una simple visión de con-
junto, orientar la genealogía del paciente. Son las En árboles genealógicos que se remontan a
siguientes: varias generaciones, los casos comprobados por
el investigador se marcan con un aspa.
1. Símbolos de los individuos: Cuando existen varias enfermedades de posi-
ble herencia y susceptibles de relacionarse desde
a) VarónO S el punto de vista genético, se construye un códi-
b) Hembra O 2 go especial que sea práctico para el investigador
e) Sexo indeterminado O O y para los que estudien el caso, utilizando signos
d) Embarazo geométricos especificados al margen del árbol
e) Número de hijos o hijas BIO genealógico.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

f) Gemelos bivitelinos o dicigotos de La construcción de un árbol genealógico co-


g) Gemelos univitelinos o monocigotos «bf, rrecto no es fácil. En primer lugar, el problema
h) Nacido muerto 9 D 2 del tiempo no nos permite estudiar personalmen-
i) Mortalidad perinatal Y te más de tres generaciones, y los datos del inte-
) Abortol rrogatorio de los familiares, a excepción de datos
muy concretos (sindactilia, sordera, etc.) deben
2. Símbolos de relación. Están constituidos por tomarse con mucha prudencia. En otras ocasio-
líneas horizontales o verticales. nes, el hecho de que los familiares vivan en luga-
res distintos y alejados hace lentísimo el estudio
a) Línea de padres
550
s y nos obliga, a veces, a desplazamientos muy en-
S.A.

E) Línea de hermanos gorrosos.


Finalmente, no debemos olvidar nunca que la
O MASSON,

A
Las generaciones pueden numerarse con cifras inscripción de una dolencia en el árbol exige un
romanas y es preciso colocar al varón siempre a estudio clínico, radiológico, humoral, etc., extra-
16 Semiología médica y técnica exploratoria

ordinariamente detenido y minucioso, por cuan- consultan al tener el primer hijo enfermo. Es muy
to un error diagnóstico puede invalidar cualquier difícil entonces valorar la frecuencia o incidencia
estudio genético al incluir enfermedades no cier- de una enfermedad. En segundo lugar, la pene-
tas o fenocopias, que no tienen nada que ver con trancia y expresividad de algunos rasgos, la heren-
el problema genético que se está investigando. cia poligénica, la posible aparición de fenocopias
y, finalmente, la confusión de microsíntomas (for-
mas heterocigóticas) con parasíntomas (enferme-
Historia clínica genética dades semejantes, pero totalmente independien-
tes) nos llevan a la conclusión de que el análisis
Deben constar los siguientes datos, que tienen del árbol genealógico no es nada sencillo,
un interés extraordinario:
El primer paso es reconocer si una enfermedad es
1. Edad de los padres en el momento de nacer el hereditaria o simplemente si se trata de una fenoco-
probando. La edad materna influye en la frecuen- pia ambiental:
cia de determinadas enfermedades (síndrome de
Down). 1. La enfermedad se transmite por herencia auto-
2. Orden de nacimiento de los hijos. Las primí- sómica dominante. Si al estudiar un árbol genealó-
paras dan a luz a hijos con permeabilidad del gico descubrimos que la enfermedad aparece en
conducto arterioso o estenosis pilórica más fre- todas las generaciones sin saltarse ninguna; que
cuentemente que las multíparas. las personas sanas no transmiten el carácter a sus
3. Consanguinidad. Ya que hace posible la descendientes y que el paciente transmite la en-
aparición, con mayor frecuencia, de homocigotos fermedad a la mitad de sus hijos sin que el sexo
de genes recesivos. intervenga (varones o hembras afectos indistinta-
4. Abortos y mortinatalidad. Es sabido que los mente).
abortos dependen de malformaciones congénitas 2. La enfermedad se transmite con carácter auto-
letales y que las malformaciones congénitas sue- sómico recesivo. Si en los padres fenotípicamente
len estar rodeadas de abortos o mortinatalidad. sanos existe consanguinidad y la enfermedad
De ahí la importancia de consignarlo en el árbol. aparece sólo en los hermanos y no en otras gene-
5. Datos negativos (ausencia de enfermedad) raciones, en la proporción de una cuarta parte,
en los distintos familiares. Comprobados minucio- sin distinción de sexo. Los estudios bioquímicos
samente, tienen valor en genética clínica. Debe pueden mostrar en los padres el trastorno quími-
concretarse, por tanto, el diagnóstico, una época co, pero no la enfermedad, como ocurre en nu-
de aparición, datos necrópsicos o clínicos, etc. merosos errores congénitos del metabolismo, de
carácter recesivo.
Una vez dibujado el árbol familiar, comienza 3. La enfermedad se transmite con herencia rece-
la segunda fase del estudio. Su valoración es im- siva ligada al sexo. En estos casos, la enfermedad
portante y persigue varios objetivos, así, recono- aparece con mayor frecuencia en los varones. Las
cer la forma de transmisión de una determinada hijas transmiten la enfermedad, sin sufrirla, a la
enfermedad, predecir el nacimiento de hijos sa- mitad de sus hijos varones, aunque no existan
nos o enfermos con una probabilidad más o me- problemas de consanguinidad. En este tipo desta-
nos aproximada, datos sobre alelismo y liga- ca cómo la enfermedad salta las mujeres para
miento. afectar a los varones, y su reconocimiento es más
Para la valoración de un árbol, no hay duda de sencillo que en los otros tipos de transmisión.
que no es suficiente ser un buen clínico, sino que 4. La enfermedad se transmite con herencia do-
deben conocerse a la perfección todas las leyes y minante ligada al sexo. Los criterios para reconocer
posibilidades de transmisión hereditaria. En suma, este tipo de herencia son muy patentes.
es preciso ser un buen genetista clínico. La aplica- En efecto, los varones enfermos transmiten la
ción de los conocimientos sobre las formas de enfermedad a todas sus hijas, pero los hijos varo-
transmisión hereditaria culminan y se ponen a nes nunca están enfermos.
prucba al estudiar un árbol genealógico. Aquí em- Por el contrario, si la mujer es la enferma,
piezan a surgir los problemas. En efecto, las fami- transmite la enfermedad indistintamente a varo-
lias humanas (y más si tienen ya con anterioridad nes y hembras, como si fuera una enfermedad
un hijo enfermo) suelen ser cortas, y esto compli- dominante no ligada al sexo. En dichos casos, de-
ca el cálculo de probabilidades. Muchas de ellas ben investigarse los antecedentes familiares en
Generalidades 17

busca de un varón enfermo, y ver cómo se trans- ción indefinida de los dibujos, su inmutabilidad
mitió la enfermedad en su descendencia. durante la vida y la sencillez de su registro.
5. Los rasgos y enfermedades que se transmiten Por tener caracteres propios en algunas cro-
por herencia poligénica. Son los que se presentan mosomopatías, los dermatoglifos pueden contri-
con mayor frecuencia en la práctica clínica. buir a su diagnóstico y permiten seleccionar los
En efecto, la talla, la inteligencia (como rasgos casos en que sea conveniente el estudio del cario-
normales); la hipertensión, obesidad (como enti- tipo.
dades nosológicas), son ejemplos de tal tipo de Una premisa esencial del estudio dermatoglíf-
transmisión. co es considerar que ninguna de las imágenes ha-
En este tipo de herencia, el carácter no depen- lladas debe calificarse de patológica o anormal por
de de un solo gen individual y concreto (como en sí misma, ya que puede tratarse de un dato fami-
los tipos de herencia mendeliana), sino de una liar sin mayor importancia; únicamente cuando
batería o tren de genes. no existe la correlación familiar esperada podrá
aceptarse como anomalía. De ahí la necesidad del
En la herencia mendeliana (dominante o rece- examen dermatoglífico de los consangíneos del
siva), el rasgo aparece o no, según el individuo probando.
haya recibido el gen dominante o la pareja de ge- En el examen dermatoglífico, es básico locali-
nes recesivos. Por esto, la transmisión es de tipo zar los llamados trirradios o deltas, que son el
cualitativo y el rasgo o enfermedad se presenta punto de confluencia de tres grupos de crestas
en unos familiares y en otros no. papilares.
Por el contrario, en la herencia poligénica, el En el pulpejo de los dedos, se dibujan las si-
rasgo aparece en mayor o menor cantidad (más guientes imágenes según el número de trirradios:
talla o más hipertensión) según el número de ge-
nes recibidos. Es, por tanto, más cuantitativo que 1. Arco. No existe trirradio alguno.
cualitativo. En una familia de hipertensos, el gra- 2. Bucle (también llamado presilla, asa, coca o
do de enfermedad oscila según la batería de ge- rizo). Sólo hay un trirradio, y se distingue el bucle
nes heredados y por tanto es variable en cada radial, si la imagen se abre hacia el lado externo de
miembro. Hay familiares muy hipertensos, otros la mano, por estar el trirradio en el lado interno, y
menos y otros normales. Todos son incluidos en el bucle ulnar, si se abre hacia el lado cubital.
una curva de Gauss. 3. Vorticilo (o torbellino). Existen dos trirrá-
La cantidad de genes recibidos está relaciona- dios, y en el centro del pulpejo se dibuja una
da con el índice de parentesco o la correlación imagen de arcos concéntricos. En ocasiones, el
parental. Sabemos que el grado de correla- vorticilo no queda cerrado y en realidad es un
ción parental puede detectarse con las huellas doble bucle.
dactilares que se heredan con carácter poligénico.
A pesar de este esquema simple, la herencia En genética, más que el tipo de imagen, tiene
poligénica no está desprovista de problemas y interés el cómputo del número de crestas (nú-
persisten numerosos puntos sin aclarar. mero dactilar) que separan el trirradio del cen-
tro de la figura, por un valor numérico e inde-
Dermatoglifos (examen lofoscópico). El pendiente de la edad (tamaño); para ello se
Fotocopiar sin autorización es un delito.

término dermatoglifo se debe a Cumming (gly- traza una recta que una estos dos puntos y se
phe: escritura, grabado) y se refiere a las líneas cuentan las crestas cortadas o que contacten con
dermopapilares que se dibujan en los pulpejos de esta línea, sin tener en cuenta la cresta que for-
los dedos, las palmas de las manos y las plantas ma parte del trirradio ni la última si constituye
de los pies; como dato accesorio se incluye el es- el centro del dibujo.
tudio de los pliegues de flexión de estas zonas. Tratándose de un arco, el cómputo será O. En
El interés semiológico de esta exploración se los vorticilos se trazan dos líneas y sólo se valora
fundamenta en el carácter genético de las imáge- la que dé el cómputo más elevado.
nes dermatoglíficas, en cuya determinación feno- Si en una población normal se ordenan de
típica intervienen casi exclusivamente factores mayor a menor los valores medios obtenidos
S.A.

hereditarios. Se ha señalado la ausencia congéni- para cada dedo, queda la secuencia 1, IV, V, III, II,
ta y familiar de huellas digitales. en ambas manos.
O MASSON,

Es conocida su utilidad para la identificación La suma dactilar de los diez dedos, o número
personal (huellas digitales), a causa de la varia- dactilar total, es el dato más valioso en los estu-
18 — Semiología médica y técnica exploratoria

dios genéticos, y su valor medio en una población


normal ha sido establecido por Holt en 144,98
para los varones y 127,73 para las mujeres.
La suma dactilar de los dedos de la mano de-
recha suele ser algo superior a la de la izquierda.
En la palma de la mano, se distinguen cinco
trirradios; cuatro de ellos se localizan, respectiva-
mente, en la base de cada uno de los últimos cua- A B Cc
tro dedos y se designan con las letras a, b, c, d.
En la zona proximal de la palma, cerca del Fig. 1-1. Los pliegues palmares normales (A) son
pliegue de la muñeca, se halla el llamado trirra- transversales (proximal y distal); el pliegue simiano
dio axial (t); habitualmente su posición no rebasa (B) es un pliegue transversal único, formado por la
fusión de los pliegues proximal y distal; el pliegue
el 40 % de la distancia entre el citado pliegue y la
Sydney (C) está formado por la extensión del plie-
base del dedo medio. gue proximal hasta el borde cubital de la mano.
De los trirradios situados en la base de los de-
dos parten líneas que se conocen con las cotres-
pondientes letras en mayúscula: A, B, €, D. La lí-
nea Á se extiende hasta el borde cubital de la funden en uno solo, que se denomina pliegue si-
palma, enmarcando las demás; éstas, en un tra- miano (fig. 1-1 B).
yecto breve, se dirigen a los espacios interdigi- Asimismo, se considera atípico (4-7 %) que el
tales. pliegue transversal proximal se extienda hasta
En la región hipotenar, se aprecian imágenes el borde cubital de la palma; Purvis-Smith y
en un 30-50 % de la población normal, siendo Menser han propuesto denominarlo pliegue (o lí-
excepcional hallarlas en la región tenar. nea) Sydney (fig. 1 1 C).
Tiene importancia el estudio de la goniometría Los patrones dermatoglíficos pueden ser tan
palmar, característicos que incluso pueden sustituir al ca-
Trazando rectas entre los puntos a-t y t-d, se riotipo como confirmación diagnóstica.
forma un ángulo «atd» cuyo valor determina la En diversas malformaciones congénitas sin al-
posición del trirradio t, de gran interés en genéti- teración cromosómica conocida (polidactilia, fo-
ca. Se designa como t* si el ángulo no rebasa los comelia), se han comprobado anomalías de los
45%; t' hasta los 707; t” hasta los 1007 y t” si es patrones cutáneos.
superior a los 1007; en estas tres últimas eventua- Se conocen algunos patrones dermatoglíficos
lidades se habla de trirradio t distal. La frecuencia típicos. Cabe recordar que las muestras de las lí-
de la posición t” en la población normal oscila neas papilares se desarrollan antes del cuarto mes
entre 80-92 %. de la vida fetal y es, por tanto, en el primer tri-
El valor del ángulo «d» (formado por las rectas mestre de desarrollo cuando actúan las causas
t-d y d-a) define la situación medial (tm) o lateral que las configuran.
del trirradio t; se denomina tu (ulnar), si este án-
gulo supera los 867; tm entre los 76-85", tr (ra- 1. Síndrome de Down. Existe el pliegue simia-
dial) si es inferior a 75". no o palmar transverso en el 75 % de los casos, a
veces limitado al quinto dedo. Disminución del
Pliegues palmares. Otras líneas más grose- número de trirradios y gran abundancia de bu-
ras que merecen cierto interés son las depresio- cles ulnares; a menudo ausencia absoluta de im-
nes que se forman en las zonas sometidas a re- presiones en las yemas de los pulgares.
petidos movimientos de flexión (pliegues de 2. Síndrome de Turner. Abundantes vorticilos
flexión). En la palma se dibujan un pliegue longi- t ligeramente desplazados (t”).
tudinal oblicuo que enmarca la región tenar, y 3. Trisomía 13. Abundancia de arcos. Plie-
dos pliegues transversales, uno distal que se ini- gues en el dedo V (como en el síndrome de
cia en el borde cubital y se dirige hacia el II espa- Down). En la palma pocos datos de interés.
cio interdigital y otro proximal que nace con el 4. Leucemias. Puede aparecer un aumento de
longitudinal en el borde radial y suele terminar bucles radiales en los varones (49 %; 29 % en los
en el eje del IV dedo (fig. 1-1 A). controles) y de vorticilos (43 %; 29 %) en las
En un pequeño porcentaje (1-4 %) de la po- mujeres, y Purvis-Smith y Menser observan la in-
blación normal, los dos pliegues transversales se cidencia elevada de pliegues simiano (16 %; 6 %
Generalidades 19

en los controles), dato confirmado por Carvalho estos cromosomas los brazos cortos son extre-
y Sydney (20 % y 7 % en los controles). madamente reducidos y a veces difícilmente
apreciables. En algunos de los cromosomas acro-
También se han citado anomalías de las hue- céntricos los brazos cortos se prolongan median-
llas dictilopalmares, en la esquizofrenia (gran can- te dos pequeñas masas de cromatina que se de-
tidad de arcos tectiformes, con aumento del nú- nominan satélites. Son típicamente acrocéntricos
mero de vorticilos), enfermedad de Wilson (alta los pares 13, 14 y 15, que constituyen los acro-
incidencia de verticilos en los dedos l, IL, IV); co- céntricos grandes, y los pares 21 y 22 que forman
rea de Huntington (claro aumento de vorticilos los acrocéntricos pequeños. El cromosoma Y es
[imagen frecuente en el dedo III de la mano iz- también un cromosoma acrocéntrico de tamaño
quierda], con arcos en los dedos IV y V); cardio- semejante al de los pares 21 y 22, aunque a veces
patías congénitas (los arcos son abundantes en la es ligeramente más largo. No posee satélites, y
comunicación interauricular, y los vorticilios, en en general sus brazos largos se sitúan paralela-
el Fallot y la estenosis y coartación aórticas). mente de una forma característica que permite
distinguirlo de los restantes acrocéntricos peque-
Cariotipo. El conjunto de cromosomas de ños.
una célula en mitosis debidamente clasificados y
ordenados se denominan cariotipo. Éste hace siem- Para la confección del cariotipo, los cromosomas
pre referencia a una célula concreta, mientras que se disponen por parejas en orden decreciente de
el idiotipo o idiograma es la representación esque- tamaño, siendo el más grande el par 1 y el más
mática de la dotación cromosómica de una espe- pequeño el par 22.
cie determinada. Según su tamaño y la situación del centróme-
Durante la metafase, los cromosomas presen- ro, se distinguen 7 grupos cromosómicos, que re-
tan un aspecto en su mayoría característico, con únen los 22 pares de autosomas. Los grupos cro-
dos brazos cortos y dos brazos largos unidos en- mosómicos de los autosomas se reconocen por
tre sí por el centrómero. El brazo corto y el brazo las letras mayúsculas del alfabeto, de la A a la G
largo de un mismo lado constituyen conjunta- inclusive.
mente un cromátide. Cada uno de los cromátides Al mismo tiempo, cada par cromosómico re-
dará lugar, normalmente, a un cromosoma hijo. cibe un número del 1 al 22.
Por consiguiente, la división normal del centró- El par de cromosomas sexuales o heterocro-
mero es siempre longitudinal. mosomas no recibe numeración, sino que se dis-
El centrómero es el punto de unión de los dos tingue con las letras XX en la mujer y XY en el
cromátides del cromosoma en metafase. varón.
Según la posición del centrómero, podemos divi- Asimismo, el número de los cromosomas, de-
dir los cromosomas en distintos tipos morfoló- masiados o insuficientes, determinan las anorma-
gicos: lidades. Cuando existen tres en lugar de dos cro-
mosomas de un mismo grupo, nos hallamos ante
1. Metacéntricos. Son los cromosomas que una trisomía. Cuando, por el contrario, encontra-
presentan el centrómero situado centralmente. mos un solo cromosoma de un mismo grupo, te-
En estos casos, ambos pares de brazos son apro- nemos una monosomía. Teóricamente, deberían
Fotocopiar sín autorización es un delito.

ximadamente iguales, aunque a veces se distin- existir 23 trisomías posibles y otras 23 monoso-
gue un par más corto. Son típicamente metacén- mías posibles, también, cada una dando lugar a
tricos los pares 1, 3, 16, 19 y 20. un cuadro clínico característico.
2. Submetacéntricos. Son aquellos cromoso- Sin embargo, en clínica se conoce una sola
mas cuyo centrómero se halla algo desplazado monosomía, la del cromosoma X o síndrome de
hacia un extremo. En estos casos, existe clara- Turner, en el que encontramos un solo cromoso-
mente un par de brazos cortos y un par de bra- ma X y que, corrientemente, se denomina «mo-
zos largos. Son típicamente submetacéntricos los nosomía XO».
pares 2, 4, 5, 9, 11, 12, 17 y 18. Los pares 6, 7, 8, Las posibles monosomías de los autosomas
10 y el cromosoma X poseen su centrómero en son, aparentemente, de gran letalidad. Con toda
S.A.

posición submetacéntrica, aunque a veces pue- verosimilitud podemos creer que se producen,
den parecer casi metacéntricos. pero deparan un aborto precoz.
(O MASSON,

3. Acrocéntricos. Son los cromosomas, Cuyo Además de la del cromosoma X, se conocen


centrómero se halla situado en un extremo. En las trisomías de tres grupos de autosomas:
20 Semiología médica y técnica exploratoria

1. Trisomía del cromosoma 21, que provoca el tos dos óvulos por dos espermatozoos distintos
síndrome de Down. dará lugar a dos embriones que, desde el punto
2. Trisomía del cromosoma 18, origen de un de vista de su constitución genética serán tam-
complejo específico de malformaciones. bién distintos, de modo similar a la diferencia
3. Trisomía de un cromosoma de los grupos 13-15 que existe habitualmente entre hermanos y her-
(hay inseguridad sobre el cromosoma exacto), manas nacidos en diversos embarazos. Por tra-
que determina otro grupo específico de malfor- tarse de dos espermatozoos distintos, el sexo de
maciones. los gemelos dicigóticos podrá ser el mismo o di-
ferente.
Una vez más, las trisomías de otros cromoso- En los gemelos monocigóticos, existe una sola
mas mayores que los citados parecen ser letales fecundación de un solo óvulo por un único esper-
al producir un aborto precoz. matozoo, dando lugar a un cigoto que se escinde
Se conocen, además, otras tres formas de tri- en dos en una fase muy precoz de su desarrollo;
somías de los cromosomas sexuales: la forma esta escisión precoz originará dos individuos ge-
XXY, que origina el síndrome de Klinefelter; la melos cuya constitución genética será idéntica ya
forma XXX, causante de pocas anormalidades que proceden del mismo cigoto. Por tal motivo,
específicas, aunque parece ser común en los afec- los gemelos monocigóticos siempre serán del mis-
tados una tendencia al retraso mental y a la es- mo sexo.
quizofrenia, y la forma XYY, que motiva, según Los estudios genéticos en gemelos se basan en
parece, una talla muy superior a la normal y una controlar una serie de gemelos mono y dicigóti-
conducta de gran agresividad. cos, de los cuales al menos uno está afectado por
Las anormalidades de los cromosomas, ade- un rasgo o una enfermedad determinada. Si el
más de numéricas, pueden ser morfológicas. Dos gemelo correspondiente presenta el mismo rasgo
causas principales de anormalidades morfológi- o enfermedad se considera concordante para este
cas parecen ser la transposición y la pérdida de rasgo; si no lo presenta se considera discordante.
un segmento de cromosomas. En algunos casos Suponiendo que las diferencias ambientales son
de síndrome de Down, aunque el número de cro- semejantes tanto para los monocigóticos como
mosomas del paciente sea sólo de 46, el cariotipo para los dicigóticos, una mayor concordancia con
presenta un cromosoma 21 «extra» fusionado respecto a un rasgo en los gemelos monocigóti-
con otro, probablemente del grupo 13-15 o del cos que en los dicigóticos indicará que el rasgo o
21-22; por ello, diremos que tienen síndrome de enfermedad estudiada está, al menos en parte,
Down típico, aunque su número de cromosomas determinado genéticamente. Cuanto mayor sea
sea sólo de 46. el «índice de concordancia» entre los gemelos
A veces, en este tipo de síndrome de Down, monocigóticos tanto mayor será la importancia
se encuentra que un progenitor (normalmente la de los factores genéticos en la determinación de
madre), aunque es normal, tiene sólo 45 cromo- aquel rasgo o enfermedad.
somas, uno de los cuales está constituido por la
fusión de uno de sus cromosomas 21 con otro de Los grupos sanguíneos como trazadores.
los mencionados, creando así la base para la apa- Los grupos sanguíneos son de gran valor para la
rición del futuro síndrome de Down familiar. genética, ya que permiten, de una forma sencilla,
Una forma de pérdida de un segmento cro- comprobar los mecanismos hereditarios mende-
mosómico que parece ser relativamente frecuen- lianos. En general los antígenos hemáticos son
te es la de uno de los brazos cortos del cromoso- codominantes. En los estudios genéticos, los gru-
ma 5, lo que clínicamente se traduce por el pos sanguíneos constituyen los markers o marca-
síndrome llamado del maullido de gato (cri-du- dores genéticos más frecuentemente empleados,
chat, Lejeune), que consiste en retraso mental, por la facilidad con que se determinan los geno-
microcefalia y en la capacidad de proferir un gri- tipos.
to muy semejante al maullido del gato (en la pri
mera infancia).
ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
Los gemelos como indicadores genéticos. O ENFERMEDADES ANTERIORES
Los gemelos dicigóticos se orientan por la fertili-
zación independiente de dos óvulos que han ma- Preguntaremos: ¿Ha tenido alguna enferme-
durado simultáneamente. La fertilización de es- dad semejante a la actual? ¿Cuándo y cómo evo-
Generalidades 21

lucionó? ¿Qué otras dolencias ha sufrido? Antes zó?, veremos si la dolencia se inició lenta y pau-
de anotar un dato proporcionado por el enfermo, latinamente o de una manera brusca. Atendiendo
indagaremos sobre éste hasta formarnos, en lo a la evolución precisaremos si la enfermedad
que cabe, una opinión propia. Y si ello no es po- transcurre por crisis (asma, colecistopatía, angina
sible, dejaremos la pregunta en interrogante. Vale de pecho, etc.), períodos (úlcera gastroduodenal),
como ejemplo, si el enfermo nos dice que tuvo sigue un curso progresivo (procesos malignos),
reumatismo, preguntaremos cuánto duró, si fue regresivo (inflamatorios) o con brotes y remisio-
febril, qué articulaciones se afectaron, si eran nes (esclerosis en placas).
siempre las mismas o se sucedían, cuál fue la me- En la terminación de la enfermedad, caben tres
dicación y su eficacia, etc. El interrogatorio sobre posibilidades:
este punto es muy útil, por cuanto la enfermedad
actual puede ser consecuencia de otra anterior, 1. Restitutio ad integrum o curación completa.
de la medicación empleada e incluso del método 2. Vita deficiens o curación con defecto.
exploratorio. 3. Exitus letalis o muerte del enfermo. En tal
caso, la historia clínica termina con el protocolo
de la inspectio cadaveris.
COMIENZO Y EVOLUCIÓN
DE LA ENFERMEDAD ACTUAL El aumento progresivo de la vida media (pro-
medio de los años de existencia de todos los ha-
Es la parte más importante de la anamnesis. bitantes de una región, desde la cuna a la sepultu-
El interrogatorio debe empezar por la enfer- ra), en especial en los países en pleno desarrollo,
medad actual. El enfermo desea, naturalmente, ha motivado el envejecimiento de la población y
que el médico se entere, ante todo, del mal que la aparición de la multimorbilidad gerontológica
lo lleva a solicitar asistencia, y sólo después de y, a su vez, el notable desarrollo de la geronto-
eso accederá a suministrar datos alejados o de fa- logía.
milia. Además, empezando por estos últimos, Es clásico, y tiene gran valor didáctico, que
nos exponemos a perder mucho tiempo con es- delante de un paciente problema, el médico tien-
casísimo provecho, mientras que ya con una im- da a integrar toda la sintomatología en un diag-
presión o hipótesis diagnóstica dada por la nóstico clínico. Ello, que es viable y casi obligado
anamnesis próxima, el interrogatorio de los ante- en los sujetos jóvenes, no ocurre en los ancianos, en
cedentes personales, de familia y hereditarios se que los síntomas suelen obedecer a diversas afec-
hace mucho más eficaz y se orienta más fácil- ciones simultáneas.
mente en relación con el padecimiento actual.

E INSPECCIÓN
Preguntas base
Es el examen del enfermo por medio de la vis-
¿Qué le pasat ¿Cúando comenzó la enferme- ta. En ella se basaban para el diagnóstico los mé-
dad actuall ¿Cómo comenzól ¿Cómo ha evolucio- dicos antiguos, que tenian tan desarrollada la fa-
nado hasta la fechal Es útil preguntar cuál fue, o cultad de la observación. Se divide en directa o
Fotocopiar sin autorización es un delito.

es, para el enfermo la causa aparente de su esta- inmediata, e instrumental o mediata.


do. Por el primer extremo nos daremos cuenta de La inspección no se reduce a echar un ojeada
si el padecimiento es agudo (duración no supe- al enfermo, sino que hay que observar todos los
rior a tres meses), subagudo (más de tres meses y detalles revelables a la vista. De ahí la necesidad
menos de 1 año), subcrónico (más de 1 año de una técnica correcta. «Ver es, en algunos as-
y menos de cinco) o crónico (más de cinco años). pectos, un arte que debe ser aprendido.» «Cuan-
A menudo, la fecha o momentos señalados como do mejor se mira, más cosas se ven.» «Por una
de principio de una dolencia corresponden en equivocación producida por no saber, decenas de
realidad a la exageración de síntomas preexisten- ellas por no mirar.» «El médico debe esforzarse
tes o a la aparición de otros más molestos o más en dominar el difícil arte de mirar y ver.»
S.A.

aparatosos. Se evita este error formulando la si- La inspección comienza tan pronto nos en-
guiente pregunta: «Antes de la fecha que usted frentamos con el enfermo. Lo observamos duran-
O MASSON,

señala, sestaba completamente sano o ya tenía te el interrogatorio y cuando, después de éste, se


alguna molestia». Preguntando ¿cómo comen- prepara para ser reconocido.
22 Semiología médica y técnica exploratoria

CRITERIOS BÁSICOS y corte caprichoso. El traje de la mujer resultaba


antaño, en casi todos los casos, una especie de
Para practicar el examen de forma adecuada, el retrato moral; así, las hombrunas propenden a
observador precisa de tres circunstancias: los trajes varoniles, y las de carácter rígido, in-
flexible, a los de líneas rectas, en contraste con
1. Buena luz. A ser posible luz natural. Una el exceso de adornos de las instintivamente co-
luz mala podría ser causa, por ejemplo, de que quetas.
pasara inadvertido un tinte ictérico de la piel. Con el nombre de travestismo (Hitschfeld) o
2. Posición correcta del enfermo. Una posición eonismo, se designa una situación que consiste en
impropia del enfermo pudiera hacer que fallara la vestirse con trajes del sexo opuesto. El travestis-
observación de una masa en el epigastrio, por mo lleva consigo una tensión emocional compul-
ejemplo, en un enfermo apoyado en un codo y siva fuerte, así como la existencia de una satis-
con los músculos abdominales en tensión. facción sexual, si no fuera así, se trataría sólo de
3. Atención concentrada y penetrante. La con- una «camavalada» sin significación afectiva. Es
centración necesaria del observador no requiere poco frecuente y suele referirse más a pacientes
comentarios. masculinos que se visten de mujer (como el caba-
llero D'Eon, agente secreto de Luis XV de Fran-
El enfermo debe desnudarse parcial o de for- cia, que se presentó en la corte rusa vestido de
!
ma honestamente completa. Corvisart, Bayle y mujer) o de niño, que a mujeres con atavíos mas-
después Chomel fueron los primeros en señalar culinos (como Catalina de Erauso, la monja alfé-
las ventajas de examinar a los enfermos con poca rez, que después de huir del convento se enroló
ropa, así como los inconvenientes que resaltan en la milicia para combatir a los indios de Chile y
cuando el médico, llevado de un falso pudor y Perú bajo el nombre de Alfonso Díaz Ramírez de
por excesiva condescendencia o prisa, no recurre Guzmán, siendo promovida al rango de alférez
a este requisito. por su valor). Carece de significación el travestis-
Nos ocuparemos primero en las particularida- mo en masa actual de las deportistas con prácti-
des de orden general, como son la vestimenta, ac- cos atuendos masculinos.
titud o postura, facies, hábito corporal (o biotipo El desaliño en el vestir, en personas de suyo ase-
morfológico), talla, estado de nutrición, marcha, adas y pulcras, induce a pensar en procesos orgá-
movimientos, etc., para centrar luego nuestra nicos, como tumores malignos graves, esclerosis
atención en el órgano supuesto enfermo (inspec- vascular cerebral, parálisis general progresiva,
ción local). etc, Los obesos tienen tendencia a escoger trajes
oscuros que sientan mal a los delgados.
El examen de la ropa interior, prendas ínti-
HÁBITOS Y VESTIMENTA mas e incluso de las sábanas, no sólo interesa en
medicina legal (manchas de semen, sangre [la
El examen de las prendas de vestir tiene gran costumbre de mostrar la sábana como testimo-
importancia semiológica. Creado el vestido para nio de la consumación nupcial ha persistido has-
proteger contra el frío y agentes climáticos, ha ta hace poco en algunos pueblos de España], se-
sufrido variaciones según las épocas (recuérdense creciones), sino también al práctico cuya labor
los fastuosos del Renacimiento italiano y corte semeja la de un detective cuando se trata de bus-
papal, como signo distintivo de la calidad de las car signos de orientación diagnóstica. En los
personas), profesiones (militares, clérigos, etc.), paños higiénicos, se estiman los loquios (hemá-
manera de ser y estado de ánimo de las personas, ticos los cinco días subsiguientes al parto; sero-
constituyendo a manera de un retrato moral. La hemáticos durante los días quinto y octavo,
chaqueta roja de Teófilo Gautier, destinada a y luego serosos, con olor sui generís, pero nunca
épater le bourgeais y el girasol que llevaba Oscar fétidos), leucorrea, flujo menstrual, La orina pig-
Wilde en sus trajes de etiqueta, para destacar la mentada puede manchar la ropa interior de co-
personalidad. lor amarillo (ictericias), oscuro (alcaptonuria, por
El desprecio de los viejos artistas por la bur- oxidación del ácido homogentísico; melanuria),
guesía, y de la juventud inconformista, se mani- azul (blue draper Syndrome, enfermedad de los
fiesta con los sombreros flexibles, de amplias pañales azules, por el indicán que se oxida al
alas, muchas veces rotos y sucios, larga melena aire), sonrosado (porfiria congénita), gris verde
y barba poblada, atuendos de colores llamativos (maple syrup disease, enfermedad del jarabe de
Generalidades 23

arce, por el ácido hidroxifenilpirúvico), etc. Es ACTITUD


conocida la emisión involuntaria de orina y he-
ces en las crisis convulsivas epileptógenas, lo Su examen tiene gran valor. Los enfermos
que no suele ocurrir en las debidas a otras cau- adoptan, instintivamente, la que hace su mal más
sas. En el taponamiento cardíaco, ya sea por cre- llevadero. Si se tiene cierto hábito, es posible de-
cimiento rápido de un derrame o por hemoperi- ducir la naturaleza de este mal mediante el exa-
cardio traumático, es casi constante la presencia men de aquélla.
(80 %) de defecación espontánea (reflejo por vía Mientras en castellano se emplean indistirita-
eferente vagal), cosa que jamás ocurre, en los mente los términos actitud, postura o posición,
traumatismos pleuropulmonares u abdomina- otros idiomas admiten la diferencia entre posi-
les altos. En la pancreatitis crónica, son frecuen- ción o postura, cuando es pasiva, sin esfuerzo
tes las pérdidas rectales oleosas que manchan las muscular o con un esfuerzo mínimo, y actitud,
prendas íntimas, sábanas y papel sánico. Estas que representa actividad o acto preparatorio de
manchas son de ácidos grasos libres, colesterol un determinado movimiento, la puesta en ten-
libre y esterificado y triglicéridos. El signo «del sión de la máquina orgánica presta a realizar su
falso amigo» (salida de excrementos que ensu- función.
cian la ropa interior en lugar de supuestas vento-
sidades) es sospechoso de cáncer del recto.
El examen del calzado puede ser útil. Los zapa-
“Hewes, en un curioso estudio sobre antropología postural,
tos (en especial los no fisiológicos de punta afila- recoge las principales posturas estáticas que ha adoptado el
da y tacón alto) son motivo de durezas, callos hombre desde los tiempos más remotos. Las reúne en cuatro
dolorosos, deformidades persistentes (los pue- grupos fundamentales, las demás son variaciones:
blos primitivos no conocen el hallux valgus) y 1. Posición sentada. La posición sentada es ignorada, al me-
dermatitis, y al alterar la estática del cuerpo, de nus pur una cuarta parte de la humanidad. Las características
de la silla tienen una importancia considerable. Para que los
molestias a nivel de las articulaciones de las rodi- músculos estén distendidos y el raquis lumbar se halle coloca-
llas, caderas, región dorsolumbar e incluso cervi- do entre las posiciones extremas de cifosis y lordosis, la posi-
cal. Las dermatitis causadas por el calzado tienen ción no debe ser demasiado baja (la hiperflexión de las articula-
características muy definidas y tendencia a la ciones coxofemorales bascula la pelvis hacia atrás) dejando un
intervalo suficiente (17-20 cm) entre el asiento de la silla y el
cronicidad. La mayoría de los casos se deben a
respaldo para que puedan alojarse las nalgas y la columna lum-
aceleradores químicos usados en la vulcanización bar pueda hallar el apoyo del respaldo. La forma de este último
de la goma; el aspecto clínico es bastante caracte- y su consistencia son igualmente importantes para que se
rístico, con lesiones eccematosas bien delimita- adapten a las curvaturas del raquis en la región lumbar y dorsal.
Las posturas incorrectas castigan la columna dorsolumbar y
das en el dorso de los pies, acentuadas en las zo-
motivan estasis venosa pélvica y compresión de la vena satena,
nas de mayor presión de calzado; parte interna motivo de trombosis, y formaciones varicosas; estas últimas,
dorsal de pies y dedos, especialmente el dedo raras entre los japoneses y pueblos orientales que acostumbran
gordo; en general, toma configuración de conca- sentarse en el suelo, se previenen, en parte, levantando algo los
pies apoyándolos sobre un taburete o silla baja.
vidad superior; la localización plantar se hace en
Como variante de la posición sentada, citaremos:
forma difusa con resequedad y fisuración de toda
a) Sentarse en el suelo. Habitualmente, con las piernas cru-
la zona pero respetando la parte del arco plantar
zadas, de la que hay ocho a diez variedades, algunas de ellas
donde el peso del cuerpo, por la disposición ana- prácticamente limitadas a lus adeptos especialmente entrena:
Fotocopiar sin autorización es un delito.

tómica, no se hace sentir. Cabe destacar que la dos en estas posturas, como sucede en los templos hindúes,
larga evolución de este eccema explica la auto- budistas, etc. Ésta es la forma predominante de sentarse entre
pueblos situados en el gran arco que va desde África del Norte
medicación y el uso de innumerables aplicacio-
a través de Oriente Próximo, India, sudeste de Asia e Indone-
nes tópicas que complican, alteran y, en ocasio- sia, con pueblos aislados en el Asia central, Corea, Japón, Mi-
nes, agravan el cuadro clínico. cronesia y Polinesia.
El desgaste de la suela y tacón orientan sobre En el mundo occidental hay una minoría de adultos (con la
suficiente flexibilidad articular y tendinosa) que se sientan de
las anomalías de la marcha debidas a causas
esta forma, bien en el trabajo o en juegos y fiestas campestres;
congénitas o adquiridas. El rozado de la punta pero los vestidos y ciertus convencionalismos sociales restrin-
se observa en las marchas espasmódicas y equi- gen su empleo. La mujer, al sentarse en el suelo, lo hace con las
na, y el del tacón (parte posterior), en el pie piernas plegadas a un lado o extendidas o cruzadas en los tobi-
S.A.

llos, posturas típicamente femeninas. Las razones de esta unión


talo. En los pies planos valgos no compensados,
al sexo no son claras, aunque es probable que al menos una de
destaca el roce del borde interno de las suelas y
O MASSON,

ellas sea que en esta postura pueden fácilmente lactar a un niño


tacones, y en el equino varo, el del tacón y suela y hacer labores, como tejer esteras, cestas, etc., y Otras simila-
externos. res efectuadas por las mujeres en la sociedades primitivas.
>
24 Semiología médica y técnica exploratoria

El modo como los enfermos se sostienen en


pie y su forma de caminar son valorados por el
médico, puesto que la estática y la deambulación
no sólo ponen de manifiesto el estado general del
individuo, sino también la perfecta coordinación Escalenos
y, Y
de una serie de factores óseos, articulares, mus-
culares y nerviosos cuya alteración puede refle-
jarse en el andar o en el modo de tenerse en pie.
Músculos de los
canales vertebrales
——>

Tipos de actitud
Recto del
La actitud erguida, propia de la especie huma- abdomen
na, es posible gracias a la angulación sacroverte-
bral (promontorio) y la lordosis lumbar. No es

b) Sentarse sobre los talones. Habitualmente con las rodillas


descansando en el suelo. Es típica del Japón. Se trata de una
postura mixta de rodillas y sentada, y la adoptan también el
mundo islámico durante la oración y otras culturas de Asia. En Ligamento
México e Indonesia, es una postura utilizada principalmente sacroilíaco
por mujeres.
2. Posición en cuclillas. La posición en cuclillas profunda es
tan extendida como la de sentarse en la silla. Es similar a la ha- Aductor mayor
. -——
bitual de reposo del chimpancé, que para el mundo occidental Biceps crural
resulta indecorosa y sólo se utiliza, exceptuando los niños muy (porción larga)
pequeños, en muy específicas ocasiones. Este baldón es más Biceps crural
antiguo que la civilización occidental, ya que los griegos la con- (porción corta)
sideraban grosera, como lo demuestra el hecho de que los sáti-
ros se sentaban de esta postura cuando tocaban la flauta del
dios Pan. Actualmente, se encuentra muy extendida en Asia,
África, América latina y Oceanía, en donde la gente trabaja y
descansa ordinariamente en esta posición.
3. Posición de rodillas. La posición semiarrodillada, con una
rodilla en alto y la otra en tierra, data de la antigúedad. En las Fig. 1-2. Grupos musculares anteriores y posteriores
pinturas rupestres de las cuevas de Altamira y otras, se observa que mantienen el equilibrio del cuerpo.
esta posición, e igualmente en las esculturas de la antigua Gre-
cia, y la adoptaban los arqueros para disparar el arco. Rara vez
se encuentra en mujeres.
4. Posición de pie. Es una posición universal. Posición erec- una postura estática, sino un estado de equilibrio
ta ordinaria con los brazos colgando a los lados del cuerpo o entre la acción de la gravedad, que tiende, cual
con las manos cruzadas por delante o por detrás. Como varie- un peso que colgara del esternón, a desplomar el
dad de postura en pie, destaca la posición nilótica, semejante a la
de la cigueña y consistente en permanecer en pie sobre una
cuerpo hacia delante, y otras fuerzas que obran
pierna, estando la planta del otro pie apoyada en una zona pró- en sentido opuesto, y que se encuentran repre-
xima a la rodilla. Era la posición favorita de los altos hombres sentadas (fig. 1-2) por:
de las tribus del Nilo superior, y se ve también en el Sudán me-
ridional y, a menudo, en otras partes de África, en las colinas
de la India, en los aborígenes de Australia y entre las tribus in-
1. La contractura tónica de los músculos lla-
dias de América del Sur. Se trata de una postura rara y Curiosa, mados antigravitativos, como son los de la nuca,
inadaptable para el hombre vestido y calzado. los de los canales vertebrales, los glúteos y los
En la evolución de los distintos hábitos posturales, intervie- extensores de las extremidades inferiores.
ne un complejo conjunto de factores anatómicos, fisiológicos,
2. La presencia del cojinete gaseoso abdominal,
psicológicos, culturales, ambientales y tecnológicos. Influyen el
sexo, el vestido, la vivienda, el suelo (frío, húmedo, de vegeta- colocado a manera de un balón entre el diafrag-
ción alta o baja, etc.) y las actividades laborales, vehículos, ins- ma y suelo de la pelvis, y bien tenso por la con-
trumentos, etc. La forma como nos sentamos, arrodillamos o tracción de la musculatura abdominal.
estamos en pie, está determinada, fundamentalmente, por la
cultura; de ahí que el estudio de los hábitos posturales sea una
3. La aorta repleta de sangre y adosada como
de las fuentes más importantes del conocimiento de las cos- un tallo de apoyo a la columna vertebral.
tumbres de un pueblo. 4, El freno pasivo de las articulaciones.
Generalidades 25

Si en un sujeto en pie dejamos que la columna


vertebral vaya aumentando sus curvaturas por la
sola acción de la gravedad, llegará un momento
en que las incurvaciones ya no aumentan más,
pues los cuerpos vertebrales contactan unos con
otros, los ligamentos se ponen tensos y el movi-
miento se frena en ausencia de toda acción mus-
cular,

Actitud de pie

mrnn
Entre las actitudes que se han descrito como
las habituales adoptadas por el individuo en pie,
figuran las siguientes:

1. Actitud erguida normal. El plano de la pelvis


forma un ángulo de 30% con la horizontal. La lí-
nea de gravedad pasa por las articulaciones del
hombro, cadera, rodilla y pies (fig. 1-3 A). Es una
actitud que, teóricamente, no necesita esfuerzo

h
muscular; pero es tan inestable que sólo puede A
ser mantenida breves momentos o utilizando
una pierna en actitud normal y la otra más sepa- Fig. 1-3. Actitudes habituales adoptadas por el indi-
viduo en pie. A) Actitud normal. B) Actitud descanso o
rada, para conservar el equilibrio, como se ve en
cómoda. C) Actitud de firmes.
las esculturas griegas.
Cada individuo tiene, entre ciertos límites,
una actitud peculiar consecuencia de varios fac-
tores, así, talla, hábito corporal, tono vital, hábito ción de las caderas. La lordosis lumbar disminu-
deportivo, etc. Contrasta la manera de mantener- ye, la cifosis dorsal se acentúa, y puede llegarse a
se en pie de los pícnicos y atléticos (y los sujetos la fijación pasiva de la columna por tensión de
de corta talla) con la de los longilíneos y asténi- los ligamentos vertebrales y contacto anterior de
cos, que la hacen incurvándose y adoptando la las vértebras; de ahí el trabajo casi nulo de la
posición de reposo. Como ejemplos de actitudes musculatura vertebral.
viciosas en posición erecta debidas al abuso del 3. Actitud erguida forzada militar de firmes (Lig.
deporte citaremos a los nadadores (cifosis total 1-3 C). Hay una fuerte contracción de los mús-
dorsolumbar por hipotonía y relajación muscu- cuos espinales, de los extensores de la cadera y
lar), ciclistas (cifosis localizada en la columna to- de los flexores plantares. La contractura del cuá-
rácica inferior relacionada con la posición encor- driceps no es necesaria, ya que la línea de grave-
vada durante la carrera y la tracción ejercida por dad pasa por delante de la rodilla y a unos 10 cm
Fotocopiar sin autorización es un delito.

los miembros superiores e inferiores hacia abajo), de los maléolos. Es una actitud que no puede
esgrimidores (esclerosis dorsolumbar por la hi- mantenerse largo tiempo.
pertrofia de determinados músculos), equitación 4. Posición de Meyer. Aprovechando el freno
(incurvación de las extremidades inferiores), etc. articular, la cadera y la rodilla se colocan en ex-
No hay que estar de pie inútilmente. El abuso tensión. La línea de gravedad pasa por detrás de
de esta postura facilita la aparición de varices y la cadera, por delante de la rodilla y a unos 4-10 cm
pies planos, y repercute sobre la columna verte- por delante de los maléolos.
bral y diversos Órganos, como el estómago y la
musculatura lumbar.
2. Actitud erguida cómoda (o de descanso [figu- Actitud en decúbito
S.A.

ra 1-3 B)). Requiere poco esfuerzo muscular. La


pelvis en las articulaciones de las caderas se incli-
(O MASSON,

La actitud o manera espontánea de estar acos-


na hacia atrás, de modo que el centro de grave- tado el enfermo se llama «decúbito». Distingui-
dad se encuentra por detrás del punto de rota- mos los siguientes:
26 Semiología médica y técnica exploratoria

1. Decúbito dorsal o supino”. El cuerpo descan-


sa sobre el dorso. Es el más antifisiológico. Nin-
gún animal lo adopta para dormir. El descanso
nocturno en esta posición motiva:

a) Descenso de la mandíbula. Por su peso y


por la masa de la musculatura lingual que se en-
cuentra relajada.
b) Semiapenura de la boca. En esta posición
no se puede deglutir. La flora bacteriana crece
con rapidez sobre la seca superficie mucosa de
las cavidades bucal y nasal.
d) Presión en dirección dorsal. El peso que ejerce la
musculatura lingual hace que la laringe se desplace
hacia la columna vertebral, con lo que se consigue
un estrecho contacto entre la comisura posterior de
la laringe y las paredes de la faringe. Las secrecio-
nes, que contienen bacterias, pueden descender B
hasta este punto desde el espacio nasofaríngeo y la
Fig. 1-4. Decúbito ventral fisiológico. A) Gracias al peso
cavidad bucal, a lo largo de las amigdalas y de la fa- de la columna vertebral, de la musculatura dorsal, etcéte-
ringe. Al alcanzar esta posición, permanecen deteni- ra., el tórax resulta comprimido. Además, los órganos in-
das, dado que, mientras se duerme con la boca testinales se ven apretados en dirección torácica. Así se fa-
abierta, el acto de la deglución no se desencadena. vorece la espiración, siendo la inspiración más superficial.
Desde esta localización, las secreciones son aspira- B) Las flechas de la tráquea señalan la dirección de la co-
das hacia la laringe durante la inspiración que pro- rriente secretora «cuesta abajo» provocada por los cilios.
duce los ronquidos laringofaríngeos. De este modo,
las infecciones pueden pasar de la faringe, a lo largo
de la laringe, hasta la tráquea y alcanzar y atacar las comatosos yacen en cama en actitud flácida y
vías aéreas más profundas, condicionando las más laxa, siguiendo su cuerpo y miembros las leyes
diversas afecciones de las vías respiratorias (llama- de la gravedad. No son capaces de variarla por si
das, generalmente, «catarros descendentes»). mismos, aunque les resulte incómoda.
6. Decuúbitos forzados. En ocasiones, los enfer-
2. Decúbito veniral o prono. Es la actitud que, mos adoptan posiciones que, aunque realizadas
filogenéticamente, corresponde para dormir (fig. voluntariamente, nada tienen que ver con la pos-
1-4 A), aunque actualmente hay controversia so- tura normal. Su causa es la evitación del dolor o
bre si es la ideal para el descanso de los bebés o de algún síntoma molesto y que, por tanto, tie-
no. La compresión de las vísceras abdominales y nen considerable valor clínico. Aunque su esta-
del tórax facilita la eliminación de gases y la espi- dio compete al de cada aparato en particular, ci-
ración (muy útil en asmáticos y enfisematosos), taremos para ilustrar el concepto, la actitud en
así como el trabajo del epitelio ciliar de los bron- gatillc de fusil propia de los procesos meníngeos,
quios y tráquea (fig. 1-4 B). la ortopneica de los enfermos disneicos, la genu-
3. Decúbito lateral derecho (u oblicuo derecho). pectoral o en plegaria mahometana en los gran-
Evita el peso del hígado y favorece el sentido de la des derrames pericárdicos, etc. Por ejemplo, en el
circulación del contenido gástrico al duodeno. tétanos y otras enfermedades, existen contractu-
4. Decúbito lateral izquierdo (u oblicuo iz- ras tónicas dolorosas que cuando se generalizan
quierdo). Mal soportado excepto por los porta- el paciente puede adquirir posiciones variadas:
dores de hernia hiatal por disminuir el ángulo a) Obpistótonos. En que el enfermo aparece en
cardioesofágico de His. forma de arco de concavidad posterior por contrac-
5. Decúbitos pasivos (se oponen a los antes tura de los extensores, descansando en la cama
descritos o activos). Los enfermos adinámicos o sólo por la cabeza y los pies. A veces sólo se afecta
el cuello, lo que constituye el opistótonos cervical.
"Del latín supinare o pedir. Los pedigiieños solicitaban la
b) Pleurostótonos derecho o izquierdo. Cuando
dádiva con la palma de la mano (cara ventral) dispuesta hacia el cuerpo se flexiona sobre uno u otro lado. Es la
arriba. variedad más rara (tétanos lateral de Sauvages).
Generalidades 27

e) Emprostótonos o tétanos en bola. El enfermo tarias, sino perturbaciones de los órganos inerva-
está incurvado hacia delante, en posición de feto, dos por los nervios correspondientes (corazón,
por contractura de los flexores. estómago); se producen, además, deformaciones
d) Onostónos (tétanos recto de Larrey). El en- torácicas y abdominales, causa de trastornos car-
fermo aparece en actitud recta; se puede levantar diopulmonares y digestivos.
de una pieza. Esta rigidez tónica es interrumpida 2. Todos los órganos cuya capacidad de acción
por crisis convulsivas. depende de la actividad fisica, así, respiratorios
(la hipoventilación predispone a infecciones
Algunos enfermos, en vez de guardar siempre broncopulmonares y, junto al fallo cardíaco, a
la misma postura, tienen que cambiarla a cada neumonías hipostáticas); circulatorios (fallo car-
instante. Esta agitación o inquietud física (inquies) díaco, edemas maleolares, trombosis venosas, a
se suele observar casi siempre en las afecciones su vez motivo de embolias, etc.); digestivos, con
febriles de comienzo agudo. digestiones penosas, estreñimiento rectal (dis-
quecia), hemorroides, hernias por atrofia de la
pared, etc.
Reposo prolongado 3. Las partes del cuerpo que descansan sobre el
lecho, debido a atrofia por compresión y úlceras
El individuo enfermo siente casí siempre la de decúbito. La presión ejercida sobre las tubero-
necesidad imperiosa de acostarse. El hombre ha sidades isquiáticas en la posición sentada (algo
conservado este instinto que también poseen los menos en la supina) es de unos 300 mm Hg,
animales. Indudablemente, la posición horizontal mientras que la presión capilar oscila entre 16 y
ejerce un efecto terapéutico por sí misma. 33 mm Hg.
Es de criticar el «reposo por prescripcióf», a 4. El psiquismo. El reposo prolongado en
menudo, durante demasiado tiempo después de cama desencadena, como primera reacción, una
haber vencido una enfermedad aguda. Muchas situación de angustia. Un enfermo encamado es
veces el entrenamiento se ha antepuesto al repo- un hombre derrotado que, en vez de vivir su
so, por ejemplo, en el caso de los cardiópatas O vida, la ve pasar desde su lecho. En general, esta
después de intervenciones quirúrgicas. Al igual angustia de ser colocado «fuera de circulación»
que el día y la noche, la vida y la muerte, el repo- desaparece antes en el hospital que en el hogar,
so y el movimiento se completan entre sí ineludi- donde el enfermo pretende en vano seguir ac-
blemente. El repuso en cama constituye sólo una tuando o vigilando su profesión.
parte de este par de antagonistas y no es posible
prolongarlo impunemente más de lo necesario. La actitud que los sujetos sanos adoptan du-
Tan pronto como una enfermedad se convierte rante la noche (dormir de espaldas, boca abajo,
en crónica, el reposo prolongado en cama pasa a con las piernas encogidas, abrazado a la almoha-
ser un factor patógeno y comienzan a presentat- da, de costado sobre un hombro) es indiferente.
se efectos perjudiciales, al igual que sucede en Guarda cierta relación con hábitos adquiridos
toda clase de sobrecargas debidas a la rotura de desde la infancia y son valorados como índice de
una polaridad. El reposo en cama constituye para su carácter y personalidad. l.os enfermos adop-
los ancianos el principio del fin. tan una postura fija con el fin de hacer su mal
Fotocopíar sin autorización es un delito.

Un encamamiento demasiado prolongado per- más llevadero.


judica diversas estructuras Orgánicas: Los pleuríticos con un derrame copioso, así
como los portadores de abscesos o cavidades tu-
1. El aparato locomotor (atrofia por inactividad berculosas o bronquiectásicas, duermen semiin-
de los músculos), huesos (osteoporosis dolorosa), corporados y reclinados sobre el lado de la le-
articulaciones (artrosis, deformaciones), la piel se sión, con lo que calman el dolor, disminuyen la
arruga, engruesa, edematiza y se altera la secre- disnea y evitan el paso de secreciones al árbol
ción sudoral. Debida a la presión ejercida por la bronquial, motivo del molesto reflejo tusígeno.
ropa de la cama sobre los pies, se observa, des- Los enfisematosos y bronquíticos crónicos
pués de una clinoterapia prolongada, el «pie prefieren el decúbito ventral con lo que logran
S.A.

equino debido a las ropas de cama». La deforma- presionar el diafragma, cuya cúpula es desplaza-
ción de la columna vertebral (se adapta a la da hacia arriba al ser comprimido el contenido
O MASSON,

cama, curvándose hacia fuera donde tendría que del abdomen; disminuir la inspiración profunda,
ser cóncava) no sólo motiva neuralgias segmen- por la resistencia que ofrece el diafragma sosteni-
28 Semiología médica y técnica exploratoria

do por los órganos abdominales; favorecer y


reforzar mecánicamente la espiración, por el
peso que ejercen sobre el tórax la columna ver-
tebral, la musculatura dorsal y los grandes vasos
(fig. 1-4).
El decúbito lateral izquierdo es mal tolerado
cuando el ventrículo homónimo inicia la des-
wmpatióna, y matara veure tuado Tranli-
ca el corazón derecho. Sólo un individuo con co-
razón sano puede dormir de ambos lados sin
molestias.
En la hernia del hiato diafragmático con reflu-
jo gastroesofágico, la horizontalidad (y el decúbi-
to lateral derecho) favorecen la regurgitación y
pirosis, al igual que en las estenosis esofágicas; el Fig. 1-5. Tipo pícnico.
enfermo duerme semiincorporado (o en decúbito
lateral izquierdo) por colocación de unos tacos
de madera en la cabecera de la cama, pues si lo
incorporamos con almohadas la leve cifosis dor-
sal favorece el reflujo.
La dificultad para dormir en uno de los decú-
bitos laterales puede obedecer a que con la almo-
hada se ocluya la ventana nasal que trabaja en
buenas condiciones, poniéndose de relieve el de-
fecto funcional de la otra ventana nasal; asimis-
mo, los enfermos con hipoacusia o hiperacusia
dolorosa unilateral evitan ocluir el oído sano.
Los sujetos ancianos y esclerosos gustan de al-
mohadas delgadas, pues la posición horizontal
favorece el riego sanguíneo cerebral.

FACIES

En la cara, cuya extremidad frontal tiene la Fig. 1-6. Tipo asténico; leptosómico.
significación más noble, se reflejan las reaccio-
nes provocadas por el mundo exterior (interés,
miedo, repugnancia, etc.), así como las excita-
ciones que tienen su origen en el propio indivi- color fresco de la piel y sienes notablemente des-
duo, ya sean estados de ánimo (alegría, tristeza, pejadas (fig. 1-5).
preocupación, angustia, etc.) o en trastornos Los leptosómicos tienen el contorno frontal
funcionales de las vísceras provocados por da- de la cara ovoideo, con el eje corto (fig. 1-6).
ños de cualquier índole. En todos los casos, y En los atléticos, el contorno de la cara es ovoi-
por vía nerviosa, se produce, a la par, la contrac- deo, alargado, sin perfil característico (fig. 1-7).
tura de determinados músculos faciales y fenó- Los gestos de la cara (apretar los labios, frun-
menos en la irrigación de la piel (palidez, rubor, cir el ceño, adelantar la barbilla; sonrisa ancha
sudación), que dan a la cara un aspecto que per- con elevación de las cejas, etc.) son como un se-
mite al observador experto apreciar la causa que máforo revelador de un gran número de emocio-
lo motiva. nes e incluso de estados ho expresados por el
En los sujetos sanos, el aspecto de la cara va- lenguaje. Los gestos de la cara adquieren mayor
ría según múltiples factores. Citaremos la edad, significado si se acompañan de otros de la cabe-
la raza y el estado de ánimo. za, cuello y cuerpo.
En los sujetos píenicos, la cara tiene el contor- Las enfermedades graves se reflejan en la ex-
no pentagonal o en forma de escudo ancho, con presión entera de la cara y sobre todo en la de los
Generalidades 29

sionales (áurica, plúmbica y mangánica) y aberra-


ciones cromosómicas (síndromes de Down y del
maullido de gato [deleción del brazo corto del cro-
mosoma 5)) y, por alteración de los cromosomas
sexuales o gonosomas, las de los síndromes de Kli-
nefelter (disomía o polisomía en el varón) y Turner.

HÁBITO CORPORAL
Desígnase como hábito corporal (o biotipo
morfológico) el aspecto particular del cuerpo de-
pendiente de la especial combinación morfológica
de sus segmentos. Siendo parte de la constitución
Fig. 1-7. Tipo atlético.
total, su estudio tiene notorio interés práctico. Los
médicos antiguos, a partir de Hipócrates, señala-
ban una correlación entre la figura corporal y la
A XX
aparición y curso evolutivo de las enfermedades.
Karr Precisando más, se debe a Rostán la noción de que
los cuatro tipos morfológicos (muscular, respirato-
a | | or, rio, digestivo, cerebral) corresponden al predomi-
A nio de uno u otro de los aparatos orgánicos sobre
los restantes y que tal primacía no sólo predispone
al individuo al padecimiento de ciertas enferme-
dades, sino que también imprime modalidades a
su curso que habrán de tenerse en cuenta en el tra-
tamiento y en el juicio pronóstico.
La tendencia universal en medicina de buscar
una relación entre la morfología y el funcionalis-
mo, la comodidad que supone el adquirir un co-
nocimiento mediante la simple inspección y la
exactitud numérica de las medidas empleadas, en
Fig. 1-8. Arrugas mórbidas de Jadelot.

¿Como no ignoraban los clásicos, ciertas partes de la cara ex-


presan, sobre todo por la intervención del sistema vegetativo, las
ojos. Reciben diversas calificaciones en relación alteraciones físicas que corresponden a enfermedades determina-
con el nombre del autor que las ha descrito (facies das. Estos datos constituyen el fundamento de las arrugas mórbi-
das de Jadelot (fig. 1-8). Se distinguen tres trazos principales:
hipocrática, de Spencer Wells, de Corvisart, etc.),
según el signo principal que manifiestan (facies ic- 1. Oculocigomático. Trazo o arruga, parte del ángulo exter-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

no del ojo y va a perderse un poco por debajo del saliente for-


térica, anémica, etc.) o el órgano enfermo (facies mado por el hueso malar en la cara. Se relaciona con las enfer-
cardíaca, ovárica, hepática, etc.). medades del cerebro.
Los procesos dolorosos de larga duración (así 2. Nasolabial. Comienza en la parte superior del ala de la
como los estados de ánimo sostenidos) motivan nariz y rodea en semicírculo más o menos completo la línea
externa de la comisura de los labios. En muchas ocasiones, se
la reiteración de un mínimo gesto (fruncir el en- une a otro trazo (llamado genal) que viene de la mejilla. Jadelot
trecejo, arrugar la frente, rictus bucal) que, a la ha señalado la correlación que tiene con las enfermedades del
larga, acaba por fijarse confiriendo a la cara un aparato respiratorio.
aspecto peculiar, valgan como ejemplos las facies 3. Labial. Comienza en el ángulo de los labios y termina
en la parte baja de la cara; no es muy profundo, y los clásicos lo
ulcerosas gástrica y lamímica «en omega» (0) han relacionado con las enfermedades del abdomen.
propia de los abscesos y tumores cerebrales?.
El arte de descubrir la significación de los rasgos de la cara
S.A.

Son de valorar las modificaciones de las facies se designa fisiognomía. Existen personas llamadas fisonomistas,
consecutivas a la toma de determinados fármacos
O MASSON,

que tienen facilidad natural para interpretar el lenguaje del ros-


(facies yatrogénicas; facies cortisónicas, discinésica tro. Las facies sólo hablan, permítasenos la expresión, a los
por derivados fenotiacínicos), intoxicaciones profe- acostumbrados a verlas.
30 Semiología médica y técnica exploratoria

contraste con la vaguedad de los datos que pro- diátesis o predisposiciones, como las diátesis
porciona el examen del funcionalismo interno, alérgicas, la braditrófica, la neurodistónica vege-
explican la predilección de los autores en el em- tativa (vago) y simpaticotónica.
pleo del estudio del hábito corporal para conocer
la constitución de un individuo determinado. El conjunto del hábito corporal (o constitu-
En todo individuo (fenotipo) hay una serie de ción morfológica), el temperamento (o consti-
caracteres constitucionales transmitidos por he- tución psíquica) y la capacidad reactiva (o cons-
rencia (genotipo) más o menos modificados por la titución reactiva) integran la constitución total, la
acción del mundo externo o perístasis (fenotipo = cual puede definirse como «la resultante de la in-
genotipo + perístasis). Las disposiciones heredita- tegración de factores morfológicos, psíquicos y
rias (más influyentes que los factores ambientales) funcionales, producto de la reacción entre las in-
son eternas y el individuo las transmite a su des- fluencias peristáticas y la base hereditaria de de-
cendencia en virtud de la famosa ley de la «conti- terminado individuo»”,
nuidad del plasma germinal»; las adquiridas por Numerosas escuelas han pretendido clasificar
acción del medio (perístasis) no se transmiten, a el fenotipo. Sin dejar de reconocer la utilidad de
menos que éstas seas intensas (radiaciones ¡oni- muchas ellas, sólo nos detendremos con cierta ex-
zantes) y que a la par de las células somáticas se tensión en las de Kretschmer, Sheldon y Stevens.
afecten las germinativas (entre 30.150 nacidos en Cabe señalar que los antecedentes de todas estas
Hiroshima inmediatamente después de la II Gue- escuelas se remontan a Hipócrates, quien, más de
rra Mundial, no menos de 4.282 eran anormales). cuatro siglos antes de J.C., ya definió magistral-
mente los dos fenotipos extremos, a los que deno-
minó «tísico» y «apoplético». Corresponden al pre-
Aspectos semiológicos del fenotipo dominio de los diámetros vertical o sagital en la
morfología corporal y están en correlación positi-
Procede diferenciar en el fenotipo o manifes- va con los denominados temperamentos esquizo-
tación externa de la constitución total, tres secto- tímico y ciclotimico de la tipología kretschmeria-
res O aspectos: na, como se comenta a continuación.

1. Hábito corporal (somático o biotipo morfo-


lógico). Según las distintas escuelas se distinguen Tipología de Kretschmer
diferentes formas fundamentales.
2. Temperamento o ánimo. Estructura psíquica Este autor ha demostrado que la estructura físi-
primaria que imprime dinamismo a la constitu- ca de una persona se asocia, a menudo, con cierto
ción y determina la conducta vital emotivoafecti- tipo de personalidad, y en caso de enfermedades
va. Apenas es influido por el ambiente y educa- psiquiátricas, con una perturbación peculiar. Co-
ción, más eficaces sobre el carácter, espíritu o menzó admitiendo dos tipos polares, el pícnico
estructura psíquica secundaria de Adler. Procede (compacto) y el asténico (llamado después lepto-
distinguir, con Kretschmer, las siguientes varie- somático); pero, posteriormente, introdujo un ter-
dades temperamentales: cer tipo que denominó atlético. Más tarde, añadió
el grupo inclasificable de los displásicos. Todos
a) Esquizotímica. De tendencia impulsiva o ellos son desviaciones del biotipo normal (o nor-
del todo indiferente y con vida afectiva pobre. motipo), caracterizado por no ofrecer ningún de-
b) Ciclotímica. Intensamente afectiva con os- talle disonante en su morfología, que se adapta a
cilaciones entre la exaltación y la depresión. los cánones clásicos; los datos biométricos (talla,
c) Enequética o viscosa. De conducta y afectos
perseverantes, iterativos, minuciosos.
"Vicente Espinel expresó con mano maestra, a principios
del siglo xvII, cuanto acabamos de decir: «Los grandes médicos
3. Capacidad reactiva. Es el tercer componen-
que yo he conocido y conozco, en llegando al enfermo, procu-
te integrante de la constitución. Determina el ran con gran cuidado saber el origen, causa y estado de la en-
modo de reaccionar y el funcionalismo de cada fermedad, y el humor predominante del paciente, para no curar
sujeto ante las diversas situaciones y estrés de la al colérico como al flemático, y al sanguíneo como al melancó-
lico; y, aún, si es posible, aunque no hay ciencia de particula-
vida. Está en relación con la herencia, sistema
res, saber la calidad oculta del enfermo, y de esta manera se
neurohormonal y temperamento. Atendiendo a acierta la cura y se acreditan los médicos». (Vida del escudero
la capacidad reactiva, se han distinguido diversas Marcos de Obregón. Descanso IV.)
Generalidades 31

peso, superficie corporal en relación con aquellos,


proporciones mutuas de las medidas segmenta-
rias, etc.) son los que corresponden a su edad y
sexo; hay también un desarrollo armónico de los
grandes sistemas orgánicos, así como de las activi-
dades metabólicas y psíquicas (fig. 1-9).

Tipo pícnico (de rivol, compactos). Su ar


quetipo es la figura Sancho Panza. En él predorni-
na el diámetro anteroposterior abdominal. Cara,
pecho y abdomen anchos y gruesos; miembros
cortos y más bien gráciles. Manos anchas y cortas,
articulaciones delicadas, cabeza algo hundida en-
tre los hombros, piernas delgadas. La cara del píc-
nico, propende al enrojecimiento, y la grasa tiende
a concentrarse especialmente debajo del mentón.
Los hombres pícnicos son calvos precoces, por se-
borrea, desde jóvenes se inicia en ellos la «curva Fig. 1-9. Índices de armonía morfológica. Tipo nor-
de la felicidad» (embonpoint, de los franceses; barri- mal.
ga, de los españoles). Si a lo expuesto se asocia
una facies rubefacta, cianótica, con las conjuntivas
inyectadas y vasos flexuosos en mejillas, sienes y En él, predomina el diámetro longitudinal,
partes descubiertas, queda constituido el hábito vertical, sobre los dernás. Se trata de sujetos del-
apoplético de los clásicos (fig. 1 5). gados, de hombros estrechos, pecho largo y apla-
La textura orgánica de estos sujetos, se relacio- nado, vientre sin grasa y caderas poco prominen-
na con una «fórmula endocrina» peculiar, con hi- tes. La cara es también alargada, estrecha y
perfunción hipofisogonadal (de ahí la talla corta pálida, con frente inclinada hacia atrás, gran na-
por hipoplasia de las extremidades inferiores; el riz y micrognatia, que produce un perfil angular
buen desarrollo de los genitales externos; menar- (cara de pájaro). El perímetro craneal es escaso,
quia precoz) y de las glándulas suprarrenales (hi- se ensancha por encima de las orejas y aparece
pertonía arterial, hirsutismo), con bajo tono del ti- cubierto de un pelo fuerte, con largas cejas muy
roides. Propenden a la neoformación del tejido unidas. Las extremidades son largas y delgadas
conjuntivo y a la reacción inflamatoria. En ellos (excepto en las formas mixtas astenico-atléticas),
son frecuentes las enfermedades cardiovasculares con tendencia a cianosis de manos y pies. Hay
(arteriosclerosis, hipertensión arterial con sus com- predisposición a ptosis visceral y al corazón pén-
plicaciones, angina de pecho, varices, etc.), de la
nutrición (diabetes, gota, litiasis biliar o renal, etc.),
Tabla 1-1. Relación entre epilepsia, esquizofre-
reumáticas (del tipo cronicodegenerativo), respira-
nia y psicosis maniacodepresiva y los diferentes
torias (bronquitis crónica, enfisea, asma bron hábitos corporales
quial, etc.), así como la cirrosis hepática, la nefros-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

dlerosis, la pancreatitis, los tumores malignos, etc. 100 %


Los pícnicos se relacionan con el tempera- 80 %
mento ciclotímico, con predisposición a la psico-
sis maniacodepresiva y resistencia a la esquizo- 60 %
frenia y epilepsia (tabla 1-1). 40 %
20%
Tipo leptosomático (Aero£, estrecho; Gpo,
cuerpo) o asténico. En Kretshmer, este último 0%
Epilépticos Esquizofrénicos Maniaco-
término se refiere a todo el conjunto de caracteres (1.505 casos) (5.233 casos) depresivos
somatoscópicos y dimensionales del tipo, que no (1.361 casos)
S.A.

implican necesariamente un tono morfológico «as- EI Atípicos MM Leptosomáticos


ténico», pese a que la mayoría de casos realmente
O MASSON,

Displásicos Mi Pícnicos
lo sean. Es superponible al clásico hábito tísico de MIN Atléticos
Stiller. Su arquetipo es la figura de Don Quijote.
32 Semiología médica y técnica exploratoria

dulo o en gota, y signos frecuentes de hipoplasia reves del esquizotímico, Propenden, como los
e hipofunción genital. En las mujeres, es frecuen- píenicos, a la psicosis maniacodepresiva y a la
te que resulten también pequeñas las medidas epilepsia.
longitudinales (tipo asténico hipoplásico).
Kretschmer concede gran importancia, como Subtipo asténico-atlético. Con caracteres
signo de estigma biológico, al envejecimiento imbricados de los.tipos anteriores; en general, los
prematuro de este biotipo. Señala además que su individuos pertenecientes a este subtipo produ-
característica dinámica es el tilo acelerado de cen la impresión de asténicos artificialmente de-
sus funciones, pero con valores bajos de tuno e sarrollados por el ejercicio muscular activo,
intensidad y poca resistencia a la fatiga (fig. 1-6).
La constitución astévica tiene por esquenna en Tipo displásico. 5e señala en los sujetos
docrino la debilidad hipolisaria y suprarrenal y la cuyas anomalías morfológicas son tan patentes
energía tirvidea. Según el predominio respectivo, que no permiten encasillados en ninguno de los
tenemos los asténicos con tendencia depresiva y grupos anteriores. Según Kretschmer, presenta
los irritables. En ellos, son frecuentes la tuberculo- tres variedades:
sis en sus diversas formas y localizaciones, la úl-
cera gástrica, las prosis viscerales y hernias, y la Gigantes eunocoides,
jaqueca. La hipoplasia o debilidad constitucional Eunocuides y obesos pluriglandulares.

mt
del mesénquima los aleja de las enfermedades Hipoplásicos e infantiles,
que determinan neoformación del tejido conjunt.-
vo; cirrosis hepática, neltosclerosis, esclerosis vas- odas ellas tienen en común la Lalta de cunit
cular, etc. mia, su desproporción y tosquedad (u1 realidad,
El hábito leptosómico se relaciona con el tem etiológicamente, displásico significa mal confor
peramento esquizotímico y aboca con frecuencia mado), es decir, su falta de armonía intrínseca
a la esquizofrenia. Un individuo displásico parece haber sido consti-
tuido aprovechando un molde desfigurado o mal
Tipo atlético. Llama la atención el fuerte configurado. Los displásicos, en todas sus varian-
desarrollo del esqueleto y de la musculatura, y el tes corporales conocidas, se encuentran a menu-
hecho de que las extremidades sean más bien lar- do en la epilepsia (más que los pícnicos y lepto-
gas. Destaca el imponente tórax, ricamente mus- somáticas) y en la esquizofrenia (siguen a lus
culado, que distrae la atención de la parte inferior leptosomáticos y aventajan a los pícnicos), pero
del cuerpo, que se adelgaza considerahlemente, faltan casi por completo (0,4 %) en la psicosis
así como la pelvis estrecha y las piernas delgadas, maniacodepresiva.
conjunto de caracteres que dotan al contorno
frontal del tronco de una forma trapezoide. La
armazón ósea es compacta y sólida, particular- Tipología de Sheldon y Stevens
mente en las regiones escapulohumerales y en
las partes distales de los miembros superiores e Distunguen tres tipos, basados en las medidas
inferiores; los músculos, recubiertos de picl clás- corporales, cada uno con su temperamento pro-
tica y pobre en grasa, se hallan magníficamente plo.
desarrollados y exhiben fuertes relieves plásticos.
Sobre el cuerpo elevado y sólido, descansa una Endomórficos. Dc baja ustatura y obesidad
cabeza firme, alargada, con un rostro igualmente manifiesta, son viscerotónicos. Su característica
alargado en su parte media y mentón y relieves fundamental es que la vida parece que gira en
óseos acentuados. El contorno de la cara es de ellos alrededor del instinto de nutrición, siendo
forma ovoide, alargado, sin perfil característico, y su mayor placer el de la Lora de las comidas.
el cráneo es altu y estrecho (fig. 1-7). Simpáticas para todo el mundo, son de gran su-
Se relaciona con el temperamento viscoso, de ciubilidad, siendo escasa su combarividad y agre-
Kretschmer (o enequético, de Mauz), cuyo rasgo sividad, precisando ayuda de los demás, para re-
más peculiar es la escasa reacción a los cstímu- solver problemas de cierta gravedad. lDesean
los, así corno la adherencia o perseveración en el cubrir sus necesidades con el munimo estucras,
funcionamiento psíquico. Corresponde al movi- paz lo que su ideal consistiría Cn VIVIT SIEMPre €N
miento seguro y vigoroso, pera no diestro ni pró la infancia. La sexualidad ocupa en ellos un lugar
digo, de mayor fuerza y masa que precisión, al secundario.
Generalidades — 33

Mesomórficos o somatotónicos. —lienen y algunas visibles, de acuerda con la ley de la


un relativo predominio de los órganos mesodér- multiplicidad de las anomalías congénitas.
micos (esqueleto, musculatura, aparato circula-
torio) con un físico pesado, duro, atlético, de
perfil rectangular, giran vitalmente alrededor del ESTADO DE NUTRICIÓN
instinto de poder. Su placer estriba en el hacer,
en desplegar una actividad máxima, de aquí que Se estima con la inspección y se confirma con
la fase más apreciada de la curva vital sea la ju- la pesada. Es útil realizar esta última periódica-
ventud por ser en ella donde mejor se manifies- mente en una báscula de confianza, y en las mis-
ta su potencia física. De una agresividad compe- mas condiciones; mejor al levantarse en ayunas,
titiva manifiesta, carecen de piedad y presentan con el mismo atuendo y después de haber orina-
una gran resistencia para el dolor físico y tam- do y defecado.
bién un instinto sexual poderoso y sin inhibicio- La obesidad, siempre debida a una exceso de
nes. grasa, resulta o de un apetito excesivo (obesidad
exógena, nombre poco apropiado por cuanto la
Ectomoórficos o cerebrotónicos. Se acom causa que motiva este apetito reside en el propio
pañan de una corporalidad con predominio de individuo, a veces como estigma familiar) o de
los órganos ectodérmicos, asi, tepumentos, ór- un retardado merabolismo en relación con un
ganos de los sentidos, sistema nervioso y aspec- trastorno de las glándulas endocrinas (obesidad
to delicado, longuilíneo, asténico; siendo yu pe- endógena).
culiaridad más destacable la inhibición en todos Todas los obesos, AUNQUE M0 CONTIATL erre R CE
los ámbitos de su fisiologismo. De apariencia 30 en comparación con Otras personas, ingieren
juvenal dargarmente conservada) son hipersensi- más de lo que nucusitan.
bles al dolor; con tendencia a la soledad, a la Debemos siempre pensar en la rerención de l-
intimidad, escasean en comunicabilidad senti- quidos o edema, sobre todo en enfermos cardía-
mental, tratando de orientarse más en la rela- cos, renales o diabéticos no tratados con insulina.
ción histórica que con la actualidad. De pen- La delgadez es el estado opuesto a la obesidad
samiento profundo, gustan de disquisiciones y, como esta última, puede ser exógena (por h1-
sobre el sentido de la vida, estructura del Uni- poalimentación absoluta o relativa en relación al
verso y problemas de este tipo, por eso la edad ejercicio o trabajo producido) o endógena. Hay
que más les satisface es la de la madurez, cuan- individuos en quienes la delgadez es un estado
do creen que pueden encontrar respuestas a las familiar; son los llamados magros o enjutos. Ge-
preguntas que se formulan. De psicosexualidad neralmente, pertenecen al hábito corporal lepto-
precoz y viva, adquiere un predominio sobre somático o asténica, y pueden considerarse sa
los instintos de poder y nutrición, causante de nos, pues comen con envidiable apelilo. Los
perturbaciones juveniles por las inhibiciones y sujetos que, por la causa que sea, han enflaqueci-
timidez propias que dificultan el trato con el do se denominan delgados o flacos.
sexo opuesto, La pérdida continuada de peso es propia de
Estas tres tipologías pueden combinarse entre sí. los procesos dilatados y graves, aunque las situ
ples preocupaciones, con su sucucla común de
Fetocopiar sin aulcrización es un Jelito.

anorexia e insomnio, dan lugar, con frecuencia, a


Anomalías morfológicas una notable disminución del peso corporal, Cila
remos la diabetes mellitus, el hipertiroidismo, al-
1. Visibles. Se lasifican, según su intensidad, gunas formas del sindrome de Shechan (caguexia
en simples anomalías, malformaciones y m0ns hipofisaria), la arterioscleros:s generalizada, la tu-
truosidades. Pueden ser hereditarias o secuentes berculosis pulmonar avanzada, los procesos neo
a causas nocivas durante el desarrollo del em- plásicos malignos, la esclerosis lateral amio
brión (embriopatías). $u impartancia práctica ra- trófica, la distrolia muscular, elo. La rápida
dica en que crean complejos de indenulidad y un desaparición de los cdernas cardíacos y renales
que se trata de sujetos con cscasa resistencia a las moruva también una súbira pérdida de peso.
S.A.

noxas exógenas, lo que explica los elevados indi- La caquexia (xoxof, malo, ¿E1L, estado) es una
SMASSON,

ces de morbimortalidad. farma de desnutrición en la que a la pérdida ex


2. Ovnllas. Suelen coincido con Olas ano tema de peso y destudratación, sc anade una
malías ocultas (espina bilida, valvulopatias, ete.) gran postración física y debilitamiento mental.
34 — Semiología médica y técnica exploratoria

El peso normal para cada individuo guarda rula- ¿nanos son de ralla normal al crecer. El deseguili
ción con la edad, sexo y talla y desarrallo esque- brio hipofisario gue detiene sti crecimiento pme-
lético. de ocurrir en cualquier momento desde la infan-
El paniculo adiposo representa las 2/4 partes de cla. 5e desanullan normalmente en cuarro a le
la masa total de grasa, la cual se estima midiendo sexual, Retienen algunas características dol
el espesor de la capa adiposa a nivel del biceps les, como escasez o atisencia de pllosidad lucial y
braquial, cresta ilíaca, abdoruen, parte anterior del púbica, extremidades corlas, y nuanoy y pies des:
muslo, lado derecho del tórax (en los varones) par- proporcionadamente pequeños. 3u voz sudle
te posterior del muslo (cn las mujeres) y, final- conservar un tono lulantl, Alta actrvidad riror
mente en la espalda, debajo del omóplata. Las ci- dea, lo que configura su carácter activa. En gene-
fras obtenidas permiten calcular el desarrollo de ral, 5€ sienten constantemente impelidos a pro
musculatura y huesos. Existen compases apropia- bar que son iguales o superiores a personas de
dos. Normalmente, basta medir el espesor del tamaño normal, en lo que se refiere al arto se-
pliegue hacia la mitad del tríceps en la mujer y en xual y en otros aspectos, Han pasado a la historia
la región subescapular, por debajo del ángulo del por sy tamano eXiguo y preclaro ingenio, Sir Jef-
omoóplato, en el varón. Lrey Hudson (56 cm a los 30 años) a quien Carlos 1
ennobleció, y el general Washington Nut, yuu
sólo alcanzó 73 con.
TALLA Y OTROS DATOS Una vez pesado y tallado el individon, es pro
BIOMÉTRICOS vechoso estudiar las proporciones de las grandes
partes del cuerpo (somatometría o alo pormneliía
Atendiendo a su estatura o alrura, clasifica externa), procediendo a compararlas entre si y
mos a los indidivuos en dos grupos: también con las medidas estándar de la publa-
ción de su entoran,
1. De talla normal (altos y bajos).
2. De talla anormal (gigantes y enanos).
Somatometría
Quien ha de ser medido, una vez descalzo, se
coloca con los talones juntos sobre un piso bien ls muy útil para el diagnóstico de las enfer-
plano y con la espalda apoyada contra una regla medades del sistema endocrino. En la práctica,
métrica; contra ésta y sobre la cabeza del sujeto bastan unas pocas medidas, por atra parte fáciles
se apoya una escuadra, evitando el encogimiento de obtener, pues sólo requieren la cinta métrica y
y las posiciones violentas; el oído y las ventanas el compás de espesores (fig. 1-10). Son las si
de la nariz se han de encontrar a la misma altura. guientes:
La talla normal suele variar según las familias,
razas, ambiente social, profesión, etc. 1. Talla a altura, Desde el vértex al suelo o
La talla disminuye, desde que el individuo se le- peana,

vanta de la cama hasta cinco horas después, en l 2 cm 2. Altura en posición sentada (longitud supe-
y debido a los grandes esfuerzos hasta 4 cm, sobre rior).
todo si se trata de sujetos jóvenes y altos. 3. Longitud de las piernas o inferior, Medida
Hablamos de gigantismo, cuando la cstalura como diferencia enrre la altura del cuerpo y la ul
excede considerablemente a la considerada rura en posición sentada,
como máxima en cl ambiente donde vive el su- 4. Braza. Distancia entre los dacrilios (borde
jeto; el verdadero (macrosomía esencial) mues- anterior y más bajo de la yema del dedo medio),
tra entre sus partes corporales la debida propor- extendiendo los brazos en cruz.
ción. Existe hiperproducción de hormona del 9. Distancia vérex-sinfisio (borde superior de
crecimiento (GH) o hipersensibilidad del cartíla- la sínfisis pubiana).
go articular. Tiroides y gónadas subactivas, lo 6. Distancia sinfisto-suelo. Distancia entre la
Pan

cual explica la frecuente combinación de talla sínfisis pubiana y el suelo.


gigante y pesadez o lentitud (según la Biblia, la 7. Altura del trocánter. Desde su punto más
MASSON,.SA

talla de Goliat era de «seis codos y una braza» o alto al suelo; se encuentra con facilidad encogien-
sea 297 cm). do algo el muslo.
En el enanismo, la talla es inferior a 130 cm en 8. Anchura de los hombros. Se colocan las pun-
el varón y 120 cms en la mujer. Los verdaderos tas del compás de espesores en el punto más la-
35

A Cabeza (por las cejas)


Le — Envergadura -.. s3£

$57
23 $
Torax (por los 25 $
pezones o por q 3 y
el IV interespacio) E 2 3
Abdomen 2 3
(por el ombligo)
Caderas y
(por los trocántores) Á

Bsi
sida
3E 2igi
Bso
3238
¿33
' y
Fig. 1-10. Principales medidas antropométricas.

teral del acromion de cada lado, estando los bra-


zos caídos.
9. Anchura de las caderas. Tomando como
puntos de referencia el más lateral del trocánter
de cada lado; en la mujer, es mayor que el bia-
cromial; en los hombres, sobre todo en los de há-
bito atlético, ocurre lo: contrario.
10. Perímetro torácico. Se mide con la cinta
métrica horizontal bajo las tetillas, haciendo que
el individuo que ha de ser medido tenga los bra-
zos en cruz o las manos sobre la cabeza, inspire
con fuerza y cuente hasta diez en voz alta, con lo
que se consigue hacer la medición en un estado
sín autorización es un delito,

intermedio entre la inspiración y la espiración; es


Fotocopiar

recomendable medir junto a la axila, para que en


la medición en las mujeres no influya el desarro-
llo de las mamas. Si lo que interesa es la ampli-
tud respiratoria, el volumen de las mamas carece
de importancia, pudiendo hacerse la mesura a ni-
vel de los pezones (fig. 1-11 A y B). El perímetro
del tórax del adulto normal debe ser superior a la
mitad de la talla (leyde Daly).
11: - Perímetro de la cintura. A la altura del om-
O MASSON, S.A.

bligo o debajo de las costillas donde sea menor y


del muslo, pierna y brazo.
12. Palmo. Mide, en el adulto, alrededor de Fig. 1-11. Mensuración torácica. A) En espiración
20 cm. máxima. B) En inspiración máxima.
36 Semiología médica y técnica exploratoria

Las diferentes medidas, consideradas aislada- Lesiones cutáneas elementales


mente unas de otras, de poco pueden servir para
apreciar las diferencias de forma; solamente El estudiante debe familiarizarse con el cono-
comparándolas entre sí ayudan a precisar el jui- cimiento de ciertos procesos cutáneos comunes y
cio. De estas comparaciones, las principales son no ignorar que todas las dermatosis comunes se
las llamadas proporciones, que relacionan longitu- producen por combinación de lesiones elementa-
des o alturas de partes con el todo o con otras les primarias o secundarias:
partes, y los llamados índices, que relacionan an-
chura con longitud o con altura, o recta con cur- 1. Lesiones primarias. Son las formas origina-
va, en la misma parte del cuerpo. les en que aparecen las diversas lesiones:

a) Mácula. Constituye una mancha cutánea


PIEL Y FANERAS?' circunscrita sin elevación ni depresión.
b) Pápula. Es una formación cutánea patoló-
Su examen tiene gran valor para el clínico. La gica, sólida y elevada, no mayor que medio gui-
piel ha sido descrita muy adecuadamente como sante.
el «espejo del organismo», pues se presenta alte- c) Vesícula. Es una formación cutánea pato-
rada no sólo en las enfermedades cutáneas, sino lógica y elevada, del mismo tamaño que la pápu-
también en muchísimas afecciones de los órga- la y que contiene un líquido seroso.
nos internos. d) Pústula. Es una formación cutánea patoló-
El examen de la piel se realiza con los senti- gica y elevada, y que contiene un pus.
dos de la vista y del tacto, aprovechando la luz e) Ampolla. Es una elevación de la piel mayor
del día, debido a que algunos tintes (el amarillo que medio guisante, que contiene líquido libre.
ictérico y ciertas tonalidades débiles) pueden es- PD Nódulo. Es una formación cutánea patoló-
capar al reconocimiento con luz artificial. Es con- gica y sólida cuyo tamaño varía entre el de me-
veniente una habitación caldeada, a fin de evitar dio guisante y el de una avellana.
el súbito escalofrío del cuerpo, lo cual puede cau- g) Tumor. Es una formación patológica sólida
sar una contracción involuntaria de los músculos de la piel, de mayor tamaño que una avellana.
cutáneos y la alteración del aspecto de la erup- h) Roncha. Es una elevación cutánea transito-
ción, porla anemia y el moteado resultantes. ria y circunscrita producida por edema del corion.
Es una buena práctica examinar toda la super-
ficie del cuerpo para determinar la extensión y 2. Lesiones secundarias. Son aquellas que se
carácter de una erupción. Las simples modilica- desarrollan a partir de las primarias, ya como re-
ciones del color rosado de la piel se observan casi sultado de una transformación ulterior, ya por
siempre con gran facilidad en la cara, porque en agentes secundarios que actúan sobre ellas:
ésta es mucho más característico también el co-
lor en estado normal. En cambio, otras modifica- a) Exfoliación. Está constituida por una masa
ciones del color de la piel por pigmentaciones pa- de epidermis descamada o en descamación.
tológicas se reconocen mejor en el resto del b) Costra. Es una masa que se forma sobre
cuerpo, porque en él, el tinte más pálido de la en- la superficie de la piel, debida a la acumulación
voltura cutánea estorba menos dicha obser- de cxudados desccados o de otros restos patológi-
vación. Muchos fallos diagnósticos en derma- cos.
tología son debidos no a lesiones difíciles de d) Excoriación. Es una abrasión superficial de
descubrir, sino simplemente al hecho de haber la piel.
pasado inadvertidas. d) Fisura. Es una grieta de la piel, que de or-
dinario se extiende por la epidermis hasta el seno
del corion.
“Con esta palabra, debida a Blainville, se designa el con-
junto de los órganos defensivos que sobresalen en la superficie
e) Úlcera. Es una pérdida cutánea de sustan-
de las membranas tegumentarias dermopapilares. Se incluyen cia, circunscrita, que se extiende desde la epider-
las uñas y los pelos, que están constituidos (prescindiendo de mis hasta el corion; tiene por causa un proceso
su órgano productor) por elementos de procedencia epidérmi- patológico.
ca y no tienen en la dermis más que simples relaciones de ve-
cindad. En este lugar, sólo nos ocuparemos en las uñas; la pili-
PD Cicatriz. Es una formación de tejido con-
ficación y sus anomalías serán tratadas con detalle en otro juntivo que sustituye a una pérdida anterior de
capítulo. sustancia del corion.
Generalidades 37

g) Queloide. Es una cicatriz exuberante. Cabe señalar que existen individuos (a veces
h) Mancha. Se debe, de ordinario, a un depó- agrupados en familias), que muestran una pali-
sito, anómalo de sustancia colorante, como resul- dez seudoanémica de matiz terroso, sin que el
tado de un proceso patológico. examen de sus Órganos ni de su sangre señale
1) Erupción. Es el resultado de la combinación nada de particular, Esta anomalía no tiene im-
de algunas de estas lesiones elementales, que so- portancia alguna. Presentan las mucosas bien
breviene en un caso dado. irrigadas y son capaces de enrojecimientos súbi-
tos por cualquier causa (dolor, rubor, vergúen-
za, etc.).
Color

Depende del grado de transparencia de la epi- Coloración de la piel


dermis y capas superficiales de la dermis, de la
cantidad y color de la sangre contenida en los va- Obedece a un amplio abanico causal.
sos cutáneos y de la presencia de pigmentos!!.
Coloracion rojiza. Puede ser por exagera-
da finura y transparencia constitucional de la
Decoloración de la piel piel, hipervolemia pletórica (hipertensión), polici-
temia vera y secundaria, etilismo crónico.
Generalizada:
Crisis congestivas transitorias (flush). En
1. Transitoria. Se observa por la acción de un cara, cuello y parte superior del tórax, se obser-
influjo emocional intenso, crisis hipertensiva, sa- van en el síndrome carcinoide (productor de se-
turnina, feocromocitoma, etc., colapso o shock; rotonina), en la proyección de sentimientos al te-
cuando es por infarto de miocardio, es frecuente gumento (pudor, ira), en el síndrome climatérico
un leve tinte cianótico en los labios. y tras esfuerzos corporales violentos. Enrojeci-
2. Permanente. Es propia de las anemias gra- mientos circunscritos definen las facies mitral,
ves, del reumatismo cardíaco evolutivo (palidez neumónica y las palmas hepáticas.
cérea), de la endocarditis maligna lenta (llamada
por este motivo, y con razón, endocarditis páli- Cianosis (Baumes). Se designa de este mo-
da), de las valvulopatías aórticas con insuficien- do la coloración azulada de la piel y de las mu-
cia (cardíacos blancos, de Leségue), de la hiper- cosas. Depende de la cantidad absoluta de hemo-
tensión maligna (o pálida), procesos neoplásicos, globina reducida existente en la sangre capilar,
etc. no teniendo importancia la cifra de oxihemoglo-
bina. Aquélla se produce aun en los casos de po-
Circunscrita. Cuando se halla limitada a liglobulia, cuya riqueza en hemoglobina es tal
las partes distales (lóbulo de la oreja, punta de la que la sangre tiene mayor capacidad de transpor-
nariz, extremidades de los dedos de los pies, etc.) te de oxígeno, por su riqueza en hematies, y por
orienta hacia un trastorno de la circulación peri- tanto de hemoglobina; alrededor de 30 volúme-
férica. Asimismo, se acompaña de frialdad. nes en lugar de 20 (cifra normal). La cianosis se
Fotocopíiar sin autorización es un delito.

produce cuando la insaturación llega a 7 ml, te-


niendo en su sangre 23 volúmenes, es decir, una
cantidad de oxígeno superior a la de una persona
1El color rosado, sui generis, de la piel de los sujetos de raza normal. Inversamente, un anémico que no tenga
blanca (que los pintores denominan «carnación») depende, ex-
cluidos los pigmentos hemáticos, de la presencia de carotenos más que el 30 % de hemoglobina y, por consi-
(sustancias asociadas a las grasas, no esteroides) y de la melani- guiente, sólo una capacidad de transporte máxi-
na (sustancia orgánica derivada de la tirosina y fenilalanina) en ma de oxígeno de 5,4 volúmenes %, no tendrá
gránulos finísimos en los melanocitos (células constituyentes jamás cianosis. La cianosis puede afectar a todo
de la capa basal de la epidermis) y gruesos en los melanóforos,
células ramificadas que existen en la dermis. el cuerpo o limitarse a determinados segmentos
La melanogénesis está regulada por factores hereditarios y (cianosis local o periférica).
S.A.

familiares, raciales, geográficos, nutritivos, hormonales y ner- Es debida a un cambio en el carácter de la


viosos. La carencia absoluta de melanina (el melanocito es inca- sangre circulante y, por ello, la manifestación
O MASSON,

paz de sintetizar tirosinasa), motiva el albínismo (acromoder


mia) con una blancura anormal, pero no patológica, de la piel, cromática desaparece con la «maniobra de vitro-
cabellos y ojos. presión».
38 Semiología médica y técnica exploratoria

Se distinguen diferentes variedades de ciano- — Cortocircuito venoso o arterial. Hay ciano-


sis: sis si la sangre arterial se mezcla, por lo menos, con
35 % de sangre venosa (comunicación interauricu-
1. Cianosis centrales. La sangre pasa por el lar o interventricular, aorta nacida en el ventrículo
pulmón aireado, pero la hemoglobina de la san- derecho, fístula arteriovenosa pulmonar, etc.).
gre arterial está insuficientemente oxigenada. La — Paso de la sangre por zonas pulmonares
coloración suele repartirse de una manera unifor- no aireadas. Hay cianosis, si por lo menos un 40
me, pero se percibe más en las zonas cutáneas de % de la sangre venosa pasa por el pulmón sin
piel fina y muy vascularizada, como son los la- oxigenarse (neumonía, atelectasia, congestión
bios, lóbulos de la oreja, punta de la nariz, pó- cardíaca o de otra causa, edema, etc.).
mulos, mejillas, lengua, extremidad distal de los La administración de oxígeno no mejora estas
dedos y lecho ungueal. Como quiera que la san- formas de cianosis. La temperatura de la piel es
gre venosa no tiene el color azulado característi- la normal.
co que observamos en las regiones cianóticas,
hemos de admitir que son las capas de la epider- 2. Cianosis periféricas. La sangre circula con
mis situadas sobre los vasos las que producen lentitud en los capilares y pierde mucho oxígeno.
esta modificación del matiz del color de la san- Se observa en todos aquellos casos en que, ya
gre. sea por dilatación capilar o por un obstáculo en
la circulación venosa de retorno, la sangre circula
a) Por disminución de la tensión del oxígeno del con parsimonia y pierde oxigeno en exceso. Se
atre: señala en:

— Gases inertes o mezclados con poco oxí- a) Insuficiencia cardíaca congestiva. La plétora
geno. venosa retarda la circulación por los capilares a
— Recintos cerrados en los que se consume su vez dilatados (asistolia congestiva con cianosis
oxígeno. distales frías al tacto).
— Disminución barométrica (altura, cámaras b) Cuando hay un obstáculo en la circula-
de hipopresión, etc.). ción de retomo por oclusión (flebitis) o compresión
de un tronco venoso. Si el obstáculo radica en el
b) Por hipoventilación alveolar: mediastino, la cianosis incluye la cabeza, cuello,
brazos y parte superior del tórax.
— Respiración superficial (postoperatorio, e) Por trastornos vasomotores. Cianosis en la
afecciones dolorosas del tórax o del diafragma, fase asfíctica de la enfermedad de Raynaud.
histeria, encefalitis, neumopatías agudas, granu- d) Por angostamiento de un tronco arterial (trombo-
lia, etc.). angitis). La sangre llega con poca fuerza, por lo cual
— Insuficiencia respiratoria (narcosis, encefa- disminuye el vis a rergo; de ahí la rémora capilar y
litis). la cianosis. En la coartación de la aorta, se observa
— Dificultad del paso del aire por obstruc- la cianosis del hemicuerpo inferior, que puede ir
ción de las vías aéreas altas o extrapulmonares acompañada de la del miembro superior izquierdo
(boca, laringe, tráquea, bronquios [asma, edema cuando se afecta la arteria subclavia de este lado.
de glotis], etc.). La administración de oxígeno no mejora estas
— Disminución importante de la expansión cianosis. La piel es fría (cianosis frías) por cuanto
pulmonar (narcóticos, enfisema, esclerosis, neu- la cantidad de sangre que circula por unidad de
motórax, etc.). tiermpu es menor que la normal.

<) Por alteración de la permeabilidad del endote- 3. Cianosis por alteración de la hemoglobina. Ci-
lio pulmonar o vascular. taremos:
En todos estos tipos de cianosis, la adminis-
tración de oxígeno mejora la cianosis, la tempe- a) Metahemoglobinemia. Cuando la metahe-
ratura de la piel es normal por el hecho de serlo moglobina alcanza la proporción del 20 % de la
la cantidad de sangre que circula por la piel en la hemoglobina total en vez del 12 %. Puede deber-
unidad de tiempo. se a tóxicos exógenos (anilina, nitritos, fenaceti-
d) Presencia de cortocircuito no aireado entre la na, bromuro de metilo, etc.) o endógenos (nitri-
sangre venosa y arterial: tos producidos en el intestino).
Generalidades 39

b) Hemoglobinopatías M. Casos congénitos en rada proporción de los componentes pigmenta-


algunos familiares. rios normales o a la presencia de pigmentos ex-
e) Sulfohemoglobinemia. Como en el «síndro- traños), citaremos:
me de Stokvis-Tolam» y en la intoxicación por
hidrógeno sulfurado (cianosis autotóxica endó- 1. Melanosis addisoniana. Tono oscuro particu-
gena). lar, más manifiesto en las partes descubiertas, si-
tios de roce, cicatrices y en las zonas normalmente
Ictericia. Es la coloración amarilla de la piel ya pigmentadas (areola mamaria y pezón, escroto,
que suele ser debida a la extravasación de la ma- pliegues articulares, etc.). Respeta las palmas de las
teria colorante de la bilis. Cuando los pigmentos manos, las plantas de los pies y las uñas. Afecta a
que la tiñen no son de la bilirrubina, hablamos de las mucosas vaginal, anorrectal y bucal.
seudoictericias. 2. Hemocromatosis. Ya sea idiopática (tipo
Recordaremos que debe buscarse siempre con Sheldon), secundaria (poshemopatías [tipo Heil-
luz diurna, pues la luz artificial la atenúa y aun la meyer] o cirrógena [tipo Castleman])), motiva una
borra, y en sitios de elección, como son la con- coloración melánica de tono metálico brillante o
juntiva escleral (a este respecto, evítese tomar bronceado, de predominio en las zonas descu-
como señal de ictericia el tinte amarillento de la biertas, expuestas a roces, o ya usualmente más
grasa subconjuntival, muy acentuado sobre todo pigmentadas. En la piel se encuentran hemoside-
en los individuos caquécticos y en los alcohóli- rina, hemofuscina y melanina.
cos; la diferenciación es casi siempre fácil si re- Debe diferenciarse de la hemosiderosís por de-
cordamos que el color amarillo de la ictericia es pósito férrico hístico por transfusiones repetidas,
también visible en la parte de la conjuntiva des- hemorragias (hemosiderosis pulmonar en los mi-
provista de grasa, mientras que la grasa subcon- trales; en las extremidades inferiores, por hemo-
juntival se acumula en los bordes de la conjunti- rragias capilares originadas por la estasis venosa)
va, limitándose a las regiones denominadas o exceso de hierro en la dieta o agua de bebida.
pliegues conjuntivales); también cabe confusión El tono es pardo o negruzco.
con la pinguécula, que no es más que una peque- 3. Porfirias. En la forma cutánea crónica, la
ña formación amarillenta situada en el ángulo in- piel adquiere un típico color castañonegruzco.
terno del ojo debida a la degeneración hialina de 4. Metales pesados. Citaremos las debidas a
la conjuntiva; la cara, sobre todo en la región la plata (argiria; tono grisazulado que se exagera
frontotemporal; paladar óseo; la base de la len- por la exposición al sol), sales de oro (crisociano-
gua; la parte anterior del tórax, y la palma de la sis; difusa, grisazulada o azulverdosa), bismuto
mano. Se vuelve más patente comprimiendo un (grisazulada), mercurio (pizarrosa o parda en los
momento estos puntos con un dedo para dismi- sitios donde se aplican cosméticos que lo contie-
nuir su contenido en sangre. nen; es muy rara la pigmentación difusa por in-
Como ejemplos de coloración seudoiciérica, cita- yección intramuscular), plomo (tinte gris lívido o
remos la debida al ácido pícrico o trinitrofenol grisamarillento, color plúmbico), arsénico (grisá-
(piel + esclerótica + mucosas), dinitrotenol, dini- cea difusa o moteada, con los arsenicales inorgá-
trortrocresol, santonina, azafrán (piel y mucosas nicos), etc.
con este último), quinacrina (piel + escleróticas; a 5. Sindrome de Albricht y neurofibromatosis de
Fotocopiar sin autorización es un delito.

veces asociada a bandas negroazuladas en el le- von Recklinghausen. La acumulación circunscrita


cho ungueal, paladar y en torno a nariz y orejas; de pigmento en una pequeña zona se denomina
la combinación de estos tipos de pigmentación genéricamente mancha pigmentaria. Entre las que
se considera patognomónico del uso prolongado orientan hacia padecimientos de índole general,
de este fármaco), carotinemia (color amarillo ca- citaremos las manchas de «café con leche» propias
nario, limón o anaranjado de palmas, piantas y de estos síndromes; las que corresponden al últi-
pliegues nasolabiales, ausente en la esclerótica mo, tienden a ser generalizadas, abundantes y de
y mucosas), licopenemia (amarillo naranja de la disposición irregular, además de la característica
piel) y xantomatosis (amarillo oro gamuza, que pigmentación en forma de pecas en las axilas y la
respeta la esclerótica), etc. En todos los casos ci- coexistencia de tumores cutáneos y nerviosos.
S.A.

tados la «cifra de bilirrubina sérica es normal». 6. Cloasma. Suele afectar al rostro, en espe-
cial frente y mejillas; la coloración oscila entre el
O MASSON,

Anomalías cromáticas generalizadas. amarillo ligero y pardo oscuro y es más o menos


Entre las principales anomalías (debidas a la alte- simétrica. En los casos por embarazo («máscara o
40 Semiología médica y técnica exploratoria

forro de las embarazadas»), obedece a un exceso transparencia. Se puede plegar como el papel de
de la hormona estimulante de los melanocitos fumar y los billetes de banco; estos pliegues vuel-
(MSH) y en las enfermedades abdominales y ute- ven lenta y difícilmente a su posición inicial.
roováricas, a estímulos sobre el sistema croma- En los ancianos, sobre esta piel ajada se obser-
fín. van verrugas seborreicas, queratomas seniles y
7. Acantosis nigricans. Pigmentación verrugo- estados preepiteliales, manchas melánicas y pur-
sa negra o parda en las axilas, cuello y regiones púricas (púrpura senil de Bateman), «seudocica-
submamarias, cubital o genitocrural; el tipo juve- trices estelares espontáneas», etc.
nil suele ir asociado a trastornos endocrinos y La atrofia macular localizada puede ser una se-
malformaciones congénitas; el adulto (> 40 años), cuela de diversas dermatosis, como granulomas
a neoplasias del estómago, hígado, páncreas (sífilis, tuberculosis, carcinoma, lepra), lupus eri-
y pulmón. tematoso, esclerodermia, radiodermitis, xeroder-
8. Síndrome de Peutz-Jeghers. Manchas melá- ma pigmentoso, etc.
nicas en los labios y mucosa bucal con poliposis La fusión de la grasa subcutánea en zonas limi-
intestinal. tadas es posible tras inyecciones de insulina.
9. Melanoma maligno. De aspecto granular
verrugoso en pequeñas áreas negras, junto a
otras tostadas o parduscas, con posibles metásta- Temperatura
sis linfáticas regionales y distantes en el hígado,
cerebro, pulmones, etc. Guarda relación con la cantidad de sangre que
circula en unidad de tiempo. Se mide por medio
de termómetros cutáneos. La determinación se
Consistencia y elasticidad realiza en zonas simétricas que deben ser isotér-
micas.
Es laxa y elástica (piel de goma) en el síndrome
de Ehlers-Danlos!? e hipopituitarismo, y gruesa y
rígida en la acromegalia, mixedema y síndrome de Pilificación
Cushing, en el que se añade a este dato el de la
presencia de estrías cianóticas. La piel tensa, por Con sus anomalías, nos ocupará con detalle
edema, se deprime al ser comprimida con la punta en otro capítulo.
del dedo, dejando una huella persistente (signo de
la fóvea) y la por enfisema subcutáneo, despierta a
la presión la sensación de crepitación nívea?. Humedad
La piel atrófica difusa se observa en los proce-
sos consuntivos, carenciales graves y senilidad; Depende de la perspiratio insensibilis ajena a las
se inicia en las partes descubiertas; pierde su co- glándulas sudoríparas y casi sin pérdida de elec-
lor rosado y grosor con los vasos visibles por trólitos, y del sudor, producto de la secreción de
las glándulas sudoríparas, que se encuentran en
todas partes, excepto en los labios, lecho de las
El síndrome de Ehlers-Danlos junto con el de Marfan, el
uñas y glande.
seudoxantoma elástico y el cutis laxo, integran el grupo de las Las glándulas sudoríparas se dividen en:
llamadas «elastopatías sistémicas». Se afecta el tejido conjunti-
vo y sus fibras elásticas y colágenas. Se cree que se debe a un 1. Glándulas ecrinas. Predominan en las pal-
déficit enzimático que altera, más que la cantidad, el funciona-
miento de estas fibras. El tejido elástico y colágeno afectado
mas de las manos y plantas de los pies, y en una
con mayor intensidad es el correspondiente a la piel, vasos, li- zona relativamente pequeña de la bóveda axilar;
gamentos, tendones y cápsulas articulares y en mucho menor son tubulares (con un espiral secretorio y un con-
proporción, el de las vísceras. ducto excretor) e independientes del folículo
La presencia de gas en el plano subcutáneo puede ser debi-
do a una causa bacteriana (gangrena gaseosa, por gérmenes ana-
piloso; son activas desde el nacimiento y de iner-
erobios o aerobios en diabéticos) o traumática. Es casi constante vación simpática, aunque de respuesta farmaco-
en las heridas penetrantes del tórax y no raro en las de los miem- lógica colinérgica; su secreción, ligeramente alca-
bros, incluso poco extensas; los músculos, durante sus movi- lina e inodora, tiene un peso específico de 1.004,
mientos, actúan como bomba aspirante-impelente forzando la
entrada de aire a través de la piel. 'ambién cuentan las heridas,
2. Glándulas apocrinas. Relacionadas con el
aun mínimas, en las manos de los obreros que manejan equipos sexo, se abren en un folículo piloso y tienen una
con aire a presión o mezclas polvorientas efervescentes. distribución limitada a las axilas, región pubiana,
Generalidades 41

zona anogenital y areolas mamarias. No se desa- 2. Perturbaciones neurocirculatorias, endocrinas y


rrollan hasta la pubertad, cuando comienzan a melabólicas. Obesidad (la pérdida del calor por
secretar un líquido oleoso de olor peculiar que irradiación se halla disminuida en virtud de la
desempeña su papel en la atracción sexual, Se capa aislante de la grasa); climaterio (crisis sim-
atrofian, en parte, en la senectud. paticotónica con sudación como contrarregula-
ción); hipertiroidismo; crisis hipoglucémicas (en
La sudoración termorreguladora está controloda el coma diabético, la piel suele estar seca); aste-
por el hipotálamo y ocurre, principalmente en la nia neurocirculatoria; síndrome ortostático; infar-
cara y parte superior del tronco y, en menor gra- to de miocardio (a veces acompañada de náuseas
do, por todo el cuerpo incluyendo las palmas de y vómitos); crisis hipertensivas del feocromocito-
las manos y las plantas de los pies. ma; shock (sudor frío y pegajoso), etc.
La estimulación mental motiva secreción difusa 3. Procesos digestivos. En el dumping syndrome;
con predominio en las palmas de las manos y como signo indicador de una hemorragia digesti-
plantas de los pies. va copiosa; teniasis (es valiosa su asociación con
La hiperhidrosis gustativa es provocada por cier- cefaleas + vértigos + prurito nasal + dolores ab-
tos alimentos ácidos o muy sazonados (queso). dominales), etc.
La sudación se localiza de preferencia en la re- 4. Intoxicaciones y agentes físicos. Salicilatos, in-
gión infraorbitaria, labio superior y punta de la secticidas a base de fosfato de alquilo, agárico,
nariz, aunque puede alcanzar la frente, cráneo e amanita faloides (después de un período de laten-
incluso cuello y hombros. Este fenómeno muy cia prolongada [1-24 h]; se acompaña de vómitos
molesto y que embaraza socialmente a quien lo copiosos, diarreas profusas con el sensorio conser-
sufre (prefiere comer sin testigos) se produce por vado); esfuerzos prolongados en ambientes cáli-
una neuropatía de los nervios de la parótida (sín- dos, trabajo en altos hornos o industrias afines, etc.
drome del auriculotemporal), simpaticectomía
cervical o por conexiones anormales vago-gan- La sudación circunscrita a determinadas áreas
glio cervical superior. orgánicas se observa de preferencia en las palmas
La cantidad del sudor está sujeta a fuertes varia- de las manos y de los pies y axilas en la distonia
ciones, pudiendo ocasionar, en condiciones pato- nerovegetativa y estados emotivos (la piel apare-
lógicas, pérdidas muy importantes de líquido. Se ce enrojecida por la vasodilatación, mientras que
puede contar que la pérdida total de agua por las la sudación debida a otras causas puede acompa-
vías respiratorias y por la piel (normalmente 500- ñarse de palidez cutánea); en la región cefálica,
1.000 ml/24 h) se aumenta en un 30 % por cada en la estenosis ístmica de la aorta; en la cabeza y
grado de subida de la temperatura corporal en nuca (empapan la almohada) en el raquitismo; en
exceso de los 37 *C. las palmas de las manos (mano hipogenital'*) y
La hiperhidrosis es la piel húmeda por exceso plantas de los pies en la acrocianosis, y sólo en
de sudor, y se observa por múltiples causas. Pue- estas últimas, en la tromboangitis y pies planos.
de ser generalizada o circunscrita a un determi- Algunos hemipléjicos o con parálisis medulares,
nado segmento orgánico. sudan más en la zona afecta. Lo propio sucede en
Los sudores difusos y repetidos se señalan en casos de heridas del nervio facial o trigémino. Ya
múltiples procesos. Debe precisarse si se produ- hemos citado la hiperhidrosis gustativa limitada
Fotocopiar sin autorización es un delito.

cen desde hace tiempo y si se acompañan o no de manera casi exclusiva al labio superior, región
de elevación térmica. Citaremos: infraorbitaria y punta de la nariz.
El sudor es inodoro; cuando no és así, habla-
1. Procesos infecciosos e inflamatorios. Tubercu- mos de bromhidrosíis, casi siempre asociada a una
losis (suelen ser nocturnos o con el descenso tér- sudoración excesiva. La forma localizada que
mico matutino en la fase inicial); melitococia suele limitarse a los pies, huecos axilares y región
(con predominio a veces casi exclusivo en el he
micuerpo superior); enfermedad de Bang; reuma- MMarañón describió la «mano hipogenital» caracterizada
tismo poliarticular agudo (suele tener olor ácido); por acrocianosis y humedad permanente. Produce al estrechar-
endocarditis bacteriana (soplos cardíacos + esple- la una sensación de viscosidad poco agradable, comparable a la
S.A.

nomegalia + embolias cutáneas [panadizo de Os- de coger un sapo. En ocasiones, acompleja a su portador, indu-
ciéndole a secársela de continuo evitando el darla a los demás.
ler] y viscerales), toxoplasmosis; leptospirosis;
O MASSON,

en el más simbólico acto de sociabilidad o dando sólo rápida-


linfogranuloma maligno (prurito + adenopatías + mente la punta de los dedos (hidrosisfobia). Tiene tratamiento
leucopenia), etc. quirúrgico con división de ciertas ramas simpáticas.
42 Semiología médica y técnica exploratoria

genitocrural, es de origen bacteriano; la generali- ácido acetilsalicílico, sulfamidas, yoduros, fena-


zada puede derivar de la ingesta y excreción de cetina; colagenosis (poliarteritis de Kussmaul-
ciertos alimentos (ajos, cebollas, trufas, alcohol, Meier; son hipodérmicos); metastásicos de neo-
etc.), fármacos (preparados azufrados, aceite de plasias malignas profundas (suelen ser numero-
hígado de bacalao, etc.) o presentarse en el curso sos, no ulcerados, ni costrosos, y del tamaño de
de ciertos procesos morbosos. un grano de mijo o lenteja. Se conocen como le-
Los clásicos han valorado, desde antiguo, el de tálides. Su significado es ominoso).
la fiebre reumática (ácido), fiebre tifoidea, melito- 5. Calcificaciones:
cocia (como paja mojada), mucoviscidosis (pecu-
liar y penetrante), linfogranulomatosis maligna a) Metastásicas. A veces, en tejidos con per-
(recuerda al del esputo purulento), tuberculosis fecta conservación de su vitalidad.
(ácido, en especial a nivel axilar). La secreción de b) Tróficas. En tejidos necrosados o muy des-
las glándulas sudoríparas apocrinas sufre cambios vitalizados, sin alteración previa del equilibrio
cíclicos, en lo que atañe a su cantidad y fragancia, fosfocálcico.
en relación con la actividad sexual femenina. c) Generalizadas:
La piel seca se observa en la ictiosis, diabetes,
nefritis crónica, mixedema, avitaminosis Á (en — Sobre lesiones tumorales inflamatorias o
que se acompaña de hiperqueratosis [queratosís neoplásicas.
pilar). En la parálisis del facial y de los nervios — Secundarias a una alteración del metabo-
periféricos, a menudo se halla disminuida la se- lismo del calcio.
creción sudoral del lado afecto. — Metabólicas por alteración local del calcio
La anhidrosis se observa cuando falta la secre- (esclerodermias, dermatomiositis, etc.).
ción sudoral, como ocurre en la agenesia congé-
nita de las glándulas sudoríparas, ictiosis, esclero- 6. Estrías atróficas. Por causas fisiológicas
dermia y síndrome de Sjógren. (embarazo [90 % de los casos], obesidad) o pato-
lógicas (síndrome de Cushing, diabetes, desnutri-
ción pronunciada, enfermedades infecciosas cró-
Piel y enfermedades sistémicas nicas [tuberculosis] o prolongadas [tifus)).
También se han observado (amplias y de color
En la piel y en relación con procesos de índole rojo oscuro) tras la aplicación más o menos pro-
general o distantes, cabe señalar la presencia de: longada de pomadas o cremas a base de corticos-
teroides. En su génesis, al factor mecánico se
1. Manchas. Unas son congestivas y desapa- añade la perturbación enzimática del sistema
recen con la vitropresión (roséola tifóidica), hialurónico-hialuronidasa y grupos sulfhídricos
mientras que otras persisten (manchas de pig- de las fibras elásticas.
mento o hernorrágicas) y son, a veces, indelebles 7. Cicatrices hipertróficas y queloides (más fre-
(discromías como secuelas de procesos anterio- cuentes en la raza negra). Son, a veces, descarta-
res, como sífilis, herpes zoster, etc.). das las causas locales, manifestaciones de la diá-
2. Dermografismo. En muchas personas sanas tesis queloidea de Schridde, probablemente, no
con piel «sensible», se produce un dermografismo son más que un mismo proceso evolutivo patoló-
no pruriginoso por la acción sobre la piel de un gico de la cicatriz, con la diferencia de que el
roce o contacto; el fenómeno suele ser más acen- queloide no acaba de completar dicho proceso
tuado en personas de temperamento neuropático, evolutivo y se detiene en un estado uv fase de
así como en los hipertiroideos y en afectos de va- evolución permanente, mientras que la cicatriz
rias enfermedades neurológicas (tabes dorsal, par- hipertrófica, prosiguiendo en su evolución, invo-
kinsonismo, etc.). Si se acusa una sensación de in- luciona y se estabiliza'*.
tenso ardor, cabe pensar en una urticaria «facticia». 8. Úlceras. En ellas, precisaremos:
3. Placas celulíticas. Su aspecto puede ser de
piel de naranja; dolorosa a la presión, al tacto se
perciben gránulos. Las pérdidas de tejido, para recibir el nombre de úlceras,
necesitan ser consecutivas a un proceso morboso persistente
4. Nódulos. Tipo Meynet en la carditis reti-
que las haya originado, puesto que cuando la destrucción hísti-
mática y poliartritis crónica primaria; eritema nu- ca que acarrea la pérdida de sustancia es consecutiva a un trau-
doso por tuberculosis, infecciones estreptocóci- matismo se la califica de herida. Cuando la lesión es muy super-
cas, sarcoidosis, lepra; ciertos fármacos, como ficial y sólo alcanza, total o parcialmente, la epidermis, se
=>
Generalidades 43

a) Topografía. Orienta, muchas veces, sobre d) Víbices. Son hemorragias lineales, ya sean
su causa. La úlcera varicosa asienta en el 75-80 % consecutivas a un traumatismo de esta forma o
de los casos a nivel del maléolo tibial interno; la por generarse en el lugar donde la dermis se fija a
debida a arteriolitis en los grandes hipertensos, la hipodermis, como en los pliegues de flexión.
en el tercio medio de la pierna (cara anteroexter-
na); la de las vasculitis nodulares y tuberculosis, 10. Hematoma. Cuando la hemorragia ocurre
en la cara posterior de la pierna; la de la enferme- en el tejido celular subcutáneo, y es copiosa, lle-
dad de Raynaud, en la punta de los dedos de am- ga a formar un tumor prominente.
bas extremidades; la debida a isquemia (trombo-
angitis, arteriosclerosis), en el borde anterior de
la tibia y ambos maléolos; la sifilítica, en la raíz UÑAS Y PELOS
del miembro, etc.
b) Número. Única o múltiples, como en las Sus anomalías son del mayor interés. Nos
vasculitis nodulares. centraremos en las primeras, ya que la pilifica-
e) Caracteres de los bordes. Cortados a pico, ción será estudiada en otro capítulo.
irregulares, desprendidos, blandos o endurecidos. La uña es una placa rígida ligeramente curva-
d) Profundidad y estado del fondo (necrótico, da, formada por células epidérmicas especial-
limpio, granuloso, hemorrágico). La úlcera pióge- mente cornificadas a partir de una raíz (invagina-
na es superficial; la sifilítica, profunda. La piel cir- ción epidérmica) o matriz que comprende 8-10 mm
cundante aparecerá, según los casos, edematosa, desde el extremo proximal al distal de la cutícula.
pigmentada, cianótica o normal. Si las úlceras Fuertemente adherida a su lecho, con la excep-
asientan en las extremidades, es preciso descartar ción del extremo libre, se fija a un marco epidér-
su origen arterial o venoso. mico lateral parecido a la lente de unas gafas de
estrucura peculiar.
9. Púrpura. Se denomina así la extravasación Toda la uña de un dedo de la mano se re-
de sangre bajo la piel caracterizada por: nueva por completo en el plazo de unos 6 me-
ses; el crecimiento es más lento en invierno que
a) Comienzo brusco, a veces acompañado de en verano, aumentando en un 20 % en los indi-
hemorragias en las mucosas y órganos internos viduos que se las muerden (onicofagia). Las
(púrpura hemorrágica). uñas de los pies crecen a ritmo mucho más len-
b) Variabilidad en el tamaño de las lesiones, to, necesitando un año entero para su total re-
en relación con su causa y localización. novación.
c) Cambios de coloración según la edad de las
lesiones.
d) Persistencia y no desaparición por vitro- Lesiones ungueales
presión.
Puede adoptar diferentes formas: Son poco variadas, ninguna de ellas es carac-
terística de una etiología específica. Consisten en
a) Petequias. Son las lesiones purpúreas más cambios de color, forma, grosor, estriación, etc.
pequeñas, redondeadas y del tamaño de una ca- Cada uña consta de lámina, lúnula, matriz,
Fotocopiar sin autorización es un delito.

beza de alfiler. lecho, pliegue ungueal y cutícula. La sustancia


b) Púrpura pilar. Cuando centran un folículo ungueal en sí se compone, principalmente, de
piloso, como en el escorbuto. queratina y cistina; sus lípidos naturales son, bá-
ce) Equimosis. Son amplias lesiones, de bordes sicamente, colesteroles.
irregulares y de 6-15 cm? de superficie.
Malformaciones congénitas:

denomina erosión. Cuando además comprende el cuerpo capi- 1. Anoniquia. Ausencia de uñas. Se trata de
lar, merecerá el calificativo de excoriación o de uiceración, según un defecto genético que suele ir acompañado
que su mecanismo de producción haya sido externo (traumáti- de otros trastornos ectodérmicos hísticos, como
S.A.

co) o profundo (dermatológico). Cuando la úlcera tenga un cur- ausencia O hipoplasia de glándulas sudoríparas
so evolutivo crónico y sea de larga duración dará lugar a la fílce-
O MASSON,

rá propiamente dicha; cuando la evolución sea más rápida y su y sebáceas, alopecia, defectos dentarios. En to-
gravedad menor, se designará con el término de ulceración (úlce- dos los dedos o en varios de ellos (índice y me-
ra varicosa, ulceración chancroide). dio de ambas manos) faltan por completo; in-
44 Semiología médica y técnica exploratoria

cluso el lecho está ausente y recubierto de piel, en «palillo de tambor» (o hipocráticos) con uñas
con limitación de la movilidad entre falangina y en «cristal de reloj».
falangeta. 2. Cardiopatías y vasculopatías:
2. Síndrome uña-rótula. Se trata de una ónico-
osteoartrodisplasia hereditaria autosómica domi- a) Uñas cianóticas a veces acompañadas de
nante. Se integra de anomalías ungueales (agené- dedos hipocráticos y uñas en cristal de reloj.
sicas; hipoplásicas; con surcos longitudinales, b) Hemorragias puntiformes y lineales finas,
etc.) + ausencia o meros residuos de rótula + dis- «en astilla» subungueales.
plasia de la pelvis. c) Líneas o surcos transversales de Reil-Beau.
3. Onicocauxis. Hipertrofia ungueal. Al engro- Al cabo de un cierto tiempo de un infarto de
samiento de la placa ungular (los grados extremos miocardio, cabe observar su aparición dando a la
le confieren un aspecto de zarpa [onicogrifosis]), uña un aspecto ondulado. Son ocasionadas por
se añaden hiperqueratosis palmoplantar y trastor- la súbita suspensión de la función de la matriz de la
nos vasculares, desórdenes nerviosos o deficien- uña con alteración de su producción normal
cias endocrinas. (queratinización). Afecta a todas o sólo a algunas
uñas. Surgen por debajo del repliegue subungue-
Traumatismos. Pueden motivar: al y avanzan hacia su borde libre.
d) Hiperqueratosis subungueal (espesamiento
1. Onicorrexis. Estrías longitudinales con o córneo debajo de su borde libre). Se observa en
sin fisuras. la tromboangitis obliterante, junto a cambios de
2. Leuconiquia. Punto o estrías blancas, por la color y onicorrexis a veces sólo en los dedos co-
entrada de aire entre las células de la lámina; es rrespondientes a la arteria digital afecta; en el sín-
rara la leuconiquia total. drome de Raynaud, las uñas de las manos apare-
3. Onicoatrofía y hematoma subungueal. Muy cen rajadas transversalmente y tan sutiles que
doloroso, pues la sangre queda acumulada en un son más coloreadas que las normales.
espacio estrecho y rígido entre la uña y su lecho;
color azulnegruzco. 3. Sistema nervioso central (tabes, siringomie-
4. Onicofagía. El hábito de morderse las uñas lia) o periférico (neuritis). Suelen limitarse al terri-
es un microtraumatismo local constante y persis- torio afecto; leuconiquia total, en bandas y punti-
tente que motiva el desgaste de su borde libre y forme; onicorrexis; onicogrifosis; onicólisis.
la presencia de padastros (colgajos de los pliegues 4. Procesos digestivos. En la hepatitis crónica,
supraungueales) causa frecuente, a su vez, de pe- colitis crónicas, esprue, es posible observar dedos
rionixitis aguda. hipocráticos con uñas en cristal de reloj, manchas
5. Onicólisis. En los sujetos con pruritos acrómicas puntiformes y mengua de la lúnula
violentos que inducen a un furioso rascado, so- (buscarla en el pulgar) por disproteinemia. En la
bre todo durante la noche, las uñas están gas- degeneración hepatolenticular de Wilson, apare-
tadas y pulidas en toda su superficie; su borde cen teñidas de azul por depósito de cobre.
libre dibuja, con frecuencia, una curva cónca- 5. Procesos reumáticos. Uñas muy frágiles que
va. La exposición prolongada de las manos a la se doblan y rompen con mucha facilidad en la
acción del frío (meses invernales) compromete poliartritis crónica; con oquedades del mismo ta-
la nutrición de la matriz ungueal, con el resul- maño que las semillas de adormidera (uña puntea-
tado de la aparición ulterior de un surco pro- da, semejante a la picada por gusanos) en la ar-
fundo y transverso a nivel de las uñas. Citare- tropatía psoriásica. El brote de reumatismo po-
mos la fragilidad de las uñas y la separación liarticular agudo puede motivar la presencia de lí-
distal de la lámina y su lecho en las mujeres a neas transversales o surcos de Reil-Beau.
causa de traumatismos físicos asociados a la 6. Dolencias endocrinas y metabólicas. Uñas
frecuente inmersión de las manos en aguas ja- frágiles, secas, a veces con estriaciones transver-
bonosas que empapan e hinchan la sustancia sales o longitudinales en la hipofunción tiroidea,
ungueal. tetania paratiroideopriva y diabetes mellitus; en
la insuficiencia suprarrenal, puede aparecer pig-
Alteraciones sintomáticas: mentación en bandas longitudinales (coincidien-
do con la cutáneomucosa) que desaparecen con
1. Procesos broncopulmonares. En los crónicos el tratamiento. En el escorbuto, son posibles he-
son frecuentes, aunque no exclusivos, los dedos morragias subungueales puntiformes, lineales o
Generalidades 45

difusas; en la malnutrición crónica disproteiné- cerebro frontal, considerado el mantenedor de la


mica, aparecen, junto con la reducción de la lú- estación bípeda y de la marcha.
nula, bandas longitudinales pigmentarias, negras El hombre, de pie, moviéndose en terreno pla-
o de color gris oscuro, en las uñas de las manos y no, puede avanzar, retroceder, desplazarse hacia
pies, muy frágiles, y se acompañan de una pig- derecha e izquierda, en línea recta u oblicua, dar
mentación oscura del dorso del dedo, mano, y media o un cuarto de vuelta y volver a partir.
aun codo, al revés de lo que ocurre en la pelagra, Estudiar el paso de una persona consiste en exa-
donde la piel es lisa. Esta «uña cebrada» se obser- minar, en el plano sagital y en el plano frontal, al
va en el 5 % de los casos y desaparece con lenti- sujeto que evoluciona, es decir, visto de perfil o
tud al mejorar la dieta. viniendo de frente, pero también en observar
7. Intoxicaciones. En la arsenical, la uña brilla ciertos movimientos giratorios del busto y de la
y, así como en la intoxicación por talio, aparecen pelvis que se verifican en el plano horizontal.
unas estrías grisáceas transversales de 1 mm de Aunque estos movimientos giratorios encuentran
anchura, dispuestas en toda la amplitud de la uña su expresión máxima en las medias vueltas y en
y que avanzan con el crecimiento de ésta (bandas la marcha oblicua, deben estar igualmente inclui-
de Mces). La ingesta excesiva de clorhidrato de dos en la marcha normal en línea recta.
quinacrina provoca manchas negroazuladas en el Por tanto, la evolución de la persona en terre-
lecho ungueal, paladar y en torno de las conjunti- no plano está, en realidad, regida por un compo-
vas, nariz y orejas. Esta combinación cromática nente de movimientos íntimamente ligados en
tiene valor patognomónico. En la argirosis, el le- los tres planos y que conduce a la armoniosa pro-
cho ungueal se tiñe de azul ceniciento. En un gresión en los diferentes modos de andar.
caso de intolerancia al ginergeno observamos in-
tensa cianosis ungueal. Terminaremos citando
como noxas lesionantes las sustancias empleadas Sistemas de paso conjugado
en la manicura, como lacas y disolventes, algu-
nos álcalis y herbicidas a base de dipiridilio (Gra- Describiremos tres sistemas conjugados en la
moxone [paraguat)). El pirogalol (revelador foto- marcha:
gráfico) adelgaza, estría y tiñe de oscuro las uñas.
La manipulación mecánica de las uñas, a efectos 1. Sistema de paso sagital. Las articulaciones de
estéticos, favorece la infección de los pliegues su- amplia movilidad (tibiotarsiana, rodilla, cadera)
bungueales y periungueales (perionixis). son impulsadas hacia la progresión por los múscu-
los más importantes de la economía por su fuerza
y volumen, así el tríceps, cuádriceps, glúteo mayor.
MARCHA 2. Sistema de paso lateral. Necesario en la
marcha bípeda, por desplazarse alternativamente
Los trastornos de la marcha orientan hacia de- de derecha a izquierda y de izquierda a derecha
terminados padecimientos, sobre todo de los sis- el centro de gravedad del cuerpo. Participan las
temas nervioso y locomotor. articulaciones de la pronación subastragalina y
La marcha es la resultante de una serie de ac- cadera (músculos glúteos mediano y menor), con
tos coordinados de iniciación voluntaria, y que exclusión de la rodilla.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

se realizan posteriormente de forma automática. 3. Sistema giratorio en el plano horizontal. Ani-


Requiere, por tanto, un elemento determinativo mado por los músculos de orientación en el
y un elemento cerebrospinal ejecutivo y coordi- plano horizontal (fibras superiores del glúteo ma-
nador. yor, transverso y oblicuo del abdomen, retroma-
La marcha en el hombre se basa en la actitud leolares) precisa el viraje astragalino por encima
vertical. del calcáneo, un avance pelviano oblicuo alrede-
En el recién nacido, no es posible, a causa del dor de la cabeza femoral y un giro de la cintura
predominio del tono de flexión. escapular inverso al de la pelvis.
La marcha cuadrúpeda aparece con la toniza-
ción de la musculatura de extensión, hecho rela- Durante la marcha, los dos miembros inferio-
S.A.

cionado con la actividad funcional de la esfera res se separan a la manera de las ramas de un
compás, la cadera posterior junto con el miem-
O MASSON,

mesencefálica.
El paso de la fase cuadrúpeda a la marcha ver- bro rezagado, y la cadera anterior, con el situado
tical está ligado al desarrollo de ciertas partes del delante. Se observa rotación cotiloidea por enci-
46 Semiología médica y técnica exploratoria

pular, de lo que resulta una marcha agitada, en


contraste con los altos, cuyo eje pelviano trans-
verso se mantiene casi perpendicular a la línea de
progresión, usando muy poco la compensación
escapular.
Fig. 1-12. Componente pelviano del paso. Proyec-
ción cefalocaudal.
Semiología de la marcha

Para explorar la marcha, se hace andar al sujeto,


ma de las cabezas femorales, que se encuentran, ligero de ropa, en una habitación espaciosa, bien
la anterior en rotación externa, y la de atrás en iluminada y caldeada. Se examina de perfil, vi-
rotación interna, con una oblicuidad variable del niendo de cara y alejándose del observador. Nos
eje transverso de la pelvis; es el denominado paso fijaremos en si mira adelante, como es habitual, al
pelviano de Ducroquet (fig. 1-12). suelo (con la vista en los movimientos de sus pies
El giro pelviano aparece exactamente com- y donde pisa) o a un punto fijo situado a media
pensado por otro inverso de la cintura escapular, altura («muletas oculares»); si la marcha es rápida
transmitido por un movimiento axial vertical de y decidida o lenta y torpe, sin la apostura y gallar-
las articulaciones vertebrales, junto con un viraje día naturales; si sigue una línea recta o se desvía;
astragalino sobre el calcáneo (fig. 1-13). si separa en exceso los miembros inferiores en

:
Los sujetos de corta talla usan al máximo el busca de una mayor base de sustentación o, por
paso pelviano y el giro inverso de la cintura esca- el contrario, los aproxima en demasía; si existe o

yo?
Les
4
te

Sa

4
Se

OS

1 2 4

Fig. 1-13. Paso pelviano. 1, participación subastragalina; 2 y 3, estudio del giro pelviano alrededor de la cabeza
femoral en el curso del paso pelviano; 4, compensación escapular por giro inverso.
Generalidades 47

no la basculación anteroposterior de la pelvis y la cinético); las causas que los modifican (si aumen-
compensación escapular; si los brazos pendulan tan al moverse, si disminuyen con la realización de
normalmente (el derecho avanza cuando lo hace movimientos voluntarios, etc.).
el pie izquierdo, y viceversa), permanecen rígidos En caso de crisis convulsiva, y una vez liquida-
y pegados al cuerpo o, por el contrario, se separan do el episodio agudo, indagaremos sus secuelas;
en busca de puntos de apoyo o se mueven sin fi- equimosis, mordeduras de lengua, hemorragias
nalidad alguna, como en los coreicos. conjuntivales, emisión involuntaria de orina y he-
En el examen de perfil, observaremos el juego ces, anamnesis residual, estado crepuscular, etc.
de los muslos sobre el tronco, de las rodillas y to- En el capítulo de neurología, nos ocuparemos
billos y de los pies, precisando cuál es la parte con detalle en los principales movimientos in-
que primero llega al suelo, el talón o la punta, y voluntarios, como convulsiones, movimientos
los puntos de apoyo. coreicos, balismo y hemibalismo, atetosis, tics,
Se termina el examen, haciéndole andar cierto espasmos musculares, mioclonías, temblor y
número de pasos hacia delante y otros tantos ha- miocimias.
cia atrás, primero con los ojos abiertos y luego En los estados febriles graves, se observa un mo-
cerrados, así como detenerse bruscamente y vol- vimiento oscilatorio de los músculos y tendones,
ver sobre sus pasos a una señal convenida, para en especial en la muñeca, conocido como subsal-
ver si lo hace con seguridad o tambaleándose. to tendinoso (subsalium tendinum), acompañado,
La marcha propia de los distintos padecimien- en fase preagónica, de un movimiento continuo
tos orgánicos o funcionales se describe más ade- de los dedos como de «hilar copos de lana» (Hi-
lante. pócrates) o de recoger o frotar las ropas de la
cama o de asir algo, frecuentemente los órganos
genitales (carfología o crocidismo).
MOVIMIENTOS En el coma urémico en fase terminal, se observa
un signo facial, que consiste en la presencia de
En estado de salud, el cuerpo y las extremida- movimientos espasmódicos moderados de pro-
des se encuentran en reposo, excepto cuando se yección o de succión de los labios; carecen de rit-
realizan movimientos voluntarios. Los movimien- mo; el intervalo entre un movimiento y el si-
tos involuntarios son desviaciones de la normali- guiente oscila entre 2 seg y 9 min.
dad y ocurren cuando la persona se halla cons- Es llamativo del precoma hepático, un temblor a
ciente o inconsciente. El diagnóstico de estos sacudidas basto, irregular y bilateral, pero no bi-
últimos es posible basándose en el interrogatorio lateralmente sincrónico, de flexión-extensión de
(del propio enfermo; de los parientes que convi- la muñeca, con desviación cubital algunas veces
ven con él; de los testigos de las crisis, si las hubo) (aleteo hepático o flapping tremor); la mejor mane-
y en los datos aportados por el examen clínico. El ra de observarlo es haciendo que el enfermo ex-
primero servirá para precisar en qué momento y tienda sus manos y efectúe la flexión dorsal de
en qué condiciones empezaron a manifestarse las muñecas o intentando la dorsiflexión con el
(después de un proceso infeccioso, traumatismo, antebrazo fijado contra el borde de una mesa o
shock emocional, accidente vascular agudo, etc.; en de un almohadón (fig. 1-14); el temblor puede
los motivados por un tumor, el enfermo sólo nos afectar también a la lengua, los párpados y las
Fotocopiar sin autorización es un delito.

refiere que fueron precedidos o acompañados de piernas, pudiendo coincidir, preceder o seguir a
cefalalgias, y los familiares, de posibles trastornos la confusión mental. No es específico del coma
en la conducta) y si existen o no antecedentes fa- hepático, pues también se observa en la uremia,
miliares, como en ciertos temblores, epilepsia ge- insuficiencia respiratoria y cardíaca congestiva,
nuina, corea de Huntington, etc. hipocaliemias y gran desnutrición.
Durante el examen, nos fijaremos en el asiento En la enfermedad de Wilson y en la seudosclerosis
y características de los movimientos. Si afectan a de Westphal-Striimpell, se observan con frecuencia
toda la musculatura, la mitad del cuerpo, un miern- sacudidas y movimientos similares a los que se
bro (porción distal o proximal), un grupo de mús- llevan a cabo en el acto de remar («aletazos»).
culos, o un músculo o algunas fibras de un múscu- En el enolismo crónico, el temblor de las comisu-
S.A.

lo si agitan o no el miembro; si el movimiento es ras bucales (a veces acompañado del del ala pal-
rápido o lento (contaremos la frecuencia por minu- pebral o del músculo orbicular) y lengua, se
(O MASSON,

tos o segundos); si rítmico o arrítmico; las condi- acompaña de temblor de los dedos, con un ritmo
ciones de su aparición (temblor estático, emotivo, de 6-7 oscilaciones por segundo, y a menudo de
48 Semiología médica y técnica exploratoria

como palpar de buenas a primeras la parte enfer-


ma, sin haberla precedido de una atenta y deta-
llada inspección. La palpación complementa la
inspección; en ningún caso la sustituye.
2. Manos tibias y con las uñas cortadas. Se co-
locan de plano, como acariciando, sobre la pared.
El frío embota todas las formas de sensibilidad, y
el contacto de la mano fría en la superficie cutá-
nea provoca por vía refleja la contractura de los
músculos subyacentes y el aumento de la tensión
parietal, con el consiguiente desmedro de la pal-
pación. El calentamiento de las manos se consi-
Fig. 1-14. Temblor «a sacudidas» desencadenado al gue frotándolas entre sí o aproximándolas a una
intentar la flexión dorsal de la muñeca teniendo fijo el
fuente de calor. Se considera que están en condi-
antebrazo (flapping tremor).
ciones térmicas adecuadas cuando no provocan
sensación de frío al poner los dedos en contacto
con el cuello del explorador.
tirones verticales o ligeros movimientos de rota- 3. Todo va mejor cuanto más se palpa y menos
ción o pronosupinación. se comprime. Se debe evitar el hundir la mano en
En la drogadicción, se señala un movimiento el abdomen que se explora, ya que la reacción de
anormal de la boca, como de masticación, con defensa del paciente impide que la palpación
frotamiento repetido de la lengua con la cara in- posterior sea lo suave que debe ser. El palpar
terna del labio inferior. suavemente, «como acariciando el vello», y pro-
curando molestar lo menos posible a los enfer-
mos, es lo que ha creado el calificativo de «tiene
M PALPACIÓN buenas manos», que todo médico debe esforzar-
se en merecer. «Hay que evitar que las manos, al
Es el método de exploración que se vale del sen- palpar, parezcan garras».
tido del tacto. Permite el examen de las partes nor- 4. Suavidad de la superficie que se explora. Los
males o patológicas colocadas bajo la piel o en detalles profundos se perciben mejor espolvo-
cavidades naturales de pared flexible, como el ab- reando la piel de la zona correspondiente con
domen y el escroto, por la aplicación metódica de polvos de talco o untándola con vaselina, lo que
los dedos o la mano sobre la superficie cutánea. disminuye las asperezas de la piel, facilita el des-
Además de la palpación directa, se practica la palpa- lizamiento de los dedos y embota menos la sen-
ción indirecta, por medio de instrumentos; esta últi- sación táctil.
ma permite explorar los conductos y las cavidades
naturales o accidentales en las que no puede pene-
trar el dedo del médico. Puede decirse que los ins- TIPOS
trumentos con que se practica esta exploración
están destinados, esencialmente, a prolongar los La palpación puede ser uni o bimanual, según
dedos del práctico o, mejor dicho, son continua- se acuda a una o ambas manos, y uni o bidigital,
ción del tacto. Dichos instrumentos reciben nom- según se investiguen puntos dolorosos, coleccio-
bres diversos, como sondas, catéteres, estiletes, etc. nes fluctuantes u orificios (herniarios, etc.).

1. Palpación unimanual. Es útil para explorar la


TÉCNICA región precordial, las paredes torácicas, la tensión
del vientre y algunos órganos abdominales (híga-
Aunque varía según el órgano que se vaya a do, bazo, ciego, colon sigmoideo) que asientan en
explorar y la finalidad que se persiga, conviene la línea media, en los hipocondrios o en las fosas
que se adapte a unas sencillas normas generales que ilíacas, lugares donde existe un plano posterior de
es útil recordar: apoyo resistente; en estos casos, la mano palpato-
ria o mano activa deprime los tegumentos de una
1. Debe seguir a la inspección. Nada revela manera progresiva y permanente, aprovechando
tanto la deficiente educación clínica del médico las fases espiratorias para aumentar la presión; en
Generalidades 49

cambio, cuando se explora la movilidad respirato-


ría de las vísceras del abdomen, sobre todo hígado
y bazo, la mano aplicada sobre la estructura que
se explora o inmediatamente por debajo de ella
permanece quieta, para así poder advertir el des-
plazamiento de las formaciones subyacentes; por
eso se la denomina «mano en acecho».
2. Palpación bimanual. Ambas manos pueden
ser activas como, por ejemplo, en la maniobra de
la «amplexación» de Laségue, en que, compren-
diendo entre ellas sucesivamente ambas mitades
del tórax, permiten apreciar las diferencias de vo-
lumen, especialmente en los derrames y en las sín-
fisis pleurales, y reconocer por una presión subi-
ciente la existencia de fracturas costales, gracias a
la crepitación ósea y al dolor provocado (fig. 1-15),
y en la palpación bimanual de la pared abdominal
(fig. 1-16) o bien una activa y otra pasiva, ya sea:

a) Para relajar la pared. La mano pasiva se


apoya sobre la superficie abdominal a poca dis-
tancia de la mano activa y hace presión sobre
ella, con el «talón» de la mano (maniobra de
Obrastzow [fig. 1-17 A] o con la cara palmar de
los dedos (maniobra de Galambos (fig. 1-17 BJ)
se denomina «mano de relajación».
b) Para crear un apoyo resistente. Como ocurre Fig. 1-15. Maniobra para apreciar la elasticidad pul-
cuando se coloca la mano en la región lumbar monar (amplexación).
para palpar el riñón o el colon ascendente o pal-
pación oponente; se denomina «mano de sostén» gue este fin sobreponiendo la mano pasiva (que
(fig. 1-18). hace solamente fuerza) encima de la activa; se
d) Para ayudar o favorecer la penetración de la denomina «mano de presión» (fig. 1-19).
mano activa. En el caso de abundante panículo d) Para investigar el signo de la «oleada ascítica»
adiposo o de gran desarrollo muscular, se consi- o de Morgagni (v. más adelante).
sin putorización es un delito.
Fotocopíar

Fig. 1-16. Palpación bimanual con dos manos activas. A) Modo correcto de colocar los extremos digitales. Los
SA
OMASSON,

pulpejos de los dedos forman una línea recta (levantando un poco ambos Índices), cuyos distintos puntos en un
instante dado reciben simultáneamente las sensaciones de lo que se toca, y por un fenómeno de suma, la percep-
ción se amplifica; lo que no ocurre colocando las manos en contacto con los bordes radicales de los índices (B),
pues la línea dipalpatoria es quebrada.
50 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 1-17. Palpación bimanual con una mano activa y otra pasiva. Para relajar la pared, la mano pasiva se apoya
sobre la superficie abdominal, a poca distancia de la mano activa, y hace presión sobre ella, ya sea con el «talón» de
la mano, maniobra de Obrastzow (A), o con la cara palmar de los dedos, procedimiento de Galambos (B).

Fig. 1-18. Palpación oponente. La mano auxiliar de Fig. 1-19. Palpación con manos sobrepuestas. Útil en
sostén crea un apoyo resistente en la. región. lumbar caso de abundante panículo adiposo o de gran desarro-
para palpar el riñón o el colon ascendente. - llo muscular. La mano pasiva hace fuerza sobre la acti-
va (mano auxiliar de presión).

Tacto
Al palpar, debe colocarse al enfermo en la po-
sición más adecuada para cada órgano, es decir,
Es la palpación digital de una cavidad natural
en aquella en que la relajación de la pared es má-
con uno o más dedos. Puede ser:
xima y el órgano se hace más abordable.
El médico debe evitar que asome a su rostro 1. Simple. Si se limita a una cavidad (faringe,
la impresión que le produce el hallazgo de un vagina, recto).
dato de gran interés o la desorientación de una 2. Doble, Si alcanza dos al mismo tiempo
búsqueda infructuosa; el enfermo, en estos mo- (vagina y recto).
mentos, está espiando su expresión y, además, 3. Combinado. Si estando el dedo o dedos de
la familia dudará de él si lo que dice no se halla una mano en la vagina o recto, los dedos de la
en consonancia con lo que expresó antes su ros- otra mano deprimen el abdomen por encima de
tro. la sínfisis del pubis en busca o no de aquéllos.
Generalidades 51

M PERCUSIÓN percutir las clavículas durante el examen de los.


pulmones (percusión directa y suave con el dedo)
Este método semiológico, debido a Auen- y al iniciar la percusión del tórax, para darnos
brugger (1761) y vulgarizado media centuria des- cuenta rápida de si las bases se encuentran ocu-
pués por Corvisart (1808), fue estudiado con padas (fig. 1-20).
base científica a partir de Piorry (inventor del ple- 2. En eresorte». Es una variante de la anterior,
símetro), Wintrich, Skoda y Traube. en la cual el dedo medio o índice flexionados o
Consiste en golpear. suavemente la superficie bien los dedos agrupados, se disparan contra la
del cuerpo con el fin de obtener sonidos cuyas pared abdominal (fig. 1-21). Es muy útil para el
cualidades permiten reconocer el estado- físico diagnóstico de un derrame peritoneal libre.
del órgano subyacente. Á esta percusión, llamada 3. Medial o digito-digital, de Gerhardt. Es la
comparativa porque por medio de ella compara- más usada; se interpone entre el dedo que golpea
mos el sonido que se obtiene con el que normal- (dedo percutor) y la superficie del cuerpo, un
mente se encuentra en esta misma región, se dedo (medio o índice) de la otra mano (dedo ple-
opone la topográfica, que sirve para limitar los símetro). Este método tiene una serie de venta-
contornos de los órganos. El procedimiento es jas, como son su comodidad, pues no requiere
exactamente el mismo (salvando las distancias) instrumento alguno, da sonidos de una gran pu-
que el empleado por los taberneros (el padre de reza y completa la sensación auditiva con una
Auenbrugger lo era) para determinar, por medio táctil particular (percusión palpatoria, de Ebs-
de golpes dados con los dedos o con un martillo, tein), que difiere si la zona sobre la que actúa es
el nivel del contenido de sus barriles. mate o sonora (fig. 1-22).
El dedo plesímetro se apoya con cierta firmeza
sobre la zona que explorar, adaptándolo a las de-
MÉTODOS sigualdades de la superficie para eliminar la inter-
posición de aire entre éste y la piel.
Son plurales y adecuados a cada zona a percutir: 4. Con la faceta dorsal de los dedos, Con los
dedos ligeramente flácidos, se golpea rítmica-
1. Inmediata o directa. Era la que usaba Auen- mente y con suave energía la superficie que estu-
brugger, golpeando directamente con los dedos diar. Es un método excelente para determinar la
de una mano dispuestos en forma de gancho o presencia de ascitis en voluminosos abdómenes
mano de comadrón. Esta percusión apenas se con gran distensión aérea (fig. 1-23).
usa, pues en las regiones blandas el sonido que 5. Puntiforme. Es la aplicación solamente del
produce es muy apagado y poco claro. Sólo recu- extremo de la falange terminal del dedo plesíme-
rrimos a ella para valorar el clapoteo gástrico, tro, estando los restantes dedos levantados y sepa-
sin autorización es un delo.
O MASSON, SA. Fotocopiar

Fig. 1-20. A) Percusión directa o inmediata del tórax (método de Auenbrugger). Los cuatro dedos de la mano se
disponen reunidos y encorvados de manera que sus yemas queden en un mismo plano vertical y formando con la
palma de la mano un ángulo agudo; se percute sobre el tórax merced a movimientos de charnela de la articulación
de la muñeca. Este proceder es útil para darse cuenta rápida, al comenzar la percusión, de si las bases pulmonares
se encuentran ocupadas. B) Lo mismo vale para la ascitis.
Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 1-23 A y B.

Fig. 1-24 A y B. Percusión puntiforme. El dedo plesímetro puede estar a plano o doblado por la primera y
segunda falanges, apoyando en la zona la punta del dedo.
Generalidades 53

| Fig. 1-26 A-C. Percusión a saltos.

rados de la piel con la finalidad de no amortiguar


las vibraciones producidasy de restringir al máxi-
mo la superficie plesimétrica del dedo (Ag. 1-24).

|
6. Onopercusión digital, de Plesch. Es otra técni-
ca consistente en flexionar en ángulo recto la
II falange del dedo percutido sobre la 1, aplicarlo
apoyándolo en la extremidad distal de la ll falan-

p
ge, colocada verticalmente a continuación de la ll,
y percutir sobre la interlínea articular entre la | y Il
falanges (fig. 1-25). Se emplea para demarcar zonas
1-25. Ortopercusión digital, de Plesch. A, B) de reducida y limitada extensión, en las que a ve-
Ápex izquierdo, C, D) Ápez derecho. ces es difícil colocar el dedo plano (regiones supra-
54 — Semiología médica y técnica exploratoria

clavicular y axilar). El extremo del dedo percutor, Los sonidos corresponden a un conjunto de vi-
con la uña cortada al rape, golpea de tal manera braciones formadas por la superposición de un
que la dirección del golpe es perpendicular al dedo tono fundamental y de tonos secundarios, de fre-
plesímetro, cosa que se consigue flexionándolo de cuencia múltiple, llamados «armónicos»!',
modo que su falange terminal se halle en ángulo Los ruidos están formados por muchos soni-
recto con el hueso metacarpiano; este golpe per- dos y resulta una suma de vibraciones de aspecto
pendicular es una de las principales condiciones irregular y aperiódico. Si producen una sensación
para obtener un buen sonido regular, si bien ofrece desagradable se califican de «estridentes».
ciertas dificultades para el principiante. Los movi- Las terminaciones del nervio auditivo son ex-
mientos de la mano que percute deben efectuarse citadas por vibraciones cuya frecuencia se sitúa
a nivel de la articulación metacarpofalángica, per- entre 20-20.000 ciclos/s o hertzios; por debajo de
maneciendo el antebrazo rígido e inmóvil. 20 hertzios hablamos de infrasonidos (y llamamos
7. Percusión a saltos, de Neumann. Es muy ondas infrasonoras a las ondas por ellas produci-
aconsejable este método, que consiste en golpear das), y por encima de 20.000 hertzios, de ultraso-
rápidamente y retirar con presteza el dedo per- nidos y ondas ultrasonoras.
cutor una vez obtenido el sonido. El golpe será
ligero, seco, elástico. Procedemos en la misma
forma que lo hacen los martillos del piano al CARACTERÍSTICAS
separarse de las cuerdas, o como cuando desea- DE LOS SONIDOS
mos obtener un tono claro al percutir en un gong
(fig. 1-26 A-C). Percutiendo las distintas regiones del cuerpo,
se auscultan sonidos de características diferentes:
Debe percutirse siempre sobre el mismo dedo
y a golpes espaciados y no, como se suele hacer, l. Sonido mate. Se obtiene sobre órganos sin
sobre el índice o medio indistintamente y a gol- aire, como las grandes masas musculares de los
pes repetidos. No debemos olvidar que se trata muslos (sonido femoral). El término matidez es
de obtener un sonido y no una sucesión de ellos, absoluto y no necesita adjetivos. Los frecuente-
a veces contradictorios, cuando no se toman las mente empleados, «matidez de madera», «mati-
precauciones debidas, dez pétrea», «matidez hídrica», tienen por objeto
evidente describir tanto la nota oída como la re-
sistencia percibida por el dedo.
CARACTERÍSTICAS El sonido mate es débil (pues las vibraciones
producidas son poco amplias); cuando se percute
Debe ser suave, superficial y siempre de igual in- el tórax de un paciente con un derrame pleural, el
tensidad. Los principiantes suelen hacerla con ex- sonido claro pulmonar lo oyen bien todos los
cesiva energía («sus manos parecen un martillo presentes, mientras que el mate del derrame
neumático») y olvidan que aun la percusión lla- pleural es audible solamente por los que están
mada fuerte debe ser relativamente ligera, es de- cerca del paciente, al ser de tonalidad (frecuencia)
cir, que no se ha de percibir a gran distancia. alta y de duración breve.
Al percutir, ponemos en vibración cuerpos 2. Sonido timpánico. Se obtiene sobre el estó-
elásticos que emiten ondas sonoras, las cuales, mago e intestino. Las vibraciones son sencillas, re-
propagándose a través de un medio elástico (ge- gulares, con ausencia casi completa de sobretonos
neralmente aire), llegan a nuestro oído y produ- o armónicos. Se distinguen un sonido timpánico
cen en él la sensación de sonido. agudo y otro grave, con una serie de sonidos inter-
Las ondas sonoras pueden representarse por medios entre ambos extremos, en relación con la
líneas onduladas y en ellas cada vibración equi- tensión del gas contenido en la cavidad. Si ésta es
vale a una porción de la onda que comprende excesiva, la percusión obtiene un sonido mate.
dos salientes sucesivos. La distancia entre los 3. Sonido claro o resonante pulmonar, Se vbtie-
puntos que limitan dicha porción se denomina ne por la percusión del pulmón y resulta de la vi-
longitud de onda, y la que media entre un saliente bración del aire situado entre las lengúetas tensas
y un entrante, amplitud de onda (fig. 1-27 A). El
tiempo que tarda la onda de propagación en
'S«Armónicos» son sonidos cuya frecuencia es múltiplo de
avanzar una longitud de onda se llama período, y la de otros denominados «fundamentales», y que se producen
el número de vibraciones por segundo, frecuencia. simultáneamente con éstos.
Generalidades 55

Sonido débil Sonido agudo

MANN
«-—- Longitud de onda —»
=
'
———=

1
!
l
' ;
' i
! E

t '
Amplitud

Sonido grave
noo
«———

boo

mon, ota? Sonido fuerte


A , Tiempo correspondiente=periodo B e

Fig. 1-27. A) Longitud y amplitud de las ondas sonoras. B) Sonido fuerte y débil; depende de la intensidad de las
vibraciones producidas. C) Altura o tono; depende de la frecuencia.

del parénquima. Es fuente, resonante, de baja tona- del tórax o de la boca. Este sonido puede obtener-
lidad y rico en armónicos, que determinan su cuali- se también por medio de la percusión del tórax de
dad o timbre. un niño mientras llora.
4. Sonido metálico (resonancia anfórica). Se
asemeja al timpánico, excepto en que la nota es
más resonante y como haciendo eco, y tiene una CUALIDADES DE LOS SONIDOS
calidad claramente metálica. Se oye sobre cavi-
dades de paredes lisas de no menos de 4 cm de Las cualidades sónicas dependen de las vibra-
diámetro y en el neumotórax a gran tensión. Nos ciones, Frecuencia, intensidad y elasticidad de las
haremos una idea aproximada escuchando el so- estructuras (fig. 1-27 B y C):
nido que produce la percusión suave de uno de
nuestros carrillos convenientemente dilatado por 1. Intensidad. Guarda relación con la ampli-
insuflación. También vale sostener contra la ore- tud de las vibraciones producidas. Depende de la
ja una pelota pequeña de goma, a la que se per- fuerza con que se golpea (un diapasón produce
cute con la uña. Esta nota se compone de armó- siempre el mismo sonido, pero más o menos in-
nicos altos con un tono furidamental bajo. Su tenso según la mayor o menor energía empleada
duración es mayor que la del tono timpánico. para ponerlo en movimiento), así como de la
5. Ruido de olla cascada (bruit de pot felé, de los masa y constitución física particular del órgano
autores franceses). Fue descrito primero por Laen- percutido. Con un golpe de la misma fuerza, el
nec al percutir el tórax de tuberculosos. Tiene gran tórax de un adulto da una nota más intensa que
semejanza acústica con el sonido que resulta de un tórax infantil, asimismo, en iguales condicio-
percutir ligeramente una olla cascada o rajada o la nes, la nota del pulmón es más intensa que la del
Fotocopiar sin autorización es un delito.

pera de un pulverizador. También vale el siguien- hígado, porque el pulmón, con su contenido aé-
te artificio, se unen las palmas de las dos manos reo, es un Órgano mucho más elástico y vibra,
sin comprimirlas y de modo que quede un peque- por tanto, con mayor facilidad. Los sonidos pue-
ño espacio de aire entre ellas, y con el dorso de den ser, según su intensidad, fuertes y débiles.
una de las dos se dan ligeros golpes sobre la rodi- 2. Altura o tono. Depende de la frecuencia. Se
lla, de forma que a consecuencia del golpe brusco expresa en ciclos por segundo o hertzios. Los so-
el aire contenido en la cavidad se escape por los nidos de gran frecuencia son agudos o altos; los
lados. Es un ruido estenótico que se produce cuan- de poca frecuencia, graves o bajos. Será de utili-
do el aire contenido en una cavidad se ve obligado dad para el estudiante recordar que cuanto mas
a salir de ella bruscamente a través de una abertu- mate es la nota, más alto es el tono, y comparar
O MASSON, S.A.

ra estrecha o pequeña hendidura. Se oye mejor si las diferentes notas de un dispasón de 256 vibra-
se percute durante la espiración y manteniendo el ciones por segundo con las de otro de 128.
sujeto la boca abierta. Se aconseja poner el oído o 3. Timbre. Cualidad del sonido en virtud de
el pabellón del estetoscopio lo más cerca posible la cual el oído distingue dos sonidos del mismo
56 Semiología médica y técnica exploratoria

tono € intensidad al ser producidos por diversos


instrumentos (piano y violín). Este carácter
guarda relación con los sonidos armónicos que
acompañan al fundamental y cuyo número e in-
tensidad varían según el instrumento de donde
proceden.
4, Duración. Guarda relación con la intensi-
dad y amplitud de la vibración inicial y la elasti-
cidad del tejido presentado. Así la nota mate del
hígado, considerando iguales los demás factores,
no sólo es menos intensa que la nota pulmonar,
sino de una menor duración.

Al ocupamos en la percusión del tórax insisti-


remos sobre la vibración simpática o consonancia
(con + senare = sonar con), cuya importancia ya
fue subrayada por Skoda.

a AUSCULTACIÓN
La auscultación, como método de exploración
clínica, consiste en aplicar el sentido del oído
para recoger todos aquellos sonidos o ruidos que
se producen en los órganos.
Estos ruidos pueden ser originados por el pro-
pio órgano (contracción cardíaca; borborigmos
intestinales) o en el órgano mismo, pero sin que
Fig. 1-28. Auscultación inmediata. La oreja del médi-
éste tome una participación inmediata en su pro- co se aplica sobre el cuerpo del individuo examinado in-
ducción (soplos intracardíacos). terponiendo un lienzo fino, no almidonado ni de seda.
Aunque Hipócrates ya conocía no sólo el rui-
do de sucusión que lleva su nombre, sino tam-
bién los roces pleuríticos, que él comparaba al enfermo; el localizar con poca exactitud el lugar
crujido de un trozo de cuero, debe atribuirse el donde radica la lesión (el tamaño reducido del es-
descubrimiento de la auscultación a Laennec tetoscopio permite señalar el sitio preciso); el no
(1781-1826), también el primero en emplear el ser posible en ciertas regiones anatómicas cir-
estetoscopio. La obra del gran clínico francés ha cunscritas, como supraclaviculares o axilares, en
sido perfeccionada por gran número de autores, las que no cabe aplicar el pabellón de la oreja, ni
entre los que citaremos, limitándonos a los clási- aconsejable en el plano anterior del tórax en la
cos a Skoda, Wintrich, Traube y Gerhardt. mujer, por razones obvias. Mantiene su vigencia
para las bases del pulmón en el plano posterior.
2. imbivase (medina En fun, se escucha
TIPOS mediante un aparato llamado estetoscopio o fonen-
doscopio". Es el método más empleado por eludir
La auscultación, como la percusión, puede ser: muchos de los inconvenientes que hemos señala-
do para la auscultación directa, pero el estudiante
l. Directa (inmediata). En ella se aplica la debe familiarizarse con esta última para los casos
oreja, ejerciendo cierta presión, directamente so- en que, por motivos imprevistos, no lleve su fo-
bre el cuerpo del examinando, con interposición nendoscopio o se vea obligado a auscultar a un
de un ligero paño de hilo (fig. 1-28). Es de técnica
fácil (no requiere instrumental) y obtiene los rui-
WEstetoscopio: instrumento a modo de trompetilla acústica
dos intensos y puros, evitando los parásitos debi- . Fonendoscagís: aparato semejante al es-
dos al roce del fonendoscopio con la piel. Sus in- tetoscopio más perfeccionado (con membrana, campana, o am-
convenientes son la excesiva proximidad del bas) y para audición biauricular.
Generalidades 57

niño al que puede suscitar temores el aspecto del vo de Piedrahita (el primero en Europa que intenta
aparato. demostrar la posibilidad del diagnóstico y pronós-
Para que la auscultación con un fonendoscopio tico por el olor y sabor que ofrecen los líquidos
resulte eficiente, influyen, aparte la pericia y oído orgánicos), J. L. Petit, Langer, Landré, Beauvais,
musical del práctico, el hábito de utilizarlo, así Hipp, Cloquet, Monin y Menini, entre otros.
como el realizarla en un ambiente silencioso, cosa De la misma manera que en la inspección, co-
más factible en el consultorio del médico que en menzaremos a recoger nuestras impresiones ol-
los medios hospitalarios con rumores de fondo, fatorias cuando entremos en la habitación del
debidos a factores humanos o instrumentales, que enfermo o cuando en la clínica hospitalaria nos
alcanzan niveles de 60-70 decibelios. Se debe te- acerquemos a la cabecera de éste. El número de
ner en cuenta que un sonido cardíaco apenas per- datos positivos obtenidos depende de la memoria
ceptible en completo silencio debe tener una in- olfatoria del médico, adquirida con la práctica.
tensidad 12 veces superior para ser oído con la El olor que se percibe en los enfermos suele
misma claridad en la sala del hospital. ser complejo y resulta de la mezcla del produci-
do por el aire espirado, sudor, emanaciones de
No hay que olvidar que, para sacar buen las cavidades naturales (nariz, boca, vulva y va-
partido a un fonendoscopio, lo primero que hace gina, ano y recto [gases intestinales, etc.)), se-
falta es saber auscultar. creciones purulentas (fístulas) o exudados (úlce-
ras secretantes cutáneas), etc. En algunas
La parte más importante de todo el sistema ocasiones, como venenos volátiles (anhídrido
auscultatorio es lo que queda entre los auricula- sulfuroso, ácido cianhídrico, plomo, tetraetilo,
res del fonendoscopio. etcétera), es útil fijarse en el olor de la ropa im-
pregnada por el tóxico.
El olor de las secreciones cutáneas es característico
E OLFATO* en algunas enfermedades. Citaremos el propio del
sudor de los tíficos; de la melitococia (como paja
La aplicación del sentido del olfato, en clínica, mojada); de los reumáticos; de la linfogranuloma-
comienza con Hipócrates, al que siguen Teofrasto tosis maligna (recuerda el del esputo purulento di-
de Efeso («Todo es más o menos odorífero», escri- luido), de la acidemia isovaleriánica (como queso
bía en su tratado de 14 capítulos De odoribus), Bra- agrio); mucoviscidosis; de los tuberculosos (el su-
dor, sobre todo el axilar, es muy penetrante). En
los niños con raquitismo, los sudores nocturnos de
'El hombre pertenece a los llamados microsmatos, mientras
que el corzo, perro y otros mamíferos se encuentran entre los cabeza y nuca que empapan la almohada despi-
macrosmatos. En comparación con los animales, el sentido del den un olor peculiar y penetrante.
olfato en el hombre es débil, pero frente a otros de sus sentidos El aire espirado huele, a veces, de manera ca-
es muy sensible. racterística, impregnando en ocasiones el am-
La olfatometría sirve para medir, definir y valorar el sentido
del olfato en el individuo. Puede ser subjetiva y objetiva; esta biente. Citaremos el olor a fruta fresca (como
última no forma aún parte de la práctica habitual. Dos factores manzana) o heno recién cortado del coma diabé-
importantes son el umbral olfativo (olfatometría cuantitativa) y tico; el sui generis del alcohólico; el de ajos en las
la discriminación (valiéndose de sustancias odoríferas estables, intoxicaciones por selenio o telurio; el de almen-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

perfectamente definidas, no absorbibles).


Es bien conocido el hecho de que la especie humana posee dras amargas en la intoxicación por nitrobence-
tres zonas cutáneas especialmente dedicadas a producir olores, no (esencia de mirhana); el penetrante en la into-
las cuales están dotadas de pelos para mantenerlos, son las axilas, xicación yódica, fenólica, por tetracloruro de
región anogenital y la areola del pezón.
En las axilas, son las glándulas sudoríparas apocrinas las ge-
neradoras de olores y en la región anogenital, aparte el sudor, davía es corriente la depilación del área genital por parte de las
contribuyen al olor el esmegma en el hombre y las secreciones mujeres) y la aplicación de desodorantes y perfumes por parte
vulvares y vaginales en la mujer. El lactante huele intensamente de la mujer y la circuncisión en el hombre. La pregunta es. si
la areola del pezón, y ello le atrae. ello, a la larga, podrá tener una repercusión sobre la sexualidad.
No hay que encarecer la importancia del olfato en la con- Creemos que el asunto es muy discutible. La verdad es que por
ducta de los animales (incluido el homo sapiens) en lo tocante a muchas feromonas que emitan hombres y mujeres, nada supe-
la atracción sexual. Todos secretan unas sustancias odoríficas ra a la vista, por lo que a la atracción sexual se refiere (y una
S.A.

de origen hormonal (feromonas) excitantes sexuales, al ser cap- axila depilada es a la vista de muchos más atractiva). y por lo
tadas por la pituitaria de individuos del sexo opuesto. que toca a los olores, un buen perfume o simplemente el olor
O MASSON,

Llama la atención el hecho de que nuestra actual civiliza- «a limpio» tienen para cualquier persona medianamente culti-
ción trata de suprimir los olores corporales mediante el rasura- vada, un poder erotizante muy superior a ciertos olores, por
do de axilas (del mismo modo que en el mundo musulmán to- muy «naturales» que sean.
58 Semiología médica y técnica exploratoria

carbono o debido a procesos que radican en la rado de la orina de los diabéticos. Los pacientes
nariz (ocena), boca (dientes, amígdalas), vías aé- nos refieren, con frecuencia, el gusto amargo de
reas superiores (abscesos y, sobre todo, gangrena los vómitos biliosos; el ácido de los gástricos; el
pulmonar, bronquitis fétidas, etc.), esófago (cán- fecal de las crisis obstructivas intestinales y el sa-
cer, megaesófago, diverticulos), estómago (gas- lado en las vómicas por quiste hidatídico abierto
tritis, cáncer, úlcera), hígado (hepatitis graves, en el árbol respiratorio.
necrosis, recuerda el mercaptano; foetor hepati- El gusto es percibido por una serie de papilas
cus), intestino (colitis, estreñimiento [aliento es- más abundantes en la lengua, pero también pre-
tercoráceo)), etc. sentes en el paladar, faringe y laringe. Cuentan
El olor de la orina, es aromático y, a veces, mo- también el sentido del olfato y el tacto.
dificado por ingesta de algunos alimentos, como Se pueden detectar cuatro sabores fundamenta-
espárragos, coles, cebollas, ajos. Es amoniacal (en les, así, dulce, salado, ácido y amargo.
la orina recién obtenida), en los casos de reten-
ción con infección urinaria; fétido (como podri-
do), en las orinas albuminosas; de manzanas, Alteración específica
orujo o hierba cortada, en la diabetes descom-
pensada (por la acetona); de jarabe de arce (maple Se ha observado que diferentes enfermedades
syrup disease), en la leucinosis; de flores de lúpulo pueden alterar el sentido del gusto, haremos una
o apio en las orinas ricas en fenilalanina y ácidos pequeña reseña de carácter específico:
fenilpirúvico y fenilacético; estercoráceo, en las
fístulas vesicorrectales. La trementina, copaiba, 1. Lesiones bucales extensas. Algunas actúan
azafrán y valeriana originan un sutil olor a vio- como si se anestesiara la lengua y el paladar. Las
letas. dentaduras colocadas entre el paladar duro y el
El olor de las heces normales se debe a la pre- blando tapan las papilas ubicadas en este lugar.
sencia de escatol. En la dieta cárnea y dispepsia de Se observa disminución de la sensibilidad para el
putrefacción es pútrido (por la gran cantidad ácido y amargo.
de indol, escatol y anhídrido sulfuroso), y agrio, 2. Discinesia gonadal cromatinnegativa. Sensi-
como manteca rancia, en la de fermentación. bilidad normal para el dulce y el salado; niveles
Muy repugnante (pero muy característico) es el muy elevados para el amargo.
de la melena y cáncer ulcerado del recto!”, 3. Seudohipoparatiroidismo. Menor sensibili-
A veces, los gases emitidos, además de odorí- dad gustativa para el amargo y para el ácido, nor-
feros, son inflamables, lo que propició que el em- mal para el dulce y salado.
pleo de aparatos electroquirúrgicos ocasionase 4. Síndrome de Riley-Day. Disminución muy
explosiones durante su manejo (cirugía del tubo intensa o abolición absoluta de la sensibilidad
digestivo). gustativa. La mayoría de estos pacientes son in-
capaces de distinguir el agua de las soluciones
con diferentes sabores, aun a concentraciones
M SENTIDO DEL GUSTO fuertes.

El gusto es el sentido que, en sí, directamente,


tiene menos importancia en clínica. El afán de MN TERMOMETRÍA CLÍNICA
llegar al diagnóstico llevó a los médicos hipocrá-
ticos a investigar el sabor dulce o amargo del ce- Tiene por objeto el estudio de la temperatura
rumen (mereciendo por ello el nombre de «co- del cuerpo, la cual se altera en el curso de múlti-
prófagos» por parte de los autores satíricos), el ples procesos patológicos.
acre duradero de las partes necrosadas, el azuca- Se aconsejan dos tomas diarias en el mismo
sitio. Por existir un ritmo nictemeral (con dos
máximos a las 9 y 18 h y dos mínimos a las 3 y
'"Citaba Von Hochenegg la siguiente anécdota personal: 12 h, aun estando el sujeto encamado) se aconse-
«Con ocasión de una excursión de caza se vio obligado a esca- ja hacerlo en las dos primeras. La temperatura
lar una montaña detrás de un cazador al que conocía hacía axilar fisiológica no suele superar los 37 *C, la in-
años. El extraño olor nauseabundo de los gases intestinales del
guinal los 37,2 *C, la bucal los 37,4 *C y la rectal
que le precedía, le indujo a reconocer al cazador en una choza,
confirmándose su sospecha de que éste padecía un carcinoma los 37,8 *C. Es preferible confiar en las vías axi-
de la porción alta del recto». lar, bucal y rectal.
Generalidades 59

TERMÓMETRO 2. Boca. El bulbo del termómetro se coloca


debajo de la lengua. Los labios se mantienen ce-
Aparato inventado por Galileo, es el útil idó- rrados. Existen unas delgadas cubiertas de plásti-
neo para verificar la temperatura corporal. Instru- co cambiables para evitar el contacto, a veces
mento de aplicación habitual en la práctica clínica séptico, entre la boca y el cristal del aparato.
desde hace algo más de un siglo. La primera gráfi- 3. Recto. Se obtienen cifras constantes pese a
ca térmica fue publicada por Traube en 1851. la presencia de escíbalos, malos conductores del
El termómetro más usado consta de un tubo calor. Están influidas por el ejercicio físico (mar-
capilar cerrado, de vidrio, ensanchado en la parte cha) y procesos inflamatorios pelvianos. En los
inferior a modo de pequeño depósito, que con- recién nacidos pueden producirse ulceraciones
tiene un líquido, por lo común mercurio, el cual, hemorrágicas y perforaciones rectales, por lo que
dilatándose o contrayéndose por el aumento o deben utilizarse termómetros con bulbo en vez
disminución del calor, señala los grados de tem- de puntiagudos.
peratura en una escala colocada al lado o grabada 4. Vagina. Pese a su evidente incomodidad,
sobre el tubo. Por motivos prácticos, suele com- da valores estables.
prender de 35-42 *C. Los anglosajones se mantie- 5. Conducto auditivo. Ofrece datos térmicos
nen fieles a la escala de Fahrenheit. Existen tam- muy exactos y constantes. Los termómetros de-
bién termómetros metálicos garantizados para ben adaptarse por medio de un bulbo distal. Si
una precisión de 0,2 *C y electrónicos con már- no se es prudente, hay riesgo de perforación del
genes de error de 0,1 *C. timpano. Tienen gran predicamento los termó-
Se comienza limpiando el termómetro, sobre metros electrónicos.
todo cuando vamos a ponerlo en la boca. Se han 6. Pliegue inguinal. Es aplicable la técnica de
observado vulvitis y gonococias rectales (estas la toma en axila.
últimas en niñas hospitalizadas) consecutivas al
uso de un termómetro no desinfectado y común
para toda una sala de enfermos, por lo que es CARACTERÍSTICAS DE LA
exigencia el personalizar el termómetro. TEMPERATURA CORPORAL
Se observa si la columna de mercurio está cerca
del depósito. De no ser así, se la hace bajar sacu- Cabe señalar que, en un cierto número de su-
diendo el aparato. En caso de que se rompa la co- jetos sanos, la temperatura basal axilar excede los
lumna de mercurio, bastará con calentar el depósi- 37 *C («floridez térmica»).
to hasta lograr unir la parte que asciende con la El estudio comparativo entre las temperaturas
rota, Una vez juntas, bastará sacudir y todo el mer- axilar y rectal tiene notoria utilidad clínica para el
curio bajará, dejando el termómetro en condicio- diagnóstico de los procesos sépticos pelvianos
nes de ser utilizado. Debe ponerse en cada ocasión (anexitis, pelviperitonitis), y apendiculares agu-
una sola vez, y no menos de 2 ni más de 3 rnin. dos, en la que la diferencia puede alcanzar hasta
2 *C a favor de esta última. Este dato clínico es
muy estimable. En el colapso, baja la temperatu-
LUGAR DE TOMA ra de la piel (hasta menos de 34 *C en las formas
DE LA TEMPERATURA álgidas) y se mantiene la del recto. En la isque-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

mia intestinal de origen vascular, la temperatura


Es conveniente tomarla en los orificios natura- rectal es muy baja.
les, reflejo fiel de la interna, en lugar de la cutá-
nea, mucho más variable. En una habitación fría,
por ejemplo, la temperatura de la piel puede des- TIPOS SEMIOLÓGICOS
cender notablemente, sin que se altere para nada
la interna. Se aconsejan: Interesa precisar el alcance de los términos hipo-
1. Cavidad axilar. Si la toma se realiza en termia, distermia, febrícula, hipertermia y fiebre.
este punto, la mano del lado correspondiente
se ha de aplicar sobre el hombro del lado
S.A.

opuesto con el fin de comprimir la axila en es- Hipotermia


tudio. Son inconvenientes, la excesiva descar-
O MASSON,

nación de los sujetos emaciados y el exceso de La temperatura rectal es inferior a 35 *C. Exis-
pilosidad. ten varios niveles:
60 Semiología médica y técnica exploratoria

1. Hipotermia ligera entre 28-34 *C. Es fre- rregulador hipotalámico + ausencia de la fosfori-
cuente por la acción combinada del frío y tóxicos lación oxidativa a nivel mitocondrial + elevación
depresores del sistema nervioso central y perifé- de la cantidad celular de adenosinmonofosfatocí-
rico (fenotiacinas). clico. Existen grupos familiares portadores de
2. Profunda. Entre los 17-28 *C. una afección muscular sensible a la succinilcolina
3. Muy profunda. Inferior a los 17 *C. Se y al halotano; al parecer, presentan de una mane-
emplea en la cirugía cardíaca a cielo abierto y en ra congénita una elevación de la creatinfosfocina-
neurocirugía. sa y del pirofosfato inorgánico.
Si la temperatura es inferior a 30 “C aparece
rigidez global, midriasis bilateral arreactiva, livi-
deces y una cianosis en placas; la bradicardia es Fiebre
extrema. Se comprende la importancia de practi-
car un examen electrocardiográfico prolongado Es una compleja reacción del organismo, ca-
en presencia de esta muerte aparente; la real ocu- racterizada por la elevación de la temperatura
rre por fibrilación ventricular. corporal y motivada por causas múltiples, la ma-
yoría infecciosas?. Al ascenso térmico acompa-
ñan síntomas y signos diversos a cargo del apara-
Distermia to circulatorio (taquicardia, hipotensión, soplos
cardíacos sistólicos [ruidos febriles)), respiratorio
Es un neologismo caro a los clínicos españoles. El (polipnea), digestivo (lengua saburral, anorexia,
aumento de la temperatura corporal (> 38 *C), que sensación de plenitud gástrica, sed excesiva, etc.),
no obedece a causa orgánica o infecciosa, es funcio- nervioso (cefalalgia, abatimiento general, insom-
nal pura. Por tal motivo, es bien tolerada siendo las nio a sueño intranquilo, excitabilidad general e
pruebas de laboratorio mudas. Es más frecuente en incluso convulsiones [más frecuentes en niños
sujetos lábiles vegetativos. Son posibles signos de entre Ó meses y 4 años y en crisis tónicas más
estirpe diencefálica, como obesidad, delgadez, ano- que tonicoclónica] y a veces trastornos psíquicos
rexia, trastornos del metabolismo hídrico o de los
hidratos de carbono, alteraciones del sueño, etc.
“"La toxina de los gérmenes patógenos contiene un lipopo-
lisacárido termostable capaz de producir al ser inyectado, y
después de un período de latencia de cerca de una hora, una ca-
Febrícula racterística elevación difásica de la temperatura corporal aso-
ciada a leucopenia inicial seguida de leucocitosis; las inyeccio-
nes sucesivas de este «pirógeno exógeno» microbiano provocan
Estado febricular o subfebril. Fiebre modera- reacciones febriles cada vez menos acentuadas (tolerancia).
da, entre 37-38 *C, ligada a la existencia de esta- Actúa sobre el sistema nervioso directamente, y sobre todo
dos organolesionales o de naturaleza infecciosa por intermedio de un pirógeno endógeno liberado bajo un estí-
mulo a nivel de las células de los tejidos agredidos y leucocitos
de larga duración. Es acusada por el sujeto; pali- polinucleares, lo que explica el período de latencia antes citado
dez anémica, cansera, pérdida de peso, etc. Exis- Este pirógeno endógeno es una proteína termolábil que pasa al
ten signos biológicos reveladores. suero y provoca una rápida reacción febril, la cual se produce
también si este suero se inyecta a otro paciente; el pirógeno en-
dógeno es, pues, transferible. Puede ser obtenido de los leuco-
citos no sólo jn vivo sino in vitro, poniéndolos en contacto con
Hipertermia las endotoxinas bacterianas.
La normal actividad del centro hipotalámico y del sistema
Es el aumento súbito e intenso de la tempera- autónomo simpático son necesarios para que la reacción febril
de los pirógenos exógenos se verifique; al simpático cabe atri-
tura corporal (> 41 ”C) por motivos múltiples. En
buir la vasoconstricción periférica que constituye el momento
la forma maligna, se acompaña de rigidez mus- inicial de la reacción fébril (clínicamente traducida por la sensa-
cular difusa con fasciculaciones (se inician a nivel ción de frío) reduciendo la termodispersión y favoreciendo el
de los maseteros), taquicardia sinusal extrema, aumento de la temperatura corporal. A propósito de este au-
mento debe recordarse que se verilica sobre tado a cargo de los
hipotensión sistémica y gran polipnea, con aci-
órganos internos supra e infradiafragmáticos y cerebro, mien-
dosis y piel seca. Se observa tras anestesias gene- tras que la temperatura de los tejidos superficiales, especial-
rales (1 x 10.000), golpes de calor y bajo la acción mente de las extremidades, puede mantenerse casi normal c in-
del nitrofenol etiocolanona, hormona tiroidea, cluso baja. Esto tiene importancia en lo que se refiere a la
exactitud de la termometría; los valores de la temperatura axi-
«fiebre del cinc» o «de los fundidores», paradóji-
lar e inguinal son influidos por la de los tejidos de las extremi-
camente tras la toma de ácido acetilsalicílico, etc. dades; en cuanto a la termometría oral, sus cifras se ven afecta-
Se cree que obedece a un fallo del sistema termo- das por la vasoconstricción de los tejidos mucosos.
Generalidades 61

(delirio febril]). La piel se percibe caliente y hú- aún más días. Se observa en las llamadas fiebres
meda, enrojecida, sobre todo en la cara (enrojeci- recurrentes (española, africana), sodoku y menin-
miento febril) y sudada, especialmente después gococemias crónicas.
del escalofrío, que constituye el momento inicial 5. Fiebre ondulante. Series de ondas febriles
de la reacción febril. Ésta es producida por la va- separadas por intervalos de apirexia o febrícula.
soconstricción cutánea a cargo del sistema autó- Es propia de la melitococia, endocarditis lenta y
nomo simpático. Determina la intensa y fugaz enfermedad de Hodgkin (fiebre de Pel-Ebstein).
sensación de frío, con tiritera, castañeteo de
dientes, horripilación y favorece la elevación de
la temperatura corporal al reducir la termodisper-
sión. En procesos sépticos, los escalofríos se repi-
ten con frecuencia durante el curso febril. Exis-
ten, además, oliguria (la orina febril es concen-
trada [color oscuro, peso específico elevado]) y
aumento del metabolismo basal, con proteólisis
excesiva y combustión aumentada de hidratos de A ara srssnssiarn3
14
carbono y grasas; por consiguiente, en las enfer-
medades infecciosas de larga duración siempre
sobreviene un intenso adelgazamiento.
En ocasiones, existe, más o menos acentuado,
el síndrome subjetivo de la fiebre sin elevación
térmica; se habla entonces de «fiebre sin hiper-
termia», de observación frecuente en individuos
con distonía neurovegetativa.

Semiológicamente, distinguiremos con arreglo


al aspecto de la curva térmica reflejada en la grá-
fica (fig. 1-29), los siguientes tipos de fiebre:

1. Fiebre continua. Las oscilaciones diarias,


máxima y mínima, no llegan a 1 *C; así ocurre en
la neumonía neumocócica, fiebre tifoidea no tra-
tada, etc.
2. Fiebre remitente. Oscilaciones diarias supe-
riores a 1 “C, sin alcanzar en ningún momento la
normal; encontramos este tipo en supuraciones,
bronconeumonía, etc.
3. Fiebre intermitente. Se encuentra apirexia
entre los accesos febriles. La temperatura sube
bruscamente después de un escalofrío, y descien-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

de también rápidamente a la normal o subnor-


mal, acompañándose de abundante sudación. Se
observa en las septicemias, sepsis urinaria y bi-
liar, absceso del hígado y en el paludismo con ac-
cesos cotidianos (fiebre cotidiana), a días alternos
(terciana) o después de los dos días de apirexia
(cuartana). La fiebre quintana (llamada también «de
los cinco días») se observa en la enfermedad pro-
ducida por la Rickettsía quintana, transmitida por
los piojos.
S.A.

E EI rrnasJ1srss
4. Fiebre recurrente. Caracterizada por alter-
nancia de períodos de fiebre continua en meseta,
O MASSON,

Fig. 1-29. Distintos tipos de fiebre. A) Continua.


que duran 2, 5 o más días, seguidos de una fase B) Remitente. C) Intermitente. D) Fiebre palúdica ter-
de remisión apirética que persiste otros tantos O ciana con acceso cada «tercer» día. E) Fiebre recurrente.
62 Semiología médica y técnica exploratoria

6. Fiebre en «dromedario», en «joroba de camello» tica, con sedantes; la de origen hipertiroideo,


o en «silla de montar». En la poliomielitis anterior con yodo y antiroideos; la del «síndrome pos-
aguda, caracterizando los estadios inicial, de la- tinfarto de Dressler» (febrícula + eosinofilia),
tencia, preparalítico y paralítico. La fiebre en con salicilatos y cortisona; la de la exmbolia pul-
«dromedario» invertida se observa en las leptos- monar (y de otros procesos venosos trombosan-
pirosis. tes), con heparina (resiste a los antibióticos;
7. Fiebre inversa. Cifras máximas durante la dato clínico valorable) y la que acompaña a al-
noche y por la mañana. Se ha señalado en la gra- gunas crisis graves de hipoglucemia, a la perfu-
nulina tuberculosa, cáncer de estómago, vegeta- sión de glucosa.
ciones adenoideas, enfermedad de Basedow y fi-
lariasis.
8. Fiebre héctica. Se observan grandes oscila- M MÉTODOS
ciones diarias muy irregulares. Propia de tubercu- COMPLEMENTARIOS
losis avanzadas y sepsis hepatobiliar.
9. Fiebre periódica o familiar mediterránea. Inte- Los métodos complementarios, como su nom-
gra una serie de trastornos que reciben el nombre bre indica, completan la exploración clínica facili-
de «enfermedad periódica», descrita por Reimann tando el diagnóstico. Se distinguen los análisis de
(1948), en sujetos jóvenes de raza judía o, en su laboratorio y los métodos gráficos.
defecto, de tronco mediterráneo, a veces con ca-
rácter familiar. Esencialmente, se caracteriza por Los métodos complementarios complemen-
una poliartritis con signos inflamatorios y ede- tan, de ningún modo suplen la clínica.
matosos en varias articulaciones, un cuadro peri-
tonítico benigno y un síndrome febril de aspecto Existen un cierto número de exámenes de la-
seudopalúdico, en crisis de hipertermia de escasa boratorio cuya investigación es obligada en to-
duración. Cada episodio morboso dura varias dos los pacientes que acuden a la consulta mé-
horas o pocos días, y aparece nuevamente a los dica, sobre todo, si es por vez primera. Un
7, 14, 21, 28 o cualquier múltiplo de 7 días des- hemograma completo, glucemia, perfiles lipídi-
pués de su acceso anterior. Puede durar décadas, co, renal y hepático, y un análisis básico de ori-
pero también puede ser motivo de muerte por na. Si el aspecto del paciente y la primera im-
colapso, nefrosis o amiloidosis. presión diagnóstica tras la anamnesis y la
10. Fiebre catamenial. Así se denomina la ele- exploración física orientan hacia determinada
vación térmica febricular que experimentan mu- patología, es preceptivo pedir los análisis espe-
chas mujeres algunos días antes de la menstrua- cíficos orientados a determinadas alteraciones.
ción y que suele cesar en cuanto aparece la Es absolutamente indefendible pedir una batería
menstruación o pasada ésta. Es signo de labilidad de análisis «para ver lo que encuentro» y de este
neurovegetativa en relación con actividad lesio- modo vrientar el diagnóstico; si no se tiene la
nal o de resorción de hormonas ováricas. más mínima orientación diagnóstica, se debe
11. Fiebre de origen indeterminado. Son fiebres reiniciar la anamnesis o consultar con otro cole-
persistentes no diagnosticadas. La mayoría de es- ga los datos recogidos en el interrogatorio y ex-
tos pacientes no sufren enfermedades raras, sino ploración; de este modo, es mucho más fácil pe-
manifestaciones atípicas de procesos corrientes, dir los análisis correctos evitando tener muchos
como infecciones con predominio de la tubercu- datos en la mano y no saber dónde y cómo co-
losis, neoplasias, colagenosis, etc. locarlos.
En los demás exámenes de laboratorio, el pa-
pel del médico se limita a interpretar los datos
Prueba terapéutica del analista.
(diagnóstico ex juvantibus) Se podría incluir en este capítulo una explica-
ción sobre las bases de los numerosos métodos
Ocasionalmente, puede ser de gran ayuda complementarios de diagnóstico (endoscopias,
para el clínico; la fiebre de origen infeccioso ecografías, TAC, etc.), pero hemos preferido ha-
cede con los antibióticos; la colagenótica y tu- cerlo de forma sucinta en algunos capítulos como
moral, a los corticoides y antiblásticos; la neuró- forma específica de exposición
)

Neumología

NW INTERROGATORIO lo que se relaciona con su pubertad más precoz y


rápido desarrollo corporal, junto con las vicisitu-
FILIACIÓN Y ANTECEDENTES des de la vida sexual. Los varones, sobre todo los
INDIVIDUALES que realizan trabajos mecánicos y están expues-
tos a los agentes climáticos o fuman en exceso,
Grupo étnico. Los sujetos que pertenecen a propenden a las bronconeumopatías agudas
la raza negra, así como los mulatos y mestizos, (5:1), neumoconiosis y neumotórax espontáneo
propenden más a la tuberculosis que los asiáti- (77,9 %). En lo referente a los carcinomas bron-
cos, y todos ellos más que los de raza blanca. copulmonares primitivos, la mayor incidencia re-
cae en los varones fumadores.
Edad. Se relacionaron ciertos procesos bron-
copulmonares, cuyo curso evolutivo guarda rela- Ocupación. Todos aquellos oficios en que
ción con la edad. Las neumopatías agudas suelen el obrero trabaja al aire libre y expuesto a los
darse en todo tiempo, señalándose la frecuencia agentes atmosféricos facilitan los procesos agu-
de las de tipo bronconeumónico en la infancia y dos de las vías respiratorias (rinitis, traqueobron-
vejez y la neumonía en la edad adulta. La edad quitis) y pulmón. La inhalación de gases nitrosos
de aparición de las primeras crisis de asma bron- y clóricos (industrias de nitrocelulosa, explosivos,
quial suele oscilar entre los 10-30 años. El carci- etcétera) causa neumonitis químicas gravísimas
noma broncopulmonar primitivo tiene su fre- y, al cabo de años, cáncer broncopulmonar pri-
cuencia máxima entre los 50 y 60 años. mitivo; y la de polvos de metales (níquel, berilio,
Por lo que se refiere a la tuberculosis, los lac vanadio, cromo, uranio, torio, etc.), fenómenos
tantes y los niños pequeños están especialmente de irritación bronquial aguda y lesiones cutáneas
amenazados, en tanto que los niños de edad pre- de tipo granulomatoso (en la beriliosis), que se
Fotocopiar sin autorización es un delito,

escolar y escolar ofrecen una resistencia acrecida; confunden con la sarcoidosis y cáncer bronquial.
en la pubertad, la incidencia tuberculosa aumen- La entrada continua de polvo en las vías respi-
ta bruscamente, porque a los factores externos ratorias motiva una fibrosis pulmonar linfoectási-
desfavorables del cambio de medio y a unos es- ca llamada «neumoconiosis» (término propuesto
fuerzos físicos e intelectuales mayores, se añaden por Zenker, 1867, de: pneumón, pulmón, konis, pol-
las influencias endógenas nocivas del crecimien- vo). Los polvos inhalados pueden ser inorgánicos
to. Después de los 25 años, la amenaza se atenúa y orgánicos. Las coniosis más importantes produ-
lentamente, para reaparecer en los últimos años cidas por los primeros son la silicosis (dióxido de
de la vida con la tuberculosis senil. sílice puro y libre), la asbestosis (silicato magnes,-
La edad media del cor pulmonale crónico es de co: amianto o asbesto), la talcosis (silicato magné-
S.A.

58 años. sico hidrolado: talco), la caolinosis (silicato de alú-


mina: caolín), la esquistosis (polvo de pizarra), la
O MASSON,

Sexo. En la juventud, enferman de tubercu- antracosis (polvo de carbón), la siderosis (soldado-


losis pulmonar más mujeres que hombres (2:1), res de metales ferrosos), la beriliosis (polvo de be-

63
64 Semiología médica y técnica exploratoria

rilio), la aluminosis (bauxita), la estannosis (esta- nas particularidades corporales que predisponen
ño), la baritosis (polvos de bario), etc. Entre las a ellas, ya por una modalidad peculiar de reac-
neumoconiosis por polvos orgánicos citaremos la ción a la infección. En lo que se refiere a la tuber-
bisinosis (debida al algodón), la tabacosis (polvo culosis pulmonar, cabe señalar la importancia de
de tabaco), la bagazosis (polvo de caña de azúcar), las influencias exógenas (hipoalimentación, ma-
la amilosis (harinas), la suberosis (corcho), la can- las condiciones de la vivienda, promiscuidad,
nabiosis (polvo de cañamo), etc. drogadicción, etc.).
El pulmón del granjero o trillador se observa Existen antecedentes familiares de cáncer
en agricultores en contacto con heno o paja al- broncopulmonar. Es válido el concepto de la
macenados húmedos. La inhalación de esporas «predecesión»; se trata de familias en las que se
de hongos termófilos se presenta bajo una forma observa una localización tumoral concreta, que
aguda (alveolitis hiperérgica) con frecuencia re- aparece en sucesivas generaciones en edades
versible o crónica, esclerógena, difícil de diferen- cada vez más precoces.
ciar de una broncopatía crónica. Lo propio ocurre En los asmáticos, es frecuente la incidencia
con la enfermedad de los silos, por inhalación de dentro de la familia de esta misma enfermedad u
bióxido de nitrógeno en silos recién llenados. otras de índole alérgica, como rinitis, traqueítis,
En el riesgo silicógeno cuentan la edad, facto- eccemas, colitis mucomembranosa.
res genéticos (diátesis queloidea); constitución
linfática y la eficacia del filtro nasal y linfático
pulmonar, este último alterado en las enfermeda- ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
des previas cardiopulmonares. O ENFERMEDADES ANTERIORES
Los médicos, enfermeras y personal subalter-
no que conviven con tuberculosos propenden a Valoraremos las sufridas en la infancia, ya que
contagiarse si no toman las medidas oportunas algunas de ellas (neumonía, bronconeumonía, tos
para evitar el contagio. ferina, etc.) dejan secuelas (bronquiectasias) o
predisponen a sufrir otras; así, las bronquitis de
Lugar de residencia, vivienda, alimenta- repetición figuran, con notable frecuencia, en los
ción, hábitos de vida. Los climas húmedos antecedentes de los enfermos enfisematosos y
(puertos de mar, vecindad de los ríos) no son cancerosos bronquiales.
convenientes a los bronquíticos crónicos, asmáti- Existe cierto número de enfermedades que fa-
cos, enfisematosos y tuberculosos. vorecen la aparición de la tuberculosis pulmonar
La polución del aire de los núcleos urbanos es (sintrópicas), tales como la diabetes, linfogranu-
nociva para las vías respiratorias, sobre todo en loma de Hodgkin, gripe, tos ferina, esquizofre-
las nieblas bajas (smog). Los irritantes carcinoge- nia, sarampión, SIDA, etc., y otras que presentan
néticos (hidrocarburos policíclicos y aromáticos, cierto rechazo (distrópicas), las adenitis supura-
benzopireno, etc.), a partir de calles y carreteras das tuberculosas curadas, las enfermedades alér-
asfaltadas, industrias, motores de combustión, gicas y reumáticas inflamatorias, ctc.
etcétera, explican la relación cáncer broncopul- Los pacientes con esclerodermia difusa gene-
monar y densidad urbana. ralizada pueden presentar alteraciones pulmona-
La hipoalimentación sostenida crea una espe- res características, bajo la forma de una fibrosis
cial labilidad para la tuberculosis. intersticial (pulmón de la esclerodermia), con un
El fumar en exceso es nocivo, irrita las vías aéreas síndrome grave de bloqueo alveolocapilar.
superiores, acarreando laringitis con edema uni o Es frecuente la relación entre asma bronquial
bilateral de las cuerdas vocales, así como bronquitis y parasitosis intestinal.
espástica con disnea y tendencia a infecciones res
piratorias. Existe una relación directa entre el hábito
de fumar y la frecuencia del cáncer de pulmón. COMIENZO Y EVOLUCIÓN
DE LA ENFERMEDAD ACTUAL
ANTECEDENTES FAMILIARES Existen una serie de síntomas que, aislados o
en grupo, orientan hacia un proceso respiratorio,
Destaca, en ocasiones, y de manera induda- como son el dolor torácico, disnea, cianosis, tos,
ble, la acumulación de ciertas neumopatías en expectoración, vómica, hemoptisis, fiebre, anore-
determinadas familias, ya sea por heredarse algu- xia, astenia, trastornos menstruales y dolores os-
Neumología 65

teoarticulares. En fase avanzada, puede observar- organización segmentaria. Se trata de un dolori-


se la llamada encefalopatía respiratoria, miento sordo (como el que se obtiene al pinzar el
vientre muscular entre dos dedos) sentido pro-
fundamente en el cuerpo, y difuso o escasamente
Dolor limitado. Cuando es intenso se acompaña de:

Es un síntoma muy valioso y valorado por los a) Dolor sordo difuso a la palpación profunda.
enfermos, quienes creen que mientras persiste, lo Que no debe ser interpretado como testigo del
hace también la enfermedad. En ocasiones, es asiento de la lesión.
tan específico en su forma de presentarse y cali- b) Sensibilidad cutánea refleja con discreta hipe-
dad subjetiva, que adquiere un máximo valor restesía. Sobre todo en las enfermedades viscera-
diagnóstico. les, dando lugar a las conocidas zonas de Head
Antes de entrar en materia y adelantando ideas, (fig. 2-1), de límites imprecisos.
vamos a ocuparnos del dolor somático en sus e) Trastomos viscerales. Así, el dolor torácico in-
tres tipos: tenso motiva una sensación de sofocación y cons-
tricción, y el abdominal, de náuseas, plenitud y
1. Local. Se circunscribe donde radica la cau- aun vómitos. No existen apenas trastornos moto-
sa y no se irradia, aumentando con la presión res ni verdadera atrofia, por cuanto los nervios se
directa y en los intentos de movilizar la parte da- limitan a transportar los impulsos dolorosos sin €s-
ñada. tar afectados por ningún proceso irritativo, como
2. Irradiado o transmitido. Es consecuencia de la hemos visto que ocurre en el dolor irradiado.
irritación de una rama o tronco nervioso, por pro-
cesos inflamatorios o tóxicos (neuritis) o compre- Las vías de la sensibilidad dolorosa de las pare-
sivos (tumores, hernia discal, etc.). Es vivo, en un des torácicas y pleura parietal pasan por las raí-
solo plano, en descargas (neurálgico) y se proyecta ces dorsales posteriores; la región superior del
a lo largo de la zona de inervación del nervio o cono torácico recibe fibras del plexo cervical. El
rama afectos (neuralgia segmentaria). pericardio depende del nervio frénico, y el dia-
3. Referido o reflejo". Es un dolor profundo, fragma, de éste y de los últimos nervios intercos-
que se proyecta a distancia de la zona estimula- tales (17-T12) en su tercio posterior. La sensibili-
da, siguiendo en esta proyección las leyes de la dad del árbol respiratorio es transmitida
esencialmente por los nervios vagos, así como
par los ramos comunicantes de las cadenas sim-
'El organismo, a pesar de su unidad, presenta un profundo páticas paravertebrales.
metamerismo, por lo que puede considerarse dividido en una
serie de segmentos, cada uno derivado de un par de somitas
embrionarias. Cada somita, al evolucionar, se diferencia en tres
El parénquima pulmonar, los bronquíolos y
porciones: la pleura visceral carecen de sensibilidad dolo-
1. Externa o dermatoma. Que dará lugar al corian dérmico,
rosa.
y del que tomará su inervación la piel procedente del ectoder-
mo. Muchos procesos patológicos que afectan la
2. Interna o miotoma. De la que proceden los músculos es- pleura o los pulmones no son dolorosos (neumo
Fotocopiar sin autorización es un delito.

queléticos.
3. Medial o esclerotoma. Origen de los huesos, cartílagos y o hidrotórax, tumores e incluso inflamaciones
otras estructuras del esqueleto. necrosantes con destrucciones extensas).
El dermatoma, el miotoma y el esclerotoma procedentes de Una lesión pulmonar es dolorosa:
un mismo somita reciben la inervación sensitiva de una misma
raíz nerviosa posterior procedente del correspondiente segmento
1. Sise extiende hasta la pleura parietal o dia-
neurológico. El miotoma recibe, además, una raíz IMOLUIa.
La distribución segmentaria de los dermatomas se observa fragmática.
mejor en el tórax y abdomen, donde se distribuyen en estre-
chas bandas circulares alrededor del tronco. No obstante, tam-
bién en los brazos, si éstos se mantienen horizontales, se ob-
serva que los dermatomas corren paralelos de dentro afuera, y Las vísceras no se desarrollan a partir de los somitas. No
lo mismo ocurre en las extremidades inferiores, aun cuando en obstante, su inervación sensitiva se hace, igualmente que en las
S.A.

éstas la distribución está enmascarada por la subsiguiente rota- estructuras somáticas, por fibras procedentes de las raíces pos-
ción que sufren durante el desarrollo embrionario, de tal mane- teriores, aunque le llegan a través de los ramos comunicantes
O MASSON,

ra que siguen un curso espital alrededor del miembro de arriba blancos simpáticos, por todo lo cual las visceras muestran tam-
abajo y de fuera adentro en la cara anterior, y de dentro afuera bién, a través de su inervación, una cierta distribución segmen-
en la cara posterior (fig. 2-2). > taria.
66 Semiología médica y técnica exploratoria

Estómago MTM] Apéndice EZZZA Rinón


EZ Hígado y vesícula biliar Corazón MU Uréter

Fig. 2-1. Localización del dolor visceral (zonas de Head).

2. Si alcanza la tráquea o grandes bronquios. por el nervio frénico) se produce dolor referido
3. En caso de espasmo vascular sobreañadi- en el cuello y hombro, y en la zona de distribu-
do, como en las embolias pulmonares. ción cutánea de los segmentos C3-C5. El tercio
4. A consecuencia de cambios en las relaciones posterior del diafragma, en relación con los últi-
de presión intrapulmonar e intrapleural, directa- mos nervios intercostales, proyecta su dolor so-
mente o por el desplazamiento concomitante de bre la pared en el límite toracoabdominal. En el
las estructuras torácicas. Tal ocurre en la esteno- síndrome diafragmático global, se asocian los dos
sis bronquial con acción valvular, en la atelecta- focos de proyección dolorosa.
sia masiva por obstrucción de un bronquio prin- El dolor que se acusa a nivel de tórax puede ser
cipal, en el neumotórax y en el derrame pleural de origen parietal (fractura u osteítis costal, peri-
copioso, etc. condritis, miositis, neuralgia intercostal, nódulos
miosíticos), proceder de vísceras contenidas en él
La estimulación de la pleura parietal sucle (tráquea, bronquios, mediastino, pericardio, cora-
producir dolor exactamente localizado sobre la zón) o ser irradiado o referido de órganos vecinos
zona irritada; pero, en ocasiones, no sucede así, y o distantes (vesícula biliar, páncreas, esófago, es-
aquél rebasa este límite alcanzando partes dis- tómago), lo que no debe olvidar el práctico, quien
tantes, cosa que es preciso conocer para evitar de inmediato frente al dolor, imagina toda la ana-
errores diagnósticos. Tal ocurre con ciertos pro- tomía visceral de la región (tabla 2-1).
cesos del vértice del pulmón que engloban los En el árbol traqueobronquial, los procesos agu-
nervios del plexo braquial, con dolores intensos dos se manifiestan por una sensación molesta de
en la parte anterior del tórax, espalda y brazos, sequedad, quemazón o escozor retrosternal, que
y en algunas neumonías en la infancia, que irri- empeora con la tos, inhalación de aire frío o va-
tan a través de los nervios intercostales, con loca- pores irritantes y deglución, aliviándose en am-
lización abdominal del dolor. Cuando se afecta la bientes húmedos y cálidos, y al aparecer la ex-
parte central de la pleura diafragmática (inervada pectoración.
Neumología 67

Tabla 2-1. Exposición tabular de las relaciones entre las zonas de hiperalgesia y los órganos internos

Corazón C3-C4 a T1-T8 = C3-C4 a T1-T5


Aorta descendente C3-C4 a T1-T3 = C3-C4 a T1-T3
y cayado aórtico
Aorta torácica — T4-17
Pleura = — T2-T12
Pulmones C3-C4 a T3-T9 — C3-C4
Esófago (15)-T8 T5-T6 (14) T5-T8
Estómago C3-CA4 a (16) T7-T8 T6-T8 (19) (15) T6-T9
Hígado y vías biliares C3-C4 a T7-T10 19-110 (15) T6-T9 (T10)
Páncreas — T8 T6-T9
Intestino 19-112
Intestino delgado T9-T10 T9-T11
Intestino grueso T11-T12 -
Colon transverso — - T9-T10
Colon descendente — — T11-T12
Recto S2-S4
Riñón y uréter T10-L1 (L2) T11 T10-L1
Anexos T9-L1 T12 11 —
Peritoneo — - 15-112

La pleuritis aguda motiva un dolor brusco, in- En el neumotórax espontáneo, es de carácter


tenso, en la región mamaria o submamaria del pleural, se irradia casi siempre al cuello y hom-
lado afecto, conocido como «punzada (o punta) bro del mismo lado, aunque puede referirse al
de costado», Aumenta, por distender la hoja pa- cuadrante inferior del abdomen o epigastrio;
rietal, al inspirar profundo, toser, estornudar; y oscila entre un carácter terebrante y una sensa-
disminuye al aparecer el derrame y en aquellas ción de pesadez. No hay relación entre el grado
maniobras (decúbito lateral sobre el hemitórax de colapso pulmonar y la intensidad del dolor;
enfermo, respiración abdominal) o artificios (fija- en cambio, sí influye la rapidez con que se pro-
ción del hemitórax enfermo mediante vendaje duce.
compresivo o fajín elástico) que inmovilizan la
parrilla costal. Si la pleuritis es interlobular, el do-
lor en capa o en faja acompaña el trayecto de las
cisuras pulmonares, partiendo generalmente de
la columna entre las apófisis espinosas de las vér-
tebras T3-T4 y terminando en la extremidad es-
ternal de la VI costilla. A la derecha, puede acom
pañar el recorrido de la cisura superior, siguiendo
entonces la IV costilla.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

La pleura mediastínica motiva molestias retros-


ternales irradiadas y dolores al cuello, no agrava-
dos por la tos ni la respiración.
En la pleuritis diafragmática, el dolor, muy agu-
do sobre todo al inspirar y toser, se experimenta
en el límite toracoabdominal, con irradiaciones, a
través del nervio frénico, al cuello y hombro
(segmentos cervicales 3-5).
Las plenritis residuales con adherencias son causa
de molestias sordas, gravativas y de localización
O MASSON, S.A.

fija. Aumentan a veces durante los movimientos


respiratorios amplios, en las inflamaciones, aun Fig. 2-2. Distribución radicular de los dermatomas
triviales, del tramo respiratorio y con los cambios (cuando en la figura aparece D, se refiere a T, como en
climáticos. el texto).
68 Semiología médica y técnica exploratoria

En la neumonía fibrinosa, el dolor suele tener la


agudeza y situación propias de la punzada (o
punta) de costado. Si aquélla es central, el dolor
es tardío, pues sólo aparece cuando al aumentar
el tamaño del foco se alcanza la pleura parietal.
En los niños, es posible que el dolor sea senti-
do en el hemiabdomen correspondiente, que in-
cluso aparece contraído (lo que se explica por la
dirección oblicua de los nervios intercostales),
con la posibilidad de desviar la atención sobre el
tórax y enfocarla hacia un padecimiento digesti-
vo. Cuando el proceso afecta al lóbulo superior o
medio derecho (fig. 2-3), el dolor suele localizar-
se en el cuadrante superior derecho del abdo-
men, y cuando afecta al lóbulo inferior, puede
asentar en la fosa ilíaca derecha.
El dolor de la atelectasia es parecido al de la
neumonía fibrosa; unas veces es agudísimo, otras
moderado. Este dolor se atribuye a la tracción
que el parénquima retraído ejerce sobre la pleura,
sin que llegue a superar la adherencia de las hojas
pleurales. En las inferiores, casi siempre muy do-
lorosas, representan un papel importante las trac-
ciones del músculo diafragmático y desviaciones
de los órganos mediastínicos. Fig. 2-3. Localizaciones abdominales del dolor en la
En el cáncer primitivo del pulmón, el dolor sigue neumonía.
en frecuencia a los síntomas tos y expectoración
y precede a la hemoptisis. El precoz es por ate-
lectasia de una vasta zona de parénquima pul- con sangre roja y fresca en los casos en que haya
monar, las más de las veces, un lóbulo. En la neo- infarto pulmonar, cosa que sólo ocurre en el
plasia central, el dolor es tardío y sólo aparece 50 % de los casos.
cuando al crecer, el tumor alcanza la pleura y pa- En los cardíacos (muchas veces se trata de
red costal y compromete los nervios intercosta- trombosis por la estasis), el dolor adquiere un ca-
les. La afectación del vértice del pulmón (tumor de rácter vago y suele faltar la expectoración he-
Pancoast) motiva dolores en el hombro y cara in- moptoica (30 %), siendo casi constantes la fiebre
terna del brazo, algias radiculares violentas, lan- y la disnea más o menos intensa, acompañada de
cinantes, a lo largo del plexo braquial, al que in- una sensación molesta de opresión torácica.
vade y, además, síntomas simpáticos, ya sean de En los procesos mediastínicos, el dolor es retros-
excitación («síndrome de Pourfour de Petit», con ternal o interescapular, con irradiaciones a dis-
midriasis, exoftalmia y aumento de la hendidura tancia. Es muy intenso en la mediastinitis aguda
palpebral) o de parálisis («síndrome de Bernard- (se acompaña de disfagia, tos, disnea y fiebre), y
Horner», con miosis, enoftalmía y disminución poco manifiesto en los tumores benignos, salvo
de la hendidura palpebral). si aumentan bruscamente de volumen al sangrar,
Las embolias pulmonares de tamaño mediano se infectan o malignizan. En la infiltración del
(el embolismo mínimo es poco aparente) se ma- mediastino superior (casi siempre por cáncer
nifiestan por dolor casi siempre intenso y brusco, bronquial), el dolor fijo y agudo se percibe en la
disnea progresiva que no se explica con los sig- parte anterosuperior del tórax, irradiándose hacia
nos físicos encontrados, aceleración del pulso y el cuello, la mandíbula y el oído, al toser, respirar
angustia con estado sincopal, tanto más llamati- profundamente o estornudar (fig. 2-4).
va cuanto que falta en los restantes estados agu- En los linfomas malignos (sobre todo hodgki-
dos pulmonares o pleurales, como si el enfermo nianos), la ingesta de alcohol, aun a dosis mode-
sintiera que su vida está seriamente amenazada. radas (basta un vaso de cerveza), puede ir segui-
Horas después se presentan fiebre de intensidad da a los pocos minutos de la aparición o del
variable y rebelde a los antibióticos y esputos aumento de molestias en las regiones retrosternal
Neumología 69

Este curioso fenómeno, descrito por Hoster


(1950), es un síntoma valioso y precoz.

Dolor torácico de origen musculosquelético


y nervioso
Es tan frecuente como poco valorado. Nos
ocuparemos, con cierto detalle, en sus causas
principales.

Neuralgia intercostal. La irritación de las


raíces dorsales posteriores o de los nervios inter-
costales es motivo de un dolor vivo, urente, su-
perficial, con exasperaciones pulsátiles a lo largo
del tronco afecto. Se agrava durante la noche y
aumenta en las respiraciones profundas y con el
esfuerzo. Hay hiperestesia cutánea y dolor ex-
quisito a la presión a nivel de unos puntos de
elección, en los cuales el nervio (o una de sus ra-
mas) se torna superficial y puede ser comprimido
contra un plano óseo subyacente (puntos de Va-
lleix); el vertebral o apofisario junto a la columna
vertebral, donde emerge el nervio del canal; el la-
Fig. 2-4, Irradiación del dolor mediastínico, teral, en la mitad del espacio intercostal, en el si-
tio en que la rama colateral perforante lateral se
irradia por los tegumentos, y el esternal, junto al
esternón, donde la rama perforante anterior atra-
e interescapular, con posibles irradiaciones al viesa la capa muscular (fig. 2-5).
cuello, la espalda o a lo largo de los brazos. Los
linfoganglios supraclaviculares, axilares e ingui- Ganglionitis posterior aguda. Conocida
nales, pueden hacerse también más sensibles. como herpes zoster (palabra griega, esta última,

M. recto ant.
abdom. Esternón
M. triangul. del esternón
Fotocopíiar sin autorización es un delito.

M. intercost. int.
M. transverso aba.

a M. oblicuo menor M. intercost. medio


[ M. oblicuo mayor M. intercost. externo HE
Peritoneo Pleura
M. espinal
R. posterior
R. anterior
S.A.

Línea auxiliar posterior


O MASSON,

Fig. 2-5. Los nervios intercostales en relación con las estructuras del abdomen (A) y con la del tórax (B).
70 Semiología médica y técnica exploratoria

que significa cinturón) o zona (expresión derivada La hinchazón local aparece rápidamente al
de la palabra latina cingulum, de igual significado), mismo tiempo que dolores circunscrilos, a veces
motiva dolores neurálgicos intensos acompaña- bastante intensos tras la tos. Se trata de una pro-
dos de una erupción sobre una base eritematosa minencia fusiforme bien visible con luz que lo
de pápulas, papulovesículas o vesículas, distribui- haga resaltar, prolongada varios centímetros, fir-
das a lo largo del nervio intercostal afecto, sin que me y muy sensible a la presión digital, sin colora-
llegue a rebasar la línea mediosternal. Casi siem- ción de la piel ni calor local. Predomina en la arti-
pre es unilateral. culación condrocostal, a veces en la articulación
condrosternal, y puede durar varias semanas O
Fracturas costales. Pueden ser traumáticas meses antes de retroceder lentamente. No existe,
o causadas por violencia muscular indirecta, habitualmente, ningún signo radiológico; el ex-
como en la tos o estornudo. El sitio habitual de tremo anterior de la costilla implicada puede
fractura es la unión de los tercios medio y ante- aparecer ensanchado, porótico o condensado. Es
rior de las costillas V a X. También se han señala- frecuente en las neumopatías crónicas tusígenas.
do fracturas de las primeras costillas, en la hipe- Nunca supura, lo que lo diferencia de las osteo-
rextensión súbita de los músculos de la cintura condritis costales sépticas.
escapular, y de las situadas bajas, en el embara-
zo, en que el desarrollo del útero somete al tórax Síndrome de Cyriax (u del noveno cartí-
a un esfuerzo constante. El dolor aparece a la lago costal). Producido por el deslizamiento o
presión en un punto limitado (o zona extensa si subluxación del extremo anterior del noveno car-
son varias las costillas afectas), con sensación de tílago costal, el cual se desplaza en dirección dor-
crepitación o desplazamiento (salvo en las fractu- sal y se coloca por detrás del octavo. Entre el ex-
ras en tallo verde); si se comprime el tórax en di- tremo puntiagudo y ligeramente incurvado hacia
ferentes planos, las molestias se notan siempre arriba del noveno cartílago y la cara posterior del
en el mismo sitio, contrariamente a lo que suce- octavo, queda pellizcado el octavo nervio inter-
de en una contusión simple; si se invita al pacien- costal, que pasa entre ambos.
te a levantar un peso, se percibe un dolor violen- Aunque con menor frecuencia, la subluxación
to en el punto de fractura (maniobra de Brandel). puede presentarse en el octavo cartílago, en el
La radiografía puede ser muda en las fracturas séptimo o en el décimo; el cartílago afecto se
en tallo verde sin desplazamiento, hasta que desplaza hacia atrás con respecto al cartílago si-
haya transcurrido tiempo suficiente para que el tuado por encima, quedando pinzado, entre am-
callo se calcifique, y entonces sólo nos puede bos, el nervio intercostal suprayacente al cartíla-
ayudar para el diagnóstico retrospectivo. go luxado. La afección puede aparecer indis-
tintamente en uno o en otro lado. La unión oste-
Neoplasias malignas primarias o metastá- ocondral de los extremos anteriores de los cartí-
sicas. Con relativa frecuencia, se observa dolor lagos nunca se afecta. Sean traumatismos direc-
parietal, por afectación de las costillas, esternón tos o indirectos, siendo más frecuente en deter-
o vértebras. El diagnóstico es difícil hasta que el minadas profesiones, como administrativo, cami-
foco es lo bastante grande para percibirse por llero, zapatero, carpintero, deportistas (tenis,
palpación, producir fracturas patológicas o verse golf), etc.
en las radiografías; asimismo, duelen los proce- El síntoma cardinal del síndrome es el dolor
sos inflamatorios agudos (tifóidicos, tubercu- que, de ordinario, se presenta en forma aguda, de
losos, sépticos, así como en las periostitis sifilíti- aparición súbita y se acompaña de impotencia
cas secundarias); las costillas y el esternón son, funcional completa. Se localiza en el extremo an-
junto al cráneo y la tibia, las localizaciones prefe- terior del cartílago costal luxado. En algún caso,
ridas, capaces de producir salientes seudoexostó- el dolor es tan agudo y violento, que se acompa-
ticos de evolución gomosa. ña de un cuadro de shock. En sus accesos, el dolor
puede irradiar al hombro y al brazo homolateral.
Síndrome de Tietze. Se caracteriza por En algunos pacientes, aparece con los caracteres
una tumefacción dolorosa de uno o varios cartí- del dolor de una crisis cardíaca o el de un neu-
lagos costales. Es frecuente en el adulto de edad motórax espontáneo. Con menor frecuencia, el
media. El segundo cartílago costal es el que se cuadro clínico se presenta como un dolor local
afecta con más frecuencia, y a veces el tercero O sordo, que sufre accesos de exacerbación que van
el cuarto. recidivando durante años.
Neumología 71

En ocasiones, el dolor es desencadenado por las costillas adyacentes, cartílagos costales y es-
una inspiración profunda seguida de una espira- ternón, y observar las respuestas del paciente.
ción violenta, como en el estornudo; en otros ca- A continuación, procediendo con suavidad, se
sos, se presenta a consecuencia de movimientos palpa el cartílago xifoides en su cara anterior y en
del tronco o de las extremidades superiores. So- sus bordes, pero haciendo la compresión con
bre todo, se exacerba cuando el paciente se incli- mucha menor intensidad que en la exploración
na hacia delante doblando el tronco, como si sa- de los elementos vecinos. Cuando existe el sín-
ludase. Por palpación, se halla un punto de dolor drome, puede delimitarse una zona de hiperalge-
electivo a la presión, que corresponde al extremo sia acusada sobre una porción del cartílago xifoi-
del noveno cartílago costal luxado. Si con los de- des y, más frecuentemente, a lo largo de un
dos se intenta desplazar este cartílago hacia arri- borde. En ocasiones, una vez retirada la compre-
ba, aproximándolo más al octavo, se despierta un sión digital, el dolor local y el reflejo persisten
dolor vivo, debido al pinzamiento de la parte an- desde algunos minutos a varias horas. Incluso se
terior del VIII nervio intercostal, en su trayecto da el caso de que algunos pacientes se nieguen a
entre los dos cartílagos. A veces, al efectuar esta ser explorados de nuevo, debido al mal recuerdo
maniobra, se obtiene una sensación de frote o de que les ha dejado la primera exploración; ellos
resalte. mismos se palpan el cartílago xifoides con gran
La radiografía es completamente negativa. No cuidado y aprensión.
aporta más ayuda al diagnóstico que la de excluir El comienzo y la desaparición del dolor no
otras posibles afecciones. son instantáneos. Su duración varía entre algunos
minutos a varias horas y presenta recidivas a in-
Xifoidinia o xifoidalgia. Consiste en la per- tervalos de minutos, horas o días. Lo más co-
cepción de dolor espontáneo o a la presión sobre rriente es que el dolor recidive varias veces du-
el cartílago xifoides. Se denomina también «sín- rante el día. Si no se somete a tratamiento, el
drome del xifoides hipersensible». Es de observa- cuadro puede persistir durante semanas o meses,
ción frecuente; suele incidir entre los 40-60 años. más raramente años; no obstante, es frecuente
El dolor xifoideo varía considerablemente en que, por sí sólo, tienda a involucionar. En algún
cuanto a localización, calidad, intensidad, dura- caso, después de muchos meses o años, puede
ción y agente desencadenante, pero incluso en un reaparecer.
mismo paciente puede mostrar, en el curso del Las causas desencadenantes suelen ser oscu-
tiempo, respuestas diferentes. Las más de las ve- ras, y varían de un enfermo a otro. Las que más a
ces, el sufrimiento se experimenta como una sen- menudo se observan son el agacharse para reco-
sación dolorosa profunda, situada inmediatamen- ger un objeto, doblarse hacia delante, levantar
te detrás del esternón, que puede irradiar al pesos, volverse de lado en la cama, andar (sobre
epigastrio, espalda, hombros, brazos o región pre- todo cuesta arriba), o la ingestión de una comida
cordial, Es frecuente después de cirugía cardíaca. abundante.
En cuanto a su tonalidad, el dolor tiene un ma- La xifoidalgia puede ser primaria (no se acom-
tiz especial; el paciente lo describe como un algia paña de otra enfermedad); postraumática, posla-
nauseosa, parecida a la que se experimenta, a ve- parotomía media supraumbilical, postesterno-
ces, tras un golpe en el plexo celíaco. Puede ser li- tomía media, esencial, y secundaria a procesos
Fotacopiar sin autorización es un delito.

gera o intensa, pero nunca llega a ser terebrante o digestivos, cardioangiopáticos y asmáticos.
en puñalada. Son muy frecuentes las algias reumáticas de
Cuando se presenta por la noche, es frecuente los cartílagos costales y condrosternales, así como
que impida el sueño, ya sea por su intensidad o las esteroclaviculares y manubriosternales en ca-
porque el matiz visceral provoca en el enfermo sos de artrosis; no rara vez coinciden con nódulos
miedo o aprensión, que son los que le impiden fibrosíticos y placas celulíticas, manifestación de
conciliar el sueño. inflamaciones tórpidas que afectan al tejido Ábro-
El hecho fundamental que permite afirmar la so que encapsula los nódulos de grasa.
existencia del síndrome es la reproducción o exa- En los capítulos correspondientes, nos ocupa-
cerbación de las molestias espontáneas, al efec- remos del dolor irradiado o referido a la pared
S.A.

tuar una presión digital ligera sobre el cartílago costal procedente de estructuras osteoarticulares
vecinas (columna cervical, hombro); de vísceras
O MASSON,

xifoides.
Antes de comprimir el xifoides, el que explora intratorácicas ajenas al aparato respiratorio (esó-
debe, sistemáticamente, comprimir con fuerza fago, pericardio, corazón y grandes vasos) o de
72 Semiología médica y técnica exploratoria

órganos abdominales (estómago, vesícula biliar, respiratoria (respiración superficial o corta) o de su


páncreas, etc.). aumento (polipnea).
La respiración superficial o corta (en los suje-
tos sanos se observa después de grandes esfuer-
Disnea zos O traumas emotivos) se señala en las insufi-
ciencias pulmonar y cardíaca. La diferenciación
Es un síntoma de observación frecuente en entre estas dos últimas es difícil, siempre y cuan-
clínica, por causas diversas. En lo que atañe al do no sean tomadas en consideración la anamne-
aparato respiratorio, es el más impresionante sis y las condiciones de su presentación. La dis-
desde el punto de vista subjetivo y el que más nea por enfermedad pulmonar se intensifica con
llama la atención objetivamente. la sobrecarga física, pero apenas por los cambios
La palabra disnea significa, etimológicamente, de posición. El enfermo puede dormir con una
«respiración difícil». En la disnea, aparte de este sola almohada; la de origen cardíaco acrece,
aspecto subjetivo (sed de aire) hay otro objetivo, como la anterior, con el ejercicio (disnea de esfuer-
evidenciado por anomalías en la amplitud, fre- zo), pero opuestamente a la motivada por una le-
cuencia y ritmo de los movimientos respiratorios. sión pulmonar, se intensifica con el decúbito (or-
En los sujetos en coma, el ansia de aire no topnea) y, a menudo, durante la noche una vez
puede ser percibida y sólo son las anomalías en conciliado el sueño. Clínicamente, en ambas la
la amplitud y ritmo de los movimientos torácicos espiración se encuentra alargada de manera idén-
los que traducen el trastorno respiratorio. tica, no siendo rara la demostración de estertores
El ejemplo más conspicuo es la «respiración secos (sibilancias). Es característico y casi exclusi-
acidótica de Kussmaul» con un llamativo contras- vo del fallo cardíaco, la presencia de estertores
te entre la rapidez y energía de las excursiones húmedos (crepitaciones) más o menos abundantes,
respiratorias y el aspecto tranquilo del sujeto, sin auscultables en una o ambas bases pulmonares.
signo subjetivo alguno de obstáculo al respirar. Como ejemplo de respiración rápida y amplia
La disnea, como el dolor, dependen, en gran (polipnea), citaremos la de Kussmaul, propia del
parte, de la sensibilidad general del individuo. coma diabético acidótico (no del hiperosmolar) y
Existen sujetos muy sensibles a la anoxia, en los urémico.
cuales una ligera alteración en el transporte del Algunas disneas presentan características pro-
oxígeno y del anhídrido carbónico, se sigue de pias que las definen, tal ocurre con la llamada «de
graves trastornos, en contraste con otros capaces esfuerzo», ausente en el reposo; la ortopnea, sólo
de una vida activa, casi normal, a pesar de un gra- patente en la posición horizontal; la trepopnea o
ve fallo en la función oxigenatriz; casos de este gé- intolerancia para un decúbito lateral (casi siem-
nero, aunque no frecuentes, son patrimonio de la pre el izquierdo), por la existencia de un derrame
experiencia de todo médico práctico. Una notable pleural contralateral o de una excesiva distopia
tolerancia frente a la hipercapnia y anoxia se seña- postural del corazón; las paroxísmicas (asma bron-
la en la llamada «encefalopatía respiratoria». quial o cardiógeno, edema agudo del pulmón);
La disnea se manifiesta por anomalías de los las periódicas, como la de Cheyne-Stokes (ciclop-
movimientos respiratorios en frecuencia, ampli nea) y de Biot (o meningítica), etc.
tud, ritmo y duración de las fases inspiratoria y La disnea psicógena es taquipneica (hasta 60 o
espiratoria. La dificultad respiratoria, en un pri- más respiraciones por minuto) y suspirosa o no;
mer tiempo, puede tener el aspecto de la llamada si persiste, da lugar a hiperventilación con des-
disfrenia, para convertirse más tarde en una dis- censo del CO, de la sangre y alcalosis secundaria
nea auténtica; el paciente tiene la impresión de con manifestaciones tetánicas, cardíacas (precor-
no poder acabar de respirar hasta el fondo y dialgias, taquicardia) y psíquicas (abatimiento,
de quedar tan sólo satisfecho cuando practica confusión mental), integrando el llamado «sín-
“una respiración consciente y activa. drome de hiperventilación»,
La disnea con respiración lenta (bradipnea) se
observa en la estenosis de las vías aéreas altas y en
el asma y enfisema obstructivo broncógenos; en el Disneas de causa respiratoria
primer caso, a expensas de la inspiración que se
alarga, y en el asma y enfisema, de la espiración. Ciñéndonos a las disneas cuya causa radica en
La taguipnea o respiración rápida suele ir las vías aéreas o en el pulmón (inútil decir que en
acompañada de la disminución de la amplitud la mayoría de los casos se suman varios de estos
Neumología 73

factores), podemos considerar una serie de sub- acostado sobre el lado afecto que en la posición
grupos según sean los factores etiopatogénicos de pie. Se observa en la tuberculosis bronquial
que intervengan: con retracción de los bronquios de un cierto cali-
bre, aunque se puede escuchar en todos los pro-
Estenosis de las vías respiratorias. La cesos estenóticos cuando la lesión es limitada o
causa de la disnea radica en un trastorno de la parcial y no difusa. La retención de secreciones a
ventilación pulmonar (disneas aerógenas). La di- nivel de la zona afecta produce remolinos aéreos
fícil llegada del aire a los alvéolos motiva en ellos en sentido ascendente. La gorguera desaparece
el descenso de la tensión parcial del O,, con au- después de uno o varios accesos de tos, para vol-
mento de la del CO,, causas a su vez de anoxe- ver a aparecer de nuevo en un intervalo más o
mia e hipercapnia con insuficiente aporte de oxí- menos largo, según la intensidad y rapidez en la
geno a los tejidos para sus procesos oxidativos formación de secreciones.
(hipoxia o anoxia). El wheezing es un término anglosajón, algo pa-
En ciertos procesos nasofaríngeos infantiles recido a la gorguera, pero de tono no tan alto,
(pólipo nasal gigante, hipertrofia adenoidea [las más sibilante, en relación con estenosis más am-
vegetaciones presionan sobre el velo del paladar plias y, sobre todo, en bronquios de calibre me-
bloqueando la entrada de aire], amígdalas hiper- nor. También desaparece con los accesos de tos,
tróficas, etc.), se produce un estridor (ruido áspe- haciéndose de nuevo audible con la nueva acu-
ro y audible a distancia) que puede ser inspirato- mulación de secreciones.
rio, espiratorio o de ambos tiempos. La dificultad 3. Tos. Es tanto más intensa cuanto más alta
inspiratoria es grande (el niño respira con la boca es la estenosis. Adquiere un tono perruno cuan-
abierta y la cabeza extendida hacia atrás) y la hi- do se origina en bronquios gruesos, y metálico
poxia e hipercapnia profundas pueden conducir cuando el obstáculo es traqueal. Es persistente e
al coma. La hipertensión pulmonar secundaria a incluso paroxísmica, muy grave, en caso de cuer-
la mala oxigenación sobrecarga al corazón dere- pos extraños, sobre todo de origen vegetal.
cho que puede claudicar. 4. Expectoración. Es un signo directo de la es-
Si la causa radica en la laringe (lesiones infla- tenosis, que interrumpe el mecanismo normal de
matorias [laringitis en todas sus variedades y drenaje. Su tipo depende de los distintos proce-
etiológicas], tumores, espasmos [en el curso de sos que originan la estenosis y la retención su-
una tetania mientras el niño llora], etc.), existen bestenótica.
trastornos en la fonación, estridor doble y gran 5. Dolor. Los cuerpos extraños producen mo-
dificultad respiratoria. lestias retrosternales parecidas a la dificultad que
La cabeza extendida facilita la visión del as- ocasiona un cuerpo extraño en el esófago. Puede
censo y descenso de la laringe al compás de la ser intenso, por la atelectasia secundaria o por la
respiración. La presión intratorácica inspiratoria compresión que sobre los vasos y nervios pue-
negativa no es compensada con rapidez suficien- den ejercer las masas tumorales en crecimiento.
te, por lo que se produce una succión con depre-
sión de las partes blandas a nivel de las fosas yu- La oclusión total de un bronquio lobular o me-
gular, supra e infraclaviculares, espacios inter- nor se compensa con los territorios pulmonares no
costales y hueco epigástrico (tiraje). Puede produ- afectos, pero si la supresión de la ventilación es
Fotocopiar sin autorización es un delito.

cirse tos y aleteo nasal con cianosis. muy intensa (atelectasia masiva por oclusión de
un tronco bronquial), la reducción del campo
En las lesiones traqueobroncotronculares, se ob- de hematosis produce insuficiencia respiratoria, y
serva: dado que además persiste la circulación por el te-
1. Disnea inspiratoria. Salvo en las distonías rritorio no ventilado, la sangre no se oxigena, y
de tipo hipotónico («síndrome de Lemoine-Her- por consiguiente llega a las venas pulmonares con
zog-Nissen» y de traqueo-bronquiomegalia) en composición de sangre venosa y en éstas se mez-
que es espiratoria y a veces con crisis de sofoca- cla con la sangre arterializada que proviene de los
ción, y con tiraje torácico parcial o total. territorios pulmonares aireados (cortocircuito).
2. Respiración ruidosa. Que puede ir del «ja- Esto da lugar a una «mezcla venosa» en la sangre
S.A.

deo» inspiratorio, a veces ruidosísimo, a los fenó- arterial, con saturación oxihemoglobínica baja,
menos de «gorguera» y wheezing. aumento de CO, y posible cianosis.
O MASSON,

La gorguera es un estertor oral generalmente En la obstrucción de los bronquios terminales


grave en su tono. Es más audible con el enfermo y bronquíolos (asma, bronquiolitis, etc.), la dis-
74 Semiología médica y técnica exploratoria

nea es espiratoria y de ritmo lento a expensas de bulos del pulmón e irregular distribución de los
la espiración alargada, la cual se acompaña de si- volúmenes respiratorios); el tórax rígido (por pa-
bilancias, a veces audibles a distancia. A ello se quipleuritis), la obesidad, elevación del diafrag-
añade tos quintosa, que aumenta la disnea, y ex- ma y todos los procesos que motivan dolor torá-
pectoración viscosa escasa y adherente, que se cico, ya sean por lesión parietal (fractura costal,
torna más fácil y fluida al terminar la crisis dis- neuralgia intercostal, etc.) pleural (pleuritis, neu-
neica asmática. motórax) o pulmonar (infarto, neumonía, etc.).

Reducción de la superficie alveolar. Hay


un trastorno de ventilación, pues el aire no llega Cianosis
hasta los alvéolos por hallarse éstos ocupados
(neumonía, tuberculosis), o colapsados (derrame Sólo nos ocuparemos, en este lugar, de la cia-
pleural, neumotórax). La frecuencia de la respira- nosis pulmonar, la cual es centrógena, y debida a
ción y la cianosis guardan relación con la ampli- una o varias de estas causas:
tud de los territorios no ventilados, con la persis-
tencia o no de la circulación (cortocircuito) y con l. Bloqueo alveolocapilar. Como en las fibrosis
la agudeza del síndrome. El edema pulmonar pulmonares difusas.
agudo difuso se acompaña de un grave cuadro de 2. Disminución de la tensión del O, alveolar.
insuficiencia respiratoria global aguda. Como en el asma, enfisema, atelectasia, procesos
infiltrativos extensos.
Disminución o pérdida de la elasticidad 3. Cuando existe un territorio pulmonar sin ven-
pulmonar”. Ls mixta con predominio espirato- tilación y, en cambio, persiste la circulación. La sangre
rio, no ortopneica, mejorando en posición clinos- que pasa por dicho territorio no se oxigena y se
tática, por la elevación del diafragma y disminu- mezcla, en las venas pulmonares, con la sangre
ción del volumen residual. Es de esfuerzo, casi oxigenada procedente de las regiones pulmona-
nunca de reposo. El enfermo duerme sin ninguna res sanas, bien aireadas, produciendo lo que se
molestia con una sola almohada; su suplicio co- llama «mezcla venosa por cortocircuito vascular».
mienza al levantarse y realizar esfuerzos, tan le- 4. Por conservarse la irrigación de alvéolos mal
ves, como el de ponerse los pantalones o calzarse ventilados. En este caso, existe aire alveolar que
los zapatos. En los casos graves, sobre todo en el no puede ser útil para la hematosis, por no estar
momento de la agudización de la participación en contacto con la sangre capilar.
bronquial, casi no puede dar un paso.
En los dos primeros casos, con la inhalación
Trastornos de la permeabilidad. El blo- de oxígeno puro, la cianosis disminuye o cesa, lo
queo alveolocapilar disminuye el tiempo de con- que no ocurre en los dos últimos.
tacto entre el aire alveolar y la sangre capilar,
como se señala en la fibrosis pulmonar difusa. La
disnea es, primero, de esfuerzo, más tarde apare- Tos
ce incluso en reposo, se acompaña de cianosis.
La tos es un signo inespecífico que aparece en
Anomalías de la caja torácica. Citaremos casi todas las afecciones del aparato respiratorio.
la cifoscoliosis (por desigual movilidad de los ló- Se trata de un reflejo defensivo que tiende a este-
reotiparse por facilitación y causas psíquicas.
La tos consiste en una espiración forzada con
la glotis cerrada al principio, que después, cuan-
“En el proceso obstructivo, intervienen varios mecanismos:
do se ha alcanzado cierto grado de presión, se
1. Espasmo bronquiolar difuso. Produce aumento del volu- abre, expulsándose el aire a gran velocidad y pro-
men residual con el que debe diluirse el aire inspirado. Altera-
ción del O, y CO, del aire alveolar y de su gradiente de tensión
duciendo el ruido característico.
con la sangre capilar. Todo el complejo mecanismo de la tos está
2. Disminución de la superficie de contacto alveolocapilar. Pot regulado por su centro, llamado «centro tusíge-
destrucción y rotura de tabiques, y formación de ampollas y no», situado cerca del respiratorio en el bulbo ra-
quistes.
3. Hipertensión en la circulación menor. Por hipoventilación
quídeo, el cual recibe estímulos del cerebro (tos
alveolar («reflejo de Euler»), que repercute sobre el corazón de- voluntaria) y de determinadas zonas (zonas tusí-
recho, el cual, a la larga, claudica. genas) radicadas, casi en su totalidad, en el apara-
Neumologia 75

Vía centrifuga

N. laríngeo inferior

sr
0
041%
= 0.)

Fig. 2-6. Punto de partida y vías centrípeta y centrifugas del reflejo tusigeno.

to respiratorio, sobre todo en la pared posterior encontrándose la glotis cerrada, sólo se logra un
de la laringe (región interaritenoidea), en la mitad aumento considerable de la presión intratorácica;
inferior de las cuerdas vocales y de la tráquea (ca- acto seguido, se abre la glotis y se eleva el velo
rina y bronquios); en cambio, la excitación del del paladar, con lo que se cierra la comunicación
parénquima pulmonar no produce tos, lo que ex- con las fosas nasales y el aire es expulsado, en-
plica la existencia silenciosa de cavernas, quistes tonces, con violencia y con una velocidad de
e incluso abscesos. 100 m/s (en vez de los 2,5 m/seg en la espiración
Las sinusitis, vegetaciones adenoideas y amig- normal), arrastrando los cuerpos extraños que
dalofaringitis crónicas son, asimismo, causas de encuentra en su camino.
toses rebeldes. Cabe señalar que la función defensiva de la
Existe una variedad de tos llamada refleja o tos se encuentra favorecida por la secreción de
simpática, cuyo estímulo parte de un órgano leja- moco; por el movimiento incesante, día y noche,
no. No es muy frecuente, pues en el 90 % de los de los cilios vibrátiles (empujan las partículas a
Fotocopiar sin autorización es un delito.

casos se debe a una excitación de las vías respira- una velocidad de 0,25 a 1 cm/min) y por las con-
torias y siempre es seca, pues por estar los bron- tracciones de los músculos bronquiales.
quios sanos no hay motivo de hipersecreción
bronquial (fig. 2-6). Tipos de tos. Los principales son:
Los estímulos procedentes del centro tusígeno
alcanzan la glotis (nervio laríngeo inferior), los 1. Tos seca. Característica de la bronquitis
músculos torácicos (intercostales, diafragma, dor- catarral simple y pleuritis. Rara vez es neurógena
sal largo) y rectos del abdomen (nervios frénico y o refleja (auditiva, ovárica, hepática, etc.). Es una
raquídeos). tos clara, a oponer a la tos perruna ronca, áspera,
La tos se inicia con un movimiento de inspira- oscura.
S.A.

ción previa (no indispensable), seguido del cierre 2.. Tos crasa o húmeda. De timbre grave y
O MASSON,

inmediato de la glotis; a continuación, se produ- burbujosa, que se convierte en productiva cuan-


ce un movimiento espiratorio brusco que tiende do hay expectoración. Mientras el esputo de ori-
a expulsar el aire de las vías respiratorias, pero gen infraglótico es proyectado con fuerza por la
76 Semiología médica y técnica exploratoria

corriente espiratoria de aire de la tos hasta la fa- endobronquial (+ 500 veces superior a la normal)
ringe, donde aparece de forma brusca, y desde explica la presencia de neumotórax espontáneo por
donde se elimina al escupir; el esputo laríngeo, es rotura alveolopleural y de bronquiectasias, enfi-
decir, la secreción que se origina en el espacio sema y quistes aeríferos en los tosedores habi-
glótico o por encima de él, pero siempre en la en- tuales.
dolaringe, precisa la ayuda del «carraspeo» para Al aumento súbito de las tensiones arterial,
ser eliminado una vez terminada la crisis de tos. venosa y del líquido cefalorraquídeo se atribuyen
Si no hay carraspeo, las secreciones laríngeas pa- la cefalea tusígena, de aparición brusca y breve du-
san directamente del espacio interaritenoideo a ración; el síncope por la tos, sólo se produce des-
la boca esofágica y son deglutidas. pués de repetidos y violentos golpes de tos no in-
3. Tos apagada. Débil, de anciano, por pare- terrumpidos por una inspiración, y la epilepsia
sia de la musculatura respiratoria. tusigena.
4. Tos acoplada. Propia de la tos ferina, salvo:
Origen de las crisis tusígenas. Atendien-
a) Enlos primeros días del período catarral. do a los caracteres de la tos, es posible precisar,
b) Enlas formas muy leves. hasta cierto punto, dónde radica el estímulo que
c) En las atípicas de los lactantes, sobre todo. la motiva.
Cada acceso (quinta, ataque o paroxismo) se Las sinusitis, vegetaciones adenoideas y amigdalo-
ofrece con dos aspectos característicos muy nota- faringitis crónicas son motivo de tos seca, especial-
bles: mente en decúbito, al drenar las secreciones ha-
cia las vías respiratorias.
— En forma de series de golpes de tos; dos, En la laringitis aguda simple, se oye una toseci-
tres o más; reiterada, inmediatamente una tras lla seca, continua, cuyo sonido se parece a la arti-
otra; con un intervalo muy breve entre ellas, de culación de la sílaba «hem». En fase más avanza-
ordinario sólo algunos segundos; es decir, en for- da, la tos es «áfona». Si el timbre aumenta un
ma de repris. poco de intensidad se obtiene la tos «velada»,
— Dato aún de mayor valor que el anterior En las laringitis agudas estenosantes, semeja el
es que está constituida cada reprís por varios croar de las ranas (de ahí el nombre de crup dado
golpes de tos seguidos (cuatro, cinco o más), sin por Home, en 1765, a las diftéricas) o el ladrido
inspiración entre ellos, acoplados, en stacatto de un perro (tos «perruna»).
(«chec, chec, chec»). Al final, se añade una inspira- La tos bitonal se encuentra en la primera infan-
ción prolongada con «estridor laríngeo» (gallo o cia, cuando existen adenopatías que comprimen
hipido) muy característico. Por «ferinoide» que la tráquea, y en los adultos por aneurisma del ca-
sea una tos (gripe, adenopatías traqueobron- yado aórtico o tumores mediastínicos con paráli-
quiales, bronquitis asmatiforme), nunca presen- sis del recurrente. Se trata de una tos chillona,
ta los caracteres antes descritos, sobre todo el seca, que puede o no presentarse por accesos y
acoplamiento. que resulta de la superposición de dos ruidos
producidos al mismo tiempo. Uno grave, velado,
5. Tos emetizante. Se atribuye a la estimula- y el otro agudo. Al escuchar esta tos parece que
ción directa de los esputos sobre la mucosa farín- el paciente tiene dos laringes.
gea, o al alcanzar el estímulo tusígeno el centro En la tos ferina, es característica la «tos acopla-
bulbar del vómito. da» recién descrita; este carácter, exclusivo, sirve
6. Tos contenida. Dolorosa, seca, muy breve para su diferenciación de las toses «ferinoides» de
y superficial a causa del dolor; propia de la irrita- otro origen (adenopatías hiliares, gripe, bronqui-
ción pleural. tis asmatiforme).
En la traqueobronquitis, la tos es, al comienzo,
Efectos secundarios a los accesos de tos. entrecortada, seca y paroxismal, más tarde ad-
La tos puede ser causa de trastornos. Graves fue quiere el timbre grave y burbujoso de la tos crasa
el primero en señalar la posibilidad de fracturas o húmeda, que se convierte en productiva cuan-
costales sin necesidad de invocar un aumento de do comienza la expectoración.
la fragilidad ósea. Suelen ser únicas (sitio habi- En las broncorreas, la tos es un signo muy im-
tual, las costillas medias a nivel de la línea axilar portante, pero está lejos de ser proporcional a la
posterior); más raramente múltiples o acompaña- cantidad de secreción. Suele haber una tos alta,
das de fracturas del esternón. La intensa presión tos «de garganta», debida a la acumulación de
Neumología 77

mucosidades, más acentuada por la mañana al do asegurar que tiene un valor parejo al de la
hacer lo que se ha dado en llamar la «toilette bron- biopsia pulmonar.
quial». La presencia de esputos supone siempre algún
En el cáncer broncógeno, la tos es el síntoma ini- proceso anormal en el sistema broncopulmonar.
cial más frecuente (40,5-57 %). Al principio, es La secreción bronquial habitual (< 100 ml/24 h)
seca, y a medida que el tumor progresa adquiere no motiva expectoración alguna, al ser deglutida
sonoridad metálica («broncínea») y se asocia con de manera inconsciente. Es transportada por el
disnea y expectoración hemática. batido ciliar, cuando se halla tapizando la pared
En las fístulas esofagotraqueobronquiales (la ma- bronquial, en forma de película y proyectada ha-
yoría tumorales malignas, abarcando tráquea O cia el exterior por un golpe de tos cuando está
bronquio izquierdo), la ingesta de alimentos sóli- formando acumulaciones.
dos o líquidos motiva accesos de tos con expul- El esputo es un espejo de los fenómenos biológicos
sión de partículas alimentarias, sangre o moco. Si que se realizan en el interior del bronquio. La
la comunicación es muy pequeña, sólo los líqui- bacteriología del esputo muestra el agente infec-
dos determinan tos, ya que los sólidos no pasan cioso agresor; su bioquímica refleja cómo se rea-
por el orificio. liza la defensa orgánica y cómo están desarro-
Por sí mismo, el parénquima pulmonar es aje- llándose los fenómenos alternativo y exudativo
no al reflejo que nos ocupa. Esto explica la exis- de la inflamación; su estudio fisicoquímico nos
tencia silenciosa de cavernas, quistes e incluso da la clave del porqué de su viscosidad y de su
abscesos con líquido. La tos se despierta si la se- mayor o menor facilidad para expulsarlo.
creción pasa al árbol bronquial o si existe una
sensibilidad anormal de la mucosa bronquial
afecta de un proceso flogótico. Obtención del esputo
Conocida es la «tosecilla» que de una manera
tan pertinaz, como molesta, presentan precoz- El esputo debe ser recogido en un recipiente
mente los enfermos tuberculosos. Con frecuen- estéril. Se aprovechan las primeras horas de la
cia, el tuberculoso sólo tose por la mañana (toilet- mañana. El examen se realiza lo antes posible. Si
te de su cavidad). La tos vespertina suele su obtención es difícil por ser escaso y viscoso,
coincidir con la elevación de la fiebre, por lo que se acude a varias técnicas:
pudiera pensarse en una mejor irrigación de las
lesiones tuberculosas como causa productora. La 1. Rápidas percusiones torácicas (clapping), que
tos fundamentalmente nocturna aparece, a Veces, se efectúan con el borde cubical de una mano so-
en los tuberculosos con manifestaciones circula- bre el dorso de la otra aplicada plana sobre la es-
torias o con insuficiencia nasal, por lo que se ven palda.
obligados a respirar el aire frío por la boca. La tos 2. Presionar simultáneamente con ambas
posprandial aparece durante las comidas y a cau- manos opuestas el tórax durante la espiración.
sa de la sumación de estímulos al paso del bolo 3. Drenaje postural aprovechando la acción
alimenticio por el esófago. Si no termina hasta de la gravedad.
haber provocado el vómito, hablamos de «tos
emetizante» (mortonismo), ya descrita. a) El de los lóbulos superiores se obtiene con
es un delito.

En la pleuritis de la gran cavidad, la tos es seca, la posición semisentada y la rotación sobre un


dolorosa y modificable por los cambios de posi- flanco, de modo que el lóbulo a drenar se en-
ción. Si se trata de la pleura diafragmática, es ade- cuentre más alto que la bifurcación de la tráquea.
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más breve, incompleta, tímida, en virtud de que b) El drenaje de los lóbulos inferiores se obtie-
el diafragma no puede contraerse con energía. ne con el enfermo extendido sobre la cama, con
la cabeza más baja que los pies.

Expectoración Las sesiones de drenaje postural, deben ha-


cerse antes de las comidas, porque después
Se denomina expectorar al acto de arrancar y pueden provocar regurgitaciones y vómito.
S.A.

arrojar por la boca las flemas y secreciones que


se depositan en la laringe, tráquea y bronquios. 4. Sondaje gástrico. En determinados casos, se
O MASSON,

El producto obtenido se llama esputo, cuyo exa- acude a la «escupidera natural» representada por
men tiene gran valor clinicodiagnóstico, pudien- el estómago; el producto obtenido por medio del
78 Semiología médica y técnica exploratoria

sondaje gástrico se centrifuga y examina. Esta líquidos (edema agudo de pulmón, bronquitis pi-
técnica es aconsejable para la investigación del tuitosa, etc.). Los llamados esputos «numulares»
bacilo de Koch. son planos, purulentos, redondeados y de bordes
recortados e individuales entre sí, gracias a la cu-
Para el diagnóstico de carcinoma bronquial, es bierta de moco que los rodea y aísla. Deben re-
corriente el estudio citológico de las secreciones cogerse en un recipiente seco, pues muchos es-
obtenidas por aspiración, a través del broncosco- putos proyectados en uno con agua, adquieren
pio, del bronquio correspondiente a la región un aspecto parecido a los verdaderos numulares.
sospechosa de hallarse afectada. Significan la presencia de una cavidad pulmonar,
El empleo por la vía oral o aerosol de sustan- y resultan de que la secreción se rodea de moco
cias broncodilatadoras, mucolíticas o suero fisio- al pasar por el árbol bronquial.
lógico caliente favorecen la eliminación de un es- 2. Viscosidad. Guarda relación con la fase fi-
puto tenaz. brorreticular tridimensional del esputo con fibras
mucoproteínicas, mucopolisacarídicas neutras y
ácidas oxirribonucleicas; estas últimas, sólo pre
Examen de los esputos sentes en condiciones inflamatorias. Se estima de
manera grosera, levantando el esputo con una
Comienza en sus caracteres físicos y entre ellos pinza; los muy viscosos caen aplomados a la ma-
por su cantidad. Puede ser muy escasa (en algunos nera de una masa homogénea y pesada y se ad-
asmáticos, se obtiene tras grandes esfuerzos un hieren al recipiente tembleteando como la gelati-
esputo pequeño, denso, consistente y perlado, o na; los esputos purulentos, sin consistencia ni
unos filamentos de igual constitución) O muy viscosidad, se aplanan.
abundante (> 400/500 mi por 24 h), en este caso 3. Olor. Falta en los esputos recién obtenidos;
hablamos de broncorrea. La expulsión brusca o más tarde lo adquieren a causa de gérmenes que
masiva de gran cantidad de pus o líquido acom- obran sobre su material proteico. Es fétido, cada-
pañada de violentos golpes de tos se llama vómica: vérico, y perceptible a distancia en la gangrena
del pulmón, y como queso envejecido en esputos
1. Color. Puede variar desde un moco incolo- que proceden de bronquiectasias infectadas o de
ro y translúcido, hasta una masa purulenta opaca. vómicas, consecutivas a pleuresías purulentas. En
Es blanco o ligeramente amarillo en las bronqui- las bronquiectasias no complicadas, recuerda al
tis agudas o en la tuberculosis incipiente; amarillo del yeso mojado. En los casos de quiste hidatídico
verdoso en la bronquitis crónica, abscesos pul- no supurado, abierto en los bronquios, se percibe
monares o tuberculosis avanzada; francamente un olor como el de la compota de ciruelas.
verde en las ictericias, en la neumonía caseosa O 4. Sabor. Es apreciado por el enfermo. El espu-
en los padecimientos sangrantes, a los pocos días to del catarro bronquial simple y del quiste hidatí-
del accidente hemorrágico; ceniciento en los abs- dico no supurado es salado, y de sabor amargo en
cesos de pulmón; de polvo de ladrillo, en la neu- los procesos hepáticos fistulizados a bronquio.
monía por bacilos de Friedlánder, etc. La presen- 5. Aire incluido en los esputos. Si es abundante,
cia de sangre conferirá al esputo, según su señala que éste es poco consistente y que proce-
cantidad, toda una gama de colores, como el rojo de de bronquios finos, habiendo recorrido un lar-
rutilante (incluso con pequeños coágulos), en ple- go trecho impulsado por el aire.
na hemoptisis; rojo como jalea de ciruelas, en al
gunos tumores bronquiales; rojo claro (en un me-
dio espumoso), en el edema agudo del pulmón; Examen macroscópico del esputo
como herrumbre, en la neumonía fibrinosa e in-
farto pulmonar; achocolatado, cuando un absceso Examinando el esputo en una cápsula de Petri,
amebiano hepático se abre en un bronquio. haciéndolo deslizar en capa delgada y colocando
La infección por Serratia marcescens produce alternativamente el recipiente sobre un fondo
esputos rosados seudohemáticos con una tonali- blanco o negro con luz diurna, podremos apre-
dad que se intensifica a las 24-48 h. ciar:
La forma depende de sus componentes princi-
pales, el moco y el pus. El esputo mucoso es glo- 1. Moldes bronquiales. Se observan en las
boso (esputo perlado) y el purulento plano, sin in- bronquitis fibrinosas (o plásticas), sintomáticas
dividualidad, como también ocurre con los muy (sarampión, tuberculosis, espiroquetósicas O
Neumología 79

idiopáticas). Se presentan como moldes ramifi- 8. Quiste hidatídico. En los casos de quistes
cados, de color blancorrosado o ambarino y con- hidatídicos abiertos a bronquio, pueden expul-
sistentes, resbalando al intentar aplastarlos. sarse vesículas enteras o rotas (como pieles de
También pueden observarse en los trastornos uva) y aun pedazos de membrana o la membrana
del aparato circulatorio (cardiopatías, después de entera, «como un calamar», en medio de un líqui-
la extracción de grandes trasudados y exudados do fluido, y de sabor salado.
pleurales, tras grandes pérdidas hemáticas) y por 9. Restos alimenticios groseros. Pueden proce-
diversas causas físicas y químicas, como inhala- der del estómago, si al expectorar se producen
ción de veratrina, amoníaco, gasolina, colas, pe- arcadas, o de restos adheridos a los dientes o en
gamentos, humos calientes, aspiración de sus- la cavidad bucofaríngea o del esófago a través de
tancias cáusticas, así como tras la ingesta de una fístula esofagotraqueal. Pueden ser conside-
yoduro potásico. rados elementos patológicos en una observación
Los moldes bronquiales tras la hemoptisis, descuidada.
constituidos por sangre coagulada, son fáciles de
distinguir.
2. Tapones o trambos de Dittrich. Se presentan Examen microscópico del esputo
como pequeñas masas de 7-10 mm, de color
amarillento y olor nauseabundo. Al microscopio, El examen microscópico, primero sobre mate-
se observan cristales de ácidos grasos (agujas) rial fresco y luego en la preparación teñida, ilus-
que rodean un núcleo central formado por célu- tra sobre elementos difíciles de etiquetar a sim-
las epiteliales. Se hallan en la gangrena y absce- ple vista. Podemos observar:
sos de pulmón, bronquitis fétida y rara vez en la
tuberculosis. 1. Fibras elásticas y cristales:
3. Granos riciformes (o lentes). Son formacio-
nes parecidas a las anteriores. Se diferencian por a) Fibras elásticas. Aparecen como fibrillas in-
su forma achatada o biconvexa e inodora. Están coloras o ligeramente amarillas, mostrando un
constituidos por fibras elásticas entremezcladas y doble contorno. Su forma es ondulada, con ex-
son ricos en bacilos de Koch. tremos incurvados. Significan que existe un pro-
4. Espirales de Curschmann. Son una especie ceso destructor (absceso, gangrena, tuberculosis),
de vainas o tubos retorcidos en espiral con los que necrosa el pulmón y destruye su estructura,
extremos deshilachados, transparentes, con pe- disgregando su armazón alveolar constituido,
queñas burbujas de aire en su interior (o sin fundamentalmente por las fibras elásticas que
ellas), de coloraciones grisáceas o amarillentas y aparecen en los esputos.
de una longitud que alcanza o rebasa los 2 cm, b) Cristales. Entre las diferentes variedades,
en contraste con su anchura de pocos milímetros. citaremos los de:
Al microscopio, con débil aumento, se observa
un filamento central claro u oscuro (según el foco — Charcot-Leyden. Como octaedros alarga-
con que es examinado) rodeado por otros arrolla- dos, y derivados de las granulaciones proceden-
dos, que lo envuelven siguiendo su eje. Á gran tes de los leucocitos polinucleares que abundan
aumento, resaltan elementos celulares (células en el esputo de los asmáticos.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

eosinófilas y cristales de Charcot-Leyden) sobre — Hematoidina. Pequeñas tableras rómbicas


todo en las espirales de color amarillento, que y cortas agujas de color ladrillo.
son precisamente las vías más viejas. Están pre- — Bilirrubina. Cristales romboidales, de agu-
sentes en la bronquitis asmática y en el edema jas irregulares o pequeños gránulos de color ama-
agudo de pulmón. rillo naranja.
5. Cálculos pulmonares (neumolitos). Son con- — Colesterina. Placas o láminas rectangulares
creciones calcáreas constituidas por carbonato y con tendencia a superponerse.
fosfato cálcico. Proceden de antiguas lesiones tu- — Oxalato cálcico. Incoloros, brillantes y en
berculosas calcificadas y reactivas. forma de sobre de carta.
6. Parásitos intestinales. Ascaris lumbricoides. — Fosfato amonicomagnésico. En forma de
S.A.

Fáciles de identificar por sus características. tapa de ataúd, etc.


7. Fragmentos de tejidos orgánicos. Se observan
O MASSON,

en la gangrena de pulmón y en el carcinoma 2. Células faríngeas. Son de gran tamaño,


bronquial. como tres veces el de un granulocito neutrófilo y
80 Semiología médica y técnica exploratoria

de forma poliédrica u oval, con el núcleo central ción de los exámenes y de la localización del cán-
y pequeño en relación con el protoplasma. cer; en los bronquios grandes, el porcentaje de
3. Células bronquiales: positividades es muy alto; en los demás, este
porcentaje aumenta a medida que se repiten los
a) Célula bronquial adulta (o típica). Propia de exámenes. No obstante, el 12-16 % de resultados
la capa superficial del epitelio traqueobronquial, son falsamente negativos. Son muy raras (2 %)
tiene forma alargada o en tronco de cono en cuya las citologías falsamente positivas.
base se implantan cilios vibrátiles y un vértice 6. Bacterias. La tinción con el método de
que a veces es bífido. El núcleo es muy volumi- Gram es muy útil como orientación, y la fucsina
noso y de un violeta rojizo, y el protoplasma se fenicada, para el bacilo de Koch. Debe tenerse en
tiñe de violeta. Se las encuentra en afecciones cuenta que algunos gérmenes tienen un alto sig-
muy agudas (al comienzo de traqueítis y bron- nificado, como el neumococo, Haemophylus in-
quitis), o cuando un esputo líquido es expectora- fluenzae y Staphylococcus aureus; mientras que el
do en cantidad y con violencia, como en el caso grupo de las enterobacterias debe valorarse en las
de edema agudo de pulmón. bronquitis crónicas con gran cautela. Tiene gran
b) Célula bronquial joven (o de reemplazo). valor el cultivo de los esputos que, en condicio-
De las capas medias de la mucosa traqueobron- nes óptimas, debe realizarse previo a toda anti-
quial. Tiene aspecto de un linfocito grande y for- bioterapia.
ma esférica u oval. El protoplasma, ocupado en 7. Hongos. Para las micosis del pulmón (acti-
sus dos tercios por el núcleo, es granuloso, opaco nomicosis, nocardiosis, etc.), vale el examen mi-
(debido a su espesor); el núcleo, redondeado, croscópico, cultivo, inoculación al cobayo y sero-
oval, escotado triangular o cuadrangular, tiene aglutinaciones.
una gruesa red de cromatina muy densa.
e) Célula alveolar grande (o macrófago endo-
telial). Salvo en el tamaño que es mayor, presen- Examen bioquímico del esputo
ta caracteres tintoriales de protoplasma y núcleo
parecidos a los de la célula alveolar pequeña. El El estudio del esputo, desde el punto de vista
núcleo, oval, escotado o en media luna, suele ser bioquímico e inmunológico, es fundamental. De
en ocasiones central y a veces múltiple; cuando él extraemos:
contiene pigmento carbonoso bajo la forma de
pequeños gránulos que aumentan la opacidad del 1. Agua y sales. Procedentes de la saliva y del
protoplasma, se denomina «célula del polvo», y trasudado capilar.
si contiene gránulos parduscos de hemosiderina 2. Fermentos. De origen vario. Ptialina (sali-
distribuidos irregularmente en su citoplasma, val); N-acetil-B-glucosaminidasa, N-acetil-B-ga-
«célula de insuficiencia cardíaca», signo de mu- lactosaminidasa, galactosidasa-P, flucosidasa-a y
chos episodios de hemoptisis con acumulación las llamadas arylsulfatasa A y B (proceden de la
intraalveolar de hematíes. actividad celular bronquial y son los degradado-
res fisiológicos de la mucina); calicreína (procede
4. Células hemáticas. En los esputos con san- de las glándulas y de los macrófagos y leucocitos
gre, predominan los hematfes; en los purulentos, polinucleares); cininógeno (del plasma sanguíneo
los leucocitos polinucleares neutrófilos y, en el en casos de inflamación y alergia con hiperper-
asma bronquial y broncopatías alérgicas, leucoci- meabilización capilar); peroxidasas, fosfatasas y
tos polinucleares eosinófilos. lactodeshidrogenasas (el aumento de esta última
>. Células neoplásicas. Aparecen cuando el es testimonio fidedigno de bronquitis; tasa nor-
tumor se ulcera. Se caracterizan por el tamaño mal: 800 U/1 Í de esputo). Al destruirse los leuco-
del núcleo y citoplasma; por las irregularidades y citos neutrófilos liberan de su protoplasma fer-
distorsiones nucleares; por las condensaciones mentos proteolíticos, lipolíticos y amilolíticos;
masivas de cromatina distribuidas irregularmen- sustancias procedentes de la secreción bronquial
te; por la presencia de mitosis, y por su tendencia (lisocima y la lactoferrina), participantes en el sis-
a agruparse. Los resultados obtenidos dependen tema de defensa bronquial; ésta, junto con la
del modo de recoger los esputos (el más simple properdina y la interferona, son los representan-
consiste en expectorar directamente en un frasco tes de la inmunidad congénita. La inmunidad ad-
de boca ancha conteniendo alcohol de 50? y rea- quirida está representada por las opsoninas espe-
lizar el análisis antes de las 24 h), de la reitera- cíficas y la IgA.
Neumología 81

3. Proteínas plasmáticas. La albúmina apenas sensación de macidez muy acusada; es decir,


se encuentra (1 %) en la secreción bronquial; en la apenas contiene burbujas de aire, como sucede
reacción alérgica, y sobre todo en las bronquitis con los de los sectores bajos, en los que la secre-
agudas, se asiste a una auténtica plasmorragia en ción tuvo tiempo y ocasión de mezclarse íntima-
el esputo, incluso con globulinas y fibrinógeno en mente con el aire, que en una y otra dirección
las formas graves. Entre las globulinas y, tenemos pasa por los dispositivos tubulares del árbol res-
la IgG e IgA. La relación IgG/IgA es de 0,4 o me- piratorio bajo. En la laringe, esto no puede suce-
nos en el asma y 0,05-1 en la bronquitis. El epite- der, porque la secreción depositada sobre la mu-
lio bronquial secreta un líquido seroso tensoacti- cosa es arrastrada de cuajo bien por el aire
vo, compuesto de tensoactivo y glucoproteínas espirado, bien por el movimiento vibratorio que
ligeramente ácidas. Este tensoactivo, análogo al imprime el carraspeo en toda ella.
que tapiza el endotelio alveolar, está formado por 2. Bronquitis aguda. Primero son mucosos,
fosfolípidos que tienen un grupo polar hidrófilo fluidos y transparentes, (sputum crudum) pero en
aplicado sobre las células, y otro hidrófobo libre seguida se tornan mucopululentos, de color ama-
en la luz bronquial o alveolar. Lo secretan las célu- rillo verdoso, espesos (sputum coctum) de fácil ex-
las de Clara de los bronquíolos. Su papel es opo- pulsión. Hay abundante y variada flora. En caso
nerse al colapso reduciendo la tensión superficial. de cromobacterias, el esputo aparece tenido, ya
4. Mucina. Es el resultado de la actividad se- sea de color verdeazulado (Pseudomona pyocya-
cretora de las células caliciformes y de las glán- nea) o rojizo (Serratia marcescens), etc.
dulas seromucosas. Insoluble en el agua, puede 3. Bronquitis crónica. La expectoración puede
separarse por lavado del esputo y luego solubili- ser muy escasa, caracterizando la bronquitis seca
zarse con acetilcisteína y mercaptoetanol. Su pa- (o «catarro seco» de Laennec), pero más frecuente
pel fundamental es la protección del epitelio con- es la mucopurulenta, en donde el esputo, mezcla
tra los agentes irritantes mecánicos y químicos, y de moco y pus, es globuloso, de color amarillo o
la fijación de partículas extrañas o microorganis- grisverdoso e inodoro. Contiene abundantes fi-
mos y detritos orgánicos. Representa el conjunto bras y mucopolisacáridos ácidos y microorganis-
de una serie de glucoproteínas separadas, por su mos con predominio del Haemophylus influenzae,
selectividad tintorial, en mucopolisacáridos neu- neumococos y Staphylococcus aureus.
tros, tingibles por el PAS, y mucopolisacáridos Si la mucosa está conservada, hay células
ácidos, ricos en ácido siálico, tingibles por azul bronquiales adultas y de reemplazo, y leucocitos
cian y azul de toluidina. Según el predominio de aislados o incluidos en grandes retículos muco-
unos u otras, las glucoproteínas del moco se cla- sos; en fase avanzada, al destruirse la mucosa de-
sifican en glucoproteínas ricas en fucosa, sulfo- saparecen las células bronquiales y aumenta la ci-
glucoproteínas y sialoglucoproteínas. Estas dos fra de leucocitos. Esta expectoración purulenta
últimas son los mucopolisacáridos ácidos que se puede, incluso, en casos raros, ser fétida. En el
tiñen con azul de toluidina. Las sialomucinas se catarro bronquial crónico, la expectoración es
sintetizan en las células mucosas de las glándulas muy abundante, de 200 a 500 ml diarios, mucosa
mixtas (actividad de una sialiltransferasa), mien- y muy filante. Suele coincidir con violentísimas
tras las sulfomucinas se sintetizan en las células crisis de tos. Algunas veces, las secreciones bron-
caliciformes (actividad de una sulfotransferasa). quiales se solidilican lormando moldes bronquia-
Fotocopiar sin autorización es un delito,

Las primeras abundan más en bronquios finos, y les de fibrina o mucina, que se expulsan tras una
las segundas, en bronquios grandes. crisis aguda de tos y disnea. Son las bronquitis fi-
brinosas, seudomembranosa o plástica.
4. Tos ferina. Gracias a la vacunación infantil,
Esputo y enfermedades respiratorias ha pasado casi a la historia, pero todavía se debe
pensar en ella en zonas escasamente desarrolla-
Las características de los esputos varían en las das. La crisis termina en un fenómeno excepcio-
diversas afecciones del aparato respiratorio: nal en el niño; una expectoración viscosa, glero-
sa, como clara de huevo, tan difícil de desprender
1. Laringítis. El esputo laríngeo es mucoso o de la garganta y de los labios, que a menudo se
S.A.

mucopurulento en los procesos inflamatorios con hace necesaria la intervención de los dedos o del
integridad del revestimiento epitelial, y más o pañuelo.
O MASSON,

menos teñido de sangre cuando hay una solución 5. Bronquiectasias. La expectoración suele ser
de continuidad superficial o profunda. Da una abundante, aunque puede faltar, constituyendo
82 Semiología médica y técnica exploratoria

las formas secas. El olor es de yeso mojado o li- mayoría de las veces (95 %), no ofrece nada ca-
geramente fétido, por la putrefacción del esputo racterístico; en el 5 % restante, adopta el clásico
en la bolsa bronquial. Contiene células bronquia- aspecto de «jalea de grosella», que resulta de san-
les degeneradas, cristales de ácidos grasos, glóbu- gre mezclada intimamente con moco. La hemop-
los de pus y flora bacteriana saprofita muy abun- tisis se presenta sobre todo en los tumores de los
dante. grandes bronquios, y por ulceración y destruccio-
6. Asma bronquial. En las formas puras y al nes necrobióticas del tumor. En ciertos casos, los
final de la crisis, se obtiene un esputo adherente, esputos arrastran restos de tumor, semejantes a
brillante, transparente o poco menos (esputo per- fragmentos de cerebro.
lado), constituido por moco, leucocitos polinu- 12. Quiste hidatídico. Si se vacía en un bron-
cleares eosinófilos, con algunas «espirales de quio, pueden expulsarse vesículas enteras O rotas
Curschmann» y «cristales de Charcot-Leyden». (como «hollejos de uva»), fragmentos de mem-
7. Bronconeumonía. Expectoración mucopuru- brana y aun toda la membrana entera, «como un
lenta con numerosos gérmenes, y abundantes cé- calamar», en medio de un líquido fluido y de sa-
lulas bronquiales y alveolares. Ausencia de fibras bor salado.
elásticas. 13. Tuberculosis pulmonar. El diagnóstico de
8. Neumonía. En la neumonía neumocócica la naturaleza de la afección lo da la presencia del
(neumonía crupal), el esputo es viscoso y pegajo- bacilo de Koch; la citología señala el origen de los
so. Se desprende con dificultad de la boca y de esputos y las lesiones que los producen:
los labios, y se adhiere a las paredes o fondo del
recipiente, que puede invertirse sin que aquél sc a) En las formas fibrocaseosas, es mucopuru-
desprenda. Al principio, contiene sangre roja ru- lento y contiene bacilos de Koch, muy poca flora
tilante como un esputo hemoptoico, o adquiere bacteriana y fibras elásticas. Hay células bron-
un colorido bermelión anaranjado (color de yema quiales más o menos degeneradas y polinuclea-
de huevo) típico del llamado «esputo herrumbro- res bien conservados (por reacción bronquial so-
so». Después del tercer día, se vuelve más amari- breañadida), al mismo tiempo que células
llento o verdoso, o sea más purulento, reflejando mononuclares de origen alveolar y algunos he-
lo que sucede en el interior del bloque neumóni- maties.
co. En la neumonía por Staphylococcus o Strepto- b) En los cavitarios, el esputo es numular (o
coccus, la expectoración es más purulenta y me- en forma de moneda), purulento, con granos rici-
nos viscosa y pegajosa, tomando un color de formes o lentes, constituidos casi exclusivamente
«polvo de ladrillo». Microscópicamente, se obser- por bacilos y fibras elásticas que significan la
van abundantes leucocitos, masas de moco y una destrucción del alvéolo.
flora casi exclusiva del germen causal. No hay fi- c) En las formas fibrosclerosas, la expectora-
bras elásticas. ción es la propia de la bronquitis crónica avanza-
9. Absceso. Expectoración purulenta de color da, con dilatación bronquial. No existen células
ceniciento, abundante, con numerosa flora, fibras alveolares que puedan señalar la adición de lesio-
elásticas y cristales de hematoidina en tabletas nes del parénquima, porque el alvéolo está des-
romboidales o en finas agujas de color pardoscu- truido por la fibrosis; si ésta es antracótica (mine-
ro; muchas veces se evacúa en forma de vómica. ros), se presenta el «esputo negro» cuyo valor,
10. Gangrena. El esputo es gris verdoso o cuando esta coloración es muy subida, es patog-
grisáceo, y tan fétido que incluso repugna al pro- nomónico. A veces se observa la expulsión de
pio enfermo e impone el diagnóstico casi sin ver- cálculos (neumolitos) de tamaño variable, pero
lo, con sólo entrar en la habitación. Recuerda el no superior al de un garhanzo, que proceden de
olor de la descomposición cadavérica. Se exhala una cavidad primaria, de nódulos intraparenqui-
especialmente al toser, en la espiración y en el matosos o de ganglios perforados en bronquios.
momento de expectorar. Contiene trozos de teji- Su salida puede acompañarse de un ligero dolor
do necrosado. Esta expectoración contiene abun- torácico, de bloqueo obstructivo de la respiración
dante flora bacteriana, y, además, espirilos, baci- y de hemoptisis. Su presencia es, en todos los ca-
los fusiformes y gérmenes anaerobios. sos, índice de un brote evolutivo, pues no se con-
11. Tumores. Los benignos (fibromas, lipo- cibe su expulsión sin síntomas de actividad local.
mas, neurinomas, etc.) motivan una expectora-
ción mucosa o mucopurulenta, a veces con es- 14. Edema agudo del pulmón. Expectoración
trías de sangre. En los malignos, carcinoma la muy abundante, serosa, de color rosado, muy
Neumología 83

fluida, casi transparente y muy aireada, conte-


niendo gran cantidad de albúmina.
15. Congestión pasiva pulmonar. La expectora
ción es abundante (la insuficiencia cardíaca la fa-
vorece) y mucosa; a veces, hemática, con células
alveolares con hemosiderina en forma difusa o
granular (célula cardiopática). Si aparece una
franca hemoptisis, cabe pensar en una trombosis
por estasis o en una embolia.
16. Embolia pulmonar. Si se sigue de infarto,
lo que ocurre en el 50 % de los casos, hay expec-
toración hemoptoica, casi siempre, poco abun-
dante (50-100 ml). En los días sucesivos, los es-
putos adquieren un color ocre o de zumo de
regaliz, que se atenúa con lentitud.

Vómica

Es la expulsión brusca y masiva, por la boca,


de una cantidad grande de pus o líquido. Se reali-
za a bocanadas, con violentos golpes de tos. Pue-
de llegar a provocar sofocación y aun asfixia. Si
se realiza a intervalos, se trata de una «vómica
fraccionada», como ocurre con frecuencia en el
absceso y el quiste de pulmón. Fig. 2-7, Origen de las vómicas: 1, absceso o quiste
La vómica auténtica debe diferenciarse de la pulmonar; 2, empiema enquistado; 3, absceso hepático.
seudovómica, por el aumento accesional de la ex-
pectoración que presentan los broncorreicos y
bronquiectásicos, sobre todo en fase de agudiza-
ción. La distinción es fácil; en la vómica verdade- pretado, ya que no todo sujeto que dice haber
ra, el producto tiene aspecto homogéneo, como expulsado sangre por la boca ha tenido una he-
de puré, y su eliminación va seguida del descen- moptisis. La hemorragia expulsada por vía bucal
so de la temperatura, que vuelve a ascender a medi- puede tener, frecuentemente, Otros orígenes, así,
da que el pus se va formando y se acumula de nue- las fosas nasales, encías u otras estructuras de la
vo en la cavidad abscesal (fiebre de retención); en la misma boca, faringe, esófago o estómago.
seudovómica, el producto se dispone en capas y Se valoran para el diagnóstico de la hemopti-
la intensidad de la fiebre guarda relación con el vo- sis dos signos:
lumen de la expectoración (fiebre de secreción).
La vómica verdadera puede ser torácica y extrato- 1. La hemorragia produce carraspeo y tos.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

rácica (fig. 2-7). La primera se señala en el absceso 2. La sangre es clara, rutilante y con burbujas de
o quiste del pulmón, en la pleuresía purulenta aire (espumosa).
enquistada y en la mediastinitis supurada; y la
segunda, en los abscesos póttico, subfrénico y El interés práctico del tema merece un estudio
hepático abiertos en los bronquios. En este últi- detenido:
mo caso, el pus es fétido, de sabor amargo, y con
el aspecto y color de la «salsa de anchoas». 1. Hemorragías de origen nasal (epistaxis). In-
fluye la postura del individuo. En las que se pro-
ducen en decúbito supino, como a veces en el
Hemoptisis sueño, la sangre, por la fuerza de la gravedad, se
S.A.

desliza hacia atrás y se expulsa por la boca. Al in-


Es la expulsión de sangre que procede de las corporarse, empezará a salir también por la na-
O MASSON,

vías respiratorias o del pulmón. Es un signo de riz, sobre todo en el acto de sonarse. La sangre es
gran valor semiológico si es correctamente inter- roja rutilante u oscura, no espumosa, con coágu-
84 Semiología médica y técnica exploratoria

los o sin ellos. La rinoscopia anterior señala su cia, se produce durante la noche, el enfermo ex-
origen, casi siempre en la llamada «área de Kies- pectora, al despertar, una mucosidad sanguino-
selbach», región muy rica en capilares. Exami- lenta y maloliente por la pululación microbiana.
nando la faringe, se ve cómo la sangre desciende 5. Procedencia esofágica o gástrica. Casi siem-
por la pared posterior, a modo de cortina, distri- pre por rotura de varices en los hipertensos por-
buyéndose en grumos gruesos. tales o úlcera péptica, neoplasia, etc. En estos ca-
2. Succión repetida de las encías. A veces como sos, hablamos de hematemesis cuya presencia
un «tic» en sujetos con tachas nerviosas, motiva motiva el diagnóstico diferencial, de gran interés
una saliva sanguinolenta de olor desabrido y con práctico, con la hemoptisis. Éste es posible valo-
abundantes células epiteliales pavimentosas de la rando los datos del interrogatorio, el aspecto de
boca. El examen visual revela las encías tumefac- la sangre y la evolución de la hemorragia:
tas, donde al efectuar presión (o invitar al pacien-
te a que realice movimientos de succión), apare- a) Signos premonitorios:
cen puntos o zonas sangrantes.
3. Rotura de varices superficiales de la base de la — En la hemoptisis, la sangre motiva con re-
lengua. Ya sean reveladoras de una disposición lativa frecuencia, al atravesar bronquios gruesos
flebectosante hereditaria, como en la enfermedad y tráquea, una sensación que muchos describen
de Rendu-Osler, o de un retraso en la circulación como cosquilleo (que induce a carraspear y toser)
venosa, como en las tumoraciones mediastínicas o de que pasa algo caliente, acompañándose o no
altas, procesos fibrosos apicales con peripleuritis de un ruido estertoroso. Excepcionalmente, se
esclerosa, estasis cardíaca, etc. La hemorragia percibe a lo largo de las vías respiratorias desde
puede ser mínima (si se produce por la noche, se el sitio de la hemorragia, que se puede señalar
manifiesta solamente por un esputo negruzco con precisión. El esputo tiene sabor de sangre.
por la mañana) o copiosa. La sangre aparece — En la hematemesis, el vómito va precedi-
pura, rutilante, en bocanada, y precedida de una do de náuseas, salivación excesiva, malestar ge-
sensación de estorbo y picor en la garganta. Casi neral con sudor frío (si la hemorragia es copiosa)
siempre, en el primer momento, aparece sin tos y náuseas, es decir, movimientos incoordinados
y sólo después puede provocar ésta, al descender de los músculos respiratorios, coincidiendo la
la sangre por la laringe, observándose algunas ve- contracción del diafragma con la de los músculos
ces un estertor traqueal al penetrar la sangre en el respiratorios.
árbol respiratorio. El esfuerzo es casi siempre el
desencadenante de la hemorragia (hablar en de- b) Examen de la sangre:
masía y forzar la voz, acción de recoger un obje-
to del suelo, etc.), aunque aquélla puede también — En la hemoptisis, la sangre es clara, ruti-
aparecer espontáneamente. Suele continuar en lante, espumosa y sin restos alimentarios ni coá-
forma decreciente, a veces durante varios días. gulos.
El examen local permite ver las varicosidades. — En la hematemesis, es negruzca o de color
Éstas son superficiales, uni o bilaterales, en for- café oscuro (como «poso de café», según la ex-
ma de abanico con convergencia inferior, por en- presión clásica) o pardo y mezclada con residuos
cima de la fosa supracpiglótica, extendiéndose de alimentos.
con frecuencia por toda la amígdala lingual, en
ocasiones hasta el sulcus terminalis. Sus excepciones son las hemorragias esofago-
Aparecen unas veces finas, otras veces engrosa- gástricas copiosas en que la sangre es vomitada
das y abollonadas. Llegando a producirse peque- con su color natural (hematemesis roja) y aque-
ños aneurismas venosos que pueden alcanzar el llas que se fraguan en una cavidad pulmonar, to-
tamaño de una alverja y hasta más grandes. Explo- tal o parcialmente bloqueada, sufriendo la acción
radas en la fase de hemorragia, sangran de manera de bacterias que transforman la sangre. Cuando
continua. Otras veces se han hallado pequeños coá- ésta es expulsada más tarde, al permcabilizarse cl
gulos adheridos fuertemente a una dilatación vari- bronquio obstruido anteriormente, aparece como
cosa. En las épocas de quietismo, se hacen menos de color pardo castaño o café. En estos casos,
aparentes, como sucede en las hemorroides. aparte de la tos, la sangre arrojada suele tener un
4. Vegetaciones adenoideas y faringitis crónicas. olor putrefacto, aunque a veces sea poco notable,
La hemorragia suele ser mínima y no acompaña- lo que no ocurre en la sangre de igual aspecto
da de tos irritativa. Si, como ocurre con frecuen- que procede del estómago.
Neumología 85

c) Evolución: c) Pulmón. Sus condiciones anatómicas son


ideales para ello; basta considerar que existe una
— La hemoptisis va seguida de esputos he- enorme cantidad de capilares separados del exte-
moptoicos que se espacian progresivamente has- rior sólo por una finísima capa de células alveola-
ta desaparecer. res. Como sea que las arteriolas y venillas bron-
— En la hematemesis, no hay expectoración quiales aumentan de calibre al acercarnos al
sanguinolenta, parada brusca o recidiva de la hilio, se deduce lógicamente que las hemorragias
misma gravedad. serán tanto más copiosas cuanto más central sea
la lesión que las motiva y, sobre todo, destructi-
d) Exámenes complementarios: va de mucho parénquima, muchos bronquios y
septos, como en la tuberculosis caseosa extensa,
— Radiología. Nos orienta sobre el estado del gangrena o absceso pulmonar, neoplasia avanza-
pulmón, corazón, esófago y estómago. da, etc.:
— Esofagogastroduodenoscopia. Nos pone
de manifiesto las posibles lesiones sangrantes di- — Tuberculosis. Entre las causas determinan-
gestivas altas. tes de hemoptisis de origen parenquimatoso pul-
— Broncoscopia. Es imprescindible en los en- monar, citaremos la tuberculosis en sus diversos
fermos con hemoptisis repetidas, que sobrevie- tipos anatomoclínicos, caseosa, fibrocaseosa y Éi-
nen en el curso de afecciones pulmonares cróni- brosa evolutiva o no. En esta última, la hemorra-
cas (bronquitis, bronquiectasias, tuberculosis, gia suele repetirse motivando anemia, pero sin
neoplasias), si el examen radiológico es negativo signo alguno de impregnación tóxica, por lo que
o poco claro, y para confirmar el diagnóstico. cabe pensar que alrededor de los focos fibrosos
muy vascularizados se producen descargas va-
6. Lugar de origen de la hemoptisis. La hemop- somotoras a causa de traumatismos psíquicos,
tisis puede ser pequeña y fraccionada (expectora- cambios climáticos, menstruación, etc. La he-
ción hemoptoica), o súbita e intensa (hemoptisis moptisis de los cavitarios puede ser debida a la
en bocanadas). La lesión que la motiva puede ra- rotura de un «aneurisma de Rasmussen» o de un
dicar en: vaso parietal. Puede ser copiosísima y aun causa
de muerte fulminante por una anemia aguda; un
a) Laringe. La pérdida de sangre suele ser es- síncope por brusco descenso de la presión, aun
casa. Se observa en sujetos sanos en ocasión de siendo la efusión sanguínea no tan exagerada, y,
un esfuerzo vocal, y en las laringitis varicosas, tu- finalmente, por una inundación masiva del árbol
berculosa ulcerada, tumoral, etc. En estos casos, bronquial con producción de asfixia,
hay molestias locales (picor, sensación de cuerpo — Quiste hidatídico. Sangra con facilidad y a
extraño y aun dolor), distonía y en fase avanza- veces intensamente, aunque no invada ni destru-
da, disfagia. ya tejido pulmonar como el carcinoma; la sangre
b) Tráquea y bronquios. Sangran con facilidad. procede de la zona periquística (pulmón colapsa-
El número de hemoptisis clasificadas de «esen- do alrededor de la membrana) sobre todo si está
ciales» ha disminuido notablemente desde que, inflamada, y de los bronquios vecinos comprimi-
frente a un resultado negativo de la radiografía dos y desviados por la tumoración.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

de tórax, se practica habitualmente la broncosco- - - Procesos necrotizantes del pulmón (absce-


pia. Generalmente, se trata de una expectoración so, gangrena). Pueden sangrar copiosamente por
hemoptoica, aunque pueden verse hemoptisis afectar a vasos bronquiales de un cierto calibre y
francas. septos.
Sus causas más frecuentes son los tumores be- — Procesos inflamatorios pulmonares exten-
nignos y malignos (en estos últimos es destaca- sos. Por ejemplo, neumonías; la pérdida es míni-
ble su persistencia y continuidad sin eclipses); las ma, motivando la sangre al mezclarse con el
bronquiectasias; las lesiones inflamatorias cir- moco, los conocidos «esputos herrumbrosos».
cunscritas o difusas a todo el sistema bronquial; Esto obedece a que sólo se afectan los alvéolos
las varices (más frecuentes en la parte inferior de cuyos vasos inmediatos son de ínfimo calibre,
S.A.

la tráquea o en las dos caras del espolón traqueal); precapilares, capilares y poscapilares, y además
los cuerpos extraños; adenopatías hiliares con estos vasos finísimos se ocluyen, por lo menos
O MASSON,

periadenitis adheridas a la tráquea cuya pared funcionalmente, y la sangre deriva a otros territo-
aparece congestiva en este punto, etc. rios.
86 Semiología médica y técnica exploratoria

— Estados congestivos del parénquima pul- 1. Bronquitis aguda. La fiebre es alta, con es-
monar. Por estasis en la pequeña circulación (es- calofríos y se acompaña de tos y dolor retroster-
tenosis mitral), se producen esputos hemoptoi- nal. Hacia el cuarto o quinto día, la temperatura
cos y aun francas hemoptisis por alteraciones desciende, la tos es menos penosa y la expectora-
infárticas. ción más fácil. Si la inflamación desciende a los
— Edema agudo de pulmón. No existe real- bronquios finos (bronquitis capilar) la fiebre al-
mente hemorragia; precisamente, la despropor- canza cifras muy elevadas, la tos aumenta y con
ción entre la salida de plasma y los elementos ella la expectoración (lo que es más característi
formes es la característica principal, por ello la co) aparecendo disnea y cianosis. Si se complica
expectoración aparece, todo lo más, ligeramente con bronconeumonía (eventualidad frecuente), la
manchada, como rosada. fiebre aumenta con remisiones matutinas y Osci-
— Embolia pulmonar. Es causa de hemoptisis laciones en relación con la producción de nuevos
si hay infarto, lo que sólo ocurre en el 50 % de focos. Termina en la mayoría de los casos en lisis
los casos (con previa alteración de la circulación lenta, pero puede hacerlo también en crisis. En
menor o sin ella). En el embolismo recidivante, los ancianos, es posible un curso febricular y api-
es posible la aparición de un «corazón pulmonar rético.
crónico embólico», con hemoptisis de repetición 2. Bronquitis crónicas y bronquiectasias. El cur-
como su signo más característico. so es apirético, salvo en fases de agudización, en
— Síndrome de Goodpasture (1929). La aso- que también aumenta la expectoración (fiebre de
ciación de neumonitis hemorrágica y glomerulo- secreción).
nefritis focal se observa con relativa frecuencia 3. Asma infeccioso broncopático. El estado fe-
en las enfermedades del colágeno afines a la pe- bricular o febril va a cargo de los gérmenes de
riarteritis nudosa. En esta dolencia, la hemoptisis asociación o productores del cuadro; si se trata
es el signo predominante (81 %) con importante de asma alérgico puro, se piensa en una reacción
anemia hipercroma (98 %) y signos de fallo re- distérmica de origen anafiláctico, y en el asma con
nal, hematuria, proteinuria, uremia y, a veces, hi- influjos alérgicos e infecciosos, en la suma de ambos
pertensión. factores.
— Hemoptisis neurovegetativas. Las lesio- 4. Neumonía fibrinosa aguda. El comienzo es
nes pulmonares son nulas o mínimas bajo la brusco y precedido de un fuerte escalofrío; la as-
forma de restos fibrosos cicatrizales a cuyo al- censión febril es rápida, alcanzando grados de hi-
rededor se produce la descarga vasomotora. Se perpirexia que persiste con muy ligeras remisio-
señalan con mayor frecuencia en las mujeres y nes hasta que aparece la crisis, o sea el descenso
suelen ser poco intensas. Es más corriente ver brusco no sólo de la hipertermia, sino de todos
esputos teñidos de sangre que verdaderas he- los signos febriles, cosa que suele ocurrir al sépti-
moptisis. Citaremos las hemoptisis menstrua- mo día de evolución. A veces, este descenso se
les, las del embarazo (siguiendo el ritmo de hace algo más gradual, pero siempre en pocos
la desaparecida menstruación), las del climate- días. Si la fiebre persiste o reaparece en plena
rio que, como las anteriores, a veces son ritma- convalecencia, debe pensarse en una complica-
das, las motivadas por traumatismos psíquicos. ción supurada, especialmente un empiema meta-
Cuentan también como factores determinantes neumónico.
los cambios de estación (se ha descrito un tipo 5. Colecciones purulentas pulmonares (absceso,
primaveral otoñal y mixto) y las mutaciones gangrena). En su primera fase o prevómica, la fie-
climáticas. bre, de altura variable, puede ser de tipo con-
— Hemoptisis alérgicas. Raras, se presentan tinuo, neumónico o bien remitente o irregular.
al manipular sustancias alergénicas y cursan con Una vez producida la vómica, si ésta es tan com-
crisis de asma y esputos con sangre. pleta que implica la curación del proceso, la fie-
bre desciende con rapidez y cesa. Si permanece
elevada e irregular y la expectoración es abun-
Fiebre dante, ello revela que el proceso persiste. Des-
pués de descensos febriles, no es raro observar
Todos los tipos de fiebre pueden ser observa- elevaciones bruscas coincidiendo con disminu-
dos en las diversas enfermedades del aparato res- ción de la expectoración; son debidas a retención
piratorio. En algunas de ellas, lo peculiar del tra- de la secreción por dificultad de desagúe (fiebre de
zado tiene un valor semiológico considerable: retención).
Neumología 87

6. Carcinoma broncopulmonar primitivo. La d) Fiebre irregular. Muestra ascensiones tér-


fiebre es un síntoma bastante constante, de tipo micas irregulares, no diarias; la diferencia entre
intermitente e irregular e intensidad variada mañana y tarde puede alcanzar hasta 1 *C.
(37,5-38 *C). La supuración de la neoplasia se e) Fiebre inversa. La elevación térmica es más
manifiesta por la variación del tipo febril, que manifiesta por la mañana; señálase en algunos
puede adoptar carácter hético. sujetos granúlicos y en los portadores de caver-
7. Embolia pulmonar, Con o sin infarto, la fie- nas secretantes. La temperatura desciende cuan-
bre es continua; no obedece a los fármacos bac- do con la tos se ha evacuado su contenido.
teriostáticos y apenas a los corticosteroides, pero ) Fiebre héctica. Ascensiones térmicas vesper-
sí a la heparina. tinas, que suelen ofrecer una diferencia de 1-2 *C
8. Tuberculosis pleuropulmonar. Tiene gran va- con respecto a la temperatura matinal. Es intermi-
lor el curso de la temperatura corporal, tanto tente y suele descender al final de la noche, con
para el diagnóstico como para comprobar la ten- sudores profusos. La presentan los tuberculosos
dencia evolutiva del proceso. Puede adoptar los crónicos, caquécticos, cavitarios, con abundantes
siguientes tipos: secreciones. Caracteriza muchas veces a enfer-
mos en período terminal; por consiguiente, es de
a) Distérmica o febricular. Con temperaturas pronóstico ominoso.
vespertinas discretas (inferiores a 38 *C), pero g) Fiebre posprandial. Como indica su nom-
acrecidas con pequeños esfuerzos, por ejemplo, bre, aparece después de las comidas (a las 2-3 h).
tras un paseo (fiebre tuberculosa de esfuerzo); la Significa una localización digestiva del proceso
temperatura se toma al cabo de media hora del tuberculoso, Esta fiebre es proporcional, hasta
paseo y cuando el paciente está de nuevo en cierto punto, a la cuantía de la ingesta, y así, falta
cama. Cabe señalar que más que la elevación de o es poco elevada si el paciente come frugalmen-
la temperatura, se ha de valorar la tardanza con te o ayuna.
que una «termólisis perezosa» restituye la tempe-
ratura normal, cosa que el sano logra con rapi-
dez. Anorexia
b) Fiebre ondulante. Consiste en una fiebre
que comienza con un tipo subfebril y variaciones Es síntoma casi constante en los procesos neo-
vespertinas, va aumentando progresivamente plásicos, sépticos, tuberculosos avanzados y fi-
hasta constituir una fiebre de tipo intermitente brosis intersticial difusa. Sus causas son la intoxi-
que dura de 8-10 días, para declinar nuevamente cación y la incidencia de factores psíquicos que
al mismo ritmo que ascendió, y tras unos días de incrementan la causa inicial. Junto a la fiebre, la
apirexia vuelve a establecerse, dibujando unas toxiinfección y eventuales trastornos digestivos,
ondas que suelen llegar a ser 4 o 3 en pocos me- conducen a una rápida pérdida de peso corporal,
ses. Lo característico es, precisamente, que cuan- llegando a extremos de emaciación en fases
do comienza a manifestarse la fiebre, el enfermo avanzadas o terminales.
conserva el buen estado general y su apetito, la
tos es la habitual y la expectoración no aumenta.
Sin embargo, al llegar a los valores de la fiebre in-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

termitente, el estado general se altera, aumenta Astenia


notablemente la tos con expectoración abundan-
te, y hay quebrantamiento general y dolores to- Es un síntoma de observación frecuente en los
rácicos, hasta que aparecen sudores abundantes enfermos tuberculosos, neoplásicos, portadores
y sobreviene la defervescencia; la fiebre vuelve a de bronconeumopatías sépticas y fibrosis inters-
sus valores distérmicos y el enfermo recobra la ticiales difusas. Se confunde con la fatiga y por
sensación de bienestar, como si entrara cn con- este motivo el enfermo la traduce como sensa-
valecencia. Transcurridas una o dos semanas se ción de cansancio. En su génesis, influyen la alte-
repite la onda, como si cesara la inmunidad tran- ración del metabolismo de la musculatura esque-
sitoria que la hizo descender. El pronóstico de lética y causas psiquicas, asi como la leve
S.A.

este tipo de fiebre es de gravedad. insuficiencia suprarrenal o hipoadrenalismo pro-


c) Fiebre regular. La gráfica da cifras poco ele- pia de los procesos sépticos de larga duración.
(O MASSON,

vadas, y la diferencia entre los valores matinales El paciente tuberculoso suele sentirse con po-
y vespertinos no excede de medio grado. cas fuerzas (asténico) al levantarse, y va mejoran-
88 Semiología médica y técnica exploratoria

do su estado a medida que avanza el día, para des laboriosas); un síndrome miasténico (múscu-
encontrarse bien a media tarde, muchas veces los de las cinturas escapular y pelviana respetán-
coincidiendo con la elevación de la temperatura dose los músculos oculares externos, masticado-
corporal. res, faríngcos y laríngeos); degeneración
La astenia del neoplásico persiste inmodifica- cerebelosa cortical; meningosis con un síndrome
da o aumenta, como la fatiga normal, a medida meníngeo asociado a un cuadro polirradiculo-
que avanza el día. neurítico con alteraciones motoras (paraplejía Flá-
cida y amiotrofia), sensitivas (parestesias y dolo-
res radiculares, a veces de tipo ciático), y
trastornos de los esfínteres superponibles al sín-
Síntomas gastrointestinales
drome de la cola de caballo.
2. Anomalías osteoarticulares. Aquí, citaremos
Son frecuentes en la tuberculosis pulmonar y
las polialgias difusas casi siempre asociadas a
enfisema. En los primeros, se observa acidosis,
malestar general y anemia; un cuadro de artritis
pesadez gástrica posprandial e irregularidad en
reumatoidea con infiltración periarticular, y a ve-
las deposiciones, que a veces es debida a una po-
ces hidrartrosis (se ha descrito en la neumoconio-
sible localización del proceso en el intestino; en
sis y en el cáncer bronquial, al que puede prece-
los enfisematosos, sus síntomas más molestos
der en meses o semanas remitiendo, a veces, con
son distensión epigástrica posprandial, a veces
la extirpación del tumor) y la ostevartropatía hi-
con vómitos, dolor epigástrico (ligero o intenso)
pertrófica tóxica.
después de la comida y anorexia con pérdida de
peso, lo que no pocas veces hace sospechar la
existencia de una enfermedad de carácter ma-
ligno.
Encefalopatía respiratoria?
Se observa en la insuficiencia respiratoria
avanzada.
Trastornos menstruales La encefalopatía respiratoria es un cuadro clí-
nico complejo, con una rica sintomatología neu-
Son, a veces, precoces. En la tuberculosis, se ropsíquica:
deben a la impregnación tóxica general o a la
concomitancia, nada rara, de lesiones genitales 1. Cefalea. A veces se asocia a vómitos y es-
bacilares. Se manifiestan por la ausencia de la tasis papilar. Es persistente, de carácter sordo y
menstruación (amenorrea), por su escasez (hipo- localizada en las regiones frontal y occipital. Au-
menorrea) o por su retraso (oligomenorrea). menta por la noche y al despertar; se atribuye a
vasodilatación cerebral y meníngea por la hiper-
capnia, y la estasis papilar, a ésta y a la hipoxia,
que motivan hipersecreción del líquido cefalorra-
Trastornos neurológicos quídeo y edema del tejido cerebral. Se puede
y osteoarticulares confundir con un tumor cerebral.
2. Somnolencia. Guarda relación con el conte-
Se observan (70-80 %) en el cáncer bronquial
nido de CO,, y O,, en la sangre. Conduce al
microcelular (oat-cell) y mesoteliomas pleurales.
coma con mayor facilidad en los sujetos ancianos
Preceden al descubrimiento del malignoma o se
con esclerosis vascular. Independientemente de
manifiestan con plenitud en la fase evolutiva
ella, se observa incapacidad para prestar atención
avanzada.
y concentrarse; pérdida de la memoria, sobre
todo para los acontecimientos recientes; deso-
l. Síndromes neurológicos paraneoplásicos (no
debidos a metástasis). Entre ellos, citaremos, las
polineuritis (sensitivas o sensitivomotoras); mio- “La encefalopatía respiratoria, también llamada «hipercáp-
patías (no asociadas a lesiones cutáneas, como en nica o carbonarcótica», puede definirse como un cuadro mor-
la dermatomiositis, ni nerviosas) con debilidad, boso con sintomatología neurológica y psíquica, provocado por
la hipercapnia, hipoxia y otros desórdenes bioquímicos, directa
reducción de la masa muscular y dolores a nivel
o indirectamente, dependientes de la deficiente ventilación al-
de los músculos próximos al tronco (el subir es- veolar. Este desorden metabólico del tejido nervioso es irrever-
caleras y el levantarse de una silla, son activida- sible en fase avanzada.
Neumología 89

rientación en el tiempo, y espacio; menos veces buscan alivio en actitudes forzadas y a veces pe-
existe irritabilidad, agitación psicomotriz e inclu- culiares, como inclinar el tronco hacia delante
so manifestaciones psicóticas maníacas O para- apoyándose en un soporte; en esta posición, el
noides en sujetos psicolábiles. mediastino bascula hacia delante con una mejor
3. Manifestaciones motoras. Temblor fino, de ventilación de la base del pulmón.
carácter intencional; temblor amplio idéntico al El decúbito en cama es indiferente en los en-
flapping tremor descrito por Adams y Foley, en la fermos broncopulmonares puros. Llama la aten-
fase inicial del coma hepático; mioclonías, que ción que cianóticos y disneicos puedan dormir
coinciden con la fase apneica de la respiración de con una sola almohada (cosa imposible en las
Cheyne-Stokes (frecuente en estos enfermos), y restantes disneas, en especial por insuficiencia
crisis convulsivas epileptiformes en caso de hipo- cardíaca) o sin ella en decúbito dorsal o mejor
xia aguda transitoria por una momentánea obs- ventral.
trucción de las vías aéreas. El decúbito lateral sobre el lado enfermo es de
rigor en las supuraciones pulmonares y bron-
quiectasias, con la finalidad de dificultar el paso
E INSPECCIÓN de las secreciones al árbol bronquial y evitar asi
la molesta tos nocturna; en la neuralgia intercos-
Se realiza de una manera ordenada. En un pri- tal, pleuritis seca y neumotórax espontáneo, para
mer tiempo, se examina al enfermo (inspección so- inmovilizar el hemitórax y disminuir la intensi-
mática general); luego, se centra la atención sobre dad del dolor, y en la neumonía, para aprovechar
el tórax en reposo (inspección local estática) y du- al máximo el pulmón sano.
rante los movimientos respiratorios (inspección lo- Si la lesión es bilateral (derrame, focos bron-
cal dinámica). coneumónicos en ambos pulmones) es obligada
la posición semisentada, reclinándose algo sobre
el lado más afecto.
INSPECCIÓN SOMÁTICA GENERAL

La inspeccción somática general comprende el Facies


examen de la actitud, facies, constitución, estado
de nutrición, piel y faneras. Las facies más características son las siguien-
tes:

Actitud 1. Facies adenoidea. Por la ocupación farín-


gea con respiración bucal. La boca se mantie-
La actitud que adopta el enfermo suministra ne entreabierta, primero sólo durante el sueño
datos muy valiosos. La mayoría tienen una finali- cuando el niño se halla en decúbito supino, y
dad antiálgica o buscan un alivio de la disnea. después durante el día. El labio superior es cor-
El examen en la posición erguida no suele ser to y no recubre por completo los incisivos supe-
muy demostrativo. En los procesos consuntivos riores; los pómulos se hallan aplanados, de
(tuberculosis, cáncer, etc.), llama la atención una manera que el plano del párpado inferior se
Fotocopiar sin autorización es un delito,

flojedad general y un andar cansino. En ciertos continúa con el del pómulo, sin línea de demar-
casos, la contractura muscular refleja ocasiona la cación; los ojos son saltones, la mirada adorme-
contorsión homolateral del tronco, con inclina- cida, y la fisonomía inexpresiva y abotargada.
ción de la cabeza hacia el lado afecto (signo de La nariz está deprimida transversalmente en
Bosco). toda su extensión y disminuida de volúmen,
En ciertas neoplasias bronquiales, el enfermo con los orificios pequeños y estrechos. El inte-
puede adoptar un aspecto endocrinopático prece-_ rior de la boca es elevado y angosto, con la hó-
diendo durante meses a la identificación del pro- veda palatina de forma ojival; esto hace que el
ceso maligno causal, como aspecto cushingoide, extremo anterior del arco dentario y los incisi-
así como cuadros hipotiroideos y ginecomastia vos sobresalgan «en punta de almendra». Si ob-
S.A.

uni o bilateral poco dolorosa y nunca galactorrei- servamos al enfermo de frente, llama la aten-
ca (con o sin acropaquía). ción en algunos casos el desarrollo relativo del
O MASSON,

Los enfermos disneicos graves (enfisemato- maxilar inferior, con aumento del diámetro
sos, silicóticos) después de un esfuerzo físico transversal inferior de la cara.
90 Semiología médica y técnica exploratoria

2. Facies disneica, Es muy dernostrativa en el cuello, parte superior del tórax y ambos brazos
obstáculo de las vías altas (crup, edema de la glo- (edema en esclavina) o limitado sólo a la cara,
tis) y en el asma bronquial. En el primer caso, el cuello o fosas supraclaviculares; cianosis de los
aspecto de la cara es de angustia o susto (facies labios y extremidades digitales o de la cara, cue-
ansiosa), con los ojos muy abiertos y las venta- llos y miembros superiores, y gran ingurgitación
nas de la nariz dilatadas e inmóviles. La cianosis de las venas yugulares.
de los labios y lóbulos de las orejas contrasta con 8 Facies escrofulosa. Se describe aquí habida
la palidez del resto de la facies. La boca permane- cuenta de la relación de la escrófula con la tuber-
ce entreabierta, como para facilitar la entrada del culosis. Los elementos que la caracterizan resi-
aire. La presencia de un tiraje de predominio alto den en los ojos, nariz y labios. Los ojos, a causa
(regiones suprasternal, supra e infraclaviculares, de la conjuntivitis con formación de flictenas,
epigástrica y espacios intercostales inferiores) y aparecen hinchados y entornados, con el borde
la audición de un ruido inspiratorio grave (corna- de los párpados enrojecido; la abundante secre-
je) o de tono alto (estridor) completan el conjun- ción nasal seropurulenta (debida a la rinitis cróni-
to. En el asma bronquial, la cara está abotargada, ca con gran hipertrofia y tumefacción de la mu-
cianótica, perlada de sudor; las venas cervicales cosa) excuria las ventanas de la nariz y engruesa
son prominentes; las sibilancias respiratorias se el labio superior. La irritación crónica que produ-
oyen a distancia. ce la secreción lagrimal y nasal es causa de un ec-
3. Facies tosferinosa. Durante la crisis y en el cema impetiginoso, el cual se sitúa casi exclusi-
momento de la apnea, la cara y los ojos aparecen vamente en la línea media de la cara. El cuello
inyectados, las venas turgentes, la lengua abar- aparece engrosado por la tumefacción de los gan-
quillada y propulsada. No rara vez está teñida de glios cervicales*.
un leve tinte azul. Fuera de las crisis, persisten el 9. Facies tumoral cerebral. Puede obedecer a
abotargamiento facial, sobre todo palpebral, el una metástasis precoz (20-30 %) de un tumor
lagrimeo y la quemosis conjuntival. maligno bronquial, con el posible diagnóstico
4. Facies neumónica y bronconeumónica. En la erróneo de un tumor cerebral primario. Signos
neumonía, es vultuosa, congestionada pero no cerebrales (o meníngeos difusos) se han señalado
cianótica. Hay aleteo nasal por la intensa polip- en los abscesos pulmonares piógenos y micóti-
nea. Las hendiduras palpebrales abiertas dan la cos, en especial por la Nocardia asteroides.
falsa sensación de procidencia de los globos ocu-
lares. Las conjuntivas se encuentran inyectadas y
a veces con un discreto tinte subictérico. En la Constitución
neumonía caseosa, en vez del aspecto vultuoso y
congestivo del neumónico común, se observa pa- La tuberculosis, como infección, es capaz de
lidez, acentuada por las facciones afiladas y los atacar a todos los humanos, dependiendo su de-
ojos hundidos. Los labios muestran leve cianosis. sarrollo de las posibilidades de infección de la
El rostro del bronconeumónico es algo angus- reiteración en el contagio, de la potencia del
tioso, con cianosis lívida más o menos intensa agente contagiante, de la virulencia del bacilo, de
según la gravedad del proceso, y abundante su- los factores sociales y del ambiente (alimenta-
dor en la cabeza. ción, vida higiénica, drogadicción, hacinamiento,
5. Facies tuberculosa. A veces es poco demos- promiscuidad, profesión, etc.). Existe un grupo
trativa. En las formas caseosas más graves, se de individuos, precisamente aquellos clasificados
presenta el aspecto llamado hético, con palidez como leptosomos o asténicos, que son más vul-
alabastrina de la piel, cierta rubicundez de las nerables a la infección tuberculosa. En ellos, se
mejillas (a menudo con tinte cianótico) y ojos desarrolla frecuentemente, con el cuadro que
brillantes. se conoce clásicamente como «tisis». Por el con-
6. Facies cianótica. Se observa en las bronco- trario, en los sujetos calificados por los pediatras
patías crónicas con enfisema y fallo cardíaco de-
recho. Vultuosa con el tinte más acusado en los
labios. “La denominación de escrófula (Hufeland, Virchow) se apli-
7. Facies mediastínica. Se observa a conse- ca a una forma de tuberculosis cuyas peculiaridades radican en
que la infección recae en un terreno exudativolinfático. En ella,
cuencia de la estasis venosa a nivel de la vena las reacciones tuberculinicas son intensamente positivas. Los
cava superior por un proceso mediastínico casi sujetos escrofulosos ofrecen cierta resistencia a las formas gra-
siempre tumoral. Se observa edema de la cara, ves de la tuberculosis del adulto.
Neumología 91

como diatésicos exudativolinfáticos, la tubercu- sucede en los que muestran predisposición, a ve-
losis tiene más dificultades para desarrollarse. ces familiar, a las cicatrices fibrosas y exuberan-
En el asma bronquial, al lado del alergeno, tes («diátesis queloidea» de Schridde). En éstos es
cuenta el «terreno orgánico». frecuente, si acostumbran a inhalar polvo, la apa-
A igualdad de circunstancias, se observa que rición de neumoconiosis.
la neumoconiosis es más frecuente en los sujetos de En la insuficiencia respiratoria crónica, la piel sue-
hábito pícnico que en los asténicos leptosomos. le tomar, con frecuencia, los caracteres de la piel
Influye en ello la hiperactividad del tejido con- senil. El espesor de la dermis es muy reducido y
juntivo (muy frecuente de los pícnicos), que tien- la colágena se altera tanto en su estructura como
de hacia la fibrosis y el enquistamiento de las le- en sus caracteres tentoriales. El conjunto de estos
siones del pulmón. datos la semejan, sin confundirla, con la del «sín-
drome de la piel transparente».
En la embolia grasa del pulmón, casi siempre se-
Estado de nutrición cuente a fractura de huesos largos (los cuales tie-
nen un elevado contenido de grasa), aparecen
Los tumores malignos, supuraciones crónicas, junto con las manifestaciones cerebrales (ansie-
colagenosis y tuberculosis pulmonar, desnutren y dad, confusión, coma) y pulmonares, un rash pe-
a la larga pueden caquectizar al sujeto. No debe tequial situado, preferentemente, en el pliegue
olvidarse que ciertas formas hematógenas mono- axilar anterior y en el saco conjuntival inferior.
viscerales (renales) son compatibles con un buen Este rash petequial es patognomónico del síndro-
estado de nutrición. me, pero puede no aparecer hasta fases avan-
zadas.

Examen de la piel y faneras Osteoartropatía hipertrófica tóxica (OHT)


y dedos en palillos de tambor. Se trata de
Es llamativo el tinte amarillogrisáceo de los un síndrome de hipertrofia dolorosa ósea y de las
tuberculosos cavitarios, y su palidez extrema des- partes blandas de las extremidades debido a cau-
pués de hemoptisis copiosas. sas múltiples.
En el cáncer bronquial, aspergilosis pulmonar Los dedos en «palillo de tambor o hipocráticos»
primaria y tuberculosis hematógena diseminada, pueden aparecer aislados o preceder al desarrollo
pueden observarse nódulos cutáneos con tenden- de la OHT. En el primer caso, se consideran
cia a supurar y ulcerarse o sin ella. Las lesiones como una forma abortiva o frustrada de esta últi-
cutáneas tuberculosas (tubercúlides) se acompa- ma. Se caracterizan por la existencia de una de-
ñan de un curso evolutivo tórpido de las pulmo- formación que consiste en una incurvación en
nares. sentido longitudinal y transversal de las unas
El eritema nudoso motiva una erupción simétri- (uñas en cristal de reloj) aislada o asociada a una hi-
ca de nódulos subcutáneos ovalados, rojos, duros pertrofia, en forma de maza, de las partes blan-
al tacto, localizados en las espinillas, en la super- das de las falangetas (dedos hipocráticos; en palillo
ficie de extensión de los brazos y en las nalgas. de tambor). Más frecuentes en los varones (8:1),
Después de dos o tres días, las lesiones comien- suelen comenzar por los dedos pulgar y gordo
Fotocopiar sin autorización es un delito.

zan a desaparecer con un cambio gradual de co- para extenderse luego a los restantes. Evolucio-
lor, pasando del rojo vivo al violeta y al amarillo nan lenta y solapadamente en el curso de años en
(eritema contusiforme); es frecuente que sigan algunos casos, sin embargo, en otros casos se for-
brotando nuevos elementos durante varias sema- man con rapidez, en pocos meses, acompañán-
nas. Las lesiones nunca supuran ni ulceran. La dose de sensación de calor e incluso dolor. La
erupción va precedida o acompañada de signos anomalía acostumbra ser bilateral y simétrica,
generales, como fiebre, artralgias, trastornos di- aunque no es raro que esté más acentuada en un
gestivos, etc. solo lado y, especialmente, en el que reside la
Los sujetos portadores de cicatrices en la región afección neoplásica pleuropulmonar o cuando
cervical procedentes de una tuberculosis cutánea hay un aneurisma en el cayado aórtico, tronco
S.A.

(escrofuloderma) curada, rara vez enferman de braquiocefálico, subclavia o axilar.


tuberculosis pulmonar (ley de Marfan) y si ello El dedo hipocrático único ha sido hallado en
O MASSON,

ocurre, el proceso evoluciona, casi sin excepción, pacientes con gota, sarcoidosis o después de un
hacia las formas fibrosas menos graves; lo propio traumatismo. El diagnóstico de esta anomalía no
92 Semiología médica y técnica exploratoria

Dedos
hipocráticos
(en maza)
>160" Método correcto
Normal La
160*
yan

Muy ligero

160?

Moderado
Método incorrecto

Dedo normal
con curvatura ungueal

Avanzado

Fig. 2-8. Comparación entre un dedo normal y un Fig. 2-9. Examen de los dedos en palillo de tambor;
dedo en maza o hipocrático; el ángulo ungueodigital es la palpación debe efectuarse en sentido distal. El borde
más abierto en este último. Normalmente, la uña for- de la uña se aprecia claramente.
ma con el dedo un ángulo de 160".

ofrece dificultad alguna; en caso de duda, por tra- maleolar está engrosada y, a veces, la tumefac-
tarse de un estadio incipiente se valora el «signo ción se extiende al tercio inferior de la pierna.
del perfil» (fig. 2-8) y los datos aportados por la Con frecuencia se observan trastornos vasomo-
palpación posterior de la uña, cuya raíz, clara- tores, que se manifiestan en forma de calor local,
mente apreciada, aparece como fluctuante en los edema, cianosis, hiperhidrosis.
tejidos blandos que la circundan (fig. 2-9). La OHT, tanto en estadio precoz (uñas en
El hipocratismo digital familiar se observa en cristal de reloj, dedos hipocráticos) como avanza-
sujetos de familias completamente sanas. Este de- do, es una afección hasta cierto punto reversible;
fecto estético heredado, se instaura alrededor de la al suprimir la causa (neumectomía por neopla-
pubertad. Evoluciona sin signos inflamatorios. sia), las lesiones desaparecen en semanas o me-
En la OHT, la manifestación objetiva primor- ses. A veces, a las pocas horas de la intervención
dial es el aumento de volumen, casi siempre si- el paciente encuentra un gran alivio de sus mo-
métrico, que experimentan las partes distales de lestias.
las extremidades. Las manos son de gran tama-
ño, con los dedos gruesos en forma de palillo de
tambor y uñas en cristal de reloj. La región meta- INSPECCIÓN DEL TÓRAX
carpiana está también hipertrofiada, aunque me-
nos que los dedos. Las muñecas se hallan engro- Se divide en estática y dinámica, según se
sadas, lo que produce en la parte inferior del examine el tórax en reposo o durante los movi-
antebrazo un rodete transversal. La piel es rugo- mientos respiratorios.
sa, como si el revestimiento cutáneo fuera exce- Antes de comenzar la exposición del tema, es
sivo respecto a la parte interesada. Los pies pre- conveniente recordar algunas líneas y puntos de re-
sentan igual deformación que las manos; los ferencia, que son necesarios para la localización
dedos, en forma de badajo de campana, tienen topográfica de los procesos patológicos pleuro-
las uñas gruesas y en vidrio de reloj. La región pulmonares.
Neumología 93

La «jaula» o caja torácica se encuentra limitada


por las costillas, las cuales tienen una fuerte direc-
ción oblicua de atrás adelante y de arriba abajo,
hasta el punto de que una horizontal que pase
por la extremidad anterior del primer cartílago
costal alcanza, en la espalda, el nivel de la IV cos-
tilla. La abertura superior del tórax es también
fuertemente oblicua y contiene la zona del vértice
pulmonar, que, especialmente en su parte ante-
rior, es completamente extratorácica, ya que as-
ciende de 2-4 cm por encima de la clavícula.
El límite inferior del tórax parte de la base del
apéndice xifoides (que señala el punto de inser-
ción del VII cartílago costal), sigue la arcada cos- Fig. 2-10. Técnica para buscar el ángulo de Louis.
tal y termina a nivel de la T12 siguiendo el borde Por corresponder exactamente a la inserción del segun-
superior de la última costilla. El cartilago de las do cartílago costal en el esternón, constituye un exce
lente punto de referencia para contar las costillas y los
VIT-IX-X costillas (la Xi y la X1 son flolantes) se
espacios intercostales.
une con el del lado opuesto a la altura del apén-
dice xifoides limitando el «ángulo epigástrico o
de Charpy» el cual tiene, en los sujetos normales,
un valor de 70-80".
En la unión del mango con el cuerpo del ester- cuello y el tórax. Sirve como punto de partida
nón, se aprecia una arista horizontal llamada «án- para numerar las vértebras dorsales. Se hace más
gulo esternal» (o de Louis), la cual corresponde palpable inclinando la cabeza hacia delante. Si
exactamente a la inserción del Il cartílago costal son dos las vértebras prominentes, la inferior es
en el esternón. Es un punto de referencia muy la buscada; si tres, la del medio es la C7.
valioso para contar las costillas y los espacios in-
tercostales. Líneas de referencia. Las más usadas en
Se procede, comprendiendo entre el pulpejo clínica, son las que a continuación citamos (figu-
de los dedos medio e índice, la arista menciona- ra 2-11):
da (cuando hay dos, la superior es la que marca
la inserción del II cartílago costal); luego, desli- 1. Mediosternal. Desciende a lo largo del eje
zándose a derecha o izquierda, estos dedos cir- medio del esternón, desde la fosa yugular hasta
cunscriben la II costilla, por encima y por debajo el apéndice xifoides. Divide la pared anterior del
de la cual se encuentran el [ y Il espacios inter- tórax en dos mitades simétricas.
costales, respectivamente (fig. 2-10). Una vez re- 2. Parasternal. Parte de la articulación ester-
conocida la II costilla y el 1 y Il espacios, los res- noclavicular y sigue todo el borde esternal.
tantes se cuentan de arriba abajo tomando cada 3. Mamilar. Es la vertical que pasa por el pe-
costilla entre el pulgar y el índice, teniendo cui- zón y, aproximadamente, a unos 10 cm del bor-
dado de hacerlo siguiendo la línea vertical que de esternal.
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pasa por el mamelón. Este recuento resultaría di- 4. Línea medioclavicular. En las mujeres, por
fícil si se tratara de hacerlo junto al esternón, por- razones obvias y por ser el punto de referencia
que en este lugar los cartílagos costales, sobre muy variable, la línea mamilar no nos sirve; se
todo los inferiores, se encuentran muy próximos recurre entonces a la mediclavicular, la cual
entre sí y unidos íntimamente por ligamentos. Si queda señalada por la vertical, que se tira desde
no se sigue esta técnica es fácil equivocarse al la mitad de la distancia entre las articulaciones
contar las costillas y los espacios intercostales, esternoclavicular y acromioclavicular media
pues aquéllas quedan recubiertas por la extremi- a lo largo de la clavícula, o mejor, a lo largo de
dad interna de la clavícula y no son accesibles a la horizontal que pasa por la | articulación es-
la palpación. La primera costilla palpable es, numéri- ternocostal. Dista 7-10 cm de la línea medios-
S.A.

camente, la Il. ternal.


O MASSON,

En el plano posterior, el borde superior de la 5. Axilar anterior. Desciende verticalmente


escápula corresponde a la II costilla, y el ángulo del punto en que el borde inferior del músculo
inferior a la VII. La C7 señala el límite entre el pectoral mayor forma un ángulo con la pared la-
94 — Semiología médica y técnica exploratoria

10, Escapulospinal. Es una horizontal que si-


gue la espina de la escápula, trazada desde la lí-
nea vertebral. Señala, al cruzar la columna verte-
bral, la apófisis espinosa de T3. Es un punto de

E]
referencia del origen de las cisuras pulmonares.
11. Infrascapular. Es una horizontal que pasa
por el ángulo inferior de la escápula, corta la co-
lumna entre las apófisis de T7-T8.
12. Basilar. Señala la base del pulmón. Co-
rresponde a T12. Se busca, a cuatro dedos, por
debajo del ángulo de la escápula.
13. Basal de Mouriquand, Corresponde al lí-
mite del fondo de saco costodiafragmático, y es
el máximo nivel alcanzado por el pulmón en la
inspiración forzada. Se obtiene uniendo con una
horizontal el punto en que la XII costilla corta la
masa lumbar. Se busca haciendo inclinar el suje-
to hacia delante.
14. De Piorry. Une la articulación esternocla-
Fig. 2-11. Líneas convencionales y regiones de la vicular izquierda con la extremidad libre de la XI
parte anterior del tórax. Líneas: 1, clavicular; 2, tercera costilla del mismo lado. Tiene cierto valor, como
costal; 3, sexta costal; 4, parasternal, 5, medioclavicu-
consideraremos más adelante, para la limitación
lar, 6, esternal; 7, mediosternal. Regiones: E, esternal;
topogrática del bazo.
H, hipocondrio; IC, infraclavicular; M, mamaria; 5€, su-
praclavicular
Regiones anatómicas del tórax y órganos
contenidos en ellas. Señalaremos los más im-
portantes:
teral del tórax permaneciendo el brazo horizon-
tal. Entre ambas líneas axilares anteriores se limi- 1. Supraclavicular. Resulta limitada por la cla-
ta la pared anterior del tórax. vícula, el borde superior del músculo trapecio y
6. Axilar media. Desciende vertical a partir el borde posterior del músculo esternocleidomas-
del vértice de la axila. toideo (fig. 2-11 SC). Desde el punto de vista
7. Axilar posterior. Corresponde a la dirección anatomotopográfico, corresponde al vértice del
de una plomada que cae desde el borde inferior pulmón, el cual sobresale 2-4 cm por encima de
del músculo gran dorsal, permaneciendo hori- la clavícula. En su parte interna, y en el ángulo
zontal el brazo. Entre la línea axilar anterior y la formado por la clavícula y la cabeza medial del
posterior, se limita la pared lateral del tórax, y músculo esternocleidomastoideo, se encuentra el
entre ambas líneas axilares posteriores, la pared «punto de auscultación del asma», de Guttmann.
torácica posterior, 2. Suprasternal. Corresponde al borde ante-
8. Vertebral. Es una vertical que sigue las rior de ambos músculos esternocleidomastoideos
apófisis espinosas de las vértebras. Se determina y al superior de :a horquilla esternal. Contiene la
marcando con el lápiz dermográfico una serie de laringe, parte de la tráquea y la glándula tiroides.
puntos correspondientes al vértice de cada una 3. Infraclavicular. Se encuentra comprendida
de las apófisis espinosas y reuniendo después, entre el borde inferior de la clavícula, el superior
con un trazo único, la serie de índices así obteni- de la II costilla, la línea mediosternal por dentro,
dos; o también frotando rápida y vigorosamen- y la axilar anterior por fuera (fig. 2-11 IC). Co-
te, en sentido descendente, con la uña del pulgar rresponde en el lado derecho a la proyección de
o un objeto romo, las eminencias óseas que se la mayor parte del lóbulo superior derecho, y en
presentan; el frote determina a los pocos segun- el izquierdo, a la mitad superior del lóbulo supe-
dos la aparición de una línea eritematosa que in- rior del pulmón de este lado.
dica, con suficiente exactitud, la dirección del eje Presenta una ligera depresión debajo de la cla-
vertical. vícula, más acentuada en su parte externa, donde
9. Escapular. Es una vertical que pasa por el se dibuja una fosita de forma triangular con la
borde interno del omóplato. base a nivel del tercio externo de la clavícula, y el
Neumología 95

vértice en la unión del músculo pectoral mayor


con el músculo deltoides, llamada «fosa de Moh-
renheim»”.
4. Mamaria. Está limitada, por arriba, por el
borde inferior de la región infraclavicular y por
abajo, por una horizontal trazada a la altura de la
inserción esternal de la VI costilla. En ella se en-
cuentra la mama (fig. 2-11 M). En los hombres
musculados, se hace ostensible un surco que si-
gue el borde inferior del pectoral. Corresponde,
en el lado derecho, en su mayor parte, al lóbulo
medio del pulmón derecho, y hacia afuera y aba-
jo, a una pequeña parte del lóbulo inferior. En el
lado izquierdo, corresponde a la porción inferior
del lóbulo superior, y en su parte inferior y exter-
na, a una pequeña porción inferior del lóbulo in-
ferior.
5. Hipocondrios (derecho e izquierdo). Entre
las horizontales que corresponden a la VI costilla
por arriba y la X por abajo. Su límite externo es
la línea axilar anterior, y el interno, la línea me-
diosternal y reborde de las falsas costillas (figu-
ra 2-11 H). Contienen órganos abdominales (higa-
do en el lado derecho; bazo y estómago en el iz Fig. 2-12. Lineas convencionales y regiones de la
quierdo) y el seno costodiafragmático inferior, parte lateral del tórax. Líneas: 1, axilar anterior; 2, sexta
que se halla ocupado por las bases pulmonares costal; 3, axilar media; 4, axilar posterior; 5, prolonga-
durante las inspiraciones profundas. ción de la línea esternal. Regiones: A, axilar; lA, infra-
6. Axilar. Está limitada por las dos líneas axi- axilar.
lares, anterior y posterior, siendo su límite supe-
rior el hueco axilar y el inferior, la línea de la VI
costilla (fig. 2-12 A). Se estrecha a medida que se
asciende, a causa de los relieves que forman las delgadez, no cuentan), constituye un sitio apro-
masas musculares del pectoral por delante y del piado para abordar el pulmón subyacente. Existe
gran dorsal por detrás. Debido a que esta región la posibilidad de alcanzar el Il espacio intercostal
se encuentra desprovista de espesores muscula- si tenemos la precaución de auscultar o percutir
res (las digitaciones del gran dorsal, por su gran sobre el vértice de la axila, haciendo que el enfer-
mo levante el brazo y lo dirija muy hacia atrás.
7. Infraaxilar. Esta región, situada entre el lí-
mite inferior de la anterior y el reborde de las fal-
“Es preciso hacer hincapié sobre la especial disposición ana-
sas costillas, es convexa de arriba abajo y en sen-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

tómica de esta región. La clavícula, que se articula en su extre-


midad interna con el esternón, por encima de la articulación de tido transversal (fig 2-12 IA). Corresponde a la
la T costilla, se dirige transversalmente hacia fuera en busca del base del pulmón derecho, y a la base del pulmón,
omóplato. La caja torácica, por el contrario, muy angosta a este seno costodiafragmático, estómago (espacio de
nivel, sólo conserva brevemente esta dirección transversal no
Traube) y bazo, en el izquierdo.
tardando en dirigirse hacia atrás, alejándose por tanto de la cla-
vícula y del plano transversal correspondiente a la pared cutá- 8. Suprascapular (o supraspinosa). Tiene for-
nea a este nivel. Al mismo tiempo, y como consecuencia de la ma triangular. Está limitada por la columna dor-
oblicuidad de las costillas hacia arriba y atrás, las dos primeras sal, espina del urmóplato y el borde superior del
costillas y el primer espacio limitado son cruzados, a la manera
de un puente, por la clavícula. De ahí que la exploración del
hombro por fuera (fig. 2-18 SEE y SED). Se halla
vértice del pulmón en esta región sólo sea posible en la parte en relación con el lóbulo superior del pulmón y
superior e interna. Si intentamos percutir el vértice pulmonar y con la proyección de la tráquea en su parte inter-
S.A.

lo hacemos algo por fuera, la dirección anteroposterior de las na. En ella, se encuentra la llamada zona de alar-
costillas, en contraste con la transversal de la piel, hace que el
ma de Chauvet, uno de los sitios más aptos para
O MASSON,

resultado sea poco preciso, a menos que se tome la precaución


de aplicar estrechamente y con fuerza el dedo plesímetro con descubrir por auscultación el comienzo apical de
el fin de aproximarse lo más posible a la caja ósea. la tuberculosis pulmonar. Se encuentra en la mi-
96 Semiología médica y técnica exploratoria

Proyección de los órganos torácicos en las principa-


les líneas y regiones (figs. 2-14 y 2-15):

1. Tráquea. Penetra en la caja torácica por


detrás de la horquilla esternal, y en su línea me-
dia. Á poco se divide en los dos bronquios, el de-
recho y el izquierdo. La tráquea, en su bifurca-
ción, corresponde exactamente al ángulo de
Louis por delante y al disco intervertebral entre
T4-T5 por detrás.
2. Pulmones. Tienen la forma semicónica, de
base inferior, en relación con el músculo diafrag-
ma, y vértice superior,
El pulmón derecho presenta en su cara exter-
na dos surcos profundos o cisuras pulmonares,
que lo dividen en tres lóbulos, el superior, medio
e inferior.
Fig. 2-13. Líneas convencionales y regiones de la
parte posterior del tórax. Líneas: 1, escapulospinal;
El pulmón izquierdo sólo presenta una cisura,
2, vertebral; 3, escapular; 4, infrascapular; 5, axilar pos- y por tanto dos lóbulos, el superior y el inferior.
terior; 6, duodécima dorsal. Regiones: E, uscapular; EV, es- Al precisar la situación topográfica de este ór
capulovertebral; IEE, infrascapular externa; IEl, in- gano, consideraremos sucesivamente la de su
frascapular interna; SEE, suprascapular externa; SEl, vértice, bordes, base, cisuras, lóbulos y la de
suprascapular interna. la túnica serosa que lo envuelve, es decir, de la
pleura:

tad de la línea trazada desde el espacio que existe a) Vértices. Se extienden por delante 2-4 cm
entre las apófisis espinosas de C7 y T1 hasta la por encima del borde superior de la clavícula, y
prominencia, muy aparente y fácilmente palpa- por detrás hasta el nivel de la apófisis espinosa
ble, situada hacia la parte media de la espina de de la C7. El vértice derecho está más próximo a
la escápula, que se conoce con el nombre de «tu- la tráquea, pues entre ésta y aquél no se interpo-
bérculo del trapecio». ne la arteria subclavia, como ocurre en el lado iz-
9. Escapular, Se encuentra limitada por arri- quierdof,
ba y abajo por las horizontales que pasan por la b) Bordes. Comprende el anterior, posterior e
espina y ángulo inferior de la escápula, respecti- inferior:
vamente. Su límite interno es el borde de la escá-
pula y el externo la línea axilar posterior (figu- —- Anterior. Parte de la articulación esterno-
ra 2-13 E). Es de escasa importancia semiológica, clavicular y sigue un trayecto oblicuo hacia abajo
pues el plano óseo de la escápula y las masas y adentro hasta encontrarse con el del lado
musculares que la recubren constituyen un obs- opuesto a la altura del «ángulo de Louis». De ahí
táculo casi insuperable para la exploración física. desciende paralelamente hasta el IV cartílago,
10. Escapulovertebral. Entre el borde interno donde diverge. En la margen derecha, desciende
de la escápula y la columna dorsal, en la porción aún, verticalmente, hasta el V cartílago, desvián-
comprendida entre las apófisis espinosas de T3-
T7. Sus límites superior e inferior son las hori-
zontales que pasan por la espina y ángulo infe- * Los límites de la proyección de los vértices en la superficie
rior de la escápula (fig. 2-13 EV). Está en relación de la base del cuello son, por delante, una línea que partiendo
con el lóbulo superior e inferior del pulmón y de la articulación esternoclavicular se dirige verticalmente hacia
arriba hasta 2-4 cm a lo largo del músculo esternocleidomastoi-
con el bronquio principal. deo. De esta altura, la línea se encorva hacia abajo y afuera y
11. Infrascapular. Por debajo de la horizontal va a cruzar la clavícula a la altura de la unión del tercio interno
que pasa por el ángulo de la escápula (fig. 2-13 IEl con el tercio medio. En el plano posterior, los límites son una
e IEE). Su exploración es fácil y útil, pues aborda- línea que partiendo a 3 cm de la línea vertebral, a la altura de la
apófisis espinosa de T3, se dirige hacia arriba hasta la vértebra
mos directamente el lóbulo inferior del pulmón y prominente, donde se inflexióna hacia abajo y afuera para cru-
el fondo de saco inferior de la pleura. «Es la re- zar la espina de la escápula en la unión del tercio interno con el
gión más sonora del plano posterior». tercio medio.
Neumología 97

Vértice del pulmón Vértice del pulmón

Cisura
interlobular

Borde inferior Borde inferior


pulmón pulmón

Límite interior Límite inferior


pleura derecha pleura izquierda

Fig. 2-14. Límites del pulmón y de la pleura, vistos Fig. 2-15. Lírmtes del pulmón y de la pleura, visto
por el lado derecho. por el lado izquierdo.

dose entonces hacia fuera para continuarse, a ni- cardíaca», que corresponde al área desnuda del
vel de la extremidad esternal de la VI costilla, con corazón. A nivel del VI espacio, se continúa con
el borde inferior. En el lado izquierdo, el borde el borde inferior (fig. 2-16).
anterior describe, a la altura de los IV y V espa- — Posterior. Es redondeado y transcurre por
cios intercostales, una curva, llamada «incisura el canal costovertebral desde T1 a T12 (fig. 2-17).

Vértice pulmón derecho Vértice pulmón izquierdo

X,

Límite anterior pleura der. - Límite anterior pleura izq.


Il
| Borde anterior pulmón izq.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Borde anterior pulmón der. .J 4 — superior


.
1
Iv
LX,
Y

. v .
- Escotadura cardíaca
SL. inf.
Borde inferior pulmón der. SS Borde inferior pulmón izq.
vil
VIH
Seno diafragmático Ax” Seno diafragmático
Límites pleurales
S.A.

inferiores
O MASSON,

Fig. 2-16. Límites de los pulmones y de la pleura, vistos por delante.


98 Semiología médica y técnica exploratoria

Vértice pulmón izquierdo

superior NASA
"m NV

Z
o
Vi

Borde inferior pulmón izq. Borde inferior pulmón der.

Límite interior pleura izq. Límite inferior pleura der.

Fig. 2-17. Imagen posterior de los pulmones. Límites inferiores pulmonar y pleural.

— Inferior. Comienza a nivel de la extrerni- e) Lóbulos. Tres de ellos corresponden al pul-


dad interna del VI cartílago; de allí se dirige hacia món derecho y dos al izquierdo. Recordando la
atrás y abajo cruzando el VÍ espacio a nivel de la disposición de las cisuras, podemos darnos cuen-
línea mamilar, el VII sobre la línea axilar, la IX ta de cómo queda constituida la cara posterior
costilla en la línea axilar posterior y la X costilla del tórax en ambos lados; por la cara poste-
sobre la línea escapular. Alcanza el raquis a nivel rior del lóbulo superior, la porción que queda por
de la apófisis espinosa de T11. Desciende de 3- encima de la 1 costilla, aproximadamente a ni-
4 cm durante la inspiración, ocupando entonces vel de la espina de la escápula, y por la cara pos-
el espacio que le ofrece el seno costodiafragmáti- terior del lóbulo inferior, la porción que queda
co vacío. por debajo de dicha costilla. En la cara anterior, a
la izquierda, el lóbulo superior; a la derecha, el
c) Base. Se adapta a la convexidad del dia- lóbulo superior y el lóbulo medio. En la región
fragma. La base del pulmón derecho se encuentra lateral del tórax, lado derecho, se encuentran los
más elevada a causa de la presencia del hígado, el tres lóbulos; en el izquierdo, sólo dos.
cual empuja hacia arriba el hemidiafragma co- D Región hiliar. El hilio del pulmón se en-
rrespondiente. cuentra situado en la cara interna de los pulmo-
d) Cisuras. Corresponden, dos al lado dere- nes, en la unión del tercio posterior con los dos
cho y una al lado izquierdo. La cisura principal tercios anteriores, y a media distancia de la base
parte de la columna vertebral, a la altura de la y del ápice. La región hiliar corresponde, por de-
apófisis espinosa de T3. Se dirige oblicuamente lante, al III espacio intercostal, junto al esternón,
hacia delante, abajo y afuera; cruza la línea axilar y por detrás al V espacio intercostal en las proxi-
posterior, a la altura de la V costilla, para termi- midades de la columna vertebral.
nar, en la línea medioclavicular a nivel de la VI cos- g) Pleuras. Sus límites rebasan ligeramente
tilla. La cisura principal derecha emite, en el pun- los márgenes pulmonares, constituyéndose los
to en que cruza la línea axilar posterior, una «espacios pleurales complementatios» o de reser-
rama (cisura accesoria o secundaria), la cual des- va, el más importante es el complementario infe-
pués de un trayecto horizontal, va a terminar a la rior, que corresponde al seno costodiafragmático.
derecha del esternón, a la altura del IV cartílago Comienza a nivel de la extremidad interna del
costal. VI cartílago costal, de allí, dirigiéndose hacia
Neumología 99

atrás, cruza la X costilla sobre la línea axilar, la XI Es muy útil la retención de esta topografía, en
a 10 cm de la línea mediospinal, a la que alcanza profundidad, de los órganos, porque su superpo-
a nivel del borde inferior de la XII costilla. Este sición hace que, a un mismo nivel, una alteración
seno diafragmático, lleno durante la inspiración determinada de la exploración física pueda ser
por descenso de las lengúetas pulmonares, se en- referida a varios Órganos, y además modifica los
cuentra vacío sobre unos 3-5 cm durante la espi- signos físicos de exploración; así, la proximidad
ración. de la tráquea al vértice pulmonar, especialmente
a la derecha, hace que el ruido respiratorio que se
Puntos de referencia para localizar las es- ausculta tenga un carácter bronquial; los ruidos
tructuras profundas. Terminaremos insis- de deglución pueden ser oídos en el área posver-
tiendo sobre la utilidad de tomar como puntos tebral, especialmente a la izquierda, debido a la
de referencia el «ángulo de Louis», la clavícula, la proximidad del esófago; un desplazamiento del
escápula y la columna vertebral, para la localiza- hígado dará una oscuridad percutatoria en la
ción de los órganos situados en la profundidad: base; una hipertrofia de los ganglios traqueales
puede dar una matidez paravertebral, etc.
1. Ángulo de Louis. Nos señala:

a) El nivel donde se une el I cartílago costal Inspección estática de la pared


con el esternón, lo cual nos permite fácilmente del tórax
contar una costilla determinada en la cara ante-
rior del tórax. Es necesaria una buena luz y que las superfi-
b) El punto de bifurcación traqueal y el punto cies objeto del examen se encuentren completa-
más elevado del cayado aórtico. mente expuestas a la vista. La inspección debe
c) El punto inferior del vértice pulmonar. efectuarse con el paciente de pie, sentado o echa-
d) El punto en el cual ambas pleuras se ponen do en la cama, si su estado es grave y no puede
en contacto en la línea media anterior. incorporarse. La observación en dos o tres de es-
tas posiciones puede reportar ventajas.
2. Clavícula. Dividida idealmente en tres ter-
cios, sólo el tercio interno está en relación topo- Recordaremos que las inspecciones parciales
gráfica con el vértice pulmonar, mientras se halla llevan a resultados incompletos y son fértiles en
en contacto directo con la pleura; el tercio medio errores.

se relaciona con el plexo braquial y con los vasos


axilares, y el externo solamente con la articula- Para los planos anterior y posterior, el enfer-
ción del hombro. mo tiene el tórax erguido, con los brazos colgan-
3. Ángulo superior de la escápula. Corresponde do pasivamente a lo largo del cuerpo; para el exa-
a la II costilla, a nivel de la II apófisis espinosa. La men de las regiones axilar e infraaxilar, coloca la
base de la espina de la escápula está en el Ill es- mano sobre la nuca o cabeza, mientras dirige el
pacio, v sea, donde parle la cisura principal. hombro hacia atrás.
4. Columna vertebral. Los puntos de referen- Aportan datos valiosos la inspección desde los
cia relacionados con la columna vertebral se indi- pies y la oblicua desde arriba (tig. 2-18). Para la pri-
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can en la tabla 2-2. mera, el enfermo con el torso desnudo se dispo-

Tabla 2-2. Puntos de referencia relacionados con la columna vertebral

Vértebras Cara anterior Cara posterior

TDaT3 Vértice del lóbulo superior. Ramas Tráquea y ganglios bronquiales. Esófago.
ascendentes de los bronquios Arco aórtico

T4 a T7 Vértice del lóbulo inferior. Base Bifurcación de la tráquea. Aurículas,


anterior de los pulmones corazón, aorta y esófago
S.A.
O MASSON,

T8a T11 Bases pulmonares. Ramas Los ventrículos llegan hasta la T9,
bronquiales descendentes al igual que el estómago y esófago
100 Semiología médica y técnica exploratoria

riores de los individuos bien nutridos no se ven,


pero aparecen en la parte inferior y laterales del
tórax, donde la musculatura es más débil. Las re-
giones supra e infraclaviculares tienen que for-
mar con la clavícula casi. un plano. A nivel de la
Y costilla de cada lado, se encuentran los pezo-
nes. La VII costilla suele sobresalir más que las
otras en la parte posterolateral del tórax; el hecho
de que sobresalga exageradamente es tan anor-
mal como si lo hace insuficientemente,
El plano posterior del tórax presenta un abom-
bamiento discreto estando las escápulas aplicadas
de plano y de manera simétrica, cubriendo la II a
la VI costillas. En el hombre con musculatura bien
desarrollada, el tórax tiene forma cónica, con el
vértice dirigido hacia el abdomen y la base hacia
el cuello. En la mujer, es más cilíndrico.
Dentro de la normalidad, la forma del tórax
varía en relación con los distintos tipos constitu-
cionales. En los asténicos, es alargado, estrecho,
con las costillas muy oblicuas y la X flotante; en
los pícnicos, es corto y globuloso, con las costi-
llas casi horizontales, y en los atléticos, llama la
atención el grosor de las partes musculares y
la robustez de las óseas (fig. 2-19).

Fig. 2-18. Inspección del tórax, Oblicuamente desde Deformidades del tórax
arriba,
Pueden ser congénitas o adquiridas. Tanto en
uno como en otro caso, pueden alcanzar el tórax
ne en decúbito dorsal y luego ventral. El médico, en su totalidad o limitarse a una de sus partes.
situado a la distancia aproximada de 1 m, dirige
la visual a lo largo de la línea media anterior del Deformidades congénitas. Se observan
tórax o de la columna vertebral. Estos métodos en un 0,06 %, siendo cuatro veces más frecuen-
son útiles para evidenciar las asimetrías estáticas tes en el sexo masculino:
y dinámicas del tórax normal.
El tórax normal exige una simetría de las dos 1. Tórax paralítico. Es plano y largo, con las
mitades, tanto en su volumen como en su con- costillas muy oblicuas hacia abajo, «ángulo epi-
formación. La pared anterior presenta un ligero gástrico de Charpy» agudo, hombros caídos y es-
abombamiento; se levanta desde la clavícula a la cápulas lateralizadas y dispuestas en forma de
IV costilla y disminuye de aquí en adelante. En la alas (escápula alada). Frecuentemente, falta el
parte media del tórax, aparece un surco vertical cartílago de la X costilla, Dado que la musculatu-
desde la articulación del mango con el manubrio ra es pobre y el panículo adiposo escaso, estas
esternal (arista esternal o de Louis) hasta la apófi- personas, por lo general altas y delgadas, dan la
sis xifoides, y a veces otro transversal, por la de- impresión de ser débiles, habiéndoselas cataloga-
presión del VI y VII cartílagos costales (donde se do dentro del llamado «hábito asténico o de Sti-
inserta la porción anterior del músculo diafrag- ler»,
ma), conocido como «surco de Harrison». El án- 2. Tórax acanalado. Discreto hundimiento
gulo formado por los dos rebordes costales ante- longitudinal del esternón sin trastorno alguno. Se
riores, al encontrarse con el apéndice xifoides observa en un 1,5 % de los sujetos examinados.
(ángulo epigástrico o de Charpy), debe ser casi 3. Tórax en embudo (pectus excavatum). Predo-
recto (80%). Los espacios intercostales suelen ser mina en el sexo masculino (83,7 %). Adopta dos
algo hundidos, y en las dos terceras partes supe- formas, una circunscrita, recta, y Otra más am-
Neumología 101

0 E)
Infantil Esténico Hiposténico
(Normal)
Hiperesténico
(Normal)

Oe
(Normal)

Entfisematoso Aplanamiento Pectus Pectus


debido a fibrosis excavatum carinatum
pleuropulmonar (Tórax (Tórax
acanalado) en quilla)

Fig. 2-19, Esquema de los tipos constitucionales del tórax.

plia, casi siempre combinada con un tórax plano estrechez de la abertura torácica inferior. Se ob-
(25,5 %). Por lo general, la parte craneal del es- serva en individuos visceroptósicos con actividad
ternón no participa en la deformación. La retrac- diafragmática deficiente.
ción más notable suele encontrarse junto al bor- 6. Tórax de Davies. Se entiende como tal,
de esternal inferior. El tramo caudal del embudo, una prominencia torácica anterior, bilaleral y si-
por lo menos en su porción periférica, está cons- métrica, de ordinario situada hacia arriba y
tituido a menudo por las partes blandas de la pa- acompañada de una depresión costal en las re-
red abdominal anterior. La distancia esternover- giones submamarias. Esta deformación se obser-
tebral, que normalmente es de unos 20 cm en el va, sobre todo, en la hipertensión pulmonar hi-
adulto, puede haber quedado reducida incluso a percinética, en la estenosis mitral congénita y en
muy pocos centímetros. Cuando la malforma- el corazón triauricular. Suele producirse en los re-
ción es muy acentuada, el abdomen aparece muy cién nacidos y en la infancia, a consecuencia de
abultado. La musculatura abdominal es débil. La una disminución de la distensibilidad pulmonar.
respiración diafragmática desplaza notablemente 7. Tórax de la disostosis cleidoeraneal de Pierre
las vísceras abdominales en sentido caudal. Con Marie-Sainton (displasia o aplasia de la clavícula,
relativa frecuencia, se advierten otras malforma- asociada a lesiones óseas craneales y defectos es-
ciones, a nivel de la columna vertebral; aparte de queléticos). Puede observarse la ausencia bilate-
incurvaciones laterales y deformaciones de los ral del tercio externo de ambas clavículas (en
cuerpos vertebrales, a menudo desaparece la ocasiones, el defecto es unilateral), con una con-
lordosis lumbar, y la columna vertebral dorsal figuración especial del tórax; los hombros se en-
adopta una posición más erecta, llegando a adop- cuentran desviados hacia abajo, adelante y aden-
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tar incluso a veces una postura de lordosis com- tro, y los segmentos claviculares lo están hacia
pensadora. arriba por la tracción de los músculos esternoclei-
Desde el punto de vista funcional, se obser- domastoideos no contrarrestada por los medios
van trastornos respiratorios (bronquitis, bronco- de fijación que mantienen normalmente la claví-
patías agudas) y circulatorios (el corazón se des- cula. Empujándolos hacia dentro, ambos hom-
plaza hacia el lado izquierdo [62,8 %)]). bros llegan casi a tocarse. Como forma incom-
Se atribuye a una disarmonía en el crecimien- pleta de esta displasia, se admite la ausencia
to de las estructuras óseas del tórax. unilateral total o en su porción medial o acro-
4. Tórax piramidal. Prominencia de la parte mial, de una clavícula.
anteroinferior de la caja torácica a la altura del 8. Estenosis relativa de la abertura torácica supe-
S.A.

apéndice xifoides, por excesivo desarrollo costal. rior. Es de origen congénito, a consecuencia del
5. Tórax piriforme. Recuerda una pera con el hundimiento progresivo del tórax en relación con
O MASSON,

pedículo dirigido hacia abajo. El abovedamiento la edad, acentuándose la estasis venosa a nivel de
de la parte superior contrasta con la ostensible la vena cava superior.
102 Semiología médica y técnica exploratoria

Deformidades adquiridas. Son cada vez da. Proyección hacia delante del esternón, con
menos frecuentes, por la posibilidad de prevenir aumento de la abertura torácica inferior, y por
las causas que las motivan: consiguiente del ángulo epigástrico. Cuando esta
propulsión es exagerada, hace prominencia cl
1. Tórax en la obstrucción nasal crónica (casi apéndice xifoides, a veces doloroso. Desapari-
siempre por vegetaciones adenoideas). El pulmón ción de las fosas claviculares, que están por el
se ventila mal, aumentando la presión negativa contrario abombadas, en forma de almohadilla,
endotorácica. Esto motiva actitudes viciosas di- acentuada en los golpes de tos. Relieves muscula-
versas (el sujeto se inclina hacia delante con ele- res, originados por el sobreesfuerzo que las resis-
vación exagerada de los hombros) al mismo tencias respiratorias obligan a los músculos auxi-
tiempo que se observa la depresión del VI y VI liares de la respiración (escalenos, esternoclei-
cartílagos costales (simétrica o con predominio domastoideos, intercostales, trapecio).
de un lado) a causa de la tracción del músculo Los habitantes de las altiplanicies presentan,
diafragma (surco de Harrison). por factores ecológicos, un voluminoso tórax con
2. Tórax raquítico. Las costillas blandas y grandes pulmones y amplio fuelle pulmonar, este
poco elásticas se deprimen proyectando el tórax último dato es el más valorado para diferenciarlo
hacia delante, sobre todo en su parte media; el del gran tórax enfisematoso hipofuncional,
engrosamiento de la unión condrocostal motiva 6. Tórax tuberculoso. En las formas consunti-
una serie de prominencias esféricas palpables, y vas avanzadas, la atrofia de las partes blandas
aun visibles, escalonadas hacia abajo y afuera acentúa cl relieve de las óseas y de la parrilla cos-
(«rosario raquítico»). El abdomen es voluminoso. tal. Las fosas supra e inflaclaviculares son muy
3. Tórax en carena (pectus carinatun). Se carac- profundas, y en la espalda, se dibuja con nitidez
teriza por la protrusión simétrica del esternón, la escápula, cuyo borde interno se separa de la
que muestra un saliente angular y mediano, pared costal (escápula alada). La atrofia predomi-
mientras que los costados se continúan con él a ña en el lado más afecto.
la manera de grandes guías que levantan los te- 7. Tórax pleurítico. La anomalía suele ser uni-
gumentos, recordando el «armazón de un navío lateral. En el derrame pleural, el tórax abomba
en el astillero». Se atribuye a crecimiento uni o por el lado correspondiente. Este saliente depen-
bilateral exagerado de los cartílagos costales, em- de tanto de la proyección hacia delante y afuera de
pujando el esternón hacia fuera, o haciéndolo ro- las costillas del lado afecto y de su rotación sobre
dar sobre su eje longitudinal. Según los casos, la su eje fisiológico ficticio, como del traslado del
proyección del esternón y cartílago es uniforme, esternón hacia el lado enfermo, con aplanamien-
o lo proyectado son sólo los cartílagos de uno o to relativo del lado sano. Tal deformación se ori-
de ambos lados. Se observa con frecuencia en as- gina especialmente a expensas de las regiones
máticos juveniles. anteriores y laterales del tórax, pues la posterior
4. Tórax en falda. Se caracteriza por un estre- está casi inmóvil durante los movimientos respi-
chamiento circular en «golpe de hacha» a la altu- ratorios. En el lado enfermo, los cartílagos costa-
ra de los pectorales, que contrasta con la disten- les abomban y las costillas quedan en posición
sión globulosa del sector suprayacente y la fija de rotación respiratoria; en el lado sano los
repentina y gran oblicuidad hacia abajo y hacia cartílagos se aplanan y las costillas, arrastradas
afuera, del segmento subyacente, que toma un por el esternón desviado hacia la mitad enferma,
aspecto muy ensanchado. Se asocia a cifosis ra- ejecutan un movimiento inverso al del lado
quídea, a un cierto grado de debilidad general del opuesto.
esqueleto torácico y a veces a un retraso global En el empiema pleural crónico con sínfisis
del crecimiento; es propio, como el anterior, de pleural, el hemitórax correspondiente se retrae €
asmáticos jóvenes. inmoviliza; los espacios intercostales se estre-
5. Tórax enfisematoso. Forma globosa del tó- chan e incluso llegan a desaparecer, disponiéndo-
rax por el aumento de sus diámetros anteropos- se las costillas como las tejas de un tejado. Simul-
terier y transverso, rígido y en posición inspirato- táneamente, se produce lordosis con la conve-
ria, que se le ha calificado de «tórax en tonel». xidad dirigida hacia el lado enfermo.
Aumento del relieve costal, con horizontalidad 8. Tórax en la atelectasia pulmonar masiva.
de las costillas y ensanchamiento de los espacios Casi siempre por obstrucción neoplásica de un
intercostales, y que cuando se acompaña de cier- bronquio, el hemitórax aparece inmóvil y retraí-
to grado de cifosis aparece con la espalda redon- do, con los espacios intercostales estrechos y de-
Neumología 103

primidos, y hundidas las fosas supra e infraclavi- pleura (empiema), o pulmón, o de naturaleza sifi-
cular. La columna vertebral puede estar incurva- lítica, tuberculosa, etc. Si son viciosas, hipertrófi-
da hacia el lado afecto. Estos signos de retracción cas o queloideas, permiten formular un pronósti-
rara vez alcanzan la intensidad de las retraccio- co favorable cuando en el momento del examen
nes por esclerosis pulmonar o por paquipleuritis. el sujeto sufre un proceso tuberculoso activo,
9. Tórax cifoscoliólico. La deformidad, sea si- pues son indicio de una capacidad reactiva inten-
métrica o no, es muy patente. El tórax así confor- sa del tejido conjuntivo.
mado, no sólo predispone al enfisema (enfisema 4. Estrías lineales (vinosas si son recientes, O
toracógeno), sino también, por la elevación del anacaradas si son antiguas). Propias de los proce-
diafragma y la discolocación de los grandes va- sos que motivan la distensión exagerada del re-
sos, a complicaciones cardíacas. vestimiento cutáneo de un hemitórax en intensa
10 Tórax escafoideo. Se observa en la siringo- función vicatiante.
mielia. Se caracteriza por el hundimiento de la 5. Vesículas. Si están a lo largo del trayecto
parte superior del esternón, acompañado a veces de un nervio intercostal (sin rebasar la línea me-
de subluxación de ambas clavículas. dia), son propias del herpes zoster (al curar pue-
11. Tórax de polichínela. Es propio de sujetos den dejar manchas acrómicas indelebles y man-
acromegálicos. Llama la atención del observador el chas de color «café con leche» como en el sín-
enorme desarrollo total, con cifosis cervicodorsal, drome de Albricht y neurofibromatosis).
robustísimas clavículas y esternón prominente. 6. Equimosis. Si están en la raiz del tórax cof
12. Tórax telescopado. Es propio de los suje- tendencia a difundirse, por traumatismo medias-
tos con enfermedad de Paget. Corresponde a un tínico; o un rash petequial en el pliegue axilar an-
acortamiento del tórax, al que se suma la promi- terior y saco conjuntival inferior, en la embolia
nencia de ambas clavículas y una cifosis acentua- grasa del pulmón, secuente a fracturas de los
da. Ello, junto con la gran incurvación de los huesos largos.
miembros inferiores, tiene como consecuencia el 7. Eritema ab igne (cutis marmóreo). Limita-
que los brazos aparezcan como colgantes, llegan- do a una zona, viene indicado por un proce-
do sus extremos hasta las rodillas. so duluroso que ha requerido la frecuente aplica
ción de calor local, o por el excesivo uso de lám-
paras de luz ultravioleta para conseguir un bron-
Observaciones derivadas de la inspección ceado cutáneo artificial.
estática de la pared del tórax 8. Dermografismo rojo o blanco. La inestabili-
dad vasomotora es causa de la aparición de una
Comienza con los signos cutáneos. Á conti- roncha lineal roja al rascar la piel con la uña o
nuación, y ayudados por el tacto, nos daremos con un objeto romo.
cuenta del estado de las masas musculares, del 9. Ginecomastia. Las afecciones torácicas se si-
grosor del panículo adiposo, de las anomalías es- túan en el segundo lugar entre los factores etioló-
queléticas, de la existencia de adenopatías, del gicos de las ginecomastias, después de las afeccio-
aumento o angostura de los espacios intercosta- nes testiculares; el aumento del tamaño de las
les, etc. mamas es moderado, bilateral (si es unilateral es
más frecuente en el lado izquierdo) e indoloro. La
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Anomalías de la piel del tórax. Limitán- causa más común es el cáncer de pulmón y el co-
donos a las vinculadas a la patología del aparato rioepitelioma, sin olvidar, a notoria distancia, las
respiratorio, citaremos: bronquiectasias y tuberculosis pulmonar, en espe-
cial tras tratamiento prolongado con hidracidas.
1. Nevos. Revelan una inferioridad contilu- 10. Latidos arteriales. En la coartación aórtica
cional de los órganos (si muestran una topografía del adulto, a medida que va haciéndose más pa-
unilateral no es raro que, en este lado del tórax, tente la circulación colateral, se palpan, y a veces
se localicen preferente o exclusivamente los pro- se ven, latidos arteriales a nivel de los «puentes
cesos tuberculosos). de compensación» (regiones supraclavicular, pa-
2. Acné. En la región escapulovertebral, sig- rasternal, interescapular, intercostal, etc.), en
S.A.

no de una sugestiva mayor resistencia orgánica donde se pueden también palpar frémitos y aus-
frente a la tuberculosis. cultar soplos.
O MASSON,

3. Cicatrices. Ya sean consecutivas a inter- 11. Síndrome de la vena cava superior. En la


venciones quirúrgicas sobre las costillas (osteítis), ocupación mediastínica (tumores, adenopatías
104 Semiología médica y técnica exploratoria

malignas, Hodgkin, linfo o reticulosarcoma, El edema inflamatorio, al contrario, es rojo,


aneurisma aórtico, mediastinitis crónicas), se ob- caliente y doloroso.
serva este síndrome con su tríada clásica, de ede- 15. Enfisema. Es la infiltración subcutánea de
ma en esclavina (cara, cuello y ambos brazos), aire y se reconoce con facilidad por la leve crepi-
cianosis en manos y cara, y circulación comple- tación que la presión suave causa en las partes
mentaria toracobraquial. Esta circulación com- hinchadas (diríase que se aplastan una serie de
plementaria puede traducirse por la presencia de vesiculitas secas y friables); por la flojedad y elas-
auténticas varicosidades; la circulación de la san- ticidad de los tegumentos dilatados, que ceden
gre se realiza en sentido descendente (hacia el sin dificultad a la presión del dedo sin conservar
abdomen), ya que la derivación de la sangre ve- su huella, y por el aumento de sonido a la percu-
nosa se verifica por el territorio de la cava infe- sión.
rior. 16. Empiema necessitatis. Cuando un empie-
12. Procesos infiltrativos apicales. Casi siempre ma pleural se abre al exterior a través de un espa-
de origen tuberculoso, se observa con cierta fre- cio intercostal, forma previamente un tumor pro-
cuencia, sobre todo si existen adherencias pleura- minente, oval, de tamaño variable y que al tacto
les, la dilatación varicosa de los finos troncos ve- produce sensación de pastosidad fluctuante. Si
nosos superficiales colaterales de la vena cava recae en el lado izquierdo, cerca del corazón,
superior. Estas estrías venosas sintomáticas debi- puede pulsar («empiema pulsátil»).
das a la relación (a través de las adherencias pleu- 17. Atrofia de las partes blandas. Se reconoce
rales) de las venas pulmonares con las de la der- por su depresión con exageración de los relieves
mis se perciben preferentemente a ambos lados óseos, y a la palpación por el menor grosor del
del manubrio del esternón y en la región infracla- pliegue de la piel y la débil resistencia que ofrece
vicular («estrías venosas» de Kuthy); tienen gran el músculo a la presión suave. Manifiestas atro-
valor semiológico. fias simétricas y disminución de la fuerza en los
13. Estrías o arañas vasculares (vascular spiders, músculos esternocleidomastoideo, brazo y cintu-
de los autores anglosajones). Es frecuente su apari- ra escapular, han sido señaladas frecuentemente
ción coronando las vértebras T2-T3 («zona varico- en miopatías sintomáticas de procesos neoplási-
sa de alarma», de Lombardi), en el asma y bron- cos bronquiales o de órganos distantes.
quitis asmática de los niños, y que se extienden a 18. Aumento de tamaño de los ganglios linfáti-
veces hasta los hombros, en forma de mariposa, cos. Se señalan en determinadas afecciones pleu-
en el asma inveterado de los adultos. Estas estre- ropulmonares. Cabe observarlo en el cuello, re-
llas vasculares, constituidas por minúsculas dilata- giones supra e infraclavicular, axilar y lateral del
ciones capilares en forma de estrella, aisladas o cuello. Aunque suelen verse bien, se estudian
confluentes, pueden también observarse en el cue- mejor combinando la inspección con la palpa-
llo y parte anterosuperior del tórax. ción, la cual precisa sus características físicas.
14. Edema. Aparece cuando el tejido celular
subcutáneo se encuentra infiltrado de serosidad, Anomalías de la pilificación. No insistire-
aumentando de grosor y borrando las estructuras mos sobre el valor diagnóstico y pronóstico de
anatómicas subyacentes. Puede ser de naturaleza estas las anomalías, pues nos ocuparemos de ellas
mecánica o inflamatoria. en otro capítulo.
El edema mecánico, debido a una dificultad
en la circulación venosa de retorno, se reconoce Anomalías del esqueleto óseo. La inspec-
por ser indoloro, pálido (siendo la piel semitrans- ción ayudada por la palpación aporta datos de
parente), y por dejar huella («fóvea») a la presión notorio interés. Las anomalías pueden señalarse
con el pulpejo del dedo. Aunque esta depresión en el esternón y apéndice xifoides, en la clavícu-
no se perciba algunas veces a simple vista, no la, en las costillas, en las articulaciones esterno y
hay más que pasar ligeramente la yema del dedo costocondrales y en la escápula, y ser de natura-
por el sitio donde se ha hecho la presión y se dis- leza congénita, inflamatoria o tumoral.
tinguirá al tacto un leve hundimiento. Asimismo,
se reconoce, incluso en grado mínimo, cuando se 1. Esternón. Podemos encontrar:
puede pellizcar la piel con los dedos, pues el plie-
gue que de este modo se forma tiene un grosor a) Anomalías congénitas. Acanalado, bífido
superior al que muestra en las partes no edema- (ambas bandas hemiesternales tienen una forma
tosas. curva, más separadas en la parte superior que en
Neumología 105

la inferior), ausente total o en un solo lado, lo


cual es causa de que las costillas de este lado ter-
minen libremente, quedando el defecto de sus-
tancia ósea revestido de una membrana que se
curva hacia fuera durante la espiración y se de-
prime durante la inspiración.
b) Procesos inflamatorios. Osteítis piógenas (su
asiento predilecto es el mango), tuberculosas
(casi siempre a focos múltiples), sifilíticas (esta
periostitis suele afectar también el cráneo y
tibias) capaz de producir salientes seudoexostóti-
cos de evolución gomosa. Los procesos reumáti-
cos asientan en las articulaciones esternoclavicu-
lar y condrosternales. Fig. 2-20. Signo de la plomada o de Pitres. €, colum-
d) Nódulos neoplásicos. Son frecuentes en la na vertebral
enfermedad de Hodgkin (su lugar predilecto es el
mango esternal) y mieloma (suclc acompañarse
de focos múltiples costales). Ocasionalmente, el Cuentan la ausencia total (rara) o parcial (medial;
primitivo puede permanecer mudo. acromial) de la clavícula; en el grupo de la ausen-
d) Fracturas. Pueden ser traumáticas y espon- cia parcial y medial, hay casos en que ambos ex-
táneas, por accesos violentos de tos. tremos claviculares quedan unidos por un tejido
fibroso blando y flexible (sindesmosis clavicular) y
2. Apéndice xifoides. Se encuentra situado a lo otros en que no existe tejido de unión y el extre-
largo de la línea media esternal. Puede ser perfo- mo esternal se eleva por la acción del músculo
rado, bífido o luxado por un traumatismo o con- esternocleidomastoideo. Otras anomalías intere-
génitamente. Su falta (axifoidia) es interpretada santes, son la hipoplasia total o parcial de la cla-
como signo de heredosífilis. Su desviación lateral vícula, casi siempre de su extremo esternal (floa-
(fácil de apreciar por medio de una plomada que ting clavicle o clavicula mobile) y la disostosis
pende del hueco suprasternal) se observa en el cleidocraneana.
derrame pleural, pues el abombamiento del he-
mitórax enfermo lo arrastra consigo (signo de Pi- b) Anomalías adquiridas. Las clavículas apare-
tres, [fig. 2-20)), y en el cáncer broncógeno, en cen gruesas, robustas, pero de morfología normal
que se aleja de la lesión por retracción del hemi- y proporcionadas al volumen del cuerpo del suje-
tórax enfermo y dilatación del sano, en su fun- to y desarrollo de los restantes huesos del tórax,
ción vicariante (signo de Pitres invertido o de en la acromegalia. Los abultamientos circunscri-
Novaro). Puede ser motivo de dolores espontá- tos corresponden a lesiones inflamatorias (osteí-
neos o provocados (xifoidalgia). tis tuberculosa, por gérmenes piógenos, sifilítica),
3. Clavícula (a veces apreciables por inspec- traumáticas o tumorales.
ción y siempre por palpación). Sus anomalías
pueden ser congénitas o adquiridas: 4. Anomalías de las costillas. Señalaremos su
Fotocopiar sin autorización es un delito.

falta congénita, ya sea en todo su trayecto, ya en


a) Anomalías congénitas. Pueden ser por exce- alguna de sus porciones. Tiene importancia por
so y por defecto: su frecuencia la llamada costilla cervical, en rela-
ción con C7, la cual puede ser uni o bilateral. Su
— Anomalías por exceso. Citaremos la c/aví- conocimiento es útil, pues puede falsear el resul-
cula uncinada, de menor longitud que la del lado tado de la percusión del vértice del pulmón y ser
normal, pero con una prolongación de 3-4 cm la- causa de dolores toracobraquiales (Thoracic outlet
teralmente a la articulación acromioclavicular,; la Syndrome):
hipertrofia del tercio interno, que se relaciona con
la heredosífilis tardía, soliendo coincidir con a) Tumores costales. Pueden ser primitivos o
S.A.

otros signos de lúes congénita y la bifurcación cla- secundarios. Los primeros resultan poco frecuen-
tes, y en el 80 % de los casos son de naturaleza
O MASSON,

vícular, ya sea acromial, esternal o medial.


— Anomalías por defecto (casi siempre maligna, sobre todo sarcomas. Los tumores se-
acompañadas de otras malformaciones óseas). cundarios revelan la existencia de una neoplasia
106 Semiología médica y técnica exploratoria

distante. En ambos casos, la neoformación se 5. Anomalías de la escápula. Es una dismorfia


manifiesta bajo la forma de nódulos dolorosos y congénita habitual, en la que una escápula (casi
de crecimiento rápido. La costilla es frágil a su ni- siempre la izquierda) se encuentra situada 2-3 cm
vel y pronta a la rotura. Cabe señalar que es posi- más alta que la otra, sin que pueda demostrarse
ble, aunque muy raro, el mieloma costal solita- anormalidad alguna en la columna vertebral ni en
rio, el cual evoluciona más lentamente. el tórax.
b) Procesos inflamatorios agudos (osteítis tifódi-
ca, tuberculosa, por gérmenes sépticos, etc.).
Ocasionan un abultamiento más o menos cir- Inspección dinámica de la pared
cunscrito, que llega a supurar y aun fistulizarse. del tórax
Son tanto más dolorosos cuanto más se afecta el
periostio. Como punto de predilección se seña- Sirve para precisar las características de los
lan las extremidades costales anteriores, los cartí- movimientos respiratorios en lo que se refiere a
lagos y las articulaciones esterno y costocondra- su frecuencia, ritmo, amplitud y simetría.
les y esternoclavicular. La sífilis es capaz de
producir salientes seudoexostósicos de evolución Respiración normal. Consiste de la suce-
gomosa. sión rítmica y fluida de los movimientos de ex-
c) Fracturas costales. Pueden ser traumáticas pansión (inspiración) y de retracción (espiración
(si son múltiples o bilaterales trastornan la fun- torácica), sin que el ojo pueda observar ningún
ción respiratoria) o espontáneas, por una violen- intervalo entre el final del uno y el comienzo del
ta contracción muscular al toser y estornudar, y otro. Representando por 10 todo el tiempo ocu-
en las embarazadas en ocasión de un esfuerzo, pado por el acto respiratorio y la pausa que le si-
debido a que en ellas el tórax está sometido a gue, podría considerarse la duración de la inspi-
una tensión continua por el desarrollo del útero. ración igual a 9, la espiración a 4, y la pausa que
En las costillas, el sitio habitual de fractura es a le sigue, a 1”.
la altura de la línea axilar anterior, en la inter-
sección de los músculos serrato mayor y obli- Tipos respiratorios. En estado normal (figu-
cuo mayor del abdomen. Para el diagnóstico, es ra 2-21), se observan dos tipos?:
decisivo el dolor circunscrito sobre un punto
costal (que puede crepitar a la presión), y que al 1. Toracoabdominal. Propio del sexo masculi-
comprimir el tórax en diferentes planos los do- no, la contracción enérgica del diafragma motiva
lores se presentan localizados en el mismo sitio,
contrariamente a lo que sucede en una contu- “Sibson ha dado una descripción clásica del movimiento
sión; si se invita al paciente a levantar un peso, del tórax en el acto respiratorio: «Durante la inspiración, se le-
se percibe un dolor violento en el punto de frac- vantan las primeras costillas y las clavículas, y por medio de és-
tas, el esternón y todas las costillas conectadas con él. Las costi-
tura (maniobra de Brandel). Recordaremos que llas superiores convergen; las inferiores divergen. Los cartílagos
cuando se halla fracturada sólo una costilla, se costales superiores forman un ángulo recto con el esternón, y
produce, en virtud del apoyo de las costillas ve- los inferiores, a partir del VII se separan de los del lado opues-
cinas, Únicamente una hendidura fina, demos- to, como si quisieran ampliar el espacio abdominal entre ellos
justamente debajo del cartílago xifoides, siendo el efecto que se
trable radiológicamente sólo cuando el rayo amplifique la base del tórax. El cuello se acorta y el abdomen
central se halla con exactitud en el plano de la aparentemente se alarga:

fractura. A veces puede hacerse su diagnóstico En la espiración, el esternón y las costillas descienden. Las
retrospectivo por el callo que se forma al conso- costillas superiores divergen y las inferiores convergen. Los car-
tíilagos superiores forman un ángulo más obtuso con el ester-
lidarse la fractura. nón, y los cartílagos superiores de las partes opuestas se apro-
d) Cartílagos costocondrales. Pueden ser asien- ximan como si quisieran estrechar el espacio abdominal entre
to de procesos inflamatorios o traumáticos, en ellos, justamente debajo del xifoides, siendo el efecto que todo
ocasión de esfuerzos excesivos y repetidos. el tórax baje y se estreche. El cuello se alarga y se acorta el ab-
domen». Añadiremos, que existe un balance normal entre los
e) Espacios intercostales, Se angostan, llegando movimientos respiratorios Lurácicos y los correspondientes del
incluso a desaparecer en los casos extremos, por abdomen, con retracción de este último en la inspiración y dila-
disponerse las costillas como las tejas de un teja- tación en la espiración.
do, en la sínfisis pleural, atelectasia y tuberculo- “Estos tipos respiratorios son conocidos desde tiempo in-
memorial pues ya fueron descritos por el filósofo chino Lao-
sis crónica. Lo contrario sucede en el enfisema, Tsé quinientos años antes de Jesucristo, sugieren un carácter
derrame pleural reciente, neumotórax y parálisis sexual secundario que no se modifica durante la evolución nor-
de los músculos intercostales. mal del individuo.
Neumología 107

la dilatación inspiratoría de la parte inferior del


tórax y abdomen.
((
2. Costal superior. Propio del sexo femenino.
La acción de los músculos de la cintura escapular,
sobre todo escalenos y esternocleidomastoideos,
desplaza hacia arriba y adelante la parte superior
del tórax, con un máximo a nivel de la Ill y IV
costillas.

La respiración toracoabdominal (o masculina)


se observa en la mujer con procesos doloro-
sos del tórax o con signos de virilización; la in-
versión del tipo respiratorio en el hombre, dáse
en casos de feminización, asma bronquial y pro-
cesos abdominales (ascitis, peritonitis, tumor
voluminoso).

Frecuencia respiratoria. Es el número de


actos respiratorios por minuto; varía por múlti-
ples causas, entre las que cuentan los esfuerzos
físicos, las excitaciones psíquicas, el trabajo di-
gestivo, el tono vegetativo del sujeto y sobre
todo la edad. En condiciones basales, la frecuen- Fig. 2-21. Tipos respiratorios. La mujer respira prin-
cia al nacer es de 44 respiraciones por minuto; de cipalmente por la parte superior del tórax. En el hom-
26, a los 5 años; de 20, a los 15-20 años; de 18, a bre tiene gran importancia la respiración por el diafrag-
los 20-25 años; de 16, a los 25-30 años, y de 18, ma y el abdomen.
por encima de los 40 años. Se explora colocando
la mano sobre el pecho del enfermo y contando
las respiraciones por minuto. La relación entre el
ritmo de la respiración y el del pulso es aproxi- es por consiguiente más correcto hablar de bradi-
madamente de la 4. batipuea.
El aumento de las necesidades respiratorias se
compensa, en el sujeto normal, acrecentando la
amplitud de los movimientos respiratorios sin Trastornos del ritmo respiratorio
modificación ostensible de su número (batipnea),
como es frecuente en los deportistas entrenados, Los más interesantes son los que a continua-
o elevando su frecuencia, caso corriente (taquip- ción vamos a considerar:
nea). Ambas representan modalidades reactivas
normales y son, como la respiración del sujeto Respiración de Cheyne-Stokes (ciclopnea
sano, actos inconscientes, o sea, no asociados a [Letamendi]). Considerada por Traube una
Fotocopiar sin autorización es un delito.

signos de fatiga respiratoria. Si la demanda de respiración propia del automatismo bulbar, su


oxígeno es muy acusada, estos acrecentamientos mecanismo íntimo no se conoce por completo; lo
en el número y amplitud resultan insuficientes y que sí sabemos es que dos factores son necesa-
la compensación, sin menoscabo de la hemato- rios para que se produzca, el déficit irrigatorio
sis, se consigue por un aumento considerable de cerebral y la hipoexcitabilidad del centro respira-
la frecuencia respiratoria, con conservación de la torio. Se caracteriza por una fase de apnea, de
amplitud normal (raquipnea simple), con disminu- duración variable (10-30 seg) seguida de una se-
ción de dicha amplitud (respiración superficial), o rie de respiraciones, que progresivamente van
con aumento de la amplitud (polípnea). aumentando en amplitud y frecuencia para luego
La disminución de la frecuencia respiratoria se volver a decrecer hasta una nueva fase apneica, y
S.A.

llama bradipnea, puede alcanzar cifras muy bajas, así periódica y sucesivamente (fig. 2-22).
hasta de 6 respiraciones por minuto en atletas Durante el período de apnea o interrupción de
O MASSON,

entrenados y en reposo. Como sea que al mismo la respiración, el CO, se acumula en la sangre y
tiempo está aumentada la amplitud respiratoria, gradualmente estimula el centro respiratorio has-
108 Semiología médica y técnica exploratoria

Respiraciones amplias y ruidosas Respiracion Apnea — 10s, 15 s más.

==m—o-—-.
superficial y Somnolencia o inconsciencia
silenciosa miosis, cianosis, descenso de la
tensión arterial

===
Fig. 2-22. Esquema de la respiración de Cheyne-Stokes.

ta que éste alcanza un máximo de actividad, pro- >. Intoxicaciones (morfínica, barbitúrica). En
duciendo una serie de respiraciones profundas. las que disminuye la excitabilidad del centro res-
Esta respiración forzada elimina su exceso, con piratorio.
lo que desaparece la estimulación del centro res- Durante el sueño profundo de algunas perso-
piratorio y la respiración cesa de nuevo hasta que nas ancianas, y en menor número en niños, pue-
la reacumulación del CO,, lo vuelve a activar. de observarse una «respiración cíclica» que ofrece
La respiración de Cheyne-Stokes no es una cierta semejanza con la que nos ocupa.
verdadera disnea, ya que no constituye una res-
piración penosa para el enfermo, pues éste no se Respiración «grande» de Kussmaul. De-
da cuenta de ella por estar más o menos incons- pende de una estimulación enérgica del centro res-
ciente. piratorio por acidosis. Es propia del coma urémico
Este tipo de respiración se observa en: y del diabético clásico (el hiperosmolar no cetoaci-
dótico tiene disnea, pero no de este tipo). Consiste
1. Afecciones vasculares esclerosas del cerebro, en una inspiración profunda y ruidosa seguida de
Muchas veces acompañadas de hipertensión ar- una pausa, y de una espiración rápida separada
terial. por un intervalo de la inspiración que la sigue. Es
2. Insuficiencia cardíaca izquierda. Por miocar- llamativo el contraste entre la energía de las excur-
diosclerosis asociada con una afectación vascular siones respiratorias y la debilidad general del suje-
general con aumento de la tensión arterial o sin to, que permanece tranquilo y quieto sin mostrar
ella. Esto último explica que nunca se observe en disnea ni signo alguno de obstáculo en la respira-
las lesiones valvulares, en las que faltan los facto- ción. Durante esta inspiración el pulso es siem-
res locales cerebrales; cuando coincide con pulso pre dícroto, se regulariza al cesar y vuelve a hacer-
alternante y ritmo de galope («tríada de Scherf»), se dícroto en la inspiración siguiente.
tiene un significado ominoso.
3. Algunas neuropatías orgánicas tumorales, He- Respiración de Biot. Consiste en breves
morragia cerebral, meningoencefalitis, etc. pausas apneicas sucesivas, si bien en los períodos
4. Respirando el aire enrarecido de las grandes intermedios la respiración es regular y de profun-
altitudes. Somervell y Pugh-Ward la observaron, didad normal. Es índice de lesión del centro res-
respectivamente, a partir de los 5,200 m, en los piratorio (meningitis, tumores, hematoma extra-
miembros de las expediciones de Bruce (1922) y dural) (fig. 2-23).
de Hunt (1953) al Everest, aunque siempre estan-
do dormidos y acostados y jamás en vigilia o en Respiración paradójica. Cuando las frac-
posición sentada o erguida. En el propio Edmund turas costales son múltiples o bilaterales, o la
Hillary, el primero que llegó a la cumbre del Eve- costilla se fractura en dos o más puntos, o se aso-
rest, el ciclo respiratorio consistía en dos respira- cian a fracturas del esterrión, se puede perder la
ciones cada una de las cuales duraba 3 s, seguidas estabilidad de la pared torácica con grave trastor-
por una pausa de 10 s; y en Lowe, otro miembro no para la función respiratoria. Esto es lo que se
de la misma expedición, en tres respiraciones conoce con el nombre de «volet costal» (flail chest,
profundas con una pausa intercalar de igual dura- tórax en postigo, flacidez o inestabilidad de la
ción. pared torácica). Durante la inspiración, y como
Neumología 109

y Í l

1 Apnea de L. Respiración de |
l duración variable | amplitud igual o 1
! Bsa30s |] desigual '
' ! 1'
1 l 1
' l "
' | '
! | I
! i ¡

|
|
|
I
|
1
'
I i !
'i

Fig. 2-23. Esquema de la respiración periódica de Biot.

consecuencia de la presión negativa Intratorácica, das seguidas de una espiración rápida, motivo de
las costillas fracturadas se deprimen hacia el tó- un ruido particular conocido como «suspiro».
rax, interfiriendo con la expansión del pulmón Acompañada de una sensación angustiosa de so-
subyacente. El pulmón es incapaz de expandirse foco y ansiedad, puede durar varias horas, y cede
vicariando la inspiración en el contralateral (res-
piración pendular). En la espiración sucede lo
contrario; cuando la caja torácica se deprime, el
«volet» es lanzado hacia el exterior.
Algo similar ocurre con el mediastino durante
la inspiración, es atraído hacia el lado sano, y en la
espiración, hacia el patológico (balance mediastí-
nico). La circulación de retorno al corazón queda
dificultada (fig. 2-24).

Respiración alternante. Descrita por Galli


(1918) y Netousek (1925), consiste en la sucesión
alternada de una respiración grande y de otra pe-
queña; es un fenómeno idéntico al del pulso al-
ternante, con una sístole fuerte seguida de otra
pequeña, y así sucesivamente. Se observa en su-
jetos desnutridos o caquécticos.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Respiración en escalera. Se observa a con-


tinuación de un esfuerzo físico intenso y prolon-
gado, y en ocasiones tras practicar la clásica
prueba de Valsalva. Las respiraciones son cada
vez más profundas hasta un cierto límite, a partir
del cual disminuye la amplitud. Se atribuye al au-
mento de la tensión endocraneal durante el es-
fuerzo, la cual compromete la circulación y con-
secutiva nutrición del tejido nervioso; con el
ritmo escaleriforme ascendente, cesa esta anó-
S.A.

<S
mala situación.
O MASSON,

Fig. 2-24. «Volet costal» o flail chest mostrando la res-


Respiración suspirosa (o disfrénica). Se piración paradójica externa (B), comparada con la respi-
caracteriza por una serie de inspiraciones profun- ración normal (A).
110 Semiología médica y técnica exploratoria

más o menos temporalmente después de una ins- 1. Primera fase. Es activa inspiratoria. Se ob-
piración y espiración completas, logradas al cabo serva la apertura progresiva de la boca, la dilata-
de varios intentos. Es frecuente en sujetos jóve- ción de la porción laríngea de la faringe y la dis-
nes (sobre todo mujeres, con una historia de ten- tensión del tórax con descenso del diafragma. La
sión emocional crónica, conflictos espirituales y dilatación de la faringe es enorme, alcanzando
casi siempre con una vida asociada a una frustra- tres o cuatro veces su calibre normal. Hay tam-
ción progresiva). bién descenso de la lengua y hueso hioides. Du-
rante esta fase, la hipotensión torácica aspira la
Respiración jadeante. Es entrecortada y sangre de las venas corporales hacia el corazón,
teatral. La inspiración, ruidosa y rápida, se sigue por lo cual impulsa la circulación sanguínea. La
de una espiración violenta. El sujeto está agitado compresión de las venas yugulares origina estasis
y siente que le falla el aire, se señala después de venosa cefálica.
ejercicios físicos y de excitaciones psíquicas. El 2. Segunda fase. Corresponde al acmé inspi-
«jadeo» constituye la representación típica de la ratorio. Estos fenómenos de distensión alcanzan
pasión sexual al acercarse el clímax u orgasmo. su máximo en este período, en que es posible,
en sujetos predispuestos, la luxación de la mandí-
Hipo. Es una convulsión inspiratoria brus- bula.
ca, determinada por la contracción mioclónica 3. Tercera fase. Es pasiva espiratoria. Está
del diafragma acompañada de disminución del marcada por una espiración lenta y ruidosa; un
calible de la glotis, lo que produce un ruido gutu- bostezo rara vez se presenta aislado; a veces se
ral característico. Entre la forma aislada y el hipo acompaña de flexión pronta y luego extensión
persistente (mal hipante), existe una forma inter- lenta y graduada de los miembros, en particular
media de hipo o «flutter dialragmnático (corea de los pectorales (desperezo).
diafragmática) con sacudidas clónicas, cuya fre-
cuencia llega a 60 por minuto, mientras que la Las causas desencadenantes del bostezo son múl-
del hipo es baja, del orden de 15. tiples:
Se trata de un reflejo visceromotor con un
centro nervioso coordinado (bulbopontino, en la 1. Fisiológicas. Citaremos la somnolencia, así
vecindad del respiratorio y del vómito), y vías como el despertar de un sueño profundo, aburri-
aferentes y eferentes constituidas por los mismos miento, hambre, plenitud gástrica posprandial,
nervios (vago y frénico). Hay dos tipos de hipo: etcétera. Puede ser contagioso, sin ser exclusivo
(también el reír, sonreír o llorar son factores de
1. Central. Puede aparecer en los tumores imitación). A veces, la fatiga excesiva y el emba-
pontocerebelosos o de la medula espinal, en la razo son su causa. Se puede provocar voluntaria-
hidrocefalia, en los abscesos cerebrales, meningi- mente el bostezo con cuatro o cinco aperturas de
tis tuberculosa y, en general, en todos los síndro- la boca.
mes de hipertensión craneal, así como en la ence- 2. Patológicas. Las más importantes son las
falitis epidémica, en la tabes, en la epilepsia y en lesiones del tronco cerebral, siendo signo de gra-
la hemorragia cerebral. También en ciertas into- vedad, y como secuela respiratoria de la encefali-
xicaciones endógenas (uremia, coma diabético, tis letárgica, asociado a suspiros e hipo de tipo
coma hepático) o exógenas (digital, yohimbina, espasmódico. También se ha señalado en la his-
alcohol, etc.). En las personas nerviosas, se regis- teria, miastenia grave, epilepsias diencefálicas,
tra un hipo de origen central ante cualquier estrés hemiplejía (en que puede observarse el bostezo
emocional, A veces, adquiere la forma de un «tic» acompañado de la extensión del brazo paraliza-
ruidoso (tic eructante). do), en la corea, etc. Es frecuente en la convale-
2. Periférico. Tiene su origen en vísceras di- cencia de las enfermedades de larga duración.
gestivas, torácicas (tumores y adenopatías me- Los hipnóticos favorecen su aparición.
diastínicas, pericarditis con derrame, etc.) o lesio-
nes de la región cervical, como espondilitis, El bostezo es atribuible a una descarga en la es-
fracturas, metástasis óseas, etc. tructura motriz bulbocerebral, despertada por un
estado de excitabilidad particular del sistema reti-
Bostezo. Situado entre los reflejos automá- culado ascendente, correspondiendo a una baja de
ticos y los movimientos expresivos, consta de la vigilancia precediendo al sueño; además, o en
tres fases: vez de, a disminución de la excitabilidad de los
111

E IN
Neumología

centros nerviosos inferiores, con liberación de los


subyacentes a fin de restablecer la circulación ce-
rebral insuficiente para mantener el estado de vigi-
lia, provocando una hipertensión venosa.

Anomalías de la amplitud y simetría de los


movimientos respiratorios
Fig.8 2-25. «Puntos
l de apoyo»
poy de la mirada en la ins-
Las más notorias son las siguientes:
pección dinámica del tórax en los planos anterior y
posterior.
Aumento bilateral y simétrico de la am-
plitud respiratoria. Puede producirse sin mo-
dificación de la frecuencia respiratoria (batipnea), cipal (tumoral o no) y en la hemiplejía (signo de
con disminución de ella (bradibatipnea) o con su Egger) aun en coma.
aumento (polipnea). Las dos primeras son pro-
pias de algunos sujetos (deportistas bien entrena- Aumento o disminución circunscritos de
dos) para compensar sus necesidades respirato- la expansión inspiratoria. El primero es pro-
rias, o de algunas variedades de disnea. La pio de aquellas zonas limitadas cuyo pulmón
respiración «grande» de Kussmaul es el ejemplo subyacente suple por otras vecinas enfermas,
más conspicuo de polipnea. como el vértice en un derrame de la base, y esta
última en los procesos apicales. La disminución
Reducción bilateral y simétrica de la am- se señala en el segmento de pared torácica en re-
plitud respiratoria. Se observa en aquellas lación con una lesión pleural o pulmonar subya-
formas de disnea en que la sucesión rápida de los cente que limita su expansión normal.
movimientos respiratorios se opone a su ampli-
tud (respiración superficial o corta), así como en Inspección de las regiones apicales. Para
la espondiloartritis anquilosante (afectación de su estudio, el enfermo se sienta con el tórax des-
las pequeñas articulaciones) y poliomielitis (pará- nudo y con la cabeza ligeramente inclinada hacia
lisis de los músculos intercostales). En la fibrosis delante y abajo. El observador se coloca inmedia-
pulmonar intersticial difusa, al inspirar hondo, se tamente detrás del paciente y explora desde arri-
percibe un momento antes de llegar al final de la ba visualmente y comparando las líneas externas
inspiración, la sensación de que ésta es detenida; del tórax, la forma, tamaño y depresión inspira-
este paro inspiratorio se debe a pérdida de la toria de las fosas supraclaviculares y el juego de
elasticidad del pulmón. las paredes torácicas en el movimiento de la res-
piración. En pacientes poco o nada colaboradores
Aumento o disminución unilateral de la resulta de ayuda para el examen de las zonas api-
expansión inspiratoria. Son fáciles de apreciar cales el descenso ligeramente forzado de la cabe-
examinando al enfermo mientras respira, y toman- za, según la técnica de Loewenberg. (tig. 2-26).
do cumplida nota de los «puntos de apoyo de la
Fotocopiar sin autorización es un delito.

mirada» (fig. 2-25). El aumento se observa en aquel Inspección de los espacios intercostales.
hemitórax cuyo pulmón, en función vicariante, su- Puede evidenciar su fuerte hundimiento (tiraje) en
ple el déficit funcional del pulmón del lado opues- los casos en que existe dificultad para la entrada
to enfermo (atelectasia masiva, derrame pleural, de aire en el pulmón, y su anormal abombamien-
neumonía lobular, etc.). La distensión exagerada to en las crisis de disnea espiratoria (asmática).
del revestimiento cutáneo puede ser causa, en cier-
tos sujetos, de estrías cutáneas lineales. La menor Inspección de la movilidad del diafragma.
expansión de un hemitórax en relación con el Se explora colocando al enfermo en decúbito su-
opuesto normal o distendido (por función vicarian- pino. Observaremos que al contraerse el diafrag-
te) se observa en procesos pleuropulmonares agu- ma y hundirse en la cavidad abdominal, provoca
S.A.

dos (pleuritis, neumonía) o crónicos (tuberculosis, un vacío en la cavidad pleural, con lo cual la pre-
sínfisis pleural), en las afecciones dolorosas (pleu- sión atmosférica produce la depresión de los últi-
O MASSON,

rodinia, miositis reumática, fractura costal), en la mos espacios intercostales (fenómeno diafragmá-
atelectasia masiva por oclusión del bronquio prin- tico de Litten). La movilidad diafragmática puede
112 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 2-26 A y B. . Técnica de Loewenberg para examinar la movilidad de las regiones apicales,

estar alterada en las afecciones pulmonares y PARTES BLANDAS Y CAJA


pleurales de la base, en el absceso subfrénico, en TORÁCICA
la miositis primaria del diafragma, en las perito-
nitis y ascitis. En el enfisema broncógeno avan- La mano aplicada llana y muy abierta se pasea
zado, puede darse el fenómeno inverso, o sea, la sobre todas las regiones torácicas; luego, con una
aspiración del diafragma durante la inspiración palpación más profunda y metódica, se precisan
(prueba de Staehelin). los detalles que han llamado la atención en el
curso del examen.
En los sujetos sanos, el tórax no duele al ser
NM PALPACIÓN palpado. Si esto ocurre, debe buscarse dónde re-
side la causa algiógena, ya sea en las partes blan-
Una vez efectuada la inspección del tórax, se das (piel y tejido celular subcutáneo, músculos
procede a su palpación; confirma y completa [miositis)), en los huesos (costillas, esternón, vér-
muchos de los datos obtenidos por la primera, tebras dorsales) y en los cartílagos condrocostales
pero de ninguna manera la sustituye. Requiere o en las articulaciones.
una cierta educación del tacto, fácil de adquirir La sensibilidad aumentada de la piel (se ex-
con la práctica. plora tirando de un pelo, pellizcándola sin brus-
Nos proporciona datos sobre las partes blan- quedades o arrastrando la punta de una aguja)
das y caja torácica; ganglios del cuello, axilas y cuando no es por una causa local, por otra parte
tórax; movimientos respiratorios; frémito pecto- fácil de observar, se debe a un «reflejo viscero-
ral o vocal; elasticidad pulmonar; frémitos larin- sensitivo» (casi siempre acompañado de un ere-
gotraqueal, brónquico, cavernoso y pleural; Éluc- flejo visceromotor», causa de contractura muscu-
tuación torácica; laringe y tráquea. lar) a partir de la pleura, pulmón, corazón o
Neumología 113

grandes vasos enfermos. La zona sensible guarda En la neuralgia frénica por irritación de este
relación con la topografía apical o basilar del pro- nervio (pleuritis mediastínica o diafragmática,
ceso; así, cuando se afecta la parte central del pericarditis, inflamaciones peritoneales, en las
diafragma (inervada por el nervio frénico), se cuales puede estar afectado el diafragma [absceso
produce dolor referido en el cuello y hombros, hepático, úlcera gastroduodenal perforada, etc.]),
en la zona de distribución cutánea de los seg- existen unos puntos dolorosos a la presión, que
mentos cervicales MI-V. El tercio posterior del son los siguientes:
diafragma, en relación con los últimos nervios 1n-
tercostales, proyecta su dolor sobre la pared en el 1. Entre dos haces claviculares del músculo es-
límite toracoabdominal. En el síndrome diafrag- ternocleidomastoideo, en donde el nervio frénico
mático global, se asocian los dos focos de pro- cruza el músculo escaleno anterior.
yección dolorosa. 2. En el El espacios intercostales, junto al es-
La palpación de las fosas supra e infracalvicula- ternón.
res, es dolorosa en los procesos apicales tuber- 3. En la línea parasternal a nivel del X cartíla-
culosos, tumorales (Pancoast), síndrome de la go («botón diafragmático anterior»).
entrada del tórax (thoracic outlet) y pleuritis del 4. Enla inserción diafragmática con la pared
vértice. En el primer caso, el dolor mengua, cesa torácica.
o aumenta según la evolución del proceso, lo 5. Ala salida de los nervios cervicales en el cue-
cual le confiere carácter pronóstico relativo. En llo, junto a las vértebras cervicales; el dolor en
el carcinoma apical, existe un leve abultamiento esta región es referido al área supraclavicular.
o al menos una discreta reducción de la profun- 6. En el XI espacio intercostal, junto a la colum-
didad de la fosa supraclavicular del lado afecto. na vertebral («botón diafragmático posterior»).
En estos casos, la escasa retracción de esta fosa 7. Al lado del apéndice xifoides, entre este y el
durante la «maniobra de Múller» y su poca ex- espacio intercostal («punto epigástrico»).
pansión en la espiración forzada (Valsalva), afir-
man el diagnóstico. Al explorar la sensibilidad ósea presionando
La profundidad de la fosa yugular guarda rela- con el pulpejo del dedo, podemos encontrar que
ción con la del tórax. Es notable en el enfisema, el punto doloroso corresponde a una lesión ana-
los sujetos desnutridos y en los portadores de tómica bien definida, como un foco de fractura (a
una gran masa en el mediastino anterior; dismi- veces con crepitación), osteítis, tumor, o que al
nuye en las lesiones retrotraqueales que ensan- tacto no revela anormalidad alguna. En este últi-
chan el espacio prevertebral en la raíz del cuello, mo caso, hablamos de «ostealgia», la cual puede
proyectando la tráquea hacia delante como en las observarse en zonas limitadas o comprender toda
mediastinitis, acalasia y en el aneurisma aórtico, la extensión del hueso. Las costillas (ostealgia cos-
en el cual la punta del dedo situada detrás de la tal) y el esternón (esternalgia) duelen a la presión
horquilla percibe un impulso sincrónico con digital o a la percusión ligera y en relación con la
la sístole. Esto es más patente en los sujetos píc- sobreactividad de la médula ósea en las leuce-
nicos y durante la espiración forzada. mias, en la anemia perniciosa, en la mononucleo-
En la neuralgia intercostal, hay una franja cutá- sis infecciosa, en el mieloma múltiple, en la enfer-
nea hipersensible y un dolor exquisito a la pre- medad de Gaucher, en la endocarditis maligna
Fotocopiar sin autorización es un delito.

sión (a veces se irradia a lo largo de su trayecto), subaguda y en la tripanosomiasis («signo de Ca-


en aquellos puntos donde el nervio o una de sus naris»). También es dolorosa la presión del ester-
ramas se torna superficial y puede ser comprimi- nón, en los tumores del mediastino y en los aneu-
do contra un plano óseo subyacente (puntos de rismas aórticos que comprimen su cara interna.
Valleix): Los cartílagos costales y el apéndice xifoides
pueden ser dolorosos, como se ha considerado al
1. El vertebral o apofisario, junto a la columna ocuparnos en los síndromes de Cyriax, Tietze y
vertebral, donde emerge el nervio del canal. xifoidinia.
2. El lateral, en la mitad del espacio intercos- El «signo de Petruschky» (o espinalgia) consis-
tal, en el sitio en que la rama colateral «perforan- te en el dolor provocado por la presión en las
S.A.

te lateral» se irradia por los tegumentos. apófisis espinosas desde la T3 a la T7. Este signo
se encuentra en casos de adenitis traqueobron-
O MASSON,

3. El esternal, donde el filamento terminal


del nervio emerge junto al margen lateral del es- quiales agudas, bronquitis agudas y afecciones
ternón. mitrales descompensadas.
114 Semiología médica y técnica exploratoria

En la tromboflebitis de las venas que drenan mismos segmentos medulares. Si es el lóbulo su-
la mama, se aprecia una tumefacción dolorosa de perior el afectado, este reflejo visceromotor mo-
la parte inferoexterna del seno (más a menudo tiva la rigidez del trapecio, escalenos, elevador
del izquierdo) y el característico cordón tenso y del ángulo de la escápula, pectorales y diafrag-
sensible que sigue el trayecto de la vena inflama- ma del lado afecto; si la base (pleuritis aguda), la
da; suele tener de 20-30 mm de longitud y de 3- de la masa lumbar (signo de Ramond). Esta rigi-
8 mm de diámetro; se dirige inferiormente para dez no tiene nunca la intensidad de los músculos
perderse en reborde costal; su percepción se faci- abdominales en la peritonitis, pero es perfecta-
lita al levantar el seno y abducir el brazo; su evo- mente demostrable pinzando entre el índice y el
lución es benigna y persiste durante años bajo la pulgar una doblez muscular o colocando la punta
forma de una banda fibrosa submamaria; se atri- de los dedos perpendicularmente y apretando
buye a la presión ejercida por el sostén en el plie- primero con ligereza y luego más profunda-
gue submamario (en mujeres de senos volumino- mente, en una forma «vibratoria», prestando gran
sos) con compromiso del retorno venoso. atención al grado de resistencia encontrada,
La presencia de un absceso o de un empiema siempre superior a la de los músculos sanos que
necessitatis (cuando el pus de origen pleural atra- sirven como término de comparación. La rigidez
viesa los músculos intercostales y se colecciona del músculo diafragma se revela por la menor ex-
debajo de la piel para drenar al exterior) motiva cursión inspiratoria, que se pone de manifiesto
una tumoración, a veces animada de latidos si se por la falta del fenómeno diafragmático de Litten
encuentra cerca del área cardíaca (empiema pul- o por radioscopia. Si la enfermedad persiste, se
sátil), recubierta de una piel rosada, caliente y establece la atrofia muscular, que se comprueba
edematosa (se reconoce porque al comprimir comprimiendo con los dedos y comparando la
deja huella o fóvea) que presenta el «signo de la resistencia opuesta por el tono muscular con la
fluctuación»”, del lado opuesto.
En el enfisema pulmonar y asma bronquial,
Si existe aire en el tejido celular subcutáneo existen intensas contracturas musculares a nivel
(enfisema), abulta la parte afecta (en el mediasti- del hombro, cuello, partes torácicas paraverte-
nico propagado al cuello, las fosas supraclavicu- brales y ventrales de los músculos del pecho, y
lares forman como almohadillas gaseosas), cuyos sobre todo pectorales. A la palpación se encuen-
tegumentos ceden a la presión sin dejar huella, tran nódulos de miogelosis.
pero despertando una crepitación, como si com-
primiéramos entre los dedos un trozo de tejido
pulmonar que contiene aire. GANGLIOS DEL CUELLO, AXILAS
En la estenosis ístmica o coartación aórtica, a Y TÓRAX
medida que va haciéndose más patente la circu-
lación colateral, se palpan y a veces se ven, lati- Se alteran en algunos procesos de las vías res-
dos arteriales a nivel de los «puentes de compen- piratorias altas, así como de la pleura y pulmón;
sación» (regiones supraclavicular, parasternal, no olvidemos que a veces, a pesar de su topogra-
interescapular, intercostal, etc.), en donde se pue- fía, son sintomáticos de procesos generales o dis-
den palpar también frémitos y auscultar soplos. tantes (leucemias, morbus Hodgkin, neoplasias di-
Cuando el pulmón o la pleura se hallan afec- gestivas, etc.). Precisaremos su número (mono o
tos de un proceso inflamatorio agudo, se produce poliadenitis), tamaño, consistencia, sensibilidad,
una contractura de los músculos asociados al movilidad y características de las adherencias,
área común de inervación relacionada con los etc. La palpación se realizará simultáneamente
en ambos lados, para establecer mejor compara-
ciones, siempre necesarias!”.
"Este signo se demuestra comprimiendo el tumor con un
dedo de la mano derecha, al mismo tiempo que otro de la
mano izquierda percibe una ligera elevación; desde el momen-
to en que el dedo derecho, sin moverse de su sitio, deja de "De los 400 a 700 ganglios que posee el organismo huma-
comprimir, pero continúa aplicado el izquierdo, aquél nota por no, un tercio de ellos se hallan situados en el cuello, es decir en
reflexión una pequeña oleada. Para que se produzca este fenó una región corporal tan al alcance de nuestra observación clíni-
meno es indispensable que la pared del tumor sea elástica y ca que su alteración puede verse, palparse y, por último, inves-
que la tensión del liquido no sea excesiva. Se evidencia mejor tigarse por medio de su extirpación y estudio histológico. Los
estando ambos dedos próximos y colocados de plano, no tan- ganglios más accesibles para la biopsia son los cervicales supe-
gencialmente (fig. 2-27). riores y los preescalénicos.
Neumología 115

Dedo detector Veg. adenoideas

Reyiór
gingivobucal
;
anterior
o
Ganglo
yugular
Región
superior
gingivobucal
G li
Y ¡ lateral
angro
subángulo Neuemaxiar
"o ! BONUS Ganglio
maxilar
cu MA submentoniano
Dedo de acción
A

Ganglio
Fig. 2-27. Método para buscar la Auctuación en las subánguio
pequeñas tumefacciones.

Para que ningún ganglio pase inadvertido es


útil palpar en sentido descendente (fig. 2-28):
Ganglio
submaxilar
1. Ganglio cervical superior. En la parte alta del Ganglios Ganglio
cadena
surco retromandibulomastoideo. Recoge la linfa del espinal
yugular
de la mucosa rinofaríngea y vegetaciones adenoi- medio
deas, y drena en la cadena ganglionar yugular. Su
presencia es constante en caso de adenoiditis.
Basta su palpación para establecer el diagnóstico.
2. Ganglio subangulomaxilar. Es grueso y pal- Ganglio
subángulo
pable directamente bajo el ángulo de la mandíbu-
maxilar LE
la. Su palpación, como la de los restantes gan-
glios cervicales, se facilita poniendo la cabeza en
flexión moderada y relajada, y algo inclinada ha
cia el lado que se quiere explorar. Guarda rela-
ción con la región faringoamigdalar y bucogingi- Cadena
submentoniana
volingual de la parte posterior de la boca. Drena
en la cadena ganglionar yugular. Cadena cervical anterior
3. Ganghio submaxilar. Alojado justamente Cadena yugular con
bajo el punto medio de la rama horizontal de la No cadenas: pre. sub. y retro
esternocleidomastoidea
mandíbula. Está íntimamente unido a la glándula
Cadena cervical transversa
salival submaxilar. Se afecta en los abscesos den- Cc
tarios y gingivitis laterales. Algunas veces se en-
cuentra el llamado ganglio de Star sobre el borde Fig. 2-28. A) Ganglios satélite adenoideo, amigdali-
no y gingivobucal. B) Ganglios satélites homolaterales
inferior de la mandíbula y al lado de la arteria fa-
de la lengua. C) Cadenas ganglionares cervicales.
cial, cuyos latidos, por el hecho de asentar sobre
Fotocopiar sin autorización es un delito.

un plano duro y ser yuxtaarterial, son transmiti-


dos y pueden inducir a errores.
4. Cadena ganglionar submentoniana. Bordea des del músculo esternocleidomastoideo. Son la
por debajo todo el arco mandibular y termina por preesternocleidomastoidea (a lo largo del borde
detrás en el ganglio submaxilar. Se afecta en los anterior del músculo); la retrosternocleidomastoi-
abscesos dentarios y gingivitis anteriores. Todos dea (a lo largo de su borde posterior), y la cadena
estos ganglios submentonianos y submaxilar ganglionar subesternocleidomastoidea (situada
vierten en la cadena ganglionar yugular. debajo del músculo y que se puede poner de ma-
5. Ganglio yugular medio. Pertenece a la cade- nifiesto abarcando los dos bordes del músculo
na yugular (en relación con la vena de este nom- entre los cuatro dedos y el pulgar). Los pulpejos
S.A.

bre) y recibe los linfáticos de la base de la lengua. introducidos bajo la masa carnasa muscular diso-
La cadena yugular está constituida por otras tres cian muy bien las masas ganglionares subyacen-
O MASSON,

paralelas que se disocian fácilmente por palpa- tes, que pasan fácilmente inadvertidas sin este
ción, sirviendo de puntos de referencia los bor- pequeño artificio técnico.
116 Semiología médica y técnica exploratoria

6. Ganglio espinal medio, Es satélite de una le-


sión de la base de la lengua. Forma parte de la ca-
dena ganglionar del espinal, es vertical, y situada
en el triángulo delimitado por los dos músculos
estemocleidomastoideos y trapecio, por una par-
te, y la clavícula, por otra.
7. Cadena mucal. Igualmente vertical. Com-
pletamente posterior. Rara vez afectada por los
procesos tuberculosos o tumorales. Cuando está
toda tumefacta, cabe pensar en la mononucleosis
infecciosa.
8. Ganglios supraclaviculares. A lo largo del
borde superior de la clavícula. Pertenecen a la ca-
dena cervical transversa que une de atrás adelan-
te, según la corriente linfática, los ganglios poste-
riores y posterolaterales a los yugulares y
anteriores, para desembocar en el conducto linfá-
tico torácico a la izquierda, y directamente por la
gran vena linfálica en la subclavia, a la derecha.
El 80 % de estas adenopatías, homo o bilaterales,
corresponden a neoplasias del pulmón, y el resto
a tuberculosis o pleuritis apical.
El pulmón derecho y el lóbulo inferior del pul-
món izquierdo drenan con preferencia hacia la
fosa supraclavicular derecha; mientras que el ló-
bulo superior izquierdo lo hace hacia la fosa su-
praclavicular izquierda.
9. Ganglio de Troisier (de Virchow, para los au-
Fig. 2-29. Palpación de la fosa supraclavicular por
tores alemanes). De antiguo, se concede valor se- vía posterior. Localización del ganglio de Troisier o de
miológico. Designase como tal, un ganglio único, Virchow, Vía posterior.
o con una pléyade ganglionar satélite, del tama-
ño de una cereza, de una castaña o incluso a ve-
ces de un huevo de paloma, duro e indoloro, ra-
dicado en casi todos los casos en la fosa Desde el punto de vista clínico, se señalan un
supraclavicular izquierda, exactamente detrás del grupo central y otro pectoral, subescapular, cos-
ángulo que forman la clavícula con la inserción totoracoideo y en el hiato semilunar, repliegue
del músculo esternocleidomastoideo; se percibe aponeurótico que está constituido por la vena
mejor al final de una inspiración profunda y al basílica y el nervio braquial cutáneo interno al
toser. Se trata de una metástasis, a veces precoz, perforar la aponeurosis del brazo (fig. 2-30).
de una lesión maligna, casi siempre digestiva (es- La técnica palpatoria es la siguiente:
tómago, hígado), aunque puede asentar en el rec- La enferma deberá sentarse ligeramente hacia
to, próstata u ovario (fig. 2-29), la derecha, pero mirando al médico. La axila dere-
cha se palpa con la mano izquierda y viceversa.
Supongamos que se va a palpar la axila izquierda:
Palpación de los ganglios de la axila
1. Levántese el brazo de la paciente y llé-
Tiene gran valor, aun limitándose a los proce- vense los dedos de la mano derecha, extendidos
sos respiratorios; la presencia de infartos ganglio- hacia el vértice de la axila, dirigendo la palma ha-
nares indoloros, especialmente si son mayores cia la pared lateral torácica (fig. 2-31 A). El brazo
que un guisante, revela adherencias del proceso de la paciente es traido de nuevo hacia el costado
tuberculoso apical con la pleura parietal; por el y su antebrazo reposará sobre el del examinador.
contrario, en las formas exudativas no se encuen- Pídase a la enferma que deje reposar suavemente
tran; también se los percibe en los procesos ma- su brazo en esta posición (fig 2-31 B). Si se han
lignos bronquiales. cumplido estas instrucciones, la otra mano queda
Neumología 117

hacia arriba, hasta que el examinador esté seguro


de que ha alcanzado el límite superior; luego
(con los pulpejos aplicados a la pared lateral torá-
cica) se corren hacia abajo con un movimiento de
firme progresión. Si los ganglios axilares centra-
les están aumentados de tamaño, quedarán mo-
mentáneamente aprisionados entre el tórax y los
dedos que palpan; su número, tamaño y consis-
tencia son debidamente anotados.
2. Se examinan luego los ganglios del grupo
pectoral. Se levanta el brazo de la paciente y se
insinúan los dedos debajo del pectoral mayor. En
este momento, las yemas digitales están dirigidas
hacia delante.
3. Los ganglios linfálicos subescapulares si-
tuados en el pliegue retroaxilar son examinados
mejor desde atrás (fig. 2-31 C). Estando de pie
detrás de la paciente, se palpa la cara anterointer-
na del dorsal ancho, y si los ganglios se hallan hi-
pertrofiados se les encontrará en el fondo del
pliegue,
4. El vértice de la axila puede ser palpado
Fig. 2-30. Ganglios axilares desde el punto de vista desde esta cara, que da un excelente acceso a los
clínico, A, Grupo central. B, Grupo pectoral. C, Grupo
subescapular, D, Ganglios alrededor del hiato semilu-
ganglios más posteriores del grupo central.
nar, E, Grupo costocoracoideo. 5. Pálpese alrededor de la inserción del pec-
toral mayor y del hiato semilunar, por si hay
ganglios hipertrofiados sobre la tercera porción
de la arteria axilar,
libre para ser colocada sobre el hombro de la pa- 6. Aveces, los ganglios del grupo costocora-
ciente y sirve para reforzar y seguir las manio- coideo se encuentran bipertrobiados, en tanto
bras ulteriores. En la axila, los dedos se deslizan que los de la axila no lo están. Cabe sospechar

Fig. 2-31, Examen de la axila. A) El brazo está elevado y los dedos del médico se sitúan lo más alto posible.
B) Nótese que el brazo de la examinada descansa cómodamente sobre el brazo del examinador. C) Examinando
desde atrás, los ganglios linfáticos subescapulares se encuentran en el pliegue posterior de la axila.
118 Semiología médica y técnica exploratoria

hipertrofias ganglionares situadas sobre la mem- coge los hombros con sus manos, colocadas en
brana costocoracoidea cuando existe una oblite- cierto modo a caballo sobre el trapecio, invitán-
ración del hueco infraclavicular. Además, puede dolo a respirar tranquilamente. La expansión ins-
haber una prominencia unilateral de las venas de piratoria es menor en el lado enfermo. Puede rea-
esta región. lizarse tanto por vía anterior o posterior.
2. Movilidad de las regiones infraclaviculares. Se
explora con la «técnica de Loewenberg» o. «de las
FRECUENCIA DE LA RESPIRACIÓN manos cruzadas» (fig. 2-33), o la «técnica de Ho-
Y MOVILIDAD RESPIRATORIA over» (fig. 2-34), en la cual, el enfermo se dispone
en la camilla de exploración en decúbito supino y
Para explorar la frecuencia respiratoria, se co- con el médico a su lado derecho; éste coloca la
loca la mano sobre el pecho del enfermo y se mano izquierda sobre la región infraclavicular iz-
cuentan las respiraciones por minuto, La frecuen- quierda, aplicando el dedo anular sobre la 11 cos-
cia puede ser la normal, puede estar disminuida tilla en la línea medioclavicular, el dedo medio
(bradipnea) o aumentada (taquipnea). La palpa- sobre la ll costilla, entre la línea medioclavicular
ción ayuda a la inspección, para poner de mani- y la axila anterior, y el dedo índice sobre la IV
fiesto las pequeñas anomalías en la amplitud y costilla, a la altura de la línea axilar anterior. Se
simetría de los movimientos respiratorios; a ve- repite la misma maniobra a la derecha, cambian-
ces es más útil que el sentido de la vista. do la posición y la mano que palpa. Normalmen-
te, en ambos lados, las costillas se mueven todas
1. Expansión de los vértices. Se explora con la al mismo tiempo y con igual amplitud. Cualquier
«maniobra de Rouault» (fig. 2-32). El enfermo es- anomalía en la expansión pulmonar, ya sea en
tará sentado con el tórax desnudo. El médico defecto (enfisema, neumotórax, procesos pleura-

Fig. 2-32. Maniobra de Rouault: Fig. 2-33, Exploración de la movilidad de la región


infraclavicular con la técnica de Loewenberg.
Neumología 119

Fig. 2-34, Exploración de la movilidad de la región Fig. 2-35. Exploración de la expansión de las bases
infraclavicular con la técnica de Hoover. desde el plano anterior, Los pulgares casi se juntan en
la línea media anterior a la altura de la VI articulación,
y los demás dedos, horizontalmente dirigidos hacia
fuera, llegan a la línea axilar media.
les [derrame, sinequias]), condensación pulmo-
nar), ya en exceso (pulmón en función vicariante
de partes vecinas enfermas), es percibida con fa-
cilidad.
3. Movilidad de las bases del pulmón. Se explo-
ra desde los planos anterior y posterior, inspiran-
do y espirando profundamente. En el plano ante-
rior, los pulgares casi se juntan en la línea media
a/la altura de la VI articulación y los demás de-
dos, horizontalmente dirigidos hacia fuera, lle-
gan a la línea axilar media (fig. 2-35). En.el plano
posterior, las manos aplicadas de plano alcanzan
desde la línea media posterior a la axilar media
(fig: 2-36).
Fig. 2-36. Exploración de la expansión de las bases
FRÉMITO PECTORAL O VOCAL desde el plano posterior. Las manos, aplicadas de pla-
(VIBRACIONES TORÁCICAS) no, alcanzan desde la línea media posterior a la axila
media.
Consiste en la vibración de las paredes del tó-
rax al hablar, cantar, gritar, y que percibe la
mano palpando al mismo tiempo.
Se pide al enfermo que con voz bien articula-
sin autorización os un delito.

da, lentamente y con intensidad entre media y


O MASSON, S.A. Fotocopiar

fuerte, repita en el mismo tono y con la: misma


intensidad, una palabra en la que entre la letra «r»
(carro, guerra, burro) mientras el médico va apli-
cando la mano en distintos puntos del tórax, com-
parando la sensación táctil obtenida en puntos simétri-
cos; Las vibraciones transmitidas por el rumor
que se produce al carraspear son un buen proce-
dimiento.
»La:mano se dispone de distintas maneras. Así,
plana y ejerciendo una presión moderada con la
cara palmar de los cuatro dedos (método de Mon-
neres) (fig. 2-37); en forma de piña y aplicando el Fig. 2-37. Exploración de las vibraciones vocales con
pulpejo de los dedos (tétodo de Grancher), técnica la técnica de Monneret,
120 Semiología médica y técnica exploratoria

especialmente recomendable en las regiones api- bronquios con la pared explica que las vibracio-
cales, a causa de la configuración anatómica. Con nes sean más intensas en la región escapuloverte-
la técnica de Eichhorst, aprovechando la exquisita bral, sobre todo derecha, y en el plano anterior
sensibilidad de las regiones periarticulares, que que en el posterior.
permiten percibir indicios de vibración, se aplica e) Distinta resistencia y amplitud vibrátil de la
sobre el tórax, ejerciendo una presión mínima, el pared del tórax. El tórax de un joven vibra más
borde cubital de la mano, en las proximidades de que el de un anciano, en quien la rarefacción del
la articulación carpometacarpiana (fig. 2-38). parénquima pulmonar y sobre todo la osificación
de los cartílagos costales, lo convierte en un peto
1. Intensidad de las vibraciones. Depende de rígido. La disposición de los planos musculares
varios factores: motiva que la intensidad de las vibraciones dis-
minuya de arriba abajo en el plano anterior y de
a) Cualidades de la voz (intensidad, tono, abajo arriba en el posterior, La presencia de grasa
timbre). A igualdad de tono y timbre de la voz, dificulta su percepción.
las vibraciones guardan relación con su intensi- De todo lo dicho, se deduce que no existe un
dad, siendo más fuertes en un sujeto que habla tipo normal de vibración aplicable a todos los in-
con voz alta que cuando lo hace con voz normal dividuos, sino un tipo individual subordinado a
o cuchicheando. Por este motivo, disminuyen en la edad, sexo; timbre y tono de la voz, estado de
los ancianos y en las personas débiles o enfer- nutrición y configuración anatómica dela caja
mas. En las mujeres y en los.niños que tienen torácica.
voz aguda, de tono alto y fino, las vibraciones se
perciben con mayor dificultad y están aumenta- 2. Las vibraciones vocales aumentan de intensidad:
das en el vértice y disminuyen, hasta a veces des-
aparecer, a medida que se desciende hacia la a) Cuando el parénquima aparece condensado y
base. En los hombres de voz grave y fuerte, las sin aire. Lo que acrece su aptitud vibrátil (neumo-
vibraciones se aprecian bien en todo el tórax y nías en la fase de hepatización, bronconeumonía
son más intensas enla base; seudolobular, tumores, procesos tuberculosos
Si hacemos cantarla escala de notas a un suje- masivos, etc.).
to, nos daremos cuenta de que en las notas gra- b) En todos los estados patológicos del pulmón,
ves las vibraciones se perciben mejor en la base; que conducen a la formación de cavidades ampliamen-
a medida que la voz se va elevando, también lo te abiertas a los bronquios. Como son las cavernas
hacen las vibraciones, hasta el punto de que en tuberculosas y las dilataciones bronquiales (bron-
las notas agudas el frémito se percibe exclusiva- quiectasias), siempre que estas cavidades no es-
mente en las regiones infraclaviculares y en las tén recubiertas por una gruesa capa pleural capaz
fosas supraspinosas. de interceptar las ondas vibrátiles,
b) Diámetro mayor o menor de las vías respirato- e) Cuando el pulmón subyacente está sometido a
rías superiores. La proximidad de la tráquea y un funcionamiento exagerado por suplencia funcional.
El aumento del frémito unido a la respiración su-
plementaria y a la hipersonoridad percutoria (sko-
dismo) indican que la parte del pulmón en que se
perciben estos signos está sana; pero que existe en
otro punto un foco patológico al que compensa.

Ocasionalmente, el paciente percibe y localiza


con bastante facilidad, si se le llama la atención
sobre ello, una repercusión subjetiva de la voz,
como un estremecimiento, notando que el pul-
món vibra, que su voz resuena dentro de su pe-
cho (broncofonía subjetiva), coincidiendo el pun-
to donde el enfermo nota más: intensa esa:reper-
cusión con aquel en que se encuentran más au-
mentadas las vibraciones. Este síntoma podría te-
Fig. 2-38. Exploración
de las vibraciones vocales con ner valor para revelar infiltraciones centrales no
la técnica
de Eichhorst. accesibles a la percusión nia la auscultación.
Neumología 121

3. Las vibraciones vocales disminuyen de intensi- pequeñas vesículas; se aprecia con mayor inten-
dad: sidad en la inspiración. La difusión de este frémi-
to es limitada y significa tan sólo el movimiento
a) En las lesiones de la laringe (laringitis aguda del material líquido en una excavación pulmonar.
o crónica, parálisis de las cuerdas vocales, etc.). d) Frémito pleural. Se encuentra en las pleuritis
Las vibraciones producidas son mínimas y el es- secas o con secreción fibrinosa escasa, percibién-
tímulo transmitido a la pared débil o nulo. dose mejor en las bases y durante la inspiración.
b) En la ocupación bronquial. Por cuerpo extra-
ño, masa tumoral, compresión extrínseca, acu-
mulación de falsas membranas (bronquitis seu- ELASTICIDAD TORÁCICA
domembranosa), exudado fibrinoso (neumonía
masiva, etc.). Dificulta y aun impide la trans- Guarda relación con la de la pared ósea, su-
misión, en sentido descendente, de la columna mada a la de su contenido. Es mayor en los niños
aérea en vibración. y en las mujeres. Se aprecia aplicando la palma
c) Por la pérdida de elasticidad de la jaula toráci- de una mano en la cara anterior de un hemitórax
ca. Como en el tórax senil. En el enfisema atrófi- y la otra en la pared posterior, diametralmente
co del anciano, se añade a la anterior, la mala dis- opuestas, mientras se realizan con ellas presiones
posición vibrátil del parénquima rarefacto. de acercamiento (amplexación de Lasegue). Se
d) Porla interposición de un obstáculo entre el ór- comprueba la mayor o menor facilidad con que
gano que vibra (pulmón) y la mano que palpa. De- la caja se deja deprimir. Efectuado el examen de
rrame pleural, adherencias pleurales, neumotó- un hemitórax, se procede de igual manera con el
rax, edema o enfisema subcutáneo, adiposis opuesto y, finalmente, se compara con puntos si-
excesiva de la pared. métricos de uno y otro lado.
En condiciones anómalas, disminuye en am-
El hecho paradójico que representa la presen- bos lados por igual en el tórax raquítico (osifica-
cia de vibraciones torácicas, incluso aumentadas ción de los cartílagos costales) y en el enfisemato-
de intensidad, a nivel de un derrame líquido o so, en el que la osificación de los cartílagos se
gaseoso, se explica por la existencia de las llama- añade a la pérdida de la elasticidad pulmonar. En
das «vibraciones indirectas o de retorno», las cua- la espondiloartritis anquilosante, la maniobra,
les, una vez han alcanzado las zonas pulmonares además de estar dificultada por la afectación de
del mismo lado o del opuesto en suplencia fun- las articulaciones costotransversales, es dolorosa
cional y, por tanto, en aumentada amplitud vi- por el mismo motivo. La disminución de la elasti-
brátil, ponen en conmoción la región que ha de- cidad de un hemitórax ocurre por densificación
jado de vibrar por su cuenta. del pulmón subyacente (neumonía, tumores,
quistes) o por la presencia de un derrame pleural.
4. Frémitos: La elasticidad aumenta en el neumotórax a poca
presión y en el pulmón sometido a hiperactividad
a) Frémito laringotraqueal. Apreciable sobre la funcional en suplencia del lado opuesto enfermo.
laringe y porción cervical de la tráquea, significa
obstrucción traqueal y falta en la bronquial, mo-
Fotocopiar sin autorización es un delito

tivo, a su vez, de un frémito, más palpable que FLUCTUACIÓN TORÁCICA


audible, persistente y localizado en un lado o re-
gión del tórax. Es propia de los quistes hidatídicos de la cara
b) Frémito bronquial. En las bronquitis con se- superior del hígado, y también del pío o hidro-
creción espesa y viscosa, es difuso y se percibe neumotórax sin exagerada tensión. Se basa en la
por igual en los dos tiempos de la respiración. La sensación de onda que percibe un dedo que pal-
mano experimenta la misma sensación que la pa un tumor lleno de líquido cuando es percuti-
que se obtiene al palpar una cuerda vibrante do, a pequeños choques, en un punto diametral-
(contrabajo). Desaparece cuando se fluidifica la mente opuesto. Se examina al enfermo, de pie,
secreción bronquial. con el tórax desnudo.
S.A.

dy) Frémilo cavernoso. Se produce por la exis- Se coloca la mano izquierda horizontalmente
tencia de cavernas superficiales y de gran tama- sobre la parte posterior del tórax, por debajo de
(O MASSON,

ño, localizadas en el lóbulo superior. Parece que la punta del omóplato derecho, y se percute lige-
debajo de la mano estallan una gran cantidad de ramente con la mano derecha al nivel de las cos-
122 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 2-39. Movimiento pendular de la tráquea. A) Desplazamiento a la derecha durante la espiración en el enfi-
sema obstructivo o en el neumotórax al lado izquierdo. B) Retorno a la posición media durante la inspiración.
C) Desplazamiento a la izquierda durante la inspiración en la atelectasia del pulmón izquierdo.

tillas V y VI o espacios intercostales correspon-


dientes; la mano izquierda percibe entonces una
ondulación profunda y vibratoria, que parece
propagarse de delante atrás como una ola. La
percusión en sentido inverso da un resultado me-
nos neto.

EXAMEN FÍSICO DE LA TRÁQUEA


Y LARINGE
Aporta datos valiosos para el diagnóstico de
procesos morbosos endotorácicos: Fig. 2-40. Fijeza de la laringe en los movimientos
verticales.
1. Movimiento pendular de la tráquea. La trá-
quea se mueve hacia el lado de la obstruccón tra-
queal en las inspiraciones profundas y en direc-
ción opuesta en la espiración. Se experimenta laringe se mantiene fija y es difícil moverla hacia
frémito a su nivel (fig. 2-39). arriba, Éste signo, en ausencia de enfisema, seña-
2. Desviación lateral de la tráquea. Es dificíl su la un proceso mediastínico infiltrante (mediasti-
estimación a nivel de la fosa yugular; es mucho nitis, neoplasia) o un aneurisma aórtico montado
más aconsejable palpar el espacio traqueosterno- sobre el ángulo traqueobronquial (fig. 2-40).
cleidomastoideo. Se desvía hacia el lado enfermo 5. Pulsación laríngea. Se basa en que las pul-
en la parálisis de un hemidiafragma (signo de Pa- saciones impresas sobre el bronquio izquierdo
rodi), y en el neumotórax. o bifurcación traqueobronquial por un aneuris-
3. Fluciuación de la tráquea. En la acalasia, el ma del cayado, estenosis valvular aórtica o co-
esófago distendido por líquido y gas ocupa el es- razón agrandado, se transmiten a la laringe. Se
pacio traqueovertebral. La tráquea se hace más perciben bien, invitando al enfermo a que ex-
anterior y la fosa yugular menos profunda. La tienda la cabeza, con el fin de poner tenso el
tráquea se hunde con facilidad mediante la pre- cuello, mientras con el pulgar se presiona con
sión de un dedo en la fosa yugular, y recobra su suavidad sobre el cartílago cricoides hacia la iz-
posición inicial tan pronto se retira éste. quierda.
4. Fijeza de la laringe en los movimientos vertica-
les. Normalmente, la laringe puede ser elevada,
manteniendo el cuello vertical, gracias a la elasti- NW MENSURACIÓN TORÁCICA
cidad de la tráquea en toda su altura. Cuando la
tráquea está estirada hacia abajo por descenso Comprende ciertos procedimientos y deter-
del músculo diafragma, como en el enfisema, la minados instrumentos destinados a darnos a co-
Neumología 123

nocer la forma exacta y las dimensiones de las MN PERCUSIÓN


diversas partes del tórax.
El tórax es la parte del cuerpo que ofrece ma- Tiene una importancia semiológica considera-
yores dificultades para ser medido, a causa de ble. Nos orienta sobre el estado físico y límites
sus movimientos alternativos de dilatación y en- del pulmón subyacente. En el capítulo destinado
cogimiento, y de las variaciones de conformación a la parte general de la percusión, hemos mencio-
que suele tener. nado su técnica y las distintas variedades de so-
De una manera general, solamente conviene nidos que pueden obtenerse.
retener, en la práctica, estos tres procedimientos:

1. Mensuración perimétrica. Valora el períme- TÉCNICA PERCUTORIA


tro torácico. La cinta métrica rodea el tórax a la
altura de un plano horizontal situado por encima La más útil es la digitodigital de Gerhardt, apli-
de los pezones (v. fig. 1-11 A y B). La diferencia cando solamente sobre la piel el extremo de la
en centímetros entre la inspiración y espiración falange terminal del dedo plesímetro (percusión
máximas se llama amplitud respiratoria. Es difícil puntiforme), el cual es retirado con presteza una
precisar su cuantía en los sujetos sanos, por cuan- vez obtenido el sonido, con el fin de no amorti-
to influyen el sexo (12 cm a favor de los varo- guar las vibraciones producidas. El dedo percutor
nes), edad (disminuye al envejecer) y tensión psí- golpea en dirección perpendicular al dedo plesí-
quica. La amplitud respiratoria normal mínima es metro, cosa que se consigue flexionándolo de
de 4 cm en el hombre y de 3 cm en la mujer. modo que su falange terminal se halle en ángulo
La medición comparativa de ambos hemitó- recto con el hueso metacarpiano (v. fig. 1-22). El
rax tiene gran valor para comprobar la conducta movimiento de la mano que percute se efectúa a
de los exudados pleurales (y la del neumotórax), nivel de la articulación metacarpofalángica, per-
acerca de cuya disminución o aumento da con maneciendo el antebrazo rígido e inmóvil.
frecuencia mejor idea que la percusión. Se mide La ortopercusión de Plesch (v. fig. 1-25) sirve
el perímetro torácico en el lado derecho o iz- para limitar zonas de reducida extensión en las
quierdo, tanto del extremo superior del esternón que a veces es difícil colocar el dedo plano (regio-
como a nivel del apéndice xifoides. Sin embargo, nes supraclavicular y axilar).
fisiológicamente, se halla una diferencia de 0,5 a La percusión inmediata o directa de Auenbrugger
1,5 cm en favor del lado derecho en los indivi- es útil al comienzo de la exploración para darnos
duos diestros y una diferencia algo menor en los rápida cuenta de si las bases del pulmón se en-
zurdos. Es de observar, además, que cuando cuentran o no ocupadas (v. fig. 1-20).
existen grandes cantidades de aire o exudados en La percusión debe ser ligera, golpeándose
la pleura, aumenta también el perímetro del lado siempre con igual intensidad, y comparativa en
sano, a causa de la distensión vicariante del pul- zonas simétricas, que suelen ser isótonas. Es más
món normal. exacta si se aprovecha la misma fase respiratoria.
2. Mensuración diamétrica. Se vale de un com- Al percutir el tórax, debe tenerse en cuenta
pás metálico de espesores. La distancia entre el que no se puede explorar con este método a ma-
esternón y el raquis es de 16 cm a nivel del ma- yor profundidad de 5 cm. Todos los procesos
Fotocopiar sin autorización es un delito.

nubrio y de unos 19 cm a nivel del extremo infe (neumonía central, tumores, aneurismas) situa-
rior del esternón, en el varón, y algo menor en la dos más allá de este límite no producen cambios
mujer. El diámetro transversal del tórax a nivel en la nota de percusión. Lo propio ocurre con las
de los pezones es de unos 26 cm en el varón y lesiones de menos de 2-3 cm de diámetro, y con
menor también en la mujer. Los diámetros obli- el líquido libre en la cavidad pleural cuyo volu-
cuos nos proporcionan una idea de las posibles men no exceda de 200-250 ml.
deformaciones de la caja torácica. La posición del enfermo durante el examen
3. Cinometría. Tiene por objeto obtener el será diferente según la región que se desee percu-
trazado de la sección horizontal del tórax a dife- tir. La mejor es la de pie o sentada, con los bra-
rentes alturas. El fijar gráficamente la deforma- zos caídos pasivos a lo largo del tronco, y las pal-
S.A.

ción torácica tiene la ventaja de que nos permite mas de las manos sobre las rodillas a fin de
darnos cuenta de las variaciones que ésta sufre relajar la musculatura torácica.
O MASSON,

en el transcurso de la enfermedad. Se emplean Para la percusión de la axila y paredes latera


con tal fin un simple hilo o una cinta. les, debe levantar el brazo del lado que se exami-
124 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 2-41. Zonas de matidez producidas por el decú-


bito del paciente: 1, zona de matidez debida al efecto
amortiguador de un colchón; 2, zona de matidez debida
a compresión del tórax por el peso del cuerpo; 3, zona
de matidez debida a la aproximación de las costillas.

na y apoyar la mano sobre la cabeza, de manera


que la palma caiga sobre el parietal del otro lado.
A veces, por tratarse de enfermos graves o con Fig.8 2-42. Topografía
Ppo8 de la p percusión torácica en el
hemoptisis, la percusión ha de llevarse a cabo plano anterior. CL, sonido claro pulmonar; M, sonido
con el paciente acostado. En estas condiciones, pue- mate; T, sonido timpánico.
den cometerse errores, a menos que se recuerde
que la posición del paciente influye sobre la nota de
percusión. Esto es especialmente cierto examinan- cuyo esqueleto es muy rígido. El tono de una
do al paciente en decúbito lateral (fig. 2-41). persona delgada con poco desarrollo muscular es
más resonante que el de una persona musculosa,
con notables adiposidades o ambas.
Sonido percutorio Las características acústicas del sonido claro
pulmonar ya han sido descritas, por lo que no in-
El sonido que se obtiene durante la percusión sistiremos sobre ellas. Debemos observar que la
del tórax normal depende del lugar donde se
aplica el dedo plesímetro. La topografía de la per-
cusión debe ser conocida por el práctico a fin de
tener un patrón seguro para reconocer lo anor-
mal (figs. 2-42 y 2-43). Así, vemos que percutien-
do sobre la zona de proyección topográfica de
los pulmones se obtiene el ruido o sonido claro pul-
monar; sobre el corazón e hígado, matidez, y a
nivel del espacio de Traube, timpanismo.
ESOS

El sonido claro pulmonar resulta de la vibra-


ción simultánea del pulmón (integrado por una
serie de lengúetas tensas y elásticas con aire en-
tre ellas) y de las paredes del tórax. Los órganos
blandos que no contienen aire (hígado y el cora-
zón), los músculos y los líquidos, no entran en
vibración con los golpes ordinarios de percusión
y así actúan como amortiguadores. Esta serie de M
factores explica que no exista un tipo normativo
que pueda aplicarse indistintamente a todos los Ó
sujetos, y que cada uno muestre, dentro de cier- Fig. 2-43. Topografía de la percusión torácica en el
tos límites, un sonido que le es propio. plano posterior. Cl,, sonido claro menos evidente por
El tórax del niño da un sonido más intenso, la menor masa vibrante del pulmón y el mayor grosor
más resonante y de tonalidad más elevada que el de las masas musculares; Cl,, sonido claro pulmonar
tórax del adulto, y éste que el de los ancianos, muy patente; M, sonido mate.
Neumología 125

nota pulmonar normal no es la misma en todo el área, debe pensarse siempre que no existan alte-
pulmón. En los vértices, hay una cierta disminu- raciones de la columna vertebral, en procesos re-
ción de sonoridad, pues al desarrollo de las ma- tráctiles o infiltrativos del vértice pulmonar.
sas musculares se añade la menor cantidad de te- 2. Del plano posterior (fijándonos, sobre todo,
jido pulmonar vibrante, cosa fácil de comprender en la movilidad de las bases) y determinación de la
si consideramos que los pulmones llenos de aire expansión del pulmón en las bases. El sonido obte-
tienen forma de cono de vértice superior, de nido en este plano es de tonalidad algo más ele-
suerte que hay más pulmón en la parte inferior vada, por ser las costillas más robustas y obrar la
del tórax que en la superior. El sonido claro pul- columna vertebral y escápula con sus músculos
monar más puro se obtiene a nivel de ambas axi- como amortiguadores. No olvidemos que, por su
las, sobre todo la derecha; a ella siguen ambas forma convexa, la pared torácica posterior es me-
bases y las regiones infraclaviculares. nos elástica, lo que motiva la pérdida de una par-
te de la fuerza empleada para percutir (acción de
Antes de comenzar la percusión, el médico las bóvedas). Se percute en sentido descendente
debe buscar esta nota fundamental, en la región a partir del vértice, pasando por la parte media
axilar derecha (o izquierda si la lesión se en- de la región escapulovertebral. La sonoridad del
cuentra localizada en el pulmón derecho) y tórax va aumentando gradualmente, siendo má-
comparar con ella los signos obtenidos en otras xima a nivel de las bases, a medida que disminu-
regiones. ye el grosor de las masas musculares y aumenta
la cantidad de pulmón vibrante.
Una vez alcanzado el límite inferior del pul-
Dinámica de la percusión pulmonar món (a la altura de una horizontal que pasa por la
apófisis espinosa de T10 o a unos cuatro dedos
La percusión del pulmón, para ser completa, por debajo del ángulo de la escápula), se procede
precisa la exploración sucesiva: al examen de la movilidad de las bases; se pide al
enfermo que contenga la respiración después de
1. De los campos apicales de Krónig. Se realiza si- una inspiración profunda, observando el nivel has-
tuándose el médico detrás del paciente y empezan- ta el cual se extiende la resonancia pulmonar; acto
do a percutir entre el arranque del cuello y del hom- seguido, el paciente hace una espiración forzada y
bro hacia ambos lados, hasta encontrar el paso del se observa el nuevo límite. Normalmente, la dife-
sonido pulmonar al mate. Las percusiones deben rencia entre ambos es de 4-6 cm, siendo práctica-
hacerse con mediana intensidad. Se obtiene así un mente igual en los dos lados. Si la excursión de un
área percutoria de sonido bajo, fuerte y prolongado, lado se haila dificultada o impedida por adheren-
que aumenta de diámetro hacia delante y atrás. cias, pleuritis, procesos dolorosos del tórax, etc,
En el individuo sano, las franjas sonoras son este cambio de resonancia en la inspiración queda
iguales en ambos lados (fig. 2-44). Si en uno de abolido o disminuido, mientras que en el lado
ellos se observa un acentuado estrechamiento del normal encontramos la diferencia habitual.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

CCC
€ UC
S.A.
O MASSON,

A B

Fig. 2-44, Campos apicales de Krónig. A) Plano anterior. B) Plano posterior.


126 Semiología médica y técnica exploratoria

Antes de terminar la exploración del plano


posterior, percutiremos la columna vertebral dor-
sal en toda su longitud. La mínima pérdida de
tiempo que ello representa es compensada con
creces por los datos que se obtienen. En el sujeto
sano, la percusión es sonora en el tramo com-
prendido entre las apófisis espinosas de T1-T10.
A nivel de la zona hiliar (T4-T5) lo es algo menos,
sobre todo en los sujetos de hábito leptosomáti-
co. En circunstancias anormales, existe disminu-
ción de la sonoridad en las primeras vértebras, en
las adenopatías traqueobronquiales agudas y
en los tumores mediastínicos, y en las medias
y últimas vértebras, en los derrames pericárdicos
(frecuentemente de T4-T9) y pleural. Este dato Fig. 2-45. Espacio de Traube. Su límite superior se
semiológico sirve para diferenciar este último de encuentra en la línea que une la región de la punta car-
la paquipleuritis y de la atelectasia de los lóbulos díaca con el borde superior de la matidez esplénica. El
inferior es el borde costal. Por dentro, límites con el
basales o de todo un pulmón, en que la matidez
borde inferior del hígado y, por fuera, con la matidez
no alcanza la columna. El neumotórax puede
esplénica.
transformar en timpánica la sonoridad vertebral.
3. Del plano anterior. Se comienza a percutir
debajo de la clavícula, colocando el dedo plesí- 4. De las regiones axtlar y lateral. No debe
metro paralelamente a ésta y sobre un espacio omitirse nunca. Por la delgadez de la pared, son
intercostal. Al ir descendiendo, la sonoridad dis- muy útiles para explorar el pulmón subyacente.
minuye a causa de la presencia de los músculos El sujeto levanta el brazo del lado que se exami-
pectorales en el hombre, y de éstos y la mama en na y apoya la mano sobre la cabeza, de manera
la mujer. A nivel del V espacio intercostal dere- que la palma cae sobre el parietal del otro lado.
cho, comienza la matidez hepática. En el hemitó- Se percute de abajo arriba (o viceversa) siguiendo
rax izquierdo, se encuentra el corazón y por de- la línea axilar media. El dedo plesímetro se dis-
bajo, un espacio sonoro conocido como espacio pone paralelamente a los espacios intercostales,
semilunar de Traube, de notoria importancia se- excepto en el hueco axilar, en que, para eludir la
miológica (fig. 2-45)". dificultad que representa la prominencia de los
músculos pectorales por delante y del músculo
'ILas investigaciones de Traube (1868) pueden resumirse
en (textual):
1. La zona mencionada timpánica tiene una forma de me-
dia luna (observada en el hemisferio norte), limitada hacia aba- Jaccoud (1884) agregó, además, dos características semioló-
jo por el reborde costal y hacia arriba por una línea curva con la gicas fundamentales:
concavidad hacia abajo.
1. La falta total de vibraciones vocales en la zona del es-
2. El espacio así delimitado comienza hacia delante, de-
pacio semilunar.
bajo del quinto o en el sexto cartílago, y se extiende hacia atrás
2. Enla misma zona, por auscultación, se nota la ausencia
a lo largo del reborde costal hasta el extremo anterior de la IX o
de ruidos respiratorios
X costilla.
3. Su mayor anchura es de 7-8,5 cm. Según Neumann, el límite superior del espacio de Traube
4. El sonido de esta zona, en condiciones normales del es- corresponde a una línea que une la punta del corazón al borde
tómago e intestino grueso, se distingue no sólo por su timbre superior de la matidez esplénica; aconseja que el enfermo debe
timpánico, sino también por ser más alto que el sonido pulmo- estar semisentado en posición diagonal para que, tanto el bor-
nar situado más arriba. de del estómago como la cámara de aire ocupen la posición
5. En inspiración profunda, al descender el pulmón, se em- más alta y den a la percusión un buen timpanismo de esta re-
pequeñece considerablemente el espacio semilunar y es, por lo gión, y resurne sus opiniones diciendo que la matidez por de-
tanto, testimonio de la movilidad normal del borde pulmonar. bajo del límite superior del espacio de Traube significa derrame
6. Un significativo aumento del espacio semilunar con pleural y que, en cambio, la matidez por encima de dicho lími-
inamovilidad del borde inferior del pulmón izquierdo es un sig- te significa infiltración de la língula pulmonar.
no importante de la retracción de este último. A pesar de la radiología, el espacio de Traube es de utilidad
7. En un derrame pleural, el espacio semilunar puede de- para revelar la presencia de derrames pleurales de la pleura iz-
saparecer completamente y el comienzo de la resorción del quierda que, incluso, fueron inadvertidos por muy expertos ra-
derrame se manifiesta por una reaparición del espacio semilu- diólogos, lo cual ha sido corroborado repetidas veces y com-
nar. probado irrefutablemente por la toracocentesis.
=>
Neumología 127

gran dolsal por detrás, el dedo se coloca perpen- moiseau-Ellis». Si cambiamos de posición al en-
dicularmente o se recurre a la ortopercusión. El fermo, percutiéndolo primero sentado y luego en
límite inferior de la región lateral derecha es muy decúbito lateral, la línea de matidez se desplaza,
preciso, pues corresponde a la matidez hepática; aunque muy poco, siempre que la cantidad de lí-
el de la región lateral izquierda resulta bastante quido no sea muy grande, caso en el cual no se
menos manifiesto, debido a que se continúa con modifica en absoluto. En los derrames enquista-
la hipersonoridad del espacio de Traube y con la dos, la zona mate guarda relación con la ocupada
matidez esplénica. La movilidad respiratoria del por el líquido, y en el interlobular, dibuja una
borde inferior del pulmón es máxima a nivel de franja oscura entre dos sonoras, especialmente
la región axilar, llegando incluso, si situamos al manifiesta en la región axilar.
paciente en posición lateral, a valores de 6-8 cm.
2. Aumento de la sonoridad a la percusión. Au-
La percusión del hueco axilar tiene valor menta en las siguientes circunstancias:
considerable para la exploración del vértice pul-
monar. Si percutimos en su porción más alta, a) Enfisema atrófico y compensador (o vicarian-
caemos sobre la parte lateral del segundo espa- te). En el primer caso, el abombamiento y rigidez
cio intercostal. del tórax, junto con la atrofia del tejido vibrátil
pulmonar, motivan aumento de resonancia y dis-
minución de tono con un timbre con cierto grado
REPERCUSIÓN DE LOS PROCESOS de timpanismo, «sonido de caja de cartón vacía».
RESPIRATORIOS EN EL SONIDO En el segundo caso, una porción de pulmón
PERCUTORIO sano trata de compensar otras enfermas y que,
por tal motivo, respiran mal (en el vértice, en las
Las enfermedades del aparato respiratorio ocupaciones de la base, en las bases en los proce-
suelen modificar los caracteres del sonido de per- sos apicales), la sonoridad aumenta sin adquirir
cusión. Sin embargo, esta regla no es absoluta y carácter timpánico, sino una resonancia aguda
escapan de ella las bronquitis agudas o crónicas, especial, con carácter de cosa hueca (resonancia
las bronquiectasias no complicadas, las sínfisis skódica o skodismo).
pleurales muy delgadas, los derrames pleurales b) Neumotórax espontáneo. El timbre del soni-
poco copiosos (menos de 250 ml) y las lesiones do es blando y su tonalidad percutoria, distinta se-
situadas profundamente (más allá de 5 cm) o gún la tensión a que está el aire dentro de la cavi-
poco extensas. dad pleural; si ésta aumenta fuertemente, el tono
se va haciendo cada vez más alto, pero sin perder
1. Disminución de la sonoridad a la percusión. su carácter timpánico; en estos casos, cabe obser-
Disminuye en las siguientes circunstancias: var un timbre anfórico del sonido percutorio.
Cuando se percute una caverna de un diáme-
a) En todas las condensaciones del parénquima tro superior a 4 cm radicada cerca de la pared y
pulmonar. Atelectasia masiva, procesos tumorales unida a ella por una franja de tejido pulmonar
y tuberculosos, neumonía. En esta última, la ma- hepatizado, el sonido es a menudo timpánico.
tidez suele acompañarse de una cierta resonancia No es raro, a la percusión fuerte, el ruido de «olla
Fotocopiar sin autorización es un delito.

debida a la distensión del tejido pulmonar que cascada».


circunda la parte afecta y a la vibración del aire
contenido en los bronquios (matidez timpánica).
b) En los derrames pleurales. En el de la gran MW AUSCULTACIÓN
cavidad, si la cantidad de líquido es considerable,
la matidez tanto en la nota como en el tacto (se Consiste en la exploración auditiva de los rui-
percibe un fuerte aumento de resistencia toráci- dos, normales o no, que se producen en el apara-
ca) es semejante a la que se obtiene percutiendo to respiratorio. Se efectúa directamente con la
las masas musculares del muslo. Es la «matidez oreja o por medio del fonendoscopio aplicados
hídrica» de los clásicos. El límite superior de esta sobre la piel del tórax. Ocasionalmente, este últi-
S.A.

matidez, correspondiente al del derrame, sigue mo se coloca delante de la boca (auscultación


una línea de convexidad superior y vértice axilar preoral). En ocasiones, es suficiente hallarse al
O MASSON,

(lugar donde el pulmón se colapsa con más facili- lado del enfermo (auscultación a distancia o ex-
dad) constituyendo la «curva parabólica de Da- traauscultación).
128 Semiología médica y técnica exploratoria

REQUISITOS PARA LA CORRECTA 4. No existe ningún motivo que justifique la


AUSCULTACIÓN respiración bucal o nasal para la auscultación. Hay
quien cree que es un error alterar el hábito del
La auscultación requiere ciertos requisitos que enfermo, pues si se le obliga a respirar diferente
a continuación consideramos: de como acostumbra, con facilidad altera los ca-
racteres de la respiración. Es mejor no hablar de
1. Debe practicarse en una habitación con esto al enfermo, dejándole que respire como sea
temperatura confortable, luz tenue y aislada de ruidos, su costumbre, recomendándole sólo que lo haga
para que nada externo distraiga nuestra atención. tranquila y normalmente, sin esfuerzo alguno y
Si el enfermo es ambulatorio, se le ha de aus- con la mayor regularidad posible, evitando que
cultar sentado, con la cabeza ligeramente flexio- haga sonidos guturales.
nada hacia delante, brazos caídos pasivamente a >. El principiante en auscultación oye más bien
lo largo del tronco y las palmas de las manos so- demasiado que muy poco. Esto se debe a que no
bre las rodillas. Para la axila y regiones laterales, ha aprendido a prescindir de ciertos ruidos que
debe levantar el brazo del lado que se examina y no tienen importancia diagnóstica y a concen-
apoyar la mano sobre la cabeza, de manera que trar su atención sobre los sonidos que realmente
la palma caiga sobre el parietal del otro lado. la tienen. Es aconsejable considerar, en primer
Si se encuentra en cama, se dispone en decú- lugar, el murmullo vesicular haciendo caso omi-
bito dorsal y reclinado en almohadones para la so de los demás ruidos, y aun en aquél, sólo la
auscultación del plano anterior, y sentado con los fase inspiratoria, durante una serie de cuatro O
brazos hacia delante, para el plano posterior. Si cinco respiraciones; a continuación, se hace lo
el paciente está muy postrado, se le mantiene en propio con el ruido espiratorio, teniendo la pre-
esta posición con auxilio de un ayudante. caución de comparar puntos simétricos. A ren-
2. El tórax debe estar desnudo. Una talla sobre glón seguido, se atiende a los ruidos anómalos
el pecho mientras se ausculta el dorso (y vicever- (estertores, soplos, frotes) reteniendo sólo aque-
sa) evitarán, si se trata de una mujer, toda inco- llos cuya evidencia sea absoluta. Siguiendo el
modidad subjetiva. En el caso de un sujeto con prudente consejo de Laennec, de vigencia ac-
mucho vello, que crepita al ser comprimido por tual: «Vale más dejar de etiquetar un ruido anómalo
el pabellón del fonendoscopio produciendo rui- dudoso, que caer en el error de asignarle un significa-
dos casi indiferenciales de los estertores secos, es do erróneo».
preciso auscultar con la campana o humedecer el 6. La auscultación del pulmón debe ser orde-
vello con agua y comprimirlo contra la piel. nada y completa. A partir del vértice y en sentido
Los ruidos producidos en las aponeurosis y descendente, comprende los planos anterior y
articulaciones suelen desaparecer cuando el suje- posterior (figs. 2-46 A y B), así como el lateral.
to descansa en completa relajación muscular. De esta manera, evitaremos que alguna zona
También hay que mencionar los frotes motiva- pulmonar escape al examen. Existen algunos
dos al rozar la escápula con la pared torácica puntos cuya relación topográfica con los órganos
(«estertores escapulares» de Galvagni-Kúttner) o profundos les concede un significado semiológi-
al ejercer presión con el estetoscopio sobre regio- co particular:
nes del tórax que presentan gran cantidad de teji-
do adiposo, como, sobre la mama de la mujer. a) Punto de auscultación del asma, de Gut-
3. En caso de roces pleuríticos, 1o se debe de- mann. En la fosa supraclavicular, en el ángulo
sechar en absoluto la auscultación inmediata o directa, [ormado por la clavícula y la cabeza medial del
sobre todo en la espalda y bases. La campana del músculo esternocleidomastoideo (ángulo asmáti-
fonendoscopio debe aplicarse con firmeza. Si se co). La auscultación de este punto permite, con
inclina de un lado ligeramente o no se excluye el mucha frecuencia, percibir los sonidos asmáticos
aire, podemos oír un rumor sordo y confuso se- bronquiales característicos con espiración alarga-
mejante al que se percibe cuando se aproxima la da en un momento en que tales sonidos ya no
concha de un caracol grande al oído. Un ruido se- son audibles en cualquier otra región del tórax
mejante se oirá si las piezas auriculares del fonen- (fig. 2-47).
doscopio no ajustan a los oídos del vbservador u b) Zona de alarma, de Chauvet. En la mitad
si están puestas al revés. Evitaremos que la cam- de la línea trazada desde el espacio que existe en-
pana roce la piel del tórax. Esto da origen a ruidos tre las apófisis espinosas de C7 y Tl, hasta la
secos semejantes a roces pleurales o pericárdiacos. prominencia muy aparente y fácilmente palpable
Neumología 129

co ción
Be 4] E y

Fig. 2-46. La auscultación dede ser correcta y ordenada, empezando por los vértices y descendiendo en zig-zag
hasta las bases, auscultando ambos campos pulmonares de forma simétrica y alternante. Si se empieza auscultan-
do el vértice izquierdo (A) terminará la auscultación en la base derecha (B) y viceversa. El fonendoscipio no debe
sufrir ningún tipo de roce para evitar ruidos sobreañadidos que puedan interferir la interpretación de los sonidos
que producen las zonas examinadas.

situada hacia la parte media de la espina de la es- ad) Punto de alarma basilar. Inmediatamente
cápula, que se conoce con él nombre de «tubér- por debajo de la escápula. Importante para el
culo del trapecio». Es uno de los sitios más ade- diagnóstico precoz de neumonías, bronconeu-
cuados para descubrir por auscultación el monías y corticopleuritis.
comienzo apical de la tuberculosis pulmonar. e) Punto cisural, Coincide con el borde inter-
d) Punto hiliar. Corresponde a la bifurcación no de la escápula, oblicuada al colocar la palma
de la tráquea, grandes bronquios y zona ganglio- de la mano del brazo del mismo lado sobre el
nar del hilio. En la región escapulovertebral, a la hombro opuesto. Corresponde a la cisura interlo-
altura de la apófisis transversa de T3. bular (fig. 2-48).
sín autorización es un delo.
S.A. Fotocopíar
O MASSON,

Fig. 2-47. Ángulo asmático de Gutmann (AAP, astlr- Fig. 2-48. Posición útil para poner en evidencia la ci-
ma auscultation poínt). sura interlobular.
130 Semiología médica y técnica exploratoria

DP Punto axilar. En lo alto de la axila. Alcanza tanto durante la inspiración como en toda la es-
la parte alta del lóbulo superior. piración, a nivel de la laringe, tráquea y esternón
(sobre todo en su borde derecho) y, por detrás, a
7. No debe terminarse jamás la auscultación lo largo de la columna vertebral y en la parte in-
torácica sin haber hecho toser al paciente. La inspira- terna de los espacios escapulovertebrales. Se imi-
ción que precede a la tos y la fuerte espiración ta bien, soplando en la mano doblada en forma
que la sigue pueden poner de manifiesto un so- de tubo o en uno de cartón o madera de calibre
plo latente, unos crujidos, un tintineo metálico, o mediano o cuando con la boca colocada como
pueden hacer desaparecer, al movilizar las secre- para pronunciar la letra «g», se inspira y espira
ciones bronquiales, unos roncus o unos ruidos si- con fuerza. Se debe a los grandes remolinos de
bilantes. Es conveniente avisar al enfermo para aire que se producen en la hendidura glótica. Las
que, en plena auscultación y a una señal conveni- cuerdas vocales que limitan el orificio están más
da, ensaye un golpe de tos único y seco, que re- juntas durante la espiración que durante la inspi-
petirá las veces que sean necesarias. Toda auscul- ración, lo que explica que el soplo espiratorio sea
tación sin este requisito es técnicamente defectuosa. más intenso y agudo que el inspiratorio. Entre
8. Es muy útil anotar gráficamente lo observa- los ruidos glóticos de uno u otro movimiento res-
do. Un buen paradigma es más demostrativo que piratorio hay un intervalo silencioso muy corto.
una larga explicación (v. cuadro de la pág. 186). Las vibraciones que llegan hasta las terminacio-
nes bronquiales en el parénquima pulmonar se
extinguen por difusión, refracción y reflexión,
Leyes para el diagnóstico entre los múltiples tabiques tensos y elásticos
por auscultación que existen en esta región.

Terminaremos indicando que para poner de


manifiesto las alteraciones pulmonares por me- Murmullo vesicular
dio de la auscultación, es preciso que se ajusten a
tres leyes: Se percibe en todas las partes en que el pul-
món está en contacto con la pared torácica, y con
1. Ley del volumen mínimo. Que sean lo bas- máxima pureza en las axilas, debajo de las claví-
tante voluminosas. culas y en las regiones infrascapulares. Es como
2. Ley de la profundidad mínima. Que estén un soplo muy suave, y que podría reproducirse
suficientemente superficiales. inspirando primero y espirando después suave-
3. Ley de la transmisión. Que se hallen situa- mente aire por la boca, habiendo dispuesto los
das en una región explorable. labios como para pronunciar la «v».
El murmullo vesicular es, esencialmente, un
ruido inspiratorio continuo (que se percibe du-
RUIDOS APRECIADOS rante toda la inspiración), ligero, dulce, suave,
POR AUSCULTACION puro, de una percepción agradable y ligeramente
musical; es más bien un soplo, pero de un tono
Si a un sujeto sano le aplicamos el fonendos- fijo. Resulta de la suma de los ruidos elementales
copio primero sobre la tráquea y luego en otro producidos por el aire al ser aspirado por millo-
punto del tórax, como en las regiones axilares, nes de alvéolos bruscamente distendidos en la
percibimos dos ruidos en todo diferentes, el la- inspiración. Es, por tanto, un ruido alveolar.
ringotraqueal y el murmullo vesicular. Un terce- El ruido de la fase espiratoria debido al paso
ro, llamado «respiración broncovesicular», resulta del aire por los tubos bronquiales es también
de la superposición de ambos ruidos en determi- continuo, pero menos intenso y un tono más
nadas zonas del pulmón. bajo (re a do) que el murmullo inspiratorio. Sólo
es audible al principio de la espiración.
Vemos como la impresión auditiva es opuesta
Ruido laringotraqueal a la visual y a los datos obtenidos por la palpa-
ción. Mientras que a la inspección y palpación, la
Conocido también como respiración bronquial, inspiración es más corta que la espiración como
de Laennec; soplo glótico, de Jumon. Es un ruido 1:2 o 3, en la auscultación los términos se invier-
soplante, de tonalidad elevada, que se percibe ten, pues la espiración, sólo audible en el primer
Neumología 131

tercio o poco más, dura menos que la inspira- piración y el comienzo del murmullo vesicular
ción, como 3:1. que le sigue.
En un ciclo respiratorio completo, no se perci- 5. Simetría. El murmullo vesicular es simétri-
be en la inspección pausa alguna entre el final de co, es decir, se presenta con iguales característi-
la espiración y el principio de la inspiración, lo cas acústicas (fuerza, timbre) en las partes simé-
cual no ocurre auscultando, pues entre el final del tricas de los pulmones. Sólo hay una excepción,
ruido espiratorio y el comienzo del murmullo ve- en la región escapulovertebral derecha y hacia la
sicular que le sigue existe un silencio que com- espina del omóplato la respiración es más fuerte
prende casi los dos tercios finales de la espira- o de un timbre bronquial más rudo que en la
ción. zona opuesta, debido al mayor grosor de los tu-
bos bronquiales a este nivel.

Cualidades del murmullo vesicular


Respiración broncovesicular
1. Intensidad. Guarda relación, habida cuenta
que el pulmón es un instrumento de viento, con Resulta de la superposición, en determinadas
la velocidad con que circula el aire, que a su vez zonas del pulmón, del ruido laringotraqueal y del
depende de la mayor o menor amplitud de los murmullo vesicular. Participa de las características
movimientos respiratorios, y con las condiciones de ambos, siendo su intensidad intermedia y su
de transmisión de la pared torácica. Se encuentra fase espiratoria más larga, intensa y aguda que la
aumentada, dentro de la normalidad, en los ni- correspondiente a la respiración vesicular, Se oye
ños, a causa del menor grosor de la pared toráci- en la región infraclavicular derecha, articulaciones
ca y de la mayor elasticidad del parénquima pul- esternoclaviculares y espacio escapulovertebral, en
monar, constituyendo la «respiración pueril» especial en el lado derecho, y a nivel de la bifurca-
(puer, niño) o suplementaria, llamada así por ser ción traqueal (13) y en el vértice derecho, por efec-
el tipo de murmullo que se percibe a nivel del to del mayor calibre del bronquio correspondiente.
pulmón que respira en suplencia funcional (en un
vértice, si hay derrame o condensación en la
base, o viceversa). La respiración pueril (o suple- AUSCULTACIÓN EN PATOLOGÍA
mentaria) no es una respiración ruda, pues con- RESPIRATORIA
serva la tonalidad y el timbre normales; sólo la
relación inspiración-espiración se encuentra lige- En la auscultación del tórax, en circunstancias
tamente modificada, igualándose la duración de patológicas, podemos darnos cuenta de las varia-
los dos tiempos por volverse audible, dada la ma- ciones del murmullo vesicular, de la existencia de
yor intensidad respiratoria, el último tercio de la ruidos adventicios o accidentales (soplos, esterto-
fase espiratoria, normalmente muda. res) y de la anormal transmisión de la voz habla-
La intensidad del murmullo vesicular dismi- da o cuchicheada, o de los ruidos producidos en
nuye en los sujetos obesos y en los muy muscu- la superficie del tórax.
lados (por el grosor de la pared), en los asténicos
y sujetos de vida sedentaria (por poca energía de
Fotocopiar sin autorización es un delito.

los movimientos respiratorios), y en los ancianos Alteraciones patológicas


por rarefacción del parénquima pulmonar. del murmullo vesicular
2. Timbre. Depende de la naturaleza de las
partes vibrantes y de las condiciones de resonan- Los ruidos respiratorios pueden alterarse en
cia y de transmisión al oído. Normalmente, el so- uno o varios de sus caracteres, recibiendo en
nido es dulce, blando, musical y muy suave. cada caso una denominación distinta (tabla 2-3).
3. Tono. El tono del ruido inspiratorio es más Cabe señalar que el ritmo y la intensidad pueden
alto que el del ruido espiratorio; la inspiración da modificarse a voluntad. Por eso, se debe pedir al
un re de la cuerda libre del violín, y la espiración, enfermo que respire normalmente. La tonalidad,
el do bemol. el timbre y la simetría son fijos e independientes
S.A.

4. Ritmo. Ya hemos insistido en que, mien- de la voluntad, y todas sus modificaciones son
tras la inspiración es toda ella audible, la espira- siempre patológicas:
O MASSON,

ción sólo lo es en sus comienzos. Esto motiva un


silencio de cierta duración entre el final de la es- 1. Alteraciones de su intensidad:
132 Semiología médica y técnica exploratoria

Tabla 2-3. Alteraciones patológicas del murmu- suave y toma un timbre seco, áspero y granulo-
llo vesicular so, aparece este tipo de respiración. Depende de
una congestión ligera del alveolo o de una irregu-
Alteraciones de su intensidad
Aumento del murmullo laridad en la mucosa de los bronquíolos, que
Disminución o abolición del murmullo se encuentran parcialmente cerrados o abollados
Alteraciones de su timbre (o calidad) por la compresión de pequeñas formaciones in-
Respiración ruda flamatorias, desarrolladas en el tejido pulmonar
Alteraciones de su tono circundante. Señala precozmente una lesión con-
Respiración grave o baja gestiva o inflamatoria del aparato alveolobron-
Respiración aguda o alta quial.
Alteraciones de su ritmo No caeremos en la confusión de considerar
Inspiración acortada
como términos sinónimos respiración ruda y respi-
Espiración alargada
Respiración continua ración fuerte. Una es la alteración de timbre, otra
Respiración a sacudidas la intensidad. Si bien es frecuente encontrar res-
Respiración «en rueda dentada» piración ruda y fuerte, es asimismo posible hallar
respiración ruda y débil.
3. Alteraciones de su tono:

a) Aumento del murmullo. En ambos pulmo- a) Respiración grave o baja. Tiene escaso valor
nes, en las disneas centrógenas; cuando es locali- diagnóstico, no obstante, se encuentra al final de
zado, señala zonas pulmonares en suplencia fun- las bronquitis o al principio de la tuberculosis; su
cional (respiración suplementaria), siendo signo causa reside en la tumefacción de la mucosa
indirecto, y cierto, de una lesión que puede radi- bronquial o del endotelio alveolar, la entrada del
car en el mismo pulmón o en el pulmón opuesto. aire se hace a menor velocidad, lo que da un rui-
b) Disminución o abolición del murmullo. Se se- do de tono bajo.
ñala en todos aquellos casos en que se encuentra b) Respiración aguda o alta. Marca la transmi-
alterada su normal producción o transmisión. Tal sión entre la respiración normal y el soplo. Se
sucede: manifiesta, al principio, sobre la fase espiratoria,
que se prolonga y aumenta de tono (el cual igua-
— En la insuficiencia respiratoria nasal (ade- la y aun supera el del ruido inspiratorio), adqui-
noides, pólipos), en ambos pulmones o preferen- riendo un carácter soplante. Indica una conden-
temente en el vértice derecho. sación pulmonar incipiente y es, si se encuentra
— Por ocupación, angostamiento o destruc- localizada en un vértice, un buen signo de tuber-
ción del alveolo, con disminución o abolición de culosis apical.
su función (neumonía, bronconeumonía, esclero-
sis, neumoconiosis, cavernas, etc.). 4. Alteraciones de su ritmo. Pueden señalarse
— Por el aumento del obstáculo que se en- en la duración. relativa de cada uno de los dos
cuentra normalmente entre el pulmón y el oído, tiempos de la respiración (inspiración acortada,
representado por la pared torácica y la pleura espiración alargada, respiración continua) o en su
(adherencias pleurales, derrame pleural, neumo- continuidad (respiración a sacudidas, en rueda
tórax). dentada):
— Por una menor velocidad del aire alveolar,
ya sea por enfisema (en esta afección se encuen- a) Inspiración acortada. Definida por su nom-
tra una esclerosis atrófica muy acentuada de la bre, se observa en aquellos casos en que la ex-
trama conjuntivoelástica interalveolar, con difi- pansión normal del pulmón se encuentra dificul-
cultad de la sístole alveolar), por inmovilidad de tada; procesos dolorosos (pleurodinia, fisuras
un hemitórax a causa del dolor (neuralgia inter- costales), disneas con aumento de la frecuencia
costal, pleurodinia), por deformidades anatómi- respiratoria, etc.
cas (gibosidad, escoliosis, cifoscoliosis, etc.), o b) Espiración alargada. Consiste en que a la
por obliteración (neoplásica o no) de un bron- auscultación se torna perceptible una parte, ma-
quio. yor o menor, de la espiración, que en estado nor-
mal es muda. Puede alargarse hasta igualar o re-
2. Alteraciones de su timbre. Consideraremos basar la duración de la inspiración. La espiración
la respiración ruda. Si el ruido pierde su carácter alargada va siempre acompañada de alteración
Neumología 133

de los ruidos respiratorios, que se vuelven rudos ciones dolorosas torácicas, emociones, escalo-
y débiles en la inspiración, y de tonalidad eleva- fríos, etc.), que, ocasionando movimientos respi-
da con tendencia a soplante en la mayoría de los ratorios irregulares, hacen que el aire llegue a los
casos en la espiración. Se encuentra en: alvéolos por fracciones; se atribuye a la pérdida
de la elasticidad del pulmón, que hace que éste
— Enfisema. En grandes zonas o en todo el se dilate en diferentes tiempos en varias de sus
tórax, por rarefacción y esclerosis de la trama partes. Cuando va acompañada de otras altera-
conjuntivoelástica interalveolar. Se acompaña de ciones del murmullo vesicular y se encuentra en
murmullo vesicular débil y rudo. una región limitada, fija y persistente del vértice,
— Tuberculosis incipiente. Suele localizarse tiene valor para el diagnóstico precoz de la tuber-
en el vértice. Coincide con la disminución del so- culosis.
nido de percusión; cuando a la percusión ordina- e) Respiración «en rueda dentada». Es aquella
ría no se encuentra submatidez, si se busca por en que las interrupciones se suceden de manera
transonancia, no falta casi nunca. Esto indica que regular. Se atribuye a la misma causa que la ante-
la espiración alargada obedece, en estos casos, a rior,
condensación del parénquima.
— Asma bronquial. Por espasmo bronquiolar
que difículta la salida del aire. En la obstrucción Soplos pulmonares
bronquial parcial y a nivel de la región corres-
pondiente, persiste el rumor espiratorio después Ya hemos visto cómo, gracias a la existencia
de una espiración forzada, en contraste con el si- entre la estrechez glótica y el oído de una serie
lencio del resto del pulmón. El rumor persiste de órganos representados por la tubería bron-
hasta la expulsión del aire retenido. quial, el tejido pulmonar, las hojas pleurales y la
pared torácica, pasamos del ruido de soplo larin-
c) Respiración continua. Se observa cuando gotraqueal (intenso, de tonalidad elevada y de
la espiración se alarga tanto que llega a juntarse timbre tubárico) a otro (poco intenso, de tonali-
con la inspiración siguiente. La «pausa-silencio» dad baja y de timbre vesicular), que constituye el
que normalmente sigue a la espiración, desapa- murmullo vesicular. Pero si el tejido interpuesto
rece, y se oye siempre ruido respiratorio. Éste, entre la estrechez glótica y la pared del tórax deja
que en los casos más característicos es igual du- de ser normal, ya sea por la presencia de un
rante la inspiración que en la espiración, es dé- bronquio dilatado, de una zona hepatizada, de
bil y rudo, no presentando ni el carácter del una cavidad en pleno parénquima, o de agua O
murmullo inspiratorio ni el del ruido espirato- gas entre ambas hojas pleurales, el soplo glótico,
rio. La intensidad presenta ligeras ondulacio- al propagarse, encontrará en su trayecto el bron-
nes. quio dilatado o la hepatización, o la caverna o la
En algunos enfermos, el carácter de la respira- colección líquida o gaseosa a que nos hemos re-
ción continua no cambia si hacen una respiración [erido y modificará sus caracteres de propaga-
profunda; en otros, al forzar la respiración, el rui- ción normal, de tal modo que, en lugar de produ-
do espiratorio se torna ligeramente traqueoglóti- cirse el murmullo vesicular normal, ocasionará
co; en otros, al forzar la respiración, el síntoma un murmullo vesicular patológico al que se deno-
Fotocopiar sín autorización es un delita.

desaparece y se marcan los dos tiempos y la pau- minará «soplo pulmonar».


sa. Se encuentra especialmente en el vértice, en Vemos, pues, que el ruido de soplo resulta de
la región del hilio y, con menor frecuencia, en la la transmisión del ruido laringotraqueal o soplo
parte posterior de las bases en las infiltraciones glótico a través de un tejido pulmonar alterado,
tuberculosas. tanto en sus condiciones físicas como en su con-
d) Respiración a sacudidas. Consiste en que la ductividad sonora.
inspiración y, a veces, pero con mucha menor Para que este soplo se produzca, se precisan
frecuencia, la espiración, en lugar de verificarse dos factores:
en un solo tiempo con una perfecta continuidad,
se realiza en varios tiempos (de dos a cinco) se- 1. Una condensación pulmonar capaz de pro-
S.A.

parados por cortas interrupciones. El punto en ducir el soplo tubárico que, al ser modificado, ha
que mejor se aprecia esto es en la fosa infraclavi- de ocasionar el pleural.
(O MASSON,

cular. Desaparece a menudo en las respiraciones 2. Una cantidad suficiente de líquido en la plen-
profundas. Descartando aquellos estados (afec- ra para que dicho fenómeno se verifique. Por tal
134 Semiología médica y técnica exploratoria

motivo, se percibe en los derrames inflamatorios


(pleuritis) y falta en los de naturaleza mecánica
(hidrotórax), pues en el primer caso el pulmón
subyacente está siempre más o menos afectado,
mientras que en el hidrotórax es normal (figu-
ra 2-49).

Los soplos pulmonares pueden ser:

1. Primarios o autócionos. Resultan de un obs-


táculo patológico a nivel de la tráquea o bron-
quios.
En los casos de estenosis traqueal o bronquial,
la vena fluida que atraviesa la estrechez es una
vena fluida sonora, y como tal tiene una intensi-
dad, tonalidad y timbre en relación al distinto ta-
maño del orificio y con su velocidad de paso. Fig. 2-49. Esquema de la producción del soplo pleu-
Si la estenosis traqueal o bronquial es muy rítico. La zona de rayas verticales señala el pulmón
condensado y comprimido; las rayas horizontales, el
angosta, el aire, al pasar por el orificio, vibra in-
lugar ocupado por el derrame liquido. El ruido laringo-
tensamente; la intensidad del soplo es elevada, traqueal, al encontrar el parénguima pulmonar compri-
y la tonalidad, aguda. En el límite extremo en- mido y condensado, toma las características del soplo
contramos los soplos de carácter silbante (estri- tubárico. Éste, al llegar al límite del derrame, disminuye
dor) o de carácter córneo (cornage, en francés, o de intensidad y cambia de timbre dando lugar al soplo
huélfago). El estridor y el cornage se perciben a pleurítico (o pleural).
distancia, y se suceden en las dos fases respira-
torias.
Si el orificio de la estenosis es amplio, la in- b) Una cierta velocidad y volumen del aire ins-
tensidad del soplo resulta débil, y la tonalidad, pirado. Por esto, los soplos desaparecen cuando el
grave, siendo entonces difíciles de diferenciar del tórax se encuentra inmovilizado, ya sea por un
soplo glótico normal. dolor agudo, ya por parálisis diafragmática (desa-
Estos soplos tienen la característica de nacer y parición preagónica del soplo tubárico en la neu-
morir en el mismo sitio, es decir, de no propagar- monía), o cuando las vías aéreas se encuentran
se y de debilitarse a medida que, con el fonen- obstruidas por mucosidades, cuerpos extraños oO
doscopio, nos alejamos del hilio. Si el árbal bron- por un tumor.

quial se ocluye por completo, el aire no circula y e) Un tejido pulmonar alterado y con unas pro-
no hay motivo alguno de soplo. piedades conductoras del sonido distintas de las
2. Secundarios o por transmisión. Aunque ori- que corresponden al tejido pulmonar normal.
ginados a nivel de un estrechamiento en la tu-
bería traqueobronquial ya normal (esfínter gló- Entre las variedades más importantes de los
tico) ya patológico (estenosis bronquial), son soplos por transmisión, citaremos:
propagados a distancia y transmitidos al oído
por intermedio de un tejido densificado y buen a) Soplo tubárico. Consiste en la percepción, a
conductor del sonido (parénquima hepatizado, nivel de las paredes del tórax, del ruido laringo-
más rara vez un mazacote ganglionar); por esto, traqueal que, en los sujetos sanos, oímos exclusi-
se les conoce también como soplos por transmi- vamente en la laringe, tráquea, esternón y espa-
sión o propagación. cio escapulovertebral. El pulmón homogéneo y
Son, con mucho, los más importantes. De sin aire, como en la neumonía, es un excelente
acuerdo con todo lo anteriormente dicho, señala- conductor de dicho ruido, con tal que los bron-
remos que para producirse requieren: quios sean permeables. Difiere de la respiración
laringotraqueal percibida en la tráquea tan sólo
a) La estenosis glótica normal. Capaz de oca- en que es menos intenso y de tono más alto, por
sionar el ruido que ha de constituir, al modificar- ser el calibre de los bronquios menor que el de la
se, el soplo que percibimos; éste falta, como es tráquea; pero tiene las mismas características
lógico, en los sujetos laringuectomizados. fundamentales de la pausa postinspiratoria y la
Neumología 135

duración e intensidad típica de la fase espiratoria, la modificación cavernosa, debe encontrarse ro-
en contraste con la del murmullo vesicular. Se deada de pulmón condensado. Una cavidad situa-
imita pronunciando en voz baja y de manera su- da en el centro de un pulmón sano y aireado, y
cesiva las vocales a, e, O. las hay, no produce respiración cavernosa, pu-
El foco de condensación pulmonar precisa te- diendo incluso ser silenciosa (fig. 2-51).
ner, para ocasionar el soplo que nos ocupa, un c) Soplo anfórico. Es, habitualmente, poco in-
grosor suficiente que le permita alcanzar, por lo tenso y presenta resonancia metálica. La mayor
menos, aquellos bronquios cuyo diámetro inter- parte de las veces debe buscarse con atención, y
no sea superior a 3 mm, pues en los tubos más en algunos casos sólo se percibe en las respiracio-
pequeños la conducción del sonido laringotra- nes profundas o haciendo toser al enfermo. Más
queal es mínima. Si recordamos que los bron- que un soplo, parece una resonancia; bourdonne-
quios de 3 mm están a 3 cm de la pleura, en las ment amphorique (zumbido anfórico), lo llamó La-
porciones superiores del pulmón, de 3,5-5 cm en ennec. Se imita bien, aplicando, sin apretar, el
las porciones basales y laterales, y de 1-2 cm pulpejo del dedo medio al orificio del conducto
en las proximidades de la columna vertebral, nos auditivo externo, de modo que quede cerrado
explicaremos que condensaciones de igual volu- por completo, y dando golpecitos sobre este
men y densidad puedan o no transmitir el soplo dedo con otro cualquiera. Se percibe:
según su nivel topográfico (fig. 2-50). — En el neumotórax espontáneo con el aire a
b) Soplo cavitario (o cavernoso). No es más tensión. Si hay adherencias que den lugar a neu-
que un soplo tubárico modificado en su timbre y motórax parciales, puede ser poco claro o faltar.
en su intensidad por la presencia, en el interior — En las grandes cavernas pulmonares, de
del tejido pulmonar condensado, de una cavidad. paredes lisas, radicadas cerca de la pared, que co-
No se debe al aire que entra y sale de la cavi- munican ampliamente con los bronquios y están
dad, sino a la producción, en la cámara de reso- vacías O poco menos.
nancia de la cavidad, de armónicos que refuerzan — En los derrames pleuríticos abundantes,
determinadas vibraciones de los ruidos bronquia- que comprimen el pulmón contra el raquis. En
les, dando así un timbre alterado al ruido original.
Puede imitarse utilizando la boca como cámara
de resonancia y respirando con los labios dispues-
tos en forma de o. Para que una cavidad produzca
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Fig. 2-51. Esquema de la producción del soplo cavita-


rio. La zona señalada en negro indica tejido pulmonar
condensado en el interior. La zona rayada, esclerosis peri-
Fig. 2-50. Esquema de las condensaciones pulmona- cavitaria. El ruido laringotraqueal al encontrar el parén-
res. A) condensación superficial que no alcanza hasta quima pulmonar aumentado de densidad toma las carac-
S.A.

los bronquios de 3 mm de diámetro; no hay, por tanto, terísticas acústicas del soplo tubárico. Éste, a su vez, al
(O MASSON,

transmisión del soplo brónquico. B) condensación que llegar a la caverna, se modifica en su tonalidad y timbre
alcanza los bronquios de un calibre mayor de 3 mm, se adquiriendo una resonancia especial, hueca, que define
produce, pues, transmisión del soplo brónquico. el soplo cavernoso.
136 Semiología médica y técnica exploratoria

estos casos, el soplo se percibe en el espacio es- cados o no en sus caracteres. Unos se originan en
capulovertebral. los bronquios o en el pulmón (estertores pulmo-
nares propiamente dichos); otros, en la cavidad
d) Soplo pleurítico. Es un soplo tubárico modi- pleural (frotes pleurales). No hay unanimidad en
ficado en su intensidad y características acústicas su interpretación, ni tampoco sobre el criterio
por la presencia, entre el foco de condensación que debe presidir su clasificación (tabla 2-4). Es
pulmonar que lo produce y el oído del que aus- costumbre didáctica, clasificarlos atendiendo al
culta, de un derrame pleural. Se imita pronun- lugar donde se originan:
ciando en voz baja las letras e, l. Es relativamente
inconstante. Al principio de la enfermedad, se 1. Estertor traqueal. Producido por las secre-
percibe en la base, cerca de la columna vertebral, ciones acumuladas en los bronquios gruesos, trá-
y es poco intenso, suave, como velado y prefe- quea y laringe, y que el paciente, a causa de su
rentemente espiratorio. Á veces, sólo se percibe estado, es incapaz de eliminar. Cuando es muy
en las respiraciones profundas. Con frecuencia, intenso, motiva un sonido brusco, desapacible,
se tiene más la impresión de una respiración so- confuso, llamado «zurrido», audible a distancia.
plante que de un verdadero soplo, ya que no es 2. Roncos y sibilantes. Estos estertores, impro-
raro que el murmullo vesicular esté en parte con- piamente denominados secos, traducen la este-
servado. Cuando el derrame aumenta, el soplo, nosis parcial del árbol traqueobronquial en algu-
cuando existe, se oye en el límite superior del lí- na parte de su trayecto, ya sea por mucosidades
quido, en la zona donde el pulmón está habitual- espesas (como en la fase inicial de la bronquitis),
mente atelectasiado, motivo por el cual adquiere sea pot espasmo de la musculatura bronquial y
características acústicas que recuerdan las del so- edema de la mucosa, como en el asma.
plo tubárico, aunque sin igualar su intensidad y Los roncos son estertores bronquiales de to-
con timbre distinto. nalidad grave y se originan en los bronquios
Los soplos pleuríticos, más o menos intensos grandes o en la tráquea. Cubren los dos tiempos
o velados, pueden percibirse en regiones bastan- de la respiración, con ligero predominio espirato-
te extensas, pero casi nunca o nunca pasan de la rio, se propagan a distancia y se modifican con la
línea axilar. En la cara anterior del tórax, no se tos; pueden acompañarse de una sensación táctil
oyen. El sitio en el que se perciben más clara- de frémito.
mente acostumbra ser la región donde el pulmón Los estertores sibilantas o estertores «piantes»
se halla rechazado entre la columna vertebral y el son de tonalidad aguda, se originan en los bron-
omóplato. Cuando la cantidad de líquido es quios de pequeño tamaño.
abundante, habitualmente no se percibe soplo ni
otro ruido respiratorio.
e) Soplo tubopleural. Se designa de este modo Tabla 2-4. Tipo y origen de los estertores
a un doble soplo, tubárico en la inspiración y con
los caracteres del soplo pleural en la fase espira- Estertores cuyo origen se encuentra en la tráquea y
toria. Aparece en las esplenoneumonías y corti- bronquios
copleuritis. Traqueales
Roncos
Sibilantes
Estertores originados en los alvéolos
Estertores pulmonares” Crepitantes
Estertores que indican la presencia de moco y pús en
Son ruidos anómalos que acompañan a los los bronquíolos terminales o en el tejido pulmonar
ruidos respiratorios propiamente dichos, modifi- en vías de desintegración
Estertores subcrepitantes
De pequeñas burbujas
BLos estertores son ruidos de auscultación, que cuando se
De medianas burbujas
engendran en una zona pulmonar rodeada de tejido sano y, por
tanto, mal conductor, se perciben lejanos, apagados y poco re-
De grandes burbujas
sonantes; son los estertores 10 consonantes. En cambio, los Jla- Crujidos
mados consonantes, por producirse en un lugar rodeado de teji- Estertores cavernosos
do condensado, y por ello buen conductor, aparecen agudos y Gorgoteo
resonantes (con un tono alto que llega hasta el la), como si es- Estertores cuyo origen se encuentra en la pleura
tallaran en el propio oído. La consonancia es signo de condensación Frotes pleurales
pulmonar.
Neumología 137

3. Estertor crepitante. Se manifiesta al oído ces o de resquebrajar madera muy seca. A la


como una serie de crepitaciones breves, finas e auscultación, parecen constituidos por burbujas
iguales, que parecen proyectarse en racimo sobre más o menos grandes, poco numerosas, hetero-
la oreja al final de la inspiración. Han sido com- géneas, separadas entre sí por silencios irregula-
parados al ruido que produce el frote de un me- res. Aparecen en áreas circunscritas (general-
chón de cabellos cerca de la oreja. mente apicales) y se caracterizan por su
El valor semiológico del estertor crepitante estabilidad (pues persisten semanas y aun me-
es considerable. Señala la presencia de una alve- ses inmodificados), y por aparecer durante la
olitis fibrinoleucocitaria. El alvéolo, humedeci- inspiración (más raramente en la espiración) y
do y colapsado por el proceso inflamatorio que después de los esfuerzos de la tos. Se atribuyen
lo circunda, se despega bruscamente al final de a la presencia de una ulceración o caverna, con
la inspiración, generando el estertor que nos secreción muy viscosa, rodeada de parénquima
ocupa. pulmonar condensado. Los crujidos húmedos, en
Debemos diferenciar el estertor crepitante de oposición a los anteriores, o crujidos secos, se
las crepitaciones, ruidos adventicios que aun pro- producen cuando la condensación pulmonar es
duciendo una impresión acústica parecida, tie- poco acentuada (formas fibrocaseosas de la tu-
nen significado distinto. Diferenciaremos por su berculosis). A veces, los crujidos se vuelven con-
grano más grueso y desigual las crepitaciones de fluentes (gorgoteo vesicular). Deben diferenciar-
decúbito en las personas sanas (que desaparecen se de los falsos chasquidos originados en los
con la respiración profunda o con la tos) y las músculos, aponeurosis y tendones.
de la atelectasía (cuando en una zona pulmonar 6. Estertores cavernosos. Se producen en un
insuficientemente ventilada [una base, después bronquio de cierto tamaño (bronquiectasias) o en
de la frenicectomía o un vértice por insuficien- una cavidad. Dan la impresión grosera de burbu-
cia respiratoria nasal] se produce una aireación jas. Cuando asientan en una cavidad de paredes
brusca). Al mismo mecanismo patogénico obe- induradas, son consonantes y a veces adquieren
decen las crepitaciones perifocales del infarto un timbre metálico.
pulmonar y de alguna hemoptisis. Las crepita- Un grado más avanzado lo representa el «gor-
ciones de la insuficiencia cardíaca y las del edema goteo cavitario», constituido por burbujas conso-
agudo de pulmón son, en realidad, un grado inter- nantes muy grandes, confluentes, perceptibles en
medio entre la verdadera crepitación y el ester- los dos tiempos de la respiración, remedando el
tor subcrepitante. ruido ocasionado por una jeringa que, a un mis-
4. Estertor subcrepitante. Se trata de un ester- mo tiempo, expulsa aire y agua, o al que se pro-
tor húmedo, comparado a pequeñísimas vesícu- duce al soplar con una paja en agua jabonosa. Es-
las removidas por el aire, el cual se percibe du- tas burbujas nacen en el propio bronquio de
rante toda la fase respiratoria, a diferencia del desague.
estertor crepitante, sólo audible al final de la 7. Frotes pleurales. Se originan por el roce de
inspiración. Se modifica con la tos que lo pone las dos hojas pleurales cuando, por un proceso
de manifiesto o lo hace desaparecer momentá- inflamatorio, han perdido su lisura normal. Son
neamente. Su causa reside en la inflamación de superficiales, más notorios al final de la inspira-
la envoltura de los últimos bronquíolos. La mu- ción, aunque se perciben en toda la respiración,
Fotocopiar sin autorización es un delito.

cosa bronquiolar tumefacta y atónica contiene no se modifican con la tos, y sí con la presión del fo-
exudados que adhieren y aun obturan sus pare- nendoscopio o en aquellas posiciones forzadas
des, despegándose cuando son atravesados por del tronco que favorecen el contacto entre ambas
el aire. hojas pleurales. No se propagan; es decir, nacen
Según que la impresión recogida por el oído y mueren en el mismo sitio. Dan la sensación au-
parezca referirse a vesículas de tamaño pequeño, ditiva de pisar nieve recién congelada. Se imitan
mediano o grande, hablamos de estertores de pe- bastante bien colocando una mano de plano so-
queñas, medianas o grandes burbujas. Debemos bre el oído y frotando con la pulpa de un dedo de
dejar sentado, para ser más precisos, que esta cla- la otra sobre los nudillos.
sificación en tres tipos, por el tamaño de las bur- El roce pleural típico casi no se percibe más
S.A.

bujas, es sólo esquemática, pues existe toda una que en las partes inferiores del pulmón, desde T4
gama intermedia. hacia abajo; precisamente, en aquellas zonas
O MASSON,

5. Crujidos. Por su timbre especial, han sido donde la excursión pulmonar es más amplia y el
comparados al ruido de agitar cáscaras de nue- contacto pleural más íntimo.
138 Semiología médica y técnica exploratoria

Ruidos adventicios duce una embolia gaseosa en el corazón. Se oye


en las cavernas de gran tamaño y que contienen
Son aquellos difíciles de incluir en las catego- aire y líquido, el cual entra en conmoción por los
rías precedentes. De aparición poco frecuente, movimientos cardíacos.
merecen ser conocidos, pues poseen un valor clí- 7. Ruido de fístula pulmonar. Aparece en pa-
nico no desdeñable: cientes con hidroneumotórax que tienen una fís-
tula pulmonar que se abre por debajo del nivel
1. Estertor secuela, Son ruidos inspiratorios del líquido. La respiración puede obligar a salir
agudos, como chirridos, comparados a los pro- burbujas en el líquido.
ducidos al comprimir un muelle metálico o al La presencia de blebs (cavidades subpleurales
estirar un pergamino arrugado. Se producen a por escape intersticial de aire) y bullas (cavidades
nivel de los bloques de tejido escleroso, resi- intraparenquimatosas por confluencia alveolar)
duos cicatrizales de antiguas lesiones inflama- es motivo, en ocasión de los movimientos respi-
torias curadas. El ruido es mezcla del producido ratorios, sobre todo si se ejerce presión con el fo-
por el frote de los tejidos indurados y por el nendoscopio, de una rica auscultación burbuje-
despegamiento de los alvéolos atelectásicos y ante y de tal consonancia que sugiere la exis-
esclerosos. tencia de licuación o fusión masiva.
2. Ruido de bandera. Análogo al de un estan-
darte flameando al viento, resulta producido por
la agitación ejercida por la corriente de aire respi- Resonancia vocal (auscultación
ratorio sobre membranas móviles existentes en de la voz)
la tráquea o bronquios, en donde se mantienen
adheridas por uno de sus extremos. Este ruido se Se explora auscultando el tórax de un sujeto
considera típico de traqueobronquitis seudomem- que habla repitiendo con igual intensidad y len-
branosa. tamente, una palabra rica en consonantes (ca-
3. Ruido de válvula. Es debido a la abertura rro, guerra, burro). En un sujeto sano, la auscul-
y cierre sucesivos de una cavidad, cuya comuni- tación de la voz, en todas las regiones en que
cación con los bronquios está encerrada por se percibe el murmullo vesicular, da una sensa-
una especie de tapón movible formando válvu- ción sonora poco intensa, confusa, como un
la. Este ruido es inconstante y, a veces, sólo eco borroso, que no permite distinguir las síla-
audible al final de las inspiraciones forzadas ca- bas. Es la llamada «broncofonía normal» (o fi-
paces de vencer la resistencia valvular. Se seña- siológica), más fuerte en las personas de tórax
la en las grandes cavernas y en los neumotórax delgado que en las gruesas y musculosas, y en
valvulares. aquellas con voz robusta.
4. Ruido en «tic-tac». Recuerda el ruido de un
reloj en marcha. Es sincrónico con los latidos car- 1. Broncofonía (sin epíteto). La voz llega al
díacos. Se observa en los grandes cavitarios, y en oído más intensa y resonante que en circunstan-
su producción intervienen tanto fenómenos de cias normales, pero sin poder reconocer con clari-
resonancia por la caverna como la existencia dad las palabras. Parece como si nos hablasen o
de una sínfisis pleuropericárdica, la cual produce gritaran de lejos. Se encuentra en las zonas de
la variación, sincrónica con el latido cardíaco, de la condensación pulmonar. Es muy patente en el
presión en el interior de la caverna, con la consi- período de condensación de la neumonía, lla-
guiente entrada y salida rítmica de aire a través mándose «tubárica» por acompañar y parecerse
de bronquios de desagúe. por su timbre al soplo tubárico. En las infiltracio-
5. Tintineo metálico. Ha sido comparado al nes tuberculosas ulceradas, puede tomar un tim-
ruido que hace un perdigón al caer en una copa bre cavernoso (broncofonía cavitaria).
de cristal. Tiene un timbre argentino característi- 2. Pectoriloquia. Como la anterior, se encuen-
co. Aparece en ambas fases respiratorias, a veces, tra en las zonas de condensación pulmonar. Se
sólo después de toser; en otras, tras un cambio diferencia de la broncofonía, en que se reconocen
de postura. Su aparición va ligada a la existencia con claridad las palabras. Al que ausculta, le pa-
de un neumotórax, con líquido o sin él, y, más rece que es el tórax del enfermo quien le habla
raramente, de una vasta caverna superficial. directamente al oído.
6. Ruido de molino. Sus características quedan 3. Pectoriloquia áfona. Consiste en que la voz
definidas por su nombre. Es análogo al que pro- cuchicheada llega a nuestro oído articulada lim-
Neumología 139

piamente, en contraste con lo que ocurre en los teando. En el espasmo, parálisis o edema de la
sujetos sanos, en quienes se percibe como un dé- glotis, se produce un ruido inspiratorio como el
bil ruido confuso, incaracterizado, que no permi- soplido del viento o estridor (respiración estridulo-
te distinguir palabras ni sílabas. Diríase que el sa). Cuando el obstáculo radica en la tráquea, la
enfermo habla en voz baja en nuestro oído. Suele respiración semeja un gruñido; si está llena de
observarse en la mayoría de las condensaciones mucosidades acumuladas a causa de la debilidad
pulmonares, incluso antes de que se altere la e insensibilidad del paciente, aquélla es muy rui-
transmisión de la voz normal, y en la pleuritis dosa, conociéndose como respiración estertorosa,
seca. En las cavernas de gran tamaño y paredes (cuyo ejemplo más típico es el estertor agónico).
lisas, toma un timbre cavitario, y en el neumotó- La obstrucción bronquiolar propia del asma
rax a gran tensión, anfórico. bronquial motiva sibilancias, sobre todo espira-
Las anomalías de la voz cuchicheada son más torias (respiración sibilante). Especial mención me-
valiosas para el diagnóstico de los pequeños de- recen la respiración quejumbrosa, caracterizada por
rrames pleurales que la presencia de una mati- los quejidos que se oyen a cada inspiración, pro-
dez, y ambas que el examen radiológico. Permite pia de los procesos agudos y dolorosos del tórax
diferenciar con facilidad la matidez por derrame y de las pirexias; la suspirosa o disfrénica, ya des-
de la debida a una paquipleuritis, que produce crita, como la híposa, y aquella entrecortada por
disminución de la sonoridad percutoria, pero sin frecuentes bostezos, a veces muy ruidosos.
alteración de la voz cuchicheada.
4. Egofonía. Consiste en una modificación
particular de la voz transmitida. Adquiere un NW PROCEDIMIENTOS DE
timbre especial, agrio, estridente, una tonalidad EXPLORACIÓN COMBINADA
aguda, y presenta un carácter tembloroso, como
por sacudidas. Puede imitarse contando «uno, Resultan de la combinación de auscultación
dos, tres...» y mientras se sigue contando cerrar con percusión.
súbitamente la nariz apretándola entre los dedos.
Este cambio a una calidad nasal acentuada, se 1. Prueba del diapasón. Se coloca un diapasón
asemeja a la alteración de la resonancia vocal vibrante sobre la parte alta del mango del esternón.
cuando el fonendoscopio pasa a una zona donde El ruido se difunde a ambos lados del tórax y es
se percibe egofonía. Se presenta casi exclusiva- captado por el estetoscopio. El tórax actúa como
mente en las pleuritis de magnitud moderada, caja de resonancia. Es útil para diferenciar los pro-
usualmente cerca del ángulo inferior de la escá- cesos condensantes, por ejemplo, neumonía (ruido
pula. A medida que el líquido aumenta, la egofo- acrecido) de la pleuritis (ruido disminuido) y ambas
nía se advierte más hacia el vértice, siempre co- del neumotórax espontáneo a presión (ruido anfó-
rrespondiendo al nivel superior del derrame. En rico). Es un buen método en los enfermos incons-
los derrames muy copiosos, puede desaparecer, cientes. Puede ser usado para estudiar la resonancia
para volverse a oír al resorberse (egofonía de re- vocal en mudos, afónicos, afásicos o con voz débil,
torno). En las corticopleuritis, la egofonía se da como en la atrofia muscular progresiva. Las vibra-
con menos pureza y asociada a la broncofonía, ciones del diapasón no son bastante intensas para
constituyendo la llamada «egobroncofonía». dar la sensación táctil de frémito pectoral.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

2. Auscultación plesimétrica del vértice del pul-


món (signo de Guéneau de Mussy). Sirve para
AUSCULTACIÓN A DISTANCIA darnos cuenta de las condiciones físicas del vérti-
(EXTRAUSCULTACION) ce del pulmón. Se busca auscultando sobre dife-
rentes puntos del plano posterior, principalmente
Permite darnos cuenta de algunos fenómenos la fosa supraspinosa y el espacio interescapular;
relacionados con la respiración sin necesidad del el efecto acústico producido a través del tórax
empleo del fonendoscopio. Es suficiente hallarse por los choques determinados por la percusión
situado al lado del enfermo. directa de la clavícula del lado correspondiente y
En estado de salud, los ruidos respiratorios de la parte superior del esternón. La cúspide del
S.A.

son suaves, casi inaudibles, pudiendo acompa- pulmón obra como caja de resonancia.
ñarse de ronquidos durante el sueño. Si hay obs-
€ MASSON,

trucción nasal, la respiración recuerda el agua El sonido que se percibe por transonancia en
que hierve, o parece que el enfermo esté olfa- un pulmón sano es claro, un poco vibrante y de
140 Semiología
médica y técnica exploratoria

tonalidad media. La región esternal es un poco Posiciones radiológicas del tórax


más oscura. En condiciones anómalas, da,
como la percusión y en las mismas condiciones Las posiciones más adecuadas para observar
que ésta, o aumentos de la sonoridad, con ele- las distintas regiones torácicas son:
vación o no del tono, o disminución, con sub-
matidez o matidez. Pero tiene sobre la percu- 1. Amterior o dorsoventral. En la cual el tubo de
sión ordinaria la ventaja de que permite rayos X se coloca detrás del enfermo, a unos 2 m
distinguir pequeños y delicados matices del so- de distancia, y la placa en contacto con el ester-
nido pulmonar y es de una sensibilidad exqui- nón. La escápula, que constituye un estorbo, se
sita. aparta dirigiendo el hombro hacia delante, mien-
Percutiendo sobre la parte interna de la claví- tras se practica la rotación interna del brazo.
cula y, principalmente, sobre el esternón, se pue- 2. Oblicua anterior derecha (DAD). El enfermo
den apreciar oscurecimientos debidos, casi con está en contacto tangencial con la pantalla por la
seguridad, a infartos de los ganglios mediastíni- línea axilar derecha anterior. Es conveniente,
cos, que no llegan a modificar la percusión ordi- para facilitar la visión, levantar el brazo colocan-
naría (fig. 2-52). do la palma de la mano en la nuca,
3. Oblicua anterior izquierda (OA), La línea
axilar anterior izquierda toca la pantalla. Ambas
Mi EXPLORACIÓN RADIOLÓGICA posiciones oblicuas permiten ver los espacios pre
y retrocardíacos.
Tiene un gran valor diagnóstico, siendo el
complemento indispensable de la exploración clí-
nica. Imagen normal del tórax
En la posición anterior o dorsoventral, el tórax
EXAMEN SIMPLE presenta una sombra media y dos zonas claras late-
rales (fig. 2-58). La sombra media, llamada «sombra
La radioscopia y la radiografía se complemen- mediastínica», es de una gran densidad por estar
tan. La primera permite un examen del conjunto constituida por la superposición de la columna ver-
del tórax en todas sus proyecciones y hace visi- tebral, el esófago y, por delante de éste, la tráquea
bles los movimientos torácicos, diafragmáticos y en la parte superior, los grandes vasos del pedículo
mediastínicos. También sirve para observar si los del corazón en la parte superior y media, y el propio
vértices se aclaran durante la inspiración o la tos corazón en la inferior y, finalmente, por el estemón.
y las variaciones de tamaño de las cavernas de En la parte superior, se ve comúnmente el es-
paredes delgadas con los movimientos respirato- pacio claro producido por la luz de la tráquea,
rios. La ventaja de la radiografía radica en el gran proyectándose encima de las primeras vértebras
detalle de sus imágenes. hasta el nivel de la articulación de T4-T5.

Fig 2-52
A y B.
Neumología 141

que ha sido llamada «cúpula: diafragmática». La


cúpula diafragmática derecha es visible en toda
su extensión; no así la izquierda, que, en su parte
interna, se confunde con la sombra del corazón
que yace encima.
La parte externa de ambas cúpulas forma con
la pared costal del lado respectivo un ángulo agu-
do o «seno costodiafragmático», y en la parte in-
terna, con la sombra cardíaca, los «ángulos car-
diofrénicos» correspondientes.
El ángulo cardiofrénico derecho se encuentra,
a veces, borrado por el borde externo de la vena
cava inferior, que forma prominencia en él. La
cúpula diafragmática derecha está, generalmente,
situada a un nivel más alto que la izquierda, de-
bido al hígado, situado debajo de aquélla; no
obstante, durante la repleción gástrica, puede es-
tar más alta la cúpula izquierda, viéndose gene-
Fig. 2-53. Tórax normal. ralmente en este caso la zona clara correspon»
diente a la cámara de gases del estómago.
En la parte media más interna de los campos
pulmonares, a un nivel situado poco más o me-
La sombra formada por el corazón y grandes nos entre las siluetas de las porciones posteriores
vasos sobresale en la parte media e inferior de la de las costillas VI-VIII y en estrecha conexión
constituida por el raquis y el esternón, principal- con la sombra mediastínica media, se hallan a
mente a la izquierda, donde procide el ventrículo cada lado las sombras correspondientes a los «hi-
izquierdo, lios», constituidas normalmente por una trama
Los campos pulmonares que quedan a los lados gruesa de escasa densidad y contorno difuso,
de la sombra media son diferentes en cada lado, mucho más visible en el lado derecho que en el
siendo el derecho más extenso a causa de que en el izquierdo, por hallarse éste oculto, en parte, por
lado izquierdo está oculto gran parte del tercio in- la sombra cardíaca. Estas sombras hiliares están
ferior por la sombra del ventrículo cardíaco. integradas por la proyección anatómica de bron-
Las'sombras de las costillas cruzan en toda su quios, ganglios y de las ramas de la arteria pul-
extensión estas áreas pulmonares, correspon- monar. Normalmente, hay espacios claros entre
diendo los espacios claros a los espacios intercos- los distintos elementos que integran el hilio. De
tales. La dirección de las costillas, en su tercio ellos parte una trama arborizada, en forma de
posterior, es oblicua hacia abajo y afuera; esta malla fina, la cual se acentúa hacia la periferia.
oblicuidad varía en los diversos tipos de tórax, Este retículo radiológico del pulmón, especial-
siendo menor en los anchos y enfisematosos, y mente ostensible hacia las bases, consta de vasos
muy acentuada en los estrechos de tipo asténico. sanguíneos, linfáticos y ramas bronquiales, junto
sin autorización es un delito.

En su parte anterior, las siluetas costales son, ge- con el tejido conectivo que los acompaña.
O MASSON, S.A. Fotocopiar

neralmente, más anchas y están dirigidas hacia


abajo y adentro, sin llegar a unirse con el ester-
nón, ya que lo hacen mediante la interposición Regiones de las áreas pulmonares
de los cartílagos costales, transparentes a los Rx,
salvo en el caso de que se hallen osificados, En las áreas pulmonares, y desde el punto de
como sucede en personas de edad avanzada y en vista radiológico, distinguiremos las siguientes
algunos adultos. Las partes axilares laterales de regiones:
las costillas señalan los límites externo y superior
de los campos pulmonares. 1. Vénice o campo apical. Entendiendo como
En la parte media y externa de ellos, se pro- tal, todo aquel segmento que se proyecta radio-
yecta la sombra de la escápula. lógicamente por encima del borde superior de la
El diafragma constituye el límite inferior en sombra clavicular, estando la clavícula horizontal
cada lado con su silueta redondeada y oscura, y centrando el tubo a nivel de T4; de este modo
142 Semiología médica y técnica exploratoria

coinciden en la placa la sombra de la clavícula y de pala de la extremidad anterior, imágenes anu-


la del extremo superior de la 1 costilla y el poste- lares en forma de ojal de la costilla (simula una
rior de la IV, y el vértice queda limitado por el cavidad pleural), cifoscoliosis, etc. Ácto seguido,
primer anillo costal y el mediastino. se pasa al estudio de la silueta mediastínica, en la
2. Región infraclavicular o campo superior del cual, aparte de la existencia de las deformaciones
hilio del pulmón. correspondientes a los diversos procesos cardio-
3. Región parahiliar o campo medio. Entre vasculares, podremos sorprender la existencia
dos líneas horizontales, correspondientes al ex- de anomalías debidas a tumoraciones de índole
tremo superior e inferior del hilio. diversa, así como a derrames pleurales o me-
4. Región de la base o campo inferior. Entre el diastínicos, abscesos osifluentes, etc.; igualmen-
extremo inferior del hilio y el diafragma. Esta te, después de cerciorarnos de que el enfermo
zona basal está oscurecida de manera uniforme se halla en correcta posición anteroposterior (lo
en las mujeres de gran desarrollo mamario, sobre que significa que la sombra esternal se confun-
todo a nivel de los fondos de saco pleurodiafrag- de totalmente con el conjunto mediastínico y
máticos cuando las mamas son péndulas; por que las extremidades internas de las clavículas
esto, es necesario apartarlas con el fin de evitar equidistan de la línea media), apreciaremos las
posibles errores de diagnóstico, además de favo- posibles desviaciones de la sombra media, que
recer la visibilidad de la base pulmonar tanto al podrá estar rechazada hacia el lado opuesto por
practicar la radioscopia como para la radiografía. la presencia de un derrame o un neumotórax a
En algunos casos, puede aparecer también la si- gran presión en cualquiera de los lados, o bien
lueta del pezón, pero será fácilmente identificado atraída hacia el lado de la lesión en los casos de
por su contorno y situación. atelectasia pulmonar total o de un fibrotórax re-
sidual.
En un segundo tiempo, pasaremos a exami-
Metódica de estudio nar detenidamente las distintas regiones, utili-
zando el diafragma óptico con el fin de suprimir
Para que durante el examen no pasen por alto la mayor parte de radiación secundaria posible.
detalles de interés, procederemos metódicamen- Examinaremos primero los vértices, ambos a la
te. Dividimos mentalmente esta exploración en vez, comprobando su aclaramiento en la inspi-
cinco fases: ración, y la tos y las posibles diferencias que
puedan existir; luego, cada uno por separado,
Observación. Consideraremos primero y cuidando de apreciar el máximo detalle en el
de una rápida ojeada, la totalidad de la imagen examen de las lesiones que existan. Para lograr
torácica, y luego los detalles en sus distintas re- un campo apical grande, se invita al paciente a
giones, aconsejando para ello seguir una cierta que doble el cuerpo hacia delante, con lo cual la
rutina que cada observador ha de formarse con la clavícula hace lo propio. Luego, examinaremos
práctica. En un primer tiempo, manteniendo las zonas infraclaviculares, comparada y parti-
completamente separados los diafragmas, se pro- cularmente, haciendo toser al enfermo si sospe-
cede a una exploración general de orientación, en chamos la existencia de una caverna, con el fin
la que precisaremos el tipo torácico (tórax asté- de obtener la reducción del anillo cavitario du-
nico, pícnico, cilíndrico, enfisematoso, etc.), la rante la espiración forzada del golpe de tos, que
movilidad del conjunto, así como el grado de nos permitirá afirmar que, en efecto, se trata de
aclaramiento de los campos pulmonares en su to- una solución de continuidad en el interior del
talidad durante la inspiración normal forzada. tejido pulmonar.
Cabrá, asimismo, anotar en este primer tiem- Acto seguido, examinaremos la zona hiliar y
po, las diferencias de simetría o movilidad entre parahiliar, anotando las posibles distopias, en-
ambos lados; el mayor o menor acercamiento de sanchamientos, etc., que puedan existir a su nivel
los arcos costales, que denotan procesos de re- y las lesiones perihiliares y parahiliares, tan fre-
tracción o dilatación de los órganos subyacentes; cuentes en la infancia. La situación del hilio hacia
las excursiones diafragmáticas, comparando uno arriba nos hará pensar en la existencia de un pro-
y otro lados; su sincronismo y las posibles defor- ceso de retracción apical o colapso lobular supe-
maciones óseas existentes, como costillas cervi- rior. Una imagen cisural lineal evocará una cisuri-
cales, hipoplasia de la Í costilla, articulación de tis residual, y su distopia, una retracción lobular
las costillas entre sí, ensanchamiento en forma concomitante, que corresponderá al lóbulo supe-
Neumología 143

rior si es hacia arriba o al lóbulo medio si es ha- Los efectos de la respiración sobre las som-
cia abajo. bras cardíaca y mediastínica son también dig-
Finalmente, pasaremos a examinar sucesiva- nos de una cuidadosa observación. En el enfise-
mente ambas bases pulmonares, la persistencia ma obstructivo y en los colapsos lobulares, el
del ángulo costodiafragmático, o su ocupación corazón y las estructuras mediastínicas se des-
por exudados, o bien la [alta de una correcta €x- plazan hacia el lado de la lesión durante la ins-
cursión diafragmática, así como el contorno de la piración y hacia el lado opuesto durante la fase
cúpula y la presencia de tumoraciones sospecho- espiratoria. Ello se debe al hecho de que la trá-
sas en su borde. quea y bronquios normalmente se distienden
durante la inspiración y se contraen durante la
Rotación. A continuación, rotando el enfer- espiración.
mo ligeramente (10-20?) hacia uno u otro lado, En el enfisema obstructiva, el aire inspirado
podremos evidenciar la existencia de lesiones puede pasar el área de obstrucción bronquial
discretas que pueden ocultarse detrás de las som- pero luego queda parcialmente retenido en el
bras costales. Asimismo, podremos descartar fal- pulmón afectado durante la fase espiratoria,
sas sombras ganglionares producidas por la pro- cuando el bronquio enfermo se contrae. Ello hace
yección anteroposterior de los vasos hiliares, que que la tensión del pulmón enfermo se mantenga
desaparecen con la lateralización, y nos permitirá relativamente constante durante un ciclo respira-
obtener una idea bastante aproximada de la loca- torio, y durante la fase espiratoria, el mediastino
lización de las lesiones, teniendo en cuenta que se desplace hacia el pulmón contralateral que es-
las situadas hacia la parte anterior del pulmón se tará entonces a menor tensión. Durante la inspi-
mueven hacia el lado que alejamos de la pantalla, ración, cuando hay menor discrepancia de ten-
mientras que las lesiones situadas en el plano sión entre ambos pulmones, el mediastino se
posterior lo hacen hacia el lado que acercamos a reintegra a su posición inicial desplazándose en
ésta, y que las que están situadas hacia el centro la dirección del pulmón enfermo. Por el contra-
del parénquima sufren traslación mínima. rio, en presencia del colapso de un lóbulo (debi-
Finalmente, exagerando esta rotación de mo- do a neumotórax, obstrucción bronquial, etc.), la
do que sólo un lado del enfermo esté en contacto tensión diferencial es mayor durante la fase ins-
con la pantalla fluoroscópica, conseguiremos las piratoria, puesto que entra más aire en el pulmón
mencionadas posiciones OAD y OAI, que facili- normal que en el colapsado. Por ello, irrespecti-
tan el examen del mediastino posterior, sombra vamente de la posición inicial del mediastino
cardíaca y la posible existencia de derrames in- (que suele estar desplazado hacia el pulmón nor-
terlobulares, infiltrados cisurales y colapsos del mal en el enfisema obstructivo y hacia el lado
lóbulo inferior izquierdo, difícilmente visibles en enfermo en el colapso lobular):
la proyección posteroanterior.
La dirección del movimiento mediastínico
Respiración forzada. Es importante 'estu- durante la fase inspiratoria es siempre hacia el
diar los movimientos de cualquier sombra anor- lado de la lesión.
mal mientras el enfermo respira.
Durante la inspiración, la columna dorsal per- En el paciente normal, la silueta cardíaca pa-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

manece relativamente inmóvil mientras las costi- rece disminuir durante la inspiración y aumen-
llas se mueven hacia arriba, el diafragma y los tar durante la espiración. Estos cambios parecen
campos pulmonares inferiores lo hacen hacia variar en proporción inversa a la edad del suje-
abajo y las sombras vasculares se distancian unas to, siendo muy marcados en la edad pediátrica
de otras. La cuidadosa observación de una lesión y menos en el adulto. Asimismo, el uso de la
o sombra pulmonar durante la alternancia de maniobra de Valsalva y de la los forzada pue-
movimientos respiratorios permite relacionarla den ayudar en la diferenciación entre una som-
con el mediastino, la pared torácica, el corazón, bra vascular y otra no vascular, puesto que la al-
el diafragma y el pulmón. Si ambas estructuras se teración de la presión intraalveolar a menudo
mueven al unísono, se puede postular una cone- produce cambios de tamaño en las estructuras
S.A.

xión entre ambas, pero incluso la más ligera insi- vasculares. Estas técnicas tienen una utilidad es-
nuación de movimiento independiente indicará pecial en la diferenciación, entre los ganglios
(O MASSON,

que ambas estructuras no se hallan íntimamente linfáticos hiliares y mediastínicos, y las sombras
asociadas. vasculares.
144 Semiología médica y técnica exploratoria

Ingestión de medios de contraste. El es- sirve admirablemente para detectar la presencia


tudio de la ingestión de una cierta cantidad de de la mayoría de lesiones, y también será de gran
sulfato de bario es esencial en toda ocasión en ayuda para determinar qué estudios adicionales
que nos hallemos con el problema diagnóstico de pueden ser de utilidad.
una densidad intratorácica. Esta sombra anormal Naturalmente, la radioscopia y la radiografía
puede representar, en ocasiones, el mismo esófa- deben complementarse, y la obtención de placas
go o estómago; o en otros casos la presencia de radiográficas durante el examen radioscópico es
una insospechada anormalidad esofagogastroin- una parte importante de la exploración radiológi-
testinal puede ser la causa velada de una lesión ca del paciente. Las vistas radiográficas nos pro-
intratorácica, como en el caso de la neumonía veen de un documento permanente, que a veces
por aspiración secundaria a la presencia de una permitirá aclarar detalles adicionales difíciles de
acalasia o cáncer de esófago. ver en la radioscopia, y que podremos comparar
Asimismo, la evidencia de una compresión con exámenes futuros del mismo paciente, para
extrínseca o un desplazamiento en el esófa- seguir la evolución de su proceso patológico.
go ayuda a la localización de una masa mediastí- Son varios los métodos y las proyecciones ra-
nica. diográficas que están al alcance del clínico que
La huella de una compresión en la pared pos- persiga con tenacidad el diagnóstico de una le-
terior del esófago, por ejemplo, nos indicará una sión intratorácica.
lesión localizada en el mediastino posterior; y, en A continuación, expondremos las más útiles,
ocasiones, una indentación en la silueta esofágica y sus características principales:
puede ser el único signo radiológico que nos
haga sospechar la presencia de nódulos mediasti- l. Proyecciones transversas. Exponen las lesio-
nicos hipertróficos, la mayoría de las veces situa- nes pulmonares y mediastínicas que se hallan
dos junto a la carina. La combinación de tal in- ocultas por el corazón, diafragma y estructuras
dentación esofágica y de una lesión pulmonar es óseas en la proyección posteroanterior. La proyec-
sugestiva de la presencia de un carcinoma bron- ción transversa habitual será la lateral izquierda lado
cogénico en el paciente de edad, y de tuberculo- izquierdo del paciente junto a la placa), puesto
sis o de un proceso fungal en el joven. que en la proyección posteroanterior hay una ma-
yor porción oculta del pulmón izquierdo que del
Inclinación. En muchas ocasiones, es util derecho. Cuando se conoce o sospecha una lesión,
examinar al paciente en las posiciones prona, su- se escogerá naturalmente la vista lateral que la
pina, de Trendelenburg, lordótica, y en los diver- aproximará lo más posible a la placa radiográfica.
sos decúbitos. Estas diversas inclinaciones, que el 2. Proyecciones oblicuas. Al igual que en la ra-
enfermo puede adoptar con un mínimo de cola- dioscopia, estas proyecciones resultan útiles para
boración por su parte y con la ayuda de una localizar una lesión, visualizar todos sus bordes,
mesa móvil radiológica, pueden ofrecer sorpren- y separarla de las estructuras que la cubren. Las
dentes resultados. proyecciones oblicuas se prefieren a las transver-
Estos métodos gravitacionales tienen una uti- sas en el caso de procesos patológicos bilaterales,
lidad especial para confirmar la presencia de ni- ya que se evita la superposición de imágenes de
veles líquidos. Así, delineación de procesos pato- ambos lados.
lógicos del lóbulo medio derecho; separación de 3. Proyección decúbita. Se toma normalmente
sombras pulmonares de las estructuras que nor- con el paciente en posición supina y con los ra-
malmente las cubren; y estudiar la localización yos X incidiendo anteroposteriormente. Es la
de derrames pleurales, que probaremos fehacien- preferida en enfermos graves encamados, a los
temente en la posición de decúbito sobre el pul- que cuesta mantener erguidos, y en los niños pe-
món enfermo, y que mostrará un aclaramiento queños, que colaboran mejor con el radiólogo
de la parte media Lorácica. cuando pueden ver cuanto sucede a su alrededor.
El foco de rayos X suele colocarse a 1 m del pa-
ciente para conseguir la debida penetración, lo
PROYECCIONES RADIOGRÁFICAS que causa mayor magnificación y menor nitidez
de las imágenes, pero ello se ve compensado por
En la mayoría de los pacientes con sintomato- las ventajas técnicas.
logía respiratoria, deberá obtenerse una telerra- 4. Proyecciones en decúbito lateral. Con el en-
diografía posteroanterior. Esta simple radiografía fermo apoyando un lado de su cuerpo en la mesa
Neumología 145

radiológica y el haz de rayos X incidiendo en di- pueden ser confundidos con infiltrados redon-
rección paralela a la mesa. Es la posición ideal dos), los músculos pectorales, el borde del mús-
para demostrar la presencia de fluido libre en las culo esternocleidomastoideo, el pliegue cutáneo
cavidades pleurales. Sirve también para compro- supraclavicular, etc. Asimismo, hay que conside-
bar la existencia de fluido y aire dentro de una rar las anomalías del esqueleto torácico, ya sean
cavidad (caverna) pulmonar. de índole congénita (costillas en espátula, ojal,
5. Proyección lordótica. Así llamada porque se hipoplasias, puentes intercostales, hundimiento
pide al paciente que se incline hacia atrás con su del esternón y los cartílagos en su mitad inferior
espalda arqueada en lordosis, de modo que sola- [tórax excavado], etc.) o adquiridas (cifoscoliosis,
mente toque la placa radiográfica con su región abscesos, tumores primitivos o metastásicos, etc.)
interescapular. Los hombros deberán estar rota- (fig. 2-54).
dos hacia delante. Por todo esto, veremos que el diseño pulmo-
En esta proyección, las clavículas se sitúan por nar puede alterase por la presencia de una serie
encima de los campos pulmonares, y las costillas de imágenes nuevas, las cuales pueden ser reuni-
se encuentran en un plano paralelo al suelo, de das en tres grandes grupos:
modo que sus segmentos anterior y posterior
aparecen superimpuestos. 1. Imágenes de opacificación (o de sombra ra-
diológica). Destacan sobre los campos claros pul-
La proyección lordótica nos proporciona una monares, y pueden ser debidas a exageración de
excelente visión de los ápices pulmonares con los dibujos normales, hiliar y de la trama o a imá-
un mínimo de interferencia de las estructuras
óseas.

Es, asimismo, muy valiosa para confirmar la

EN >
y
Ñ
SS
A
presencia de un proceso patológico en los lóbulos
S
YN

SNy
medio derecho y de la língula, ya que los rayos X
QQ

atraviesan en esta posición el eje más largo de es- LE


RNP
S SEENS
tos lóbulos, y sus sombras aparecen más densas
¡AN

en presencia de un infiltrado o colapso lobular.


XÁXSS

6. Proyecciones estereoscópicas. Consisten en


$NN
UA

tomar dos radiografías del mismo sujeto desde


SS

dos ángulos ligeramente diferentes, lo que permi-


te a veces que una lesión completamente oculta
en una de ellas se proyecte libre y con gran clari-
dad en la otra placa.
7. Espiración completa. En ciertas ocasiones,
un pequeño neumotórax puede pasar inadverti-
do en la radiografía torácica habitual tomada en
inspiración forzada. Por el contrario, en espira-
ción forzada, debido a que la presión intrapul-
es un delito.

monar disminuye, el aire que puede haber en la


cavidad pleural se expande y el neumotórax pue- Fig. 2-54. Esquema de las fuentes de error diagnósti-
de entonces hacerse visible. co: 1, costilla cervical; 2, contorno del esternocleido-
Fotocopiar sin autorización

mastoideo; 3, sombra accesoria de la l y Il costillas;


4, lóbulos de la vena ácigos; 5, fractura ósea articular
IMÁGENES RADIOGRÁFICAS entre la l y II costilla; 6, fractura ósea consolidada de la
EN CONDICIONES PATOLÓGICAS VI costilla, porción posterior; 7, bifurcación de la HI
costilla; 8, línea interlobular entre el lóbulo superior y
Antes de seguir adelante, señalaremos que las el lóbulo medio; 9, línea interlobular accesoria profun-
da del vértice del lóbulo inferior; 10, lóbulo cardíaco;
partes blandas torácicas visibles, sobre todo fuera 11, pezones; 12, sombra de la mama; 13, arteria subcla-
S.A.

de los campos pulmonares, pueden proyectar so- via; 14, cartílago costal calcificado (grumos, anillos,
O MASSON,

bre éstos sombras susceptibles de inducir a error, abrazaderas); 15, surco costal; 16, línea interlobular de
como sucede, por ejemplo, con la opacidad y lí- un lóbulo medio izquierdo accesorio; 17, sombra del
mite inferior de las mamas, los pezones (que músculo pectoral; 18, borde de la escápula.
146 Semiología médica y técnica exploratoria

genes sobreañadidas, que a su vez son lineales, — Localización. Parietal, intrapulmonar, me-
nodulares y extensas o maculares: diastínica, diafragmática; los nódulos localizados
en el vértice pueden confundirse con ganglios
a) Acentuación de las sombras hiliares y del retícu- cervicales calcificados.
lo radiológico. Se observa en procesos inflamatorios — Número. Único o múltiples.
broncopulmonares y la estasis circulatoria. El hilio — Tamaño. Pequeño (menos de 2 cm), me-
aparece aumentado y su imagen homogénea (em- diano (2-4 cm) y grande (más de 4 cm).
pastamiento hiliar) en contraste con el hilio nor- — Densidad. Pequeña (muy inferior a la cos-
mal, que muestra espacios claros entre los distin- tal), mediana (algo menor que la costal), grande
tos elementos que lo constituyen. A partir del (igual o superior a la costal).
hilio, la trama aparece como un retículo arbores- — Estructura. Homogénea o heterogénea.
cente que se dirige a la periferia y alcanza hasta la -— Contorno. Neto o borroso. Se admite que
pared lateral del tórax, lo que no sucede normal- una imagen de bordes bien cortados correspon-
mente. No olvidemos que, siendo la trama la ima- de a procesos tumorales o de escasa reacción in-
gen de los vasos pulmonares sanguíneos y linfáti- flamatoria (productivos, cicatrizales) y que, por
cos, su acentuación significa su repleción, como es el contrario, un borde difuso a la manera de un
propio de los procesos inflamatorios, de la estasis halo, a inflamatorios, exudativos. Esta regla tie-
carcinógena y de la linfangitis tuberculosa o neo- ne su única excepción en los casos de quistes y
plásica. de tumores desarrollados en el seno del pul-
b) Imágenes sobreañadidas. Son debidas a la món, que, por efecto de las zonas de atelectasia
presencia de exudados o neoformaciones en la que por compresión producen a su alrededor,
pleura o pulmón, cuando no a procesos atelec- pueden dar la impresión de un halo de tipo in-
tásicos. Como ejemplos de lineales, citaremos, flamatorio. Si los nódulos engloban varios áci-
aparte la acentuación de toda la trama vascular nos, el conjunto adopta la forma de corimbo o
del pulmón ya descrita, las que se observan en de hoja de trébol («focos acinoproductivos» de
los campos indurados residuales, la atelectasia Graff y Kupferle).
laminar de Fleichner, los engrosamientos pleu- — Evolución. Rápida o lenta.
rales, generalmente cisurales, líneas de Kerley,
etcétera. d) Sombras extensas, maculares. Se observan
c) Imagen nodular. Es de observación frecuen- en todos los procesos que suprimen el aire de los
te por ser propia de múltiples procesos pulmona- alvéolos en zonas extensas por exudación, proli-
res. Los micronódulos o elementos miliares están feración o plegamiento, o bien cuando se inter-
bien limitados y a veces no son visibles a la sim- pone entre el pulmón y la pared del tórax una
ple radioscopia. Pueden estar diseminados en masa opaca como en la pleuritis. Sus característi-
ambos campos pulmonares o localizados y agru- cas en lo que atañe a su densidad, homogenei-
pados en una zona del pulmón. Se observan en la dad, tamaño, etc., son variables.
tuberculosis, bronconeumonía y carcinosis milia- Según el tamaño, hablamos de pequeños infil-
res, así como en la neumoconiosis y en la hemo- trados cuando son semejantes a nódulos gruesos,
siderosis de los enfermos mitrales. y en este caso aparecen en el centro del campo
Los nódulos propiamente dichos tienen ma- pulmonar rodeados de tejido sano; de zonitis, si
yor tamaño. Pueden presentarse como pequeñas afectan una zona; y de lobulitis, si un lóbulo en-
manchas oscuras, sin límites precisos, como co- tero limitado por las cisuras. En ocasiones, alcan-
pos pequeños, formados por focos inflamatorios zan todo el pulmón (atelectasia masiva). Las le-
exudativos limitados a ácinos pulmonares, rode- siones pleurales discretas dan sombras muy
ados de zonas claras; en caso de confluir, forman tenues denominadas velos, sólo identificables en
gruesos nódulos de tipo bronconeumónico. ocasiones por comparación con la zona simétrica
Otras veces sus bordes son más precisos y su for- del lado opuesto o por la falta de aclaramiento
ma redondeada y su tamaño variable. por la tos. La pleuresía de la gran cavidad, así
Como cabe asegurar que no existe enferme- como la interlobular, mediastínica y diafragmáti-
dad torácica que no dé también imágenes pare- ca dan imágenes características.
cidas, será muy útil, ante una radiografía con
opacidades o focos redondeados, realizar una es- 2. Imágenes de rarefacción (o exceso de clari-
pecie de taxonomía de los caracteres y modifica- dad de la imagen pulmonar). Se señala en el enfi-
ciones de ella, del siguiente modo: sema atrófico, caso en el cual se extiende a todo
Neumología 147
el tórax y ambos campos pulmonares, en el neu- Neumotórax diagnóstico
motórax y en las cavidades abiertas en pleno pa-
rénquima, El aire insuflado en la pleura determina la lo-
3. Imágenes patológicas hiliomediastínicas. Las calización intra O extraparenquimatosa de una
más frecuentes son: tumoración. Ello es fácil en cuanto se ve el pul-
monar separado de la pared del tórax.
7 a) Cardiovasculares. Cardiopatias, aortitis, aneu-
rismas.
b) Ganglionares. Adenopatías, neoplasias, Neumoperitoneo
etc.
«) Endocrinas. Hiperplasia del timo, bocio re-
trostemal. Necesario en algunos casos de procesos de la
4) Pleurales. Pleuritis mediastínica.
base del pulmón, para definir su situación supra-
e) Vertebrales. Absceso póttico.
diafragmática o infradiafragmática, Puede tratar-
se de tumores pulmonares basales, pleuresías
P Esofágicas. Acalasia, divertículos.
diafragmáticas enquistadas, tumores subfrénicos,
gy Procesos tumorales mediastínicos,
abscesos, etc.
h) Deformidades cicatrizales. Secuela de proce-
sos, pulmonares, mediastínicos, hiliares, etc.

Neumomediastino
EXPLORACIONES RADIOLÓGICAS
CON MEDIOS DE CONTRASTE La inyección de aire en el mediastino (vías
transtraqueal, retrosternal [por detrás del manu-
Broncografía brio), retroxifoidea) seguida de radiografías en
distintos planos es útil para el diagnóstico de tu-
Ideada por Chevalier-Jackson, Forestier y Si- mores, masas ganglionares y malformaciones
card, Tiene por objeto la inspección visual del ár- vasculares, En las mediastinitis crónicas, es lla-
bol bronquial valiéndonos de un medio opaco in- mativa la falta de disociación gaseosa de los prin-
troducido en su interior por vía transglótica, con cipales órganos anatómicos.
anestesia de faringe y laringe, mediante una son-
da flexible con la extremidad opaca.
La imagen broncoscópica normal es caracte-
rística. Los grandes bronquios llenos tienen el as-
Gammagrafía pulmonar
pecto de «árbol en invierno», sin hojas,y los
bronquios pequeños y los alvéolos, el de árbol Permite la representación gráfica de los cam-
en primavera», con hojas. pos pulmonares basándose en la detección, des-
Las imágenes bronquiales que se observan de el exterior de la distribución intrapulmonar,
con mayor frecuencia son las estenosis y las de di- de un material marcado con un isótopo gammae-
latación (bronquiectasias).

5 Angioneumografía
3

La angioneumografía es uno de los tiempos


de la angiocardiografía. El contraste inyectado en
g una vena del codo o por cateterismo, después de
llenar la aurícula y ventrículo derecho, pasa a la
arteria pulmonar y sus ramas. Los documentos
obtenidos orientan sobre la repartición de las ra-
mas vasculares con posibles áreas hipervascu-
lares o avasculares. Anteriormente, nos ha ilus-
trado sobre el estado del corazón derecho, tan
vinculado a las neumopatias y sobre la existencia
o deuna embolia pulmonar (fig. 2-55),
148 Semiología médica y técnica exploratoria

misor. El material radiactivo suele ser administra- de manera evidente. Esta imagen es frecuente en
do por vía intravenosa con macroagregados de los bronquios de drenaje cavitario.
albúmina humana marcada con 1%, Cr, cuyas
partículas tienen un tamaño suficiente para pro-
ducir un fugaz microembolismo pulmonar difu- Bronquiectasias
so. En el gammagrama normal, aparecen dos si-
luetas pulmonares, bien dibujadas, de aspecto El estudio radiológico puede ser normal, cuan-
homogéneo, apreciándose una zona inactiva do no hay lesiones importantes de la pared, ni
triangular central, que corresponde al corazón y del peribronquio o bien están situadas de manera
grandes vasos. Las densidades de la sombra son que la sombra cardíaca las oculta.
más débiles en los vértices, senos costodiafrag- Las cilíndricas o tubulares aumentan de mane-
máticos y zonas axilares debido al menor espe- ra tosca la trama basal, que muestra a manera de
sor del parénquima explorado. Esta técnica es tubos opacos si el bronquio está lleno de secre-
útil para el diagnóstico de la embolia pulmonar ción, o de líneas paralelas con un espacio inter-
(ausencia de fijación de toda el área del vaso medio claro si están vacíos.
afecto). Las bronquiectasias ampollares dan imágenes de
tipo anular claras, de contorno policíclico y asiento
hiliar, parahiliar o basal. Si son congénitas, sus lími-
Tomografía axial computarizada tes son finos, precisos, y la pared delgada no está
rodeada de una zona oscura de peribronquitis. No
Es la prueba diagnóstica más importante en se modifican en el transcurso del tiempo.
patología respiratoria después de la radiografía
simple de tórax. Permite clarificar el diagnóstico
de procesos de la cavidad torácica, pleura, parén- Asma bronquial
quima pulmonar y mediastino. Resalta engrosa-
mientos, cavidades, estructuras sólidas y líqui- En las crisis se observa el tórax insuflado, con
das, y grado de infiltración de procesos invasi- las costillas horizontales, el diafragma aplanado
vos. Su aportación al diagnóstico en patología con movilidad reducida y el campo pulmonar
respiratoria ha sido decisivo y es una prueba que claro o leve y uniformemente velado, con las re-
se debe realizar ante cualquier duda diagnóstica giones parahiliares oscurecidas. Fuera de ellas,
de la cavidad torácica. los signos radiográficos son los típicos de los pro-
cesos que motivan esta enfermedad (bronquitis
crónica, esclerosis pulmonar, etc.) o de las altera-
Resonancia nuclear magnética ciones sobrevenidas a consecuencia del asma,
como enfisema, zonas atelectásicas, etc.
Exploración poco efectiva en patología respi-
ratoria, salvo en aquellos casos en que las afec-
ciones están en la región próxima o interesan a la Estenosis traqueobronquial
columna vertebral.
En las acentuadas, se observa la desviación
del mediastino hacia el lado enfermo durante la
IMÁGENES RADIOLÓGICAS MÁS inspiración y en las de mecanismo valvular (el
NOTABLES EN LAS DIFERENTES aire entra bien, pero sale con dificultad), enfise-
ENFERMEDADES DEL APARATO ma del lado afecto con desviación del mediastino
RESPIRATORIO hacia el lado sano y descenso del diafragma du-
rante la espiración. Si la obliteración bronquial es
Traqueobronquitis total se produce una atelectasia con retracción
del pulmón, lóbulo o zona afectos.
Tanto en la forma aguda como en la crónica,
las imágenes son pobres y muestran un refuerzo
de la trama pulmonar por congestión de tipo in- Enfisema broncógeno
flamatorio. Cuando la pared del bronquio y su
periferia o peribronquio están afectados, las lí- La radioscopia debe ser dinámica y giratoria.
neas paralelas de sus paredes pueden ser visibles Mostrará una hiperclaridad, una mayor transpa-
Neumología 149
rencia pulmonar con resalte de hilios y arboriza-
ciones broncovasculares. Se observará también
una disminución de la movilidad costal y diafrag-
mática, con el aplanamiento de sus arcadas.
Cuando el enfisema alcanza cierto grado con re-
percusión ventricular, se nota un aumento del
arco medio de la silueta cardíaca izquierda, por
dilatación de la arteria pulmonar.
La radiografía confirma los signos observados
en la radioscopia. En ocasiones, evidencia imáge-
nes anulares finas, de tamaño vario o grandes ca-
vidades con el aspecto de quistes congénitos (en-
fisema ampolloso gigante).
El síndrome de Mac Leod; de Swyer y James; de
Jano (el personaje mitológico de las dos caras
[Bret)), consiste en la transparencia exagerada de
un hemitórax acompañada de su retracción. Esta Fig. 2-56. Atelectasia. Visión panorámica.
hiperclaridad tiene como características el que no
existe distensión, sino ligera retracción e incluso,
a veces, con desviación mediastínica y elevación
diafragmática; vascularización muy pobre; la ra-
dioscopia demuestra desplazamiento mediastíni-
co hacia el lado hiperclaro durante la inspiración
y su falta de oscurecimiento durante la espira-
ción; la broncografía señala la ausencia de este-
nosis de los grandes bronquios, las frecuentes
bronquiectasias y la falta de repleción de los
bronquios distales. La angioneumografía confir-
ma la rarefacción vascular.

Atelectasia

Motiva una opacidad homogénea a través de


la cual se distinguen las sombras costales (som-
bra de vidrio esmerilado o lechosa) y signos de Pig. 2-57. Atelectasia, Visión lateral.
retracción torácica, con acercamiento de las cos-
tillas entre sí, desviación del mediastino con dis-
topia del corazón y tráquea, y percepción de la
i columna vertebral. Hay disminución acentuada Heischner ha señalado la presencia de de «atec-
5 de la movilidad en la zona afecta y penduleo del tasias lineales» en forma de bandas horizontales
3 mediastino hacia el lado atelectásico durante la de un grosor de varios milímetros en las bases del
inspiración (signo de Holzknecht-Jacobson). Se- pulmón. No debidas a obstrucción bronquial, apa-
gún la extensión de la atelectasia, la sombra com- recen en casos de afecciones infradiafragmáticas,
prende un pulmón o un lóbulo (figs. 2-56, 2-57). como absceso subfrénico, tumores, cirrosis hepáti-
g Especial mención merece el llamado «síndro- cas, etc. En su producción cuenta, especialmente,
me del lóbulo medio», en que éste aparece con- un factor de hipoventilación por elevación del dia-
| densado en forma de un triángulo con vértice en fragma (fig. 2-58).
la periferia y base en el mediastino en la proyec-
y ción anterior, y con base anterior y vértice en el
S hilo, en la proyección lateral. Cuando se retrae, Fibrosis intersticial difusa
la sombra es de menor tamaño, bordes irregula-
res y en ocasiones queda reducido a múltiples En ambos pulmones, se observa una trama
o nódulos de tipo cordonal, gruesa y densa con nódulos de distintos tamaños
Neumología 151

difícil desagúe). El absceso siempre es subpleural;


de ahí que se acompañe con frecuencia de una
pleuritis localizada, con adherencias o derrame
(figs. 2-60, 2-61).
Radiológicamente, tanto el absceso como la
gangrena empiezan por un infiltrado: neumónico,
el cual, al reblandecerse, forma una cavidad soli-
taria cuyo contenido es expectorado a través del
bronquio. Esta cavidad muestra, algunas veces,
un nivel líquido y está rodeada de una zona infil-
trada, más o menos extensa, de neumonitis con-
densada (fig. 2-62). Su disposición basal o media
y la zona de infiltración diferencian la cavidad
del absceso del de la caverna tuberculosa. La ca-
vidad desaparece radiológicamente, si se llena de
exudado, porque desaloja el aire. Esto ocurre
cuando se obstruye el bronquio que conduce al
absceso, Si se produce un intenso derrame pleu-
ral, la imagen del absceso queda oculta.
En los abscesos metastásicos del pulmón (sepsis),
se observan opacidades redondeadas, densas, pa-
recidas a las de una siembra neoplásica.

Tumoraciones pulmonares
Las causas que pueden ocasionar la ocupación Fig. 2-61. Absceso pulmonar, Visión proximal.
de una zona más o menos extensa de tejido pul-
monar por una formación accidental, general-
. mente extraña a la estructura normal de la vísce-
ra, son múltiples. Se extienden desde la embrionarias (quistes dermoides), ya del desarro-
parasitación pura y simple (quiste hidatídico, cis- llo de neoplasias (fig. 2-63) del tipo diverso origi-
ticercosis), hasta el desarrollo de noviformaciones nadas en los mismos órganos respiratorios (ade-
procedentes, ya del crecimiento de inclusiones nomas bronquiales, carcinomas, epiteliomas
malpigianos, o más raramente, sarcomas), o bien
producidas por siembras metastásicas de neopla-
sias desarrolladas en otros órganos y verificadas
por las vías linfática o sanguínea (carcinomas, sar-
comas, hipernefromas, etc.), e incluso por inva-
piar
sán autorización
0 MASSON, 8.A; Fotoco es un delito,

Fig2-60. Absceso pulmonar. Visión panorámica. Fig. 2-62. Absceso pulmonar. TAC torácica. L, iz-
quierda; R, derecha.
152 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 2-63. Neoplasia broncopulmonar. “TAC torácica.


Hg. 2-64.
sión de tumores desarrollados en órganos conti-
guos (neoplasias del mediastino, esofágicas, tu-
mores de los huesos de la jaula torácica, etc.).

Tumores benignos. Dan imágenes nodu-


lares, lentamente progresivas, bien delimitadas, a
menos que acarreen lesiones de congestión o ate-
lectasia en el tejido vecino, caso en el cual sus
bordes aparecen esfumados.
Los quistes hidatídicos tienen una densidad uni-
forme. Si son grandes, provocan desviación tra-
queal o de los grandes bronquios hacia el lado
opuesto. Después de su rotura, se observa una
imagen cavitaria hidroaérea. Á veces, por encima
del nivel horizontal del líquido aparece una irre-
gularidad, como si flotara en el líquido un cuerpo
Fig. 2-65, Aspergilosis pulmonar. Visión proximal.
sólido, es la membrana hidatídica. Recuerda la
prominencia del camalote en el agua (signo del
«camalote»). Cuando desaparece el líquido, se
puede ver la membrana descendida y arrugada o policíclicos, en general son irregulares, deshila-
en el fondo de la cavidad. Algo semejante causa chados, resultando la imagen de «abanico» o de
el hongo Aspergillus (figs. 2-64, 2-65). «dedos separados». Al avanzar el proceso, puede
transformarse en una forma lobular o masiva.
Carcinoma broncopulmonar. primitivo. 3. Forma periférica circunscrita (nodular, quís-
Puede manifestarse de varias maneras: tica). Motiya una sombra densa, redondeada, de
límites precisos en pleno parénquima o próxi-
1. Forma endobronquial. Por una sombra ate- mo al mediastino y a la pared costal. Se diferen-
lectásica que alcanza un pulmón, un lóbulo o una cia de los infiltrados tuberculosos y quistes pul-
zona según el bronquio ocluido; es una forma de monares por la imagen redondeada y. límpida
comienzo frecuente (65: %) sobre todo en los tu- en estos últimos, mientras que el tumor presen:
mores de los bronquios inferiores; no rara vez se ta bordes irregulares tentaculares o al menos de
acompaña de derrame pleural. linfangitis neoplásica. Crece con rapidez y si se
2. Forma hiliar. Hay un engrosamiento hiliar necrosa, da lugar a la formación de cavidades
unilateral. Al crecer, proyecta una sombra de as- anfractuosas (fig. 2-66).
pecto redondeado, muy oscura y uniforme, cu- 4. Forma periférica invasora. La masa: tumoral
yos límites, si bien pueden ser nítidos, circulares ocupa todo un lóbulo, a menudo el superior, o todo
Neumología 153

35
¡Bv

Fig. 2-66. Neoplasia invadiendo todo un lóbulo.


TAC torácica. Fig. 2-67. Neoplasia broncopulmonar que invade un
lóbulo. Tubo de drenaje para aspirado del derrame
pleural paraneoplásico.
un hemitórax, provocando desviaciones mediastí-
nicas y dejando libre el seno costodiafragmático si quiste es único y gigante, puede simular un neu-
no es acompañado de derrame pleural (fig. 2-67). motórax espontáneo total o parcial. Los múlti-
5. Tumor de Pancoast-Tobias. Es una modali- ples, más o menos redondeados o policíclicos, se
dad especial de los tumores periféricos. Asienta imbrican entre sí, y proyectan imágenes capricho-
en el vértice del pulmón con una opacidad densa, sas apanaladas, que comprenden todo el pulmón
homogénea, en la zona apical y, en ocasiones, o una parte, Cuando se infectan y contienen lí-
destrucciones óseas que interesan uno o dos ar- quido, dan una típica imagen hidroaérea con ni-
cos costales posteriores, alcanzando incluso a la vel horizontal líquido y claridad por encima. La
apófisis tranversa y su cuerpo vertebral. imagen broncográfica es una gran ayuda para di-
ferenciar las bronquiectasias alveoloagenésicas y
Metástasis pulmonares. Se manifiestan: congénitas (se llenan de contraste) de los quistes.

1. Por una o varias opacidades redondeadas. El


conjunto de focos redondos y densos se dispo- Tuberculosis
nen como globos al ser soltados (imagen en /a-
cher de ballons, de los autores franceses, o en La imagen radiológica depende de la fase en

:
«suelta de globos»). que se encuentre la enfermedad tuberculosa.
2. Por numerosos nódulos pequeños. En todo se-

|
mejantes a los de la tuberculosis miliar (carcino- Primaria (o de primoinfección). La penetra-
sis miliar). ción del bacilo de Koch por vía aérea en el pulmón
3. Poruna imagen radiológica de trama gruesa. de una persona hasta entonces no infectado da lu-
¡De tipo linfático (linfangitis carcinomatosa), fre- gar ala aparición, en un punto limitado de éste, de
cuente en las metástasis del cáncer del estómago. un foco, mayor o menor, de neumonía caseosa

|
(«chancro de inoculación» foco de Ghon, o «foco
primario») rodeado de una amplia zona de infil-.
Enfermedad quística pulmonar

:
tración perifocal («infiltración primaria»). Al mis-
mo tiempo, se afectan los jos traqueo-
2 Da lugar a una imagen clara, sin trama pulmo- bronquiales correspondientes («adenitis tuberculosa
nar en su interior, redondeada, regular y limitada primaria»), a su vez rodeados de una zona infiltrati-
por un anillo fino y liso. A veces muestra un do- va («infiltración perihiliar primaria»). Al conjunto
ble contorno por la atelectasia periquística. Si el integrado por el foco primario y la adenopatía saté-
154 Semiología médica y técnica exploratoria

lite, se designa como «complejo primario». Al ceder casi sin excepción, en lactantes o niños expuestos
la intensidad de los procesos infiltrativos, la imagen a contagios masivos y repetidos, con coalicua-
radiológica adopta una disposición bipolar, con el ción y cavemización del foco primario («caverna
foco en un lado y los ganglios en el otro (fig. 2-68). primaria») y ulterior diseminación de los produc-
Cabe señalar que el chancro de inoculación pulmo- tos procedentes de ésta, con formación de focos
nar suele ser único y de disposición subpleural, bronconeumónicos homo y heterolaterales (tu-
asentándose con notable frecuencia en los lóbulos berculosis pulmonar primaria o infantil).
inferiores, sobre todo el derecho.
La evolución del complejo primario puede ser: Posprimaria o reactivada. Resulta del des-
pertar evolutivo de los restos radiográficos de la
1. Curar por completo. Es la forma habitual de primoinfección que parecían cicatrices, y que tan
evolución. Deja las siguientes lesiones residuales sólo eran formas intercalares capaces, por sí, de
de índole puramente radiológica: provocar nuevas formas evolutivas después
de un período más o menos largo de latencia y
a) Un nódulo denso de tamaño variable desde asintomático. Se manifiesta por:
el de un perdigón al de una avellana, el cual co-
rresponde al «foco de Ghon» calcificado. 1. Reactivación del foco de Ghon. Es muy rara.
b) —Caleificaciones, induraciones fibrosas y ca- Aparece un halo inflamatorio que se resorbe o
llosidades de los ganglios correspondientes a la encapsula. Puede asociarse a reactivaciones de
adenitis tuberculosa primaria, los ganglios regionales y, además, a diseminacio-
e) Campos indurados pulmonares en forma nes hemáticas con siembras miliares.
de líneas exageradas. 2. Tuberculosis ganglionar reactivada. Sin foco
d) Lesiones residuales pleurales en forma de alguno pulmonar, se observa la reactivación de
líneas de cisura (la localización más frecuente es la las lesiones ganglionares primarias que, después
cisura derecha menor), líneas marginales, picos de curado el complejo primario, parecían haber
diafragmáticos, etc., si la infiltración ha alcanzado entrado en una fase de latencia.
por contigilidad la pleura, y nódulos como man- Los ganglios patológicos dan una sombra de
chitas oscuras, redondeadas o irregulares, localiza- opacidad variable, con bordes netos y contorno
das preferentemente en el vértice (nódulos de Si- discoideo u ovalado en-las vecindades del hilio
mon), residuos de la diseminación hematógena radiológico y junto a los bordes dela tráquea,
intrapulmonar benigna primaria (Éigs. 2-69, 2-70). cuya claridad puede faltar al ser encubierta por la
sombra adenopática.
2. Seguir una evolución maligna (tuberculosis En las proyecciones oblicuas o transversas,
primaria). Es la posibilidad más rara. La evolu- pueden destacar los ganglios de la bifurcación
ción maligna del complejo pulmonar se observa, traqueal.

Fig. 2-68. Tuberculosis pulmonar. Complejo prima- Fig. 2-69. Tuberculosis caseosa. Visión panorámica.
rio. Nódulo mediastínico.
Neumología 155

b) Su preferencia por las regiones apicales,


disminuyendo el número y tamaño de elementos
al acercarnos ala base.
Su disimetría evolutiva, pues mientras las le-
siones de un pulmón se resorben e induran, algu-
nas de las del otro pulmón evolucionan hacia la
inflamación y caseosis, motivando cavidades se-
cas, circulares u ovales, casi sin anillo pericavita-
no («cavernas en ojal») y con escasa tendencia re-

dd) Acompañarse de reacción adenopática hiliar


(incluso importante).
e) Acompañarse de participación: pleural, bajo
la forma de ple uritis adhesivas,

Aspectos radiológicos de la diseminación hemató-


gena:

a) Forma nodular fina o miliar. Las lesiones, de


Fig. 2-70. Tuberculosis caseosa. Visión lareal. un tamaño no superior a un grano de mijo, apa-
recen netamente diseñadas y de densidad varia-
ble, según la actividad del nódulo, En periodo de
Son excepcionales las formas tumorales, qui- reactivación, se rodean de un halo perifocal de li-
zá por la esclerosis parcial de las vías y ganglios gera opacidad grisácea (fig. 2-71).
linfáticos durante la evolución del complejo pri- b) Forma nodular gruesa. Del tamaño de un gra-
mario. No es rara la presencia de una discreta in- no de trigo al de una avellana. Al principio, tiene
filtración perifocal. un halo inflamatorio con contornos borrosos que
3. Infiltración perihiliar secundaria. Se llama así al desaparecer deja una imagen que contrasta bien
por observarse en sujetos en la fase posprimaria. sobre la claridad de las regiones apicales.
Su causa es la reactivación de un ganglio o grupo e) Forma infiltrativa. Caracterizada por una
de ganglios hiliales. La infiltración, si es extensa, serie de manchas grandes y difusas, en la mitad
alcanza un lóbulo o todo el campo pulmonar. La superior de ambos campos pulmonares, con ten-
de extensión mediana proyecta sombras triangu- dencia a la formación de cavernas, que por dise-
lares con el vértice hacia la periferia del lado minación canalicular de su contenido pueden dar
afecto. Cuando se complica con pleuritis interlo- lugar a focos metastásicos múltiples.
bular, el vértice es agudo y se produce el llamado
triángulo de Sluka. Si falta el componente pleu- Reinfección. Comprende un conjunto de
ral, el vértice es romo, cupuliforme. Esta infiltra- lesiones que se presentan en individuos que ya
ción perihiliar es de breve duración, con escasa han superado la primoinfección y se encuentran
tendencia a la actividad, en estado anérgico, Resultan de un nuevo anida-

E
4... Tuberculosis hematógena. La diseminación miento bacilar eficaz, casi siempre de origen exó-
bacilar que se verifica por vía sanguínea puede geno.
alcanzar todo el organismo («tuberculosis hema-
tógena miliar generalizada») o limitarse al pul- 1. Infilirado precoz o inicial. Es una lesión infil-
món («tuberculosis pulmonar hematógena»). El trativa que muchas veces representa el brote ini-
foco de origen suele estar constituido por gan- cial de la tuberculosis del adulto. Se manifiesta

|
glios linfáticos hiliomediastínicos, menos veces como una sombra aislada, poco oscura, redondea-
por lesiones pulmonares o viscerales extrapulmo- da, homogénea o con aspecto nuboso, límites

E.
nares (genitales, óseas). imprecisos y tamaño entre el de una avellana y
a: de la siembra hematógena. Son las una ciruela, a la infiltración puede alcanzar
todo un lóbulo, constituyendo el «infiltrado pre-
coz lobulítico». Se localiza en las partes altas del
a)... Su simetría (invade a la vez ambos pulmo- pulmón, rara vez se observa en la región hiliar y
nes y si es parcial alcanza zonas simétricas). en los lóbulos inferiores.
156 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 2-72. Infiltrado pulmonar tuberculoso


que, even-
tualmente, dará lugar a complicaciones fibrosas masi-
vas.

Fig, 2-71. Tuberculosis miliar bilateral en un pacien-


te con SIDA. 3. Bronconeumonía caseosa. Es secundaria a
otras formas de tuberculosis pulmonar. Presupo-
ne una caverna, motivo de siembras broncóge-
nas. Da una imagen abigarrada, en la cual, junto
La evolución del infiltado precoz es distinta en re- a las lesiones crónicas, aparecen en ambos cam-
lación con la masividad de la infección y resisten- pos pulmonares una serie de manchas grandes
cia orgánica. Puede: con tendencia confluente, pero que se pueden in-
dividualizar bien. Su opacidad es mediana, sus
a) Reabsorberse por completo sin dejar huella contomos borrosos, y su forma irregular. Si la
(caso infrecuente) o dejando constancia de su paso evolución se prolonga, pueden aparecer cavernas
por líneas y nódulos indurados, en uno o varios elementos,
b) Transformarse en infiltrado redondo (o tuber- 4. Tuberculosis fibrocaseosa común (tuberculosis
culoma pulmonar), de forma circular y carácter común del adulto). Su síndrome radiológico es
estable. complejo y abigarrado. Suelen descubrirse retrac-
«) Reblandecerse con formación de cavernas, ciones de la pared de un hemitórax o de los dos,
eventualidad frecuente, con el peligro de metás- con desviación traqueal, mediastínica o ambas.
tasis bronquiales circunfocales y a distancia. Es- Los senos costodiafragmáticos a menudo están
tas últimas pueden ser de grano fino y distribu- borrados, el contomo del diafragma presenta den-
ción amplia y simétrica (recuerdan las granulias), tellones o deformidades y es frecuente ver la línea
siendo siempre posthemoptoicas, de nódulos pleural marginal. En los campos pulmonares, la
gruesos, y en forma de infiltrado, Estas metásta- distribución lesional rara vez es simétrica, siendo
sis últimas, así como las formadas por confluen- más extensa en un hemitórax. Comprende imáge-
cia de nódulos gruesos, se ulceran y se convier- nes cavitarias con anillo más o menos borroso -
ten a $u vez en fuente de nuevas metástasis (É- (figs. 2-73, 2-74), nivel líquido y sistema de drena-
gura 2-72). je situados preferentemente en las partes altas, y
2. Neumonía caseosa. Proyecta una sombra nódulos exudativos de localización pericavitaria o *
bastante regular y uniforme, al comienzo en un a distancia, constituyendo acumulaciones en for- :
solo lóbulo pulmonar, en general en el superior o ma de infiltrados (figs. 2-75, 2-76). En las fases fi- :
el medio derecho. La imagen es igual a la de todas nales, hay invasión de las zonas del parénquima
las lobulitis, pero con el detalle de la aparición pre- (antes indemnes) por numerosos nódulos exudati- *
coz de ulceraciones reveladas por unas zonas cla- vos más o menos grandes y dispuestos en acumu- +
ras de contomo irregular y grueso anillo pericavi- laciones, lo que revela su origen aspirativo. ]
tario, así como metástasis nodulares gruesas en el 5. Tuberculosis fibrosa. Según la extensión y e |
lado opuesto, que rápidamente confluyen y se ul- asiento de las lesiones fibrosas, se distinguen las*
ceran. siguientes formas:
Neumología 157

Fig. 2-73, Tuberculosis cavitaria, Atelectasia. Visión


panorámica, Fig. 2-74. Tuberculosis cavitaria. Visión lateral.

a) Difusa. Los elementos lesionales se repar-


ten simétricamente por ambos campos pulmona-
res, aunque con predominio apical. Hay ensan-
chamiento de los espacios intercostales, a veces
con retracción apical. La participación pleural se
manifiesta bajo la forma de casquetes en el vérti-
ce, cisuritis, adherencias de senos costodiafrag-
máticos, etc. (figs. 2-77 y 2-78).
La silueta cardíaca puede presentar el aspecto
del «corazón en gota» o mostrar un moderado
aumento de los diámetros transversales, en espe-
cial a expensas del corazón derecho.
El parénquima pulmonar tiene los hilios opa-
cos, a veces con callosidades y, en general, algo
Fig. 2-75. Tuberculosis cavitaria, Visión proximal.
ascendidos. La trama es nítida. Existe hiperclari-
dad en el resto del parénquima, y diseminados
por él, hay nódulos duros en parte, muchas veces
caseificados, en otras ocasiones acompañados de
manchas irregulares, oscuras, bien definidas, que
representan zonas de fibrosis más extensas.
Fotocopíar sin autorización es un delito.

Esta forma de tuberculosis fibrosa procede


de las diseminaciones nodulares hematógenas
productivas al involucionar (fig. 2-79).
b) Densa. Se aprecia opacidad en ambas
partes altas, que comprende, generalmente, los
vértices y las regiones subclaviculares, Dentro
de esta opacidad pueden observarse zonas más
oscuras que le confieren aspecto jaspeado, o es-
pacios claros en relación con cavernas. En el res-
to.de los campos pulmonares, los hilios están
B,A,

algo ensanchados y, sobre todo, ascendidos.


bb MASON,

Son frecuentes los dentellones diafragmáticos,


las líneas cisurales y la hiperclaridad de las ba- Fig. 2-76. Tuberculosis cavitaria, Visión proximal la-
ses por enfisema. El corazón tiene la silueta en teral.
158 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 2-79. Tuberculosis fibrocaseosa difusa con ca:


verna apical,
Fig. 2-77. Fibrosis por tuberculosis antigua. Visión
panorámica.

Fig. 2-80, Tuberculosis fibrosa densa con cavitación


y opacidad en ambos vértices. Los hilios están elevados
y las bases son hiperclaras por enfisema,

Fig. 2-78. Fibrosis por tuberculosis antigua. Visión


lateral.
tre las cuales destacan las imágenes cavitarias.
Los hilios están desviados hacia arriba y las lí-
gota, característica de los enfisematosos, y en la neas broncovasculares son rectas en el campo in-
parte superior del mediastino, la tráquea suele ferior. Es frecuente la hiperclaridad de las bases.
estar desviada hacia uno u otro lado, Como la Esta forma puede darse por ulceración de la va:
forma anterior, la tuberculosis fibrosa densa es riedad fibrosa densa o a partir de lesiones de tipo
debida a una siembra miliar, bacilémica, que fibrocaseoso común, que tengan inicialmente un
confluye en ambos vértices, reactivación in. situ origen nodular bacilémico, o a partir de un infil-
de nódulos indurados y procesos atelectásicos trado cualquiera.
que retraen los elementos más bajos hacia el 7. Fibrotórax. Hay una gran opacidad unifor-
vértice (fig. 2-80). me que ocupa todo un hemitórax retraído, con
imágenes cavitarias en forma de espacios claros
6. Ulcerocirrótica o ulcerofibrosa. En la parte en la parte superior. El mediastino y la tráquea
superior de los campos pulmonares, ocupando están muy desviados hacia el lado enfermo, pro-
aproximadamente un tercio del parénquima, hay yectándose esta última en forma de una cinta
masas oscuras, duras, no del todo uniformes, en- clara de trayecto flexuoso. No es raro observar
lesiones contralaterales, pero, salvo en períodos
de brote, tienen un aspecto duro y su evolución
hacia la actividad no es frecuente.

Neumoconiosis

Con este término se designa la fibrosis linfo-


ectásica que resulta de la inhalación sostenida
durante años, de diversas clases de polvos orgá-
nicos o inorgánicos. Conduce a la formación de
áreas de tejido fibroso intersticial denso, que al
reunirse motivan sombras extensas. No rara vez
Fig. 2-81. Fibrosis intersticial difusa (paciente que
se asocia con la tuberculosis (fig. 2-81). trabajaba en minas de oro). TAC torácica. L, izquierda;
Se pueden describir tres estadios: R, derecha.
1, Hay aumento de densidad de la sombra hi-
liar y reforzamientode la trama radiológica del
dpi semeja la imagen del pulmón de estasis. por necrosis celular, da lugar a la formación de
en nódulos de tamaño distinto una cavidad.
dd pto dead ht aldo un gui- 2. Insersticial. La forma intersticial terciaria
sante) en el entrecruzamiento de las estructuras origina un proceso indurativo crónico de los pul-
radiculares del pulmón; estos nódulos destacan mones y de la pleura, que en nada se diferencia
por la densidad de su sombra, por su número re- de la esclerosis pulmonar debida a otras causas.
lativamente escaso y por distribuirse simétrica-
mente en la parte media de ambos campos pul-
monares, respetando vértice y base; las Micosis
adenopatías hiliares son muy manifiestas.
3. Se caracteriza por la formación de masas Distinguimos la actinomicosis, la nocardio-
densas y extensas, las cuales se disponen, prefe- sis, la blastomicosis, la histoplasmosis, la cocci-
rentemente, en la parte lateral de la región infra- dioidomicosis, la aspergilosis y la esporotrico-
clavicular; hay intensas zonas de esclerosis alter- sis. Salvo la aspergilosis, que motiva una masa
nando con otras de enfisema; las anomalías redondeada, homogénea, de contornos regula-
diafragmáticas son frecuentes (púas, elevaciones res, que se mueve dentro de una cavidad clara
en forma de tienda, etc.). (fungus ball, de los anglosajones), las restantes
micosis carecen de signos» radiológicos típicos
La presencia de tuberculosis
se reconoce por la (fig. 2-65).

|
formación de cavemas (la neumoconiosis pura Los lóbulos superiores suelen ser los más afec-
puede ulcerarse, pero lo hace raramente), por la tados, con imágenes inespecíficas sugerentes de
asimetría de las lesiones, porla afectación
de los procesos tuberculosos, neoplásicos, inflamato-
vértices y por la presencia de sombras disemina- rios. Tiene tendencia a recidivar y producir atro-

la
), polimorfas, correspondientes a sombras tu- fias pulmonares. Es frecuente la participación
mE

sas broncógenas. pleural, sobre todo en la actinomicosis por trans-


misión directa del proceso.

.
A i li . j . ti

¿No existen signos radiológicos caracterís.


e distinguen
dos formas fundamentales: Son de localizacion hiliar, bilateral, simétricas,

la
de gran tamaño y redondeadas, en «patata» o en
1. Gomosa o tumoral. El elemento característi- «gemelos de patata». El parénquima pulmonar
co de la primera
es la presencia de una formación suele ser normal. Si se asocian con eritema nudo-
máso menos redotileado (goma), la cual puede so y artralgias difusas, constituyen el síndrome de
adquirir el tamaño de una naranja, si se ulcera; Lóofgren (fig. 2-82).
160 Semiología médica y técnica exploratoria

plazamiento guarde relación exacta con la canti-


dad de líquido. Si la cavidad pleural está tabicada
por adherencias, se forman cavidades llenas de lí-
quido.
El derrame enquistado de la gran cavidad, ado-
sado a la pared torácica cuando asienta en la re-
gión axilar, proyecta una sombra densa con am-
plia base en la pared torácica y un límite
arqueado y bien deslindado respecto al campo
pulmonar claro. Cuando están situados en las pa-
redes anterior o posterior del tórax, aparecen ge-
neralmente en la radiografía frontal como una
sombra extensa, esfumada, fácil de confundir con
una condensación pulmonar, a menos que se exa-
mine al enfermo en proyección lateral, que evi-
dencia su condición de formaciones parietales.
La pleuritis enquistada interlobular o cisural
Fig. 2-82. Sarcoidosis. Adenomegalias hiliares bilate-
da una opacidad homogénea, bien deslindada
rales,
por todos los lados.
La pleuritis de la cisura derecha, pequeña o
media, aparece como una sombra oscura más
Pleuritis. Pleuresía o menos fusiforme, bien limitada por arriba y
más difusamente por abajo, situada a nivel de la
La inflamación de las hojas pleurales puede IT o IV costilla por delante. Su imagen es bastante
ser seca o ir acompañada de derrame. La primera típica en la proyección anteroposterior.
forma, llamada también «fibroplásica», da una En la gran cisura derecha, los derrames ofre:
imagen radiológica muy pobre. Cuando se afecta cen en la proyección transversa, la imagen de
toda la pleura de la gran cavidad (pleuritis seca huso o lente biconvexa. Estos derrames pueden
generalizada), se observa un ligero velado difuso localizarse en la parte alta o baja únicamente.
e inmovilidad relativa de la parrilla costal y del Las pleuresías de la cisura interlobular izquier-
diafragma. Si se limita a un vértice (pleuritis seca da muestran en la proyección anteroposterior
apical), el velado se observa en éste, siendo la una gran sombra que deja únicamente libres el
sombra tan tenue que permite su aclaramiento vértice y el seno costodiafragmático. En la pro-
por la tos. En la pleuritis seca interlobular, la ima-
gen radiológica ofrece una sombra oscura, acin-
tada, triangular o lineal. La imagen triangular
muestra la base adosada al hilio, y el vértice se
prolonga con una línea hacia la periferia.
El signo radiológico más llamativo de la pleu-
ritis seca diafragmática es la paresia del diafrag-
Ts

ma por la vecindad de la reacción Alogística pleu-


a

ral,
0

En la pleuritis con derrame, la porción inferior


AAA

del campo pulmonar (en los derrames pequeños,


sólo la parte inferoexterna) está ocupada por una
zona de sombra densa y homogénea; ésta es más
UOC Me)

elevada en la línea axilar, y su límite superior,


más o menos marcado, es cóncavo y borroso.
Los grandes derrames (fig. 2-83) pueden cubrir
todo el campo pulmonar de una sombra densa
6
PV

que no permite ver las estructuras situadas deba-


jo (densidad hídrica, en oposición a la neumónica
dió did
es COTAS

o parenquimatosa). Con frecuencia desvían el co-


razón hacia el lado sano, sin que el grado de des- Fig. 2-83. Derrame pleural masivo paraneoplásico.
Neumología 161

yección transversa, ofrecen una imagen fusifor- cias en forma de placas se observan sobre todo
me, dirigida de arriba abajo y de atrás adelante, en los vértices, entre el pulmón y el diafragma y
en el período inicial de la afección. Si el derrame entre el pulmón y el mediastino. En cambio,
es abundante, se producen atelectasias en las zo- entre el pulmóny la pared costal, son más fre-
nas pulmonares vecinas, y los bordes de la ima- cuentes las adherencias en forma de bridas. Las
gen pierden nitidez. adherencias mediastínicas y diafragmáticas apa-
La pleuresía diafragmática del lado izquierdo recen como deformidades, crestas, adherencias
motiva un aumento de la sombra diafragmática, del seno costodiafragmático, o como deformi-
que adopta la forma de hoz, más ancha en su dades dentelladas en el perfil del mediastino. En
parte media, En el lado derecho, el diagnóstico es el vértice, se observan velos e imágenes en «cas-
difícil por la opacidad hepática y la tendencia del quete pleural», con su borde irregular; pequeños
derrame a localizarse en el seno costodiafragmá- triángulos con base apical y el vértice en el pul-
tico posterior (fig. 2-84). món, etc. En el resto de la pared costal, sólo
Las pleuresías mediastínicas
se caracterizan por aparece, y no siempre, una línea o banda margi-
una sombra en forma de banda adosada a la silue- nal.
ta cardíaca, Cuando el derrame es abundante, b) En los espacios iniertobulares. En forma de
tiende a localizarse en las partes bajas, y la imagen líneas más o menos gruesas, que siguen la direc-
adopta una forma triangular, siendo muy difícil de ción de las cisuras y pueden aparecer arqueadas
distinguir de la pericarditis con derrame. o deformadas, si existen procesos parenquimato-
sos vecinos de tendencia retráctil.
) Entre las distintas partes de la pared. Como
Lesiones residuales de la inflamación pleural la adherencia y ocupación del seno costodiafrag-
mático consecutivo a un derrame o neumotórax.
Las inflamaciones de la pleura, tanto si son se-
cas como con derrame (sobre todo estas últimas), 2. Calificaciones pleurales. Como secuela de
pueden dar lugar a lesiones residuales de mayor pleuritis serofibrinosas o supuradas, o de un he-
o menor importancia. Éstas consisten en: motórax traumático, Su forma es variada, con
aspecto de racimos o arborizaciones de coral,
1. Adherencias en ambas hojas pleurales. Se en- placas anchas o alargadas a veces muy extensas
cuentran: (pulmón acorazado), en «chorreado de vela», en
estrías que remedan dicha imagen, «en hoz», etc,
a) Entre el pulmón y la pleura parietal. Pueden 3. Sínfisis pleural y paquipleuritis. La primera
ser en forma de placas o de bridas. Las adheren- consiste en la adherencia entre las hojas pleurales
de toda la cavidad secundaria a una pleuritis exu-
dativa con derrame abundante y desviación me-
diastínica, y la imagen opaca de la esclerosis pul-
monar, casi siempre asociada a esclerosis
pulmonar de origen pleural.
sin autorización es un delito.

.
Neumotórax
S.A. Fotocopíar

Su signo más importante es el «borramiento»


de las estructuras del pulmón por el aire que cla-
rifica una porción más o menos amplia del hemi-
tórax. Puede ser total (el límite del pulmón colap-
sado destaca bien si la pleura visceral se
encuentra engrosada) o tabicado, por adherencias
que motivan la formación de cámaras (a veces
múltiples y con nivel líquido), que se visualizan
mejor en espiración forzada (fig. 2-85). Cuando
CO MASON,

el neumotórax total se complica con derrame,


aparece una típica imagen hidrogaseosa con nivel
Fig. 2-84. Empiema pleural. horizontal (hidroneumotórax).
162 Semiología médica y técnica exploratoria

Procesos mediastínicos cicos y bocios aberrantes, adenoma paratiroideo,


timonas y paratimonas, teratodermoides y corio-
La mayoría son procesos neoformativos, ade- epiteliomas, higroma cístico.
nopáticos o quísticos (fig. 2-86). El diagnóstico 2. El mediastino posterior. A este nivel se pue-
etiológico se basa, en gran parte, en su situación den encontrar una gran variedad de neoforma-
topográfica. En el mediastino, cabe distinguir las ciones quísticas o sólidas, siendo las más fre-
formaciones neoformativas (tumores verdaderos) cuentes las de origen neurogénico (neurinomas o
de los falsos tumores, grupo heterogéno que in- neurofibromas son los más frecuentes) a veces de
cluye anomalías cardiovasculares (aneurismas, gran tamaño. Algunas se prolongan a través del
arcos aórticos, etc.), y digestivas (acalasia, her- orificio de conjunción del cuerpo vertebral, dan-
nias diafragmáticas, etc.), carcinomas broncopul- do lugar al tumor en «reloj de arena».
monares propagados, procesos inflamatorios de 3. Cualquier nivel o en el mediastino medio. Tu-
etiología varia (mediastinitis agudas y crónicas, mores de origen vascular (hemangiomas, heman:
pleuritis mediastínicas), adenitis (la más frecuen- gioendoteliomas), broncógenos o ganglionares
te es la traqueobronquial tuberculosa), abscesos malignos (linfosarcoma, reticulosarcoma, enfer-
pótticos o amebianos, etc. medad de Hogdkin, etc.) o benignos (tuberculo:
La importancia de este grupo es notoria, al sos, sarcoidosis, duplicaciones quísticas del esó:
plantearse el diagnóstico diferencial, por cuanto fago o de los bronquios).
mochos de sus componentes constituyen forma-
ciones circunscritas torácicas, En las mediastinitis, se observa una borrosidad
patente de los límites de la sombra mediastínica y
el sombreado superior de la claridad normal del es-
Clasificación de los tumores mediastínicos pacio retrocardíaco, con la sombra circunscrita de
un absceso en caso de supuración; las crónicas (sifi-
Los tumores del mediastino se clasifican, se- líticas, tuberculosas, inflamatorias) se manifiestan
gún su localización, en: en forma de sínfisis pleurales (con retracciones y
distopias) que conducen a la «mediastinitis callosa»
1. El mediastino anterior (niveles superior me- de Kiissmaul o «mediastino acorazado».
dio o inferior). Bocios retrosternales o endotorá- En el enfisema mediastínico, la imagen radio-
lógica anteroposterior descubre una zona clara
entre el mediastino y el pulmón, a la inversa de
lo que sucede en el neumotórax.

BRONCOSCOPIA
Es el método de exploración directa del árbol
traqueobronquial mediante el broncoscopio fle-

A l
Fig. 2-85. Necumotórax izquierdo. Desplazamiento Fig. 2-86. Quiste mediastínico. TAC torácica. L, iz-
mediastínico hacia el hemitórax sano. quierda; R, derecha.
Neumología 163

xible de fibras ópticas. La técnica broncoscópica preparar autovacunas y la instilación de sustan-


es sencilla y rápida en manos hábiles. Precisa de cias medicamentosas.
anestesia local de la faringe primero y de la trá-
quea y bronquios después. Con la broncoscopia Entre las contraindicaciones parciales de la
se estudian las alteraciones de las mucosas bron- broncoscopia, figuran la caquexia y las afeccio-
quial y traqueal, ya sean de orden inflamatorio nes cardiovasculares graves, las supuraciones
(edema, congestión, granulaciones vegetantes, acompañadas de gran reacción neumónica, las le-
úlceras, estenosis fibrosa, etc.) o de índole tumo- siones tuberculosas laríngeas ulceradas, las he-
ral; neoplasias benignas, sésiles o pediculadas, o moptisis recientes, la tuberculosis muy extensa y
malignas con aspecto ulcerado vegetante o ulce- la cifoscoliosis grave.
rovegetante. En las neoplasias peribronquiales,
hay deformidad del bronquio por compresión y
plegamiento vertical de la mucosa. PLEUROSCOPIA O TORACOSCOPIA
Indicaciones de la broncosctopia. Sus principales
indicaciones son: Permite la exploración visual de la cavidad
pleural, gracias a un aparato provisto de un dispo-
1. Sospecha de un tumor bronquial. Cuando sitivo Óptico llamado pleuroscopio, el cual precisa
éste se localiza en la proximidad de la carina, en la existencia previa de un neumotórax que puede
los bronquios lobulares y en la entrada de los seg- ser creado artificialmente en el momento del exa-
mentarios, aparece inmediatamente. Cuando es men. Sirve como complemento diagnóstico:
más distante, la decoloración de los segmentarios 1. En el neumotórax espontáneo. Para localizar
de los cuales es tributario y su inmovilidad, son sobre la superficie pleurovisceral la fístula, for-
signos indirectos de tumor maligno. e dicha in- maciones bulbosas subpleurales, etc., causantes
movilidad y de las distorsiones de la zona en que del accidente.
asienta la lesión, deducimos la masa de parénqui- 2. En las pleuritis de etiología imprecisa. Se
ma invadido o no aireado. El aumento del ángulo completa con una biopsia de la pleura parietal.
carinal significa adenopatías de la bifurcación tra- 3. Para fijar el tamaño y adherencias de un tu-
queal, de índole neoplásica o inflamatoria. Casi mor pulmonar cortical o mediastínico. Después de un
siempre se completa con la biopsia. neumotórax diagnóstico, ayudados por el colap-
En los tumores de los bronquios principales, so controlado de un pulmón, por medio de un
el resultado de la biopsia broncoscópica (si se ha tubo endotraqueal «doble», bajo el control de
obtenido correctamente) es positivo en todos los ca- un anestesista.
sos. En las de los lobulares inferiores, en el 88,6 %
del lado derecho y en el 86,4 % del lado izquier-
do. En las del bronquio del lóbulo medio, en el MEDIASTINOSCOPIA
57 %, y en los lobulares superiores, en el 58,7 %
del derecho y en el 32,6 % del izquierdo. Permite la exploración del mediastino supe-
2. Supuraciones broncopulmonares. Sirve para rior con biopsia de tejidos. Es útil para el diag-
su localización (labor facilitada por una radiogra- nóstico de los tumores mediastínicos, sarcoidosis
fía previa) y posible desagúc. y todas las neumopatías en las que participan los
Fotocopiar sin autorización es un delito.

3. Hemoptisis sin enfermedad pulmonar. La cau- ganglios linfáticos mediastínicos. Presenta venta-
sa puede ser una mucosa congestiva y sangrante, jas frente a la biopsia de los ganglios preescaléni-
un tumor benigno o maligno en sus estadios ini- cos, para diagnosticar y juzgar la operabilidad del
ciales o en la tuberculosis traqueobronquial ulce- carcinoma bronquial, aun cuando no es inocua y
rada, caso en el cual hay bacilo de Koch en la se- requiere manos expertas, técnica estéril y aneste-
creción. sia general en la mayoría de los casos. Es espe-
4. Atelectasias intermitentes 0 criptogenéticas y cialmente útil en las lesiones que afectan al me-
tos inexplicable aun al examen somático más detenido. diastino derecho.
5. Miscelánea. Este método es también útil
para el examen separado de la expectoración de
S.A.

cada pulmón, para la exploración funcional PRUEBAS CUTÁNEAS


de cada pulmón en particular y para realizar el
O MASSON,

desagúe de supuraciones, la extracción de cuer- Son importantes para el diagnóstico etiológico


pos extraños, la aspiración de secreciones para de diversos procesos respiratorios.
164 Semiología médica y técnica exploratoria

Reacción de Mendel-Mantoux (12-24 h) depende de las albúminas hidatídicas


no parasitarias, por lo que es una reacción proteí-
Consiste en la inyección intradérmica de 0,1 ml nica no específica.
de una solución de tuberculina antigua de Koch,
a diversas diluciones (la OMS aconseja el empleo
de la tuberculina PPD /Protein Purificd Derivate] Test de Kwein
con el fin de unificar los resultados).
Si la reacción es positiva, se forma un infiltra- Se inyecta en la dermis una papilla de tejido
do palpable al cabo de 2-4 días, a veces con fenó- sarcoidótico, y la toma de una muestra, después
menos tóxicos generales (fiebre, malestar gene- de algunas semanas, del punto inyectado, mues-
ral, astenia). tra una reacción nodular epitelioide.
La reacción negativa (anergia positiva) se ob-
serva:
Pruebas cutáneas y mucosas
1. En los sujetos vírgenes de todo contagio o en en el asma alérgico
pleno período de incubación de la primoinfec-
ción, que en el hombre puede durar varias sema- Para la investigación de los posibles alergenos,
nas. causa de la aparición de anticuerpos o reaginas,
2. En los que han curado por completo sus le- se emplean una serie de pruebas cutáneas y mu-
siones, con destrucción total del bacilo. cosas, sin olvidar que unas pruebas positivas no
3. En portadores de bacilos e incluso de lesio- implican indefectiblemente que dicho alergeno
nes tuberculosas activas (anergia negativa); esto tenga importancia como factor causal del síndro-
sucede en los casos siguientes: me asmático. Asimismo, un resultado negativo
no excluye definitivamente el papel clínico del
a) En los individuos con inmunidad muy ele- alergeno estudiado.
vada, con potentes anticuerpos que neutralizan la
tuberculina antes de que pueda actuar.
b) Por falta de reacción cutánea en determi- PUNCIONES BIÓPSICAS Y BIOPSIAS
nados estados (embarazo, menopausia, senec- QUIRURGICAS
tud).
c) Por la extrema gravedad del proceso tubercu- Son muy útiles para el diagnóstico de los proce-
loso (anergia negativa final). sos pleuropulmonares circunscritos o diseminados:
d) Por la acción de ciertas enfermedades como
el sarampión, tos ferina, mononucleosis infeccio- 1. Punción pleural (toracocentesis). Permite la
sa, Hodgkin, sarcoidosis, hepatopatías (la reac- obtención del líquido pleural con finalidad diag-
ción a la tuberculina previamente positiva se nóstica y terapéutica.
vuelve negativa en el 47 % de las hepatitis leves, 2. Biopsia pleural. Tiene por finalidad extraer
en el 55 % de moderadas y en el 90 % de las se- un fragmento de pleura parietal para realizar su
veras), grave caquexia de cualquier origen. estudio histopatológico y bacteriológico. Este
e) A causa de ciertos fármacos (corticoides, vi- tipo de examen puede realizarse de tres maneras
tamina B,, vitamina C, inyecciones terapéuticas diferentes:
de tuberculina).
a) Durante el curso de una pleuroscopía
(biopsia dirigida). La toma se realizará con la pin-
Reacción de Casoni za introducida en la cavidad pleural a través de la
cánula del pleuroscopio. Es fácil en los casos en
Cuando es positiva, a los 15-20 min produce que es posible visualizar imágenes parietales ac-
una pápula roja edematosa, con seudópodos; ha- cesibles, como un nódulo o lesión circunscrita.
cia las 24 h los síntomas disminuyen y desapare- b) Durante el curso de una toracotomía.
cen en pocos días. Es positiva en el 90 % de los c) Mediante punción por trocar especial. Se
quistes hidatídicos pulmonares. La reacción de emplean agujas de extremo romo. Sólo es acon-
Casoni sólo es específica si es precoz, pues está sejable en el caso de que exista un derrame líqui-
ligada a los polisacáridos propiamente parasita- do; la biopsia en las paquipleuritis secas expone a
rios del líquido hidatídico. En cambio, la tardía la perforación pulmonar.
Neumología 165

Las indicaciones de la biopsia pleural son las pulmones, con pinzas flexibles. Los peligros son
pleuritis sin etiología conocida, las paquipleuritis el neumotórax, enfisema mediastínico y subcutá-
en las que no se puede establecer una relación neo (sobre todo en pacientes tusedores) y hemo-
con enfermedades pleuropulmonares anteriores rragla.
y los tumores yuxtaparietales primarios o metas- 6. Biopsia de los ganglios prescalénicos. Tiene
tásicos. por objeto extraer el tejido celulograsoso com-
El valor de la punción biópsica en los derra- prendido entre los músculos esternocleidomas-
mes tuberculosos es superior a los métodos bac- toideo y escaleno, o sea la conjunción cervico-
teriológicos (cultivo de líquido pleural en el me- mediastínica. Esta lámina conjuntivoadiposa
dio de Lóewenstein). contiene una o varias formaciones linfáticas
3. Punción biópsica transparictal del pulmón. La que reflejan el estado de los ganglios mediastí-
aguja empleada es de bisel largo de 10 cm de lon- nicos.
gitud y 10/10 de diámetro. Previa anestesia de La mayoría de las biopsias se efectúan en el
los tegumentos y del espacio intercostal justo por lado derecho; se considera que los linfáticos su-
encima del borde superior de la costilla indicada, praclaviculares de este lado drenan el pulmón de-
se practica la punción en dos tiempos, penetra- recho y el tercio inferior del pulmón izquierdo,
ción parietal seguida de la penetración rápida in- mientras que los linfáticos supraclaviculares iz-
tratorácica, advirtiendo en este momento que quierdos sólo recogen la linfa del tercio superior
el enfermo contenga la respiración. Se retrae el del pulmón izquierdo, cuyo tercio medio tiene
mandril, se adapta una jeringa y se aspira. El pro- un drenaje mixto.
ducto obtenido se extiende sobre un portaobje- Representa un paso firme y seguro en el diag-
tos que es debidamente coloreado. nóstico de neumopatías sarcoidóticas y tubercu-
Entre las complicaciones observadas, se señala losas, del cáncer broncopulmonar y de todas las
la producción en algún caso de un neumotórax imágenes pulmonares densas y de difícil filia-
parcial sin consecuencias. Sólo se puncionan las ción.
tumoraciones que miden un mínimo de 3 cm 7. Biopsia del ganglio mamario. Ayuda al diag-
de diámetro y que no sobrepasen los 9 cm de nóstico de los procesos pleurales. Se realiza con
profundidad, escogiendo las más accesibles de anestesia local, en el Il espacio intercostal del pla-
acuerdo con los datos proporcionados por las ra- no torácico anterior, entre las líneas axilares an-
diografías de frente y de perfil. terior y media.
4. Biopsia pulmonar abierta. Posee la ventaja
de poner a disposición del anatomopatólogo
fragmentos pulmonares voluminosos escogidos NM EXÁMENES DE LABORATORIO
durante el acto operatorio. Si las lesiones pulmo-
nares son difusas, se practica una toracotomía Los datos más útiles para el diagnóstico de los
anterolateral de una longitud de 8-10 cm sin re- procesos respiratorios se obtienen examinando
sección costal, y si son circunscritas a una región los esputos, el líquido pleural (previa toracocen-
determinada, se actúa sobre ésta resecando un tesis) y la sangre en sus aspectos morfológico y
segmento de costilla, si son ello es necesario. La químico.
*

cavidad pleural se drena con un tubo torácico.


Fotocopiar sin autorización es un delito.

Los incidentes o accidentes de este método


son raros; los casos de muerte han sucedido en EXAMEN DEL ESPUTO
personas con insuficiencias respiratoria, cardíaca
o coronaria grave o llegados a la fase final de una Ya ha sido comentado con detalle al inicio del
neoplasia. Las neumopatías parenquimatosas di- capítulo.
fusas (colagenosis, esclerodermia, neumoconiosis
atípicas, localización pulmonar de la enferme-
dad de Hand-Schúller-Christian, cáncer alveolar, EXAMEN DEL LÍQUIDO PLEURAL
etc), y las lesiones más o menos limitadas, pero
situadas profundamente, constituyen la principal Se obtiene por medio de una punción pleural
S.A.

indicación de este método. (o toracocentesis), que salvo contraindicaciones


5. Biopsia pulmonar broncoscópica. Se obtienen
O MASSON,

excepcionales (sindrome hemorrágico, tratamien-


diminutas piezas (2-3 mm de diámetro) de más to anticoagulante) es obligada de manera categóri-
de un segmento, o incluso de cada uno de los ca a la menor sospecha de derrame.
166 Semiología médica y técnica exploratoria

El lugar de la punción se determina de acuet- b) Opalescente, con un aspecto entre jabono-


do con la percusión y examen radiológico (frente so y lechoso en ciertos procesos tumorales pleu-
y perfil). Se punciona en medio de la zona mate ropulmonares y mediastínicos, y secundariamen-
o sus partes declives (a veces se fracasa por ha- te en los tuberculosos.
cerlo demasiado bajo), después de limpiar la piel c) Turbio, homogéneo, amarillento con refle-
con un antiséptico y de anestesiar el área en jos verdosos y muy viscoso en los derrames pu-
cuestión. rulentos (piotórax o empiema) neumocócicos.
El sujeto se coloca sentado y confortablemen- d) Mal ligado y grumoso, en los estafilocóci-
te apoyado con los hombros hacia delante para cos y tuberculosos.
redondear la espalda y mover los omóplatos. e) Blancoamarillento, puriforme, viscoso O
Se emplea un trocar con mandril de longitud y pastoso, en la pleuritis colesterótica de origen tu-
grosor convenientes, después de haber comproba- berculoso, tóxico (alcohol), traumático (por
do si ajusta bien con el manguito de la jeringa y no transformación de la colección hemorrágica) o
está obturado. Se apoya el dedo en el espacio in- dismetabólico.
tercostal escogido (el mejor sitio para los derrames f En los derrames por gérmenes anaerobios,
libres son los espacios VU-VI!l, en la línea axilar el dato más llamativo es su olor fétido, pútrido, fe-
posterior) y se punciona perpendiculalmente a la caloideo,
pared, rozando el borde superior de la costilla in- g) Cuando un derrame pleural envejece, el
ferior para no herir el paquete vasculonervioso si- signo más conspicuo es la presencia de bilirrubina,
tuado a lo largo de la parte superior del espacio in- y sobre todo de cristales de colesterina y gotas de
tercostal. Se comprueba la penetración de la aguja ácidos grasos.
por la sensación de atravesar la pleura parietal; en-
tonces se retira el mandril y se aspira con suavidad 2. Análisis químicos. En los líquidos pleurales,
con la jeringa. Se evitará el profundizar con exce- la cantidad de cloruros es más elevada que en la
so, así como el inyectar aire. sangre, tanto para los exudados como para los
Recogido el líquido que se necesita, se coloca trasudados.
de nuevo el mandril (guardado durante la manio- El calcio (en su mayor parte, calcio difusible
bra en un espacio estéril) y se retira el trocar de no unido a proteínas) muestra cifras bajas para
un golpe seco. Se apoya y frota unos minutos so- los trasudados.
bre la herida con una torunda empapada con an- Es constante el aumento de potasio respecto
tiséptico y se ruega al paciente que guarde repo- al suero; esta diferencia es menos manifiesta en
so en cama el tiempo que precise, en el decúbito los trasudados y máxima en los derrames infla-
lateral opuesto. Si se extrae una cantidad excesi- matorios.
va de líquido, cabe la posibilidad de un edema La glucosa, en los trasudados, tiene valores
agudo de pulmón unilateral o una crisis vagal. análogos a los de la sangre; su descenso (< 40-
En el líquido pleural obtenido, se consideran 50 mg/dl) es propio de los derrames inflamato-
una serie de datos que completan la orientación rios y reumáticos. En los empiemas, no se en-
diagnóstica: cuentra glucosa o sólo en cantidades muy bajas.
En los tumores malignos, la cifra varia poco; exis-
1. Caracteres físicos. El derrame es de color te una fuerte probabilidad cuando el nivel es su-
ambarino, más o menos rosado en relación con perior a 80 mg/dl. No influye la administración
la diapédesis eritrocítica, y poco viscoso en el hi- de cortisona, cosa que no ocurre (descenso) en
drotórax mecánico, y de color más subido (re- las pleuresías de naturaleza tuberculosa.
cuerda el de la orina) y viscosidad elevada en la En cuanto al peso específico y proteínas, en el
pleuritis inflamatoria: trasudado, el primero, generalmente, es inferior a
1.018 y el segundo, menos de 3 g/dl.
a) Aspecto sanguinolento (rara vez amarillo Los lípidos se elevan en los derrames quilosos
cítrico), en el carcinoma broncopulmonar, pleuri- y quilotórax (casi siempre en forma de grasas
tis tuberculosa y traumatismos, siendo preciso neutras) y de naturaleza reumática o tuberculosa.
asegurarse de que la sangre no procede de la he- La existencia de cristales de colesterol señala
rida accidentada de la pared en el curso de la de manera inequívoca que se trata de una efu-
punción, cosa fácil, pues ésta se coagula, mien- sión tuberculosa.
tras que se sedimenta sin coagular si se trata de La existencia de ácido hialurónico afirma, casi
un líquido hemorrágico. con certeza absoluta, un mesotelioma pleural.
Neumología 167

En lo referente a las enzimas, en las pancreati- puraciones pulmonares o tuberculosis de larga


tis agudas (con derrame pleural, generalmente iz- duración) sobre todo si han sangrado.
quierdo) la amilasa en el liquido pleural (amilo- En general, en los procesos agudos, es cons-
pleuria) alcanza siempre límites altos sin que por tante una mayor o menor leucocitosis, abun-
ello tenga valor patognomónico pues también se dando las formas en cayado (desviación a la iz-
encuentra (pero con cifras más bajas) en pleure- quierda) y las granulaciones tóxicas en su
sías neoplásicas en franca discordancia con la protoplasma; en las neumonitis víricas, existe
amilasemia normal. La actividad de la lactatodes- leucocitosis moderada con linfomonocitosis.
hidrogenasa (LDH) del líquido pleural no infla- La presencia de polinucleares eosinófilos es
matorio es más baja que la correspondiente al constante en el quiste hidatídico, síndrome de
suero, cosa que no ocurre cuando se trata de exu- Loffler, «neumonía eosinófila» de Meyenburg y
dados inflamatorios o de naturaleza maligna; la Sommer, y en el «edema primaveral alérgico del
estima de esta enzima es índice más fidedigno pulmón» de Engel.
que la cifra de proteínas para juzgar la naturaleza En la hidatidosis, sus valores son moderados
del derrame. (5-10 %) contrastando con los hallados en el sín-
3. Examen citológico. En que atañe a los ele- drome de Lóffler (68-70 %).
mentos formes sanguíneos, los polimorfonuclea- En la infección tuberculosa activa, hay leuco-
res señalan la presencia de un proceso inflamato- citosis con abundantes neutrófilos monononucle-
rio agudo; los linfocitos o monocitos, tuberculosis, ares y binucleares; al remitir el proceso se nor-
alguna entidad maligna o infección por hongos; y maliza la cifra de leucocitos con linfomonocitosis
los eosinófilos (> 10 %) un síndrome de Loffer, y eosinofilia.
periarteritis nudosa o enfermedad de Hodgkin. En las infecciones bacterianas y víricas, en la
Las células de aspecto atípico orientan, sin du- tuberculosis activa, y en los procesos neoplási-
da, hacia procesos malignos. Cabe señalar que la cos, es útil la investigación de la velocidad de se-
búsqueda es más fácil en aquellos tumores que dimentación globular y de la proteína C reactiva,
se descaman con mayor facilidad. Al objeto de tanto con finalidad diagnóstica y como pronósti-
aumentar el porcentaje de positividad, se reco- co, al comparar entre sí los resultados que se han
mienda mandar al laboratorio una cantidad im- obtenido en los exámenes sucesivos.
portante de líquido, y, a ser posible, de la parte En las afecciones víricas agudas, se buscan an-
más baja del derrame o al menos del final de la ex- ticuerpos, aglutininas y crioaglutininas.
tracción y no como corrientemente se hace de su El estado de las inmunoglobulinas (Ig) séricas
comienzo. en el asma bronquial señala niveles elevados de
4, Citoquimia celular (o estudio de la compo- las IgA en las formas con factor infeccioso o
sición química intracelular). Señala que el hallaz- de etiología intrínseca, y de las IgE (con valores
go de LDH es un signo de malignidad y que la bajos de las IgA) en las alergénicas. Las reaccio-
presencia de fosfatasas ácidas en las vacuolas in- nes alérgicas son debidas a interacciones antíge-
traprotoplasmáticas sugiere metástasis pleural de no-IgE. Las IgG e IgM presentan variaciones den-
cáncer prostático. tro de los límites normales.
5. Examen bacteriológico. Se ve dificultado por En el infarto del pulmón de naturaleza embó-
la antibioterapia precoz, que ha disminuido la lica o trombótica, aumentan la LDH y bilirrubi-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

frecuencia del hallazgo de gérmenes. En las pleu- nemia sérica con negatividad constante de la cre-
ritis tuberculosas, el examen directo es, casi sin atinfosfocinasa (CPK) y frecuente de la transa-
excepción, negativo. Con el cultivo y la inocula- minasa glutamicooxalacética (GOD), ambas de
ción al cobaya se obtienen un 15-50 % de resul- gran especificidad muscular. Estos datos se valo-
tados positivos, siendo más demostrativa la ino- ran frente al infarto de miocardio, cuya fórmula
culación que el medio de cultivo. enzimática es LDH, GOT, CPK, CK-mb y tropo-
ninas elevadas, con bilirrubinemia sérica normal.

SANGRE (EXÁMENES.
MORFOLÓGICO, QUÍMICO MW EXPLORACIÓN FUNCIONAL
Y ENZIMÁTICO)
S.A.
O MASSON,

La exploración funcional pulmonar consiste


Existe anemia hipocroma en las neoplasias en un conjunto de métodos que permiten el aná-
pulmonares, y en todos los procesos sépticos (su- lisis y la medida de la función respiratoria del
168 Semiología médica y técnica exploratoria

pulmón. Su fin principal es apreciar la repercu- EXPLORACIÓN DE LA VENTILACIÓN


sión funcional de las neumopatías de cualquier
tipo, sea cual fuere su aspecto clínico, etiológico Se efectúa con espirómetros y espirógrafos.
y lesional. Estos últimos inscriben gráficamente los datos
La función respiratoria es un conjunto de pro- espirométricos. Con ellos se obtienen valores es-
cesos mecánicos, fisicoquímicos, nerviosos y hu- táticos (volúmenes, capacidades) y valores diná-
morales, cuyo fin primordial es la normal oxige- micos (ventilación minuto, capacidad respiratoria
nación de la sangre y eliminación del anhídrido máxima, etc.). Los coeficientes (reserva respirato-
carbónico procedente de la respiración hística. ria, índice de Tiffeneau, etc.) resultan de la rela-
Estos procesos pueden reunirse en cuatro grupos: ción mutua entre volúmenes, capacidades y valo-
res dinámicos obtenidos por espirometría.
1. Ventilación. Mantiene constante la compo-
sición del aire alveolar, y con ello asegura la he-
matosis gracias a la continua entrada y salida de Medidas estáticas
aire por los movimientos respiratorios.
2. Difusión. Tiene por finalidad el normal re- Comprenden la capacidad vital forzada (CVP),
cambio gaseoso alveolocapilar. el aire residual, la capacidad total, el espacio
3. Perfusión. Distribuye la sangre venosa muerto anatómico, y el espacio muerto fisiológi-
en los distintos territorios alveolares de los pul- co (fig. 2-87).
mones.
4. Circulación. Conduce los gases del pulmón Capacidad vital forzada. Es la más impor-
a los tejidos y de éstos al pulmón. tante. Viene definida como el volumen máximo
de aire obtenido en el decurso de una espiración
La función pulmonar, además de esta finali- forzada que sigue a una inspiración también for-
dad de intercambio gaseoso respiratorio, contri- zada (CVF). En síntesis, representa las posibilida-
buye al mantenimiento de la homeostasia del pH des de la mecánica ventilatoria exterior (caja to-
sanguíneo, tendiendo a compensar las acidosis y rácica, diafragma, pared abdominal y pleuras).
alcalosis metabólicas, y a su vez, cuando la venti- Varía entre límites muy amplios, en relación con
lación se altera, origina las alcalosis y acidosis la edad, sexo, talla y posición, siendo mayor en
respiratorias según se desvía en el sentido de la la sentada que en la de pie y decúbito, por razón
hiper o de la hipoventilación. Como veremos, el de los cambios aportados por la posición al volu-
estudio del equilibrio ácido-básico tiene extraor- men sanguíneo intrapulmonar y a la dinámica
dinario interés en patología respiratoria, en espe- del fuelle toracodiafragmático.
cial en la clínica de los síndromes de insuficiencia Para juzgar la importancia de las modificacio-
respiratoria aguda como guía. nes patológicas, es indispensable comparar el va-

A CTA +

Volumen
de reserva
inspiratorio
Pp Capacidad
inspiratoria
Capacidad
vital Volumen
Capacidad pulmonar corriente
total |. pr SU oo -
Volumen
de reserva
espiratorio .
Capacidad
Xx _ funcional
residual
Volumen residual

Yoo A, 4
Fig. 2-87. Esquema de los volúmenes y las capacidades pulmonares.
Neumología 169

lor registrado por cada paciente, con el valor teó- bronquíolos, donde no tiene lugar el intercambio
rico calculado para él. La CV teórica es, en centí- gaseoso). El volumen fisiológico aproximado de
metros, el producto de la talla en milímetros por este espacio es de 150 ml en el hombre y 100 ml
2 en el hombre y 1,8 en la mujer. Una disminu- en la mujer.
ción superior al 15 % del valor teórico así logra-
do es signo de anormalidad. Se admite la relación Espacio muerto fisiológico. Es la suma
de 2,5 /m de altura en el hombre y 2 en la mujer. del espacio muerto anatómico más el volumen
La CVF resulta de la suma de los siguientes de aire que llega a alvéolos bien ventilados, pero
volúmenes respiratorios: no perfundidos o mal perfundidos. Normalmen-
te, su volumen es mínimo y se valora dentro del
1. Arre corriente o circulante (volumen corrien- espacio anatómico, pero en el enfisema y la es-
te, volumen vital). Es la cantidad de aire que en- clerosis vascular pulmonar, el número de alvéo-
tra y sale de los pulmones durante un acto respi- los mal perfundidos es elevado.
ratorio normal y en reposo, 500 ml aproxima-
damente, es decir, un octavo de la CVF,
2. Aire complementario. Es la máxima cantidad Medidas dinámicas
de aire que puede penetrar en los pulmones por
una inspiración forzada, después de una inspira- Entre ellas cuentan las siguientes.
ción normal. Valor medio: 1.500-2.000 mi.
3. Aire de reserva. Es la máxima cantidad de Ventilación-minuto. Es el producto del aire
aire que puede salir de los pulmones por una es- corriente por la frecuencia respiratoria. Se suele re-
piración forzada, después de una espiración co- ferir a 1 min. Valor medio: 5.000-12.000 mi.
rriente. Valor medio: 1.000-1.500 ml. Estas cifras corresponden al volumen minuto
de ventilación pulmonar (también llamada exter-
Capacidad vital forzada (CVE) = aire corriente + aire na), que no siempre es paralela a la ventilación
complementario + aire de reserva alveolar.
La existencia del espacio muerto es el princi-
Aire residual. Es el que queda en los pul- pal factor de variación entre la ventilación pul-
mones tras una espiración forzada. Oscila entre monar y la ventilación alveolar.
1.000 y 1.500 ml. Es el único valor que no puede Un ejemplo lo aclarará mejor: si en 1 min se
ser determinado por espirometría. Su estimación hacen 14 respiraciones de 500 mi, la ventilación
precisa métodos complejos y delicados, operan- minuto pulmonar es de 7 l, y la ventilación alveo-
do con mezcla de gases muy difusibles y que no lar será menor de 14 x 150 = 2.100 ml, o sea
se absorben en el pulmón (helio, xenón). Este 4.900 ml. Si se respira más profunda y lenta-
aire residual está especialmente aumentado en el mente, por ejemplo 10 veces por minuto 700 ml,
enfisema pulmonar; su aumento disminuye la la ventilación minuto será la misma de 7 l, pero
eficiencia ventilatoria, pues al tener que mezclar- la ventilación alveolar será mayor, ya que sola-
se el aire corriente con un mayor volumen de mente tendremos que restarle 10 x 150 = 1.500
aire contenido en el pulmón, su enriquecimiento ml, resultando 5.500 ml. Por el contrario, si la
en oxígeno queda relativamente disminuido o, lo respiración es más frecuente y menos profunda,
Fotocopiar sin autorización es un delito.

que es lo mismo, precisa de un mayor trabajo 20 respiraciones de 350 ml, la ventilación minu-
respiratorio para mantener las mismas concentra- to también será la misma, 20 x 350 = 7.000 mil,
ciones en el aire alveolar. pero la respiración alveolar será mucho menor
que en los casos anteriores, pues tendremos que
Capacidad total. Es el mayor volumen de restar 20 x 150 = 3.000 ml, quedando en 7.000-
aire que pueden contener los pulmones y las vías 3.000 = 4.000 ml, lo que demuestra lo antieco-
aéreas después de una inspiración máxima; es la nómico de la respiración rápida y superficial.
suma del aire residual y de la capacidad vital. Va- En aquellos procesos en que aumenta el valor del
lor medio: 4.000-5.000 ml. espacio muerto a expensas del crecimiento
del espacio muerto fisiológico, como en el enfise-
S.A.

Espacio muerto anatómico. Una parte del ma, se acentúan aún más las diferencias entre
ambas ventilaciones, pulmonar y alveolar.
GO MASSON,

volumen después de una inspiración normal que-


da en las vías respiratorias altas (fosas nasales, También se ve afectada la ventilación alveolar,
boca, laringe, tráquea y bronquios y aun en los cuando la relación entre aire corriente y capacidad
170 Semiología médica y técnica exploratoria

funcional residual se altera por aumentar esta últi- la capacidad vital forzada. Si el VEMS es de 41 y
ma. Como se dijo anteriormente, al tratar del au- la CVF de 5 |, el índice es del 80 %.
mento del aire residual en el enfisema, es distinto En las personas normales, varía entre el 75 y
el enriquecimiento en O,, que producen estos 500 el 80 %. Este índice es independiente, en gran
ml de aire corriente si tienen que mezclarse con parte, de los factores torácicos, diafragmáticos,
2.500 ml de capacidad funcional residual, que si pleurales y mediastínicos, pero, en cambio, es in-
tienen que hacerlo con 4.000 ml, por ejemplo. fluido por los trastornos de la elasticidad pulmo-
Con la traqueotomía, se reduce el espacio nar parenquimatosa y permeabilidad bronquial.
muerto, lo que por sí solo mejora la ventilación Cuando este índice es inferior al 55 %, existe un
alveolar, además de que facilita otras medidas te- trastorno enfisematoso. De ahí que la determina.
rapéuticas, como la aspiración de secreciones que ción de este coeficiente pueda sustituir la bús-
encharcan el árbol bronquial y la respiración asis- queda del volumen residual, el cual es de muy
tida a presiones positivas y negativas. delicada obtención.
Las determinaciones de la CVF, VEMS y ven-
Capacidad respiratoria máxima (CRM). tilación máxima (VM) deben ser repetidas des-
Es la cantidad de gas que penetra en los pulmo- pués de aerosoles farmacodinámicos broncodila-
nes cada minuto, mientras el sujeto respira con la tadores o broncoconstrictores. La prueba de la
amplitud y frecuencia máximas de que es capaz. aleudrina es positiva si después de la inhalación
Como es fatigosa para el paciente, se puede de- el VEMS (prueba de Tiffeneau) aumenta, por lo
terminar únicamente durante medio minuto y menos, un 10 %; lo propio podemos decir de la
doblar la cifra obtenida: 80-120 1. Esta polipnea acetilcolina si el VEMS disminuye en igual pro-
artificial representa las posibilidades máximas porción.
del fuelle toracopulmonar. Haciendo inhalar alergenos (polvo, bacterias o
pólenes) observando la respuesta broncoconstric-
Volumen espiratorio máximo segundo tora, se estudia la hipersensibilidad específica del
(VEMS). Prueba de Tiffenean. Consiste en hacer agente causal,
practicar al paciente, después de una inspiración En caso de indicación quirúrgica en un en-
máxima, una espiración forzada tan completa, fermo cuya función global esté disminuida, es
rápida e intensa como sea posible. El trazado se útil medir el reparto de la función entre los dos
registra a gran velocidad y por su mediación se pulmones, merced a la broncoespirometría (méto-
determina el volumen expulsado durante el primer do de Jacobaeus). Utilizando una sonda de do-
segundo. Representa, en la práctica, las posibilida- ble luz se hace un registro separado y simultá-
des ventilatorias del parénquima pulmonar y nco de cada pulmón. En los individuos
bronquios. El valor normal equivale al 75-80 % normales corresponde un 55 % de la función
de la capacidad vital. global al pulmón derecho y el 45 % restante al
Multiplicando el VEMS por 30 (Tiffeneau y Pi- izquierdo.
nelli) o 37 (Agusti), obtenemos de manera indirec-
ta la capacidad respiratoria máxima, tan fatigosa para
el paciente y que se presta a valores erróneos. Clasificación semiológica
de los trastornos
ventilatorios
Principales coeficientes
Por su equivalencia espirográfica, los trastor-
Resultan de la relación mutua entre volúme- nos ventilatorios pueden clasificarse esquemáti-
nes, capacidades y medidas dinámicas. Son los camente en dos grupos:
indicados a continuación:
1. Trastornos por amputación de volumen. La
1. Reserva respiratoria. Es la diferencia entre la disminución de la CVE es el signo esencial. La re-
CRM y la ventilación minuto. La reserva respirato- lación VEMS/CVF permanece normal y la VM
ria es del 92 %. La cifra que se calcula como nor- suele estar bastante bien conservada. Este cuadro
mal oscila entre el 90-96 %. $51 desciende al 70 %, espirográfico de aspecto normal y con valores
el paciente ya tiene sensación subjetiva de disnea. disminuidos ha sido clasificado gráficamente de
2. Índice de Tiffenea (coeficiente de la utiliza- «aspecto de pequeño rápido». Es propio de las li-
ción de la capacidad vital). Relaciona el VEMS con mitaciones parietales, las exéresis y la existencia
Neumología 171

de territorios pulmonares excluidos de la ventila- asemeja al de los «pequeños rápidos». Por el con-
ción (atelectasia). trario, la saturación de oxihemoglobina en la san-
2. Trastornos por lentitud del flujo ventilatorio. El gre está disminuida, primero, por el esfuerzo y
signo mayor lo constituye la disminución de la luego, aun en reposo.
relación VEMS/CVEF. Con gran frecuencia, la CVF La difusión de los gases entre el aire alveolar y
está disminuida y, en mayor proporción, la VM. la sangre capilar está regida, en esencia, por las le-
Este conjunto traduce un defecto difuso de la yes físicas de la solubilidad (fig. 2-88). Depende de:
permeabilidad bronquial (asma, enfisema) o una
estenosis bronquial localizada en un tronco im-
portante. Diferencias entre las presiones
Ni que decir tiene que estos dos tipos de tras- parciales de oxígeno (PO,)
tornos pueden asociarse en grado variable en un y de anhídrido carbónico (PCO,)
mismo paciente. en la sangre venosa mezclada
y en el aire alveolar
EXPLORACIÓN DE LA DIFUSIÓN Se encuentran indicadas en la tabla 2-5, toma-
da de Best y Taylor. Los valores para la sangre
Precisa de la medida de las concentraciones de venosa mezclada (valores medios) son de Wig-
oxígeno y de anhídrido carbónico contenidas en gers (referidos a 760 mm Hg).
la sangre arterial. Se recurre a las arterias femo- En la tabla 2-5, vemos que el O, del aire alve-
ral, humeral o radial. Estas dos últimas tienen la olar (tensión 103 mm Hg) pasa a la sangre venosa
ventaja de permitir la extracción de sangre en el (tensión 40 mm Hg) y eleva la tensión hasta lle-
curso de una prueba de esfuerzo, como pedalear gar a 100 mm Hg en la sangre arterial; a su vez,
sobre una bicicleta ergométrica. La función venti- el CO, de la sangre venosa (45 mm Hg) pasa al
latoria es cualitativamente normal, lo que permi- aire alveolar (40 mm Hg) y queda la sangre arte-
te afirmar que la composición del aire alveolar rial con una tensión de 40 mm Hg, igual al aire
también lo es. El espirograma no se altera o se alveolar.

Alvéolo
ÓN
Volúmenes
CO, 5 %
O, 14%
Tensiones
CO, 40 mm
O, 100 mm
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Capilar pulmonar
Corazón Corazón
derecho Sade) — Presiones (su izquierdo
Diástole 7 mm Hg Diástole 6

CO, 46 mm CO, 40 mm
0, 40 rn ) Tensiones» ( O, 92 mm
Sangre venosa

¡eusye albues

55-60 ») —— Saturaciones — 96 %
oxihemoglobulina
CO, 58 % CO, 50-54 %
O, 14-15 5) Volúmenes» O, 19 %
2
S.A.

Capilar periférico
<Q MASSON,

Fig. 2-88. Esquema de las tensiones parciales y de los volúmenes de O, y CO, en sangre arterial, aire alveolar y
sangre venosa.
172 Semiología médica y técnica exploratoria

Tabla 2-5. Diferencias entre las presiones par- La pared capilar.


ciales de oxígeno (PO,) y de anhídrido carbónico Una pequeña capa de líquido que las separa.

ES
(PCO,) en la sangre venosa y aire alveolar El plasma.
PO, PCO, Las membranas de los hematíes.

mmHg Vol% mmHg Vol%


Superficie y tiempo de contacto
Aire inspirado 158,25 20,94 0,30 0,04
Aire alveolar 103 14,2 40 5,5 La primera es de unos 100 m?, y disminuye
Sangre venosa
tanto en los síndromes de repleción alveolar
mezclada 40 12,5 45 93,0
Sangre arterial 100 19 40 48
(neumonía) como en la destrucción de los tabi-
Aire espirado 116 16,3 28 4 ques alveolares (enfisema). El «tiempo de estan-
cia» de la sangre en los capilares pulmonares os-
cila entre 0,3-0,8 s. Su aumento por lentificación
de la corriente sanguínea no tendrá influencia so-
Llama la atención que el intercambio gaseoso se bre la oxigenación hemática, que nunca puede
efectúe normalmente, a pesar de que la diferencia ser superior a un cierto límite (95 %), según se
de tensiones (los llamados gradientes de tensión) entre deduce de la curva de disociación oxihemoglobí-
la sangre y el aire alveolar es muy distinta para el nica; en cambio, si el tiempo de contacto está
O, y para el CO,. Esto se explica porque el CO, es disminuido (corriente sanguínea rápida), se pro-
mucho más difusible (25 veces más) que el O, y, ducirá un déficit en la saturación de la oxihemo-
por consiguiente, un gradiente de tensión bajo ya es globina sin que afecte el paso de CO, al aire alve-
suficiente para asegurar la difusión. En cambio, el olar, gracias a su gran difusibilidad.
O,, menos difusible, necesita un gradiente más alto. El estudio de la difusión no atañe, en realidad,
Otro hecho que llama la atención es que no más que al O,, ya que la del CO, jamás es pertur-
exista la misma tensión de O, en el aire alveolar bada por razón de su gran solubilidad (fig. 2-89).
(103 mm Hg) y la sangre arterial (100 mm Hg). La determinación del O, de la sangre combi-
Se debe a una pequeña cantidad de sangre veno- nado con la hemoglobina (una cantidad despre-
sa que, normalmente, no penetra en la zona de ciable, no superior al 0,3 ml %), se disuelve en el
los intercambios gaseosos gracias a un cortocir- plasma y, expresada corrientemente como «satu-
cuito anatómico (shunt) entre la circulación dere- ración oxihemoglobínica», se realiza mediante
cha y la izquierda (venas de Tebesio, que desem- aparatos manométricos.
bocan directamente en las cavidades izquierdas; Los valores oxímétricos normales son:
venas bronquiales distales, drenadas por las ve-
nas pulmonares) y la existencia de pequeñas zo- 1. 100 ml de sangre contienen 15 g de hemo-
nas poco o nada ventiladas (por desigualdad de globina.
ventilación) y en las que la circulación es normal. 2. 1 g de hemoglobina se combina con 1,34
Esta contaminación venosa representa, nor- ml de O.,.
malmente, el 5-6 % de la circulación global, lo 3. 100 ml de sangre contendrán (15 x 1,34)
que significa que la sangre de la circulación ma- 20,1 ml de O,; cifra nunca alcanzada, pues, en rea-
yor se compone de un 95 % de sangre arteriali- lidad no es superior a 19,
zada y de un 5 % de sangre venosa. Que es lo mismo que decir que 100 mi de
sangre contienen 19 volúmenes de O,; o sea, que
la sangre arterial contiene 19 volúmenes de O,.
Permeabilidad de la membrana Expresado esto en cifras de saturación, la sangre
alveolocapilar arterial tiene una saturación de 96 %.
En cambio, la sangre venosa contiene 14 volú-
Siendo un factor esencial para la hematosis, menes por 100 ml, que corresponden a un 75 %
comprenderemos la importancia de su alteración. de saturación (tabla 2-6).
Recordemos que comprende: Entre las causas de trastorno de la difusión ci-
taremos el enfisema (hipotensión de 0, alveolar
1. Epitelio alveolar recubierto de una mem- por aumento del aire residual y disminución de
brana hialina y de sustancias que disminuyen la la superficie de contacto) y ciertas enfermedades,
tensión superficial, llamadas «tensoactivas». como la fibrosis intersticial difusa primitiva de
Neumología 173

y difusión alveolares, sino que es necesario que


los alvéolos estén también correctamente perfun-
Inhalación de aire Inhalación de
didos de sangre venosa por oxigenar. Normal-
ambiente al nivel oxígeno al 100 % mente, cuando por el ejercicio físico aumentan
del mar a 3 atmósteras las necesidades de O,, se incrementa la ventila-
ción de los alvéolos y, a su vez, aumenta su per-
fusión, para que la relación ventilación/flujo sea
Sangre de arteriola Sangre de arteriola normal. Esta regulación se establece gracias al
contenido de O,: contenido de O,: «reflejo alveolo-capilar de von Euler», según sea
20 vol % 26 vol %
Hb: 97 % de saturación Hb: 100 % de saturación la tensión de O, alveolar. Cuando ésta aumenta
O, disuelto: 0,3 vol A p disuelto: 6 vol % por hiperventilación, crece paralelamente la per-
fusión alveolar, por abertura y dilatación de los
capilares alveolares. Inversamente, cuando dis-
Captación de oxígeno por las minuye la tensión de oxígeno en los alvéolos,
células de 5 a 6 ml por 100 ml de también se reduce la perfusión en los capilares,
sangre arterial (de 5 a £ vol %)
evitando así que la sangre que regresara de tales
alvéolos mal ventilados estuviera poco oxigenada
y aumentara el porcentaje de mezcla venosa o
cortocircuito venoarterial, que normalmente pasa
Sangre de vénula Sangre de vénula del 5 %, como se indicó anteriormente.
conta, de O,: contenido de O,: Cuando en algún territorio alveolar la perfu-
14 vol% 20 vol % 1
Hb: del 65 al 85 Hb: 100 % de saturación sión es deficiente, en general por esclerosis vascu-
| de saturación O, disuelto: insignificante lar, y la regulación por el «reflejo alveolocapilar de
O, disuelto: insignificante |
von Euler» no es eficaz por esta atrofia vascular, la
ventilación de estos alvéolos no consigue un inter-
Fig. 2-89. Esquema de la difusión del O, a tensión cambio gaseoso correcto, lo que origina un au-
ambiental de 1 y a 3 atmósferas. mento del volumen o espacio muerto fisiológico,
disminuyendo la eficiencia de la ventilación.
Estos trastornos de la perfusión, que estable-
cen la llamada «ventilación con exceso de espa-
Hamman-Rich, la de la enfermedad de Besnier- cio muerto» (excessive dead-space ventilation), se
Boeck-Schaumann, la de la esclerodermia y de exploran analizando el aire alveolar que perma-
los rayos X, la adenomatosis pulmonar, miliares nece rico en oxígeno y pobre en CO,, como
tuberculosas y pocas más por bloqueo alveoloca- consecuencia de no haber podido efectuar el in-
pilar. En este último, la capacidad vital está muy tercambio gaseoso en estos territorios alveola-
disminuida, mientras que la ventilación minuto res bien ventilados y mal perfundidos (en la
conserva un alto valor, lo que la diferencia del sangre arterial hay hipoxia, generalmente con
enfisema. La única causa aguda y reversible del normocapnia o hipercapnia discreta). Esto es
trastorno de difusión es el edema agudo de pul- común en el enfisema organizado, embolia pul-
món. monar aguda y en aquellos procesos en que se
Fotocopiar sin autorización es un delito.

establezca atrofia o esclerosis vascular de la red


pulmonar. Acostumbra ser un proceso orgánico
EXPLORACIÓN DE LA PERFUSIÓN irreversible.

Para una hematosis pulmonar fisiológica, no


sólo es preciso que existan una buena ventilación EXPLORACIÓN DE LA CIRCULACIÓN
Dada la estrecha relación entre respiración y
Tabla 2-6. Valores oximétricos normales circulación, es indispensable el estudio de ciertos
factores circulatorios. Éstos son el débito cardía-
S.A.

O, vol % Saturación OHb co, gasto cardíaco o volumen minuto (cantidad


€ MASSON,

de sangre expulsada por cada ventrículo en un


Sangre arterial 19 96
Sangre venosa 14 75 minuto), y las presiones de la circulación pulmo-
nar obtenidos por cateterismo cardíaco.
174 Semiología médica y técnica exploratoria

Los defectos de la oxigenación de la sangre quiridas cardiovasculares y neumopatías cianó-


por trastorno de la circulación pulmonar secun- ticas y disneizantes.
daria a cardiopatías, se observan por:

1. Reducción del flujo sanguíneo al pulmón. Es- ANGIOGRAFÍA PULMONAR


tenosis pulmonar, embolia pulmonar aguda, car- SELECTIVA
diopatías congénitas con derivación (shunt) dere-
cha-izquierda. Objctiviza el estado de la red vascular en las
2. Aumento del aflujo sanguíneo. Cardiopatías diversas neumopatías. El contraste se inyecta,
congénitas con derivación izquierda-derecha. por medio de un catéter, en una rama secundaria
3. Estasis retrógrada. Como en la estenosis de la arteria pulmonar.
mitral y en la insuficiencia cardíaca, dando lugar En las radiografías seriadas, se ven las rami-
a la insuficiencia respiratoria congestiva con dis- ficaciones de la arteria pulmonar normalmente
minución de la capacidad vital y de la capacidad profusas, en forma de «árbol en verano», con fi-
respiratoria máxima, por disminución del VEMS, nas ramificaciones que presentan una gradual
dado que este estado de ingurgitación vascular disminución de calibre, así como una angula-
no sólo disminuye el volumen alveolar, sino tam- ción obtusa en sus ramificaciones. Si existe es-
bién la elasticidad pulmonar. clerosis vascular, las ramificaciones son esca-
sas, los cambios de diámetros, bruscos y las
En otros casos, los trastornos circulatorios se ramificaciones, en ángulo recto dando, en su
producen en la propia red pulmonar, ya sea por conjunto, un aspecto de «árbol en invierno»,
esclerosis o fibrosis pulmonar (su reducción se deshojado. Entre estos dos aspectos existen fa-
acompaña de hipertensión pulmonar), por corto- ses intermedias.
circuito vascular (que origina territorios sin venti- Esta exploración angiográfica se completa con
lación, pero con circulación normal; la sangre que la obtención de placas, situando el catéter en el
pasa por dicho territorio no se oxigena y se mez- extremo final en que se detiene el catéter, si lo
cla en las venas pulmonares con la sangre oxige- hacemos progresar dentro de la rama arterial pul-
nada que viene de los territorios pulmonares sa- monar, abocando el medio de contraste casi di-
nos bien aireados, produciéndose lo que se llama rectamente en la fase precapilar. La inyección
«mezcla venosa», con el resultado de una sangre debe hacerse lenta y suavemente, para no provo-
con saturación del O, baja y aumento del conte- car roturas vasculares con extravasación del me-
nido en CO,), por hipertensión en la circulación dio de contraste. Las placas obtenidas en estas
capilar pulmonar a causa de hipoventilación al- condiciones (angiocardiografía en cuña o subseg-
veolar. Es un hecho comprobado que la disminu- mentaria) nos muestran la fase precapilar, capilar
ción de oxígeno en los alvéolos eleva la tensión y el retorno venoso.
arterial del círculo menor por encima de 30 mm Hg Asociando la filmación a la angiocardiografía
gracias a un reflejo vasoconstrictor descrito por pulmonar selectiva, se añaden a estos estudios el
Euler. Esta hipertensión es la principal responsa- conocimiento de los factores dinámicos de la ve-
ble del cor pulmonale. En estos casos, se produce locidad de circulación, muy retardados en las fa-
un trastorno de difusión por reducción del tiem- ses finales en los fibroenfisematosos crónicos or-
po de contacto. ganizados, en especial cuando entran en la fase
En los gabinetes de hemodinamia, mediante de descompensación del corazón pulmonar.
el cateterismo cardiopulmonar, se obtienen las ci-
fras tensionales en la arteria y capilar pulmona-
res en reposo y tras esfuerzos (en un principio, GASOMETRÍA
sólo se eleva de manera anormal tras el esfuer-
zO), y las cifras oximétricas a distintos niveles. Con el estudio de los gases O, y CO, en la
Con estos datos y conociendo el consumo de sangre, y de los volúmenes respiratorios por espi-
oxigeno pulmonar y de las tensiones parciales rometría, puede hacerse el diagnóstico diferen-
del O, y CO, en la sangre arterial, es posible cial de los tipos de insuficiencia respiratoria. El
determinar el débito pulmonar y los cortacir- estudio de los gases ha de realizarse no sólo en
cuitos arteriovenosos a distintos niveles utili- condiciones normales, sino también durante la
zando el «principio de Fick»; de ahí su utilidad respiración de oxígeno puro y ejercicio y respira-
en el estudio de las anomalías congénitas y ad- ción de oxígeno al 32-40 %.
Neumología 175

Cuando existe un trastorno de ventilación, la 3 volúmenes % de ácido carbónico, lo que equi-


tensión del CO, en la sangre arterial está aumen- vale a una proporción de 20:1, y aplicando a esta
tada; en cambio, es normal o está disminuida en mezcla la fórmula de Henderson-Hasselbackh re-
el bloqueo alveolocapilar, en el caso de alvéolos sulta:
irrigados y no ventilados y en los cortocircuitos
venoarteriales. CO¿H' (bicarbonatos)
Cuando se aspira O, puro, la saturación pH = pXK + log
oxihemoglobínica se eleva hasta el 99-100 % en CO¿H, (ácido carbónico)
los trastomos de ventilación, en el bloqueo alveo-
locapilar y en la irrigación de alvéolos no ventila- pK es una constante dependiente de la naturaleza
dos. Pero en las derivaciones venoarteriales, no del ácido, cuyo valor en este caso es de 6,1.
se eleva dicha saturación, sino que queda por de- El pH se mantendrá invariado, mientras la relación
bajo del 95 %. entre numerador y denominador sea igual a 20:1,
La saturación oxihemoglobínica se eleva tras pudiendo compensarse el aumento o disminución
el ejercicio y respiración de O, al 32-40 %, en los de uno de sus términos, numerador o denomina-
trastornos de ventilación y en el bloqueo alveolo- dor, aumentando o disminuyendo a su vez el otro
capilar. En los primeros, las cifras oscilan entre término en la proporción necesaria para mantener
el 95-100 %. En el bloqueo llega al 99-100 %; en esta relación de 20:1. Cualquier variación que no
cambio, en la irrigación de alvéolos no ventila- reúna estas condiciones desviará el pH.
dos en la derivación venoarterial (shunt), la sa- Las alteraciones respiratorias pueden tender a
turación oxihemoglobínica queda siempre por la acidosis por retención de CO,, o a la alcalosis
debajo del 95 %. por eliminación excesiva de CO,. En ambos ca-
sos, se afecta inicialmente el denominador de la
ecuación de Henderson-Hasselbach. Las acidosis
EQUILIBRIO ÁCIDO-BÁSICO y alcalosis metabólicas afectan el numerador, y
EN LAS ALTERACIONES de ellas nos ocuparemos en este capítulo.
DE LA FUNCIÓN RESPIRATORIA Como quiera que de la sangre arterial, obteni-
da por punción, se mide el CO, total, e interesa
En el organismo, por los procesos metabóli- expresar el denominador de la fórmula de Hen-
cos, se producen constantemente hidrogeniones, derson-Hasselbach en p (presión) de CO,, si-
y por la alimentación o trastornos metabólicos, guiendo a Rossier puede adaptarse la siguiente
sustancias que tienden a desviar este equilibrio ecuación:
en sentido acidótico o alcalótico.
Para regular el pH, el organismo cuenta con (CO,) total
una serie de sistemas amortiguadores o tampo- H =pK1+log ATI

nes (buffer) en la sangre y líquidos intra y extrace- P P 8 0, 1316
a. PCO,
lulares, estando a cargo de los pulmones y riño-
nes el eliminar el exceso de hidrogeniones en en que pK1 es una nueva constante, y al, el coefi-
caso de acidosis, o retenerlos en la alcalosis. La ciente de solubilidad del CO, en el plasma.
acción reguladora de los sistemas tampones es Con esta fórmula, conociendo el pH de la san-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

muy rápida, actúa en pocos segundos; la regula- gre y su contenido en CO, total, es posible deter-
ción pulmonar mediante la retención o elimina- minar la presión del anhídrido carbónico, PCO,
ción de CO, requiere minutos; la función renal es en mm de Hg, cuyo valor normal es de 40.
mucho más lenta, tarda incluso horas, pero es de El diagrama de Davenport nos da en forma fá-
efecto intenso y definitivo. cil y rápida la PCO, arterial. En sus abscisas figu-
El más importante de los sistemas tampón o ran los valores del pH, y en sus ordenadas, los
buffer del plasma está constituido por el ácido del CO, total en volúmenes por % o en miliequi-
carbónico y el bicarbonato sódico. valentes. La línea tope del plasma normal cruza
El CO, liberado de los tejidos, gracias a la en- en diagonal, y casi perpendicularmente a ésta, las
zima anhidrasa carbónica, se combina con el líneas de los valores de la PCO, arterial. El círcu-
S.A.

H,O para formar el CO,H,, que se une a las ba- lo marca los valores normales.
La sangre para estas determinaciones se ex-
O MASSON,

ses y da bicarbonatos.
Se establece una mezcla tampón con una rela- trae de las arterias humeral o femoral, o por pun-
ción de 60 volúmenes % de bicarbonatos por ción capilar cuando se emplean micrométodos,
176 Semiología médica y técnica exploratoria

menos sensibles pero con grandes ventajas técni- SÍNDROMES RESPIRATORIOS


cas. Se determinan el pH, el CO, total y la satu- MÁS FRECUENTES EN CLÍNICA
ración de O,. Trasladados los valores del pH y
del CO, total al diagrama, nos da la PCO, arterial Son la acidosis respiratoria aguda, las acidosis
y señala gráficamente la situación ácido-básica respiratorias crónicas y la alcalosis respiratoria.
del paciente. Sólo con tal posesión de estos tres Las dos primeras constituyen situaciones funcio-
datos, el CO, total, pH y Sat (saturación) O,, se nales extremas dentro del cuadro clínico de las
puede saber la existencia e intensidad de una insu- insuficiencias respiratorias:
ficiencia respiratoria, grado de hipoxia, hipercap-
nia y equilibrio acido-básico, elementos indispen- 1. Acidosis respiratoria aguda. Se establece en
sables para un correcto diagnóstico y oportunas personas con insuficiencias respiratorias crónicas,
indicaciones teapéuticas. por caída brusca de la función respiratoria, en ge-
La hipoxia con hipercapnia es debida a hipo- neral por fallo de la ventilación alveolar, lo que de-
ventilación alveolar, ya que los trastornos de di- termina una hipoxemia arterial con hipercapnia y
fusión y perfusión pueden originar hipoxia, pero acidosis, precisamente por la retención del CO,.
no hipercapnia por la extrema difusibilidad del Clínicamente, se observa en las agudizaciones
CO,, que permite su correcta eliminación; inclu- de procesos broncopulmonares crónicos, como
so hiperventilaciones no suficientes para provo- bronquitis, enfisema, etc. En un porcentaje muy
car la hipoxemia pueden motivar hipocapnia, bajo, se señala en sujetos sin antecedentes respira-
con sus consecuencias sobre el equilibrio ácido- torios, siempre que, por cualquier motivo, se pre-
básico; estos desequilibrios son más fáciles de sente una limitación extrema de la ventilación pul-
producir cuando se aplican técnicas de respira- monar, ya sea por oclusión incompleta de las vías
ción asistida. respiratorias altas (difteria, edema de la glotis,
La simple determinación de la «reserva alcali- cuerpos extraños), ocupación pulmonar (edema
na» puede corresponder igualmente a una aci- agudo, atelectasias extensas, neumonía o bronco-
dosis respiratoria, por los mecanismos compen- neumonías masivas, neumotórax) o afectación de
sadores renales que luego citaremos, o a una los centros nerviosos (intoxicaciones por narcóti-
alcalosis metabólica, claro está que si aparece en cos, curare, poliomielitis, parálisis nerviosas, etc.).
un paciente con un cuadro de insuficiencia respi- La rápida retención de CO, motiva un descen-
ratoria, pensaremos en una acidosis respiratoria, so del pH (acidosis no compensada) y la estimu-
pero no nos aclarará el estado del equilibrio áci- lación de los centros respiratorios, con aumento
do-básico, ni su intensidad y grado de compensa- de la ventilación pulmonar al hacerse los mo-
ción. vimientos respiratorios amplios y profundos,
En clínica, las alteraciones de la función respi- excepto en el caso de parálisis poliomielítica.
ratoria pueden originar varios cuadros sindrómi- También en el propio pulmón y estructuras vas-
cos, en los que el estudio de los electrólitos y del culares existen funciones reguladoras que au-
equilibrio ácido-básico nos sirve no sólo para el mentan la perfusión y la ventilación de territorios
diagnóstico del cuadro, sino del grado de intensi- de reserva, o el intercambio gaseoso, dando ma-
dad y sentido de la alteración de la función respi- yor eficacia a la relación ventilación-perfusión.
ratoria, así como de las posibles alteraciones se- Cuando a pesar de estos mecanismos compen-
cundarias y su repercusión sobre diversas sadores siguen aumentando la retención del CO,,
homeostasias bioquímicas, a veces derivadas de su acción excitadora sobre cl centro respiratorio
circunstancias especiales de cada enfermo o toma signo contrario, es decir, los inhibe en vez
de origen yatrógeno, fundamentalmente por el de estimularlos, con lo que la respiración y, a su
uso de medicamentos de acción enérgica (diuréti- vez, la ventilación pulmonar disminuyen y se en-
cos, corticoides, etc.) y de las técnicas físicas de tra en un círculo vicioso en que a mayor porcenta-
respiración asistida y oxigenoterapia, con los que je de CO,, menor actividad ventilatoria y, conse-
se puede, con facilidad, inducir a hipocapnias por cuentemente, nuevo aumento de la hipercapnia.
hiperventilación o a la disminución de reflejos, En esta situación, el análisis de la sangre seña-
cuyas consecuencias a veces aclaramos con los la aumento de la presión parcial del CO, (hipet-
datos de estos análisis del equilibrio electrolítico capnia), disminución de la presión parcial del O,
y del estado ácido-básico; su estudio debe formar (hipoxemia), disminución del pH (acidosis no
parte indiscutible de la exploración de la función compensada), ligera elevación de la reserva alca-
respiratoria. lina (aumento de bicarbonatos), aumento de K*
Neumología 177

(hipercaliemia) y ligera disminución de CI (hipo- pecial la concentración de NH**, y también de la


cloremia)'”. acidez titulable. La resorción de bicarbonatos
El sistema nervioso refleja estos profundos tiende a establecer una acidosis metabólica de
cambios, con obnubilación de la conciencia, y compensación, de tal forma que el incremento
después de una fase de excitación, se inicia un de los bicarbonatos plasmáticos suele restablecer,
precoma y, finalmente, coma acidótico, a veces a pesar del aumento de CO¿H,, una relación de
rápidamente mortal. 20:1 en la ecuación de Henderson-Hasselbach y
2. Acidosis respiratoria crónica. Se observa en se recupera así un pH normal (acidosis compen-
algunas enfermedades, como el enfisema pulmo- sada). Esto supone un aumento de la reserva al-
nar. La alteración de la ventilación alveolar da lu- calina, y por la aumentada excreción de los clo-
gar a hipoxemia con hipercapnia, pero, dado que ruros desciende la concentración sérica de CI
esta situación se establece con lentitud, permite (acidosis hipoclorémica).
la puesta en marcha de los mecanismos de com- En general, los equilibrios obtenidos ño alcan-
pensación pulmonares y renales, evitando altos zan una perfecta normalidad, sino una anormali-
porcentajes de retención de CO, y sus desviacio- dad tolerable, y esto explica la posibilidad de si-
nes extremas del pH. tuaciones crónicas con ligera retención de CO,,
La compensación pulmonar se realiza por in- cierto grado de hipoxemia y un pH discretamen-
termedio de la estimulación de los centros respi- te ácido. Lo característico de estas situaciones,
ratorios, y de los factores vasculopulmonares so- que se califican de estadios de compensación incom-
bre la ventilación y perfusión regionales. plera, es su inestabilidad, pues a estos valores, no
La hipercapnia persistente embota la sensibili- bien normales, se une el haberse consumido en
dad de los centros respiratorios (que apenas res- gran parte los tampones plasmáticos y aumen-
ponden a los nuevos aumentos de CO,), y ad- tando al máximo la excreción de acidez urinaria.
quiere importancia su estimulación a cargo de los Y aunque estas situaciones, de hecho, se mantie-
quimiorreceptores del seno carotídeo y aórtico, nen incluso años, cualquier modificación que
glomos yugular y de la pared de la arteria pulmo- empeore la ventilación (de causa broncopulmo-
nar, que responden, en parte, a las variaciones de nar o por inhibición de los centros) puede abocar
pH y de PCO,, pero principalmente al déficit de a la descompensación y al coma acidótico.
PO,, lo que establece en ocasiones situaciones Clínicamente, en estos enfermos se presenta
clínicas en que la actividad de los centros nervio- una semiología frustrada del cuadro acidótico y
sos respiratorios se mantiene principalmente por están somnolientos (a lo que ayuda también su
este mecanismo, lo que equivale a estar supedita- hiperglobulia), disneicos y cianóticos, pero en
dos más al grado de hipoxemia que al de hiper forma bien tolerada en reposo. Sus molestias van
capnia. siempre ligadas al esfuerzo.
La compensación renal, muy intensa, aumen- 3. Alcalosis respiratoria. En la mayoría de los
ta la resorción de bicarbonatos y la eliminación casos, la alcalosis respiratoria es debida a una hi-
por la orina de sales ácidas, que aumenta en es- perventilación con pérdida excesiva de CO,. En
clínica, tiene mucha menos importancia que las
acidosis, y así vemos alguna hiperventilación psi-
cógena, en el coma hepático por excitación de
Fotocopiar sin autorización es un delita.

ISLos iones H* en exceso, por su gran difusibilidad, pene-


tran en el interior de las células, donde son captados por los sis- los centros respiratorios por la retención amonia-
temas tampones intracelulares (proteínas, fosfatos, etc.). Esta cal, en algunas intoxicaciones, y lesiones cerebra-
entrada, para mantenerse la electroneutralidad, requiere la sali- les; pero las formas que van cobrando importan-
da de otros cationes (Na*, K*) y la entrada de aniones (Cl). La cia son las provocadas por los distintos medios
salida del Na” intracelular afecta poco el porcentaje del mismo
en el líquido extracelular (140 m£Eq/l), pero no asi el del K*, de respiración asistida en los que es fácil provo-
cuya concentración normal es baja (4 mEq/l), originándose una car una ventilación excesiva.
hipercaliemia con sus consecuencias clínicas (trastornos del rit- En estos casos, al descender la concentración
mo cardíaco, fibrilación ventricular, paro cardíaco). También del CO¿H, arterial, disminuye el cociente de la
en las acidosis, se ve disminuida la secreción renal del K*, por
lo que aumenta más su retención. La citada desviación de los fórmula de Henderson-Hasselbach, por lo que el
cloruros inicia la presentación de hipocloremia que va acen- pH aumenta y se hace alcalino; esta desviación
S.A.

tuándose al ponerse en marcha la compensación renal que tien- tiende a compensarse rápidamente mediante los
de a un aumento de su excreción. Así queda como una de las sistemas amortiguadores plasmáticos, extracelu-
O MASSON,

características de la acidosis respiratoria el acompañarse de hi-


poduremia, en oposición a las acidosis merabólicas, que suelen
lares e intracelulares, en forma inversa a como lo
ser hiperclorémicas. hacían en la acidez.
178 Semiología médica y técnica exploratoria

La compensación respiratoria se basa en la in- durante la primera ocasión en que un neumópata


hibición de los centros respiratorios por la hipo- es visitado por el especialista; y para seguir el
capnia, provocando disminuciones de la ventila- progreso de un cierto tratamiento, por medio de
ción y aun apneas transitorias. determinaciones seriadas de aquellas pruebas
La compensación renal tiende a la eliminación funcionales pulmonares que reflejarán más exac-
de hidrogeniones para rebajar el bicarbonato tamente las anormalidades fisiológicas en trata-
plasmático, disminuye la eliminación de cloro y miento.
la cloremia aumenta, con lo que aparece la carac- La selección de las pruebas funcionales pul-
terística «alcalosis hipoclorémica», que la diferen- monares variará de acuerdo con la patología fun-
cia de las alcalosis metabólicas, que son hiperclo- cional de la enfermedad subyacente.
rémicas. : A continuación se describen tres breves ejemn-
De forma ocasional, pueden aparecer alcalosis plos de este tipo de decisión:
con hipercapnia o «alcalosis paradójicas», en las
que hay que admitir la unión de una acidosis res- 1. Enel asma bronquial. El uso de corticoides
piratoria y una alcalosis metabólica, está indicado, ocasionalmente, debido a la natu-
En forma transitoria, pueden aparecer alcalo- raleza grave y persistente de la enfermedad; por
sis cuando, por medidas terapéuticas intensas, se otra parte, es imperativo mantener la dosis de es-
logre en una acidosis respiratoria eliminar rápida- teroides a un nivel mínimo efectivo para así dis-
mente el exceso de CO, por mejoría brusca de la minuir los efectos secundarios a su uso.
ventilación, y como sea que ese mecanismo res- Un método para lograr este resultado consiste
piratorio, dada la gran difusibilidad de este gas, en administrar durante un período de control,
puede lograrse en unos minutos, entonces queda que puede durar más o menos una semana, una
en el plasma el exceso de bicarbonato que se dosis de 20 mg de prednisona al día, y medir el
acumuló para compensar la relación de la ecua- VEMS diariamente. A continuación, se sustituye
ción de Henderson-Hasselbach, y como su elimi- la prednisona por un placebo, y se sigue midien-
nación se hace por compensación renal y ésta es do el VEMS diariamente para determinar la dura-
mucho más lenta, se explica la existencia de estas ción del efecto prednisónico. De esta forma, es
fases alcalóticas. posible decidir si se consigue un control adecua-
do del broncospasmo con dosis intermitentes de
prednisona, o si es preciso continuar con dosis
UTILIDAD PRÁCTICA diarias.
DE LAS PRUEBAS FUNCIONALES 2. En la sarcoidosis y en otras neumopatías ca-
PULMONARES racterizadas por fibrosis pulmonar difusa. Algunas
veces, es necesario determinar si el tratamiento
En la clínica práctica ordinaria, las pruebas de esteroide es efectivo para contener el avance de
función pulmonar pueden utilizarse de dos for- la enfermedad. En tales condiciones, los volú-
mas: menes pulmonares, y especialmente la capaci-
dad vital, están característicamente disminui-
1. Para obtener un valor cuantitativo de una dos. Tras obtener una determinación inicial del
alteración funcional, que es fácil de reconocer valor de estas pruebas, puede iniciarse el trata-
por medios clínicos. miento corticosteroide. Nuevas determinacio-
2. Menos frecuentemente, como prueba auxi- nes a los 3-6 meses de iniciado el tratamiento
liar para el diagnóstico de ciertas neumopatías. mostrarán el efecto de la terapia sobre el pro-
greso de la enfermedad, y si hay necesidad o no
de continuar, y posiblemente de variar el trata-
Evaluación cuantitativa miento.
3. En la insuficiencia respiratoria debida a obs-
En el tratamiento médico, estas pruebas pue- trucción de las vías respiratorias. El paciente sufre
den ser de utilidad para seguir el progreso clínico hipoxia y retención crónica de dióxido de car-
de pacientes afectos de neumopatías crónicas, ta- bono (CO,). Una corrección indiscriminada de
les como asma bronquial y otras obstrucciones la hipoxia por medio de mezclas de gases cada
crónicas (enfermedad pulmonar obstructiva cró- vez más ricas en oxígeno puede causar hipo-
nica [EPOC])) de las vías respiratorias; para deter- ventilación y, con ello, un indeseable incremen-
minar el estado básico de la función respiratoria to de la cantidad de CO, retenido (muchos de
Neumología 179

estos pacientes tienen su centro respiratorio a) La inhabilidad de realizar un ejercicio físi-


condicionado a responder al estímulo de la hi- co simple.
poxia, y no a un incremento de la hipercapnia, b) Un VEMS inferior a un 40 % del prees-
como sería lo normal). Para evitar que se pro- timado, de acuerdo con la altura y peso del pa-
duzca una hipercapnia peligrosa es necesario ciente.
medir la tensión parcial del CO, en la sangre ¿) Una tensión parcial del CO, (PCO,) en la
arterial (PCO,) antes de iniciar el tratamiento sangre arterial de más de 50 mm Hg.
con la mezcla de aire enriquecido con oxígeno,
y luego repetir estas mediciones a intervalos de Cuando la intervención quirúrgica es absolu-
12 h. tamente imprescindible, a pesar de una deficien-
Si la determinación de la PCO, nos indica que cia pulmonar grave, deberá realizarse tras prepa-
se está produciendo una retención excesiva de rar al paciente con fisioterapia, antibióticos y
dióxido de carbono, será entonces preciso dismi- broncodilatadores, para conseguir una función
nuir la concentración de oxígeno de la mezcla de pulmonar máxima. Durante el período postope-
gas inspirado (tabla 2-5). ratorio, mediciones seriadas de la PO, y de la
En el tratamiento quirúrgico, a menudo es difícil PCO, en la sangre arterial serán de gran valor
decidir si un paciente afecto de una neumopatía para darnos la voz de alarma en caso de que se
crónica puede tolerar o no cierta intervención produjera una insuficiencia respiratoria aguda.
quirúrgica electiva. El peligro consiste en la posi-
bilidad de que se produzca una insuficiencia res-
piratoria en el período postoperatorio, precipita- Pruebas auxiliares diagnósticas
da por la combinación de infección pulmonar,
atelectasia e hipoventilación alveolar. En tales ca- En ocasiones, al estudiar un cierto paciente
sos es importante conocer el grado de actividad con disnea, puede darse el caso de que, a pesar
física que el paciente puede tolerar antes de su de múltiples exámenes clínicos y radiográficos, el
intervención quirúrgica, y para ello puede bastar diagnóstico exacto resulte todavía algo nebuloso.
con someterlo a un procedimiento tan simple En tales casos, el estudio de un conjunto de prue-
como realizar un mínimo ejercicio físico. Con bas funcionales respiratorias puede ayudarnos a
ello, no es posible establecer un criterio estricto dilucidar su verdadero carácter (tabla 2-7).
para decidir si un paciente podrá o no tolerar un Al proceder de esta forma, una anormalidad
cierto procedimiento quirúrgico, pero la combi- en una de las pruebas de la función pulmonar ad-
nación de los factores siguientes puede ser razón quiere un significado adicional cuando se en-
suficiente para contraindicar una intervención cuentra concomitantemente con otra anormali-
quirúrgica: dad funcional.

Tabla 2-7. Correlación de pruebas funcionales entre dos tipos habituales de neumopatías

Prueba funcional Neumopatía obstructiva Neumopatía restrictiva


Fotocopiar sin autorización es un delito.

1) Volúmenes pulmonares Capacidad total y capacidad vital Reducidos


normal o incrementadas; volu-
men residual incrementado debi-
do a hiperinsuflación pulmonar
2) Ventilación espiratoria VEMS y VEMS/CVEx100 (índice de VEMS: reducido. VEMS/CVEx100:
Tiffeneau) reducidos. Ventilación normal. Ventilación máxima: nor-
máxima: reducida mal o reducida
3) Resistencia respiratoria Reducida Normal
4) Elasticidad pulmonar Normal o incrementada Disminuida
5) Distribución de la ventilación Deficiente Deficiente
6) O, arterial PO, y saturación reducidas Normal en reposo; muy reducidas
tras ejercicio físico
S.A.

7) CO, arterial PCO, normal o incrementada PCO, normal o reducida


O MASSON,

8) pH arterial Decrecido durante las crisis Normal


9) Pruebas de difusión Normal o reducidas Muy reducidas
180 Semiología médica y técnica exploratoria

ME SEMIOLOGÍA APLICADA movimientos del enfermo son signo cierto de de-


rrame libre, no tabicado. Por encima del derrame
La reunión de los síntomas funcionales, físicos se obtiene un sonido timpánico.
y radiológicos, que se recogen al explorar los en- d) Auscultación. Abolición del murmullo vesi-
fermos del aparato respiratorio, sirve para esta- cular. Soplo pleural, cuyas características depen-
blecer unos grandes cuadros sindrómicos cuya den del estado del pulmón subyacente. Los frotes
utilidad clínica es incuestionable. No tienen sig- pleurales, caso de existir, sólo se perciben en su
nificación etiológica, pero orientan sobre las con- límite superior; es más frecuente que precedan y
diciones físicas en que se encuentra el parénqui- sucedan al derrame.
ma pulmonar (condensación, rarefacción, etc.) o
la cavidad pleural (derrame, neumotórax). Su es- 3. Examen radiológico. Da lugar a una sombra
tudio conduce con facilidad desde la anamnesis y homogénea limitada al seno costal, con menor
la exploración hasta el diagnóstico. movilidad del diafragma en los derrames de me-
nor cuantía; en los medianos, la opacidad, más
intensa en la base, tiene un límite superior cónca-
DERRAME PLEURAL vo hacia arriba y afuera; en los grandes derrames,
la sombra densa alcanza todo el hemitórax.
Puede ser libre en la gran cavidad o enquista- 4. Punción pleural*. Afirma la presencia del
do; inflamatorio (pleuritis) o mecánico (hidrotó- derrame y orienta sobre su naturaleza.
rax). Al resorberse puede dejar engrosamientos
pleurales (paquipleuritis).

Ante un derrame pleural confirmado, es útil precisar su


Derrame libre cuantía, evolución (aumento, regresión, estado estacionario) y
en la gran cavidad naturaleza. Para el primer extremo, nos valemos de signos fun-
cionales indirectos (disnea, taquicardia, cianosis de las partes
distales), de la estimación del límite superior de la matidez y de
Precisa tener cierto volumen (más de 400 ml la distopia de los distintos órganos toracoabdominales vecinos,
en los adultos y de 120 ml en los niños) para ma- descenso del hígado y desplazamiento del corazón hacia la iz-
quierda en los grandes derrames de la pleura derecha; de la
nifestarse:
punta del corazón hacia la derecha con matidez del espacio de
Traube en los del lado izquierdo.
1. Síntomas funcionales. Son menos patentes Al resorberse el derrame (ocurre lo contrario cuando éste
en el hidrotórax. Consisten en dolor tenaz que crece) disminuyen la disnea, taquicardia y cianosis; desciende
él límite superior de la matidez, al mismo tiempo que se aclara,
aumenta en las inspiraciones profundas con irra-
se normalizan los signos auscultatorios, con la eventual presen-
diación basal, submamelonar o escapular; tos cia de frotes, y retornan a su lugar habitual los órganos despla-
breve, seca, quintosa, despertada por los cambios zados y la sonoridad del espacio de Traube. El signo más segu-
de posición; y disnea de intensidad proporcional ro es la disminución progresiva del perímetro torácico.
La naturaleza del derrame es precisada por el examen físi-
al volumen de la colección líquida y que obliga a
co, químico y bacteriológico del líquido obtenido por punción.
veces, para ser soportada, a un decúbito forzado. En ocasiones, se plantea la duda, en sujetos con ascitis, de
2. Examen clínico. si la matidez de la base del pulmón se debe a una verdadera co-
lección pleural o al líquido peritoneal que eleva el diafragma
(seudohidrotórax), cosa posible en derrames incluso de poca
a) Inspección. Abormmbamiento del hemitórax
cuantía, debido a las especiales condiciones de repartición de
afecto, con desviación del esternón hacia el lado los líquidos en la cavidad peritoneal.

opuesto y disminución de la movilidad respirato- Valoraremos los siguientes signos:


ria. 1. El seudohidrotórax ascítico asienta más en el lado de-
b) Palpación. Vibraciones abolidas o muy recho; rara vez es bilateral.
disminuidas. 2. Zona de matidez basal, que disminuye con rapidez al
adoptar el enfermo la posición genupectoral; el verdadero de-
c) Percusión. Matidez intensa (hídrica), dato
rrame pleural lo hace en grado mínimo y con lentitud.
de valor estimable, superior incluso, para los de- 3. La auscultación permite percibir el murmullo vesicular
rrames pequeños, a la radiología. Su límite supe- en plena zona mate, lo que no ocurre en el verdadero derrame
rior es horizontal en los derrames pequeños; pa- pleural. La certeza se obtiene puncionando la pleura e insuflan-
do aire o 1 ml de una solución de azul de metileno al 1:100; la
rabólico, con vértice en la axila (línea de
radioscopia demostrará, en el primer caso, el asiento supra o
Demoiseau), en los medianos; en los muy abun- infradiafragmático del aire; así como la punción exploradora
dantes, la matidez alcanza todo el hemitórax. abdominal la presencia, en el segundo caso, de un líquido ascí-
Los desplazamientos de la zona mate con los tico coloreado.
Neumología 181

Derrames enquistados bronquiectasias del lóbulo inferior, por acompa-


ñarse estas últimas de reacciones esclerosas de la
Son debidos a que la colección líquida queda pleura mediastínica.
encerrada en una celda formada por las adheren-
cias de las hojas pleurales. Los síntomas fun- 3. Derrame enquistado interlobar o cisural. La
cionales, en relación con su topografía, y físicos presencia de derrames en las pleuras cisurales
presuponen su existencia, la cual debe ser confir- (pleuritis interlobular) provoca síntomas genera-
mada por el examen radiológico, de valor inesti- les y funcionales parecidos a los de la pleuresía
mable. de la gran cavidad. Es típica la matidez «suspen-
dida en franja» más o menos horizontal en la re-
1. Derrame enquistado diafragmático. Motiva gión de las cisuras, especialmente manifiesta en
dolor basal o del tipo de irritación frénica con la axila. Al principio, sólo se percibe una zona
irradiación alta y puntos de Guéneau de Mussy transversal de frotes o crepitaciones al final de la
dolorosos a la presión, disnea más o menos in- inspiración; luego, se van haciendo cada vez más
tensa y dolorosa, tos e hipo. Se aprecian dismi- patentes la matidez y los demás signos de derra-
nución de la movilidad respiratoria del diafragma me.
con la «maniobra de Litten», matidez basal (si el En la radiografía anteroposterior, el derrame
derrame es copioso), como si los límites pulmo- de la gran cisura (de disposición casi fruntal) da
nares estuviesen elevados (no se modifica con la una sombra poco densa que respeta el tercio su-
inspiración profunda), y a veces roces pleurales. perior del campo pulmonar y el seno costodia-
Por los rayos X, se observa la inmovilidad dia- fragmático.
fragmática y una sombra encima de éste, de bor- La radiografía de perfil muestra una imagen
de superior convexo en forma de vidrio de reloj; en forma de huso o lente biconvexa. Las demás
cuando el derrame se localiza en el seno costo- cisuras sólo ofrecen imágenes típicas en las pro-
diafragmático posterior, se debe explorar al en- yecciones transversal u oblicua.
fermo en varias proyecciones y con rayos Obli- 4. Derrame enquistado subcostal. Las pleuritia
cuos. La tomografía axial computarizada (TAC) enquistadas de la gran cavidad pueden ser apica-
es de gran ayuda para la localización del derrame les, axilares, basales o múltiples (caso de pleuritis
y planear su tratamiento. tabicada), y se presentan después de la resorción
2. Derrame enquistado mediastínico. Raro, pue- de una pleuritis libre de la gran cavidad o de un
de ser anterior, a los lados del corazón por delan- neumotórax.
te del ligamento triangular, o posterior, a nivel Su imagen radiológica es la de una sombra
del mediastino posterior. Á veces es asintomáti- bien limitada, adosada a la pared costal en todas
co (hallazgo radiológico) o determina un síndro las proyecciones en que se examine, lo que la di-
me mediastínico, anterior o posterior según su ferencia de los procesos pulmonares. Las supura-
localización, o un cuadro poco preciso: das pueden drenar en los bronquios, caso en el
cual aparece en la imagen radiográfica un nivel
a) Derrame mediastínico anterior. La percusión horizontal líquido, con posible confusión con el
descubre una zona mate a la derecha del ester- absceso pulmonar.
nón (casi siempre son de este lado), con disminu-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

ción del murmullo vesicular; a los rayos X, apare-


ce una sombra en forma de banda adosada a la ENGROSAMIENTO PLEURAL
silueta cardíaca; cuando el derrame es abundan-
te, tiende a localizarse en sus partes bajas, y la El consecutivo a una pleuritis de la gran cavi-
imagen adopta una forma triangular, muy difícil dad motiva retracción torácica en el punto
de distinguir de la pericarditis. correspondiente, con movilidad respiratoria con-
b) Derrame mediastínico posterior. La percusión servada, vibraciones disminuidas o abolidas y
descubre una banda de matidez de forma trian- submatidez o matidez. El murmullo vesicular es
gular adosada a la columna vertebral, que corres- débil y en contraste con la gran amplitud de los
ponde a una sombra radiológica de igual topo- movimientos respiratorios (respiración discor-
S.A.

grafía, con los catetos adosados a la columna dante de las grandes sínfisis), pudiéndose percibir
vertebral y diafragma, y la hipotenusa libre lin- algún frote o crepitación subpleural.
O MASSON,

dando con la claridad pulmonar; es la llamativa A los rayos X se aprecian retracción costal a
imagen paramediastínica, igual a la debida a las menudo de los órganos mediastínicos y de la trá-
182 Semiología médica y técnica exploratoria

quea, y una sombra que va desde un tenue velo a 2. Síntomas físicos:


una opacidad absoluta, con ocupación del seno
costal y ondulaciones o dentellados del perfil dia- a) Inspección. Abombamiento y disminución
fragmático. de la movilidad respiratoria en el lado correspon-
El engrosamiento uniforme de la pleura puede diente.
observarse como una línea paralela al límite lateral b) Palpación. Vibraciones abolidas.
del tórax, formado por las curvas costales como e) Percusión. Sonoridad timpánica, tanto má-
una lámina pegada a ellas (pleuritis marginal). yor cuanto menor sea la tensión del gas; si ésta
La imagen residual de una pleuritis enquistada es considerable, se vbtiene un sonido mate (seu-
del vértice es el «casquete apical», que se mani- domatidez de Besnier).
fiesta como una sombra que recubre todo el d) Auscultación. Abolición del murmullo vesi-
campo pulmonar situado por encima de la claví- cular, ocasionalmente «signo de Hamman» (ruido
cula y cuyo borde inferior llega hasta debajo del de «crujido» sobre el corazón) y síndrome anforo-
arco de la II costilla. metálico, integrado por soplo de timbre anfórico,
La de una pleuritis interlobular es una imagen con resonancia peculiar de la voz, de la tos, y de to-
lineal de cisuritis; si se trata de la cisura media dos los ruidos producidos en el pulmón colapsado
derecha (la más frecuente), el engrosamiento o durante la deglución esofágica, y además, retintín
reaccional se manifiesta por una línea transver- metálico y positividad del signo de Trousseau.
sal, a veces perfectamente horizontal, que cruza
la claridad pulmonar a nivel de la IV costilla por 3. Radiología. Señala si el neumotórax es total
delante. (con el muñón pulmonar adosado al mediastino) o
En la pleuritis diafragmática, se observan, parcial, uni o bilateral, puro o con líquido (opaci-
como en las de la gran cavidad, adherencias de dad de nivel horizontal y movible al desplazar el
los senos, deformidades (ondulaciones, dentella- tórax en la parte declive del derrame gaseoso).
dos) del perfil del diafragma, cuya movilidad se 4. Exploración manométrica. Nos orienta sobre
encuentra comprometida; y en las mediastínicas, la presión intrapleural.
imágenes dentelladas hiliares, ocupación del
_seno cardiofrénico o persistencia del triángulo
basal paramediastínico. De nuevo, la TAC es de- CONDENSACIONES PULMONARES
cisiva en el diagnóstico.
Cabe diferenciar las condensaciones retrácti-
les de las que no lo son.
NEUMOTÓRAX Las primeras, designadas atelectasias, dan
como signos directos la disminución de la super-
La presencia de aire en la cavidad pleural pue- ficie normal de proyección del territorio patoló-
de obedecer a fines diagnósticos, terapéuticos, O gico, con bordes precisos, teóricamente cóncavos
ser traumática o espontánea, por rotura de una ve- en la pleura libre y rectilíneos en la pleura sinfisa-
sícula de enfisema subpleural o fistulización de un da; entre los signos indirectos, citaremos la atrac-
foco tuberculoso o no cortical. Puede ocupar toda ción de órganos vecinos (pinzamiento costal, as-
la cavidad pleural o una zona limitada por adhe- censión diafragmática, desviación traqueal y
rencias (enfisema parcial o localizado) y ser puro o mediastínica), con distensión de las partes veci-
ir acompañado de líquido seroso, purulento o he- nas sanas (con hiperclaridad); si la atelectasia es
mático (hidro, pio o hemoneumotórax). extensa y el mediastino movible, se observan los
movimientos pendulares de este último con
atracción inspiratoria hacia la zona afectada (sig-
Neumotórax espontáneo no de Holzknecht-Jacobson).
Las condensaciones no retráctiles (focos tu-
En él, encontramos: morales, neumónicos) no alteran el tamaño del
territorio afecto; no existe retracción de órganos
1. Síntomas funcionales. Dolor (98 %), por lo vecinos, ni atracción del mediastino durante la
común descrito como «agudo» o «cortante». Dis- inspiración:
nea (82 %), se relaciona con la estabilidad del
mediastino y con la reserva pulmonar del pacien- 1. Síntomas funcionales. Polipnea y cianosis
te. Tos, quintosa y dolorosa. en relación con el número de alvéolos afectados,
Neumología 183

y con la reducción del campo pulmonar; dolor, si tálico (raro). Pectoriloquia o voz cavernosa, a ve-
la masa es periférica y afecta la pleura (foco neu- ces con resonancia metálica (metalofonía).
mónico, atelectasia aguda y extensa, etc.), tos y
expectoración. 3. Examen radiológico. Sombra uniforme, más
2. Síntomas físicos: clara en el centro en las cavernas en formación;
imagen anular con nivel líquido o sin él, y a ve-
a) Inspección. Movilidad respiratoria dismi- ces bronquio de drenaje.
nuida, con retracción del hemitórax o segmento Con frecuencia, el síndrome cavitario se redu-
torácico afecto o sin ella. ce a una zona muy localizada de matidez, exage-
b) Palpación. Vibraciones aumentadas (ex- ración de vibraciones vocales y estertores húme-
cepto en la atelectasia por oclusión bronquial, en dos; estos signos se relacionan con la condensa-
que están abolidas). ción pericavitaria. Los rayos X confirman el diag-
e) Percusión. Sonoridad disminuida o ma- nóstico.
tidez.
d) Auscultación. Murmullo vesicular abolido.
Estertores crepitantes. Soplo tubárico. Broncofo- ENFISEMA
nía y pectoriloquia áfona, de intensidad tanto
mayor cuanto más denso y amplio es el bloque 1. Síntomas funcionales. Disnea, primero, de
de tejido indurado. esfuerzo; luego, continua, llegando a confinar al
3. Examen radiológico. Demuestra una opaci- sujeto a una inmovilidad casi absoluta; la tos y la
dad más o menos densa y extensa, de límites habi- expectoración no son signos de enfisema, pero
tualmente precisos que se confunden con los co- revelan la bronquitis asociada.
rrespondientes a los segmentos o lóbulos afectos. 2. Síntomas físicos:
4. Punción pleural. Es negativa; en los raros
casos en que existe líquido en la pleura; éste al- a) Inspección. Agrandamiento global del tó-
canza un nivel alto al percutir, aunque su cuantía rax, sobre todo en las partes altas, con cifosis
sea exigua; esto se debe a que el pulmón no se dorsal y curvatura anormal del esternón. Respira-
deja comprimir (pulmón flotante). ción rápida y muy superficial, con tensión de los
músculos respiratorios secundarios y tiraje su-
prasternal y clavicular, y a veces intercostal, con
CAVIDAD PULMONAR ascenso del plastrón esternocostal a la inspira-
ción. A la espiración [orzada sigue una precipita-
Sea cual fuere su causa (tuberculosa, absceso, da inspiración.
tumor necrosado, etc.) motiva un cuadro (síndro- b) Palpación. Vibraciones vocales disminui-
me cavitario) que depende del tamaño, topogra- das. Difícil percepción del choque de la punta
fía y estado físico del parénquima que rodea la cardíaca.
cavidad: e) Percusión. Hipersonoridad global, a veces
con un timbre especial (en caja de cartón). De-
l. Síntomas funcionales. “Tos y expectoración, saparición o gran reducción de la matidez car-
más acentuada en ciertos decúbitos; son signifi- díaca.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

cativos los esputos numulares. d) Auscultación. Disminución del murmullo


2. Síntomas físicos: vesicular con sibilancias espiratorias. El grado de
gravedad del enfisema obstructivo se obtiene
a) Inspección. Retracción y disminución de la comparando la intensidad del murmullo vesicu-
movilidad respiratoria (en relación con el foco de lar y sibilancias espiratorias en las respiraciones
condensación del parénquima donde se fraguan); normal y forzada; si en esta última no aumentan
si son profundas, el examen visual es negativo. ambos, cabe pensar que existe una falta de venti-
b) Palpación. Vibraciones aumentadas. lación alveolar (fig. 2-90).
c) Percusión. Sonoridad disminuida; si la ca-
verna es muy grande y periférica; timpanismo 3. Examen radiológico. Hiperclaridad de los
S.A.

que varía en los cambios de posición. campos pulmonares con rarefacción aparente de
O MASSON,

d) Auscultación. Murmullo vesicular abolido. la trama vascular, en contraste, a veces, con las
Soplo tubocavitario, cavitario o anfórico. Esterto- gruesas arterias pulmonares. Horizontalidad del
res cavernosos y gorgoteo cavitario. Retintín me- diafragma y de las costillas, con aumento del diá-
ao A)
184 Semiología médica y técnica exploratoria
Ruido respiratorio
En reposo Respiración forzada

Normal

Bronquitis

Entisema
<<N WWW
ANY
destructivo

Fig. 2-90. Diagnóstico diferencial de la bronquitis crónica, con y sin enfisema destructivo, mediante la ausculta-
ción

metro vertical; el anteroposterior también lo está, más frecuentes (41,4 %) y en relación con la
por la cifosis dorsal y por la curvatura anormal compresión del árbol traqueal y, aunque en me-
del esternón. Disminución de amplitud de los nor grado, del propio parénquima pulmonar.
movimientos costodiafragmáticos, evidenciada El síntoma más frecuente es la tos seca, irrita-
por clisés en inspiración y espiración forzadas, de tiva, a veces quintosa, que en ocasiones se acom-
frente y de perfil, en esta última proyección, en paña de disnea accesional o de esfuerzo, a veces
espiración forzada, el tórax se oscurece por com- postural, y que puede acompañarse de cianosis.
pleto en los sujetos normales. La compresión traqueal origina un tipo de disnea
4. Examen funcional Aumento del volumen inspiratoria muy característica, con cornage y tira-
residual, con trastorno ventilatorio obstructivo. je; y la traqueobronquial, cuadros de bronquitis
Son útiles la angioneumografía (reducción del le- uni O bilaterales, por fenómenos de retención o
cho vascular pulmonar), el cateterismo cardíaco bloqueo de los esputos, así como neumonías re-
(tensión arterial aumentada, que contrasta con cidivantes o crónicas.
una presión capilar pulmonar casi normal La compresión vascular en el área venosa se
y elevación del gradiente arteriocapilar), y el elec- observa con mayor frecuencia en los tumores del
trocardiograma (sobrecarga ventricular derecha). mediastino anterior y medio, en su estrato supe-
rior. En su grado máximo, motiva el síndrome de
la vena cava superior, con edema en esclavina
SÍNDROME MEDIASTÍNICO (cara, cuello, parte superior del tórax, ambos bra-
zos) o limitado a cara y cuello, y cianosis de la
El síndrome mediastínico se observa en pro- cara, cuello, miembros superiores o sólo de los
cesos tumorales malignos (70-80 %) o benignos labios y extremidades de los dedos de las manos,
(7 %), cardiovasculares (pericarditis, aneurisma y circulación colateral venosa. La estasis cefálica
aórtico) e inflamatorios, difusos agudos o cróni- es causa de somnolencia diurna, cefalea, vértigos,
cos específicos e inespecíficos. acufenos e incluso crisis convulsivas.
Los síntomas y signos guardan cierta relación El dolor puede aparecer como retrosternal, de
con la topografía y rapidez evolutiva del proceso espalda, angoroide con molestias de hombro
causal. Las manifestaciones respiratorias son las acreciendo, en ocasiones (así como el estridor la-
Neumología 185

ríngeo inspiratorio, disnea, cianosis) al toser, res- 5. Cadena simpática superior. Síndrome de
pirar profundamente, estornudar y con el decúbi- Horner, enrojecimiento hemifacial, hemihiperhi-
to dorsal, aliviándose al sentarse, inclinarse hacia drosis, sialorrea.
delante y en la posición genupectoral. 6. Médula espinal. Déficit motor y sensitivo,
síndrome de sección transversa.

Causas del dolor La disfagia por compresión esofágica ha sido


señalada en las pericarditis exudativas con derra-
Ocasionalmente, el dolor es debido a la irrita- me copioso y tumores malignos.
ción de estructuras nerviosas: Cabe señalar que la clínica de los tumores me-
diastínicos es una de las más pobres. El «sínto-
1. Nervios intercostales. Neuralgias. ma principal» de los tumores benignos del me-
2. Ramas sensitivas del nervio frénico. Dolor de diastino es la ausencia de síntomas durante largo
hombro, hipo, relajación diafragmática. tiempo.
3. Nervio recurrente. Ronquera, parálisis glóti- El examen radiológico directo (con empleo de
ca, voz bitonal. medios de contraste o sin ellos), neumomediasti-
4. Nervio vago. Bradicardia, atonía gastroin- no, TAC, mediastinoscopia con examen biópsico
testinal con estreñimiento, acidismo, cólicos he- y la pleuroscopia posneumotórax, completan el
páticos y renales. examen diagnóstico.
186 Semiología médica y técnica exploratoria

Cuadro. Representación esquemática de los signos físicos característicos de las principales afecciones
de las vías respiratorias

Percusión Palpación

= Sonoridad normal V = Vibraciones normales

S.. Sonorida disminuida v_ Vibraciones disminuidas

Ss “+ Sonoridad aumentada V+ Vibraciones aumentadas


o rayado azul
So Sonoridad abolida (matidez) | o fondo azul Vo Vibraciones abolidas
o rayado rojo

Auscultación

Inspiración SS SS Estertores roncus y sibilantes

nasal
Espiración 4 4 4 $ Esteriores plantes

Respiración normal Estertores crepiantes

Estertores subcrepitantes finos


Respiración alargada

Respiración débil pS Estertores subcrepitantes medios

S o .
y > Estertores subcrepitantes grandes
Respiración abolida
099 Crujidos
l . Respiración exagerada (pueril) o0
"
i
2
lao
Respiración entrecortada 00 O Gargoteo

WWW
Respiración ruda $ ¿ Frotes pieurales
—+
¡e Respiración soplante (soplo bronquial)

IL Soplo tubárico

== Soplo pleural

== Soplo cavernoso

| | == Soplo tubucavernoso

+ Hi Soplo anfórico
e

Cardiología. Angiología

CARDIOLOGÍA
NE INTRODUCCIÓN agudo está en razón inversa con la edad, lo que se
atribuye a que cuanto más joven es el sujeto, tanto
La finalidad del aparato cardiovascular es mante- más vascularizadas tiene las válvulas y mayor es
ner un flujo circulatorio suficiente para subvenir a su propensión a contagiarse. Existe resistencia na-
las necesidades orgánicas. Cuando el corazón clau- tural en los lactantes y en la primera infancia.
dica se comporta como un obstáculo que dificulta el La figura 3-1 ilustra sobre las edades en que se
curso de la sangre, de manera parecida a cuando se presentan los infartos de miocardio del adulto; ob-
instala una presa en el lecho de un río. Es decir, pro- sérvese cómo la mayoría (65 %) ocurren entre los
duce un remanso de sangre con aumento de la ten- 40-60 años. En lo que respecta a la infancia (los pe-
sión venosa por detrás del corazón insuficiente, y diatras señalan una curiosa apetencia del virus reu-
una disminución del volumen de sangre circulante, mático por las coronarias), se han descrito crisis de
con retardo de la corriente sanguínea, por delante. ángor e incluso infartos en niños entre los 12 meses
La estasis venosa comienza, como es lógico, a y los 10 años, muchos de ellos relacionados con mal-
nivel de las venas más próximas al corazón; es de- formaciones congénitas de las arterias coronarias.
cir, de ambas cavas, las cuales encuentran dificultad En lo que se refiere a las angiopatías en gene-
en desaguar en la aurícula derecha por encontrarse ral, la enfermedad de Raynaud aparece en las pri-
ésta llena de sangre. A partir de ellas se propaga en meras décadas de la vida; la tromboangitis obli-
sentido retrógrado, aguas arriba, por sus afluentes y terante, en la juventud, y las de naturaleza
a una distancia cada vez mayor del corazón. Por tal arteriosclerosa, en mayores de 50 años.
motivo, las venas cervicales, en especial la yugular
externa, fácilmente visible, aparecen tensas, disten- Raza. Los chinos y orientales propenden
Fotocopiar sin autorización es un delito.

didas, e incluso animadas de latidos. poco a la hipertensión arterial generalizada, a la ar-


teriosclerosis y coronariopatías, así como en los in-
dígenas de la altiplanicie peruana, en la población
WN INTERROGATORIO indígena y mestiza de México y en los negros de
África, mientras que los que viven en Estados Uni-
FILIACIÓN Y ANTECEDENTES dos tienen la tensión igual a la de los blancos, con
INDIVIDUALES la misma propensión a las coronariopatias. En los
individuos de raza negra y orientales, es discutible
Edad. Con limitaciones, puede darse como la escasa incidencia de las cardiopatías reumáticas
válida la afirmación de que las cardiopatías que y tromboangitis obliterante, así como cierta pro-
S.A.

ocurren en gente joven son, en gran parte, de ori- pensión de los judíos para esta angiopatía.
O MASSON,

gen congénito o inflamatorio, y las de la vejez, de


naturaleza degenerativa. La frecuencia de la afec- Sexo. En el sexo femenino son más frecuen-
tación del corazón en el reumatismo poliarticular tes las valvulopatías mitrales, sobre todo esteno-

187
188 Semiología médica y técnica exploratoria

457 intensos y continuados (mineros) o crean estados


de tensión psíquica. Los «trabajadores de cuello
41
40) 40 blanco» (white collar workers), con cargos de res-
ponsabilidad, propenden a la hipertensión arte-
E
rial, arteriosclerosis, angina de pecho, infarto de
c
SL 35, miocardio y miocardiopatías esclerosas, subre
= todo cuando nu saben equilibrar su vida entre el
x
2 trabajo, diversiones, amor y placeres espirituales.
3307 La manipulación cotidiana de tóxicos (plomo,
9]

2 mercurio, Óxido de carbono, arsénico, etc.) puede


o

E acarrear consecuencias vasculares y cardíacas


2 25,
Dn graves muy valoradas en el extenso capítulo de
8 las intoxicaciones profesionales.
>$
mn
207 19 Recordemos que antaño, Heberden y Corvi-
oO
sart, entre otros, habían llamado la atención so-
$
E bre las emociones intensas como motivo de
3 7 13 muerte súbita cardíaca.
32 Las contusiones cardíacas pueden dar lugar a
3 trastornos agudos similares a los ocasionados por
3o 10 y
un infarto. Son más graves cuando preexiste una
2o 7
cardiopatía. Las roturas del corazón (traumatis-
2 54
mo sobre la caja torácica en accidente de auto-
3
móvil), provocadas por la acción de estallido de-
1
bida a la presión hidráulica y a la acción directa
0 ] del shock (a veces con contre coup), tienen lugar de
20 40 50 60 70 80 90
Edad (años) preferencia en las aurículas, más raramente en
Fig. 3-1. Representación del porcentaje de infartos los ventrículos y vasos de salida; a veces también
de miocardio en función de la edad. se afecta el interior del corazón en ambos tabi-
ques y en las válvulas. Los síntomas son: anemia
con taponamiento pericárdico creciente, estasis
de las venas cervicales, apagamiento de los tonos
sis, quizá porque en ellas tiene este orificio un ta- cardíacos, taquicardia, disminución de la presión
maño menor, con persistencia de caracteres in- sanguínea diferencial, caída tensional y muerte;
fantiles; la hipertensión arterial, a partir de la me- radiológicamente, se manifiesta con ensancha-
nopausia; la neurosis cardíaca (4:1), el corazón miento de la sombra cardíaca en forma de tienda
mixedematoso (3:1), la enfermedad de Raynaud de campaña.
y las venopatías. En el sexo masculino, en cam- En las roturas de la aorta, interviene con fre-
bio, son frecuentes las pericarditis agudas benig- cuencia, además del aumento de la presión intra-
nas, valvulopatías aórticas, las anomalías con- torácica, una acción de las fuerzas de desacele-
génitas, las coronariopatías y el infarto de ración con tracción y distensión intensas. El
miocardio, en proporción abrumadora. desgarro se manifiesta de preferencia en un pun-
El motivo reside en que la secreción ovárica to distal al origen de la arteria subclavia izquier-
protege contra la arteriosclerosis en la edad fértil; da a la altura del ligamento del conducto de Bo-
después de la castración quirúrgica o la menopau- tal. En el lugar de rotura, se forma al principio un
sia, se presentan lesiones arterioscleróticas análo- hematoma pulsátil, en el que pueden desarrollar-
gas a las de los varones y se iguala el porcentaje de se trombos, que al desprenderse, a veces dan lu-
procesos coronarios entre los 60-70 años. gar a embolias periféricas. Si la perforación es li-
En lo que atañe a las cardiopatías congénitas, bre, la rotura aórtica (al principio, cubierta por la
las aórticas son más frecuentes en los varones, y capa adventicia) da paso a un hemotórax con
la persistencia del conducto arterial y comunica- tensión.
ción interauricular, en la mujer.
Lugar de residencia. El vivir y trabajar en
Ocupación. Son nocivas para el corazón y lugares húmedos y confinados facilita la inciden-
vasos, aquellas que requieren esfuerzos físicos cia de amigdalitis sépticas, posible puerta de en-
Cardiología. Angiología 189

trada de una infección reumática causa de endo- Hábito de vida. Es de importancia primor-
carditis y de procesos bronquiales crónicos con dial para el estado del corazón y arterias. Una
repercusión sobre el corazón derecho. Ya es no- vida ordenada, equilibrada y ajustada a las posi-
toria la propensión a la hipertensión arterial y es- bilidades físicas de cada uno, es lo más deseable.
clerosis coronaria y miocárdica en los sujetos que Es evidente que la estimulación del individuo
viven en las grandes urbes. Chávez, por su parte, («desde la cuna hasta la tumba»), solamente con-
observa que el exiguo porcentaje de hipertensos duce a un desgaste vascular prematuro.
(7,33 %) que se encuentra en los indígenas y Siendo igual el régimen alimentario, los indi-
mestizos de México, con vida tranquila, sin con- viduos sedentarios sufren el triple de procesos
Flictos ni ambiciones, se triplica al trasladarse a esclerosos vasculares que los trabajadores rmia-
las ciudades (27,9 %), pese a las condiciones so- nuales. Esto señala la acción favorable de la acti-
ciales y económicas más elevadas. En las altipla- vidad física regular.
nicies, la baja tensión del oxígeno repercute so- El tabaco daña los vasos arteriales y, a través
bre la circulación pulmonar y el corazón siendo de las coronarias, el corazón, sobre todo en los
causa frecuente de hipertensión pulmonar pri- sujetos con distonía neurovegetativa e hiperco-
maria. lesterolemia. Las estadísticas son unánimemente
Las cardiopatías por parásitos (protozoos o hel- concordantes. En los adventistas del Séptimo
mintos) se observan en determinadas áreas geo- Día, enemigos del tabaco (y del alcohol), las afec-
gráficas. Limitándonos a las tripanosomiasis, Ci- ciones coronarias y vasculares periféricas son un
taremos las africanas (Irypanosoma gambiense, 40 % inferiores a las del resto de la población.
rhodesiense) y la enfermedad de Chagas (Irypa-
nosoma cruzi), frecuente en América meridional
y rara, aunque presente, en África, India e islas ANTECEDENTES FAMILIARES
de Sonda, población campesina y pobre de Vene-
zuela (estado de Carabobo), respetando la aco- Son evidentes en muchos casos. Aunque entre
modada y los inmigrantes. los factores etiológicos de las cardiopatías congé-
nitas cuentan los exógenos, como infecciones
Alimentación. El factor alimentario cuenta maternas (rubéola, sarampión, febriles de tipo
en la historia de los enfermos que nos ocupan. La gripal), drogas (talidomina, hormonas luteínica o
desnutrición, casi siempre acompañada de facto- foliculínica en amenaza de aborto o con fines
res ambientales negativos (exceso de trabajo, vi- abortivos), radiaciones (radiografías en el primer
viendas insanas), coadyuva a la aparición de val- trimestre del embarazo), prenatal, etc., la tenden-
vulopatías reumáticas y sépticas, sobre todo de la cia actual valora las aberraciones cromosómicas,
variedad maligna lenta. como el síndrome de Down (trisomía 21), sín-
Son aconsejables las comidas escasas y fre- dromes de Turner (XO) y Klinefelter (XXY), tri-
cuentes para prevenir las cardiopatías (disminu- ple X, así como las trisomías de los grupos 11
yen el peso y la colesterolemia y aumentan la to- (triple 13-15) y E (triple 17 y triple 18), etc. En el
lerancia a la glucosa) junto a la restricción de la síndrome de Down (un 35 % resultan afectos)
sal común ante la hipertensión arterial sistemáti- predominan los defectos del tabique auriculoven-
ca y cardiopatías. tricular; en el síndrome de Turner, la coartación
Fotocopiar sin autorización es un delito.

El beber grandes cantidades de líquido, aun- aórtica y la estenosis pulmonar; en la trisomía


que éste sea agua o bebidas alcohólicas de poca del grupo T1, los defectos del tabique interven-
graduación, sobrecarga el aparato circulatorio. tricular y dextroposición cardíaca, y en el cromo-
Bollinger, de Munich, ha descrito el corazón de soma suplementario del grupo E (17 6 18), la co-
los bebedores de cerveza, y Júrgensen, el de los municación interventricular y distopia cardíaca.
vinateros de Tubinga. Todas estas anomalías cardiovasculares se acom
El café o té en exceso o en sujetos susceptibles pañan de otras extracardíacas, no habiéndose
produce taquicardia con molestias y angustia identificado hasta la fecha las aberraciones cro-
precordial. El alcohol daña poco al corazón y va- mosómicas capaces de producir únicamente efec-
sos; incluso se ha afirmado que los alcohólicos tos cardíacos.
S.A.

rara vez son hipertensos. Si se abusa de él, de- Las anomalías congénitas pueden observarse
sempeña un papel la hipoproteinemia y avitami- en varios miembros de una misma familia.
O MASSON,

nosis propias de la anorexia habitual del bebedor La existencia de un factor genético explica la
empedernido. cardiomegalia familiar de Evans (no debida a tras-
190 Semiología médica y técnica exploratoria

tornos metabólicos, coronarios ni inflamatorios), compensada) o de manera brusca (cardiopatía


a veces asociada a una neuromiopatía constitu- postraumática, postinfártica o en el curso de un
yendo una entidad nosológica bien definida; la proceso séptico). Atendiendo a la evolución, pre-
presencia del síndrome de Wolff-Parkinson-Whi- cisaremos si la enfermedad transcurre por crisis
te en hermanos, y la existencia de familias con (ataques de angina de pecho, de taquicardia pa-
hipertensión arterial, procesos esclerosos vascu- roxística), por períodos (las cardiopatías tienen,
lares, coronariopatías, varices, etc. por lo general, fases de agravamiento alternadas
con otras de remisión) o de manera progresiva.

ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
O ENFERMEDADES ANTERIORES MANIFESTACIONES CLÍNICAS
DE LAS CARDIOPATIAS
Las más importantes son las infecciosas y, en-
tre ellas, el reumatismo poliarticular agudo*, dif- Los principales síntomas con que se manifies-
teria, escarlatina, sepsis (estreptocócica, estafilo- tan las cardiopatías son plurales, abarcando múl-
cócica, neumocócica), tuberculosis (pericarditis), tiples órganos y numerosas estructuras poliorgá-
sífilis (valvulopatía aórtica), etc.; virus (pericardi- nicas.
tis); parasitarias (tripanosomiasis, helmintos), etc.
La hipercolesterolemia familiar y la diabetes
favorecen las coronariopatías e infartos de mio- Anomalías de la presión y pulso
cardio en sujetos jóvenes, y la hipercalcemia venoso yugular
idiopática, estenosis aórtica supravalvular e hi-
pertensión arterial por nefrosclerosis. El examen atento de las venas yugulares, mu-
En un 5 % de poliartritis crónicas se observan chas veces descuidado por el médico, aporta da-
cardiopatías valvulares, cifra idéntica a la señala- tos más útiles para la valoración de las cardio-
da en la poliartritis anquilosante. patías que otros exámenes más complejos. El
estudio de la insuficiencia cardíaca se inicia con
el examen de las venas yugulares.
COMIENZO Y EVOLUCIÓN En el sujeto sano, sentado o de pie, la vena
DE LA ENFERMEDAD ACTUAL yugular externa no es visible, pues habida cuenta
de la exigúidad de la presión venosa a su nivel y
Los síntomas y signos valorables para el diag- la delgadez de su pared, el vaso aparece colapsa-
nóstico de una afección cardiovascular pueden do en toda su longitud, excepto en ciertas perso-
originarse directamente en el corazón (algias car- nas en quienes se ingurgita con facilidad cuando
dioaórticas), en órganos diversos (disnea, expec- hablan, tosen o realizan esfuerzos aun livianos.
toración hemoptoica, hematuria, etc.) o significar En decúbito dorsal y con la cabeza reclinada
reacciones generales (edemas, fiebre, astenia, sobre una almohada, la vena yugular externa
etc.). aparece abultada en su parte inferior, cesando
Con las preguntas de ritual al comenzar esta esta distensión a nivel del punto en que la pre-
parte del interrogatorio: ¿Cuándo y cómo comenza- sión venosa se equilibra con la presión atmosféri-
ron las molestiast, ¿Cómo han evolucionadot, ¿A qué ca, lo cual sucede, aproximadamente, a la altura
causa las atribuyed, nos daremos cuenta de si el de una horizontal que pasa por el manubrio del
proceso es agudo, subagudo o crónico; de si co- esternón (fig. 3-2). El nivel del colapso venoso al-
menzó lenta y paulatinamente (insuficiencia car- canza el mismo límite en ambas venas yugulares
díaca de origen miocárdico, valvulopatía des- externas. De no ocurrir así, la vena que muestra
el nivel más bajo es la única que nos puede servir
para indicar la presión venosa, siempre que ten-
'No debemos olvidar que, a veces, la afectación articular es
mínima (Laségue dijo: «El reumatismo poliarticular agudo lame
gamos la seguridad de que su repleción termina
las articulaciones, las pleuras, las meninges, pero muerde el co- realmente donde parece y de que no se trata de
razón») y aun nula (reuma sine reuma), siendo estas formas las que la yugular externa, en su parte más alta, no
más peligrosas desde el punto de vista que nos ocupa, por dos se vea por quedar colocada más profundamente.
motivos, por descuidarse el tratamiento y por ser muy exiguos
los procesos inmunitarios. Igual valor debemos conceder a las
Nos cercioraremos de ello comprimiéndola con
amigdalitis de repetición, las cuales pueden ser la puerta de en- suavidad en su parte inferior, con el fin de que,
trada de la infección reumática. llenándose, se haga aparente en todo su trayecto.
Cardiología. Angiología 191

auricular e hidrostática; el tono venoso informa


constantemente sobre cualquier alteración car-
diocirculatoria que pueda encerrar el riesgo de
una insuficiencia cardíaca derecha.
Para su medida, se sitúa el extremo de un caté-
ter intravenoso en la aurícula derecha o en una de
las grandes venas adyacentes a ella, de forma que
la constricción venosa periférica y las válvulas in-
terpuestas no interfieran la transmisión directa de
la presión de la aurícula derecha al catéter.
El material que se emplea es relativamente
simple, y consiste, esencialmente, en un tubo
manométrico graduado en centímetros y con una
configuración en «L», un catéter intravenoso esté-
ril de unos 40 cm de longitud y una llave de
Fig. 3-2. Sujeto normal en decúbito supino, con la fluidos que permita el paso de líquidos en tres di-
cabeza sobre la almohada. El nivel cero (NC), indicado recciones distintas. La llave conecta el tubo ma-
por el extremo de la yugular externa abultada, se en- nométrico al catéter intravenoso y a un tubo
cuentra un poco por debajo de la línea del manubrio es-
perfusor de una solución salina con heparina,
ternal (ME).
que evita la obstrucción del catéter por coágulos
sanguíneos. A esta última solución cabe añadir,
por una vía lateral, colorantes o cualquier otra
Al intentar la medida de la presión venosa, se di- sustancia que el enfermo necesite.
ferenciará entre el valor de la presión venosa pe- El individuo se coloca en decúbito dorsal hori-
riférica y central; este último es mucho más exac- zontal y con el brazo abducido unos 45”, habien-
to como referencia de la presión real del retorno do sido previamente informado del examen que
venoso en la aurícula derecha. El gradiente entre se le va a practicar.
ambas varía considerablemente con las alteracio- En cuanto a la vía empleada para la introduc-
nes de la dinámica cardiovascular, la constricción ción del catéter intravenoso, se han utilizado con
venosa periférica y las válvulas venosas inter- éxito tanto las ramas de la vena cava superior
puestas, de tal modo que la presión venosa peri- como las de la inferior.
férica, aun cuando se puede determinar con gran Son especialmente adecuadas las venas de la
facilidad, nos dará tan sólo un valor aproximado flexura del codo (fosa antecubital), la vena yugu-
de la verdadera presión venosa central. lar y la femoral, a nivel de la ingle. Sin embargo,
Para la medida de la presión venosa periférica, se las vías más usadas son las ramas de la vena cava
emplea un procedimiento semejante al que se superior, por cuanto son mucho más seguras des-
utiliza para la estimación de la presión del líqui- de el punto de las posibles complicaciones trom-
do cefalorraquídeo. El procedimiento más simple boembólicas, y nos darán siempre una idea más
es el de Cohen, en el que el enfermo se coloca en exacta de la presión de la aurícula derecha, espe-
posición supina sobre la mesa de exploración con cialmente en los casos en que coexista una dis-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

el brazo algo abducido y a la altura del cuerpo; se tensión abdominal.


punciona una vena del codo en un punto situado La técnica de la medición es sumamente fácil
a 5 cm por debajo del IV espacio intercostal, ni- y la destreza en su mañejo se adquiere rápida-
vel aproximado de la desembocadura de las dos mente con la práctica. Para ello, una vez se ha
venas cava en la aurícula derecha; la sangre pasa elegido una vena en la flexura del codo (el lado
hacia una jeringa que contiene citrato sódico es indistinto, aunque en individuos dextrómanos
para evitar la coagulación; después, se pone en es mejor utilizar el izquierdo), se coloca por enci-
comunicación con el tubo manométrico en for- ma un torniquete de goma, sujetándolo lo sufi-
ma de «L» graduado en centímetros. Se considera ciente para obstruir el retorno venoso sin alterar
normal una presión de 3-18 ml de agua. el flujo arterial. Esto dilatará las venas al máxi-
S.A.

La presión venosa central se suele medir de un mo. Al mismo tiempo, se pide al paciente que
modo continuado durante un cierto período, y su abra y cierre alternativamente su mano, mante-
YO MASSON,

valor depende de la presión arterial, el vacío in- niéndola cerrada en el momento de penetrar la
trapleural, la contracción cardíaca y las presiones vena con la aguja hipodérmica.
192 Semiología médica y técnica exploratoria

Cuando las venas son pequeñas o profundas, ésta (que estaba a una altura superior a la de la
esta constricción por sí sola puede ser insuficien- presión venosa esperada) cae rápidamente hasta
te. En este caso, para producir una dilatación el nivel de la presión venosa real.
adecuada daremos unos ligeros cachetes en la Para realizar esta medición, el cero de la esca-
parte anterior de la muñeca y antebrazo. la graduada debe estar a la altura de la aurícula
Si todavía es insuficiente, la aplicación de ca- derecha en la posición de decúbito supino. Tal
lor a toda la extremidad (antes de sujetar el torni- altura corresponde al punto medio del diámetro
quete) es una ayuda muy valiosa, y que, aplicada torácico anterosuperior (a unos 10 cm del plano
con propiedad, puede significar la diferencia en- de la espalda, según Lyons) o se utiliza la línea
tre una venipuntura habitual y la necesidad de media axilar.
realizar una disección venosa. En todos los casos, deberemos cerciorarnos de
Una vez se haya introducido el catéter venoso que existe una comunicación libre entre el siste-
de polietileno en la vena elegida, preferiblemente ma venoso central y el tubo manométrico, lo que
a través de una aguja hipodérmica de suficiente se pondrá de manifiesto por una rápida caída del
calibre, se deberá avanzar lo suficiente (unos nivel de la columna líquida de éste al ser conecta-
40 cm) para que su extremo libre, esté situado, do con el catéter venoso, y por ulteriores fluctua-
aproximadamente, en la desembocadura de la ciones de este nivel, síncronas con los movimien-
vena cava superior. Esta introducción del catéter tos respiratorios del paciente. Una caída del nivel
se hará con cuidado, ya que a veces pueden en- del líquido «a saltos sincronizados» con el movi-
contrarse válvulas venosas que lo tuerzan y atas- miento de inspiración del paciente, y la falta de
quen. En este caso, tirando del catéter hacia atrás movimientos de la columna líquida al realizar
unos pocos centímetros y haciéndolo girar en éste un movimiento de Valsava, sugieren la exis-
otra dirección lograremos pasarlo sin dificultad. tencia de un defecto de válvula en el extremo del
Lo mismo cabría decir de las ramas venosas que catéter, con lecturas que serán falsas. En caso de
se pueden encontrar en la parte superior del bra- duda recomendamos retirar el catéter unos centí-
zo. De hallarnos en una de tales circunstancias metros y tratar de desobstruirlo perfundiendo a
que impidan la progresión del catéter, éste no se su través unos centímetros cúbicos de solución
debe forzar nunca, guardando en tudo momento salina heparinizada. Por el contrario, una pulsa-
la mayor calma y repitiendo la maniobra antes ción demasiado activa, con una presión venosa
descrita. Si la dificultad se encontrara más ade- excesivamente alta sin causa que la justifique,
lante, al avanzar el catéter dentro de la cavidad puede ser debida a que el extremo del catéter se
torácica, puede ser de gran ayuda pedir al enfer- halla en el ventrículo derecho. Como en el caso
mo que mueva el cuello o el hombro en diferen- anterior, se corregirá retirando el catéter unos
tes direcciones, o una inspiración profunda. A centímetros.
menudo, cuando el catéter se halla en la vena Las cifras normales resaltadas por los diferen-
subclavia, tiende a subir hacia la yugular. En este tes autores discrepan entre sí (Lyon, 5-15 cm de
caso, una inspiración profunda y girar el catéter agua; Winsor y Burch, 4-16; Brian y Wood, 5-18),
con una mano, mientras con la otra se hace pre- debido a sus divergencias en cuanto al punto
sión sobre la yugular, suele ayudar a que entre en cuya presión debe ser considerada como «cero»,
la vena cava. En todos los casos es útil disponer Una presión venosa central que oscila entre
de un ayudante para cooperar en las maniobras 0-5 cm de agua indica hipovolemia y la necesi-
que no requieran el uso de material estéril (soltar dad de administrar fluidos por vía parenteral;
el torniquete, mover el brazo, etc.), y no se debe presiones venosas entre 8-12 cm de agua sugie-
olvidar que el espasmo venoso, una de las mayo- ren una normovolemia, y cuando los valores de
res dificultades que podremos encontrar, provie- la presión venosa superan los 18 cm de agua, se
ne, en la mayoría de los casos, del miedo y de la corre el peligro de un fallo cardíaco, debiéndose
ansiedad del enfermo, que evitaremos con la ex- reducir a un mínimo la administración parenteral
plicación del procedimiento y también infun- de fluidos y considerar la posibilidad de tonificar
diéndole confianza. un miocardio que está trabajando en malas con-
A continuación, se ceban las tres ramas conec- diciones.
tadas por la llave de paso por medio de la solu- En general, diremos que la presión venosa au-
ción salina heparinizada, Al mover la llave de menta en los esfuerzos, insuficiencia ventricular
modo que el catéter venoso quede conectado derecha, procesos tricuspídeos, pericarditis con
únicamente con la rama manométrica, el nivel de derrame y constrictiva, así como en el corazón
Cardiología. Angiología 193

L
pulmonar agudo, enfisema obstructivo y síndro-
me de la vena cava superior; por el contrario,
disminuye en la hipovolemia, deshidratación y
shock (excepto en el traumático con taponamien-
to cardíaco por hemopericardias).
IN, > ”
El pulso venoso está constituido por la oscila- A a a 097
Xx
ción de la porción proximal distendida de las
venas yugulares internas. Los cambios volumétri-

DS
cos que experimenta son fiel reflejo de las distin-

AN
Xx
tas presiones que se desarrollan en la aurícula de- e
recha durante el ciclo cardíaco.
Para el registro del pulso venoso (flebograma
yugular) se coloca al sujeto en posición de decúbi-
to supino, o semidecúbito si es ortopneico, y se
aplica un terminal constituido por dos ventosas
superpuestas en la porción proximal de una yu-
gular, que se mantiene sujeto a la piel por medio

A
de un ligero vacío creado en la ventosa exterior.
Entretanto, la ventosa interior recoge las pulsa-
ciones yugulares, que transmite a un cristal pie-
zoeléctrico, el cual crea una corriente ondulatoria Ñ Mao? a.
que es recogida por un amplificador, transmitida
a un galvanómetro y recogida gráficamente por
una película fotográfica. Durante el registro, es he 3-3. Pulso venoso yugular. A) Normal. B) Insufi-
preciso que el paciente contenga su respiración. ciencia tricuspídea. C) Estenosis tricuspidea.
Normalmente, el registro gráfico del pulso venoso
yugular ofrece tres ondas, que reflejan los cam-
bios de presión en la aurícula derecha: El pulso yugular venoso es suave, difuso, on-
dulante, más visible que palpable (el pulso arte-
1. La primera, u onda «a», traduce la contrac- rial se ve y se palpa bien). Con un ritmo y fre-
ción de la aurícula derecha. cuencia normales, se distinguen dos impulsiones
2. La segunda, u onda «c», corresponde al cie- y dos depresiones en cada ciclo (la pulsación ca-
rre de la válvula tricúspide al iniciarse la sístole rotídea es única e intensa). El nivel de la pulsa-
ventricular. ción varía con las fases respiratorias (de acuerdo
3. La tercera, u onda «V», refleja el aumento con la tensión intratorácica, descendiendo en la
de la presión auricular antes de que se abra la inspiración y elevándose en la espiración) y con
válvula tricúspide. el ortostatismo, cosa que no ocurre con el pulso
carotídeo, que incluso se acentúa en la posición
Entre estas dos últimas ondas, existe una de- de pie. Asimismo, cuando existen pulsaciones
presión, u onda negativa «X'», que corresponde a amplias en el cuello y el pulso radial de ambos
Fotocopiar sin autorización es un delito.

la sístole ventricular, por este motivo al pulso ve- lados es débil o poco palpable (si se ha excluido
noso normal se le llama pulso venoso negativo (Figu- la presencia de una arteriopatía obliterante) la
ra 3-3 A). pulsación es venosa.
Para diferenciar el pulso venoso yugular del pulso En la insuficiencia cardíaca derecha con estasis
carotídeo —cosa no difícil aunque son muy pocos de aflujo, las venas yugulares se encuentran dis-
los que saben hacerlo—, se dispone al enfermo tendidas, incluso en el ortostatismo, por la pre-
semiincorporado en cama, con la cabeza adelan- sión venosa elevada. Esta distensión aumenta
tada y vuelta un poco hacia el lado que se exami- con la compresión del hipocondrio derecho («re-
na (casi siempre el derecho), para evitar la ten- flujo hepatoyugular» de Rondot) o difusa del ab-
sión del músculo esternocleidomastoideo, que domen («reflujo abdominoyugular» de Lian).
S.A.

cubre parcialmente la vena yugular interna, y con En la insuficiencia tricuspídea, la corriente de re-
una buena iluminación del ángulo que forma la gurgitación ventricular da lugar a una onda «a»
O MASSON,

mandíbula con el borde anterior del esternoclei- auricular gigante seguida de un seno «Y» profun-
domastoideo. do y rápido (ventriculación de la curva auricular).
194 Semiología médica y técnica exploratoria

Se le llama pulso venoso positivo o ventricular Para la correcta interpretación de este sínto-
(fig. 3-3 B). ma, es preciso no olvidar que los sujetos que lle-
En la estenosis tricuspidea, el dato más llamati- van vida sedentaria pueden fatigarse al realizar
vo del yugulograma es una onda «a» gigante, pre esfuerzos bien tolerados por la generalidad, sin
sistólica, con conservación y aun atenuación de que de ello pueda inferirse insuficiencia cardíaca
las ondas «c», «V» y la depresión de «X”». Se le y sí sólo una ligera claudicación funcional por fal-
llama pulso venoso auricular (fig. 3-3 C). ta de hábito?.
En la enfermedad tricuspídea (estenosis + insufi- Citaremos los siguientes tipos de disnea:
ciencia), la onda «V» gigante es sostenida, en me-
seta, y el seno «Y» que le sigue es más lento; 1. Disnea de esfuerzo. Aparece cuando el en-
todo ello indica una regurgitación menor y el fermo realiza un esfuerzo superior a las posibili-
obstáculo impuesto al llenado por el componente dades de su corazón, y persiste un cierto tiempo
de estenosis. una vez cesado el esfuerzo (deuda de oxígeno).
En el derrame pericárdico y pericarditis constrictiva, Si es intensa, empeora rápidamente tras caminar
la presión venosa se exagera en la inspiración (sig- algunos pasos y puede acompañarse de palpita-
no de Kussmaul) y el registro gráfico aprecia el co- ciones, dolores anginosos, tos, sensación extraor-
lapso diastólico de Friedreich, traducido por una dinaria de cansancio, trastornos visuales, mareos
profunda onda «Y». Ello denota la súbita llegada y a veces incluso síncopes. Es propia de la claudi-
de sangre (al comienzo de esta fase y luego cuan- cación del corazón izquierdo o global, con regur-
do se abre la válvula tricúspide) desde las abulta- gitación pulmonar.
das venas sistémicas al vacío ventricular derecho. 2. Disnea de decúbito (ortopnea; o mejor, cli-
En el taponamiento cardíaco, la presión venosa nopnea). Aparece en posición decúbita y se alivia
es alta y el nivel venoso inmóvil (signo de la «raíz al pasar a la posición sentada, o con las piernas
cuadrada»). colgando en el borde de la cama. Una forma es-
Cuando por inspección se advierte la falta de pecial es la trepopnea o intolerancia para un decú-
coincidencia entre las pulsaciones arterial y veno- bito lateral (generalmente, el izquierdo) por la
sa, cabe pensar en un bloqueo auriculoventricular existencia de un derrame pleural contralateral o
completo o en una fibrilación auricular. Si la con- por una excesiva distopia postural del corazón, la
tracción auricular coincide con el cierre de la vál- cual da lugar a la acodadura de los grandes vasos
vula tricúspide, como ocurre en ciertos bloqueos (cava inferior o suprahepática izquierda, venas
cardíacos, en el ritmo nodal y algunas extrasísto- pulmonares).
les, se producen unas ondas «a» gigantes llama- La disnea de decúbito es característica de las
das en «cañonazo». insuficiencias izquierdas, con corazón derecho
En la hipertensión pulmonar, existe una onda «a» eficiente y las hipodiastolias (derrame pericárdi-
gigante en «cuña» tanto o más brusca que la onda
«a» obstructiva de la estenosis tricuspídea.
La distensión unilateral de la vena yugular interna “Las causas de las disneas cardiógenas son múltiples:
izquierda se señala de manera casi exclusiva en
1. Ingurgitación con disminución de la elasticidad pulmo-
las aortopatías aneurismáticas con compresión nar, motivo de una deficiente oxigenación de la sangre y de la
de la vena innominada por el tronco branquioce- exageración del «reflejo de Hering-Breuer» (regula la actividad
[álico (signo de González Sabathié). del centro respiratorio en relación con el grado de distensión
pulmonar) con lo que se consigue una hiperventilación, que si
es excesiva da la sensación de disnea.
2. Acidosis periférica por la anoxia (ácido carbónico + áci-
Disneas de origen cardíaco do láctico), con estimulación directa del centro respiratorio o a
través de zonas reflexógenas quimiorreceptoras.
3. Dificultad a la expansión del pulmón por la hipertrofia
Son los síntomas «por excelencia» del corazón
cardíaca, hepatomegalia, hidrotórax, ascitis.
insuficiente. Por tal motivo, seremos precisos en 4. La hipertensión venosa a nivel de la vena cava o aurí-
el interrogatorio, insistiendo sobre el horario de cula derecha (reflejo de Bainbridge) produce aumento de venti-
su aparición, sus causas, fenómenos que la acom- lación por vía vagal, sumando sus efectos a los del reflejo de
Hering-Breuer, ya descrito.
pañan (taquipnea o bradipnea, palidez, angustia,
sudación, etc.), y sobre la ausencia o presencia de La importancia de los factores reflejos centrales se mani-
fiesta en la disnea súbita y angustiosa del corazón pulmonar
ruidos respiratorios audibles por el enfermo y sus
agudo, debida, en su mayor parte, a la vasoconstricción pulmo-
allegados. Tiene, asimismo, valor, su aparición nar difusa asociada, a veces, a isquemia coronaria (reflejo pul-
lenta o paroxística. mocoronario).
Cardiología. Angiología 195

co, sínfisis pericárdica). La posición de decúbito cientes (poliartríticos crónicos) que yacen inmo-
intensifica la estasis pulmonar (la sangre de las vilizados en cama.
extremidades inferiores y territorio esplácnico se Su cuadro clínico consiste en que el paciente
desvía hacia la región torácica) lo que somete al se despierta bruscamente con una sensación an-
corazón derecho, funcionalmente capaz, a un gustiosa de falta de aire y se sienta en la cama
mayor estímulo funcional que no puede ser se- con las piernas colgando o en una butaca, apo-
guido, sin embargo, por el ventrículo izquierdo yando las manos para facilitar la cooperación de
insuficiente. los músculos auxiliares de la respiración, o busca
3. Disnea permanente. Obliga al enfermo a la ventana u el balcón, en un intento de calmar
permanecer sentado y a evitar el menor esfuerzo. su sed de aire. Hay taquipnea con disnea inspira-
Es superficial (hecho motivado por la circunstan- toria y espiratoria, taquicardia con trastornos del
cia de que, en la rigidez del pulmón, no se dis- ritmo o sin él, apagamiento del primer tono, en
tienden lo suficiente los alvéolos durante la inspi- ocasiones galope, y reforzamiento del segundo
ración). Clínicamente, la espiración se encuentra tono pulmonar. La percusión evidencia hiposo-
alargada, no siendo rara la demostración de es- noridad en ambas bases, a cuyo nivel se auscul-
tertores secos, y muy frecuente (por no decir tan abundantes estertores bronquialveolares de
constante) la auscultación de estertores húme- estasis. La presión arterial puede estar eleva-
dos, más o menos abundantes, en una o ambas da (espasmo vascular), disminuida (reducción del
bases pulmonares. Este dato, junto con la intensi- volumen-minuto) o normal. La crisis tiene una
ficación por el decúbito y a menudo durante la duración variable (de minutos a horas) y puede
noche, una vez conciliado el sueño, la diferencia conducir al edema agudo de pulrión. En las gran-
de las disneas de origen pulmonar. des crisis, el enfermo aparece con cianosis pálida,
La disnea permanente es debida a la ¡nsufi- angustiado y sudoroso.
ciencia cardíaca izquierda o global avanzada. La me- 6. Insuficiencia cardíaca asmoide. Es una forma
joría con la posición sentada se debe al descenso broncospástica del asma cardíaca, difícil de dife-
del diafragma (aumenta la capacidad vital) y renciar de la crisis del asma esencial. En ambas
acumulación de la sangre en las extremidades in- hay bradipnea, disnea espiratoria, enfisema fun-
feriores y sistema esplácnico, con disminución cional y estertores secos (roncos, sibilancias) di-
de la estasis cerebral y de la sobrecarga del cora seminados. El diagnóstico clínico diferencial sólo
zón derecho. es posible valorando la presencia de estertores
El fallo ventricular derecho aislado no moti- bronquialveolares de estasis en la base y el alar-
va disnea; la que se observa en tales casos se gamiento del tiempo de circulación. Su patogenia
debe, casi siempre, a un proceso broncopulmo- se explica admitiendo que a las causas que moti-
nar crónico motivo de la sobrecarga; la disnea van el asma cardíaca clásica, se añaden espasmos
no muestra por ello el carácter ya descrito, sino de los músculos de Reisseisen por estimulación
el pulmonar. vagal directa (edema de la subrnucusa brunquial)
4. Respiración de Cheyne-Stokes (ciclopnea, de o indirecta (vagotonía de la madrugada).
Letamendi). En ésta, desempeña el papel principal
una disminución de la excitabilidad del centro
respiratorio tanto hipoxémicamente (en afeccio- Dolor precordial
Fotocopiar sin autorización es un delito.

nes vasculares del cerebro) como medicamento-


samente (con la administración de morfina). De Por dolor precordial entendemos las molestias
hecho, deben de participar primordialmente fac- más o menos intensas, continuas o paroxísticas
tores locales cerebrales; esto explicaría que la res- experimentadas por el paciente a nivel de esta re-
piración de Cheyne-Stokes prácticamente nunca gión.
se observe en lesiones valvulares, sino que se pre- Es un síntoma que puede observarse en car-
senta con gran preferencia en la hipertensión y en diópatas (aislado o formando parte de un com-
la esclerosis miocárdica (las cuales están asociadas plejo sindrómico más o menos amplio), en enfer-
con una afectación vascular general). Es propia de mos de otros aparatos o sistemas e incluso en
las cardiopatías izquierdas con circulación cere- personas sanas, pero con conflictos psíquicos.
S.A.

bral deficitaria. Esto obliga al médico a ser muy escrupuloso en


5. Asma cardíaca. Está motivada por el fallo su valoración.
O MASSON,

súbito del corazón izquierdo. Adopta, casi siem- Recordaremos que, de todos los dolores topo-
pre, un ritmo nocturno, incluso en aquellos pa- grafiables de nuestro organismo, el dolor precor-
196 Semiología médica y técnica exploratoria

dial es, quizás, el que despierta mayor carga afec- 2. Dolor precordial psicógeno. Al examen su-
tiva, el que preocupa más al enfermo, por la de- perficial parece de origen circulatorio. Son los lla-
ducción inmediata que hace de una posible car- mados falsos cardíacos. Se trata, casi regularmente,
dioangiopatía, cuyo peligro no ignora. de mujeres con estrés psíquico sostenido. El do-
Consideraremos sucesivamente los dolores pre- lor o molestias tienen una querencia especial
cordiales: para la región inframamaria izquierda, mamaria,
borde esternal izquierdo y, a veces, todo el hemi-
1. Dolor precordial no cardíaco. Su causa puede tórax izquierdo, en orden de mayor a menor fre-
radicar en: cuencia. El enfermo manifiesta su molestia apo-
yando horizontalmente la mano sobre la región
a) Pared torácica. Mamas péndulas, volumi- doliente, moviéndola frecuentemente en sentido
nosas, inflamadas o con tumores; paniculitis, transversal hacia la región axilar izquierda, sin
sobre todo en mujeres obesas; mialgias de los flexionar jamás los dedos como en el dolor cons-
músculos intercostales, consecutivas a esfuer- trictivo, Concomitantemente, se señala disnea
zos, a hiperventilación (en sujetos neuróticos), a suspirosa, irritabilidad, insomnio, profunda tris-
hipocalcemia (calambres) o a golpes de tos, etc.; teza con llanto frecuente e inmotivado.
síndrome precordial condrocostal de Fiegel y Juncadella Ferrer halló en todos los casos un
Kelling; herpes zóster o zona, en el que la pre- punto doloroso, exquisitamente localizado a ni-
sencia de vesículas asegura el diagnóstico; neu- vel de la articulación condrocostal de la 1V costi-
ralgia intercostal; radiculalgias de origen verte- lla izquierda. El dolor que se despierta a la pre-
bral, etc. sión en este punto, y que es mucho más intenso
b) Pleura, pulmón o mediastino, Traqueobron- que el provocado en cualquier otro lugar, no está,
quitis; cuerpos extraños bronquiales, neumonía; al parecer, relacionado con la estructura condo-
atelectasias; pleuritis aguda; mediastinitis reumá- costal, ya que se despierta también pellizcando la
tica o tumoral. piel en esta región. Asimismo, si con el dedo se
c) Abdomen. Aproximadamente, el 10-20 % mueve la piel arriba o abajo, el dolor sigue el des-
de los pacientes que presentan dolor en el hemi- lizamiento del dedo (punto precordial, de Junca-
tórax izquierdo tienen alteraciones de la cavidad della).
abdominal, responsables de sus manifestaciones Síntomas parecidos se señalan en las neurosis
dolorosas. Para atribuir a una afección digestiva cardiovasculares y en las distonias diencefaloen-
la causa del dolor precordial, es necesario que la docrinovegetativas, especialmente en aquellas
crisis corresponda a etapas de la digestión o al sintomáticas de la pubertad (catamenia, embara-
padecimiento de órganos incriminados. Las al- zo, menopausia e hipertiroidismo).
gias debidas a hernia del hiato esofágico rara vez Los autores alemanes Heyer, Hattingberg, Rom-
se desencadenan en relación con el esfuerzo, berg, Braun y Max Herr, entre otros, se ocuparon
pero sí se originan por las comidas abundantes, mucho en un cuadro clínico descrito con el nom-
movimientos bruscos de flexión del tronco o por bre de frenocardía o neurosis cardíaca sexual psi-
el decúbito supino. La distensión gástrica por ae- cógena. La caracterizan tres síntomas fundamen-
rofagia o pilorospasmo, la úlcera penetrante de la tales:
pequeña curvatura, las enfermedades de las vías
biliares (es frecuente la asociación de alteraciones a) Dolor en el lado izquierdo por contraccio-
vesiculares y coronaria), la pancreatitis aguda nes diafragmáticas, localizado en el lugar corres-
que ocasiona un cuadro de insuficiencia circula- pondiente a la punta del corazón.
toria periférica similar al del infarto de miocar- b) Bloqueo respiratorio.
dio, el bazo en pleno infarto, la flexura esplénica c) Palpitaciones e intenso eretismo cardíaco.
(origen de crisis dolorosas muy fuertes en el he- Como posibles causas figuran los «fraudes» emn-
mitórax izquierdo y relacionadas, casi siempre, pleados en las relaciones sexuales, como mastur-
con los movimientos respiratorios, pero que se bación, coltus interruptus, empleo de preservativos,
alivian con los movimientos intestinales y por traumas psicosexuales, impotencia psíquica, de-
expulsión del aire), etc., deben tenerse en cuenta cepciones amorosas, etc.
cuando se plantea el diagnóstico diferencial del
dolor precordial. 3. Dolor precordial por padecimiento cardíaco no
d) Sistema nervioso. El aura de la epilepsia primitivo. Se señala en los grandes esfuerzos y en
puede simular una crisis de ángor. las crisis hipertensivas del saturnismo, feocromo-
Cardiología. Angiología 197

citoma, inyección extemporánea de adrenalina, mentos súbitos de presión en la pequeña circula-


etc. En la hipertensión permanente, puede haber ción.
un dolor sordo asociado a pequeños grados de Los dolores precordiales angoroides se acom-
insuficiencia cardíaca, que no cede al reposo ni a pañan de intensa cianosis (angor ceruleus, angina
nitritos, pero que desaparece aliviando la carga hipercianótica de Jores).
cardíaca al disminuir las cifras tensionales. En la insuficiencia coronaria aguda (angina de
Los dolores cardíacos que acompañan a la dia- pecho o estenocardia”), el dolor anginoso aparece
betes, obesidad, xantomatosis, policitemia, trom- súbitamente con ocasión de un esfuerzo físico,
estrés psíquico, decúbito, por la vagotonía de la
3

,
boangitis obliterante, shock, etc., obedecen, en
realidad, a afectación coronaria por el favoreci- madrugada o pesadillas nocturnas, paso de una
miento que estas circunstancias significan para el habitación caliente a un ambiente frío, etc., y se
desarrollo de la arteriosclerosis y trombosis de localiza casi siempre debajo del esternón, en la
estos vasos. proximidad del hueco epigástrico o en área ele-
4. Dolor precordial por padecimiento cardíaco vada, a nivel del manubrio esternal, pero siempre
primitivo. El de origen pericárdico* sólo aparece en en la línea media (el «área de la corbata» de
los procesos inflamatorios agudos, con derrame Wenckebach) y casi nunca a la izquierda sobre la
o sin él. De asiento retrosternal, es oprimente y propia zona de proyección del corazón.
continuo, imadiándose al cuello, espalda; pero El enfermo lo describe aplicando la mano so-
nunca, al contrario de lo que ocurre con la angina bre la región dolorosa y flexionando los dedos en
de pecho, hacia el brazo izquierdo. Aumenta con garra. Se irradia hacia el hombro izquierdo, bor-
la inspiración profunda, posición echada y movi- de cubital del mismo lado y hasta la flexura del
mientos de deglución, y se alivia con las posicio- codo y los dos últimos dedos de la mano; en po-
nes genupectoral, plegaria mahometana y de cos casos ambos brazos y, excepcionalmente,
Blechmann. sólo hacia el brazo derecho (fig. 3-4). Son típicas
El músculo cardíaco es fuente de molestias: y características, ya que faltan en las precordial-
gias seudoanginosas, las irradiaciones altas hacia
a) En los esfuerzos corporales excesivos, inclu- el cuello, mentón, mandíbula, orejas, nuca. Se
so con coronarias sanas. La hipoxia dolorosa se acompañan de un componente motor (el brazo
produce por una demanda excesiva. Es oportuno izquierdo se envara; la nuca se hace pesada; la
el recuerdo de la legendaria carrera de Diomedón expansión del hemitórax izquierdo es difícil) y
desde Maratón a Atenas (42,195 km) para comu- de otro simpático (sudación, reacción pilosa,
nicar la victoria, y caer fulminado justo al llegar. hemicontractura facial, hormigueos, palidez [4n-
b) Cuando se inflama (miocarditis), como en gor pálido)). Otra característica de estás algiás es
los procesos reumáticos agudos. El dolor precor- la de difundirse la sensación visceral inconsciente
dial es difuso y continuo, sin irradiaciones espe- hacia los centros superiores, determinando fenó-
cíficas. menos de conciencia de padecimiento visceral
c) En las extrasístoles, ya sea como sensación
de angustia y opresión retrosternal o en forma de
dolores punzantes, que por cierto son más acen-
“El fallo coronario agudo motiva anoxia miocárdica, origen,
tuados en los sujetos de corazón sano que en los
Fotocopiar sin autorización es un delito.

a su vez, de una verdadera tempestad bioquímica, con produc-


cardiópatas. ción de sustancias (lactatos, polipéptidos, histamina, serotoni-
d) En la distensión brusca de alguna de sus ca- na, bradicinina, etc.) estimulantes de las fibras dolorosas de los
vidades, como sucede con la aurícula en la este- pequeños vasos (dolor muscular isquémico). Que la anoxia es
la causa algiógena, lo demuestra el hecho de que los dolores
nosis mitral durante un esfuerzo (punto de costa- pueden aparecer con coronarias sanas siempre que haya un de-
do auricular de Vaquez y Vilbonnet) y con el sequilibrio, con déficit, entre la oferta coronaria y la demanda
corazón derecho y arteria pulmonar en los au- miocárdica (esfuerzos excesivos, aumentos súbitos de presión
arterial). Esto explica los dolores angoroides en el colapso en
que la sangre se dirige hacia el sistema esplácnico; en la estre-
chez aórtica y mitral (por descenso de la tensión intraaórtica
"Su patogenia no está clara, habida cuenta de que tanto el con la reducción de la cantidad de sangre que de la aorta pene-
pericardio visceral como la superficie interna de la hoja parietal tra en el orificio de las coronarias), en la dilatación cardíaca con
S.A.

no contienen fibras dolorosas; se admite la coparticipación del estasis de las cavidades derechas, etc. Se produce también ano-
miocardio, por un lado, y de las formaciones contiguas (pleura, xia del miocardio cuando la sangre está alterada y no aporta la
O MASSON,

mediastino, diafragma), por otro, ya sea mediante la propaga- cantidad de oxígeno necesaria para el trabajo muscular; tal su-
ción del proceso flogótico o por la compresión que ejerce el cede en las anemias graves, en las grandes altitudes, en la into-
saco pericárdico distendido. xicación por CO.
198 Semiología médica y técnica exploratoria

MN 7s % TD) 12-18 % E3s8% PR" E? % MU % EJ <i %

Fig. 3-4. Regiones a las cuales se irradia el dolor en la angina de pecho y su frecuencia.

(cenestesias), con sensación de vida que se esca- gía digestiva con náuseas, vómitos, contractura
pa o de angustia mortal (syncopa angens; angor parietal abdominal; esta forma cardiogástrica del
animi). El enfermo, sorprendido por la brusque- infarto es, a veces, motivo de errores diagnósti-
dad de la crisis, queda inmóvil en la posición en cos graves. No es raro ver a un enfermo candida-
que se encuentra. Si se encuentra en la calle al so- to a una intervención de by-pass coronario, a
brevenir la crisis puede manifestarse en forma de quien se ha sometido recientemente a una cole-
accesos de corta duración (segundos o minutos), cistectomía. El examen electrocardiográfico es de
de crisis (sumación de accesos) o por un esta- gran valor diagnóstico.
do de mal anginoso, si bien, en tal caso, se sospe- Dressler describió, en 1956, una complicación
chará que se trata de la forma neurótica. El dolor del infarto de miocardio, que denominó «sindrome
anginoso de esfuerzo cede con la interrupción de postinfarto» en una clásica tríada sintomática, con
éste; el de decúbito, con la incorporación del en- pericarditis, pleuritis y neumonitis. Es relati-
fermo; el de la vagotonía de la madrugada o el de vamente frecuente, con numerosas formas frus-
las pesadillas, al recuperar el estado de vigilia, y tradas que comprenden la pericarditis aislada,
todos ellos, con vasodilatadores coronarios, en neumonitis, artralgias y prolongada hipertermia
especial, nitritos. asociada a eosinofilia.
Algunos anginosos por los esfuerzos refieren Debe diferenciarse de las manifestaciones re-
el caso curioso de que continuando la marcha cidivantes del infarto, lo que obliga a la prolonga-
(y sin medicación alguna) desaparece el dolor. da observación del trazado electrocardiográfico.
Wenckebach designa este fenómeno con el nom- Como quiera que existen terminaciones ner-
bre de second wind tomado de las carreras de ca- viosas en el endocardio, es posible la existencia
ballos, en las cuales el animal, en determinado de un dolor precordial de estirpe endocárdica,
momento, parece tomar nuevo aliento. sin negar la posibilidad de que el dolor sordo
Puede acompañarse de shock, fallo cardíaco y difuso o los pinchazos que aquejan a algunos
(con o sin trastornos del ritmo) o de sintomatolo- enfermos de endocarditis aguda sean motivados
Cardiología. Angiología 199

por la miocarditis, pericarditis o pleuritis conco- La inefectividad de algunas extrasístoles para


mitantes. lanzar sangre al árbol arterial motiva una sensa-
En las endocarditis agudas, se comprueba con ción de paro cardíaco momentáneo acompañada
cierta frecuencia una zona hiperalgésica a nivel de angustia o sin ella y un fallo en el pulso (pulso
de los segmentos dorsales II, II y IV, que desapa- deficitario extrasistólico).
rece al remitir el proceso. 2. Palpitación en salvas, o latido precordial
5. Dolor precordial por causas vasculares no car- persistente (al menos por un tiempo). Puede ser
díacas. Las más importantes son las que depen- de comienzo y terminación bruscos, como en la
den de la aorta, arteria pulmonar o cavas. El do- taquicardia paroxística y aleteo o fibrilación au-
lor de los aórticos resulta de estímulos causados ricular paroxística, o bien aparece y termina
por la distensión del vaso sobre los plexos car- gradualmente, como acontece después de un es-
dioaórticos; de la insuficiencia coronaria conco- fuerzo físico o emoción violenta o en estados pa-
mitante; de la propagación al mediastino del pro- tológicos como hipertiroidismo y anemia.
ceso inflamatorio determinante de la aortopatía,
así como de la irritación por compresión de los Las palpitaciones se observan en las siguientes
nervios sensitivos vecinos (dolores neuralgifor- circunstancias:
mes), si existe dilatación aneurismática del vaso.
La aortitis del segmento ascendente motiva 1. En sujetos normales. En ocasión de esfuer-
un dolor continuo, tensivo o constrictivo, retros- zos (si éstos son extraordinarios se presentan ex-
ternal alto, paroxismos con ocasión del esfuerzo, trasístoles, la mayor parte de las veces sin valor
crisis hipertensivas por la distensión brusca del patológico alguno), emociones, trabajos digesti-
vaso y plexo cardioaórtico. El dolor, en una en- vos, cambios de altitud, estancia en atmósferas
fermedad de la arteria pulmonar, puede ser debido confinadas, etc. La simpaticotonía las facilita, así
a la distensión súbita del vaso por hipertensión como la sensibilidad exagerada del sujeto por
aguda en la pequeña circulación, caso en que se mayor concentración, como acontece durante la
acompaña de cianosis (angor ceruleus, angina hi- soledad de la noche, y especialmente en posición
percianótica de Jores); a la coparticipación me- de decúbito lateral izquierdo, en la cual además
diastínica o a la insuficiencia coronaria derecha se agrega el mayor contacto del corazón contra la
refleja. pared torácica, o por concentrar el paciente su
De las cavopatías, sólo las Flebitis y trombofle- atención sobre su corazón.
bitis de la cava superior pueden originar dolor 2. En la neurosis cardiovascular. Que acom-
precordial, a veces intensísimo, con sensación si- paña al dolor precordial, casi siempre localizado
multánea de distensión y de calambres, espontá- en la región inframamaria, a la disnea suspirosa
neos o de esfuerzo, en los miembros superiores. y a la astenia. Se trata, casi siempre, de sujetos
jóvenes, longilíneos, sin alteración estructural
cardíaca.
Palpitaciones 3. En la mayoría de lesiones valvulares, mio-
cárdicas o del pericardío. Son llamativas en la este-
Son la cenestesia del latido cardíaco. Éste es nosis mitral, incluso en los casos iniciales.
percibido ya sea como sensación de paro súbito, 4. En múltiples procesos no cardíacos, Como
Fotocopiar sin autorización es un delito.

angustia y opresión retrosternal, o bajo la forma son, sin pretender agotar la lista, la hipertensión
de dolores punzantes precordiales. Suelen sentir- sistémica esencial o sintomática; el hipertiroidis-
las más los sujetos de corazón sano, pero con mo, en que este síntoma puede ser permanente o
distonía neurovegetativa, que los cardiópatas. por crisis (incluso paroxísticas); el climaterio, so-
Desde el punto de vista semiológico, las palpita- bre todo durante los sofocos y, principalmente,
ciones pueden dividirse en: cuando hay reacción hipertiroidea; la plétora ab-
dominal y, en general, la obesidad, gravidez, tu-
1. Palpitación aislada, o sensación de latido mores y quistes del abdomen, por dislocación de
precordial único. Puede repetirse de tanto en tan- la víscera cardíaca; la epilepsia (aura cardíaca);
to. Es característica de las extrasistoles con pau- ciertas intoxicaciones habituales (tabaco, alcohol,
S.A.

sas extrasistólicas, porque la contracción percibi- café, té, mate), medicamentosas (digitálica, mor-
da no es la extrasístole, sino la contracción más fínica, cocaínica, por extractos tiroideos, etc.), ac-
GO MASSON,

enérgica que la sigue, resultado del mayor llena- cidentales o profesionales (gas, ácido cianhídrico,
do cardíaco por la pausa extrasistólica. benzol, gasolina), etc.
200 Semiología médica y técnica exploratoria

Vemos, pues, que este síntoma es de aparición dos los centros corticales, la respiración es regida
bastante frecuente, tanto en sujetos sanos como únicamente por el centro respiratorio; éste se ex-
en enfermos del corazón o de otros órganos. cita y fuerza respiraciones violentas que despier-
tan bruscamente y asustan al paciente.
El médico debe tomar, frente a las palpitacio- El motivo del elevado contenido en proteínas
nes, una actitud bien definida, la de no consíde- del líquido que invade los alvéolos se atribuye a
rarlas como síntoma trivial y sin importancia, la alteración de la permeabilidad capilar.
mientras el interrogatorio más detenido y la ex-
ploración más concienzuda no lo autoricen a ello.
Congestión pasiva pulmonar
Edema agudo de pulmón Se traduce, al examen físico, por un leve au-
mento de tono a la percusión en una o ambas ba
La estasis pasiva pulmonar propia de las car- ses pulmonares y por la auscultación de unos
diopatías izquierdas descompensadas, así como estertores identificados como crepitaciones, lla-
los posibles episodios embólicos o trombóticos, mados estertores de estasis por cuanto traducen un
motivan una rica sintomatología clínica centrada cierto grado de alveolitis exudativa. Son especial-
por la disnea. Sus síntomas clínicos son disnea mente audibles cuando el paciente ha estado un
violenta y creciente, con palidez y cianosis (livi- buen rato en decúbito dorsal. Según se coloque el
dez). El tórax está insuflado, con un sonido plexi- paciente en un decúbito lateral o en otro, pueden
métrico timpánico. A la auscultación, se perciben aparecer y desaparecer alternativamente (signo de
roncos, sibilancias y estertores bronquialveolares los estertores en báscula o de Morrison).
de estasis. A distancia, los estertores se oyen En la insuficiencia del ventrículo izquierdo, su va-
«como si en el pecho hirviera un puchero». La tos lor diagnóstico es considerable, pues además de
expulsa copiosa expectoración fluida, espumosa, ser su signo más precoz, es el último en desapa-
frecuentemente rojiza, que semeja clara de hue- recer al restablecerse la compensación.
vo batida por contener abundante albúmina. El La auscultación pulmonar es normal en las
corazón. suele estar agrandado y se auscultan a cardiopatías derechas (pues no hay estasis pul-
veces soplos y ritmo de galope. El pulso es rápi- monar pasiva) en las que puede caerse en el error
do, rítmico o no, y casi siempre hipotenso. El de tomar como de origen cardíaco los ruidos
cuadro rara vez remite espontáneamente; el final bronquiales que presentan, por lo general, estos
suele ocurrir por broncoplejía asfíctica o fibrila- enfermos bronquíticos crónicos, con asma y enfi-
ción ventricular. sema o sin ellos.
Las causas del asma cardíaca y del edema agu-
do del pulmón (no inflamatorio) son complejas;
ocurren cuando, por fallo súbito del corazón iz- Derrames pleurales
quierdo, siendo el derecho eficiente, se produce
una hipertensión capilar pulmonar superior a la Los de origen mecánico (hidrotórax) son fre-
osmótica del plasma (30 mm Hg), motivo de tra- cuentes en la insuficiencia crónica del ventrículo
sudación de este último en los alvéolos; cuentan, izquierdo y en la global; en la del corazón dere-
además, alteraciones secundarias de los capilares, cho suelen faltar, aun en casos de edemas gene-
alvéolos y tejido intersticial (barrera alveolocapi- ralizados con ascitis o sin ella. Su evolución es
lar). Su aparición por la noche, rara vez de día, se insidiosa y muchas veces se sospecha frente al
explica por hipervagotonía y acidosis periférica aumento de la disnea o el fracaso de la medica-
nocturnas con hiperexcitabilidad del centro respi- ción tónica cardíaca. Si el líquido es escaso, se
ratorio y anulación parcial de los reflejos de de- descubre antes por exploración física (disminu-
fensa, lo que hace posible que estímulos míni- ción de la sonoridad percutoria, anomalías en la
mos, Inoperantes en otras circunstancias, auscultación de la voz alta o baja) que por exa-
conduzcan, sin gradación alguna, a la crisis dis- men radiológico.
neica paroxística. Durante el día, los centros corti- El líquido trasudado puede localizarse en la
cales impiden que esta hiperexcitabilidad se haga pleura libre (eventualidad frecuente) o en las ci-
consciente, provocando respiraciones profundas suras.
que expulsan el CO, acumulado en los pulmones; En el primer caso, suele preferir el lado dere-
durante el sueño, y por quedar desconectados to- cho, aunque con frecuencia (25-30 %) es bilate-
Cardiología. Angiología 201

ral. Para explicar esta predilección se han invoca- nosis mitral con una gran aurícula izquierda), se
do la acción de la gravedad, pues el cardiópata acompaña de ronquera y toma carácter bitonal.
prefiere el decúbito lateral derecho; la mayor ne-
gatividad de la presión pleural de este lado; la
mayor superficie de la pleura visceral derecha (el Expectoración
pulmón es trilobulado), favorecedora de una ma-
yor trasudación; la compresión de la vena ácigos La expectoración del cardíaco puede ser mu-
mayor contra el hilio pulmonar al ser traccionada cosa, albuminosa (edema pulmonar agudo), pu-
por el ventrículo dilatado y el hecho de que la rulenta (en la bronquitis asociada) o hemática
circulación de retorno pleural derecha desagua (estasis pulmonar e infarto del pulmón).
directamente en la ácigos mayor, mientras que la
izquierda lo hace por intermedio de la ácigos me-
nor (en su consecuencia, cualquier conflicto está- Hemoptisis
sico de la cava superior se manifestará antes en la
ácigos mayor [derecha] que en la menor). Puede presentarse como fenómeno aislado,
El derrame cisural de origen cardíaco se pre- esporádico, o como episodio recidivante. La car-
senta, casi siempre, en la cisura superior derecha, diopatía más hemoptizante es la estenosis mitral
aislado o asociado muchas veces a derrames homo (10-18 %) y a expensas de las anastomosis entre
o contralaterales. Origina sombras atípicas (no las pequeñas ramas tributarias de las venas pul-
rara vez tomadas por quistes o tumores) que de- monares y las hiliares, afluentes de las venas áci-
saparecen cuando el tratamiento tónico cardíaco gos. Estas hemoptisis, más impresionantes que
es eficaz; ello ha permitido a Gefter designarlas graves, se observan en sujetos jóvenes, recidivan
como vanishing tumors of the lung (tumores eva- de manera caprichosa durante meses o años, y
nescentes o tumores fantasmas del pulmón). luego desaparecen definitivamente.
Recordaremos que el derrame cardíaco es de Otras causas de hemoptisis son el cor pulmona-
naturaleza mecánica (trasudado), salvo si obede- le, los infartos (suelen observarse esputos rojos o
ce a un infarto que afecta la periferia del pulmón negruzcos) y los procesos vasculares esclerosos
y la pleura, caso en que adquiere características del pulmón. En algunos casos, puede ser muy co-
inflamatorias, llegando incluso a supurar si aqué- piosa e incluso causa de muerte inmediata, como
lla se perfora. ocurre cuando un aneurisma aórtico ulcera y se
abre paso en una pared bronquial.

Tos
Infarto pulmonar
Su causa más frecuente es la congestión pasi-
va del pulmón, caso en el cual suele ser húmeda Es consecuencia de la obliteración de un vaso
y productiva, mientras que la de origen pleural por un émbolo o trombo. La estasis pulmonar fa-
(infarto) o pericardio (pericarditis) es seca, no vorece su aparición. Las embolias dependen de
productiva. Un elemento bastante útil para dife- coágulos que se forman en el corazón derecho,
renciar la tos cardiógena de la propia de las en- con ocasión de una estenosis mitral, endocarditis
Fotocopiar sin autorización es un delito.

fermedades respiratorias es que los pacientes mi- vegetante séptica, etc., o en las venas femorales y
trales y los enfermos de insuficiencia ventricular pelvianas (Hlebotrombosis) por el reposo excesivo
izquierda tosen, sobre todo, después de los es- en cama.
fuerzos físicos y durante la noche, cuando se Las grandes embolias motivan la muerte súbi-
acuestan, como consecuencia del aumento en la ta o un cor pulmonale agudo, las pequeñas provo-
congestión de los pulmones. Los pacientes con can disnea angustiosa, aceleración del pulso, do-
bronconeumopatías crónicas tosen sobre todo en lor (no siempre y no inmediato) y expectoración
la mañana al despertarse (hacen, como suele de- hemoptoica (50 %).
cirse, «la limpieza matutina de sus bronquios»).
Los tumores mediastínicos y el aneurisma de
S.A.

la aorta producen tos por presión directa sobre la Disfagia


tráquea y congestión de su mucosa. Esta tos suele
O MASSON,

empeorar en la posición decúbita. Si se afecta el Es poco frecuente en las cardiopatías. Puede


nervio recurrente (cosa también posible en la este- obedecer a la compresión esofágica por una gran
202 Semiología médica y técnica exploratoria

ectasia auricular (estenosis mitral) o aórtica, o menudo irradiados al hombro derecho, que a ve-
por un copioso derrame pleural; a esofagospas- ces se parecen a los cólicos hepáticos y pueden
mos o cardiospasmos sintomáticos de acciones exacerbarse durante la hiperemia del hígado, la
irritativas de vecindad o de varices esofágicas; a cual se produce fisiológicamente después de cada
la compresión esofágica posterior por el naci- comida o con ocasión de esfuerzos (hepatalgia de
miento a la izquierda, de la arteria subclavia de- esfuerzo, de Lenegre). En este Caso, actúa disten-
recha (disfagia lusoria de Bayford), en la cual las diéndose o contrayéndose según lo requiera la
degluciones coinciden siempre con palpitaciones tensión de la red suprahepática > cava inferior
y pequeñez de pulso en la radial derccha, y a > aurícula derecha. Si la estasis se prolonga
la pericarditis con derrame (forma hidrofóbica de (congestión hepática pasiva) esta amplitud con-
Gendrin). tráctil mengua y el volumen del hígado sólo dis-
minuye con la descongestión terapéutica de la
circulación venosa que afluye al corazón dere-
Dispepsia gástrica cho, o cuando se pone a éste en condiciones de
aumentar su volumen-minuto.
Puede adoptar los tipos hiperesténico (acidis- El tamaño del hígado de estasis es moderado;
mo, pirosis, náuseas, vómitos) o hiposténico (len- el lóbulo izquierdo es el primero en agrandarse y
gua saburral, pesadez y distensión epigástrica el último en vaciarse, a causa de la distinta dispo-
posprandial, eructación fácil, etc.). Suele ser sin- sición anatómica de las venas suprahepáticas. Su
tomática de la congestión activa o pasiva del consistencia es dura; su superficie, lisa; su borde,
hígado y de la gastropatía ectásica por hiperten- romo y doloroso a la presión, sensibilidad que se
sión portal. Determinados fármacos agravan los embota con el tiempo.
síntomas. En relación con el hígado de estasis cardíaca,
se han descrito dos signos de cierto valor diagnóstico:

Hepatomegalia (hígado de estasis)' 1. Pulso hepático. Consiste en la expansión


sistólica del hígado. Es casi constante en la insufi-
Se observa, principalmente, en la insuficiencia ciencia tricuspídea orgánica o funcional. Tam-
cardíaca con estasis de aflujo y en la pericarditis bién se ha descrito en el «síndrome de Lutemba-
constrictiva. La sangre acumulada en el hígado cher» (comunicación interauricular + estenosis
distiende su cápsula, con lo que se producen mo- mitral) y en la doble lesión tricuspídea. Los movi-
lestias subjetivas, como sensaciones de tensión y mientos expansivos del hígado son fáciles de evi-
plenitud en la parte alta del abdomen y, en los denciar por inspección (fenómeno de báscula, de
casos agudos, congestión hepática activa (como Dressler), y sobre todo, por palpación, colocando
en la insuficiencia cardíaca aguda y durante acce- una mano atrás contra las últimas costillas, y la
sos de taquicardia paroxística), dolores intensos a otra delante aprisionando el borde anterior del
hígado.
El pulso hepático verdadero debe diferenciar-
se del transmitido o falso, motivado por pulsacio-
La estasis de las venas suprahepáticas distiende las centro-
lobulillares y sus capilares, con atrofia de las trabéculas hepáti-
nes propagadas a partir de la aorta abdominal
cas de las partes centrales, como consecuencia de la presión y (especialmente cuando hay insuficiencia aórtica)
mala nutrición; el endotelio reticular de los sinusoides se hiper- o del ventrículo derecho, cosa fácil si tenemos en
plasia con formación de fibras precolágenas (reticulares, argen- cuenta que en este faltan los movimientos ex-
tófilas), sobre todo en las proximidades de las venas centrales.
Estas alteraciones histopatológicas dan al hígado un aspecto tí-
pansivos rítmicos de la víscera.
pico (hígado moscado, de Kierman, o atrofia cianótica, de Eppin- 2. Reflujo hepatoyugular. Es positivo en el
ger), en el que destaca el color rojo violáceo centrolobuliilar (la- hígado cardíaco. Su exploración debe realizarse
gos sanguíneos), el amarillo de las células con degeneración apretando con una mano el abdomen o haciendo
grasa y el amarillo grisáceo de las células intactas. Todo el ór-
gano aumenta de consistencia (induración ectásica, mal llamada
elevar los pies del paciente. No es aconsejable
cirrosis cardíaca, pues rara vez existen cicatrices fibrosas que presionar sobre la zona hepática, ya que al apre-
desorganicen ni neoformación de lobulillos). Esta induración ciar dolor, el enfermo deja de respirar (maniobra
suele ser especialmente acentuada en los casos de estasis hepá- de Valsalva), ocasionando un aumento de la pre-
tica que acompaña a la pericarditis hiperplásica lardácea, en los
cuales la cubierta serosa del hígado presenta también gran en-
sión venosa (> 2 cm de agua) y posterior dilata-
grosamiento fibroso retráctil, semejando al corte del turrón de ción de las venas yugulares (reflejo hepatoyugular
nieve relleno o la almendra garrapiñada. falsamente positivo).
Cardiología. Angiología 203

Esplenomegalia y después de un esfuerzo de cuantía conocida.


En los sujetos sanos, la diferencia es mínima y,
El bazo se palpa pocas veces en la descom- en cambio, es llamativa en los cardíacos conges-
pensación circulatoria congestiva, en contraste tivos y en los esclerosos vasculares.
con lo que ocurre con el hígado; esto se debe a su En la congestión cardíaca crónica, se observa un
rigidez y mayor resistencia a la distensión, sobre síndrome renal motivado por el llamado «riñón
todo en los individuos ancianos. Su hallazgo in- de estasis», que cuenta como datos positivos las
duce a pensar en una cardiopatía séptica o reu- alteraciones en la cantidad y composición de la
mática evolutiva. Cuando es asiento de embolia orina, y como negativos la ausencia de edemas
(endocarditis bacteriana, estenosis mitral, etc.), (los que muestra el paciente son de origen car-
es posible la percepción auditiva o táctil de fro- diógeno), de retención ureica y de hipertensión
tes; en la insuficiencia tricuspidea puede pulsar arterial.
(pulso esplénico) sincrónicamente con el hígado. La olíguria es un signo precoz de fallo cardíaco
derecho. Sus características son las siguientes:

Ascitis 1. Guarda relación con la intensidad del fallo


cardíaco y de la estasis hepática. La diuresis puede
Para producirse precisa la compresión de la llegar a cantidades pequeñas, hasta de 40-50 ml
vena cava inferior a nivel suprahepático. El líqui- en las 24 horas. Depende, en parte, de la dis-
do suele tener las características de un derrame minución del filtrado glomerular y, fundamen-
mecánico (trasudado). Se observa en la conges- talmente, de una excesiva resorción tubular del
tión crónica, en la pericarditis constrictiva con agua, y a su vez en relación con una producción
perihepatitis productiva y retráctil (seudocirrosis excesiva de hormona antidiurética hipofisaria y
hepática pericardítica o síndrome de Eriedel-Pick) o de aldosterona.
sin ella, y sobre todo en la estenosis tricuspídea, 2. Carácter ortostático. Así como en las perso-
contrastando con el discreto edema parietal y de nas sanas la diuresis diurna es mayor que la noc-
las extremidades inferiores. turna, en los cardiópatas, este ritmo se invierte y
la cantidad de orina emitida por la noche es ma-
yor que la que se emite durante el día. Este signo
Trastornos intestinales (nicturia) sólo falta en situaciones extremas, en las
cuales la oliguria es tan intensa que no llega ni si-
Citaremos el meteorismo, por paresia muscu- quiera a existir la relativa poliuria noctuma. Se
lar y resorción dificultada de los gases, que no es explica porque la posición de decúbito favore-
raro que preceda o acompañe a la ascitis; el estre- ce el trabajo del riñón y la movilización de los
fimiento (poco ejercicio corporal, alimentación edemas fraguados durante el ortostatismo diur-
restringida y pobre en residuos), favorecedora de no. Diversos autores valoran la disminución noc-
hemorroides; crisis dolorosas paroxísticas con turna de la hormona antidiurética hipofisaria y
paresia intestinal o diarreas por reducción transi- de la aldosterona.
toria del aflujo mesentérico con ocasión de comi-
das copiosas (dispragia intermitente arteriosclerótica) Esta oliguria se interfiere cuando coexisten
Fotocopiar sin autorización es un delito,

o de angiospasmos en los hipertensos. En la oclu- elementos creadores de poliuria, por ejemplo,


sión de los vasos mesentéricos por embolia o ciertas insuficiencias renales, diabetes mellitus o
trombosis, se produce el cuadro abdominal agu- diabetes insípida.
do del íleo paralítico, La orina es densa, pigmentada (urobilina) con
discreta albuminuria. En el sedimento se encuen-
tran bastantes hematíes, leucocitos y algunos ci-
Trastornos renales lindros hialinos y granulosos.
No hay formación de edemas de origen renal,
Guardan relación con el grado de insuficiencia no existe hipertensión, y la cifra de urea en la
cardíaca. Si ésta es leve, la función renal apenas sangre es normal o baja, excepto en los casos de
S.A.

se altera, evidenciándose los ligeros trastornos oliguria en que puede aumentar.


O MAS5ON,

con la prueba de la proteinuria de esfuerzo, de En las cardiopatías sépticas son frecuentes los
Brummer, en la que se determina (con micromé- infartos renales por oclusión arterial embólica. Su
todos) la cantidad de albúmina en la orina antes diagnóstico se establece por un dolor brusco en
204 Semiología médica y técnica exploratoria

el flanco o en el abdomen, con albuminuria y he- En la gran insuficiencia cardíaca, no es rara


maturia, y una pielografía que evidencia defor- una verdadera psicosis (delirio asistólico, de Regis);
midad y repleción incompleta de los cálices. reviste la forma de una confusión mental subagu-
En la endocarditis maligna lenta, la nota renal da, con delirio onírico alucinatorio. Es de mal
suele ser acentuada pues puede observarse la glo- pronóstico. Se atribuye a la estasis venosa cere-
merulonefritis embólica, con pequeños focos he- bral y a trastornos metabólicos, por la anoxia de
morrágicos, o la difusa aguda con hematuria, hi- la célula nerviosa.
pertensión, ederna e insuficiencia rerial. Las fobias yatrógenas, es decir, despertadas por
los propios médicos, no constituyen rarezas. Sin
atender al estado emocional o a la constitución
Trastornos genitales de los pacientes que los escuchan, ciertos médi-
cos no miden sus palabras, ni consideran los ma-
Citaremos la dificultad para el coito, por mala les que pueden acarrear empleando expresiones
repleción de los cuerpos cavernosos del pene en o asumiendo actitudes que impresionan viva-
la obliteración aortoilíaca de Leriche, y la conges- mente al paciente, ya bajo intensa tensión ner-
tión pélvica, motivo de menorragias en la esteno- viosa. «Percibo un discreto soplo en la punta de
sis mitral (y, en general, cualquier cardiopatía su corazón». «Tiene usted un pequeño refuerzo
descompensada), y que culmina en el llamado del segundo tono». «Noto la presencia de extra-
útero cardíaco de Dalché. sístoles». «Su presión está algo aumentada». Aun-
En la congestión crónica, se observa el edema que añadan luego que no hay gravedad alguna
del escroto, que aparece liso, brillante; y de la y que no corre ningún peligro, el paciente piensa
piel del prepucio y pene. Éste se presenta, algu- que padece una afección cardíaca seria que el
nas veces, encorvado en forma que se ha compa- médico busca atenuar para no alarmarlo. Y si la
rado a la de una trompeta. No son raras la exuda medicación prescrita contiene tónicos cardíacos,
ción serosa de la túnica vaginal (hidrocele) y la o si el régimen recomendado le impide realizar
dilatación varicosa de las venas del cordón esper- cualquier esfuerzo físico, el paciente encuentra
mático (varicocele). una confirmación de su sospecha y será difícil
arrancarle la idea de que realmente «padece del
corazón».
Trastornos psíquicos
Son más frecuentes si la insuficiencia cardíaca Trastornos neurológicos
recae en sujetos con arteriosclerosis cerebral. En
las cardiopatías congénitas, así como en las lesio- Los síntomas por parte del sistema nervioso
nes vasculares que datan de la primera infancia, central dependen ya de alteraciones hiperémicas,
puede quedar imperfecto el desarrollo de las fa- ya de estados anémicos, ya de procesos embóli-
cultades intelectuales, y en este caso los enfer- cos y hemorrágicos.
mos son apáticos y regañones, aprenden con difi Cabe distinguir los trastornos debidos a lesión
cultad y tienen el carácter huraño y retraído. Si la vascular local (arteriosclerosis, arteritis de los va-
dolencia vascular o cardíaca se adquiere en edad sos cerebrales), sin insuficiencia circulatoria, de
más avanzada, no es raro observar trastornos del aquellos (los únicos que nos ocuparán) que,
carácter. transcurriendo con vasos sanos, tienen su origen
Las molestias físicas derivadas de su disnea, y están subordinados a la eficiencia cardiovas-
edemas y obligada inmovilidad, junto al miedo cular:
que supone saberse enfermo de un órgano tan vi-
tal como es el corazón, los acongojan y desalien- 1. Anomalías del sueño. La tendencia inven-
tan. Los sujetos que padecen valvulopatías mitra- cible al sueño se observa en las cardiopatías
les propenden a los estados melancólicos; los congestivas cianógenas. El insomnio, en los car-
aórticos, más a la excitabilidad. diópatas, es, a veces, signo premonitorio de
En la restricción hidrosalina excesiva, Schemm empeoramiento, sobre todo en los individuos an-
ha descrito un síndrome psíquico con desorienta- cianos, o una complicación no rara en la insufi-
ción en el espacio y tiempo, cefalea gravativa, vér- ciencia cardíaca. Puede ser el resultado de una or-
tigos e intensa adinamia que remite al hidratar al topnea poco definida, debida a insuficiencia
paciente y administrarle sodio y potasio. ventricular izquierda, congestión pasiva pulmo-
Cardiología. Angiologia 205

nar y a una modificación del mecanismo central enfermo advierte solamente un eclipse efímero
del sueño. Su relación directa con el fallo cardía- de sus funciones mentales, que constituye una
co puede demostrarse por su corrección al res- laguna en el campo de su conciencia, a la que se
taurarse la compensación. En los cardiópatas no ha dado el nombre de «ausencia».
compensados, son frecuentes las pesadillas an- El síncope implica la pérdida completa de la
gustiosas a su vez desencadenantes de crisis dis- conciencia, con caída del enfermo; el pulso y
neicas nocturnas. los ruidos del corazón faltan por completo, aun
2. Cefalea. Suele ser tensiva y continua en cuando en algunos casos el registro electrocardio-
las cardiopatías congestivas cianógenas; nocturna gráfico permite reconocer alguna actividad anor-
en la arteritis temporal de Horton, y matutina en mal del corazón, como la fibrilación ventricular;
los hipertensos arteriales y jaquecosos, por la de todas maneras, aunque esta actividad pueda
congestión venosa nocturna. Las intensas y paro- ser excepcionalmente objetivada, la expulsión
xísticas que se presentan en las endocarditis sép- sistólica ventricular ha desaparecido, por lo que
ticas pueden obedecer a pequeñas hemorragias el enfermo adquiere una palidez cadavérica que
meníngeas consecutivas a microembolias de las evoluciona progresivamente hacia la cianosis al
arteriolas meníngeas. suspenderse el automatismo respiratorio. En este
3. Anomalías visuales. Los síntomas visuales momento, es común observar al enfermo franca-
se deben a la mala irrigación de la retina o a is- mente amoratado, con sus funciones cardíacas y
quemia del córtex occipital. Se observan en la respiratorias suspendidas, abundante espuma en
trombosis carotídea, arteritis temporal y proce- los labios, desviación conjugada de los ojos y
sos esclerosos del sistema vertebral-basilar; en convulsiones. El síncope suele ser pasajero, y el
estos últimos, son frecuentes las crisis recurren- cuadro cede con rapidez tan pronto el corazón
tes de visión borrosa bilateral transitoria o reduc- reanuda su marcha. De persistir, puede provocar
ción visual, acompañadas, en ocasiones, de fo- la muerte del paciente.
topsias. Hoyt las considera signos premonitorios Estos episodios no suelen repetirse a menudo
de muerte repentina. en el mismo enfermo, aunque a veces pueden
4. Vértigos. Son determinados por una falta hacerlo; entonces se precisa de la inserción de un
de sangre en el aparato vestibular, ya sea por un marcapasos cardíaco para control.
espasmo (hipertensión arterial), por estenosis de Entre las causas periféricas de lipotimia y de sín-
la arteria nutricia (arteriosclerosis) o por hipoten- cope, citaremos:
sión arterial constitucional o sintomática.
La insuficiencia aórtica (por la pérdida diastó- a) Shocks emocionales. Que muchas veces no
lica que significa), los aneurismas de la aorta (por guardan proporción con la magnitud del insul-
el retraso que determinan en el flujo de sangre to y sí, quizá, con el estado psíquico o anímico
hacia el encéfalo), el síndrome de Stokes-Adams, del sujeto, casi siempre joven y del sexo feme-
la insuficiencia cardíaca (en la que el cerebro su- nino.
fre la marea pasiva congestiva debida a la lenti- b) Hipersensibilidad del seno carotídeo. Que res-
tud de la corriente) son otras tantas causas que ponde a excitaciones mínimas (presión del cuello
aumentan la historia mórbida de los vértigos. duro de la camisa, rascado) con intensa vasodila-
5. Lipotimia. Síncope. Shock o colapso. lanto tación general y la subsiguiente caida de tensión.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

la lipotimia como el síncope son el resultado de c) Traumatismos accidentales. De las regiones


un estado más o menos duradero de isquemia prelaríngea, testicular, epigástrica o las punciones
encefálica, ya sea de causa central cardíaca o vas- pleurales o de otras serosas.
cular periférica. d) Cambios de postura. Al pasar del clinosta-
La lipotimia (desmayo, vahído, desvanecimien- tismo a la posición ortostática (síncope postural),
to) consiste en la obnubilación de la conciencia por fallo de los mecanismos de regulación vaso-
con adinamia, que puede culminar con la caída al motora, como ocurre en sujetos vegetativolábi-
suelo. Se observa palidez intensa, sudación fría y les, esclerosos vasculares y en los grandes varico-
profusa, pulso lento y débil y respiración superfi- sos por acumularse la sangre en las piernas al
cial; la recuperación es rápida en segundos o mi- incorporarse. Soriano y Atmatller Trías señalaron
S.A.

nutos, dejando un estado de lasitud, con náuseas obnubilación de la conciencia en forma de crisis
y a veces vómitos. Cuando la obnubilación men- en los sujetos con trombosis de la vena cava su-
O MASSON,

tal es demasiado fugaz, el cuadro característico perior cuando mantienen un rato la cabeza aga-
de la lipotimia no llega a producirse; entonces, el chada hacia el suelo en la posición adoptada por
206 Semiología médica y técnica exploratoria

los campesinos al cavar la tierra. Este fenómeno, 6. Crisis convulsiva (epilepsia cardíaca). Se
conocido como «signo del azadón», se explica observan con relativa frecuencia, y es posible la
por el aumento brusco de la estasis venosa ce- confusión diagnóstica con la epilepsia esencial.
rebral. Se admite que la anoxia cerebral obra como estí-
e) Aviadores. En los cambios bruscos de la di- mulo irritativo convulsionante.
rección del vuelo, con grandes desplazamientos 7. Sindrome de Morgagni-Adams-Stokes. Se
de la columna hemática que dejan sin irrigación designa con este nombre todo trastorno del rit-
el cerebro durante unos segundos. mo cardiaco que comienza y termina abrupta-
P Tos y micción. Trastornos de la conciencia mente y causa una interrupción tal de la circula-
que se observan en la fase hipotensiva que sigue ción que origina una isquemia cerebral más o
a los esfuerzos de la tos y durante la micción. menos completa. Se ha señalado en el bloqueo
auriculoventricular completo (Morgagni descri-
El síncope cardiógeno se señala, a su vez: bió minuciosamente en 1765 el síndrome de
«sincope con pulso lento»), fibrilación auricular
a) Por fibrilación ventricular, en la insuficiencia pasajera y taquicardia paroxística (sick sinus syn-
coronaria. drome, de los autores ingleses).
b) Enel bloqueo auriculoventricular. De Boer ha señalado que la crisis puede ser
e) Enla taquicardia paroxística. tan breve que los presentes no se dan cuenta
d) En el taponamiento cardíaco agudo, por he- y tan sólo el médico que preste atención puede
mopericardias. observarla; ve entonces la mirada fija y palidez al-
e) En la estenosis aórtica con angina de pecho ternando con rubor. El paciente, a veces, percibe
(síncope de esfuerzo). centelleos, sufre vértigo y sensaciones extrañas.
f En algunos casos de bradicardia sinusal ex- En el ataque grave, presenta una palidez ca-
trema. davérica, puede desplomarse súbitamente y 3u-
g) Enel infarto de miocardio y aun en simples frir convulsiones generalizadas. La respiración se
crisis anginosas. hace estertorosa y aparece incontinencia de orina
y heces. Los ataques pueden presentarse sólo de
El colapso o shock es un cuadro grave que se vez en cuando o sucederse con frecuencia (estado
instaura a causa de una pérdida progresiva del de mal).
volumen circulatorio, ya sea por hemorragia o En las crisis desencadenadas por un bloqueo
por pérdida de plasma, como sucede en las que- completo se puede auscultar el latido auricular.
maduras extensas (la disminución de la presión Si la interrupción de la circulación cerebral dura
oncótica determina la pérdida de líquidos res- unos segundos, no hay apenas anomalías; si es
ponsables de la hemoconcentración y, por consi- de unos 8 s, hay vértigos; si persiste unos 10 s,
guiente, del volumen circulatorio). Se observa inconsciencia, y si dura más, crisis convulsivas
también en la deshidratación (pérdida de agua) e análogas a las epilépticas. La interrupción circula-
hiposalemia (pérdida de electrólitos). toria de más de 5 min es letal.
La hipovolemia ocasiona la disminución del 8. Hemiplejía. Es una complicación grave y
retorno venoso al corazón, con reducción del vo- a menudo terminal de muchas cardiopatías. La
lumen minuto y caída de la tensión arterial, lo causa es una trombosis cerebral o un émbolo
cual da lugar a una hipoxia hística generalizada procedente de una aurícula distendida (estenosis
que altera la permeabilidad capilar y aumenta la mitral), de unas vegetaciones valvulares (endo-
pérdida de líquidos y proteínas plasmáticas, que carditis vegetantes) o parietales (infarto cardíaco
incrementan la hipovolemia. subendocárdico) o de un tumor intracardíaco
El cuadro clínico del colapso se caracteriza (mixoma).
por la hipotensión extrema con pulso filiforme e La parálisis puede ser total y con mayor fre-
imperceptible, taquipnea y facies hipocrática, con cuencia braquiofacial. Suele afectarse el lado de-
la piel fría (con sudación pegajosa característica) recho, pues las embalias eligen, en la mayoría de
de color grisáceo cianótica por vasoconstricción. los casos, el territorio de la carótida izquierda,
El enfermo, primero inquieto, cae en un estado vaso que continúa la dirección del cayado, mien-
de apatía e indiferencia que conduce al coma con tras la carótida derecha lo aborda en ángulo rec-
arreflexia tendinosa e incontinencia de esfínteres. to. Episodios fugaces de hemiplejía transitoria se
La oliguria es constante, y la anuria es un signo observan en las lesiones carotídeas y de los vasos
de mal pronóstico. del sistema vertebral basilar.
Cardiología. Angiología 207

9. Síndrome hemiplejía-meningrtis (Pedro-Pons, nea les permite mantener el decúbito dorsal) y en


Solé Llenas). Este síndrome se da en la endocar- la obstrucción de la vena cava superior. Se dife-
ditis lenta. No se trata de una meningitis bacte- rencia del edema facial nefrítico en que es cianó-
riana, dada la ausencia de gérmenes en el frotis y tico y se acompaña de la ingurgitación de las ve-
negatividad del hemocultivo, sino de una reac- nas yugulares externas.
ción aséptica análoga a la que presentan ciertos El edema es blando al principio, pero con el
reblandecimientos angiógenos cerebrales con re- tiempo adquiere una mayor consistencia, por la
acción gliovascular de vecindad. organización de los tejidos infiltrados.
La aparición de edemas se encuentra favoreci-
da en las personas ancianas con tejidos fláccidos.
Edema Las estaciones calurosas evidencian los ede-
mas latentes, pues el calor eleva la presión san-
Con este término (del griego, oidema, hincha- guínea intracapilar.
zón) se designa la acumulación anormal de líqui- La patogenia del edema cardiógeno es compleja y
do en el espacio intersticial”. En los extensos, an- suma de varios factores”:
tes de su formación, existe una fase previa de
retención hídrica que se puede demostrar pesan- 1. Aumento de la presión hidrostática del limbo
do al paciente; cuando el exceso de líquido in- venocapilar. Es consecuencia de la estasis venosa
tersticial rebasa el 10 % del total fisiológico, apa- retrógrada por fallo cardíaco. Cuando excede a la
recen los edemas visibles. presión osmótica sobreviene el paso de fluido al
Clínicamente, se manifiesta en forma de una exterior y aumento del plasma intersticial. La
tumefacción localizada o difusa que deja huella anoxia capilar favorece la trasudoración.
persistente (signo de la fóvea) a la presión digital 2. Disminución de la presión osmótica por Inpo-
y borra los salientes anatómicos, especialmente proteinemia plasmática. Esta última se debe a la ali-
en las partes con tejido celular laxo (escroto, vul- mentación pobre en prótidos, a la insuficiencia
va, cara). hepática y a la pérdida de proteínas por la orina,
Se presenta en la asistolia congestiva y peri- líquido de edema y derrames pleural, peritoneal
carditis adhesiva. Comienza en las partes decli- o ambos.
ves, o sea en las extremidades inferiores en los 3. Aumento de la superficie del lecho capilar. En
enfermos ambulantes; y en la región sacra y cara relación con la hipervolemia con mayor superfi-
posterior del muslo en los encamados, para as- cie filtrante. Los trabajos de Warren y Stead se-
cender de manera paulatina y alcanzar el escroto ñalan que lo primero que se origina en la insufi-
y pene, vulva, piel del abdomen e incluso todo ciencia cardíaca es un trastorno renal por anoxia
el cuerpo (edema generalizado o anasarca), así con retención del catión sodio con el agua corres-
como las serosas vaginal, testicular (hidrocele), pondiente. A ello se deben el edema, el aumento
peritoneal (ascitis) y pleural (hidrotórax). Su dis- de sangre circulante y de la presión venosa, y la
posición es simétrica (excepto si el paciente guar- estasis de entrada; los acontecimientos se relacio-
da una posición fija durante un tiempo determi- nan en el siguiente orden: insuficiencia cardíaca
nado) y de color rosado o algo cianótico en las > disminución de la excreción renal de agua y
partes distales. Suele respetar la cara, excepto en
Fotocopiar sin autorización es un delito.

la pericarditis constrictiva o con derrame, en los


cardíacos derechos (en quienes la falta de ortop-
"Cabe señalar que la formación y eliminación del líquido
intersticial está determinada, esencialmente, por el juego de la
presión hidrostática del plasma y de la presión osmótica de las
SEl líquido intersticial verdadero es un filtrado pasivo de proteínas plasmáticas. La presión osmótica de los cristaloides
plasma que contiene, aproximadamente, la mitad de la proteí- no afecta el equilibrio de la pared capilar, por ser análoga en
na plasmática del cuerpo. Está confinado cn la estroma del te ambos lados debido a que esta membrana permite libremente
jido conjuntivo. Su función consiste en nutrir el músculo, el su paso. Las presiones hidrostática y coloidosmótica son bajas
epitelio de una sola capa y una capa basal de los órganos epite- y, además, se neutralizan mutuamente.
liales poliestratificados. En la rama arterial del capilar, se produce un desequilibrio
El líquido intercelular es un ultrafiltrado producido a partir a favor de la presión hidrostática (30 cm de H,O) sobre la os-
S.A.

del líquido intersticial por la actividad de una célula epitelial. mótica (15 cm H,O), con el resultado de una presión de filtra-
Su función es nutrir las sucesivas capas de los órganos epitelia- ción de 15 cm H,O; en la rama venosa del capilar, la presión hi-
O MASSON,

les multiestratificados. drostática es de 2, la osmótica, de 25, con una presión de


Estos dos líquidos extracelulares difieren, por lo tanto, por resorción de 23 cm H,O. De esta manera, el plasma sale del ca-
su origen, en su composición y su función. pilar a nivel arterial y revierte por el lado venoso.
208 Semiología médica y técnica exploratoria

de sodio sódico —> aumento del volumen sanguí- la hiperactividad del sistema nervioso simpático
neo y edema —> aumento de la presión veno- (sudación fácil, taquicardia, constricción venosa
sa. Abonan este modo de enfocar el problema la con mala irrigación cutánea y renal, etc.) con
eficacia comprobada a diario de los regímenes altas concentraciones de noradrenalina en el
exentos de sal y de los diuréticos saluréticos. plasma.
4. Secreción inadecuada de ADH (facilita la re- 4. Pérdida anormal de prótidos. Por el riñón,
sorción de agua en los túbulos distales) y de al- tubo digestivo o de la aspiración de derrames
dosterona, por la extravasación de líquidos a partir pleural o peritoneal.
del espacio intravascular. Este hiperaldosteronis- 5. Acción farmacológica. Digital, diuréticos
mo secundario tiende a compensar la pérdida de (pérdida de electrólitos y vitaminas hidrosolu-
“sodio y volumen intravascular. bles), opiáceos, etc.

A ello se añade el insomnio por la disnea y la


Fiebre. Caquexia angustia propia de quien se sabe enfermo de un
órgano tan importante como es el corazón.
La fiebre es un signo frecuente en la insuficien-
cia cardíaca congestiva. El motivo reside en la
producción de trombosis venosas, émbolos e in- Trastornos de la fonación
fartos y focos sépticos pulmonares, necrosis he-
pática centrolobulillar consecutiva a un aumento La parálisis de un recurrente, ya sea del iz-
agudo de la congestión pasiva, falta de inactiva- quierdo (aneurisma del arco aórtico o aortitis, es-
ción por parte del hígado de algunas hormonas tenosis mitral, pericarditis con derrame, persis-
esteroideas pirógenas, etc. La fiebre es elevada y tencia del conducto arterioso cuando hay una
constante en la endocarditis y pericarditis agudas gran dilatación de la pulmonar, etc.) o del dere-
sépticas, reumáticas, tuberculosas o inespecíficas cho (aneurisma de la subclavia o de la carótida
y en el infarto de miocardio, en que suele apare- primitiva derecha) es causa de ronquera o de voz
cer a las 12-18 h de la crisis dolorosa, con un má- bitonal, que resulta de la producción simultánea
ximo de 38-59 *C hacia el segundo o tercer día, de dos tonos, como si el paciente tuviera dos la-
para desaparecer en una semana. Muchas veces, ringes. En los estadios incipientes, se observa la
la fiebre traduce una complicación pulmonar (in- voz claudicante (lucha vocal, de Mandl), con im-
farto, neumonías) o de otra índole (flebitis). Es posibilidad para sostener durante un cierto tiem-
importante practicar hemocultivos en todo car- po un determinado sonido (la vocal «a») con un
diópata (sobre todo valvular) febril, para descu- mismo timbre. Á veces el bitonalismo se nota
brir, de esta forma, la endocarditis maligna lenta. durante la tos, sin ella sólo existe ronquera.
La caquexia cardíaca es un síndrome de etiolo-
gía múltiple, con la hipoxia celular como causa
principal. Astenia
Se valoran los siguientes factores:
Es un signo tan frecuente como poco valora-
1.Reducción de la ingesta. Ya sea por la anore- do. Puede llegar a ser tan molesta como la disnea
xia, por voluntad del paciente para reducir el de esfuerzo o de decúbito. Se observa en las si-
agobio digestivo posprandial, o yatrógena. guientes circunstancias:
2. Absorción intestinal deficiente. Sobre todo de
las grasas y aminoácidos, con pérdida de proteí- 1. Distonía cardiovascular. Se añade a la tríada
nas por aumento de presión en el interior de los de Gallavardin (palpitaciones + disnea de esfuer-
linfáticos mesentéricos, con filtración excesiva de zo + reacciones dolorosas diversas), siendo lla-
las proteínas desde la linfa al líquido intersticial mativa por ser matutina e independiente del es-
de la submucosa y desde éste a la luz del tracto fuerzo (fatiga disarmónica); el enfermo se levanta
gastrointestinal. tanto más cansado cuanto más tiempo ha perma-
3. Aumento de la actividad metabólica. Por la necido acostado. Se encuentra mejor a medida
demanda metabólica excesiva por parte de los que transcurre la jornada, y no halla el momento
músculos respiratorios (disnea), miocardio y sis- de acostarse, pues a partir de la tarde es cuando
tema hematopoyético (hiperplasia eritroide), la vive más a gusto. Esta curiosa variedad de fatiga
fiebre (el aumento de 1 “C lo eleva en un 7 %) y es propia de las personas de profesión liberal con
Cardiología. Angiología 209

gran responsabilidad y ambiciones, y que no sa- ayuda de dos o más almohadas (ortopnea o, me-
ben o no pueden encontrar distracción de su ago- jor, clinopnea); otras veces, calma mejor su sed
biante quehacer cotidiano. de aire colgando los pies al borde de la cama o
2. Insuficiencia cardíaca izquierda. Como signo sentándose en una silla. Con la posición erguida
precoz. Aumentan su intensidad la dieta escasa y se logra aumentar la capacidad vital (al facilitarse
pobre en sodio y prótidos, las curas diuréticas el juego respiratorio de ampliación y retracción
(sobre todo saluréticos), la falta de ejercicio físico del tórax y la movilidad del diafragma) y dismi-
por una cura de reposo excesiva, la perturbación nuir la congestión pulmonar por derivar la sangre
del descanso nocturno por la disnea, etc. hacia el sistema esplácnico y extremidades.
3. Esclerosis miocárdica. Con arritmia comple- Una forma especial de la disnea de decúbito
ta por fibrilación auricular o sin ella. La experien- es la trepopnea, que obliga al enfermo a reposar
cia cotidiana confirma la utilidad de las pequeñas en una posición recostada, pero no en otra. Su
dosis de cardiotónicos (asociadas a dilatadores mecanismo se ignora. Lo más acertado es supo-
coronarios y tónicos de la fibra muscular) en los ner que cuando el enfermo se coloca en una posi-
sujetos esclerosos vasculares, aun sin signos de ción desfavorable el corazón se inclina hacia este
déficit miocárdico. Ya es conocida la intensa as- lado dificultando la circulación venosa pulmonar
tenia postinfarto de miocardio; persiste meses y a la de retorno y aumentando la congestión del pul-
misma contribuyen el temor del enfermo a nue- món y con ella la disnea; la ortopnea se alivia o
vas recaídas, los cambios de hábitos alimentarios desaparece al claudicar las cavidades derechas y
y la limitación de su actividad profesional. sobrevenir el fenómeno conocido con el nombre
4. Cardiopatías sépticas evolutivas. Su meca- de tricuspidización (insuficiencia tricúspide funcio-
nismo es complejo. En las de índole reumática, nal), entrando el paciente en un período de falso
sigue los brotes evolutivos; en las sépticas malig- bienestar.
nas, es persistente y progresiva, y sólo remite si En la asistolia derecha y valvulopatías tricuspideas
la terapéutica es eficaz. falta la disnea de decúbito, y es llamativo el con-
5. Pericarditis constrictiva. Junto con la anore- traste entre la cianosis, la ingurgitación de las ve-
xia y disnea de esfuerzo, conduce de manera nas cervicales, el intenso edema con ascitis o sin
paulatina a la incapacidad total, yatrogénica o ella, y el que el sujeto pueda dormir echado in-
farmacológica, causada por los bloqueadores cluso sin almohada. Un signo muy valioso de
B-adrenérgicos (propranolol) utilizados en el tra- insuficiencia tricuspídea funcional (tricuspidiza-
tamiento de la insuficiencia coronaria y angina ción) es la ausencia de crisis de disnea paroxística
de pecho. nocturna o de edema agudo de pulmón en el cur-
so de una cardiopatía mitral grave; el motivo es
la disminución del débito ventricular derecho.
M INSPECCIÓN En la pericarditis con derrame, el enfermo tiende
a inclinarse hacia delante y aun a tomar las posi-
INSPECCIÓN SOMÁTICA GENERAL ciones genupectoral (signo de la plegaria maho-
metana) o de Blechmann (signo de la almohada),
Actitud (o postura) en la que el enfermo permanece con el tronco so-
bre los muslos y éstos flexionados sobre las pier-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Su valor es considerable, pues los enfermos nas, en tanto apoya la cabeza en una almohada.
adoptan, de manera instintiva, aquella que hace Otras veces, lo vemos sentado en una silla, con
su mal más llevadero; si se tiene cierto hábito, es los brazos cruzados sobre la cama sirviendo de
posible deducir la naturaleza de éste por el exa- apoyo a la cabeza.
men de aquélla. En el síndrome de Pick (pericarditis exudativa +
En la insuficiencia cardíaca izquierda (así como cirrosis hepática atípica + ascitis recidivante con
en los enfermos disneicos cuya capacidad vital edemas generalizados o sin ellos), el paciente
está disminuida; como en los grandes derrames acude a la consulta debido a la presencia de una
pleurales, neumotórax, asma bronquial), el enfer- gran ascitis de aparición brusca. Se consideran ci-
mo presenta disnea de decúbito, ya sea en el ins- rróticos hepáticos si en un examen superficial no
S.A.

tante mismo de acostarse, para desaparecer a los se valoran la disnea discreta y ortopnea, la ingur-
pocos minutos (disnea de primodecúbito), o de gitación de las venas yugulares y una cianosis la-
O MASSON,

manera continua, aliviándose o cesando con la bial leve. Los análisis señalan una escasa altera-
posición erecta del tronco y de la cabeza con ción funcional hepática.
210 Semiología médica y técnica exploratoria

En las cardiopatías congénitas cianógenas (tetra- Facies


logía de Fallot, atresia de la tricúspide, transposi-
ción de los grandes vasos) y en la hipertensión La cara aparece abotargada, más por la maña-
pulmonar con defecto del tabique interventricu- na en cama antes de levantarse, en la pericarditis
lar, los enfermos combaten la tendencia a los fe- con derrame o constrictiva, estenosis pulmonar grave
nómenos de desmayo y la disnea, adoptando la (no es raro un aspecto cushingoide) y estenosis tri-
posición acurrucada o replegada (squatting, de los cuspídea, así como en la mediastinitis crónica; las
anglosajones; position acrouppie, de los franceses), venas cervicales están ingurgitadas y a veces ani-
el cuerpo se sitúa más próximo al nivel de los madas de latidos. Todo enfermo que al tenderse
pies por medio de la flexión de las piernas y de muestra cianosis facial de presentación rápida
las rodillas, incurvándose el tronco hacia delante, acompañada de ingurgitación de las venas del
de modo que las rodillas toman contacto con el cuello y cabeza es muy sospechoso de padecer
tórax. En esta posición, se exprimen los órganos una pericarditis con derrame o constrictiva o es-
abdominales ingurgitados y se impulsa mayor tenosis tricuspídea.
cantidad de sangre al corazón derecho, al tiempo En los enfermos mitrales, son llamativas, ade-
que se incrementa la resistencia periférica, lo que más de un discreto abotargamiento, la cianosis
mejora el volumen-minuto pulmonar (con la con- de los labios y partes distales, la rubicundez cia-
secuencia de una mejor oxigenación de la sangre nótica (difusa o en placas) de las mejillas y la pa-
a nivel de los pulmones), y se reduce también la lidez amarillenta del resto de la cara (tricromía
mezcla (shunt) de sangre venosa y arterial. Los mitral).
enfermos, al crecer, adoptan cada vez menos esta Los valvulares aórticos tienen una palidez ala-
singular actitud, simulando coger objetos del sue- bastrina (cardíacos blancos), con protrusión de
lo, atarse los zapatos, etc., con el fin de pasar los globos oculares o sin ellos.
inadvertidos. En la insuficiencia aórtica avanzada, las sacudi-
En la crisis de angina de pecho, el enfermo, pre- das carotídeas (baile arterial) imprimen a la cabe-
so de una sensación de angustia extrema (syncopa za movimientos rítmicos (signo de Musset) y a tí-
angens; angor animi), permanece inmóvil con la tulo excepcional puede verse la pupila contraerse
mano crispada sobre la parte alta del esternón (la en cada sístole (hippus pupilar, de Roch-Landol-
zona de la corbata) lugar donde experimenta el do- fi); en la variedad sifilítica de la insuficiencia aór-
lor opresivo. Prefiere la posición de pie o senta- tica (enfermedad de Hodgson) las pupilas son mióti-
da; a no ser que la medicación coronariodilatado- cas (signo de Leyden), anisocóricas o insensibles a
ra le produzca mareo o malestar, se desploma la luz, con conservación del reflejo de la acomo-
sobre el lecho o se hunde en un sillón. dación-convergencia (signo de Argyll-Robertson).
En el infarto de miocardio, está inquieto, agita- En la estenosis aórtica supravalvular, en relación
do, sin encontrar la posición deseada, mientras la frecuente con la hipercalcemia idiopática, se ob-
mano fricciona o aprieta la región precordial; si serva una facies peculiar que confiere a estos en-
existe shock, yace en cama apático e indiferente; fermos un aire familiar; la frente se ha descrito
la cara, a menudo, está estirada con la nariz afila- como larga; orejas deformes y mal implantadas;
da y ojos hundidos (facies hipocrática); la piel pá- epicanto y estrabismo convergente; mejillas
lida y cianótica está recubierta de sudor frío y pesadas, flácidas, colgantes; labios gruesos, con
viscoso. La depleción venosa es intensa, y el pul- boca entreabierta; el mentón es puntiagudo a pe-
so, rápido, hipotenso, filiforme. sar de un retrognatismo; los dientes, sobre todo
En los procesos arteriales obliterantes (arterios- en el maxilar superior, son pequeños e hipoplási-
clerosis, tromboangitis), el dolor isquémico sue- cos, con ausencia frecuente de los incisivos late-
le agudizarse por la noche, impidiendo conciliar rales inferiores. Se asocia a retraso del desarrollo
el sueño; se atenúa algo en la posición declive corporal y mental.
(favorece la estasis venosa), lo que obliga a dor- En las lesiones tricuspídeas, la cianosis es fre-
mir en una silla o en el borde de la cama con las cuente y de cierta intensidad; si se asocia a pali-
piernas colgando; otras veces, el paciente per- dez e ictericia los pacientes tienen un color es-
manece sentado con las rodillas flexionadas, pecial, oliváceo, como si estuvieran bajo una
frotándose suavemente con las manos el pie en- lámpara de mercurio (facies de Shattuck). La pul-
fermo; no es raro que se levante repetidas veces sación venosa yugular intensa puede mover el ló-
para volverse a acostar al aparecer de nuevo el bulo de la oreja e incluso la cabeza del paciente
dolor. (signo de Musset; venoso de Cossio).
Cardiología. Angiología 211

En la endocarditis reumática simple, lama la que dan a ésta una configuración rectilínea. No es
atención la palidez cérea, a veces con discreta rara la existencia de una acentuada piorrea o bien
cianosis labial; en la maligna lenta (Jaccoud-Osler), la ausencia total de piezas dentarias, así como de
el color blanco grisáceo o amarillo sucio (café o cataratas. El conjunto de la expresión de la cara es
té con leche claros). rígido y constituye la clásica facies antonina,
En la endocarditis valvular verrugosa, maligna,
abacteriémica, asociada al lupus eritematoso,
contrasta con la palidez facial el eritema nasoma- CONSTITUCIÓN Y ANOMALÍAS
lar, a la manera de antifaz. MORFOLÓGICAS CONGÉNITAS
En la esclerosis miocárdica (con arteriosclerosis O ADQUIRIDAS
generalizada e hipertensión arterial o sin ellas) el
sujeto está prematuramente envejecido. La piel Sin que podamos hablar de una dependencia
ha perdido su elasticidad; los cabellos blanquean absoluta, es innegable que existe cierta relación
y las arterias temporales se dibujan sinuosas. En entre el tipo morfológico del sujeto y la propen-
la nariz y mejillas aparecen redes de vasos Cu- sión a determinadas cardioangiopatías, a laz que
táneos dilatados; es casi constante la anomalía imprirne un curso evolutivo peculiar.
corneal llamada «arco senil o gerontoxon». El Los pícnicos (según la tipología de Kretschmer)
conjunto integra la llamada facies miocárdica de propenden a la hipertensión arterial constitucio-
Huchard. nal, coronariopatías, esclerosis de miocardio, aor-
Durante la crisis de angina de pecho, la facies titis y, en el caso de adquirir sífilis, a localizar la
refleja ansiedad y angustia, con palidez y frente infección en la aorta.
perlada de sudor frío. Se observa esbozada, en En los asténicos (o leptosomáticos), son más
los deportistas en pleno esfuerzo, en relación con frecuentes las valvulopatías reumáticas, la neuro-
la insuficiencia momentánea del riego coronario. sis cardiovascular y la enfermedad de Raynaud,
En las cardiopatías congénitas, es frecuente un que incide, casi siempre, en mujeres estigmati-
cierto grado de empastamiento, que induce a zadas vegetativas. Respecto a las cardiopatías ret-
pensar en un estado timicolifático, con epicanto, máticas cabe señalar su mayor frecuencia en
labio hendido, malformaciones dentarias, ocula- aquellos individuos que, además de gráciles, son
res (cataratas) y orejas simiescas, puntiagudas y pelirrojos o palidoamarillentos, con iris pardo o
separadas. Si hay cianosis, abultan labios y nariz, pardoazulado y cabellos rubios, mientras que los
y el conjunto toma un aspecto peculiar (facies ne- pícnicos, morenos y con ojos oscuros, parecen
groide). Cayler ha observado la asociación de de- ofrecer mayor resistencia.
fecto septal ventricular y parálisis facial persis- La embolia postoperatoria se ha señalado como
tente y unilateral (síndrome de Cayler); la parálisis especialmente frecuente en el llamado «tipo em-
se limita a algunos músculos del labio inferior y bólico de Sitch». Se trata de individuos, general-
la asimetría sólo es visible cuando el niño grita; mente del sexo masculino, obesos, anchos de
su causa es oscura; cabe señalar la proximidad espaldas, algo redondos y achaparrados y de as-
embrionaria del arco hioide y el corazón; Cayler pecto ligeramente abotargado. La musculatura
sugiere explorar el corazón en todo niño que está bien desarrollada, salvo la pared abdominal
muestre cierta debilidad del labio inferior cuando y el cinturón torácico. Las piernas tienen una
Fotacopiar sin autorización es un delito.

grita. constitución más débil que el resto del cuerpo.


En la cardiopatía carcinoide (tumor argirófilo in- Lee y Thomas señalan el peligro de la obesi-
testinal + crisis vasomotoras + colagenización dad como motivo de corazón adiposo, esclerosis
endocárdica con estenosis tricuspídea y pulmo- coronaria, arteriosclerosis generalizada e hiper-
nar) las zonas afectas por el sofoco, en especial la tensión arterial.
cara anterior del cuello, conservan un color rojo La obesidad extrema, asociada a trastornos de
violáceo en forma de placas geográficas; de ser los cambios gaseosos (resultados de la hipoventi-
esto frecuente, la piel de la cara y cuello se vuel- lación) y fallo del corazón derecho, constituye el
ve morena y aparecen telangiectasias; la mucosa llamado síndrome de Pickwick.
labial aparece con un leve tinte cianótico. La jaqueca, signo de espasmofilia vascular, es
S.A.

El síndrome de Takayasu, con obliteración de la frecuente en personas de facciones delicadas, na-


musculatura facial, exagera los relieves óseos. Re- riz afilada, con las aletas pequeñas, y cabello
O MASSON,

saltan la excavación de las cavidades orbitarias y fino, liso y moreno, junto a rasgos funcionales de
el hundimiento de los huesos propios de la nariz, labilidad vegetativa y fatiga general.
212 Semiología médica y técnica exploratoria

En los síndromes de Down, Marfan (aracnodac- vos. No son anémicos, como cree el vulgo, pues
tilia), Klippel-Trénaunay y Mauriac, son frecuentes presentan las conjuntivas bien irrigadas y son ca-
las anomalías cardíacas congénitas, con predomi- paces de enrojecimientos súbitos cuando por cual-
nio de las comunicaciones interauricular e inter- quier causa (rubor, verguenza, dolor, etc.) cesa la
ventricular sobre la tetralogía de Fallot y el com- contracción vascular neurodistónica de su piel.
plejo de Eisenmenger, sin observarse casi nunca 2. Palidez generalizada transitoria (por vaso-
transposiciones de los grandes vasos ni coarta- constricción cutánea pasajera). Es constante en la
ción aórtica; el síndrome de Marfan, a su vez, se lipotimia (corresponde al clásico desmayo o va-
asocia más a malformaciones aórticas (dilatación hído), en el colapso (shock) vascular (ofrece en los
aneurismática; coartación del istmo aórtico) y labios, punta de la nariz, borde de las orejas y de-
bloqueo cardíaco completo, dos un leve tinte cianótico, detalle que no se ob-
En la coartación aórtica, la facies adopta, en el serva en la palidez de la anemia aguda por hemo-
adulto, un aspecto pletórico, sin cianosis, y existe rragia) y en las crisis hipertensivas (neurógenas),
un desarrollo desproporcionado entre los miem- feocromocitoma, etc.
bros superiores y los inferiores, y un contraste, 3. Palídez limitada. Si lo es a un segmento dis-
en el tipo infantil, entre el color normal de la mi- tal, es motivada por un trastorno de la circulación
tad superior del cuerpo y la cianosis de las extre- arterial periférica, a veces de naturaleza funcional
midades inferiores, cuya demarcación se estable- como en la fase pálida (precede a la asfíctica) del
ce a nivel del borde superior de la pelvis, signo síndrome de Raynaud o en el fenómeno del «dedo
que puede ponerse de manifiesto colocando jun- muerto» de Reil (propio de los sujetos hipertensos
tas las manos y los pies del enfermo. o angioneuróticos con tendencia a la vasospastici-
Todas las cardiopatías que acaecen en la in- dad), etc. En la tromboflebitis, la pierna edemato-
fancia, ya sean congénitas o adquiridas (reuma- sa tiene un color blanco característico, «fegmasía
tismo), suelen retrasar el desarrollo somático y alba dolens» (puerperarum milk leg, «pierna de le-
psíquico, conduciendo en su grado máximo al che», de los autores norteamericanos).
enanismo cardíaco. 4. Cianosis (color azul de piel y mucosas).
Cuando es cardiógena, abarca todo el cuerpo,
siendo más patente en las zonas muy vasculari-
Examen de la piel zadas y recubiertas de piel fina (labios, lengua,
pómulos, mejillas, lóbulo de la oreja, punta de la
El cardiólogo puede obtener un número insos- nariz, extremidad distal de los dedos, lecho un-
pechado de datos valiosos con el simple examen gueal); si está localizada, cabe pensar en un tras-
de la piel, el cual no debe descuidarse en ningún torno de la circulación venosa de retorno por
caso, a pesar de los incesantes progresos de la in- oclusión (flebitis) o compresión extrínseca del
vestigación paraclínica. vaso, sin olvidar que también es posible por tras-
tornos vasomotores (fase asfiíctica [sigue a la páli-
da] del síndrome de Raynaud).
Color En la flebitis azul, se trata de una obliteración
masiva de todos los troncos venosos de desvia-
En contraste con el tinte sonrosado normal, la ción de la extremidad, incluso los superficiales,
piel de los cardiópatas puede ser pálida, cianóti- bloqueando por completo el retorno de la sangre
ca, rojiza o amarilla (ictericia): al corazón; conduce a la gangrena isquémica ma-
siva flegmasía cerulea dolens.
1. Palidez generalizada permanente. Se obser- 9. Coloración rojiza. Se encuentra en la hiper-
va en la carditis reumática (palidez cérea), en la tensión pletórica (o roja, de Volhard) y en la del
endocarditis maligna lenta (pálido ocráceo), en síndrome de Cushing y el rojo cianótico (eritro-
las valvulopatías aórticas (cardíacos blancos, de cianosis) en los esclerosos broncopulmonares con
Laségue) y en la hipertensión maligna o pálida policitemia secundaria e insuficiencia cardíaca.
de Volhard. 6. Ictericia (color amarillo de la piel). No es
No debe olvidarse que algunos niños y sujetos rara en las cardiopatías. Su patogenia es compleja;
jóvenes de tipo asténico muestran una palidez lesión de la célula hepática por la anoxia ectásica;
seudoanémica de matiz verdegrisáceo. Casi siem- procesos infárticos del pulmón o del hígado con
pre obedece a una vasospasticidad neurógena pro- liberación de bilirrubina no conjugada; hepatitis
pia de estos individuos estigmatizados vegetati- vírica o medicamentosa favorecida por la estasis
Cardiología. Angiología 213

cardiógena anóxica, etc. Si se asocia palidez e icte- evoluciona entonces con vesículas en la superfi-
ricia, motiva el tinte oliváceo, como si estuviera cie de contenido líquido. Por lo común, dura de
bajo una lámpara de mercurio, propio de las val- 2-6 días y rara vez más.
vulopatías tricuspídeas, descrito por Shattuck. Las lesiones necróticas de la piel, consecutivas a
isquemias de origen arterítico o embólico, son
posibles en las cardiopatías sépticas.
Manifestaciones hemorrágicas. Eritemas.
Nódulos. Ulceras. Gangrena
Edema
Las primeras pueden ser puntiformes (pete-
quias), de forma lineal (víbices) o en sábana Ya se han descrito las características del ede-
(equimosis). Se observan en la carditis reumática, ma que aparece en la insuficiencia cardíaca con-
en la endocarditis maligna lenta, en la endocardi- gestiva; a continuación vamos a ocuparnos del
tis tipo Libman-Sacks y en la hipertensión arte- edema motivado por un trastorno en las circula-
rial. En esta última, su aparición espontánea o ciones venosa y linfática de retorno y del lipe-
provocada (prueba del lazo) es signo negativo en dema.
cuanto al pronóstico, pues señala fragilidad ca- El edema de origen venoso se observa en la obs-
pilar. trucción mecánica, en la tromboflebitis y en las
Los eritemas acompañan con frecuencia a la varices esenciales. En la oclusión venosa, ya sea
carditis reumática activa. Algunos, como el nu- por causa extrínseca (compresión tumoral) o por
doso y el exudativo multiforme, son inespecífi- un trombo organizado sin componente inflama-
cos; otros, como el anular, tienen relación cons- torio (flebotrombosis), es un edema frío al tacto,
tante y directa con la fiebre reumática. Cabe que deja huella (fóvea) a la presión digital, de un
señalar que algunos de estos eritemas son de ori- tinte azulado (más en las partes distales) y con
gen medicamentoso (eritema urticariado o pur- dilatación de todas las venas de la red. Su distri-
púrico por la quinidina), sin olvidar que una mis- bución es regional (en un miembro; en la cabeza,
ma causa tóxica o medicamentosa es capaz de cuello, parte superior del tórax y extremidades
motivar, a la vez, accidentes cutáneos y tras- superiores [edema en esclavina], en la compre-
tornos cardíacos como la intoxicación oxicarbo- sión de la vena cava superior; en las piernas, en la
nada. de la vena cava inferior, etc.) y se acumula en las
La presencia de nódulos cutáneos es frecuente partes declives, para disminuir algo levantando el
en la carditis reumática (nódulos de Meynet) y en miembro. Con frecuencia, este edema experi-
la endocarditis maligna lenta (nódulos de Osler). menta notables diferencias de uno a otro día, sin
Los primeros se encuentran en un 10 % de los que se aprecie modificación alguna en la presión
casos. Son pequeños, algo dolorosos, de consis- venosa; indudablemente, tal fenómeno tiene re-
tencia dura y elástica, e implantados casi siempre lación con la actuación de otros factores de orden
sobre el tejido conjuntivo fibroso de las aponeu- secundario.
rosis, tendones y fascias. Asientan con frecuencia En la tromboflebitis, el edema es inflamatorio
en el codo, rodilla, junto al tendón de Aquiles y como reacción de los tejidos frente al trombo
epicráneo. Pueden ser fugaces o de mayor dura- séptico. Es caliente (hay aumento de la tempera-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

ción. tura local) doloroso y de un color blanco brillante


El nódulo (o panadizo) de Osler es una pequeña característico (Flegmasía alba dolens puerperarium).
formación del tamaño de un grano de mijo o de No se localiza en los puntos declives, sino allí
una cabeza de alfiler, que aparece de modo súbi- donde existe la trombosis venosa, siendo propor-
to en el pulpejo de los dedos de la mano, con cional a su intensidad. No se reduce levantando
menor frecuencia en los dedos del pie, y sobre la extremidad ni con el reposo en cama, sino que
las eminencias tenar e hipotenar. El dolor que aumenta con la inmovilidad, ya que el retardo
produce es brusco y vivo (a veces el paciente cree circulatorio favorece y extiende la trombosis. Al
que se ha pinchado inadvertidamente con una organizarse el coágulo, se crea una dificultad per-
aguja), manifestándose a la inspección por una manente para el desagúe venoso; por tal motivo,
S.A.

pápula muy dolorosa a la presión, de aspecto ro- el edema posflebítico se reduce poco en decúbito
sado y rodeada de un halo ligeramente pálido. y casi no deja huella a la presión.
O MASSON,

Cuando esta formación embólica es de mayor En las varices esenciales (suelen afectar una
extensión recibe el nombre de placa de Deloré, y pierna), el edema es frío y depresible, y conserva
214 Semiología médica y técnica exploratoria

la huella de la presión dactilar. Aumenta estando En las cardiopatías congénitas, suelen hallarse
de pie y en verano (el calor favorece la estasis ve- anomalías en los surcos de las manos y en la for-
nosa y la trasudoración capilar), para disminuir ma y longitud de los dedos, en especial el pulgar,
con la marcha y en el decúbito dorsal con el y en las cianógenas, dedos en palillo de tambor y
miembro levantado, se ven las venas más o me- uñas en cristal de reloj.
nos dilatadas (varices) y, en ocasiones, pequeñas El color y temperatura de la piel orientan so-
úlceras sobre el maléolo tibial, rodeadas de una bre el fallo cardíaco y periférico tanto como la
gran zona de cambios tróficos cutáneos. toma del pulso y de la presión arterial.
En la tromboangitis obliterante, el edema blando y En la insuficiencia aguda por tirotoxicosis, la mano
depresible infiltra el dorso del pie sin signo alguna está caliente; en la estenosis mitral, fría, y en el cor
de reacción inflamatoria. A veces, toma una colo- pulmonale crónico, caliente. Una mano pálida y ca-
ración lívida. Es debido tanto a la presencia de pe- liente que en el curso de una enfermedad se tor-
queñas ulceraciones, como a la actitud adoptada na cianótica, fría y húmeda señala con certeza el
por el paciente con finalidad antiálgica (piernas fallo de la circulación periférica.
colgando del borde de la cama). Cabe considerar- En la endocarditis maligna lenta, la mano suele
lo, por tanto, como un edema postural. aparecer pálida por la anemia, con hipocratismo
El linfedema es un edema duro, pálido, frío y digital o sin él, y uñas en vidrio de reloj, nódulos
que no deja huella a la presión digital, motivado (o panadizos) de Osler, hemorragias puntiformes
por la estasis linfática. Aparece recubierto de una subungueales y «manchas de Janeway»; consis-
piel seca que no se ulcera, pero sí presenta abun- tentes en unos pequeños elementos maculosos
dantes brotes de linfangitis aguda (erisipela recu- de color rosado vivo, de 2-4 mm de diámetro,
rrente). Suele afectar a una extremidad inferior, que asientan preferentemente en la región pal-
rara vez a ambas y a los genitales. El miembro, al mar (y plantar); suelen ser múltiples (el nódulo
principio, aumenta de volumen sin perder su for- de Osler es casi siempre único) y no duelen cuan-
ma cilíndrica, pero al producirse la infiltración de do se ejerce presión sobre ellos; cabe señalar que
la dermis y tejido celular subcutáneo, se defor- no es raro observarlas en el curso de las endocar-
ma groseramente (elefantiasis o fibredema). Exis- ditis agudas sépticas, si bien entonces son más a
te una forma congenitofamiliar, descrita primero menudo de tipo hemorrágico.
por Nonne (1891) y luego por Milroi y Meige. En la insuficiencia coronaria e infarto de miocardio,
El lipedema (Allen y Hines, 1940) resulta de la puede encontrarse la distrofia refleja de la extre-
sobrecarga adiposa de las piernas y edema ortos- midad superior, de patrón polimorfo. Puede ser
tático, sólo se observa en mujeres, y es bilateral y unilateral o bilateral y consiste en un cuadro do-
no reducible con el decúbito. No causa molestia loroso del hombro (tipo periartritis) asociado a
alguna. La piel que recubre las piernas es de as- trastornos tróficos de la mano. Suele aparecer en
pecto normal, a diferencia del linfedema, con el breve plazo y no es raro que conduzca a la impo-
que se puede confundir, en el cual aparece seca y tencia funcional.
con lesiones foliculares o linfangíticas. Cuando Más adelante, al ocuparnos de la exploración
toma un tinte cianótico, se habla de lipedema erí- del sistema vascular periférico, insistiremos en
trocianoide?, el fenómeno del dedo muerto, de Reil, propio de los
sujetos hipertensos o angioneuróticos con ten-
dencia a la vasospasticidad, y sobre el aspecto
Examen visual de la mano de la mano en la acrocianosis, eritromelalgia y
enfermedades de Raynaud y Buerger, respecti-
Completa el examen de la piel y aporta datos vamente.
de valor.

“El lipedema responde a una especial «laxitud» del tejido


INSPECCIÓN DE LA REGIÓN
celular subcutáneo que favorece el depósito en el mismo de la PRECORDIAL
grasa y fluidos, a menos que una presión exterior difículte tal
extravasación. Se observa, así, que el pie de estas mujeres, en Se realiza a continuación de la inspección so-
los casos en que está gran parte del día comprimido dentro del
mática general. Pone de manifiesto las anomalias
zapato, se encuentra libre de la invasión lipidoacuosa, la cual
comienza por encima del borde del calzado; se observan tam- estáticas o dinámicas en relación con procesos
bién los buenos resultados de las medias de goma o de las ven- cardioarteriales. Precisa buenas condiciones de
das elásticas muy ajustadas. luz y que el sujeto motivo de examen se haya
Cardiología. Angiología 215

desnudado de cintura para arriba. La posición


que éste adopte depende de las conveniencias de
la exploración y de su estado. Generalmente, se
dispone de pie o sentado, con el tórax erguido. Ya A
En los casos graves y con gran disnea, precisa
moverlo poco y aun aprovechar para la inspec-
ción el decúbito espontáneamente adoptado por
el paciente. “mí SÉ
El tórax normalmente configurado es simétri-
co y en los sujetos jóvenes y delgados se percibe Latido transmitido Expansión aneurismática
sobre todo una pulsación a la altura del V espacio Fig. 3-5. Los tumores pulsátiles transmiten los im-
intercostal (línea medioclavicular izquierda), que pulsos de un vaso vecino careciendo de pulso propio.
corresponde al impacto de la masa cardíaca en la Los aneurismas arteriales son expandibles y tienen pul-
pared durante la sístole (latido cardíaco). so propio.
Las deformaciones patológicas del tórax (ci-
foscoliosis, lordosis, pectus excavatum, etc.), si son
acentuadas, pueden originar una cardiopatía, de-
bido a los trastornos que suelen acarrear en la cir- Como anomalías de las partes blandas citare-
culación menor y en el funcionamiento mismo mos la ginecomastia (por la toma de digital) que se
del corazón. da en ancianos con déficit relativo de hormonas
En los niños, en quienes el proceso de osifica- androgénicas (reforzado por la actividad estrogé-
ción normal de las costillas aún no ha terminado, nica del aglicón digitálico); la politelia (pezones
un crecimiento acentuado del corazón o un de- supernumerarios), frecuente en las cardiopatías
rrame pericárdico abundante suelen abombar la congénitas (se observa en un 53 % de sujetos sa-
región precordial y deformar el tórax. nos); la circulación venosa colateral laterotoráci-
En la pericarditis adhesiva cabe observar, junto ca, en la trombosis de la vena cava superior, y la
a la retracción sistólica de la punta o de varios es- dilatación de las arterias superficiales, más acen-
pacios intercostales a la vez, la llamada respiración tuada en la región interescapular estando el
cruzada de Wenckebach. Un movimiento inspira- enfermo inclinado hacia delante con los brazos
torio amplio hacia delante excluye la pericarditis colgando (maniobra de Campbell y Suzman), en la
adhesiva, pero no una pericarditis exudativa. coartación aórtica.
En la insuficiencia tricúspide, la inspección de la La inspección de la fosa suprasternal y de la región
región precordial permite apreciar el fenómeno de epigástrica pueden revelar latidos sistólicos, fáci-
báscula, de Dressler; signo raro pero característi- les de confirmar por palpación. En la primera,
co, consistente en la propulsión anterior de la re- guardan relación con procesos aórticos, como ec-
gión esternal inferior derecha, por la expansión tasia, coartación (traduce la expansión sistólica
sistólica del hígado, al mismo tiempo que la de- de la dilatación preestenótica), y se ven mejor en
presión sistólica precordial. Se observa bien des- las personas de hábito píenico, dirigiendo la ca-
de los pies de la cama con el enfermo en decúbi- beza hacia atrás en espiración forzada (eleva el
to dorsal y buena luz. corazón y grandes vasos).
Fotocopiar sin autorización es un delito.

En el adulto, los aneurismas de la aorta ascenden- Las pulsaciones epigástricas obedecen a varias
te, cayado o aorta torácica (fig. 3-5) pueden exteriori- causas fáciles de comprobar combinando la vista
zarse al corroer los tejidos que los rodean, inclu- y el tacto con el enfermo en decúbito dorsal:
yendo las estructuras óseas, costillas y esternón,
como una masa redondeada que pulsa y expande 1. En la hiperactividad cardíaca (astenia neu-
sincrónicamente con la sístole cardíaca”, rocirculatoria, hipertiroidismo, crisis emocio-
nal), aparecen en la parte alta del epigastrio o
%La expansión (movimiento de latido en todos los sentidos)
justamente debajo del reborde costal izquierdo.
diferencia el latido de un tumor adyacente a un tronco arterial Se debe a la repentina disminución de tensión
pulsátil del propio de un aneurisma. El primero se realiza en intraabdominal, en su parte superior, por el
S.A.

una sola dirección; el segundo, en todos sentidos. La expansión brusco ascenso del diafragma como resultado
se aprecia con facilidad tomando la masa con tino a más dedos
de una mayor retracción sistólica del corazón
O MASSON,

de una o ambas manos (de acuerdo con el tamaño del aneuris-


ma) percibiendo que los dedos se separan en cada latido, cual- debida a hiperactividad cardíaca. Se ve y no se
quiera que sea el sentido escogido. palpa.
216 Semiología médica y técnica exploratoria

2. Enla hipertrofia ventricular derecha, aparece, dos del esternón o colocando la mano transver-
asimismo, en la parte alta del epigastrio, o inme- salmente y palpando el segmento superior del
diatamente debajo del reborde costal izquierdo. esternón y las partes adyacentes a los dos lados
El pulgar de la mano derecha, insinuado debajo del tórax. Para precisar determinados fenómenos
del ángulo que forman el xifoides con el reborde palpatorios y, sobre todo, para localizar su exten-
costal izquierdo, percibe perfectamente el endu- sión, se recurre después a la palpación limitada
recimiento sistólico, sobre todo al final de las ins- con las yemas de los dedos.
piraciones profundas, pues el descenso del dia- La palpación debe realizarse en distintas posi-
fragma aproxima el corazón al epigastrio (sigo ciones, con el individuo sentado; en decúbito la-
de Harzer). teral izquierdo (posición de Pachon) para percibir
3. El latido hepático, como en la insuficiencia mejor los fenómenos apexianos; sentado y ligera-
tricúspide, es difuso y abarca el hipocondrio de- mente inclinado hacia la izquierda (para la mejor
recho y el epigastrio. Se evidencia bien, palpando percepción de los basales) y hasta en decúbito
con ambas manos, una anterior y otra posterior. ventral.
4. El latido aórtico es central, y la palpación
revela no sólo su origen, sino también el estado
del vaso (forma, sensibilidad, etc.). Disminuye SENSIBILIDAD DE LA REGIÓN
haciendo respirar profunda y lentamente al pa- PRECORDIAL
ciente, pues el descenso del diafragma aumenta
la tensión abdominal y aleja el epigastrio del pla- Antes de pensar en un dolor referido de ori-
no posterior. gen cardíaco, es preciso descartar todas las afec-
$. Las pulsaciones epigástricas, transmitidas por ciones de la cubierta osteomusculocutáncea (pani-
un tumor, desaparecen al repetir la palpación en culitis, mialgias, osteítis, artritis, neuritis, etc.).
posición genupectoral, en la que aquél pierde el En la angina de pecho, la región anatómica del
contacto con la aorta. dolor referido se extiende habitualmente en una
zona limitada, por arriba, por el 11 espacio inter-
costal, cara interna del brazo, región cubital del
M PALPACIÓN antebrazo, mitad interna de la mano y los dos úl-
timos dedos; por dentro y por delante alcanza la
La palpación de la región precordial completa región mesostemnal, y la línea vertebral en la par-
la inspección y aporta nuevos datos, algunos de te posterior; por debajo llega al IV espacio ¡nter-
ellos de gran significación diagnóstica, costal. Corresponde a la piel de los dermatomas
La mano que palpa, que procuraremos que se C2-C4, T3-T4 y más rara vez C5-C7 y T6.
encuentre templada, se aplica plana (palpation lar- En la neurosis cardíaca, la zona hiperestésica
ge, de Bard) (fig. 3-6), abarcando, primero, el me- cutánea desborda el área precordial. Casi sin ex-
socardio y la punta; después, la región xifoidea y cepción, aparece un punto doloroso, exquisita-
sus cercanías, y por último, la base, a ambos la- mente localizado a nivel de la articulación con-
drocostal de la costilla izquierda (C4). El dolor
que se despierta a la presión en este punto, y que
es más intenso que el provocado en cualquier
otro lugar, no está, al parecer, relacionado con -
la estructura condrocostal, ya que se despierta
también pellizcando la piel de esta región. Asi- -
mismo, si con el dedo se desliza la piel arriba o
abajo, sigue el movimiento del dedo (punto pre-
cordial, de Juncadella). ;
La presión digital despierta dolor a nivel de -
los puntos frénicos, en la pericarditis aguda; en el
II espacio intercostal izquierdo y a nivel del ma-
nubrio estemal, en las aortitis (punto de Peter), y
en la zona de proyección de la aurícula en la pa-
red posterior (espacio interescapulovertebral, a la
Fig. 3-6. Palpación de la región precordial con toda la altura de DII-DIV), en la estenosis mitral (punto
amplitud de Ja mano (palpation large, de Bard). auricular posterior de Vaquez).
Cardiología. Angiología 217
INVESTIGACIÓN DEL LATIDO
CARDÍACO”
Tiene gran importancia práctica. Su valor es
superior al de la percusión cardíaca, y semejante
al de la percusión pulmonar.
El latido cardíaco se busca por inspección y
palpación, y si éstas no bastan, por ser débil el
impulso cardíaco o tratarse de personas obesas,
se recurre a la percusión. Para explorarlo, en los
casos difíciles, es necesario hacer inclinar al en-
fermo hacia delante y sobre el lado izquierdo y
en espiración forzada, y después de haber reali-
zado un ejercicio moderado que aumente la fuer- Fig. 3-7. Palpación de la región precordial. Investiga-
za de la impulsión cardíaca, como levantar el ción del choque de la punta.
tronco varias veces sin mover las piernas estando
en cama, paso gimnástico en el mismo sitio, etc.
En los enfermos débiles que guardan cama se re- Sufre variaciones en estado fisiológico,
de acuer-
curre a la posición de Azoulay con el fin de que la do con la constitución, presión abdominal y posi-
sangre de la periferia acuda al corazón y aumente ción del sujeto. En los pícnicos, obesos y en las
su impulsión sistólica. Esta posición no es otra embarazadas, con hipertensión abdominal, as-
que la resultante de levantar al mismo tiempo los ciende y se desplaza algo hacia fuera, mientras
brazos y las piemas (un ayudante las sostiene) que, en los longilíneos y delgados, se sitúa más
estando el enfermo echado y con la cabeza apo- abajo y adentro. En decúbito lateral izquierdo
yada sobre una almohada baja. (posición de Pachon) la punta se desvía:2-5 cm ha-
Primero, se busca el latido cardíaco con toda cia la región axilar; el decúbito lateral derecho la
la palma de la mano (palpation large, de Bard) y desplaza menos, hacia este lado.
luego con el pulpejo de las últimas falanges de En determinadas afecciones, el latido cardíaco
los dedos índice y medio flexionados (fig. 3-7). se desplaza; hacia arriba en la hipertensión intra-
Finalmente, cuando por la inspección y la pal- abdominal, por procesos patológicos contenidos
pación combinadas no encontramos el dato que en su cavidad (ascitis, hepatomegalia acentuada,
buscamos, recurriremos a la percusión, cuya tumores ováricos, etc.) y el derrame pericárdico
técnica consideraremos en el siguiente apar- (incluso puede llegar al III espacio); hacia abajo,
tado. en la hipertrofia del ventrículo izquierdo (al VI o
Una vez localizado el latido cardíaco, precisa- VII espacio) y cuando el corazón es rechazado
remos sus caracteres: por un proceso aórtico (aneurisma de la aorta to-
rácica posterior) o mediastínico (tumores); hacia
1. Situación. Normalmente, en el adulto, se la izquierda en la hipertrofia y dilatación de la
encuentra en el Y espacio intercostal izquierdo aurícula o ventrículo derecho, en el derrame o
í (IV espacio en el niño; VI espacio en el anciano),
sobre la línea medioclavicular o ligeramente por
neumotórax de la cavidad pleural derecha y en la
retracción fibrosa o atelectásica del pulmón iz-
dentro limitándose a cubrir una extensión reduci- quierdo. El desplazamiento del latido cardíaco
da, de 2-3 cm de diámetro. hacia la derecha se produce por la presencia de
abundante líquido o aire dentro de la cavidad
pleural izquierda, y por la fibrosis pulmonar o re-
í “Es preferible emplear los términos pulsación cardíaca
o lati- tracción atelectásica del pulmón derecho.
de cardíaco, que el de choque del corazón, para no prejuzgar la En la insuficiencia cardíaca global el latido se
existencia de fenómeno percutienze no producido en realidad, percibe hacia abajo (VI-VlI espacio) y por fuera
ya que el corazón está permanentemente en contacto con la
pared torácica y nunca choca contra ella, sino que su cambio de de la línea medioclavicular.
forma y consistencia dan esta sensación táctil, isocrona con la 2. Frecuencia y riimo. Dependen, exclusiva»
sístole ventricular. Asimismo, es impropio el término «latido de mente, de la sístole cardíaca.
la punta» o «latido apexizno», pues no responde a conceptos 3. Intensidad. Depende del grosor de la pared
precisos anatómicos ni clínicos por lo que es preferible en lugar
de concretar tanto, referirse a «región de la punta» o al «polo torácica y del tamaño y fuerza de contracción del
cardíaco inferior», corazón. Aumenta después de un esfuerzo, en el
218 Semiología médica y técnica exploratoria

hipertiroidismo, en los neurotónicos y cuando el aparato valvular esclerosado. En los corazones


corazón es voluminoso y una mayor masa ven- eréticos (jóvenes, hipertiroideos, neurotónicos)
tricular toma contacto con la pared torácica, por lo puede apreciarse una vibración sistólica semejan-
que el latido es amplio, difuso y enérgico; por te, pero menos acentuada.
este motivo, es posible que corazones muy débi- 2. Chasquido de apertura de la válvula mitral.
les, atónicos, den latidos muy intensos, mientras Es un choque breve y seco que se percibe en la
que su volumen de expulsión y, por tanto, el pul- punta un poco después de iniciada la diástole
so, sea muy débil. Disminuye por el excesivo (choque valvular protodiastólico). Corresponde a
grosor de la pared torácica (sujetos obesos o con la apertura de la válvula mitral estenosada y es-
gran desarrollo muscular) y en condiciones pato- clerosa.
lógicas por enfisema pulmonar, derrame pericár- 3. Chasquido de apertura de la válvula tricuspí-
dico o pleural izquierdo. dea. En la estenosis de esta válvula se percibe en
4. Forma y extensión. En la hipertrofia y dila- la región xifoidea. Se intensifica en la apnea pos-
tación de ambos ventrículos, la región precordial tinspiratoria.
se proyecta como un todo hacia delante con 4, Chasquidos diastólicos aórtico y pulmonar,
energía, constituyendo el «choque en masa» de la Dan al sujeto que palpa la sensación de un golpe
región precordial; otras veces, en la hipertrofia seco y breve, como un papirotazo, en el mornento
ventricular izquierda, particularmente en las oca- del cierre sigmoideo. Dependen de la hiperten-
sionadas por una estenosis o insuficiencia aór- sión, sea de la arteria pulmonar (chasquido diastólico
tica, se halla el llamado «choque en cúpula» de pulmonar) o de la aorta (chasquido diastólico aórtico),
Bard, con la sensación táctil comparable a la o de esclerosis del aparato valvular aórtico (arte-
de una bola de billar que chocara contra la palma de riosclerosis de la hipertensión pulmonar crónica,
la mano o la de un pequeño globo que se hincha- como en la estenosis mitral antigua).
ra y deshinchara bajo los dedos, siguiendo el rit-
mo del corazón.
5. Movilidad. La fijeza del corazón en los di- ESTREMECIMIENTOS CATARIOS
versos decúbitos es signo de sínfisis pericardiome- (TARILL O TRIL; FREMITO)
diastínica, aunque también puede ser señalada en
las grandes cardiomegalias. Ocasionalmente, en el Es una sensación, percibida por la mano que
decúbito, el corazón puede desplazarse en direc- palpa, comparable a la obtenida pasando la mano
ción contraria a las leyes de la gravedad, es decir, a contrapelo sobre el dorso de un gato que ronro-
hacia la izquierda en el decúbito lateral derecho (y nea (Laennec). Es la sensación táctil (el soplo es la
viceversa), señalando sinequias intra y extraperi- auditiva) que produce la corriente sanguínea al
cardíacas. pasar, con cierta intensidad, y de un modo turbu-
lento, por los orificios valvulares. Para producirse
precisa una contracción enérgica del miocardio.
VIBRACIONES VALVULARES Se atenúa y aun desaparece en la hiposistolia o
(CHOQUES VALVULARES) asistolia.
Para investigar su presencia, es preferible pal-
Para su percepción, precisa una contracción par la región precordial con toda la mano (palpa-
cardíaca enérgica, una pared torácica delgada y la tion large, de Bard), ejerciendo una presión mo-
induración de las válvulas: derada; se identifican con la mayor facilidad
palpando con la porción palmar correspondiente
1. Chasquido de cierre de la válvula mitral. Se a las articulaciones metacarpofalángicas, mejor
percibe en la punta. Es un choque seco, breve, que si se explora con la punta de los dedos.
distinto, como un papirotazo, que, por ocurrir en Los estremecimientos catarios pueden ocurrir
la sístole, recibe el nombre de «choque valvular en la sístole, en plena diástole o abarcar los dos
sistólico». Es aconsejable buscarlo colocando al tiempos sin interrumpirse (tril sistólico, diastóli-
enfermo en decúbito lateral izquierdo y a través co o sistodiastólico). Su localización es variable;
de ambas manos superpuestas. Procediendo así, pueden radicar en la punta, en la base, en los va-
el choque muscular se atenúa y desaparece, sos del cuello, en el mesocardio y, excepcional-
mientras persiste la vibración valvular. Es atribu- mente, en la región xifoidea.
to casi exclusivo de las valvulitis reumáticas anti- Entre los frémitos más frecuentes, citaremos los
guas con estenosis mitral, y resulta del cierre del siguientes:
Cardiología. Angiología 219

1. Estenosis mitral. Se localiza en la región de ventricular y de una estenosis pulmonar infundi-


la punta. Puede ocupar toda la diástole o sólo la bular.
presístole; con éste, concurren casi siempre el
chasquido valvular sistólico, con el que remata
el tril, y el protodiastólico (choques valvulares de RITMOS DE GALOPE DIASTÓLICOS
cierre y de apertura mitral). Es técnica correcta
buscarlo aplicando la mano con suavidad y ha- Tienen una expresión táctil derivada de la
ciendo que el paciente guarde el decúbito lateral onda de llenado ventricular en la presístole o en
izquierdo mientras detiene la respiración en espi- la protodiástole. La mano que palpa advierte un
ración forzada. resalto blando, ondulante, extenso, en la región
2. Insuficiencia mitral orgánica. Sistólico y ape- de la punta en el galope izquierdo o en las inme-
xiano. Máximo en la espiración. diaciones del foco tricuspídeo, en el derecho.
3. Fstenosis aórtica. Es frémito sistólico y se En el primer caso, puede confundirse con el
percibe a nivel del II espacio intercostal derecho. choque breve y seco, protodiastólico, que se pro-
Se propaga a las carótidas y puede alcanzar la duce en el momento de apertura de la válvula
punta confundiéndose con el propio de la insufi- mitral estenosada; se diferencia, empero, en que
ciencia mitral orgánica; una buena propagación la vibración que da el galope es menos vibrante,
hacia el exterior habla en favor de esta última. Se menos seca y más prolongada, aunque el tiempo
hace resaltar con el enfermo sentado, inclinado el en que aparecen ambos, dentro de la revolución
tronco hacia delante y a la izquierda. cardíaca, es casi el mismo.
4. Insuficiencia tricúspide orgánica. Sistólico y a
la altura del apéndice xifoides, con refuerzo en la
apnea postinspiratoria. Es de interpretación deli- FROTES PERICÁRDICOS
cada y excepcional a pesar de la frecuencia relati-
vamente grande de las valvulitis tricúspides. Consisten en una sensación de roce, a la vez
5. Estenosis pulmonar congénita. Es un frémito sistólica y diastólica, en vaivén, siguiendo el rit-
sistólico y se percibe en el foco correspondiente. mo cardíaco. Suelen percibirse mejor a nivel del
Comunicación interventricular congénita. Es sis- II-IV espacios intercostales izquierdos, junto al
tólico y se percibe en la región mesocardíaca. esternón, y al aplicar la palma de la mano ejer-
6. Persistencia del conducto anerioso de Botal, ciendo una cierta presión.
ductus. Se trata de un frémito continuo, sisto- La palpación del hueco suprasternal (con el índi-
diastólico, localizado en el II espacio intercostal ce detrás del mango del estermón) diferencia la
izquierdo, con refuerzo sistólico y a veces diastó- pulsación sistólica carotídea de la propia de una
lico. ectasia aórtica, aneurisma del cayado o dilatación
postestenótica en la coartación aórtica; en el pri-
Resumen. Frémito diastólico en la punta: mer caso, el impulso se percibe no en el pulpejo
estenosis mitral; frémito sistólico en la punta: inmsu- (como en la dilatación aórtica), sino a los lados
ficiencia mitral, estenosis aórtica; frémito sistólico en del dedo que palpa. En ocasiones, las pulsaciones
la región de la válvula tricúspide: defecto del tabi- impresas por el aneurisma al bronquio izquierdo
que ventricular, estenosis pulmonar infundibular; insu- se trasmiten a la tráquea y laringe, donde se
Fotocopiar sin autorización es un delito.

ficiencia tricuspídea acentuada; frémito sistólico en aprecian con facilidad (signo de Cardarelli).
la región de la pulmonar: estenosis pulmonar, per-
sistencia del conducto de Botal (en realidad, el frémi-
to es sistodiastólico); frémito sistólico en la re- MW PERCUSIÓN
gión aórtica: estenosis aórtica.
En el TIT espacio intercostal podemos palpar, La percusión cardíaca es un método muy sub-
por lo general, como soplo sistólico tanto el so- jetivo y expuesto a error. Aunque, teóricamente,
plo de la estenosis pulmonar como el del defecto del parece que no debe ofrecer dificultad técnica al-
tabique ventricular. Una excelente propagación ha- guna, pues las cualidades percutorias del corazón
cia arriba, con un punctum maximum en el ll espa- («sonido mate») y del pulmón («sonido claro»)
S.A.

cio intercostal, habla en pro de la estenosis pul- son distintas, en realidad las cosas suceden de
monar valvular, y una propagación clara hacia muy diferente manera. Además del inconvenien-
€ MASSON,

abajo, con el puncium maximum en los espacios in- te que representa la curvatura del tórax, el desa-
tercostales II-IV, en pro de un efecto del tabique rrollo del panículo adiposo y de la musculatura,
220 Semiología médica y técnica exploratoria

la resonancia mayor o menor de la caja torácica, cios intercostales y con una intensidad que de-
etc., hay que tener en cuenta que la rotación sis- pende del grosor de la pared torácica y de la re-
tólica del corazón reduce su área de proyección sonancia del tórax. Se señala con el lápiz dermo-
torácica en más de 1 cm. gráfico el nivel donde hay un cambio brusco de
Por percusión podemos obtener dos áreas, la tono, el cual suele encontrarse, en el sujeto sano,
cardiovascular anterior y la auricular izquierda pos- en el V espacio intercostal, aproximadamente, a
tenor. la altura de una horizontal que pasa por la base
Aunque sea insistiendo sobre cosas ya sabi- del apéndice xifoides.
das, es oportuno recordar que la proyección to- 2. Ubicación del latido cardíaco. Por inspec-
pográfica del borde derecho del corazón corres- ción, o con ésta y la palpación. Si ambos mé-
ponde a una línea que, a partir de la V-VI todos semiológicos fallan, se puede delimitar a
articulación condrosternal derecha, asciende pa- través del denominado «ángulo de la punta», ob-
ralelamente al borde derecho del esternón (gene- tenido por la confluencia del comienzo de la ma-
ralmente, algo por dentro) hasta la Il articulación tidez por percusión ascendente (a partir del espa-
condrosternal, donde se continúa con el borde cio semilunar de Traube) y la obtenida por
derecho del pedículo aórtico. percusión lateral izquierda (de fuera adentro), án-
El borde cardíaco izquierdo, a su vez, parte de gulo agudo más o menos abierto según el área
la II articulación condrosternal izquierda, para del ventrículo izquierdo (fig. 3-8).
terminar a nivel de la punta después de describir Uniendo por medio de un trazo el borde su-
una amplia curva de concavidad dirigida hacia perior del hígado con el punto que corresponde
abajo y a la derecha. al choque de la punta, se dibuja la «línea hepato-
La proyección aórtica rebasa ligeramente, a apexiana de Paul y Potain», cuyo valor semiológi-
partir de la ll articulación condrosternal derecha, co estriba en que nos señala, aproximadamente,
el borde derecho del esternón; pasa, en porción el límite inferior del corazón.
más elevada, por detrás de este hueso y a 1-2 cm 3. Determinación del límite derecho del área
de la horquilla esternal, y forma, antes de termi- cardiovascular. Con percusión profunda de fuera
nar en el [II cartílago condrosternal izquierdo, un adentro y a partir de la línea medioclavicular, co-
casquete que excede en 2-3 cm el borde esternal locando el dedo paralelo al esternón. Dicho bor-
izquierdo (botón aórtico). Entre el borde izquier- de parte de la IV-VI articulación condrosternal
do del pedículo aórtico y el correspondiente al (según la biotipología torácica), asciende parale-
corazón, queda una depresión a cuyo nivel se en- lamente al borde esternal derecho en condiciones
cuentra el tronco de la arteria pulmonar. Este en- normales (0-1 cm) hasta la M articulación con-
talle desaparece cuando dicho vaso se dilata. drosternal, en donde termina el borde auricular

PERCUSIÓN DEL ÁREA


CARDIOVASCULAR ANTERIOR
El sujeto con el tórax desnudo se dispone en
decúbito dorsal, relajado y con los brazos a lo
largo del cuerpo. Es aconsejable el «método per-
cutorio digito-digital de Gerhardt»; yema del
dedo medio (percusor) contra el dorso de la I-II
falange del otro dedo medio (plesímetro). La per-
cusión será concéntrica, fuerte, profunda y con el
dedo plexímetro colocado paralelamente al bor-
de que se quiere delimitar.

Se procede como sigue:

1. Limitación del borde superior de la matidez


hepática. Se percute de arriba abajo a lo largo de
las líneas axilar anterior y medioclavicular dere- Fig. 3-8. Esquema que muestra la forma de determi-
chas, colocando el dedo plexímetro en los espa- nar la posición de la punta cardíaca por percusión.
Cardiología. Angiología 221

ca son de 4-5 cm a la derecha y de 8-11 a la ¡z-


quierda.
*

PERCUSIÓN DEL ÁREA AURICULAR


IZQUIERDA POSTERIOR
La aurícula izquierda, aun siendo normal, se
proyecta en la región interescapular izquierda en
forma de un rectángulo yuxtapuesto a la colum-
na vertebral, sito entre las vértebras T2-T4 y de
una área media de 4 x 3 cm (fig. 3-10).
La aurícula izquierda muy agrandada (valvu-
Fig. 3-9... Percusión
del pedículo aórtico. lopatías mitrales) motiva atelectasia compresiva
del pulmón contiguo, con una rica sintomatolo-
gía física agrupada como «síndromes seudotuber-
derecho y comienza el aórtico. El borde derecho culosos de los mitrales». A su vez, los derrames
de la proyección aórtica forma un discreto abom- pericárdicos- copiosos comprimen la columna
bamiento que se continúa con su límite superior, dorsal, a veces desde T4 a T9 (en las cardiomega-
que queda a una distancia de 0-3 cm de la fosa lias, esta zona de hiposonoridad es siempre me-
suprasternal, como se comprueba percutiendo non), y la base pulmonar izquierda por debajo del
desde el extremó superior hacia abajo sobre el ángulo de la escápula, con submatidez, respira-
manubrio del esternón. El cambio de tono es ción ruda o soplante, murmullo vesicular poco
bien percibido (fig. 3-9). audible y estertores húmedos (síndrome de Pins).
4. Investigación del límite izquierdo del área car- Se observa más en niños y $e reconoce porque
diovascular. Se percute con cierta fuerza de fuera una prolongada permanencia en posición genu-
adentro, paralelamente al borde que se busca. pectoral, unida a respiraciones profundas, lo ate-
Recordaremos que, por encima de la lll articula- núa O lo hace desaparecer.
ción condrosternal, la aorta dibuja un casquete Las anomalías más importantes de las áreas per-
convexo a la izquierda, que sobresale 2-3 cm del cutorias son:
borde esternal y que por abajo comienza la con-
vexidad cardíaca (ventrículo izquierdo), que llega 1. Área cardíaca. Aumento transversal (pícni-
hasta la región de la punta. Al percutir este borde cos, elevaciones, dilatación global del corazón,
no debe golpearse fuerte y aceptar el primer derrame del pericardio); aumento del área iz-
cambio de tono apreciable, pues así nos aparta- quierda con deslizamiento de la punta hacia aba-
mos un dedo del contorno real del ventrículo iz-
quierdo. Es necesario señalar dónde la diferencia
percutoria es bien manifiesta. Cuando el corazón
no está crecido, ninguna de las porciones del bor-
í de izquierdo sobresale por fuera de la línea verti-
cal trazada desde donde se percibe el latido car-
rt.

y díaco, sino que el borde izquierdo se sitúa dentro


un

de esta línea o, en casos excepcionales, coincide


2N

con ella en una pequeña parte de su recorrido.


En el segundo espacio intercostal izquierdo,
entre la matidez del casquete aórtico por arriba y
la cardíaca por abajo, queda una depresión que
corresponde al tronco de la pulmonar, como lo
5 demuestra su desaparición cuando ésta aumenta
$ de volumen.
La anchura del área aórtica alcanza 4-5 cm
en el hombre y 3-5 cm en la mujer; asimismo,
tomando como punto de referencia la línea me- Fig. 3-10. Proyección posterior de la matidez corres-
o. diosternal, los límites máximos del área cardía- pondiente a la aurícula izquierda,
222 Semiología médica y técnica exploratoria

jo y afuera (dilatación ventricular izquierda) o con los consultorios públicos como en la consulta pri-
deslizamiento predominante hacia fuera (dilata- vada existen siempre, y a veces con un nivel sor-
ción auricular o ventricular derecha); disminución prendentemente elevado (de ordinario, 60-70 de-
del área cardíaca (enfisema pulmonar); desliza- cibelios).
mientos laterales hacia la derecha o izquierda Los fenómenos acústicos del corazón son pro-
(tracciones y compresiones extracardíacas). vocados por vibraciones cuya frecuencia oscila
2. Áreas vasculares. Aumento transversal del entre los 16 y 1.000 Hz, aproximadamente. El fo-
diámetro aórtico (ectasia difusa de la aorta); au- nendoscopio debe tomarlas de la pared torácica y
mento del casquete izquierdo (aortitis, aneuris- transmitirlas a nuestro oído sin contar, funda-
ma del cayado); aumento del casquete derecho mentalmente, la banda de frecuencia.
(aneurisma de la aorta ascendente) o de aquél y Los fonendoscopios con campana recogen
la porción media (aneurisma del tronco braquio- bien los sonidos de frecuencia baja, como el arras-
cefálico); submatidez en forma de puente entre el tre presistólico de la estenosis mitral y ritmo de
casquete izquierdo y el borde de la matidez car- galope, pero transmiten mal los sonidos de fre-
díaca (aorta descendente percutible por desplie- cuencia elevada (soplo diastólico de la insuficien-
gue ectásico de dicho vaso; aneurisma de la aorta cia aórtica, soplo de Graham Steell), que se perci-
descendente); relleno de la escotadura del ll o del ben mejor con el fonendoscopio de diafragma.
Il y IB espacios izquierdos (dilatación del tronco Los dos ruidos cardíacos normales se perciben
de la pulmonar por hipertensión de la circulación por igual con la campana que con el diafragma,
menor a causa de una neumopatía aguda o cróni- con la salvedad de que con este último se capta
ca, estenosis mitral, comunicación interauricular, mejor el elemento pulmonar del segundo tono.
conducto arterioso permeable, estenosis valvular Hay cinco focos de auscultación valvular, que no
de la pulmonar, aneurisma de la pulmonar). corresponden exactamente a su proyección ana-
3. Área auricular izquierda. Aparece aumenta- tómica, ya que la propagación de las vibraciones
da en la dilatación de esta cavidad (estenosis mi- acústicas se hace, preferentemente, en los puntos
tral, insuficiencia mitral). en donde el corazón y los grandes vasos tienen
contacto más íntimo con la pared torácica:

MW AUSCULTACIÓN a) Mitral. En la punta cardíaca (mayor con-


tacto del ventrículo izquierdo con la pared costal)
La auscultación es uno de los métodos clíni- (fig. 3-11 A).
cos más valiosos para el examen del corazón, es- b) Aórtico. En el l espacio derecho junto al
pecialmente para el diagnóstico de las afecciones esternón (mayor aproximación de la aorta ascen-
valvulares que pueden ser reconocidas por su in- dente) (fig. 3-11 B).
termedio, antes de que hayan determinado mo- e) Tricúspide. En el apéndice xifoides o en
dificaciones en la forma y tamaño cardíacos o del la VI articulación condrosternal derecha (mayor
electrocardiograma. Sirve también, para recono- contacto del ventrículo derecho) (fig. 3-11 C).
cer los estados de claudicación miocárdica y las d) Pulmonar. En el ll espacio izquierdo inme-
alteraciones del ritmo cardíaco. Constituye un diato al esternón (mayor aproximación del cono
método de exploración difícil de reemplazar. o infundíbulo de la pulmonar) (fig. 3-11 D).
e) Foco aórtico accesorio o de Erb (quinto foco de
auscultación cardíaca). A la altura y algo a la iz-
NORMAS PARA quierda en el esternón, o en el punto en que una
UNA AUSCULTACIÓN línea que une el foco aórtico clásico con la punta
CARDÍACA CORRECTA del corazón corta el borde izquierdo del esternón.

Hay una serie de normas básicas que no pue- Atendiendo a los datos aportados por la fono-
den obviarse para que la auscultación cardíaca cardiografía y los principios fisiológicos, se ha
sea correcta: comprobado que más que puntos electivos de
auscultación para cada válvula, lo que hay son
1. Debe practicarse en un ambiente tranquilo áreas o zonas de expresión preferente para cada ruido.
y mejor con luz velada, para que nada distraiga Resumimos en la figura 3-12 dónde residen di-
nuestra atención. Se debe considerar la influencia chas áreas y hacia dónde se propagan los ruidos
de los ruidos de fondo, advirtiendo que tanto en y soplos valvulares que a ellas corresponden, se-
Cardiología. Angiología 223

Fig. 3-11. Focos cardíacos de auscultación. A) Mitral, B) Aórtico, C) Tricúspide. D) Pulmonar,


sin autorización es un deñto.
O MASSON, 5.4. Fotocoplar

c
Fig. 3-12. A) Áreas de auscultación de las válvulas y zonas cardíacas: AP, arteria pulmonar; la válvula mitral se
oye en la punta cardíaca y a veces hacia la región axilar. B) Propagación de los soplos valvulares del corazón iz-
quierdo; EA, estenosis aórtica; EM, estenosis mitral; LA, insuficiencia aórtica; IM, insuficiencia mitral. C) Propaga-
ción de los soplos valvulares del corazón derecho; EP, estenosis pulmonar; ET, estenosis tricuspídea; IP, insuficien-
cia pulmonar; IT, insuficiencia tricuspídea.

gún se trate de soplos de estenosis o de insufi- mejores resultados es la que se realiza con el pa-
ciencia valvular, y según proceden del corazón ciente tranquilo, relajado y echado sobre la espal-
izquierdo o derecho. da, con la parte superior del cuerpo ligeramente
2. La posición que debe adoptar el médico al incorporada. El médico debe sentarse a la dere-
auscultar a los pacientes es variable; la que da cha del paciente. Pero muchos fenómenos acústi-
224 Semiología médica y técnica exploratoria

cos se detectan mejor en decúbito lateral izquier- 4. Debemos habituarnos a un tipo sistemático
do, como los que se originan en la válvula mitral de auscultación. Se inicia la auscultación de la pun-
(mayor contacto con la pared; punto de ausculta- ta cardíaca con la parte de la campana de nuestro
ción de la región de la punta cardíaca), los gene- estetoscopio y auscultamos en los diversos pun-
ralmente débiles y suaves soplos in descrescendo tos hasta llegar a la base. Pasamos luego a la
diastólicos de la insuficiencia aórtica, así como membrana del estetoscopio para seguir el mismo
los de la insuficiencia pulmonar (punto de aus- proceso de auscultación, pero siguiendo un or-
cultación en el III espacio intercostal, en el borde den inverso, es decir, partiendo de la base y has-
esternal izquierdo). En el decúbito lateral dere- ta llegar a la punta cardíaca. Hacemos respirar
cho, son más patentes los fenómenos acústicos normalmente a los pacientes para podernos ha-
de la válvula tricúspide, y en la posición sentada cer una idea clara, especialmente en la región
con el cuerpo echado hacia delante (postura de pulmonar, sobre el desdoblamiento del segundo
Harvey), los que se originan a nivel de los focos tono cardíaco. Sobre todo en el caso de que se
aórtico y pulmonar. perciban murmullos débiles, como por ejemplo
3. El médico debe acostumbrarse a auscul- un soplo diastólico aórtico, debemos volver a
tar a los pacientes no sólo en apnea respiratoria, auscultar al paciente, pero ahora en reposo respi-
sino también con respiración normal, la cual ad- ratorio y decúbito izquierdo. Si es necesario, de-
quiere importancia singular en el desdoblamien- bemos sugerirle que se siente o se mantenga en
to del segundo tono cardíaco y en el soplo tricus- posición erecta para poderle auscultar también
pídeo. en dichas posiciones.
La apnea respiratoria es obligada para la cap- Es preciso que en cada punto de auscultación
tación de fenómenos acústicos débiles, por ejem- sigamos un orden sistemático al prestar atención
plo, un soplo diastólico aórtico suave. a los distintos fenómenos acústicos cardíacos, pri-
El período expulsivo del ventrículo derecho mero concentraremos exclusivamente nuestra
permanece prácticamente inalterado durante el atención sobre los tonos cardíacos, el primer tono
ciclo respiratorio. Lo que aparentemente retrasa y el segundo tono, por este orden. Estudiaremos
el cierre sigmoideo pulmonar durante la inspira- su intensidad, su punctum maximum, la existencia
ción es la reducción de la impedancia vascular eventual de desdoblamientos, y todo ello en cada
pulmonar (o aumento de la capacitancia). uno de los puntos de auscultación. Tiene especial
El incremento inspiratorio del volumen sistó- importancia la valoración del segundo tono cardí-
lico del ventrículo derecho es también responsa- aco en la región pulmonar, pues, por lo general,
ble del aumento de la intensidad de todos los es éste el único factor que nos permite identificar
fenómenos acústicos originados en la válvula tri- el desdoblamiento del segundo tono cardíaco, tan
cúspide durante la inspiración; este fenómeno importante para toda la auscultación.
descrito por Rivero-Carvallo, afecta tanto al so-
plo sistólico de la insuficiencia tricuspídea (signo
sistólico) como al soplo diastólico de la estenosis y, por otra, las oscilaciones tensionales intratorácicas son mucho
tricuspídea (signo diastólico). De la misma forma, más acentuadas que en la respiración normal. Se produce un des-
el tono de apertura de la tricúspide es más sono- doblamiento amplio del segundo tono cardíaco por retraso im-
ro durante la inspiración. portante del componente pulmonar, un aumento notable de la
intensidad del soplo tricuspideo y un incremento de la sonoridad
También, según esta relación de dependencia del tono auricular del ventrículo derecho y del frote pericárdico.
respiratoria, el frote pericárdico se hace más in- Por el contrario, en la maniobra de Valsalva, la presión intra-
tenso durante la inspiración y más débil durante torácica se eleva intensamente, con lo que disminuye el aflujo
la espiración!. al corazón derecho y la circulación a través del corazón dere-
cho, es decir, el volumen sistólico ventricular derecho. Los fe-
nómenos acústicos procedentes del corazón derecho se debili-
tan, haciéndose mucho más tenues o incluso desapareciendo
"Podemos hacer todavía mucho más manifiestas las oscila- totalmente. Una vez finalizada la maniobra de Valsalva, ocurre
ciones tensionales intratorácicas provocadas por la inspiración en cierto modo lo contrario; la primera inspiración libre, pro-
normal, y también, por tanto, las alteraciones hemodinámicas funda, debe valorarse casi como la prueba de aspiración de
por ellas desencadenadas, si realizamos con el paciente la «prue- Múller, de manera que ahora se hacen mucho más manifiestos
ba de aspiración» de Miiller o de la «inspiración profunda blo- de nuevo los fenómenos acústicos del corazón derecho, de un
queada». Para ello, invitamos al paciente a una espiración pro- modo similar al que se ha descrito en la inspiración y en la
funda, le tapamos la nariz y luego le hacemos aspirar prueba de aspiración de Múller.
intensamente. De esta forma, podemos hacer mucho más claros Así pues, aparte de la auscultación cardíaca en respiración
y manifiestos los fenómenos acústicos que se producen durante normal, debemos recurrir también a pruebas tan sencillas como
la inspiración, pues, por una parte, faltan los ruidos respiratorios la de aspiración de Múller y la maniobra de Valsalva.
>
Cardiología. Angiología 225

Hemos de buscar después la existencia de los Ruidos cardíacos normales


llamados «extratonos», como el tono del orificio
mitral, que percibimos con relativa suavidad. Se suceden con ritmo uniforme y constante:
Sólo a partir de este momento prestaremos aten-
ción a los soplos, primero durante la sístole y 1. Primer ruido. Es de tono bajo, timbre suave
luego durante la diástole. y larga duración (tum). Se genera por el cierre de
Gracias a esta auscultación sistemática, po- las válvulas mitral y tricúspide durante la sístole
dremos evitar que nos pase inadvertido, por ventricular, más las vibraciones provocadas por
ejemplo, un soplo diastólico muy débil o un ter- la contracción muscular y la posible expansión
cer tono cardíaco tenue encubiertos por un soplo de las paredes de los grandes vasos. 5e percibe
sistólico muy sonoro. De ningún modo, hemos mejor en la región de la punta.
de fundamentarnos inmediatamente en el hallaz- 2. Segundo ruido. Es breve y de tonalidad
go auscultatorio más sonoro, porque, según en- aguda (ta), coincide con la diástole ventricular
seña la experiencia, corremos el riesgo de limitar- y el cierre de las válvulas sigmoideas aórticas y
nos a él, para que luego nos pasen totalmente pulmonares. Es más intenso en la región de la
inadvertidos todos los fenómenos acústicos res- base, sobre el foco pulmonar en los jóvenes, y
tantes, que acaso puedan tener incluso mayor sobre el aórtico, en los adultos y ancianos. 5u
importancia. brevedad se explica, atendiendo a que la vibra-
Muchos de los fenómenos acústicos del cora- ción de las válvulas que determina el cierre sig-
zón resaltan más cuando se ejerce una ligera sobre- moideo desaparece prontamente, debido a que la
carga. Se produce un incremento del volumen sis- misma sangre a presión contenida en la aorta y
tólico y, por consiguiente, una intensificación de la pulmonar, al principio de la diástole, apaga las
casi todos los fenómenos auscultatorios del cora- vibraciones de las válvulas semilunares.
zón. Así, la auscultación tras una sobrecarga física La fase áfona entre el primero y el segundo
ligera (muchas veces basta, simplemente, con ha- ruidos cardíacos es el pequeño silencio, y la que
cer pasar varias veces al enfermo, en el mismo le- media entre el segundo y el primero, un gran si-
cho donde se realiza la exploración, de la posición lencio. Los dos ruidos señalan el principio y final
yacente a la incorporada) da excelentes resultados, de la sístole; el gran silencio (incluido el tercer
sobre todo en los casos en que no estábamos com- ruido) es la diástole. La sucesión de primer ruido-
pletamente seguros de los fenómenos acústicos pequeño, silencio, segundo ruido, gran silencio,
percibidos, por ejemplo, en caso de una estenosis es el ciclo cardíaco (tum-ta-tum-ta; fig. 3-13).
mitral muy discreta y todavía quizá muda en repo- Se admite la existencia de un tercer y cuar-
so, y en la que no habíamos auscultado con clari- to ruido cardíacos, ambos de escaso relieve au-
dad más que un primer tono cardíaco timpánico y ditivo.
el tono del orificio mitral. De modo similar, mu- 3. Tercer ruido. Es sordo y de tono bajo, y se-
chos fenómenos acústicos se auscultan con mayor meja al eco apagado del segundo. Coincide con
claridad inmediatamente después de adoptar la po- la fase de llenado rápido ventricular cuando se
sición yacente, que mucho rato después de perma- abren las válvulas auriculoventriculares. Se perci-
necer en dicha posición. be bien en decúbito lateral izquierdo a nivel de
5. Diremos, para terminar, que un largo y pa- los IV-V espacios intercostales y en espiración
Fotocopiar sin autorización es un delito.

ciente entrenamiento del oído y un perfecto co- forzada. Ácrece con las maniobras que aumentan
nocimiento de la dinámica cardíaca son absuluta- el retorno venoso e incrementan el relleno rápido
mente necesarios para que la audición conduzca ventricular (ejercicio, compresión abdominal; ha-
a conclusiones patogénicas fundamentales y uti- cer levantar las piernas y brazos al sujeto acosta-
lizables. do [posición de Azoulay], etc.). Se encuentra pre-
Pausa larga
Pausa corta

tum tum
Pausa larga
Pausa corta
Pausa larga
'ausa corta

tum
qe
m
Ss
>
mm
m

1.% ruido 2.2 ruido 1.* ruido 2.2 ruido 1.* ruido 2.* ruido
S.A.
O MASSON,

0.0123
4 567 8 9 u10 1 234556 7891012345678
m9 u10

Fig. 3-13. Representación de los ruidos cardíacos normales.


226 Semiología médica y técnica exploratoria

sente en un gran número de niños y adolescentes relación con la diferencia de presión existente en-
sanos y rara vez a partir de los 30 años. tre las arterias pulmonar y aorta, por un lado, y
4. Cuarto ruido. Es originado por la contrac- las cavidades ventriculares en los momentos ini-
ción auricular y distensión telediastólica ventri- ciales de la diástole, por el otro (dp/dt, o primera
cular consiguiente (tono atríal). Esta denomina- derivada del aumento de presión intraventricular;
ción es contradictoria, pues se trata de un dp/dt: cambios de presión/cambios de tiempo).
fenómeno que se manifiesta al inicio de la revo- 3. La mayor o menor distancia entre el origen del
lución cardíaca. Su frecuencia, en los sujetos jó- ruido y el fonendoscopio. Pues la propagación a dis-
venes y sanos, varía del 0-5 %. Se capta mejor en tancia atenúa y transforma los elementos sono-
la base del apéndice xifoides y 1I-IV espacios in- ros. Los ruidos del corazón derecho, al ser más
tercostales izquierdos. débiles que los del izquierdo, se atenúan con ma-
yor rapidez, pero la situación anatómica anterior
Los ruidos normales del corazón pueden mo- del corazón derecho en el tórax compensa, en
dificarse en sus cualidades fundamentales (inten- parte, esta pérdida. Los movimientos respirato-
sidad, tono y timbre); en su número y sucesión rios, al aumentar o disminuir rítmicamente la
(frecuencia y ritmo) y por la aparición de ruidos distancia que separa el corazón de la pared torá-
adventicios. cica anterior, disminuyen o aumentan también
Aparte de los ruidos normales, hay una serie de manera rítmica la intensidad de los ruidos y
de ruidos anormales que tener en cuenta; éstos soplos fraguados en el corazón.
son: 4. Estado anatómico del aparato valvular. Re-
cordemos la acentuación clásica del primer ruido
1. Ruido de molino. Sincrónico con la sístole en la estenosis mitral y del segundo en la esclero-
cardíaca, se ausculta en casos de hidroneumope- sis aórtica, ambos procesos con válvulas engrosa-
ricardio. Bricheteau (1860) lo compara al de las das y densas.
paletas de un molino al golpear en el agua. 5. Interferencia de la contracción ventricular con
2. Ruido de chapoteo. Por la remoción de ga- la posición de las válvulas auriculoventriculares. Esta
ses y también líquido contenidos en un estóma- interferencia depende, esencialmente, de la cro-
go que está dilatado o herniado a través del dia- nología recíproca de las contracciones auricular y
fragma o de la flexura esplénica. ventricular, es decir, de la duración del espacio
3. Ruido metálico. En el neumotórax a presión P-R. La onda sanguínea enviada por la aurícula al
del lado izquierdo. Durante la sístole cardíaca. interior del ventrículo a medio llenar, por la con-
4. Ruido crujiente-burbujeante. En el neumo- tracción de sus paredes, choca contra la pared y
mediastino, en niños y adolescentes. Es extracar- la sangre contenida en su cavidad, determinando
díaco y sistólico-diastólico. ondas sanguíneas de retroceso que levantan las
válvulas auriculoventriculares y aproximan entre
sí sus bordes libres, cerrando parcialmente el ori-
Intensidad y tono ficio valvular. Si el ventrículo inicia su fase sistó-
lica con las válvulas en esta posición (espacio P-R
Tanto la intensidad como el tono guardan re- acortado), se comprende que la presión intraven-
lación con varias características: tricular se eleve mayormente y con más pronti-
tud que cuando el ventrículo comienza a con-
1. Grosor y conductibilidad sonora de los tejidos traerse mientras las válvulas se encuentran más
interpuestos entre el corazón y el oído del observador. alejadas entre sí (espacio P-R alargado), circuns-
La pared torácica delgada y vibrátil del niño o del cribiendo un orificio auriculoventricular más am-
adolescente o el pectus excavatum y el pulmón plio, por donde refluye parte de la sangre conte-
elástico tienen consecuencias opuestas a la grue- nida en el ventrículo, hacia la aurícula, lo cual es
sa pared del obeso y al amplio tórax del enfise- causa de que la presión intraventricular no se ele-
matoso. ve grandemente durante el período isométrico,
2. Velocidad con que se produce la tensión val- independientemente de la fuerza de contracción
vular. La intensidad del primer ruido depende ventricular.
más de la velocidad con que se eleva la tensión 6. Presencia del líquido en la cavidad pericárdi-
intraventricular (por una sístole enérgica), que de ca. Que impide o dificulta la transmisión del so-
su grado; la del segundo ruido, de la velocidad nido; esta debilitación alcanza ambos ruidos, s0-
de cierre de las válvulas sigmoideas, a su vez en bre todo el primero.
Cardiología. Angiología 227

El aumento o disminución de la intensidad y tono ma toma un timbre especial (éclat iympanique, de


del primero y segundo ruidos se observan en las cir- Guéneau de Mussy).
cunstancias que a continuación se indican:
b) Foco pulmonar:
1. Aumento de la intensidad del primer ruido
cardíaco. Se produce cuando acrece la energía de — Es normal en niños o jóvenes hasta de
la sístole ventricular, como en ocasión de esfuer- 24 años.
zos, emociones, hipertiroidismo, distonía neuro- — Elevación tensional de la pequeña circula-
vegetativa, etc. Las sístoles prolongadas (en la ción, como en la congestión pulmonar pasiva (es-
extrasistolia; bloqueo auriculoventricular, etc.) tenosis mitral, insuficiencia izquierda).
facilitan el llenado ventricular, por lo cual la sís- — Congestión activa pulmonar shunt D-L
tole que a ellas sigue es, de acuerdo con la «ley — Elevación de resistencia (estenosis mitral,
del volumen diastólico», más enérgica. La altera- cor pulmonale agudo o crónico).
ción patológica del aparato valvular mitral, como — Hipertensión pulmonar primaria.
acontece en la estenosis mitral pura, modifica los
caracteres acústicos de este primer ruido, que se 4. Disminución de la intensidad del segundo rui-
torna intenso y a veces con un timbre metálico. do cardíaco.
Estas mismas alteraciones del aparato valvular
mitral, en condiciones extremas, pueden llevar al a) Foco aóntco:
aplazamiento del primer ruido, como ocurre en
— Insuficiencia izquierda, estenosis e insufi-
presencia de acentuada calcificación, fimosis de
ciencia aórtica.
la válvula mitral, o ambas.
— Hipotensión arterial.
2. Disminución de la intensidad del primer ruido
cardíaco: b) Foco pulmonar:

a) Cuando la contracción cardíaca es débil (mio- — Insuficiencia derecha.


carditis, infarto, etc.) o insuficiente. El llenado ven- — Estenosis pulmonar.
tricular, como en el shock.
b) En la insuficiencia mitral. Por el escape de
sangre del ventrículo a la aurícula, lo que impide Timbre
que la presión intraventricular ascienda a sufi-
ciente altura y con prontitud durante el período Se modifica si se perturba cualquiera de los ele-
isométrico. mentos que intervienen en la fisiogenia de los rui-
d) En la endocarditis aguda. El edema valvular dos cardiovasculares; así, por ejemplo, el de la
motiva un ruido leve, velado, comparado al pro punta puede hacerse más pastoso, velado al hiper-
ducido por un «tambor con sordina». trofiarse el ventrículo, debilitarse la sístole o ede-
d) Cuando los ventrículos empiezan a contraerse. matizarse la mitral y, en cambio, es más vibrante
Estando las válvulas auriculoventriculares muy en las sístoles rápidas y enérgicas o en la esclerosis
alejadas entre sí, con un espacio P-R prolongado. de la válvula mitral, como en la estenosis.
Cuando las válvulas aórticas se esclerosan (sí-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

3. Aumento de la intensidad del segundo ruido filis, ateroma), el segundo ruido adquiere un tim-
cardíaco. bre especial comparado con el sonido que se ob-
tiene al golpear con el pulpejo de un dedo la otra
a) Foco aórtico: mano aplicada plana contra el oído. Se percibe
un cierto timpanismo si en la vecindad del cora-
— Elevación tensional en la gran circulación, zón existen cámaras aéreas a tensión, como neu-
ya sea permanente (enfermedad hipertensiva; ne- motórax, distensión gástrica o un absceso sub-
frosclerosis, estenosis ístmica de la aorta), ya ac- diafragmático con gas.
cesional (crisis hipertensivas).
— En la elevación del diafragma (obesidad,
S.A.

meteorismo, embarazo), que acercan el vaso a la Frecuencia


O MASSON,

pared.
— Válvula y orificio valvular vibrátil, como La cifra normal varía entre límites muy am-
en la aortitis sifilítica, ateromatosa; en esta últi- plios, desde 38-40 s/min (sístoles minuto) en su-
228 Semiología médica y técnica exploratoria

jetos vagotónicos a 95-100 en distónicos vegeta- El desdoblamiento por retraso del componen-
tivos con simpaticotonía; la óptima es de 60- te aórtico (más acusado en la espiración) se ob-
70 s/min: serva:

1. Taquicardia (más de 90 s/min). Puede ser a) Por aumento de la resistencia al vaciado ven-
regular (sinusal, paroxismal) o irregular (fibrila- tricular izquierdo (sobrecarga sistólica). Como en
ción auricular, extrasistolia irregular). Un aumen- la estenosis aórtica e hipertensión arterial genera-
to aparente de la frecuencia cardíaca se obser- lizada.
va en: b) Por sobrecarga diastólica ventricular izquierda,
Como en algunos casos de conducto arterioso y
a) Desdoblamiento del primer ruido cardíaco pericarditis constrictivas; en éstas la sobrecarga
(tum-tum-ta). Se atribuye a disincronismo de los diastólica se presenta sólo en la espiración, origi-
componentes valvular, muscular y arterial del nando el retraso del componente aórtico del se-
primer ruido. Se ausculta en la región de la punta gundo ruido, sin que el pulmonar varíe de posi-
y con el enfermo en decúbito dorsal y algo obli- ción.

cuado hacia la izquierda y en apnea espiratoria. c) Por retardo de la activación del ventrículo iz-
Se encuentra en el 23 % de los niños y adoles- quierdo. Como en el bloqueo de rama completo y
centes y en el 15 % de los adultos sanos. El des- en el síndrome de Wolff-Parkinson-White, tipo
doblamiento patológico se señala en el bloqueo B. En el conducto permeable y la estenosis aórti-
de rama derecha (retraso del componente tricus- ca, el soplo y el apagamiento del segundo ruido,
pídeo), extrasístoles ventriculares, hipertensión respectivamente, impiden a menudo la percep-
general. Debe evitarse la confusión con un ritmo ción del desdoblamiento, fácil de apreciar en los
de galope. restantes casos.
b) Desdoblamiento del segundo ruido (tum-ta-
ta). Su hallazgo es tan constante que su ausencia 2. Bradicardia (menos de 60 s/min, sin reba-
debe hacernos pensar (excluidas la mala técnica sar un mínimo de 35 s/min). Puede ser accesional
de auscultación, enfisema, adiposidad, respira- o permanente. El pulso suele latir con igual fre-
ción superficial, equilibrio tensional de ambos cuencia; cuando esto no ocurre hablamos de
ventrículos [como en el complejo de Eisenmen- «bradisfigmia sin bradicardia», como en los rit-
ger], estenosis subaórtica) en un fallo izquierdo o mos y extrasístoles bloqueados.
coronario latentes. El motivo de este fenómeno
reside en que, al aumentar durante la inspiración
el retorno venoso al corazón derecho, eleva la re- Ritmo
pleción ventricular derecha y esto produce un
asincronismo entre ventrículo derecho e izquier- Para poder juzgar sus anomalías es preciso re-
do con prolongación de la sístole mecánica dere- cordar, como punto de comparación, la cadencia
cha y subsiguiente retraso del componente pul- del ritmo pareado normal:
monar del segundo ruido.
En condiciones anormales, este desdobla- 1. Ritmo fetal (embriocardia [Huchard], rit-
miento puede ser por retraso del cierre de las mo leporino [Wolf], ciniclocardia [Múiller)).
válvulas pulmonares (se acentúa al final de la Stockes (1864) lo describe por primera vez. Los
inspiración como una exageración del fenóme- tonos se oyen iguales, con isocronismo del pe-
no normal) o del componente aórtico que se si- queño y gran silencio (tum-tum-tum-tum). Re-
túa al final de la espiración (desdoblamiento cuerda el ritmo fetal o del corazón del conejo.
paradójico o inverso) detrás del ruido pulmo- Según Miller, se debe a que, en los corazones
nar. El desdoblamiento por el primer motivo muy rápidos, pasa inadvertido el segundo rui-
(retraso de las válvulas pulmonares) se da en el do, oyéndose sólo un silencio igual separando
bloqueo de la rama derecha (por retardo de ac- dos ruidos sistólicos. Su significación varia en
tivación ventricular), comunicación interauricu- relación con la causa que motiva la taqui-
lar (sobrecarga ventricular derecha diastólica) y cardia.
estenosis mitral por prolongación de la sístole 2. Ritmo pendular. Se igualan los silencios; no
mecánica. En estos casos, el fenómeno persiste así los ruidos (tum-ta-tum-ta). Recuerda el tic-tac
auscultando al paciente sentado o en la posi- del péndulo de un reloj. La taquicardia es mode-
ción de pie. rada. Es signo de fallo miocárdico.
Cardiología. Angiología 229

3. Ritmo de tres tiempos!?. A los dos tonos car- Se aprecia mejor en la punta a nivel del ángulo
díacos se añade un tercer ruido, ya sea normal o esternal izquierdo con el enfermo en decúbito la-
patológico, en relación con el aparato valvular, teral del mismo lado (ta-ta-tá). Depende de la hi-
miocardio parietal o grandes vasos. Según la fase pertrofia de la aurícula izquierda o derecha, lla-
de la revolución cardíaca en que aparece el ruido mándose también «galope atrial». Se trata del
anómalo, se habla de ritmo de tres tiempos sistó- cuarto toño normal más intenso por la contrac-
lico o diastólico. ción auricular más enérgica y mayor distensión
4. Ritmo de galope. Se designa como tal un de la pared ventricular bajo la acción de la onda
ritmo de tres tiempos (rara vez cuatro) por agre- sanguínea. Se observa en pacientes con hiperten-
garse a los dos ruidos normales otro patológico sión arterial y pulmonar, en la sobrecarga sistóli-
de origen muscular y características acústicas di- ca, en la estenosis mitral y aórtica, cuando se
ferentes. Este ruido aparece en la diástole y en prolonga el tiempo que media entre la sístole au-
sujetos taquicárdicos, motivando una cadencia ricular y ventricular, y cuando el tono del múscu-
que recuerda la del galopar del caballo en la leja- lo ventricular mengua debido a infecciones o co-
nía (Bouillaud). ronariopatías.
Este ruido sobreañadido es difícil de percibir Su presencia en individuos con dolores toráci-
en la auscultación directa a causa de la taquicar- cos indefinidos sugiere una insuficiencia corona-
dia y por ser sordo y débil, excepto en el galope ria crónica. Se presenta con frecuencia y de
de suma. Mengua y desaparece si, con la com- manera transitoria en el infarto de miocardio,
presión del seno carotídeo, la frecuencia cardíaca considerándose signo infausto su persistencia. El
desciende por debajo de la cifra crítica de 91 pul- galope atrial desaparece en la fibrilación auricu-
saciones por minuto. lar. El pulso poco acelerado favorece su percep-
Se percibe mejor auscultando al enfermo ción; pero, como esta condición se da rara vez en
en decúbito supino, en ligera inclinación ha- los procesos que lo motivan, su hallazgo es poco
cia la izquierda y espiración profunda. El ga- frecuente, discrepando de lo que suele afirmarse.
lope izquierdo se busca en la región de la punta; El galope auricular (o presistólico) no va ligado
el galope derecho, en la base del apéndice xi- necesariamente a fallo cardiocirculatorio y no tie-
foides. ne siempre un significado pronóstico desfavo-
Se acompaña de una sensación táctil (de la rable.
que nos hemos ocupado al referirnos al método b) Galope ventricular o protodiastólico. Se atri-
palpatorio) que justifica buscarlos auscultando buye al impacto de la onda sanguínea que fluye
directamente con la oreja sin utilizar fonendosco- de las aurículas a los ventrículos hipotónicos du-
pio alguno. rante la fase de llenado rápido, protodiastólico.
Existen diferentes variedades de ritmo de galope, Se le llama ventricular porque no guarda relación
cuyo estudio analítico compete a la fonocardio- alguna con la contracción de las aurículas. Tiene
grafía: las características acústicas y fonocardiográficas
del tercer tono normal. Se aprecia mejor a nivel
a) Galope auricular o presistólico. Guarda rela- de la punta o medialmente a la misma (ftá-ta-1a).
ción con la onda sanguínea que fluye con energía Es un signo físico muy importante, pues casi
en el ventrículo durante la contracción auricular. siempre revela de manera precoz una insuficien-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

cia cardiocirculatoria. Constituye la llamada más


desesperada para la cardiotonificación. Su signifi-
“Este término, consagrado por el uso, sólo indica una suce- cado es ominoso cuando se asocia a respiración
sión triple de ruidos, sin referencia alguna al ritmo y dinámica de Cheyne-Stokes y pulso alternante (tríada de
cardíaca. En ocasiones, la auscultación no es suficiente para su
percepción, incluso acudiendo a aquellas maniobras que retar- Scherf.
dan el ritmo (compresión de los globos oculares o seno carotí- e) Galope de adición o suma. En las grandes ta-
deo) o aumentan la afluencia de sangre a las cavidades cardía- quicardias. Al acortarse el período diastólico
cas derechas e izquierdas (maniobra de Valsalva o de Azoulay, coinciden y se fusionan los extrarruidos del galo-
inspiración o espiración forzadas, etc.) o actúan sobre las resis-
tencias periféricas. Se habla de un ritmo en tres tiempos auscul- pe protodiastólico o ventricular con el presistóli-
tatorio (percibido por el oído) en oposición al ritmo en tres co o auricular, y resulta un ruido único, nítido e
S.A.

tiempos tomocardiográficos, sólo registrado por fonocardiogra- incluso más intenso que los tonos primero y se-
ma. La distinción entre el ritmo en tres tiempos fisiológico del gundo. Es de observación frecuente. Como el ga-
O MASSON,

de naturaleza patológica únicamente es posible especificando


el momento de producción y caracteres acústicos del ruido lope ventricular, significa fallo cardiocirculatorio
anómalo. más o menos grave.
230 Semiología médica y técnica exploratoria

d) Galope de bloqueo o sístole en eco. Se ob- a) Chasquido de apertura de la válvula mitral. Se


serva en la disociación atrioventricular incomple- oye bien en los espacios intercoslales izquierdos
ta (por bloqueo 2:1; 3:1, etc.) o completa. Tal al- IIT-IV, fosa suprasternal y no rara vez en los focos
teración del ritmo conduce a que, periódica o aórtico y pulmonar, e incluso por todo el precor-
aisladamente, una contracción auricular bloquea- dio. Se intensifica con el ejercicio físico. Se inicia,
da coincida con la presístole, determinando, por precisamente, antes del comienzo del arrastre o
sumación, un rumor sordo, lejano, poco intenso, retumbo, y se debe al desplegamiento de las val-
difícil de notar. Suele ir ligado a hipotonía del vas endurecidas de la mitral, que, al abrirse al prin-
miocardio. cipio de la diástole, vibran anormalmente y provo-
can un chasquido, conforme la sangre pasa de la
5. Ritmo en cuatro tiempos. Se observa en cier- aurícula al ventrículo en la protodiástole. Este sig-
tas circunstancias (cardiopatía esclerohipertensi- no es el más valioso (después del arrastre o retum-
va; cardiomiopatías descompensadas) en que se bo) de estenosis mitral, pudiendo existir en ausen-
ausculta tanto el galope auricular como el ventri- cia de éste; el chasquido falta, a su vez:
cular gracias a un período diastólico lo suficiente
largo para dar cabida a ambos ruidos; a este rit- — En la estenosis mitral leve.
mo cuádruple se le ha llamado «ritmo de tren», — Cuando las valvas están muy esclerosadas.
pues el típico «ta-tá-tá-ta» que los cuatro ejes de — Si existe fuerte hipertensión pulmonar.
un vagón originan sobre las juntas de los rieles se — Asociación con insuficiencia aórtica grave.
parece mucho a la sensación acústica que se per-
cibe. b) Chasquido de apertura tricúspide. Análogo al
6. Ruidos adventicios. Son los denominados de la mitral, se percibe con nitidez en la base del
«clics» y chasquidos. apéndice xifoides y a ambos lados del esternón, a
El «clic» es un ruido breve, agudo, de timbre nivel del IV espacio intercostal. Es más frecuente
metálico y localizado en la sístole; da la impre- en la estenosis de origen reurmático, casi siempre
sión de originarse superficialmente: asociada a lesiones mitrales y aórticas.
e) Chasquido protodiastólico de la pericarditis
a) «Clics» protosistólicos aórtico y pulmonar. Se constrictiva. Se denomina «vibración pericárdica
manifiestan en la primera fase de la sístole ven- protodiastólica». Es intenso, de tono seco y apa-
tricular, en caso de alteración primitiva o secun- rición frecuente (50 %), siendo muy audible en el
daria de estos grandes vasos del pedículo vas- mesocardio y ápex.
cular (estenosis aórtica y pulmonar, aortitis
esclerosa o sifilítica, tronco arterioso común, hi-
pertensión pulmonar, etc.). El primero es audible Soplos'*
en el foco aórtico, puede continuarse con un so-
plo y, a veces, se confunde con el primero o se- Son ruidos que aparecen en relación con el ci-
gundo tono; el clic pulmonar puede confundirse clo cardíaco en la región precordial o en su vecin-
con un desdoblamiento del primer tono aumen- dad, con unas características acústicas compara-
tando su amplitud en la espiración para dismi- das, por Laennec, al ruido del fuelle al avivar el
nuir durante la inspiración. fuego. Su importancia semiológica es considera-
b) «Clics» meso y telesistólicos. Su origen es ex- ble, pues al lado de soplos que evidencian una le-
tracardíaco, ya sea por adherencias pleuroperi- sión cardíaca valvular, existen otros inmocuos
cárdicas o por el anormal contacto de un cora- que, de ser mal valorados, pueden etiquetar a un
zón, agrandado o no, con la jaula torácica, a sujeto sano de cardiópata, con las limitaciones
veces deformada (pectus excavatum, ascitis, gesta-
ción avanzada). Se ausculta mejor en la punta y
IV-V espacios intercostales sobre el borde ester-
Cabe señalar que esta división de los soplos no es tan ta-
nal izquierdo. Corresponde al «ruido de triolet» jante como parece, y que a un soplo orgánico puede añadirse
de Gallavardin y al «chasquido mesosistólico un componente funcional por dilatación del ventrículo donde
pleuropericárdico» de Lian. reside la válvula enferma, y a su vez un soplo anémico anorgá-
nico puede coexistir con otro funcional al presentarse la dilata-
ción cardíaca, cosa no infrecuente en estos enfermos,
Los chasquidos son ruidos secos, breves, que La diferenciación de estas distintas variedades de soplos es
semejan los de la madera cuando se raja por se- posible atendiendo a sus atributos acústicos y al conjunto de
quedad o cambio de tiempo: manifestaciones que integran el cuadro clínico del paciente.
Cardiología. Angiología 231

que ello supone. El soplo es, en realidad, el ma- imitan aplicando el receptor del fonendoscopio
yor productor de enfermedad yatrógena que han sobre la mejilla mientras se pasa la lengua contra
creado la ciencia médica y sus instrumentos. su pared interna.
Es clásico distinguir, atendiendo a su causa, — Soplos cardiopulmonares, de Potain. Se
tres categorías de soplos: explican atendiendo a que, durante la sístole ven-
tricular, el corazón reduce su volumen, por lo
1. Orgánicos. En relación con una lesión ana- que aumenta la presión negativa y acarrea la en-
tómica irreparable del aparato valvular (estenosis trada de aire en los alvéolos de la lengúeta pul-
aórtica o mitral). Son sistólicos, diastólicos, con- monar contigua, que se encontraban atelectási-
tinuos, intensos, de timbre rudo o musical; sue- cos durante la diástole ventricular; este ruido
len acompañarse de frémito o tril palpatorio, y se alveolar sistólico, agregado a los ruidos cardía-
irradian a una distancia mayor o menor. Persis- cos, produce la impresión de un soplo sistólico;
ten en el curso del tiempo, y se perciben mejor su intensidad aumenta al final de la inspiración
cuando aumenta la intensidad de la concentra- en decúbito dorsal o al echarse el sujeto hacia
ción cardíaca con la medicación tónica. atrás, probablemente por ser entonces mayor el
2. Funcionales. Por dilatación del corazón y tamaño de la lengiúeta pulmonar atraída y recha-
del anillo de inserción perivalvular; la válvula es zada por la sístole y diástole, respectivamente.
sana, pero insuficiente, coro ocurre con la mitral
en la dilatación del ventrículo izquierdo (mitrali- Atendiendo a sus atributos acústicos, los soplos
zación) y con la tricúspide (tricuspidización) en la se pueden clasificar semiológicamente conside-
del corazón derecho. Son sistólicos y rara vez rando, de manera sucesiva:
diastólicos (hasta el punto de admitirse la organi-
cidad de todo soplo diastólico mientras no se de- 1. Sitio de máxima percepción. Si se trata de un
muestre lo contrario), no muy intensos, cortos, se soplo valvular, corresponde, generalmente, al
irradian poco y rara vez presentan frémito. Son foco de auscultación de la válvula donde éste se
más sonoros durante el trabajo corporal. Rerniten origina, sin olvidar que a su nivel pueden irra-
al mejorar el estado del corazón. Se auscultan en diarse o transmitirse (la
los focos mitral, pulmonar y tricuspídeo. nirse como una transmisión preferente) soplos
3. Anorgánicos. Sin lesión orgánica ni funcio- producidos en otros orificios valvulares o en de-
nal del aparato valvular. Son los soplos que han fectos congénitos, lo que puede inducir a error si
dado lugar a interpretaciones más diversas: no se valoran con el soplo otros datos clínicos.
Así, en la región de la punta, un soplo sistólico es
a) Anorgánicos intracardíacos. Son mesosistóli- el signo clave de la insuficiencia mitral, pero tam-
cos, de poca intensidad y tonalidad elevada. No bién puede observarse en la insuficiencia tricús
irradian más allá del foco de origen, que suele ser pide, estenosis y coartación aórtica, comunica-
mitral o pulmonar. Estos soplos no producen al- ción interventricular y aun en corazones sanos;
teración hemodinámica y, a pesar de su aparato- lo mismo se puede decir de los soplos sistólicos
sidad, no tienen significación alguna, excepto su en los focos pulmonares (estenosis valvular, co-
curiosidad. Son favorecidos por el eretismo car- municación interauricular, hipertensión del pe-
díaco, aparecen en individuos sanos después de queño círculo, anorgánicos intracardíacos), tris-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

esfuerzos o emociones (los famosos soufles de cupídeo (insuficiencia valvular, comunicación


consultation, causa de errores), y en los febriles o interventricular, anorgánicos intracardíacos) y
hipertiroideos con gran taquicardia (soplos de ace- aórtico (estenosis, coartación ístmica de la aorta,
leración) y la hipoglobulia (soplos de dilución). dilatación esclerosa o sifilítica de este vaso).
b) Anorgánicos extracardíacos. Warían en las 2. Intensidad. Depende de muchos factores.
posiciones respiratorias extremas, cambios de La anatomía de la lesión y especialmente el gra-
postura, o sólo se auscultan cuando el enfermo do de reducción del diámetro de los orificios, con
adopta una posición especial o realiza una ma- los gradientes más o menos elevados de presión
niobra de Valsalva. que resultan, es el factor intrínseco por excelen-
cia; el segundo factor es extrínseco, en relación
S.A.

— Soplos cardioserosos, de Ortiz Ramírez. con la constitución del individuo, dimensiones


Se producen por la fricción entre las superficies de su tórax, estado de sus pulmones, existencia
O MASSON,

serosas del pericardio y de la pleura o de las ho- de un enfisema o de edema parietal, etc.; el ter-
jas pericárdicas normales durante la sístole. Se cer factor está ligado a la fuerza y rapidez del £lu-
232 Semiología médica y técnica exploratoria

jo sanguíneo aumentado en los esfuerzos, emo- Grado II. Son suaves y pueden corresponder
ciones, tiropatías, estados anémicos, etc. o no a una lesión definida.

Los soplos sistólicos se clasifican en: Grados Ill a V. No se encuentran en las per-
sonas sanas, y significan una lesión orgánica bien
1. Soplos de eyección. Se producen por varios definida.
mecanismos, como el paso de la sangre por un
orificio estenosado (estenosis aórtica o pulmo- Grado VI. Tienen una intensidad tal, que
nar); flujo sanguíneo aumentado a través de una pueden percibirse a distancia, sin necesidad de
válvula normal (soplo sistólico pulmonar en aplicar el fonendoscopio.
la comunicación interauricular); paso súbito de la
corriente sanguínea a una dilatación vascular con Clasificación
producción de remolinos (dilatación idiopática
de la arteria pulmonar); excesiva velocidad o di-
Según el comportamiento de la intensidad du-
lución de la sangre (fiebre, hipertiroidismo, ane-
rante su producción. Se califican como sigue:
mia, etc.). El soplo sistólico de eyección de ori-
gen valvular se acompaña, con frecuencia, de
1. Soplos constantes. Que no varían de inten-
un «clic» protosistólico, ruido seco que simula un
sidad y que, teóricamente, no pueden producirse
desdoblamiento del primer ruido.
en el corazón, debido a la diferencia tensional
2. Soplos de regurgitación. Se producen a con-
entre las cavidades.
tracorriente por el paso de un sistema de régimen
2. Soplos crecientes. Que aumentan progresi-
de alta presión a otro de baja presión. Estos soplos
vamente de intensidad, como el soplo presistóli-
son siempre patológicos, incluyéndose en ellos los
co de la estenosis mitral.
de la comunicación interventricular (ventrículo iz-
3. Soplos decrecientes o menguantes. Que dismi-
quierdo-ventrículo derecho); insuficiencia mitral
nuyen progresivamente de intensidad en su prime-
(ventrículo izquierdo-aurícula izquierda); insufi-
ra fase, como el soplo de la insuficiencia aórtica.
ciencia tricúspide (ventrículo derecho-aurícula de-
4. Soplos crecientes- decrecientes. Que aumentan
recha) y el componente sistálico del conducto ar- paulatinamente de intensidad en su primera fase y
terioso persistente (aorta-arteria pulmonar).
disminuyen, asimismo, progresivamente en su se-
gunda fase, como el soplo de la estenosis aórtica.
El fonocardiograma correspondiente a los so-
plos sistólicos de eyección tiene forma romboi-
dal (diamond shape), mientras que los soplos de Situación en relación con el ciclo cardíaco
regurgitación se prolongan durante toda la sístole
con intensidad casi constante (fig. 3-14). Los soplos situados entre el primeto y segun-
do ruidos (sístole) se conocen con el nombre de
soplos sistólicos, y los que ocupan el gran silencio
Grados de soplos sistólicos (diástole), con el de soplos diastólicos.
Tanto unos como otros pueden durar toda la
Grado 1. Muy suaves, son frecuentes en los sistole (holosistólicos) o toda la diástole (holo-
corazones normales y sólo se perciben cuando el diastólicos) o sólo una parte de ellas (merosistóli-
oído «se ha puesto a tono con ellos». cos y merodiastólicos).

AZ2__ZJA
3 ZA A
— lA ht
Soplo sístolico de eyección
polo Soplo sístolico de regurgitación

Fig. 3-14. Representación esquemática de los soplos en relación con el ECG.


Cardiología. Angiología 233

Los soplos merosistólicos pueden ocupar el poso). Los soplos diastólicos basales casi siempre
principio de la sístole (protosistólicos), la mitad son aspirativos, mientras que los sistólicos de
de ella (mesosistólicos) o su final (telesistólicos). esta localización, los mitrales y tricuspídeos, sue-
Cuando cabalga sobre el primer ruido, pasan- len ser en chorro de vapor, más o menos rudos;
do sin interrupción de la sístole a la diástole, ha- el roulement o arrastre es rasposo, poco soplante,
blamos de un soplo continuo o circular, que es fácil como «rodamiento». Los soplos musicales (pian-
confundir con los dobles soplos (entre uno y otro tes) suelen observarse en las endocarditis vege-
media un silencio, a veces mínimo), especialmen- tantes y roturas musculotendinosas.
te cuando el sistólico es de tipo regurgitación Es muy importante valorar las variaciones
(asociación de insuficiencia mitral o comunica- acústicas experimentadas por los soplos en oca-
ción interventricular con una insuficiencia aórti- sión del ejercicio, de los cambios de posición y
ca), o bien cuando el soplo sistólico, aun siendo de las diversas fases del ciclo respiratorio en la
de eyección, está retrasado, como sucede en los respiración forzada, así como por la inhalación
casos de coartación con insuficiencia aórtica. de nitrito de amilo o de la toma de drogas vaso-
presoras.
El ejercicio, al aumentar la velocidad con que
Irradiación y propagación circula la sangre, refuerza la intensidad de todos
los soplos, haciendo patentes algunos que pasan
Los soplos se difunden en la dirección de la inadvertidos al auscultar al enfermo en reposo.
corriente sanguínea, aunque no con ella, pues Es frecuente, en sujetos sanos, la aparición de so-
la propagación de las vibraciones acústicas es de plos sistólicos, de grado HII, en los focos mitral y
mayor velocidad que dicha corriente y se hace pulmonar, que desaparecen al poco rato al reco-
preferentemente, a través de tejidos de mayor ca- brar el corazón, con el reposo, su ritmo normal.
pacidad vibratoria (huesos). Los soplos intensos El decúbito lateral izquierdo y la posición de
y los ruidos musicales alcanzan mayor distancia Azoulay (decúbito dorsal con los brazos y pier-
que los débiles, graves (como el rumor diastólico nas elevados pasivamente) favorecen la percep-
de la estenosis mitral) o con carácter aspirativo ción de los fenómenos acústicos fraguados en la
sólo audibles en una área limitada. válvula mitral; el decúbito lateral derecho, los de
la tricúspide; y la postura de Harvey (sentado
con el cuerpo echado hacia delante) o la erguida
Tono y timbre (con el cuerpo inclinado hacia delante y los bra-
zos levantados), los que se originan a nivel de los
Atendiendo al tono, los soplos se clasifican en focos aórtico y pulmonar.
graves (frecuencia vibratoria menor de 200 c/s) y La inspiración profunda (incremento del volu-
agudos (entre 200-400 c/s). Los primeros se reco- men sistólico del ventrículo derecho) aumenta la
gen mejor con la cápsula sin membrana del fo- intensidad de los soplos originados en la válvula
nendoscopio; los segundos, con la cápsula de dia- tricúspide, tanto el sistólico de la insuficiencia
fragma. como el diastólico de la estenosis tricuspídea
El mejor ejemplo de soplo grave es el presistólico de (maniobra de Rivero Carvallo), mientras dismi-
la estenosis mitral, que, por asemejarse más a un
delito.

rumor o tronar lejano o al ruido que se oye al


aplicar la palma de la mano en el oído mientras
un
es

se mueven los dedos, es costumbre denominarlo todo, sino también en sus diversas partes, se producen vibra-
autorización

ciones de distinta longitud de onda, las cuales originan los ar-


con la palabra roulement, arrastre o retumbo. mónicos que dan «color musical» a este sonido. Se ha compara-
El timbre depende de la causa productora del do al piar de las aves, al chirrido de una sierra, a quejidos o
sonido, la velocidad sanguínea y la resonancia de graznidos, etc., y su causa se encuentra en válvulas rígidas (fi-
sin

las cavidades vecinas, pudiendo ser aspirativo brosis + calcificación), fenestradas, evertidas, tirantes (con un
Fotocopiar

borde libre que entra en vibración), con vegetaciones o a adhe-


(dulce), en chorro de vapor, musical!* o rudo (ras- rencias entre pleura y pericardio o entre las hojas pericárdicas
normales entre sí. Pueden ser sistólicos (estenosis aórtica o mi-
tral), extracardíacos (pleuropericárdicos, cardiopulmonares.
S.A.

“Los soplos musicales, inconfundibles al oído por su cuali- etc.), diastólicos (insuficiencia aórtica, estenosis o deformidad
dad sonora, son a veces muy intensos (incluso del grado VI) y del aparato valvular mitral) o continuos en la llamada «red de
MASSON,

se atribuyen a la existencia de una estructura orgánica que en- Chiari» (malla de fibras musculoelásticas que ocupan la cara la-
tra en vibración regular y periódica, a semejanza de un diapa- teroposterior de la aurícula derecha y que son restos anormales
són. Como quiera que esta estructura vibra, no sólo como un de la valva derecha del seno venoso).
O

—>
234 Semiología médica y técnica exploratoria

nuyen los sistólicos mitrales y aórticos, los cuales frémito palpatorio. Se auscultan en el precordio
se perciben mejor, lo mismo que los diastólicos cerca de la base del corazón. Se diferencian de los
basales (aórtico y pulmonar), durante la apnea tonos y soplos valvulares:
postespiratoria. Esta maniobra es muy útil para
diferenciar el soplo sistólico de la insuficiencia 1. Por su carácter acústico de roce. Que re-
tricuspídea del de la insuficiencia mitral. cuerda los resoplidos de una locomotora de va-
La maniobra de Valsalva debilita los fenóme- por a distancia, subiendo una pendiente.
nos acústicos procedentes del corazón derecho, 2. Por auscultarse independientemente de los
al contrario de lo que ocurre con la «prueba de la tonos cardíacos.
aspiración» de Muller. 3. Por no propagarse.
La compresión hepatoabdominal refuerza los 4. Por su carácter variable en una y otra ex-
fenómenos auscultatorios tricuspídeos al provo- ploración.
car un mayor lleno diastólico de las cavidades 5. Por aumentar de intensidad. Al inclinar el
derechas, con la ventaja de no modificar las con- cuerpo hacia delante, en la espiración forzada o
diciones pulmonares y no requerir una participa- al ejercer presión con la cápsula del estetoscopio.
ción activa por parte del paciente. Lo distingue del roce pleural, que desaparece en
Las aminas presoras (fenilefrina, mefentermi- la apnea respiratoria.
na, etc.) aumentan la presión aórtica sin variar
apenas la de la arteria pulmonar, y se observa,
asimismo, un incremento del gradiente diastólico M SEMIOLOGÍA DEL PULSO
aorta-ventrículo izquierdo, lo cual motiva la ARTERIAL
acentuación o evidencia del soplo de la insufi-
ciencia aórtica mientras permanece inalterado el El estudio del pulso arterial comienza con los
de la insuficiencia pulmonar (dato valioso para albores de la Clínica (recordaremos que ya unos
el diagnóstico diferencial de estos soplos diastóli- 2.500 años a. de C. se compuso en China un de-
cos basales). tallado tratado del pulso, en el que se hace refe-
La mayor diferencia tensional entre las arte- rencia a unas doscientas formas distintas de
rias aorta y pulmonar acentúa el soplo provocado éste, y que el médico egipcio Imhotep [3.000
por un conducto arterioso, el cual se convierte en años a. de C.] afirmaba que el «pulso» era un ín-
continuo (si sólo era sistólico), mientras que el de dice del corazón y de las condiciones del enfer-
la comunicación interauricular no se modifica mo), pero sólo adquiere su plenitud con Solano
(dato diferencial útil). de Luque (nacido en Montilla [Córdoba] en
Se pueden reconocer y diferenciar por la sim- 1684 y fallecido en Antequera en 1738), quien
ple auscultación unos 20 soplos distintos. Mien- en su obra, de resonancia europea, Observaciones
tras algunos definen una determinada valvulo- sobre el pulso, relaciona los fenómenos de éste
patía, por ejemplo, el arrastre (o retumbo) con el diagnóstico, evolución y pronóstico de
presistólico frente a la estenosis mitral, la mayo- las enfermedades.
ría son inespecíficos, corriendo su diferenciación
a cargo de otros datos aportados por el resto La toma del pulso es ust acto que se ha de rest-
del cuadro clínico. Aumenta la responsabilidad del lizar de manera instintiva al visitar a un enfermo
clínico si consideramos que a nivel de un foco por vez primera, sobre todo si guarda cama,
auscultatorio cabe percibir soplos irradiados de como mirar la lengua, poner el termómetro y pre-
otros orificios valvulares y la posibilidad de so- guntar por las características de la orina,
plos en corazones sanos.
Sobre las características acústicas y diagnósti- La palpación del pulso puede practicarse so-
co diferencial de los distintos soplos insistiremos bre cualquier arteria que sea superficial y descan-
detalladamente en la semiología clínica aplicada. se sobre un plano relativamente duro, pero la
más adecuada para esta maniobra es la radial a
nivel de la muñeca y entre los tendones del supi-
Roces pericárdicos nador largo, por fuera, y palmar mayor, por den-
tro (canal del pulso) y la carótida más cerca de la
Descritos por Collin, discípulo de Laennec, re- presión aórtica central que el pulso de una extre-
sultan del frote de las hojas pericárdicas inflama- midad. La relativa frecuencia de alteraciones de
das y despulidas. Pueden ir acompañados de un las paredes vasculares o de anomalías de posi-
Cardiología. Angiología 235

ción aconseja que se tome simultáneamente el 4. Velocidad con que asciende el pulso, o sea,
pulso en ambas arterias radiales, con objeto de el tiempo que tarda en ser elevado por cada pul-
elegir, en los exámenes sucesivos, aquella en que sación el dedo que palpa.
mejor se aprecian los latidos para estudiar los ac- 9. Dicrotismo.
cidentes del pulso. 6. Tensión o dureza (tensión arterial).
El brazo se dispone moderadamente extendi-
do, con el antebrazo en semipronación y la mu-
ñeca algo flexionada. El médico pinza esta última Número de pulsaciones por minuto
entre el pulgar sobre la cara dorsal y los pulpejos
de los dedos índice y medio sobre la arteria, ejer- Se estiman con el indicador de segundos de
ciendo una presión moderada. El dedo que más un reloj o con instrumentación automática. Se
orienta es el próximo al puño, por lo cual es util, cuentan las de un cuarto o medio minuto, y se
como aconsejó Fouquet en 1765, explorar el pul- multiplica por 4 o por 2 la cifra obtenida; tarm-
so radial izquierdo con la mano derecha, y el bién se pueden contar las pulsaciones durante
pulso radial derecho, con la mano izquierda. 30 s, sirviendo los 15 s últimos de comprobantes
Cuando el pulso arterial no es determinable de los primeros. Si el pulso es muy rápido, con-
con facilidad, puede ser confundido con las pul- viene limitarse a contarlo varias veces seguidas,
saciones propias, que percibe el explorador en la por espacio de 5 s, porque, siendo monosílabas
extremidad de sus dedos; esta eventualidad se da casi todas las palabras que representan cifras
cuando el práctico es también un hipertenso o un poco elevadas, pueden pronunciarse, como los
pletórico. En caso de duda, es recomendable que latidos del pulso, más rápidamente, y no sucede
el propio explorador se palpe su pulso radial con lo propio con los números más altos. El pulso
la mano izquierda y vea si coincide o no la fre- es prácticamente incontable a una [recuencia de
cuencia de ambos pulsos; es excepcional que am- 180 s/min (sístoles minuto).
bos, médico y enfermo, tengan en aquel momen- En condiciones normales, y tratándose de suje-
to idéntico ritmo. tos sanos y en reposo, el número de pulsaciones
Las pulsaciones correspondientes a cada sísto- por minuto guarda relación con la edad y estado
le se perciben con cierto retraso según lo que dis- neurovegetativo del sujeto; con arreglo a la prime-
ten del corazón. La velocidad de propagación de ra, así, hasta los 2 años, 120-140 s/min, subiendo a
la onda del pulso en las arterias es de 5-6 m/s. 170-200 durante las crisis de llanto, para bajar a 80-
Por este motivo, la pulsación radial no coincide 90 durante el sueño; de 2-6 años, 110; 6-10 años,
con el primer tono, que indica el comienzo de la 100; a partir de los 10 años, 90 s/min, y alcanza la
sístole ventricular, sino con el pequeño silencio. cifra propia de los adultos en la adolescencia.
Es aconsejable simultanear la toma del pulso con En los adultos, se encuentran como cifras me-
la auscultación del corazón, por la posibilidad de dias las de 66 s/min en los hombres y de 74 en
contracciones ventriculares frustradas (no llegan las mujeres, con límites entre 60 y 100 s/min, se-
a abrir las válvulas sigmoideas aórticas a conse- gún sean sujetos vagotónicos o simpaticotónicos;
cuencia de la pequeña repleción diastólica), que señalaremos que los atletas con intensa vagoto-
sólo se aprecian por el choque de la punta, pero nía, por sobreentrenamiento, presentan frecuen-
sin traducción periférica (pulso deficitario, bradisfig- cias muy bajas, apenas influidas por el ejercicio.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

mia sin bradicardia). Citaremos a Abebe Bikila (campeón olímpico de


maratón), 42; Anquetil, Bartali, Baldini, Indurain
(ciclistas) con cifras entre 36-40 s/min.
CONSIDERACIONES Cuando el número de pulsaciones por minuto
EN LA PALPACION en un adulto en reposo es superior a 90, habla-
DEL PULSO mos de taquicardia, y si es inferior a 60, de bradi-
cardia.
Al palpar el pulso, consideraremos de manera
sucesiva:
Taquicardia
S.A.

1. Número de pulsaciones por minuto, o sea,


Atendiendo a sus características clínicas (nú-
O MASSON,

su frecuencia.
2. Ritmo. mero de pulsaciones, modo de comienzo y térmi-
3. Volumen. no, duración) se clasifican en dos grandes grupos:
236 Semiología médica y técnica exploratoria

1. Taquicardiía sinusal. El estímulo parte del tiva es análoga a la común en la fiebre tifoidea),
nódulo sinusal. Se caracteriza: etc. En la fiebre amarilla, el pulso, rápido al co-
mienzo, desciende pronto a 50 y aún más, a pesar
a) Por su frecuencia relativamente moderada, de persistir la temperatura (signo de Fayet).
pues no suele rebasar las 150 s/min, aunque se El ritmo es proporcionalmente más alto en la
citan hasta 160-180 en ejercicios intensos en jó- escarlatina, fiebre reumática, difteria, endocardi-
venes simpaticotónicos. tis bacteriana subaguda, tuberculosis, sepsis, pe-
b) Por comenzar y terminar paulatinamente. ritonitis, neumonía grave (preshock), etc.
€) Por ser, en cierto modo, proporcional a la causa b) Intoxicaciones. La nicotina, café, té, alcohol,
que la origina (más esfuerzo realizado o más fiebre, adrenalina, atropina, nitrito de amilo, talio, etcéte-
trae como consecuencia mayor rapidez del pulso). ra, producen aumento de la frecuencia cardíaca,
d) Por disminuir con las maniobras o fármacos por diferentes mecanismos; paralizando el vago
que excitan el nervio vago, como la compresión de en sus terminaciones (atropina); inhibiendo las ex-
los globos oculares, del seno carotídeo, etc., y au- citaciones del vago (nicotina); obrando por las vías
mentar con las que estimulan el simpático, como reflejas sobre el vago (alcohol como excitante de la
la atropina. mucosa bucal y faringea); excitando directamente
el tejido neuromuscular del corazón (cafeína, talio)
Puede observarse en múltiples circunstancias, o excitando los aceleradores (adrenalina), o provo-
que clasificaremos en normales o fisiológicas y cando una mejor irrigación sanguínea del nódulo
patológicas. auricular mediante la dilatación de las arterias co-
La taquicardia sinusal fisiológica se señala: ronarias (nitrito de amilo).
c) Enfermedades cardiovasculares. La taquicar-
a) Enlos neurodistónicos con simpaticotonía y dia se señala en muchas de ellas y es muy llama-
en las emociones y estados de agitación psíquica. tiva en la astenia circulatoria.
b) En los esfuerzos, especialmente si recaen En las cardiopatías descompensadas, obedece
en sujetos poco entrenados o en lábiles vegetati- a un mecanismo complejo; hipoexcitabilidad va-
vos con predominio simpaticotónico. gal por aumento de la acidez de la sangre; a un
c) En el ortostatismo, siendo el aumento máxi- reflejo acelerante a partir de las venas cavas y de
mo de 25 pulsaciones. la aurícula derecha dilatadas por la gran cantidad
d) En el período digestivo, sobre todo si se in- de sangre que acude del sistema muscular; a un
gieren alimentos alérgicos. déficit en la irrigación del nódulo de Keith-Flack.
e) En la estimulación erótica. Boas y Goldsch- El aumento de la frecuencia del pulso es signo
midt han observado que el esfuerzo muscular y precoz de las miocarditis e indica su presencia en
las alteraciones Hhemodinámicas propias del el curso de un proceso infeccioso (tifoidea, reu-
esfuerzo del coito y orgasmo motivan ascensos matismo poliarticular agudo, etc.).
hasta de 120-146 pulsaciones en sujetos de ritmo En la insuficiencia aórtica, existe una taquicar-
basal normal. Esto, unido al aumento tensional, dia resistente al reposo y a la digital, sobre la que
explica la relativa frecuencia de accidentes en su- llamó la atención Corrigan, cuya utilidad reside
jetos con cardiopatías o esclerosis vascular. en que acorta la diástole, evitando un excesivo
PD Enlos estímulos dolorosos. reflujo de sangre.
g) Calentamiento del cuerpo. En la tromboflebitis, el pulso rápido y ascen-
dente (pulso rampante o signo de Mahler) se señala
La taquicardia sinusal patológica se observa en: par su precocidad y constancia.
d) Endocrinopatías. La taquicardia es, tal vez,
a) Procesos febriles de naturaleza infecciosa. Ge- el signo clínico más precoz y constante de hiper-
neralmente, por cada grado que sube la tem- tiroidismo, como precisó Charcot. El ritmo varía
peratura, el ritmo del pulso aumenta 10 s/min poco durante el día, incluso en la posición de pie,
(36,8 *C = 60 s/min; 37,8 *C =70 s/min). y aumenta su frecuencia durante el sueño, dato
El ritmo del pulso es más bajo que lo indicado clínico de gran valor diagnóstico. La compresión
anteriormente, en relación con la fiebre en la ti- del seno carotídeo y las drogas modificadoras del
foidea, melitococia, mononucleosis infecciosa, sistema nervioso surten poco efecto.
parotiditis epidémica, gripe (este dato tiene valor, En la enfermedad de Addison, la hipotensión
para diferenciarla del catarro traqueobronquial fe- se acompaña de una mayor frecuencia del pulso,
bril trivial); paludismo agudo (la bradicardia rela- más manifiesta al ponerse el sujeto en pie.
Cardiología. Angiología 237

La taquicardia de la insuficiencia gonadal obe- En la auscultación cardíaca, los tonos son, al


dece a un desequilibrio vegetativo. principio, apagados en relación con la taquicar-
e) Neuropatías. Precozmente en las porfíricas, dia; más tarde, aparecen soplos por dilatación
síndrome de Guillain-Barré y diabéticas. de las cavidades cardíacas y, finalmente, ritmo de
La de los neuróticos simpaticotónicos es muy galope cuando el fallo miocárdico es patente.
lábil, cediendo algo durante el sueño; se acompa- Al cesar la crisis, el pulso suele presentar una
ña, a veces, de respiración suspirosa, precordial- alternancia más o menos duradera antes de reco-
gias y palpitaciones. Dell' Acqua y Aschner dife- brar el ritmo normal.
rencian la aceleración neurótica del pulso de la
motivada por el hipertiroidismo, por medio de
la prueba del ortostatismo ya que mientras que Bradicardia
en estos sujetos el aumento supera el máximo
normal (25 s/min), en los hipertiroideos es míni- La existencia de un pulso lento, por debajo de
mo (5-10 s/min) y aun nulo. 60 s/min, puede ser debido a un retardo de la
frecuencia cardíaca (bradisfigmia con bradicardia;
2. Taquicardia paroxística o paroxismal. Son «pulso lento» con «corazón lento») o á que algu-
ritmos de origen heterotópico, extrasistólico, que nas contracciones cardíacas no tienen traducción
se caracterizan por: periférica, como en la extrasistolia ventricular y
arritmia completa. En el primer caso, se percibe a
a) Frecuencia insólita del número de latidos la auscultación un ritmo de tres tiempos, y a ni-
cardíacos. vel del pulso una frecuencia menor (pulso defici-
b) Comienzo y terminación súbitos; de ahí su tario extrasistólico; «pulso lento» sin «corazón
denominación de paroxistica. 5u duración es va- lento»; bradisfigmia sin bradicardia).
riable; desde horas a días, semanas y aun meses. La bradicardia verdadera puede ser sinusal o
La crisis aparece en ocasiones sin causa aparente; por bloqueo auriculoventricular:
en otras, el motivo es conocido.
e) Terminar (a veces) con las maniobras que es- 1. Bradicardia sinusal. Se caracteriza por:
timulan el vago (tragar un grueso bolo alimentario,
compresión del seno carotídeo, vómitos, etc.), a) Una frecuencia cardíaca por debajo de 60 (ci-
siempre que el centro heterotópico sea auricular, fra mínima de promedio en los sujetos normales)
pues esta maniobra es ineficaz en los ventriculares. y no inferior a 35 s/min.
d) Acompañarse de un trazado electrocardio- b) Modificarse con el esfuerzo, fiebre, emocio-
gráfico distinto según el origen, auricular, nodal o nes y los fármacos inhibidores del vago o excita-
ventricular del estímulo heterotópico. dores del simpático, a la vez que se acentúa con
En plena crisis, los dedos que palpan la arteria los estimulantes del neumogástrico (compresión
radial perciben una sucesión tan rápida de latidos ocular o del seno carotídeo o del trayecto del
que el pulso se hace incontable. El pulso es pe- vago, maniobra de Valsalva, o administración de
queño y rítmico, con la excepción de algunas ta- fármacos vagomiméticos).
quicardias ventriculares, en las que la insuficien- c) No acompañarse, salvo raras excepciones,
cia del volumen sistólico no puede vencer la de trastorno funcional alguno.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

resistencia de las sigmoideas aórticas en algunas


de las contracciones, y puede determinar una La bradicardia sinusal puede ser fisiológica o
aparente irregularidad de ritmo, que sólo es peri- patológica y, según su duración, accesional o per-
férica. Subjetivamente, el paciente experimenta manente:
un shock precordial, al que sigue un latido rápido
que, después de un lapso, cesa de manera brusca. a) Bradicardia sinusal fisiológica accesional. Se
Puede unirse dolor cardiógeno isquémico (taquí- observa en múltiples circunstancias. Los alpinis-
cardia paroxística anginosa); en otras, la disminu- tas que intentaron escalar el monte Everest en
ción de la presión sistólica determina isquemia 1922 (expedición Bruce), al llegar a los 4.000 m, y
cerebral y pérdida de conciencia (taquicardia paro- a pesar del esfuerzo realizado, tenían un prome-
S.A.

xística sincopab). Si la crisis se prolonga, se agotan dio de 50 s/min (datos recopilados por Howard).
O MASSON,

las posibilidades funcionales del miocardio y apa- Hace más de 60 años, los corredores de maratón
rece un cuadro de insuficiencia cardíaca congesti- eran excluidos de la marina de EE.UU. debido a
va (forma asistólica de la taquicardia paroxística). la bradicardia sinusal extrema asintomática. En
238 Semiología médica y técnica exploratoria

los últimos años, la intensidad de los entrena- te en apendicitis agudas gangrenosas (signo de
mientos se ha incrementado y, en algunos depor- Kahn).
tistas, la bradicardia sinusal extrema puede ser — En el hipotiroidismo, síndrome famélico y
un signo de sobreentrenamiento o fatiga crónica. avitaminosis B,.
La estimulación del seno carotídeo muy sensible — Al cerrar con una intervención quirúrgica
puede motivar una cardioinhibición, incluso con una fístula arteriovenosa extensa (signo de Nico-
lipotimia. Ya es conocida la bradicardia fugaz ladini-Branham).
motivada por la compresión de ambos globos
oculares (reflejo de Aschner-Dagnini). 2. Bradicardia por bloqueo auriculoventricular
b) La bradicardia sinusal fisiológica permanente completo. El número de pulsaciones por minuto es
se señala en individuos vagotónicos y cursa, fre- muy bajo, y casi siempre inferior a 40 (ritmo
cuentemente, con hipotonía arterial. Estos indivi- idioventricular)'”. Esta bradicardia no se modifica
duos suelen ofrecer gran resistencia a la fatiga con el ejercicio, emociones, drogas taquicardi-
física, y es curiosa la observación de que los atle- zantes como la atropina, etc., y puede ser bien
tas, casi sin excepción, tienen el ritmo lento. En tolerada o dar un conjunto de síntomas o signos
ellos, todas las causas taquicardizantes (fiebre, por isquemia cerebral (vértigos, acufenos, crisis
ejercicio, emociones, etc.), si bien aumentan el epileptiformes, etc.) e incluso la muerte si la pau-
número de pulsaciones, lo hacen de manera mo- sa diastólica se prolonga excesivamente. El pulso
derada. Cabe preguntarse si son bradicárdicos radial es voluminoso y amplio (pulsus magnus).
porque se dedican al deporte, o bien si son atle-
tas porque su bradicardia aumenta considerable-
mente su resistencia a la fatiga. Ritmo
c) Bradicardia sinusal patológica:
Las pulsaciones normales se suceden con in-
— Intoxicaciones. Bromuros, cianuros sódico tensidad e intervalos normales. Los trastornos del
y potásico, nitroglicol, veratrina, óxido de carbo- ritmo regular se llaman arritmias.
no, colina, policarpina, ácido salicílico, ergotami-
na, plomo, digital, ruda, muscarina, sales biliares,
quinina, eserina, delfinina (principio activo del Arritmia respiratoria
Delphinium staphisagria), rauwolfia serpentina, pi-
cadura de araña de mar (Trachinus draco). La frecuencia cardíaca aumenta durante la ins-
— Infecciones. Fiebre tifoidea, melitococia, piración, para retrasarse durante la espiración. Es
mononucleosis infecciosa, parotiditis epidémica, frecuente en los adolescentes (60-65 %), sobre
psitacosis, fiebre Q, algunas rickettsiosis (fiebre todo durante el sueño, y puede acompañarse de
botonosa), paludismo agudo (bradicardia relativa bradicardia y del reflejo oculocardíaco exagera-
tifoidosímil, en el 57 % de los casos), etc. do, signos ambos de estirpe vagal. Carece de sig-
— Hipertensión endocraneal. Tumores, he- nificación. Es una arritmia ritmada (alorritmia) por
morragia ventricular o meníngea, meningitis (aun la periodicidad alternante de las inspiraciones y
febril), edema cerebral, traumatismos, etc. espiraciones.
— Procesos cardiovasculares. Hipertensión
arterial (ley de Marey), estenosis aórtica incluso
'El rirmo idioventricular puede ser activo (fibrilaciones au-
con fallo cardíaco, infarto cardíaco (sobre todo
riculares, taquicardias paroxísticas supraventriculares) o pasivo
posterior) y corazones seniles aun en plena clau- por depresión o inhibición sinusal y nodal o bloqueo auriculo-
dicación. ventricular completo con imposibilidad para el estímulo sinu-
— Ictericias. Es signo frecuente en las hepatoce- sal, auricular o nodal de alcanzar el ventrículo. Como causas de
este bloqueo se citan:
lulares y obstructivas, pero falta siempre en las he-
molíticas. Se explica por la acción vagotónica de las 1. La agenesia del fascículo de His, a veces con carácter
familiar, en este caso, la bradicardia suele ser moderada y no se
sales biliares y por estimulación refleja del vago por
acompaña de crisis nerviosa.
las vías biliares distendidas, como ocurre en el caso 2. Su lesión anatómica irreparable por arteriosclerosis, in-
de enclavamiento de un cálculo. Si hay infección farto del tabique, comunicación interauricular, etc. Si la in-
concomitante, la bradicardia es menos patente. terrupción es debida a infiltración colateral en relación con
granulomas reumáticos o inflamatorios, el ritmo puede norma-
— Procesos coliculares abdominales. Sobre
lizarse al cesar la causa.
todo hepáticos y renales calculosos (estimulación 3. Espasmos de su arteria nutricia (o de Haas), de origen
refleja vagal) e intestinales. También está presen- neurógeno.
Cardiologia. Angiología 239

Arritmia sinusal simple seguid de ua Larga (A 1d comspressadora La


contracción siguicube 0y uy Cuérgia quí la gran
Se caracteriza por la alternancia, más 6 MEnños repleción cardiaca en el intervalo que la prende,
regular, de períodos de pulso rápido y de pulso 51 la extrasistule su muestia inelicas, el palo
lento sin interdependencia alguna con las fases percihe uma pausa que equivale, aproximada-
del ciclo respiratorio. Se debe a hipertonia vapul mente, al doble de la que separa dos latidos de
esencial o responde a causas centrales (encefalo- aquel enfermo.
patías hipertensivas) o periféricas que excitan el Según su forma de aparición, las extrasístoles
neumogástrico (tumores, bridas, mediastinitis). pueden clasificarse en:
También se señala en la intoxicación por fárma-
cos vagomiméticos (pilocarpina, digital) y en la 1. Extrasístoles aisladas. Aparecen a intervalos
convalecencia de diversas enfermedades infec- variables. Al tacto se aprecia el latido y la pausa
closas. compensadora o un paro si la extrasístole es ine-
ficaz. Se observan más fácilmente con un ritmo
lento. Se espacian o desaparecen al acelerarse el
Arritmía por paro sinusal pulso. El trazado electrocardiográfico nos indica
su origen auricular, nodal o ventricular.
Se debe a la interrupción del latido cardíaco 2. Extrasístoles en salvas. Es la sucesión de va-
por dejarse de producir el estímulo a nivel del rias extrasístoles, constituyendo un esbozo de ta-
nódulo sinusal de Keith y Flack. A la exploración, quicardia paroxística.
se aprecia el fallo de un latido simultáneamente 3. Extrasístoles frecuentes, desordenadas. Su for-
en el pulso periférico (arterial y venoso) y en el ma extrema (anarquía extrasistólica) es difícil de
corazón, sin pausa compensadora. diferenciar de la arritmia completa si no se recu-
rre al electrocardiograma. Limitándonos a los da-
tos aportados por el tacto radial, cabe señalar:
Arritmía extrasistólica
a) En la arritmia extrasistólica hay un ritmo
Es de observación frecuente. Recibe el nom- cardíaco normal perturbado por irregularidades,
bre de extrasístole la contracción cardíaca antici- lo que no ocurre en la arritmia completa, en que
pada producida por una excitación cardíaca hete- falta tal ritmo,
rotópica intercalada en el ritmo común o básico. b) La arritmia extrasistólica es más patente
Es referida de manera distinta según la sensibili- con las maniobras que retardan el pulso, al con-
dad nerviosa del paciente, intensidad de la con- trario de la arritmia completa, que se acentúa al
tracción ectópica, consecuencia del relleno dias- aumentar la frecuencia.
tólico que la precede, y longitud de la pausa c) Si las irregularidades son muy numerosas
compensadora. En el momento en que se produ- y los latidos pasan de 120 por minuto, cabe pen-
ce, se percibe un choque, latido o golpe en la re- sar, sin temor a errar, en la arritmia completa.
gión precordial, con sensación angustiosa más O
menos intensa. La pausa compensadora puede 4. Extrasístoles de tipo alorrítmico. Las extrasís-
traducirse por una isquemia cerebral con una toles aparecen con un ritmo propio, pero depen-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

leve obnubilación, inestabilidad, etc., y si es muy diente del principal. La irregularidad adquiere un
prolongada, por una lipotimia o síncope. La aus- tipo periódico. En estos casos, todo se verifica
cultación cardíaca varía según que la extrasístole como si la extrasístole estuviera asociada a una
pueda o no vencer la resistencia de las sigmoideas sístole normal, y se habla de «extrasístoles en pa-
aórticas. En el primer caso, se percibe un ritmo reja constante», puesto que entre cada extrasísto-
a cuatro tiempos, con los dos ruidos de la extra- le y la sístole que la precede hay exactamente el
sístole muy próximos a la contracción que le pre- mismo intervalo. Las alorritmias más frecuentes
cede, y en el segundo, un ruido vibrante sumado son los pulsos bigeminados, trigeminados y cuadrige-
a los dos básicos e inmediato al segundo (ritmo a minados, según si la extrasístole aparece regular-
tres tiempos). mente después de una, dos o tres contracciones
S.A.

La palpación del pulso revela la extrasístole de sinusales.


manera distinta, según sea capaz o no de vencer El pulso bigeminal es el más interesante, por
O MASSON,

la resistencia de las sigmoideas aórticas; en el pri- aparecer con relativa frecuencia en la intoxica-
mer caso, se percibe como un latido anticipado ción digitálica, así como en las intoxicaciones por
óxido de carbono o sales de baria, también se ha Volumen
observado en sujetos sanos vagotónicos al adop
tar la posición en decúbito, desapareciendo en la Es la medida de la oscilación de su presión en
erguida (bigeminismo clinostático). el tubo arterial (entre su aunento en la plenitud
Cuando una pulsación normal va seguida de sistólica y su descenso en la evacuación diastól-
dos o tres extrasístoles, hablamos de pulso hige- ca). Guarda relación directa com la araplitucl de lu
melar o trigemelar, indicio casi seguro de trastor- sistole y volumen de la 1uasa e inversa con el Luna
no miocárdico severo. arterial (aumenta con la relajación de la pared). Es
voluminoso y amplio (pulsus magnus o solemne) cn
la plétora, y pequeño (parvus) en los escalofríos fe-
Arritmia completa por fibrilación auricular bnles, estenosis aórtica y mitral, hipertension arte-
(pulso irregular perpetuo; delirium cordis; rial, y en el colapso (pulso filiforme). Ex la crisis lu
arritmia completa) pertensiva saturmina, su rigidez y casi inmovilidad
son muy llamativas (pulso en alambre).
Se percibe una arritmia Lotal con aparición Existen dos anomalías de la amplitud del pulso
irregular e intensidad de los latidos, la cual puede de gran interés clínico,
tener la misma frecuencia que el latido cardíaco
(pulso equivalente) o ser inferior a éste (pulso de-
ficitario), al no llegar ninguna sístole a la periferia Pulso alrername (Iraube)
debido a su reducido volumen sistólico, Por su
frecuencia, puede ser rápida (taquiarriimia) o lenta Consiste en la sucesión regular de uma onda
(bradiarritmia), y por su duración, paroxística o per fuerte y una onda débil, la cual está más próxima
manente, a la pulsación que la sigue que a la que la prere-
de, dato diferencial con el bigenunisi. extrasis-
tólico, en que la pulsación débil (extrasistole) se
Arritmia por bloqueo auriculoventricular halla más cerca de la que la precede que de la
incompleto que la sigue (extrasístoles con pausa descompen-
sadora) o equidistante entre armbas (extrasistoles
Se perciben interrupciones regulares o irregu- interpoladas).
lares (según sea periódico o aperiódico) del ritmo Como sea que al palpar la radial, el pulso al-
cardíaco, las cuales coinciden en la palpación del ternante sólo se evidencia en un número reduci-
pulso y en la auscultación del corazón. do de casos, se aconseja sobremanera buscarlo
En el bloqueo 2/1, la palpación del curso da la mientras se mide la presión arterial, al insuflar el
impresión de una bradicardia, y por auscultación brazal por encima de la ináxima se descomprime
se percibe un ritmo de tres tiempos tormado por con lentitud; al llegar a la presión máxima o sis-
la sístole auricular bloqueada y los ruidos de la tólica, sólo pasan las pulsaciones fuertes, que-
contracción siguiente. dando bloqueadas las débiles, motivo por el cual
En el bloqueo 3/2, se tiene la impresión de la palpación de la radial o, mejor, la auscultación
palpar un ritmo bigeminado extrasistólico y se de la humeral señalan una frecuencia del pulso
ausculta un ritmo a cuatro tiempos, o mejor di- que es exactamente la mitad de los latidos cardía-
cho, a cinco tiempos, por la sumación de la con- cos apreciados por auscultación; bajando rnás la
tracción auricular bloqueada a los cuatro ruidos presión del brazal $e perciben todas las pulsacio
de las dos contracciones normales que le siguen, nes, pero Írancamonte allernantes, una fuerte y
o de prebloqueo y posbluqueo. otra débil, etc., hasta alcanzar la presión minima,
En los bloqueos irregulares, parece palparse donde se igualan. bi el manguito está unida a un
una bradiarrirmia completa, mientras que, aus- oscilómero, se aprecia la desigualdad alternante
cultatoriamente, puede percibirse la llamada «sís de las pulsaciones artenales. A falta de un esfig-
tole en eco» debida a la contracción auricular, he- momanómetro de manguito, se puede apretar el
cho que también puede presentarse cuando el brazo con una maño y tomar el pulso radial con
ritmo es muy lento y los tonos cardíacos son dé- la otra. 5ila presión es suhiciente, se blaruean las
biles, aunque el bloqueo sea completo. 5i hay pulsaciones débiles Y la brec ELA del del LO LL la

commecidencia de la sístole auricular bloqueada con radial se reduce a la mirad


la ventricular normal pueden reforzarse el prime- El pulso alternante es propio de la claudica-
ro o el segundo ruido. ción ventricular Lequicida, Si cala us love, súlo
Cardiología. Angiología 241

aparece, de manera transitoria, después de una ventrículo y aurícula izquierdos no se reduce en


prueba de esfuerzo. Si la descompensación cardía- proporción a la reducción de la presión intratorá-
ca es evidente, la alternancia es persistente, a cica. Debido a esto, la presión en la aurícula 12
menos que sea suprimida con el tratamiento car- quierda puede incluso exceder la presión de las
diacotónico. Se acentúa al disminuir el retorno venas pulmonares. La mayor presión observada
venoso al corazón (aplicación de lazos hemostá- en el ventrículo y aurícula izquierdos, simple-
ticos en las extremidades, adopción de la posi- mente refleja el aumento de la presión intraperi-
ción vertical), y se reduce, en cambio, al aumen- cárdica inducida por el aumento del retorno ve-
tar dicho retorno venoso (prueba del esfuerzo o noso al corazón derecho durante la inspiración.
elevación pasiva de las extremidades inferiores).
Con el ritmo de galope izquierdo y la respiración
de Cheyne-Stokes integra la llamada «tríada de Velocidad de ascenso del pulso
Scherf», signo de grave lesión miocárdica. (celeridad, expansión)
Es importante recordar aquí la diferencia en-
tre «pulso alternante» y «alternancia eléctrica». No debe confundirse con la frecuencia. Es el
Esta última es un fenómeno electrocardiográfico tiempo que tarda en ser elevado por cada pulsa-
y no mecánico, que consiste en la sucesión regu- ción el dedo que palpa. Guarda relación con la
lar de complejos P-QRS de amplitud (voltaje) y sístole cardíaca, elasticidad vascular y resisten-
de voltaje reducido. Esto se observa con frecuen- cias periféricas. Cuando esta velocidad aumenta,
cia en pacientes con taponamiento pericárdico. como ocurre en la insuficiencia aórtica, algunas
insuficiencias mitrales (desviación de la sangre
desde el sistema arterial a la aurícula izquierda
Pulso paradójico (Kussmaul) durante la sístole), ductus, fístula arteriovenosa e
hipertiroidismo, el latido es intenso, patente,
Durante la inspiración, sobre todo si es forza- pero de aparición y desaparición rápidas; el pul-
da, se reduce la amplitud del pulso radial, llegan- pejo del dedo percibe como un latigazo o la im-
do incluso a desaparecer. Constituye la exagera- presión táctil de un resorte metálico que se dis-
ción de un fenómeno inadvertido en condiciones para; es el llamado pulso de Corrigan o saltón.
normales; de ahí lo impropio de su denomina- En la estenosis aórtica y arteriosclerosis, el
ción. Es muy útil la técnica de Wood; insuflado el pulso es perezoso y tardo, asciende con lentitud
brazal por encima de la máxima, se disminuye y es poco amplio (pulsus parvus y tardus).
lentamente la presión hasta oír los latidos del
pulso, entonces es fácil escuchar el «bamp, bamp,
bamp, silencio, bamp, bamp, bamp, etc.» del pulso Dicrotismo
y observar que los silencios coinciden con la ins-
piración. Con esta técnica, el pulso paradójico se Se entiende por pulso dicroto una forma de
expresa como la diferencia de presión existente pulso, conocida ya por Galeno, en la que, apenás
entre la máxima presión registrada y la presión terminada la pulsación principal, se percibe otra
existente cuando se oyen todos los latidos del segunda de menor intensidad, y ambas están se-
pulso, independientemente del ciclo respiratorio. paradas de las pulsaciones que las preceden y si-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Normalmente, esta diferencia no es mayor que guen por intervalos iguales, como los dos golpes
10-15 mm Hg; en presencia de taponamiento pe- del martillo que rebota en el yunque, según la
ricárdico suele ser mayor de 20 mm Hg. comparación clásica de Avicena. El dedo que
El pulso paradójico se observa en las pericar- toma el pulso percibe la segunda pulsación como
ditis exudativa o constrictiva graves o con tapo- un prolongamiento de la primera. Es más patente
namiento, mediastinitis hiperplásica callosa y en si se palpa la arteria con mucha suavidad. El olvi-
tumores de mediastino; puede acompañarse de do de este consejo es causa de que el principiante
la ingurgitación inspiratoria de las venas del cue- encuentre dificultad en percibir este fenómeno.
llo (éstas, normalmente, se aplanan en el movi- El pulso dicroto se observa, casi siempre, cuando
miento de inspiración), constituyendo el «doble la tensión diastólica es baja y el ritmo relativa-
S.A.

fenómeno de Kussmaul». mente lento, condiciones que se dan en grado


Esta variedad de pulso se atribuye a que, en óptimo en la fiebre tifoidea, en meningitis e icte-
O MASSON,

presencia de copioso derrame o constricción pe- ricias y en la convalecencia de enfermedades in-


ricárdica, durante la inspiración, la presión del fecciosas (fig. 3-15).
242 Semiología médica y técnica exploratoria

1. El volumen sistólico de expulsión del ventrí-


culo izquierdo y, consiguientemente, el volumen
sanguíneo total.
Pulso normal 2. La frecuencia de contracción cardíaca.
3. La elasticidad que ofrecen los vasos ante la
«oleada» sanguinea sistólica.
Pulso dicroto
4. Las resistencias periféricas, es decir, la ma-
yor o menor facilidad que los grandes vasos y ar-
teriolas oponen a la corriente sanguínea en la
INANAAN diástole cardíaca.
Pulso alternante
El volumen de expulsión sistólico rige los va-

NNNIDNÑ Pulso bigémino


lores de la máxima o tensión sistólica (Mx). La resis-
tencia periférica, o sea la relación entre el conti-
nente vascular y el contenido sanguíneo, regula
los valores de la mínima o tensión diastólica (Mn).
La diferencia entre la máxima y la mínima recibe
el nombre de presión diferencial o presión del pulso
(PD), que expresa en realidad la adaptación del
corazón a la resistencia que debe vencer.
Pulso de Corrigan o salton
La presión eficaz o media corresponde a la pre-
Espiración Espiración sión que debería tener un régimen arterial cons-
tante que, en sustitución del ritmado, diese en
igual período el mismo paso de sangre. La pre-
Inspiración
sión eficaz (PE) sólo se puede valorar con el mé-
todo oscilométrico. Suele ser igual a la mitad de
Pulso paradójico de Kussmaul
la Mx más 2 63.
Fig. 3-15. Traducción esquemática de algunas de las En condiciones óptimas, la tama de la tensión arte-
principales variedades de pulso arterial. rial ha de seguir una metódica para evitar falsos
resultados:

Tensión arterial 1. Enfermo en decúbito dorsal sobre la cama,


camilla de exploración o sentado con el brazo
Se estima por medio de los tonómetros o es- algo flexionado, abducido y a la altura aproxima-
figmomanómetros, que expresan en cifras los re- da del corazón (si se encuentra a nivel inferior
sultados!*, falsea, elevándola, la cifra de tensión diastólica o
Son cuatro los factores fundamentales que deter- mínima).
minan la presión reinante en el árbol arterial: 2. Se vigila que los vestidos no compriman la
raíz del miembro.
3. El manguito neumático, vacío de aire, se
Los términos presión sanguínea, y tono o tensión arterial, aplica apretado en el tercio medio del brazo, de
aunque expresan conceptos diferentes, se emplean indistinta-
mente por tener el mismo valor. El primero, significa el esfuer-
zo de la sangre contra las paredes de la arteria que la contiene;
tono o tensión arterial es la reacción elástica de la arteria a di- pulsación a las distintas presiones a que se somele la arteria o
cha presión, a la que equilibra. región arterial explorada.
La técnica de la mensuración de la tensión arterial es fácil, El primer aparato empleado para medir la tensión o presión
pero debe ser cuidada en sus detalles, para evitar dificultades o de la sangre en el hombre fue ideado por Jules Herison en
motivos de error en la lectura. 1034. Von Basch (1887) y Potean (188%) construyeron modelos
Todos los tonómetros o esfigmomanómetros comprenden raás exactos, pero debe considerarse a Riva-Rooel (1095) el 1u-
tres elementos esenciales, así, un manómetro de mercurio o di- ciador de la esfigmomanometría moderna, por ser el primero
gital, que indica las presiones en milímetros de mercurio o ci- en emplear el brazalete, el cual permite la compresión unifor-
fras en dígitos, un compresor de las arterias, que permite ejer- me de un segmento de miembro, y el manómetro de cubeta de
cer a voluntad una presión sobre la arteria O arterias o una mercurio, cuyo nivel indica la cifra tensional.
descomprensión igualmente gradual de aquéllas, y un indica- En la actualidad, se aconsejan modelos electrónicos; de
dor pulsátil, que permite apreciar la presencia o aumento de la exactitud absoluta, peso sumamente ligero, volumen ínfimo,
pulsación por efecto de la compresión y los caracteres de esta manejo sencillo y no precisa fonendoscopio.
o
Cardiología. Angiología 243

manera que su borde inferior se halle unos centí- un momento en que, aparentemente, los valores
metros por encima del pliegue del codo (el brazal se estabilizan.
aplicado flojo falsea la lectura). En toda primera visita, se aconseja tomar la
4, La columna de mercurio del tonómetro presión en ambos brazos y luego en las extremi-
debe estar vertical, con el menisco a nivel de los dades inferiores, no sólo por las posibles discor-
ojos del observador. dancias tensionales, sino por cuanto cabe que
5. Es necesario que el brazal, de material exista únicamente hipertensión en los brazos o
inextensible que contiene la cámara insuflable de en las piernas.
goma, desborde claramente esta última por enci- La presión máxima de la pedia, colocando el
ma y por debajo, con el fin de evitar la formación brazal sobre el tobillo, es 20-40 run superior a la
de hernias y desplazamientos. de la arteria humeral, sin que exista diferencia
6. La presión sanguínea es muy sensible a entre ambas en lo que a la presión mínima o
las reacciones emocionales, sobre todo en sujetos diastólica se refiere”.
hiperemotivos. Se pueden registrar diferencias
hasta de 30 mm Hg entre la mensuración ten- La toma de la presión en las extremidades
sional practicada por el médico habitual del en- inferiores debería formar parte de la práctica
fermo y la efectuada por otro desconocido para médica en los enfermos cardiovasculares, junto
él con el examen de la tensión braquial, ausculta-
Este factor emotivo se descarta, en parte, pro- ción cardíaca y estudio del fondo del ojo.
cediendo como sigue:
También es útil instruir a enfermos hiperten-
a) No se medirá la tensión hasta muy avan- sos en la automedición de su presión arterial,
zada la exploración clínica, cuando se haya sintoni- para su mejor control. El enfermo deber medirla
zado psíquicamente con el enfermo. Se le hará tres veces al día, de preferencia por la mañana al
comprender que si se le investiga la tensión arle- levantarse, en el curso de la tarde y al acostarse.
rial, no es porque se sospeche una hipertensión, Siempre debe tomarse de pie y acostado, y los
sino porque se hace en todos los enfermos, sea resultados deberán anotarse fielmente, para así
cual fuere su dolencia. valorar la respuesta del paciente a su tratamiento
b) Se distraerá la atención del enfermo mien- antihipertensivo.
tras actuamos, mediante conversación amena y La influencia del ortostatismo sobre la tensión ante-
optimista. ríal, en un individuo normal, se manifiesta por:
c) El médico no debe poner cara pensativa ni
manifestar con expresiones de sorpresa las cifras 1. Aceleración del pulso no superior a
que vaya registrando. Si éstas son muy altas, es 25 s/min.
mejor falseárselas de entrada, y luego decir la 2. Aumento o disminución leve de la pre-
verdad a los pacientes. De no proceder así, des- sión sistólica.
pertaríamos en el paciente la obsesión de la cifra 3. Aumento de la presión diastólica, +
tensional o «hipertensofobia». 5 mm Ilg (fig. 3-16).
Para que la determinación sea correcta, se rea-
lizará con cierta rapidez, a fin de evitar una exce- Son métodos fundamentales para la valoración de
Fotocopiar sin autorización es un delito.

siva estasis venosa o arteriolocapilar en todo el la tensión arterial el táctil o palpatorio, el ausculta-
segmento del miembro situado debajo del brazal, torio y el oscilométrico. Es útil combinarlos mi-
capaz de modificar el régimen presor o hacer di- diendo la presión máxima del brazo (radial) y
fícil la lectura. pierna (pedia, retromaleolar interna) por palpa-

La cifra definitiva sólo se establecerá después


de haber practicado en breve intervalo tres o cua-
"La poca atención que suele prestar el médico a la toma de
tro mediciones, insuflando cada vez en el brazal la presión arterial en las piernas dimana del grosor de las partes
una presión de 20-30 mm Hg por encima de la blandas, en desproporción con la escasa longitud de los man
supuesta máxima. La razón de ello se encuentra guitos de los aparatos para la toma de tensión. El manguito se
S.A.

en que prodigando las investigaciones manomé- arrolla a la pierna de manera que su extremo distal quede in-
mediatamente encima de los maléolos. La campana del fonen-
tricas tiene lugar un descenso paulatino de la pre-
O MASSON,

doscopio se aplica sobre la parte anterior del tobillo, guiándo-


sión sistólica, que puede, en ocasiones, alcanzar nos por la palpación del pulso de la pedia. En cierto número de
varios centímetros de mercurio, hasta que llega sujetos sanos (10 %), este vaso no se alcanza ni oye.
244 Semiología médica y técnica exploratoria

Acostado De pie Acostado De pie Acostado De pie

presión sist. +0 mm Hg presión sist. 720 mm Hg presión sist.


presión dias. +45 mm Hg presión dias. presión dias. - 35 mm Hg
+ 13 mm Hg -
+ 17 pulsaciones - 55 mm Hg
Pulso Pulso Pulso
+ 45 pulsaciones + 15 pulsaciones

: - 28%
Volumen sist. Volumen sist. Volumen sist.

A B Cc

Fig. 3-16. A) Regulación circulaloria normal. B) Disregulación hiperdiastólica. C) Distegulación hipodiastólica.

ción, y la mínima por auscultación (humeral), o ma; descomprimiendo más, se escuchan nuevos
por ésta u oscilometría en la pierna: tonos y después la mínima verdadera. En otras
palabras, hay una zona por encima de las gran-
1. Método táctil o palpatorio (Riva-Rocci y Eh- des oscilaciones en que la arteria pulsa pero no
ret). Se insufla el brazal aplicado por encima del da fenómenos sonoros,
codo (brazo) o maléolo (pierna), hasta que el pul- En la práctica, esta causa de error puede ser
so radial o pedio desaparecen (presión supramá- eliminada si la medida auscultatoria de la presión
xima). Luego se deja salir aire poco a poco hasta arterial es ayudada por la palpación simultánea
que aquéllos reaparecen, momento que señala la del pulso arterial, el cual persiste durante el inter-
presión sistólica o máxima (Mx). Entonces, me- valo en que desaparecen los tonos auscultatorios.
diante palpación de la humeral (debajo del borde En la respiración profunda, se produce una
interno del bíceps o de su tendón, o también en evidente reducción de las vibraciones acústicas
su contacto íntimo) o la retromaleolar interna, se debidas a los tonos arteriales; si el sujeto conti-
continúa la descompresión del brazal, percibién- núa intencionalmente una respiración profunda,
dose de esta forma un latido cada vez más inten- se produce un vacío auscultatorio, cuya causa cs
so y vibrante hasta un máximo, a partir del cual la reducción del flujo sanguíneo en el brazo.
desciende más o menos bruscamente la intensi- 3. Método oscilométrico. Requiere un aparato
dad del latido, resalte palpatorio que corresponde provisto de oscilógrafo (tipo Pachon, von Rec-
a la presión mínima o diastólica (Mn). klinghausen, lacoél, etc.). Con el método oscilo-
2. Método auscultatorio (Korotkov). Proce- métrico se puede medir la Mx, la Mn y la PE,
diendo como en el método palpatorio, se susti- insuflando hasta que no oscila la aguja o hasta
tuye la palpación por la auscultación con un fo- que nou se perciba el latido arterial o pedio, se
nendoscopio aplicado sobre la humeral o la descomprime progresivamente, observando bien
retromaleolar. Insuflado el brazal hasta que ho se cada 5-10 mm Hg si se mueve la aguja oscilomé-
perciban los latidos (presión supramáxima), se trica, y procurando no descomprimir y conectar
descomprime progresivamente hasta oír la pri- el oscilómetro simultáneamente.
mera pulsación (Mx); continuando la descompre- Se da como oscilación suficiente para la Mx,
sión, las pulsaciones aumentan de intensidad, se la que alcanza la amplitud de una división grande
hacen más secas y a veces soplantes, hasta que de la escala oscilométrica o, en el caso de apa-
bruscamente disminuyen (Mn). recer varias de la misma amplitud (supramáxi-
El registro de la presión con este método per- mas), cuando aumenta, Continuando la descom-
mite comprobar, sobre todo en hipertensos, un presión, las oscilaciones van siendo cada vez
fenómeno conocido como trou auscultatoire o «la- mayores hasta una máxima o una meseta de os-
guna auscultatoria». Consiste en que comprimida cilaciones máximas; aquélla o el punto medio de
la arteria humeral hasta la oclusión, se la des- éstas corresponde a la PE. Descomprimiendo to-
comprime gradualmente, hasta que se escuchan davía más, va reduciéndose paralelamente la am-
tonos que indican la máxima, luego tonos más plitud de las oscilaciones hasta llegar a una fase
fuertes y, a continuación, un silencio que da la en la que no se modifican; la primera de ellas re-
impresión de haberse rebasado la presión míni- presenta la Mn.
Cardiología. Angiología 245

La mayoría de los clínicos aconsejan recurrir 150 A


e, .
al método auscultatorio ayudado por la palpa- 140 A
ción simultánea del pulso arterial. o
z 130
o
Sistólica _ Y o”
.
O
.o”

Las cifras normales de la tensión arterial varían E 120 “AzyO


con el sexo (algo superior en el masculino al prin- E 110
cipio; a partir de los 45 años se invierten los tér- c
Ss 100
minos), raza (menor tensión en los orientales), 3 Diastólica AA
constitución (inferior en los asténicos que en los £ 90 AA
A CR
pícnicos; se ha descrito un tipo constitucional 80 JAN
pletórico, hipertenso, característico; bajo, forni- 70
do, faz rubicunda, con cuello corto y tendencia a 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65
Edad (años)
la obesidad y a accidentes vasculares), herencia
3 Varones “—= Hembras
ligada al sexo (la incidencia de hipertensión es
mucho mayor en hermanos del mismo sexo que Fig. 3-17. Variaciones fisiológicas de la presión arte-
en los de sexo opuesto) y edad. rial sistémica en función de la edad y sexo. (Según Ha-
En los niños (es obligado el empleo de mangui- milton Pickering Robert Sowny.)
tos pediátricos), la Mx es de 40-60 mm Hg al
nacer, de 80 al año, de 80-90 a los 10 años y de
110 mm Hg a los 15 años; la Mn no rebasa los
60-80 mm Hg.
Para los adultos, se han establecido como va- quicardia; lo propio ocurre en los estados emoti-
lor límite normal las cifras de 140/90 mm Hg en vos en sujetos con simpaticotonia.
condiciones basales y de 160/95 mim Hg en to- b) Fiebre. Produce la misma situación hemo-
mas «casuales» no basales; en los ancianos (a par- dinámica que el hipertiroidismo.
tir de los 65 años en el hombre y de 70 en la <) Bloqueo auriculoventricular completo. Aquí la
mujer) con sistema vascular rígido aumenta la frecuencia cardíaca es baja, pero el llenado dias-
presión sistólica, con una diastólica normal o li- tólico de cada contracción ventricular es muy
geramente reducida y gran diferencia. grande.
Las denominadas fórmulas tensiométricas son d) Fístulas arteriovenosas. La hipertensión
los esquemas prácticos que se consiguen con los sistólica es producida por el aumento del volu-
datos que se han obtenido durante la toma de la men sanguineo y del volumen-minuto corres-
presión arterial: pondiente.
e) Conducto arterioso persistente. La presión di-
1. Fórmula normal. Las cifras tensionales ferencial es más acentuada por la caída de la pre-
guardan relación con la edad y sexo del sujeto sión diastólica; esta última disminuye con el es-
examinado. No pasan de los 160/90 mm Hg has- fuerzo (prueba de Bóhn).
ta los 60 años; a partir de esta edad pueden ser D Insuficiencia aórtica. El aumento del llenado
mayores sin significado patológico. diastólico determina en esta enfermedad la ele-
La presión diferencial es, aproximadamente, vación de la presión sistólica; la diastólica es muy
Fotocopiar sin autorización es un delito.

un tercio de la máxima (40-60 mm Hg), y la pre- baja (incluso cero) con la diferencial muy amplia.
sión media o eficaz equivale a la mitad de la g) Anteriosclerosís. Por rigidez de los grandes
presión máxima más 2-3, siendo en 20-30 rn vasos y arleriolas, los cuales han perdido el papel
Hg superior a la mínima o diastólica. de reservorio de volumen y presión que normal-
La presión sistólica a nivel de la pedia supera mente poseen, para hacer progresar la sangre du-
a la humeral en 20-40 mm Hg, siendo la diastóli- rante la diástole.
ca o mínima igual en ambos vasos (fig. 3-17). h) Después de grandes esfuerzos. En las perso-
2. Ilipertensión sistólica aislada. Por aumento nas sanas, hay un aumento de la presión arterial
del volumen sistólico de expulsión ventricular o sistólica (como mínimo del 10 % en relación con
por disminución de la elasticidad de los grandes los valores basales), con disminución de la mini-
S.A.

vasos. Se observa en: ma hasta 50 mm Hg.


O MASSON,

a) Hipertiroidismo. El aumento del volumen- 3. Hipertensión diastólica aislada. Se presenta


minuto en esta afección es consecuencia de la ta- de manera transitoria en:
246 Semiología médica y técnica exploratoria

a) Individuos con notable reactividad del siste- ta las presiones sistólica y diastólica con frecuen-
ma vascular en los momentos de tensión psíquica te predominio de la primera. Puede durar minu-
o sobreesfuerzos. tos, muchas horas e incluso varios días. Al remi-
b) En los hipertensos (primarios o secunda- tir el cuadro, la tensión arterial adquiere su valor
rios) o en los cardiópatas normotensos durante inicial. La sintomatología clínica es muy variada;
las fases de insuficiencia cardíaca congestivovenosa. desde trastornos muy leves (cefaleas pulsátiles,
Por aumento de las resistencias periféricas; dado nucalgia, estado vertiginoso, zumbidos de oído,
que coincide, en el primer caso, con una caída anomalías de la visión, palpitaciones, trastornos
importante de la presión sistólica, hablamos de estenocárdicos, etc.) hasta la insuficiencia aguda
hipertensión decapitada. La caída de la tensión cardíaca, convulsiones, infartos cardíaco O cete-
máxima con aumento mayor o menor de la míni- bral e incluso del exitus letalis.
ma y consiguiente reducción de la presión dife- La génesis de las crisis tensionales hipertensivas
rencial es el dato más conspicuo (el SOS o signo puede ser:
de alarma) de un corazón que claudica. Con el
tratamiento, los valores de las presiones máxima a) Hormonal. Feocromocitoma y feocromo-
y mínima se separan y aumenta la presión dife- blastoma, hiperplasia de la medula suprarrenal,
rencial. toxicosis gravídica, climaterio, tirotoxicosis, etc.
bh) Neurógena. Insuficiencia cerebral vascular
Cualquier ascenso de la tensión arterial dias- vertebrobasilar, encefalitis, tumores del tercer
tólica que supere los 90 mm Hg, aun cuando pa- ventrículo, por lisis transversa de la medula espi-
sajero, ocurrido durante las edades joven y me- nal por encima de T5, siringomielia, tabes (crisis
diana de la vida, debe ser interpretado como un vasomotoras de Pal), polirradiculoneuritis (esti-
«toque de alarma», pues a partir de este instante mulación simpática por un exceso de noradrena
puede contarse con un aumento posterior de la lina), intensos estímulos dolorosos, sobrecargas
tensión arterial. emocionales intensas y repentinas (hipertensión
4. Hipertensión sistodiastólica. Cuando el mio- de situación).
cardio es eficiente, la elevación de la presión La compresión bilateral del globo ocular en
diastólica por incremento de las resistencias peri- sujetos con prevalente orientación simpaticomi-
féricas acarrea una subida paralela y concomitan- mética puede ser causa de hipertensión y taqui-
te de la presión sistólica para la adecuada perfu- cardia.
sión de los órganos. c) Cardiovascular. Corazón hipercinético, an-
Según su relación mutua, se distinguen tres gitis, esfuerzos (el esfuerzo muscular y las altera-
formas: ciones hemodinámicas propias del coito y del or-

a) Equilibrada. El esfuerzo sistólico que hizo


subir la máxima representa una reacción del co- Según su etiología, la hipertensión permanente se clasifica
razón a la resistencia periférica que eleva la míni- en primaria y secundaria a procesos renales unilaterales o bilate-
rales; procesos endocrinos (3,2 %); neurógenos (0,8 %); cardio-
ma. Las cifras de ambas guardan la relación nor-
vasculares (coartación aórtica, policitemia vera), etc.
mal de (la mínima equivale a la mitad de la Según su forma evolutiva, se consideran:
máxima), más 1-2.
L. Hipertensión simple. Asintomática. Los niveles de la pre-
b) Desequilibrada por predominio de la mínima. sión diastólica no suelen ser altos. Este período de latencia sue-
El aumento de la máxima es menor en relación al le durar unos 10 años.
de la mínima. Indica fallo cardíaco en el curso de 2. Hipertensión complicada. El aumento tensional ha reper-
una hipertensión por resistencias periféricas au- cutido sobre órganos vitales (corazón, cerebro, riñón, retina) en
grado variable. La fibrosis arterial con hiperplasia elástica de la
mentadas. íntima es la lesión más característica de esta sobrecarga mecá-
c) Desequilibrada en favor de la máxima. Es nica,
propia de los hipertensos neurotónicos, arterios- 3. Hipertensión acelerada o maligna. Puede ser primitiva o
clerosis con eretismo cardíaco o hipertensión de seguir a una forma primaria benigna. Sus características son la
hipertensión diastólica fija por encima de 130 mm Hg, afecta-
la menopausia. La presión diferencial está au- ción renal acelerada y progresiva con signos de insuficiencia y
mentada. uremia (cefalea intensa, anorexia, náuseas y vómitos, somno-
lencia y, al final, excitación, delirio, disnea y pericarditis seca),

La hipertensión sistodiastólica puede ser per- edema papilar y hemorragias retinianas con disminución acen-
tuada de la agudeza visual. La muerte sobreviene pronto por
manente o paroxístical*. Esta última aparece en for- uremia. El signo anatomopatológico que define esta fase es la
ma de accesos normotensos o hipotensos y afec- necrosis arteriolar fibrinoide.
Cardiología. Angiología 247

gasmo pueden motivar accesos tensionales brus- 5. Hipertensión braquial aislada. Es propia de
cos de 100-160 mm Hg y aun más; ello, junto la coartación ístmica de la aorta. Esta anomalía
con el aumento de la frecuencia del pulso, expli- tensional se acompaña de un evidente retardo
ca el riesgo, en abuso que no en buen uso, de tal del pulso femoral o pedio respecto al radial. En la
acto en ancianos con taras cardiovasculares), blo- obliteración crónica de la bifurcación aórtica (sín-
queo cardíaco intermitente, supresión brusca de drome de Leriche) la tensión normal o ligeramente
fármacos antihipertensivos. elevada del brazo contrasta con la falta de pul-
En casi el 5-10 % de los pacientes con un in- sabilidad e hipotensión de las arterias de las
farto de miocardio aparece, después de su pade- piernas.
cimiento, una elevación de la tensión arterial, 6. Hipertensión crural aislada. Se señala en la
que puede alcanzar, en un breve lapso, valores insuficiencia aórtica (signo de Hill-Flack), con di-
considerables (exceso de catecolaminas), etc. ferencias de 40 hasta 150 mm Hg (si aparece fallo
d) Nefrógena. Ptosis renal, glomerulonefritis cardíaco esta diferencia disminuye); en los hiper-
difusa y necrosis tubular aguda. tensos esclerosos, pero no en los hipertensos pu-
e) Metabólica y tóxica. Porfiria aguda, síndro- ros; en la aortitis abdominal; en el síndrome de
me carcinoide (serotonina), intoxicaciones por el "Lakayasu, con obliteración de los troncos supra-
plomo (acción vascular y central), talio (aumento aórticos; en casos de gestación avanzada, y en al-
del tono simpático), óxido de carbono (áreas va- gunos sujetos hipertiroideos.
somotoras), enfermedad del queso (en los sujetos 7. Anisosfigmia braquial. Es normal una leve
tratados con inhibidores de la monoaminooxida- diferencia a favor del brazo derecho (no supe-
sa [IMAO]); el factor que desencadena las crisis rior a 20-30 mm Hg) por el desigual desarrollo
hipertensivas es la tiramina existente en el queso, de las partes blandas. Es acentuada (pulsus diffe-
sustancia que normalmente es metabolizada por rens) en casos de anomalías congénitas o adqui-
la monoaminooxidasa presente en el intestino y ridas (placas ateromatosas, trombosis) de las
el hígado; por bloqueo de esta enzima, la tirami- arterias subclavia o humeral; aneurismas del ca-
na es absorbida en cantidades mayores y libe- yado aórtico o tronco braquiocefálico; coarta-
ra noradrenalina en las terminaciones nerviosas ción aórtica atípica, si interesa el origen de la ar-
simpáticas, por cuanto es un simpaticomimético, teria subclavia; disfagia lusoria (nacimiento a la
con lo cual se inicia la crisis hipertensiva; las cri- izquierda de la arteria subclavia derecha); com-
sis hipertensivas aparecen, por lo general, de una presión por tumores intratorácicos mediastíni-
a cuatro horas después de haberse ingerido el cos; hemiplejías con cifras más altas o más bajas
queso; los aumentos paroxísticos de la tensión en el lado paralizado.
arterial pueden ser de gran intensidad, alcanzar Se han señalado diferencias transitorias en las
valores no mensurables de más de 300 mm Hg crisis anginosas, en el infarto de miocardio (es-
de presión sistólica y determinar hemorragias ce- pasmo arterial); en el síndrome de la fosa supra-
rebrales y exitus letalis. No existe ninguna relación clavicular (o de la entrada torácica) el pulso del
directa entre la duración del tratamiento con los lado afecto disminuye al girar la cabeza hacia el
IMAO, así como la cantidad de queso ingerido y otro lado («maniobra de Adson», más patente si
la aparición de las crisis hipertensivas. También el sujeto hace una inspiración profunda y man-
aparecen crisis hipertensivas en los pacientes tra- tiene el cuello en extensión) o comprimiendo la
detito.

tados con IMAO no sólo después de la ingestión fosa supraclavicular; otras veces, al levantar los
de queso, sino después de la de carne cocida en brazos o presionar los hombros hacia atrás y
un
es

marmita cuyas paredes se han revestido de una abajo con el sujeto en la posición militar de
sin autorización

masa de pan fermentado (Sturm), así como des- firmes.


pués del tratamiento adicional con pequeñas do- 8. Hipotensión arterial. Las tensiones máxima
sis de simpaticomiméticos, puesto que la acción y diastólica se encuentran por debajo de los lími-
de estos medicamentos después del tratamiento tes mínimos, estimados en 90/50 mm Hg.
Fotocopiar

previo con IMAO es potenciada a consecuencia La hipotensión se clasifica en:


de la metabolización alterada por ellos de la no-
radrenalina y la adrenalina. a) Primaria o esencial. De etiología desconoci-
S.A.

D Diversa. Alergia, adrenalina, aminas sim- da, se encuentra en el 25-30 % de la población.


MASSON,

paticomiméticas (en sujetos hipersensibles), emo- Es frecuente en asténicos (predominio femenino)


ciones, intervenciones quirúrgicas (liberación de neurodistónicos. Las molestias pueden ser míni-
catecolaminas), etc. mas o nulas; cuando no ocurre así, hablamos de
O
2483 Semiología médica y técnica exploratoria

un complejo sintomático hipotónico. Los pacien- pensar el almacenamiento de la sangre en la peri-


tes tienen un tono vital bajo, con lasitud general, feria, anormalmente dilatada (pacientes con ex-
fatiga fácil (en especial por la mañana) y dificul- tensas varicosidades, embarazo), o bien con un
tad para concentrarse en sus labores cotidianas. tono vasomotor deficitario (convalecencia, pos-
En lo que se refiere a la cabeza, acusan sensación toperatorio, etc.), El Flujo sistólico está muy dis-
de vacuidad y vértigos (sobre todo en los cam- minuido, lo cual es un fenómeno muy caracterís-
bios bruscos de posición), obnubilación, acufe- tico (v. fig. 3-16 B).
nos, enturbiamiento de la vista y centelleos, bos- 2. Disregulación hipodiastólica (forma hipodi-
tezos irreprimibles, etc.; al tracto gastrointestinal, námica de Schellong, hipotensión ortostática con
presentan inapetencia, náuseas, eructos o regúel- ausencia o deficiencia de reflejos vasomotores).
dos, meteorismo, discinesias de las vías biliares, Fallan los mecanismos de regulación periférica;
etc. Son frecuentes fenómenos vasomotores (en- es decir, falta de vasoconstricción arterial o me-
rojecimiento y palidez súbitas), crisis diaforéticas canismo de contrarregulación, que se opone al
(en todo el cuerpo o sólo en las partes distales frías), estancamiento de la sangre en la periferia vascu-
palpitaciones con extrasístoles o sin ellas aisla- lar. Esta forma se caracteriza por la caída ortostá-
das, molestias estenocárdicas con irradiación al tica de las presiones sistólica y diastólica, y el
brazo izquierdo. Gran inquietud interna y au- notable aumento de la frecuencia del pulso. Es
mento de la irritabilidad, con cuadros depresivos bastante más rara que la forma hiperdiastólica y
graves después de muchos años de evolución. Es- se acompaña con una gran frecuencia de síncope
tos sujetos suelen vivir mucho, por cuanto son postural (v. fig. 3-16 C).
víctimas poco propicias de enfermedades cardio-
vasculares y renales. Cuando la reducción de los volúmenes sistóli-
b) Secundaria. Se observa en enfermedades co y diastólico, a consecuencia del ortostatismo,
endocrinas (de Addison, Sheehan, Klinefelter, llega a un cierto límite, se produce el llamado
etc.); cardiopatías orgánicas (estenosis mitral, «colapso postural u ortostático», con intensa ta-
aórtica, pulmonar, miocarditis y pericarditis, an- quicardia (rara vez bradicardia) y estado de pre-
gina de pecho, infarto de miocardio, arterioscle- colapso o colapso verdadero.
rosis, arritmias, etc.); afecciones pulmonares, so- La metódica de exploración para clasificar la hiper-
bre todo crónicas (enfisema, esclerosis pulmonar, tensión arteríal (premisa indispensable para su co-
tuberculosis, embolismo pulmonar, cor pulmonale, rrecto tratamiento) precisa de una exploración
etc.); infecciones agudas con shock por bacterias o exhaustiva que comprende:
sus toxinas; accesos vasovagales que acompañan
al estrés; compresión del seno carotídeo, hipoclo- 1. Exploración física completa. De todos los
remia, etc. aparatos o sistemas con especial hincapié en el
cd) Ortostática. Aparece con el sujeto sentado cardiovascular y renal. Se comprobarán las cifras
o de pie, nunca acostado. Es consecuencia del es- tensionales en las cuatro extremidades (posible
tancamiento de la sangre en las partes declives diferencia entre ambas humerales; hipertensión
del cuerpo, por el fallo de los mecanismos de braquial con cifras bajas en las piernas [coarta-
compensación. Los trastornos son más acentua- ción aórtica)), sin olvidar el fondo del ojo y la
dos durante la mañana y se atenúan en el curso práctica de un electrocardiograma.
de la jornada. 2. Examen radiológico. Radiografía del cora-
zón y grandes vasos para definir la repercusión
En el comportamiento de la presión diastólica, dis- de la hipertensión arterial (aumento de las ca-
tinguiremos: vidades izquierdas) o aclarar su etiología (im-
presión de las arterias costales en la coartación
1. Disregulación hiperdiasiólica (disregulación aórtica); simple del abdomen, calcificaciones (li-
hipotónica de Schellong, hipotensión ortostática tiasis, nefrosclerosis), ocupación celda renal (tu-
con reflejos vasomotores conservados). Se puede mor); pielografías descendentes o ascendentes;
observar una caida de la presión máxima, ele- cistografía simple (retención por una próstata
vación de la mínima, pinzamiento notable de aumentada) y posmiccional (seriada si existe re-
la presión diferencial y, asimismo, taquicardia flujo ureterovesical, causa de algunos tipos de
acentuada. hipertensión renal); ecografía y TAC abdomina-
Estas modificaciones son consecuencia de las les (tumores suprarrenales); arteriografía renal
reacciones de contrarregulación que intentan com- para definir las alteraciones del árbol vascular.
Cardiología. Angiología 249

3. Exámenes de laboratorio. Además de los M MÉTODOS


habituales en sangre y orina, utilizados en todos COMPLEMENTARIOS
los tipos de hipertensión arterial, existen algu- EN EL DIAGNÓSTICO
nos especiales, como las catecolaminas (adrena-
lina, noradrenalina) o su derivado el ácido vanil- ELECTROCARDIOGRAFÍA
mandélico, fácilmente detectable en la orina
(valores normales = 6-10 mg/día) en la sospecha La actividad cardíaca da lugar a la producción
de un feocromocitoma; los esteroides suprarre- de unas diferencias de potenciales eléctricos (co-
nales (17-cetosteroides y 17-hidroxicorticoides) rriente de acción) que, recogidas por galvanóme-
persistentemente elevados en el síndrome de tros especiales (electrocardiógrafos), quedan re-
Cushing; después de la prueba de estirnulación gistradas en forma gráfica (electrocardiograma
(Thorn), los 17-cetosteroides se elevan sobre la [ECG].
cifra total en el doble o más, y los 17-hidroxi- En el ser humano, sólo en escasas ocasio-
corticoides de tres a siete veces sobre los valo- nes (intervenciones torácicas) se tiene ocasión de
res basales; aldosterona, valiosa para diferenciar aplicar los electrodos del galvanómero sobre el
el hiperaldosteronismo primario (enfermedad mismo corazón, por lo que lo hacemos sobre la
de Conn) y estados con hiperaldosteronismo se- piel.
cundario; angiotensina, aumentada en la hiper- Einthoven aconsejó aplicar los electrodos en
tensión vasculorrenal. puntos precisos, fijó tres tipos de conexiones,
4. Pruebas de función renal. Indicadas en todas que se designan con los nombres de derivaciones
las hipertensiones de etiología dudosa. Se ha [Il y IM (DI, DII y DIID derivaciones clásicas o bi-
comprobado que la biopsia renal viene señalando polares:
su afectación en el 90 % de los casos de hiper-
tensión aparentemente no complicada. 1. Primera derivación (DI). Mide la diferencia
5. Pruebas de reactividad vascular. Sirven para de potencial entre los dos brazos; el electrodo del
fijar el componente neurogénico de la hiperten- lado izquierdo está en relación con el polo positi-
sión arterial en estudio: vo del galvanómetro, el brazo derecho con el
polo negativo.
a) Prueba del frío (Hines; Brown). En el feo- 2. Segunda derivación (DI). Mide la diferen-
cromocitoma y en la hipertensión arterial esen- cia de potencial entre el brazo derecho (polo ne-
cial de base neurogénica, cuando se introduce gativo) y pierna izquierda (polo positivo).
durante 5 min una mano en agua fría, se observa 3. Tercera derivación (DIID). Mide la diferencia
una elevación de más de 20 mm Hg en la presión de potencial entre el brazo izquierdo (polo nega-
arterial diastólica, con respecto a las cifras ba- tivo) y la pierna del mismo lado (polo positivo)
sales. (fig. 3-18).
b) Prueba postural (Crampton). Se toma la
tensión arterial cada minuto durante 5 min, con Wolferth y Wood han impuesto en clínica las
el enfermo echado en la mesa de exploración. Se derivaciones monopolares de los miembros y
le hace poner de pie y se vuelve a tomar la ten- las torácicas (o precordiales), con la ventaja de
sión durante los 5 min siguientes. Después de si- poder explorar zonas cardíacas hasta entonces
delito.

tuarse nuevamente en decúbito, vigílese la posi- mudas al examen eléctrico. Se usan las acordadas
bilidad de un «rebote hipertensivo». por la American Heart Association, cuya nomen-
un
es

Generalmente, hay un nuevo aumento tensio- clatura es: R, de right (derecha), conexión con el
sin autorización

nal al ponerse de pie, que se pone más de rmari- brazo derecho; L, de left (izquierda), con el brazo
fiesto en los hipertensos esenciales; frente a ello, izquierdo, F, de foot (pie), con la pierna izquierda;
en el 81 % de los enfermos con hipertensión por C, de chest (tórax), con la pared torácica; B, de
feocromocitoma o con estenosis de la arteria re- back (espalda), con la espalda.
Fotocopiar

nal, existe una hipotensión ortostática (el pacien- Para las derivaciones precordiales se han fijado
te no debe tomar medicación hipotensora alguna sels puntos:
que pueda desvirtuar el resultado).
S.A.

1. IV espacio intercostal, sobre el borde ester-


6. Pruebas farmacológicas. En la práctica, nal derecho.
(O MASSON,

quedan relegadas al diagnóstico del feocromo- 2. IV espacio intercostal, sobre el borde ester-
citoma. nal izquierdo.
250 Semiología médica y técnica exploratoria

DI cuerpo cuyo potencial nos interesa conocer


(puntos R [brazo derecho], L [brazo izquierdo],
F [pie], puntos precordiales 1, 2, 3, etc.), mientras
que el otro (electrodo indiferente) corresponde a
un potencial cero. De tal forma conectadas las
derivaciones, el electrocardiógrafo sólo registra
los potenciales que se originan debajo del elec-
trodo explorador, mientras que las derivaciones
clásicas bipolares exploran las diferencias entre
los puntos correspondientes a los dos electrodos;
así, la derivación 1 nos señala la diferencia de po-
tencial entre el brazo derecho y el brazo izquier-
do; en cambio, la VR (monopolar del brazo de-
recho) sólo explora los potenciales del brazo
Dil derecho. Wilson y Goldberger obtienen dicho
electrodo de potencial nulo reuniendo en una
sola conexión los tres cables provenientes de las
derivaciones de extremidades, basándose en la
«ley básica de Kirchoff», según la cual la suma
de las tres derivaciones de un campo magnético
es igual a cero (fig. 3-20). Wilson coloca en cada
conexión de la central terminal una resistencia
de 5.000 Q y Goldberger quita las resistencias y,
Fig. 3-18. Esquema de las tres derivaciones más además, deja libre de la central terminal el cable
usuales en el ECG. del brazo que vamos a explorar. Con la técnica
de Wilson, recogemos VR, VL, VF, y, con la de
Goldberger, aVR, aVL, aVF (a = aumentada) con
3. Enla línea paresternal izquierda, a mitad de voltajes superiores en un 50 % a los obtenidos
la línea que une el punto 2 con el punto 4. por Wilson. Con esta técnica de central terminal
4. V espacio intercostal izquierdo, sobre la línea se recogen en clínica las derivaciones monopola-
medioclavicular. res de extremidades VR, VL y VF (Wilson) y
5. En la línea axilar anterior, al mismo nivel aVR, aVL y aVF (Goldberger) y las derivaciones
del punto 4. monopolares precordiales V1, V2, V3, V4, V5,
6. Enla línea axilar media, al mismo nivel que V6.
los dos puntos anteriores (fig. 3-19). Las derivaciones bipolares clásicas de Einthoven
(DI, DIL, DIID, en su voltaje y forma, son el resul-
Se entiende por derivaciones unipolares o mono- tado de la suma algebraica de las monopolares de
polares (simbolizadas con la inicial V [V = volta- los miembros:
je]) aquellas en que un electrodo, llamado «elec-
trodo explorador», se sitúa en el punto del DI = VL--VR); DI = VF-VR; y DI = VF-VL.

Derivación 1

Derivación |!

F Derivación II!

Fig. 3-19. Puntos de referencia para las derivaciones precordiales.


Cardiología. Angiología 251

R 1,3
5.000 Q

1.0
9
0

| T
$=
| A 0,5 >
P Ú
-

Qs 0,0
0 0,1 02 03 04 05 06 0,7 058
Fig. 3-20. Esquema del electrodo de potencial ceto, Segundos
ideado por Wilson y cols.
Fig. 3-21. Duración y altura de los accidentes del
ECG normal.

Las derivaciones esofágicas son útiles para el diag- 3. Complejo CIRS. Expresa la activación O
nóstico del infarto de la cara posterior y pata po- despolarización ventricular. $e mide desde su cu-
ner de manifiesto la onda P cuando no se ve bien mienzo (Q o R) hasta su final (R o S) y se valora
en los registros clásicos (fibrilación auricular). el que presenta mayor duración en cualquiera de
En la electrocardiografía cavitaria (Lenegre), se las derivaciones; mide entre 0,06-0,10 s?”.
utiliza una sonda especial, cuya extremidad va
provista de una terminación metálica que desem- 4. Segmento ST. Corresponde al período en
peña el papel de electrodo. Un conductor aislado, que el miocardio está contraído, despolarizado,
que transcurre en el interior de la sonda, conecta sin actividad electrica.
esta pieza con el aparato. Así pueden obtenerse 5. Onda T. O repolarización ventricular.
los potenciales eléctricos endocavitarios, cuya 6. Onda «4». Aparece, a veces, a continua-
morfología varía según la localización del elec- ción de T, teniendo poco valor diagnóstico.
trodo, lo cual permite situarlo con precisión. Sir- El espacio TP señala la diástole eléctrica.
ve, además, para precisar el curso de los estí- El espacio QT proporciona el valor cronométri-
mulos en las paredes ventriculares, aportando co del ventriculograma completo, complejo rápi-
indicaciones sobre los mecanismos de los blo- do QRS y complejo lento ST-T. Comprende,
queos de rama y extrasístoles. pues, el tiempo de activación más el de recupera-
Existe, también, una electrocardiografía telemé- ción ventriculares y representa la llamada «sístole
trica en la que el trazado se obtiene sin que el pa- eléctrica» que, hasta cierto punto, corresponde a
ciente y el aparato registrador estén unidos por la sístole mecánica. Varía con la frecuencia. Valo-
un hilo eléctrico. res promedios: 0,40 s en el hombre y 0,44 s en la
Fotocopíiar sin autorización es un delito.

mujer.

ECG normal "Dentro de la duración global del ARS, se distinguen las


parciales de la onda Q (0,03 seg) y del tiempo de deflexión in-
Consta de (fig. 3-21): trinsecoide marcado por el punto en que la rama ascendente R
cambia con brusquedad de sentido cayendo a la línea isoeléc-
1. Onda P. Que corresponde a la activación trica por llegada del estímulo al epicardio subyacente y al elec-
trodo explorador. Se mide desde el comienzo de la primera
auricular. onda, ya sea positiva o negativa, del complejo QRS hasta el
2. Intervalo P-(Q (o P-R). Entre el comienzo vértice de la onda R. El ventrículo izquierdo (por su mayor gro-
de P y el de ORS; señala el tiempo de conducción sor) tiene un tiempo de deflexión mayor que el ventrículo dere-
S.A.

auriculoventricular (del nódulo sinusal de Keith- cho, 0,05 s en las precordiales izquierdas; 0,03 s en las precor-
diales derechas.
Flack hasta el de Aschoff-Tawara); su duración
O MASSON,

Su estudio permite juzgar sobre el grosor, retardo de acti-


se relaciona con la frecuencia cardíaca; mide en- vación de un ventrículo y trastornos de conducción por el siste-
tre 0,12 y 0,20 s. ma de His-Tawara.
Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 3-22. ECG normal.

Forma del ECG normal Cuando la célula está enteramente activada o


despolarizada, no existen diferencias de poten-
Varía según las derivaciones (fig. 3-22); para cial entre el interior y el exterior de la célula, ni
comprender el motivo, se precisan algunas no- entre los diferentes puntos de la membrana.
ciones elementales de bioelectricidad. Durante la recuperación o repolarización, rea-
La activación celular se acompaña de fenóme- parecen las cargas positivas en la superficie de la
nos eléctricos. Durante el reposo, la célula tiene célula, normalmente en el lugar donde comenzó la
la membrana polarizada; esto es, se halla provis- activación. Entre la parte todavía activada y la re-
ta de cargas positivas en su superficie externa y polarizada hay diferencias de potencial (el galvanó-
aparejadas cargas negativas en su superficie in- metro registra una corriente de sentido contrario a
terna, constituyendo cada pareja de cargas de sig- la obtenida en el curso de la despolarización, que
no contrario un «dipolo». cesa cuando la célula queda toda ella repolarizada).
Si se sitúa un microelectrodo registrador en el El proceso de recuperación es más lento que
interior de esta célula en reposo, éste no señala el de activación; por tal motivo la onda que co-
diferencias de potencial e inscribe una línea isoe- rresponde a la fase de despolarización es más
léctrica. acentuada y súbita (onda rápida) que la corres-
Al activar un extremo de esta célula, la mem- pondiente a la repolarización (onda lenta).
brana se despolariza desapareciendo los dipolos. Cuando una fibra muscular activada está su-
La parte activada es negativa con respecto a la to- mergida en un medio conductor, se observa una
davía por activar. distribución de potenciales comparable a la de un
Si se sitúan dos electrodos en la superficie de dipolo eléctrico orientado con su polo positivo
la célula, uno en la zona aún no excitada (electro- hacia delante en la despolarización (la onda de
positiva) y otro en la que acaba de serlo (electro- excitación avanza a lo largo de la célula con la
negativa) se registra una corriente llamada «de carga positiva en cabeza y la carga negativa en
acción». la cola); durante la repolarización ocurre lo con-
Cardiología. Angiología 253

trario y la onda avanza con la carga negativa en gativos (deflexión descendente) por recoger las
cabeza y la positiva en la cola”. cargas negativas de la fibra excitada.
De esta orientación particular del dipolo du- Los otros electrodos registran las deflexiones
rante las dos fases de la actividad celular eléctri- negativas o positivas, según se encuentren situa-
ca, depende del potencial positivo y negativo re- dos en el lado excitado o en el opuesto.
cogido por un electrodo explorador situado en el Los que se encuentran cerca de la línea per-
medio conductor, cerca de la célula activada. pendicular al eje eléctrico del dipolo (potencial
Imaginemos una fibra muscular (dipolo eléc- cero) registran deflexiones mínimas.
trico) situada en un medio conductor y excitada Cuando la excitación ha invadido toda la cé-
por su extremidad izquierda. Los electrodos «ex- lula, no se observa ninguna diferencia de poten-
ploradores» están situados sobre una circunfe- cial en el medio conductor; en la fase de su repo-
rencia de 30 en 30% y unidos a la extremidad larización, el sentido de las deflexiones recogidas
superior de la cuerda del galvanómetro. Los elec- por los electrodos se invierte.
trodos indiferentes se hallan en relación con el Estas nociones tienen su aplicación clínica. El
polo negativo del galvanómetro. corazón puede considerarse como una pila galvá-
Las variaciones de potencial más importantes nica que genera potenciales eléctricos, los cuales
son registradas por los electrodos DD y 1% situa- se distribuyen por el medio interno (medio con-
dos en el eje eléctrico del dipolo; el primero ex- ductor) y se captan en los puntos donde coloca-
perimenta potenciales positivos (deflexión ascen- mos los electrodos al objeto de generar las defle-
dente), por recoger las cargas primitivas de la xiones del trazado electrocardiográfico.
onda de activación, y el segunda, potenciales ne- La excitación cardíaca parte del nódulo sinu-
sal. Los dipolos de activación, con el polo positi-
vo en cabeza y el negativo en la cola, se expan-
den por la superficie del casquete auricular
Supongamos un medio conductor homogéneo y de gran (como la lluvia sobre un paraguas) y por el septo
extensión donde llegan dos hilos metálicos aislados, próximos
y en conexión con los polos de una batería. Las dos extremida-
interauricular; los primeros terminan en el anillo
des forman un «dipolo eléctrico» con un polo positivo (ánodo) fibroso que separa las aurículas del ventrículo;
y otro negativo (cátodo). Alrededor del ánodo y del cátodo se los segundos alcanzan el nódulo auriculoventri-
crean campos de fuerzas eléctricas positivos y negativos, res- cular y, a lo largo de las ramas del fascículo de
pectivamente.
Estos campos positivos o negativos pueden ser estudiados
His, las paredes ventriculares. La resultante eléc-
por medio de un galvanómetro, situando el electrodo explora- trica de todas las propagaciones a lo largo de
dor en diversos puntos del medio conductor y el electrodo indi- la aurícula da lugar al «eje eléctrico o vector auri-
ferente en un punto lejano y no influido por los campos de cular» (AP), que se dirige hacia abajo y a la iz-
fuerza. Desde el punto de vista práctico, es útil retener que:
quierda.
1. El campo es simétrico con relación a la línea que pasa La activación del ventrículo tiene varios vec-
perpendicularmente entre las dos cargas del dipolo. Esta línea
es isopotencial, con un valor potencial igual a cero.
tores, así, el del tabique interventricular, el más
2. La línea perpendicular a la precedente y que pasa por precoz, que se dirige de izquierda a derecha del
los dos polos del dipolo (eje eléctrico) es la que experimenta las tabique; el del ventrículo derecho (VD) y el vec-
mayores diferencias de potencial. tor ventricular izquierdo (VÍ), que van, respecti-
3. El potencial del punto donde está situado el electrodo
vamente, hacia la derecha e izquierda. El vector
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explorador depende del ángulo formado por la línea de deriva-


ción (recta que lo une con el centro del dipolo) con la línea que resultante de toda la activación ventricular
une los dos polos del dipolo (ángulo). Los diferentes puntos (AQRS) se dirige hacia abajo y a la izquierda, con
equidistantes del dipolo disminuyen de potencial al aumentar una inclinación normal de 45? (fig. 3-23).
este ángulo y alcanzan un valor nulo a los 90% (línea perpendi-
cular al eje eléctrico del dipolo) y máximo a los 0? (línea de de-
Si colocamos un electrodo explorador sobre la
rivación coincidente con el eje eléctrico del dipolo). superficie torácica derecha (V1-V2), captamos
4. Los dipolos son vectores, esto es, fuerzas dirigidas en primero las cargas positivas de la suma de los
el espacio. Tienen una magnitud que depende del momento vectores de activación del tabique y del ventrícu-
eléctrico del dipolo, una dirección que es la del eje del diodo (la
recta que une las dos cargas) y un sentido señalado por la posí-
lo derecho (1) y a continuación el vector más am-
ción de la carga positiva. Cuando hay varios o muchos dipolos plio de activación del ventrículo izquierdo (S),
simultáneos, sus vectores se suman y dan un vector resultante obteniendo la imagen (o patente) de r/S, básica
S.A.

que constituye el eje eléctrico del proceso de activación o re- del ventrículo derecho; si colocamos el electrodo
cuperación. Los vectores se representan mediante flechas. Las
O MASSON,

sumas de las direcciones de las fuerzas electromotrices del co-


explorador sobre la superficie torácica izquierda
razón proyectadas en un plano del cuerpo integran el vectocar- (V5-V6), captamos primero las cargas negativas
diograma. de la suma de los vectores de activación del tabi-
254 Semiología médica y técnica exploratoria

A Cc

Fig. 3-23. Derivaciones monopolares de las extremidades en los cambios axiales de QRS. A) Normal. B) Eje ver-
tical. C) Eje horizontal.

que (q) y del ventrículo derecho, y a continua- La rotación en sentido «horario» motiva una
ción se capta una R de gran voltaje por la activa- traslación de la masa ventricular derecha hacia
ción o despolarización del ventrículo izquierdo, un plano anterior y lateral izquierdo, dando lugar
obteniendo la imagen (o patente) de qkR básica a que las patentes derechas (1/S), que habitual-
del ventrículo izquierdo. En V3-V4 (zona ecuato- mente se registran en V1-V2, se capten en V3-V4
rial), se capta la misma masa ventricular derecha e incluso en V3-V6 si la rotación es acentuada;
que izquierda, R/S. las patentes izquierdas (qR) de V5-VÓ se trasla-
Todas las derivaciones periféricas (clásicas y dan hacia el plano axilar posterior. En aVR, se
monopolares de miembros) exploran el mismo pasa de rS a Qr y qR cuanto mayor sea la rota-
fenómeno eléctrico cardíaco; no existen diferen- ción, representando el voltaje de la R la masa
cias esenciales. Lo que cambia es la «línea de de- ventricular izquierda que, al ocupar un plano
rivación». Tomando como ejemplo las monopo- posterior, ofrece las cargas positivas de sus vec-
lares de miembros (VR, VL, VE), vemos que VR tores de activación al brazo derecho.
presenta todas las ondas negativas porque de ella En la rotación «antihoraria», la masa ventricu-
se aleja tanto el vector auricular como el ventri- lar izquierda se traslada de un plano axilar y pos-
cular; en cambio, VL y VF recogen potenciales terior a otro más anterior, y aparecen las paten-
positivos, por dirigirse hacia ellas dichos vectores tes izquierdas (qR) propias de V5-V6, en V4-V3
y recogen, por tanto, la forma y voltaje de éstos. e, incluso, V2,
Las derivaciones precordiales se dividen en 2. Alrededor de su eje anteroposterior. El corazón
derechas (V1, V2), izquierdas (VS, V6) e interme- tiende a hacerse horizontal o vertical; en el primer
dias o ecuatoriales (V3, V4). caso (suele coexistir rotación antihoraria) el ventrí-
culo izquierdo se enfrenta a aVI. (que recoge elec-
tivamente su potencial eléctrico) y se obtiene una
Posición del corazón en el tórax patente de qR. En aVE, se registra la patente 1/5
del ventrículo derecho. En el corazón vertical (sue-
Puede variar en el sujeto normal, influyendo le coexistir con rotación horaria), aVF (que enfren-
en la forma del ECG, al poner partes distintas de ta la cara diafragmática) recoge los potenciales del
la superficie cardíaca frente a los puntos inamo- ventrículo izquierdo (qR), y aVL la patente de rS$.
vibles de las diferentes derivaciones. Si el corazón está horizontalizado (qR en aVL) y la
Las variaciones de posición se operan por la rota- punta se ha levantado hacia delante, la aVF recoge
ción del corazón: también vectores de activación de masa ventricu-
lar izquierda, dando patente de qR (corazón hori-
1. Sobre el eje longitudinal (de la base a la pun- zontalizado con vértice hacia delante).
ta). La rotación puede hacerse en sentido horario
(a la izquierda y hacia atrás), con una mayor por-
ción de ventrículo derecho en el plano frontal, o Si el paciente se halla acostado de espaldas, y un observa-
dor mira su corazón desde una región situada por debajo del dia-
antihorario (de atrás adelante y de izquierda a fragma, comprobará que la rotación anterior del ventriculo dere-
derecha), con una mayor exposición frontal del cho alrededor del eje mayor hace que el mencionado ventrículo
ventrículo izquierdo (figs. 3-23 y 3-24)”. se mueva en la misma dirección que siguen las agujas del reloj.
Cardiología. Angiología 255

zOntal
Bor
Vértice hacia atrás

Vértice hacia dela

Fig. 3-24, A y B) Rotación del corazón alrededor de su eje longitudinal, en sentido horario y antihorario. € y D)
Alrededor de su eje anteroposterior. E y F) Alrededor de su eje transversal.

3. Según el eje transversal (derecha a izquier- a) La P mitralis, propia del predominio de la


da, o viceversa). El vértice o punta puede rotar aurícula izquierda. Es ancha (0,12 s), binodal en
hacia delante y arriba o hacia atrás y abajo. En el DEDII y positiva negativa en V1, con una negati-
primer caso, aVE presenta un cuadro qR. (masa vidad a veces importante (fig. 3-25).
ventricular izquierda); en la rotación hacia atrás, b) La P pulmonalis, de alto voltaje en DIT (su-
aVF presenta un cuadro rS o RS, por enfrentar pera los 2,5 mm), DIIL, VF y puntiaguda. En V1
masa ventricular derecha o ecuatorial. se hace positiva o picuda o tiene discreta negati-
vidad terminal. Señala predominio auricular de-
Otras posiciones pueden presentarse en con- recho (fig. 3-26).
diciones normales o por causas patológicas di-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

versas. 2. Intervalo PQ. Se encuentra alargado (0,2 s,


límite máximo normal) en los bloqueos simples
auriculoventriculares y acortado (por debajo de
Alteración de los elementos 0,10 s, límite mínimo normal) en la extrasistolia
que integran el ECG auricular y en el síndrome de Wolff-Parkinson-
White. El desnivel de PQ se señala en los infartos
Anomalías del complejo auricular auriculares. Un desnivel negativo inferior a 1 mm
puede deberse a la onda Ta (repolarización auri-
1. Onda P. Pueden referirse a su altura (on- cular).
“da grande, pequeña, aplanada, negativa), forma
S.A.

(apuntada, en meseta, con muescas, bífida, difá-


Anomalías del complejo ventricular
O MASSON,

sica), duración, etc.


Clínicamente, tienen importancia dos tipos de
onda P: 1. QRS:
256 Semiología médica y técnica exploratoria

| ! 1 aVR a VL avF

Na darlo YAA PM Jada

Yi v2 v3 v4 5 v6

— eY — AlAN -
Fig. 3-25. Onda P mitralis: ancha, de vértice romo y con melladuras.

hi mi aVR aVF

Ada a
TT Hi
v2 va V4 V6

TT Fig. 3-26.
vr
Onda P pulmonalis: estrecha de base y vértice agudo.

a) Voltaje. Se aceptan como límites norma- rama, en las extrasístoles e hipertrofias ventri-
les los de 0,6 y 2 mV”. Cuando las deflexiones culares.
del trazado son, en las tres derivaciones, inferio- b) Anchura (normal: 0,1). Su aumento señala
res a 0,5 o superiores a 2 mV, hablamos de trastornos en la conducción intraventricular,
complejo de bajo voltaje y de alto voltaje, res- como bloqueo de ramas, extrasistolia ventricular,
pectivamente. Se trata de un hecho patológico. crecimientos ventriculares.
El pequeño voltaje aparece en el mixedema, de- c) Engrosamiento, ondulaciones y melladuras.
rrame de pericardio, trastornos extensos del Para que tengan valor patológico se les exigen
miocardio, enfermedad de Addison, etc.; el au- ciertas condiciones, como que deben presentar-
mento de voltaje es corriente en los bloqueos de se distanciadas de la línea isoeléctrica y en com-
plejos amplios, ya que, en ocasiones, en com-
plejos de poco voltaje (por desviaciones axiles,
“Milivoltio (mV) es la estandarización universal para juz- etc.) pueden presentarse cercanos a la base en
gar el valor de los complejos. Cuando se indica 1 mV de co- corazones normales. También deben presentar-
rriente en el galvanómetro del electrocardiógrafo, la aguja del
mismo, en los aparatos de registro directo, se desplaza 1 cm de se, por lo menos, en dos derivaciones distintas.
la línea de base (isoeléctrica), o el haz luminoso en los fotográ- Una forma especial del complejo ventricular la
ficos. constituyen las formas trifásicas en M o W con
Cardiología. Angiología 257
vi v2 v3 va v5 v6

Hs
Fig. 3-27. Onda T gigante por hiperpotasemia.

amplitud muy disminuida (complejos raquí-


ticos).
eva) Onda Q. Es pequeña y representa la acti-
vación del tabique. Se presenta en V5-V6 y en
aVL o aVF, según la posición del corazón. Tiene
valor para el diagnóstico de determinados infar-
tos de miocardio, Falta en V5-V6 en los bloqueos
de rama izquierda.
e) Onda S, Tiene más voltaje normalmente v3
en las derivaciones precordiales (V1-V2) y en los
casos de hipertrofia ventricular izquierda; en
aVL, V5, V6 y DI puede, en casos de bloqueo de
rama derecha, presentar cierto grado de empasta-
miento y mayor anchura (bloqueo de la S o de
Wilson).
Fig. 3-28. Onda T de gran voltaje y picuda por hi-
3. Espacio ST. Este intervalo isoeléctrico, pervagotonía.
puede desnivelarse (ascenso, descenso) o defor-
marse en cúpula o cubeta. Los desniveles infe-
riores a 1 mm no tienen valor. Generalmente, miocarditis, en la miocardiosclerosis y en la hi-
coexiste con anomalías de la onda T. Sus altera- popotasemia; la onda T difásica que, de no co-
ciones más notorias se citan en las intoxicacio- rresponder a las descritas anteriormente con los
nes digitálica (descenso de ST y aplanamiento, trastornos de ST, se valora como T plana o nega-
bifasismo o inversión de T) y quinidínica, extra- tiva. La onda T3 invertida y asimétrica se presen-
sistolia, bloqueos intraventriculares, infarto de ta en los tipos izquierdos y no tiene significación
miocardio, pericarditis en fase aguda, curvas de patológica.
sobrecarga (por hipertrofia ventricular), corazón
pulmonar agudo y algunos procesos infeccio-
sos (reumatismo poliarticular agudo, neumonía Utilidad práctica del ECC
aguda, etc.),
4. Onda T. Al describir las ancmalidadés de Radica en su valiosa información sobre los
ST ya hemos insistido sobre algunas de T. Entre trastornos del ritmo (arritmias) y conducción (blo-
¿ las no citadas, describiremos el aumento de la queos) cardíacos; sobre la insuficiencia coronaria
onda T, frecuente en los niños, en el hipertiroi- (prueba de esfuerzo) y existencia, localización y
dBismo, en la hiperpotasemia (fig. 3-27) y vagoto- curso evolutivo de los infartos, a los que diferen-
a 3 3-28); el aplanamiento de la ondaT en el cia de la pericarditis y de todos aquellos procesos
lismo, en la pericarditis, en algunas que se acompañan de precordialgias. Informa,
258 Semiología médica y técnica exploratoria

además, sobre el grado de hipertrofia cardíaca y auriculoventricular), la onda l' es negativa en aVE
curvas de sobrecarga, etc. y positiva en aVK; si es nodal inferior, la P es po-
sitiva en aVP y negativa en aVR; cn cl ritmo no-
dal medio, no se forma la onda P.
Trastornos del ritmo O, Arritería extrasistólica. Resulta de la presen-
cia de unas contracciones cardíacas prematuras
Son las denominadas arritmias%: (cxtrasistoles) que se producen en cualquier puele
del sistema de excitación cardiaca (heterotopta) O
1. Taquicardia sinusal (frecuencia superior a en plenas masas musculares auriculares o ventri-
90-100 c/min). Acortamuento del espacio diastól:- culares,
co, lo que hace que la onda P tienda a acercarse a Las extrasistoles pueden ser, según su lugar de
la onda T precedente, a la que puede deformar origen, supraventriculares (auriculares, nodales) y
por superposición. La forma y sentido de los ventriculares (derecha, izquierda); por su forma de
complejos auriculoventriculares son normales, presentarse, nemadas (alorritmia), agrupadas (en
con OT menos ancho. El segmento Yi aparece a salvas), y segón ndzcda o no en el musiño foco, mo"
menudo por debajo de la línea isoeléctrica, notópicas y politópicas.
2. Bradicardia sinusal (reno inferior a 60 c/min). Se dice que existe una «pausa compensadora
Alargamiento del espacio diastólico. Forma y scnt- completas (propia de las cxlrasistules ventiicula:
do de los complejos auriculoventriculares normales, ros) cuando el imborvalo comprendido cr la con

Espacio PR. o PQ, superior a 0,12 3. tracción que precede a la exlrusistole y La que la
3. Arritmía sinusal respiratoria. La frecuencia sigue es igual al doble del intervalo que separa
del ritmo cardíaco guarda relación con la fase res- dos contracciones simusales, si es menor (extras
piratoria; se acelera durante la inspiración y se te síistoles aniculaces) se liabida de «pausa comper-
tarda en la espiración. Los complejos auriculoven- sadora incompleta».
triculares son normales. Se encuentra en lacrantes, Cuando la extrasisrole ac sitúa a igual distan-
jóvenes y adultos con labilidad vegetativa, cia de las contracciones sinusales que la preceden
4. Ritmo nodal*. Puede ser nodal superior, y siguen se lama «interpolada».
nodal inferior o nodal medio. En el primer caso Son tres los elementos que caracterizan toda
(la activación se inicia en la parte alta del nódulo extrasístole, el acoplamiento (que es el intervalo
que la extrasistole dista del complejo normal pre-
cedente, y se mide por la distancia entre el pico
de las R; cuando esta distancia es siempre la mis-
ma, se dice que las extrasístoles son de «acopla
PEl vtuno cardiaco puntal puede sel alterado, bien pur
miento [ijos», y cuando es variable, que son de
trastomos en la formación de los estímulos, bien porque surjan
obstáculos en su conducción. sacoplamiento deslizante»); la morfología de los
Los trastornos de la formación de estimulos pueden consis- complejos (depende del lugar de origen del estado
tir en que; de conductibilidad o excitabilidad del miocar-
1. Aun formándose dichos estimulos normalmente en el dio), y la pausa compensadora (que es cl intervalo
seno auricular, se produzcan por exceso (taquicardia sinusal) o comprendido entre la extrasistole y el complejo
por defecto (bradicardia sinusal).
ventricular normal que le sigue; guarda relación
2. Formados en el seno auricular, lo son en forma irregu
lar (arritmia sinusal). con la activación retrógrada, que llega al nódulo
3. Los estímulos no se forman en el nódulo sinusal, sino sinusal y lo descarga):
en otros centros (estimulación heterotópica) que han adquirido
el mando del corazón. Surgen entonces contracciones y ritmos
aj Fxtrasistoles auriculares. Ónda P prematura
ectópicos, como los ritmos nodales, extrasistoles, taquicardia
paroxistica, aleteo y Abrilución aunculures. y de morfología anormal (dentada, bifásica, ne-
gativa). El espacio PR está acortado (tanto más
Los lrasturnos de la conducción del estímulo pueden locali-
zarse:
1. Entre el seno y la aurícula (bloqueo sinoauriculan).
2. En el trayecto de aurículas y ventrículos (bloqueos au- lo que este último entra en juego y asume la regulación del rit-
riculoventriculares). mo cardíaco. El ritmo nodal es, pues, «pasivo» y de frecuencia
3. Enlas ramas o arborización del sistema específico (blo- baja, por proceder de un centro inferior al normal; cuando el
queos de rama). nódulo auriculoventricular se irrita con automatismo más ele-
14Se observa cuando el nódulo sinusal, disminuido su auto- vado que el propio del nódulo sinusal, motiva un ritmo nodal
matismo (vagotonía, digital, quinidina, etc.), alcanza una fre- «activo», que a veces constituye un tipo particular de taquicar-
cuencia inferior a la propia del nódulo auriculoventricular, par dia paroxística

=>
Fig. 3-29. Extrasistolia auricular bigeminada.

cuanto más cerca se encuentra el foco heterotó- tópico está situado en el ventrículo derecho, re-
pico del nódulo auriculoventricular), con ARS meda la imagen del bloqueo de rama izquierda;
normal. Suele ir seguido de una pausa compensa- si en el ventrículo izquierdo, el de rama derecha,
dora incompleta (fig. 3-29). con la diferencia de que en aquéllas faltan las on-
b) Extrasístole modal. Complejo ORS prema- das P, presentes en los bloqueos de rama (fig. 3-
turo, no ensanchado, con onda P invertida y si- 30).
tuada inmediatamente antes del complejo QRS Estas extrasístoles ventriculares suelen presen-
(extrasístole nodal superior), durante el mismo tarse aisladas o a intervalos regulares, provocan-
mellando la R (extrasístole nodal media) o des- do una «arritmia riemada» o «alorritmia», como
pués (extrasístole nodal inferior). El intervalo PQ en los casos de ritmo bigeminado (un complejo
está acortado. auriculoventricular normal y una extrasístole (fig.
c) Extrasístoles ventriculares. Son las más fre- 3-31)), trigeminado (dos sístoles normales y una
cuentes. El complejo GRS prematuro está ensan- extrasístole) (fig. 3-32) y cuadrigeminado (cuan-
chado (0,10 s), a veces mellado, no precedido de do a tres sístoles normales sigue una extrasísto-
onda P y seguido de una onda T ancha y de sen- le). A veces, las extrasístoles son más frecuentes
tido opuesto a la R. Pueden ser interpoladas, es que las contracciones normales; así, si a una con-
decir, intercaladas entre dos sístoles normales, tracción normal siguen dos extrasístoles, habla»
sin trastornar el ritmo sinusal, o ir seguidas de mos de ritmo trigemelar; si tres, cuadrigemelar.
una pausa compensadora completa. Si el foco ec- Las «extrasístoles en salvas», o agrupación de ex-

Fig. 3-30. Extasistolia ventricular aislada.


O MASDON.

Fig. 3-31. Extrasistolia ventricular bigeminada en un enfermo no digitalizado.


260 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 3-32. Extrasistolia ventricular ritmada; dos complejos ventriculares sinusales y una extrasístole (ritmo trige-
minado).

trasístoles consecutivas, constituyen un esbozo d) Taquicardias paroxísticas. Son crisis de ta-


de taquicardia paroxística. Las extrasístoles mo- quicardia (frecuencia superior a 180 s/min) de
notópicas tienen la misma forma, sentido y aco- aparición y desaparición súbitas. Son de origen
plamiento en una misma derivación, las de focos heterotópico y pueden ser supraventriculares
múltiples son, por el contrario, de forma, sentida (auricular, nodal) y ventriculares.
y acoplamiento distintos, leídas en la misma de- En la supraventricular, la frecuencia es regular
rivación (fig. 3-33). y varía entre 180-200 s/min; las ondas P están

Fig. 3-33. Extrasistolia ventricular de focos múltiples.

Fig. 3-34. A) Brote de taquicardia paroxística supraventricular, frecuencia ventricular a 180 s/min. B) Cese de la
taquicardia,
Cardiología. Angiología 261

aplanadas o disimuladas en la onda T que le pre- lento, idioventricular, de 40-30 pulsaciones. Si al-
cede; el complejo QRS es normal, al menos al co- ternan los tipos 2/1, 3/1, 4/1 se obtiene un ritmo
mienzo de la crisis (fig. 3-34). La discriminación irregular (flúter variable irregular).
entre los tipos auricular y nodal es, a veces, difícil El aleteo puede combinarse con la fibrilación,
y no tiene importancia práctica. dando lugar al fibriloflúter o fibriloaleteo.
En la ventricular se suceden, casi siempre de D Fibrilación ventricular. En ella, los ventrícu-
manera regular, complejos ventriculares atípicos los tienen una serie de focos heterotópicos que
del tipo de las ya citadas extrasístoles ventricula- emiten estímulos simultáneamente, lo cual crea
res, ya sean de forma y sentido iguales (taquicar- unas contracciones parciales y desordenadas sin
dia paroxística ventricular monomorfa) o de for- eficacia hemodinámica, por lo que los ventrícu-
ma, sentido y tamaño diferentes (taquicardia los dejan de expulsar sangre y el enfermo tiene
paroxística ventricular polimorfa); las ondas P un síncope.
(cuya frecuencia es independiente de la taquicar- En el electrocardiograma vemos la rápida su-
dia ventricular) son difíciles de reconocer, aun cesión de ondas muy deformadas (como extrasís-
buscándolas con cuidado; su identificación ase- toles ventriculares polimorfas y muy atípicas).
gura el diagnóstico. Generalmente, se presentan en enfermos con
e) Fibrilación y aleteo (flúter) auricular*. En la extrasistolias ventriculares previas en miocardios
fibrilación faltan la ondas P, reemplazadas, en gravemente alterados, y no es raro que se desen-
una o muchas derivaciones, por una serie ininte- cadenen tras la inyección de digital intravenosa.
rrumpida de pequeñas y rápidas ondas irregula- El flúter ventricular es un estado previo a la fi-
res (400-600/min) en su forma, amplitud y du- brilación con ondas de más voltaje y a distancias
ración (ondas F,F,F) que corresponden a la iguales entre sí; a veces es transitorio, sin desem-
actividad fibrilatoria auricular. El ritmo ventricu- bocar en la fibrilación.
lar es en absoluto irregular (arritmia completa), con
complejos ARS normales, si la conducción intra-
ventricular no se encuentra alterada (fig. 3-35). Trastornos de la conducción
En el aleteo (fFúter) auricular (sobre todo visi-
ble en V1-V2) hay una sucesión rápida de ondas El bloqueo puede ser orgánico o funcional
FF (unas 300/min), regulares en su forma, ampli- (vagotonía, hipertensión endocavitaria, en la fi-
tud y duración (fig. 3-36), con complejos ventri- brilación o aleteo auricular, etc.); permanente o
culares normales (por ser el estímulo supraventri- transitorio; completo o parcial.
cular), con una frecuencia variable según pasen Según el lugar donde radica el obstáculo a la
todos los estímulos auriculares al ventrículo (ta- transmisión normal del estímulo, hablamos de
quicardia paroxística por flúter 1/1) o sólo en parte, bloqueo sinoauricular, auriculoventricular, O
por bloqueo funcional del fascículo de His, con de rama:
frecuencia del pulso de 150, 100, 75 s/min (flúter
tipo 2/1, 3/1, 4/1). El flúter puede ser regular 1. Bloqueo sinoauricular. El impulso sinusal no
cuando el número de ondas F es siempre el mis- alcanza la aurícula. Su característica es la falta de
mo (2/1, 3/1 6 4/1) y las distancias entre los com- contracción cardíaca, con una pausa diastólica
plejos ORS es la misma; e irregular cuando el nú- doble de lo normal.
delito.

mero de ondas F varía en cada ciclo cardíaco 2. Bloqueo auriculoventricular. El estímulo auri-
(pasa de 3/1 a 4/1, 2/1, 5/1, etc.), alterando las
un

cular alcanza con dificultad el ventrículo. Se dis-


es

distancias entre los complejos QRS. En el caso de tinguen las siguientes variedades:
sin autorización

bloqueo total hisiano, se observa ritmo auricular


elevado (300 c/min) contrastando con el pulso a) Bloqueo auriculoventricular simple. El esti-
mulo circula con lentitud entre la aurícula y el
ventrículo, que al final alcanza. Hay alargamien-
Fotocopiar

“La fibrilación y el aleteo auricular pueden ser considera-


to de PA superior a 0,2 seg (máximo normal).
dos dos variedades de la taquicardia supraventricular. El estí- para una frecuencia media de 70-80 c/min.
mulo heterotópico procede de una serie de excitaciones anor- Se observa en sujetos vagutónicos y de rmane-
S.A.

males en las aurículas. El ritmo es regular y muy rápido en el ra casi constante en la difteria, reumatismo po-
aleteo o flúter (taquisistolia auricular) e irregular en la fibrila-
MASSON,

ción, en los dos casos el músculo no presenta, en ningún mo-


liarticular agudo e intoxicación digitálica. Repre-
mento, reposo eléctrico. Fibrilación y aleteo pueden presentar- senta el primer signo infraclínico de afectación
se en forma de crisis. miocárdica.

262 Semiología médica y técnica exploratoria

Fibrilación auricular.

Fig. 3-36. Ondas FFFF de flúter. 13

b) Bloqueo auriculoventricular incompleto. La — Tipo II. El espacio PQ es fijo y los latidos


conducción del estímulo a través del fascículo de fallidos se presentan irregularmente y de modo
His se interrumpe de vez en cuando, con el fallo imprevisible. A veces, adoptan el tipo 2/1 (los ac-
consiguiente de la contracción ventricular: cidentes de la primera revolución cardíaca son
normales; por el contrario, la segunda impulsión
— Tipo I, Existe alargamiento progresivo del sinusal activa únicamente las aurículas y falta la
espacio PQ hasta un valor máximo a partir respuesta ventricular, con el resultado de un rit-
del cual se interrumpe la transmisión con falta del mo ventricular lento y regular, con una frecuen-
complejo ventricular. Después de este fallo, el es- cia que es la mitad de la del ritmo auricular). Sin
pacio PQ se hace normal, para alargarse progresi- embargo, rara vez se realizan bloqueos de los ti-
vamente, y el mismo fenómeno de escape ventri- pos 3/1 ó 4/1, con ritmo ventricular muy lentoy
cular se reproduce periódicamente (períodos de regular.
Luciani-Wenckebach). Este alargamiento progre-
sivo de PQ es debido a una «fatiga» de las vías de <) Bloqueo auriculoventricular completo. La con
conducción auriculoventriculares que no llegan a ducción está interrumpida en el nódulo de As-
alcanzar su integridad funcional. chof£Tawara. La formación de estímulos se.en-
Cardiología. Angiología 263

Fig. 3-37, Bloqueo auriculoventricular completo. Frecuencia auricular, 100 s/min; frecuencia ventricular,
50 s/min.

cuentra asegurada por un centro de automatismo ocurre en la insuficiencia coronaria'e infartos, en


ventricular. Ondas P normales y rmente es- que es primario e independiente de la conduc-
paciadas, a la cadencia fisiológica de 60-80/min. ción (fig. 3-39).
El ritmo ventricular es lento, inmutable, solemne,
con una frecuencia inferiora 40 s/min, o menos. e) Sindrome de Wolff-Parkinson-White (WPW).
Los complejos ORST están tanto más alterados Consiste en un intervalo PQ acortado, de menos
cuanto más lejos se encuentra el centro del auto- de 0,1 s, con un ORS ancho y mellado, principal-
matismo ventricular del nódulo auriculoventricu- mente, en la rama ascendente de la onda R. A
lar (fig. 3-37). esta melladura se la llama «onda delta».
d) Bloqueos de ramas”: Se produce el síndrome de WPW, al pasar la
onda de excitación sinusal a través de un.haz
— Bloqueo de rama derecha (o de Wilson). muscular anómalo que une la aurícula derecha
Existe ORS ensanchado y mellado, con imagen con el ventrículo derecho, lo que acorta el inter-
de rSR' en VI-V2 y aVR y S ensanchadas en valo PQ (fascículo de Paladino-Kent). Las mella-
V5-V6, (bloqueo de la S) y en aVL o aVF, según la duras de ORS son debidas a la propagación
posición (vertical, horizontal) del corazón (Kg. 3-38). anormal de aquélla a través de tejido muscular
— Bloqueo de rama izquierda. Hay ensan- (fig. 3-40).
chamiento con melladuras de ORS, positivo en
las derivaciones situadas frente al ventrículo iz-
quierdo en aVF (corazón vertical) o en aVL (co- Isquemia subendocárdica
razón horizontal), V5, W6 (en las precordiales (insuficiencia coronaria)
derechas hallamos la imagen opuesta en sentido,
forma y ensanchamiento). La deflexión intrinse- Durante la crisis de angina de pecho (angor),
coide está retardada. se observa depresión del espacio ST, con aplana-
- El ST suele desviarse en sentido opuesto al miento e inversión de T en las derivaciones que
ORS (bloqueo de rama discordante)
o en el mis- enfrentan el epicardio y ascenso de ST en aVR,
mo sentido (bloqueo de rama concordante). En el que enfrentan el subendocardio (hipoxia suben-
primer caso, el desnivel de ST y T es secundario docárdica); si la hipoxia se prolonga, estas alte-
al trastorno de conducción, al contrario de lo que raciones eléctricas persisten durante semanas,
traduciendo la existencia de pequeñas áreas de
necrosis (infartos subendocárdicos), eléctrica-
mente indiferenciables de la hipoxia subendocár-
dica fugaz.
ME] grado más leve del trastomo de la conducción intraven-
tricular está representado por el simple ensanchamiento de
Como sea que un 25 % de enfermos con an-
- ¡QRS (duración superior a 0,08-0,11 s) que aparece mellado. Si gina de pecho tienen normal el ECG en reposo,
- una de las ramas aparece obstruida, la derecha por ejemplo, el se aconseja la práctica de pruebas que tienden a
impulso sinusal pasa por la izquierda, que está intacta, y activa demostrar que la reserva coronaria está disminui-
normalmente este ventrículo; en cambio, el ventrículo derecho,
cuya rama esta bloqueada, se activará con retraso, pues recibe
da. La más divulgada es la del esfuerzo; esta
¿el estímulo a través del tabique interventricular. Esta asincronía prueba no ofrece peligro alguno si el paciente se
¿de activación entre los ventrículos determina el característico detiene al aparecer molestias angoroides.
% ensanchamiento de ORS, que se hace superiora 0,12 s, Como signos de fallo coronario con isquemia
, Los bloqueos de rama pueden ser permanentes, pasajeros,
-paroxísticos e incluso alternantes, Su imagen recuerda las ex- subendocárdica, se citan la acentuación del volta-
trasístoles ventriculares derechas o izquierdas, pero en éstas, je de la T negativa de aVR, que se hace más picu-
0 faltan las ondas P presentes en los bloqueos de rama. da y simétrica que en reposo y la imagen especu-
264 Semiología médica y técnica exploratoria

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Fig. 3-39. Bloqueo de rama izquierda.
Cardiología. Angiología 265

Fig. 3-40. Síndrome de Wolff-Parkinson-White (WPW): PQ corto; QRS ancho.

lar en las derivaciones que enfrentan el epicardio de Smith». Por encima de la línea isoeléctrica,
(T positiva de mayor voltaje, más picuda y simé- esta onda tiene forma curvada de convexidad su-
trica). Si se produce una isquemia del epicardio, perior, que parte muy alto de la rama descenden-
se harán negativas las ondas T de las derivacio- te de R para dirigirse hacia la línea isoeléctrica,
nes que la enfrentan, Otras anomalías valorables donde termina después de haber englobado la
son aumento o aparición de extrasístoles, blo- onda T. Al cabo de unas horas, esta onda mono-
queos diversos y localización; es excepcional el fásica desciende progresivamente a la isoeléctrica
completo. y se produce una onda T de ramas simétricas y
vértice agudo y de sentido opuesto al desnivel de
ST (onda coronaria de Pardee). Estas lesiones son
Infarto de miocardio” reversibles, pero si la trombosis persiste y motiva
necrosis, aparecen ondas Q en las derivaciones
En el reciente, se observa el ascenso del espa- situadas ante la zona afecta.
cio ST en forma de la llamada «onda monofásica
La asociación de signos de isquemia (modifi-
cación de la T), de lesión (desnivel de ST) y ne-
"Los imágenes electrocardiográficas del infarto recogidas
por los electrodos situados frente a la pared miocárdica lesiona»
crosis (onda Q), constituye el cuadro eléctrico tí-
da dependen de múltiples factores, como son la situación y pico del infarto de miocardio.
extensión del infarto, rapidez de aparición de las lesiones histo-
lógicas, estado previo del miocardio, importancia de la circula- Los signos de lesión son los primeros en re-
ción colateral, etc.
gresar (días o semanas); después desaparecen los
SS

En la figura 3-41 se señalan las sucesivas modificaciones


electrocardiográficas del infarro de miocardio, registradas con propios de la isquemia (onda T), persistiendo
electrodos unipolares sobre el lugar del infarto. A) Trazado años o toda la vida los de necrosis (onda Q ancha
a

normal. B) La isquemia que sigue inmediatamente a la oclusión y profunda).


de la arteria coronaria se expresa por la onda T negativa (T de
Las derivaciones en que se manifiestan las altera-
IO

isquemia). C) La «lesión» que sigue a la isquemia se expresa por


el desplazamiento del segmento ST (imagen de lesión). D) La ciones eléctricas varían con la localización del in-
ns

zona muerta que aparece en el centro de la región isquémica, farto:


$e expresa por la aparición de la onda Q (onda de necrosis).
E) Posteriormente, desaparece la zona de lesión y en el ECG se
1. Anterolateral. Los signos eléctricos apare-
ras

expresa volviendo el segmento ST a la linea isocléctrica, que-


dando la onda T invertida como signo de isquemia y la O cen en aVL, V5, V6, DI.
como señal
de necrosis. F) Por último; en el infarto curado, 2. Anteroseptal (parte posterior del tabique y
A

la zona isquémica es irrigada por vasos colaterales y vuelve a la la pared ventricular vecina). V1-V2 y zona ecua-
normalidad, y por tanto, la onda T se hace de nuevo positiva.
El único signo que queda como huella residual es la onda O, la
torial (V1-V4).
3. Anterior extensa, Asocia los signos de los
O

cual constituye la gráfica expresión de la presencia de tejido ci-


aatrizal, eléctricamente inactivo, dos precedentes.
266 Semiología médica
y técnica exploratoria

Fig. 3-41, Infarto de miocardio. Esquema de la evolución.

4. Posteroinferior (cara diafragmática del cora- vertida en todas las derivaciones que quedan
zón). aVF y, a veces, T invertida en V6 (isquemia frente a la lesión y recogen el ascenso de ST,y la
lateral). imagen espicular (onda T positiva) en aVR, que
5. Septal profunda (o transmural). Se recoge está ante el subendocardio indemne. Las: altera:
en las derivaciones epicárdicas (V2-V3-V4) la ciones de ST y T no son tan acentuadas como en :
imagen de QS, de endocardio izquierdo, por ha- los infartos. El cuadro descrito es especular: del
ber una necrosis total. propio de la hipoxia subendocárdica, ya que las
6. Lateral alta. aVL y DI. zonas lesionadas en ambos casos son considera-.
7, Subendocárdicas (pequeñas áreas de necro- das topográficamente opuestas (subendocardio
sis), Se traducen por ascenso acentuado del espa- en la hipoxia subendocárdica; subepicardio en las
cio ST en aVR (que enfrenta al subendocardio) y pericarditis). 10
desnivel especular en las derivaciones que en-
frentan al subepicardio (V6-V5-V4; aVL o aVE,
según la posición del corazón) y persisten duran- Hipertrofia ventricular —3
te semanas, lo que las diferencia de las curvas de
hipoxia subendocárdica, que siempre son fuga- El aumento de masa muscular motiva la des-
ces, Nunca se recogen ondas Q, viación del eje eléctrico del lado hipertrofiado'
(signo frecuente, pero no constante), aumento.
del voltaje de la corriente de acción, con mayor
Pericarditis amplitud y duración de ORS y retardo de la de-
flexión intrinsecoide en las precordiales corres:
Los signos eléctricos dependen de la compre- pondientes a la hipertrofia. El segmento ST y la
sión con lesión e isquemia de las fibras muscula- onda T tienden a desplazarse en sentido inverso.
res subepicárdicas. En la fase aguda, se observa el al aumento de la superficie de QRS (como en los.
ascenso fugaz de ST (desaparece en horas o días) bloqueos de rama), por alteración secundaria ala:
en las derivaciones situadas frente a la zona le- hipertrofia: y
sionada, en general extensa (V2-V3-V4-V5-V6, y
aVL, aVF, que exploran el subepicardio), y la 1. Hipertrofía ventricular izquierda (hiperten:
imagen especular en aVR, que explora el suben- sión arterial, estenosis aórtica, etc.). La onda R
docardio; descenso de ST. No se observa onda (en V5-V6, aVL [corazón horizontal] o aVF [co-
Q, por cuanto no hay necrosis de tejidos. Des- razón vertical], derivaciones que recogenlas
pués de la fase aguda los espacios regresan a la li- cargas positivas o cabeza del vector de activa-
nea de base, y si hubo isquemia aparece la T in- ción ventricular) aumenta de voltaje, con retar-
Cardiología. Angiología 267

do de la deflexión intrinsecoidea (> 0,05 s). La Cabe señalar la posibilidad de trazados de hi-
onda S de V1-V2 se hace más profunda porque pertrofia sin sobrecarga, de ambas a la vez y de
estas derivaciones reciben las cargas negativas sobrecarga sin hipertrofia”.
(o cola) del vector de activación del ventrículo 3. Tipos ventriculares. No es infrecuente encon-
izquierdo. El complejo QRS es positivo en DI y trar predominancias de ventrículo derecho o iz-
negativo en DIT. ST y T son aplanados o nega- quierdo, sin alteración anatómica alguna (compro-
tivos en las derivaciones en que ORS es positivo bación necrópsica); a pesar de ello, y como se
(Dl, a veces DID. Los «índices de Sokolow- observa que en la clínica suelen asociarse los tipos
Lyon» (suma algebraica de S en Vi +R en V6, o izquierdos a las lesiones que hipertrofian este ven-
de S en V2 + R en VS, superior a 35 mm [cifra trículo (insuficiencia aórtica, hipertensión, etc.), y
normal]) y el «índice de Whitte-Bock» (suma al- los derechos a las enfermedades que hipertrofian
gebraica de QRS en DI-DIII, igual o superior a el derecho (enfisemas, fibrosis, cardiopatías con-
18 mm) son presuntivos. En aVL y aVF (según la génitas con hipertensión del circuito pulmonar, es-
posición del corazón) encontramos la R de gran tenosis mitral, etc.), se adopta la denominación de
voltaje (13 mm en aVL [corazón horizontal), «tipo derecho o izquierdo» para no prejuzgar una
20 mm en aVF [corazón vertical]) y retardo del relación con el estado anatómico.
tiempo de deflexión intrinsecoidea (> 0,03 s). La El tipo ventricular izquierdo se caracteriza
onda T es aplanada o negativa en DII y DIIT. El porque en DI predomina R sobre S y en DIII es
corazón suele rotar en sentido antihorario, hori- más manifiesta la onda $.
zontalizándose. En el tipo derecho, encontramos una $ pro-
2. IHlipertrofia ventricular derecha (estenosis funda en DI y, en cambio, en DIM la onda más
mitral, corazón pulmonar, etc.). Las derivacio- notable es la R (fig. 3-44).
nes que enfrentan dicho ventrículo (V1-V2) re- Los tipos ventriculares guardan cierta relación
cogen una «r» pequeña de activación del tabi- con la constitución; los longilíneos suelen dar ti-
que, una S más o menos profunda de activación pos derechos; los pícnicos, el tipo izquierdo.
del ventrículo izquierdo y una R'% de mayor En los lactantes y niños, es fisiológico el tipo
voltaje y anchura que la «r» pequeña del tabi- derecho, y en los aumentos de la presión intraab-
que, debido a que la masa ventricular derecha dominal (embarazo, meteorismo, etc.), el tipo iz-
se activa posteriormente por su mayor grosor. quierdo, sin hipertrofia de los correspondientes
Siendo r/S la patente normal del ventrículo de- ventrículos.
recho (quebrado inferior a la unidad), cuando
R/S = 1 habrá moderada hipertrofia, y aumenta-
rá el valor del quebrado al hacerse ésta más Corazón pulmonar agudo
acentuada.
Las hipertrofias ventriculares derechas sue- Su causa más frecuente son las grandes embo-
len rotar el corazón en sentido horario y verti- lias pulmonares. Existe dilatación aguda de las ca-
calizarlo. Si a la hipertrofia se añade una curva vidades derechas, con rotación horaria del cora-
de sobrecarga, registramos un ST descendido y
dibujando una curva de convexidad superior en
Por sobrecarga entendemos el esfuerzo unilateral del cora-
las derivaciones que exploran el ventrículo co-
delito.

zón en algunos procesos que exigen mayor tensión en uno u


rrespondiente. Si este descenso del espacio ST otro de ambos ventrículos cambiando las condiciones normales
acompaña a una imagen o patente de ventrícu-
un

de relación de trabajo entre ellos (estenosis aórtica, hipertensión


es

lo izquierdo (qR) la sobrecarga es izquierda arterial); el ventriculo izquierdo tiene que trabajar mas, lo que
autorización

crea una sobrecarga izquierda. Análogamente, en la fibrosis pul-


(fig. 3-42); en la derivación oponente o especu- monar y estenosis, es el corazón derecho el que se sobrecarga.
lar, el ST se desplaza en sentido contrario y su Cabe señalar que no siempre las curvas de sobrecarga
convexidad es opuesta. Si el descenso del espa- acompañan a la hiperfunción o hipertrofia de un ventrículo y
sin

cio ST acompaña a la imagen o patente de ven- así, diversos autores, logran la supresión o modificación de és-
Fotocopiar

tas con la administración oral de sales de potasio independien-


trículo derecho (R/S) la sobrecarga es derecha temente de si hay o no imágenes de hipertrofia ventricular. La
(fig. 3-43). sobrecarga viene expresada por un descenso del espacio ST y
con convexidad superior. Si este descenso del espacio ST
S.A.

acompaña a una imagen o patente de ventriculo izquierdo (4H).


la sobrecarga es izquierda; en la derivación oponente o especu-
MASSON,

*La onda R, a menudo arrastrada y empastada, traduce la lar el ST se desplaza en sentido contrario y su convexidad es
lentitud de la activación ventricular derecha, siendo 3u rama opuesta. Si el descenso del espacio ST acompaña a la imagen o
descendente la que representa la deflexión intrinsecoide. patente de ventrículo derecho (R/S), la sobrecarga es derecha.

268 Semiología médica y técnica exploratoria

IAE

Fig. 3-43. Sobrecarga e hipertrofia del ventrículo derecho.


Cardiología. Angiología 269

A eje eléctrico. Complejo ORS de tipo 5,Q; en las


derivaciones patrón. En las precordiales, signos
7 de hipertrofia ventricular derecha, con curvas de
P sobrecarga. Bloqueo de rama derecha completo o
Q incompleto.
S S
7 R
p R
Trastornos hidroelectrolíticos y hormonales
1. Hipopotasemía. Las modificaciones son in-
s T constantes (20 % de enfermos que la presentan
B tienen ECG normal) e inespecificas. Depresión
Fig. 3-44. Tipos ventriculares (predominancias). negativa del espacio ST; onda T aplanada o difá-
A) Izquierdo. B) Derecho. sica; alargamiento del espacio QT (por aumento
de anchura de la onda T) y aumento de la onda
U, que puede ser dominante en la repolarización.
zón. Ondas S en DI, a veces en DII; onda Q en En la hipopotasemia acentuada (inferior a
DIIL, con onda T negativa, picuda y simétrica. In- 2 mg/l), el segmento ST se acorta y la onda R au-
versión de T en las precordiales derechas, a veces menta de voltaje, con un empastamiento termi-
precedidas de elevación de ST. Onda 5 profunda nal, pudiéndose confundir con el patrón de la hi-
incluso en V5, V6. Bloqueo de rama derecho com- pertrofia y sobrecarga izquierdas (fig. 3-45).
pleto o incompleto. Estas alteraciones son regresi- 2. Hiperpotasemia. Ondas T altas, picudas, si-
vas a menos que se produzcan recaídas embólicas. métricas («en tienda de campaña»), sobre todo
visibles en las precordiales, y ensanchamiento de
QRS. Alargamiento del espacio PR.
Corazón pulmonar crónico En estadios muy avanzados, desaparición de
la onda P (parálisis auricular). Arritmias de tipo
Aumento de amplitud de la onda P en DII, diverso (bradicárdica, sinusal) y bloqueos auricu-
DIT, aVF (P pulmonar); desviación derecha del loventriculares de grado variable (fig. 3-46)

Normal
1 2 3

1
T TOU U

Fig. 3-45.
delito.

Esquema que muestra las modificaciones electrocardiográficas que origina la hipopotasemia. A medi-
da que ésta se produce, aparece: 1) aplanamiento de la onda T; 2) agrandamiento de la onda U; 3) depresión del
un

segmento ST y prolongación del intervalo QT.


es

da dola
sin autorización

Normal
Fotocopíar

5 mWq
S.A.
MASSON,

Fig. 3-46. Esquema que muestra las modificaciones del ECG por la hiperpotasemia. Á medida que ésta se pro-
duce, aumentan las alteraciones
1, 2, 3.
O
270 Semiología médica y técnica exploratoria

Hipocalcemia Hipotalasemia

Q Q

Fig. 3-47. Esquema que muestra las modificaciones del ECG en la hipocalcemia comparada con la hipopotase-
mia. En la hipocalcemia la prolongación del QT se debe a la prolongación del segmento ST; en cambio, en la hipo-
potasemia, se debe al aumento de la anchura de la onda T.

3. Hipocalcemia. La acción del calcio tiene as- corazón, precisando su intensidad, tono, dura-
pectos antagónicos a la del potasio. Alargamien- ción y situación dentro del ciclo cardíaco.
to de QT a expensas de ST (fig. 3-47). Su importancia es excepcional en la diferen-
4. Hipercalcemía. Acortamiento y aun desa- ciación de los ritmos de galope y de tres tiempos.
parición de ST, con la onda T inmediata y aplas- En el capítulo sobre semiología aplicada, nos
tada (acortamiento del intervalo QT con buena ocuparemos con detalle de las características fo-
individualidad de la onda U). nocardiográficas de los distintos soplos en parti-
5. Hipotiroidismo. Bajo voltaje en todas las cular.
derivaciones de ARS. Ondas T aplanadas o in- Cabe señalar que la estenosis mitral y las car-
vertidas en casi todas las derivaciones, expresión diopatías congénitas deben ser siempre analiza-
muchas veces de pericarditis concomitante o de das fonocardiográficamente.
la infiltración mucoide. Bradicardia.
6. Hipertiroidismo. Taquicardia sinusal con
aumento de amplitud de las ondas P. Segmentos Primer ruido
PR y ST ligeramente desnivelados. La onda T es Segundo ruido
aplanada o invertida. Es frecuente la fibrilación Tercer ruido
Fonocardiograma Cuarto ruido
auricular permanente o paroxística.

FONOCARDIOGRAFÍA
La fonocardiografía consiste en el registro grá-
Trazado
fico de los ruidos producidos por el corazón. yugutar . ] ;
El fonocardiógrafo consta de un micrófono
que se aplica en la región precordial, un amplifi-
cador constituido por válvulas termoiónicas y un |
circuito de tipo resistencia-capacidad, las cuales
permiten un registro de alta frecuencia (útil para
ciertos soplos, p. ej., insuficiencia aórtica) y otro Pulso |
subclavio . .
de baja frecuencia propia para los tonos y algu- Aoría w
nos soplos (estenosis mitral), y un aparato regis- abdominal
Pulso , lo
trador que inscribe las oscilaciones en una banda femoral
o papel fotosensible. Pulso :
Para poder situar el momento de la revolución tibial =>
cardíaca a que corresponde cada ruido, se necesi-
ta registrar simultáneamente un trazado patrón pedio
de la actividad cardíaca, que corrientemente es el Sistole Diástole
ventricular ventricular
electrocardiograma o el pulso venoso (fig. 3-48).
Presistole
La fonocardiografía, además de registrar rui-
dos que el oído es incapaz de captar, sirve para el Fig. 3-48. Esquema de relaciones entre el fonocar-
análisis detallado de los que se producen en el diograma y otros trazados.
Cardiología. Angiología 271

En el fonocardiograma normal, encontramos 4. Terceriono. Está formado por dos o tres vi-
lo siguiente: braciones lentas de escasa amplitud. Es más fre-
cuente en los niños y jóvenes que tienen un tórax
1. Tono auricular (o presistólico). Debido a la delgado y aplanado. Nace en la pared ventricular
contracción muscular de las aurículas, paso de por efecto de vibraciones producidas por el paso
la sangre a través de la válvula auriculoventricular de la sangre que afluye bruscamente a los ventrí-
y distensión de las paredes ventriculares como culos durante la fase de llenado rápido ventricu-
consecuencia de la sangre que llega de las auricu- lar. El aumento de la excitabilidad vagal favorece
las. Está representado por una vibración simple o este tono.
doble de una amplitud limitada (2-4 mm) y algo
más prolongada. Se verifica después del vértice
de la onda P del electrocardiograma. ECOCARDIOGRAFÍA
2. Complejo sonoro del primer ruido. Se integra
de: El valor potencial de las técnicas de ultrasoni-
do en la evaluación de la función cardíaca y alte-
a) Una o dos vibraciones débiles, simultáneas raciones estructurales del corazón fue por pri-
con Q o entre Q y R del electrocardiograma, atri- mera vez demostrado por Edler y Hertz, hace
buidas a vibraciones residuales de la contracción casi medio siglo. El desarrollo de esta técnica per-
auricular o, mejor dicho, a los efectos de dicha maneció más bien estancado hasta fines de la dé-
contracción sobre la pared ventricular. cada de los años 60, cuando un interés progresi-
b) Unas vibraciones fácilmente reconocibles por vo, tanto en los aspectos tecnológicos del
su alta frecuencia y notable intensidad, que apa- ultrasonido como en sus aplicaciones, desenca-
recen durante el período de contracción ventricu- denó una gran cantidad de publicaciones y estu-
lar y se deben al cierre de las válvulas sigmoideas dios de investigación especializados. De esta
aórticas. forma se llega al perfeccionamiento de la ecocar-
cg) Unas ondas similares a las anteriores en fre- diografía M-Mode («de movimiento») y al poste-
cuencia e intensidad que se dibujan después de rior desarrollo de la ecocardiografía bidimensio-
una breve pausa y coinciden con el tiempo de ex- nal, hoy día una de las técnicas de uso más
pulsión ventricular. corriente.
d) Vibraciones de frecuencia más baja y de in-
tensidad gradualmente decreciente que, sin pau-
sa alguna, aparecen en relación con el paso rápi- Generalidades sobre la técnica
do de la sangre a través de las grandes arterias
durante la fase de evacuación o expulsión. Se re- El ultrasonido es un sonido de alta frecuencia
gistran mejor en xifoides. (sobre 20.000 Hz) inaudible al oído humano. Se
produce aplicando una corriente eléctrica, que
3. Complejo sonoro del segundo ruido. El co- fluctúa rápidamente, a un cristal piezoeléctrico,
mienzo de la relajación ventricular y los remoli- lo que induce que vibre a una alta frecuencia. Las
nos que se originan producen una o dos vi- ondas ultrasónicas que así se generan, atraviesan
braciones lentas. El cierre de las válvulas tejidos y sustancias a diferentes velocidades de-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

semilunares de la aorta y pulmonar se manifies- pendiendo de su resistencia (impedancia acústi-


ta por una o dos vibraciones rápidas de gran ca). Una buena parte de las ondas ultrasónicas
amplitud. Se verifican después del final de la son reflejadas en la interfase existente entre dos
onda T del electrocardiograma, en DIÍ, sin que estructuras de diferente impedancia acústica. Es-
haya una coincidencia absoluta; las vibraciones tas ondas generan así un «eco» que retorna y
de pequeña frecuencia y escasa amplitud que puede ser captado por el mismo cristal piezoeléc-
les siguen se engendran en las paredes arteriales trico si es que la dirección del haz de ultrasonido
y corriente sanguínea, así como en la apertura es, aproximadamente, perpendicular a la interfa-
de las válvulas auriculoventriculares, especial- se. Al captar este eco, el cristal piezoeléctrico vi-
mente la mitral. bra y transforma estas vibraciones en impulsos
S.A.

Con mucha frecuencia se distingue una gran eléctricos que pueden ser registrados después de
vibración de naturaleza más bien lenta (y, por una adecuada amplificación.
O MASSON,

tanto, prácticamente no audible), que termina el Mediante un osciloscopio, los ecos así ampli-
complejo. Es máxima en la base. ficados pueden ser representados en tres diferen-
272 Semiología médica y técnica exploratoria

tes formatos, según el tipo de ecocardiógrafo que


se emplee.
En el formato A (amplitud, A-Mode), los ecos
son proyectados como espigas verticales a lo lar-
go de una línea de base horizontal (fig. 3-49, to-
mada, con ligeras modificaciones, de Practical
Echocardiology, Jos Rollant, M D., copyright. 1977,
Research Studies. Press Inc.). La amplitud o altu-
ra de la espiga corresponde a la intensidad relati-
va del eco, mientras que la profundidad o distan-
cia entre el transductor (cristal piezoeléctrico) y
los tejidos que generan los ecos está indicada en
la abscisa (línea horizontal). La profundidad o
distancia de una estructura en relación al trans-
A-Mode y A
ductor es función del tiempo que transcurre des- Distancia
de la transmisión a la recepción de un pulso
ultrasónico. Este formato es de escaso uso en car- B-Mode *-.— .. « . A

diología.
En el formato B (brillo, B-Mode), la línea hori-
zontal permanece inalterada, pero los ecos en M-Mode M l MiTiempo
vez de ser representados por espigas, lo son por VMp
puntos luminosos. Esto, simplemente, se obtiene VMa E
por un truco electrónico en el cual la espiga es gi-
rada en 90* en relación a la vertical. En esta for-
ma de representación, mientras más intenso es el
Anterior Posterior
eco (o más alta la espiga en el formato A), mayor
es el brillo del punto en el formato B. El formato Fig. 3-49. La ligura representa una sección sagital del
B no tiene uso práctico en ecocardiografía, pero corazón desde la base hacia el ápex. El transductor de
constituye la base de lo que es la técnica hoy día ultrasonido (T) es orientado de tal modo que el haz
de ultrasonido atraviesa las estructuras cardíacas en sen-
de mayor uso: el formato M (movimiento, M-
tido anteroposterior. pVD, pared ventricular derecha;
Mode).
SIV, tabique (septum) interventricular, VD, ventrículo
El formato M (movimiento, M-Mode) se logra derecho, VI, cavidad ventricular izquierda; VIpp, pared
mediante el artilugio de hacer pasar («barrer») los posterior del ventrículo izquierdo; VMa, velo mitral an-
puntos obtenidos mediante el formato B a una terior; VMp, velo mitral posterior. Otras estructuras
velocidad determinada por la pantalla de un osci- representadas en la figura son: Al, aurícula izquierda;
loscopio. De esta forma, se obtiene un movi- Ao, aorta (c representa los velos aórticos en posición de
miento ondulante que refleja los distintos ecos cierre); MPp, músculo papilar posterior. Los ecos que
que se consiguen de las estructuras (a su vez en se originan al rebotar las ondas ultrasónicas en estas di-
movimiento) del corazón. Por razones de conve- ferentes estructuras son captados por el transductor de
ultrasonidos (T), y mediante el osciloscopio pueden ser
niencia esta información es presentada en el osci-
proyectados en la pantalla de diferente manera: «A-Mo-
loscopio de manera tal que la profundidad o dis- de», formato A; «B-Mode», formato B; «M-Mode»,
tancia de los ecos en relación al transductor se formato M.
representa en la vertical, y el tiempo, en la hori-
zontal. La intensidad de los ecos es todavía pro-
porcional a su brillo, pero los puntos ahora apa-
recen como líneas ondulantes. mato M (M-Mode), el haz ultrasonido es muy an-
De este modo, el registro en el formato M es gosto y las estructuras observadas simplemente
una continua representación de la profundidad son aquéllas atravesadas por este haz ultrasóni-
(distancia) de las estructuras en relación al trans- co. El examen mediante esta técnica se realiza
ductor (fig. 3-49). por angulación manual del transductor a lo largo
La ecocardiografía bidimensional se ha desarro- de las «ventanas acústicas», representadas por los
llado como un intento de ampliar la cantidad de espacios intercostales. La visión relativamente
información que se obtiene por las técnicas pre- estrecha que se obtiene por medio de la ecocar-
viamente descritas. En la ecocardiografía de for- diografía de formato M es la mayor limitación de
Cardiología. Angiología 273

esta técnica. Con las técnicas bidimensionales,


por el contrario, se ha intentado ampliar esta vi-
sión obteniendo un segmento más amplio de las
estructuras que se han de explorar; las distintas
técnicas bidimensionales hoy día proveen entre
45-90” de amplitud de visión. Esto puede obte-
nerse a través de diferentes mecanismos o arti-
ficios técnicos. Uno de ellos es el «sistema de
multielementos piezoeléctricos», activados se-
cuencialmente (phase array systems) (fig. 3-50 A).
En esta forma, se genera una visión tomográ-
fica del corazón, puede así ser explorado en dife-
rentes planos, lo que se obtiene simplemente Fig. 3-51. El transductor (T) es orientado en diferen-
moviendo y angulando el haz de ultrasonido en tes angulaciones en el eje cefalocaudal y permite así ex-
la posición deseada. Este haz provee un ángulo plorar el ventrículo izquierdo (LV), el ventrículo dere-
de visión que puede llegar hasta los 90*. cho (RV), la válvula mitral (MV), la aurícula izquierda
Otro tipo de técnica es la que utiliza un trans- (LA), la raíz aórtica y velos aórticos (AO). Con ligera
ductor mecánico, en el cual existe un solo ele- angulación lateral, es posible obtener ecos de las válvu-
mento de cristal que es mecánicamente movido las tricuspídea y pulmonar. AMV, velo mitral anterior,
hacia atrás y adelante en forma muy rápida pro- CW, pared torácica; PLV, pared posterior del ventrículo
izquierdo; PMV, velo mitral posterior, PPM, músculo
porcionando un ángulo de visión que puede va-
papilar posterior.
riar desde 30 hasta 90? (fig. 3-50 B).
Para conducir un examen ecocardiográfico, el
transductor se aplica habitualmente en el reborde
esternal izquierdo, generalmente en el Il o IV es- ecos deseados. La amplitud de los ecos obtenidos
pacio intercostal y angulado en diferentes direc- depende del ángulo con que el haz del ultrasoni-
ciones (fig. 3-51, tomada de Feigenbaum, con do rebota en las diferentes estructuras, y es ma-
permiso de Lea and Febiger) para obtener los yor cuanto más cercano a la perpendicular. En la
técnica de formato M, si uno mueve el haz de ul-
trasonido en un arco que va desde una angula-
ción superior, medial y posterior (fig. 3-51, posi-
ción 4, orientado a la hase del corazón) hacia una
dirección inferior, lateral y posterior (posición 1,
orientado al ápex del corazón), se puede obtener
una visión integral de las estructuras que se in-
cluyen en el arco extendido desde la base del co-
razón hasta el ápex (fig. 3-52, tomada de Feigen-
baum, con permiso de Lea and Febiger).
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Evaluación del ventrículo derecho, tabique


interventricular y ventrículo izquierdo
Se puede evaluar en la forma más apropiada
cuando el haz de ultrasonido atraviesa las diver-
sas estructuras del corazón, tal como se represen-
ta en la figura 3-91, posición 2.
Ésto corresponde, aproximadamente, a un pun-
to ligeramente inferior al de la inserción de las
cuerdas tendíneas en los velos mitrales. Las di-
S.A.

B mensiones de las cavidades ventriculares pueden


medirse de esta forma, lo que se hace general-
S MASSON,

Fig. 3-50. Sector scan. Ecografía sectorial. A) Sistema


de multielementos piezoeléctricos. B) Sistema de ele- mente usando como referencia la“cúspide de la
mento único de cristal. onda R para las dimensiones de la cavidad ventri-
274 Semiología médica y técnica exploratoria

ara el PEN RAS ae


qi82 ? pa und ¡8153
ls Y

Fig. 3-52. ARV, pared anterior del ventrículo dere-


cho; AV, válvula aórtica; CHEST WALL, pared torácica;
EN, endocardio; EP, epicardio; LUNG, pulmón; LS, as-
pecto izquierdo del sepim interventricular; PER, peri-
cardio; PLA, pared posterior de la aurícula izquierda;
RS, aspecto derecho del septem interventricular.

cular derecha, el diámetro de final de diástole del snolariado Ve


mt
risb ici
a1 700
da
ventrículo izquierdo, el grosor del tabique in-
terventricular y de la pared posterior del ventrí- Fig. 3-53. ENDOC, endocardio; PERIC, pericardio;
culo izquierdo. La dimensión de final de sístole SIV, sepunt (tabique) interventricular; VD, ventrículo
del ventrículo izquierdo se obtiene en el punto derecho; mo diámetro ventricular izquierdo al final de
la diástole; VI,, diámetro ventricular izquierdo al final
de máxima excursión del tabique interventricular de la sístole.
(fig. 3-53). Los valores para estas diferentes di-
mensiones dependen, en individuos sanos, de la
edad y de la superficie corporal. En adultos sa- cular, tales como fracción de eyección y fracción
nos, se aceptan los valores publicados por Fei- de acortamiento. La relación normal entre el gro-
genbaum (tabla 3-1). sor del tabique interventricular y de la pared pos-
Las dimensiones de final de diástole y final de terior del ventrículo izquierdo puede alterarse en
sístole, obtenidas de esta forma, pueden ser utili- condiciones patológicas, como ocurre en la car-
zadas para calcular parámetros de función ventri- diomiopatía obstructiva, en la cual existe una hi-

Tabla 3-1. Valores en adultos sanos

Rango (cm) Promedio (cm) Número

Edad (años) 13-54 26 134


Superficie corporal (m') 1,45-2,22 1,8 130
VD: decúbito supino 0,7-2,3 1,5 84
VD: decúbito lateral izquierdo 0,9-2,6 1,7 83
VI: decúbito supino 3,7-5,6 1,7 82
Vi: decúbito lateral izquierdo 3,5-5,7 47 81
VI: grosor de pared posterior 0,6-1,1 0,9 137
Grosor del tabique interventricular 0,6-1,1 0,9 137
Diámetro auricular izquierdo 1,0-4,0 2,9 133
Diámetro de la raíz aórtica 2,0-3,7 2,7 1215
Máxima excursión de velos aórticos 1,5-2,6 19 93
Velocidad de acortamiento circunferencial 1,02-1,94 c/s 1,3 c/s 38"

V], ventrículo izquierdo; VD, ventrículo derecho.


Cardiología. Angiología 275

Fig. 3-54. Ecocardiograma obtenido en una paciente


de 78 años. Obsérvese el franco engrosamiento
del ta-
bique interventricular (IVS) y el movimiento sistólico
anterior de la válvula mitral, que llega a contactar con Fig. 3-55. Paciente de 45 años afectado de cardio-
el tabique interventricular (flecha fina). Estas dos anor- miopatía congestiva. Obsérvese la marcada dilatación
malidades son características de la cardiomiopatía obs- del ventrículo izquierdo, con los diámetros de final de
tructiva, Obsérvese, además, la calcificación del anillo diástole (EDd) y de final de sístole (ESd) casi iguales,
mitral (arerules), hallazgo no infrecuentemente asociado demostrando mínimo acortamiento durante el período
a la cardiomiopatía obstructiva en pacientes mayores sistólico. ENDOC, endocardio; IVS, tabique interven-
de 60 años. AMV, velo mitral anterior; RV, ventrículo vricular; LV, ventrículo izquierdo; PERIC, pericardio;
derecho. RV, ventrículo derecho.

pertrofia asimétrica del tabique interventricular recho (comunicación interauricular, insuficiencia


(fig. 3-54). El cociente tabique interventricular/ tricuspídea, insuficiencia pulmonar, etc.). En és-
pared posterior del tabique izquierdo fluctúa en- tas, el tabique interventricular, en vez de presen-
tre 1,6-3. Normalmente, este cociente es inferior tar un movimiento de acercamiento hacia la
a 1,3 (fig. 3-53). pared posterior del ventrículo izquierdo, como
El ventrículo izquierdo se puede encontrar di- normalmente ocurre en la sístole, tiende a des-
latado en pacientes con cardiomiopatía congesti- plazarse anteriormente, lo que se denomina
va. En ellos, la fracción de acortamiento y de «movimiento paradójico». Esto, invariablemente,
sín autorización es un dolo.

eyección estará disminuida (fig. 3-55). ocurre en presencia de hipertrofia ventricular de-
'O MASSON, SA. Fotocopiar

El tabique interventricular, normalmente, pre- recha (6ig. 3-56). En ocasiones, el movimiento pa-
senta una excursión que es, aproximadamente, radójico del tabique interventricular puede obser-
sincrónica con el movimiento de la pared poste- varse en presencia de dimensiones ventriculares
rior del ventrículo izquierdo. Esto determina los derechas de tamaño normal, como ocurre en pa-
cambios sucesivos de las dimensiones ventricula- cientes sometidos a cirugía de corazón abierto,
res izquierdas (de final de diástole al final de sís- en trastornos de conducción, etc.
tole). Este movimiento normal puede alterarse en
diferentes circunstancias, que incluyen trastornos
de la conducción (bloqueo de rama izquierdo), Ecograma de la válvula mitral
enfermedad coronaria que afecta al tabique inter-
ventricular (en la cual éste puede mostrarse aci- El ecograma de una válvula mitral normal se
nético o con franca reducción de la movilidad) y muestra en la figura 3-57, donde se registran si-
en las sobrecargas de volumen del ventrículo de- multáneamente el electro y fonocardiograma, co-
276 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 3-56. Ecocardiograma obtenido en un paciente


de 18 años afectado de insuficiencia tricuspídea masi-
va. Electrocardiograma (parte superior) y fonacardio-
grama (PHONO) registrados simultáneamente, Obsér-
vese la presencia de soplo holosistólico en el traza- Fig. 3-57. Ecocardiograma de una válvula mitral nor-
do fonocardiográfico. El tabique interventricular (TVS) mal obtenido en un paciente de 45 años, A, C, D, E, E,
muestra un marcado desplazamiento anterior (hacia la consúltese texto; SIV, tabique interventricular; VD, ven-
pared torácica, en vez de acercarse hacia la pared pos- trículo derecho; VMA, velo mitral anterior; VMP, velo
terior del ventrículo izquierdo, como normalmente mitral posterior,
ocurre) o «movimiento paradójico». El ventrículo dere-
cho se observa marcadamente dilatado (RV), de dimen-
siones mayores que las del ventrículo izquierdo (LV).
de apertura del velo anterior mitral durante la
protodiástole. El punto «D» coincide con el chas-
rrelacionando los movimientos del velo anterior quido de apertura mitral y se ha propuesto que
mitral con los eventos eléctricos y acústicos co- corresponde a la abrupta interrupción del moyi-
rrespondientes. Al comienzo de la diástole, el miento de apertura del velo anterior, cuando: la
velo anterior se mueve en dirección al tabique in- válvula mitral alcanza su máxima excursión. En
terventricular, mientras que el velo posterior lo la fase de llenado rápido, el velo anterior se mue-
hace en la dirección contraria. Los ecos de ambos ve posteriormente, acercándose a una posición
velos se fusionan durante la sístole, como se pue- próxima al cierre, originando la cresta E-F (E-F
de observar en la figura 3-58. «A» coincide con la slope). La velocidad con que este movimiento
sístole auricular durante la cual el velo anterior ocurre está afectada por diversos factores, que
mitral está abierto al máximo. Coincide también incluyen, entre otros, el orificio mitral valvular
con el 4? ruido cardíaco, si es que éste se registra, (disminuido en la estenosis mitral), cantidad de
«C» corresponde al cierre de la válvula mitral y sangre que fluye en la diástole, tiempo de llena-
coincide con el primer ruido en el fonocardiogra- do diastólico, distensibilidad ventricular, De este
ma (componente mitral) (Eg. 3-59). modo, la pendiente E-F puede estar disminuida
El suave movimiento anterior del segmento en presencia de estenosis mitral, insuficiencia
C-D está relacionado con el movimiento que ex- cardíaca, hipertrofia ventricular izquierda, etc.
perimenta la válvula mitral en dirección hacia la Normalmente, ésta fluctúa entre 70-150 mm/seg,
pared torácica, en la medida en que el ventrículo aun cuando Feigenbaum estima que es normal
izquierdo reduce su volumen durante la sístole. por encima de 35 mm/s. En presencia de esteno-
El cierre aórtico precede ligeramente al punto sis mitral, no solamente la pendiente E-F está re-
«D», El segmento D-E representa el movimiento ducida, sino que, además, el velo posterior, por
Cardiología. Angiología 277

Fig. 3-58, A-B):Ecocardiograma bidimensional de la válvula mitral en una vista longitudinal. A, aorta; Al, auri-
cula izquierda; SIV, tabique interventricular; VI, ventrículo izquierdo; VID, pared posterior del ventrículo izquier-
do. Las flechas indican la posición de los velos mitrales anterior y posterior al final de la diástole (nótese la separa-
ción de ellos).

estar fusionado con el velo anterior y ser de me-


nor tamaño, sigue al primero en su excursión
diastólica anterior (fig. 3-60). Estas condiciones
patológicas producen alteraciones características
de la movilidad dela válvula mitral, que pueden
apreciarse notablemente con la técnica bidimen-
sional (fig. 3-61). El prolapso de los velos mitrales
en la aurícula izquierda produce cambios en: el
ecograma mitral que son característicos (fig. 3-62).
El más común es el movimiento posterior de la
válvula mitral durante la sístole (fig. 3-63). Esto
ha sido descrito como «el signo de la hamaca»
(fig. 3-64). Ocasionalmente este movimiento, en
vez de ser holosistólico, es limitado al final de la Fig. 3-59. Coincidencia del cierre de la válvula mitral
sistole (telesistólico) (fig. 3-65). con el primer ruido en el fonocardiograma.
sin autorización es un dofito.
Fotocopiar

Fig. 3-60. A-B) Ecocardiograma de dos pacientes de 39 y 73 años afectados de estenosis mitral. La flecha mues-
6.A,

tra el velo anterior de la válvula mitral (MV). Por detrás de éste, se observa el velo posterior marcadamente engro-
0 MASSON,

sado y que, en vez de separarse del velo anterior durante la diástole y moverse hacia la pared posterior del ven-
tículo izquierdo, sigue el velo anterior en su desplazamiento hacia el tabique interventricular. IVS, tabique
interventricular.
Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 3-61. Ecocardiograma bidimensional en un pa-


ciente con estenosis mitral, El panel superior correspon-
de a una sección longitudinal. El panel inferior, a una
sección transversal. Ambas vistas fueron obtenidas du- Fig. 3-62. Ecocardiograma en un paciente de 78 años
rante la diástole. Obsérvese el notable engrosamiento con prolapso de la válvula mitral (velo posterior). Las
de los velos mitrales. AMV, velo mitral anterior; AV, vál: flechas muestran el velo mitral posterior (PMV), pro-
vula aórtica; LA, aurícula izquierda; LV, ventrículo iz- lapsando hacia la aurícula izquierda. AMV, velo mitral
quierdo; MVO, orificio mitral; RV, ventrículo derecho; anterior; IVS, seprum interventricular; RV, ventrículo
VS, sep interventricular. derecho,

S onrecuenaa, maxamo bea excursion


sistólica posterior del velo prolapsado se correla-
ciona con un «clic» (mesosistólico o telesistólico).
En la cardiomiopatía obstructiva, los velos mi-
trales pueden exhibir un brusco movimiento
anterior durante la sístole llegando incluso a con-
tactar con el tabique interventricular, Esta anor-
malidad, junto con la hipertrofia asimétrica del
tabique interventricular, presente en este proce-
so, parecen ser los responsables de la obstrucción
dinámica del tracto de salida ventricular izquier-
do (fig. 3-54).
En la insuficiencia aórtica, el chorro de regur-
gitación hace vibrar los velos mitrales, común- Fig. 3-63. Ecocardiograma bidimensional del mismo
mente el velo anterior, lo que se refleja en el eco- paciente mostrado en la figura 3-62, La flecha muestra
grama mitral como un fino aleteo (fltutterimg) (Eg. el velo mitral posterior desplazado hacia la aurícula iz
3-66); en ocasiones, este fenómeno puede incluso quierda durante la sístole. [VE, seprum interventricular;
afectar al tabique interventricular. LA, auricula izquierda; LV, ventrículo izquierdo.
Fig. 3-65. La Mecha próxima a la parte interior de la
figura muestra el velo mitral posterior prolapsado al fi-
nal de la sístole. El velo mitral anterior (fecha superior)
mantiene un desplazamiento normal durante el perío-
do sistólico. Nótese que al comienzo de la sístole el
velo mitral posterior se desplaza normalmente, AMV,
velo mitral anterior; IVS; tabique interventricular; RV,
ventrículo derecho.

Fig. 3-64. Ecocardiograma obtenido en un paciente


de 32 años con prolapso de la válvula mitral. La flecha
muestra el movimiento posterior de los velos mitrales
durante la sístole, produciendo el aspecto en «hamaca».
AMV, velo mitral anterior; IVS, tabique interventricular.

La insuficiencia mitral secundaria a rotura de


las cuerdas tendínicas determina anormalidades
que dependen del velo afectado. Cuando es el
velo posterior, éste muestra un marcado descen-
so posterior durante la sístole y anterior durante
la diástole, introduciendo un aspecto caótico en
sus movimientos,
La rotura del velo anterior ocasiona un aleteo
burdo durante la diástole y, en ocasiones (aun-
que:menos considerable), durante la sístole.
En el mixoma auricular izquierdo, pueden
apreciarse masas de ecos detrás del velo anterior
mitral durante la diástole (fig. 3-67). Frecuente-
mente, la pendiente E-F está disminuida, debido
ala obstrucción que el tumor produce en la mo-
vilidad del aparato valvular mitral. Un ejemplo
de mixoma auricular estudiado con técnica bidi-
mensional puede verse en la figura 3-68.

Ecograma de la válvula aórtica


Fig. 3-66. Paciente de 33 años. El velo mitral anterior
La figura 3-69 muestra el ecograma de la raíz (AMV) muestra un fino «aleteo» durante todo el período
aórtica y de los velos aórticos con registro simul- diastólico debido a la presencia de insuficiencia aórtica,
280 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 3-67. AMV, velo mitral anterior; IVS, tabique


interventricular.

Fig. 3-69. LA, aurícula izquierda; LAPW, pared pos-


terior de la aurícula izquierda; pAoW, pared posterior
de la aorta; Ao, aorta; aAoW, pared anterior de la aorta;
RVOT, tracto de salida del ventrículo derecho,

vemente al ruido de eyección (clic) y coincide


con el cierre aórtico, respectivamente. El máximo
de excursión de los velos durante la sístole fluc-
túa entre 1,6-2,6 cm. La raíz aórtica al final de la
diástole mide entre 2-3,7 cm, de acuerdo con Fei-
genbaum. Al comienzo de la diástole, los ecos
correspondientes a los velos aórticos se fusionan
y aparece como una delgada masa de ecos gene-
ralmente homogénea. En caso de estenosis aórti-
ca, la apertura de los velos se encuentra limitada.
Fig. 3-68. Ecocardiograma bidimensional mostrando El engrosamiento y calcificación de los velos
un mixoma auricular izquierdo (Hecha T) en una pro- valvulares a menudo enmascara el detalle de los
yección sagital que permite observar las cuatro cámaras
cardíacas. AS, tabique interauricular; LA, aurícula iz-
ecos correspondientes a los velos, y muchas ve-
quierda; LV, ventrículo izquierdo; RA, aurícula derecha; ces imposibilita delinear apropiadamente su ex:
RV, ventrículo derecho; VS, tabique interventricular. cursión. En general, la posibilidad de estenosis
aórtica se sospecha en presencia de ecos densos
provenientes de velos aórticos que muestran una
e

movilidad generalmente alterada o disminuida.


A

táneo de electrocardiograma. La raíz aórtica se La ecocardiografía bidimensional ha permiti-


mueve anteriormente durante la sístole y poste- do una estimación del área valvular aórtica en
es AI

riormente durante diástole. La válvula «aórtica caso de estenosis aórtica mejor que la ecocardio-
puede reconocerse cuando los velos se separan grafía de formato M (fig. 3-70).
en una forma de hexágono durante la sístole. Los En pacientes con válvula aórtica bicúspide, la
ecos anteriores de la válvula aórtica se originan posición de los velos durante la diástole es ex-
UU

del velo coronario derecho y los ecos posteriores céntrica. En la insuficiencia aórtica, los velos aór-
corresponden al velo no coronario. ticos pueden notarse separados durante la diásto-
ÚIrE MO

Ocasionalmente, el velo coronario izquierdo le, a diferencia de lo que ocurre normalmente,


puede observarse en el centro del hexágono. La Este hallazgo, en presencia de velos engrosados y
separación de los velos al comienzo de la sístole de adecuada movilidad de la válvula, puede ser,
y su encuentro al final de la diástole precede bre- en ocasiones, diagnóstico de insuficiencia aórti-
Cardiología. Angiología 281

Fig 3-71. de un paciente de 44 años


con válvula aórtica bicúspide. Obsérvese el cierre ex-
céntrico de la válvula (cercano a la pared anterior de la
aorta, flechas en la parte izquierda de la figura) y los
múltiples ecos diastólicos (Hechas en el centro de la fi-
gura), mostrando «separación diastólica». LA, aurícula
izquierda.

En pacientes con insuficiencia pulmonar, pue-


de observarse en ocasiones, aleteo fino de los ve-
los tricuspídeos, tal como se observa en la válvu-
la mitral en presencia de insuficiencia aórtica.
Do aa, il alada
Fig. 3-70. Paciente de 45 años portador de una este-
nosis aórtica grave. Obsérvense los múltiples y densos Ecograma de la válvula pulmonar
ecos provenientes de la válvula aórtica (Hechas) cuyos
velos muestran una limitada excursión sistólica, LA, au- No siempre es posible registrar ecos de la vál-
rícula izquierda; RVOT, tracto de salida del ventricu- vula pulmonar en individuos normales, Común-
lo derecho. mente, se observa sólo el velo posterior. La onda
«A» refleja el efecto de la sístole auricular dere-
cha en el velo pulmonar, y acaso corresponde a
ca. Sin embargo, la especificidad de la separación su apertura parcial previa al comienzo de la sísto-
diastólica de los velos aórticos durante la diásto- le ventricular derecha. El punto «B» marca el co-
le, es baja y puede verse, ocasionalmente, en in- mienzo de la eyección ventricular, y el «C», el
dividuos normales. máximo de la apertura del velo posterior. El seg-
En la cardiomiopatía obstructiva, puede ob- mento C-D representa el cierre gradual del velo
servarse cierre mesosistólico de la válvula, como durante el resto de la sístole, y el D-E, el rápido
es un debto.

consecuencia de la brusca reducción del flujo aór- movimiento de cierre diastólico (fig. 3-72). Du-
tico provocado por la obstrucción dinámica del rante el resto de la pendiente de este segmento,
ventrículo izquierdo durante la sístole (fig. 3-71). la onda tiende a hacerse plana o incluso tiva
en presencia de hipertensión silincaac Ue. 3-
73). En esta situación, además, la onda «A» se
5 Ecograma de la válvula tricúspide hace frecuentemente plana o ausente, y con fre-
cuencia se observa cierre mesosistólico de la vál-
Ésta ofrece una morfología similar a la de la vula o aleteo basto de ella durante la sístole.
válvula mitral, aun cuando normalmente es de
$ más difícil registro. En pacientes con estenosis
tricuspídea, la pendiente E-F del velo ante- Ecograma de válvula protésica
rior tricuspídeo puede encontrarse reducida, tal
como se observa en los pacientes con estenosis Numerosas son las prótesis valvulares, que
) mitral. corresponden, en general, a tres tipos:
282 Semiología médicay técnica exploratoria

Fig. 3-72, Ecocardiograma en ún paciente de 45 años Fig. 3-73. Ecocardiograma: obtenido en un paciente
mostrando una válvula pulmonar normal, Obsérvese la con hipertensión pulmonar. Nótese la ausencia de onda
pendiente inclinada e-f y la prominente onda «<a». wa» y la horizontalidad del tramo e-f.

1. Válvulas protésicas con dispositivos de cie- 1. Ala separación sistólica entre el epicardio
rre central (de bola, como la prótesis de Starr-Ed- posterior y el pericardio corresponde la presencia
wards, o de disco, como la prótesis de Beal). de líquido (menos de 300 ml).
2. Válvula de dispositivo de cierre excéntrico 2. La separación del epicardio posterior y-el
(como la prótesis de Bjórk-Shiley). pericardio a través del ciclo cardíaco completo (sís-
3. Las bioprótesis (porcina, etc.). tole y diástole) sugiere que la cantidad de derrame
pericárdico es, aproximadamente, de 400-500 ml.
El ecograma de estas válvulas puede permitir 3. La separación, tanto anterior como poste»
información valiosa para evaluar el momento en rior, entre el epicardio y el pericardio sugiere que
que la válvula se abre o se cierra, la amplitud de la cantidad de líquido puede estar entre 500-
movimiento del dispositivo oclusor, la de movi- 1.000 ml.
miento y densidad de los ecos en las bioprótesis, 4. La presencia de una amplia separación del
etc. (figs. 3-74 y 3-75). epicardio anterior y el pericardio es coherente
con un derrame pericárdico mayor de 1.000 mil.

Ecograma del derrame pericárdico En presencia de derrames pericárdicos masi-


vos, además, se pueden observar anormalidades
La ecocardiografía es la técnica más sensible y en el movimiento de la válvula mitral e incluso
específica para determinar la presencia de derra- de todas las estructuras cardíacas, que se despla-
me pericárdico. Éste se observa como una sepa- zan rítmicamente delante y atrás como en un co-
ración anormal entre el epicardio y el pericardio, lumpio (swinging).
tanto posterior como anteriormente (fig. 3-76). Es de interés observar que la alternancia eléc-
Aun cuando una ecocardiografía no puede reali- trica que se observa en pacientes con derrame
zar una cuantificación precisa de la cantidad de pericárdico masivo y tamponamiento se correla-
líquido presente, se han propuesto algunas suge- ciona frecuentemente con el ciclo de este movi-
rencias como guía para una estimación aproxi- miento pendular (complejos ORS pequeño cuan-
mada: do el corazón se aleja posteriormente).
Cardiología. Angiología 283

Ecocardiografía en las cardiopatías


congénitas
La ecocardiografía ha ayudado enormemente
al diagnóstico de las cardiopatías congénitas. El
uso de la técnica del formato M y las técnicas bi-
dimensionales han ayudado a precisar la anato-
mía de las estructuras cardíacas mejor que nin-
gún otro método no invasivo. La ecocardiografía
permite, entre otros aspectos, definir:

1... La presenciay el tamaño relativo de las dos ca-


vidades ventriculares (corazón izquierdo hipoplásti-
He 3-74. -Bioprótesisporcina en posición mitral. Las co, atresia tricuspídea, ventrículo único, etc.).
, en el extremo derecho de la figura, muestran el 2. Relación entre la raíz aórtica y el tabique in-
cierre (closure) y la: apertura (opening) de los velos de la
terventricular (tetralogía de Fallot, trincus arteriosus,
prótesis. MV, válvula mitral.
etc.), o entre la raíz aórtica y la válvula mitral
(ventrículo derecho con doble salida).
3. Anormalidades valvulares morfológicas y fun-
cionales (canal auriculoventricular, enfermedad de
Ebstein, etc.).
4. Sobrecarga ventricular derecha diastólica (co»
municación interauricular, insuficiencia tricuspí-
dea, etc.).
5. Sobrecarga diastólica del ventrículo izquierdo
(defecto septal interventricular, ductus arteriosus).

En el defecto septal auricular, las dimensiones


internas del ventrículo derecho están aumentadas
Fig. 3-75. Prótesis de Starr-Edward en posición mi- y, frecuentemente, existe un movimiento paradó-
tral, en un paciente de 66 años. Las flechas muestran la jico (anterior) del tabique interventricular (fig. 3-
bola de Silastic (ba1/) desplazándose de acuerdo con las 77). Este hallazgo, sin'embargo, no es específico y
fases del ciclo cardíaco, es común a muchas otras anomalías en las que la
sobrecarga de volumen ventricular derecho puede
existir, tales como la insuficiencia: tricuspídea, la
insuficiencia valvular pulmonar, el aneurisma del
seno de Valsalva roto, el drenaje anormal de las
venas pulmonares (parcial y total), el canal auricu-
loventricular común, etc. La continuidad normal
que existe entre el tabique interventricular y la pa-
red anterior de la raíz aórtica no está presente en
la tetralogía de Fallot y en el trunces arteriosus.
En la enfermedad de Ebstein, se ha demostra-
do que el velo anterior tricuspídeo generalmente
se registra con gran facilidad (como consecuencia
del desplazamiento anatómico de la válvula en
esta afección) hacia la izquierda del reborde es-
ternal izquierdo, a diferencia de lo que ocurre
Fig. 3-76. Derrame pericárdico en una paciente de
normalmente. Además, el intervalo entre el cie-
83 años. Obsérvese el «espacio libre» posterior, entre el
epicardio (EPIC) y pericardio (PERIC), que corresponde rre mitral y tricuspídeo, generalmente, es mayor
¿al derrame (FLUID). Nótese que éste no se prolonga por de 30 ms, debido al retraso de la conducción in-
detrás de la aurícula izquierda (LA). AMV, velo mitral traventricular impuesto por el bloqueo de rama
anterior; IVS, tabique interventricular; RV, ventrículo derecha (fig. 3-78, tomada de Feigenbaum, con
-— derecho. permiso de Lea and Febiger).
284 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig, 3-77, Ecocardiograma de un paciente con defec-


to septal auricular. El ECG (panel superior) muestra la
presencia de un ritmo de Wenckebach. Los trazados fo-
nocardiográficos muestran un soplo sistólico y desdo-
blamiento del segundo ruido, Obsérvese la marcada
dilatación del ventrículo derecho (RV) y el desplaza-
miento sistólico anterior del tabique. interventricular
(«movimiento paradójico»), características de las sobre»
cargas de volumen del ventrículo derecho. LV, ven-
trículo izquierdo.
Fig. 3-78. Ecocardiograma en un paciente con enfer-
medad de Ebstein. Nótese la notable visualización de la
En el canal auriculoventricular común, carac- válvula tricúspide simultáneamente con la válvula mitral
terizan esta afección diferentes rasgos ecocardio- (AML), lo que normalmente no ocurre. El cierre tricuspí-
deo está significativamente retrasado, lo que se expresa
gráficos que incluyen una marcada aproximación en el fonocardiograma registrado simultáneamente
de la válvula mitral al tabique interventricular como un primer ruido marcadamente desdoblado. *
durante la diástole, estrechamiento del tracto de
salida ventricular izquierdo durante la sístole
(«en cuello de ganso»), desplazamiento posterior
al tabique del velo septal tricuspídeo, etc. res precordiales atípicos. Es también de gran va-
lor en el paciente con fibrilación auricular, ya que
en él, no solamente puede aportar información
Valor clínico de la ecocardiografía pertinente a las alteraciones cardíacas subyacen-
tes, sino también información con respecto al ta-
Como puede desprenderse de la exposición maño de la aurícula izquierda, lo que puede
anterior, la ecocardiografía constituye, hoy día, tener implicaciones terapéuticas importantes (an-
una técnica de gran valor en el diagnóstico no in- ticoagulantes, cardioversión eléctrica, etc.). Tam-
vasivo de una gran variedad de anormalidades bién es de gran ayuda en el seguimiento de pa-
cardiovasculares.
Tal como se expresa en la tabla 3-2, la ecocar-
diografía puede ser de gran ayuda en el diagnós- Tabla 3-2. Ecocardiografía: ayuda diagnóstica,
tico de pacientes que se presentan con cardiome- manejo terapéutico, o ambos, en pacientes car-
galia, soplos cardíacos, insuficiencia cardíaca y diovasculares
«dolores de pecho» de etiología incierta. En estos
pacientes, la ecocardiografía puede aportar infor- Cardio
mación precisa que oriente a un diagnóstico defi- Soplos
Nana

nitivo, por ejemplo documentación de derrame Insuficiencia cardíaca De etiología incierta


py

pericárdico en pacientes con cardiomegalia; en Dolores de pecho


Fibrilación auricular
pacientes con insuficiencia cardíaca de origen in- Enfermedades valvulares (seguimiento)
cierto, anormalidades en los ecos valvulares o Recién nacido en shock, sufrimiento respiratorio,
presencia de cardiomiopatía; presencia de pro- cianosis, o todos ellos
lapso de la válvula mitral en pacientes con dolo-
Cardiología. Angiología 285

cientes con lesiones valvulares conocidas, táles Puede ser de gran ayuda en el diagnóstico de
como insuficiencia aórtica o mitral, en que la prolapso de la válvula mitral, proceso que a veces
ecocardiografía puede asistir en forma importan- se asocia a presentaciones clínicas atípicas.
te al clínico para decidir la oportunidad de la in- En las cardiomiopatías, la ecocardiografía
tervención quirúrgica. Finalmente, otro ejemplo puede establecer la diferenciación entre formas
de la ayuda valiosa de la ecocardiografía es en el difusas congestivas y otras formas, tales como la
estudio de los recién nacidos con shock, sufri- cardiomiopatía obstructiva, lo que es de gran sig-
miento respiratorio, cianosis, o todos ellos, En nificación terapéutica,
estos pacientes, la ecocardiografía puede aportar Esta técnica permite establecer el diagnóstico
información definitiva para separar trastornos presuntivo de defecto septal auricular en pacien-
primariamente respiratorios metabólicos o sépti- tes con soplo y cuadro clínico compatible, en los
cos, de malformaciones cardíacas que pueden ser cuales se documentan dilataciones del ventrículo
la causa de estos problemas (presencia del sín- derecho y presencia de movimiento paradójico
drome del corazón izquierdo hipoplásico, atresia del tabique interventricular.
mitral, transposición de los grandes vasos, atresia En algunos pacientes, la ecocardiografía pue-
tricuspídea, etc.). de establecer el diagnóstico preciso de tumores
La ecocardiografía puede aportar información intracardíacos, tales como el mixoma.
definitiva, sin contar otras técnicas Finalmente, la ecocardiografía aporta informa-
de evaluación clínica o de laboratorio en una se- ción diagnóstica precisa para el diagnóstico de
rie de condiciones patológicas (tabla 3-3). malformaciones congénitas cardíacas, tales como
Puede permitir un diagnóstico definitivo en la enfermedad de Ebstein, la transposición de los
cuanto a la presencia o ausencia de derrame peri- grandes vasos, el síndrome del corazón izquierdo
cárdico, hipoplásico.
Sirve para establecer definitivamente la pre- La ecocardiografía también puede proveer in-
sencia de enfermedad mitral de origen reumáti- formación, si bien no puramente diagnóstica, de
co, lo que puede ser de gran valor en individuos gran utilidad clínica, tal como se expresa en la ta-
que se presentan con una válvula mitral extrema- bla-3-4, Permite establecer y seguir ciertos pará-
damente calcificada y en los que no existen los metros de la función ventricular izquierda, de las
elementos habituales auscultatorios de lesión dimensiones cardíacas.
valvular mitral, debido a la rigidez e inmovilidad En pacientes con enfermedad coronaria, pue-
de la válvula, de aportar información de gran utilidad respecto
al estado de la función del ventrículo izquierdo,
presencia de aneurismas, trombos (murales), o
todos ellos,
Tabla 3-3. Ecocardiografía: valor diagnóstico
definitivo
en pacientes cardiovasculares En pacientes con prótesis valvulares puede
también ayudar a definir su estado funcional y su
1. Derrame pericárdico integridad estructural.
2... Enfermedades de la válvula mitral
a) Reumática
b) Prolapso Ecocardiografía transesofágica
sin autorización es un delito.

«) Rotura de cuerdas tendíneas


Folocopiar

Cardiomiopatía
La ecocardiografía transesofágica (ETE) es una mo-
>

a) Congestiva
b) Hipertrofia concéntrica dalidad diagnóstica que se basa en la versatilidad
e) —Obstructiva de las imágenes, conseguidas con los transducto-
Sobrecarga de volumen del ventrículo derecho (de- res de ultrasonidos; estas, además, pueden conse-
fecto septal auricular, insuficiencia tricuspídea, etc.)
Tumores cardíacos
E

Vegetaciones valvulares Tabla 3-4. Ecocardiografía: criterios de evalua-


Enfermedades de la válvula aórtica (estenosis aórti- ción básica
ca, válvula aórtica bicuspídea, insuficiencia aórtica)
Ciertas malformaciones cardíacas (enfermedad de Función ventricular izquierda
O MASSON,
S.A

Ebstein, transposición de los grandes vasos, etc.) Dimensiones de las cámaras cardíacas
o

Hipertrofia fisiológica frente a hipertrofia patológi- Pacientes con enfermedad coronaria


2

ca en deportistas Función de las prótesis valvulares


286 Semiología médica y técnica exploratoria

guirse en múltiples tamaños. Gracias a ello pueden CATETERISMO CARDÍACO


ser introducidas en diferentes instrumentos endos-
cópicos e incluso en catéteres intravasculares, Tiene por objeto alcanzar las cavidades cardía-
La ETE es una exploración bastante diferente a cas y grandes vasos, por medio de catéteres opa-
la que se realiza por el método transtorácico. Es cos de polietileno, introducidos bajo control ra-
una técnica invasiva, por lo que requiere personal dioscópico. Las vías de acceso al corazón dere-
altamente especializado y con experiencia. El uso cho son las venas cubital o mediana del brazo en
de esta prueba se basa en los conocimientos en- los adultos, y la safena en los niños; para el cora-
doscópicos gastroesofágicos, que requieren anes- zón izquierdo se emplea la cateterización aórtica
tesia tópica faríngea o sedación del paciente y retrógada desde la arteria femoral o humeral (téc-
monitorización adecuada. El paciente debe estar nica de Seldinger) o la vía transeptal (Cope y
en decúbito lateral izquierdo y, para evitar la Ross) o transtorácica. Los accidentes son raros,
mordedura del endoscopio, el paciente sostendrá con una mortalidad que oscila entre el 0,5-1%
con los dientes el protector de mordeduras o cala- (Friedberg) y el 0,45 % (Braunwald); cabe señalar
dientes; el médico introducirá el endoscopio bien una estrecha relación entre el exitus y la edad del
lubricado de forma suave y sin forzar la maniobra enfermo: 6,2 % < 1 año; 5,8 % en el segundo
para no lesionar la orofaringe; una vez dentro del año de vida; 0,15 % > 2 años (Braunwald). El
esófago, se llegará a la zona retrocardíaca. riesgo de la prueba se reduce a medida que au-
Los pacientes son problemas orgánicos esofágicos menta la experiencia del examinador.
deben ser descartados para esta técnica, ya que el Es imprescindible para plantear el tratamiento
resultado puede ser impreciso y, a su vez, agra- quirúrgico de cualquier cardiopatía susceptible a
var la patología digestiva preexistente. ello.
La ETE ofrece un estudio óptimo del corazón,
ya que el haz de ultrasonidos no está dificultado
por el pulmón ni por la pared torácica. La técnica Indicaciones del cateterismo
de este examen progresa paulatinamente y los intracardiaco
diferentes planos de examen y las posiciones de
la prueba electrocardiográfica (que puede ser Descubrir trayectos anormales. Como ocu-
avanzada, rotada y manipulada) permiten conse- rre en algunas cardiopatías congénitas (ductus, co-
guir múltiples vistas, que requieren la experiencia municaciones interauriculares o interventriculares).
del método para conseguirlas e interpretarlas.
Hay tres posiciones intraesofágicas básicas en la Registro de presiones (tabla 3-5). Se efec-
ETE, que se emplean en el estudio del corazón y túa por medio de un sistema óptico adaptado al
los grandes vasos. La primera posición, la más catéter tipo Hamilton u otros manómetros espe-
distal, se encuentra a nivel gastrocardial. La se ciales.
gunda posición se consigue al retirar el transduc- La presión auricular derecha es de 0-5 mm
tor y colocarlo en posición retrocardíaca. La ter- Hg, valores superiores a 10 mm Hg son anorma-
cera posición, la más proximal, está a nivel de la les y se hallan en fallos del corazón derecho, es-
base cardíaca. Desde cada una de estas posicio- tenosis e insuficiencia tricúspide, y pericarditis
nes se puede obtener las imágenes más adecua- constrictivas.
das para el estudio.
La ETE permite al médico, entre otras múlti-
ples, una oportunidad única para el examen de la Tabla 3-5. Presiones intracardíacas mormales
(mm Hg)
aorta torácica y toracoabdominal en toda su lon-
gitud, siendo la prueba por excelencia para el es- Sistólicas Diastólicas Medias
tudio de la disección aórtica.
La ETE está jugando un papel primordial para Aurícula derecha 5 0-1 2-3
el estudio pre, intra y postoperatorio de los pacientes Ventrículo derecho 25 0-4 8
sometidos a cirugía cardíaca, por lo que resulta Arteria pulmonar 25 9 10-15
fácil evaluar la función de las válvulas aórticas y «Capilar» pulmonar 10 5 7-8
Aurícula izquierda 4 0 3-6
mitral, la contracción ventricular y la eliminación
Ventriículo izquierdo 120 2-6 30-40
de las burbujas de aire en los procedimientos a Aorta 120 65 85
corazón abierto, sin interferir en absoluto el tra-
bajo del cirujano cardíaco. De Meneses Hoyos.
Cardiología. Angiología 287

La presión ventricular derecha en su fase sis- presión producido por la sístole auricular. Una
tólica es de 15-25 mm Hg, y en la telediastólica, elevación que aparece más tarde (c) está relacio-
de 0,5 mm Hg. Los valores superiores a 30 mm y nada con el aumento transitorio de presión con-
10 mm para cada una se consideran patológicos. secutivo al cierre brusco de la válvula tricúspide.
Se registran en estenosis pulmonares, fallos ven- Esta onda (c) va seguida de una línea descenden-
triculares derechos (la diastólica) y tabiques per- te que corresponde a un descenso de la presión
forados. auricular debida a la atracción del anillo tricúspi-
La presión de la arteria pulmonar es, en la sís- de hacia la punta del corazón en el momento de
tole, de 15-25 mm Hg y en la diástole, de 5-10 la sístole ventricular. La curva auricular remonta
mm Hg. La presión media varía entre 10-15 mm a continuación más o menos rápidamente hacia
Hg. Se diagnostica hipertensión pulmonar cuan- su nivel anterior, elevándose la presión como
do la sistólica supera los 30 mm Hg y la media consecuencia del relleno de la aurícula por la san-
los 20 mm Hg. gre venosa que pasa de las venas cavas. Una ter-
La presión capilar pulmonar es la que registra cera elevación (v) es consecuencia de la apertura
la sonda al quedar enclavada en el extremo más de la tricúspide (fig. 3-79 A).
distal de los vasos pulmonares sondables, y se 2. Curva de presión ventricular derecha. Inicial-
considera equivalente a la que debe existir en la mente, muestra una ascensión brusca, casi verti-
aurícula izquierda. Oscila entre 5-20 mm Hg, y cal, que empieza 0,08 s después de iniciada la
las cifras superiores se consideran como expre- onda QRS del electrocardiograma. Después de
sión de fallo ventricular izquierdo o de estenosis un vértice, seguido de una corta meseta o de un
mitral (llega a 30 mm Hg o más en las muy cerra- breve descenso apenas insinuado, la curva se in-
das) o pericarditis, y signo de grandes dificultades flexiona bruscamente, descendiendo y alcanza-
en la repleción diastólica del ventrículo izquierdo. do, generalmente, el nivel más bajo después de
La medida de las presiones en el ventrículo iz- iniciada la diástole, remontando a continuación
quierdo se realiza por cateterismo arterial retró- progresiva y lentamente durante toda ésta, pu-
grado (rara vez por punción transeptal a través del diendo presentar hacia su final una ligera eleva-
corazón derecho o puntura transtorácica), siendo ción que corresponde a la contracción de la auri-
la presión de la aorta 120 mm Hg en la sístole y cula, siendo seguida inmediatamente de la brusca
65 mm Hg en la diástole, con presión media de ascensión sistólica (fig. 3-79 B).
85 mm Hg, y la de la aurícula (4-0 mm Hg; cifra 3. Curva de presión arterial pulmonar. Al prin-
media: 3-6 mm Hg) y la del ventrículo izquierdo cipio, supone también una brusca curva ascen-
120 mm Hg en la sístole; 2-6 mm Hg en la diástole dente, que corresponde a la rápida elevación de
con una presión media de 30-40 mm Hg. presión debida al paso de la sangre ventricular a
El aumento de la presión en la aurícula dere- la arteria pulmonar, proceso que se inicia 0,09 s
cha, con caída en el ventrículo correspondiente, después de iniciada la onda QRS del electrocar-
traduce estenosis tricuspídea; el aumento en di- diograma y de 0,01-0,02 s, después de iniciarse la
cho ventrículo, con descenso de la presión en la deflexión ventricular derecha ascendente. Una
arteria pulmonar, indica estenosis del orificio pequeña muesca marca el principio de la diásto-
pulmonar; el aumento de la presión en la arte- le, y la curva describe a continuación una línea
ria pulmonar puede ser debido a persistencia del regularmente descendente hasta la sístole si-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

conducto arterioso o incremento de la resistencia guiente (fig. 3-79 C).


vascular en la red pulmonar. El aumento de la 4, Curva de presión auricular izquierda. En rit-
presión intracapilar y de la presión intraauricular mo sinusal, la curva presenta tres accidentes po-
correspondiente revela estenosis mitral, y el au- sitivos «a, c, v» separados por tres depresiones, la
mento de la presión intracavitaria ventricular iz- «Z», entre a y c; la «x», entre c y v, y la «y», entre
quierda, con caída de la presión diferencial en la v y la onda «a» siguiente.
aorta o en la femoral, es indicio de estenosis aúr- La onda «a», correspondiente a la sístole auri-
tica o subaórtica. cular, se inicia a 0,08 s después de empezada la
El análisis de las curvas de presión obtenidas du- onda P del electrocardiograma; su amplitud es
rante el sondeo es delicado, y deben realizarlo variable.
S.A.

personas especializadas: La onda «c», habitualmente poco amplia, se


inscribe sobre la rama descendente de «a» y co-
O MASSON,

1. Curva de presión auricular derecha. Una pri- rresponde al cierre de la válvula mitral y a la ten-
mera elevación (a) corresponde al aumento de sión del ventrículo izquierdo.
Fig. 3-79. Curvas normales de presión por cateterismo, A) Auricular derecha. B) Ventricular derecha. C) Arterial
pulmonar, D) Auricular izquierda. E) Ventricular izquierda.

Entre «a» y «c» se inscribe,


con frecuencia, una diástole prolongada, la curva de presión asciende
ligera depresión, la «z», que expresa el valor de la entre «y» y el punto (L
presión auricular izquierda en el momento en En el individuo normal, la amplitud de las os-
que se inicia la sístole ventricular, cilaciones «as, «c» y «vn es sensiblemente igual,
La morfología del segmento a-c depende de la aunque corrientemente el vértice «a» se encuen»
duración de la conducción auriculoventricular; si tra algo más alto. La presión mínima se alcanza
el espacio P-R es corto, la onda «cn puede fusio- en «y» o en «x», cuando la diástole es corta.
narse con la «an; si el espacio P-R es prolongado, La fibrilación auricular modifica considerable-
el punto «z» habitualmente se halla descendido. mente el aspecto de la curva auricular izquierda,
Después del segmento a-c, aparece la depresión haciendo desaparecer el promontorio «a», que
«x» debida a la relajación de la aurícula izquierday corresponde a la sístole auricular; el punto «Z» se
al descenso del techo mitral en el momento de la halla situado relativamente bajo, y la depresión
«x» es menos profunda. El trazado está constitui-
La curva remonta a continuación hasta un do por una sucesión de accidentes «v» de ampli-
nuevo vértice, «v»; la rama ascendente traduce el tud variable, tanto mayor cuanto más larga es la
aflujo sanguíneo de sangre venosa pulmonar a la diástole (fig. 3-79 D).
aurícula izquierda, y el vértice «v» corresponde a Esta curva debe ser estudiada en el curso de
la apertura de la mitral. una pausa respiratoria, después de una espiración
La curva se deprime a continuación entre «v» normal, a fin de evitar las variaciones que la res-
e «y», lo que corresponde al paso rápido de san- piración puede producir y que son capaces de al-
gre al ventrículo izquierdo relajado. A continua- canzar los 10 mm Hg.
ción, queda más o menos estable hasta el pie 5. Curva ventricular izquierda. La presión ven-
de la onda «a» siguiente (punto (), y en caso de tricular izquierda empieza a elevarse desde el
Cardiología. Angiología 289

momento en que se cierra la mitral (punto «z» del conducto arterioso, así como las fístulas y
del trazado auricular). El trazado casi vertical du- aneurismas arteriovenosos, dan lugar a un flujo
rante la fase de contracción isométrica del ventrí- sanguíneo «de izquierda a derecha», es decir, de
culo izquierdo y la apertura de la sigmoidea, que las cavidades izquierdas a las derechas; de la aor-
marca el momento de iniciarse la expulsión ven- ta a la pulmonar o de las arterias a las venas, con
tricular, no comporta modificación alguna en la el consiguiente enriquecimiento de la sangre ve-
pendiente de la curva ventricular. El período de nosa en oxígeno, en el sitio correspondiente al
expulsión se divide en un período de impulsión nivel donde se opera el cortocircuito.
rápida, que va desde la apertura de las válvulas Se advertirá dicho enriquecimiento en oxígeno:
aórticas en el vértice de la curva ventricular iz-
quierda, y el periodo de expulsión lenta, que co- 1. Al pasar el catéter de la vena cava superior
responde a una meseta. Se ha discutido si esta a la aurícula derecha, si hay un defecto del tabique
meseta era ascendente o descendente; es posible interauricular (persistencia del ostívm primum o del
que la edad y el estado de las arterias puedan de- foramen ovale, cor triloculare, cor bilocurare, persisten-
sempeñar un papel en la morfología del vértice cia del canal auriculoventricular común).
de la curva ventricular. Después de éste, el des- 2. Al pasar de la aurícula al ventrículo, si
censo de la presión ventricular es muy rápido y hay un defecto, alto o bajo, del septo interventri-
el trazado cruza el correspondiente a la aurícula a cular, o carencia de éste.
nivel del vértice «v». Inmediatamente, se produce 3. Al pasar del ventrículo a la arteria pulmo-
la apertura de la mitral y se inicia la curva diastó- nar, si hay un defecto del septo aórtico-pulmo-
lica por una depresión a la que puede seguir un nar, existe un tronco arterial común o persiste el
leve resalte y después una meseta ligeramente conducto de Botal.
ascendente hasta el fin de la diástole. Durante el
período de relleno ventricular no existe, entre la Cuando a dichas anomalías congénitas se su-
aurícula y el ventrículo, más que un mínimo gra- ma tardíamente una hipertensión pulmonar que
diente de presión (fig. 3-79 E). obstaculiza el vaciado de las cavidades derechas,
6. Curva aórtica. La curva aórtica toma el as- el flujo sanguíneo se invierte y la sangre venosa
pecto de los dientes de una sierra. Cada uno de deja de enriquecerse en oxígeno y es reducida, en
ellos consta de una rama rápidamente ascenden- cambio, la dote de oxígeno arterial, al recibir las
te (onda anacrótica) y una rama descendente, por cavidades izquierdas del corazón una mezcla de
lo general menos abrupta (onda catacrótica), que sangre venosa procedente del corazón derecho.
ostenta una inflexión correspondiente al cierre de El débito cardíaco se evalúa según el principio
las sigmoideas (muesca discrótica). El vértice de de Fick, que considera que éste corresponde al
la curva puede ser puntiagudo o redondeado. So- consumo de oxígeno por unidad de tiempo; Bing,
bre la rama ascendente, a veces se inscribe, aun Dexter y Cournand fueron los primeros en propo-
que raramente, una muesca anacrótica. ner la aplicación de este principio en el hombre.
El consumo de oxígeno en condiciones basa-
Medición del contenido de oxígeno de las les se sitúa entre 0,15-0,18 l/min. La saturación
muestras de sangre (oximetría). Para detec- de oxígeno de la sangre arterial se determina por
tar los shunts (comunicaciones anómalas) intra- punción de la arteria femoral. La saturación de la
delito.

cardíacos o de grandes vasos y estimar el débito sangre venosa se mide en la sangre de la arteria
cardíaco (tabla 3-6). Para el primer fin, se toman
un
es

muestras de sangre:
autorización

Tabla 3-6. Concentración en oxígeno


1. En la vena cava superior. Volumen Saturación
2. Enla aurícula derecha. Cavidad O, (%) O, (%)
sin

3. Enel ventrículo derecho.


Fotocopiar

4. En la proximidad de los capilares pulmo- Vena cava superior 13-15 63-75


nares. Vena cava inferior 15-17 75-85
5. En la arteria femoral. Aurícula derecha 14-16 70-80
S.A.

Seno coronario 4-7 30-40


Ventriículo derecho 14,2-16,2 70-80
Los defectos de los tabiques interauricular o
MASSON,

Arteria pulmonar 14,2-16,2 70-80


interventricular, o del septum aórtico (que separa Arteria femoral 18,9-19,5 92-96
la aorta de la arteria pulmonar) o la persistencia
O
y
290 Semiología médica y técnica exploratoria

pulmonar; a este nivel, la. mezcla de las diferen- Electrocardiografía cavitaria, de Lenegre:
tes sangres venosas es más completa. La diferen- Ya ha sido comentada.
cia arteriovenosa representa el oxígeno utilizado
en los diversos tramos del organismo. intracardíaca de Soulié y Lau-
El débito cardíaco (Vmin) a una rens. La utilización del micromanómetro en un
fórmula (consumo de O, (ml/minYdiferencia arte- corazón normal permite registrar en la aurícula de-
riovenosa), y está en función de la talla, el peso y recha los dos ruidos del corazón de débil amplitud,
el sexo. El índice cardíaco da un valor más fijo, que 0,1-0,3 mm Hg, de frecuencia baja; en el ventrículo
se sitúa entre 3,4-3,2 Um? de superficie corporal. derecho, el primer ruido se capta con el máximo
Normalmente, en ausencia de cualquier co- de intensidad en la cámara de llenado y sobreviene
municación entre las dos circulaciones, el débito 0,02-0,03 s después del comienzo de la subida: de
pulmonar (DP) que tiene en cuenta estos paráme- las presiones. El segundo ruido es más neto en:la
tros equivale al débito sistémico (DS), estable- cámara de expulsión. En la arteria pulmonar, el pri-
ciéndose la relación DP/DS = 1. mer ruido es débil y el segundo se inscribe con una
intensidad aproximada de 1 mm Hg. Normalmen:
Angiocardiografía selectiva derecha o iz- te, no se registra ningún soplo.
quierda, Mediante contraste inyectado a tra-
vés del catéter en los grandes vasos:o cavidades
cardíacas. Se comentará más adelante. TONOMETRÍA ARTERIAL
Angiografía coronaria. Estudio selectivo La tensión arterial (tonometría, esfigmomano:
de las ramas coronarias derecha e izquierda (des- metría) se valora con los esfigmomanómetros, cuya
cendente izquierda y circunfleja) por medio de técnica y utilidad hemos considerado con detalle.
contraste inyectado selectivamente en los orifi-
cios coronarios derecho e izquierdo. Es esencial
para estudiar la anatomía coronaria en pacientes FLEBOGRAMA
afectos de angina de pecho o «angor» coronario,
como paso previo al tratamiento de la estenosis El flebograma tiene por objeto el registro grá:
arterial con un puente (by-pass) quirúrgico o con fico del pulso venoso para el estudio de su ritmo
una angioplastia (fig. 3-80). y morfología,

TONOMETRÍA VENOSA
La mensuración de la presión venosa (tono:
metría venosa) nos ha ocupado con la detención
que merece, dada su importancia práctica, en el
apartado correspondiente.

TONOMETRÍA CAPILAR
La presión de la sangre que circula por el capi-
lar es intermedia entre la de las arterias termina-
les o metarteroides y las ramas primeras de las
venas colectoras. Sirviendo como punto de refe-
rencia la interrupción de la corriente linfática por
compresión extema, se estima en 19-26 mm Hg
y con el empleo de micropipetas introducidas en
el capilar; en el limbo arterial, de 21-48 mm Hg
(promedio, 32 mm Hg); en la cima del asa, de
15-32 mm Hg (promedio,20 mm Hg); y en el limbo
Fig. 3-80. Coronarografía derecha. Importante re- venoso, de 6-18 mm Hg (promedio, 12 mm Hg).
ducción del calibre arterial. En ambos métodos (incruento y cruento), si la
Cardiología. Angiología 291

determinación se hace en la mano, ésta debe si- trastorno hemorrágico, ni de la coagulación, e in-
tuarse a nivel del corazón. cluso puede considerarse normal (fig. 3-81). La
afectación es máxima cuando aparecen petequias,
en mayor o menor cantidad, en el antebrazo y
RESISTENCIA CAPILAR codo, sobre todo en la región del pliegue; las man-
chas son del tamaño de una lenteja y a veces ma-
Dificultad que presentan los vasos capilares a yores, confluentes, y el miembro adquiere una to-
romperse cuando se ejerce sobre ellos una acción nalidad violácea debido al número e intensidad de
traumática; se estudia con técnicas por estasis las manchas, se demuestra que existe un grave
(método del lazo) y por succión. Se desaconsejan trastormo capilar y de la hemostasis.
los métodos basados en traumatismos directos 2. Pruebas de succión. Consisten en producir,
(golpe, punción, etc.): por aspiración, un vacío en un territorio cutáneo
delimitado (ventosa, etc.). La aparición de pete-
1. Método del lazo (o de Rumpel-Leede). Se quias indica fallo capilar.
lleva a cabo colocando el brazal del esfignmoma-
nómetro en el tercio medio del brazo, a una pre-
sión intermedia entre la tensión arterial máxima RADIODIAGNÓSTICO
y mínima, de modo que obstaculice la circula- DEL CORAZON Y GRANDES VASOS
ción venosa de retorno pero respetando la arte-
rial. Una presión superior a la máxima impediría El corazón y los grandes vasos proyectan una
el paso de la sangre a la periferia del miembro, y sombra oscura que destaca bien en los campos
entonces la estasis venosa sería menor. pulmonares claros. Se emplea la radioscopia pro-
Al cabo de 10 min de mantener la estasis, se ximal (distancia tubo-pantalla, 75 cm), que nos
retira el mecanismo compresor y aparecen, cuan- orienta sobre la topografía, morfología, densidad
do la prueba es positiva, es decir cuando hay y, sobre todo, la movilidad del corazón y grandes
anormalidad, una serie de petequias de número y vasos, y la telerradiografía o radiografía obtenida
tamaño variables, desde puntiformes y poco visi- a una distancia tubo-placa mínima de 2 m, co-
bles hasta del tamaño de una lenteja o aun ma- rrespondiendo el haz central a la apófisis espino-
yor, con asiento preferente en las proximidades sa de la VI vértebra dorsal. La divergencia en los
del lugar donde colocamos el brazal o extendién- rayos aumenta la silueta cardíaca, sobre todo en
dose a casi todo el antebrazo subyacente. la radioscopia.
El número de elementos petequiales es de 5 a El enfermo, de pie, se examina en tres posiciones:
12 si es escasa la positividad o numerosísimos en
los casos intensos. Es interesante consignar no 1. Posteroanterior (PA) o frontal. El enfermo
sólo el número aproximado de petequias que han mira al observador (fig. 3-82 A). En esta posición
aparecido, sino la extensión de la zona petequial.
En los casos de trastorno más leve, las pete-
quias sólo se presentan en el pliegue del codo e
inmediatamente por debajo de la zona en donde
ha estado aplicado el brazal.
delito.

Si la prueba da resultados positivos más inten-


sos, la zona petequial se extiende a toda la cara
un
es

anterior del antebrazo, y en los casos más inten-


sin autorización

sos también aparecen manchas sanguíneas en la


cara posterior del antebrazo y mano y en toda la
muñeca; en estos casos, se trata ya de manchas
grandes y confluentes, que pueden incluso llegar
Fotocopiar

a cambiar la tonalidad general del miembro.


Pueden darse diversos grados de positividad,
que van del positivo débil (+) al positivo máximo +++ ++ ++
S.A.

(+++++), dependiendo del número de petequias Fig. 3-81. Esquema de los resultados de la prueba de
MASSON,

que aparezcan. Un máximo de seis petequias muy Rumpel-Leede. La aparición de cuatro o cinco pete-
pequeñas y situadas exclusivamente en el pliegue quias, a los 10 min de haber aplicado el brazo, puede
del codo no tiene mayor valor, ni es sinónimo de considerarse normal.
O
292 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 3-82. Esquema de la sombra radiológica de un corazón normal en las proyecciones frontal (A) y oblicuas
anterior derecha (B) e izquierda (C).

la sombra cardiovascular es de forma más o me- culación esternoclavicular; presenta movimientos


nos triangular, más extendida a izquierda que a de expansión que corresponden a la dilatación de
derecha, confundiéndose en su parte inferior con la aorta por la entrada de la sangre durante la sís-
la sombra de los órganos subdiafragmáticos. tole cardíaca. En este borde, deben fijarse los
Presenta dos contomos; el derecho se extiende puntos G, en el que el arco medio se une al infe-
desde la parte interna del hemidiafragma derecho rior, y G*, en el que la sombra del ventrículo iz-
hasta la articulación esternoclavicular del mismo quierdo contacta con el diafragma. El primero se
lado; está constituido por dos segmentos de exten- determina con facilidad por el movimiento bas-
sión semejante; el inferior, convexo hacia fuera, culante que motivan la simultánea retracción
corresponde a la proyección de la aurícula derecha del arco del ventrículo izquierdo y la dilatación del
y presenta un pequeño movimiento de retracción arco medio. Este punto corresponde a la parte su-
presistólico; el segmento superior, inmóvil o ani- perior del tabique interventricular. Una línea que
mado de un movimiento de expansión debido a la une los puntos D y G' constituye el diámetro
transmisión de las pulsaciones de la aorta ascen- oblicuo, con un promedio de 13,6 (11-15,5) cm.
dente, se debe a la proyección de la vena cava su- La suma de las líneas primeras, desde el punto
perior; a su mitad se observa la imagen del hilio extremo derecho hasta la línea medial y segunda,
pulmonar, formado, fundamentalmente, por sub- desde la línea media hasta el punto extremo iz-
divisiones de la rama derecha de la arteria pulmo- quierdo, constituye el diámetro transversal, que
nar. Es importante fijar el punto D, límite superior mide, por término medio, 9,8 (9,2-14,5) cm. En la
de la aurícula, y el punto D”, límite inferior. mujer, estos promedios son inferiores en 1,2 cm.
El contorno izquierdo se extiende desde la cús- 2. Oblicua anterior derecha (OAD) o primera
pide del hemidiafragma izquierdo hasta la articu- oblicua. El enfermo, con el brazo derecho levan-
lación esternoclavicular del mismo lado. En él en- tado para apoyar la mano en la nuca, en rotación
contramos un arco inferior convexo en relación de 45”, aproxima su hombro derecho a la panta-
con el ventrículo izquierdo, animado por una se- lla. Es muy favorable para el estudio de la arteria
rie de movimientos de retracción dependientes pulmonar, aorta ascendente, aurícula y ventrícu-
de la contracción sistólica del miocardio ventri- lo derechos. Muestra un contorno derecho y otro
cular, un arco medio formado por la proyección izquierdo.
de la arteria pulmonar y de su rama izquierda; El derecho está formado por la proyección del
presenta movimientos de expansión dependien- ventrículo derecho y de la aorta ascendente.
tes de la dilatación de la arteria pulmonar por la El contorno izquierdo corresponde, de arriba
entrada de sangre durante la sístole cardíaca; a su abajo, a la aorta ascendente, aurícula izquierda,
nivel, se encuentra el hilio pulmonar. El arco su- aurícula derecha y vena cava inferior. Entre éste
perior se debe a la proyección del perfil izquier- y la columna vertebral, se observa un espacio cla-
do del cayado aórtico; es convexo (botón aórtico) ro (espacio retrocardíaco) por el que discurren la
y su extremo superior no llega a alcanzar la arti- aorta descendente y el esófago (fig. 3-82 B).
Cardiología. Angiología 293

3. Oblicua anterior izquierda (OAl) o segunda tía (> 500 m)). Su diferenciación radiológica es
oblicua. Con una rotación de 45%, el enfermo siempre delicada y motivo de cunfusión. Se valo-
aproxima el hombro izquierdo a la pantalla, con ran a favor del derrame pericárdico, la desapari-
elevación del brazo izquierdo (fig. 3-82 C). ción de las curvas propias de la silueta cardíaca
Sirve para el estudio del cayado aórtico, aor- normal, especialmente del borde izquierdo, que
ta descendente, aurícula y ventrículo izquierdos. se hace rectilíneo o convexo; el acortamiento de
Las sombras del corazón y de su pedículo vascu- la sombra supracardíaca vascular; la falta de esta-
lar aparecen a la izquierda de la sombra de la co- sis pulmonar con la vena cava superior turgente
lumna vertebral. y, sobre todo, la reducción o abolición de los lati-
El contorno izquierdo corresponde al ventrículo dos cardíacos en contraste con la pulsabilidad del
derecho y a la aorta, la cual, después de un curso pedículo vascular (signo de Berner). Es útil recu-
ascendente, se continúa con la porción horizontal rrir al cateterismo de las cavidades cardíacas y a
(rodilla anterior del cayado). A veces, se percibe la la angiocardiografía.
sombra de proyección del ángulo formado por
la porción horizontal de la aorta con la porción
inicial descendente (rodilla posterior del cayado). Cambios de forma y tamaño de partes
El contorno derecho o mediastínico está forma- aisladas del corazón
do por el ventrículo izquierdo, la aurícula izquier-
da y la aorta. Entre el ventrículo y la aurícula iz- Como consecuencia de lesiones musculares
quierdos, se encuentra el surco auriculoventricular, primarias o de sobrecargas exageradas de la pre-
relativamente fácil de determinar por radioscopia, sión y volumen; si se afectan dos o más cavida-
por la diferente pulsatilidad de ambos arcos. des, siendo las otras normales o hipoplásicas, re-
sultan imágenes complejas de gran valor
semiológico:
Variaciones del contorno cardíaco
l. Agrandamiento del ventrículo izquierdo. Se
El aspecto de la sombra radiológica del cora- señala en la hipertensión arterial, lesiones val-
zón varía según la constitución del sujeto, En los vulares aórticas e insuficiencia mitral orgánica.
normotipos, su eje forma con la horizontal un Se traduce por el abombamiento del arco infe-
ángulo alrededor de los 45” (corazón oblicuo). En rior del perfil izquierdo del corazón, con eleva-
los pícnicos, su forma es horizontal, y en los as- ción del punto G y desviación de la punta hacia
ténicos, tiende a la vertical. Á veces, ciertos cora- abajo y hacia la izquierda; el ángulo que forma el
zones medios y pequeños apenas contactan con arco inferior con el arco medio es más agudo que
el diafragma (corazón en gota). La silueta cardía- el habitual, y el conjunto de la silueta del cora-
ca se desplaza algo con los movimientos de late- zón toma la forma de una bota; en oblicua, el
ralidad y durante la respiración, ventrículo izquierdo alcanza y aun rebasa la co-
En condiciones anómalas podemos observar: lumna vertebral.
2. Agrandamiento del ventrículo derecho (cor pul-
monale y ciertas malformaciones congénitas, cornu
Aumento global de la silueta cardíaca estenosis pulmonar, tetralogía de Fallot, comple-
delito.

jo de Eisenmenger, etc.). La imagen que se obtie-


un

Ya sea por causa miógena (pérdida patológica ne resulta de la suma del ventrículo agrandado
es

del tono o disminución con finalidad regulado- más la rotación del perfil auricular derecho, el
sin autorización

1a%) o por un derrame pericárdico de cierta cuan- abombamiento y prominencia del arco medio
(cono pulmonar) con atenuación del aórtico y
ventricular izquierdo, y la elevación de la punta
Con la denominación de «tono» se designa el estado de
del corazón, que se despega del arco diafragmáti-
Fotocopiar

contracción parcial de las fibras musculares cardíacas al final


de la diástole, el cual es gobernado y regulado independiente co. En VAD se reconoce la prominencia de los
mente de la presión de repleción. La contracción del miocardio arcos correspondientes a la arteria pulmonar y
es independiente de la intensidad del estímulo; sigue la «ley del ventrículo derecho, y en OAI, el saliente en rela-
S.A.

todo o nada». Pero la intensidad de la contracción depende del ción con el ventrículo derecho, que a veces llega
tono de la fibra en el momento de la estimulación; cuanto más
(OQ MASSON,

larga, gruesa y distendida sea la fibra, mayor sería la intensidad a contactar con la línea esternocostal.
contráctil, de modo que la sístole cardíaca depende de la elon- 3. Dilatación de la aurícula izquierda (valvulo-
gación diastólica de acuerdo con la «ley o regla de Starling». patías mitrales y especialmente estenosis). Se
294 Semiología médica y técnica exploratoria

realiza hacia atrás y a la derecha, a causa de la re- Anomalías vasculares (aorta y arterias
sistencia opuesta por el ventrículo izquierdo, pulmonar y bronquiales; venas cavas
más anterior, y por la válvula mitral. En proyec- y pulmonares)
ción anteroposterior, se observa el incremento
discreto del ll arco izquierdo y la aparición de un Las más importantes, con traducción radioló-
IM arco derecho o incremento del 11, siempre que gica simple, son las siguientes:
la aurícula se desaloje hacia este lado, gracias a la
hipertrofia ventricular derecha concomitante. En 1. Procesos aórticos (ateroma, aortitis luética,
OAD, disminuye o desaparece el espacio entre hipertensión arterial, insuficiencia aórtica, etc.).
las sombras correspondientes a la aurícula y co- Motivan la elongación y dilatación del vaso, con
lumna dorsal; el esófago, en su porción media y predominio de las porciones ascendentes y trans-
final, se encuentra comprimido, y por él sólo versa en la aortitis e hipertensión arterial, y de la
pasa un hilo de contraste baritado. En OAL, se es- descendente en el ateroma (aorta senil). La dilata-
tima el ángulo de bifurcación entre ambos bron- ción difusa de la porción ascendente de la aorta
quios principales, cuyo valor promedio de 62,7” torácica se identifica en posición frontal por el
se eleva a 69,7” por término medio, a causa del ascenso (hasta cerca de la clavícula) y mayor pro-
desplazamiento del bronquio izquierdo por la minencia del botón aórtico y por una mayor con-
aurícula izquierda dilatada. vexidad del arco superior derecho.
4. Dilatación auricular derecha (lesiones tricús- En OAD, cabe observar un aumento de la
pides, comunicación interauricular, enfermedad convexidad del arco superior derecho, el corres-
de Ebstein, etc.). Motiva la prominencia del arco pondiente a la aorta ascendente.
inferior derecho en posición frontal y la desapari- El desenrollamiento de la porción transversa
ción del espacio claro retrocatfdíaco situado in- del cayado se reconoce en OAÍ por la mayor
mediatamente por encima del diafragma en abertura del arco cóncavo hacia abajo formado
OAD. Dada la situación del esófago a la izquier- por el contorno inferior de este segmento aórtico.
da de la aurícula derecha, nunca es desplazado Las anomalías de la aorta descendente se ha-
(al revés de lo que ocurre en los crecimientos cen aparentes, en posición frontal, sobre todo
ventriculares izquierdos), observándose su ima- dentro del espacio, normalmente claro, situado
gen normal en plena masa oscura correspondien- fuera del arco medio izquierdo y botón aórtico.
te a la aurícula derecha. En OAI, abomba el arco La dilatación circunscrita (aneurisma) de la aor-
medio entre el aórtico por encima y el ventricular ta se observa en las porciones ascendente y trans-
derecho, por abajo. versa; menos frecuentemente en la descendente.
9. Dilatación de dos o más cavidades cardíacas. Facilita su identificación la presencia de latidos a
En la estenosis mitral, el ventrículo izquierdo su nivel, y que cn su desarrollo destruya elemen-
aparece reducido lo mismo que el botón aórtico. tos óseos vecinos (vértebras, esternón, costillas),
El arco medio se rectifica y luego se vuelve pro- cosa casi exclusiva de los de naturaleza sifilítica.
minente (configuración mitral o mitralización del En la coartación de la aorta, se señalan la
corazón), el ventrículo derecho se va agrandando elongación del pedículo vascular hacia arriba,
hasta formar la punta cardíaca, la sombra auricu- adoptando la forma de chimenea, debido a la
lar asoma por el borde derecho de la silueta car- poca visibilidad del botón aórtico y de la aorta
díaca entre los perfiles de la cava superior y la descendente, junto con el calibre extraordina-
aurícula derecha (por el giro del corazón en el rio de los vasos que salen del cayado; la dilata-
sentido de las agujas del reloj alrededor de su eje ción de la arteria subclavia izquierda en OAD, y
longitudinal) y, finalmente, la aurícula derecha se la dilatación postestenótica del extremo proximal
dilata por insuficiencia tricuspídea funcional. En de la aorta descendente. Estas imágenes se perci-
el fallo aórtico avanzado al sobrevenir la mitrali- ben también a veces en la radiología simple, pero
zación del corazón, éste adopta la configuración son más evidentes sobre el esófago baritado (sig-
aórtica al añadirse la prominencia del arco medio no de la «E», de Gross) y con la mediastinografía
y la dilatación auricular y ventricular derechas gaseosa. Lis posible observar en los bordes infe-
con ensanchamiento y densificación de los hilios riores de las costillas, las erosiones típicas en los
pulmonares. La cardiomegalia es considerable arcos posteriores causadas por la presión de las
(corazón bovino de Traube). En las cardiopatías arterias intercostales dilatadas (signo de Roeslen),
congénitas, coexisten zonas agrandadas con otras que se extiende, algunas veces, desde la C3 hasta
de tamaño normal o disminuido. la C9 y C10.
Cardiología. Angiología 295

2. Malformaciones de la vena cava. Doble vena región parahiliar superior derecha o izquierda. El
cava superior; doble vena cava superior con dre- drenaje total de las venas pulmonares a la vena
naje venoso anómalo; ausencia de la vena cava. cava superior motiva una imagen circular de lo-
En la primera, la coexistencia de dos cavas su- calización supracardíaca (sombra cardíaca en fi-
periores (se comunican a través de la vena innomi- gura de «muñeco de nieve»).
nada) motiva una imagen con un pedículo vascular
simétrico, a diferencia de lo que ocurre normal- 4. Anomalías de la arteria pulmonar. Aneuris-
mente, en que se observa la vena cava superior de- ma del tronco o ramas principales, malposición
recha en un lado y el botón aórtico en el otro. (cosa frecuente en las transposiciones vascula-
En la segunda, el caudal importante de sangre res), agenesia, estenosis posvalvular, obstrucción
que circula por la vana cava superior izquierda, trombótica adquirida con dilatación considerable
vena innominada y vena cava superior derecha, del tronco de la arteria pulmonar y amputación
da lugar a una imagen radiológica muy caracte- de una o ambas ramas (si el proceso es bilateral)
rística, ensanchando el pedículo vascular, envol- con marcada isquemia de los campos pulmo-
viéndolo a modo de «cuello de renard» y confi- nares.
riendo al corazón la típica configuración en «8» 5. Circulación bronquial. En los casos de atre-
de Albers y Snellen. sia orificial o infundibular pulmonar, la circula-
La opacificación selectiva de la arteria pulmo- ción puede llevarse a cabo a través de las arterias
nar demuestra claramente el camino que sigue el bronquiales considerablemente dilatadas. La ano-
drenaje venoso del pulmón. El cuadro radiológico malía puede ser unilateral o bilateral. Se traduce
se completa por la presencia de una gran plétora en la placa radiológica por un moteado muy ca-
pulmonar consecuencia del gran cortocircuito ar- racterístico, y por la ausencia de las «comas» hi-
terlovenoso. liares, propias de las dos ramas principales de la
En ausencia de la vena cava inferior (en reali- arteria pulmonar. Cuando la lesión es unilateral
dad, un corto segmento por debajo de las venas aparece el llamado «síndrome de Jano».
suprahepáticas), el flujo de la vena cava inferior 6. Trastornos circulatorios de la pequeña circula-
va a parar a la superior por el camino de la vena ción. Motivan una serie de imágenes pulmonares
ácigos, cuyo cayado se hace visible en forma de anormales que completan las mostradas por el
vírgula, que aparece un poco por encima del hilio corazón:
derecho, en el lugar donde la gran ácigos desem-
boca en la vena cava superior derecha. a) Sombras hiliares. Resultan integradas por
3. Malformaciones de las venas pulmonares. El la proyección anatómica de bronquios, ganglios
drenaje de las venas pulmonares derechas en la y particularmente, de las ramas de la arteria pul-
vena cava inferior da lugar a: monar. Aparecen ensanchadas y de contorno bo-
rroso en la estasis pulmonar cardiógena por la
a) Dextroposición moderada del corazón. mayor repleción vascular con estasis venosa y
b) Asimetría en el tamaño y vascularización linfática y discreta trasudoración. De estos hilios
de los dos pulmones; el izquierdo (el único fun- agrandados y densos, parte una trama vascular
cional) está hiperdistendido (rechaza el corazón aumentada que se extiende en forma de ala de
hacia la derecha) e hipervascularizado con danza mariposa, contrastando con la claridad de los
Fotocopiar sin autorización es un delito.

hiliar. vértices y zonas laterales. A veces pulsan (danza


c) Una característica imagen vascular, descrita hiliar) como en las insuficiencias pulmonar y aór-
por Dotter, que partiendo del hilio derecho se di- tica; en la comunicación interauricular y venas
rige hacia el ángulo cardiofrénico, siguiendo pa- pulmonares derechas anómalas con drenaje en la
ralelamente al borde auricular derecho en la posi- cava inferior, este fenómeno es más patente en el
ción anteroposterior., lada izquierdo.
d) Comunicación interauricular con los signos En la doble lesión mitral con predominio evi-
de aumento de la circulación pulmonar; promi- dente de la insuficiencia, Torner Soler describió
nencia e hipersensibilidad del arco medio y de el signo de la «seudodanza del hilio derecho» (el
las arterias pulmonares más patentes en el lado hilio izquierdo permanece inmóvil) debido a la
S.A.

izquierdo. propagación de la expansión sistólica de la aurí-


El drenaje parcial de una o dos venas pulmo- cula izquierda dilatada a dicho hilio.
O MASSON,

nares en la vena cava superior derecha o izquicer- b) Refuerzo del dibujo pulmonar. Con entur-
da motiva una imagen circular localizada en la biamiento general o limitado a las regiones hi-
296 Semiología médica y técnica exploratoria

liar y parahiliar en los enfermos mitrales o basal Repercusión esofágica de las variaciones
en los aórticos. Esta hiperemia pasiva, si se pro- del contorno cardiovascular
longa, acarrea una esclerosis intersticial secun-
daria. Son frecuentes la presencia de manchas, La exploración radiológica del corazón y gran-
desde grumos finos a grumos gruesos, por acu- des vasos se completa con la del esófago, en el
mulación de exudados en los alvéolos. En oca- cual normalmente la aorta, el tronco bronquial
siones (estenosis mitral), se asiste a la forma- izquierdo y el corazón dejan sendas y leves hue-
ción de nódulos hemosideróticos de tamaño llas en su cara anterior, bien visibles en PA y
miliar (granulia hemosiderótica). En el caso de OAD. El lecho aórtico suele estar más marcado
una elevación súbita de la presión intracapilar en los ancianos y esclerosos.
(> 25-30 mm Hg) sobre la coloidosmótica, se Los aneurismas de la aorta torácica alteran la
presenta la crisis congestiva conocida como imagen del esófago en mayor o menor grado,
«edema agudo de pulmón cardiógeno»; en ésta, comprimiéndolo y desplazándolo. En el cayado
la infiltración alveolar difusa origina un velo gris aórtico, a la derecha, se observa una impresión so-
en todo el campo pulmonar, que, junto con los bre el borde derecho, y muchas veces sobre la cara
hilos de estasis, da una imagen radiográfica posterior, y en el cayado aórtico doble, el cayado
muy característica. derecho, más ancho que izquierdo, comprime el
c) Imágenes cisurales, Se ven más en pacientes borde derecho y la cara posterior del esófago,
mitrales descompensados, casi todos reumáticos. mientras que el cayado izquierdo deprime el bor-
son contemporáneas en la insuficiencia y desa- de izquierdo. Además de la estrangulación esofá-
parecen con ella. Se afecta, en casi todos los ca- gica, en la radiografía PA del tórax se observa un
sos, la cisura superior derecha. Se explica por un doble botón aórtico perfectamente simétrico.
edema ectásico ocasionado por la dificultad de la La arteria subclavia derecha aberrante motiva
circulación venosa. una depresión de valor patognomónico, en la
d) Líneas de Kerley. Son sombras lineales ho- cara posterior del esófago, inmediatamente por
rizontales de 1-3 cm de largo y 1 mm, aproxima- encima del cayado aórtico. Dicha anomalía es
damente, de anchura. 5e observan en el campo motivo de «distagia lusoria» dado que este vaso
medio pulmonar entre el hilio y la periferia (linea nace del cayado aórtico a la altura de la subclavia
A de Kerley) o en la región basal (línea B de Ker- izquierda en una posición más distal a ella. En la
ley). Se deben al edema e ingurgitación linfática mayoría de los casos, la subclavia derecha abe-
de los tabiques interlobulares. Rara vez aparecen rrante de iniciación izquierda cruza la línea me-
con presiones venosas intracapilares inferiores a dia para dirigirse al lado que ha de irrigar (el de-
20 mm Hg. Se desvanecen al mejorar la estasis recho), entre el raquis derecho y el esófago.
cardiógena. Según la dirección del vaso sea horizontal u obli-
e) Hidrotórax de la cavidad pleural e interlobu- cua, hacia arriba y a la derecha, la escotadura que
lar. El primero es de observación trivial. El hidro- termina en la cara posterior del esófago tendrá
tórax interlobular circunscrito (cl llamado «tumor forma semilunar o «en bayonetas, variando su
fantasma» de los cardíacos, pues desaparece con profundidad con las distintas proyecciones. Los
rapidez con el tratamiento) se ve poco. Sólo se contornos de la depresión son siempre lisos y re-
produce si coinciden en un mismo enfermo insu- gulares y, a veces, se distingue la sombra de la
ficiencia cardíaca congestiva y adherencias pleu- subclavia anónima.
rales que impidan la acumulación del trasudado En la enfermedad mitral, las modificaciones
en la gran cavidad pleural. son complejas. El esófago sufre, primero, una
PD Infarto pulmonar. Es secuente a la oclusión compresión con poco desplazamiento y discreta
de un vaso por un émbolo o trombo. La esteno- disminución de la luz. Más tardc, al aumentar de
sis pulmonar favorece su aparición. tamaño, la orejuela izquierda se desvía hacia el
g) Asimetría en el tamaño de los dos pulmones, lado derecho o izquierdo, por el corazón dere-
Se observa en la agenesia congénita de una rama cho, cuando la hipertensión o esclerosis pulmo-
de la arteria pulmonar (casi siempre la derecha) y nar determina la claudicación del ventrículo dere-
en la anomalía con drenaje de las venas pulmo- cho. Ésto se debe a que la aurícula izquierda,
nares derechas en la vena cava inferior. El pul- muy dilatada, rodea casi por completo al esófago
món menos vascularizado está hipoplásico, más y da lugar a su desviación sinistroventral.
claro a los rayos X y con frecuentes imágenes La pericarditis con derrame y la dilatación glo-
bronquiales o bronquiectásicas. bal del corazón comprimen y desvían el esófago
Cardiología. Angiología 297

con retardo del paso de la papilla baritada por re- las embolias pulmonares (fig. 3-84), así como las
ducción de la luz del esófago. de las principales ramas de la aorta (renales [figu-
ra 3-85), mesentérica superior, ilíacas, etc).
Los aneurismas, tanto de aorta torácica como
ANGIOGRAFÍA POR SUSTRACCIÓN abdominal (fig. 3-86), se visualizan muy bien,
DIGITAL permitiendo apreciar con seguridad si están afec-
tados o no los troncos supraaórticos o las arterias
La angiografía por sustracción digital (ASD o viscerales abdominales, datos estos últimos de
DIVAS) es una técnica angiográfica que estriba, extraordinario interés quirúrgico,
fundamentalmente, en que permite la obtención Hay dos síndromes en que la angiografía digi-
de imágenes arteriales, con la inyección del me- tal ha resultado revolucionaria, por comportar un
dio de contraste por vía intravenosa.
La angiografía por sustracción digital intraveno-
sa (ASD-IV) puede hacerse de forma ambulatoria,
con los consiguientes beneficios económicos y so-
ciales para el paciente. Además, en relación con las
arteriografías clásicas o convencionales, presenta la
ventaja de tener muchas menos complicaciones,
presentando, por tanto, una morbilidad muy baja.
Los principios técnicos en que se fundamenta
la ASD son la digitalización de la imagen y la
sustracción de las partes óseas y blandas, con lo
que se captan pequeñas concentraciones de con-
traste en los vasos sanguíneos.
La indicación principal de la ASD-IV es la pa-
tología de vasos de grueso o mediano calibre, de
los cuales se identifica perfectamente la forma y
tamaño, permitiendo diagnosticar, por tanto,
aneurismas (fig. 3-83), embolias, fístulas arterio-
venosas, estenosis, etc.
En el terreno de las embolias, se diagnostican
fácilmente, y con escaso riesgo para el paciente,
sin autorización es un delito.
Fotoconíar
OMASSON.SA

Fig. 3-83. Aneurisma disecante de la aorta torácica. Fig. 3-85. Estenosis de la arteria renal derecha.
298 Semiología médica y técnica exploratoria

una prueba de fatiga para forzar la perfusión


miocárdica (fig. 3-87).
En la pericarditis con derrame, existe una dis-
crepancia entre la imagen escintilográfica y la ob-
tenida por telerradiografía tipo, del tórax, con
una zona clara de separación entre el pool hemá:
tico cardíaco y el pulmonar y hepático.
En el infarto de miocardio, aparecen «áreas
frías», en correspondencia con los datos del elec-
trocardiograma.

CARDIOGRAFÍA.
ANGIOCARDIOGRAFÍA SELECTIVA
La cardiografía depara la imagen de las cavi-
dades cardíacas y grandes vasos, previa inyec-
ción de una sustancia radioopaca y no irritante
por vía venosa. Se constata su curso con una se-
Fig. 3-86. Aneurisma de la aorta distal y obliteración
de la ilíaca primitiva izquierda.
rie de radiografías disparadas, aproximadamente,
cada segundo, o fracción, con un seriador. A-los
2-3 s, se recoge el dextrograma (cavidades dere-
importante cambio en el protocolo de estudio de chas y arteria pulmonar) y, transcurridos 5-7 s, el
los pacientes. Estos síndromes son la insuficiencia levograma (cavidades izquierdas y arteria aorta).
vascular cerebral y la hipertensión vasculorrenal. Colocando un catéter en el corazón derecho o
A nivel de extremidades inferiores, la ASD-IV izquierdo, se obtiene una angiocardiografía. se-
obtiene buena visualización de las arterias femora- lectiva con mayor contraste y ahorro de sustan+
les y de las poplíteas, pero no se consiguen nor- cia radioopaca, si bien con un cierto riesgo que
malmente buenas imágenes de zonas más distales. no excede el 1 %, La técnica de este examen re-
Finalmente, siempre que $e quiera conseguir quiere condiciones de asepsia y esterilización
una mejor definición, queda el recurso de la ASD quirúrgica.
intraarterial, que también comporta algunas ven-
tajas en relación a la arteriografía convencional.

GAMMAGRAFÍA O ESCINTIGRAFÍA
CARDÍACA
La exploración con isótopos radiactivos es
de gran utilidad para poder estimar la cantidad de
sangre circulante en las cavidades cardíacas, ¿
grandes vasosy eventuales formaciones aneuris- ]
máticas; además, es sumamente válida para la vi-
sualización directa o para descartar lesiones mio-
i
o
cárdicas ante clínica sugestiva de coronariopatía.
En el caso de ECG y prueba de esfuerzo no Ñ
É
demostrativas de lesión con clínica sugestiva de
coronariopatía, se recurre a la gammagrafía con
talio (isótopo captado selectivamente por el mio-
cardio de acuerdo con el flujo coronario); en el
caso de lesión isquémica miocárdica, la captación :
es inferior o nula con respecto a la zona sana; es Y
importante, en el caso de sintomatología dudosa, Fig. 3-87.
'
Gammagrafía cardíaca con 201 TL intrave- '
realizar previamente a la inyección del isótopo noso. Perfusión homogénea del miocardio.
Cardiología. Angiología 299

La cardiografía y la angiocardiografía selectiva que la neutrofilia sea sustituida con linfocitosis y


encuentran útil aplicación en las cardiopatías eosinofilia. En el infarto de miocardio por oclu-
congénitas, en especial cianógenas; sospecha de sión coronaria, hay leucocitosis (ya señalada por
anomalías en los grandes vasos, aorta, pulmonar Libmann en 1916), de intensidad moderada (en-
y sus ramificaciones; confirmación diagnóstica tre 14.000-20.000 leucocitos/uL; cifras extremas
de posibles tumores intracardíacos, tumores me- hasta 100.000/u4L) y aparición precoz. Se acom-
diastínicos y pulmonares, embolias pulmonares, paña de neutrofilia con desviación a la izquierda.
valvulopatías adquiridas, etc. En la mayoría de los pacientes se observa una eo-
Aunque los accidentes graves son raros, inclu- sinopenia precoz; un recuento normal de eosinó-
so en recién nacidos con cianosis extrema y car- filos entre las 5-48 horas de haberse producido el
diopatías complicadas, se evita su empleo en la ataque que se sospecha sea de infarto de miocar-
insuficiencia renal (dificultad para eliminar el dio, se opone casi rotundamente a tal diagnósti-
contraste) y en los casos de infarto cardíaco o ce- co, el cual deber ser revisado. Los microinfartos
rebral reciente. No constituyen contraindicacio- pueden evolucionar sin que la serie blanca expe-
nes de tipo especial, la hipertensión arterial y la rimente alteración alguna en este sentido,
insuficiencia cardíaca moderada. 3. Velocidad de sedimentación globular. Se ace-
lera en las cardiopatías reumáticas activas (al
interpretar los resultados se recordará que la insu-
MEDIASTINOGRAFÍA GASEOSA ficiencia cardíaca congestiva y la cura con corti-
costeroides o fenilbutazona retardan la VSC); en
Asociada a la tomografía y, eventualmente, las endocarditis bacterianas (no son infrecuentes
después de la opacificación del esófago, es de las cifras de 50-80 mm en la primera hora); en el
ocasional utilidad para poder estudiar la imagen infarto de miocardio, en que aparece a partir de
radiológica de los grandes vasos, sobre todo las las 36-48 h (rara vez antes) para normalizarse con
dilataciones aneurismáticas y las que acompañan lentitud, y en los procesos arteriales, como periar-
la cuartación aórtica. teritis nudosa, o venosos sépticos (tromboflebitis).
Se retarda, obteniéndose valores casi norma-
les, en la insuficiencia cardíaca congestiva, pues
NW PRUEBAS DE LABORATORIO la estasis venosa con anoxia vuelve esféricos los
hematíes (esferocitos), reduciendo su aptitud
EXAMEN HEMATOCITOLÓGICO para aglutinarse.

1. Serie roja. Citaremos la constante anemia


ferropénica (rara vez de natutaleza hemolítica) de EXAMEN QUÍMICO
la carditis reumática activa y de la endocarditis
bacteriana, aguda o subaguda, en que el núme- 1. Proteinograma. En las cardiopatías congesti-
ro de hematíes oscila entre 2-3 millones/pL y la ci- vas, hay descenso de las proteínas totales, con con-
fra de la hemoglobina desciende al 70-50 %; y la servación de la relación porcentual normal albúmi-
poliglobulia (6-12 millones/yL) de los cardíacos na/globulinas y entre las distintas fracciones de
anoxémicos y de las enfermedades congénitas cia- estas últimas; en las sépticas (carditis reumática,
Fatocopiar sin autorización es un delito.

nógenas. Como es bien sabido, la disminución de endocarditis agudas o subagudas) la cifra total de
la tensión del oxígeno de la sangre es uno de los proteínas es variable, no así el aumento porcentual
mejores estímulos de la función eritropoyética. de globulinas, primero las dz y B, y luego las y.
En la sangre periférica de los pacientes con 2. Proteína C (signo inespecífico de inflama-
descompensación cardíaca congestiva, cabe ob- ción o necrosis). Es positiva en diversos procesos
servar hematíes nucleados y reticulocitos relacio- sépticos o tumorales endocárdicos o pericárdi-
nados con la anoxemia derivada de la enferme- cos, así como en el infarto de miocardio a partir
dad cardíaca. Se originaría así el lanzamiento de las 18-48 h, y durante 10-15 días.
prematuro o anormal a la circulación de los nor- 3. Fibrinógeno. Es frecuente observar cifras
moblastos de la medula, a raíz de la anoxia local. altas.
S.A.

2. Serie blanca. Las cardiopatías infecciosas 4. Lípidos. Se ha señalado la elevada inciden-


O MASSON,

activas producen, a menudo, leucocitosis con cia de dislipemias en la cardiopatía coronaria pre-
neutrofilia y desviación a la izquierda. Al finali- coz. El ascenso se refiere a los lípidos totales, co-
zar el brote de la fiebre reumática, es frecuente lesterol, triglicéridos y lipoproteínas B.
300 Semiología médica y técnica exploratoria

5. Bilirrubinemia. Aumenta en cifras modera- LDH, retornando a la normalidad, en este mismo


das y de tipo directo o conjugada en la insufi- orden, a los 3-4, 4-7 y 6-11 días, respectivamen-
ciencia del corazón derecho de cierta intensidad te. Su utilidad diagnóstica sigue un orden parejo.
y duración. 10. Troponina. Proteína que se libera cuando
6. Amoniemía. En la insuficiencia cardíaca existe lesión de la membrana del cardiocito. Su
congestiva, se encuentra una elevación moderada presencia se circunscribe exclusivamente a la célu-
de los niveles de amoníaco en la sangre. Ligada a la miocárdica. Es un marcador específico de isque-
un trastorno hepático secundario a la estasis, mo- mia del miocardio. Cifras ligeramente elevadas
tiva parte de los trastornos cerebrales (confusión, pueden hallarse en pacientes con insuficiencia car-
letargo, coma) observados corrientemente en ta- díaca e insuficiencia renal, en ausencia de lesión
les enfermos. miocárdica. En los individuos con riesgo de pade-
7. Catecolaminemia. Se encuentra aumentada cer infarto, antecedentes de angor y aquellos con
en las crisis agudas de fallo cardíaco izquierdo angor inestable, su determinación es incuestiona-
por liberación de adrenalina con hipersimpatico- ble ante todo dolor torácico de diagnóstico impre-
tonía, así como en las crisis anginosas con infarto ciso. Se detecta en sangre a las 4-6 h de iniciado el
de miocardio o sin él. La cifra es muy alta en el dolor torácico de origen miocárdico. Su positivi-
fallo cardíaco agudo por crisis hipertensivas en el dad aumenta de 3 a 5 veces el criterio de padecer
feocromocitoma. infarto. Valor normal: Troponina 1, 0,3-2 ng/ml.
8. Lacticidemia. Se eleva en la insuficiencia 11. Serología y hemocultivos. Son útiles en las
cardíaca congestiva como consecuencia de la endocarditis bacterianas, reumáticas y en la sos-
anoxia muscular y subsiguiente alteración del pecha de lúes cardiovascular.
metabolismo hidrocarbonado.
9. Enzimas séricas. Son muy valiosas para el
diagnóstico del infarto de miocardio. NE PUNCIÓN BIÓPSICA
La creatinfosfocinasa (CPK), por su exclusivo DEL MÚSCULO CARDÍACO
origen en la musculatura estriada, es la más especí-
fica, siendo la isoenzima Mb propia del músculo Es una exploración excepcional, sólo justifica-
cardíaco, por lo que tiene valor excepcional en los ble en el caso de miocardiopatías de causa igno-
infartos de miocardio (valores normales de CPK- rada y como control del rechazo, en los pacientes
Mb: < 0,42 yKat/L); le siguen en utilidad la tran- trasplantados cardíacos.
saminasa glutamicooxalacética (GOT/AST) y la
lactatodeshidrogenasa (LDH). La CPK (cifras nor-
males: 0-1,33 U Wroblewski; 0-145 mU/ml, 10- MW EXPLORACIÓN FUNCIONAL
230 UN, 5-150 UA) aumenta con rapidez con cifras
máximas a las 12-24 h; luego, sigue un descenso La exploración funcional cardiocirculatoria es
abrupto hacia la normalidad, antes o al mismo casi superflua en los casos de fallo cardiovascular
tiempo del descenso de los valores de AST. avanzado, por cuanto el examen clínico, en espe-
Es interesante conocer que el grado de eleva- cial la correcta valoración del síntoma disnea, es
ción enzimática guarda proporcionalidad con la lo suficientemente demostrativo. Las técnicas que
extensión del tejido necrosado, porque esto per- se consideran a continuación son muy útiles en la
mite realizar un diagnóstico y pronóstico precisos. sospecha de fallo cardíaco o coronario incipien-
Su valor no se altera con insuficiencia cardíaca tes, sin recurrir a los métodos instrumentales.
congestiva o infarto pulmonar.
La AST asciende pronto, con un máximo a las
24-48 h; se normaliza a los 7 días. Este ascenso PRUEBA DE LA APNEA VOLUNTARIA
se presenta en el 92,8 % de los casos. No existe
una relación lineal entre su cifra y el grado de ne- Es el tiempo máximo que un individuo puede
crosis hística. mantener un paro respiratorio voluntario des-
El ascenso de la LDH se produce con un cierto pués de una inspiración o espiración profundas.
retardo, pero de forma duradera. Normalmente, oscila entre 48-60 s (inspiración)
Esquematizando la sucesión temporal del au- y 34-40 s (espiración) en el hombre, y 40-50 (inspi-
mento de la actividad de estas enzimas en el in- ración) y 20-30 (espiración) en la mujer. Cifras fi-
farto de miocardio, diremos que, en primer lugar, siológicas excepcionales de hasta 6 min se regis-
se eleva la CPK, después, AST y, posteriormente, tran en apneas de inmersión. Toda apnea que no
Cardiología. Angiología 301

pueda mantenerse hasta los límites mínimos nor- nuto hasta que el paciente recupera la frecuencia
males debe ser considerada como patológica. de antes del esfuerzo.
En el resultado de esta prueba tienen impor- Un corazón se considera normal cuando la re-
tancia la excitabilidad nerviosa y la buena volun- cuperación que se logra no excede el segundo o
tad del sujeto explorado, Es preciso también tercer minuto; en cambio, cuando la frecuencia re-
excluir con seguridad la presencia de procesos basa 160 pulsaciones/min o cuando el equilibrio
respiratorios (enfisema) y cifoscoliosis, los cuales, tarda en restablecerse hasta más de 6 min después
sin estasis cardiógenas, reducen la capacidad vital. de terminado el esfuerzo, el corazón debe ser con-
En relación con la respiración como prueba siderado insuficiente ante el esfuerzo practicado.
funcional del corazón, citaremos la desaparición «Índice de Ruffier». Se procede como sigue:
del desdoblamiento fisiológico del segundo tono
cardíaco durante la inspiración como signo de fa- 1. Contar el pulso en reposo.
llo izquierdo latente o una insuficiencia corona- 2. Ordenar que el sujeto realice el esfuerzo.
ria. Esta ausencia se produce por la afectación de 3. Contar el pulso durante 15 s (multiplicar
la fuerza de contracción del corazón izquierdo, por 4).
con un alargamiento de los tiempos de tensión y 4. Esperar 1 min y contar el pulso durante
expulsión y desaparición del intervalo entre los otros 15 s (multiplicar por 4).
cierres aórtico y pulmonar; entonces se percibe 9. Sumar las cantidades correspondientes a
un tono impuro o un desdoblamiento paradójico los subapartados 1 + 3 + 4, de cuya suma resta-
o inverso (espiratorio), signo claro, este último, mos 200 y dividimos entre 10.
de fallo izquierdo por cuanto sólo se encuentra
en casos de hipertensión grave, estenosis aórtica, El resultado se valora: de 0-3, muy bueno, 3-6,
bloqueo de la rama izquierda y fallo coronario. bueno; 6-15, vigilancia médica; 15 en adelante,
La prueba se sensibiliza tras un esfuerzo (rea- muy malo.
lizar 10 flexiones de piernas), pues entonces se
hacen más altos los tonos cardíacos por un eleva-
do volumen de latido. Cuando en un paciente Maniobra de Valsalva-Burger
el desdoblamiento desaparece al ponerse en pie (o de la espiración forzada)
(existiendo en las posiciones horizontal y senta-
da), sus reservas cardíacas son reducidas; está to- El criterio base consiste en la variación de la
davía necesitado de cuidados. tensión arterial periférica en el curso y a conti-
Por consiguiente, la respiración puede servir nuación de una maniobra de compresión interna
muy bien como prueba funcional del corazón. por espiración bloqueada. Ésta se efectúa siem-
Por tanto, con un fonendoscopio podemos de- pre que sea posible en posición acostado.
senmascarar a tiempo las cardiopatías e instaurar El paciente es invitado a hacer una inspiración
un tratamiento profiláctico. profunda y después a hacer presión en espiración
bloqueada (con la glotis abierta) contra una co-
lumna de mercurio que se debe situar y mante-
PRUEBAS DE ESFUERZO ner a una altura determinada, entre 40-50 mm.
La presión intrabucal, intratorácica e intraabdo-
delito.

Valoran los cambios circulatorios ante un es- minal necesaria para elevar el mercurio al nivel
un

fuerzo-tipo. Á continuación describimos las más fijado debe alcanzarse en un lapso mínimo, y la
es

usadas y sencillas. compresión hay que mantenerla invariable a


sin autorización

continuación, durante 10-15 s. Es buen sistema


que el paciente se entrene para realizar esta ma-
Esfuerzo sin traslación niobra de una manera correcta, pues es preciso
evitar que tenga la glotis cerrada y haga presión
Fotocopiar

Puesto el enfermo de pie, se determina el pro- con las mejillas únicamente, o que deje escapar el
medio de pulsaciones durante los primeros 15 s aire y no mantenga una presión constante.
de 5 min consecutivos; se le ordena hacer dos fle- En los sujetos sanos, al comienzo de la manio-
S.A.

xiones O pasos gimnásticos (sin traslación) por bra las presiones sistólica y diastólica se elevan
MASSON,

segundo, andar sobre una cinta sin fin o pedalear ligeramente, después bajan poco a poco hacia el
en una bicicleta estática, durante 1 min, y se sexto segundo; esta disminución se acompaña de
cuenta la frecuencia del pulso cada cuarto de mi- una reducción paralela de la tensión diferencial,
O
302 Semiología médica y técnica exploratoria

más o menos acentuada según los casos; en se- dad de sangre circulante disminuye en un 1 %, y el
guida, las presiones suben un poco antes de esta- consumo de oxígeno aumenta en un 13 %.
bilizarse; el pulso se halla entonces ligeramente Para esta prueba, la técnica aconsejada es la
acelerado. En el momento en que la compresión siguiente:
cesa, se produce una fuerte caída de la tensión,
con una importante reducción de la tensión dife- 1. Permaneciendo el enfermo acostado y rela-
rencial, caída seguida algunos segundos más tar- jado durante unos 5 min, se cuenta la frecuencia
de de una brusca alza reaccional; después, las del pulso y de la presión arterial.
presiones recobran en uno o dos minutos su va- 2. Se incorpara lentamente y con el mínimo
lor inicial. El pulso se acelera cuando la compre- esfuerzo posible, permaneciendo de pie al lado
sión cesa, pero en el momento en que la tensión de la mesa de exploración, y se mide de nuevo la
alcanza su punto más elevado, el ritmo se hace frecuencia del pulso y la presión arterial cada mi-
bruscamente bradicárdico. nuto, basta transcurridos 3-5 min.
En la insuficiencia cardíaca (en particular dere- 3. Se acuesia nuevdmente y se procede a las
cha), se observa también un leve aumento inicial, mismas determinaciones durante 3-5 min, a in-
pero la tensión se mantiene a continuación al mis- tervalos de un minuto.
mo nivel durante toda la duración de la maniobra
compresiva, para volver muy pronto a su valor
inicial. El pulso, por lo general, no se modifica. Prueba radiológica del corazón
En el caso de trastornos circulatorios ortostáti- en clinoposición y ortoposición
cos, las presiones sistólica y diastólica comienzan
también por elevarse ligeramente, después dis- Orienta sobre el tono vascular. En efecto, si se
minuyen de modo gradual, mientras que la ten- exceptúa la insuficiencia cardíaca, las dimensio-
sión diferencial lo hace con mucha rapidez. La nes de la sombra cardíaca están en relación direc-
tensión se estabiliza, a veces, al cabo de unos ta y estrecha con la importancia del volumen sis-
10 s, en un nivel inferior al normal, pero con fre- tólico, mientras que los valores mensurables de
cuencia la baja se acentúa hasta tal punto que el la presión arterial no dependen sólo de este volu-
paciente cae en síncope; el pulso está muy acele- men (volumen sistólico cardíaco), sino también
rado; cuando la compresión cesa, la tensión mar- de la resistencia vascular periférica, de la elastici-
ca una apreciable disminución (a veces, en este dad de las arterias y de otros diversos factores.
instante, es cuando sobreviene el síncope), des- Una disminución muy manifiesta de la sombra
pués vuelve a su valor inicial, más o menos rápi- cardíaca en la posición de pie (sombra en forma
damente, con o sin brotes de hipertensión reac- de gota) revela una reducción importante del vo-
cional, según los casos. lumen sistólico, signo de labilidad circulatoria.
Cuando la maniobra de Valsalva, efectuada en
decúbito, da resultados dudosos, se puede repetir
en posición sentado o de pie, o después de hiper- Prueba de Follath y Burkart
ventilación, es decir, bajo una sobrecarga suple-
mentaria que acarrea bajas tensionales más acen- Valora el reflejo abdominoyugular como sig-
tuadas. Los síncopes se provocan también con no de insuficiencia ventricular derecha. Se com-
mayor facilidad en estas condiciones. paran los valores de la presión en la vena yugular
durante la compresión del abdomen (con la pal-
ma de la mano durante 30 s) con los obtenidos
Prueba de Schellong o del cambio directamente en la aurícula derecha, ambos por
postural cateterismo. Signos complementarios son los va-
lores patológicos de la presión al final de la diás-
Schellong ha observado las siguientes reaccio- tole en el ventrículo derecho y el ascenso tensio-
nes normales al pasar del clinostatismo al ortosta- nal auricular derecho con el ejercicio.
tismo: el pulso aumenta unos 17 latidos; la presión El resultado es positivo (patológico) cuando se
arterial máxima prácticamente no varía, y la míni- eleva la tensión auricular derecha y se encuentran
ma puede elevarse unos 5 mm de mercurio; la pre- cifras altas al final de la diástole en el ventrículo
sión venosa crece unos 35 mm de agua; el volu- derecho; asimismo, es frecuente el ascenso tensio-
men de expulsión cardíaco disminuye en un 19 %; nal auricular en los esfuerzos. El aumento de la
el volumen minuto aumenta en un 3 %; la canti- tensión auricular derecha durante la compresión es
Cardiología. Angiología 303

de 5,9 + 2,2 a 10,5 + 5,3 mm Hg; ello no ocurre en TIEMPO DE CIRCULACIÓN


los sujetos sanos en los que es posible un ligero
descenso por desviación inspiratoria del nivel me- Se conoce como tal el tiempo que tarda una
dio respiratorio, con la disminución simultánea del sustancia inyectada en una vena en alcanzar
reflujo venoso en las extremidades inferiores. La una zona determinada de la economía, incluyen-
falta de respuesta no descarta una insuficiencia de- do en su trayecto el órgano cardíaco. Esta sustan-
recha, ya que se trata de una prueba poco sensible. cia, al llegar al lugar que se ha tomado como final
de su recorrido (pulmón, lengua, cara) se manifies-
ta por una sensación subjetiva (gustativa, olfatoria,
ÍNDICE PRONÓSTICO DE RIESGO visual) que el propio enfermo o también un obser-
VASCULAR vador, según el caso, advierten. Las mediciones de
tiempo deberán hacerse con un cronómetro.
Original de la American Heart Association, ha En la práctica, es suficiente investigar la velo-
sufrido ligeros retoques en relación con las cos- cidad en dos circuitos, el brazo-pulmón, repre-
tumbres y hábitos alimentarios de los diversos sentaltivo de la actividad funcional del ventrículo
países. Se basa en una puntuación cuidadosarnen- derecho, y brazo-lengua, del izquierdo. Para el
te estudiada, con la que se miden ocho factores primero, se usa una sustancia volátil que se eli-
que suponen un cierto riesgo vascular. Al sumar mine por vía pulmonar; a los 4-8 s, el enfermo, y
la puntuación total, se obtiene la cifra pronóstica hasta el mismo observador, perciben el olor de la
de 6-11, excelente; de 12-17, buena; de 18-24, sustancia. Se alarga en la insuficiencia ventricular
normal; de 25-31, moderada; de 32-40, riesgo gra- derecha. Para medir el tiempo brazo-lengua, se
ve, y de 41 y cifras superiores, riesgo inminente. inyectan rápidamente en una vena antecubital
una sustancia que se elimine por la saliva; a los
10-17 s, el enfermo percibe un sabor arnargo en
PRUEBAS FARMACOLÓGICAS la boca. En la insuficiencia ventricular izquierda
esto ocurre algo más tarde. Con igual finalidad
Valoran el comportamiento del aparato circu- cabe recurrir al sulfato de magnesio (2 ml de una
latorio ante un fármaco de acción cardiotónica solución al 25 %), con el que se percibe una sen-
central o angiotónica periférica, en reposo o ante sación de calor en la garganta a los 7-17 s en con-
un esfuerzo: diciones normales”!.

1. Prueba cardiotónica central. Consiste en in-


yectar un cardiotónico por vía intravenosa o in- PRUEBA ELECTROCARDIOGRÁFICA
tramuscular. La diuresis copiosa (se pesa al enfer-
mo antes y 24 h después de la prueba), el fin de Valora la suficiencia o insuficiencia coronaria
las molestias, la mejoría del sueño y, especial- en el esfuerzo (fig. 3-88).
mente, la impresión subjetiva del paciente de
sentirse más libre, demuestran una insuficiencia
cardíaca latente. ME SEMIOLOGÍA APLICADA
2. Prueba angiotónica periférica. Tiene su espe-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

cial indicación para el estudio del tono vasomo- En este capítulo recogemos los principales
tor de los enfermos quirúrgicos, con el fin de cuadros clínicos de origen cardiovascular desta-
prevenir los peligros del shock anestésico e inter- cando sus datos semiológicos.
vencional. Con el enfermo en reposo (decúbito),
se mide la frecuencia del pulso y las presiones ar-
teriales sistólica y diastólica. Se inyecta un tónico
vascular por vía intramuscular y a los 5 min se
“Algunos autores llegan a sostener que, en ausencia de
verifican nuevamente las mediciones anteriores;
otros sintomas clínicos, la existencia de una velocidad circula-
se considera favorable cuando el pulso práctica- toria retardada en un enfermo cardiovascular indica una insufi
mente no varía y la presión sistólica asciende ciencia cardíaca latente.
S.A.

más de 5 mm Hg (la diastólica no se modifica No es raro el caso de enfermos cardíacos que, por su gran
taquicardia, compensan, hasta cierto punto, su déficit circulato-
(O MASSON,

apenas); será desfavorable cuando el pulso au-


rio dando por resultado una velocidad de la corriente sanguínea
mente en 15 o más latidos por minuto, sin que se que se encuentra dentro de los normales. Para salvar este in-
produzca variación de la presión sistólica. conveniente se ha intentado relacionar ambos valores.
304 Semiología médica y técnica exploratoria

i 1 Mn a VA a VL a VF
A

vi v2 v3 va V5 V6

B
a VR JL a VF va VS v6

Fig. 3-88. A) ECC en reposo. B) Prueba de esfuerzo positiva con dolor intenso opresivo retrosternal, sin inradia-
ciones, que cesa con dilatadores coronarios.

INSUFICIENCIA CORONARIA húmeda, con un derrame inflamatorio general-


mente serofibrinoso, sanguinolento y más rara
La causa más frecuente de insuficiencia coronaria vez purulento. Según su etiología, se denominan:
es orgánica, contando, en primer lugar, la arterioscle- aguda no específica (mal llamada «pericarditis
rosis (90 % de los casos) y luego, el reumatismo, sífi- benigna aguda»), reumática (la lesión endocárdi-
lis, tromboangitis obliterante y anomalías congéni- ca y miocárdica es la regla, «pancarditis»), tuber-
tas; las anoxemias, las anemias, las intoxicaciones, culosa (aislada o cuetáneamente con otras serosi-
los reflejos colecisto y pleurocoronarios y la esteno- tis [pleural, peritoneal])), urémica, en el infarto de
sis aórtica (efecto Venturi) pueden dar «cuadros an- miocardio (ya sea en plena crisis [pericarditis
goroides» con las coronarias anatómicamente sanas. epistenocárdica] o integrando el síndrome pos-
La insuficiencia coronaria aguda es causa de tinfarto de Dressler), piógena, traumática, neo-
las crisis de angina de pecho, de infarto de mio- plásica, mixedematosa, posradioterapia, etc. Ci-
cardio y del síndrome postinfarto, descritas con taremos también el hemopericardio traumático y
detalle en lo que atañe a sus características clíni- el yatrógeno por abuso de anticoagulantes.
cas y electrocardiográficas con anterioridad.
La insuficiencia coronaria crónica (con especial Síntomas subjetivos. Las pericarditis exu-
afectación de los vasos de mediano y pequeño ta- dativas de origen cardíaco, nefróticas o mixede-
maño) conduce a la esclerosis del miocardio. matosas, etc. son indoloras; no ocurre lo propio
Gracias a la angiografía coronaria, pueden de- con las inflamatorias, causa de malestar precordial
tectarse obstrucciones localizadas, que son sus- discreto o dolor agudo transfixiante con irradia-
ceptibles de tratamiento quirúrgico por medio de ción a la espalda y región escapular izquierdas,
un puente (by-pass) safeno-aorto-coronario, con que aumenta con los movimientos corporales, así
excelentes resultados en casos seleccionados. como al respirar y toser; más raramente, recuerda
el dolor anginoso con irradiaciones al cuello y bra-
zo izquierdo o el de la neuralgia frénica.
PROCESOS PERICÁRDICOS
Inspección:
Pericarditis aguda
1. Somática general. El enfermo busca alivio a
Puede revestir varias formas, seca o fibrinosa, su dolor y disnea permaneciendo quieto y sentado
con exudación pericárdica mínima, y exudativa o en la cama, inclinado hacia delante (signo del al-
Cardiología. Angiología 305

mohadón; posición de Bleckmann) o adoptando la quierdo (que se hace rectilíneo) y el ángulo hepáti-
posición genupectoral o de plegaria mahometana. co. El pedículo vascular se acorta y el conjunto
Si el derrame es de suficiente magnitud (tapo- adopta la forma de una garrafa. Los latidos de esta
namiento o compresión cardíaca aguda, con difi- sombra voluminosa son débiles (cosa también po-
cultad en el llenado diastólico del corazón debido sible en muchas cardiomegalias). La distensión del
al aumento de la presión extracardíaca) la disnea saco pericárdico es muy visible de perfil a nivel del
es intensa, la sudación profusa, la facies abotarga- fondo de saco posterior; a veces comprime el esó-
da y levemente cianótica y las venas yugulares fago, como se evidencia con la papilla de contraste.
ingurgitadas e inmóviles (estasis de aflujo).
En los hemopericardios traumáticos, al sín- Radiografía con isótopos (escintigrafía car-
drome del taponamiento cardíaco, con hiperten- díaca). Señala discrepancia entre la imagen car-
sión venosa (por estasis de aflujo) + hipotensión díaca y la sombra mediana del radiograma, con
arterial sistémica (la adiastolia paracardial dismi- una cintura o zona clara de separación entre el
nuye el débito cardíaco por latido y minuto) + pool hemático cardíaco y el pulmonar y hepáti-
corazón agrandado y quieto, es casi constante la co, y la angiocardiografía con medio de contraste
presencia (80 %) de defecación espontánea (posi- negativo (inyección de 50 ml de anhídrido carbó-
ble reflejo vagal), cosa insólita en los traumatis- nico; enfermo en decúbito lateral izquierdo), la
mos pleuropulmonares o abdominales altos. pulsabilidad del borde derecho del corazón y, so-
2. Local. La región precordial aparece abulta- bre todo, los caracteres de la banda opaca limita-
da, sobre todo en los niños, por la presión del da entre la claridad del pulmón y la del gas inyec-
saco pericárdico distendido; si el derrame es se- tado. Un espesor anormalmente aumentado de
ropurulento, coexisten edema parietal con circu- esta pared (normal 2 mm) indica la presencia
lación complementaria o sin ella. de derrame o engrosamiento pericárdicos; en las
miocardiopatías el grosor es el normal.
Palpación. Señala el latido de la punta, dé-
bil por arriba y adentro de la zona mate cardíaca Cateterismo cardíaco. Elevada presión au-
(signo de Gendrín), y la presencia de puntos fré- ricular con caída rápida al abrirse las válvulas au-
nicos dolorosos en las formas agudas y de roces riculoventriculares; el relleno ventricular bien ini-
pericárdicos en el precordio cerca de la base. El ciado se detiene por el obstáculo del derrame
pulso es rápido, hipotenso y paradójico (Kuss- pericárdiaco tenso; su curva dibuja un profundo
maul), ya por el aumento de la presión intraperi- seno prodiastólico seguido de una alta meseta
cárdica por descenso inspiratorio del diafragma o hasta que concluye la pausa contráctil.
debido a una disminución del gradiente efectivo
de llenado ventricular izquierdo en la inspiración. Electrocardiografía. El trazado es discreto
y retardado en relación a los síntomas y signos
Percusión. El aumento de la matidez cardía- clínicos. Revela el trastorno bioquímico del peri-
ca sólo es patente en los grandes derrames. Tie- cardio subendocárdico. Las anomalías afectan a
ne, en su conjunto, una forma oval y simétrica en la repolarización ventricular con elevación del
relación con el borde izquierdo del esternón. En segmento RST en las derivaciones clásicas, que
los niños, puede motivar un síndrome seudo- suele disminuir gradualmente; aplanamiento o
Fatocopiar sin autorización es un delito.

pleurítico en la base izquierda, que desaparece inversión de T; bajo voltaje de QRS. No hay alte-
en posición genupectoral. raciones de la forma de QRS, como en el electro-
cardiograma coronario (dato diferencial).
Auscultación. En las formas secas, se perci-
ben ruidos de roce, que desaparecen con el derra- Punción pericárdica. Señala, de manera cier-
me a la vez que los tonos cardíacos se ensordecen. ta, la presencia y naturaleza del derrame. Valen
las vías epigástrica o anterior. La primera es la
Ecocardiografía. Aportación extraordinaria- mejor para evacuar el derrame; la segunda, para
mente valiosa para el diagnóstico. fines exploratorios; se punciona en cl Y espacio
intercostal izquierdo, a 6 cm del borde esternal,
S.A.

Radiología. No revela los derrames inferiores dirigiendo la aguja oblicuamente hacia arriba y
a 300 ml; los más copiosos ensanchan la forma car- adentro; no se evitan la punción pleural ni pul-
O MASSON,

díaca con desaparición de las curvas propias de la monar, pero sí la ventricular derecha, más peli-
silueta cardíaca normal, especialmente el borde iz- grosa que la herida del ventrículo izquierdo.
306 Semiología médica y técnica exploratoria

Pericarditis constrictiva Palpación. Señala la dificultad en la percep-


ción del latido de la punta y su fijeza en los dife-
La simple coalescencia de las dos hojas del pe- rentes decúbitos laterales del tronco, así como la
ricardio tiene poca importancia; algo mayor se existencia de una hepatomegalia dura, indolora,
atribuye a la sínfisis eternal o mediastinopericar- con bazo o sin él, pero con ascitis abundante. El
ditis, con adherencias que unen el corazón a la pulso es rápido, hipotenso, y disminuyendo su
pleura o plastrón esternocostal y que explican amplitud durante la inspiración (pulso paradójico).
ciertos signos rara vez encontrados, como son la
fijeza de la punta del corazón en los desplaza- Pulso y presión venosas. La segunda,
mientos laterales del tronco (dato confirmado siempre alta; se incrementa durante la inspira-
por los rayos X, que incluso muestran la eleva- ción (signo de Kussmaul), dato poco visible y
ción cardíaca, en la inspiración), la retracción per- sólo comprobable con la flebomanometría. El re-
manente o sólo sistólica de la región precordial, gistro gráfico del pulso venoso aprecia el «colap-
de la pared posterior izquierda del tórax o de so diastólico de Friedreich» traducido por una
ambas, a la altura de los XI-XII espacios intercos- profunda onda «Y»; denota la súbita llegada (al
tales, así como la falta de desplazamiento de la comienzo de esta fase y tan pronto como se abre
parte inferior del esternón en la inspiración. la válvula tricúspide) desde las abultadas venas
En la pericarditis constrictiva, el corazón se sistémicas al vacío ventrículo derecho (este co-
encuentra rodeado de un pericardio fibroso, duro lapso diastólico se consigna a veces en el fallo
y a veces con calcificaciones que dificulta su re- circulatorio congestivo; su valor radica en que
pleción durante la diástole (adiastolia paracardial, descarta la estenosis tricúspide con estasis veno-
de Politzer) y su normal trabajo sistólico. sa intensa y similar al de la génesis pericárdica).
Sus causas más frecuentes son las pericarditis
tuberculosa, séptica y aguda inespecífica, mien- Percusión. Área cardíaca de límites norma-
tras cuenta poco la etiología reumática; en oca- les y no desplazables en los decúbitos laterales
siones, el proceso causal pasa inadvertido y el del cuerpo. A veces, matidez en una o ambas ba-
enfermo se presenta por vez primera a la consul- ses por derrame pleural (de naturaleza mecánica
ta con un cuadro clínico bien establecido. por hipertensión venosa de la pequeña circula-
ción).
Síntomas subjetivos. Son poco llamativos,
disnea moderada (no aumenta con el decúbito), Auscultación. Corazón rápido, regular o
malestar precordial indefinido, astenia intensa. arrítmico. Tonos apagados sin signos de lesión
valvular. Frecuentemente, existe un tercer ruido
Inspección. Comprende la somática gene- diastólico en la región apexiana o endoapexiana.
ral y la local: Es un ruido intenso, seco y precoz en la diástole
después del segundo ruido (vibración pericárdica
1. Somática general. El aspecto de estos enfer- prodiastólica); cuando es más tardío y más sordo,
mos, casi siempre jóvenes, es llamativo. Tienen simula un ruido de galope protodiastólico.
el abdomen deformado por una ascitis más o
menos abundante con circulación subcutánea y Radiología. La masa cardíaca no está au-
edemas de los miembros inferiores. Semejan ci- mentada de volumen, en contraste con los signos
rróticos hepáticos avanzados; sin embargo, se di- periféricos muy evidentes de fallo cardíaco. El
ferencian por la presencia de ingurgitación yugu- contorno cardíaco está poco deformado con el
lar y leve cianosis labial (siempre ausentes en los detalle de un borde izquierdo recto o convexo.
primeros, que a su vez muestran abundantes es- Quieto o late poco (la radiología pone en eviden-
trellas vasculares ausentes en estos cardiópatas) y cia la disminución por zonas, o total, de la exten-
por las pruebas funcionales hepáticas normales. sión de las dentelladuras). No se desplaza con el
2. Local. Poco valiosa si no hay sinequias decúbito. La presencia de placas lineales calcifi-
que unan el pericardio al plastrón esternocostal; cadas, a veces sólo visibles en las posiciones obli-
si éstas existen, como es frecuente, se observa la cuas, confirma el diagnóstico. El grosor de las
retracción permanente o sólo en la sístole de es- arterias pulmonares, el aumento de la vasculari-
pacios intercostales en el precordio y pared pos- zación de los campos pulmonares y la eventual
terior izquierda del tórax y la retracción sistólica presencia de derrames afirma la presencia de hi-
de la región xifoepigástrica en la inspiración. pertensión en la pequeña circulación.
Cardiología. Angiología 307

Cateterismo. La adiastolia altera las presio- cos motivo de la cardiopatía (lupus eritematoso;
nes intracardíacas y la morfología de las curvas. hemnocromatosis; complejo oftalmoganglionar y
Las presiones medias son elevadas en las aurícu- granuloma de inoculación en la enfermedad de
las derecha e izquierda (o capilar pulmonar), y de Chagas, beri-beri, etc.), así como los del fallo car-
manera moderada en el ventrículo derecho y ar- díaco (disnea, cianosis, ingurgitación de las venas
teria pulmonar; la curva de presión ventricular yugulares, edemas en las partes declives, ascitis,
derecha (el mismo aspecto ha sido señalado en el etc.), o de los procesos tromboembólicos (hemiple-
ventrículo izquierdo) tiene una morfología carac- jía), presentes en un 15 % de las fibrosis endomio-
terística, con depresión protodiastólica súbita y cárdicas en ausencia de endocarditis bacterianas.
profunda (aunque no alcanza el cero) seguida de
un ascenso también súbito y de un trayecto hori- Percusión. Palpación. El latido de la punta es
zontal en meseta hasta el final de la diástole. La débil y desplazado hacia abajo y afuera, y el área
presión telediastólica está muy elevada, superior cardíaca agrandada, ya sea por la dilatación de las
a 1/3 de la presión sistólica y muy próxima a la cavidades derechas (beri-beri, Chagas, etc), izquier-
presión diastólica de la arteria pulmonar. das o global, o por la presencia de un derrame peri-
cárdico que suele ir acompañado de otros ubicados
Electrocardiografía. Ninguna alteración es- en la pleura (beri-beri) y de esplenomegalia con as-
pecífica, pero su reunión es muy sintomática, on- citis (cardiomegalia idiopática) o sin ella. El pulso es
das P alargadas o bífidas, o fibrilación auricular, rápido o lento (caso de bloqueo), hipotenso, regular
bajo voltaje de los complejos ventriculares; en nin- o arrítmico y, en los casos graves, alternante.
gún caso, alteraciones de forma del ORS (presentes
en los trazados coronarios). El eje eléctrico no varía Auscultación. Señala el apagamiento de los
en los trazados obtenidos en distintos decúbitos. tonos cardíacos, soplos de insuficiencia valvular
El diagnóstico de la pericarditis constrictiva se funcional, ritmo embriocárdico o de galope y si-
basa en la presencia de un corazón pequeño e in- lencio (si existe derrame), así como estertores hú-
móvil + hipertensión venosa sistémica + ascitis (tría- medos en una o ambas bases pulmonares.
da de Beck). Esta última suele preceder al simétrico
y depresible edema de las extremidades inferiores. Radiología. Evidencia un aumento conside-
rable de la sombra cardíaca con bordes poco pul-
sátiles en la cardiomegalia idiopática, moderada
PROCESOS MIOCÁRDICOS en el .beri-beri y Chagas, y nula o mínima en la
malnutrición proteicocalórica y miocardiopatía
Con el término miocardiopatía se describen obstructiva; asimismo, revela la presencia de de-
aquellas alteraciones del corazón que no están cau- rrames pericárdicos y pleurales.
sadas por un proceso coronario ni son secundarias a
una valvulopatía ni hipertensión arterial (sistémica Cateterismo. Angiocardiografía. Ambos
ni pulmonar), ni a una cardiopatía congénita. Según revelan aumento tensional y deformación de uno
Goodwin, podría definirse como «una alteración o ambos ventrículos en la fibrosis endomiocárdi-
aguda, subaguda o crónica del miocardio, de etiolo- ca y la reducción de las cavidades ventricula-
gía desconocida o dudosa, y que con frecuencia se res en la «miocardiopatía obstructiva hipertrófi-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

acompaña de alteraciones del endocardio y del pe- ca», en la cual el cateterismo demuestra que es-
ricardio, pero cuya etiología no es arteriosclerótica». tán aumentadas las presiones telediastólica ven-
La forma de manifestarse la lesión miocárdica tricular izquierda y auricular media izquierda. La
guarda relación con su intensidad y tipo anato- curva de presión interventricular izquierda pre-
mopatológico. Su expresión clínica más frecuen- senta una uncinatura cuando comienza a estable-
te es el fallo cardíaco global. cerse el gradiente de presión intraventricular.

Síntomas subjetivos. No son característi- Electrocardiografía. Los signos son inespe-


cos. Consisten en disnea (de esfuerzo, continua, cíficos. Revelan el daño miocárdico, con ondas T
paroxismal), astenia, dolor o angustia precordial, aplanadas o invertidas, bajo voltaje y ensancha-
S.A.

palpitaciones, etc. miento de QRS, extrasístoles, bloqueos de ra-


O MASSON,

mas, etc.; si existen trastornos electrolíticos (hi-


Inspección somática general. Puede evi- perpotasemia o hipopotasemia, hipocalcemia) el
denciar los signos propios de los procesos sistémi- trazado es característico.
308 Semiología médica y técnica exploratoria

Miocarditis profusa, palidez) y se manifiesta por molestias pre-


cordiales, apagamiento de los tonos, soplos mitrales
Su diagnóstico es considerado con escepticismo y aórticos, rara vez pulmonares y tricuspídeos, de
por muchos clínicos. Se halla presente en el naturaleza orgánica que no suelen ser reversibles,
1% de los procesos inflamatorios agudos y su El electrocardiograma señala alargamiento de PR
evolución es muy diversa, variando desde la muer- (constante) y a veces anomalías de T y del espa-
te súbita e «inexplicable» a una aparición más tar- cio QT.
día (años) de los primeros síntomas y signos. Las pruebas de laboratorio evidencian anemia
Los datos clínicos se relacionan con la afecta- hipocroma, leucocitosis con neutrofilia, veloci-
ción de la contractilidad ventricular, la dilatación dad de sedimentación globular acelerada, título
de los ventrículos y los trastornos del ritmo de la de antiestreptolisina > 250 U y la proteína € re-
conducción. Consisten en taquicardia, taquipnea, activa y mucoproteínas elevadas.
hipotensión, dilatación cardíaca, soplos sistóli- En ocasiones, el hallazgo de una lesión valvular
cos, modificaciones de los tonos cardíacos y alte- es accidental en el curso de un examen habitual; su
raciones electrocardiográficas. naturaleza reumática se supone por los anteceden-
Los trastornos son subjetivamente vagos, ambi- tes frecuentes de amigdalitis agudas, brotes de reu-
guos y raramente inhabilitan al paciente. Durante matismo poliarticular o manifestaciones coreicas.
el período agudo, mientras el enfermo está en
cama, se limitan a las arritmias, taquicardia y, a ve-
ces, a los dolores precordiales. Los restantes signos Endocarditis bacteriana aguda
aparecen en la convalecencia; el más evidente es el
cansancio. Los dolores torácicos parecen ser de ori- La localización endocárdica es secundaria a cua-
gen pericárdico, incluso cuando no se ha consegui- dros septicémicos de etiología estreptocócica, esta-
do diagnosticar clínicamente la pericarditis. filocócica, neumocócica o gonocócica. El cuadro
Un dato fundamental para el diagnóstico lo clínico está dominado por la sepsis general, y la
proporciona el electrocardiograma, que indica participación cardíaca se sospecha por la presencia
una miocarditis aguda cuando, en exámenes se- de soplos valvulares diastólicos (en la sepsis, como
riados, demuestra la aparición de complejos ORS en todos los procesos febriles, son frecuentes los
alargados, extrasístoles acopladas o multifocales soplos sistólicos funcionales) y de fenómenos em-
en reposo o durante el esfuerzo, anormalidades bólicos, infartos renales y nefritis hemorrágica.
de la onda T en todas las derivaciones torácicas.
El diagnóstico diferencial debe establecerse
con la pericarditis, las alteraciones electrocardio- Endocarditis bacteriana subaguda
gráficas debidas a desequilibrios electrolíticos y (Libman) o lenta (Schottmúller)
la trombosis coronaria.
Se debe al estreptococo viridans (antihemolí-
tico, poco virulento y que forma colonias de co-
PROCESOS ENDOCÁRDICOS lor verde oscuro en el agar hemático) y menos
veces, al enterococo.
La inflamación del endocardio, o endocarditis, Su puerta de entrada se encuentra en el cuello
es de observación frecuente. Su importancia radi- y amígdalas. No es raro que el cuadro se inicie
ca en que suele dejar lesiones cicatrizales irrepa- después de la remoción de estos focos con insu-
rables de las válvulas (sobre todo de la mitral y la ficiente protección de antibióticos, Afecta casi
aórtica) y que facilita la pululación bacteriana siempre a las válvulas dañadas primitivamente por
(endocarditis sépticas). el reumatismo y rara vez por la sífilis, con predi-
lección por la aorta con anomalías congénitas (sig-
moideas bicúspides, orificio de Botal, etc.).
Endocarditis reumática
Síntomas subjetivos. El comienzo es len-
Totaliza el 20 % de todas las cardiopatías de los to, sin puerta de entrada. Existe un estado febri-
climas templados. Puede presentarse aislada o con- cular, con escalofríos o sin ellos, acompañado de
juntamente con lesiones miocárdicas y pericárdicas. astenia y malestar general, cefalalgias, etc. En pe-
Su aparición coincide con los signos típicos del brote ríodos avanzados, son frecuentes los episodios
reumático (poliartralgias erráticas, fiebre, sudación dolorosos en relación con embolias, sobre todo
Cardiología. Angiología 309

en el pulmón, bazo, hígado y riñón (con hematu- Se ha demostrado por ecocardiografía que un
ria franca) y aun en gruesos troncos arteriales (ar- 30 % de deportistas de elite presentan insuficiencia
terias carótida interna, pedia y coronaria). mitral de grado ligero. La lesión mixta, estenosis e
Las típicas microembolias del pulpejo de los insuficiencia es frecuente; al contrario de la asocia-
dedos («signo de Osler») son causa de una moles- ción de lesiones mitrales y aórticas que es más rara.
ta sensación de pinchazo que persiste de unas Por la lesión e incompetencia del aparato valvu-
horas o pocos días. lar, la sangre regurgita del ventrículo a la aurícula
La disnea es poco manifiesta. Estos enfermos izquierda por el hecho de que durante la sístole la
recuerdan mucho más a los portadores de proce- presión es mucho más baja en la aurícula que en
sos sépticos que a los verdaderos cardiópatas. la aorta. El aumento de resistencias periféricas (hi-
pertensión arterial, estenosis aórtica) acrece la re-
Síntomas objetivos. Llama la atención el gurgitación, lo propio que la insuficiencia cardíaca.
color del enfermo y el aspecto triste de la facies.
En la piel se encuentran lesiones necróticas, pur- Síntomas subjetivos. Palpitaciones al co-
púricas, manchas de Janeway y panadizos de Os- mienzo (por extrasístoles ventriculares o latido
ler, así como dedos en palillo de tambor, hemo- hipercinético del ventrículo izquierdo); más tarde
rragias estriadas subungueales, etc. se añaden los propios del fallo ventricular iz-
La auscultación revela con notable constancia quierdo, como disnea, tos nocturna, etc.
la presencia de soplos (éstos pueden faltar en la
endocarditis parietal). La válvula más afectada es Inspección. Facíes mitral en los casos avan-
la sigmoidea aórtica, siguiéndole en orden de fre- zados con cianosis en las partes distales.
cuencia la mitral. Los soplos tienen las mismas
características que los correspondientes a las res- Palpación. Choque de la punta bien per-
tantes endocarditis. Se concede cierto valor a su ceptible y desplazado hacia abajo y afuera. Á ve-
variabilidad y timbre musical. ces, frémito apical máximo en la espiración; rara
Completa el cuadro el frecuente hallazgo de vez, la impresión de un ritmo de tres tiempos. El
una esplenomegalia (80 %) y una discreta hepa- pulso es pequeño, a menudo de tipo Corrigan,
tomegalia. La lesión del riñón sólo se comprueba por la desviación de sangre desde el sistema arte-
examinando la orina. El hemocultivo es casi rial a la aurícula izquierda durante la diástole.
siempre positivo, a condición de que se extraiga
la sangre antes del tratamiento con antibióticos. Percusión. En los casos avanzados, agran-
damiento del área cardíaca a expensas de las ca-
Endocarditis de Libman-Sachs vidades izquierdas.
en el lupus eritematoso
Auscultación. Soplo holosistólico intenso en
Es una endocarditis verrugosa, maligna, abacte- «chorro de vapor» enmascarando el primero y se-
riémica, que cursa con los signos de afectación en- gundo tonos. Su máxima intensidad se encuentra
docárdica, esplenomegalia y signos de insuficiencia en la punta, y se irradia selectivamente hacia la axi-
cardíaca congestiva y renal grave, por glomerulo- la y base del pulmón izquierdo. En un 60 % de los
nefritis difusa. Es típica la pigmentación de la nariz casos, se acompaña de frémito máximo en la espi-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

y mejillas, lo cual es característico del lupus erite- ración. Refuerzo del segundo tono en el foco pul-
matoso. Afecta principalmente al sexo femenino, monar. La presencia de éste, la aparición del pri-
mer ruido, el cual está reforzado o tiene un timbre
especial, como metálico”. Es habitual que el arras-
LESIONES VALVULARES

Insuficiencia mitral “Este soplo presistólico se debe a la contracción auricular


(en la presístole), la cual acrece el caudal sanguíneo que pasa de
la aurícula al ventrículo a través del orificio estenosado, con lo
Es más frecuente en el varón. Como posibles que aumenta su intensidad y se eleva su tono. Puede ser imita-
causas, se citan el reumatismo poliarticular agu- do si al expeler el aire por la boca con los labios semicerrados
S.A.

do (90-95 %), destrucción de un pilar muscular se interrumpe bruscamente la corriente, proyectando la lengua
hacia delante. Este soplo desaparece en la fibrilación auricular
O MASSON,

traumáticamente o a consecuencia de un infarto,


(falta la impulsión de la aurícula) y en las diástoles muy largas,
malformación congénita del aparato valvular, di- a causa de que las aurículas han vaciado casi completamente su
latación del ventrículo izquierdo (IM funcional). contenido cuando sobreviene la sístole auricular.
310 Semiología médica y técnica exploratoria

tre y soplo presistólicos se acompañen de otras 2. Para diferenciar el rumor diastólico apical
anomalías auscultatorias, que reunidas integran el de Austin Flint de la regulación aórtica del arras-
«ritmo de Duroziez» (duplicación del segundo rui- tre de la estenosis mitral.
do de la punta [chasquido de abertura mitral] y bri- 3. Para determinar la gravedad de la obstruc-
llantez del primer ruido). La «onomatopeya de Du- ción, el grado de calcificación y la presencia de
roziez», propia de esta valvulopatía, comprende el fusión subvalvular del cordón tendinoso de los
arrastre o retumbo (ru), el soplo presistólico (fu), la músculos papilares.
brillantez del primer ruido (t1), y después del pe-
queño silencio (-), la duplicación del segundo ruido Electrocardiografía. Desviación del eje eléc-
(ta-ta): rufuti-ta, ta. trico del corazón en el plano frontal hacia la posi-
ción vertical (+75%, +909) y la presencia de onda
Radiología. En posición anteroposterior, P mitral. Hipertrofia y sobrecarga derechas. A ve-
convexidad acentuada del arco inferior derecho, ces, fibrilación auricular.
con elevación del punto D y procidencia del arco
medio, y en los clisés penetrantes se reconoce la
aurícula izquierda, que asoma por el borde dere- Estenosis mitral
cho.
En CAD, procidencia del arco medio hacia Puede acompañarse de insuficiencia de esta
delante y de la aurícula izquierda hacia atrás, válvula (enfermedad mitral), de estenosis o insu-
desde la bifurcación traqueal hasta cerca del dia- ficiencia aórticas, de insuficiencia o estenosis tri-
fragma. Los hilios pulmonares, más opacos que cúspide o de comunicación interauricular (en-
lo normal, se prolongan hacia la periferia bajo la fermedad de Lutembacher). En la enfermedad
forma de imágenes reticulonodulares, a veces he- mitral, coexisten los signos de insuficiencia (so-
mosideróticas, con micronódulos bilaterales in- plo holosistólico apical) con los de estenosis
delebles. Se observan, en ocasiones, las «líneas de (arrastre protodiastólico precedido de un chas-
Kerley», imágenes cisurales o infárticas o derra- quido de apertura valvular fuerte pero variable),
me pleural. en grados distintos según el predominio de una u
otra valvulopatía.
Angiocardiografía. No suele aplicarse para Recordemos que en la estenosis mitral avan-
el diagnóstico de la estenosis mitral; sirve, empero, zada puede percibirse en la punta un soplo sistó-
para excluir otras lesiones o malformaciones aso- lico de insuficiencia tricuspídea, que a veces se
ciadas. La presencia simultánea de una insuficien- confunde con el de la insuficiencia mitral; en
cia mitral puede documentarse mediante la inyec- efecto, al crecer mucho el ventrículo derecho,
ción del medio de contraste en el ventrículo todo el corazón sufre una rotación en sentido ho-
izquierdo y la opacificación por reflujo de la aurí- rario sobre su eje longitudinal. El foco tricuspí-
cula izquierda; la presencia de un defecto interau- deo, en estas circunstancias, «emigra» hacia el
ricular (de Lutembacher) se consigue mediante la ápex, mientras que el foco mitral lo hace hacia
inyección en la arteria pulmonar y la opacificación la axila e incluso más atrás. El soplo sistólico
simultánea de las aurículas derecha e izquierda. correspondiente a la insuficiencia tricuspídea
se auscultará, por tanto, en el «ápex aparente»,
Catererismo. El de la aurícula izquierda se- pudiendo confundirse con una insuficiencia mi-
ñala aumento de la presión media (alcanza o su- tral. Es un soplo, además, con caracteristicas casi
pera los 20 mm Hg) y del gradiente de presión iguales a las descritas para el mitral.
diastólica auriculoventricular. El trazado auricular Pero hay dos hechos que lo diferencian:
izquierdo resulta poco modificado. Hipertensión
capilar pulmonar (suele rebasar los 15 mm Hg) y 1. No se irradia hacia la axila o, teniendo en
de las arterias pulmonar y cavidades derechas. El cuenta su intensidad, lo hace muy poco.
rendimiento cardíaco se halla más o menos dis- 2. Aumenta en intensidad con la apnea pos-
minuido. tinspiratoria.

Ecocardiograma. Es muy útil: Al ir desplazando el estetoscopio suavemente


hacia la axila, se llega a un punto en que se perci-
1. Para detectar las formas mudas de esta val- be un cambio en las características de los soplos
vulopatía. que se auscultan. Este punto es el foco mitral o
Cardiología. Angiología 311

ápex real. El latido precordial, en estos casos, es zón y en foco de Erb, con el paciente inclinado
muy difuso y, con pericia, puede llegar a palpar- hacia delante y en apnea postespiratoria. Se
se, además del latido amplio del espacio intercos- acompaña, de manera casi constante, de otro
tal izquierdo correspondiente al ventrículo dere- sistólico fuerte, a veces un frémito. Este soplo,
cho, un latido a nivel de la línea axilar media, llamado de acompañamiento, se debe a que el
que es el del ventrículo izquierdo o ápex real. La reflujo de la columna líquida en la protodiásto-
ingurgitación yugular y la hepatomegalia con le produce un incremento de volumen de san-
pulso venoso positivo son signos constantes en gre en el ventrículo izquierdo, creando en el
estos casos. momento de la eyección sistólica una estenosis
relativa de la válvula aórtica, lo cual, unido a
sus irregularidades, por afectación orgánica, da
Insuficiencia aórtica origen a este soplo. Como el segundo tono está
borrado, se percibe un doble soplo (soplo en
Puede seguir a una endocarditis reumática vaivén) que suplanta los tonos cardíacos. Para
(tipo Corrigan), o a dilatación esclerosa o sifilítica el diagnóstico diferencial con el soplo sistólico
de la aorta, con insuficiencia funcional (tipo de la estenosis aórtica, la ausencia en ésta de
Hodgson). los signos periféricos de insuficiencia es defini-
Durante la diástole, refluye al ventrículo iz- tiva. En la punta, puede percibirse un arrastre O
quierdo parte de la sangre contenida en la aorta, retumbo diastólico sin frémito que recuerda al
la cual se suma a la que procede de la aurícula. El de la estenosis mitral, es el llamado «soplo de
ventrículo se llena en exceso, lo que lo obliga a Austin Flint», debido a estenosis mitral relativa
un mayor trabajo sistólico, motivo de su hiper- por dilatación del ventrículo izquierdo o a que
trofia y dilatación. las válvulas mitrales sanas se encuentran apro-
ximadas al verificarse la sístole auricular, pues
Inspección. Comprende la somática gene- el ventrículo está lleno por la sangre que ha re-
ral y la local. cibido durante la diástole y por la que refluye
por la aorta.
1. Somática general. Valoraremos del aspecto
de la facies, la palidez de los tegumentos (cardía- Radiología. Hipertrofia ventricular izquier-
cos blancos, de Laségue, en oposición a los azu- da y dilatación de la aorta ascendente, botón aór-
les o mitrales), y en la periferia, los signos corres- tico y aorta descendente. Por radioscopia, llama
pondientes al aumento de presión diferencial, la atención el movimiento de balanceo, franca-
con baile arterial (muy ostensible a nivel de las mente hipercinético, del ventrículo izquierdo y
arterias carotídeas que brincan en cada sístole), aorta.
latido sistólico de la cabeza (signo de Musset),
etcétera. Fonocardiografía. La mayoría de veces,
2. Local. Región precordial abultada en los soplo holodiastólico de alta frecuencia, decre-
niños, con un choque cardíaco enérgico, amplio ciente, que se inicia en el segundo ruido cardíaco.
y desviado hacia abajo y a la izquierda. A menudo, los dos ruidos cardíacos muestran
una disminución de su amplitud.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Palpación. Choque en cúpula de Bard. Se


tiene la impresión de que una pelota o bola gol- Ecocardiografía. Remitimos al lector a lo
pea la mano en cada sístole. El pulso es saltón, expuesto al tratar anteriormente el tema.
con una onda de percusión de ascenso vertical,
vértice apenas sostenido y colapso rápido. Cateterismo. Las presiones ventricular y
aórtica orientan poco, y la curva de presión sistó-
Percusión. Agrandamiento global del área lica es algo más elevada que lo normal, así como
cardíaca, con predominio del ventrículo iz- la telediastólica, por el reflujo sanguíneo que se
quierdo. produce desde la aorta al ventrículo izquierdo. La
curva de presión aórtica muestra una suave ele-
S.A.

Auscultación. Soplo diastólico suave, as- vación de la sistólica, una cumbre bicurva y una
pirativo, que se oye como una R susurrada a caída más o menos importante de la presión
O MASSON,

partir del segundo tono. Se oye, preferente- diastólica. Existe un descenso de la presión aórti-
mente, a lo largo del borde izquierdo con cora- ca media.
312 Semiología médica y técnica exploratoria

Electrocardiografía. El eje eléctrico en el Auscultación. Soplo mesosistólico in cres-


plano frontal es normal o está desplazado hacia cendo-ín decrescendo que comienza después del
la izquierda, y existen signos de hipertrofia ven- primer tono (a veces con un «clic» de eyección) y
tricular izquierda, generalmente con la morfolo- termina inmediatamente antes del segundo. Se
gía de la sobrecarga diastólica, particularmente transmite al área aórtica, a la mitral y a las caróti-
con una onda Q prominente en las derivaciones das.
precordiales izquierdas.
Radiología. Dilatación postestenótica de la
porción ascendente del cayado de la aorta. El
Estenosis aóftica ventrículo izquierdo muestra la punta redonda
de la hipertrofia concéntrica.
De predominio masculino, suele ser de origen
endocardítico reumático, aun cuando la historia Ecocardiograma. la ecocardiografía bidi-
de la enfermedad reumática previa sólo puede mensional priva sobre la ecocardiografía de for-
comprobarse en un 50 % de los casos. mato M.
Normalmente, en el momento de la sístole, el
orificio de las sigmoideas aórticas tiene unos Fonocardiografía. Amplitud reducida de
3 cm?. La lesión no es sintomática hasta que el ambos ruidos cardíacos. Suplo sistólico romboi-
calibre es inferior a 1 cm?. Las consecuencias de dal, de gran amplitud, subsecuente o tras un in-
las estenosis son múltiples. La pared del ventrícu- tervalo, apreciado en todas las frecuencias y so-
lo se engruesa considerablemente (hipertrofia bre todos los «focos» y las carótidas.
concéntrica), reduciendo así la capacidad de la
cavidad ventricular. Al abrir las válvulas, la pre- Angiocardiografía. Cateterismo. Dilata-
sión ventricular se eleva, en el momento de la ción moderada de la aurícula y patente del ven-
sístule, muy por encima de la presión arterial pe- triculo izquierdo, con cierta retención, en esta
riférica. La irrigación coronaria se reduce por un última, del contraste por dificultad en su evacua-
aumento de la masa ventricular, fijeza del débito ción.
cardíaco al esfuerzo y por la aspiración produci- Por cateterismo se encuentra un aumento del
da por la sangre al pasar por el orificio estenosa- gradiente de presión ventriculoaórtico durante la
do (efecto Venturi). fase de evacuación sistólica; la presión ventricu-
lar sistólica está elevada (alcanza e incluso supera
Síntomas subjetivos. Muchos enfermos vi- los 200 mm Hg) con una curva de vértice agudo
ven años sin molestia alguna. En otros son fre- (sin la meseta sistólica habitual), acortamiento
cuentes los síncopes de esfuerzo, convulsiones y del tiempo de contracción isométrica y de la fase
aun muerte súbita. Un 34,8 % sufren crisis de de evacuación rápida con alargamiento de la du-
angina de pecho. La disnea de esfuerzo es tam- ración total de la evacuación debida a la prolon-
bién común y anuncia, en general, la inminencia gación de la fase de vaciado lento. La presión de
de la insuficiencia ventricular izquierda irrever- repleción ventricular generalmente está aumenta-
sible. da, produciéndose una elevación en la telediásto-
le (puede alcanzar los 40 mm Hg).
Inspección somática general. Enfermo de La presión sistólica aórtica puede set algo más
aspecto pulido y delicado, como de porcelana baja que la normal, pero la presión diastólica
(cardíacos blancos, de Laségue). se mantiene en cifras sensiblemente normales,
siempre que no exista insuficiencia aórtica aso-
Palpación. Percusión. El latido cardíaco, ciada. La curva de presión aórtica resalta la pro-
fácilmente visible, suele estar situado dentro de longación del tiempo de ascensión sistólica y la
sus límites normales, pero tiene carácter sosteni- aparición de la onda anacrota.
do, de gran fuerza, y se acentúa en el decúbito la- El rendimiento cardíaco permanece sensible-
teral izquierdo. Frémito sistólico en el foco aórti- mente normal en las estenosis aórticas que nu se
co. Ventrículo izquierdo agrandado. El pulso es acompañan de insuficiencia cardíaca.
lento, pequeño, de ascensión lenta (pulsus parvus
et tardus), a veces con suave resalte precoz (ana- Doble lesión aórtica. Se asocian los signos
crotismo). La presión arterial suele ser baja, con auscultatorios de ambas lesiones simples. Existe
la diferencial reducida. un soplo sistodiastólico «en vaivén».
Cardiología. Angiología 313

Estenosis tricúspide Electrocardiografía. El dato más llamativo


es la onda P tricúspide, continuada con la P pul-
Suele ser congénita o reumática; otras veces monar, sin signos de hipertrofia ventricular de-
aparece en las enfermedades del colágeno y en recha.
ciertos tumores intestinales (argentofinomas). No
es rara su asociación con otras valvulopatías. Por
dificultad del paso de la sangre de la aurícula al Insuficiencia tricúspide
ventrículo derecho, se produce estasis auricular y
en el territorio venoso periférico. La aurícula de- Puede ser funcional por dilatación del ventrí-
recha se hipertrofia mientras que el ventrículo culo derecho a consecuencia de hipertensión pul-
disminuye de grosor, volumen y tono. monar (cardiopatías mitrales, comunicación inte-
rauricular [CIA], comunicación interventricular
Inspección. En los casos graves, la cianosis [CIV), estenosis pulmonar, etc.) o de origen reu-
con la palidez e ictericia motiva un color oli- mático, caso en el cual suele acompañarse de es-
váceo, como si el paciente estuviera bajo una tenosis y de otras lesiones valvulares mitrales o
lámpara de mercurio (facies de Shattuck). Existe aórticas,
aleteo en el cuello (onda a gigante en el yugulo-
grama), ascitis y edemas. Signos funcionales. No existe disnea de
esfuerzo (a menos que sea motivada por una val-
Palpación. Auscultación. El ventrículo de- vulopatía izquierda concomitante) ni de decúbi-
recho es impercutible. Con el fonendoscopio se to. Cuando coincide con una lesión mitral grave,
aprecian dos signos característicos, un soplo pre- tiene valor diagnóstico la ausencia de crisis de
sistólico tricúspide y el chasquido de apertura tri- disnea paroxística y especialmente de edema
cuspídeo. El primero, de más alta frecuencia que agudo de pulmón, a causa de la escasa plétora
el presistólico mitral, aumenta con la inspiración pulmonar.
(signo de Rivero-Carvallo) y con la «maniobra de
Muller». No va acompañado del refuerzo del Inspección:
componente pulmonar del segundo ruido, como
en la estenosis mitral e insuficiencia tricúspide. 1. Somática general. Tinte verdosooliváceo (cia-
nosis + anemia + ictericia) de Shattuck; turgencia
Radiología. Llamativo contraste entre la y pulsatilidad venosa del cuello que puede mover
gran aurícula derecha y los parénquimas pulmo- el lóbulo de la oreja (signo de Evans venoso) e in-
nares claros. Las arterias pulmonares no están di- cluso la cabeza del paciente (signo de Musset de
latadas y se percibe a veces el cayado de la vena origen venoso, de Cossio). Hepatomegalia (en re-
ácigos. lación estricta con la presión venosa) pulsátil.
2. Local. Es característico, cuando se presen-
Ecocardiografía. Ya comentado. ta, el «fenómeno de la báscula» (Dressler), así
como la elevación sistólica de la porción inferior
Fonocardiografía. Soplo de forma romboi- del esternón.
de, ín crescendo-in decrescendo, pero con crescendo
Fotocopiar sin autorización es un delito.

breve y el decrescendo largo, por lo que se oye, Palpación. Auscultación. Latido ventricu-
preferentemente, como un soplo de comienzo lar, derecho de carácter hipercinético, amplio,
brusco que continúa luego ín diminuendo. que se extiende a veces hasta la línea axilar me-
dia. Soplo pansistólico tricúspide que aumenta
Angiocardiografía. Cateterismo. Gran ca- con la inspiración y con la maniobra de Múller. A
vidad auricular derecha que se vacía con lentitud. veces se acompaña de thrill. El segundo ruido pul-
Reflujo del contraste hacia las venas ácigos, cava monar puede estar reforzado.
inferior y suprahepáticas. Volumen normal y
opacificación débil del ventrículo derecho y arte- Radiología. Gran dilatación del contorno
ria pulmonar. derecho correspondiente a la aurícula muy visi-
S.A.

El cateterismo señala el hecho anormal de una ble en OAD. La vena cava superior suele estar
O MASSON,

cifra tensional más elevada en la aurícula derecha dilatada y visible, y sube paralela a la columna
que en el ventrículo al final de la diástole (nor- vertebral. Pulsatilidad diafragmática y claridad
malmente son iguales). normal de los campos pulmonares.
314 Semiología médica y técnica exploratoria

Ecocardiograma. Ya comentado. Ecocardiograma. Ya comentado.

Cateterismo. En las cavidades derechas, se Angiocardiografía. Demuestra que la pro-


aprecia hipertensión auricular (hasta 20-25 mm minencia del arco medio izquierdo pulsátil co-
Hg) con una curva especial (traducción hemodi- rresponde a una dilatación del tronco de la pul-
námica de la regurgitación) cuya línea descen- monar de forma oval, separada del ventrículo
dente cx resulta sustituida por un vértice redon- derecho por un estrechamiento que corresponde
deado o por una simple meseta protodiastólica. a la estenosis, imagen que se denomina «en ra-
El rendimiento del corazón es bajo. queta». El conflicto hemodinámico se traduce
por un retraso en la evacuación radiológica de di-
Electrocardiograma. Valor relativo; en ge- cha sombra pulmonar.
neral, coexisten signos de hipertrofia ventricular
derecha. Se estima el retardo de la reflexión in- Cateterismo. Hipotensión en las cavidades
trínseca en más de 0,04 en V1 y V2 y la presencia derechas, en especial del ventrículo (8-200 mm
de una pequeña onda Q en Tl, con desviación Hg); hipotensión a nivel de la arteria pulmonar
del eje GRS a la derecha y bloqueo incompleto (5-20 mm Hg) y normotensión en las restantes
derecho. cavidades.

Electrocardiografía. Desviación del eje a la


Estenosis pulmonar derecha, P pulmonar y trazado de sobrecarga
ventricular derecha.
Puede ser de origen congénito o adquirido
reumático. En el primer caso, rara vez se presen-
ta aislada; se asocia a otras anomalías, como co-
municaciones interauricular o interventricular, Insuficiencia pulmonar
trilogía o tetralogía de Fallot.
La dificultad del paso de la sangre a la arteria Rara vez es orgánica; la funcional es muy fre-
pulmonar por estrechez del orificio valvular oca- cuente, se observa en la hipertensión pulmonar
siona una manifiesta dilatación e hipertrofia ven- primitiva o consecutivamente a estenosis mitral,
tricular derecha y reducción del volumen de corazón pulmonar crónico, comunicación inte-
sangre que pasa al árbol pulmonar con la consi- rauricular, etc.
guiente reducción de la hematosis.
Signos funcionales. Se traduce por un solo
Signos funcionales. Los síntomas apare- soplo diastólico discreto sin frémito, que a partir
cen tardíamente en la forma adquirida; disnea de del foco pulmonar se propaga a lo largo del bor-
esfuerzo y cianosis cuando se acusa la deficiencia de izquierdo del esternón (soplo de Graharn-Stee-
de la hematosis pulmonar o es intensa la insufi- le). El segundo ruido suele ser reforzado o desdo-
ciencia cardíaca derecha. blado.
Este soplo, que se percibe mejor durante la
Palpación. Auscultación. Thrill sistólico apnea postinspiratoria y con el enfermo inclina-
intenso localizado en el II o II espacios intercos- do hacia delante y algo a la izquierda, puede con-
tales izquierdos, que puede propagarse hacia fundirse con el soplo diastólico de la insuficiencia
arriba. Soplo holosistólico intenso, rudo, a veces aórtica, a menos que no se valoren los datos aus-
piante a este nivel, propagado hacia la clavícula y cultatorios (disminuye de intensidad al final de la
fosa supraspinosa izquierda; a veces, se acompa- inspiración y en la apnea postinspiratoria) y los
ña de un soplo diastólico por insuficiencia pul- aportados por la toma del pulso, rayos X y elec-
monar asociada. trocardiografía,

Radiología. Abombamiento del arco pul- Fonocardiograma. Señala soplo raramen-


monar izquierdo pulsátil. Aumento de volumen te holodiastólico, decreciente, de alta frecuencia,
de las cavidades derechas, lo que ocasiona la ele- que se inicia con el componente pulmonar del se-
vación y desplazamiento hacia la izquierda de la gundo ruido cardíaco. En la mayoría de los casos,
punta del corazón que adquiere el aspecto de un sólo es registrable en la parte superior del borde
ZUeco. esternal izquierdo.
Cardiología. Angiología 315

Radiología. Demuestra el aumento de las 2. Comunicación interventricular.


cavidades derechas y el arco medio izquierdo 3. Dextroposición de la aorta.
prominente, con «danza hiliar» debida al gran 4. Hipertrofía del ventrículo derecho.
volumen sistólico y al reflujo diastólico alter-
nantes. El tronco de la arteria pulmonar es hipoplási-
co y el pulmón se nutre, en parte, por las arte-
Electrocardiograma. Revela desviación del rias bronquiales. Las consecuencias de las mal-
eje eléctrico a la derecha, a veces bloqueo de formaciones son las siguientes: la aorta recibe
rama derecha y signos de hipertrofia y sobrecar- sangre venosa directamente del corazón; la ano-
ga derechas. xemia se acompaña de poliglobulia reaccional
con elevación del hematócrito; la presión sistó-
lica es la misma en ambos ventrículos, lo que
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS motiva la hipertrofia del ventrículo derecho so-
brecargado. La presión auricular derecha y ve-
La mayoría de ellas son motivadas por una nosa son normales.
enfermedad o trastorno del organismo materno Se observan disnea con crisis de anoxia cen-
durante los tres primeros meses de la gestación. tral (relajación muscular, convulsiones, pérdida
Son el 2-3 % de todas las cardiopatías orgánicas. de conciencia) y cianosis (a veces, sólo en oca-
sión de esfuerzo, por el frío e en forma de crisis),
con desarrollo mental satisfactorio. Las molestias
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS se alivian con la posición en cuclillas (squatting,
CON CORTOCIRCUITO SANGUÍNEO de los anglosajones; position acrouppie, de los au-
DERECHA-IZQUIERDA? tores franceses).
El desarrollo físico es mediocre, con dedos en
Son cardiopatías cianógenas (niños azules). La palillo de tambor. En la región precordial (11-IV
más frecuente (50-60 %) es la tetralogía de Fallot. espacios intercostales izquierdos) se percibe un
soplo sistólico fuerte y rudo con thrill. Es un so-
plo bastante corto, terminado antes del segundo
Tetralogía de Fallot ruido único y fuerte (falta el componente pulmo-
nar) por transmisión del componente de la aorta
Se integra de: yuxtapuesta.

1. Estenosis pulmonar infundibular, valvular Radiología. El corazón no agrandado


o mixta. adopta un aspecto característico (corazón en
zueco) por elevación de la punta y concavidad
anormal del borde izquierdo a nivel del arco
BEl diagnóstico hemodinámico del shunt derecha-izquierda medio. En OAI, se evidencian la convexidad
se basa en: acentuada del borde anterior del corazón, el
1. Desaturación de la sangre arterial periférica en ausen- agrandamiento anormal de la ventana subaórti-
cia de enfermedad pulmonar crónica o fallo cardíaco. ca y la claridad anormal de los campos pulmo-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

2. El rendimiento sistémico es mayor que el pulmonar. nares.


3. Prueba del éter. Se inyectan de 0,1-0,4 ml en una vena
periférica. Esta sustancia alcanza las cavidades derechas, y al
pasar una parte de ella a las cavidades izquierdas y a la circula- Ecocardiograma. Ya comentado.
ción general causa una sensación de hormigueo en las mejillas
y los labios. Angiocardiografía. Cateterismo. La prime-
Se ha propuesto una prueba selectiva para localizar el lugar ra muestra la inyección precoz y simultánea de
del shunt derecha-izquierda; el éter se inyecta directamente me- la aorta y arteria pulmonar, y precisa la posición
diante el catéter en la arteria pulmonar, el ventrículo derecho o
del cayado aórtico y sus ramas, sobre todo sub-
la aurícula del mismo lado. Cuando el catéter está pur debajo
de la comunicación, todo el éter inyectado pasa a los pulmones claviculares. La angiocardiografía selectiva (in-
y es expulsado con la respiración. En este caso, la prueba es ne- yección del contraste en el ventrículo derecho)
S.A.

gativa. Cuando la extremidad de la sonda se halla frente a la señala la situación y morfología de la estenosis
comunicación, una parte del éter pasa al corazón izquierdo y,
pulmonar.
O MASSON,

en consecuencia, a la circulación general, siendo causa de hor-


migueo en la cara, la prueba es positiva. La angiocardiografía Por cateterismo se aprecia presión pulmonar
selectiva derecha es muy demostrativa. baja. Presión ventricular derecha elevada e idénti-
316 Semiología médica y técnica exploratoria

ca a la presión arterial periférica. Presión auricu- Atresia tricúspide


lar derecha normal.
La sangre de la aurícula derecha va al corazón
Electrocardiografía. Signos de hipertrofia izquierdo por una comunicación interventricular
ventricular derecha. o un conducto arterioso, cuyo elemento diagnós-
tico capital lo suministra el electrocardiograma al
señalar una hipertrofia ventricular izquierda en
Complejo de Eisenmerger un corazón en posición horizontal.

Se trata de una comunicación interventricular


con cortocircuito derecha-izquierda (por hiper- Transposición de los grandes vasos
tensión pulmonar secundaria a una arteritis pul-
monar) y frecuente dextroposición de la aorta De frecuencia similar a la tetralogía de Fallot,
que cabalga sobre el tabique. la aorta nace por delante del ventrículo derecho
y la arteria pulmonar detrás del ventrículo iz-
Inspección y palpación. Disnea ligera y quierdo. La vida es posible gracias a la existencia
cianosis moderada con la posible presencia de de una comunicación interauricular o ventricular
hemoptisis. Dedos en palillo de tambor. Fuerte que permiten la mezcla de la sangre venosa y ar-
impulsión a nivel del foco aórtico. terial. Cuanto mayor es la mezcla, mejor el esta-
do y el pronóstico del paciente. El diagnóstico re-
posa sobre una tríada llamativa, con cianosis
Auscultación. Soplo sistólico mesocardíaco precoz, plétora pulmonar y signos eléctricos de
con refuerzo del segundo tono pulmonar y a ve- hipertrofia ventricular derecha.
ces soplo diastólico de Graharm-Steell por insufi-
ciencia pulmonar en la periferia.
Síndrome de Taussig-Bing
Radiología. Áreas cardíacas poco alteradas.
Dilatación de la arteria pulmonar con hilios pul- Es una variedad de la transposición completa
sátiles y aorta normal. Disminución de la trama de los grandes vasos, en la que la arteria pulmo-
pulmonar en la periferia. nar cabalga sobre un defecto alto del tabique in-
terventricular. La sangre del ventrículo derecho
pasa directamente a la aorta y, en parte, a la arte-
Angiocardiografía. Cateterismo. Repleción ria pulmonar. Desde el ventrículo izquierdo, la
simultánea de la aorta. La presión en el ventrícu- sangre arterializada penetra en la arteria pulmo-
lo derecho y arteria pulmonar es tanto o más ele- nar cabalgante y, en parte, también en la aorta;
vada que en las arterias periféricas. esta mezcla motiva cianosis precoz, dedos hipo-
cráticos y disnea de esfuerzo poco intensa. Se
Electrocardiografía. Signos de gran hiper- perciben soplos sistólicos mesocardíacos y pul-
trofía de las aurículas y del ventrículo derecho y monares, y a los rayos X el corazón agrandado a
moderada en lo que se refiere al ventrículo iz- expensas de ambos ventrículos. El cateterismo
quierdo. permite el paso de la sonda por las malformacio-
nes y evidencia mayor oxigenación en la arteria
pulmonar que en la aorta.
Otras variedades
de cortocircuito derecha-izquierda
Persistencia del tronco arterial común
Atresía pulmonar
Por ausencia del tabique aortopulmonar, las
Circulación por intermedio de un conducto arterias pulmonares nacen del tronco común. Los
arterioso persistente y, eventualmente, de las signos clínicos principales son cianosis, segundo
arterias bronquiales, cuyo cuadro semeja el ruido único, alargamiento del corazón predomi-
Fallot, con la sustitución del soplo sistólico nando sobre el ventrículo izquierdo, ausencia de
con otro continuo subclavicular derecho o iz- concavidad a nivel del arco medio y plétora pul-
quierdo. monar.
Cardiología. Angiología 317

CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS Electrocardiograma. Hipertrofia del ven-


CON CORTOCIRCUITO SANGUÍNEO trículo derecho y bloqueo, a veces completo y
IZQUIERDA-DERECHA* otras incompleto, de la rama derecha del fascícu-
lo de His.
Las cardiopatias congénitas con cortocircuito
sanguíneo izquierdo-derecha son acianóticas y
relativamente frecuentes: Enfermedad de Lutembacher
(CIA + estenosis mitral congénita
o adquirida)
Comunicación interauricular
(CIA) En ella, se añaden a los signos de CIA los pro-
pios de la estenosis mitral, arrastre presistólico,
Se puede presentar sola o asociada a estenosis chasquido de apertura, dilatación de la aurícula
mitral (enfermedad de Lutembacher) o pulmonar. izquierda. Los medios auxiliares confirman el
diagnóstico.
Inspección. Hábito externo grácil con bue-
na tolerancia a la afección.
Comunicación interventricular
Palpación. Pulsación sistólica de la pulmo- (CIV)
nar en el Il espacio intercostal izquierdo y región
xifoidea por hipertrofia del ventrículo derecho. Llamada en su forma más habitual (comunica-
ción de pequeña amplitud, sin repercusión he-
Auscultación. Soplo sistólico suave, audi- modinámica) enfermedad de Roger, se diagnosti-
ble en el I-II espacio intercostales izquierdos, ca, muchas veces de manera accidental, por la
con irradiación hacia la región escapular del mis- presencia de un soplo holosistólico intenso (gra-
mo lado. Más característico que el soplo es el dos HI-IV), rudo, irradiado a la axila y región su-
desdoblamiento del segundo ruido en el foco bescapular izquierda, pero nunca a los vasos del
pulmonar, con fijeza respiratoria. Es posible un cuello, El primer ruido está siempre conservado a
soplo diastólico de insuficiencia pulmonar (soplo pesar de la intensidad del soplo, y el segundo
de Graham-Steell). pulmonar no está reforzado, pues no existe hi-
pertensión pulmonar. Suele palparse un thrill me-
Radiología. Hipertrofia de las cavidades sosistólico.
derechas con hipotrofia de las izquierdas y aorta.
Abombamiento e hiperpulsatilidad del cono de Radiología. Electrocardiograma. Suelen ser
la pulmonar. Hilios anchos y animados de latidos normales.
(danza hiliar). rama pulmonar acentuada.
Cateterismo. Evidencia la comunicación en-
Cateterismo. Señala la existencia de una tre ambos ventrículos.
comunicación interauricular y la presión normal La discrepancia entre la imagen radiológica
o poco aumentada en las cavidades derechas y normal (en los casos de un pequeño defecto del
Fotocopiar sin autorización es un delito.

arterias. tabique) y un soplo tan intenso (audible, incluso,


con la campana del fonendoscopio alejada de la
pared del tórax) justifica la frase de Hegglin «mu-
“El diagnóstico hemodinámico del shunt izquierda-derecha
cho ruido para nada».
se basa en:
1. Arterialización de la sangre de la aurícula (comunica-
ción interauricular), ventrículo (enfermedad de Roger) o arteria
pulmonar (ductus). Persistencia del conducto arterioso
2. Cateterismo de la dehiscencia septal o del canal arterial de Botal (ductus)
con paso de la sonda, en este último caso a la aorta descendente.
3. Aumento del rendimiento pulmonar que se hace supe-
La falta de obliteración del conducto que en el
rior al sistémico.
S.A.

4. La presión de las cavidades derechas y arteria pulmo- feto une la aorta con la arteria pulmonar motiva
que, por la diferencia de presión, la sangre fluya
O MASSON,

nar es normal o elevada, sobre todo si existe estenosis pulmo-


nar concomitante. de la aorta a la pulmonar con sobrecarga del pe-
La angiocardiografía selectiva izquierda es muy valiosa. queño círculo y de los ventrículos.
318 Semiología médica y técnica exploratoria

Inspección. Hábito externo grácil con bue- CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS


na tolerancia a la afección. SIN CORTOCIRCUITO

Auscultación. Soplo continuo intenso con


Coartación aórtica
refuerzo sistólico y al comienzo de la diástole,
La estrechez del vaso origina la elevación de
que se ausculta en el foco pulmonar y en la re-
presión en la aorta y vasos que de ella nacen (ce-
gión clavicular izquierda (soplo de Gibson); en
falea, zumbido de oídos, epistaxis, trastornos vi-
ocasiones, ya sea por hipertensión pulmonar o
suales), e hipotensión por debajo; calambres,
comunicación muy amplia, sólo se oye un soplo
claudicación o debilidad en las piernas, etc.
sistólico o diastólico. El segundo ruido pulmonar
puede hallarse reforzado.
Inspección. Puede observarse un excesivo
desarrollo corporal de la mitad superior del cuer-
Pulso. Saltón, con gran caída de la presión po, con facies pletórica; otras veces existe cianosis
diastólica, la cual disminuye durante el esfuerzo en la pelvis y extremidades inferiores (incluyendo
(prueba de Bohn). el brazo izquierdo si la arteria subclavia se encuen-
tra englobada) en la variedad infantil con duc-
tus permeable. Las arterias superficiales del tórax,
Radiología. Discreta cardiomegalia con hi-
anormalmente dilatadas, son visibles y aun palpa-
perpulsatilidad de la aorta, como de la pulmonar
bles, sobre todo en la región interescapular cuando
y ventrículo izquierdo. Danza hiliar y trama pul-
el enfermo se inclina hacia delante con los brazos
monar acentuada.
pendientes (maniobra de Campbell y Suzman).

Electrocardiograma. Normal o con sobre- Auscultación. Soplo suave, de intensidad


cargas ventriculares derecha o izquierda. grados I-II, no acompañado de thrill. Se ausculta
en la región precordial y se irradia a la región su-
praclavicular y escapulovertebral izquierdas y
Cateterismo. La sonda pasa a través del ápex, nunca a los vasos del cuello. El segundo
conducto cuando se actúa sobre las cavidades de-
ruido aórtico está reforzado.
rechas.
Pulso. Amplio y tenso en las extremidades
Angiocardiografía. Suele demostrar la do- superiores, en contraste con la debilidad y retar-
ble repleción de la arteria pulmonar a partir del do en femorales.
ventrículo derecho y de la aorta.
Radiología. Ventrículo izquierdo algo agran-
dado. Elongación del pedículo vascular en forma
de chimenea por la poca visibilidad del botón
Trilogía de Fallot aórtico y aorta descendente, junto al calibre ex-
traordinario de los vasos que salen del cayado.
Estenosis pulmonar, comunicación interauri- Dilatación postestenótica del extremo proximal
cular y dilatación e hipertrofia de las cavidades de la aorta descendente y dilatación preestenóti-
derechas, con dilatación postestenótica de la ar- ca; estas imágenes son evidentes sobre el esófago
teria pulmonar. Mientras se mantiene el cortocir- baritado (signo de la E, de Gross). Erosión del
cuito arteriovenoso, la enfermedad es acianótica; borde superior de las costillas ocasionada por la
más tarde, aumenta la presión en el círculo pul- presión ejercida por las arterias intercostales dila-
monar, la derivación se invierte y aparece cia- tadas (signo de Roessler).
nosis.
Los enfermos presentan los signos de una es- Electrocardiografía. Normal o con signos
tenosis pulmonar grave, con cianosis, policitemia de hipertrofia y sobrecarga ventricular izquierda;
e hipocratismo digital. El cateterismo confirma la bloqueo de rama izquierda o derecha.
presencia del defecto septal, al mismo tiempo
que señala la presión elevada en el ventrículo de- Angiocardiografía. Cateterismo. Lo pro-
recho (superior a la pulmonar) y la insaturación pio que la aortografía retrógrada hace visible la
arterial. estrechez. Hipertensión ventricular izquierda (la
Cardiología. Angiología 319

presión sistólica alcanza, y aun supera, los 200 Ecocardiograma. Ya comentado.


mm Hg); la presión sistólica aórtica se halla ele-
vada por encima de la constricción, en contraste Cateterismo. Hipertensión auricular dere-
con la normal o baja en la arteria femoral. cha con un trazado que recuerda el de la insufi-
ciencia tricuspídea; elevación de la presión te-
lediastólica ventricular derecha y la sistólica
Estenosis de la pulmonar normal; si se asocia a comunicación interauricu-
lar, la hipertensión en la aurícula derecha motiva
El diagnóstico se basa en la percepción de un un shunt derecha-izquierda con ligera desatura-
soplo sistólico en el foco pulmonar, con thrill y re- ción arterial periférica y prueba positiva al éter; a
fuerzo o desdoblamiento del segundo ruido, y el veces, la comunicación puede ser cateterizada.
hallazgo a los rayos X de una dilatación no pulsá-
til de la arteria pulmonar (dilatación postestenóti- Electrocardiograma. Señala hipertrofia ven-
ca); la estenosis intensa motiva disnea, cianosis fa- tricular derecha, alargamiento del PR, con onda P
cial con yugulares ingurgitadas y pulsátiles. El de alto voltaje, bloqueo de la rama derecha y
soplo intenso borra el componente aórtico del se- complejos atípicos.
gundo ruido, mientras el pulmonar es retardado y
débil. Se nota una fuerte impulsión parasternal iz-
quierda. El corazón se encuentra agrandado a ex- Situs inversus
pensas de las cavidades derechas, la arteria pulmo-
nar dilatada y vascularización pulmonar escasa. En conjunto, el corazón tiene una disposición
en espejo en relación con la normal (se encuentra,
Angiocardiografía. Cateterismo. La pri- pues, situado en el hemitórax derecho), así como
mera evidencia la gran dilatación de la aurícula otras vísceras torácicas y abdominales (estómago a
derecha y el retardo en la evacuación de ambas la derecha, hígado y apéndice a la izquierda). Esta
cavidades derechas. curiosa y casi innocua anomalía es descubierta casi
El cateterismo señala la débil presión de la ar- siempre de manera accidental con los rayos X.
teria pulmonar en contraste con la del ventrículo Para obtener un electrocardiograma correcto
derecho, que es muy elevada (100-150 mm Hg o precisa invertir los hilos del brazo y situar los
más) alcanzando o rebasando la sistémica. El tra- electrodos precordiales sobre el hemitórax dere-
zado ventricular derecho tiene un aspecto afila- cho en el lugar correspondiente.
do, simétrico, muy particular. El rendimiento car-
díaco es normal (en el 60-70 % de los casos) así
como la saturación en oxígeno de la sangre peri- Sindrome de Kartagener
férica.
Asocia situs inversus con bronquiectasias y si-
Electrocardiograma. Muestra los signos tí- nusitis maxilar.
picos de la hipertrofia auricular y ventricular de-
rechas.
Miscelánea
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Enfermedad de Ebstein Citaremos, para terminar, un grupo de enfer-


medades que, pese a ser poco habituales, mere-
Se caracteriza por una implantación más baja cen ser recordadas; así, el bloqueo auriculoventricu-
del tricuspídeo con ventrículo derecho atrésico, lar congénito (enfermedad de Morqgio); el origen
aurícula derecha enorme y, con más frecuencia, anormal de la arteria coronaria izquierda a partir de
permeabilidad del foramen oval. Existe o no cia- la pulmonar; la aorta bivalva (dos sigmoideas aór-
nosis. La auscultación es poco característica, con ticas en lugar de tres); la hipoplasia aórtica (a veces
ritmo de galope derecho y un soplo de insufi- asociada a la aracnodactilia); el arco aórtico doble y
ciencia tricuspídea. el nacimiento de la subclavia como última rama del
S.A.

cayado de la aorta (la arteria, para ganar el lado de-


O MASSON,

Radiología. Sugiere un corazón globuloso recho del cuerpo, pasa entre la columna vertebral
(seudopericardítico), aorta pequeña y campos y el esófago, sobre el que imprime una huella ca-
pulmonares anormalmente claros. racterística. La anomalía puede ser latente o cau-
320 Semiología médica y técnica exploratoria

sa de disfagia. El primer caso de deglución difícil venas yugulares con colapso de las periféricas, he-
de origen vascular (disfagia lusoria, Bayford patomegalia y los signos físicos propios del infarto
[1789]) se refería a la arteria subclavia derecha). del pulmón o el derrame que lo acompaña.

Radiología. Señala la sombra del infarto, el


CORAZÓN PULMONAR derrame pleural, el ensanchamiento de las som-
(COR PULMONALE) bras hiliares y la prominencia del arco medio de
la pulmonar.
Como cardiopatía pulmonar o cor pulmonale se
designan los trastornos cardiocirculatorios secun- Electrocardiograma. Revela una SÍ pro"
darios a diversas enfermedades broncopulmona- funda, Q y T negativas (como en el infarto de la
res y de la arteria pulmonar, con elevación de la pared posterior), depresión del segmento ST en
presión en el círculo menor. DI; eje eléctrico desviado a la derecha, onda P
alta y puntiaguda, y en las precordiales aparece
inversión de la onda T en V1, V3 y VA4. El trazado
Corazón pulmonar agudo eléctrico se asemeja al del infarto de miocardio
de cara posterior, pero se distinguen entre sí por
Se observa en el caso de una embolia extensa la 51 profunda, la desviación del eje a la derecha,
y masiva del tronco o de algunas de las ramas de la P alta y la inversión de las ondas T en las des-
la arteria pulmonar, con estas consecuencias: viaciones precordiales.

1. Brusca elevación tensional en el pequeño círcu-


lo, con sobrecarga del corazón derecho, por la Corazón pulmonar subagudo
obstrucción mecánica del coágulo y la vasocons- y crónico
tricción refleja que motiva.
2. Disminución de la cantidad de sangre que El primero se observa en el estado asmático,
pasa a través de los pulmones, con disminución del en la carcinomatosis miliar pulmonar y en el em-
volumen sistólico del ventrículo izquierdo y caí- bolismo pulmonar crónico.
da tensional. El segundo, en los procesos broncopulmona-
3. Disminución de la circulación coronaria con res extensos de larga duración, como bronquitis
isquemia miocárdica por la hipotensión y facto- enfisematosa, bronquiectasias, fibrosis tubercu-
res reflejos pulmocoronáricos. losa e intersticial difusa, exéresis pulmonar am-
plia, etc., y en las afecciones primitivas de las ar-
La repercusión cardiovascular de la embolia terias pulmonares, como arteritis obliterantes,
pulmonar puede resumirse como émbolo des- microembolias, colagenosis, etc.
prendido —> infarto pulmonar > dilatación e hi- Se llega al cor pulmonale crónico a través de la
pertensión de la arteria pulmonar > sobrecarga y hipertensión pulmonar y de la hipoxia. La prime-
dilatación del ventrículo derecho > estasis en el ra depende de la reducción del lecho vascular ar-
sistema venoso -> colapso. terial por el proceso fibroscleroso intersticial y
por la hipoxemia arterial, que despierta, por un
Cuadro clínico. Es llamativo. En un sujeto lado, vasoconstricción arteriolar (reflejo de Euler)
con antecedentes embolígenos (postoperatorio, y, por el otro, poliglobulia con hipervolemia que
flebotrombosis, sobre todo de las ramas femoroi- sobrecarga más el corazón derecho. Facilitan la
líacas pelvianas, cardiopatías con afectación de aparición del cuadro las infecciones broncopul-
las cavidades dercchas) o sin ellos (a veces la fle- monares repetidas, que aumentan la obstrucción
bitis motivo del émbolo se descubre tardíamen- bronquial y la anoxia y, a través del reflejo de Eu-
te), aparece una opresión torácica, con disnea an- ler, la presión pulmonar.
gustiosa y asfixiante, cianosis y signos de
colapso, con hipotensión con sudación fría, pulso Cuadro clínico. En la mayoría de estos en-
rápido y filiforme, apatía psíquica. fermos, evoluciona en tres fases:

Exploración física. Señala el sufrimiento del 1. Bronquial. Con los síntomas y signos de
ventrículo derecho, con ritmo de galope, refuerzo una broncopatía (crónica), bronquial enfisemato-
del segundo tono pulmonar, ingurgitación de las sa (aumenta la disnea y aparece la cianosis).
Cardiología. Angiología 321

2. Trastornos psiconeurológicos. Con somuno- monares (ateroma, arteritis sifilítica, etc.), arte-
lencia, apatía, cefalea gravativa, etc. riolas y pequeñas arterias pulmonares (colageno-
3. Cardiaca. Con exageración de la disnea, sis, [lupus eritematoso, periarteritis mudoya] y
cianosis intensa (cardíacos negros), ingurgitación otras angitis por sensibilización, bilharziosis),
yugular, hepatomegalia dolorosa, timpanismo áreas precapilar y capilar (enfisema broncógeno
abdominal, edemas, etc. obstructivo, fibrosis intersticiales difusas, etc.)
o en las venas pulmonares, aurícula izquierda o
Radiología. Muestra la prominencia de la válvula mitral estenótica.
arteria pulmonar, los hilios exagerados y el agran- La hipertensión arterial pulmonar primitiva
damiento del ventrículo derecho, difícil de reco- (de evolución maligna) radica en una alteración
nocer, muchas veces, por la rotación horaria que anatómica arteriolar con proliferación de la ínti-
sufre el corazón. ma e hipoplasia de la media.

Electrocardiograma. Señala la posición Síntomas subjetivos. Disnea de esfuerzo.


vertical del corazón y los signos de hipertrofia y Crisis angoroides y sincopales de esfuerzo.
sobrecarga de las cavidades derechas, con desvia-
ción derecha del eje, ondas P «pulmonares» (pro- Inspección. Cianosis. Ingurgitación yugular.
minentes y puntiagudas en DIL, DI y aVF), S1 y
R acentuadas con ondas T y P negativas en las Palpación. Podemos apreciar un latido sis-
precordiales derechas. tólico en el II espacio intercostal izquierdo, con
chasquido seco correspondiente al cierre fuerte y
enérgico de las sigmoideas pulmonares.
Hipertensión pulmonar”
Percusión. Se encuentra una faja de mati-
La presión pulmonar depende del flujo de la dez más o menos ancha (de 2-4 cm) por fuera del
arteria pulmonar y de la resistencia que opone el borde esternal izquierdo en el II espacio intercos-
sistema vascular pulmonar. Sus cifras medias tal de este lado, producida por la prominencia del
normales son de 30, 12 y 10 mm Hg para las pre- segundo arco izquierdo de la silueta cardíaca, es
siones sistólica, diastólica y capilar media, res- decir, del tronco de la pulmonar.
pectivamente. Á este conjunto de signos (ingurgitación yu-
La hipertensión por aumento del flujo pulmo- gular, latido sistólico palpatorio y franja mate a la
nar (siendo el lecho vascular normal) sólo se ob- palpación en el II espacio intercostal izquierdo)
serva en ciertas cardiopatías congénitas con cir- se lo conoce con el nombre de «complejo de la
cuito arteriovenoso, como las comunicaciones pulmonar», de Chavez.
interauricular o interventriculares, conducto arte-
rioso permeable, etc., únicas capaces de aportar Auscultación. Es de suma importancia:
el gran caudal de sangre que precisa para cllo por
la gran capacidad de adaptación del lecho vascu- 1. Soplo sistólico de grado I-M de Levine, en
lar pulmonar. cuya génesis intervienen el aumento de flujo a
La hipertensión pulmonar por anomalías en el través de la pulmonar y una dilatación del tronco
Fotocopíiar sin autorización es un delito.

árbol vascular del pulmón es la más frecuente. La de ésta. Ese soplo se ausculta en el II espacio in-
resistencia puede encontrarse en las arterias pul- tercostal izquierdo.
2. Soplo diastólico suave en el mismo foco,
por dilatación del tronco de la pulmonar e in-
“Considerando el corazón, central y periódico, como una competencia de las sigmoideas de la válvula (so-
unidad funcional, la circulación sanguínea a través de pulmón plo de Graham-Steell).
se establece gracias al gradiente tensional entre el ventrículo
3. Chasquido protosistólico seco, que es casi
derecho y la aurícula izquierda, y se estimula por la respira-
ción; la inspiración fuerza el aflujo y la espiración la salida, de patognomónico en ausencia de estenosis pul-
tal manera que la circulación pulmonar marcha bastante parale- monar.
lamente a la respiración. Hemodinámicamente, la circulación 4. Segundo tono pulmonar reforzado y muchas
S.A.

pulmonar se traduce por unas tensiones arteriolares pulmona-


veces desdoblado. El reforzamiento está directa-
res que oscilan entre 15-30 mm Hg la sistólica, 7-12 mm Hg
(O MASSON,

la diastólica, 13-18 mm Hg la media, con una tensión capilar mente ligado a la hipertensión, no así el desdo-
pulmonar media que, normalmente, nunca rebasa la cifra de blamiento. A veces, hay desdoblamiento para-
10 mm Hg. dójico del segundo ruido, que se escucha en
322 Semiología médica y técnica exploratoria

espiración y disminuye o desaparece en inspira- rechas y estasis pulmonar en los casos en que
ción, a la inversa que normalmente. el motivo de la hipertensión pulmonar se en-
cuentra en la aurícula izquierda o válvula mitral
Pulso venoso. Onda a gigante en «cuña», estenótica.
tanto o más brusca que la onda a obstructiva de
la estenosis tricuspídea.
Electrocardiograma. Muestra ondas P «pul-
Radiología. Prominencia del arco de la monalis» y predominio derecho por hipertrofia y
pulmonar; agrandamiento de las cavidades de- sobrecarga sistólica derechas.

ANGIOLOGÍA
Su examen comprende: Interrogatorio. Inspec- de la ciudad de El Cabo (Keys) y los indígenas de
ción somática general y local de las extremidades. la altiplanicie peruana (Ponce Barreda), lo que se
Palpación. Oscilometría. Auscultación. Ultrasoni- atribuye, entre otros motivos, a su alimentación
do (efecto Doppler). Angiografía (arteriografía, sobria, en que las grasas y prótidos están reduci-
flebografía, linfografía). Tonometría y resistencia dos a su mínima expresión y a una vida sin gran-
capilares. Oximetría en la sangre periférica. des inquietudes,

NW INTERROGATORIO Ocupación
FILIACIÓN Y ANTECEDENTES La trombosis de las piernas es frecuente en
INDIVIDUALES aquellas profesiones (conductores de vehículos,
mecánicos, administrativos, tenderos, etc.) que
Edad obligan a permanecer sentados largo tiempo o en
posición que dificulta el retorno venoso.
Las angiopatías arteriosclerosas privan por en- Con el nombre de trombosis «de fin de sema-
cima de los 50 años; la arteritis temporal, en per- na», conocen los norteamericanos la oclusión aguda
sonas que pasan de los 45 años; la tromboangitis de la poplítea que se presenta en personas ancianas
obliterante, en la juventud, y la enfermedad de después de permanecer largo tiempo arreglando el
Raynaud, vasculitis nodulares de las piernas, eri- jardín en la posición que llamamos «en cuclillas», la
trocianosis supramaleolar, etc., en los primeros cual traumatiza el vaso ateromatoso y es causa de
decenios de la vida. un trombo mural que motiva, al día siguiente, los
síntomas y signos de la oclusión vascular.
Los obreros que manejan perforadoras neu-
Sexo máticas, aparatos de fijar suelas u otras máquinas
que imprimen a los brazos un movimiento vi-
Sin ser una regla absoluta, es evidente la ma- bratorio propenden a trastornos vasculares en
yor propensión de las mujeres hacia la enferme- las manos (sobre todo derecha) del tipo del sín-
dad de Raynaud, eritromelalgia, acrocianosis, drome de Raynaud, junto con atrofias mus-
vasculitis nodulares, perniosis, eritrocianosis culares, calcificaciones ligamentosas y deforma-
supramaleolar, varices (los embarazos las favore- ciones óseas; asimismo, el trabajo en locales
cen), etc. Los varones enferman más de trombo- húmedos y fríos, sobre todo en invierno, es mo-
angitis obliterante,,arteriopatías esclerosas, pe- tivo de perniosis, acrocianosis, de enfermedad de
riarteritis nudosa, trombosis de esfuerzo, etc. Raynaud y, si se asocia al abuso de tabaco, de ar-
teritis.
Los desocupados (ocio impuesto) y jubilados,
Raza que permanecen mucho tiempo frente al televi-
sor, presentan con una frecuencia llamativa, in-
Los orientales propenden poco a las angiopa- cluso en sujetos jóvenes, trombosis en los miem-
tías arteriosclerosas, así como los negros bantúes bros inferiores.
Cardiología. Angiología 323

Tipo de alimentación. mo la realidad de su observación (signo de


Hábitos de vida Trousseau).
El arsénico, el plomo y el cornezuelo del cen-
Hay una elevada incidencia de angiopatías es- teno (micelio del hongo Claviceps purpurea, pará-
clerosas en los grupos humanos que consumen sito de algunos cereales, en especial en los años
grasas de origen animal y su relativa rareza en húmedos) motivan arteriospasimos intensos que,
los que se abstienen de ellas y recurren a las gra- si persisten, conducen a la gangrena seca de las
sas vegetales. El alcohol daña poco los vasos ar- partes distales. En el caso particular del corne-
teriales y venosos, no así el tabaco, tenido inclu- zuelo del centeno, las partes afectadas (nariz, ló-
so como factor causal de la tromboangitis bulo de las orejas, dedos) toman un tinte azul ne-
obliterante de Buerger. gruzco y se acompañan de vivos dolores (ignis
sacer, fuego sagrado).
Citaremos, finalmente, las tromboflebitis pos-
ANTECEDENTES FAMILIARES traumáticas y los casos raros de arteritis de la
axilar, con trombosis sobreañadida o sin ella ca-
La incidencia familiar de las varices es admiti- paz de conducir a la gangrena de la extremidad
da con unanimidad. La causa radicaría, para algu- por el uso de muletas inapropiadas.
nos, en la debilidad congénita del tejido conjunti-
vo de las venas; para otros, en una disfunción
endocrina. COMIENZO Y EVOLUCIÓN
La enfermedad de Raynaud, así como otras DE LA ENFERMEDAD ACTUAL
angioneurosis (acrocianosis, eritromelalgia, etc.),
suelen darse con relativa frecuencia en varios Los síntomas más llamativos de padecimiento
miembros de una misma familia. vascular son el dolor, la impotencia funcional y
La tromboangitis obliterante no parece here- los trastornos tróficos (úlcera, gangrena).
ditaria a pesar de haberse publicado algunos ca- La intensidad y cualidades del dolor dependen
sos en favor de esta tesis. Son numerosas las del lugar donde radica la lesión (arteria, vena, lin-
displasias venosas de los miembros de origen fáticos), de su naturaleza (espasmo, embolia,
congénito: angiomas, malformaciones de los trombosis) y de la sensibilidad general del indivi-
troncos venosos (varices, nevos, etc.), fístulas ar- duo. Su intensidad varía desde un simple males
teriovenosas. tar hasta un dolor angustioso, insoportable, que
Jalones históricos relativos a este tema son los obliga a la toma de analgésicos potentes. Tam-
trabajos de Trelat y Mond (1869) sobre «la hiper- bién presenta distintas cualidades, como hormi-
trofia unilateral parcial o total del cuerpo» y los gueo, pequeños alfilerazos, punzante, quemante,
de Klippel y Trenaunay (1900) sobre «nevos vari- crampiforme, atenazante, etc.
cosos osteohipertróficos».

Dolor arterial
ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
O ENFERMEDADES ANTERIORES En el síndrome isquémico agudo (embolia,
Fotocopiar sin autorización es un delito.

trombosis, engrosamiento brusco de la propia


Las infecciosas (focal, sepsis agudas o subagu- pared arterial que estenosa la luz, como en el
das, fiebre reumática y tifoidea, etc.) cuentan ya aneurisma disecante), es intenso y brusco. Se
sea por la propia acción bacteriana o por intole- acompaña de impotencia funcional, frialdad, pa-
rancia a los fármacos empleados para combatir- lidez marmórea y parestesias. Falta el latido de
las; así, los sueros, vacunas, sulfamidas, etc., pue- las arterias periféricas. Aparecen placas violáceas
den ser motivo de periartritis nudosa y vasculitis y veteados, y en la fase final, trastornos trófi-
nodulares. cos y necrosis isquémica, menos patentes en las
Se han citado trombosis venosas en las co- extremidades superiores por la mayor circulación
litis ulcerosas, hernia diafragmática con eso- colateral,
S.A.

fagitis, síndrome de Behcet y procesos neoplási- En la obliteración crónica (síndrome isquémi-


O MASSON,

cos varios. Trousseau señala la trombosis de co crónico), el dolor, al principio, sólo aparece
las venas ilíaca y femoral como signo terminal durante la marcha (claudicación intermitente) y
del cáncer de estómago, y comprobó en sí mis- más tarde incluso en reposo (rest-pain) sobre todo
324 Semiología médica y técnica exploratoria

en posición horizontal (dolor de decúbito) y por Kennelly y Blomberg (1968) describieron el


la noche. Cabe señalar que existe una primera síndrome del músculo tibial anterior, frecuente
fase silenciosa con fatigabilidad fácil de uno o en jóvenes después de un ejercicio muscular pro-
ambos miembros inferiores, con sensación de pe- longado. Se debe a isquemia del tibial dentro de
sadez y hormigueo en la pantorrilla y tobillo du- su compartimiento aponeurótico no elástico. El
rante la marcha. dolor es brutal y localizado en la cara anteroex-
La claudicación intermitente (síndrome descri- terna de la pierna; aparece edema y equinismo
to en 1831 por el veterinario Boullay y más tarde por parálisis de los músculos afectados. Se con-
incorporado a la clínica humana por Charcot) serva el pulso arterial pero es llamativa la persis-
consiste en una cojera súbita que se produce úni- tencia del dolor por depender del aumento de
camente durante la marcha y que cesa durante el volumen del músculo edematoso en su celda rígi-
reposo, incluso permaneciendo el enfermo en da (fig. 3-89). Puede evolucionar hacia una fibro-
pie, para reaparecer al reemprender el cami- sis o una gangrena. La variante crónica se carac-
no, aproximadamente, a la misma distancia. Se teriza por afectar a las dos piernas y aparecer
acompaña de fenómenos dolorosos, parestesias o cada vez después de una carrera o de una marcha
sensación de calambre en la pantorrilla, en el pie prolongada, con una sintomatología parecida,
o en el muslo de la pierna afecta. El pie suele tor- pero más discreta.
narse pálido y frío. Podemos medir la progresión El dolor de decúbito (rest-paín) traduce un gra-
(o remisión terapéutica) del mal obliterante do muy agudo de isquemia, puesto que el hecho
por el número de metros (o manzanas de casas) de colocar el miembro horizontal, dificultando la
que el sujeto puede andar antes de que el dolor le circulación, la convierte en insuficiente, por lo que
obligue a detenerse; así hablamos de claudica- desencadena fenómenos dolorosos. Son dolores
ción a los 10 pasos, a los 50 m, etc. El dolor, que muy agudos, del tipo de quemaduras, con la loca-
comienza después de que el individuo lleva an- lización distal, generalmente en el dorso de los de-
dados más de 300 m, raramente tiene origen vas- dos. El enfermo aprende enseguida que el dolor se
cular”*. alivia dejando colgar la pierna en posición declive
Cuadros de seudoclaudicación intermitente por un lado del lecho. Pese a ello, los enfermos no
por la compresión de la cola de caballo fueron pueden dormir, pierden el apetito, adelgazan y su-
descritos por Dejerine (1911) y confirmados ulte- fren alteraciones psíquicas, hasta pedir ellos mis-
riormente en casos de hernia discal, tumores, mos la amputación liberadora. Como precede a la
mielitis. Esta claudicacion nerviosa se diferencia aparición de trastornos tróficos y gangrena, se le
de la de origen arterial por ser bilateral (la cojera llama también dolor trofoprodrómico. Buerger ha-
arterial priva o predomina en un miembro), por bla, refiriéndose a él, de una «paradójica claudica-
la falta de signos de afectación arterial (la pedia ción intermitente en inactividad».
pulsa y el indice oscilométrico es normal) y por la La arteritis de la temporal (Horton) motiva cri-
presencia de los de estirpe nerviosa (motores, re- sis de cefalea muy intensa, lancinantes y con paro-
flejos, sensitivos). El enfermo se detiene por una xismos nocturnos que impiden el sueño. Existe
auténtica paraplejía espástica y transitoria (cede franca hiperestesia de la región con la arteria sa-
con el reposo) o por dolor de distribución ciática liente, dura, a veces con nudosidades y sin pulso.
radicular distinto del típico calambre distal de la Más frecuente en la mujer, puede afectar a otros
insuficiencia vascular sin que la extremidad se territorios vasculares (arteria central de la retina
torne pálida y se enfríe. [80-40 %)], extremidades inferiores, etc.), constitu-
yendo una verdadera panarteritis subaguda. La re-
percusión intensa del estado general y las recaídas
hacen pensar en su naturaleza colagenótica.
“La claudicación intermitente significa sólo un obstáculo en la
circulación arterial sin precisar su causa (arteriosclerosa, trom-
boangítica, etc.). La lesión de la arteria disminuye su luz y, aun-
que permite el paso de la sangre necesaria para los órganos du-
rante el reposo, impide el aporte de la sangre que se necesita La claudicación arterial es poco frecuente en las extremida-
durante su actividad. Pero a este factor lesional permanente se des superiores por la rica circulación colateral. Sólo se observa
agrega el factor espasmódico; la arteria lesionada se hace, en cuando la ocupación requiere trabajar con los brazos en alto o
efecto, especialmente apta para el espasmo, éste es suscitado realizar movimientos rápidos y repelidos (pianistas, Inecanó-
por el esfuerzo, la suma de la disminución lesional del calibre, grafos, etc.); al principio, notan torpeza de los dedos, con pér-
más la disminución espasmódica, produce la brusca privación dida del tacto y sensación de frialdad y, más tarde, calambres
de sangre en el territorio correspondiente. muy dolorosos en el antebrazo.
—>
Cardiología. Angiología 325

V. tibial anterior M. extensores


Peroné Tibia M. peroneos

V. tibial posterior
a Manguito aponeurótico b M. flexores
V. peronea M. de la pantorrilla

V. safena interna

Y. safena externa

Tríceps sural

Puntos típicos
Fotocopiar sin autorización es un delito.

de dolor a la presión

Puntos dolorosos típicos en la pierna


S.A.
O MASSON,

Fig. 3-89. A) Sección transversal de la pierna a nivel de su tercio distal; a, cámara aponeurótica normal; b, abom-
bamiento de ésta por estasis de las venas peronea y tibial posterior. B) Puntos dolorosos a la presión.
326 Semiología médica y técnica exploratoria

En la rotura espontánea de una arteria de me- le ser el derecho) se ha vuelto doloroso, tumefac-
diano o gran calibre, aparece un dolor brusco, in- to, cianótico, apreciándose en su raíz, e incluso en
tenso, acompañado de una tumefacción difusa la pared del tórax, una red de venas azuladas. En
muy dolorosa a la presión, pulsátil (a veces se palpa el miembro inferior, se inicia por un súbito e in-
un frémito) y con un soplo intermitente sistólico. tenso dolor en los músculos de la pantorrilla (síg-
En los síndromes hiperémicos (por vasodilata- no de la pedrada), que se acompaña de ligero ede-
ción arterial anormal y no inflamatoria), como la ma y, con frecuencia, de equimosis tardía. El
eritromelalgia (Weir-Mitchell) y la acromelalgia dolor se hace más intenso en el momento de su-
(Tinel), ese dolor se presenta bajo la forma de cri- bir escaleras y con la flexión dorsal forzada del
sis que se despiertan v exacerban con el calor, el pie, hallándose la pierna en extensión (signo de
ejercicio o la posición declive, mientras que se Homans) y presionando los músculos de la panto-
atenúan o cesan con el frío, el reposo o mante- rrilla contra el plano óseo (signo de Olow). Cuando
niendo los miembros elevados. La piel de las ma- una vena varicosa recubierta de piel atrófica se
nos y dedos es de color rojizo, seca, anhidrótica abre al exterior, es causa de hemorragia, la cual
y con descamación furfurácea. Hay turgencia ve- puede conducir al estado de anemia aguda si pasa
nosa y aumento de la pulsatilidad arterial y del inadvertida, como suele ocurrir en pleno sueño.
índice oscilométrico. En la tromboflebitis, el comienzo es brusco y
grave. El dolor, siempre presente, constituye el
primer síntoma e inmoviliza el miembro. El ede-
Dolor venoso ma se desarrolla con rapidez y a veces tan depri-
sa que el enfermo tiene la impresión de que su
Los sujetos con varices esenciales pueden ex- miembro va a estallar. La flegmasía alba dolens
perimentar: suele aparecer después del parto, siendo menos
grave que la flegmasía cerúlea dolens (flebitis azul.
1. Pesadez de piernas, fatiga (más en la posi- de Grigoire), en la cual el bloqueo completo del
ción de pie; se alivian con la marcha), hormigueos, retorno venoso y la congestión y edema dentro
calambres nocturnos. Estas molestias se acentúan de los compartimientos aponeuróticos del miem-
en verano (al contrario que las de origen arterial) bro alcanzan a interrumpir la circulación arterial;
por la vasodilatación que provoca el calor. otros autores piensan en un espasmo arteriolar
2. Neuralgias ortostáticas (o posturales) de las reflejo sobreañadido. El estado general se altera
extremidades inferiores, que se atenúan o desa- siempre, sobre todo en la segunda forma, con un
parecen con el decúbito. A veces son de difícil shock brutal. La afectación arterial es causa de
diagnóstico, por ser los signos de la insuficiencia anoxia con desarrollo de gangrena, casi siempre
o ectasia venosa poco manifiestos o ausentes. Se- de tipo húmedo, en la mitad de los casos (trombo-
gún la localización de las flebectasias, los nervios flebitis gangrenante, fig. 3-91).
afectos son el obturador, crural, safeno interno y Bajo la denominación de tromboflebitis superfi-
externo, tibial anterior y ciático poplíteo externo cial recidivante (flebítis migrans), se conoce una for-
(fig. 3-90). ma de enfermedad venosa que se caracteriza por
3. Síntomas de claudicación intermitente en au- aparición de trombosis sucesivas en distintos sec-
sencia de obstrucción arterial. El paciente percibe a tores venosos, sobre todo en las ramas superficiales
nivel de los músculos de la pantorrilla una sensa- de la vena safena. Puede ser esencial (no se descu-
ción de calambre y tensión que le obliga a dete- bre su posible causa) o sintomática de tromboangi-
nerse después de haber andado un cierto trecho tis obliterante (su elevada frecuencia [30 %] indu-
(claudicación intermitente venosa). ce a pensar que constituye su primera expresión
sintomática precediendo algunos años a las mani-
En los portadores de complejos varicosos ex- festaciones arteriales), neoplasias profundas, pe-
tensos, aparecen, a veces, síntomas de hipoten- riarteritis nudosa (se acompaña de localizaciones
sión ortostática (con reflejos vasomotores nor- cerebrales, cardíacas y de otros órganos), hernia
males) al ponerse el sujeto en pie y acumularse la diafragmática, focos sépticos orofaríngeos y bron-
sangre en las venas dilatadas. copulmonares (bronquiectasias), hipercoagulabili-
En las trombosis de esfuerzo (más frecuente dad de la sangre, esfuerzos y traumatismos, etc.
en los miembros superiores), el paciente (casi Se han citado casos por gérmenes paratificos.
siempre un varón y entre los 20 y 30 años de Pearson ha descrito una inflamación no trom-
edad) se da cuenta de que uno de sus brazos (sue- bosante de las venas superficiales de los miem-
Cardiología. Angiología 327

Flebectasias

N. obturador

N. crural

Nervio ciático

Safeno int.

Safeno ext.
N. ciát. popliteo ext. Flebectasias

Tibíal ant.

N. tibial posterior

Fig. 3-90. Neuralgias ortostáticas. Localizaciones más frecuentes.

bros con dolor gravativo que obliga al reposo en ferente a la actitud que guardan en la cama los en-
cama; la atribuye a virus (flebodinia epidémica). fermos con procesos arteriales isquemiantes de las
extremidades inferiores para aliviar sus molestias;
el aspecto peculiar de la cara en la arteritis de Ta-
Dolor linfático kayasu, si ocluye el origen de los troncos supraa-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

órticos (síndrome de Martorell-Fabré); la cianosis


En la inflamación de los vasos linfáticos (lin- cervicofacial con edema en esclavina y circulación
fangitis aguda), casi siempre acompañada de la colateral en la oclusión de la vena cava superior, la
de los ganglios regionales (adenitis, linfadenitis), desproporción de desarrollo entre los miembros
se experimenta un dolor urente, sordo, que se in- superiores y los inferiores en la coartación aórtica
tensifica al palpar los ganglios infartados. del adulto y la atrofia global de las extremidades
inferiores (sin excesivo desarrollo de las superio-
res) en la obliteración crónica de la bifurcación
M INSPECCIÓN aórtica (sindrome de Leriche). En la coarta-
ción aórtica (tipo infantil), contrasta, en ocasiones,
S.A.

INSPECCIÓN SOMÁTICA GENERAL el color normal de la mitad superior del cuerpo


O MASSON,

con la leve cianosis de las extremidades inferio-


Se realiza con el enfermo desnudo en una habi- res, con una línea de demarcación que se establece
tación templada. Ya nos hemos ocupado en lo re- a nivel del borde superior de la pelvis.
Cardiología. Angiología 329

so, con lo cual el oxígeno se desprende con ma- TUMORES GLÓMICOS


yor dificultad de los hematíes. (GLOMANGIOMAS)
7. Livedo reticularis. Con este nombre se des-
cribe una afección crónica cutánea caracterizada Se desarrollan sobre las anastomosis arteriove-
por la aparición de un veteado amoratado per- nosas de la piel de las extremidades, principalmen-
manente que dibuja una red de mallas más o me- te dedos, El paciente experimenta vivo dolor en un
nos amplias, en cuyo interior la piel tiene el color punto circunscrito de la piel, con mayor frecuen-
normal. Se presenta, por lo general, en las piernas cia en un dedo de la mano o debajo de la uña.
y en los brazos. Cuando su existencia es transito- El menor contacto o el efecto del frío exacerba el
ria y desencadenada por el frío, esta afección re- dolor que se alivia o calma con el calor. Al princi-
cibe el nombre de cutis marmorata”. pio, el examen de la zona dolorosa es negativo,
La livedo reticularis puede ser idiopática o sin- más adelante se observa en ella una mancha azula-
tomática (periarteritis nudosa, tromboangitis, hi- da o un pequeño tumor que presenta esta colo-
pertensión general, etc.); habitualmente benigna, ración.
puede originar úlceras o gangrena parcelarias (li-
vedo reticularis necrosante).
VARICES

VARICE ARTERIAL Son dilataciones venosas, blandas, de color


azulado que se reducen con la presión o eleva-
En el ateroma, la arteria se dilata difusamente ción de la extremidad (fig. 3-92). Se distinguen
conservando el paralelismo de sus paredes (arte- cuatro tipos morfológicos:
riectasia) pero con aumento de longitud (dolico-
arteria) por lo que se torna flexuosa. Esla dila- 1. Serpentinas en ovillo. Son las más frecuen-
tación cilindroide flexuosa se denomina varice tes, y se sitúan casi siempre en la pierna.
arterial. Esta anomalía se observa con frecuencia 2. Cilíndricas. Que dibujan el trayecto de la
en las arterias temporales y humeral (pueden safena interña.
presentar movimientos reptantes sincrónicos con 3. Saculares o aneurismas venosos. En forma
el pulso) y, más rara vez, en la carótida derecha de dilataciones como lagos; son frecuentes en la
(al elevarse el punto de inserción del tronco inno- desembocadura de la safena interna y se pueden
minado, permaneciendo fijo el de penetración in- confundir con la hernia crural”; otras veces apa-
tracraneal) e ilíacas*, recen dilataciones saculares, en rosario, siguien-
do el trayecto de la vena; en realidad, constitu-
yen el equivalente venoso de los aneurismas
arteriales genuinos.
4. Vanculares en forma de estrella (estrellas ve-
VLa disposición reticular del veteado cianático se explica nosas de Bean), penacho o lineales de color rojo vivo
por la existencia de zonas de la piel ricamente irrigadas por las o azuladas. Subdérmicas, se localizan en la cara
arborizaciones capilares que proceden directamente de las arte- externa y posterior del muslo, hueso popliteo y
riolas que, de modo perpendicular se dirigen hacia ellas desde
pierna.
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la profundidad. En estas zonas centrales, cl tono de los capila-


res es bastante elevado y la sangre circula por ellos con mayor Son frecuentes en mujeres (origen congénito
rapidez que en las zonas periféricas. familiar) o también en adultos con varices de la
Como consecuencia de la obliteración orgánica o espasmó-
safena interna, externa u obstrucción de la
dica de las arteriolas que irrigan la piel, la estasis sanguínea se
hace más evidente en las zonas periféricas donde el tono capi- vena cava. El término telangiectasía indica dilata-
lar es menor. Así se forma una red cianótica que rodea las zo-
nas centrales pálidas. La cianosis aumenta bajo la acción del
Fría, a causa de la vasoconstricción, y desaparece o adquiere “Tanto la varice sacular del vayado de la safena interna
una tonalidad más rojiza bajo la acción del calor. como la hernia crural, propulsan con la tos y se reducen con el
“En la insuficiencia aórtica, hipertiroidismo, ductus y fístu- decúbito. Es importante la «enfermedad de Cruveilhier»: al to-
las arteriovenosas, el gran aumento de la presión diferencial (la ser se llena la variz y se percibe, al aplicar la mano, un estreme-
mínima puede llegar a cero) motiva una pulsación arterial visi- cimiento o sensación de chorro de agua que llena la bolsa; al
S.A.

ble e intensa (baile arterial). La dilatación circunscrita de una aplicar el fonendoscopio sobre la variz se percibe un soplo; si
arteria se llama aneurisma. Su causa radica en la insuficiencia de
O MASSON,

hay varices en el resto de la pierna, se advierte una oleada so-


la túnica media. La disminución de su resistencia permite la bre la tumoración cuando se percuten dichas varices (signo de
distensión circunscrita de la pared arterial por la tensión san- Kelly); todos estos signos faltan en la hernia. El dato fundamen-
guínea. El tumor es pulsátil y expandible. tal para el diagnóstico es Hebogrático.
330 Semiología
médica y técnica exploratoria

2. Troncular superficial, Con rubicundez li:


neal.
3. Troncular profunda. Con fiebre alta y do-
lor a la presión a lo largo de los trayectos vascu-
lares, pues los troncos linfáticos inflamados dis-
curren por el tejido celular que rodea los grandes
vasos.

COMPRESIÓN U OBSTRUCCIÓN
DE LOS VASOS LINFÁTICOS
Comprende las siguientes afecciones: linfangi-
tis de repetición; elefantiasis; adenitis crónicas o
erisipelatosas; malformaciones congénitas, trom-
bosis venosas antiguas.
Motiva un volumen excesivo, a veces mons-
truoso, de la extremidad; el caso más frecuente
Fig. 3-92. Varices en la extremidad inferior. es el de que la elefantiasis del adulto comience
en la pubertad y tenga evolución progresiva; la
deformación es permanente, dura, no deforma-
ble, distendiendo el tejido celular de todo el
ciones adquiridas de los capilares y vénulas de la miembro.
dermis También figuran entre las causas de estas
Atendiendo a su causa, las varices pueden ser «grandes piernas», las varices y la infiltración ce-
idiopáticas o esenciales, posflebíticas, por comu- lulítica (eritrocianosis supramaleolar de las jóve:
nicación arteriovenosa y postoperatorias, En las nes (fallo venoso e hístico de origen neurohor-
oclusiones arteriales también cabe apreciar ecta- monal)), o adiposa (integra, a veces, el «síndrome
sias venosas por venoparálisis anóxica, trofostático» de la menopausia).
En las mujeres sometidas a mastectomía,
es frecuente
un notable edema del brazo
y hom-
E HEMANGIOMA CAVERNOSO bro. Al extirparse los ganglios axilares, las úni-
(O CAVENOMA) cas vías de derivación linfática pasan a ellos por
el hombro. Los tirantes del sostén obstaculi-
Es un tumor benigno constituido por capilares zan estas vías linfáticas y determinan o acen-
que han perdido su independencia y comunican túan el linfedema del miembro (síndrome del
libremente entre sí. Aparecen como tumores re- sostén).
dondeados, lobulados, blandos e indolentes y La irrigación deficiente, por exceso o defec-
recubiertos de una piel alterada y que presenta to, de los miembros es motivo de cambios de
un color rojo vivo o azulado. Suelen coincidir volumen y de trastomos tróficos. En el «síndro-
con varices y en el «sindrome de Kasabach-Me- me de Klippel-Trenaunay», la mayor afluencia *
rito» (de origen congénito) con trombo o fibrino- de sangre por las fístulas arteriovenosas congé-
trombopenia y diátesis hemorrágica. nitas motiva la presencia de nevos (una sola
e

mancha o placa o varias de ellas), varices y el


A

alargamiento del miembro (puede corresponder


Vs

LINFANGITIS AGUDA al fémur o a la tibia), a veces muy engrosado;


este alargamiento (causa de unas escoliosis más -
Se acompaña de la inflamación de los ganglios o menos manifiestas) permite diferenciar este
regionales (linfadenitis) y puede adoptar tres as- síndrome del «linfedema congénito». Cuando el *
pectos: riego sanguíneo es escaso se observa la atrofia,
más o menos discreta, del miembro, a veces di-
1. Reticular superficial. Con formación de pla- fícil de estimar por falta de punto de compara-
DIWIRAR

cas rojas (con flictenas o sin ellas), dolorosas al ción, si es bilateral, como en el «síndrome de la
tacto. obliteración de la bifurcación aórtica» (Leriche);
Cardiología. Angiología 331

en esta disminución de volumen del miembro


afectado cuentan tanto el exiguo aporte sangui-
neo como la limitación de su movilidad (atrofia
por inactividad). 7

TRASTORNOS TRÓFICOS DE
ORIGEN ARTERIAL O VENOSO
Son de observación frecuente y muy variada
presentación en cuanto a características cromáti-
cas y de lesión (fig. 3-93); culminan con la forma-
ción de úlceras'o gangrena.

ALTERACIONES UNGUEALES
En la tromboangitis obliterante, la isquemia
detiene el crecimiento de las uñas; a veces pasan Fig. 3-93. Síndrome posflebítico. Discromía cutánea.
meses sin necesidad de cortarlas.
En el dedo gordo, la detención de crecimiento
suele acompañarse de una hiperqueratosis del le-
cho, que aumenta considerablemente su espesor
a la vez que adquiere una pigmentación oscura
anormal. La ranura ungueal puede presentar una PILIACIÓN
serie de fisuras muy dolorosas.
En la enfermedad de Raynaud, en fase avan- Es excesiva en los síndromes hiperémicos y
zada, aparecen infecciones periungueales al escasa en los estados opuestos. No se ha señala»
mismo tiempo que se afilan las puntas de los do una evidente relación entre el número, longi-
dedos. tud, color de los pelos de los dedos de las manos
En la endoarteriolitis primaria distal, aparecen y el grado de isquemia; si ésta es avanzada, lle-
lesiones en el lecho o alrededor de las uñas o va- gan a desaparecer.
rios dedos menores del pie, con reacción infla-
matoria periulcerosa muy dolorosa.
TRASTORNOS SUDORALES
ATROFIA CUTÁNEA La exageración de la secreción sudoral es fre-
cuente en la acrocianosis, fenómeno de Raynaud,
En la tromboangitis, la piel está adelgazada y eritromelia declive (tromboangitis), etc. Algunas
con los pliegues borrados. El tejido celular tiende veces, la parte afecta parece recubierta de gotas
sin autorización es un delito.

a desaparecer y a esclerosarse. Alternan zonas de de rocío.


O MASSON, S.A. Fotocopíar

atrofia blanca con otras pigmentadas en exceso. La sequedad excesiva es propia de los estados
En la enfermedad de Raynaud, la piel se torna que conducen a la esclerodermia,
lisa, brillante y pálida, y adquiere aspecto escle-
rodérmico. En los casos avanzados, es imposible
plegar la piel, como si ésta se hubiera fijado di- ISQUEMIA CRÓNICA
rectamente a los huesos y tendones de la región, CUTÁNEA
que deja los dedos en semiflexión (por falsa an-
quilosis fibrosa), especialmente el meñique, res- Es un microinfarto producido por la trombo-
petando el pulgar. Ya hemos citado las alteracio- sis de una pequeña arteriola cutánea, Se presenta
nes tróficas de la pared de las varices y de la piel como una manchita morada de 5-6 mm de diá-
que las recubre, motivo a veces de varicorragias metro, dolorosa, que se sitúa corrientemente en
espontáneas o provocadas por el más mínimo el pulpejo de los dedos, a poca distancia de las
traumatismo. uñas. Es peculiar de la tromboangitis.
332 Semiología médica y técnica exploratoria

EDEMA

El edema circunscrito al pie o a la mano se ob-


serva, en ocasiones, en los tromboangíticos; sue-
le acompañarse de cianosis o enrojecimiento, y
se atribuye, en parte, a la posición declive, con fi-
nalidad antiálgica, de la extremidad; es de origen
venoso 'o linfático, y se debe a la estasis por difi-
cultad de retorno.

ÚLCERAS
Son de origen arterial (isquémicas), venoso
(estasis asfíctica), linfático o mixtas, por combi-
nación de dos o tres elementos del sistema vas-
cular. Se diferencian con relativa facilidad aten-
diendo a los datos adjuntos:
Fig. 3-94. Úlcera varicosa.
1. Ulcera varicosa (o flebostática). Se localiza,
de preferencia, en el tercio inferior de la pierna
en el lado interno (lo más frecuente) o en el ex-
terno, según sea tributaria del sistema safeno in-
terno o del externo, respectivamente, Suele tener 3. Úlcera por insuficiencia venosa profunda cons»
una forma redondeada u ovalada de eje mayor titucional. Va precedida durante años o decenios
vertical, pero puede adquirir las más diversas si de edema maleolar vespertino y de molestias
la úlcera es antigua, llegando, en ocasiones, a tensivas en las piernas, que aumentan en el or-
convertirse en anular y rodear toda la pierna. Su tostatismo, durante el verano, y en las mujeres
fondo suele ser irregular, mamelonado, rojo gri- durante la gestación y el premenstruo; por la no-
sáceo, a veces con esfacelos, y, sus bordes, en ta- che, suelen sentir calambres y punzadas. En ge-
lud, a bisel, a pico, etc, Antes de su aparición, la neral, se presenta en la región maleolar interna.
piel suele pigmentarse en el lugar que centrará Con el tiempo, se producen induraciones y escle-
la úlcera. La oscilometría es normal, y la flebo- rodermia pigmentaria periulcerosa.
grafía, confirmativa (fig. 3-94). La flebografía de la femoral superficial orien-
2. Úlcera posflebítica. Se presenta en enfer- ta, en la duda, el diagnóstico.
mos que han sufrido una trombosis venosa en 4. Úlcera por fistula arteriovenosa. Si la comu-
los miembros inferiores y al año o dos años del nicación anormal es congénita, su localización no
episodio agudo o más tarde, pigmentándose pre- es constante aunque por lo común afectan al ter-
viamente la piel que centrará la úlcera. Se locali- cio inferior de la pierna o el pie; si adquirida a
za de preferencia en la región maleolar intema, consecuencia de un traumatismo, aparece en si-
pero no es raro que sea bimaleolar, uni o bilate- tios variables.
ral. En general, es dolorosa. Puede complicarse La arteriografía suele ser demostrativa.
con eccema o hallarse infectada. 5. Úlcera tromboangítica. Aparece en varones
También cabe observar una celulitis indurada de menos de 40 años. Es muy dolorosa y se loca-
crónica, periulcerosa, a veces causa de retraccio- liza en los dedos y con menor frecuencia en el ta
,
nes capsuloligamentosas y ligamentosas que co- lón o región supramaleolar. Se comprueban los
¡locan el pie en equinismo irreductible («pie varo síntomas y signos de esta dolencia.
equino flebítico» de Verncuil). Suele acompañar- 6. Úlcera arteriosclerótica o senil. Se observa en
se de varices de distribución irregular y de circu- individuos mayores de 50 años con síndrome is-
lación complementaria abdominal o situadas en quémico crónico de sus piernas y, en general,
la raíz del muslo, aorta densa y dilatada. Por lo común, rebelde y
La flebografía del sistema venoso profundo unilateral, afecta al miembro con irrigación más
aclara el diagnóstico al mostrar las lesiones resi- precaria. Suele ir precedida de una mancha de
duales de la trombosis sufrida anteriormente, color pardo, y se localiza de preferencia en el ta»
rP.
Cardiología. Angiología 333
lón, borde externo del pie o en la región ma- micas. Se observa, casi siempre, en mujeres jóve-
leolar. nes con frecuente tuberculosis ganglionar o
7. Úlceras isquémicas de los diabéticos. Semejan visceral y la reacción de Mantoux con PPD fran-
a las anteriores. Aparecen a edades tempranas en camente positiva.
sujetos con síndrome isquémico crónico y diabe- 13. Úlceras de las vasculitis nodulares. Centran
tes. Se localizan con preferencia en los dedos o nódulos rojizos indurados y dolorosos, en gene-
en el talón. Duelen. Son frecuentes las alteracio- ral, sobre piernas edematosas. Se señalan en mu-
nes osteoarticulares, tenosinovitis supuradas o jeres jóvenes. Lus nódulos aparecen en la prima-
celulitis. vera y curan en verano, ulcerándose rara vez.
8. Úlcera por endarteriolitis primaria distal. Se 14. Úlceras por declive y desuso. Se observan
trata de sujetos jóvenes, casi siempre varones, en pacientes (reumáticos, cardíacos, etc.) cuya
con antecedentes luéticos. Puede afectar las ex- dolencia les obliga a estar sentados largas ho-
tremidades superiores. La circulación troncular y ras. Sus piernas quietas y en declive, provo-
la oscilometría son normales. Se localizan en can edemas por estasis venosa y linfática. Con
las uñas de uno o varios dedos menores del pie el tiempo, la región supramaleolar llega a ulce-
(con reacción inflamatoria periulcerosa), donde Tarse,
provocan un vivo y característico dolor de que- 15. Úlceras por decúbito. Se localizan, por lo
mazón. general, en los talones, regiones isquiáticas y sa-
9. Ulcera hipertensiva (Martorell). Es más fre- croiliacas. Son más frecuentes en los sujetos debi-
cuente en mujeres ancianas con hipertensión ar- litados y seniles; en los parapléjicos aparecen con
terial diastólica e hiperoscilometría e hiperpul- gran rapidez (decúbito agudo). Su causa es la pre-
satilidad en los miembros. Se localiza, de sión constante sobre las prominencias óseas, que
preferencia, en la cara anteroexterna de la pierna, provoca una isquemia cutánea. La presión ejerci-
en la unión del tercio inferior con los dos tercios da sobre las tuberosidades isquiáticas cn la posi-
superiores. Suele ser bilateral o, cuando menos, ción sentada excede de 300 mm Hg, mientras que
se observa una mancha pigmentada, purpúrica, la presión capilar oscila entre 16-33 mm Hg.
rojiza o cianótica en la extremidad opuesta a la
de la úlcera, en situación simétrica. Provoca dolor
nocturno o en posición horizontal. Cuando la úl- GANGRENA
cera se cicatriza, deja una mancha residual bron-
ceada o acrómica con pigmentación pericica- Es la necrosis de los tejidos que se hallan en
trizal. contacto con el aire, La distinción entre gangrena
10. Úlcera postembólica. Es rara. Se encuentra, seca y húmeda radica en que en la húmeda existe
casi siempre en la zona media anteroexterna de infección sobreañadida que reblandece los teji-
la pierna, zona que parece ser más vulnerable dos, mientras que la gangrena seca deja el miem-
que otras a la isquemia. Más que una úlcera, es la bro apergaminado, momificado, de color negruz-
resultante de una necrosis cutánea de epiteliza- co y que suena a la percusión (fig. 3-95).
ción dificultada. Se observa ausencia de pulso y La gangrena se observa en la oclusión arterial
oscilaciones en la extremidad afecta. aguda (por embolia o trombosis) con una exten-
11. Úlcera por perniosis. Es mucho más fre- sión relacionada con el calibre del vaso ocluido y
Fotocopiar sin autorización es un delito.

cuente en mujeres jóvenes y coexiste con eritema el estado de la circulación colateral; puede alcan-
pernio (sabañones) o acrocianosis en la mano. Se zar el pie, el antepié e incluso toda la extremi-
localiza en la parte inferior de ambas piernas, dad, la tromboangitis obliterante (gangrena ju-
preferentemente, en su cara posterior (y no late- venil), arteriosclerosis (gangrena senil), con
rales, como suele ocurrir con las úlceras varicosas afectación de un sector más o menos extenso del
y posflebíticas), centrando varias manchas indu- miembro y enfermedad de Raynaud, que motiva
radas, cianóticas o eritrocianóticas que la prece- una pérdida de sustancia mínima, parcelar, simé-
den. Es algo dolorosa. Desaparece en verano. trica y poco dolorosa en las manos. Es excepcio-
12. Ulcera del eriterna indurado de Bazin (vas- nal en la arteritis de la arteria axilar y livedo reticu-
culitis nodular tuberculosa). Más numerosa y pe- laris necrosante.
S.A.

queña que la producida por perniosis, se localiza La lesión de los vasos venosos rara vez origina
O MASSON,

de modo semejante, pero puede alcanzar el mus- gangrena, salvo en el caso de trombosis masiva
lo. Es bilateral y se sitúa en el centro de nódulos (forma gangrenante isquémica de la trombofle-
indurados rojizos. Al cicatrizar, deja placas acró- bitis).
334 Semiología
médica y técnica exploratoria

SiAITIR O E
Fig. 3-96, Gráfica de la temperatura cutánea e índice
Fig. 3-95. Gran esfacelo en un caso de gangrena por oscilométrico de un enfermo joven afectado de trom-
embolia femoral. boangitis obliterante de las extremidades inferiores,
con trastomos tróficos bilaterales que precisaron la am-
putación de la parte distal de la pierna derecha.
E PALPACIÓN
Este método exploratorio sirve para apreciar: nudos a la temperatura ordinaria, o sea a 22 "C
(+ 1,8 *C), se toman con el par termoeléctrico los
1. Textura de la piel, Lisura, dureza (esclero- datos en puntos fijos simétricos:
dermia), infiltración (edema), nódulos (vasculitis
nodulares), etc. a) Punto medio del arco crural.
2. Temperatura cutánea, Se estima de una ma- b) Tercio medio del muslo en su cara anterior.
nera aproximativa pasando el dorso de la mano o e) Cara anterior de la rodilla.
de los dedos flexionados a lo largo de la extremi- d) Tercio medio de la pierna, sobre la cara ¡n-
dad en sentido distal, y con exactitud por medio terna de la tibia.
de aparatos. Se anotan en forma de esquema las e) Dorso del tobillo.
cifras obtenidas, de modo semejante a como se [) Dorso del dedo grueso.
hace con la pulsatilidad y la oscilometría (figu-
ra 3-96). La diferencia normal del punto 1 al 6 suele ser
La temperatura cutánea depende de la que de 2-3 "C.
tenga la sangre y del volumen de ésta que circula Diferencias de + 2 *C entre puntos simétricos -
por el sector examinado; de la temperatura de la de ambos miembros, ya son significativas.
habitación; y de los factores físicos y fisiológicos La hipertermia regional se observa en las fís-
causantes de pérdidas calóricas, tales como dia- tulas arteriovenosas, en los procesos arteriales
foresis, humedad, etc. Si todos estos factores per- con mayor flujo de sangre (eritromelalgia), en las
manecen constantes y la temperatura de la san- varices esenciales voluminosas y en la trombofle-
gre no varía, la temperatura del área examinada bitis (edema caliente), por el aumento de volu-
depende del volumen de sangre circulante por men sanguíneo de las venas superficiales. a
unidad de tiempo. En la hipertensión arterial esencial, la tempe- -
Tras permanecer el sujeto un tiempo pruden- ratura cutánea está aumentada a lo largo de todo
cial, no inferior a 10 min, con los miembros des- el brazo, siendo más significativa la diferencia
Cardiología. Angiología 335

(con sujetos testigos normotensos de la misma interna y extravasación sanguínea en el espesor


edad y sexo) a nivel de los dedos. de la túnica media), falso o hematoma pulsátil
La temperatura local disminuye en los proce- (colección de sangre líquida contenida en una ca
sos venosos ectasiantes (acrocianosis) y obstruc- vidad accidental originada por una perforación
tivos arteriales*, arterial comunicante con la luz) y fístula arterio-
En la oclusión de la arteria poplítea, la abun- venosa, se observa un abultamiento circunscrito
dante circulación colateral superficial motiva el con latidos sincrónicos con el pulso y con expan-
aumento local de temperatura a nivel de la ro- sión y en el último caso con un soplo y thrill con-
dilla, en contraste con el pie frío («signo de la tinuos, pero con refuerzo sistólico,
rodilla caliente y pie frío» o de Gaylis). La percepción de un engrosamiento arterial
3. Estado físico de los troncos arteriales y veno- circunscrito, doloroso a la presión, con ausencia
sos, Se aprecia con cierta facilidad por tacto di- de pulsaciones por debajo y muy acentuadas por
gital. encima, nos conduce al diagnóstico de embolia
En lo que atañe a los troncos arteriales, basta arterial; asimismo, la disminución paulatina de
palparlos sobre los planos resistentes en que des- las pulsaciones desde la raíz del miembro hasta
cansan, no sólo tanteando con alguna presión la los dedos, sin franca interrupción, es propia de
resistencia que ofrecen, sino haciéndola deslizar un arteriospasmo.
transversalmente bajo el pulpejo de los dedos. La vena normal tiene una consistencia blanda,
Las arterias sanas dan la sensación de un tubo de resistente, comparable a la de un tubo de goma
goma lleno y con una dureza elástica que no im- de paredes delgadas lleno de agua a una cierta
pide su aplastamiento con la compresión mode- tensión; si ésta es elevada (plétora venosa) es ten-
"rada. En condiciones anormales pueden ser flexi- sa y dura. Su consistencia puede ser uniforme o
bles y blandas («como carne» decía Galeno), en irregular con zonas consistentes (por procesos pe-
los sujetos jóvenes, asténicos e hipotónicos; du- riflebíricos) alternando con otras flexibles y atrófi-
ras como un alambre en la hipertonía con míni- cas, como frágiles hojas membranosas, prontas a
ma alta y diferencial reducida; con nódulos en la la rotura.
periarteritis nudosa de Kussmaul y Maier (apare- Las «varices saculares» constituyen tumores
cen en el 10-15 % de los casos; disposición i¡rre- redondeados, lisos y reducibles, y dan al tacto la
gular pero, a veces, siguen el trayecto de un vaso; sensación de una bolsa llena de gusanos. En oca-
tamaño entre un grano de mijo o una avellana; a siones, sobre todo levantando el miembro, se
veces, se rodean de una zona dolorosa siendo percibe una depresión longitudinal de bordes ne-
sensibles a la presión; evolucionan a brotes des- tos que corresponde al cauce de las venas; estos
vaneciéndose en semanas o días); duras, rígidas canales venosos se deben a induración esclerosa
y, en ocasiones, tortuosas, en la arteriosclerosis perivenosa.
(debemos tener en cuenta que no existe paralelis- 4. Pulsatilidad arterial. Orienta sobre la circu-
mo entre el engrosamiento de la túnica media e lación troncular. Su investigación tiene interés
íntima, la degeneración adiposa y hasta calcárea excepcional. Requiere experiencia y una técnica
y la sensación que produce la arteria al tacto; ar- correcta. El grado de pulsación se estima de U a
terias que en vida parecían completamente nor- ++++; 0, significa latido ausente; ++++, pulsa-
males han demostrado al examen microscópico ción normal. Cuando el pulso no se determina
Fotocopiar sin autorización es un delito.

una patente alteración de sus paredes); dolorosas, con facilidad, puede ser confundido con las pul-
hinchadas, rubicundas e hipersensibles, en la ar- saciones propias, que percibe el explorador de
teritis temporal (uni o bilateral) de Horton. manera difusa en la extremidad de sus dedos;
En el aneurisma verdadero (por insuficiencia esta eventualidad se da cuando el práctico es un
de la túnica media), disecante (rotura de la capa hipertenso o un pletórico. En caso de duda, es re-
comendable que el propio explorador se palpe su
pulso radial con la mano izquierda y vea si coin-
WLa falta de latidos arteriales y de oscilometría en un
cide la frecuencia de ambos pulsos; es muy raro
miembro con temperatura local sensiblemente igual al opuesto que ambos, médico y enfermo, tengan en aquel
sano indica que la circulación troncular está interceptada, pero momento idéntico ritmo.
S.A.

que la irrigación de la extremidad se halla asegurada por una El aumento de velocidad de la sangre motiva
circulación complementaria eficiente. La hipotermia de un
la caída tensional en los vasos parcialmente
O MASSON,

miembro carente de latido y de oscilaciones indica que la circu-


lación troncular está interceptada y que la circulación comple- ocluidos; la estrechez de un 60 % de una arteria
mentaria es insuficiente. ilíaca puede no provocar una disminución de flu-
336 Semiología
médica y técnica exploratoria

jo sanguíneo en un miembro en reposo, pero sí


reducirlo significativamente con el ejercicio físi-
co. Esta observación explica la desaparición del
pulso pedio al esfuerzo en la obstrucción ilíaca:o
femoral, mientras que es palpable en reposo:
a) Anteria femoral. Se percibe mejor el latido
con el enfermo acostado y el examinador senta-
do a su lado mirando su cabeza. Los pulpejos del
11, III y IV dedos se disponen según una línea
transversa al eje del miembro, inmediatamente
por debajo del arco crural. En personas delgadas,
las pulsaciones pueden ser percibidas a nivel del
canal de Hunter (Gig. 3-97).
L) Arteria: poplítea. Su palpación es difícil en
las personas obesas. Existen varios métodos:

— Enfermo relajado y en decúbito prono.


Para la poplítea izquierda, levanta la pierna con
la mano derecha debajo del tobillo,con lo que se
consigue relajar los músculos sóleos y la aponeu-
rosis, mientras busca las pulsaciones del vaso con
los pulpejos de la mano izquierda (fig. 3-98), ejer-
ciendo una presión progresiva. Para alcanzar la
poplitea del lado derecho se procede de manera
inversa.
-— Enfermo reclinado o en decúbito supino,
con la rodilla flexionada. El explorador abraza la Fig. 3-98, Técnica correcta para la palpación de la ar-
articulación con las dos manos, de manera que teria poplítea,
ambos pulgares se junten encima de la rótula y
los restantes dedos coincidan en la línea media
del hueco popliteo (fig. 3-99). la otra que palpa, con lo que se puede evitar que
— El paciente en decúbito prono cruza las su sensibilidad perceptiva disminuya.
piernas extendidas una sobre otra, con lo que se
relajan los tejidos y la aponeurosis poplítea; para d) Aneria pedia (o dorsal del pie). La mano
obtener la presión suficiente, los dedos de una derecha del médico, sentado, coge el talón del
mano presionan con firmeza sobre los dedos de pie del paciente, también sentado, El pulgar de la
mano izquierda se situa en la superficie plantar
del pie, mientras los demás dedos buscan la arte-
ria en el dorso por fuera del extensor largo del
dedo gordo. Es útil palpar la pedia con el pie en
flexión dorsal; la posición clásica (Mexión plantar)
comprime la arteria a nivel de los ligamentos de
la cara anterior del tobillo disminuyendo o anu-
lando su pulsación en un 20-30 % de los casos
(fig. 3-10).
d) Anería tibial posterior (o retromaleolar in-
terna).
Médico y enfermo sentados. El talón derecho
es sostenido por la mano derecha del explorador,
mientras que la izquierda se coloca delante del
tobillo con el pulgar en un lado y los restantes
Fig. 3-97. Técnica correcta para la palpación de la ar- dedos en forma de gancho detrás del maléolo ín-
teria femoral, terno; para el lado izquierdo, se procede de ma-
Cardiología. Angiología 337

Fig. 3-99. Técnica correcta para la palpación de la ar- Fig. 3-100. Técnica correcta para la palpación de la
teria poplíitea, según la maniobra de Kaindl. arteria pedia.

nera inversa. Ésta arteria es difícil de alcanzar en del borde interno del bíceps o de su tendón o en
los obesos o con edema maleolar (fig. 3-101). su contacto íntimo. La mano derecha se usa ordi-
€) Anteria radial (o arteria del pulso). El médico nariamente para elevar y separar un poco el ante-
y el sujeto que se examina estrechan sus manos brazo del cuerpo. Cuando se palpa la arteria del
derechas. Los dedos de la mano izquierda del pri- lado izquierdo, la mano derecha del explorador
mero se arrollan a la muñeca y presionan la radial es utilizada para el examen y la izquierda para

Í
con el II, lll o IV dedos. Cuando
se examina la arte- sostener el antebrazo del paciente (fig. 3-104).
ria radial izquierda el método es similar; se em- h) Antería temporal. Delante del trago, región
plean los de la mano derecha en vez de los del lado temporal y frontal.
izquierdo para percibir el latido arterial en la parte i) Arteria occipital. Sobre las protuberancias oc-
externade la muñeca (6ig. 3-102). cipitales, ejerciendo una presión moderada con los

|
[) Arteria cubital. Se estrechan las manos de- dedos; se perciben bien en personas normales.
rechas o izquierdas del médico y enfermo, según ) Anteria carótida. El médico se sitúa de pie al
el lado que se explora. La otra mano curva los lado del vaso que se explora. Los dedos de su
dedos para alcanzar el vaso en la parte interna de mano izquierda (para la carótida derecha) se co-
la muñeca (fig. 3-103). locan sobre la región cervical media, mientras
g) Arteria braquial (o humeral). La posición que el pulgar comprime la arteria contra el cuer-
relativa de las manos derechas del médico y en- po de las vértebras cervicales (fig. 3-105).
fermo es la misma que para palpar la arteria cu- Si es la carótida izquierda la examinada, se
$ bital. El pulgar de la mano izquierda del primero palpa con la mano derecha. La palpación debe
se sitúa cerca del extremo inferior del músculo hacerse con suavidad, por la existencia del seno
deltoides; la mano abarca por detrás del brazo y carotídeo, posible causa, en individuos hipersen-
sus dedos flexionados alcanzan la arteria debajo sibles, de accidentes más o menos graves, como
338 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 3-108. “Técnica correcta para la palpación E


arteria cubital,

«El

Fig. 3-101. Técnica correcta para la palpación de la


arteria tibial posterior. Fig. 3-104. Técnica correcta para la palpación de la
, arteria braquial.
10
|

bradicardia, arritmia, síncope (en algún caso Aunque la lesión se limite a un miembro, la
mortal y trombosis de la carótida interna; figu- pulsatilidad arterial se hará en todas las arterias
ra 3-105). mencionadas, recogiendo los: resultados-envun'
151199
140 :

Fig. 3-102. Técnica correcta para la palpación de la Fig. 3-105. Técnica correcta para la palpación della
arteria radial. arteria carótida. yugd
Cardiología. Angiología 339

gráfico que orienta con rapidez sobre el estado Tabla 3-7. Exploración arterial. Índice oscilomé-
de la circulación troncular global, trico. Cifras medias normales
La presencia de un estremecimiento o thrill (a
Tercio superior del brazo 4 a 20 mm Hg
veces acompañado de un soplo sistólico) se obser-
Codo 2a 12 mm Hg
va en la oclusión incompleta de los troncos arte- Muñeca 1 a 10 mm Hg
riales (desaparece si ésta se transforma en comple- Palma de la mano hasta 2 mm Hg
ta), en la comunicación arteriovenosa (relaciona Muslo 4 a 16 mm Hg
cavidades con tensiones diferentes) y hematomas Tercio superior pierna 3a12 mm Hg
pulsátiles. Tobillo 1 a 10 mm Hg
Pie hasta 2,5 mm Hg

OSCILOMETRÍA
feriores a los 15 mm Hg. El índice oscilométrico
Es un método muy útil, que sirve: en el tercio inferior de la pierna es igual, en los
sujetos sanos y en decúbito horizontal, a la mi-
1. Para poner de manifiesto el latido arterial tad por lo menos del encontrado a nivel del bra-
en los casos en que éste es inaccesible a la explo- zo. Es preciso tener en cuenta que el edema
ración manual por el grosor y tensión de las ma- acentuado del miembro inferior puede hacer dis-
sas musculares. minuir la amplitud del índice oscilométrico, en
2. Para objetivar en cifras, los datos de pulsa- ausencia de todo trastorno arterial.
tilidad obtenidos mediante la palpación de las ar- Cuando existe un obstáculo mecánico (embo-
terias. lia, trombosis) el índice oscilométrico por encima,
es normal o incluso aumentado, y por debajo es
La oscilometría (como la palpación arterial) nulo; si el obstáculo es funcional (arteriospasmo)
sólo se aplica a los grandes troncos vasculares su disminución es gradual a partir de la raíz del
(circulación troncular), y no informa sabre la irri- miembro en sentido descendente.
gación arteriolocapilar, la más importante para el En las obliteraciones crónicas (arteriosclerosis,
trofismo de los tejidos, no permitiendo así más tromboangitis) un índice oscilométrico de cero es
que una valoración burda del déficit circulatorio. perfectamente compatible con una buena irriga-
Una irrigación arterial eficiente (efectuada por los ción del miembro, siempre que exista una buena
vasos colaterales) es compatible con un índice circulación colateral.
oscilométrico nulo.
El manguito se coloca de manera sucesiva en Debemos tener siempre presente que el índice
el brazo, por encima de la flexura del codo; mus- oscilométrico no nos da el estado de la circulación
lo, por debajo del arco crural, en la base del trián- r colateral, sino el de la circulación troncular.
gulo de Scarpa; parte baja del muslo, por encima
de la rodilla; parte media de la pierna, y enci-
ma de los maléolos.
No se puede hablar de índices oscilométricos
normales, sino que existe un amplio margen de La auscultación de las arterias para recoger los
delito.

variación de unas personas a otras y de un aparato ruidos o soplos que se pueden formar dentro de
a otro. El valor de la oscilometría es, principalmen-
un

ellas es muy útil, pues conduce de manera in-


es

te, comparativo entre porciones simétricas del cruenta al diagnóstico precoz de lesiones obs-
sin autorización

cuerpo a lo largo de un miembro. Como, en efec- tructivas.


to, la amplitud es mayor en las arterias gruesas, Nos valemos del fonendoscopio, el cual se
tienen un valor de orientación las cifras normales aplica, ejerciendo una presión moderada, a nivel
señaladas por Samuels, que se citan en la tabla 3-7. de los puntos más aptos para cada arteria. La pre-
Fotocopiar

Mayor valor que las cifras absolutas tiene la sión excesiva puede dar lugar a la producción
comparación del índice oscilométrico del lado mecánica de una estenosis motivo de un soplo
enfermo con el del lado sano; las diferencias de yatrógeno; los ruidos pueden recogerse gráfica-
S.A.

más de 70 mm Hg deben considerarse patológi- mente (fonoangiografía).


MASSON,

cas; lo mismo cabe decir cuando el índice oscilo- Al auscultar una arteria normal, percibimos
métrico en la pantorrilla (el más importante en el un tono sistólico originado por la vibración que
examen del enfermo) desciende hasta valores in- produce la entrada de sangre en el vaso, y otro
O
340 Semiología médica y técnica exploratoria

diastólico, más débil, que es el tono valvular aór-


tico propagado.
La aparición de un soplo afirma una lesión es-
tenosante, pero no todas las estenosis incomple-
tas producen soplos; a veces, este soplo se perci-
be tras ejercicios físicos o después de inhalar
nitrito de amilo. La propagación del soplo se
hace, principalmente, en sentido distal, y. se pue-
den oír en la arteria poplítea soplos generados en
las ilíacas.
El soplo es intermitente y sistólico, en las es-
tenosis arteriales incompletas (rara vez es lo bas-
tante intenso para motivar ¿hrill), y desaparece en
la oclusión total. Es continuo con refuerzo sistóli-
co y thrill en las fístulas arteriovenosas, y conti-
nuo con thrill en las comunicaciones venove-
nosas.
Las arterias más aptas para ser auscultadas
son la carótida interna, vertebral, subclavia, hu-
meral (por encima del codo), ilíacas y femoral (a
nivel inguinal y del conducto de Hunter), poplí-
tea (en la fosa homónima), tibial anterior (en la
cara externa del tercio medio de la pierna), tibial
posterior (detrás del maléolo interno) y pedia.
La auscultación de la arteria carótida interna
es muy útil para prevenir accidentes cerebrales
de origen vertebral. La campana del fonendosco- Fig. 3-106. Zona auscultatoria de la arteria carótida
pio se aplica sobre el borde anterior del músculo interna. A) Membrana. B) Campana.
esternocleidomastoideo a la altura de la bifurca-
ción de la carótida con la cabeza extendida y ro-
tada a derecha o izquierda (fig. 3-106). En casos
de estenosis (en un 75 % de los casos a nivel de En la oclusión incompleta de la subclavia, el
la bifurcación, se percibe un soplo sistólico rudo, soplo sistólico se percibe en la región supraclavi-
rara vez acompañado de frémito palpatorio y cular y suele aumentar durante la inspiración
que se propaga hacia arriba en dirección al ángu- profunda por compresión de este vaso arterial
lo de la mandíbula; si la oclusión es total, no se entre la clavícula y la costilla. En la suboclusión,
percibe ruido alguno por encima de ella; incluso se aprecia una anomalía tensional conocida
se detienen a su nivel los soplos sistólicos ascen- como «signo de la zona silenciosa supramínima»
. dentes originados en el foco aórtico*!. (consiste en que, al intentar medir la mínima por
auscultación, la desaparición de los ruidos arte:
riales, en lugar de corresponder a ésta, como se:
Motivos de confusión:
ría lo normal, ocurre muchos centímetros de
mercurio por encima [fenómeno que también ha -
1. Los soplos sistólicos con irradiación cervical motivados
a nivel de la arteria subclavia, tronco aórtico.
sido señalado por Lian y Geismar en la estenosis '
2. Los soplos tiroideos, que son cortos, sordos, y se perci-
ben mejor en la línea media sobre la propia glándula y alcanzan
ambos lados del cuello.
3. El rumor venoso yugular, que es poco intenso, sistólico
y diastólico y desaparece presionando con la campana del este- 5. Los soplos en las anemias graves, por aumento de la
toscopio. velocidad circulatoria; se perciben en ambos lados y en otros
4. Los soplos fraguados en la estenosis de la arteria verte» troncos arteriales.
bral, de características acústicas semejantes y que tienen su lu- Cabe señalar que se pueden percibir soplos sin estenosis en
gar de máxima percepción en la fosa supraclavicular, sobre la caso de gran tortuosidad del vaso con paredes gruesas y rugo-
mitad extema de la clavícula, con irradiación posterior hacia Las sas y en la oclusión total confirmada por probable aumento del
vértebras cervicales y ascendente a ln base del cráneo, detrás de flujo sanguíneo, a través de la arteria carótida externa u otros
la apófisis mastoides. vasos colaterales,

Cardiología. Angiología 341

aórtica). Este signo es fácil descubrirlo, si se em- dos por encima y por debajo de la estenosis, la
plea un brazal unido a un oscilómetro y se aus- capacidad del compartimiento venoso inferior, el
cultan los ruidos arteriales en la humeral. Se pue- estado de la pared vascular y de los tejidos peri-
de encontrar, por ejemplo, presión sistólica por vasculares.
auscultación, 15; desaparición de los ruidos, 11; Un soplo venoso fuerte, incluso con thrill,
mínima oscilometría, 8. Estos datos se confirman puede percibirse en la región periumbilical en el
procediendo igual en el otro brazo, donde encon- sindrome de Cruveilhier-Baumgarten, en el punto
traremos, sistólica (máxima), 17; diastólica (míni- que comunica el sistema venoso visceral con el
ma), 8. tegumentario, y que sirve de derivación supleto-
La estenosis incompleta de las ilíacas y femo- ría de la circulación portal interceptada.
rales motiva un soplo sistólico con o sin thrill.
En casi todos los casos de dilatación arterial
circunscrita (aneurisma) o de colección sanguínea MW MÉTODOS
comunicante con la luz de una arteria (hemato- COMPLEMENTARIOS
ma pulsátil), se produce un soplo intermitente
isocrono con la sístole cardíaca”. ULTRASONIDO (EFECTO DOPPLER).
La auscultación del bulbo de la vena yugular ISOTOPOS RADIACTIVOS
sobre la clavícula derecha, entre las dos porcio-
nes del músculo esternocleidomastoideo, permi- Estos métodos son útiles para diagnosticar:
te percibir en los individuos con eretismo vascu-
lar o anémicos, un soplo suave (ruido de peonza, 1. La circulación arterial cuando está disminui-
de diábolo), que a veces se alcanza con intensi- da de tal forma que la arteria en cuestión todavía
dad menor sobre la yugular externa (ruido de tiene un flujo sanguíneo mínimo, que no produce
mosca). un pulso palpable.
Con el nombre de femoral venous hum describe 2. La localización y el grado aproximados de
Tashima un rumor continuo, como de máquinas, una estenosis arterial.
con acentuación diastólica a nivel de la vena fe- 3. La trombosis de venas grandes profundas
moral. Desaparece comprimiendo ligeramente la en su estadio precoz y más embolígeno.
porción distal de la vena.
El soplo venoso por reflujo es un signo diag- El efecto Doppler, debido a Strandness (1967) y
nóstico que permite precisar la existencia de una Sigel (1968), se basa en el relativo al cambio de la
insuficiencia de la vena safena en enfermos con frecuencia de las ondas sonoras al variar la dis-
varices de las extremidades inferiores; para reali- tancia entre el cuerpo sonoro y el receptor; este
zar esta exploración es necesario colocar primero fenómeno explica el aumento de tono del silbido
al enfermo en decúbito supino, con la extremi- de un tren que se acerca y su disminución cuan-
dad inferior que se ha de explorar en posición do se aleja, siendo las ondas generadas por un
elevada; cuando se vacían las venas varicosas, se cristal piezoeléctrico (vibra a 5 mHz) y recogidas
coloca de nuevo al enfermo en posición ortostáti- por otro a una corta distancia.
ca, manteniendo siempre la oclusión de la vena La respuesta ultrasónica, recogida por un alta-
safena; aplicando el fonendoscopio en el punto voz de auscultación directa o por registros gráfi-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

comprimido y relajando la compresión, cabe aus- cos de diferentes tipos, es el método no invasivo
cultar un soplo, provocado por el brusco paso de más útil de que disponemos en este momento
sangre de la parte superior a la inferior de dicha para evaluar a un enfermo con insuficiencia vas-
vena. Dicho soplo puede tener diversas caracte- cular arterial periférica. En el caso de trombosis
rísticas morfológicas y de frecuencia, según sea la venosa, las ondas «A» de Sigel están ausentes.
diferencia de presión entre los segmentos situa El empleo de isótopos (tan úul para este propó-
sito como para estudiar la corriente sanguínea)
precisa de aparatos adecuados para su estudio.
*Como curiosidad semiológica, citaremos que en la arteria
femaral, a nivel inguinal, puede percibirse en la insuficiencia
S.A.

aórtica (y también en el ductus, fístulas arteriovenosas e hiperti-


roidismo, con gran presión diferencial) un doble soplo, y a ve-
ANGIOGRAFÍA
O MASSON,

ces, ejerciendo con la campana del fonendoscopio una presión


suave, un ruido seco (pistol shot sound) por la distensión brusca La radiografía de los vasos, después de la in-
de sus paredes a la llegada de la onda del pulso. yección de una sustancia de contraste (angiogra-
342 Semiología médica y técnica exploratoria

fía) es, sin duda, el método que proporciona en el da (técnica de Bauer) si se inyecta en la vena fe-
hombre vivo los datos más precisos sobre la na- moral común.
turaleza y extensión de las enfermedades vascu- La prueba flebográfica
es muy útil para el
lares: diagnóstico de las varices (fig. 3-107), puesto que
nos indica:
1.Anteriografía. Para las arterias (a veces visi-
bles en la radiografía directa si sus paredes están a) - La insuficiencia del cayado de la safena in-
calcificadas) se inyecta en su interior, por pun- terna cuando se trata de sujetos varicosos obe-
ción transcutánea o directa después de denudar sos, difíciles de explorar.
el vaso quirúrgicamente, la sustancia de contraste b) El múntero, situación y calibre de las comuni-
opaca, obteniéndose radiografías en el momento caciones entre los sistemas venosos superficial y
de inyectar los últimos mililitros. Como quiera profundo.
que interesa que la corriente sea lenta, durante la d) El nivel en el que las varices dependientes
maniobra se aconseja comprimir ligeramente el de la vena hipogástrica se vuelven subaponeuró-
vaso por encima del lugar donde se practica la ticas.
punción, d) Las secuelas de las tromboflebitis, no sien-
Aunque la arteriografía proporciona siempre do aconsejable en la fase aguda de éstas.
datos de valor, no deja de tener algún riesgo, por
lo cual suele limitarse su empleo a los aneuris- 3... Linfografía. Tiene la finalidad de demos:
mas arteriales y arteriovenosos y al diagnóstico trar la existencia: de trastornos primitivos o se-
de las obliteraciones arteriales segmentanias. cundarios del sistema linfático (fig. 3-108). Se
La arteriografía normal muestra el curso recti- procede como sigue:
líneo o sinuoso de las arterias, pero sin irregulari-
dades de calibre y con contomos lisos. a) Inyección subcutánea de un colorante electi-
En la arteriosclerosis, se encuentran irregulari- vo para los linfáticos (azul violeta, azul de Evans,
dades de la luz u obliteración total-o parcial del etc.).
vaso, así como una circulación colateral escasa for- b) Disección y canalización del linfático colore-
mada por vasos más bien rectilíneos y angulares. ado e inyección de contraste ultrafluido a la velo-
En la tromboangitis, se encuentra una red ar-
teriolar colateral abundante, fina, flexuosa, junto
a obliteraciones tronculares, por lo general múlti-
ples y distales (signo de Martorell, de valor patog-
nomónico).
En el tromboembolismo, el líquido se detiene
a nivel del obstáculo, cuyo sitio preciso señala. Si
el obstáculo es funcional (espasmo), la disminu-
ción de la luz arterial es gradual y de bordes li-
sos, recordando la imagen en punta de lápiz de la
acalasia.
En los aneurismas verdaderos, disecantes y
falsos y en las fístulas arteriovenosas congénitas,
el contraste nos señala la amplitud de la cavidad
y el número, tamaño y situación de los vasos que
comunican.
2. Flebografía o visualización radiográfica del
sistema venoso. Puede lograrse por inyección di-
recta del contraste en las venas (flebografía di-
recta), por inyección en la arteria principal de la
extremidad afecta (arterioflebografía) y por intro-
ducción del contraste en distintos órganos a
partir de los cuales se rellena el sistema venoso
regional (flebografía indirecta). La flebografía di-
recta, a su vez, puede ser ascendente (la inyec- Fig. 3-107. Flebografía. Importante paquete varicoso
ción se practica en las venas distales) o retrógra- del sistema venoso superficial. 01
Cardiología. Angiología 343

1. Obliteración arterial. Cuando existe una


obliteración arterial, la merma del oxígeno san-
guíneo se hace mayor por la isquemia existente
en los tejidos, y por ello aumenta la diferencia
entre el contenido sanguíneo en oxígeno arterial
y venoso,
2. Comunicación arteriovenosa. En las fístulas
arteriovenosas, el paso directo de sangre arterial
alas venas, sin pasar por el filtro capilar, acrece

|
|
el contenido en oxígeno de la sangre venosa.
Se considera como normal en la sangre de las

|
arterias una saturación entre 93-98 %. En la san-
gre venosa es muy variable, pero se estima entre
60-85 %. :

| M SEMIOLOGÍA APLICADA
SÍNDROMES
AORTICOANEURISMÁTICOS

Fig. 3-108. Linfografía. Enfermedad de Hodgkin. Son distintos según el nivel en que asienta la
dilatación circunscrita del vaso. La sífilis es el fac-
tor etiológico más frecuente en el aneurisma de
la aorta torácica, y la arteriosclerosis para el de la
cidad de 1 ml/min y a una dosis de 10 ml por aorta abdominal; en 1936, los aneurismas toráci-
cada extremidad. cos eran ocho veces más frecuentes que los ab-
e) Radiografías al terminar la inspección y a dominales, pero esta relación se ha ido gradual-
las 24 h. mente invirtiendo con el mayor número de
personas de edad avanzada y menor frecuencia
Es un método útil para: de la sífilis; se presentan en una proporción de
4 varones por 1 mujer.
a) Reconocer las adenopatías superficiales y
profundas difíciles de palpar.
bh) Obtener una orientación diagnóstica por Aneurismas de la aorta ascendente
los datos de la estructura ganglionar (adenitis, y del cayado
hemopatías, metástasis carcinomatosas).
e) Orientar la terapéutica (quirúrgica, si las Aparecen con relativa frecuencia y se com-
adenopatías son circunscritas; fisioterapia, si di- prueban en el 15-30 % de las aortitis sifilíticas
fusas). graves y extensas. Son frecuentes también en
sin autorización es un delito.

enfermos que presentan estigmas marfanoides.


S.A. Fotocopíar

Motivan penosas sensaciones retrostenales de


TONOMETRÍA Y RESISTENCIA tipo ángor o neuralgiforme (más intensas en oca-
CAPILARES sión de comidas abundantes, esfuerzos), palpita-
ciones y fenómenos compresivos como tos se-
Ya han sido tratadas detalladamente. ca de timbre metálico, voz bitonal, disnea (por
compresión traqueobronquial), hipo (frénico), hi-
drotórax (vena ácigos), síndrome de Bermnard-
OXIMETRÍA EN LA SANGRE Horner (simpático), etc.
PERIFÉRICA
OMASSON,

Inspección. Puede revelar una tumoración


La determinación del oxígeno en la sangre pe- grande, pulsátil, con expansión sistólica situada
riférica u oximetría es útil en dos estados diferen- en la región parastemal derecha o un abomba-
tes: miento, costal con ensanchamiento sistólico en
344 Semiología médica y técnica exploratoria

el I-II espacios intercostales derechos, así como gera con las comidas, paseos o esfuerzos hace
la «pulsación laríngea» de Gardarelli. pensar en trastornos vasculares del abdomen. Se
acompaña de palidez, náuseas, sensación de an-
Exploración física. La del corazón es casi gustia (angina abdominal, de Bacelli). Se irradia a
siempre negativa, y se observan rara vez diferen- ambas ingles o al hipocondrio derecho siguiendo
cias tensionales o del pulso entre ambos brazos. el trayecto de las arterias o plexos ilíacos. La pre-
sencia de trastornos de índole vascular en otros
Radiología. Los aneurismas de la porción lugares de la economía (claudicación intermiten-
ascendente de la aorta se proyectan hacia la dere- te crural, angina de pecho) es un dato que apoya
cha; los del cayado se sitúan en la región retros- el diagnóstico de aortitis abdominal.
ternal alta. Se traducen por una sombra densa, 2. La palpación revela la sensibilidad de la
redondeada, de volumen variable, que forma aorta, e incluso de las arterias ilíacas, a lo largo de
cuerpo con la aorta, dato éste que debe compro- todo su trayecto, por periaortitis, y no en un
barse en las oblicuas anteriores derecha e iz- punto (punto celíaco), como ocurre en los neuró-
quierda. A menudo, la imagen radiológica es pul- patas. El vaso está ensanchado, endurecido (nor-
sátil y expansiva. malmente su sensación es elástica sin placas den-
sas) y fijo o con gran movilidad lateral (normal, o
a 1 cm). Se encuentra una masa pulsante y ex-
Aneurisma de la aorta torácica pansiva en la línea media abdominal, inmediata-
descendente mente por encima del ombligo (evítese la confu-
sión con las pulsaciones aórticas percibidas en
Se diagnostica por la presencia de dolores in- sujetos enflaquecidos, neurópatas). La palpación
tensos, neuralgiformes, de irradiación intercostal, en posición genupectoral es útil; en caso de lati-
situados en el 66 % de los casos en el lado iz- do transmitido, éste desaparece, en tanto que
quierdo, debidos a erosión de las vértebras (sólo persiste si se trata de un aneurisma.
en las de causa sifilítica) y disminución tensional 3. Pueden percibirse soplos vasculares sistóli-
en las extremidades inferiores, con retardo del cos. Existe hipertensión en las tibiales y femora-
pulso femoral respecto al radial. les, en relación con la arteria humeral (puede
existir un aumento relativo de 70-100 mm Hg en
Inspección. Puede advertirse una pulsación el miembro inferior). Gráficamente, puede regis-
o tumoración pulsátil o no, en el espacio interes- trarse en la aortitis que el pulso femoral se anti-
capulovertebral izquierdo, más patente al incli- cipa al humeral (normalmente, ambos son isó-
narse el enfermo hacia delante. cronos), pero se da el fenómeno inverso en el
aneurisma. La compresión del saco determina es-
Radiología. En posición frontal, el aneuris- fuerzo del pulso y desaparición del retardo, por
ma dibuja una gran prominencia circular; en las lo menos en las formas con cuello aneurismático
oblicuas, mejor izquierda, aparece una sombra estrechado.
de contornos irregulares, difusos y pulsátiles al 4. El examen radiológico con placa directa o
mismo nivel que el espacio retrocardíaco. Suelen previa inyección de contraste (aortografía) nos
ser posibles las erosiones vertebrales. La tomo- orienta sobre la presencia de calcificaciones parieta-
grafía pone de relieve la localización y el volu- les y extensión de la lesión.
men del saco aneurismático.

Aneurisma disecante de la aorta


Aneurisma de la aorta abdominal (hemorragia intraparietal disecante
de la aorta)
Es más frecuente que antaño, por el mayor
número de personas de edad avanzada. Se mani- Se produce por la sangre que penetra entre las
fiesta por: túnicas del vaso a través de un desgarro de la ín-
tima. Esta sangre bloquea o estenosa en su avan-
1. Dolor. Se presenta en forma de accesos, ce los vasos o se abre hacia el exterior (en orden
casi siempre o exclusivamente tras las comidas y de frecuencia decreciente pericardio, pleura iz-
cuando se realizan esfuerzos corporales de cierta quierda, mediastino, pleura derecha, retroperito-
consideración. Todo dolor abdominal que se exa- neo, tubo digestivo) o hacia el interior del vaso,
Cardiología. Angiología 345

eventualidad feliz. El desgarro de la íntima suele 6. Desaparición del pulso periférico y del ín-
estar a pocos centímetros del anillo valvular, a la dice oscilométrico.
salida de la subclavia izquierda o en la aorta des-
cendente. Anteriografía. Señala la altura donde radica el
Clínica. Pueden esquematizarse como sigue: obstáculo, que puede conducir a la necrosis de
los tejidos afectos.
1. Dolor torácico súbito, muy intenso, retros-
ternal o en la base de cuello o espalda. Cambia
de localización hasta la parte baja de la espalda y Síndrome arterial isquémico crónico
región lumbar, siguiendo el trayecto de la aorta,
como si el dolor recorriera la porción de vaso que Es de observación frecuente. Comienza por
se diseca. claudicación intermitente, a la que siguen el do-
2. Manifestaciones de obstrucción de las arte- lor en reposo frest-paín) y los trastornos tróficos
rias que salen de la aorta, así coronarias (infarto que conducen a la necrosis.
de miocardio), carótidas (hemiplejía o trastornos Sus causas más frecuentes son la arteriosclero-
confusionales), radiales (anisosfigmia), renales sis y la tromboangitis. La primera es propia de
(anuria), femorales (isquemia e incluso gangre- individuos jóvenes, hasta de 16 años de edad
na), etc. (gangrena juvenil). La segunda, de personas año-
3. Pedículo vascular cuya anchura crece en los sas (gangrena senil).
sucesivos exámenes. Llega a comprimir las es- Su diagnóstico diferencial en la edad límite de
tructuras vecinas, con parálisis o paresia del recu- 40-50 años se establece valorando una sere
rrente izquierdo; ingurgitación yugular por hiper- de datos representados en la tabla 3-8.
tensión mediastínica, etc.
4. Electrocardiograma normal (salvo si se afec-
tan las coronarias) con presión arterial normal o Pruebas diagnósticas
aumentada.
La muerte sobreviene, aproximadamente, en Para juzgar sobre el grado de la oclusión y
el 80 % de los casos, ya sea por insuficiencia car- cuantía del factor funcional exclusivo o sobrea-
díaca congestiva o por hemorragia aguda por ro- ñadido al orgánico lesional existen numerosas
tura del vaso. pruebas, la mayoría sencillas y al alcance del mé-
dico no especializado.

SÍNDROME ARTERIAL ISQUÉMICO Prueba ambulatoria (o del tiempo de


AGUDO Y CRÓNICO claudicación). Consiste en medir el tiempo
que tarda en aparecer, en la pantorrilla, el dolor
Sindrome arterial isquémico agudo isquémico provocado por la marcha. Muy impor-
tante es la rapidez con que se camina, ya que un
Se observa cuando se detiene la corriente san- paso rápido acorta esencialmente el trecho que el
guínea arterial, ya sea por causa de un obstáculo paciente puede caminar. Por ello, generalmente
orgánico (presencia de un émbolo, trombosis, se elige un paso por segundo. Como rendimiento
Fotocopiar sin autorización es un delito.

compresión arterial) o funcional (arteriospasmo). normal para una persona sana, hay que exigir,
La clínica se integra de los siguientes síntomas: aproximadamente, 500 m en 8-10 min. Si el te-
rreno tiene sólo una pequeña pendiente, caerá la
1. Dolor. curva del rendimiento con la misma rapidez que
2. Frialdad (la temperatura cutánea depende en el caso del aumento de la gravedad de la en-
de la cantidad de sangre que circula por unidad de fermedad.
tiempo). La característica más importante de la prueba
3. Palidez (el color de la piel guarda relación ambulatoria, como también de todas las otras
con el contenido en sangre de los capilares). pruebas funcionales con una recarga activa del
4. Anestesia. Por falta de riego sanguíneo de paciente, es la distancia recorrida entre la apari-
S.A.

las terminaciones sensitivas. ción de las primeras molestias subjetivas en la


pierna enferma y la necesidad imperativa de de-
O MASSON,

5. Pérdida de la fuerza motriz (impotencia fun-


cional). Por poca irrigación muscular e, indirecta- tenerse; cuanto más corta sea esta distancia, tan-
mente, por la isquemia nerviosa. to más grave será la enfermedad.
346 Semiología médica y técnica exploratoria

Tabla 3-8. Causas más frecuentes del síndrome arterial isquémico crónico

Arteriosclerosis Tromboangitis obliterante

El individuo parece envejecido para la edad que tiene. El individuo parece joven, con el cabello bien pigmen-
Su cabello es gris. Muestra signos patentes de escle- tado. Hiperviriles, mujeriegos. Faltan los signos de
rosis vascular generalizada, con las arterias radial, esclerosis vascular. La presión suele ser baja o nor-
humeral y temporal duras y flexuosas, y con calcifi- mal
caciones visibles a los rayos X. Aortitis con esclerosis
de las coronarias más o menos patente. Albuminuria
y glucosuria frecuentes, Casi constante hipertensión
arterial. Es corriente la observación del gerontoxon o
arco senil corneal
Extremidades superiores raramente complicadas Se afectan en un 40% de los casos
Puede aparecer en no fumadores Siempre se trata de grandes fumadores
Falta en la historia de episodios de flebitis migratoria. Antecedentes frecuentes de flebitis migratoria en el
Evolución progresiva 30 % de los casos. Evolución a brotes con fases de
calma
Los trastornos tróficos van precedidos de dolores, a ve- Los trastornos tróficos producen dolores intensisimos,
ces acerbos, aunque mínimos si se comparan con los atroces, como en ninguna otra vasculopatía. En su
que aquejan a los enfermos tromboangíticos. La obs- forma más típica es la gangrena seca de un dedo.
trucción arterial en estos enfermos crea trombosis de Afecta cualquiera de los dedos del pie, aunque rara-
marcha fulminante y, en consecuencia, gangrenas mente el gordo. La gangrena comienza por una placa
masivas de las extremidades, cosa poco frecuente en negra en la punta del dedo o surco ungueal, para
la tromboangitis avanzar hacia la raíz. El antepié, en contraste con la
coloración de las partes esfaceladas, muestra un tinte
rosado violáceo y se encuentra infiltrado de edema
Lipidernia aumentada, asi como a glucemia y tasa de Lipidemia con cifras normales
urea
Arteriografía: irregularidades e la luz o obliteración to- Arteriografía: señala una red arteriolar abundante, fina,
tal o parcial del vaso al examen arteriográfico, con flexuosa, junto a obliteraciones tronculares múltiples
circulación colateral escasa y formada por vasos rec- y distales (signo de Martorell)
tilíneos, angulares

Prueba del cambio de posición de Rats- jar las piernas nuevamente en reposo sobre la ca-
chow (o de la isquemia plantar de Buerguer- milla.
Samuels). El paciente se tiende de espaldas y
eleva las piernas hasta la vertical, flexionando Prueba de la hiperemia. Puede combinar-
y extendiendo con rapidez los pies. Generalmen- se con la prueba del cambio de posición. En vez
te, necesita el apoyo del médico, que da a las de dejar las piernas en reposo sobre la camilla al
pantorrillas un cierto sostén en el sector del ten- final de la prueba del cambio de posición, el pa-
dón de Aquiles. ciente se sienta rápidamente y deja caer las pier-
La persona sana puede mantener esta po- nas al borde de la cama o camilla de exploración.
sición (no muy cómoda) sin dificultades hasta En la persona sana, se presenta en el lapso de 2-3 s
10 min, realizando, como recarga adicional, mo- una hiperemia uniforme, junto con una sensa-
vimientos de circunducción con los pies, en la ar- ción de calor que abarca desde la rodilla hasta la
ticulación del tarso. punta de los dedos del pie. Después de alcanzar
En el enfermo, cabe observar (de acuerdo con estos dedos, aumenta todavía algo la hiperemia
la gravedad de la dolencia) ya después de tomar para desaparecer en el transcurso de algunos mi-
con las piernas una posición vertical, una palidez nutos.
cérea del pie o de la pantorrilla enferma, o in-
cluso se puede presentar el típico dolor de claudi- Prueba de Moschcowitz. Se funda en la
cación, con la misma necesidad imperiosa de reacción hiperémica que aparece en una extremi-
interrumpir la prueba, bajando las piernas a la dad después de una isquemia por compresión
horizontal. Pasados algunos segundos, hasta mi- momentánea. Colocado el enfermo en posición
nutos, desaparecen la palidez y los dolores al de- horizontal, se eleva el miembro y se aplica una
Cardiología. Angiología 347

vendaje elástico muy apretado desde su extremo Prueba de Allen. En ocasiones, la oclu-
a su raíz, durante 5 min. Al retirarse la compre- sión de las arterias radial o cubital por debajo
sión, el miembro tiene una palidez cadavérica, de la muñeca no puede determinarse. Á veces,
que en sujetos normales se sustituye pronto con también la pulsatilidad de la cubital es difícil de
un enrojecimiento que se extiende en sentido apreciar. Para ello, se comprime la arteria radial
distal y alcanza los dedos. con el pulgar del explorador, mientras el enfer-
Si existe obliteración arterial, esta hiperemia mo cierra con fuerza la mano. Al abrirla mante-
reactiva es muy lenta y puede detenerse a cierto niendo la compresión, la palma de la mano
nivel. aparece pálida, pero la palidez se cambia rápi-
damente en el color normal o incluso aparece
Prueba de Collens-Wilensky. Las venas muy enrojecida si la cubital es permeable. Si
superficiales se colapsan al elevar la extremidad, está obstruida, la palidez persiste. La misma
pero al colocarla en posición declive se llenan de maniobra puede realizarse comprimiendo la cu-
nuevo en 10 s en una persona sana. Un plazo de bital, para investigar la permeabilidad de la ar-
repleción venosa mucho mayor es signo de insu- terial radial.
ficiencia arterial. Si existen varices, esta prueba
carece de valor. Pruebas termométricas bajo carga funcio-
nal. Estudian el comportamiento de la tempe-
Prueba de Weese (o de la palpación arte- ratura del miembro con estímulos vasodilatado-
rial con sobrecarga). Primero se palpan las res, vasoconstrictores y por la marcha:
arterias tibial posterior, debajo del maléolo inter-
no, y la arteria dorsal del pie, marcando estos 1. Prueba del esfuerzo (Singer y Eckelberg). El
puntos con una pequeña señal de color. En segui- enfermo realiza una marcha de unos mil pasos.
da, se hace caminar al paciente hasta el límite de La temperatura cutánea y la diferencia de tempe-
la claudicación (140-160 pasos por minuto). In- ratura entre el dorso del pie y la pantorrilla dis-
mediatamente después, se comprueba mediante minuyen normalmente en forma notable. En las
una segunda palpación si el pulso tiene la misma enfermedades arteriales, en cambio, los valores
fuerza que anteriormente o si ha sido debilitado. de la temperatura cutánea pueden quedar esta-
El debilitamiento o la completa desaparición del cionarios o disminuir, aumentando a su vez la di-
pulso hablan a favor de una alteración de la cir- ferencia susodicha.
culación arterial. 2. Prueba del calentamiento reactivo (Kaindl)..
Se aplica un lazo a una presión superior a la sis-
Prueba de Moser (o de la posición en tólica, durante 10 min. Al deshacerlo, la tempera-
puntillas). Se coloca al paciente en una cómo- tura cutánea del miembro empieza a subir pasa-
da posición de pie; en seguida deber elevar el dos 60 seg y alcanza los valores de partida a los
cuerpo sobre los dedos de los pies, por lo menos 10-15 min como máximo. Si no ocurre esto, sig-
40 veces dentro de un tiempo de aproximada- nifica que existe un obstáculo al flujo arterial; si
mente 1 min, levantando los talones del suelo este fenómeno reactivo se aprecia después de
hasta el grado en que le sea posible, para luego más de 30 min, cabe pensar en una lesión arterial
(sin permanecer por mayor tiempo de puntillas) grave.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

bajar nuevamente el talón hasta la posición de


pie. Este ejercicio significa para el corazón una Prueba del frío. La temperatura cutánea
sobrecarga esencialmente menor que subir esca- baja después de un baño frío de 10 min, de 16 a
leras o la flexión de rodillas; por tanto, esta prue- cerca de 6-9 *C, pero vuelve después de 10-20
ba puede ser ejecutada sin dificultades también min a los valores de partida. En los casos patoló-
por personas sanas de 60-70 años de edad. Se re- gicos, el valor de partida es generalmente más
gistra el comienzo de las molestias musculares bajo; sin embargo, se observa en ellos sobre todo
en relación con el número de veces que el pa- una caída de temperatura mucho más acentuada,
ciente ha tomado la posición en puntillas. Esta que llega a ser inferior a los 20 *C; además, el ca-
prueba tiene la ventaja de poder ser realizada en lentamiento sucesivo se efectúa con bastante re-
S.A.

el plazo de 1-2 min. Sin embargo, en los casos de traso y los valores máximos alcanzados son muy
enfermedades vasculares, la palidez cutánea no inferiores a la normalidad, a tal punto que, des-
O MASSON,

destaca tanto como en la prueba del cambio de pués de 50 min, no logran alcanzar todavía el lí-
posición. mite de los 25 *C.
348 Semiología médica y técnica exploratoria

Pruebas oscilométricas. En la de Babinske mal o ligeramente elevada. En el período termi-


y Heitz, se comparan el índice oscilométrico an- nal, aparece la gangrena de los dedos y escaras
tes y después de sumergir el miembro enfermo en todos los puntos de presión; los muñones, en
en un baño de agua caliente (40 *C) durante caso de tener que amputar, cicatrizan mal y no
10 min. Si se trata de un trastorno funcional, las evitan la muerte del enfermo.
oscilaciones reaparecen, cosa que no ocurre en
las obliteraciones orgánicas. No es aplicable
cuando la circulación troncular está obliterada. VARICES
Tiene la misma finalidad el estudio de la osci-
lometría después de un esfuerzo. Se mide el índi- Las varices y flebectasias son dilataciones di-
ce oscilométrico de la pantorrilla en el paciente fusas de las venas; resultan muy frecuentes en las
en reposo y después de unos minutos de marcha. piernas por el ortostatismo. La mayoría (85-90 %)
Normalmente, hay aumento del índice y, en caso son idiopáticas y dependientes de una insuficien-
de isquemia por espasmo o trombosis, disminu- cia valvular congénita (el factor familiar se en-
ción. Durante el curso de la prueba y en caso de cuentra en el 60-65 % de los casos) y posflebíti-
arteritis, pueden aparecer calambres del tipo cas compensadoras de la obliteración inflama-
de la claudicación intermitente. toria del sistema venoso profundo.
Todo este conjunto de pruebas y otras mu- Son excepcionales las varices debidas a fístula
chas indicadas con igual finalidad tienen un va- arteriovenosa o a ligadura o aplasia del sistema
lor relativo. En general, una exploración clínica venoso profundo*.
cuidadosa y el empleo del oscilómetro, el siste-
ma Doppler y la arteriografía permiten con rela-
tiva facilidad el diagnóstico de una obliteración
Las venas superficiales de las piernas (únicas que se vuel-
arterial, el de su naturaleza y el de su localiza-
ven varicosas) forman dos sistemas principales, el de la safena
ción. interna y el de la safena externa.
La safena interna nacc en la vena dorsal interna del pie,
pasa por delante del maléolo interno, remonta la cara interna
Sindrome de Takayasu de la pierna, rodilla y muslo para ir a desembocar, a nivel del
pliegue inguinal, en la vena femoral, formando un arco, deno-
minado «cayado de la safena interna».
Como modalidad interesante del síndrome La safena externa nace en la vena dorsal externa del pie, re-
isquémico crónico, citamos este síndrome, cons- monta por detrás del maléolo externo, sigue por la cara externa
y posterior de la pierna y va a desembocar en la vena poplítea a
tituido por obliteración de los troncos supraaór-
nivel del rombo poplíteo.
ticos y la trombosis de la bifurcación aortoilíaca. Estos dos sisternas superficiales comunican entre sí y con
Clínicamente, está representado por: las venas del sistema profundo (poplítea, femoral).
En la cara posterior de la pierna existen unas venas superfi-
ciales, capaces de volverse varicosas, cuya sangre es recogida
1. Imposibilidad de una erección estable, pues
por las ramas extrapélvicas de la vena hipogástrica, isquiáticas
el caudal sanguíneo es insuficiente para llenar los y glúteas, que acompañan sus arterias respectivas.
cuerpos cavernosos y por este motivo aparece Las varices idiopáticas pueden ser por insuficiencia:
impotencia sexual. 1. Del cayado de la safena interna (85 %).
2. Fatigabilidad externa de los dos miembros 2. Del cayado de la safena externa (15-20 %).
inferiores más que una verdadera claudicación 3. De las comunicantes propiamente dichas (son más fre-
intermitente. cuentes a nivel de la rodilla y tercio superior de la pierna).
4. De las ramas extrapélvicas de la vena hipogástrica.
3. Atrofia global de los dos miembros infe- Con frecuencia, se dan insuficiencias mixtas (cayado de ambas
riores, poco llamativa en ocasiones debido a que, safenas, safena interna y una comunicante propiamente dicha).
por producirse a la vez en ambos, falta la posibi- En los pacientes con insuficiencia valvular de la safena in-
lidad de comparación. terna, la presión venosa en el tobillo alcanza un promedio de
4. Ausencia de trastornos tróficos durante 8,5 mm Hg en posición supina, 52 mm Hg en posición sentada
largo tiempo. y 81 mm Hg en posición erecta. En condiciones normales, la
presión venosa disminuye notablemente al caminar, debido a
5. Palidez extrema de las piernas, incluso del la acción muscular, pero si las válvulas son insuficientes no se
pie, que se exagera notablemente al levantar las observa este efecto. En consecuencia, la sangre venosa se acu-
extremidades. mula en la periferia, a lo que sigue estasis venosa y edema.
La mayor incidencia en la mujer se debe, además del efecto
6. Ausencia de oscilometría y pulso periféri-
del embarazo, al aumento de la distensibilidad venosa por ac-
co en las pedias, tibiales posteriores, poplítea y ción hormonal, a la congestión pélvica repetida durante la
femorales. La tensión arterial en el brazo es nor- menstruación y al menor sostén de los tejidos blandos.
Cardiología. Angiología 349

El paciente (habitualmente del sexo femenino) Insuficiencias del cayado


acude al médico por razones de estética cuando de la safena interna
las varices son indolentes, o por experimentar
sensaciones de fatiga y pesadez, calambres, pru- 1. Prueba de Trendelenburg Consiste en va-
rito y ardor con subedema o sin éste, que empe- ciar el sistema venoso superficial, por elevación
oran con el ortostatismo prolongado y mejoran de la extremidad afecta, por encima de la hori-
en decúbito, sobre todo elevando la extremidad, zontal, y colocar en este momento un lazo com-
y en tiempo frío (al revés de las enfermedades ar- presor a nivel del cayado de la safena interna (fig.
teriales) a causa de la vasoconstricción venosa. Es 3-109 A).
frecuente que la aparición de las varices ocurra Invitamos al enfermo a que se ponga de pie y
en el curso de un embarazo. notamos las dilataciones varicosas, colapsadas,
Deben examinarse las piernas y la parte baja reducidas de tamaño y depresibles, es decir, sin
del abdomen con el enfermo en posición de pie, hipertensión venosa (fig. 3-109 B).
la cual incrementa la turgencia de las venas; la Al retirar la compresión, dejamos libre la co-
circulación venosa complementaria abdominal y municante insuficiente, llenándose las varices por
suprapúbica (esta última a veces oculta por el ve- una oleada retrógrada que desciende desde el ca-
llo y grasa) significa oclusión inflamatoria de las yado, como puede percibirse a veces por simple
ilíacas. inspección y siempre por palpación, colocando
Las varices se presentan, aunque de manera nuestros dedos sobre una dilatación varicosa de
muy desigual, en ambas piernas, con aspectos la pierna o muslo fácilmente accesible; notare-
bastante distintos, así cilíndricas, serpiginosas, mos el estremecimiento de la columna sanguínea
saculares, variculas. que desciende y al mismo tiempo aumenta rápi-
Las que obedecen a insuficiencia de la vena damente la turgencia y el volumen de las varico-
safena interna se encuentran en la cara interna de sidades antes colapsadas (fig. 3-109 C). Es el
la pierna, rodilla y muslo, y las correspondientes Trendelenburg positivo, en contraposición al ne-
a la safena externa, en la cara externa y posterior gativo, que se obtiene cuando al comprimir el
de la pierna. Poco a poco, las dilataciones veno- pliegue inguinal no se colapsan las varices por ser
sas aumentan; las varices, primero circunscritas a debidas a otra comunicante insuficiente.
la pierna, se extienden al muslo; finalmente apa- Al aplicar un fonendoscopio sobre las dilata-
recen los trastornos cutáneos, como edema, der- ciones venosas al practicar esta prueba, se regis-
matitis, pigmentaciones, úlceras”, tran los siguientes datos:

a) Varices esenciales poco voluminosas, no se


MANIOBRAS O TÉCNICAS oye soplo.
DE EXPLORACIÓN b) Varices esenciales voluminosas, soplo poco
intenso y muy breve.
Las maniobras que se emplean en la explora- c) Varices voluminosas por fistulas arterioveno-
ción del sujeto varicoso son, fundamentalmente, sas, soplo muy intenso, duradero y a veces con
las siguientes. thrill, nunca intermitente.
d) Varices posflebíticas, no hay soplos.
Fotocopiar sin autorización es un delito.

2. Prueba (o signo) de Schwartz. Una de las


manos del observador se aplica sobre la piel del
“La hipertensión venosa da lugar á un aumento progresivo
de la permeabilidad capilar y permite el paso de eritrocitos y
pliegue inguinal, a 2 cm por dentro del latido te-
proteínas a los espacios hísticos. La destrucción de eritrocitos moral y a 2 cm por fuera del tendón del músculo
se acompaña de liberación de hemosiderina, que causa una pig- aductor mediano, que forma el borde interno del
mentación típica de la piel. El plasma extravasado se coagula y triángulo de Scarpa y se encuentra fácilmente por
provoca induración, seguida de proliferación de fibroblastos.
Los linfocitos también son afectados, debido a que la coagula-
palpación. Por fuera de este resalte tendinoso se
ción de los líquidos hísticos provoca estasis linfática. Estas re- halla una depresión que corresponde al triángulo
giones afectadas de estasis venosa y linfática son extremada- antedicho y en ella se aloja la safena interna an-
S.A.

mente susceptibles de infecciones bacterianas y micóticas. Los tes de su desembocadura. Se aplican, pues, con
traumalisuos, aun los leves, pueden precipitar una úlcera eró-
bastante presión, dos o tres dedos de la mano
O MASSON,

nica, que se observa, generalmente, en el tercio inferior de la


pierna o a la altura de los maléolos. Casi invariablemente, la úl- superior sobre la desembocadura de la safena,
cera aparece directamente sobre una vena. mientras con los dedos de la otra mano se percu-
350 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 3-109. Prueba de Trendelenburg. A) Elevación de la extremidad por encima de la horizontal para colapsar
las varices y colocación del lazo compresor a nivel del cayado de la safena interna R) Manteniendo la compresión
invitamos al enfermo a que se ponga de pie; continúa el colapso de las varices. C) Al retirar el lazo compresor, sú-
bitamente se distienden las dilataciones varicosas por una oleada retrógrada que desciende del cayado insuficiente.

te sobre una variz visible o simplemente palpable mientras con la otra mano comprobamos SL co
de la pierna, colocada, a ser posible, sobre un lapso, al ponerse el enfermo de pie. S1, verificada
plano óseo resistente. Al pasar la safena interna en esta forma la prueba, el colapso es completo,
por encima del cóndilo interno del fémur, se podemos dar por descontado que la única comu-
cumple precisamente esta condición. Al percutir nicante insuficiente es el cayado de la safena ex-
la safena, se provocan una serie de sacudidas en terna.
el contenido venoso, que se traducen en oleadas, 2. Prueba de Schwartz. Se percute en una raíz
transmitidas en ambas direcciones, por la dilata- visible de la pantorrilla y se coloca la mano supe-
ción e insuficiencia valvulares y, sobre todo, por rior en el centro del rombo poplíteo. Si el cayado
la falta de tono de la pared venosa. Las oleadas de la safena externa es insuficiente, se percibe la
ascendentes producen, al llegar al cayado, una oleada o pulsación cada vez que percutimos,
sensación de expansión análoga al latido arterial igual que en el cayado de la safena interna. Se fa-
o a la onda que se motiva al percutir la pared ab- cilita la maniobra flexionando ligeramente la
dominal en un enfermo con ascitis (fig. 3-110). pierna para relajar la aponcurosis poplítea y per
Con las pruebas de Trendelenburg y de Sch- mitir así que se perciba mejor la onda venosa
wartz se demuestran casi todas las insuficiencias (fig. 3-111).
del cayado de la safena interna; en la duda, se re- Con la asociación de estas dos pruebas funda-
curre a la prueba flebográfica, de valor decisivo. mentales, se diagnostican casi todas las insufi-
ciencias del cayado de la safena externa sin nece-
sidad de tener que recurrir a la práctica de una
Insuficiencia del cayado Hebografía.
de la safena externa

Se evidencia con las pruebas citadas anterior- Insuficiencia de las comunicantes


mente, pero realizadas, como es lógico, a niveles
distintos: Pratt ideó la siguiente prueba:

1. Prueba de Trendelenburg, Se localiza prime- Se mantiene la pierna elevada y se vacía de


to el cayado con la prueba de Schwarz. Se com- sangre; se aplica un vendaje desde los dedos a la
prime con los dedos de una mano, después de ingle y se coloca por encima tí torniquete que
vaciar las varices por elevación de la extremidad, liga temporalmente el cayado de la salen inte
Cardiología. Angiología 351

Fig. 3-110. Prueba o signo de Schwartz. Aplicación Fig. 3-111. Prueba o signo de Schwartz. Aplicación
al cayado de la safena interna. Dos o tres dedos de la al cayado de la safena externa. Dos o tres dedos de la
mano superior se aplican con energía sobre el triángulo mano superior se aplican sobre el centro geométrico
de Scarpa por dentro del latido femoral y por fuera del del rombo poplíteo. Los dedos de la mano inferior per-
tendón del aductor mediano, como puntos de referen- cuten una variz visible o palpable de la pantorrilla para
cia. Los dedos de la mano inferior percuten una variz provocar la oleada. Siendo el cayado subaponeurótico,
visible o palpable sobre el plano óseo que forma el cón- se logra su palpación haciendo flexionar un poco la
dilo interno femoral. pierna afectada apoyándose en la sana, a fin de relajar
la aponeurosis.

na e impide el reflujo de sangre. El enfermo se que es, precisamente, donde la vena se vuelve
coloca de pie y se le retira la venda de arriba subaponeurótica para ir a desembocar a la hipo-
abajo (sin retirar el torniquete); cuando aparece gástrica, después de recorrer un largo trayecto in-
en algún lugar una dilatación varicosa que desa- tramuscular e intrapélvico.
parece al comprimirla, es señal indudable de
Fotocopiar sin autorización es un delito.

que en aquel sitio existe una comunicante insu-


ficiente. TROMBOFLEBITIS.
FLEBOTROMBOSIS

Insuficiencias de las ramas Con estos términos, debidos a Ochsner y De


extrapélvicas de la vena Bakey, se designan las trombosis venosas conse-
hipogástrica cutivas a la inflamación de la pared venosa (flebi-
tis) y las debidas a la coagulación intravascular
Es de mucha utilidad la prueba de Schwartz de la sangre por retardo circulatorio, alteraciones
practicada de manera que la mano superior, que hemáticas sin alteración parietal o ambas cosas.
S.A.

palpa y percibe la onda, vaya siguiendo el trayec- Aunque no exista una limitación franca entre los
to indicado por las varices. dos procesos, obedecen a causas distintas y son
O MASSON,

Se debe advertir que la onda se pierde a nivel también diferentes en el aspecto clínico, como se
del pliegue glúteo o a un nivel ya más inferior, esquematiza en la tabla 3-9.
352 Semiología médica y técnica exploratoria

Tabla 3-9. Características de la flebotrombosis y la tromboflebitis

Flebotrombosis Tromboflebitis

Etiología Estasis y alteraciones sanguíneas Inflamación de la pared venosa


Coagulación intravascular Primaria Secundaria a flebitis
Estructura del trombo Rojo Blanco o mixto
Localización más frecuente Pierna o pie Muslo o pelvis
Sintomatología Escasa o nula Aparatosa (fiebre, dolor, edema, etc.)
Embolia pulmonar Frecuente Rara
Secuelas Rara vez Frecuentes

De Martorell.

Tromboflebitis superficial 4. Signo de Peabody. Se basa en la presencia de


un espasmo de poca intensidad en los músculos
Se observa en los miembros superiores, a con- de la pantorrilla. El examinador se coloca a los
secuencia de inyecciones intravenosas, y en los pies de la cama o camilla de exploración, apoya el
inferiores por contusiones, permanencia excesiva pulgar sobre la cara plantar de los extremos dista-
en cama, varices (varicoflebitis o varicotrombosis les del II metatarsiano de cada pie y ejerce presión
con coagulación de sangre en su interior); otras suficiente para elevar las piernas unos 50 cm del
veces, en la variedad llamada «migratoria» consti- lecho, manteniendo ambos maléolos internos al
tuyen el primer episodio de la tromboangitis o mismo nivel; el espasmo se nota observando el
de una neoplasia maligna profunda. grado de flexión del pie del lado afecto. La prueba
Los troncos venosos aparecen dolorosos e in- no es fidedigna cuando el trastorno es bilateral.
durados, con edema circunscrito a su alrededor 5. Signo de Loewenberg, Se busca con el esfig-
de características inflamatorias. momanómetro. Se coloca el manguito neumático
Las tromboflebitis de las venas de la pantorrilla (ti- alrededor de la pantorrilla (o del muslo) y se dis-
biales, peroneas, musculares, comunicantes) pue- tiende lentamente; la distensión del manguito
den manifestarse por un dolor agudo y súbito en debe hacerse en 10-15 seg. Normalmente, los
ocasión de un esfuerzo (signo de la pedrada, de pacientes no sienten molestias por debajo de
Martorell), o por dolor y molestias espontáneas o 180 mm Hg sobre la pantorrilla o el muslo.
durante la marcha o al subir escaleras. Por la gran Cuando hay flebitis, el paciente se queja de in-
riqueza anastomótica venosa de la región, las tenso dolor con una presión considerablemente
manifestaciones de estasis circulatoria son esca- inferior a la normal. En este momento se desinfla
sas o nulas, aunque a veces se puede presentar inmediatamente el manguito y se repite la prue-
un discreto edema maleolar y también una ligera ba en la otra pantorrilla.
cianosis. Ceden con el reposo en cama, para rea- Si existen dudas acerca de la interpretación
parecer al levantarse. del dolor por el paciente, sólo se necesita repetir
la prueba en el brazo. La mayor parte de los pa-
El aumento de volumen y consistencia de la cientes toleran sin molestia, 250 mm Hg en el
pantorrilla (dato de gran valor) se evidencia con brazo.
los siguientes signos: Se considera positiva la prueba cuando hay
una evidente respuesta dolorosa en cualquier
1. Signo de Homans. Consiste en dolor locali- punto entre 60-150 mm Hg. Puede repetirse la
zado en la pantorrilla o en el tendón de Aquiles, prueba de aclaración, y el punto extremo debe
provocado por la flexión dorsal del pie, hallándo- estar a menos de 10 mm Hg de la lectura ante-
se la pierna en extensión. rior. La molestia se registra siempre en el seg-
2. Signo de Olow. Dolor provocado al presio- mento de extremidad cubierto por el manguito
nar los músculos de la pantorrilla contra el plano neumático. El paciente suele decir al examinador
óseo. que el manguito estaba más apretado en la locali-
3. Signo de Prait. Turgencia de pequeñas ve- zación fuertemente positiva que en la misma po-
nas pretibiales en los dos tercios superiores de la sición en la otra pierna, aunque la presión puede
pierna flebítica («venas centinelas»). haber sido 100 mm Hg más baja.
Cardiología. Angiología 353

Tromboflebitis femoroilíaca 3. Ligera tonalidad cianótica y mayor turgen-


cia de las venas pretibiales (signo de Pratt) en los
Es muy frecuente por motivos hemodinámi- tercios inferiores de las piernas si se examina al
cos. Se manifiesta por dolor, que empieza en la enfermo en la posición erguida.
ingle; edema caliente, primero limitado a la raíz 4. En posición horizontal, gon positivos los sig-
del miembro y que sólo más tarde se propaga al nos de Homans, Olow, Peabody y Loewenberg.
resto de la extremidad; engrosamiento doloroso 5. Sila trombosis ha alcanzado la vena poplí-
de las venas femoral e ilíaca, sin dolor; nivel de la tea, la presión directa sobre ésta, despierta dolor.
poplítea. A nivel del muslo, no se halla nada de anormal,
Conduce al cuadro de la legmasía alba dolens salvo si la trombosis asciende y adquiere las ca-
o de la tromboflebitis gangrenante, en casos de racterísticas de la clásica Mlegmasía alba dolens”.
excepcional gravedad.
Deja como secuela, con bastante frecuencia, Clínica. La trombosis venosa espontánea del
dilataciones venosas varicosas (varices posflebíti- sector femoroilíaco motiva:
cas), que pueden residir en la parte baja de la pa-
red abdominal, muslo o pierna, con una misión 1. Dolor espontáneo a nivel de la ingle (a veces
de suplencia frente a las venas profundas oblite- recuerda el propio de la ciática) y provocado por
radas, como se confirma con la prueba de Perthes la presión sobre los vasos femorales,
(consistente en colocar un lazo compresivo a ni- 2. La raíz del muslo está engrosada, con aumen-
vel del cayado de la safena interna, si la vena fe- to de la temperatura local y red venosa cutánea vi-
moral está obliterada, al deambular el paciente sible. En el resto de la pierna no hay edema, la
aumenta la turgencia de las varices, motivo de pantorrilla es flácida y tanto la presión sobre ella
una sensación dolorosa). como sus movimientos no son dolorosas,

Si la trombosis progresa en sentido descen-


Flebotrombosis dente el cuadro clínico cambia y adquiere las ca-
racterísticas de la llamada flegmasía alba dolens.
Las trombosis venosas espontáneas aparecen
en personas en apariencia sanas (trombosis pri-
marias o idiopáticas), y es, a veces, su primer sig- “Haid ha sistematizado el estudio de las trombosis veno-
no una embolia mortal; el émbolo puede proce- sas de las piernas en su estadio inicial: «Primero se comprobará
el estado de turgencia de los tejidos a nivel de la pantorrilla, A
der del sistema venoso profundo de la pierna o ser posible, el paciente se hallará relajado, en decúbito o senta-
del sector femoroilíaco*. do. Al alzar la pantorrilla con la mano plana, se tiene la impre-
En la trombosis profunda de la pierna, el en- sión de que, en comparación con la extremidad sana, aquélla es
fermo acude al médico por: más turgente y pesada. Este dato exploratorio se observa ya en
las fases iniciales de la trombosis venosa (fig. 3-112).
Si se palpa atentamente y con suavidad la pierna desde la
1. Dolor en la pantorrilla, que aumenta con la rodilla hasta los maléolos, con los dedos aplicados en exten-
marcha, sobre todo al subir escaleras, y al toser, sión, ejerciendo presión con ellos sobre la pantorrilla, puede
y disminuye con el reposo en la cama. precisarse (según que exista preestasis, estasis o trombosis ve-
nosa) una resistencia aumentada en la profundidad de los tej:-
2. Aumento de volumen y consistencia de la
Fotocopiar sin autorización es un delito

dos. Su intensidad se extiende desde el estado de turgencia


pantorrilla*, elástico y blando, hasta el de tensión acentuada de las fascias
musculares.
En general, el paciente experimenta en las localizaciones
preferentes (en la pierna, inmediatamente por debajo de la pan-
BGsell y Matis han demostrado que en el 75 % de los ca- torrilla) dolores a la presión, con frecuencia muy intensos y
sos de embolia pulmonar con desenlace fatal, no fue descubier- pertinaces.
ta la trombosis original de las venas de las extremidades infe- Las masas musculares estáticamente afecradas y lo parte in
riores. terna de los músculos de la pantorrilla, también serán explora-
“Este edema puede alterar la forma de la extremidad infe- das de forma similar. Si aumenta la rigidez muscular hasta la
rior. No obstante, en los estadios precoces de la trombosis ve- miositis, en particular en los pacientes que guardan cama. se
nosa, capaces ya de desencadenar una embolia, es frecuente cernirá la amenaza de una inminente trombosis venosa aguda.
que dicho edema quede restringido al espacio perivascular. En el muslo se palpará, asimismo, a lo largo de su superficie in-
S.A.

Puede reconocerse fácilmente en las venas superficiales; sin terna, la calidad de la turgencia de las capas hísticas profundas
embargo, las venas profundas se hallan incluidas con los mús- y el tono de la musculatura correspondiente.
€ MASSON,

culos en vainas aponcuróticas tensas, con lo que el edema no Al objeto de completar el diagnóstico, se investigará el gra-
será perceptible. No obstante, ejerce presión sobre ellas y la do de la insuficiencia estática y el estado de las estructuras liga-
tensión así desarrollada es palpable. mentosas articulares».
354 Semiología médica y técnica exploratoria

Fig. 3-112. A) Exploración del estado de turgencia de los tejidos en la pantorrilla. B) Exploración de la turgencia
hística y del tono muscular en el muslo. C-D) Localización de los ligamentos en la articulación tibioperoneotarsia-
na y en la articulación
de la rodilla.

Síndrome de la vena cava superior corresponde al ángulo ácigos-cava y engloban la ;


desembocadura de la ácigos.
la obstrucción de esta vena es frecuente en Su diagnóstico descansa sobre una tríada clá-
los síndromes mediastínicos tumorales (60-80 %) sica, cuyos tres elementos sólo se encuentran
o inflamatorios crónicos (10-20 %) y aneurisma presentes en un 30.% de los casos y que-son
aórtico (10 %). edema en esclavina (a veces, más limitado o re-
Las mediastinitis fibrosas localizadas, conse- ducido a abotargamiento de la cara y cuello o de
cutivas a una adenopatía tuberculosa la mayoría las regiones supraclaviculares), cianosis (de. -la
Mw23

de las veces tienen predilección por la zona que cara, cuello y miembros superiores, o limitada a
O
Cardiología. Angiología 355

labios y extremidades digitales) y circulación co- táculo se halla situado por debajo de las venas
lateral (más o menos importante, con turgencia ácigos, el curso sigue por ellas (donde la sangre
de las venas yugulares). Á esta tríada, a veces in- circula en sentido inverso), intercostales y toraco-
completa, se añaden otros síntomas, como tos, abdominales profundas hacia la vena cava infe-
ronquera, disnea centrógena por retardo de la cir- rior; cuando la obstrucción radica por encima de
culación cerebral, dolores torácicos retrosterna- la vena ácigos, el retorno se hace por el tronco
les, cefalea, somnolencia, vértigos, zumbidos de braquiocefálico, mamarias internas y vertebrales
oído. hacia las intercostales y ácigos hacia la cava infe-
La obnubilación y pérdida de conciencia en rior.
forma de crisis han sido señaladas cuando el en-
fermo mantiene un rato su cabeza agachada ha-
cia el suelo en la posición adoptada por los traba- Trombosis de la vena cava inferior
jadores del campo al cavar la tierra (signo del
azadón), que se explica por el aumento brusco de Puede ser autóctona como complicación de
la estasis venosa cerebral. otro proceso (tifoidea, apendicectomía, puerpe-
La presión venosa está elevada en el territorio rio, etc.) o propagada a partir de una trombosis
de la vena cava superior (es normal en la cava in- femoroilíaca uni o bilateral de marcha ascen-
ferior) y aumenta, paradójicamente, en la inspira- dente; en este último caso, a los síntomas pro-
ción. pios de éstas se suman los que revelan la obs-
La flebografía de la cava superior (y la angio- trucción secundaria de la cava, y que son el
neumografía), confirman el diagnóstico y orien- edema de la pared abdominal, genitales exter-
tan sobre su causa (compresión, trombosis, aneu- nos (escroto o vulva); los trastornos de la mic-
risma del cayado aórtico), topografía (en relación ción, defecación, erección, tránsito intestinal y
con la desembocadura de la vena ácigos) e im- el desarrollo de una circulación complementa-
portancia de las derivaciones venosas. ria abodominotorácica; las venas arrancan de la
Esquemáticamente, se admite que, cuando la ingle y siguen un trayecto ascendente y diver-
obstrucción se encuentra a nivel de la ácigos, las gente hacia la pared torácica, en la que poco a
venas superficiales están muy desarrolladas y el poco pierden su relieve y desaparecen; su pro-
retorno se efectúa por las venas laterotorácicas y iminencia mengua en decúbito y aumenta con
epigástricas hacia la vena cava inferior; si el obs- los esfuerzos.

Tabla 3-10. Diagnóstico diferencial entre tromboflebitis y linfangitis

Tromboflebitis Linfangitis

Síntomas Superficial Profunda Reticular Troncular

Antecedente más Inyección intrave- Proceso trombógeno Infección superficial. Herida o infección
frecuente nosa en el brazo (operación, tifoidea, Ulcera crónica superficial
Fotocopiar sin autorización es un delito.

Varices en la pierna puerperio, etc.) Epidermofitosis


Fiebre inicial Alrededor 37,5 *C Alrededor de 38 *C Hasta 40 "C Entre 37,5 y 40 “C
Escalofrío Falta Falta Presente Falta o presente
Dolor Localizado en el Localizado en el Localizado en la Poco acentuado
trayecto de la trayecto de la piel. Difuso
vena superficial vena profunda
Edema difuso Falta Presente Presente Falta
Rubicundez Falta o localizada Falta Presente. Extendida Lineal
en el trayecto venoso en superficie
Adenitis Falta Palta Presente Presente
Cordón duro
palpable Presente Falta Falta Falta
S.A.

Recidiva en el Posible si hay Rara vez Frecuente Falta


O MASSON,

mismo sitio varices

De Martorell.
356 Semiología médica y técnica exploratoria

La flebografía permite seguir su trayecto y PROCESOS LINFÁTICOS


comprobar su desagie en las venas tributarias de
la cava superior, en la forma autóctona (no propa- Pueden ser inflamatorios (linfangitis aguda) o
gada), antes del edema de las piernas (por trom- por estasis mecánica.
bosis descendente a ilíacas y femorales) y de la Los primeros adoptan los tipos reticular su-
circulación complementaria pueden aparecer do- perficial, troncular superficial y troncular profun-
lor lumbar o de las ingles (a veces irradiado a las do, que discurren por el tejido celular que rodea
piernas) y síntomas generales (fiebre, malestar ge- los grandes vasos. Con facilidad son causa de
neral, leucocitosis con neutrofilia, aumento de la una celutitis perivascular o de una tromboflebitis
velocidad de sedimentación globular que inducen (tabla 3-10).
a pensar en nefritis, tifoidea, reurnatisino, etc.). Entre los de índole mecanicoectásica, citare-
Un signo clínico que merece atención es la mos los linfedemas congénito, congénito-familiar
contractura de los muslos en flexión por propa- (trofoedema de Meige, enfermedad de Milroy-
gación de la celulitis perivascular a la capa celulo- None), esencial o idiopático, y los secundarios a
grasosa subaponeurótica del múculo psoas, que a tuberculosis, neoplasias, posflebitis, poslinfangi-
su vez se inflama. tis y posradioterapia.
La trombosis de la cava inferior puede acom- Las linfangiectasias o varices linfáticas (congéni-
pañarse de metrorragias, melena y hepatomega- tas o adquiridas) son raras; aparecen como cor-
lia con ictericia y síndrome de hipertensión por- dones aislados con contenido tramspareñite, U
tal (ascitis, esplenomegalia, hematemesis) si el como paquetes cirsoideos en la vecindad de los
trombo alcanza el sector suprahepático. ganglios linfáticos.

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