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SUros-Cardio y Neumo Modificado
SUros-Cardio y Neumo Modificado
SEMIOLOGÍA
TN
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TITAN
NOAA
INTO
Ti ley)
Índice de capítulos
Síndromes topográficos del cerebro .... 884 Articulación temporomaxilar .......... 940
Síndromes topográficos de oclusión Examen del líquido sinovial como... 940
cerebrovasculal ...mmmommesinrirneannianaso 888 Caracteres macroscÓpicoOS .ccccoicooo: 940
Carótida primitiva. Carótida interna.. 888 Exámenes de laboratori0 00... 941
Cerebral anterio! c..omocrccccnccninanaronanónn 889 Estudio citolÓgiCO .ocninionioninionnnanns 941
Cerebral media .....oonncccnnncninnnnnconinnnono 889 Examen bacteriolÓgicO mmm... 941
Cerebral posteriol cmmcinonmenncconcs. 890 Cristales ..oocnnncnnnnccninconnnnnncononnconano
Tronco basilar y SUS Lamas .............. 890 Examen bioquímico
Arteria vertebral y SUS IamasS ........... 891 Determinaciones inmunológicas ..... 942
(COMAS ccconcccnnnononnnnnonononenoncnrnnnrnno
rancia 891 Exámenes de laboratorio minis: 942
ÍDLerTOBatorÍO coocccicncncononinnoncnnncnnnns 891 Exámenes inespecÍficOS conocio... 942
Examen ObjetivO cooccccnicinconioninoncns 891 Velocidad de sedimentación globular 942
PTOMÓSTICO conoconnnccnncnononanonnnnnnncanncnononos 895 Proteína C reactiva o.cocccocononccnonionnonos 942
Líquido cefalorraquídeo commiiiccccncanos. 895 Exámenes especÍÉicOS cmmccioniciciono. 943
Análisis del líquido cefalorraquídeo.. 897 ÚTICODIA coccccccccccnnnnnonnnnonannnnncnonanannonos 943
Estudio electrofisiológico .........o.o...... 899 Factor reumatoide ..ococococconcnnnonncinnnos 944
Electroencefalografía coccion. 899 NO 944
Potenciales evocados ..coomiommiomesininnnss 901 Anticuerpos antinucleares -............... 945
Neurografía motriz y sensitiva ........ 906 Anticuerpos anti-ADN c.onncicinnneoinns 946
Electromiografía ..cciconicnnionscnnenines: 908 OTIOS AMEICUETPOS cococcocacnninnannnraninnaros 946
Biopsia Mmusculal c.nomniionionicnninnnno.. 910 AntiestreptolisiMaS ...omononcnnino.. 947
Neurorradiología .o.occnnininnnnmomn.. 910 Metabolismo fosfocálcico ................ 947
Radiología simple del cráneo y co- Columna vertebral ...ooooconcniinnninninnnn.... 948
lumna vertebral ...onconncncoconinnncno.... 910 Generalidades ...ooononccconcncnonocónccrnncnóno 948
Angiografía cerebral ..ooomoniciin.. 911 INterTOBatoriO comicinnicinnnnncaninonnnnanons 949
Tomografía axial computarizada .... 911 Metodología de exploración .......... 950
Mielografía conocicinniniininniiniciincnss 919 IMSpecciÓnN cciociccninnannnnnonecan
nn onconacinnnos 950
Resonancia Magnética cmcccoicnnnianioss 920 Movilidad ....oooconcconoccncononccnnonnncnnonanon 952
Palpación y puntos dolorosos .......... 956
Otras maniobras
11| Reumatología 923 Examen radiológico
Proyección anteroposterior .............. 958
INterrogatoriO comcococncnronononcannnencarinananas 923 Proyección lateral ...ocononinnoni.... 959
Filiación y antecedentes individuales 923 Particularidades de la región cervical 959
Antecedentes familiares ......o..o..o..... 925 Particularidades de la región dorsal.. 960
Antecedentes patológicos o enfer- Particularidades de la región lumbar 961
medades anteriores common... 925 Particularidades de la región sacra
Comienzo y evolución de la enfer- AI 961
medad actual ...ooonconencnicnioninnnos. 927 Radiografías funcionales ...ooionoo.... 962
Exploración ClÍNiCA cocino. 935 Alteraciones radiológicas vertebra-
Juicio CÍÍMICO cmoooncconnnconnnanonnocincnso 935 les más frecuentes ocnninnnnnm 962
Manifestaciones articulares ............ 936 Semiología radiológica aplicada .......... 966
ATETOCONTESIS cococoncccnonnncnnonacononcnoninrncnnon 938 Hiperostosis anquilosante vertebral 966
Rodilla ....oo.oonconnnncinnnnnnninnccnncnnanoros 938 Espondilitis anquilosante .....o.omc.. 966
CEN 938 Artritis TeuMatoide c.mcninininciinnnn 968
Tobillo connnnnioninnnnonicncnionicncnnannaninoo: 938 Espondilitis infecci0SaS emmm... 969
HOMÓDIO ciccccccnnonnnonnnonenncnncnronenonnennaron 938 NeoplasiaS .ooonncininnninconninicinicconccanonos 969
COMO cnconcannnnnononanononoconnnnnnononannnnnnnnnnno 939 Rarefacciones óseas difusas ............. 970
Articulaciones de la Muñeca ............ 939 Enfermedad de Paget cmimicinincionninno: 970
Articulaciones metacarpofalángicas, Espondilolistesis ..ocoooconninnininninnm.. 970
metatarsofalángicas e interfalán- Anomalías morfológicas .............. 971
gicas de manos y pies cmoinonincoss. 939 Valoración de las escoliosis orgánicas 973
Articulaciones del tarso y tarsome- Articulaciones sacroilíacaS ..oooomm.... 973
LatarSiaMaS coormncnonnncnncccnconanccananananono 940 INterTOBatorÍO commiciinccicninnnccinincncnns 973
XXIV Índice de capítulos
Ñ
Reacciones mediadas por linfocitos T'
Bibliografía 1145
(reacciones de hipersensibilidad re-
tardada) ccmmcnninnnnnrcnrrrnnrinarinrrno 1106
Linfocinas
_
Diagnóstico de las enfermedades alér-
Índice alfabético de materias 1147
gicas
Pruebas diagnósticas en alergia
Generalidades
Semiología. —(onueov, signo; Aoyoc, trata- Status praesens. Esla descripción y el diag-
do) o semiótica. Es el capítulo de la patología nóstico del estado del enfermo, cuando por pri-
general que se ocupa del estudio de los signos y mera vez le ve el autor de la historia clínica.
síntomas de las enfermedades, y de sus conse-
cuencias. Catamnesis. Es el conjunto de datos que
pueden suministrarse de un enfermo una vez
Signos. Son manifestaciones objetivas, físi- concluido su estudio y tratamiento.
cas (exantemas, dilatación cardíaca, modificacio-
nes del pulso, etc.) o químicas (albuminuria, hi-
perglucemia) que se reconocen al examinar al MW EXPLORACIÓN
enfermo.
Para ser completa (a capite ad calcem, decían
Síntomas. Son los trastornos subjetivos los clásicos), la exploración de los enfermos
(molestias, dolor, etc.) que el paciente experi- debe ser ordenada y seguir un orden lógico.
menta y el médico no suele percibir o le es difícil Comprende:
comprobar, y a cuyo conocimiento llega sobre
todo por medio del interrogatorio. 1. Interrogatorio o anamnesis.
2. Inspección.
Sindrome. Es la serie de signos y síntomas
que existen en un momento dado y definen un a) Somática general. Actitud, facies, piel, esta-
estado morboso, por ejemplo, síndrome esofági- do de nutrición, hábito corporal (biotipo morfo-
co, cerebeloso, de Millard-Gubler. Todos ellos se lógico), talla y otros datos biométricos, marcha,
encuentran entrelazados genética, etiológica o movimientos, etc.
Fotocopiar sin autorización es un delito.
— Serológicos y bacteriológicos. Hemoculti- terrogatorio vale más que diez horas de explo-
vos, urocultivos, desviaciones del complemen- ración». «Apenas hay omisión que suela vengar-
to, etc. se más amargamente que un interrogatorio in-
suficiente del enfermo» (Krehl). Está en lo cierto
b) Radiología. Radioscopias y radiografías, Padilla cuando dice: «La anamnesis es la base
ecografía, TAC, etc. fundamental e insustituible del diagnóstico. Es
c) Endoscopias. Laringoscopia, broncoscopia, la parte del examen clínico a la que nunca se
gastroscopia, colonoscopia, cistoscopia, etc. debe escatimar tiempo y la que exige mayor
d) Histología. Biopsias, frotis. ciencia y experiencia del médico». «Cuanto más
e) Sondajes y cateterismos. Gástrico, vesical. sabe el facultativo tanto más datos le proporcio-
f) Punciones. Ascitis, pleural, abscesos, etc. na la anamnesis de sus enfermos y tanto más
g) Pruebas cutáneas. Punturas, escoriaciones, puede apreciar su extraordinaria importancia»
etcétera. (Siebeck). «Quien se dedique al estudio de la
anamnesis con, digámoslo así, cierto entusias-
Una vez obtenidos todos los datos, y proce- mo deportivo, llevando siempre la dirección de
diendo con criterio clínico, elaboramos un juicio sus diálogos con el enfermo con fino tacto y
diagnóstico. «Qui bene diagnoscit, bene curat», afir- sentido clínico, llegará a ser el mejor de los mé-
maba Leube y puede suscribirse hoy. dicos», dice Von Bergmann.
Una exploración clínica concienzuda y deteni- La relación entre médico y enfermo se desa-
da, además de suministrarnmos más datos útiles rrolla como un acto cerrado en el espacio y en el
para el diagnóstico (pues es norma general jamás tiempo. Es un coloquio singular, un diálogo entre
desmentida: «Cuanto más cuidadosa es la explo- dos únicos personajes. Comienza por una conli-
ración, tanto más signos se obtienen» [Hánell], y dencia, por una confesión, prosigue con un exa-
«Busca hechos y tendrás ideas» [Kant]), aumenta men y finaliza en la prescripción de un tratamien-
nuestro prestigio y autoridad ante el enfermo, to. El clínico, por consiguiente, no debe tener al
quien ansía ser bien atendido y curado. Es pre- enfermo como puro objeto de estudio o de inves-
ceptivo compartir el pensamiento de Riesmann: tigación, y adoptar ante él una postura factual,
«El enfermo debe salir del consultorio con la sen- fría y desapasionada; debe considerarlo sujeto de
sación de que el examen ha sido el más completo pasión, paciente que sufre y ante el cual, el prácti-
que jamás le hicieron». El práctico debe poner co se siente como persona, espiritualmente vincu-
todo su empeño en dominar la técnica explorato- lado. Es la convivencia cordial de dos almas, de
ria. Pascal decía: «La mayor parte de los errores dos personas.
de los médicos proviene no de malos raciocinios
basados en hechos bien estudiados, sino de ra-
ciocinios bien establecidos basados en hechos Características que intervienen
mal observados». De igual manera se expresa en la presencia del paciente
Babinski: «Sans erreur de semiologie, il ny auratt en la consulta médica
presque jamais d'erreur de diagnostic» («Sin error se-
miológico, casi nunca habrá errores de diagnósti- El hecho de asistir el paciente a la consulta
co.»). solo (teniendo parientes) o acompañado, depen-
de de varios factores:
que bastaba oírlo interrogar y escuchar a sus en- nez Díaz oyó decir a un médico de cierta noto-
fermos, para comprender la confianza que inspi- riedad: «Hoy me han visto cuarenta enfermos».
raba. Nadie quizá como Siebeck enseñaba a sus De todos modos, es aplicable a muchos médicos
alumnos a ser hombres de paciencia y a escuchar de hoy en día.
sosegadamente el relato de las molestias de sus Nada hay más deprimente para el paciente
enfermos. Por el contrario, si el paciente se da que comprobar que el médico no le presta la de-
cuenta de que nuestra atención está ausente y bida atención en lo que más le atañe.
ocupada en otros menesteres, como hojear pape- El no saber estar siempre en su lugar de mane-
les de la mesa, acudir a las llamadas telefónicas ra debida explica el hecho tan conocido de que
(más frecuentes ciertamente en las horas de con- médicos muy doctos no tienen ni los éxitos ni el
S.A.
sulta, por cuanto los que nos buscan saben que renombre de otros que, con menos preparación,
es el momento en que pueden encontrarnos con pero más humanos, logran éxitos profesionales
O MASSON,
seguridad), dar órdenes a la enfermera, etc., pier- muy superiores a los que podría esperarse de sus
de la confianza, el interés se retrae y no se llega a conocimientos. Recordemos la contestación de
4 Semiología médica y técnica exploratoria
E. Schweninger al príncipe Otto von Bismarck, sobre el estado de sus principales funciones, e in-
canciller alemán, cliente suyo, que rehuyó darle terrogarlo sobre el apetito, peso, sueño, dolores,
la información pedida por falta de tiempo, orde- fuerza muscular, micción, defecación, disnea de
nando a aquél que prosiguiera su exploración sin esfuerzo, tos, hemorragias, edemas y fiebre, sin
preguntarle más cosas: «Vuecencia debería con- olvidar preguntar a las mujeres si tuvieron un
sultar con un veterinario, porque éste no pregun- aborto reciente y el mes de la última regla (¡em-
ta nada a sus enfermos». barazos confundidos con tumores abdominales o
6. Hacer las preguntas con orden lógico y llaneza en presuntas vírgenes!).
de lenguaje. Esta condición está impuesta por lo 8. Decir al paciente la verdad o se le dice una
cerrado del tecnicismo médico; vale más pregun- verdad a medias. Decidir si el enfermo tiene o no
tar por la «boca del estómago» que por el epigas- derecho a conocer la verdad absoluta sobre su si-
trio, por el «bocado de Adán» que por el cartílago tuación es un problema que ha sido abordado
cricoides, etc. Se harán pausas entre las preguntas desde varios puntos de vista (filosófico, moral, ju-
para que el enfermo pueda contestarlas con tran- rídico, médico y simplemente humano) sin haber
quilidad y sin que se vea abrumado por el interro- sido posible fijar de forma absoluta la conducta
gatorio, y con una prudente indeterminación que seguir. Entre las dos posturas extremas, decir
cuando nos referimos a sensaciones. En lugar de siempre la verdad o no decirla nunca, hay toda
decir: «Lo que usted siente, »es como punzadas?», una serie de matices con los que la actuación del
diremos: «sA qué se parece el dolor que tienet». médico puede ir paulatinamente sugiriendo la
En el primer caso, puede el enfermo contestar que verdad, sin suprimir del todo la esperanza. Se
sí, no siendo cierto el hecho; en el segundo, lo puede, así, respetar el derecho del enfermo a co-
que conteste será siempre lo más aproximado a la nocer la realidad de su estado, y se cumple el de-
verdad, precisamente porque le hemos puesto, ber moral de no proporcionarle de forma adicio-
merced a nuestra indeterminación, en la necesi- nal a sus sufrimientos el que para la mayoría
dad de formar y emitir juicio propio. supone enfrentarse con la idea de un fin próximo.
7. Siempre que sea posible, las anamnesis deben Por supuesto que la verdad desnuda, salvo en
ir animadas de una orientación o intención diagnóstica, casos de individuos de excepcional entereza, no
omitiendo detalles sin sustancia. Procede evitar que se puede comunicar de sopetón; hay que ir crean-
los enfermos, al referirnos sus molestias, nos do poco a poco el clima adecuado para que sea el
cuenten sólo, y con infinidad de detalles, lo que propio enfermo el que llegue a conocer su situa-
les dijo don Fulano o don Mengano, las terapéu- ción.
ticas inútiles que han efectuado, o bien sólo nos En una amplísima encuesta de Pemberton en-
hablen de lo que creen padecer, o se pierdan con- tre desahuciados por cáncer, la mayoría sabían
tándonos afecciones de parientes o amigos que por propia deducción que morirían pronto, y tras
creen afines a la propia, actitud que, en ocasio- haber tenido entre tres y diez «cambios de im-
nes, se empeñan en mantener bajo el pretexto presiones» con su médico aceptaban plenamente
de que nos están contando algo muy importante su situación. Los problernas surgen cuando el
que puede tener relación con sus trastornos, cáncer que se logró ocultar es «descubierto» por
cuando, en realidad, es casi siempre una labor el propio enfermo, entonces sí que se producen
dispersiva del diagnóstico. Entre estos enfermos, reacciones violentas.
suelen contarse muchos ansiosos que acuden a la Resulta, pues, evidente que el enfermo quiere
consulta con la clásica cartilla u hoja anotada, en todo momento conocer su estado real, y que
que repasan constantemente, para no olvidar de- la perfecta información no sólo es necesaria para
talles que ellos creen decisivos. A estos pacien- que conserve hasta el final su estimación por el
tes, sin brusquedades, y tras haberles dejado ha- médico, sino para llevarlo al convencimiento de
blar un rato (el suficiente para poder entablar el que sólo con su cooperación puede tener éxito
indispensable contacto afectivo entre médico y un tratamiento, con el que no se pretende otra
enfermo), es necesario orientarles de inmediato cosa que ahorrarle sufrimientos.
el interrogatorio, dirigiéndolo sistemáticamente a La beligerancia que concedemos al paciente
descubrir los grandes síndromes o enfermedades depende de su edad, estado de lucidez (si es pre-
orgánicas y nunca considerarlos, desde un prin- ciso acudimos [anamnesis extraña] a los parien-
cipio, simples neuróticos intrascendentes. Para tes o allegados), carácter (abierto, hermético, des-
conseguirlo, sobre todo si el enfermo es poco in- confiado, irascible), índole de su dolencia (no es
teligente o distraído, es fundamental preguntarle conveniente una conversación larga con enfer-
Generalidades 5
mos con hemoptisis, hematemesis o agotados 10. El interrogatorio debe continuar durante el
por una larga y grave enfermedad; el dolor inten- examen físico (interrogatorio visceral). Durante la
so produce incapacidad para la concentración exploración física las manipulacines semiológicas
mental), sensibilidad (el cuadro clínico que nos permiten indagar y/o ampliar ciertos datos (do-
presenta una enfermedad depende, en gran parte, lor, náuseas, limitaciones de la movilidad articu-
de la sensibilidad del paciente; los sujetos hiper- lar, etc.) que no habían sido aportados en la
sensibles suelen exagerar sus molestias, que no anamnesis.
rara vez corresponden a causas mínimas; en los
hiposensibles, por el contrario, no es raro obser-
var lesiones orgánicas sorprendentemente bien EM HISTORIA CLÍNICA
toleradas), inútil decir que la anamnesis es muy POR APARTADOS
pobre en lus casos de insensibilidad congénita al
dolor, y sospecha de mala fe?.
9. El médico debe dar siempre sensación de segu- FILIACIÓN Y ANTECEDENTES
ridad. Ha de permanecer impasible, con la cara INDIVIDUALES
inescrutable, procurando que no trasluzca el pe-
simismo ni revele en sus facciones nada que pue- Nombre y apellidos. Etiquetan la historia
da alarmar al enfermo. La duda, la incertidum- clínica. Es útil añadir la dirección y número de te-
bre, el temor, la impresión de gravedad han de léfono. Orientan sobre la nacionalidad y grupo
permanecer ocultas e indescifrables para los que étnico.
le rodean. Si da a entender que vacila o duda,
deja inquietos al enfermo y allegados. Grupo étnico? Es conocida la incidencia
racial de algunas enfermedades. Según Cuatrefa-
ges: «Cada raza tiene sus características patoló-
'Libmann ha ideado una prueba (prueba del dolor provoca-
do) útil para formarse un criterio sobre la sensibilidad general gicas de la misma manera que presenta sus pe-
del paciente. Con el pulgar de la mano derecha se presiona el culiares rasgos físicos». Insistiremos sobre el
borde anterior de la apófisis mastoides, en dirección hacia la particular al ocuparnos en la exploración de los
estiloides. Se oprime una rama del nervio auricular mayor.
distintos sistemas o aparatos.
Según el grado de reacción dolorosa, se dividen las perso-
nas en:
1. Sensibles, Acusan dolor moderado, pero no lo manifies-
tan físicamente. ?El manifiesto constante que, según las latitudes, presentan
2. Hipersensibles. Dolor vivo acompañado de señales de su- ciertos caracteres físicos en el hombre (color de piel, facciones,
frimiento físico. La mayoría (80-90 %) de los habitantes de las talla, índices cefálico y nasal, etc.) ha servido a los antropólogos
grandes ciudades pertenecen a éste grupo. para caracterizar las razas, es así como se distinguen las razas
3. Hiposensibles. No perciben molestia alguna. En éstos, blanca, amarilla, roja o cobriza y negra. Fueron los etnólogos los
las afecciones dolorosas adquieren escaso relieve; pertenecen a primeros en descubrir la insuficiencia de los caracteres diferen-
este grupo el 20 % de las personas. Libmann y Da Silva en- ciales puramente físicos para establecer una clasificación de los
cuentran altos porcentajes en los indios americanos (80 %), xa- grupos humanos, recurriendo a otros criterios de selección, en-
vantes (estado de Matto-Grosso [Brasil]) y araucanos. tre ellos el lenguaje, una misma cultura, un origen común, deter-
minado grupo sanguíneo, etc. El nombre de grupo étnico es
Sin llegar a casos extremos, recordaremos el de Cayo Mu- dado a este conjunto, diferente de la raza o grupo físico.
cío Escévola, que al fallar en su intento de apuñalar al tirano Los antropólogos se han interesado por descubrir la forma
Fotocopiar sin autorización es un delito.
etrusco Porcena (siglo vi a. de J.C.) dejó quemar su mano dies- en que surgieron a partir de un tronco inicial las diferencias en-
tra en un brasero; o la apendicectomía sin anestesia que Gaus- tre los grupos humanos y cómo se transformaron en caracteres
sen realizó en el faquir Ivon Yva (23/5/1956, en Burdeos) en la distintivos de poblaciones determinadas. Se ha prestado aten-
que éste último relataba lo que sentía. ción a dos factores, los dependientes del medio físico («el hom
Es evidente que el estado de ánimo cuenta frente al dolor. bre criatura del medio ambiente»), y genéticos, por selección de
Gurfinkel recuerda que la mentira es utilizada por los enfer variantes nuevas producidas por mutación, selección y deriva
mos como una forma de fraude exteriorizado mediante el len-
genética.
guaje; hay exageración al presentar con mayor intensidad y au- Acaso convenga una definición de estos últimos términos:
mentar los síntomas clínicos de una enfermedad preexistente;
hay pretexto al referir una sintomatología procurando demostrar 1. Mutación. Modificación repentina y transmisible del
su incompatibilidad con determinadas funciones; la imitación patrimonio hereditario. Generalmente, de un solo gen fpoint
consiste en que el presunto enfermo imita a otro en sus actitu- mutation) pero también se refiere al cambio de estructura de los
des, aparentando una enfermedad que no tiene; cuando no cromosomas. Es una alteración química de una tripleta.
O MASSON, S.A.
consigue ejecutar una cosa a semejanza de otra, pero finge ha- 2. Selección natural. Transformación de las especies a tra-
cerlo, hay simulación; cuando se oculta al examen somático una vés de la selección de las más perfectas.
afección verdadera que perturba las funciones biológicas hay 3. Deriva genética Cambio por azar de la frecuencia de ge-
disimulación. Para aclarar todas estas situaciones es fundamental nes, no lógica ni estadística en poblaciones pequeñas y ais-
una prolija anamnesis y una meditada interpretación. ladas.
6 Semiología médica y técnica exploratoria
antes de acostumbrarse a ello pasan por una molesta fase de dad vegetativa congénita o adquirida) sean capaces de presa-
adaptación. Las horas ideales de sueño son las nocturnas. Si di- giar el tiempo y que sea precisamente en este momento cuan-
vidimos el día en tres períodos de unas ocho horas dedicadas a do aparecen trastornos o determinadas emergencias en ciertos
trabajo, ocio y sueño, no tiene importancia el orden en que se enfermos. Este fenómeno se relaciona con la propagación ultra-
suceden; pero sí la tiene que el sueño sea nocturno. rrápida de ondas electromagnéticas e ionización del aire.
8 Semiología médica y técnica exploratoria
La polución del aire en las áreas urbanas (an- El edema agudo del pulmón por las grandes al-
hídrido sulfuroso + monóxido de carbono + óxi- titudes se observa tanto en los sujetos que ascien-
dos nitrosos y nítricos) facilita las bronconeumo- den por primera vez como en los andinos que des-
patías. Su acción nociva aumenta en las nieblas pués de permanecer algún tiempo en el llano
bajas (smog o brumazón) ya que éstas retienen retornan a sus lares; las probabilidades de que apa-
los productos citados. rezca disminuyen a partir del tercer día y son re-
Los habitantes de las altiplanicies tienen un motas después del décimo. El cuadro clínico es el
aspecto peculiar. Se distinguen de los llaneros propio de esta neumopatía (los signos de fallo car-
por ser más bajos, robustos y con un gran tórax díaco son mínimos o ausentes) observándose en la
redondo. Unos 25 millones de hombres habitan radiografía de tórax congestión hiliar, gran disten-
en la cordillera de los Andes y en los altiplanos sión de la pulmonar e infiltración edematosa, sobre
del Himalaya. De ellos, más de 10 millones viven todo en las regiones apicales; el electrocardiograma
en altitudes superiores a 3.600 m, y hay morado- evidencia sobrecarga aguda del ventrículo derecho.
res en las grandes elevaciones del Perú que dia- Los factores que desencadenan el cuadro son el
riamente van a trabajar en minas situadas a 5.770 ejercicio físico (mayor consumo de oxígeno), la hi-
metros. Su estado físico y mental son normales. poxemia (motiva vasoconstricción a nivel venular
Cuando falla el mecanismo de adaptación o pulmonar, de preferencia en las zonas inferiores, a
compensación denominado «aclimatación»?, se través del hipotálamo), la hiperproducción de hor-
observa el mal de montaña crónico o enfermedad mona antidiurética (por la hipoxia) y la reducción
de Monge; el cuadro se inicia insidiosamente con de la policiternia compensadora con hipervolemia.
cefalea, insomnio, precordialgias, disnea de repo-
so (hipertensión pulmonar), astenia, artralgias, al-
teraciones digestivas, nerviosas y disminución de SEMIOLOGÍA DEL DEPORTE
la capacidad mental; la rubicundez del rostro se
torna cianótica al menor esfuerzo. Estas anomalías La práctica del deporte, en sus justos límites y
desaparecen en cuanto el sujeto desciende al como distracción, es muy loable. El ejercicio físi-
llano, pero si no lo hace, pueden ocurrir acciden- co, además de acrecentar la personalidad de quie-
tes graves, como trombosis y hemorragias cere- nes lo practican, retrasa la aparición de enfe-
brales o fallo cardíaco. rmedades involutivas cardiovasculares, activa la
fibrinólisis (acción antitrombosis), la combustión
de las grasas (evita el sobrepeso) y glucosa (acción
antidiabética). Son numerosos los diabéticos que
"La «aclimatación» a las grandes alturas es posible gracias combaten su handicap con el ejercicio físico.
a la puesta en marcha de una serie de mecanismos que aumen-
tan la capacidad de la sangre para transportar oxígeno y mejo- Los profesionales (fútbol, tenis, golf, boxeo,
ran el intercambio de gases en los pulmones y tejidos: etc.) deben someterse a normas de vida muy se-
1. Aumento de la volemia y número, volumen y cantidad veras si quieren estar en forma (capacidad óp-
de hemoglobina de los hematíes. Esta poliglobulia de altitud tima de actuación Física) y no enfermar. Cabe
(Viault, 1907) aumenta en un 30 % la captación de oxígeno. señalar que la práctica deportiva causa de nume-
2. Hiperventilación pulmonar, gracias a la hiperpnea, po- rosas lesiones.
sición inspiratoria del tórax, dilatación de los alvéolos y atonía
de la musculatura bronquial. La eliminación aumentada de CO, La administración de una sustancia extraña al
altera la relación ácido carbónico-bicarbonato disueltos en la organismo para estimular el vigor y retrasar la
sangre, de lo que resulta la llamada «alcalosis de las alturas». sensación de fatiga (dopaje) es una práctica ilegal
3. Corazón voluminoso con bombeo lento y respuesta muy utilizada entre los que participan en prue-
paradójica al esfuerzo (bradicardia en vez de taquicardia). Exis
ten numerosas comunicaciones arteriolovenulares al final de bas deportivas; además de hallarse en franca con-
sus anchas y robustas extremidades lo que les permite andar tradicción con los principios de lealtad y juego
descalzos y con las manos descubiertas a temperaturas tan ba- limpio que constituyen la esencia del verdadero
jas que ningún llanero, por sano que fuera, podría soportar. deporte, es muy nociva y motivo de accidentes
4. Retención hística de sodio y agua por hiperproducción
de hormona antidiurética. Evita la deshidratación consecuente graves y aun mortales (recuérdese el que sufrió el
a la sequedad del aire (15 % de humedad relativa a 5.500 me- ciclista Simpson por las rampas del Mont Ven-
tros de altura). toux en el Tour de Francia de 1968; en su bolsillo
5. Adaptación hística. Mayor actividad oxidativa del se encontró un tubo de anfetaminas a medio
músculo con menor elevación de los ácidos láctico y pirúvico
postesfuerzo. Se admite que la hipoxia hística estimula los cen- consumir). Las causas principales del dopaje pa-
tros vegetativos y éstos, a su vez, la corteza y medula suprarre- recen ser lá pereza en someterse a los entrena-
nales, con descarga de adrenalina y corticosteroides. mientos, el ansia de triunfar, el afán de lucro y la
Generalidades 9
desmedida admiración que hoy se tributa a las alta que en el ligero, superando claramente las le-
hazañas deportivas. siones articulares (44,46 %) a las ligamentoso-
musculares (7,75 %). Las estadísticas más fre-
cuentes sobre localización de las lesiones reve-
Lesiones más frecuentes lan: hombro (20,94 %), rodilla (17,84 %), codo
en los distintos deportes (13,18 %), tórax (11,63 %), tibia (5,81 %), rufñie-
ca (4,26 %), abdomen (3,86 %), dedos del pie
Cabe señalar que la mayoría de investigado- (3,86 %), dedos de la mano (3,49 %), pie (1,16 %)
res están de acuerdo en que existe un tipo de in- y pelvis (0,39 %).
dividuo que, por torpeza o descuido, es excep-
cionalmente propenso a los accidentes: 1. Halterofilia. Artrosis de la columna verte-
bral y fibrositis lumbar. A veces, fracturas por
Alpinismo. Heridas y abrasiones en las arrancamiento de las apófisis espinosas de las
manos por las cuerdas. Tendosinovitis aquílea vértebras cervicales inferiores y torácicas supe-
(1,41 %). Congelación de las partes distales. riores.
2. Lucha. Alteración morfológica de la arti-
Atletismo ligero. Son lesiones producidas culación acromioclavicular, que produce una de-
por microtraumas y por exceso de entrenamien- formación gibosa típica de los hombros; no es
to, cuando no se toman las medidas oportunas dolorosa ni limita los movimientos. No son raros
para evitar la sobrecarga: el llamado «hombro del luchador» (con alteración
posicional de la escápula y dificultad para levan-
1. Carreras de fondo. Es específico el llamado tar y girar el brazo) y la apofisitis espinosa cervi-
«pie de marcha» con fuertes dolores y edema del cal a veces con dolores y rigidez.
dorso del pie. Son frecuentes el hallux valgus,
aplanamiento del pie y tendosinovitis aquílea. Automovilismo y motorismo. Son fre-
2. Carreras de velocidad. Tendosinovitis aquí- cuentes las lesiones del plexo braquial a conse-
lea y de los flexores plantares; tarsalgias y meta- cuencia de distensiones musculares por caída so-
tarsalgias por aplanamiento del arco plantar. bre el hombro e hiperextensión del cuello y
3. Saltos. Torceduras y esguinces del pie y cabeza en sentido contralateral; estas lesiones se
una serie de molestias que se resumen en el sín- producen cuando el piloto, proyectado con vio-
drome «del seno del tarso», secuela, a menudo, lencia hacia delante, tropieza con el cuerpo y el
de torceduras ligeras. Lumbalgias agudas (por un hombro en el volante. Las lesiones de los con-
esfuerzo violento con contracción muscular), en ductores de coches (el 65 % de las lesiones co-
especial con la técnica Fosbury. rresponden al conductor, el 28 % al pasajero de
4. Lanzamiento de disco, peso, martillo. Artrosis delante y un 8 % a los de los asientos posterio-
escapulohumerales, periartritis del hombro y do- res) suelen asentar en la rodilla al chocar contra
lores epitrocleares. En los lanzadores de peso, el panel del coche y por transmisión de fuerzas a
son típicas las fracturas por arrancamiento de la la cadera (fractura, dislocación o ambas), tórax
apófisis espinosa de las últimas cervicales y pri- (choque contra el volante) y cabeza.
meras dorsales, así como de las tuberosidades El cinturón de seguridad ejerce su acción de
Fotocopiar sin autorización es un delito.
Pelota a mano desnuda. Produce una va- Boxeo. Son frecuentes la tendosinovitis tri-
riada patología de la mano multitraumática cipital, la subluxación de las articulaciones con-
(mano de los pelotaris). La pelota, cuyo peso va- drocostales (especialmente a cargo de las costillas
ria entre 90-107 g, es golpeada con la mano V, VI, VI y VII, el síndrome de las apófisis espi-
abierta, dedos en extensión o algo flexionados nosas (síndrome de Baastrutp) con dolores a ni-
«en cuenco». El punto de impacto se sitúa en los vel de la columna lumbar, la osteocondrosis dise-
relieves que cubren las articulaciones metacarpo- cante de la articulación del codo, la artrosis
falángicas, en la cara palmar de las falanges de carpometacarpiana del pulgar y la carpocifosis
los tres dedos medios, o en ambos, y, a veces, so- («muñeca de boxeador»). Rara vez se producen
bre las falanges distales en la volea. La pelota lesiones en los miembros inferiores. Una secuela
puede cogerse de rebote o al vuelo, muy cerca típica del boxeo es la encefalopatía, con deterioro
del frontón o hasta a 30 metros de éste. La afec- intelectual progresivo y apatía.
tación de las partes blandas motiva:
Ciclismo. El 77,2 % de lesiones se deben a
1. Hinchazón roja de la mano. Con turgencia fracturas, contusiones y heridas por caídas o
del sistema venoso superficial; proporciona una choques. Son frecuentes la condromalacia de la
hipoestesia necesaria para los golpes violentos. rótula, la tendosinovitis tibial y aquílea, roturas
2. Hiperqueratosis. En los puntos de contacto musculares, la contractura dolorosa del trapecio
de la pelota; adquiere una dureza leñosa. y las molestias vertebrales de tipo lumbálgico o
3. Hematomas de los pliegues de flexión y de las lumbociático. No son raras la cifosis localizada
extremidades digitales. El más frecuente asienta en en la columna torácica inferior (debida a la posi-
el pliegue de flexión del pulgar. ción encorvada habitual), las lesiones del peri-
4. Grietas. En la cara dorsal de los espacios neo por caída sobre el cuadro de la bicicleta (po-
interdigitales. sibilidad de heridas uretrales) y las lesiones
5. Dedos blancos isquémicos. El índice y el me- cutáneas por fricción contra el sillin (piodermi-
dio son los más afectados. Puede complicarse tis).
con trastornos tróficos.
6. «Clavo» (itzia, en vasco). Aparece a nivel de Deportes acuáticos. Las lesiones abarcan
las articulaciones metacarpofalángicas de los tres varias posibilidades, desde una simple aspiración
dedos medios. Se comporta como un neuroma. de líquido hasta la muerte por gran traumatismo:
7. Manifestaciones osteoarticulares. Se presen-
tan con los siguientes signos: 1. Natación. Manifestaciones de desgaste en
las articulaciones de la raíz de los miembros (en
a) Desviación axial de las falanges. Una de las los que practican el estilo braza, con fuerte ab-
formas es la inclinación de la falangeta del meñi- ducción de las extremidades) y una actitud vicio-
que hacia el eje de la mano y la centrífuga de la sa en posición erecta por hipotonía y relajación
falangeta del anular. muscular; la cifosis dorsal se prolonga, transfor-
Generalidades 11
mándose en una cifosis total que interesa tanto la Esgrima. Produce lesiones en el codo por
columna torácica como la lumbar, que se apoya epicondilitis y la fatiga de los músculos rectos
mal, por así decirlo, en el macizo sacro. Posibles del abdomen (pubialgia). También produce al-
calambres musculares (permanencia prolongada teraciones de la columna vertebral (escoliosis
en agua fría), muerte súbita (inhibición cardio- dorsolumbar), por la hipertrofia de los múscu-
rrespiratoria al zambullirse) y accidentes por pe- los de los canales vertebrales, y talalgias (el ta-
ces o animales marinos. lón del pie anterior golpea con fuerza y reitera-
2. Waterpolo. Artrosis de los dedos y lesio- damente el suelo durante el combate). Son
nes de la muñeca, codo y hombro (12 %) y con infrecuentes, aunque no excepcionales, los acci-
relativa frecuencia procesos musculares y tendi- dentes graves, incluso con resultado de muerte;
NOSOS. recordemos el fallecimiento del ruso Vladimir
3. Salto. Contusiones abdominales, rotura Smirnov (campeón olímpico y mundial) al pe-
del tímpano y fracturas de la columna cervical netrarle un fragmento distal de florete de su
(casi siempre a nivel de la C5). oponente, por la órbita, y lesionarle seriamente
4. Piragíiismo y remo. Calambres musculares la masa cerebral.
de las manos y piernas. Es frecuente el llamado
«lumbago de los remeros». Esquí. Son frecuentes las luxaciones y frac-
5. Motonáutica. La especial posición del ti- turas. En el 60-70 % se afectan las extremidades
món en las lanchas con el motor fuera borda es inferiores. La articulación tibioperoneotarsiana
causa, con cierta frecuencia, de lesiones artrósi- (27-28 %) es la más afectada.
cas de la rodilla, debido a que ésta se halla ex-
puesta a todos los contragolpes producidos por Fútbol. La mayoría de las lesiones (se exclu-
las oscilaciones de la lancha. No son raros tam- ye el guardameta) recaen en las articulaciones de
poco en este deporte los dolores lumbares de la rodilla y tobillo. Ambas suman el 55 % del to-
gran intensidad. tal.
En las lanchas motoras, sus sacudidas violen- En la primera, son frecuentes las lesiones liga-
tas interesan a toda la columna vertebral, con la mentosas, meniscales y rotuliana, con rápida re-
consiguiente fatiga de los músculos que se inser- acción sinovial. También se observan fracturas
tan en ella. Esto explica la fácil aparición de lum- de la base del quinto metatarsiano y osteoartro-
balgias y discopatías, sobre todo en adultos. Para patía degenerativa de la sínfisis pubiana. En los
practicar este deporte son aconsejables los coji- porteros, el eje se desplaza hacia las manos, mu-
nes especiales para apoyar la rodilla y las fajas ñecas, codos y hombros. En ellas se dan la fractu-
ortopédicas. ra de la clavícula y la tumefacción dolorosa de la
6. Esquí acuático. Son frecuentes las torcedu- inserción tendinosa del tríceps braquial en el olé-
ras y distensiones de tobillo y rodilla, fractura es- cranon.
piral de tibia con luxación de tobillo, ducha vagi-
nal (posible salpingitis) y rectal (ambos evitables Gimnasia. Las manos muestran callosida-
con pantalones protectores de goma), rotura del des e induraciones debidas a las intensas presio-
tímpano y sinusitis. nes y fricciones que tienen que soportar. Son
Las más graves son las lesiones vertebrales raras las discopatías y lesiones artrósicas verte-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
Rugby. Su patología es comparable a la del apoya la culata del arma. Heridas por perdigón,
fútbol. Lesiones en la columna vertebral y tórax, ortigas, zarzas, espinas y posibles mordeduras de
producidas, por lo general, en la melée, tanto perros o animales dañinos.
abierta como cerrada, y en los llamados «paque-
tes de delanteros», debido a la aglomeración de Paracaidismo. Dolores vertebrales sin frac-
elementos de los equipos contendientes. tura visible o secuentes a fracturas en la región
dorsolumbar (76,3 %) o en la región cervical
Tenis. Las lesiones típicas son la tendosino- baja.
vitis de la porción larga del bíceps, carpometacar-
popatía, «síndrome del latigazo» (por trombosis El deporte femenino plantea una serie de proble-
de las venas profundas con espasmo de las arterias mas por motivos obvios. Mientras el embarazo
de la pierna), «brazo de tenis» (molestias a nivel del aconseja reposo, la menstruación normal no mo-
supinador largo y extensores radiales del carpo), difica el rendimiento deportivo, tanto más cuan-
«talón de tenis» (más frecuente en pista dura y za- to que los tapones intravaginales aumentan la
patillas ligeras), la lesión afecta la inserción poste- sensación de seguridad. La maternidad no es obs-
rior de la aponeurosis y de los músculos en la tu- táculo para la deportista. En los combates (catch)
berosidad del calcáneo. femeninos (de origen remoto; recuérdense las
El codo de tenis (4,48 %) es típico de los que amazonas que habitaban las orillas del Termo-
practican este deporte y el de la esgrima; se trata don, en Capadocia, y las historias bíblicas de
de una epicondilitis humeral. Se supone que la le- mujeres que han luchado y perecido para salvar
sión de los tejidos articulares y periarticulares se su dignidad y el honor nacional), los accidentes
produce por las violentas contracciones muscula- no presentan ninguna particularidad, tanto más
res durante los frecuentes movimientos de hipe- cuanto las lesiones mamarias son evitadas de co-
rextensión del codo, a través de un mecanismo de mún acuerdo.
repetidos microtraumas, agravado por una técnica En el deporte femenino cuenta el problema
defectuosa. de la intersexualidad. Se trata de determinadas
El dolor localizado en el epicóndilo o en la in- formas muy adecuadas para el deporte de resis-
terlínea radiohumeral es, en sí, poco acentuado, tencia, por ejemplo, el seudohermafroditismo
pero se exacerba con determinados movimientos masculino y la feminización testicular. Desde
y remite al inmovilizar el brazo. Al progresar la los Juegos Olímpicos de 1968, en México, son
enfermedad, el dolor irradia hacia arriba, a lo largo obligatorios los controles del sexo. No se tiene
del borde exterior del húmero, y sobre todo hacia en cuenta que hay «mujeres» que según el sexo
abajo, a lo largo de la fascia lateral del antebrazo, nuclear son hembras, pero producen hormonas
acompañándose de una sensación de pesadez en sexuales masculinas en mayor cantidad y tie-
la articulación, hasta producirse una impotencia nen características corporales masculinas,
funcional casi total. como, por ejemplo, el síndrome adrenogenital.
Como signos objetivos cabe apuntar la tume- A mayor virilización, mayor resistencia física.
facción moderada en la región del epicóndilo, Se puede hablar de una especie de dopaje endó-
fuertes dolores a la presión sobre éste, dolor a la geno.
extensión activa de la mano y a la supinación acti-
va del antebrazo con la articulación del codo en
extensión. HÁBITOS ALIMENTARIOS
Otras afecciones son las roturas subcutáneas
del tendón de Aquiles y del tríceps sural, desga- En lo que se refiere a los hábitos alimentarios,
rros musculares, desprendimientos y la fractura de se sabe que el estudio de la dieta elegida espon-
la costilla XII derecha por contracción muscular táneamente por una persona puede decirnos mu-
repentina y violenta. No son raras las lesiones de cho sobre ésta, por cuanto, en la mayoría de los
la rodilla y tobillo, afectándose igualmente múscu- casos, no es la consecuencia de un proceso edu-
los y tendones. cativo, sino, por el contrario, el resultado de fac-
tores fisiológicos involuntarios que dirigen nues-
Caza. Hematomas en la base del dedo me- tros gustos por encima de hábitos y
dio (si se aprieta muchas veces el gatillo), ante- convenciones. Los hábitos alimentarios son, en
brazo (si se lleva el arma sin portafusil), deltoi- buena parte, una respuesta a las exigencias fisio-
des, pectoral mayor e incluso mejilla en que se lógicas del organismo. Las preferencias por unos
Generalidades 13
u otros alimentos constituyen, en cierta medida, miento de que algunos caracteres de determina-
una expresión de la existencia de ciertas desvia- dos pueblos, atribuidos históricamente a factores
ciones de la composición bioquímica de nuestros raciales, solamente son consecuencia directa de
humores y tejidos. Las predilecciones alimenti- una mala alimentación. No olvidemos que sólo
cias muy marcadas proporcionan al médico ave- una cuarta parte de la humanidad disfruta de una
zado datos diagnósticos valiosos. alimentación suficiente. ¡Centenares de millones
Sabores y olores son desagradables o no, se- de personas luchan simplemente para no morirse de
gún los gustos de cada raza; así, en Indochina, hambre!
gustan del pescado salado y putrefacto; un nige- Sin llegar a estos casos extremos, señalaremos
riano, del casabe semilíquido y negruzco por el el papel de la desnutrición (casi siempre asociada
Spergillus niger, y nosotros de un rochefort, un a las malas condiciones de la vivienda [hacina-
gorgozola o un camembert. miento], enolismo y a la convivencia con anima-
Los alimentos pueden ser nocivos bajo las si- les vectores de enfermedades) en las avitamino-
guientes circunstancias: sis, difusión de la tuberculosis (en distintas
formas), litiasis renal, hipotensión arterial, tifus
1. Ingesta de alimentos excesivamente calientes o exantemático, esteatosis hepática y cirrosis, so-
fríos. Las repetidas agresiones en la boca y esófa- bre todo si existe enolismo.
go por el paso de los alimentos o bebidas (café, Si la hipoalimentación ocurre desde la infan-
té) muy calientes explican la elevada morbilidad cia, limita, hasta cierto punto, el desarrollo cor-
por cáncer bucofaringeo y del esófago en los chi- poral. Chadwick (siglo X1X) señala que la pobreza
nos de antaño (las esposas comían a continua- y la enfermedad forman un círculo vicioso: la
ción los manjares más fríos) y vaqueros de ciertas gente enferma porque es pobre, se empobrece
regiones de Argentina. Los helados y bebidas todavía más con la enfermedad y este aumento
muy frías castigan el estómago e intestino, desa- de la miseria se traduce en una agravación de las
consejándose su uso en los gastrópatas y por su enfermedades.
acción peristaltógena en los enfermos enterocolí- Cabe hablar de una «patología de la pobreza»
ticos. bien distinta de la de los sujetos que viven en la
2. Preparación o conservación en recipientes ina- abundancia.
decuados. La intoxicación accidental por plomo 5. Excesiva abundancia (hiperalimentación
ha sido señalada tras el consumo de vino casero global). Las colaciones escasas pero copiosas so-
conservado en tinajas vidriadas. Los vinos acidifi- brecargan los aparatos digestivo y circulatorio,
cados, a consecuencia de su mala conservación liberando una cantidad excesiva de insulina con
en estas vasijas, difíciles de cerrar herméticamen- hipoglucemia secundaria e introducción reactiva
te, disuelven los compuestos de plomo que se de catecolaminas en la circulación. El número
utilizan al pintar su interior. Este mecanismo de comidas debe ser, aproximadamente, de 6 al
(descubierto por Baker, 1767, y conocido como día, subdivididas en 3 comidas principales y 3
«cólico epidémico» de Devonshire) ha motivado tentempiés, eventualmente también nocturnos,
numerosas intoxicaciones. Se han señalado gas- especialmente en la angina de pecho, que en
troenteritis agudas con el agua de Seltz y por parte sería debida a descensos nocturnos de la
productos conservados en botes o envueltos en glucemia. La cena copiosa es reprobable: «Come
Fotocopiar sin autorización es un delito.
hipotensión, hemorragias difusas, ictericia y a del calcio), antiniacina (destruye la niacina [pela-
veces nefritis. gra]), dicumarol (antivitamina K), ascorbioxidasa
O MASSON,
4. Insuficiente cantidad (hipoalimentación glo- (col, pepino, calabacín, calabaza), etc.; puede
bal). Los antropólogos han llegado al convenci- producir meteorismo y diarreas.
14 Semiología médica y técnica exploratoria
6. Transmisores de agentes morbosos. Ya sea las mujeres con cánceres viscerales y portadores
porque estén contaminados por gérmenes (estafi- de la enfermedad de Hodgkin.
lococo dorado, salmonelas; parásitos (triquino- El abuso de las drogas es una verdadera plaga
sis), contengan sustancias tóxicas animales (pes- social. Se le ha llamado el «cáncer de la juven-
cados, mariscos), o vegetales (setas, almortas tud» por ser la gran mayoría de los adictos me-
[latirismo], habas [favismo]), o exceso de condi- nores de 25 años. El aumento del consumo de
mentos (mostaza) o productos químicos acciden- drogas es multifactorial, destacando una auténti-
tales (pescado recogido en aguas contaminadas ca crisis de valores de todo tipo. Existen cerca de
por residuos industriales, como mercurio, ácidos un centenar de productos naturales, sintéticos o
resinosos) o incorporados con intención (food ad- semisintéticos catalogados como drogas estupe-
ditives) ya sea para mejorar su gusto (edulcoran- facientes, o ambos, sometidos a control interna-
tes, aromatizantes), aspecto (colorantes), modifi- cional. Unas se consumen puras (opio, morfina,
car su consistencia (hidratantes, emulsionantes), heroína, cocaína, hachís, LSD), otras en prepara-
evitar alteraciones perjudiciales (antioxidantes, dos farmacéuticos (anfetaminas, barbitúricos), y
antibióticos). otras son sintéticas. Unas causan dependencia fí-
7. Mala tolerancia. Ya sea por alergia o ma- sica, otras psíquica y algunas ambas dependen-
labsorción por carencias o anomalías enzimáti- cias a la vez.
cas de la célula intestinal. Citaremos las estoma-
titis, gastritis, enteritis tras la ingesta de nueces,
higos, fresas, carne de cerdo. Las grasas se tole- ANTECEDENTES FAMILIARES
ran mal en los procesos hepatobiliares, pancreá-
ticos y en la esprue, enfermedad de Whipple y Todos aceptamos que el proceso que da lugar
amiloidosis. Cuando existe un déficit de lactasa a que los seres humanos coincidan en ciertos de-
(esta enzima se halla en la superficie del ribete talles morfológicos o funcionales con sus antepa-
en cepillo de las células epiteliales que recubren sados se denomina o es la herencia biológica.
las vellosidades intestinales) la lactosa de la le- Las dificultades de análisis en este tema son
che queda en el intestino, produciendo una dia- muchas, por razón de que la disposición heredi-
rrea acuosa de tipo osmótica con pH en las he- taria de las células reproductoras con su capital
ces bajo. potencial (genotipo, de Johannssen) está bajo la in-
8. En los enfermos tratados con inhibidores de la fluencia constante de la circunstancia y el medio
monoaminooxidasa (IMAO) o en el síndrome carcinoi- ambiente (perístasis, de Fischer).
de (productor de serotonina). La ingesta de ali- El estudio de la genética clínica encuentra su
mentos ricos en tiramina (originada en la decar- lugar en este capítulo. Ésta, como rama particular
boxilación de la tirosina), entre ellos quesos de la medicina interna, utiliza las técnicas semio-
fermentados, ciertas cervezas y vinos (chianti), lógicas comunes a las demás disciplinas clínicas y
motiva crisis hipertensivas. se aprovecha de todos los avances que la tecno-
9. Abuso del tabaco, alcohol y drogas. El uso logía ofrece a la medicina en general,
es bueno, lo que convierte el uso en malo es el Ahora bien, no hay duda de que el enfoque
abuso. genético de una enfermedad o enfermo en con-
Para el primero, y refiriéndonos a los fumado- creto no se centra solamente en el caso aislado,
res «en cadena», citaremos los procesos irritati- sino que amplía su visión hacia toda la circuns-
vos gástricos con las consecuencias que conlle- tancia que rodea al paciente, tanto en el ambien-
van sobre la dinámica digestiva, amén de las te del momento, como en la prolongación fami-
alteraciones de las vías respiratorias altas, enfer- liar que antecede y sigue al caso concreto objeto
medades coronarias y arteriopatías periféricas, del estudio.
que repercuten indirectamente sobre la mentada La humanidad es un pool de genes que debe-
dinámica digestiva. mos estudiar simultáneamente en diversas gene-
El alcohol, sobre todo en ayunas y en sujetos raciones. De ahí que la genética clínica deba
con hipoalimentación global, es causa de gastritis insistir en algunos puntos semiológicos para ob-
(pituitas matutinas), esteatosis hepática, hepatitis tener datos que nos ayuden a identificar el carác-
alcohólica y cirrosis hepática, trastornos nervio- ter hereditario de una determinada enfermedad,
sos y psíquicos que culminan en las crisis de deli- o bien que nos permitan establecer un pronósti-
rium tremens. Refuerza, en gran manera, la acción co, importantísimo en el momento del consejo
de sedantes y barbitúricos, y es mal tolerado por genético.
Generalidades 15
A
Las generaciones pueden numerarse con cifras inscripción de una dolencia en el árbol exige un
romanas y es preciso colocar al varón siempre a estudio clínico, radiológico, humoral, etc., extra-
16 Semiología médica y técnica exploratoria
ordinariamente detenido y minucioso, por cuan- consultan al tener el primer hijo enfermo. Es muy
to un error diagnóstico puede invalidar cualquier difícil entonces valorar la frecuencia o incidencia
estudio genético al incluir enfermedades no cier- de una enfermedad. En segundo lugar, la pene-
tas o fenocopias, que no tienen nada que ver con trancia y expresividad de algunos rasgos, la heren-
el problema genético que se está investigando. cia poligénica, la posible aparición de fenocopias
y, finalmente, la confusión de microsíntomas (for-
mas heterocigóticas) con parasíntomas (enferme-
Historia clínica genética dades semejantes, pero totalmente independien-
tes) nos llevan a la conclusión de que el análisis
Deben constar los siguientes datos, que tienen del árbol genealógico no es nada sencillo,
un interés extraordinario:
El primer paso es reconocer si una enfermedad es
1. Edad de los padres en el momento de nacer el hereditaria o simplemente si se trata de una fenoco-
probando. La edad materna influye en la frecuen- pia ambiental:
cia de determinadas enfermedades (síndrome de
Down). 1. La enfermedad se transmite por herencia auto-
2. Orden de nacimiento de los hijos. Las primí- sómica dominante. Si al estudiar un árbol genealó-
paras dan a luz a hijos con permeabilidad del gico descubrimos que la enfermedad aparece en
conducto arterioso o estenosis pilórica más fre- todas las generaciones sin saltarse ninguna; que
cuentemente que las multíparas. las personas sanas no transmiten el carácter a sus
3. Consanguinidad. Ya que hace posible la descendientes y que el paciente transmite la en-
aparición, con mayor frecuencia, de homocigotos fermedad a la mitad de sus hijos sin que el sexo
de genes recesivos. intervenga (varones o hembras afectos indistinta-
4. Abortos y mortinatalidad. Es sabido que los mente).
abortos dependen de malformaciones congénitas 2. La enfermedad se transmite con carácter auto-
letales y que las malformaciones congénitas sue- sómico recesivo. Si en los padres fenotípicamente
len estar rodeadas de abortos o mortinatalidad. sanos existe consanguinidad y la enfermedad
De ahí la importancia de consignarlo en el árbol. aparece sólo en los hermanos y no en otras gene-
5. Datos negativos (ausencia de enfermedad) raciones, en la proporción de una cuarta parte,
en los distintos familiares. Comprobados minucio- sin distinción de sexo. Los estudios bioquímicos
samente, tienen valor en genética clínica. Debe pueden mostrar en los padres el trastorno quími-
concretarse, por tanto, el diagnóstico, una época co, pero no la enfermedad, como ocurre en nu-
de aparición, datos necrópsicos o clínicos, etc. merosos errores congénitos del metabolismo, de
carácter recesivo.
Una vez dibujado el árbol familiar, comienza 3. La enfermedad se transmite con herencia rece-
la segunda fase del estudio. Su valoración es im- siva ligada al sexo. En estos casos, la enfermedad
portante y persigue varios objetivos, así, recono- aparece con mayor frecuencia en los varones. Las
cer la forma de transmisión de una determinada hijas transmiten la enfermedad, sin sufrirla, a la
enfermedad, predecir el nacimiento de hijos sa- mitad de sus hijos varones, aunque no existan
nos o enfermos con una probabilidad más o me- problemas de consanguinidad. En este tipo desta-
nos aproximada, datos sobre alelismo y liga- ca cómo la enfermedad salta las mujeres para
miento. afectar a los varones, y su reconocimiento es más
Para la valoración de un árbol, no hay duda de sencillo que en los otros tipos de transmisión.
que no es suficiente ser un buen clínico, sino que 4. La enfermedad se transmite con herencia do-
deben conocerse a la perfección todas las leyes y minante ligada al sexo. Los criterios para reconocer
posibilidades de transmisión hereditaria. En suma, este tipo de herencia son muy patentes.
es preciso ser un buen genetista clínico. La aplica- En efecto, los varones enfermos transmiten la
ción de los conocimientos sobre las formas de enfermedad a todas sus hijas, pero los hijos varo-
transmisión hereditaria culminan y se ponen a nes nunca están enfermos.
prucba al estudiar un árbol genealógico. Aquí em- Por el contrario, si la mujer es la enferma,
piezan a surgir los problemas. En efecto, las fami- transmite la enfermedad indistintamente a varo-
lias humanas (y más si tienen ya con anterioridad nes y hembras, como si fuera una enfermedad
un hijo enfermo) suelen ser cortas, y esto compli- dominante no ligada al sexo. En dichos casos, de-
ca el cálculo de probabilidades. Muchas de ellas ben investigarse los antecedentes familiares en
Generalidades 17
busca de un varón enfermo, y ver cómo se trans- ción indefinida de los dibujos, su inmutabilidad
mitió la enfermedad en su descendencia. durante la vida y la sencillez de su registro.
5. Los rasgos y enfermedades que se transmiten Por tener caracteres propios en algunas cro-
por herencia poligénica. Son los que se presentan mosomopatías, los dermatoglifos pueden contri-
con mayor frecuencia en la práctica clínica. buir a su diagnóstico y permiten seleccionar los
En efecto, la talla, la inteligencia (como rasgos casos en que sea conveniente el estudio del cario-
normales); la hipertensión, obesidad (como enti- tipo.
dades nosológicas), son ejemplos de tal tipo de Una premisa esencial del estudio dermatoglíf-
transmisión. co es considerar que ninguna de las imágenes ha-
En este tipo de herencia, el carácter no depen- lladas debe calificarse de patológica o anormal por
de de un solo gen individual y concreto (como en sí misma, ya que puede tratarse de un dato fami-
los tipos de herencia mendeliana), sino de una liar sin mayor importancia; únicamente cuando
batería o tren de genes. no existe la correlación familiar esperada podrá
aceptarse como anomalía. De ahí la necesidad del
En la herencia mendeliana (dominante o rece- examen dermatoglífico de los consangíneos del
siva), el rasgo aparece o no, según el individuo probando.
haya recibido el gen dominante o la pareja de ge- En el examen dermatoglífico, es básico locali-
nes recesivos. Por esto, la transmisión es de tipo zar los llamados trirradios o deltas, que son el
cualitativo y el rasgo o enfermedad se presenta punto de confluencia de tres grupos de crestas
en unos familiares y en otros no. papilares.
Por el contrario, en la herencia poligénica, el En el pulpejo de los dedos, se dibujan las si-
rasgo aparece en mayor o menor cantidad (más guientes imágenes según el número de trirradios:
talla o más hipertensión) según el número de ge-
nes recibidos. Es, por tanto, más cuantitativo que 1. Arco. No existe trirradio alguno.
cualitativo. En una familia de hipertensos, el gra- 2. Bucle (también llamado presilla, asa, coca o
do de enfermedad oscila según la batería de ge- rizo). Sólo hay un trirradio, y se distingue el bucle
nes heredados y por tanto es variable en cada radial, si la imagen se abre hacia el lado externo de
miembro. Hay familiares muy hipertensos, otros la mano, por estar el trirradio en el lado interno, y
menos y otros normales. Todos son incluidos en el bucle ulnar, si se abre hacia el lado cubital.
una curva de Gauss. 3. Vorticilo (o torbellino). Existen dos trirrá-
La cantidad de genes recibidos está relaciona- dios, y en el centro del pulpejo se dibuja una
da con el índice de parentesco o la correlación imagen de arcos concéntricos. En ocasiones, el
parental. Sabemos que el grado de correla- vorticilo no queda cerrado y en realidad es un
ción parental puede detectarse con las huellas doble bucle.
dactilares que se heredan con carácter poligénico.
A pesar de este esquema simple, la herencia En genética, más que el tipo de imagen, tiene
poligénica no está desprovista de problemas y interés el cómputo del número de crestas (nú-
persisten numerosos puntos sin aclarar. mero dactilar) que separan el trirradio del cen-
tro de la figura, por un valor numérico e inde-
Dermatoglifos (examen lofoscópico). El pendiente de la edad (tamaño); para ello se
Fotocopiar sin autorización es un delito.
término dermatoglifo se debe a Cumming (gly- traza una recta que una estos dos puntos y se
phe: escritura, grabado) y se refiere a las líneas cuentan las crestas cortadas o que contacten con
dermopapilares que se dibujan en los pulpejos de esta línea, sin tener en cuenta la cresta que for-
los dedos, las palmas de las manos y las plantas ma parte del trirradio ni la última si constituye
de los pies; como dato accesorio se incluye el es- el centro del dibujo.
tudio de los pliegues de flexión de estas zonas. Tratándose de un arco, el cómputo será O. En
El interés semiológico de esta exploración se los vorticilos se trazan dos líneas y sólo se valora
fundamenta en el carácter genético de las imáge- la que dé el cómputo más elevado.
nes dermatoglíficas, en cuya determinación feno- Si en una población normal se ordenan de
típica intervienen casi exclusivamente factores mayor a menor los valores medios obtenidos
S.A.
hereditarios. Se ha señalado la ausencia congéni- para cada dedo, queda la secuencia 1, IV, V, III, II,
ta y familiar de huellas digitales. en ambas manos.
O MASSON,
Es conocida su utilidad para la identificación La suma dactilar de los diez dedos, o número
personal (huellas digitales), a causa de la varia- dactilar total, es el dato más valioso en los estu-
18 — Semiología médica y técnica exploratoria
en los controles), dato confirmado por Carvalho estos cromosomas los brazos cortos son extre-
y Sydney (20 % y 7 % en los controles). madamente reducidos y a veces difícilmente
apreciables. En algunos de los cromosomas acro-
También se han citado anomalías de las hue- céntricos los brazos cortos se prolongan median-
llas dictilopalmares, en la esquizofrenia (gran can- te dos pequeñas masas de cromatina que se de-
tidad de arcos tectiformes, con aumento del nú- nominan satélites. Son típicamente acrocéntricos
mero de vorticilos), enfermedad de Wilson (alta los pares 13, 14 y 15, que constituyen los acro-
incidencia de verticilos en los dedos l, IL, IV); co- céntricos grandes, y los pares 21 y 22 que forman
rea de Huntington (claro aumento de vorticilos los acrocéntricos pequeños. El cromosoma Y es
[imagen frecuente en el dedo III de la mano iz- también un cromosoma acrocéntrico de tamaño
quierda], con arcos en los dedos IV y V); cardio- semejante al de los pares 21 y 22, aunque a veces
patías congénitas (los arcos son abundantes en la es ligeramente más largo. No posee satélites, y
comunicación interauricular, y los vorticilios, en en general sus brazos largos se sitúan paralela-
el Fallot y la estenosis y coartación aórticas). mente de una forma característica que permite
distinguirlo de los restantes acrocéntricos peque-
Cariotipo. El conjunto de cromosomas de ños.
una célula en mitosis debidamente clasificados y
ordenados se denominan cariotipo. Éste hace siem- Para la confección del cariotipo, los cromosomas
pre referencia a una célula concreta, mientras que se disponen por parejas en orden decreciente de
el idiotipo o idiograma es la representación esque- tamaño, siendo el más grande el par 1 y el más
mática de la dotación cromosómica de una espe- pequeño el par 22.
cie determinada. Según su tamaño y la situación del centróme-
Durante la metafase, los cromosomas presen- ro, se distinguen 7 grupos cromosómicos, que re-
tan un aspecto en su mayoría característico, con únen los 22 pares de autosomas. Los grupos cro-
dos brazos cortos y dos brazos largos unidos en- mosómicos de los autosomas se reconocen por
tre sí por el centrómero. El brazo corto y el brazo las letras mayúsculas del alfabeto, de la A a la G
largo de un mismo lado constituyen conjunta- inclusive.
mente un cromátide. Cada uno de los cromátides Al mismo tiempo, cada par cromosómico re-
dará lugar, normalmente, a un cromosoma hijo. cibe un número del 1 al 22.
Por consiguiente, la división normal del centró- El par de cromosomas sexuales o heterocro-
mero es siempre longitudinal. mosomas no recibe numeración, sino que se dis-
El centrómero es el punto de unión de los dos tingue con las letras XX en la mujer y XY en el
cromátides del cromosoma en metafase. varón.
Según la posición del centrómero, podemos divi- Asimismo, el número de los cromosomas, de-
dir los cromosomas en distintos tipos morfoló- masiados o insuficientes, determinan las anorma-
gicos: lidades. Cuando existen tres en lugar de dos cro-
mosomas de un mismo grupo, nos hallamos ante
1. Metacéntricos. Son los cromosomas que una trisomía. Cuando, por el contrario, encontra-
presentan el centrómero situado centralmente. mos un solo cromosoma de un mismo grupo, te-
En estos casos, ambos pares de brazos son apro- nemos una monosomía. Teóricamente, deberían
Fotocopiar sín autorización es un delito.
ximadamente iguales, aunque a veces se distin- existir 23 trisomías posibles y otras 23 monoso-
gue un par más corto. Son típicamente metacén- mías posibles, también, cada una dando lugar a
tricos los pares 1, 3, 16, 19 y 20. un cuadro clínico característico.
2. Submetacéntricos. Son aquellos cromoso- Sin embargo, en clínica se conoce una sola
mas cuyo centrómero se halla algo desplazado monosomía, la del cromosoma X o síndrome de
hacia un extremo. En estos casos, existe clara- Turner, en el que encontramos un solo cromoso-
mente un par de brazos cortos y un par de bra- ma X y que, corrientemente, se denomina «mo-
zos largos. Son típicamente submetacéntricos los nosomía XO».
pares 2, 4, 5, 9, 11, 12, 17 y 18. Los pares 6, 7, 8, Las posibles monosomías de los autosomas
10 y el cromosoma X poseen su centrómero en son, aparentemente, de gran letalidad. Con toda
S.A.
posición submetacéntrica, aunque a veces pue- verosimilitud podemos creer que se producen,
den parecer casi metacéntricos. pero deparan un aborto precoz.
(O MASSON,
1. Trisomía del cromosoma 21, que provoca el tos dos óvulos por dos espermatozoos distintos
síndrome de Down. dará lugar a dos embriones que, desde el punto
2. Trisomía del cromosoma 18, origen de un de vista de su constitución genética serán tam-
complejo específico de malformaciones. bién distintos, de modo similar a la diferencia
3. Trisomía de un cromosoma de los grupos 13-15 que existe habitualmente entre hermanos y her-
(hay inseguridad sobre el cromosoma exacto), manas nacidos en diversos embarazos. Por tra-
que determina otro grupo específico de malfor- tarse de dos espermatozoos distintos, el sexo de
maciones. los gemelos dicigóticos podrá ser el mismo o di-
ferente.
Una vez más, las trisomías de otros cromoso- En los gemelos monocigóticos, existe una sola
mas mayores que los citados parecen ser letales fecundación de un solo óvulo por un único esper-
al producir un aborto precoz. matozoo, dando lugar a un cigoto que se escinde
Se conocen, además, otras tres formas de tri- en dos en una fase muy precoz de su desarrollo;
somías de los cromosomas sexuales: la forma esta escisión precoz originará dos individuos ge-
XXY, que origina el síndrome de Klinefelter; la melos cuya constitución genética será idéntica ya
forma XXX, causante de pocas anormalidades que proceden del mismo cigoto. Por tal motivo,
específicas, aunque parece ser común en los afec- los gemelos monocigóticos siempre serán del mis-
tados una tendencia al retraso mental y a la es- mo sexo.
quizofrenia, y la forma XYY, que motiva, según Los estudios genéticos en gemelos se basan en
parece, una talla muy superior a la normal y una controlar una serie de gemelos mono y dicigóti-
conducta de gran agresividad. cos, de los cuales al menos uno está afectado por
Las anormalidades de los cromosomas, ade- un rasgo o una enfermedad determinada. Si el
más de numéricas, pueden ser morfológicas. Dos gemelo correspondiente presenta el mismo rasgo
causas principales de anormalidades morfológi- o enfermedad se considera concordante para este
cas parecen ser la transposición y la pérdida de rasgo; si no lo presenta se considera discordante.
un segmento de cromosomas. En algunos casos Suponiendo que las diferencias ambientales son
de síndrome de Down, aunque el número de cro- semejantes tanto para los monocigóticos como
mosomas del paciente sea sólo de 46, el cariotipo para los dicigóticos, una mayor concordancia con
presenta un cromosoma 21 «extra» fusionado respecto a un rasgo en los gemelos monocigóti-
con otro, probablemente del grupo 13-15 o del cos que en los dicigóticos indicará que el rasgo o
21-22; por ello, diremos que tienen síndrome de enfermedad estudiada está, al menos en parte,
Down típico, aunque su número de cromosomas determinado genéticamente. Cuanto mayor sea
sea sólo de 46. el «índice de concordancia» entre los gemelos
A veces, en este tipo de síndrome de Down, monocigóticos tanto mayor será la importancia
se encuentra que un progenitor (normalmente la de los factores genéticos en la determinación de
madre), aunque es normal, tiene sólo 45 cromo- aquel rasgo o enfermedad.
somas, uno de los cuales está constituido por la
fusión de uno de sus cromosomas 21 con otro de Los grupos sanguíneos como trazadores.
los mencionados, creando así la base para la apa- Los grupos sanguíneos son de gran valor para la
rición del futuro síndrome de Down familiar. genética, ya que permiten, de una forma sencilla,
Una forma de pérdida de un segmento cro- comprobar los mecanismos hereditarios mende-
mosómico que parece ser relativamente frecuen- lianos. En general los antígenos hemáticos son
te es la de uno de los brazos cortos del cromoso- codominantes. En los estudios genéticos, los gru-
ma 5, lo que clínicamente se traduce por el pos sanguíneos constituyen los markers o marca-
síndrome llamado del maullido de gato (cri-du- dores genéticos más frecuentemente empleados,
chat, Lejeune), que consiste en retraso mental, por la facilidad con que se determinan los geno-
microcefalia y en la capacidad de proferir un gri- tipos.
to muy semejante al maullido del gato (en la pri
mera infancia).
ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
Los gemelos como indicadores genéticos. O ENFERMEDADES ANTERIORES
Los gemelos dicigóticos se orientan por la fertili-
zación independiente de dos óvulos que han ma- Preguntaremos: ¿Ha tenido alguna enferme-
durado simultáneamente. La fertilización de es- dad semejante a la actual? ¿Cuándo y cómo evo-
Generalidades 21
lucionó? ¿Qué otras dolencias ha sufrido? Antes zó?, veremos si la dolencia se inició lenta y pau-
de anotar un dato proporcionado por el enfermo, latinamente o de una manera brusca. Atendiendo
indagaremos sobre éste hasta formarnos, en lo a la evolución precisaremos si la enfermedad
que cabe, una opinión propia. Y si ello no es po- transcurre por crisis (asma, colecistopatía, angina
sible, dejaremos la pregunta en interrogante. Vale de pecho, etc.), períodos (úlcera gastroduodenal),
como ejemplo, si el enfermo nos dice que tuvo sigue un curso progresivo (procesos malignos),
reumatismo, preguntaremos cuánto duró, si fue regresivo (inflamatorios) o con brotes y remisio-
febril, qué articulaciones se afectaron, si eran nes (esclerosis en placas).
siempre las mismas o se sucedían, cuál fue la me- En la terminación de la enfermedad, caben tres
dicación y su eficacia, etc. El interrogatorio sobre posibilidades:
este punto es muy útil, por cuanto la enfermedad
actual puede ser consecuencia de otra anterior, 1. Restitutio ad integrum o curación completa.
de la medicación empleada e incluso del método 2. Vita deficiens o curación con defecto.
exploratorio. 3. Exitus letalis o muerte del enfermo. En tal
caso, la historia clínica termina con el protocolo
de la inspectio cadaveris.
COMIENZO Y EVOLUCIÓN
DE LA ENFERMEDAD ACTUAL El aumento progresivo de la vida media (pro-
medio de los años de existencia de todos los ha-
Es la parte más importante de la anamnesis. bitantes de una región, desde la cuna a la sepultu-
El interrogatorio debe empezar por la enfer- ra), en especial en los países en pleno desarrollo,
medad actual. El enfermo desea, naturalmente, ha motivado el envejecimiento de la población y
que el médico se entere, ante todo, del mal que la aparición de la multimorbilidad gerontológica
lo lleva a solicitar asistencia, y sólo después de y, a su vez, el notable desarrollo de la geronto-
eso accederá a suministrar datos alejados o de fa- logía.
milia. Además, empezando por estos últimos, Es clásico, y tiene gran valor didáctico, que
nos exponemos a perder mucho tiempo con es- delante de un paciente problema, el médico tien-
casísimo provecho, mientras que ya con una im- da a integrar toda la sintomatología en un diag-
presión o hipótesis diagnóstica dada por la nóstico clínico. Ello, que es viable y casi obligado
anamnesis próxima, el interrogatorio de los ante- en los sujetos jóvenes, no ocurre en los ancianos, en
cedentes personales, de familia y hereditarios se que los síntomas suelen obedecer a diversas afec-
hace mucho más eficaz y se orienta más fácil- ciones simultáneas.
mente en relación con el padecimiento actual.
E INSPECCIÓN
Preguntas base
Es el examen del enfermo por medio de la vis-
¿Qué le pasat ¿Cúando comenzó la enferme- ta. En ella se basaban para el diagnóstico los mé-
dad actuall ¿Cómo comenzól ¿Cómo ha evolucio- dicos antiguos, que tenian tan desarrollada la fa-
nado hasta la fechal Es útil preguntar cuál fue, o cultad de la observación. Se divide en directa o
Fotocopiar sin autorización es un delito.
aparatosos. Se evita este error formulando la si- La inspección comienza tan pronto nos en-
guiente pregunta: «Antes de la fecha que usted frentamos con el enfermo. Lo observamos duran-
O MASSON,
tómica, no se hace sentir. Cabe destacar que la dos en estas posturas, como sucede en los templos hindúes,
larga evolución de este eccema explica la auto- budistas, etc. Ésta es la forma predominante de sentarse entre
pueblos situados en el gran arco que va desde África del Norte
medicación y el uso de innumerables aplicacio-
a través de Oriente Próximo, India, sudeste de Asia e Indone-
nes tópicas que complican, alteran y, en ocasio- sia, con pueblos aislados en el Asia central, Corea, Japón, Mi-
nes, agravan el cuadro clínico. cronesia y Polinesia.
El desgaste de la suela y tacón orientan sobre En el mundo occidental hay una minoría de adultos (con la
suficiente flexibilidad articular y tendinosa) que se sientan de
las anomalías de la marcha debidas a causas
esta forma, bien en el trabajo o en juegos y fiestas campestres;
congénitas o adquiridas. El rozado de la punta pero los vestidos y ciertus convencionalismos sociales restrin-
se observa en las marchas espasmódicas y equi- gen su empleo. La mujer, al sentarse en el suelo, lo hace con las
na, y el del tacón (parte posterior), en el pie piernas plegadas a un lado o extendidas o cruzadas en los tobi-
S.A.
Tipos de actitud
Recto del
La actitud erguida, propia de la especie huma- abdomen
na, es posible gracias a la angulación sacroverte-
bral (promontorio) y la lordosis lumbar. No es
Actitud de pie
mrnn
Entre las actitudes que se han descrito como
las habituales adoptadas por el individuo en pie,
figuran las siguientes:
h
muscular; pero es tan inestable que sólo puede A
ser mantenida breves momentos o utilizando
una pierna en actitud normal y la otra más sepa- Fig. 1-3. Actitudes habituales adoptadas por el indi-
viduo en pie. A) Actitud normal. B) Actitud descanso o
rada, para conservar el equilibrio, como se ve en
cómoda. C) Actitud de firmes.
las esculturas griegas.
Cada individuo tiene, entre ciertos límites,
una actitud peculiar consecuencia de varios fac-
tores, así, talla, hábito corporal, tono vital, hábito ción de las caderas. La lordosis lumbar disminu-
deportivo, etc. Contrasta la manera de mantener- ye, la cifosis dorsal se acentúa, y puede llegarse a
se en pie de los pícnicos y atléticos (y los sujetos la fijación pasiva de la columna por tensión de
de corta talla) con la de los longilíneos y asténi- los ligamentos vertebrales y contacto anterior de
cos, que la hacen incurvándose y adoptando la las vértebras; de ahí el trabajo casi nulo de la
posición de reposo. Como ejemplos de actitudes musculatura vertebral.
viciosas en posición erecta debidas al abuso del 3. Actitud erguida forzada militar de firmes (Lig.
deporte citaremos a los nadadores (cifosis total 1-3 C). Hay una fuerte contracción de los mús-
dorsolumbar por hipotonía y relajación muscu- cuos espinales, de los extensores de la cadera y
lar), ciclistas (cifosis localizada en la columna to- de los flexores plantares. La contractura del cuá-
rácica inferior relacionada con la posición encor- driceps no es necesaria, ya que la línea de grave-
vada durante la carrera y la tracción ejercida por dad pasa por delante de la rodilla y a unos 10 cm
Fotocopiar sin autorización es un delito.
los miembros superiores e inferiores hacia abajo), de los maléolos. Es una actitud que no puede
esgrimidores (esclerosis dorsolumbar por la hi- mantenerse largo tiempo.
pertrofia de determinados músculos), equitación 4. Posición de Meyer. Aprovechando el freno
(incurvación de las extremidades inferiores), etc. articular, la cadera y la rodilla se colocan en ex-
No hay que estar de pie inútilmente. El abuso tensión. La línea de gravedad pasa por detrás de
de esta postura facilita la aparición de varices y la cadera, por delante de la rodilla y a unos 4-10 cm
pies planos, y repercute sobre la columna verte- por delante de los maléolos.
bral y diversos Órganos, como el estómago y la
musculatura lumbar.
2. Actitud erguida cómoda (o de descanso [figu- Actitud en decúbito
S.A.
e) Emprostótonos o tétanos en bola. El enfermo tarias, sino perturbaciones de los órganos inerva-
está incurvado hacia delante, en posición de feto, dos por los nervios correspondientes (corazón,
por contractura de los flexores. estómago); se producen, además, deformaciones
d) Onostónos (tétanos recto de Larrey). El en- torácicas y abdominales, causa de trastornos car-
fermo aparece en actitud recta; se puede levantar diopulmonares y digestivos.
de una pieza. Esta rigidez tónica es interrumpida 2. Todos los órganos cuya capacidad de acción
por crisis convulsivas. depende de la actividad fisica, así, respiratorios
(la hipoventilación predispone a infecciones
Algunos enfermos, en vez de guardar siempre broncopulmonares y, junto al fallo cardíaco, a
la misma postura, tienen que cambiarla a cada neumonías hipostáticas); circulatorios (fallo car-
instante. Esta agitación o inquietud física (inquies) díaco, edemas maleolares, trombosis venosas, a
se suele observar casi siempre en las afecciones su vez motivo de embolias, etc.); digestivos, con
febriles de comienzo agudo. digestiones penosas, estreñimiento rectal (dis-
quecia), hemorroides, hernias por atrofia de la
pared, etc.
Reposo prolongado 3. Las partes del cuerpo que descansan sobre el
lecho, debido a atrofia por compresión y úlceras
El individuo enfermo siente casí siempre la de decúbito. La presión ejercida sobre las tubero-
necesidad imperiosa de acostarse. El hombre ha sidades isquiáticas en la posición sentada (algo
conservado este instinto que también poseen los menos en la supina) es de unos 300 mm Hg,
animales. Indudablemente, la posición horizontal mientras que la presión capilar oscila entre 16 y
ejerce un efecto terapéutico por sí misma. 33 mm Hg.
Es de criticar el «reposo por prescripcióf», a 4. El psiquismo. El reposo prolongado en
menudo, durante demasiado tiempo después de cama desencadena, como primera reacción, una
haber vencido una enfermedad aguda. Muchas situación de angustia. Un enfermo encamado es
veces el entrenamiento se ha antepuesto al repo- un hombre derrotado que, en vez de vivir su
so, por ejemplo, en el caso de los cardiópatas O vida, la ve pasar desde su lecho. En general, esta
después de intervenciones quirúrgicas. Al igual angustia de ser colocado «fuera de circulación»
que el día y la noche, la vida y la muerte, el repo- desaparece antes en el hospital que en el hogar,
so y el movimiento se completan entre sí ineludi- donde el enfermo pretende en vano seguir ac-
blemente. El repuso en cama constituye sólo una tuando o vigilando su profesión.
parte de este par de antagonistas y no es posible
prolongarlo impunemente más de lo necesario. La actitud que los sujetos sanos adoptan du-
Tan pronto como una enfermedad se convierte rante la noche (dormir de espaldas, boca abajo,
en crónica, el reposo prolongado en cama pasa a con las piernas encogidas, abrazado a la almoha-
ser un factor patógeno y comienzan a presentat- da, de costado sobre un hombro) es indiferente.
se efectos perjudiciales, al igual que sucede en Guarda cierta relación con hábitos adquiridos
toda clase de sobrecargas debidas a la rotura de desde la infancia y son valorados como índice de
una polaridad. El reposo en cama constituye para su carácter y personalidad. l.os enfermos adop-
los ancianos el principio del fin. tan una postura fija con el fin de hacer su mal
Fotocopíar sin autorización es un delito.
equino debido a las ropas de cama». La deforma- presionar el diafragma, cuya cúpula es desplaza-
ción de la columna vertebral (se adapta a la da hacia arriba al ser comprimido el contenido
O MASSON,
cama, curvándose hacia fuera donde tendría que del abdomen; disminuir la inspiración profunda,
ser cóncava) no sólo motiva neuralgias segmen- por la resistencia que ofrece el diafragma sosteni-
28 Semiología médica y técnica exploratoria
FACIES
En la cara, cuya extremidad frontal tiene la Fig. 1-6. Tipo asténico; leptosómico.
significación más noble, se reflejan las reaccio-
nes provocadas por el mundo exterior (interés,
miedo, repugnancia, etc.), así como las excita-
ciones que tienen su origen en el propio indivi- color fresco de la piel y sienes notablemente des-
duo, ya sean estados de ánimo (alegría, tristeza, pejadas (fig. 1-5).
preocupación, angustia, etc.) o en trastornos Los leptosómicos tienen el contorno frontal
funcionales de las vísceras provocados por da- de la cara ovoideo, con el eje corto (fig. 1-6).
ños de cualquier índole. En todos los casos, y En los atléticos, el contorno de la cara es ovoi-
por vía nerviosa, se produce, a la par, la contrac- deo, alargado, sin perfil característico (fig. 1-7).
tura de determinados músculos faciales y fenó- Los gestos de la cara (apretar los labios, frun-
menos en la irrigación de la piel (palidez, rubor, cir el ceño, adelantar la barbilla; sonrisa ancha
sudación), que dan a la cara un aspecto que per- con elevación de las cejas, etc.) son como un se-
mite al observador experto apreciar la causa que máforo revelador de un gran número de emocio-
lo motiva. nes e incluso de estados ho expresados por el
En los sujetos sanos, el aspecto de la cara va- lenguaje. Los gestos de la cara adquieren mayor
ría según múltiples factores. Citaremos la edad, significado si se acompañan de otros de la cabe-
la raza y el estado de ánimo. za, cuello y cuerpo.
En los sujetos píenicos, la cara tiene el contor- Las enfermedades graves se reflejan en la ex-
no pentagonal o en forma de escudo ancho, con presión entera de la cara y sobre todo en la de los
Generalidades 29
HÁBITO CORPORAL
Desígnase como hábito corporal (o biotipo
morfológico) el aspecto particular del cuerpo de-
pendiente de la especial combinación morfológica
de sus segmentos. Siendo parte de la constitución
Fig. 1-7. Tipo atlético.
total, su estudio tiene notorio interés práctico. Los
médicos antiguos, a partir de Hipócrates, señala-
ban una correlación entre la figura corporal y la
A XX
aparición y curso evolutivo de las enfermedades.
Karr Precisando más, se debe a Rostán la noción de que
los cuatro tipos morfológicos (muscular, respirato-
a | | or, rio, digestivo, cerebral) corresponden al predomi-
A nio de uno u otro de los aparatos orgánicos sobre
los restantes y que tal primacía no sólo predispone
al individuo al padecimiento de ciertas enferme-
dades, sino que también imprime modalidades a
su curso que habrán de tenerse en cuenta en el tra-
tamiento y en el juicio pronóstico.
La tendencia universal en medicina de buscar
una relación entre la morfología y el funcionalis-
mo, la comodidad que supone el adquirir un co-
nocimiento mediante la simple inspección y la
exactitud numérica de las medidas empleadas, en
Fig. 1-8. Arrugas mórbidas de Jadelot.
Son de valorar las modificaciones de las facies se designa fisiognomía. Existen personas llamadas fisonomistas,
consecutivas a la toma de determinados fármacos
O MASSON,
contraste con la vaguedad de los datos que pro- diátesis o predisposiciones, como las diátesis
porciona el examen del funcionalismo interno, alérgicas, la braditrófica, la neurodistónica vege-
explican la predilección de los autores en el em- tativa (vago) y simpaticotónica.
pleo del estudio del hábito corporal para conocer
la constitución de un individuo determinado. El conjunto del hábito corporal (o constitu-
En todo individuo (fenotipo) hay una serie de ción morfológica), el temperamento (o consti-
caracteres constitucionales transmitidos por he- tución psíquica) y la capacidad reactiva (o cons-
rencia (genotipo) más o menos modificados por la titución reactiva) integran la constitución total, la
acción del mundo externo o perístasis (fenotipo = cual puede definirse como «la resultante de la in-
genotipo + perístasis). Las disposiciones heredita- tegración de factores morfológicos, psíquicos y
rias (más influyentes que los factores ambientales) funcionales, producto de la reacción entre las in-
son eternas y el individuo las transmite a su des- fluencias peristáticas y la base hereditaria de de-
cendencia en virtud de la famosa ley de la «conti- terminado individuo»”,
nuidad del plasma germinal»; las adquiridas por Numerosas escuelas han pretendido clasificar
acción del medio (perístasis) no se transmiten, a el fenotipo. Sin dejar de reconocer la utilidad de
menos que éstas seas intensas (radiaciones ¡oni- muchas ellas, sólo nos detendremos con cierta ex-
zantes) y que a la par de las células somáticas se tensión en las de Kretschmer, Sheldon y Stevens.
afecten las germinativas (entre 30.150 nacidos en Cabe señalar que los antecedentes de todas estas
Hiroshima inmediatamente después de la II Gue- escuelas se remontan a Hipócrates, quien, más de
rra Mundial, no menos de 4.282 eran anormales). cuatro siglos antes de J.C., ya definió magistral-
mente los dos fenotipos extremos, a los que deno-
minó «tísico» y «apoplético». Corresponden al pre-
Aspectos semiológicos del fenotipo dominio de los diámetros vertical o sagital en la
morfología corporal y están en correlación positi-
Procede diferenciar en el fenotipo o manifes- va con los denominados temperamentos esquizo-
tación externa de la constitución total, tres secto- tímico y ciclotimico de la tipología kretschmeria-
res O aspectos: na, como se comenta a continuación.
Displásicos Mi Pícnicos
lo sean. Es superponible al clásico hábito tísico de MIN Atléticos
Stiller. Su arquetipo es la figura de Don Quijote.
32 Semiología médica y técnica exploratoria
dulo o en gota, y signos frecuentes de hipoplasia reves del esquizotímico, Propenden, como los
e hipofunción genital. En las mujeres, es frecuen- píenicos, a la psicosis maniacodepresiva y a la
te que resulten también pequeñas las medidas epilepsia.
longitudinales (tipo asténico hipoplásico).
Kretschmer concede gran importancia, como Subtipo asténico-atlético. Con caracteres
signo de estigma biológico, al envejecimiento imbricados de los.tipos anteriores; en general, los
prematuro de este biotipo. Señala además que su individuos pertenecientes a este subtipo produ-
característica dinámica es el tilo acelerado de cen la impresión de asténicos artificialmente de-
sus funciones, pero con valores bajos de tuno e sarrollados por el ejercicio muscular activo,
intensidad y poca resistencia a la fatiga (fig. 1-6).
La constitución astévica tiene por esquenna en Tipo displásico. 5e señala en los sujetos
docrino la debilidad hipolisaria y suprarrenal y la cuyas anomalías morfológicas son tan patentes
energía tirvidea. Según el predominio respectivo, que no permiten encasillados en ninguno de los
tenemos los asténicos con tendencia depresiva y grupos anteriores. Según Kretschmer, presenta
los irritables. En ellos, son frecuentes la tuberculo- tres variedades:
sis en sus diversas formas y localizaciones, la úl-
cera gástrica, las prosis viscerales y hernias, y la Gigantes eunocoides,
jaqueca. La hipoplasia o debilidad constitucional Eunocuides y obesos pluriglandulares.
mt
del mesénquima los aleja de las enfermedades Hipoplásicos e infantiles,
que determinan neoformación del tejido conjunt.-
vo; cirrosis hepática, neltosclerosis, esclerosis vas- odas ellas tienen en común la Lalta de cunit
cular, etc. mia, su desproporción y tosquedad (u1 realidad,
El hábito leptosómico se relaciona con el tem etiológicamente, displásico significa mal confor
peramento esquizotímico y aboca con frecuencia mado), es decir, su falta de armonía intrínseca
a la esquizofrenia. Un individuo displásico parece haber sido consti-
tuido aprovechando un molde desfigurado o mal
Tipo atlético. Llama la atención el fuerte configurado. Los displásicos, en todas sus varian-
desarrollo del esqueleto y de la musculatura, y el tes corporales conocidas, se encuentran a menu-
hecho de que las extremidades sean más bien lar- do en la epilepsia (más que los pícnicos y lepto-
gas. Destaca el imponente tórax, ricamente mus- somáticas) y en la esquizofrenia (siguen a lus
culado, que distrae la atención de la parte inferior leptosomáticos y aventajan a los pícnicos), pero
del cuerpo, que se adelgaza considerahlemente, faltan casi por completo (0,4 %) en la psicosis
así como la pelvis estrecha y las piernas delgadas, maniacodepresiva.
conjunto de caracteres que dotan al contorno
frontal del tronco de una forma trapezoide. La
armazón ósea es compacta y sólida, particular- Tipología de Sheldon y Stevens
mente en las regiones escapulohumerales y en
las partes distales de los miembros superiores e Distunguen tres tipos, basados en las medidas
inferiores; los músculos, recubiertos de picl clás- corporales, cada uno con su temperamento pro-
tica y pobre en grasa, se hallan magníficamente plo.
desarrollados y exhiben fuertes relieves plásticos.
Sobre el cuerpo elevado y sólido, descansa una Endomórficos. Dc baja ustatura y obesidad
cabeza firme, alargada, con un rostro igualmente manifiesta, son viscerotónicos. Su característica
alargado en su parte media y mentón y relieves fundamental es que la vida parece que gira en
óseos acentuados. El contorno de la cara es de ellos alrededor del instinto de nutrición, siendo
forma ovoide, alargado, sin perfil característico, y su mayor placer el de la Lora de las comidas.
el cráneo es altu y estrecho (fig. 1-7). Simpáticas para todo el mundo, son de gran su-
Se relaciona con el temperamento viscoso, de ciubilidad, siendo escasa su combarividad y agre-
Kretschmer (o enequético, de Mauz), cuyo rasgo sividad, precisando ayuda de los demás, para re-
más peculiar es la escasa reacción a los cstímu- solver problemas de cierta gravedad. lDesean
los, así corno la adherencia o perseveración en el cubrir sus necesidades con el munimo estucras,
funcionamiento psíquico. Corresponde al movi- paz lo que su ideal consistiría Cn VIVIT SIEMPre €N
miento seguro y vigoroso, pera no diestro ni pró la infancia. La sexualidad ocupa en ellos un lugar
digo, de mayor fuerza y masa que precisión, al secundario.
Generalidades — 33
noxas exógenas, lo que explica los elevados indi- La caquexia (xoxof, malo, ¿E1L, estado) es una
SMASSON,
El peso normal para cada individuo guarda rula- ¿nanos son de ralla normal al crecer. El deseguili
ción con la edad, sexo y talla y desarrallo esque- brio hipofisario gue detiene sti crecimiento pme-
lético. de ocurrir en cualquier momento desde la infan-
El paniculo adiposo representa las 2/4 partes de cla. 5e desanullan normalmente en cuarro a le
la masa total de grasa, la cual se estima midiendo sexual, Retienen algunas características dol
el espesor de la capa adiposa a nivel del biceps les, como escasez o atisencia de pllosidad lucial y
braquial, cresta ilíaca, abdoruen, parte anterior del púbica, extremidades corlas, y nuanoy y pies des:
muslo, lado derecho del tórax (en los varones) par- proporcionadamente pequeños. 3u voz sudle
te posterior del muslo (cn las mujeres) y, final- conservar un tono lulantl, Alta actrvidad riror
mente en la espalda, debajo del omóplata. Las ci- dea, lo que configura su carácter activa. En gene-
fras obtenidas permiten calcular el desarrollo de ral, 5€ sienten constantemente impelidos a pro
musculatura y huesos. Existen compases apropia- bar que son iguales o superiores a personas de
dos. Normalmente, basta medir el espesor del tamaño normal, en lo que se refiere al arto se-
pliegue hacia la mitad del tríceps en la mujer y en xual y en otros aspectos, Han pasado a la historia
la región subescapular, por debajo del ángulo del por sy tamano eXiguo y preclaro ingenio, Sir Jef-
omoóplato, en el varón. Lrey Hudson (56 cm a los 30 años) a quien Carlos 1
ennobleció, y el general Washington Nut, yuu
sólo alcanzó 73 con.
TALLA Y OTROS DATOS Una vez pesado y tallado el individon, es pro
BIOMÉTRICOS vechoso estudiar las proporciones de las grandes
partes del cuerpo (somatometría o alo pormneliía
Atendiendo a su estatura o alrura, clasifica externa), procediendo a compararlas entre si y
mos a los indidivuos en dos grupos: también con las medidas estándar de la publa-
ción de su entoran,
1. De talla normal (altos y bajos).
2. De talla anormal (gigantes y enanos).
Somatometría
Quien ha de ser medido, una vez descalzo, se
coloca con los talones juntos sobre un piso bien ls muy útil para el diagnóstico de las enfer-
plano y con la espalda apoyada contra una regla medades del sistema endocrino. En la práctica,
métrica; contra ésta y sobre la cabeza del sujeto bastan unas pocas medidas, por atra parte fáciles
se apoya una escuadra, evitando el encogimiento de obtener, pues sólo requieren la cinta métrica y
y las posiciones violentas; el oído y las ventanas el compás de espesores (fig. 1-10). Son las si
de la nariz se han de encontrar a la misma altura. guientes:
La talla normal suele variar según las familias,
razas, ambiente social, profesión, etc. 1. Talla a altura, Desde el vértex al suelo o
La talla disminuye, desde que el individuo se le- peana,
vanta de la cama hasta cinco horas después, en l 2 cm 2. Altura en posición sentada (longitud supe-
y debido a los grandes esfuerzos hasta 4 cm, sobre rior).
todo si se trata de sujetos jóvenes y altos. 3. Longitud de las piernas o inferior, Medida
Hablamos de gigantismo, cuando la cstalura como diferencia enrre la altura del cuerpo y la ul
excede considerablemente a la considerada rura en posición sentada,
como máxima en cl ambiente donde vive el su- 4. Braza. Distancia entre los dacrilios (borde
jeto; el verdadero (macrosomía esencial) mues- anterior y más bajo de la yema del dedo medio),
tra entre sus partes corporales la debida propor- extendiendo los brazos en cruz.
ción. Existe hiperproducción de hormona del 9. Distancia vérex-sinfisio (borde superior de
crecimiento (GH) o hipersensibilidad del cartíla- la sínfisis pubiana).
go articular. Tiroides y gónadas subactivas, lo 6. Distancia sinfisto-suelo. Distancia entre la
Pan
talla de Goliat era de «seis codos y una braza» o alto al suelo; se encuentra con facilidad encogien-
sea 297 cm). do algo el muslo.
En el enanismo, la talla es inferior a 130 cm en 8. Anchura de los hombros. Se colocan las pun-
el varón y 120 cms en la mujer. Los verdaderos tas del compás de espesores en el punto más la-
35
—
Le — Envergadura -.. s3£
$57
23 $
Torax (por los 25 $
pezones o por q 3 y
el IV interespacio) E 2 3
Abdomen 2 3
(por el ombligo)
Caderas y
(por los trocántores) Á
Bsi
sida
3E 2igi
Bso
3238
¿33
' y
Fig. 1-10. Principales medidas antropométricas.
g) Queloide. Es una cicatriz exuberante. Cabe señalar que existen individuos (a veces
h) Mancha. Se debe, de ordinario, a un depó- agrupados en familias), que muestran una pali-
sito, anómalo de sustancia colorante, como resul- dez seudoanémica de matiz terroso, sin que el
tado de un proceso patológico. examen de sus Órganos ni de su sangre señale
1) Erupción. Es el resultado de la combinación nada de particular, Esta anomalía no tiene im-
de algunas de estas lesiones elementales, que so- portancia alguna. Presentan las mucosas bien
breviene en un caso dado. irrigadas y son capaces de enrojecimientos súbi-
tos por cualquier causa (dolor, rubor, vergúen-
za, etc.).
Color
— Gases inertes o mezclados con poco oxí- a) Insuficiencia cardíaca congestiva. La plétora
geno. venosa retarda la circulación por los capilares a
— Recintos cerrados en los que se consume su vez dilatados (asistolia congestiva con cianosis
oxígeno. distales frías al tacto).
— Disminución barométrica (altura, cámaras b) Cuando hay un obstáculo en la circula-
de hipopresión, etc.). ción de retomo por oclusión (flebitis) o compresión
de un tronco venoso. Si el obstáculo radica en el
b) Por hipoventilación alveolar: mediastino, la cianosis incluye la cabeza, cuello,
brazos y parte superior del tórax.
— Respiración superficial (postoperatorio, e) Por trastornos vasomotores. Cianosis en la
afecciones dolorosas del tórax o del diafragma, fase asfíctica de la enfermedad de Raynaud.
histeria, encefalitis, neumopatías agudas, granu- d) Por angostamiento de un tronco arterial (trombo-
lia, etc.). angitis). La sangre llega con poca fuerza, por lo cual
— Insuficiencia respiratoria (narcosis, encefa- disminuye el vis a rergo; de ahí la rémora capilar y
litis). la cianosis. En la coartación de la aorta, se observa
— Dificultad del paso del aire por obstruc- la cianosis del hemicuerpo inferior, que puede ir
ción de las vías aéreas altas o extrapulmonares acompañada de la del miembro superior izquierdo
(boca, laringe, tráquea, bronquios [asma, edema cuando se afecta la arteria subclavia de este lado.
de glotis], etc.). La administración de oxígeno no mejora estas
— Disminución importante de la expansión cianosis. La piel es fría (cianosis frías) por cuanto
pulmonar (narcóticos, enfisema, esclerosis, neu- la cantidad de sangre que circula por unidad de
motórax, etc.). tiermpu es menor que la normal.
<) Por alteración de la permeabilidad del endote- 3. Cianosis por alteración de la hemoglobina. Ci-
lio pulmonar o vascular. taremos:
En todos estos tipos de cianosis, la adminis-
tración de oxígeno mejora la cianosis, la tempe- a) Metahemoglobinemia. Cuando la metahe-
ratura de la piel es normal por el hecho de serlo moglobina alcanza la proporción del 20 % de la
la cantidad de sangre que circula por la piel en la hemoglobina total en vez del 12 %. Puede deber-
unidad de tiempo. se a tóxicos exógenos (anilina, nitritos, fenaceti-
d) Presencia de cortocircuito no aireado entre la na, bromuro de metilo, etc.) o endógenos (nitri-
sangre venosa y arterial: tos producidos en el intestino).
Generalidades 39
tados la «cifra de bilirrubina sérica es normal». 6. Cloasma. Suele afectar al rostro, en espe-
cial frente y mejillas; la coloración oscila entre el
O MASSON,
forro de las embarazadas»), obedece a un exceso transparencia. Se puede plegar como el papel de
de la hormona estimulante de los melanocitos fumar y los billetes de banco; estos pliegues vuel-
(MSH) y en las enfermedades abdominales y ute- ven lenta y difícilmente a su posición inicial.
roováricas, a estímulos sobre el sistema croma- En los ancianos, sobre esta piel ajada se obser-
fín. van verrugas seborreicas, queratomas seniles y
7. Acantosis nigricans. Pigmentación verrugo- estados preepiteliales, manchas melánicas y pur-
sa negra o parda en las axilas, cuello y regiones púricas (púrpura senil de Bateman), «seudocica-
submamarias, cubital o genitocrural; el tipo juve- trices estelares espontáneas», etc.
nil suele ir asociado a trastornos endocrinos y La atrofia macular localizada puede ser una se-
malformaciones congénitas; el adulto (> 40 años), cuela de diversas dermatosis, como granulomas
a neoplasias del estómago, hígado, páncreas (sífilis, tuberculosis, carcinoma, lepra), lupus eri-
y pulmón. tematoso, esclerodermia, radiodermitis, xeroder-
8. Síndrome de Peutz-Jeghers. Manchas melá- ma pigmentoso, etc.
nicas en los labios y mucosa bucal con poliposis La fusión de la grasa subcutánea en zonas limi-
intestinal. tadas es posible tras inyecciones de insulina.
9. Melanoma maligno. De aspecto granular
verrugoso en pequeñas áreas negras, junto a
otras tostadas o parduscas, con posibles metásta- Temperatura
sis linfáticas regionales y distantes en el hígado,
cerebro, pulmones, etc. Guarda relación con la cantidad de sangre que
circula en unidad de tiempo. Se mide por medio
de termómetros cutáneos. La determinación se
Consistencia y elasticidad realiza en zonas simétricas que deben ser isotér-
micas.
Es laxa y elástica (piel de goma) en el síndrome
de Ehlers-Danlos!? e hipopituitarismo, y gruesa y
rígida en la acromegalia, mixedema y síndrome de Pilificación
Cushing, en el que se añade a este dato el de la
presencia de estrías cianóticas. La piel tensa, por Con sus anomalías, nos ocupará con detalle
edema, se deprime al ser comprimida con la punta en otro capítulo.
del dedo, dejando una huella persistente (signo de
la fóvea) y la por enfisema subcutáneo, despierta a
la presión la sensación de crepitación nívea?. Humedad
La piel atrófica difusa se observa en los proce-
sos consuntivos, carenciales graves y senilidad; Depende de la perspiratio insensibilis ajena a las
se inicia en las partes descubiertas; pierde su co- glándulas sudoríparas y casi sin pérdida de elec-
lor rosado y grosor con los vasos visibles por trólitos, y del sudor, producto de la secreción de
las glándulas sudoríparas, que se encuentran en
todas partes, excepto en los labios, lecho de las
El síndrome de Ehlers-Danlos junto con el de Marfan, el
uñas y glande.
seudoxantoma elástico y el cutis laxo, integran el grupo de las Las glándulas sudoríparas se dividen en:
llamadas «elastopatías sistémicas». Se afecta el tejido conjunti-
vo y sus fibras elásticas y colágenas. Se cree que se debe a un 1. Glándulas ecrinas. Predominan en las pal-
déficit enzimático que altera, más que la cantidad, el funciona-
miento de estas fibras. El tejido elástico y colágeno afectado
mas de las manos y plantas de los pies, y en una
con mayor intensidad es el correspondiente a la piel, vasos, li- zona relativamente pequeña de la bóveda axilar;
gamentos, tendones y cápsulas articulares y en mucho menor son tubulares (con un espiral secretorio y un con-
proporción, el de las vísceras. ducto excretor) e independientes del folículo
La presencia de gas en el plano subcutáneo puede ser debi-
do a una causa bacteriana (gangrena gaseosa, por gérmenes ana-
piloso; son activas desde el nacimiento y de iner-
erobios o aerobios en diabéticos) o traumática. Es casi constante vación simpática, aunque de respuesta farmaco-
en las heridas penetrantes del tórax y no raro en las de los miem- lógica colinérgica; su secreción, ligeramente alca-
bros, incluso poco extensas; los músculos, durante sus movi- lina e inodora, tiene un peso específico de 1.004,
mientos, actúan como bomba aspirante-impelente forzando la
entrada de aire a través de la piel. 'ambién cuentan las heridas,
2. Glándulas apocrinas. Relacionadas con el
aun mínimas, en las manos de los obreros que manejan equipos sexo, se abren en un folículo piloso y tienen una
con aire a presión o mezclas polvorientas efervescentes. distribución limitada a las axilas, región pubiana,
Generalidades 41
cen desde hace tiempo y si se acompañan o no de manera casi exclusiva al labio superior, región
de elevación térmica. Citaremos: infraorbitaria y punta de la nariz.
El sudor es inodoro; cuando no és así, habla-
1. Procesos infecciosos e inflamatorios. Tubercu- mos de bromhidrosíis, casi siempre asociada a una
losis (suelen ser nocturnos o con el descenso tér- sudoración excesiva. La forma localizada que
mico matutino en la fase inicial); melitococia suele limitarse a los pies, huecos axilares y región
(con predominio a veces casi exclusivo en el he
micuerpo superior); enfermedad de Bang; reuma- MMarañón describió la «mano hipogenital» caracterizada
tismo poliarticular agudo (suele tener olor ácido); por acrocianosis y humedad permanente. Produce al estrechar-
endocarditis bacteriana (soplos cardíacos + esple- la una sensación de viscosidad poco agradable, comparable a la
S.A.
nomegalia + embolias cutáneas [panadizo de Os- de coger un sapo. En ocasiones, acompleja a su portador, indu-
ciéndole a secársela de continuo evitando el darla a los demás.
ler] y viscerales), toxoplasmosis; leptospirosis;
O MASSON,
a) Topografía. Orienta, muchas veces, sobre d) Víbices. Son hemorragias lineales, ya sean
su causa. La úlcera varicosa asienta en el 75-80 % consecutivas a un traumatismo de esta forma o
de los casos a nivel del maléolo tibial interno; la por generarse en el lugar donde la dermis se fija a
debida a arteriolitis en los grandes hipertensos, la hipodermis, como en los pliegues de flexión.
en el tercio medio de la pierna (cara anteroexter-
na); la de las vasculitis nodulares y tuberculosis, 10. Hematoma. Cuando la hemorragia ocurre
en la cara posterior de la pierna; la de la enferme- en el tejido celular subcutáneo, y es copiosa, lle-
dad de Raynaud, en la punta de los dedos de am- ga a formar un tumor prominente.
bas extremidades; la debida a isquemia (trombo-
angitis, arteriosclerosis), en el borde anterior de
la tibia y ambos maléolos; la sifilítica, en la raíz UÑAS Y PELOS
del miembro, etc.
b) Número. Única o múltiples, como en las Sus anomalías son del mayor interés. Nos
vasculitis nodulares. centraremos en las primeras, ya que la pilifica-
e) Caracteres de los bordes. Cortados a pico, ción será estudiada en otro capítulo.
irregulares, desprendidos, blandos o endurecidos. La uña es una placa rígida ligeramente curva-
d) Profundidad y estado del fondo (necrótico, da, formada por células epidérmicas especial-
limpio, granuloso, hemorrágico). La úlcera pióge- mente cornificadas a partir de una raíz (invagina-
na es superficial; la sifilítica, profunda. La piel cir- ción epidérmica) o matriz que comprende 8-10 mm
cundante aparecerá, según los casos, edematosa, desde el extremo proximal al distal de la cutícula.
pigmentada, cianótica o normal. Si las úlceras Fuertemente adherida a su lecho, con la excep-
asientan en las extremidades, es preciso descartar ción del extremo libre, se fija a un marco epidér-
su origen arterial o venoso. mico lateral parecido a la lente de unas gafas de
estrucura peculiar.
9. Púrpura. Se denomina así la extravasación Toda la uña de un dedo de la mano se re-
de sangre bajo la piel caracterizada por: nueva por completo en el plazo de unos 6 me-
ses; el crecimiento es más lento en invierno que
a) Comienzo brusco, a veces acompañado de en verano, aumentando en un 20 % en los indi-
hemorragias en las mucosas y órganos internos viduos que se las muerden (onicofagia). Las
(púrpura hemorrágica). uñas de los pies crecen a ritmo mucho más len-
b) Variabilidad en el tamaño de las lesiones, to, necesitando un año entero para su total re-
en relación con su causa y localización. novación.
c) Cambios de coloración según la edad de las
lesiones.
d) Persistencia y no desaparición por vitro- Lesiones ungueales
presión.
Puede adoptar diferentes formas: Son poco variadas, ninguna de ellas es carac-
terística de una etiología específica. Consisten en
a) Petequias. Son las lesiones purpúreas más cambios de color, forma, grosor, estriación, etc.
pequeñas, redondeadas y del tamaño de una ca- Cada uña consta de lámina, lúnula, matriz,
Fotocopiar sin autorización es un delito.
denomina erosión. Cuando además comprende el cuerpo capi- 1. Anoniquia. Ausencia de uñas. Se trata de
lar, merecerá el calificativo de excoriación o de uiceración, según un defecto genético que suele ir acompañado
que su mecanismo de producción haya sido externo (traumáti- de otros trastornos ectodérmicos hísticos, como
S.A.
co) o profundo (dermatológico). Cuando la úlcera tenga un cur- ausencia O hipoplasia de glándulas sudoríparas
so evolutivo crónico y sea de larga duración dará lugar a la fílce-
O MASSON,
rá propiamente dicha; cuando la evolución sea más rápida y su y sebáceas, alopecia, defectos dentarios. En to-
gravedad menor, se designará con el término de ulceración (úlce- dos los dedos o en varios de ellos (índice y me-
ra varicosa, ulceración chancroide). dio de ambas manos) faltan por completo; in-
44 Semiología médica y técnica exploratoria
cluso el lecho está ausente y recubierto de piel, en «palillo de tambor» (o hipocráticos) con uñas
con limitación de la movilidad entre falangina y en «cristal de reloj».
falangeta. 2. Cardiopatías y vasculopatías:
2. Síndrome uña-rótula. Se trata de una ónico-
osteoartrodisplasia hereditaria autosómica domi- a) Uñas cianóticas a veces acompañadas de
nante. Se integra de anomalías ungueales (agené- dedos hipocráticos y uñas en cristal de reloj.
sicas; hipoplásicas; con surcos longitudinales, b) Hemorragias puntiformes y lineales finas,
etc.) + ausencia o meros residuos de rótula + dis- «en astilla» subungueales.
plasia de la pelvis. c) Líneas o surcos transversales de Reil-Beau.
3. Onicocauxis. Hipertrofia ungueal. Al engro- Al cabo de un cierto tiempo de un infarto de
samiento de la placa ungular (los grados extremos miocardio, cabe observar su aparición dando a la
le confieren un aspecto de zarpa [onicogrifosis]), uña un aspecto ondulado. Son ocasionadas por
se añaden hiperqueratosis palmoplantar y trastor- la súbita suspensión de la función de la matriz de la
nos vasculares, desórdenes nerviosos o deficien- uña con alteración de su producción normal
cias endocrinas. (queratinización). Afecta a todas o sólo a algunas
uñas. Surgen por debajo del repliegue subungue-
Traumatismos. Pueden motivar: al y avanzan hacia su borde libre.
d) Hiperqueratosis subungueal (espesamiento
1. Onicorrexis. Estrías longitudinales con o córneo debajo de su borde libre). Se observa en
sin fisuras. la tromboangitis obliterante, junto a cambios de
2. Leuconiquia. Punto o estrías blancas, por la color y onicorrexis a veces sólo en los dedos co-
entrada de aire entre las células de la lámina; es rrespondientes a la arteria digital afecta; en el sín-
rara la leuconiquia total. drome de Raynaud, las uñas de las manos apare-
3. Onicoatrofía y hematoma subungueal. Muy cen rajadas transversalmente y tan sutiles que
doloroso, pues la sangre queda acumulada en un son más coloreadas que las normales.
espacio estrecho y rígido entre la uña y su lecho;
color azulnegruzco. 3. Sistema nervioso central (tabes, siringomie-
4. Onicofagía. El hábito de morderse las uñas lia) o periférico (neuritis). Suelen limitarse al terri-
es un microtraumatismo local constante y persis- torio afecto; leuconiquia total, en bandas y punti-
tente que motiva el desgaste de su borde libre y forme; onicorrexis; onicogrifosis; onicólisis.
la presencia de padastros (colgajos de los pliegues 4. Procesos digestivos. En la hepatitis crónica,
supraungueales) causa frecuente, a su vez, de pe- colitis crónicas, esprue, es posible observar dedos
rionixitis aguda. hipocráticos con uñas en cristal de reloj, manchas
5. Onicólisis. En los sujetos con pruritos acrómicas puntiformes y mengua de la lúnula
violentos que inducen a un furioso rascado, so- (buscarla en el pulgar) por disproteinemia. En la
bre todo durante la noche, las uñas están gas- degeneración hepatolenticular de Wilson, apare-
tadas y pulidas en toda su superficie; su borde cen teñidas de azul por depósito de cobre.
libre dibuja, con frecuencia, una curva cónca- 5. Procesos reumáticos. Uñas muy frágiles que
va. La exposición prolongada de las manos a la se doblan y rompen con mucha facilidad en la
acción del frío (meses invernales) compromete poliartritis crónica; con oquedades del mismo ta-
la nutrición de la matriz ungueal, con el resul- maño que las semillas de adormidera (uña puntea-
tado de la aparición ulterior de un surco pro- da, semejante a la picada por gusanos) en la ar-
fundo y transverso a nivel de las uñas. Citare- tropatía psoriásica. El brote de reumatismo po-
mos la fragilidad de las uñas y la separación liarticular agudo puede motivar la presencia de lí-
distal de la lámina y su lecho en las mujeres a neas transversales o surcos de Reil-Beau.
causa de traumatismos físicos asociados a la 6. Dolencias endocrinas y metabólicas. Uñas
frecuente inmersión de las manos en aguas ja- frágiles, secas, a veces con estriaciones transver-
bonosas que empapan e hinchan la sustancia sales o longitudinales en la hipofunción tiroidea,
ungueal. tetania paratiroideopriva y diabetes mellitus; en
la insuficiencia suprarrenal, puede aparecer pig-
Alteraciones sintomáticas: mentación en bandas longitudinales (coincidien-
do con la cutáneomucosa) que desaparecen con
1. Procesos broncopulmonares. En los crónicos el tratamiento. En el escorbuto, son posibles he-
son frecuentes, aunque no exclusivos, los dedos morragias subungueales puntiformes, lineales o
Generalidades 45
cionado con la actividad funcional de la esfera res se separan a la manera de las ramas de un
compás, la cadera posterior junto con el miem-
O MASSON,
mesencefálica.
El paso de la fase cuadrúpeda a la marcha ver- bro rezagado, y la cadera anterior, con el situado
tical está ligado al desarrollo de ciertas partes del delante. Se observa rotación cotiloidea por enci-
46 Semiología médica y técnica exploratoria
:
Los sujetos de corta talla usan al máximo el busca de una mayor base de sustentación o, por
paso pelviano y el giro inverso de la cintura esca- el contrario, los aproxima en demasía; si existe o
yo?
Les
4
te
Sa
4
Se
OS
1 2 4
Fig. 1-13. Paso pelviano. 1, participación subastragalina; 2 y 3, estudio del giro pelviano alrededor de la cabeza
femoral en el curso del paso pelviano; 4, compensación escapular por giro inverso.
Generalidades 47
no la basculación anteroposterior de la pelvis y la cinético); las causas que los modifican (si aumen-
compensación escapular; si los brazos pendulan tan al moverse, si disminuyen con la realización de
normalmente (el derecho avanza cuando lo hace movimientos voluntarios, etc.).
el pie izquierdo, y viceversa), permanecen rígidos En caso de crisis convulsiva, y una vez liquida-
y pegados al cuerpo o, por el contrario, se separan do el episodio agudo, indagaremos sus secuelas;
en busca de puntos de apoyo o se mueven sin fi- equimosis, mordeduras de lengua, hemorragias
nalidad alguna, como en los coreicos. conjuntivales, emisión involuntaria de orina y he-
En el examen de perfil, observaremos el juego ces, anamnesis residual, estado crepuscular, etc.
de los muslos sobre el tronco, de las rodillas y to- En el capítulo de neurología, nos ocuparemos
billos y de los pies, precisando cuál es la parte con detalle en los principales movimientos in-
que primero llega al suelo, el talón o la punta, y voluntarios, como convulsiones, movimientos
los puntos de apoyo. coreicos, balismo y hemibalismo, atetosis, tics,
Se termina el examen, haciéndole andar cierto espasmos musculares, mioclonías, temblor y
número de pasos hacia delante y otros tantos ha- miocimias.
cia atrás, primero con los ojos abiertos y luego En los estados febriles graves, se observa un mo-
cerrados, así como detenerse bruscamente y vol- vimiento oscilatorio de los músculos y tendones,
ver sobre sus pasos a una señal convenida, para en especial en la muñeca, conocido como subsal-
ver si lo hace con seguridad o tambaleándose. to tendinoso (subsalium tendinum), acompañado,
La marcha propia de los distintos padecimien- en fase preagónica, de un movimiento continuo
tos orgánicos o funcionales se describe más ade- de los dedos como de «hilar copos de lana» (Hi-
lante. pócrates) o de recoger o frotar las ropas de la
cama o de asir algo, frecuentemente los órganos
genitales (carfología o crocidismo).
MOVIMIENTOS En el coma urémico en fase terminal, se observa
un signo facial, que consiste en la presencia de
En estado de salud, el cuerpo y las extremida- movimientos espasmódicos moderados de pro-
des se encuentran en reposo, excepto cuando se yección o de succión de los labios; carecen de rit-
realizan movimientos voluntarios. Los movimien- mo; el intervalo entre un movimiento y el si-
tos involuntarios son desviaciones de la normali- guiente oscila entre 2 seg y 9 min.
dad y ocurren cuando la persona se halla cons- Es llamativo del precoma hepático, un temblor a
ciente o inconsciente. El diagnóstico de estos sacudidas basto, irregular y bilateral, pero no bi-
últimos es posible basándose en el interrogatorio lateralmente sincrónico, de flexión-extensión de
(del propio enfermo; de los parientes que convi- la muñeca, con desviación cubital algunas veces
ven con él; de los testigos de las crisis, si las hubo) (aleteo hepático o flapping tremor); la mejor mane-
y en los datos aportados por el examen clínico. El ra de observarlo es haciendo que el enfermo ex-
primero servirá para precisar en qué momento y tienda sus manos y efectúe la flexión dorsal de
en qué condiciones empezaron a manifestarse las muñecas o intentando la dorsiflexión con el
(después de un proceso infeccioso, traumatismo, antebrazo fijado contra el borde de una mesa o
shock emocional, accidente vascular agudo, etc.; en de un almohadón (fig. 1-14); el temblor puede
los motivados por un tumor, el enfermo sólo nos afectar también a la lengua, los párpados y las
Fotocopiar sin autorización es un delito.
refiere que fueron precedidos o acompañados de piernas, pudiendo coincidir, preceder o seguir a
cefalalgias, y los familiares, de posibles trastornos la confusión mental. No es específico del coma
en la conducta) y si existen o no antecedentes fa- hepático, pues también se observa en la uremia,
miliares, como en ciertos temblores, epilepsia ge- insuficiencia respiratoria y cardíaca congestiva,
nuina, corea de Huntington, etc. hipocaliemias y gran desnutrición.
Durante el examen, nos fijaremos en el asiento En la enfermedad de Wilson y en la seudosclerosis
y características de los movimientos. Si afectan a de Westphal-Striimpell, se observan con frecuencia
toda la musculatura, la mitad del cuerpo, un miern- sacudidas y movimientos similares a los que se
bro (porción distal o proximal), un grupo de mús- llevan a cabo en el acto de remar («aletazos»).
culos, o un músculo o algunas fibras de un múscu- En el enolismo crónico, el temblor de las comisu-
S.A.
lo si agitan o no el miembro; si el movimiento es ras bucales (a veces acompañado del del ala pal-
rápido o lento (contaremos la frecuencia por minu- pebral o del músculo orbicular) y lengua, se
(O MASSON,
tos o segundos); si rítmico o arrítmico; las condi- acompaña de temblor de los dedos, con un ritmo
ciones de su aparición (temblor estático, emotivo, de 6-7 oscilaciones por segundo, y a menudo de
48 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 1-16. Palpación bimanual con dos manos activas. A) Modo correcto de colocar los extremos digitales. Los
SA
OMASSON,
pulpejos de los dedos forman una línea recta (levantando un poco ambos Índices), cuyos distintos puntos en un
instante dado reciben simultáneamente las sensaciones de lo que se toca, y por un fenómeno de suma, la percep-
ción se amplifica; lo que no ocurre colocando las manos en contacto con los bordes radicales de los índices (B),
pues la línea dipalpatoria es quebrada.
50 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 1-17. Palpación bimanual con una mano activa y otra pasiva. Para relajar la pared, la mano pasiva se apoya
sobre la superficie abdominal, a poca distancia de la mano activa, y hace presión sobre ella, ya sea con el «talón» de
la mano, maniobra de Obrastzow (A), o con la cara palmar de los dedos, procedimiento de Galambos (B).
Fig. 1-18. Palpación oponente. La mano auxiliar de Fig. 1-19. Palpación con manos sobrepuestas. Útil en
sostén crea un apoyo resistente en la. región. lumbar caso de abundante panículo adiposo o de gran desarro-
para palpar el riñón o el colon ascendente. - llo muscular. La mano pasiva hace fuerza sobre la acti-
va (mano auxiliar de presión).
Tacto
Al palpar, debe colocarse al enfermo en la po-
sición más adecuada para cada órgano, es decir,
Es la palpación digital de una cavidad natural
en aquella en que la relajación de la pared es má-
con uno o más dedos. Puede ser:
xima y el órgano se hace más abordable.
El médico debe evitar que asome a su rostro 1. Simple. Si se limita a una cavidad (faringe,
la impresión que le produce el hallazgo de un vagina, recto).
dato de gran interés o la desorientación de una 2. Doble, Si alcanza dos al mismo tiempo
búsqueda infructuosa; el enfermo, en estos mo- (vagina y recto).
mentos, está espiando su expresión y, además, 3. Combinado. Si estando el dedo o dedos de
la familia dudará de él si lo que dice no se halla una mano en la vagina o recto, los dedos de la
en consonancia con lo que expresó antes su ros- otra mano deprimen el abdomen por encima de
tro. la sínfisis del pubis en busca o no de aquéllos.
Generalidades 51
Fig. 1-20. A) Percusión directa o inmediata del tórax (método de Auenbrugger). Los cuatro dedos de la mano se
disponen reunidos y encorvados de manera que sus yemas queden en un mismo plano vertical y formando con la
palma de la mano un ángulo agudo; se percute sobre el tórax merced a movimientos de charnela de la articulación
de la muñeca. Este proceder es útil para darse cuenta rápida, al comenzar la percusión, de si las bases pulmonares
se encuentran ocupadas. B) Lo mismo vale para la ascitis.
Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 1-23 A y B.
Fig. 1-24 A y B. Percusión puntiforme. El dedo plesímetro puede estar a plano o doblado por la primera y
segunda falanges, apoyando en la zona la punta del dedo.
Generalidades 53
|
6. Onopercusión digital, de Plesch. Es otra técni-
ca consistente en flexionar en ángulo recto la
II falange del dedo percutido sobre la 1, aplicarlo
apoyándolo en la extremidad distal de la ll falan-
p
ge, colocada verticalmente a continuación de la ll,
y percutir sobre la interlínea articular entre la | y Il
falanges (fig. 1-25). Se emplea para demarcar zonas
1-25. Ortopercusión digital, de Plesch. A, B) de reducida y limitada extensión, en las que a ve-
Ápex izquierdo, C, D) Ápez derecho. ces es difícil colocar el dedo plano (regiones supra-
54 — Semiología médica y técnica exploratoria
clavicular y axilar). El extremo del dedo percutor, Los sonidos corresponden a un conjunto de vi-
con la uña cortada al rape, golpea de tal manera braciones formadas por la superposición de un
que la dirección del golpe es perpendicular al dedo tono fundamental y de tonos secundarios, de fre-
plesímetro, cosa que se consigue flexionándolo de cuencia múltiple, llamados «armónicos»!',
modo que su falange terminal se halle en ángulo Los ruidos están formados por muchos soni-
recto con el hueso metacarpiano; este golpe per- dos y resulta una suma de vibraciones de aspecto
pendicular es una de las principales condiciones irregular y aperiódico. Si producen una sensación
para obtener un buen sonido regular, si bien ofrece desagradable se califican de «estridentes».
ciertas dificultades para el principiante. Los movi- Las terminaciones del nervio auditivo son ex-
mientos de la mano que percute deben efectuarse citadas por vibraciones cuya frecuencia se sitúa
a nivel de la articulación metacarpofalángica, per- entre 20-20.000 ciclos/s o hertzios; por debajo de
maneciendo el antebrazo rígido e inmóvil. 20 hertzios hablamos de infrasonidos (y llamamos
7. Percusión a saltos, de Neumann. Es muy ondas infrasonoras a las ondas por ellas produci-
aconsejable este método, que consiste en golpear das), y por encima de 20.000 hertzios, de ultraso-
rápidamente y retirar con presteza el dedo per- nidos y ondas ultrasonoras.
cutor una vez obtenido el sonido. El golpe será
ligero, seco, elástico. Procedemos en la misma
forma que lo hacen los martillos del piano al CARACTERÍSTICAS
separarse de las cuerdas, o como cuando desea- DE LOS SONIDOS
mos obtener un tono claro al percutir en un gong
(fig. 1-26 A-C). Percutiendo las distintas regiones del cuerpo,
se auscultan sonidos de características diferentes:
Debe percutirse siempre sobre el mismo dedo
y a golpes espaciados y no, como se suele hacer, l. Sonido mate. Se obtiene sobre órganos sin
sobre el índice o medio indistintamente y a gol- aire, como las grandes masas musculares de los
pes repetidos. No debemos olvidar que se trata muslos (sonido femoral). El término matidez es
de obtener un sonido y no una sucesión de ellos, absoluto y no necesita adjetivos. Los frecuente-
a veces contradictorios, cuando no se toman las mente empleados, «matidez de madera», «mati-
precauciones debidas, dez pétrea», «matidez hídrica», tienen por objeto
evidente describir tanto la nota oída como la re-
sistencia percibida por el dedo.
CARACTERÍSTICAS El sonido mate es débil (pues las vibraciones
producidas son poco amplias); cuando se percute
Debe ser suave, superficial y siempre de igual in- el tórax de un paciente con un derrame pleural, el
tensidad. Los principiantes suelen hacerla con ex- sonido claro pulmonar lo oyen bien todos los
cesiva energía («sus manos parecen un martillo presentes, mientras que el mate del derrame
neumático») y olvidan que aun la percusión lla- pleural es audible solamente por los que están
mada fuerte debe ser relativamente ligera, es de- cerca del paciente, al ser de tonalidad (frecuencia)
cir, que no se ha de percibir a gran distancia. alta y de duración breve.
Al percutir, ponemos en vibración cuerpos 2. Sonido timpánico. Se obtiene sobre el estó-
elásticos que emiten ondas sonoras, las cuales, mago e intestino. Las vibraciones son sencillas, re-
propagándose a través de un medio elástico (ge- gulares, con ausencia casi completa de sobretonos
neralmente aire), llegan a nuestro oído y produ- o armónicos. Se distinguen un sonido timpánico
cen en él la sensación de sonido. agudo y otro grave, con una serie de sonidos inter-
Las ondas sonoras pueden representarse por medios entre ambos extremos, en relación con la
líneas onduladas y en ellas cada vibración equi- tensión del gas contenido en la cavidad. Si ésta es
vale a una porción de la onda que comprende excesiva, la percusión obtiene un sonido mate.
dos salientes sucesivos. La distancia entre los 3. Sonido claro o resonante pulmonar, Se vbtie-
puntos que limitan dicha porción se denomina ne por la percusión del pulmón y resulta de la vi-
longitud de onda, y la que media entre un saliente bración del aire situado entre las lengúetas tensas
y un entrante, amplitud de onda (fig. 1-27 A). El
tiempo que tarda la onda de propagación en
'S«Armónicos» son sonidos cuya frecuencia es múltiplo de
avanzar una longitud de onda se llama período, y la de otros denominados «fundamentales», y que se producen
el número de vibraciones por segundo, frecuencia. simultáneamente con éstos.
Generalidades 55
MANN
«-—- Longitud de onda —»
=
'
———=
1
!
l
' ;
' i
! E
t '
Amplitud
Sonido grave
noo
«———
boo
Fig. 1-27. A) Longitud y amplitud de las ondas sonoras. B) Sonido fuerte y débil; depende de la intensidad de las
vibraciones producidas. C) Altura o tono; depende de la frecuencia.
del parénquima. Es fuente, resonante, de baja tona- del tórax o de la boca. Este sonido puede obtener-
lidad y rico en armónicos, que determinan su cuali- se también por medio de la percusión del tórax de
dad o timbre. un niño mientras llora.
4. Sonido metálico (resonancia anfórica). Se
asemeja al timpánico, excepto en que la nota es
más resonante y como haciendo eco, y tiene una CUALIDADES DE LOS SONIDOS
calidad claramente metálica. Se oye sobre cavi-
dades de paredes lisas de no menos de 4 cm de Las cualidades sónicas dependen de las vibra-
diámetro y en el neumotórax a gran tensión. Nos ciones, Frecuencia, intensidad y elasticidad de las
haremos una idea aproximada escuchando el so- estructuras (fig. 1-27 B y C):
nido que produce la percusión suave de uno de
nuestros carrillos convenientemente dilatado por 1. Intensidad. Guarda relación con la ampli-
insuflación. También vale sostener contra la ore- tud de las vibraciones producidas. Depende de la
ja una pelota pequeña de goma, a la que se per- fuerza con que se golpea (un diapasón produce
cute con la uña. Esta nota se compone de armó- siempre el mismo sonido, pero más o menos in-
nicos altos con un tono furidamental bajo. Su tenso según la mayor o menor energía empleada
duración es mayor que la del tono timpánico. para ponerlo en movimiento), así como de la
5. Ruido de olla cascada (bruit de pot felé, de los masa y constitución física particular del órgano
autores franceses). Fue descrito primero por Laen- percutido. Con un golpe de la misma fuerza, el
nec al percutir el tórax de tuberculosos. Tiene gran tórax de un adulto da una nota más intensa que
semejanza acústica con el sonido que resulta de un tórax infantil, asimismo, en iguales condicio-
percutir ligeramente una olla cascada o rajada o la nes, la nota del pulmón es más intensa que la del
Fotocopiar sin autorización es un delito.
pera de un pulverizador. También vale el siguien- hígado, porque el pulmón, con su contenido aé-
te artificio, se unen las palmas de las dos manos reo, es un Órgano mucho más elástico y vibra,
sin comprimirlas y de modo que quede un peque- por tanto, con mayor facilidad. Los sonidos pue-
ño espacio de aire entre ellas, y con el dorso de den ser, según su intensidad, fuertes y débiles.
una de las dos se dan ligeros golpes sobre la rodi- 2. Altura o tono. Depende de la frecuencia. Se
lla, de forma que a consecuencia del golpe brusco expresa en ciclos por segundo o hertzios. Los so-
el aire contenido en la cavidad se escape por los nidos de gran frecuencia son agudos o altos; los
lados. Es un ruido estenótico que se produce cuan- de poca frecuencia, graves o bajos. Será de utili-
do el aire contenido en una cavidad se ve obligado dad para el estudiante recordar que cuanto mas
a salir de ella bruscamente a través de una abertu- mate es la nota, más alto es el tono, y comparar
O MASSON, S.A.
ra estrecha o pequeña hendidura. Se oye mejor si las diferentes notas de un dispasón de 256 vibra-
se percute durante la espiración y manteniendo el ciones por segundo con las de otro de 128.
sujeto la boca abierta. Se aconseja poner el oído o 3. Timbre. Cualidad del sonido en virtud de
el pabellón del estetoscopio lo más cerca posible la cual el oído distingue dos sonidos del mismo
56 Semiología médica y técnica exploratoria
a AUSCULTACIÓN
La auscultación, como método de exploración
clínica, consiste en aplicar el sentido del oído
para recoger todos aquellos sonidos o ruidos que
se producen en los órganos.
Estos ruidos pueden ser originados por el pro-
pio órgano (contracción cardíaca; borborigmos
intestinales) o en el órgano mismo, pero sin que
Fig. 1-28. Auscultación inmediata. La oreja del médi-
éste tome una participación inmediata en su pro- co se aplica sobre el cuerpo del individuo examinado in-
ducción (soplos intracardíacos). terponiendo un lienzo fino, no almidonado ni de seda.
Aunque Hipócrates ya conocía no sólo el rui-
do de sucusión que lleva su nombre, sino tam-
bién los roces pleuríticos, que él comparaba al enfermo; el localizar con poca exactitud el lugar
crujido de un trozo de cuero, debe atribuirse el donde radica la lesión (el tamaño reducido del es-
descubrimiento de la auscultación a Laennec tetoscopio permite señalar el sitio preciso); el no
(1781-1826), también el primero en emplear el ser posible en ciertas regiones anatómicas cir-
estetoscopio. La obra del gran clínico francés ha cunscritas, como supraclaviculares o axilares, en
sido perfeccionada por gran número de autores, las que no cabe aplicar el pabellón de la oreja, ni
entre los que citaremos, limitándonos a los clási- aconsejable en el plano anterior del tórax en la
cos a Skoda, Wintrich, Traube y Gerhardt. mujer, por razones obvias. Mantiene su vigencia
para las bases del pulmón en el plano posterior.
2. imbivase (medina En fun, se escucha
TIPOS mediante un aparato llamado estetoscopio o fonen-
doscopio". Es el método más empleado por eludir
La auscultación, como la percusión, puede ser: muchos de los inconvenientes que hemos señala-
do para la auscultación directa, pero el estudiante
l. Directa (inmediata). En ella se aplica la debe familiarizarse con esta última para los casos
oreja, ejerciendo cierta presión, directamente so- en que, por motivos imprevistos, no lleve su fo-
bre el cuerpo del examinando, con interposición nendoscopio o se vea obligado a auscultar a un
de un ligero paño de hilo (fig. 1-28). Es de técnica
fácil (no requiere instrumental) y obtiene los rui-
WEstetoscopio: instrumento a modo de trompetilla acústica
dos intensos y puros, evitando los parásitos debi- . Fonendoscagís: aparato semejante al es-
dos al roce del fonendoscopio con la piel. Sus in- tetoscopio más perfeccionado (con membrana, campana, o am-
convenientes son la excesiva proximidad del bas) y para audición biauricular.
Generalidades 57
niño al que puede suscitar temores el aspecto del vo de Piedrahita (el primero en Europa que intenta
aparato. demostrar la posibilidad del diagnóstico y pronós-
Para que la auscultación con un fonendoscopio tico por el olor y sabor que ofrecen los líquidos
resulte eficiente, influyen, aparte la pericia y oído orgánicos), J. L. Petit, Langer, Landré, Beauvais,
musical del práctico, el hábito de utilizarlo, así Hipp, Cloquet, Monin y Menini, entre otros.
como el realizarla en un ambiente silencioso, cosa De la misma manera que en la inspección, co-
más factible en el consultorio del médico que en menzaremos a recoger nuestras impresiones ol-
los medios hospitalarios con rumores de fondo, fatorias cuando entremos en la habitación del
debidos a factores humanos o instrumentales, que enfermo o cuando en la clínica hospitalaria nos
alcanzan niveles de 60-70 decibelios. Se debe te- acerquemos a la cabecera de éste. El número de
ner en cuenta que un sonido cardíaco apenas per- datos positivos obtenidos depende de la memoria
ceptible en completo silencio debe tener una in- olfatoria del médico, adquirida con la práctica.
tensidad 12 veces superior para ser oído con la El olor que se percibe en los enfermos suele
misma claridad en la sala del hospital. ser complejo y resulta de la mezcla del produci-
do por el aire espirado, sudor, emanaciones de
No hay que olvidar que, para sacar buen las cavidades naturales (nariz, boca, vulva y va-
partido a un fonendoscopio, lo primero que hace gina, ano y recto [gases intestinales, etc.)), se-
falta es saber auscultar. creciones purulentas (fístulas) o exudados (úlce-
ras secretantes cutáneas), etc. En algunas
La parte más importante de todo el sistema ocasiones, como venenos volátiles (anhídrido
auscultatorio es lo que queda entre los auricula- sulfuroso, ácido cianhídrico, plomo, tetraetilo,
res del fonendoscopio. etcétera), es útil fijarse en el olor de la ropa im-
pregnada por el tóxico.
El olor de las secreciones cutáneas es característico
E OLFATO* en algunas enfermedades. Citaremos el propio del
sudor de los tíficos; de la melitococia (como paja
La aplicación del sentido del olfato, en clínica, mojada); de los reumáticos; de la linfogranuloma-
comienza con Hipócrates, al que siguen Teofrasto tosis maligna (recuerda el del esputo purulento di-
de Efeso («Todo es más o menos odorífero», escri- luido), de la acidemia isovaleriánica (como queso
bía en su tratado de 14 capítulos De odoribus), Bra- agrio); mucoviscidosis; de los tuberculosos (el su-
dor, sobre todo el axilar, es muy penetrante). En
los niños con raquitismo, los sudores nocturnos de
'El hombre pertenece a los llamados microsmatos, mientras
que el corzo, perro y otros mamíferos se encuentran entre los cabeza y nuca que empapan la almohada despi-
macrosmatos. En comparación con los animales, el sentido del den un olor peculiar y penetrante.
olfato en el hombre es débil, pero frente a otros de sus sentidos El aire espirado huele, a veces, de manera ca-
es muy sensible. racterística, impregnando en ocasiones el am-
La olfatometría sirve para medir, definir y valorar el sentido
del olfato en el individuo. Puede ser subjetiva y objetiva; esta biente. Citaremos el olor a fruta fresca (como
última no forma aún parte de la práctica habitual. Dos factores manzana) o heno recién cortado del coma diabé-
importantes son el umbral olfativo (olfatometría cuantitativa) y tico; el sui generis del alcohólico; el de ajos en las
la discriminación (valiéndose de sustancias odoríferas estables, intoxicaciones por selenio o telurio; el de almen-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
de origen hormonal (feromonas) excitantes sexuales, al ser cap- axila depilada es a la vista de muchos más atractiva). y por lo
tadas por la pituitaria de individuos del sexo opuesto. que toca a los olores, un buen perfume o simplemente el olor
O MASSON,
Llama la atención el hecho de que nuestra actual civiliza- «a limpio» tienen para cualquier persona medianamente culti-
ción trata de suprimir los olores corporales mediante el rasura- vada, un poder erotizante muy superior a ciertos olores, por
do de axilas (del mismo modo que en el mundo musulmán to- muy «naturales» que sean.
58 Semiología médica y técnica exploratoria
carbono o debido a procesos que radican en la rado de la orina de los diabéticos. Los pacientes
nariz (ocena), boca (dientes, amígdalas), vías aé- nos refieren, con frecuencia, el gusto amargo de
reas superiores (abscesos y, sobre todo, gangrena los vómitos biliosos; el ácido de los gástricos; el
pulmonar, bronquitis fétidas, etc.), esófago (cán- fecal de las crisis obstructivas intestinales y el sa-
cer, megaesófago, diverticulos), estómago (gas- lado en las vómicas por quiste hidatídico abierto
tritis, cáncer, úlcera), hígado (hepatitis graves, en el árbol respiratorio.
necrosis, recuerda el mercaptano; foetor hepati- El gusto es percibido por una serie de papilas
cus), intestino (colitis, estreñimiento [aliento es- más abundantes en la lengua, pero también pre-
tercoráceo)), etc. sentes en el paladar, faringe y laringe. Cuentan
El olor de la orina, es aromático y, a veces, mo- también el sentido del olfato y el tacto.
dificado por ingesta de algunos alimentos, como Se pueden detectar cuatro sabores fundamenta-
espárragos, coles, cebollas, ajos. Es amoniacal (en les, así, dulce, salado, ácido y amargo.
la orina recién obtenida), en los casos de reten-
ción con infección urinaria; fétido (como podri-
do), en las orinas albuminosas; de manzanas, Alteración específica
orujo o hierba cortada, en la diabetes descom-
pensada (por la acetona); de jarabe de arce (maple Se ha observado que diferentes enfermedades
syrup disease), en la leucinosis; de flores de lúpulo pueden alterar el sentido del gusto, haremos una
o apio en las orinas ricas en fenilalanina y ácidos pequeña reseña de carácter específico:
fenilpirúvico y fenilacético; estercoráceo, en las
fístulas vesicorrectales. La trementina, copaiba, 1. Lesiones bucales extensas. Algunas actúan
azafrán y valeriana originan un sutil olor a vio- como si se anestesiara la lengua y el paladar. Las
letas. dentaduras colocadas entre el paladar duro y el
El olor de las heces normales se debe a la pre- blando tapan las papilas ubicadas en este lugar.
sencia de escatol. En la dieta cárnea y dispepsia de Se observa disminución de la sensibilidad para el
putrefacción es pútrido (por la gran cantidad ácido y amargo.
de indol, escatol y anhídrido sulfuroso), y agrio, 2. Discinesia gonadal cromatinnegativa. Sensi-
como manteca rancia, en la de fermentación. bilidad normal para el dulce y el salado; niveles
Muy repugnante (pero muy característico) es el muy elevados para el amargo.
de la melena y cáncer ulcerado del recto!”, 3. Seudohipoparatiroidismo. Menor sensibili-
A veces, los gases emitidos, además de odorí- dad gustativa para el amargo y para el ácido, nor-
feros, son inflamables, lo que propició que el em- mal para el dulce y salado.
pleo de aparatos electroquirúrgicos ocasionase 4. Síndrome de Riley-Day. Disminución muy
explosiones durante su manejo (cirugía del tubo intensa o abolición absoluta de la sensibilidad
digestivo). gustativa. La mayoría de estos pacientes son in-
capaces de distinguir el agua de las soluciones
con diferentes sabores, aun a concentraciones
M SENTIDO DEL GUSTO fuertes.
nación de los sujetos emaciados y el exceso de La temperatura rectal es inferior a 35 *C. Exis-
pilosidad. ten varios niveles:
60 Semiología médica y técnica exploratoria
1. Hipotermia ligera entre 28-34 *C. Es fre- rregulador hipotalámico + ausencia de la fosfori-
cuente por la acción combinada del frío y tóxicos lación oxidativa a nivel mitocondrial + elevación
depresores del sistema nervioso central y perifé- de la cantidad celular de adenosinmonofosfatocí-
rico (fenotiacinas). clico. Existen grupos familiares portadores de
2. Profunda. Entre los 17-28 *C. una afección muscular sensible a la succinilcolina
3. Muy profunda. Inferior a los 17 *C. Se y al halotano; al parecer, presentan de una mane-
emplea en la cirugía cardíaca a cielo abierto y en ra congénita una elevación de la creatinfosfocina-
neurocirugía. sa y del pirofosfato inorgánico.
Si la temperatura es inferior a 30 “C aparece
rigidez global, midriasis bilateral arreactiva, livi-
deces y una cianosis en placas; la bradicardia es Fiebre
extrema. Se comprende la importancia de practi-
car un examen electrocardiográfico prolongado Es una compleja reacción del organismo, ca-
en presencia de esta muerte aparente; la real ocu- racterizada por la elevación de la temperatura
rre por fibrilación ventricular. corporal y motivada por causas múltiples, la ma-
yoría infecciosas?. Al ascenso térmico acompa-
ñan síntomas y signos diversos a cargo del apara-
Distermia to circulatorio (taquicardia, hipotensión, soplos
cardíacos sistólicos [ruidos febriles)), respiratorio
Es un neologismo caro a los clínicos españoles. El (polipnea), digestivo (lengua saburral, anorexia,
aumento de la temperatura corporal (> 38 *C), que sensación de plenitud gástrica, sed excesiva, etc.),
no obedece a causa orgánica o infecciosa, es funcio- nervioso (cefalalgia, abatimiento general, insom-
nal pura. Por tal motivo, es bien tolerada siendo las nio a sueño intranquilo, excitabilidad general e
pruebas de laboratorio mudas. Es más frecuente en incluso convulsiones [más frecuentes en niños
sujetos lábiles vegetativos. Son posibles signos de entre Ó meses y 4 años y en crisis tónicas más
estirpe diencefálica, como obesidad, delgadez, ano- que tonicoclónica] y a veces trastornos psíquicos
rexia, trastornos del metabolismo hídrico o de los
hidratos de carbono, alteraciones del sueño, etc.
“"La toxina de los gérmenes patógenos contiene un lipopo-
lisacárido termostable capaz de producir al ser inyectado, y
después de un período de latencia de cerca de una hora, una ca-
Febrícula racterística elevación difásica de la temperatura corporal aso-
ciada a leucopenia inicial seguida de leucocitosis; las inyeccio-
nes sucesivas de este «pirógeno exógeno» microbiano provocan
Estado febricular o subfebril. Fiebre modera- reacciones febriles cada vez menos acentuadas (tolerancia).
da, entre 37-38 *C, ligada a la existencia de esta- Actúa sobre el sistema nervioso directamente, y sobre todo
dos organolesionales o de naturaleza infecciosa por intermedio de un pirógeno endógeno liberado bajo un estí-
mulo a nivel de las células de los tejidos agredidos y leucocitos
de larga duración. Es acusada por el sujeto; pali- polinucleares, lo que explica el período de latencia antes citado
dez anémica, cansera, pérdida de peso, etc. Exis- Este pirógeno endógeno es una proteína termolábil que pasa al
ten signos biológicos reveladores. suero y provoca una rápida reacción febril, la cual se produce
también si este suero se inyecta a otro paciente; el pirógeno en-
dógeno es, pues, transferible. Puede ser obtenido de los leuco-
citos no sólo jn vivo sino in vitro, poniéndolos en contacto con
Hipertermia las endotoxinas bacterianas.
La normal actividad del centro hipotalámico y del sistema
Es el aumento súbito e intenso de la tempera- autónomo simpático son necesarios para que la reacción febril
de los pirógenos exógenos se verifique; al simpático cabe atri-
tura corporal (> 41 ”C) por motivos múltiples. En
buir la vasoconstricción periférica que constituye el momento
la forma maligna, se acompaña de rigidez mus- inicial de la reacción fébril (clínicamente traducida por la sensa-
cular difusa con fasciculaciones (se inician a nivel ción de frío) reduciendo la termodispersión y favoreciendo el
de los maseteros), taquicardia sinusal extrema, aumento de la temperatura corporal. A propósito de este au-
mento debe recordarse que se verilica sobre tado a cargo de los
hipotensión sistémica y gran polipnea, con aci-
órganos internos supra e infradiafragmáticos y cerebro, mien-
dosis y piel seca. Se observa tras anestesias gene- tras que la temperatura de los tejidos superficiales, especial-
rales (1 x 10.000), golpes de calor y bajo la acción mente de las extremidades, puede mantenerse casi normal c in-
del nitrofenol etiocolanona, hormona tiroidea, cluso baja. Esto tiene importancia en lo que se refiere a la
exactitud de la termometría; los valores de la temperatura axi-
«fiebre del cinc» o «de los fundidores», paradóji-
lar e inguinal son influidos por la de los tejidos de las extremi-
camente tras la toma de ácido acetilsalicílico, etc. dades; en cuanto a la termometría oral, sus cifras se ven afecta-
Se cree que obedece a un fallo del sistema termo- das por la vasoconstricción de los tejidos mucosos.
Generalidades 61
(delirio febril]). La piel se percibe caliente y hú- aún más días. Se observa en las llamadas fiebres
meda, enrojecida, sobre todo en la cara (enrojeci- recurrentes (española, africana), sodoku y menin-
miento febril) y sudada, especialmente después gococemias crónicas.
del escalofrío, que constituye el momento inicial 5. Fiebre ondulante. Series de ondas febriles
de la reacción febril. Ésta es producida por la va- separadas por intervalos de apirexia o febrícula.
soconstricción cutánea a cargo del sistema autó- Es propia de la melitococia, endocarditis lenta y
nomo simpático. Determina la intensa y fugaz enfermedad de Hodgkin (fiebre de Pel-Ebstein).
sensación de frío, con tiritera, castañeteo de
dientes, horripilación y favorece la elevación de
la temperatura corporal al reducir la termodisper-
sión. En procesos sépticos, los escalofríos se repi-
ten con frecuencia durante el curso febril. Exis-
ten, además, oliguria (la orina febril es concen-
trada [color oscuro, peso específico elevado]) y
aumento del metabolismo basal, con proteólisis
excesiva y combustión aumentada de hidratos de A ara srssnssiarn3
14
carbono y grasas; por consiguiente, en las enfer-
medades infecciosas de larga duración siempre
sobreviene un intenso adelgazamiento.
En ocasiones, existe, más o menos acentuado,
el síndrome subjetivo de la fiebre sin elevación
térmica; se habla entonces de «fiebre sin hiper-
termia», de observación frecuente en individuos
con distonía neurovegetativa.
E EI rrnasJ1srss
4. Fiebre recurrente. Caracterizada por alter-
nancia de períodos de fiebre continua en meseta,
O MASSON,
Neumología
escolar y escolar ofrecen una resistencia acrecida; confunden con la sarcoidosis y cáncer bronquial.
en la pubertad, la incidencia tuberculosa aumen- La entrada continua de polvo en las vías respi-
ta bruscamente, porque a los factores externos ratorias motiva una fibrosis pulmonar linfoectási-
desfavorables del cambio de medio y a unos es- ca llamada «neumoconiosis» (término propuesto
fuerzos físicos e intelectuales mayores, se añaden por Zenker, 1867, de: pneumón, pulmón, konis, pol-
las influencias endógenas nocivas del crecimien- vo). Los polvos inhalados pueden ser inorgánicos
to. Después de los 25 años, la amenaza se atenúa y orgánicos. Las coniosis más importantes produ-
lentamente, para reaparecer en los últimos años cidas por los primeros son la silicosis (dióxido de
de la vida con la tuberculosis senil. sílice puro y libre), la asbestosis (silicato magnes,-
La edad media del cor pulmonale crónico es de co: amianto o asbesto), la talcosis (silicato magné-
S.A.
63
64 Semiología médica y técnica exploratoria
rilio), la aluminosis (bauxita), la estannosis (esta- nas particularidades corporales que predisponen
ño), la baritosis (polvos de bario), etc. Entre las a ellas, ya por una modalidad peculiar de reac-
neumoconiosis por polvos orgánicos citaremos la ción a la infección. En lo que se refiere a la tuber-
bisinosis (debida al algodón), la tabacosis (polvo culosis pulmonar, cabe señalar la importancia de
de tabaco), la bagazosis (polvo de caña de azúcar), las influencias exógenas (hipoalimentación, ma-
la amilosis (harinas), la suberosis (corcho), la can- las condiciones de la vivienda, promiscuidad,
nabiosis (polvo de cañamo), etc. drogadicción, etc.).
El pulmón del granjero o trillador se observa Existen antecedentes familiares de cáncer
en agricultores en contacto con heno o paja al- broncopulmonar. Es válido el concepto de la
macenados húmedos. La inhalación de esporas «predecesión»; se trata de familias en las que se
de hongos termófilos se presenta bajo una forma observa una localización tumoral concreta, que
aguda (alveolitis hiperérgica) con frecuencia re- aparece en sucesivas generaciones en edades
versible o crónica, esclerógena, difícil de diferen- cada vez más precoces.
ciar de una broncopatía crónica. Lo propio ocurre En los asmáticos, es frecuente la incidencia
con la enfermedad de los silos, por inhalación de dentro de la familia de esta misma enfermedad u
bióxido de nitrógeno en silos recién llenados. otras de índole alérgica, como rinitis, traqueítis,
En el riesgo silicógeno cuentan la edad, facto- eccemas, colitis mucomembranosa.
res genéticos (diátesis queloidea); constitución
linfática y la eficacia del filtro nasal y linfático
pulmonar, este último alterado en las enfermeda- ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
des previas cardiopulmonares. O ENFERMEDADES ANTERIORES
Los médicos, enfermeras y personal subalter-
no que conviven con tuberculosos propenden a Valoraremos las sufridas en la infancia, ya que
contagiarse si no toman las medidas oportunas algunas de ellas (neumonía, bronconeumonía, tos
para evitar el contagio. ferina, etc.) dejan secuelas (bronquiectasias) o
predisponen a sufrir otras; así, las bronquitis de
Lugar de residencia, vivienda, alimenta- repetición figuran, con notable frecuencia, en los
ción, hábitos de vida. Los climas húmedos antecedentes de los enfermos enfisematosos y
(puertos de mar, vecindad de los ríos) no son cancerosos bronquiales.
convenientes a los bronquíticos crónicos, asmáti- Existe cierto número de enfermedades que fa-
cos, enfisematosos y tuberculosos. vorecen la aparición de la tuberculosis pulmonar
La polución del aire de los núcleos urbanos es (sintrópicas), tales como la diabetes, linfogranu-
nociva para las vías respiratorias, sobre todo en loma de Hodgkin, gripe, tos ferina, esquizofre-
las nieblas bajas (smog). Los irritantes carcinoge- nia, sarampión, SIDA, etc., y otras que presentan
néticos (hidrocarburos policíclicos y aromáticos, cierto rechazo (distrópicas), las adenitis supura-
benzopireno, etc.), a partir de calles y carreteras das tuberculosas curadas, las enfermedades alér-
asfaltadas, industrias, motores de combustión, gicas y reumáticas inflamatorias, ctc.
etcétera, explican la relación cáncer broncopul- Los pacientes con esclerodermia difusa gene-
monar y densidad urbana. ralizada pueden presentar alteraciones pulmona-
La hipoalimentación sostenida crea una espe- res características, bajo la forma de una fibrosis
cial labilidad para la tuberculosis. intersticial (pulmón de la esclerodermia), con un
El fumar en exceso es nocivo, irrita las vías aéreas síndrome grave de bloqueo alveolocapilar.
superiores, acarreando laringitis con edema uni o Es frecuente la relación entre asma bronquial
bilateral de las cuerdas vocales, así como bronquitis y parasitosis intestinal.
espástica con disnea y tendencia a infecciones res
piratorias. Existe una relación directa entre el hábito
de fumar y la frecuencia del cáncer de pulmón. COMIENZO Y EVOLUCIÓN
DE LA ENFERMEDAD ACTUAL
ANTECEDENTES FAMILIARES Existen una serie de síntomas que, aislados o
en grupo, orientan hacia un proceso respiratorio,
Destaca, en ocasiones, y de manera induda- como son el dolor torácico, disnea, cianosis, tos,
ble, la acumulación de ciertas neumopatías en expectoración, vómica, hemoptisis, fiebre, anore-
determinadas familias, ya sea por heredarse algu- xia, astenia, trastornos menstruales y dolores os-
Neumología 65
Es un síntoma muy valioso y valorado por los a) Dolor sordo difuso a la palpación profunda.
enfermos, quienes creen que mientras persiste, lo Que no debe ser interpretado como testigo del
hace también la enfermedad. En ocasiones, es asiento de la lesión.
tan específico en su forma de presentarse y cali- b) Sensibilidad cutánea refleja con discreta hipe-
dad subjetiva, que adquiere un máximo valor restesía. Sobre todo en las enfermedades viscera-
diagnóstico. les, dando lugar a las conocidas zonas de Head
Antes de entrar en materia y adelantando ideas, (fig. 2-1), de límites imprecisos.
vamos a ocuparnos del dolor somático en sus e) Trastomos viscerales. Así, el dolor torácico in-
tres tipos: tenso motiva una sensación de sofocación y cons-
tricción, y el abdominal, de náuseas, plenitud y
1. Local. Se circunscribe donde radica la cau- aun vómitos. No existen apenas trastornos moto-
sa y no se irradia, aumentando con la presión res ni verdadera atrofia, por cuanto los nervios se
directa y en los intentos de movilizar la parte da- limitan a transportar los impulsos dolorosos sin €s-
ñada. tar afectados por ningún proceso irritativo, como
2. Irradiado o transmitido. Es consecuencia de la hemos visto que ocurre en el dolor irradiado.
irritación de una rama o tronco nervioso, por pro-
cesos inflamatorios o tóxicos (neuritis) o compre- Las vías de la sensibilidad dolorosa de las pare-
sivos (tumores, hernia discal, etc.). Es vivo, en un des torácicas y pleura parietal pasan por las raí-
solo plano, en descargas (neurálgico) y se proyecta ces dorsales posteriores; la región superior del
a lo largo de la zona de inervación del nervio o cono torácico recibe fibras del plexo cervical. El
rama afectos (neuralgia segmentaria). pericardio depende del nervio frénico, y el dia-
3. Referido o reflejo". Es un dolor profundo, fragma, de éste y de los últimos nervios intercos-
que se proyecta a distancia de la zona estimula- tales (17-T12) en su tercio posterior. La sensibili-
da, siguiendo en esta proyección las leyes de la dad del árbol respiratorio es transmitida
esencialmente por los nervios vagos, así como
par los ramos comunicantes de las cadenas sim-
'El organismo, a pesar de su unidad, presenta un profundo páticas paravertebrales.
metamerismo, por lo que puede considerarse dividido en una
serie de segmentos, cada uno derivado de un par de somitas
embrionarias. Cada somita, al evolucionar, se diferencia en tres
El parénquima pulmonar, los bronquíolos y
porciones: la pleura visceral carecen de sensibilidad dolo-
1. Externa o dermatoma. Que dará lugar al corian dérmico,
rosa.
y del que tomará su inervación la piel procedente del ectoder-
mo. Muchos procesos patológicos que afectan la
2. Interna o miotoma. De la que proceden los músculos es- pleura o los pulmones no son dolorosos (neumo
Fotocopiar sin autorización es un delito.
queléticos.
3. Medial o esclerotoma. Origen de los huesos, cartílagos y o hidrotórax, tumores e incluso inflamaciones
otras estructuras del esqueleto. necrosantes con destrucciones extensas).
El dermatoma, el miotoma y el esclerotoma procedentes de Una lesión pulmonar es dolorosa:
un mismo somita reciben la inervación sensitiva de una misma
raíz nerviosa posterior procedente del correspondiente segmento
1. Sise extiende hasta la pleura parietal o dia-
neurológico. El miotoma recibe, además, una raíz IMOLUIa.
La distribución segmentaria de los dermatomas se observa fragmática.
mejor en el tórax y abdomen, donde se distribuyen en estre-
chas bandas circulares alrededor del tronco. No obstante, tam-
bién en los brazos, si éstos se mantienen horizontales, se ob-
serva que los dermatomas corren paralelos de dentro afuera, y Las vísceras no se desarrollan a partir de los somitas. No
lo mismo ocurre en las extremidades inferiores, aun cuando en obstante, su inervación sensitiva se hace, igualmente que en las
S.A.
éstas la distribución está enmascarada por la subsiguiente rota- estructuras somáticas, por fibras procedentes de las raíces pos-
ción que sufren durante el desarrollo embrionario, de tal mane- teriores, aunque le llegan a través de los ramos comunicantes
O MASSON,
ra que siguen un curso espital alrededor del miembro de arriba blancos simpáticos, por todo lo cual las visceras muestran tam-
abajo y de fuera adentro en la cara anterior, y de dentro afuera bién, a través de su inervación, una cierta distribución segmen-
en la cara posterior (fig. 2-2). > taria.
66 Semiología médica y técnica exploratoria
2. Si alcanza la tráquea o grandes bronquios. por el nervio frénico) se produce dolor referido
3. En caso de espasmo vascular sobreañadi- en el cuello y hombro, y en la zona de distribu-
do, como en las embolias pulmonares. ción cutánea de los segmentos C3-C5. El tercio
4. A consecuencia de cambios en las relaciones posterior del diafragma, en relación con los últi-
de presión intrapulmonar e intrapleural, directa- mos nervios intercostales, proyecta su dolor so-
mente o por el desplazamiento concomitante de bre la pared en el límite toracoabdominal. En el
las estructuras torácicas. Tal ocurre en la esteno- síndrome diafragmático global, se asocian los dos
sis bronquial con acción valvular, en la atelecta- focos de proyección dolorosa.
sia masiva por obstrucción de un bronquio prin- El dolor que se acusa a nivel de tórax puede ser
cipal, en el neumotórax y en el derrame pleural de origen parietal (fractura u osteítis costal, peri-
copioso, etc. condritis, miositis, neuralgia intercostal, nódulos
miosíticos), proceder de vísceras contenidas en él
La estimulación de la pleura parietal sucle (tráquea, bronquios, mediastino, pericardio, cora-
producir dolor exactamente localizado sobre la zón) o ser irradiado o referido de órganos vecinos
zona irritada; pero, en ocasiones, no sucede así, y o distantes (vesícula biliar, páncreas, esófago, es-
aquél rebasa este límite alcanzando partes dis- tómago), lo que no debe olvidar el práctico, quien
tantes, cosa que es preciso conocer para evitar de inmediato frente al dolor, imagina toda la ana-
errores diagnósticos. Tal ocurre con ciertos pro- tomía visceral de la región (tabla 2-1).
cesos del vértice del pulmón que engloban los En el árbol traqueobronquial, los procesos agu-
nervios del plexo braquial, con dolores intensos dos se manifiestan por una sensación molesta de
en la parte anterior del tórax, espalda y brazos, sequedad, quemazón o escozor retrosternal, que
y en algunas neumonías en la infancia, que irri- empeora con la tos, inhalación de aire frío o va-
tan a través de los nervios intercostales, con loca- pores irritantes y deglución, aliviándose en am-
lización abdominal del dolor. Cuando se afecta la bientes húmedos y cálidos, y al aparecer la ex-
parte central de la pleura diafragmática (inervada pectoración.
Neumología 67
Tabla 2-1. Exposición tabular de las relaciones entre las zonas de hiperalgesia y los órganos internos
M. recto ant.
abdom. Esternón
M. triangul. del esternón
Fotocopíiar sin autorización es un delito.
M. intercost. int.
M. transverso aba.
Fig. 2-5. Los nervios intercostales en relación con las estructuras del abdomen (A) y con la del tórax (B).
70 Semiología médica y técnica exploratoria
que significa cinturón) o zona (expresión derivada La hinchazón local aparece rápidamente al
de la palabra latina cingulum, de igual significado), mismo tiempo que dolores circunscrilos, a veces
motiva dolores neurálgicos intensos acompaña- bastante intensos tras la tos. Se trata de una pro-
dos de una erupción sobre una base eritematosa minencia fusiforme bien visible con luz que lo
de pápulas, papulovesículas o vesículas, distribui- haga resaltar, prolongada varios centímetros, fir-
das a lo largo del nervio intercostal afecto, sin que me y muy sensible a la presión digital, sin colora-
llegue a rebasar la línea mediosternal. Casi siem- ción de la piel ni calor local. Predomina en la arti-
pre es unilateral. culación condrocostal, a veces en la articulación
condrosternal, y puede durar varias semanas O
Fracturas costales. Pueden ser traumáticas meses antes de retroceder lentamente. No existe,
o causadas por violencia muscular indirecta, habitualmente, ningún signo radiológico; el ex-
como en la tos o estornudo. El sitio habitual de tremo anterior de la costilla implicada puede
fractura es la unión de los tercios medio y ante- aparecer ensanchado, porótico o condensado. Es
rior de las costillas V a X. También se han señala- frecuente en las neumopatías crónicas tusígenas.
do fracturas de las primeras costillas, en la hipe- Nunca supura, lo que lo diferencia de las osteo-
rextensión súbita de los músculos de la cintura condritis costales sépticas.
escapular, y de las situadas bajas, en el embara-
zo, en que el desarrollo del útero somete al tórax Síndrome de Cyriax (u del noveno cartí-
a un esfuerzo constante. El dolor aparece a la lago costal). Producido por el deslizamiento o
presión en un punto limitado (o zona extensa si subluxación del extremo anterior del noveno car-
son varias las costillas afectas), con sensación de tílago costal, el cual se desplaza en dirección dor-
crepitación o desplazamiento (salvo en las fractu- sal y se coloca por detrás del octavo. Entre el ex-
ras en tallo verde); si se comprime el tórax en di- tremo puntiagudo y ligeramente incurvado hacia
ferentes planos, las molestias se notan siempre arriba del noveno cartílago y la cara posterior del
en el mismo sitio, contrariamente a lo que suce- octavo, queda pellizcado el octavo nervio inter-
de en una contusión simple; si se invita al pacien- costal, que pasa entre ambos.
te a levantar un peso, se percibe un dolor violen- Aunque con menor frecuencia, la subluxación
to en el punto de fractura (maniobra de Brandel). puede presentarse en el octavo cartílago, en el
La radiografía puede ser muda en las fracturas séptimo o en el décimo; el cartílago afecto se
en tallo verde sin desplazamiento, hasta que desplaza hacia atrás con respecto al cartílago si-
haya transcurrido tiempo suficiente para que el tuado por encima, quedando pinzado, entre am-
callo se calcifique, y entonces sólo nos puede bos, el nervio intercostal suprayacente al cartíla-
ayudar para el diagnóstico retrospectivo. go luxado. La afección puede aparecer indis-
tintamente en uno o en otro lado. La unión oste-
Neoplasias malignas primarias o metastá- ocondral de los extremos anteriores de los cartí-
sicas. Con relativa frecuencia, se observa dolor lagos nunca se afecta. Sean traumatismos direc-
parietal, por afectación de las costillas, esternón tos o indirectos, siendo más frecuente en deter-
o vértebras. El diagnóstico es difícil hasta que el minadas profesiones, como administrativo, cami-
foco es lo bastante grande para percibirse por llero, zapatero, carpintero, deportistas (tenis,
palpación, producir fracturas patológicas o verse golf), etc.
en las radiografías; asimismo, duelen los proce- El síntoma cardinal del síndrome es el dolor
sos inflamatorios agudos (tifóidicos, tubercu- que, de ordinario, se presenta en forma aguda, de
losos, sépticos, así como en las periostitis sifilíti- aparición súbita y se acompaña de impotencia
cas secundarias); las costillas y el esternón son, funcional completa. Se localiza en el extremo an-
junto al cráneo y la tibia, las localizaciones prefe- terior del cartílago costal luxado. En algún caso,
ridas, capaces de producir salientes seudoexostó- el dolor es tan agudo y violento, que se acompa-
ticos de evolución gomosa. ña de un cuadro de shock. En sus accesos, el dolor
puede irradiar al hombro y al brazo homolateral.
Síndrome de Tietze. Se caracteriza por En algunos pacientes, aparece con los caracteres
una tumefacción dolorosa de uno o varios cartí- del dolor de una crisis cardíaca o el de un neu-
lagos costales. Es frecuente en el adulto de edad motórax espontáneo. Con menor frecuencia, el
media. El segundo cartílago costal es el que se cuadro clínico se presenta como un dolor local
afecta con más frecuencia, y a veces el tercero O sordo, que sufre accesos de exacerbación que van
el cuarto. recidivando durante años.
Neumología 71
En ocasiones, el dolor es desencadenado por las costillas adyacentes, cartílagos costales y es-
una inspiración profunda seguida de una espira- ternón, y observar las respuestas del paciente.
ción violenta, como en el estornudo; en otros ca- A continuación, procediendo con suavidad, se
sos, se presenta a consecuencia de movimientos palpa el cartílago xifoides en su cara anterior y en
del tronco o de las extremidades superiores. So- sus bordes, pero haciendo la compresión con
bre todo, se exacerba cuando el paciente se incli- mucha menor intensidad que en la exploración
na hacia delante doblando el tronco, como si sa- de los elementos vecinos. Cuando existe el sín-
ludase. Por palpación, se halla un punto de dolor drome, puede delimitarse una zona de hiperalge-
electivo a la presión, que corresponde al extremo sia acusada sobre una porción del cartílago xifoi-
del noveno cartílago costal luxado. Si con los de- des y, más frecuentemente, a lo largo de un
dos se intenta desplazar este cartílago hacia arri- borde. En ocasiones, una vez retirada la compre-
ba, aproximándolo más al octavo, se despierta un sión digital, el dolor local y el reflejo persisten
dolor vivo, debido al pinzamiento de la parte an- desde algunos minutos a varias horas. Incluso se
terior del VIII nervio intercostal, en su trayecto da el caso de que algunos pacientes se nieguen a
entre los dos cartílagos. A veces, al efectuar esta ser explorados de nuevo, debido al mal recuerdo
maniobra, se obtiene una sensación de frote o de que les ha dejado la primera exploración; ellos
resalte. mismos se palpan el cartílago xifoides con gran
La radiografía es completamente negativa. No cuidado y aprensión.
aporta más ayuda al diagnóstico que la de excluir El comienzo y la desaparición del dolor no
otras posibles afecciones. son instantáneos. Su duración varía entre algunos
minutos a varias horas y presenta recidivas a in-
Xifoidinia o xifoidalgia. Consiste en la per- tervalos de minutos, horas o días. Lo más co-
cepción de dolor espontáneo o a la presión sobre rriente es que el dolor recidive varias veces du-
el cartílago xifoides. Se denomina también «sín- rante el día. Si no se somete a tratamiento, el
drome del xifoides hipersensible». Es de observa- cuadro puede persistir durante semanas o meses,
ción frecuente; suele incidir entre los 40-60 años. más raramente años; no obstante, es frecuente
El dolor xifoideo varía considerablemente en que, por sí sólo, tienda a involucionar. En algún
cuanto a localización, calidad, intensidad, dura- caso, después de muchos meses o años, puede
ción y agente desencadenante, pero incluso en un reaparecer.
mismo paciente puede mostrar, en el curso del Las causas desencadenantes suelen ser oscu-
tiempo, respuestas diferentes. Las más de las ve- ras, y varían de un enfermo a otro. Las que más a
ces, el sufrimiento se experimenta como una sen- menudo se observan son el agacharse para reco-
sación dolorosa profunda, situada inmediatamen- ger un objeto, doblarse hacia delante, levantar
te detrás del esternón, que puede irradiar al pesos, volverse de lado en la cama, andar (sobre
epigastrio, espalda, hombros, brazos o región pre- todo cuesta arriba), o la ingestión de una comida
cordial, Es frecuente después de cirugía cardíaca. abundante.
En cuanto a su tonalidad, el dolor tiene un ma- La xifoidalgia puede ser primaria (no se acom-
tiz especial; el paciente lo describe como un algia paña de otra enfermedad); postraumática, posla-
nauseosa, parecida a la que se experimenta, a ve- parotomía media supraumbilical, postesterno-
ces, tras un golpe en el plexo celíaco. Puede ser li- tomía media, esencial, y secundaria a procesos
Fotacopiar sin autorización es un delito.
gera o intensa, pero nunca llega a ser terebrante o digestivos, cardioangiopáticos y asmáticos.
en puñalada. Son muy frecuentes las algias reumáticas de
Cuando se presenta por la noche, es frecuente los cartílagos costales y condrosternales, así como
que impida el sueño, ya sea por su intensidad o las esteroclaviculares y manubriosternales en ca-
porque el matiz visceral provoca en el enfermo sos de artrosis; no rara vez coinciden con nódulos
miedo o aprensión, que son los que le impiden fibrosíticos y placas celulíticas, manifestación de
conciliar el sueño. inflamaciones tórpidas que afectan al tejido Ábro-
El hecho fundamental que permite afirmar la so que encapsula los nódulos de grasa.
existencia del síndrome es la reproducción o exa- En los capítulos correspondientes, nos ocupa-
cerbación de las molestias espontáneas, al efec- remos del dolor irradiado o referido a la pared
S.A.
tuar una presión digital ligera sobre el cartílago costal procedente de estructuras osteoarticulares
vecinas (columna cervical, hombro); de vísceras
O MASSON,
xifoides.
Antes de comprimir el xifoides, el que explora intratorácicas ajenas al aparato respiratorio (esó-
debe, sistemáticamente, comprimir con fuerza fago, pericardio, corazón y grandes vasos) o de
72 Semiología médica y técnica exploratoria
factores), podemos considerar una serie de sub- acostado sobre el lado afecto que en la posición
grupos según sean los factores etiopatogénicos de pie. Se observa en la tuberculosis bronquial
que intervengan: con retracción de los bronquios de un cierto cali-
bre, aunque se puede escuchar en todos los pro-
Estenosis de las vías respiratorias. La cesos estenóticos cuando la lesión es limitada o
causa de la disnea radica en un trastorno de la parcial y no difusa. La retención de secreciones a
ventilación pulmonar (disneas aerógenas). La di- nivel de la zona afecta produce remolinos aéreos
fícil llegada del aire a los alvéolos motiva en ellos en sentido ascendente. La gorguera desaparece
el descenso de la tensión parcial del O,, con au- después de uno o varios accesos de tos, para vol-
mento de la del CO,, causas a su vez de anoxe- ver a aparecer de nuevo en un intervalo más o
mia e hipercapnia con insuficiente aporte de oxí- menos largo, según la intensidad y rapidez en la
geno a los tejidos para sus procesos oxidativos formación de secreciones.
(hipoxia o anoxia). El wheezing es un término anglosajón, algo pa-
En ciertos procesos nasofaríngeos infantiles recido a la gorguera, pero de tono no tan alto,
(pólipo nasal gigante, hipertrofia adenoidea [las más sibilante, en relación con estenosis más am-
vegetaciones presionan sobre el velo del paladar plias y, sobre todo, en bronquios de calibre me-
bloqueando la entrada de aire], amígdalas hiper- nor. También desaparece con los accesos de tos,
tróficas, etc.), se produce un estridor (ruido áspe- haciéndose de nuevo audible con la nueva acu-
ro y audible a distancia) que puede ser inspirato- mulación de secreciones.
rio, espiratorio o de ambos tiempos. La dificultad 3. Tos. Es tanto más intensa cuanto más alta
inspiratoria es grande (el niño respira con la boca es la estenosis. Adquiere un tono perruno cuan-
abierta y la cabeza extendida hacia atrás) y la hi- do se origina en bronquios gruesos, y metálico
poxia e hipercapnia profundas pueden conducir cuando el obstáculo es traqueal. Es persistente e
al coma. La hipertensión pulmonar secundaria a incluso paroxísmica, muy grave, en caso de cuer-
la mala oxigenación sobrecarga al corazón dere- pos extraños, sobre todo de origen vegetal.
cho que puede claudicar. 4. Expectoración. Es un signo directo de la es-
Si la causa radica en la laringe (lesiones infla- tenosis, que interrumpe el mecanismo normal de
matorias [laringitis en todas sus variedades y drenaje. Su tipo depende de los distintos proce-
etiológicas], tumores, espasmos [en el curso de sos que originan la estenosis y la retención su-
una tetania mientras el niño llora], etc.), existen bestenótica.
trastornos en la fonación, estridor doble y gran 5. Dolor. Los cuerpos extraños producen mo-
dificultad respiratoria. lestias retrosternales parecidas a la dificultad que
La cabeza extendida facilita la visión del as- ocasiona un cuerpo extraño en el esófago. Puede
censo y descenso de la laringe al compás de la ser intenso, por la atelectasia secundaria o por la
respiración. La presión intratorácica inspiratoria compresión que sobre los vasos y nervios pue-
negativa no es compensada con rapidez suficien- den ejercer las masas tumorales en crecimiento.
te, por lo que se produce una succión con depre-
sión de las partes blandas a nivel de las fosas yu- La oclusión total de un bronquio lobular o me-
gular, supra e infraclaviculares, espacios inter- nor se compensa con los territorios pulmonares no
costales y hueco epigástrico (tiraje). Puede produ- afectos, pero si la supresión de la ventilación es
Fotocopiar sin autorización es un delito.
cirse tos y aleteo nasal con cianosis. muy intensa (atelectasia masiva por oclusión de
un tronco bronquial), la reducción del campo
En las lesiones traqueobroncotronculares, se ob- de hematosis produce insuficiencia respiratoria, y
serva: dado que además persiste la circulación por el te-
1. Disnea inspiratoria. Salvo en las distonías rritorio no ventilado, la sangre no se oxigena, y
de tipo hipotónico («síndrome de Lemoine-Her- por consiguiente llega a las venas pulmonares con
zog-Nissen» y de traqueo-bronquiomegalia) en composición de sangre venosa y en éstas se mez-
que es espiratoria y a veces con crisis de sofoca- cla con la sangre arterializada que proviene de los
ción, y con tiraje torácico parcial o total. territorios pulmonares aireados (cortocircuito).
2. Respiración ruidosa. Que puede ir del «ja- Esto da lugar a una «mezcla venosa» en la sangre
S.A.
deo» inspiratorio, a veces ruidosísimo, a los fenó- arterial, con saturación oxihemoglobínica baja,
menos de «gorguera» y wheezing. aumento de CO, y posible cianosis.
O MASSON,
nea es espiratoria y de ritmo lento a expensas de bulos del pulmón e irregular distribución de los
la espiración alargada, la cual se acompaña de si- volúmenes respiratorios); el tórax rígido (por pa-
bilancias, a veces audibles a distancia. A ello se quipleuritis), la obesidad, elevación del diafrag-
añade tos quintosa, que aumenta la disnea, y ex- ma y todos los procesos que motivan dolor torá-
pectoración viscosa escasa y adherente, que se cico, ya sean por lesión parietal (fractura costal,
torna más fácil y fluida al terminar la crisis dis- neuralgia intercostal, etc.) pleural (pleuritis, neu-
neica asmática. motórax) o pulmonar (infarto, neumonía, etc.).
Vía centrifuga
N. laríngeo inferior
sr
0
041%
= 0.)
Fig. 2-6. Punto de partida y vías centrípeta y centrifugas del reflejo tusigeno.
to respiratorio, sobre todo en la pared posterior encontrándose la glotis cerrada, sólo se logra un
de la laringe (región interaritenoidea), en la mitad aumento considerable de la presión intratorácica;
inferior de las cuerdas vocales y de la tráquea (ca- acto seguido, se abre la glotis y se eleva el velo
rina y bronquios); en cambio, la excitación del del paladar, con lo que se cierra la comunicación
parénquima pulmonar no produce tos, lo que ex- con las fosas nasales y el aire es expulsado, en-
plica la existencia silenciosa de cavernas, quistes tonces, con violencia y con una velocidad de
e incluso abscesos. 100 m/s (en vez de los 2,5 m/seg en la espiración
Las sinusitis, vegetaciones adenoideas y amig- normal), arrastrando los cuerpos extraños que
dalofaringitis crónicas son, asimismo, causas de encuentra en su camino.
toses rebeldes. Cabe señalar que la función defensiva de la
Existe una variedad de tos llamada refleja o tos se encuentra favorecida por la secreción de
simpática, cuyo estímulo parte de un órgano leja- moco; por el movimiento incesante, día y noche,
no. No es muy frecuente, pues en el 90 % de los de los cilios vibrátiles (empujan las partículas a
Fotocopiar sin autorización es un delito.
casos se debe a una excitación de las vías respira- una velocidad de 0,25 a 1 cm/min) y por las con-
torias y siempre es seca, pues por estar los bron- tracciones de los músculos bronquiales.
quios sanos no hay motivo de hipersecreción
bronquial (fig. 2-6). Tipos de tos. Los principales son:
Los estímulos procedentes del centro tusígeno
alcanzan la glotis (nervio laríngeo inferior), los 1. Tos seca. Característica de la bronquitis
músculos torácicos (intercostales, diafragma, dor- catarral simple y pleuritis. Rara vez es neurógena
sal largo) y rectos del abdomen (nervios frénico y o refleja (auditiva, ovárica, hepática, etc.). Es una
raquídeos). tos clara, a oponer a la tos perruna ronca, áspera,
La tos se inicia con un movimiento de inspira- oscura.
S.A.
ción previa (no indispensable), seguido del cierre 2.. Tos crasa o húmeda. De timbre grave y
O MASSON,
corriente espiratoria de aire de la tos hasta la fa- endobronquial (+ 500 veces superior a la normal)
ringe, donde aparece de forma brusca, y desde explica la presencia de neumotórax espontáneo por
donde se elimina al escupir; el esputo laríngeo, es rotura alveolopleural y de bronquiectasias, enfi-
decir, la secreción que se origina en el espacio sema y quistes aeríferos en los tosedores habi-
glótico o por encima de él, pero siempre en la en- tuales.
dolaringe, precisa la ayuda del «carraspeo» para Al aumento súbito de las tensiones arterial,
ser eliminado una vez terminada la crisis de tos. venosa y del líquido cefalorraquídeo se atribuyen
Si no hay carraspeo, las secreciones laríngeas pa- la cefalea tusígena, de aparición brusca y breve du-
san directamente del espacio interaritenoideo a ración; el síncope por la tos, sólo se produce des-
la boca esofágica y son deglutidas. pués de repetidos y violentos golpes de tos no in-
3. Tos apagada. Débil, de anciano, por pare- terrumpidos por una inspiración, y la epilepsia
sia de la musculatura respiratoria. tusigena.
4. Tos acoplada. Propia de la tos ferina, salvo:
Origen de las crisis tusígenas. Atendien-
a) Enlos primeros días del período catarral. do a los caracteres de la tos, es posible precisar,
b) Enlas formas muy leves. hasta cierto punto, dónde radica el estímulo que
c) En las atípicas de los lactantes, sobre todo. la motiva.
Cada acceso (quinta, ataque o paroxismo) se Las sinusitis, vegetaciones adenoideas y amigdalo-
ofrece con dos aspectos característicos muy nota- faringitis crónicas son motivo de tos seca, especial-
bles: mente en decúbito, al drenar las secreciones ha-
cia las vías respiratorias.
— En forma de series de golpes de tos; dos, En la laringitis aguda simple, se oye una toseci-
tres o más; reiterada, inmediatamente una tras lla seca, continua, cuyo sonido se parece a la arti-
otra; con un intervalo muy breve entre ellas, de culación de la sílaba «hem». En fase más avanza-
ordinario sólo algunos segundos; es decir, en for- da, la tos es «áfona». Si el timbre aumenta un
ma de repris. poco de intensidad se obtiene la tos «velada»,
— Dato aún de mayor valor que el anterior En las laringitis agudas estenosantes, semeja el
es que está constituida cada reprís por varios croar de las ranas (de ahí el nombre de crup dado
golpes de tos seguidos (cuatro, cinco o más), sin por Home, en 1765, a las diftéricas) o el ladrido
inspiración entre ellos, acoplados, en stacatto de un perro (tos «perruna»).
(«chec, chec, chec»). Al final, se añade una inspira- La tos bitonal se encuentra en la primera infan-
ción prolongada con «estridor laríngeo» (gallo o cia, cuando existen adenopatías que comprimen
hipido) muy característico. Por «ferinoide» que la tráquea, y en los adultos por aneurisma del ca-
sea una tos (gripe, adenopatías traqueobron- yado aórtico o tumores mediastínicos con paráli-
quiales, bronquitis asmatiforme), nunca presen- sis del recurrente. Se trata de una tos chillona,
ta los caracteres antes descritos, sobre todo el seca, que puede o no presentarse por accesos y
acoplamiento. que resulta de la superposición de dos ruidos
producidos al mismo tiempo. Uno grave, velado,
5. Tos emetizante. Se atribuye a la estimula- y el otro agudo. Al escuchar esta tos parece que
ción directa de los esputos sobre la mucosa farín- el paciente tiene dos laringes.
gea, o al alcanzar el estímulo tusígeno el centro En la tos ferina, es característica la «tos acopla-
bulbar del vómito. da» recién descrita; este carácter, exclusivo, sirve
6. Tos contenida. Dolorosa, seca, muy breve para su diferenciación de las toses «ferinoides» de
y superficial a causa del dolor; propia de la irrita- otro origen (adenopatías hiliares, gripe, bronqui-
ción pleural. tis asmatiforme).
En la traqueobronquitis, la tos es, al comienzo,
Efectos secundarios a los accesos de tos. entrecortada, seca y paroxismal, más tarde ad-
La tos puede ser causa de trastornos. Graves fue quiere el timbre grave y burbujoso de la tos crasa
el primero en señalar la posibilidad de fracturas o húmeda, que se convierte en productiva cuan-
costales sin necesidad de invocar un aumento de do comienza la expectoración.
la fragilidad ósea. Suelen ser únicas (sitio habi- En las broncorreas, la tos es un signo muy im-
tual, las costillas medias a nivel de la línea axilar portante, pero está lejos de ser proporcional a la
posterior); más raramente múltiples o acompaña- cantidad de secreción. Suele haber una tos alta,
das de fracturas del esternón. La intensa presión tos «de garganta», debida a la acumulación de
Neumología 77
mucosidades, más acentuada por la mañana al do asegurar que tiene un valor parejo al de la
hacer lo que se ha dado en llamar la «toilette bron- biopsia pulmonar.
quial». La presencia de esputos supone siempre algún
En el cáncer broncógeno, la tos es el síntoma ini- proceso anormal en el sistema broncopulmonar.
cial más frecuente (40,5-57 %). Al principio, es La secreción bronquial habitual (< 100 ml/24 h)
seca, y a medida que el tumor progresa adquiere no motiva expectoración alguna, al ser deglutida
sonoridad metálica («broncínea») y se asocia con de manera inconsciente. Es transportada por el
disnea y expectoración hemática. batido ciliar, cuando se halla tapizando la pared
En las fístulas esofagotraqueobronquiales (la ma- bronquial, en forma de película y proyectada ha-
yoría tumorales malignas, abarcando tráquea O cia el exterior por un golpe de tos cuando está
bronquio izquierdo), la ingesta de alimentos sóli- formando acumulaciones.
dos o líquidos motiva accesos de tos con expul- El esputo es un espejo de los fenómenos biológicos
sión de partículas alimentarias, sangre o moco. Si que se realizan en el interior del bronquio. La
la comunicación es muy pequeña, sólo los líqui- bacteriología del esputo muestra el agente infec-
dos determinan tos, ya que los sólidos no pasan cioso agresor; su bioquímica refleja cómo se rea-
por el orificio. liza la defensa orgánica y cómo están desarro-
Por sí mismo, el parénquima pulmonar es aje- llándose los fenómenos alternativo y exudativo
no al reflejo que nos ocupa. Esto explica la exis- de la inflamación; su estudio fisicoquímico nos
tencia silenciosa de cavernas, quistes e incluso da la clave del porqué de su viscosidad y de su
abscesos con líquido. La tos se despierta si la se- mayor o menor facilidad para expulsarlo.
creción pasa al árbol bronquial o si existe una
sensibilidad anormal de la mucosa bronquial
afecta de un proceso flogótico. Obtención del esputo
Conocida es la «tosecilla» que de una manera
tan pertinaz, como molesta, presentan precoz- El esputo debe ser recogido en un recipiente
mente los enfermos tuberculosos. Con frecuen- estéril. Se aprovechan las primeras horas de la
cia, el tuberculoso sólo tose por la mañana (toilet- mañana. El examen se realiza lo antes posible. Si
te de su cavidad). La tos vespertina suele su obtención es difícil por ser escaso y viscoso,
coincidir con la elevación de la fiebre, por lo que se acude a varias técnicas:
pudiera pensarse en una mejor irrigación de las
lesiones tuberculosas como causa productora. La 1. Rápidas percusiones torácicas (clapping), que
tos fundamentalmente nocturna aparece, a Veces, se efectúan con el borde cubical de una mano so-
en los tuberculosos con manifestaciones circula- bre el dorso de la otra aplicada plana sobre la es-
torias o con insuficiencia nasal, por lo que se ven palda.
obligados a respirar el aire frío por la boca. La tos 2. Presionar simultáneamente con ambas
posprandial aparece durante las comidas y a cau- manos opuestas el tórax durante la espiración.
sa de la sumación de estímulos al paso del bolo 3. Drenaje postural aprovechando la acción
alimenticio por el esófago. Si no termina hasta de la gravedad.
haber provocado el vómito, hablamos de «tos
emetizante» (mortonismo), ya descrita. a) El de los lóbulos superiores se obtiene con
es un delito.
más breve, incompleta, tímida, en virtud de que b) El drenaje de los lóbulos inferiores se obtie-
el diafragma no puede contraerse con energía. ne con el enfermo extendido sobre la cama, con
la cabeza más baja que los pies.
El producto obtenido se llama esputo, cuyo exa- acude a la «escupidera natural» representada por
men tiene gran valor clinicodiagnóstico, pudien- el estómago; el producto obtenido por medio del
78 Semiología médica y técnica exploratoria
sondaje gástrico se centrifuga y examina. Esta líquidos (edema agudo de pulmón, bronquitis pi-
técnica es aconsejable para la investigación del tuitosa, etc.). Los llamados esputos «numulares»
bacilo de Koch. son planos, purulentos, redondeados y de bordes
recortados e individuales entre sí, gracias a la cu-
Para el diagnóstico de carcinoma bronquial, es bierta de moco que los rodea y aísla. Deben re-
corriente el estudio citológico de las secreciones cogerse en un recipiente seco, pues muchos es-
obtenidas por aspiración, a través del broncosco- putos proyectados en uno con agua, adquieren
pio, del bronquio correspondiente a la región un aspecto parecido a los verdaderos numulares.
sospechosa de hallarse afectada. Significan la presencia de una cavidad pulmonar,
El empleo por la vía oral o aerosol de sustan- y resultan de que la secreción se rodea de moco
cias broncodilatadoras, mucolíticas o suero fisio- al pasar por el árbol bronquial.
lógico caliente favorecen la eliminación de un es- 2. Viscosidad. Guarda relación con la fase fi-
puto tenaz. brorreticular tridimensional del esputo con fibras
mucoproteínicas, mucopolisacarídicas neutras y
ácidas oxirribonucleicas; estas últimas, sólo pre
Examen de los esputos sentes en condiciones inflamatorias. Se estima de
manera grosera, levantando el esputo con una
Comienza en sus caracteres físicos y entre ellos pinza; los muy viscosos caen aplomados a la ma-
por su cantidad. Puede ser muy escasa (en algunos nera de una masa homogénea y pesada y se ad-
asmáticos, se obtiene tras grandes esfuerzos un hieren al recipiente tembleteando como la gelati-
esputo pequeño, denso, consistente y perlado, o na; los esputos purulentos, sin consistencia ni
unos filamentos de igual constitución) O muy viscosidad, se aplanan.
abundante (> 400/500 mi por 24 h), en este caso 3. Olor. Falta en los esputos recién obtenidos;
hablamos de broncorrea. La expulsión brusca o más tarde lo adquieren a causa de gérmenes que
masiva de gran cantidad de pus o líquido acom- obran sobre su material proteico. Es fétido, cada-
pañada de violentos golpes de tos se llama vómica: vérico, y perceptible a distancia en la gangrena
del pulmón, y como queso envejecido en esputos
1. Color. Puede variar desde un moco incolo- que proceden de bronquiectasias infectadas o de
ro y translúcido, hasta una masa purulenta opaca. vómicas, consecutivas a pleuresías purulentas. En
Es blanco o ligeramente amarillo en las bronqui- las bronquiectasias no complicadas, recuerda al
tis agudas o en la tuberculosis incipiente; amarillo del yeso mojado. En los casos de quiste hidatídico
verdoso en la bronquitis crónica, abscesos pul- no supurado, abierto en los bronquios, se percibe
monares o tuberculosis avanzada; francamente un olor como el de la compota de ciruelas.
verde en las ictericias, en la neumonía caseosa O 4. Sabor. Es apreciado por el enfermo. El espu-
en los padecimientos sangrantes, a los pocos días to del catarro bronquial simple y del quiste hidatí-
del accidente hemorrágico; ceniciento en los abs- dico no supurado es salado, y de sabor amargo en
cesos de pulmón; de polvo de ladrillo, en la neu- los procesos hepáticos fistulizados a bronquio.
monía por bacilos de Friedlánder, etc. La presen- 5. Aire incluido en los esputos. Si es abundante,
cia de sangre conferirá al esputo, según su señala que éste es poco consistente y que proce-
cantidad, toda una gama de colores, como el rojo de de bronquios finos, habiendo recorrido un lar-
rutilante (incluso con pequeños coágulos), en ple- go trecho impulsado por el aire.
na hemoptisis; rojo como jalea de ciruelas, en al
gunos tumores bronquiales; rojo claro (en un me-
dio espumoso), en el edema agudo del pulmón; Examen macroscópico del esputo
como herrumbre, en la neumonía fibrinosa e in-
farto pulmonar; achocolatado, cuando un absceso Examinando el esputo en una cápsula de Petri,
amebiano hepático se abre en un bronquio. haciéndolo deslizar en capa delgada y colocando
La infección por Serratia marcescens produce alternativamente el recipiente sobre un fondo
esputos rosados seudohemáticos con una tonali- blanco o negro con luz diurna, podremos apre-
dad que se intensifica a las 24-48 h. ciar:
La forma depende de sus componentes princi-
pales, el moco y el pus. El esputo mucoso es glo- 1. Moldes bronquiales. Se observan en las
boso (esputo perlado) y el purulento plano, sin in- bronquitis fibrinosas (o plásticas), sintomáticas
dividualidad, como también ocurre con los muy (sarampión, tuberculosis, espiroquetósicas O
Neumología 79
idiopáticas). Se presentan como moldes ramifi- 8. Quiste hidatídico. En los casos de quistes
cados, de color blancorrosado o ambarino y con- hidatídicos abiertos a bronquio, pueden expul-
sistentes, resbalando al intentar aplastarlos. sarse vesículas enteras o rotas (como pieles de
También pueden observarse en los trastornos uva) y aun pedazos de membrana o la membrana
del aparato circulatorio (cardiopatías, después de entera, «como un calamar», en medio de un líqui-
la extracción de grandes trasudados y exudados do fluido, y de sabor salado.
pleurales, tras grandes pérdidas hemáticas) y por 9. Restos alimenticios groseros. Pueden proce-
diversas causas físicas y químicas, como inhala- der del estómago, si al expectorar se producen
ción de veratrina, amoníaco, gasolina, colas, pe- arcadas, o de restos adheridos a los dientes o en
gamentos, humos calientes, aspiración de sus- la cavidad bucofaríngea o del esófago a través de
tancias cáusticas, así como tras la ingesta de una fístula esofagotraqueal. Pueden ser conside-
yoduro potásico. rados elementos patológicos en una observación
Los moldes bronquiales tras la hemoptisis, descuidada.
constituidos por sangre coagulada, son fáciles de
distinguir.
2. Tapones o trambos de Dittrich. Se presentan Examen microscópico del esputo
como pequeñas masas de 7-10 mm, de color
amarillento y olor nauseabundo. Al microscopio, El examen microscópico, primero sobre mate-
se observan cristales de ácidos grasos (agujas) rial fresco y luego en la preparación teñida, ilus-
que rodean un núcleo central formado por célu- tra sobre elementos difíciles de etiquetar a sim-
las epiteliales. Se hallan en la gangrena y absce- ple vista. Podemos observar:
sos de pulmón, bronquitis fétida y rara vez en la
tuberculosis. 1. Fibras elásticas y cristales:
3. Granos riciformes (o lentes). Son formacio-
nes parecidas a las anteriores. Se diferencian por a) Fibras elásticas. Aparecen como fibrillas in-
su forma achatada o biconvexa e inodora. Están coloras o ligeramente amarillas, mostrando un
constituidos por fibras elásticas entremezcladas y doble contorno. Su forma es ondulada, con ex-
son ricos en bacilos de Koch. tremos incurvados. Significan que existe un pro-
4. Espirales de Curschmann. Son una especie ceso destructor (absceso, gangrena, tuberculosis),
de vainas o tubos retorcidos en espiral con los que necrosa el pulmón y destruye su estructura,
extremos deshilachados, transparentes, con pe- disgregando su armazón alveolar constituido,
queñas burbujas de aire en su interior (o sin fundamentalmente por las fibras elásticas que
ellas), de coloraciones grisáceas o amarillentas y aparecen en los esputos.
de una longitud que alcanza o rebasa los 2 cm, b) Cristales. Entre las diferentes variedades,
en contraste con su anchura de pocos milímetros. citaremos los de:
Al microscopio, con débil aumento, se observa
un filamento central claro u oscuro (según el foco — Charcot-Leyden. Como octaedros alarga-
con que es examinado) rodeado por otros arrolla- dos, y derivados de las granulaciones proceden-
dos, que lo envuelven siguiendo su eje. Á gran tes de los leucocitos polinucleares que abundan
aumento, resaltan elementos celulares (células en el esputo de los asmáticos.
Fotocopiar sin autorización es un delito.
de forma poliédrica u oval, con el núcleo central ción de los exámenes y de la localización del cán-
y pequeño en relación con el protoplasma. cer; en los bronquios grandes, el porcentaje de
3. Células bronquiales: positividades es muy alto; en los demás, este
porcentaje aumenta a medida que se repiten los
a) Célula bronquial adulta (o típica). Propia de exámenes. No obstante, el 12-16 % de resultados
la capa superficial del epitelio traqueobronquial, son falsamente negativos. Son muy raras (2 %)
tiene forma alargada o en tronco de cono en cuya las citologías falsamente positivas.
base se implantan cilios vibrátiles y un vértice 6. Bacterias. La tinción con el método de
que a veces es bífido. El núcleo es muy volumi- Gram es muy útil como orientación, y la fucsina
noso y de un violeta rojizo, y el protoplasma se fenicada, para el bacilo de Koch. Debe tenerse en
tiñe de violeta. Se las encuentra en afecciones cuenta que algunos gérmenes tienen un alto sig-
muy agudas (al comienzo de traqueítis y bron- nificado, como el neumococo, Haemophylus in-
quitis), o cuando un esputo líquido es expectora- fluenzae y Staphylococcus aureus; mientras que el
do en cantidad y con violencia, como en el caso grupo de las enterobacterias debe valorarse en las
de edema agudo de pulmón. bronquitis crónicas con gran cautela. Tiene gran
b) Célula bronquial joven (o de reemplazo). valor el cultivo de los esputos que, en condicio-
De las capas medias de la mucosa traqueobron- nes óptimas, debe realizarse previo a toda anti-
quial. Tiene aspecto de un linfocito grande y for- bioterapia.
ma esférica u oval. El protoplasma, ocupado en 7. Hongos. Para las micosis del pulmón (acti-
sus dos tercios por el núcleo, es granuloso, opaco nomicosis, nocardiosis, etc.), vale el examen mi-
(debido a su espesor); el núcleo, redondeado, croscópico, cultivo, inoculación al cobayo y sero-
oval, escotado triangular o cuadrangular, tiene aglutinaciones.
una gruesa red de cromatina muy densa.
e) Célula alveolar grande (o macrófago endo-
telial). Salvo en el tamaño que es mayor, presen- Examen bioquímico del esputo
ta caracteres tintoriales de protoplasma y núcleo
parecidos a los de la célula alveolar pequeña. El El estudio del esputo, desde el punto de vista
núcleo, oval, escotado o en media luna, suele ser bioquímico e inmunológico, es fundamental. De
en ocasiones central y a veces múltiple; cuando él extraemos:
contiene pigmento carbonoso bajo la forma de
pequeños gránulos que aumentan la opacidad del 1. Agua y sales. Procedentes de la saliva y del
protoplasma, se denomina «célula del polvo», y trasudado capilar.
si contiene gránulos parduscos de hemosiderina 2. Fermentos. De origen vario. Ptialina (sali-
distribuidos irregularmente en su citoplasma, val); N-acetil-B-glucosaminidasa, N-acetil-B-ga-
«célula de insuficiencia cardíaca», signo de mu- lactosaminidasa, galactosidasa-P, flucosidasa-a y
chos episodios de hemoptisis con acumulación las llamadas arylsulfatasa A y B (proceden de la
intraalveolar de hematíes. actividad celular bronquial y son los degradado-
res fisiológicos de la mucina); calicreína (procede
4. Células hemáticas. En los esputos con san- de las glándulas y de los macrófagos y leucocitos
gre, predominan los hematfes; en los purulentos, polinucleares); cininógeno (del plasma sanguíneo
los leucocitos polinucleares neutrófilos y, en el en casos de inflamación y alergia con hiperper-
asma bronquial y broncopatías alérgicas, leucoci- meabilización capilar); peroxidasas, fosfatasas y
tos polinucleares eosinófilos. lactodeshidrogenasas (el aumento de esta última
>. Células neoplásicas. Aparecen cuando el es testimonio fidedigno de bronquitis; tasa nor-
tumor se ulcera. Se caracterizan por el tamaño mal: 800 U/1 Í de esputo). Al destruirse los leuco-
del núcleo y citoplasma; por las irregularidades y citos neutrófilos liberan de su protoplasma fer-
distorsiones nucleares; por las condensaciones mentos proteolíticos, lipolíticos y amilolíticos;
masivas de cromatina distribuidas irregularmen- sustancias procedentes de la secreción bronquial
te; por la presencia de mitosis, y por su tendencia (lisocima y la lactoferrina), participantes en el sis-
a agruparse. Los resultados obtenidos dependen tema de defensa bronquial; ésta, junto con la
del modo de recoger los esputos (el más simple properdina y la interferona, son los representan-
consiste en expectorar directamente en un frasco tes de la inmunidad congénita. La inmunidad ad-
de boca ancha conteniendo alcohol de 50? y rea- quirida está representada por las opsoninas espe-
lizar el análisis antes de las 24 h), de la reitera- cíficas y la IgA.
Neumología 81
Las primeras abundan más en bronquios finos, y les de fibrina o mucina, que se expulsan tras una
las segundas, en bronquios grandes. crisis aguda de tos y disnea. Son las bronquitis fi-
brinosas, seudomembranosa o plástica.
4. Tos ferina. Gracias a la vacunación infantil,
Esputo y enfermedades respiratorias ha pasado casi a la historia, pero todavía se debe
pensar en ella en zonas escasamente desarrolla-
Las características de los esputos varían en las das. La crisis termina en un fenómeno excepcio-
diversas afecciones del aparato respiratorio: nal en el niño; una expectoración viscosa, glero-
sa, como clara de huevo, tan difícil de desprender
1. Laringítis. El esputo laríngeo es mucoso o de la garganta y de los labios, que a menudo se
S.A.
mucopurulento en los procesos inflamatorios con hace necesaria la intervención de los dedos o del
integridad del revestimiento epitelial, y más o pañuelo.
O MASSON,
menos teñido de sangre cuando hay una solución 5. Bronquiectasias. La expectoración suele ser
de continuidad superficial o profunda. Da una abundante, aunque puede faltar, constituyendo
82 Semiología médica y técnica exploratoria
las formas secas. El olor es de yeso mojado o li- mayoría de las veces (95 %), no ofrece nada ca-
geramente fétido, por la putrefacción del esputo racterístico; en el 5 % restante, adopta el clásico
en la bolsa bronquial. Contiene células bronquia- aspecto de «jalea de grosella», que resulta de san-
les degeneradas, cristales de ácidos grasos, glóbu- gre mezclada intimamente con moco. La hemop-
los de pus y flora bacteriana saprofita muy abun- tisis se presenta sobre todo en los tumores de los
dante. grandes bronquios, y por ulceración y destruccio-
6. Asma bronquial. En las formas puras y al nes necrobióticas del tumor. En ciertos casos, los
final de la crisis, se obtiene un esputo adherente, esputos arrastran restos de tumor, semejantes a
brillante, transparente o poco menos (esputo per- fragmentos de cerebro.
lado), constituido por moco, leucocitos polinu- 12. Quiste hidatídico. Si se vacía en un bron-
cleares eosinófilos, con algunas «espirales de quio, pueden expulsarse vesículas enteras O rotas
Curschmann» y «cristales de Charcot-Leyden». (como «hollejos de uva»), fragmentos de mem-
7. Bronconeumonía. Expectoración mucopuru- brana y aun toda la membrana entera, «como un
lenta con numerosos gérmenes, y abundantes cé- calamar», en medio de un líquido fluido y de sa-
lulas bronquiales y alveolares. Ausencia de fibras bor salado.
elásticas. 13. Tuberculosis pulmonar. El diagnóstico de
8. Neumonía. En la neumonía neumocócica la naturaleza de la afección lo da la presencia del
(neumonía crupal), el esputo es viscoso y pegajo- bacilo de Koch; la citología señala el origen de los
so. Se desprende con dificultad de la boca y de esputos y las lesiones que los producen:
los labios, y se adhiere a las paredes o fondo del
recipiente, que puede invertirse sin que aquél sc a) En las formas fibrocaseosas, es mucopuru-
desprenda. Al principio, contiene sangre roja ru- lento y contiene bacilos de Koch, muy poca flora
tilante como un esputo hemoptoico, o adquiere bacteriana y fibras elásticas. Hay células bron-
un colorido bermelión anaranjado (color de yema quiales más o menos degeneradas y polinuclea-
de huevo) típico del llamado «esputo herrumbro- res bien conservados (por reacción bronquial so-
so». Después del tercer día, se vuelve más amari- breañadida), al mismo tiempo que células
llento o verdoso, o sea más purulento, reflejando mononuclares de origen alveolar y algunos he-
lo que sucede en el interior del bloque neumóni- maties.
co. En la neumonía por Staphylococcus o Strepto- b) En los cavitarios, el esputo es numular (o
coccus, la expectoración es más purulenta y me- en forma de moneda), purulento, con granos rici-
nos viscosa y pegajosa, tomando un color de formes o lentes, constituidos casi exclusivamente
«polvo de ladrillo». Microscópicamente, se obser- por bacilos y fibras elásticas que significan la
van abundantes leucocitos, masas de moco y una destrucción del alvéolo.
flora casi exclusiva del germen causal. No hay fi- c) En las formas fibrosclerosas, la expectora-
bras elásticas. ción es la propia de la bronquitis crónica avanza-
9. Absceso. Expectoración purulenta de color da, con dilatación bronquial. No existen células
ceniciento, abundante, con numerosa flora, fibras alveolares que puedan señalar la adición de lesio-
elásticas y cristales de hematoidina en tabletas nes del parénquima, porque el alvéolo está des-
romboidales o en finas agujas de color pardoscu- truido por la fibrosis; si ésta es antracótica (mine-
ro; muchas veces se evacúa en forma de vómica. ros), se presenta el «esputo negro» cuyo valor,
10. Gangrena. El esputo es gris verdoso o cuando esta coloración es muy subida, es patog-
grisáceo, y tan fétido que incluso repugna al pro- nomónico. A veces se observa la expulsión de
pio enfermo e impone el diagnóstico casi sin ver- cálculos (neumolitos) de tamaño variable, pero
lo, con sólo entrar en la habitación. Recuerda el no superior al de un garhanzo, que proceden de
olor de la descomposición cadavérica. Se exhala una cavidad primaria, de nódulos intraparenqui-
especialmente al toser, en la espiración y en el matosos o de ganglios perforados en bronquios.
momento de expectorar. Contiene trozos de teji- Su salida puede acompañarse de un ligero dolor
do necrosado. Esta expectoración contiene abun- torácico, de bloqueo obstructivo de la respiración
dante flora bacteriana, y, además, espirilos, baci- y de hemoptisis. Su presencia es, en todos los ca-
los fusiformes y gérmenes anaerobios. sos, índice de un brote evolutivo, pues no se con-
11. Tumores. Los benignos (fibromas, lipo- cibe su expulsión sin síntomas de actividad local.
mas, neurinomas, etc.) motivan una expectora-
ción mucosa o mucopurulenta, a veces con es- 14. Edema agudo del pulmón. Expectoración
trías de sangre. En los malignos, carcinoma la muy abundante, serosa, de color rosado, muy
Neumología 83
Vómica
rácica (fig. 2-7). La primera se señala en el absceso 2. La sangre es clara, rutilante y con burbujas de
o quiste del pulmón, en la pleuresía purulenta aire (espumosa).
enquistada y en la mediastinitis supurada; y la
segunda, en los abscesos póttico, subfrénico y El interés práctico del tema merece un estudio
hepático abiertos en los bronquios. En este últi- detenido:
mo caso, el pus es fétido, de sabor amargo, y con
el aspecto y color de la «salsa de anchoas». 1. Hemorragías de origen nasal (epistaxis). In-
fluye la postura del individuo. En las que se pro-
ducen en decúbito supino, como a veces en el
Hemoptisis sueño, la sangre, por la fuerza de la gravedad, se
S.A.
vías respiratorias o del pulmón. Es un signo de riz, sobre todo en el acto de sonarse. La sangre es
gran valor semiológico si es correctamente inter- roja rutilante u oscura, no espumosa, con coágu-
84 Semiología médica y técnica exploratoria
los o sin ellos. La rinoscopia anterior señala su cia, se produce durante la noche, el enfermo ex-
origen, casi siempre en la llamada «área de Kies- pectora, al despertar, una mucosidad sanguino-
selbach», región muy rica en capilares. Exami- lenta y maloliente por la pululación microbiana.
nando la faringe, se ve cómo la sangre desciende 5. Procedencia esofágica o gástrica. Casi siem-
por la pared posterior, a modo de cortina, distri- pre por rotura de varices en los hipertensos por-
buyéndose en grumos gruesos. tales o úlcera péptica, neoplasia, etc. En estos ca-
2. Succión repetida de las encías. A veces como sos, hablamos de hematemesis cuya presencia
un «tic» en sujetos con tachas nerviosas, motiva motiva el diagnóstico diferencial, de gran interés
una saliva sanguinolenta de olor desabrido y con práctico, con la hemoptisis. Éste es posible valo-
abundantes células epiteliales pavimentosas de la rando los datos del interrogatorio, el aspecto de
boca. El examen visual revela las encías tumefac- la sangre y la evolución de la hemorragia:
tas, donde al efectuar presión (o invitar al pacien-
te a que realice movimientos de succión), apare- a) Signos premonitorios:
cen puntos o zonas sangrantes.
3. Rotura de varices superficiales de la base de la — En la hemoptisis, la sangre motiva con re-
lengua. Ya sean reveladoras de una disposición lativa frecuencia, al atravesar bronquios gruesos
flebectosante hereditaria, como en la enfermedad y tráquea, una sensación que muchos describen
de Rendu-Osler, o de un retraso en la circulación como cosquilleo (que induce a carraspear y toser)
venosa, como en las tumoraciones mediastínicas o de que pasa algo caliente, acompañándose o no
altas, procesos fibrosos apicales con peripleuritis de un ruido estertoroso. Excepcionalmente, se
esclerosa, estasis cardíaca, etc. La hemorragia percibe a lo largo de las vías respiratorias desde
puede ser mínima (si se produce por la noche, se el sitio de la hemorragia, que se puede señalar
manifiesta solamente por un esputo negruzco con precisión. El esputo tiene sabor de sangre.
por la mañana) o copiosa. La sangre aparece — En la hematemesis, el vómito va precedi-
pura, rutilante, en bocanada, y precedida de una do de náuseas, salivación excesiva, malestar ge-
sensación de estorbo y picor en la garganta. Casi neral con sudor frío (si la hemorragia es copiosa)
siempre, en el primer momento, aparece sin tos y náuseas, es decir, movimientos incoordinados
y sólo después puede provocar ésta, al descender de los músculos respiratorios, coincidiendo la
la sangre por la laringe, observándose algunas ve- contracción del diafragma con la de los músculos
ces un estertor traqueal al penetrar la sangre en el respiratorios.
árbol respiratorio. El esfuerzo es casi siempre el
desencadenante de la hemorragia (hablar en de- b) Examen de la sangre:
masía y forzar la voz, acción de recoger un obje-
to del suelo, etc.), aunque aquélla puede también — En la hemoptisis, la sangre es clara, ruti-
aparecer espontáneamente. Suele continuar en lante, espumosa y sin restos alimentarios ni coá-
forma decreciente, a veces durante varios días. gulos.
El examen local permite ver las varicosidades. — En la hematemesis, es negruzca o de color
Éstas son superficiales, uni o bilaterales, en for- café oscuro (como «poso de café», según la ex-
ma de abanico con convergencia inferior, por en- presión clásica) o pardo y mezclada con residuos
cima de la fosa supracpiglótica, extendiéndose de alimentos.
con frecuencia por toda la amígdala lingual, en
ocasiones hasta el sulcus terminalis. Sus excepciones son las hemorragias esofago-
Aparecen unas veces finas, otras veces engrosa- gástricas copiosas en que la sangre es vomitada
das y abollonadas. Llegando a producirse peque- con su color natural (hematemesis roja) y aque-
ños aneurismas venosos que pueden alcanzar el llas que se fraguan en una cavidad pulmonar, to-
tamaño de una alverja y hasta más grandes. Explo- tal o parcialmente bloqueada, sufriendo la acción
radas en la fase de hemorragia, sangran de manera de bacterias que transforman la sangre. Cuando
continua. Otras veces se han hallado pequeños coá- ésta es expulsada más tarde, al permcabilizarse cl
gulos adheridos fuertemente a una dilatación vari- bronquio obstruido anteriormente, aparece como
cosa. En las épocas de quietismo, se hacen menos de color pardo castaño o café. En estos casos,
aparentes, como sucede en las hemorroides. aparte de la tos, la sangre arrojada suele tener un
4. Vegetaciones adenoideas y faringitis crónicas. olor putrefacto, aunque a veces sea poco notable,
La hemorragia suele ser mínima y no acompaña- lo que no ocurre en la sangre de igual aspecto
da de tos irritativa. Si, como ocurre con frecuen- que procede del estómago.
Neumología 85
la tráquea o en las dos caras del espolón traqueal); precapilares, capilares y poscapilares, y además
los cuerpos extraños; adenopatías hiliares con estos vasos finísimos se ocluyen, por lo menos
O MASSON,
periadenitis adheridas a la tráquea cuya pared funcionalmente, y la sangre deriva a otros territo-
aparece congestiva en este punto, etc. rios.
86 Semiología médica y técnica exploratoria
— Estados congestivos del parénquima pul- 1. Bronquitis aguda. La fiebre es alta, con es-
monar. Por estasis en la pequeña circulación (es- calofríos y se acompaña de tos y dolor retroster-
tenosis mitral), se producen esputos hemoptoi- nal. Hacia el cuarto o quinto día, la temperatura
cos y aun francas hemoptisis por alteraciones desciende, la tos es menos penosa y la expectora-
infárticas. ción más fácil. Si la inflamación desciende a los
— Edema agudo de pulmón. No existe real- bronquios finos (bronquitis capilar) la fiebre al-
mente hemorragia; precisamente, la despropor- canza cifras muy elevadas, la tos aumenta y con
ción entre la salida de plasma y los elementos ella la expectoración (lo que es más característi
formes es la característica principal, por ello la co) aparecendo disnea y cianosis. Si se complica
expectoración aparece, todo lo más, ligeramente con bronconeumonía (eventualidad frecuente), la
manchada, como rosada. fiebre aumenta con remisiones matutinas y Osci-
— Embolia pulmonar. Es causa de hemoptisis laciones en relación con la producción de nuevos
si hay infarto, lo que sólo ocurre en el 50 % de focos. Termina en la mayoría de los casos en lisis
los casos (con previa alteración de la circulación lenta, pero puede hacerlo también en crisis. En
menor o sin ella). En el embolismo recidivante, los ancianos, es posible un curso febricular y api-
es posible la aparición de un «corazón pulmonar rético.
crónico embólico», con hemoptisis de repetición 2. Bronquitis crónicas y bronquiectasias. El cur-
como su signo más característico. so es apirético, salvo en fases de agudización, en
— Síndrome de Goodpasture (1929). La aso- que también aumenta la expectoración (fiebre de
ciación de neumonitis hemorrágica y glomerulo- secreción).
nefritis focal se observa con relativa frecuencia 3. Asma infeccioso broncopático. El estado fe-
en las enfermedades del colágeno afines a la pe- bricular o febril va a cargo de los gérmenes de
riarteritis nudosa. En esta dolencia, la hemoptisis asociación o productores del cuadro; si se trata
es el signo predominante (81 %) con importante de asma alérgico puro, se piensa en una reacción
anemia hipercroma (98 %) y signos de fallo re- distérmica de origen anafiláctico, y en el asma con
nal, hematuria, proteinuria, uremia y, a veces, hi- influjos alérgicos e infecciosos, en la suma de ambos
pertensión. factores.
— Hemoptisis neurovegetativas. Las lesio- 4. Neumonía fibrinosa aguda. El comienzo es
nes pulmonares son nulas o mínimas bajo la brusco y precedido de un fuerte escalofrío; la as-
forma de restos fibrosos cicatrizales a cuyo al- censión febril es rápida, alcanzando grados de hi-
rededor se produce la descarga vasomotora. Se perpirexia que persiste con muy ligeras remisio-
señalan con mayor frecuencia en las mujeres y nes hasta que aparece la crisis, o sea el descenso
suelen ser poco intensas. Es más corriente ver brusco no sólo de la hipertermia, sino de todos
esputos teñidos de sangre que verdaderas he- los signos febriles, cosa que suele ocurrir al sépti-
moptisis. Citaremos las hemoptisis menstrua- mo día de evolución. A veces, este descenso se
les, las del embarazo (siguiendo el ritmo de hace algo más gradual, pero siempre en pocos
la desaparecida menstruación), las del climate- días. Si la fiebre persiste o reaparece en plena
rio que, como las anteriores, a veces son ritma- convalecencia, debe pensarse en una complica-
das, las motivadas por traumatismos psíquicos. ción supurada, especialmente un empiema meta-
Cuentan también como factores determinantes neumónico.
los cambios de estación (se ha descrito un tipo 5. Colecciones purulentas pulmonares (absceso,
primaveral otoñal y mixto) y las mutaciones gangrena). En su primera fase o prevómica, la fie-
climáticas. bre, de altura variable, puede ser de tipo con-
— Hemoptisis alérgicas. Raras, se presentan tinuo, neumónico o bien remitente o irregular.
al manipular sustancias alergénicas y cursan con Una vez producida la vómica, si ésta es tan com-
crisis de asma y esputos con sangre. pleta que implica la curación del proceso, la fie-
bre desciende con rapidez y cesa. Si permanece
elevada e irregular y la expectoración es abun-
Fiebre dante, ello revela que el proceso persiste. Des-
pués de descensos febriles, no es raro observar
Todos los tipos de fiebre pueden ser observa- elevaciones bruscas coincidiendo con disminu-
dos en las diversas enfermedades del aparato res- ción de la expectoración; son debidas a retención
piratorio. En algunas de ellas, lo peculiar del tra- de la secreción por dificultad de desagúe (fiebre de
zado tiene un valor semiológico considerable: retención).
Neumología 87
vadas, y la diferencia entre los valores matinales El paciente tuberculoso suele sentirse con po-
y vespertinos no excede de medio grado. cas fuerzas (asténico) al levantarse, y va mejoran-
88 Semiología médica y técnica exploratoria
do su estado a medida que avanza el día, para des laboriosas); un síndrome miasténico (múscu-
encontrarse bien a media tarde, muchas veces los de las cinturas escapular y pelviana respetán-
coincidiendo con la elevación de la temperatura dose los músculos oculares externos, masticado-
corporal. res, faríngcos y laríngeos); degeneración
La astenia del neoplásico persiste inmodifica- cerebelosa cortical; meningosis con un síndrome
da o aumenta, como la fatiga normal, a medida meníngeo asociado a un cuadro polirradiculo-
que avanza el día. neurítico con alteraciones motoras (paraplejía Flá-
cida y amiotrofia), sensitivas (parestesias y dolo-
res radiculares, a veces de tipo ciático), y
trastornos de los esfínteres superponibles al sín-
Síntomas gastrointestinales
drome de la cola de caballo.
2. Anomalías osteoarticulares. Aquí, citaremos
Son frecuentes en la tuberculosis pulmonar y
las polialgias difusas casi siempre asociadas a
enfisema. En los primeros, se observa acidosis,
malestar general y anemia; un cuadro de artritis
pesadez gástrica posprandial e irregularidad en
reumatoidea con infiltración periarticular, y a ve-
las deposiciones, que a veces es debida a una po-
ces hidrartrosis (se ha descrito en la neumoconio-
sible localización del proceso en el intestino; en
sis y en el cáncer bronquial, al que puede prece-
los enfisematosos, sus síntomas más molestos
der en meses o semanas remitiendo, a veces, con
son distensión epigástrica posprandial, a veces
la extirpación del tumor) y la ostevartropatía hi-
con vómitos, dolor epigástrico (ligero o intenso)
pertrófica tóxica.
después de la comida y anorexia con pérdida de
peso, lo que no pocas veces hace sospechar la
existencia de una enfermedad de carácter ma-
ligno.
Encefalopatía respiratoria?
Se observa en la insuficiencia respiratoria
avanzada.
Trastornos menstruales La encefalopatía respiratoria es un cuadro clí-
nico complejo, con una rica sintomatología neu-
Son, a veces, precoces. En la tuberculosis, se ropsíquica:
deben a la impregnación tóxica general o a la
concomitancia, nada rara, de lesiones genitales 1. Cefalea. A veces se asocia a vómitos y es-
bacilares. Se manifiestan por la ausencia de la tasis papilar. Es persistente, de carácter sordo y
menstruación (amenorrea), por su escasez (hipo- localizada en las regiones frontal y occipital. Au-
menorrea) o por su retraso (oligomenorrea). menta por la noche y al despertar; se atribuye a
vasodilatación cerebral y meníngea por la hiper-
capnia, y la estasis papilar, a ésta y a la hipoxia,
que motivan hipersecreción del líquido cefalorra-
Trastornos neurológicos quídeo y edema del tejido cerebral. Se puede
y osteoarticulares confundir con un tumor cerebral.
2. Somnolencia. Guarda relación con el conte-
Se observan (70-80 %) en el cáncer bronquial
nido de CO,, y O,, en la sangre. Conduce al
microcelular (oat-cell) y mesoteliomas pleurales.
coma con mayor facilidad en los sujetos ancianos
Preceden al descubrimiento del malignoma o se
con esclerosis vascular. Independientemente de
manifiestan con plenitud en la fase evolutiva
ella, se observa incapacidad para prestar atención
avanzada.
y concentrarse; pérdida de la memoria, sobre
todo para los acontecimientos recientes; deso-
l. Síndromes neurológicos paraneoplásicos (no
debidos a metástasis). Entre ellos, citaremos, las
polineuritis (sensitivas o sensitivomotoras); mio- “La encefalopatía respiratoria, también llamada «hipercáp-
patías (no asociadas a lesiones cutáneas, como en nica o carbonarcótica», puede definirse como un cuadro mor-
la dermatomiositis, ni nerviosas) con debilidad, boso con sintomatología neurológica y psíquica, provocado por
la hipercapnia, hipoxia y otros desórdenes bioquímicos, directa
reducción de la masa muscular y dolores a nivel
o indirectamente, dependientes de la deficiente ventilación al-
de los músculos próximos al tronco (el subir es- veolar. Este desorden metabólico del tejido nervioso es irrever-
caleras y el levantarse de una silla, son activida- sible en fase avanzada.
Neumología 89
rientación en el tiempo, y espacio; menos veces buscan alivio en actitudes forzadas y a veces pe-
existe irritabilidad, agitación psicomotriz e inclu- culiares, como inclinar el tronco hacia delante
so manifestaciones psicóticas maníacas O para- apoyándose en un soporte; en esta posición, el
noides en sujetos psicolábiles. mediastino bascula hacia delante con una mejor
3. Manifestaciones motoras. Temblor fino, de ventilación de la base del pulmón.
carácter intencional; temblor amplio idéntico al El decúbito en cama es indiferente en los en-
flapping tremor descrito por Adams y Foley, en la fermos broncopulmonares puros. Llama la aten-
fase inicial del coma hepático; mioclonías, que ción que cianóticos y disneicos puedan dormir
coinciden con la fase apneica de la respiración de con una sola almohada (cosa imposible en las
Cheyne-Stokes (frecuente en estos enfermos), y restantes disneas, en especial por insuficiencia
crisis convulsivas epileptiformes en caso de hipo- cardíaca) o sin ella en decúbito dorsal o mejor
xia aguda transitoria por una momentánea obs- ventral.
trucción de las vías aéreas. El decúbito lateral sobre el lado enfermo es de
rigor en las supuraciones pulmonares y bron-
quiectasias, con la finalidad de dificultar el paso
E INSPECCIÓN de las secreciones al árbol bronquial y evitar asi
la molesta tos nocturna; en la neuralgia intercos-
Se realiza de una manera ordenada. En un pri- tal, pleuritis seca y neumotórax espontáneo, para
mer tiempo, se examina al enfermo (inspección so- inmovilizar el hemitórax y disminuir la intensi-
mática general); luego, se centra la atención sobre dad del dolor, y en la neumonía, para aprovechar
el tórax en reposo (inspección local estática) y du- al máximo el pulmón sano.
rante los movimientos respiratorios (inspección lo- Si la lesión es bilateral (derrame, focos bron-
cal dinámica). coneumónicos en ambos pulmones) es obligada
la posición semisentada, reclinándose algo sobre
el lado más afecto.
INSPECCIÓN SOMÁTICA GENERAL
flojedad general y un andar cansino. En ciertos continúa con el del pómulo, sin línea de demar-
casos, la contractura muscular refleja ocasiona la cación; los ojos son saltones, la mirada adorme-
contorsión homolateral del tronco, con inclina- cida, y la fisonomía inexpresiva y abotargada.
ción de la cabeza hacia el lado afecto (signo de La nariz está deprimida transversalmente en
Bosco). toda su extensión y disminuida de volúmen,
En ciertas neoplasias bronquiales, el enfermo con los orificios pequeños y estrechos. El inte-
puede adoptar un aspecto endocrinopático prece-_ rior de la boca es elevado y angosto, con la hó-
diendo durante meses a la identificación del pro- veda palatina de forma ojival; esto hace que el
ceso maligno causal, como aspecto cushingoide, extremo anterior del arco dentario y los incisi-
así como cuadros hipotiroideos y ginecomastia vos sobresalgan «en punta de almendra». Si ob-
S.A.
uni o bilateral poco dolorosa y nunca galactorrei- servamos al enfermo de frente, llama la aten-
ca (con o sin acropaquía). ción en algunos casos el desarrollo relativo del
O MASSON,
Los enfermos disneicos graves (enfisemato- maxilar inferior, con aumento del diámetro
sos, silicóticos) después de un esfuerzo físico transversal inferior de la cara.
90 Semiología médica y técnica exploratoria
2. Facies disneica, Es muy dernostrativa en el cuello, parte superior del tórax y ambos brazos
obstáculo de las vías altas (crup, edema de la glo- (edema en esclavina) o limitado sólo a la cara,
tis) y en el asma bronquial. En el primer caso, el cuello o fosas supraclaviculares; cianosis de los
aspecto de la cara es de angustia o susto (facies labios y extremidades digitales o de la cara, cue-
ansiosa), con los ojos muy abiertos y las venta- llos y miembros superiores, y gran ingurgitación
nas de la nariz dilatadas e inmóviles. La cianosis de las venas yugulares.
de los labios y lóbulos de las orejas contrasta con 8 Facies escrofulosa. Se describe aquí habida
la palidez del resto de la facies. La boca permane- cuenta de la relación de la escrófula con la tuber-
ce entreabierta, como para facilitar la entrada del culosis. Los elementos que la caracterizan resi-
aire. La presencia de un tiraje de predominio alto den en los ojos, nariz y labios. Los ojos, a causa
(regiones suprasternal, supra e infraclaviculares, de la conjuntivitis con formación de flictenas,
epigástrica y espacios intercostales inferiores) y aparecen hinchados y entornados, con el borde
la audición de un ruido inspiratorio grave (corna- de los párpados enrojecido; la abundante secre-
je) o de tono alto (estridor) completan el conjun- ción nasal seropurulenta (debida a la rinitis cróni-
to. En el asma bronquial, la cara está abotargada, ca con gran hipertrofia y tumefacción de la mu-
cianótica, perlada de sudor; las venas cervicales cosa) excuria las ventanas de la nariz y engruesa
son prominentes; las sibilancias respiratorias se el labio superior. La irritación crónica que produ-
oyen a distancia. ce la secreción lagrimal y nasal es causa de un ec-
3. Facies tosferinosa. Durante la crisis y en el cema impetiginoso, el cual se sitúa casi exclusi-
momento de la apnea, la cara y los ojos aparecen vamente en la línea media de la cara. El cuello
inyectados, las venas turgentes, la lengua abar- aparece engrosado por la tumefacción de los gan-
quillada y propulsada. No rara vez está teñida de glios cervicales*.
un leve tinte azul. Fuera de las crisis, persisten el 9. Facies tumoral cerebral. Puede obedecer a
abotargamiento facial, sobre todo palpebral, el una metástasis precoz (20-30 %) de un tumor
lagrimeo y la quemosis conjuntival. maligno bronquial, con el posible diagnóstico
4. Facies neumónica y bronconeumónica. En la erróneo de un tumor cerebral primario. Signos
neumonía, es vultuosa, congestionada pero no cerebrales (o meníngeos difusos) se han señalado
cianótica. Hay aleteo nasal por la intensa polip- en los abscesos pulmonares piógenos y micóti-
nea. Las hendiduras palpebrales abiertas dan la cos, en especial por la Nocardia asteroides.
falsa sensación de procidencia de los globos ocu-
lares. Las conjuntivas se encuentran inyectadas y
a veces con un discreto tinte subictérico. En la Constitución
neumonía caseosa, en vez del aspecto vultuoso y
congestivo del neumónico común, se observa pa- La tuberculosis, como infección, es capaz de
lidez, acentuada por las facciones afiladas y los atacar a todos los humanos, dependiendo su de-
ojos hundidos. Los labios muestran leve cianosis. sarrollo de las posibilidades de infección de la
El rostro del bronconeumónico es algo angus- reiteración en el contagio, de la potencia del
tioso, con cianosis lívida más o menos intensa agente contagiante, de la virulencia del bacilo, de
según la gravedad del proceso, y abundante su- los factores sociales y del ambiente (alimenta-
dor en la cabeza. ción, vida higiénica, drogadicción, hacinamiento,
5. Facies tuberculosa. A veces es poco demos- promiscuidad, profesión, etc.). Existe un grupo
trativa. En las formas caseosas más graves, se de individuos, precisamente aquellos clasificados
presenta el aspecto llamado hético, con palidez como leptosomos o asténicos, que son más vul-
alabastrina de la piel, cierta rubicundez de las nerables a la infección tuberculosa. En ellos, se
mejillas (a menudo con tinte cianótico) y ojos desarrolla frecuentemente, con el cuadro que
brillantes. se conoce clásicamente como «tisis». Por el con-
6. Facies cianótica. Se observa en las bronco- trario, en los sujetos calificados por los pediatras
patías crónicas con enfisema y fallo cardíaco de-
recho. Vultuosa con el tinte más acusado en los
labios. “La denominación de escrófula (Hufeland, Virchow) se apli-
7. Facies mediastínica. Se observa a conse- ca a una forma de tuberculosis cuyas peculiaridades radican en
que la infección recae en un terreno exudativolinfático. En ella,
cuencia de la estasis venosa a nivel de la vena las reacciones tuberculinicas son intensamente positivas. Los
cava superior por un proceso mediastínico casi sujetos escrofulosos ofrecen cierta resistencia a las formas gra-
siempre tumoral. Se observa edema de la cara, ves de la tuberculosis del adulto.
Neumología 91
como diatésicos exudativolinfáticos, la tubercu- sucede en los que muestran predisposición, a ve-
losis tiene más dificultades para desarrollarse. ces familiar, a las cicatrices fibrosas y exuberan-
En el asma bronquial, al lado del alergeno, tes («diátesis queloidea» de Schridde). En éstos es
cuenta el «terreno orgánico». frecuente, si acostumbran a inhalar polvo, la apa-
A igualdad de circunstancias, se observa que rición de neumoconiosis.
la neumoconiosis es más frecuente en los sujetos de En la insuficiencia respiratoria crónica, la piel sue-
hábito pícnico que en los asténicos leptosomos. le tomar, con frecuencia, los caracteres de la piel
Influye en ello la hiperactividad del tejido con- senil. El espesor de la dermis es muy reducido y
juntivo (muy frecuente de los pícnicos), que tien- la colágena se altera tanto en su estructura como
de hacia la fibrosis y el enquistamiento de las le- en sus caracteres tentoriales. El conjunto de estos
siones del pulmón. datos la semejan, sin confundirla, con la del «sín-
drome de la piel transparente».
En la embolia grasa del pulmón, casi siempre se-
Estado de nutrición cuente a fractura de huesos largos (los cuales tie-
nen un elevado contenido de grasa), aparecen
Los tumores malignos, supuraciones crónicas, junto con las manifestaciones cerebrales (ansie-
colagenosis y tuberculosis pulmonar, desnutren y dad, confusión, coma) y pulmonares, un rash pe-
a la larga pueden caquectizar al sujeto. No debe tequial situado, preferentemente, en el pliegue
olvidarse que ciertas formas hematógenas mono- axilar anterior y en el saco conjuntival inferior.
viscerales (renales) son compatibles con un buen Este rash petequial es patognomónico del síndro-
estado de nutrición. me, pero puede no aparecer hasta fases avan-
zadas.
zan a desaparecer con un cambio gradual de co- para extenderse luego a los restantes. Evolucio-
lor, pasando del rojo vivo al violeta y al amarillo nan lenta y solapadamente en el curso de años en
(eritema contusiforme); es frecuente que sigan algunos casos, sin embargo, en otros casos se for-
brotando nuevos elementos durante varias sema- man con rapidez, en pocos meses, acompañán-
nas. Las lesiones nunca supuran ni ulceran. La dose de sensación de calor e incluso dolor. La
erupción va precedida o acompañada de signos anomalía acostumbra ser bilateral y simétrica,
generales, como fiebre, artralgias, trastornos di- aunque no es raro que esté más acentuada en un
gestivos, etc. solo lado y, especialmente, en el que reside la
Los sujetos portadores de cicatrices en la región afección neoplásica pleuropulmonar o cuando
cervical procedentes de una tuberculosis cutánea hay un aneurisma en el cayado aórtico, tronco
S.A.
ocurre, el proceso evoluciona, casi sin excepción, pacientes con gota, sarcoidosis o después de un
hacia las formas fibrosas menos graves; lo propio traumatismo. El diagnóstico de esta anomalía no
92 Semiología médica y técnica exploratoria
Dedos
hipocráticos
(en maza)
>160" Método correcto
Normal La
160*
yan
Muy ligero
160?
Moderado
Método incorrecto
Dedo normal
con curvatura ungueal
Avanzado
Fig. 2-8. Comparación entre un dedo normal y un Fig. 2-9. Examen de los dedos en palillo de tambor;
dedo en maza o hipocrático; el ángulo ungueodigital es la palpación debe efectuarse en sentido distal. El borde
más abierto en este último. Normalmente, la uña for- de la uña se aprecia claramente.
ma con el dedo un ángulo de 160".
ofrece dificultad alguna; en caso de duda, por tra- maleolar está engrosada y, a veces, la tumefac-
tarse de un estadio incipiente se valora el «signo ción se extiende al tercio inferior de la pierna.
del perfil» (fig. 2-8) y los datos aportados por la Con frecuencia se observan trastornos vasomo-
palpación posterior de la uña, cuya raíz, clara- tores, que se manifiestan en forma de calor local,
mente apreciada, aparece como fluctuante en los edema, cianosis, hiperhidrosis.
tejidos blandos que la circundan (fig. 2-9). La OHT, tanto en estadio precoz (uñas en
El hipocratismo digital familiar se observa en cristal de reloj, dedos hipocráticos) como avanza-
sujetos de familias completamente sanas. Este de- do, es una afección hasta cierto punto reversible;
fecto estético heredado, se instaura alrededor de la al suprimir la causa (neumectomía por neopla-
pubertad. Evoluciona sin signos inflamatorios. sia), las lesiones desaparecen en semanas o me-
En la OHT, la manifestación objetiva primor- ses. A veces, a las pocas horas de la intervención
dial es el aumento de volumen, casi siempre si- el paciente encuentra un gran alivio de sus mo-
métrico, que experimentan las partes distales de lestias.
las extremidades. Las manos son de gran tama-
ño, con los dedos gruesos en forma de palillo de
tambor y uñas en cristal de reloj. La región meta- INSPECCIÓN DEL TÓRAX
carpiana está también hipertrofiada, aunque me-
nos que los dedos. Las muñecas se hallan engro- Se divide en estática y dinámica, según se
sadas, lo que produce en la parte inferior del examine el tórax en reposo o durante los movi-
antebrazo un rodete transversal. La piel es rugo- mientos respiratorios.
sa, como si el revestimiento cutáneo fuera exce- Antes de comenzar la exposición del tema, es
sivo respecto a la parte interesada. Los pies pre- conveniente recordar algunas líneas y puntos de re-
sentan igual deformación que las manos; los ferencia, que son necesarios para la localización
dedos, en forma de badajo de campana, tienen topográfica de los procesos patológicos pleuro-
las uñas gruesas y en vidrio de reloj. La región pulmonares.
Neumología 93
pasa por el mamelón. Este recuento resultaría di- 4. Línea medioclavicular. En las mujeres, por
fícil si se tratara de hacerlo junto al esternón, por- razones obvias y por ser el punto de referencia
que en este lugar los cartílagos costales, sobre muy variable, la línea mamilar no nos sirve; se
todo los inferiores, se encuentran muy próximos recurre entonces a la mediclavicular, la cual
entre sí y unidos íntimamente por ligamentos. Si queda señalada por la vertical, que se tira desde
no se sigue esta técnica es fácil equivocarse al la mitad de la distancia entre las articulaciones
contar las costillas y los espacios intercostales, esternoclavicular y acromioclavicular media
pues aquéllas quedan recubiertas por la extremi- a lo largo de la clavícula, o mejor, a lo largo de
dad interna de la clavícula y no son accesibles a la horizontal que pasa por la | articulación es-
la palpación. La primera costilla palpable es, numéri- ternocostal. Dista 7-10 cm de la línea medios-
S.A.
E]
referencia del origen de las cisuras pulmonares.
11. Infrascapular. Es una horizontal que pasa
por el ángulo inferior de la escápula, corta la co-
lumna entre las apófisis de T7-T8.
12. Basilar. Señala la base del pulmón. Co-
rresponde a T12. Se busca, a cuatro dedos, por
debajo del ángulo de la escápula.
13. Basal de Mouriquand, Corresponde al lí-
mite del fondo de saco costodiafragmático, y es
el máximo nivel alcanzado por el pulmón en la
inspiración forzada. Se obtiene uniendo con una
horizontal el punto en que la XII costilla corta la
masa lumbar. Se busca haciendo inclinar el suje-
to hacia delante.
14. De Piorry. Une la articulación esternocla-
Fig. 2-11. Líneas convencionales y regiones de la vicular izquierda con la extremidad libre de la XI
parte anterior del tórax. Líneas: 1, clavicular; 2, tercera costilla del mismo lado. Tiene cierto valor, como
costal; 3, sexta costal; 4, parasternal, 5, medioclavicu-
consideraremos más adelante, para la limitación
lar, 6, esternal; 7, mediosternal. Regiones: E, esternal;
topogrática del bazo.
H, hipocondrio; IC, infraclavicular; M, mamaria; 5€, su-
praclavicular
Regiones anatómicas del tórax y órganos
contenidos en ellas. Señalaremos los más im-
portantes:
teral del tórax permaneciendo el brazo horizon-
tal. Entre ambas líneas axilares anteriores se limi- 1. Supraclavicular. Resulta limitada por la cla-
ta la pared anterior del tórax. vícula, el borde superior del músculo trapecio y
6. Axilar media. Desciende vertical a partir el borde posterior del músculo esternocleidomas-
del vértice de la axila. toideo (fig. 2-11 SC). Desde el punto de vista
7. Axilar posterior. Corresponde a la dirección anatomotopográfico, corresponde al vértice del
de una plomada que cae desde el borde inferior pulmón, el cual sobresale 2-4 cm por encima de
del músculo gran dorsal, permaneciendo hori- la clavícula. En su parte interna, y en el ángulo
zontal el brazo. Entre la línea axilar anterior y la formado por la clavícula y la cabeza medial del
posterior, se limita la pared lateral del tórax, y músculo esternocleidomastoideo, se encuentra el
entre ambas líneas axilares posteriores, la pared «punto de auscultación del asma», de Guttmann.
torácica posterior, 2. Suprasternal. Corresponde al borde ante-
8. Vertebral. Es una vertical que sigue las rior de ambos músculos esternocleidomastoideos
apófisis espinosas de las vértebras. Se determina y al superior de :a horquilla esternal. Contiene la
marcando con el lápiz dermográfico una serie de laringe, parte de la tráquea y la glándula tiroides.
puntos correspondientes al vértice de cada una 3. Infraclavicular. Se encuentra comprendida
de las apófisis espinosas y reuniendo después, entre el borde inferior de la clavícula, el superior
con un trazo único, la serie de índices así obteni- de la II costilla, la línea mediosternal por dentro,
dos; o también frotando rápida y vigorosamen- y la axilar anterior por fuera (fig. 2-11 IC). Co-
te, en sentido descendente, con la uña del pulgar rresponde en el lado derecho a la proyección de
o un objeto romo, las eminencias óseas que se la mayor parte del lóbulo superior derecho, y en
presentan; el frote determina a los pocos segun- el izquierdo, a la mitad superior del lóbulo supe-
dos la aparición de una línea eritematosa que in- rior del pulmón de este lado.
dica, con suficiente exactitud, la dirección del eje Presenta una ligera depresión debajo de la cla-
vertical. vícula, más acentuada en su parte externa, donde
9. Escapular. Es una vertical que pasa por el se dibuja una fosita de forma triangular con la
borde interno del omóplato. base a nivel del tercio externo de la clavícula, y el
Neumología 95
lo hacemos algo por fuera, la dirección anteroposterior de las na. En ella, se encuentra la llamada zona de alar-
costillas, en contraste con la transversal de la piel, hace que el
ma de Chauvet, uno de los sitios más aptos para
O MASSON,
tad de la línea trazada desde el espacio que existe a) Vértices. Se extienden por delante 2-4 cm
entre las apófisis espinosas de C7 y T1 hasta la por encima del borde superior de la clavícula, y
prominencia, muy aparente y fácilmente palpa- por detrás hasta el nivel de la apófisis espinosa
ble, situada hacia la parte media de la espina de de la C7. El vértice derecho está más próximo a
la escápula, que se conoce con el nombre de «tu- la tráquea, pues entre ésta y aquél no se interpo-
bérculo del trapecio». ne la arteria subclavia, como ocurre en el lado iz-
9. Escapular, Se encuentra limitada por arri- quierdof,
ba y abajo por las horizontales que pasan por la b) Bordes. Comprende el anterior, posterior e
espina y ángulo inferior de la escápula, respecti- inferior:
vamente. Su límite interno es el borde de la escá-
pula y el externo la línea axilar posterior (figu- —- Anterior. Parte de la articulación esterno-
ra 2-13 E). Es de escasa importancia semiológica, clavicular y sigue un trayecto oblicuo hacia abajo
pues el plano óseo de la escápula y las masas y adentro hasta encontrarse con el del lado
musculares que la recubren constituyen un obs- opuesto a la altura del «ángulo de Louis». De ahí
táculo casi insuperable para la exploración física. desciende paralelamente hasta el IV cartílago,
10. Escapulovertebral. Entre el borde interno donde diverge. En la margen derecha, desciende
de la escápula y la columna dorsal, en la porción aún, verticalmente, hasta el V cartílago, desvián-
comprendida entre las apófisis espinosas de T3-
T7. Sus límites superior e inferior son las hori-
zontales que pasan por la espina y ángulo infe- * Los límites de la proyección de los vértices en la superficie
rior de la escápula (fig. 2-13 EV). Está en relación de la base del cuello son, por delante, una línea que partiendo
con el lóbulo superior e inferior del pulmón y de la articulación esternoclavicular se dirige verticalmente hacia
arriba hasta 2-4 cm a lo largo del músculo esternocleidomastoi-
con el bronquio principal. deo. De esta altura, la línea se encorva hacia abajo y afuera y
11. Infrascapular. Por debajo de la horizontal va a cruzar la clavícula a la altura de la unión del tercio interno
que pasa por el ángulo de la escápula (fig. 2-13 IEl con el tercio medio. En el plano posterior, los límites son una
e IEE). Su exploración es fácil y útil, pues aborda- línea que partiendo a 3 cm de la línea vertebral, a la altura de la
apófisis espinosa de T3, se dirige hacia arriba hasta la vértebra
mos directamente el lóbulo inferior del pulmón y prominente, donde se inflexióna hacia abajo y afuera para cru-
el fondo de saco inferior de la pleura. «Es la re- zar la espina de la escápula en la unión del tercio interno con el
gión más sonora del plano posterior». tercio medio.
Neumología 97
Cisura
interlobular
Fig. 2-14. Límites del pulmón y de la pleura, vistos Fig. 2-15. Lírmtes del pulmón y de la pleura, visto
por el lado derecho. por el lado izquierdo.
dose entonces hacia fuera para continuarse, a ni- cardíaca», que corresponde al área desnuda del
vel de la extremidad esternal de la VI costilla, con corazón. A nivel del VI espacio, se continúa con
el borde inferior. En el lado izquierdo, el borde el borde inferior (fig. 2-16).
anterior describe, a la altura de los IV y V espa- — Posterior. Es redondeado y transcurre por
cios intercostales, una curva, llamada «incisura el canal costovertebral desde T1 a T12 (fig. 2-17).
X,
. v .
- Escotadura cardíaca
SL. inf.
Borde inferior pulmón der. SS Borde inferior pulmón izq.
vil
VIH
Seno diafragmático Ax” Seno diafragmático
Límites pleurales
S.A.
inferiores
O MASSON,
superior NASA
"m NV
Z
o
Vi
Fig. 2-17. Imagen posterior de los pulmones. Límites inferiores pulmonar y pleural.
atrás, cruza la X costilla sobre la línea axilar, la XI Es muy útil la retención de esta topografía, en
a 10 cm de la línea mediospinal, a la que alcanza profundidad, de los órganos, porque su superpo-
a nivel del borde inferior de la XII costilla. Este sición hace que, a un mismo nivel, una alteración
seno diafragmático, lleno durante la inspiración determinada de la exploración física pueda ser
por descenso de las lengúetas pulmonares, se en- referida a varios Órganos, y además modifica los
cuentra vacío sobre unos 3-5 cm durante la espi- signos físicos de exploración; así, la proximidad
ración. de la tráquea al vértice pulmonar, especialmente
a la derecha, hace que el ruido respiratorio que se
Puntos de referencia para localizar las es- ausculta tenga un carácter bronquial; los ruidos
tructuras profundas. Terminaremos insis- de deglución pueden ser oídos en el área posver-
tiendo sobre la utilidad de tomar como puntos tebral, especialmente a la izquierda, debido a la
de referencia el «ángulo de Louis», la clavícula, la proximidad del esófago; un desplazamiento del
escápula y la columna vertebral, para la localiza- hígado dará una oscuridad percutatoria en la
ción de los órganos situados en la profundidad: base; una hipertrofia de los ganglios traqueales
puede dar una matidez paravertebral, etc.
1. Ángulo de Louis. Nos señala:
TDaT3 Vértice del lóbulo superior. Ramas Tráquea y ganglios bronquiales. Esófago.
ascendentes de los bronquios Arco aórtico
T8a T11 Bases pulmonares. Ramas Los ventrículos llegan hasta la T9,
bronquiales descendentes al igual que el estómago y esófago
100 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 2-18. Inspección del tórax, Oblicuamente desde Deformidades del tórax
arriba,
Pueden ser congénitas o adquiridas. Tanto en
uno como en otro caso, pueden alcanzar el tórax
ne en decúbito dorsal y luego ventral. El médico, en su totalidad o limitarse a una de sus partes.
situado a la distancia aproximada de 1 m, dirige
la visual a lo largo de la línea media anterior del Deformidades congénitas. Se observan
tórax o de la columna vertebral. Estos métodos en un 0,06 %, siendo cuatro veces más frecuen-
son útiles para evidenciar las asimetrías estáticas tes en el sexo masculino:
y dinámicas del tórax normal.
El tórax normal exige una simetría de las dos 1. Tórax paralítico. Es plano y largo, con las
mitades, tanto en su volumen como en su con- costillas muy oblicuas hacia abajo, «ángulo epi-
formación. La pared anterior presenta un ligero gástrico de Charpy» agudo, hombros caídos y es-
abombamiento; se levanta desde la clavícula a la cápulas lateralizadas y dispuestas en forma de
IV costilla y disminuye de aquí en adelante. En la alas (escápula alada). Frecuentemente, falta el
parte media del tórax, aparece un surco vertical cartílago de la X costilla, Dado que la musculatu-
desde la articulación del mango con el manubrio ra es pobre y el panículo adiposo escaso, estas
esternal (arista esternal o de Louis) hasta la apófi- personas, por lo general altas y delgadas, dan la
sis xifoides, y a veces otro transversal, por la de- impresión de ser débiles, habiéndoselas cataloga-
presión del VI y VII cartílagos costales (donde se do dentro del llamado «hábito asténico o de Sti-
inserta la porción anterior del músculo diafrag- ler»,
ma), conocido como «surco de Harrison». El án- 2. Tórax acanalado. Discreto hundimiento
gulo formado por los dos rebordes costales ante- longitudinal del esternón sin trastorno alguno. Se
riores, al encontrarse con el apéndice xifoides observa en un 1,5 % de los sujetos examinados.
(ángulo epigástrico o de Charpy), debe ser casi 3. Tórax en embudo (pectus excavatum). Predo-
recto (80%). Los espacios intercostales suelen ser mina en el sexo masculino (83,7 %). Adopta dos
algo hundidos, y en las dos terceras partes supe- formas, una circunscrita, recta, y Otra más am-
Neumología 101
0 E)
Infantil Esténico Hiposténico
(Normal)
Hiperesténico
(Normal)
Oe
(Normal)
plia, casi siempre combinada con un tórax plano estrechez de la abertura torácica inferior. Se ob-
(25,5 %). Por lo general, la parte craneal del es- serva en individuos visceroptósicos con actividad
ternón no participa en la deformación. La retrac- diafragmática deficiente.
ción más notable suele encontrarse junto al bor- 6. Tórax de Davies. Se entiende como tal,
de esternal inferior. El tramo caudal del embudo, una prominencia torácica anterior, bilaleral y si-
por lo menos en su porción periférica, está cons- métrica, de ordinario situada hacia arriba y
tituido a menudo por las partes blandas de la pa- acompañada de una depresión costal en las re-
red abdominal anterior. La distancia esternover- giones submamarias. Esta deformación se obser-
tebral, que normalmente es de unos 20 cm en el va, sobre todo, en la hipertensión pulmonar hi-
adulto, puede haber quedado reducida incluso a percinética, en la estenosis mitral congénita y en
muy pocos centímetros. Cuando la malforma- el corazón triauricular. Suele producirse en los re-
ción es muy acentuada, el abdomen aparece muy cién nacidos y en la infancia, a consecuencia de
abultado. La musculatura abdominal es débil. La una disminución de la distensibilidad pulmonar.
respiración diafragmática desplaza notablemente 7. Tórax de la disostosis cleidoeraneal de Pierre
las vísceras abdominales en sentido caudal. Con Marie-Sainton (displasia o aplasia de la clavícula,
relativa frecuencia, se advierten otras malforma- asociada a lesiones óseas craneales y defectos es-
ciones, a nivel de la columna vertebral; aparte de queléticos). Puede observarse la ausencia bilate-
incurvaciones laterales y deformaciones de los ral del tercio externo de ambas clavículas (en
cuerpos vertebrales, a menudo desaparece la ocasiones, el defecto es unilateral), con una con-
lordosis lumbar, y la columna vertebral dorsal figuración especial del tórax; los hombros se en-
adopta una posición más erecta, llegando a adop- cuentran desviados hacia abajo, adelante y aden-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
tar incluso a veces una postura de lordosis com- tro, y los segmentos claviculares lo están hacia
pensadora. arriba por la tracción de los músculos esternoclei-
Desde el punto de vista funcional, se obser- domastoideos no contrarrestada por los medios
van trastornos respiratorios (bronquitis, bronco- de fijación que mantienen normalmente la claví-
patías agudas) y circulatorios (el corazón se des- cula. Empujándolos hacia dentro, ambos hom-
plaza hacia el lado izquierdo [62,8 %)]). bros llegan casi a tocarse. Como forma incom-
Se atribuye a una disarmonía en el crecimien- pleta de esta displasia, se admite la ausencia
to de las estructuras óseas del tórax. unilateral total o en su porción medial o acro-
4. Tórax piramidal. Prominencia de la parte mial, de una clavícula.
anteroinferior de la caja torácica a la altura del 8. Estenosis relativa de la abertura torácica supe-
S.A.
apéndice xifoides, por excesivo desarrollo costal. rior. Es de origen congénito, a consecuencia del
5. Tórax piriforme. Recuerda una pera con el hundimiento progresivo del tórax en relación con
O MASSON,
pedículo dirigido hacia abajo. El abovedamiento la edad, acentuándose la estasis venosa a nivel de
de la parte superior contrasta con la ostensible la vena cava superior.
102 Semiología médica y técnica exploratoria
Deformidades adquiridas. Son cada vez da. Proyección hacia delante del esternón, con
menos frecuentes, por la posibilidad de prevenir aumento de la abertura torácica inferior, y por
las causas que las motivan: consiguiente del ángulo epigástrico. Cuando esta
propulsión es exagerada, hace prominencia cl
1. Tórax en la obstrucción nasal crónica (casi apéndice xifoides, a veces doloroso. Desapari-
siempre por vegetaciones adenoideas). El pulmón ción de las fosas claviculares, que están por el
se ventila mal, aumentando la presión negativa contrario abombadas, en forma de almohadilla,
endotorácica. Esto motiva actitudes viciosas di- acentuada en los golpes de tos. Relieves muscula-
versas (el sujeto se inclina hacia delante con ele- res, originados por el sobreesfuerzo que las resis-
vación exagerada de los hombros) al mismo tencias respiratorias obligan a los músculos auxi-
tiempo que se observa la depresión del VI y VI liares de la respiración (escalenos, esternoclei-
cartílagos costales (simétrica o con predominio domastoideos, intercostales, trapecio).
de un lado) a causa de la tracción del músculo Los habitantes de las altiplanicies presentan,
diafragma (surco de Harrison). por factores ecológicos, un voluminoso tórax con
2. Tórax raquítico. Las costillas blandas y grandes pulmones y amplio fuelle pulmonar, este
poco elásticas se deprimen proyectando el tórax último dato es el más valorado para diferenciarlo
hacia delante, sobre todo en su parte media; el del gran tórax enfisematoso hipofuncional,
engrosamiento de la unión condrocostal motiva 6. Tórax tuberculoso. En las formas consunti-
una serie de prominencias esféricas palpables, y vas avanzadas, la atrofia de las partes blandas
aun visibles, escalonadas hacia abajo y afuera acentúa cl relieve de las óseas y de la parrilla cos-
(«rosario raquítico»). El abdomen es voluminoso. tal. Las fosas supra e inflaclaviculares son muy
3. Tórax en carena (pectus carinatun). Se carac- profundas, y en la espalda, se dibuja con nitidez
teriza por la protrusión simétrica del esternón, la escápula, cuyo borde interno se separa de la
que muestra un saliente angular y mediano, pared costal (escápula alada). La atrofia predomi-
mientras que los costados se continúan con él a ña en el lado más afecto.
la manera de grandes guías que levantan los te- 7. Tórax pleurítico. La anomalía suele ser uni-
gumentos, recordando el «armazón de un navío lateral. En el derrame pleural, el tórax abomba
en el astillero». Se atribuye a crecimiento uni o por el lado correspondiente. Este saliente depen-
bilateral exagerado de los cartílagos costales, em- de tanto de la proyección hacia delante y afuera de
pujando el esternón hacia fuera, o haciéndolo ro- las costillas del lado afecto y de su rotación sobre
dar sobre su eje longitudinal. Según los casos, la su eje fisiológico ficticio, como del traslado del
proyección del esternón y cartílago es uniforme, esternón hacia el lado enfermo, con aplanamien-
o lo proyectado son sólo los cartílagos de uno o to relativo del lado sano. Tal deformación se ori-
de ambos lados. Se observa con frecuencia en as- gina especialmente a expensas de las regiones
máticos juveniles. anteriores y laterales del tórax, pues la posterior
4. Tórax en falda. Se caracteriza por un estre- está casi inmóvil durante los movimientos respi-
chamiento circular en «golpe de hacha» a la altu- ratorios. En el lado enfermo, los cartílagos costa-
ra de los pectorales, que contrasta con la disten- les abomban y las costillas quedan en posición
sión globulosa del sector suprayacente y la fija de rotación respiratoria; en el lado sano los
repentina y gran oblicuidad hacia abajo y hacia cartílagos se aplanan y las costillas, arrastradas
afuera, del segmento subyacente, que toma un por el esternón desviado hacia la mitad enferma,
aspecto muy ensanchado. Se asocia a cifosis ra- ejecutan un movimiento inverso al del lado
quídea, a un cierto grado de debilidad general del opuesto.
esqueleto torácico y a veces a un retraso global En el empiema pleural crónico con sínfisis
del crecimiento; es propio, como el anterior, de pleural, el hemitórax correspondiente se retrae €
asmáticos jóvenes. inmoviliza; los espacios intercostales se estre-
5. Tórax enfisematoso. Forma globosa del tó- chan e incluso llegan a desaparecer, disponiéndo-
rax por el aumento de sus diámetros anteropos- se las costillas como las tejas de un tejado. Simul-
terier y transverso, rígido y en posición inspirato- táneamente, se produce lordosis con la conve-
ria, que se le ha calificado de «tórax en tonel». xidad dirigida hacia el lado enfermo.
Aumento del relieve costal, con horizontalidad 8. Tórax en la atelectasia pulmonar masiva.
de las costillas y ensanchamiento de los espacios Casi siempre por obstrucción neoplásica de un
intercostales, y que cuando se acompaña de cier- bronquio, el hemitórax aparece inmóvil y retraí-
to grado de cifosis aparece con la espalda redon- do, con los espacios intercostales estrechos y de-
Neumología 103
primidos, y hundidas las fosas supra e infraclavi- pleura (empiema), o pulmón, o de naturaleza sifi-
cular. La columna vertebral puede estar incurva- lítica, tuberculosa, etc. Si son viciosas, hipertrófi-
da hacia el lado afecto. Estos signos de retracción cas o queloideas, permiten formular un pronósti-
rara vez alcanzan la intensidad de las retraccio- co favorable cuando en el momento del examen
nes por esclerosis pulmonar o por paquipleuritis. el sujeto sufre un proceso tuberculoso activo,
9. Tórax cifoscoliólico. La deformidad, sea si- pues son indicio de una capacidad reactiva inten-
métrica o no, es muy patente. El tórax así confor- sa del tejido conjuntivo.
mado, no sólo predispone al enfisema (enfisema 4. Estrías lineales (vinosas si son recientes, O
toracógeno), sino también, por la elevación del anacaradas si son antiguas). Propias de los proce-
diafragma y la discolocación de los grandes va- sos que motivan la distensión exagerada del re-
sos, a complicaciones cardíacas. vestimiento cutáneo de un hemitórax en intensa
10 Tórax escafoideo. Se observa en la siringo- función vicatiante.
mielia. Se caracteriza por el hundimiento de la 5. Vesículas. Si están a lo largo del trayecto
parte superior del esternón, acompañado a veces de un nervio intercostal (sin rebasar la línea me-
de subluxación de ambas clavículas. dia), son propias del herpes zoster (al curar pue-
11. Tórax de polichínela. Es propio de sujetos den dejar manchas acrómicas indelebles y man-
acromegálicos. Llama la atención del observador el chas de color «café con leche» como en el sín-
enorme desarrollo total, con cifosis cervicodorsal, drome de Albricht y neurofibromatosis).
robustísimas clavículas y esternón prominente. 6. Equimosis. Si están en la raiz del tórax cof
12. Tórax telescopado. Es propio de los suje- tendencia a difundirse, por traumatismo medias-
tos con enfermedad de Paget. Corresponde a un tínico; o un rash petequial en el pliegue axilar an-
acortamiento del tórax, al que se suma la promi- terior y saco conjuntival inferior, en la embolia
nencia de ambas clavículas y una cifosis acentua- grasa del pulmón, secuente a fracturas de los
da. Ello, junto con la gran incurvación de los huesos largos.
miembros inferiores, tiene como consecuencia el 7. Eritema ab igne (cutis marmóreo). Limita-
que los brazos aparezcan como colgantes, llegan- do a una zona, viene indicado por un proce-
do sus extremos hasta las rodillas. so duluroso que ha requerido la frecuente aplica
ción de calor local, o por el excesivo uso de lám-
paras de luz ultravioleta para conseguir un bron-
Observaciones derivadas de la inspección ceado cutáneo artificial.
estática de la pared del tórax 8. Dermografismo rojo o blanco. La inestabili-
dad vasomotora es causa de la aparición de una
Comienza con los signos cutáneos. Á conti- roncha lineal roja al rascar la piel con la uña o
nuación, y ayudados por el tacto, nos daremos con un objeto romo.
cuenta del estado de las masas musculares, del 9. Ginecomastia. Las afecciones torácicas se si-
grosor del panículo adiposo, de las anomalías es- túan en el segundo lugar entre los factores etioló-
queléticas, de la existencia de adenopatías, del gicos de las ginecomastias, después de las afeccio-
aumento o angostura de los espacios intercosta- nes testiculares; el aumento del tamaño de las
les, etc. mamas es moderado, bilateral (si es unilateral es
más frecuente en el lado izquierdo) e indoloro. La
Fotocopiar sin autorización es un delito.
Anomalías de la piel del tórax. Limitán- causa más común es el cáncer de pulmón y el co-
donos a las vinculadas a la patología del aparato rioepitelioma, sin olvidar, a notoria distancia, las
respiratorio, citaremos: bronquiectasias y tuberculosis pulmonar, en espe-
cial tras tratamiento prolongado con hidracidas.
1. Nevos. Revelan una inferioridad contilu- 10. Latidos arteriales. En la coartación aórtica
cional de los órganos (si muestran una topografía del adulto, a medida que va haciéndose más pa-
unilateral no es raro que, en este lado del tórax, tente la circulación colateral, se palpan, y a veces
se localicen preferente o exclusivamente los pro- se ven, latidos arteriales a nivel de los «puentes
cesos tuberculosos). de compensación» (regiones supraclavicular, pa-
2. Acné. En la región escapulovertebral, sig- rasternal, interescapular, intercostal, etc.), en
S.A.
no de una sugestiva mayor resistencia orgánica donde se pueden también palpar frémitos y aus-
frente a la tuberculosis. cultar soplos.
O MASSON,
otros signos de lúes congénita y la bifurcación cla- secundarios. Los primeros resultan poco frecuen-
tes, y en el 80 % de los casos son de naturaleza
O MASSON,
fractura. A veces puede hacerse su diagnóstico En la espiración, el esternón y las costillas descienden. Las
retrospectivo por el callo que se forma al conso- costillas superiores divergen y las inferiores convergen. Los car-
tíilagos superiores forman un ángulo más obtuso con el ester-
lidarse la fractura. nón, y los cartílagos superiores de las partes opuestas se apro-
d) Cartílagos costocondrales. Pueden ser asien- ximan como si quisieran estrechar el espacio abdominal entre
to de procesos inflamatorios o traumáticos, en ellos, justamente debajo del xifoides, siendo el efecto que todo
ocasión de esfuerzos excesivos y repetidos. el tórax baje y se estreche. El cuello se alarga y se acorta el ab-
domen». Añadiremos, que existe un balance normal entre los
e) Espacios intercostales, Se angostan, llegando movimientos respiratorios Lurácicos y los correspondientes del
incluso a desaparecer en los casos extremos, por abdomen, con retracción de este último en la inspiración y dila-
disponerse las costillas como las tejas de un teja- tación en la espiración.
do, en la sínfisis pleural, atelectasia y tuberculo- “Estos tipos respiratorios son conocidos desde tiempo in-
memorial pues ya fueron descritos por el filósofo chino Lao-
sis crónica. Lo contrario sucede en el enfisema, Tsé quinientos años antes de Jesucristo, sugieren un carácter
derrame pleural reciente, neumotórax y parálisis sexual secundario que no se modifica durante la evolución nor-
de los músculos intercostales. mal del individuo.
Neumología 107
llama bradipnea, puede alcanzar cifras muy bajas, así periódica y sucesivamente (fig. 2-22).
hasta de 6 respiraciones por minuto en atletas Durante el período de apnea o interrupción de
O MASSON,
entrenados y en reposo. Como sea que al mismo la respiración, el CO, se acumula en la sangre y
tiempo está aumentada la amplitud respiratoria, gradualmente estimula el centro respiratorio has-
108 Semiología médica y técnica exploratoria
==m—o-—-.
superficial y Somnolencia o inconsciencia
silenciosa miosis, cianosis, descenso de la
tensión arterial
===
Fig. 2-22. Esquema de la respiración de Cheyne-Stokes.
ta que éste alcanza un máximo de actividad, pro- >. Intoxicaciones (morfínica, barbitúrica). En
duciendo una serie de respiraciones profundas. las que disminuye la excitabilidad del centro res-
Esta respiración forzada elimina su exceso, con piratorio.
lo que desaparece la estimulación del centro res- Durante el sueño profundo de algunas perso-
piratorio y la respiración cesa de nuevo hasta que nas ancianas, y en menor número en niños, pue-
la reacumulación del CO,, lo vuelve a activar. de observarse una «respiración cíclica» que ofrece
La respiración de Cheyne-Stokes no es una cierta semejanza con la que nos ocupa.
verdadera disnea, ya que no constituye una res-
piración penosa para el enfermo, pues éste no se Respiración «grande» de Kussmaul. De-
da cuenta de ella por estar más o menos incons- pende de una estimulación enérgica del centro res-
ciente. piratorio por acidosis. Es propia del coma urémico
Este tipo de respiración se observa en: y del diabético clásico (el hiperosmolar no cetoaci-
dótico tiene disnea, pero no de este tipo). Consiste
1. Afecciones vasculares esclerosas del cerebro, en una inspiración profunda y ruidosa seguida de
Muchas veces acompañadas de hipertensión ar- una pausa, y de una espiración rápida separada
terial. por un intervalo de la inspiración que la sigue. Es
2. Insuficiencia cardíaca izquierda. Por miocar- llamativo el contraste entre la energía de las excur-
diosclerosis asociada con una afectación vascular siones respiratorias y la debilidad general del suje-
general con aumento de la tensión arterial o sin to, que permanece tranquilo y quieto sin mostrar
ella. Esto último explica que nunca se observe en disnea ni signo alguno de obstáculo en la respira-
las lesiones valvulares, en las que faltan los facto- ción. Durante esta inspiración el pulso es siem-
res locales cerebrales; cuando coincide con pulso pre dícroto, se regulariza al cesar y vuelve a hacer-
alternante y ritmo de galope («tríada de Scherf»), se dícroto en la inspiración siguiente.
tiene un significado ominoso.
3. Algunas neuropatías orgánicas tumorales, He- Respiración de Biot. Consiste en breves
morragia cerebral, meningoencefalitis, etc. pausas apneicas sucesivas, si bien en los períodos
4. Respirando el aire enrarecido de las grandes intermedios la respiración es regular y de profun-
altitudes. Somervell y Pugh-Ward la observaron, didad normal. Es índice de lesión del centro res-
respectivamente, a partir de los 5,200 m, en los piratorio (meningitis, tumores, hematoma extra-
miembros de las expediciones de Bruce (1922) y dural) (fig. 2-23).
de Hunt (1953) al Everest, aunque siempre estan-
do dormidos y acostados y jamás en vigilia o en Respiración paradójica. Cuando las frac-
posición sentada o erguida. En el propio Edmund turas costales son múltiples o bilaterales, o la
Hillary, el primero que llegó a la cumbre del Eve- costilla se fractura en dos o más puntos, o se aso-
rest, el ciclo respiratorio consistía en dos respira- cian a fracturas del esterrión, se puede perder la
ciones cada una de las cuales duraba 3 s, seguidas estabilidad de la pared torácica con grave trastor-
por una pausa de 10 s; y en Lowe, otro miembro no para la función respiratoria. Esto es lo que se
de la misma expedición, en tres respiraciones conoce con el nombre de «volet costal» (flail chest,
profundas con una pausa intercalar de igual dura- tórax en postigo, flacidez o inestabilidad de la
ción. pared torácica). Durante la inspiración, y como
Neumología 109
y Í l
1 Apnea de L. Respiración de |
l duración variable | amplitud igual o 1
! Bsa30s |] desigual '
' ! 1'
1 l 1
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! | I
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|
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consecuencia de la presión negativa Intratorácica, das seguidas de una espiración rápida, motivo de
las costillas fracturadas se deprimen hacia el tó- un ruido particular conocido como «suspiro».
rax, interfiriendo con la expansión del pulmón Acompañada de una sensación angustiosa de so-
subyacente. El pulmón es incapaz de expandirse foco y ansiedad, puede durar varias horas, y cede
vicariando la inspiración en el contralateral (res-
piración pendular). En la espiración sucede lo
contrario; cuando la caja torácica se deprime, el
«volet» es lanzado hacia el exterior.
Algo similar ocurre con el mediastino durante
la inspiración, es atraído hacia el lado sano, y en la
espiración, hacia el patológico (balance mediastí-
nico). La circulación de retorno al corazón queda
dificultada (fig. 2-24).
<S
mala situación.
O MASSON,
más o menos temporalmente después de una ins- 1. Primera fase. Es activa inspiratoria. Se ob-
piración y espiración completas, logradas al cabo serva la apertura progresiva de la boca, la dilata-
de varios intentos. Es frecuente en sujetos jóve- ción de la porción laríngea de la faringe y la dis-
nes (sobre todo mujeres, con una historia de ten- tensión del tórax con descenso del diafragma. La
sión emocional crónica, conflictos espirituales y dilatación de la faringe es enorme, alcanzando
casi siempre con una vida asociada a una frustra- tres o cuatro veces su calibre normal. Hay tam-
ción progresiva). bién descenso de la lengua y hueso hioides. Du-
rante esta fase, la hipotensión torácica aspira la
Respiración jadeante. Es entrecortada y sangre de las venas corporales hacia el corazón,
teatral. La inspiración, ruidosa y rápida, se sigue por lo cual impulsa la circulación sanguínea. La
de una espiración violenta. El sujeto está agitado compresión de las venas yugulares origina estasis
y siente que le falla el aire, se señala después de venosa cefálica.
ejercicios físicos y de excitaciones psíquicas. El 2. Segunda fase. Corresponde al acmé inspi-
«jadeo» constituye la representación típica de la ratorio. Estos fenómenos de distensión alcanzan
pasión sexual al acercarse el clímax u orgasmo. su máximo en este período, en que es posible,
en sujetos predispuestos, la luxación de la mandí-
Hipo. Es una convulsión inspiratoria brus- bula.
ca, determinada por la contracción mioclónica 3. Tercera fase. Es pasiva espiratoria. Está
del diafragma acompañada de disminución del marcada por una espiración lenta y ruidosa; un
calible de la glotis, lo que produce un ruido gutu- bostezo rara vez se presenta aislado; a veces se
ral característico. Entre la forma aislada y el hipo acompaña de flexión pronta y luego extensión
persistente (mal hipante), existe una forma inter- lenta y graduada de los miembros, en particular
media de hipo o «flutter dialragmnático (corea de los pectorales (desperezo).
diafragmática) con sacudidas clónicas, cuya fre-
cuencia llega a 60 por minuto, mientras que la Las causas desencadenantes del bostezo son múl-
del hipo es baja, del orden de 15. tiples:
Se trata de un reflejo visceromotor con un
centro nervioso coordinado (bulbopontino, en la 1. Fisiológicas. Citaremos la somnolencia, así
vecindad del respiratorio y del vómito), y vías como el despertar de un sueño profundo, aburri-
aferentes y eferentes constituidas por los mismos miento, hambre, plenitud gástrica posprandial,
nervios (vago y frénico). Hay dos tipos de hipo: etcétera. Puede ser contagioso, sin ser exclusivo
(también el reír, sonreír o llorar son factores de
1. Central. Puede aparecer en los tumores imitación). A veces, la fatiga excesiva y el emba-
pontocerebelosos o de la medula espinal, en la razo son su causa. Se puede provocar voluntaria-
hidrocefalia, en los abscesos cerebrales, meningi- mente el bostezo con cuatro o cinco aperturas de
tis tuberculosa y, en general, en todos los síndro- la boca.
mes de hipertensión craneal, así como en la ence- 2. Patológicas. Las más importantes son las
falitis epidémica, en la tabes, en la epilepsia y en lesiones del tronco cerebral, siendo signo de gra-
la hemorragia cerebral. También en ciertas into- vedad, y como secuela respiratoria de la encefali-
xicaciones endógenas (uremia, coma diabético, tis letárgica, asociado a suspiros e hipo de tipo
coma hepático) o exógenas (digital, yohimbina, espasmódico. También se ha señalado en la his-
alcohol, etc.). En las personas nerviosas, se regis- teria, miastenia grave, epilepsias diencefálicas,
tra un hipo de origen central ante cualquier estrés hemiplejía (en que puede observarse el bostezo
emocional, A veces, adquiere la forma de un «tic» acompañado de la extensión del brazo paraliza-
ruidoso (tic eructante). do), en la corea, etc. Es frecuente en la convale-
2. Periférico. Tiene su origen en vísceras di- cencia de las enfermedades de larga duración.
gestivas, torácicas (tumores y adenopatías me- Los hipnóticos favorecen su aparición.
diastínicas, pericarditis con derrame, etc.) o lesio-
nes de la región cervical, como espondilitis, El bostezo es atribuible a una descarga en la es-
fracturas, metástasis óseas, etc. tructura motriz bulbocerebral, despertada por un
estado de excitabilidad particular del sistema reti-
Bostezo. Situado entre los reflejos automá- culado ascendente, correspondiendo a una baja de
ticos y los movimientos expresivos, consta de la vigilancia precediendo al sueño; además, o en
tres fases: vez de, a disminución de la excitabilidad de los
111
E IN
Neumología
mirada» (fig. 2-25). El aumento se observa en aquel Inspección de los espacios intercostales.
hemitórax cuyo pulmón, en función vicariante, su- Puede evidenciar su fuerte hundimiento (tiraje) en
ple el déficit funcional del pulmón del lado opues- los casos en que existe dificultad para la entrada
to enfermo (atelectasia masiva, derrame pleural, de aire en el pulmón, y su anormal abombamien-
neumonía lobular, etc.). La distensión exagerada to en las crisis de disnea espiratoria (asmática).
del revestimiento cutáneo puede ser causa, en cier-
tos sujetos, de estrías cutáneas lineales. La menor Inspección de la movilidad del diafragma.
expansión de un hemitórax en relación con el Se explora colocando al enfermo en decúbito su-
opuesto normal o distendido (por función vicarian- pino. Observaremos que al contraerse el diafrag-
te) se observa en procesos pleuropulmonares agu- ma y hundirse en la cavidad abdominal, provoca
S.A.
dos (pleuritis, neumonía) o crónicos (tuberculosis, un vacío en la cavidad pleural, con lo cual la pre-
sínfisis pleural), en las afecciones dolorosas (pleu- sión atmosférica produce la depresión de los últi-
O MASSON,
rodinia, miositis reumática, fractura costal), en la mos espacios intercostales (fenómeno diafragmá-
atelectasia masiva por oclusión del bronquio prin- tico de Litten). La movilidad diafragmática puede
112 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 2-26 A y B. . Técnica de Loewenberg para examinar la movilidad de las regiones apicales,
grandes vasos enfermos. La zona sensible guarda En la neuralgia frénica por irritación de este
relación con la topografía apical o basilar del pro- nervio (pleuritis mediastínica o diafragmática,
ceso; así, cuando se afecta la parte central del pericarditis, inflamaciones peritoneales, en las
diafragma (inervada por el nervio frénico), se cuales puede estar afectado el diafragma [absceso
produce dolor referido en el cuello y hombros, hepático, úlcera gastroduodenal perforada, etc.]),
en la zona de distribución cutánea de los seg- existen unos puntos dolorosos a la presión, que
mentos cervicales MI-V. El tercio posterior del son los siguientes:
diafragma, en relación con los últimos nervios 1n-
tercostales, proyecta su dolor sobre la pared en el 1. Entre dos haces claviculares del músculo es-
límite toracoabdominal. En el síndrome diafrag- ternocleidomastoideo, en donde el nervio frénico
mático global, se asocian los dos focos de pro- cruza el músculo escaleno anterior.
yección dolorosa. 2. En el El espacios intercostales, junto al es-
La palpación de las fosas supra e infracalvicula- ternón.
res, es dolorosa en los procesos apicales tuber- 3. En la línea parasternal a nivel del X cartíla-
culosos, tumorales (Pancoast), síndrome de la go («botón diafragmático anterior»).
entrada del tórax (thoracic outlet) y pleuritis del 4. Enla inserción diafragmática con la pared
vértice. En el primer caso, el dolor mengua, cesa torácica.
o aumenta según la evolución del proceso, lo 5. Ala salida de los nervios cervicales en el cue-
cual le confiere carácter pronóstico relativo. En llo, junto a las vértebras cervicales; el dolor en
el carcinoma apical, existe un leve abultamiento esta región es referido al área supraclavicular.
o al menos una discreta reducción de la profun- 6. En el XI espacio intercostal, junto a la colum-
didad de la fosa supraclavicular del lado afecto. na vertebral («botón diafragmático posterior»).
En estos casos, la escasa retracción de esta fosa 7. Al lado del apéndice xifoides, entre este y el
durante la «maniobra de Múller» y su poca ex- espacio intercostal («punto epigástrico»).
pansión en la espiración forzada (Valsalva), afir-
man el diagnóstico. Al explorar la sensibilidad ósea presionando
La profundidad de la fosa yugular guarda rela- con el pulpejo del dedo, podemos encontrar que
ción con la del tórax. Es notable en el enfisema, el punto doloroso corresponde a una lesión ana-
los sujetos desnutridos y en los portadores de tómica bien definida, como un foco de fractura (a
una gran masa en el mediastino anterior; dismi- veces con crepitación), osteítis, tumor, o que al
nuye en las lesiones retrotraqueales que ensan- tacto no revela anormalidad alguna. En este últi-
chan el espacio prevertebral en la raíz del cuello, mo caso, hablamos de «ostealgia», la cual puede
proyectando la tráquea hacia delante como en las observarse en zonas limitadas o comprender toda
mediastinitis, acalasia y en el aneurisma aórtico, la extensión del hueso. Las costillas (ostealgia cos-
en el cual la punta del dedo situada detrás de la tal) y el esternón (esternalgia) duelen a la presión
horquilla percibe un impulso sincrónico con digital o a la percusión ligera y en relación con la
la sístole. Esto es más patente en los sujetos píc- sobreactividad de la médula ósea en las leuce-
nicos y durante la espiración forzada. mias, en la anemia perniciosa, en la mononucleo-
En la neuralgia intercostal, hay una franja cutá- sis infecciosa, en el mieloma múltiple, en la enfer-
nea hipersensible y un dolor exquisito a la pre- medad de Gaucher, en la endocarditis maligna
Fotocopiar sin autorización es un delito.
te lateral» se irradia por los tegumentos. apófisis espinosas desde la T3 a la T7. Este signo
se encuentra en casos de adenitis traqueobron-
O MASSON,
En la tromboflebitis de las venas que drenan mismos segmentos medulares. Si es el lóbulo su-
la mama, se aprecia una tumefacción dolorosa de perior el afectado, este reflejo visceromotor mo-
la parte inferoexterna del seno (más a menudo tiva la rigidez del trapecio, escalenos, elevador
del izquierdo) y el característico cordón tenso y del ángulo de la escápula, pectorales y diafrag-
sensible que sigue el trayecto de la vena inflama- ma del lado afecto; si la base (pleuritis aguda), la
da; suele tener de 20-30 mm de longitud y de 3- de la masa lumbar (signo de Ramond). Esta rigi-
8 mm de diámetro; se dirige inferiormente para dez no tiene nunca la intensidad de los músculos
perderse en reborde costal; su percepción se faci- abdominales en la peritonitis, pero es perfecta-
lita al levantar el seno y abducir el brazo; su evo- mente demostrable pinzando entre el índice y el
lución es benigna y persiste durante años bajo la pulgar una doblez muscular o colocando la punta
forma de una banda fibrosa submamaria; se atri- de los dedos perpendicularmente y apretando
buye a la presión ejercida por el sostén en el plie- primero con ligereza y luego más profunda-
gue submamario (en mujeres de senos volumino- mente, en una forma «vibratoria», prestando gran
sos) con compromiso del retorno venoso. atención al grado de resistencia encontrada,
La presencia de un absceso o de un empiema siempre superior a la de los músculos sanos que
necessitatis (cuando el pus de origen pleural atra- sirven como término de comparación. La rigidez
viesa los músculos intercostales y se colecciona del músculo diafragma se revela por la menor ex-
debajo de la piel para drenar al exterior) motiva cursión inspiratoria, que se pone de manifiesto
una tumoración, a veces animada de latidos si se por la falta del fenómeno diafragmático de Litten
encuentra cerca del área cardíaca (empiema pul- o por radioscopia. Si la enfermedad persiste, se
sátil), recubierta de una piel rosada, caliente y establece la atrofia muscular, que se comprueba
edematosa (se reconoce porque al comprimir comprimiendo con los dedos y comparando la
deja huella o fóvea) que presenta el «signo de la resistencia opuesta por el tono muscular con la
fluctuación»”, del lado opuesto.
En el enfisema pulmonar y asma bronquial,
Si existe aire en el tejido celular subcutáneo existen intensas contracturas musculares a nivel
(enfisema), abulta la parte afecta (en el mediasti- del hombro, cuello, partes torácicas paraverte-
nico propagado al cuello, las fosas supraclavicu- brales y ventrales de los músculos del pecho, y
lares forman como almohadillas gaseosas), cuyos sobre todo pectorales. A la palpación se encuen-
tegumentos ceden a la presión sin dejar huella, tran nódulos de miogelosis.
pero despertando una crepitación, como si com-
primiéramos entre los dedos un trozo de tejido
pulmonar que contiene aire. GANGLIOS DEL CUELLO, AXILAS
En la estenosis ístmica o coartación aórtica, a Y TÓRAX
medida que va haciéndose más patente la circu-
lación colateral, se palpan y a veces se ven, lati- Se alteran en algunos procesos de las vías res-
dos arteriales a nivel de los «puentes de compen- piratorias altas, así como de la pleura y pulmón;
sación» (regiones supraclavicular, parasternal, no olvidemos que a veces, a pesar de su topogra-
interescapular, intercostal, etc.), en donde se pue- fía, son sintomáticos de procesos generales o dis-
den palpar también frémitos y auscultar soplos. tantes (leucemias, morbus Hodgkin, neoplasias di-
Cuando el pulmón o la pleura se hallan afec- gestivas, etc.). Precisaremos su número (mono o
tos de un proceso inflamatorio agudo, se produce poliadenitis), tamaño, consistencia, sensibilidad,
una contractura de los músculos asociados al movilidad y características de las adherencias,
área común de inervación relacionada con los etc. La palpación se realizará simultáneamente
en ambos lados, para establecer mejor compara-
ciones, siempre necesarias!”.
"Este signo se demuestra comprimiendo el tumor con un
dedo de la mano derecha, al mismo tiempo que otro de la
mano izquierda percibe una ligera elevación; desde el momen-
to en que el dedo derecho, sin moverse de su sitio, deja de "De los 400 a 700 ganglios que posee el organismo huma-
comprimir, pero continúa aplicado el izquierdo, aquél nota por no, un tercio de ellos se hallan situados en el cuello, es decir en
reflexión una pequeña oleada. Para que se produzca este fenó una región corporal tan al alcance de nuestra observación clíni-
meno es indispensable que la pared del tumor sea elástica y ca que su alteración puede verse, palparse y, por último, inves-
que la tensión del liquido no sea excesiva. Se evidencia mejor tigarse por medio de su extirpación y estudio histológico. Los
estando ambos dedos próximos y colocados de plano, no tan- ganglios más accesibles para la biopsia son los cervicales supe-
gencialmente (fig. 2-27). riores y los preescalénicos.
Neumología 115
Reyiór
gingivobucal
;
anterior
o
Ganglo
yugular
Región
superior
gingivobucal
G li
Y ¡ lateral
angro
subángulo Neuemaxiar
"o ! BONUS Ganglio
maxilar
cu MA submentoniano
Dedo de acción
A
Ganglio
Fig. 2-27. Método para buscar la Auctuación en las subánguio
pequeñas tumefacciones.
bre) y recibe los linfáticos de la base de la lengua. introducidos bajo la masa carnasa muscular diso-
La cadena yugular está constituida por otras tres cian muy bien las masas ganglionares subyacen-
O MASSON,
paralelas que se disocian fácilmente por palpa- tes, que pasan fácilmente inadvertidas sin este
ción, sirviendo de puntos de referencia los bor- pequeño artificio técnico.
116 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 2-31, Examen de la axila. A) El brazo está elevado y los dedos del médico se sitúan lo más alto posible.
B) Nótese que el brazo de la examinada descansa cómodamente sobre el brazo del examinador. C) Examinando
desde atrás, los ganglios linfáticos subescapulares se encuentran en el pliegue posterior de la axila.
118 Semiología médica y técnica exploratoria
hipertrofias ganglionares situadas sobre la mem- coge los hombros con sus manos, colocadas en
brana costocoracoidea cuando existe una oblite- cierto modo a caballo sobre el trapecio, invitán-
ración del hueco infraclavicular. Además, puede dolo a respirar tranquilamente. La expansión ins-
haber una prominencia unilateral de las venas de piratoria es menor en el lado enfermo. Puede rea-
esta región. lizarse tanto por vía anterior o posterior.
2. Movilidad de las regiones infraclaviculares. Se
explora con la «técnica de Loewenberg» o. «de las
FRECUENCIA DE LA RESPIRACIÓN manos cruzadas» (fig. 2-33), o la «técnica de Ho-
Y MOVILIDAD RESPIRATORIA over» (fig. 2-34), en la cual, el enfermo se dispone
en la camilla de exploración en decúbito supino y
Para explorar la frecuencia respiratoria, se co- con el médico a su lado derecho; éste coloca la
loca la mano sobre el pecho del enfermo y se mano izquierda sobre la región infraclavicular iz-
cuentan las respiraciones por minuto, La frecuen- quierda, aplicando el dedo anular sobre la 11 cos-
cia puede ser la normal, puede estar disminuida tilla en la línea medioclavicular, el dedo medio
(bradipnea) o aumentada (taquipnea). La palpa- sobre la ll costilla, entre la línea medioclavicular
ción ayuda a la inspección, para poner de mani- y la axila anterior, y el dedo índice sobre la IV
fiesto las pequeñas anomalías en la amplitud y costilla, a la altura de la línea axilar anterior. Se
simetría de los movimientos respiratorios; a ve- repite la misma maniobra a la derecha, cambian-
ces es más útil que el sentido de la vista. do la posición y la mano que palpa. Normalmen-
te, en ambos lados, las costillas se mueven todas
1. Expansión de los vértices. Se explora con la al mismo tiempo y con igual amplitud. Cualquier
«maniobra de Rouault» (fig. 2-32). El enfermo es- anomalía en la expansión pulmonar, ya sea en
tará sentado con el tórax desnudo. El médico defecto (enfisema, neumotórax, procesos pleura-
Fig. 2-34, Exploración de la movilidad de la región Fig. 2-35. Exploración de la expansión de las bases
infraclavicular con la técnica de Hoover. desde el plano anterior, Los pulgares casi se juntan en
la línea media anterior a la altura de la VI articulación,
y los demás dedos, horizontalmente dirigidos hacia
fuera, llegan a la línea axilar media.
les [derrame, sinequias]), condensación pulmo-
nar), ya en exceso (pulmón en función vicariante
de partes vecinas enfermas), es percibida con fa-
cilidad.
3. Movilidad de las bases del pulmón. Se explo-
ra desde los planos anterior y posterior, inspiran-
do y espirando profundamente. En el plano ante-
rior, los pulgares casi se juntan en la línea media
a/la altura de la VI articulación y los demás de-
dos, horizontalmente dirigidos hacia fuera, lle-
gan a la línea axilar media (fig. 2-35). En.el plano
posterior, las manos aplicadas de plano alcanzan
desde la línea media posterior a la axilar media
(fig: 2-36).
Fig. 2-36. Exploración de la expansión de las bases
FRÉMITO PECTORAL O VOCAL desde el plano posterior. Las manos, aplicadas de pla-
(VIBRACIONES TORÁCICAS) no, alcanzan desde la línea media posterior a la axila
media.
Consiste en la vibración de las paredes del tó-
rax al hablar, cantar, gritar, y que percibe la
mano palpando al mismo tiempo.
Se pide al enfermo que con voz bien articula-
sin autorización os un delito.
especialmente recomendable en las regiones api- bronquios con la pared explica que las vibracio-
cales, a causa de la configuración anatómica. Con nes sean más intensas en la región escapuloverte-
la técnica de Eichhorst, aprovechando la exquisita bral, sobre todo derecha, y en el plano anterior
sensibilidad de las regiones periarticulares, que que en el posterior.
permiten percibir indicios de vibración, se aplica e) Distinta resistencia y amplitud vibrátil de la
sobre el tórax, ejerciendo una presión mínima, el pared del tórax. El tórax de un joven vibra más
borde cubital de la mano, en las proximidades de que el de un anciano, en quien la rarefacción del
la articulación carpometacarpiana (fig. 2-38). parénquima pulmonar y sobre todo la osificación
de los cartílagos costales, lo convierte en un peto
1. Intensidad de las vibraciones. Depende de rígido. La disposición de los planos musculares
varios factores: motiva que la intensidad de las vibraciones dis-
minuya de arriba abajo en el plano anterior y de
a) Cualidades de la voz (intensidad, tono, abajo arriba en el posterior, La presencia de grasa
timbre). A igualdad de tono y timbre de la voz, dificulta su percepción.
las vibraciones guardan relación con su intensi- De todo lo dicho, se deduce que no existe un
dad, siendo más fuertes en un sujeto que habla tipo normal de vibración aplicable a todos los in-
con voz alta que cuando lo hace con voz normal dividuos, sino un tipo individual subordinado a
o cuchicheando. Por este motivo, disminuyen en la edad, sexo; timbre y tono de la voz, estado de
los ancianos y en las personas débiles o enfer- nutrición y configuración anatómica dela caja
mas. En las mujeres y en los.niños que tienen torácica.
voz aguda, de tono alto y fino, las vibraciones se
perciben con mayor dificultad y están aumenta- 2. Las vibraciones vocales aumentan de intensidad:
das en el vértice y disminuyen, hasta a veces des-
aparecer, a medida que se desciende hacia la a) Cuando el parénquima aparece condensado y
base. En los hombres de voz grave y fuerte, las sin aire. Lo que acrece su aptitud vibrátil (neumo-
vibraciones se aprecian bien en todo el tórax y nías en la fase de hepatización, bronconeumonía
son más intensas enla base; seudolobular, tumores, procesos tuberculosos
Si hacemos cantarla escala de notas a un suje- masivos, etc.).
to, nos daremos cuenta de que en las notas gra- b) En todos los estados patológicos del pulmón,
ves las vibraciones se perciben mejor en la base; que conducen a la formación de cavidades ampliamen-
a medida que la voz se va elevando, también lo te abiertas a los bronquios. Como son las cavernas
hacen las vibraciones, hasta el punto de que en tuberculosas y las dilataciones bronquiales (bron-
las notas agudas el frémito se percibe exclusiva- quiectasias), siempre que estas cavidades no es-
mente en las regiones infraclaviculares y en las tén recubiertas por una gruesa capa pleural capaz
fosas supraspinosas. de interceptar las ondas vibrátiles,
b) Diámetro mayor o menor de las vías respirato- e) Cuando el pulmón subyacente está sometido a
rías superiores. La proximidad de la tráquea y un funcionamiento exagerado por suplencia funcional.
El aumento del frémito unido a la respiración su-
plementaria y a la hipersonoridad percutoria (sko-
dismo) indican que la parte del pulmón en que se
perciben estos signos está sana; pero que existe en
otro punto un foco patológico al que compensa.
3. Las vibraciones vocales disminuyen de intensi- pequeñas vesículas; se aprecia con mayor inten-
dad: sidad en la inspiración. La difusión de este frémi-
to es limitada y significa tan sólo el movimiento
a) En las lesiones de la laringe (laringitis aguda del material líquido en una excavación pulmonar.
o crónica, parálisis de las cuerdas vocales, etc.). d) Frémito pleural. Se encuentra en las pleuritis
Las vibraciones producidas son mínimas y el es- secas o con secreción fibrinosa escasa, percibién-
tímulo transmitido a la pared débil o nulo. dose mejor en las bases y durante la inspiración.
b) En la ocupación bronquial. Por cuerpo extra-
ño, masa tumoral, compresión extrínseca, acu-
mulación de falsas membranas (bronquitis seu- ELASTICIDAD TORÁCICA
domembranosa), exudado fibrinoso (neumonía
masiva, etc.). Dificulta y aun impide la trans- Guarda relación con la de la pared ósea, su-
misión, en sentido descendente, de la columna mada a la de su contenido. Es mayor en los niños
aérea en vibración. y en las mujeres. Se aprecia aplicando la palma
c) Por la pérdida de elasticidad de la jaula toráci- de una mano en la cara anterior de un hemitórax
ca. Como en el tórax senil. En el enfisema atrófi- y la otra en la pared posterior, diametralmente
co del anciano, se añade a la anterior, la mala dis- opuestas, mientras se realizan con ellas presiones
posición vibrátil del parénquima rarefacto. de acercamiento (amplexación de Lasegue). Se
d) Porla interposición de un obstáculo entre el ór- comprueba la mayor o menor facilidad con que
gano que vibra (pulmón) y la mano que palpa. De- la caja se deja deprimir. Efectuado el examen de
rrame pleural, adherencias pleurales, neumotó- un hemitórax, se procede de igual manera con el
rax, edema o enfisema subcutáneo, adiposis opuesto y, finalmente, se compara con puntos si-
excesiva de la pared. métricos de uno y otro lado.
En condiciones anómalas, disminuye en am-
El hecho paradójico que representa la presen- bos lados por igual en el tórax raquítico (osifica-
cia de vibraciones torácicas, incluso aumentadas ción de los cartílagos costales) y en el enfisemato-
de intensidad, a nivel de un derrame líquido o so, en el que la osificación de los cartílagos se
gaseoso, se explica por la existencia de las llama- añade a la pérdida de la elasticidad pulmonar. En
das «vibraciones indirectas o de retorno», las cua- la espondiloartritis anquilosante, la maniobra,
les, una vez han alcanzado las zonas pulmonares además de estar dificultada por la afectación de
del mismo lado o del opuesto en suplencia fun- las articulaciones costotransversales, es dolorosa
cional y, por tanto, en aumentada amplitud vi- por el mismo motivo. La disminución de la elasti-
brátil, ponen en conmoción la región que ha de- cidad de un hemitórax ocurre por densificación
jado de vibrar por su cuenta. del pulmón subyacente (neumonía, tumores,
quistes) o por la presencia de un derrame pleural.
4. Frémitos: La elasticidad aumenta en el neumotórax a poca
presión y en el pulmón sometido a hiperactividad
a) Frémito laringotraqueal. Apreciable sobre la funcional en suplencia del lado opuesto enfermo.
laringe y porción cervical de la tráquea, significa
obstrucción traqueal y falta en la bronquial, mo-
Fotocopiar sin autorización es un delito
dy) Frémilo cavernoso. Se produce por la exis- Se coloca la mano izquierda horizontalmente
tencia de cavernas superficiales y de gran tama- sobre la parte posterior del tórax, por debajo de
(O MASSON,
ño, localizadas en el lóbulo superior. Parece que la punta del omóplato derecho, y se percute lige-
debajo de la mano estallan una gran cantidad de ramente con la mano derecha al nivel de las cos-
122 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 2-39. Movimiento pendular de la tráquea. A) Desplazamiento a la derecha durante la espiración en el enfi-
sema obstructivo o en el neumotórax al lado izquierdo. B) Retorno a la posición media durante la inspiración.
C) Desplazamiento a la izquierda durante la inspiración en la atelectasia del pulmón izquierdo.
nubrio y de unos 19 cm a nivel del extremo infe (neumonía central, tumores, aneurismas) situa-
rior del esternón, en el varón, y algo menor en la dos más allá de este límite no producen cambios
mujer. El diámetro transversal del tórax a nivel en la nota de percusión. Lo propio ocurre con las
de los pezones es de unos 26 cm en el varón y lesiones de menos de 2-3 cm de diámetro, y con
menor también en la mujer. Los diámetros obli- el líquido libre en la cavidad pleural cuyo volu-
cuos nos proporcionan una idea de las posibles men no exceda de 200-250 ml.
deformaciones de la caja torácica. La posición del enfermo durante el examen
3. Cinometría. Tiene por objeto obtener el será diferente según la región que se desee percu-
trazado de la sección horizontal del tórax a dife- tir. La mejor es la de pie o sentada, con los bra-
rentes alturas. El fijar gráficamente la deforma- zos caídos pasivos a lo largo del tronco, y las pal-
S.A.
ción torácica tiene la ventaja de que nos permite mas de las manos sobre las rodillas a fin de
darnos cuenta de las variaciones que ésta sufre relajar la musculatura torácica.
O MASSON,
nota pulmonar normal no es la misma en todo el área, debe pensarse siempre que no existan alte-
pulmón. En los vértices, hay una cierta disminu- raciones de la columna vertebral, en procesos re-
ción de sonoridad, pues al desarrollo de las ma- tráctiles o infiltrativos del vértice pulmonar.
sas musculares se añade la menor cantidad de te- 2. Del plano posterior (fijándonos, sobre todo,
jido pulmonar vibrante, cosa fácil de comprender en la movilidad de las bases) y determinación de la
si consideramos que los pulmones llenos de aire expansión del pulmón en las bases. El sonido obte-
tienen forma de cono de vértice superior, de nido en este plano es de tonalidad algo más ele-
suerte que hay más pulmón en la parte inferior vada, por ser las costillas más robustas y obrar la
del tórax que en la superior. El sonido claro pul- columna vertebral y escápula con sus músculos
monar más puro se obtiene a nivel de ambas axi- como amortiguadores. No olvidemos que, por su
las, sobre todo la derecha; a ella siguen ambas forma convexa, la pared torácica posterior es me-
bases y las regiones infraclaviculares. nos elástica, lo que motiva la pérdida de una par-
te de la fuerza empleada para percutir (acción de
Antes de comenzar la percusión, el médico las bóvedas). Se percute en sentido descendente
debe buscar esta nota fundamental, en la región a partir del vértice, pasando por la parte media
axilar derecha (o izquierda si la lesión se en- de la región escapulovertebral. La sonoridad del
cuentra localizada en el pulmón derecho) y tórax va aumentando gradualmente, siendo má-
comparar con ella los signos obtenidos en otras xima a nivel de las bases, a medida que disminu-
regiones. ye el grosor de las masas musculares y aumenta
la cantidad de pulmón vibrante.
Una vez alcanzado el límite inferior del pul-
Dinámica de la percusión pulmonar món (a la altura de una horizontal que pasa por la
apófisis espinosa de T10 o a unos cuatro dedos
La percusión del pulmón, para ser completa, por debajo del ángulo de la escápula), se procede
precisa la exploración sucesiva: al examen de la movilidad de las bases; se pide al
enfermo que contenga la respiración después de
1. De los campos apicales de Krónig. Se realiza si- una inspiración profunda, observando el nivel has-
tuándose el médico detrás del paciente y empezan- ta el cual se extiende la resonancia pulmonar; acto
do a percutir entre el arranque del cuello y del hom- seguido, el paciente hace una espiración forzada y
bro hacia ambos lados, hasta encontrar el paso del se observa el nuevo límite. Normalmente, la dife-
sonido pulmonar al mate. Las percusiones deben rencia entre ambos es de 4-6 cm, siendo práctica-
hacerse con mediana intensidad. Se obtiene así un mente igual en los dos lados. Si la excursión de un
área percutoria de sonido bajo, fuerte y prolongado, lado se haila dificultada o impedida por adheren-
que aumenta de diámetro hacia delante y atrás. cias, pleuritis, procesos dolorosos del tórax, etc,
En el individuo sano, las franjas sonoras son este cambio de resonancia en la inspiración queda
iguales en ambos lados (fig. 2-44). Si en uno de abolido o disminuido, mientras que en el lado
ellos se observa un acentuado estrechamiento del normal encontramos la diferencia habitual.
Fotocopiar sin autorización es un delito.
CCC
€ UC
S.A.
O MASSON,
A B
gran dolsal por detrás, el dedo se coloca perpen- moiseau-Ellis». Si cambiamos de posición al en-
dicularmente o se recurre a la ortopercusión. El fermo, percutiéndolo primero sentado y luego en
límite inferior de la región lateral derecha es muy decúbito lateral, la línea de matidez se desplaza,
preciso, pues corresponde a la matidez hepática; aunque muy poco, siempre que la cantidad de lí-
el de la región lateral izquierda resulta bastante quido no sea muy grande, caso en el cual no se
menos manifiesto, debido a que se continúa con modifica en absoluto. En los derrames enquista-
la hipersonoridad del espacio de Traube y con la dos, la zona mate guarda relación con la ocupada
matidez esplénica. La movilidad respiratoria del por el líquido, y en el interlobular, dibuja una
borde inferior del pulmón es máxima a nivel de franja oscura entre dos sonoras, especialmente
la región axilar, llegando incluso, si situamos al manifiesta en la región axilar.
paciente en posición lateral, a valores de 6-8 cm.
2. Aumento de la sonoridad a la percusión. Au-
La percusión del hueco axilar tiene valor menta en las siguientes circunstancias:
considerable para la exploración del vértice pul-
monar. Si percutimos en su porción más alta, a) Enfisema atrófico y compensador (o vicarian-
caemos sobre la parte lateral del segundo espa- te). En el primer caso, el abombamiento y rigidez
cio intercostal. del tórax, junto con la atrofia del tejido vibrátil
pulmonar, motivan aumento de resonancia y dis-
minución de tono con un timbre con cierto grado
REPERCUSIÓN DE LOS PROCESOS de timpanismo, «sonido de caja de cartón vacía».
RESPIRATORIOS EN EL SONIDO En el segundo caso, una porción de pulmón
PERCUTORIO sano trata de compensar otras enfermas y que,
por tal motivo, respiran mal (en el vértice, en las
Las enfermedades del aparato respiratorio ocupaciones de la base, en las bases en los proce-
suelen modificar los caracteres del sonido de per- sos apicales), la sonoridad aumenta sin adquirir
cusión. Sin embargo, esta regla no es absoluta y carácter timpánico, sino una resonancia aguda
escapan de ella las bronquitis agudas o crónicas, especial, con carácter de cosa hueca (resonancia
las bronquiectasias no complicadas, las sínfisis skódica o skodismo).
pleurales muy delgadas, los derrames pleurales b) Neumotórax espontáneo. El timbre del soni-
poco copiosos (menos de 250 ml) y las lesiones do es blando y su tonalidad percutoria, distinta se-
situadas profundamente (más allá de 5 cm) o gún la tensión a que está el aire dentro de la cavi-
poco extensas. dad pleural; si ésta aumenta fuertemente, el tono
se va haciendo cada vez más alto, pero sin perder
1. Disminución de la sonoridad a la percusión. su carácter timpánico; en estos casos, cabe obser-
Disminuye en las siguientes circunstancias: var un timbre anfórico del sonido percutorio.
Cuando se percute una caverna de un diáme-
a) En todas las condensaciones del parénquima tro superior a 4 cm radicada cerca de la pared y
pulmonar. Atelectasia masiva, procesos tumorales unida a ella por una franja de tejido pulmonar
y tuberculosos, neumonía. En esta última, la ma- hepatizado, el sonido es a menudo timpánico.
tidez suele acompañarse de una cierta resonancia No es raro, a la percusión fuerte, el ruido de «olla
Fotocopiar sin autorización es un delito.
(lugar donde el pulmón se colapsa con más facili- lado del enfermo (auscultación a distancia o ex-
dad) constituyendo la «curva parabólica de Da- traauscultación).
128 Semiología médica y técnica exploratoria
co ción
Be 4] E y
Fig. 2-46. La auscultación dede ser correcta y ordenada, empezando por los vértices y descendiendo en zig-zag
hasta las bases, auscultando ambos campos pulmonares de forma simétrica y alternante. Si se empieza auscultan-
do el vértice izquierdo (A) terminará la auscultación en la base derecha (B) y viceversa. El fonendoscipio no debe
sufrir ningún tipo de roce para evitar ruidos sobreañadidos que puedan interferir la interpretación de los sonidos
que producen las zonas examinadas.
situada hacia la parte media de la espina de la es- ad) Punto de alarma basilar. Inmediatamente
cápula, que se conoce con él nombre de «tubér- por debajo de la escápula. Importante para el
culo del trapecio». Es uno de los sitios más ade- diagnóstico precoz de neumonías, bronconeu-
cuados para descubrir por auscultación el monías y corticopleuritis.
comienzo apical de la tuberculosis pulmonar. e) Punto cisural, Coincide con el borde inter-
d) Punto hiliar. Corresponde a la bifurcación no de la escápula, oblicuada al colocar la palma
de la tráquea, grandes bronquios y zona ganglio- de la mano del brazo del mismo lado sobre el
nar del hilio. En la región escapulovertebral, a la hombro opuesto. Corresponde a la cisura interlo-
altura de la apófisis transversa de T3. bular (fig. 2-48).
sín autorización es un delo.
S.A. Fotocopíar
O MASSON,
Fig. 2-47. Ángulo asmático de Gutmann (AAP, astlr- Fig. 2-48. Posición útil para poner en evidencia la ci-
ma auscultation poínt). sura interlobular.
130 Semiología médica y técnica exploratoria
DP Punto axilar. En lo alto de la axila. Alcanza tanto durante la inspiración como en toda la es-
la parte alta del lóbulo superior. piración, a nivel de la laringe, tráquea y esternón
(sobre todo en su borde derecho) y, por detrás, a
7. No debe terminarse jamás la auscultación lo largo de la columna vertebral y en la parte in-
torácica sin haber hecho toser al paciente. La inspira- terna de los espacios escapulovertebrales. Se imi-
ción que precede a la tos y la fuerte espiración ta bien, soplando en la mano doblada en forma
que la sigue pueden poner de manifiesto un so- de tubo o en uno de cartón o madera de calibre
plo latente, unos crujidos, un tintineo metálico, o mediano o cuando con la boca colocada como
pueden hacer desaparecer, al movilizar las secre- para pronunciar la letra «g», se inspira y espira
ciones bronquiales, unos roncus o unos ruidos si- con fuerza. Se debe a los grandes remolinos de
bilantes. Es conveniente avisar al enfermo para aire que se producen en la hendidura glótica. Las
que, en plena auscultación y a una señal conveni- cuerdas vocales que limitan el orificio están más
da, ensaye un golpe de tos único y seco, que re- juntas durante la espiración que durante la inspi-
petirá las veces que sean necesarias. Toda auscul- ración, lo que explica que el soplo espiratorio sea
tación sin este requisito es técnicamente defectuosa. más intenso y agudo que el inspiratorio. Entre
8. Es muy útil anotar gráficamente lo observa- los ruidos glóticos de uno u otro movimiento res-
do. Un buen paradigma es más demostrativo que piratorio hay un intervalo silencioso muy corto.
una larga explicación (v. cuadro de la pág. 186). Las vibraciones que llegan hasta las terminacio-
nes bronquiales en el parénquima pulmonar se
extinguen por difusión, refracción y reflexión,
Leyes para el diagnóstico entre los múltiples tabiques tensos y elásticos
por auscultación que existen en esta región.
tercio o poco más, dura menos que la inspira- piración y el comienzo del murmullo vesicular
ción, como 3:1. que le sigue.
En un ciclo respiratorio completo, no se perci- 5. Simetría. El murmullo vesicular es simétri-
be en la inspección pausa alguna entre el final de co, es decir, se presenta con iguales característi-
la espiración y el principio de la inspiración, lo cas acústicas (fuerza, timbre) en las partes simé-
cual no ocurre auscultando, pues entre el final del tricas de los pulmones. Sólo hay una excepción,
ruido espiratorio y el comienzo del murmullo ve- en la región escapulovertebral derecha y hacia la
sicular que le sigue existe un silencio que com- espina del omóplato la respiración es más fuerte
prende casi los dos tercios finales de la espira- o de un timbre bronquial más rudo que en la
ción. zona opuesta, debido al mayor grosor de los tu-
bos bronquiales a este nivel.
4. Ritmo. Ya hemos insistido en que, mien- de la voluntad, y todas sus modificaciones son
tras la inspiración es toda ella audible, la espira- siempre patológicas:
O MASSON,
Tabla 2-3. Alteraciones patológicas del murmu- suave y toma un timbre seco, áspero y granulo-
llo vesicular so, aparece este tipo de respiración. Depende de
una congestión ligera del alveolo o de una irregu-
Alteraciones de su intensidad
Aumento del murmullo laridad en la mucosa de los bronquíolos, que
Disminución o abolición del murmullo se encuentran parcialmente cerrados o abollados
Alteraciones de su timbre (o calidad) por la compresión de pequeñas formaciones in-
Respiración ruda flamatorias, desarrolladas en el tejido pulmonar
Alteraciones de su tono circundante. Señala precozmente una lesión con-
Respiración grave o baja gestiva o inflamatoria del aparato alveolobron-
Respiración aguda o alta quial.
Alteraciones de su ritmo No caeremos en la confusión de considerar
Inspiración acortada
como términos sinónimos respiración ruda y respi-
Espiración alargada
Respiración continua ración fuerte. Una es la alteración de timbre, otra
Respiración a sacudidas la intensidad. Si bien es frecuente encontrar res-
Respiración «en rueda dentada» piración ruda y fuerte, es asimismo posible hallar
respiración ruda y débil.
3. Alteraciones de su tono:
a) Aumento del murmullo. En ambos pulmo- a) Respiración grave o baja. Tiene escaso valor
nes, en las disneas centrógenas; cuando es locali- diagnóstico, no obstante, se encuentra al final de
zado, señala zonas pulmonares en suplencia fun- las bronquitis o al principio de la tuberculosis; su
cional (respiración suplementaria), siendo signo causa reside en la tumefacción de la mucosa
indirecto, y cierto, de una lesión que puede radi- bronquial o del endotelio alveolar, la entrada del
car en el mismo pulmón o en el pulmón opuesto. aire se hace a menor velocidad, lo que da un rui-
b) Disminución o abolición del murmullo. Se se- do de tono bajo.
ñala en todos aquellos casos en que se encuentra b) Respiración aguda o alta. Marca la transmi-
alterada su normal producción o transmisión. Tal sión entre la respiración normal y el soplo. Se
sucede: manifiesta, al principio, sobre la fase espiratoria,
que se prolonga y aumenta de tono (el cual igua-
— En la insuficiencia respiratoria nasal (ade- la y aun supera el del ruido inspiratorio), adqui-
noides, pólipos), en ambos pulmones o preferen- riendo un carácter soplante. Indica una conden-
temente en el vértice derecho. sación pulmonar incipiente y es, si se encuentra
— Por ocupación, angostamiento o destruc- localizada en un vértice, un buen signo de tuber-
ción del alveolo, con disminución o abolición de culosis apical.
su función (neumonía, bronconeumonía, esclero-
sis, neumoconiosis, cavernas, etc.). 4. Alteraciones de su ritmo. Pueden señalarse
— Por el aumento del obstáculo que se en- en la duración. relativa de cada uno de los dos
cuentra normalmente entre el pulmón y el oído, tiempos de la respiración (inspiración acortada,
representado por la pared torácica y la pleura espiración alargada, respiración continua) o en su
(adherencias pleurales, derrame pleural, neumo- continuidad (respiración a sacudidas, en rueda
tórax). dentada):
— Por una menor velocidad del aire alveolar,
ya sea por enfisema (en esta afección se encuen- a) Inspiración acortada. Definida por su nom-
tra una esclerosis atrófica muy acentuada de la bre, se observa en aquellos casos en que la ex-
trama conjuntivoelástica interalveolar, con difi- pansión normal del pulmón se encuentra dificul-
cultad de la sístole alveolar), por inmovilidad de tada; procesos dolorosos (pleurodinia, fisuras
un hemitórax a causa del dolor (neuralgia inter- costales), disneas con aumento de la frecuencia
costal, pleurodinia), por deformidades anatómi- respiratoria, etc.
cas (gibosidad, escoliosis, cifoscoliosis, etc.), o b) Espiración alargada. Consiste en que a la
por obliteración (neoplásica o no) de un bron- auscultación se torna perceptible una parte, ma-
quio. yor o menor, de la espiración, que en estado nor-
mal es muda. Puede alargarse hasta igualar o re-
2. Alteraciones de su timbre. Consideraremos basar la duración de la inspiración. La espiración
la respiración ruda. Si el ruido pierde su carácter alargada va siempre acompañada de alteración
Neumología 133
de los ruidos respiratorios, que se vuelven rudos ciones dolorosas torácicas, emociones, escalo-
y débiles en la inspiración, y de tonalidad eleva- fríos, etc.), que, ocasionando movimientos respi-
da con tendencia a soplante en la mayoría de los ratorios irregulares, hacen que el aire llegue a los
casos en la espiración. Se encuentra en: alvéolos por fracciones; se atribuye a la pérdida
de la elasticidad del pulmón, que hace que éste
— Enfisema. En grandes zonas o en todo el se dilate en diferentes tiempos en varias de sus
tórax, por rarefacción y esclerosis de la trama partes. Cuando va acompañada de otras altera-
conjuntivoelástica interalveolar. Se acompaña de ciones del murmullo vesicular y se encuentra en
murmullo vesicular débil y rudo. una región limitada, fija y persistente del vértice,
— Tuberculosis incipiente. Suele localizarse tiene valor para el diagnóstico precoz de la tuber-
en el vértice. Coincide con la disminución del so- culosis.
nido de percusión; cuando a la percusión ordina- e) Respiración «en rueda dentada». Es aquella
ría no se encuentra submatidez, si se busca por en que las interrupciones se suceden de manera
transonancia, no falta casi nunca. Esto indica que regular. Se atribuye a la misma causa que la ante-
la espiración alargada obedece, en estos casos, a rior,
condensación del parénquima.
— Asma bronquial. Por espasmo bronquiolar
que difículta la salida del aire. En la obstrucción Soplos pulmonares
bronquial parcial y a nivel de la región corres-
pondiente, persiste el rumor espiratorio después Ya hemos visto cómo, gracias a la existencia
de una espiración forzada, en contraste con el si- entre la estrechez glótica y el oído de una serie
lencio del resto del pulmón. El rumor persiste de órganos representados por la tubería bron-
hasta la expulsión del aire retenido. quial, el tejido pulmonar, las hojas pleurales y la
pared torácica, pasamos del ruido de soplo larin-
c) Respiración continua. Se observa cuando gotraqueal (intenso, de tonalidad elevada y de
la espiración se alarga tanto que llega a juntarse timbre tubárico) a otro (poco intenso, de tonali-
con la inspiración siguiente. La «pausa-silencio» dad baja y de timbre vesicular), que constituye el
que normalmente sigue a la espiración, desapa- murmullo vesicular. Pero si el tejido interpuesto
rece, y se oye siempre ruido respiratorio. Éste, entre la estrechez glótica y la pared del tórax deja
que en los casos más característicos es igual du- de ser normal, ya sea por la presencia de un
rante la inspiración que en la espiración, es dé- bronquio dilatado, de una zona hepatizada, de
bil y rudo, no presentando ni el carácter del una cavidad en pleno parénquima, o de agua O
murmullo inspiratorio ni el del ruido espirato- gas entre ambas hojas pleurales, el soplo glótico,
rio. La intensidad presenta ligeras ondulacio- al propagarse, encontrará en su trayecto el bron-
nes. quio dilatado o la hepatización, o la caverna o la
En algunos enfermos, el carácter de la respira- colección líquida o gaseosa a que nos hemos re-
ción continua no cambia si hacen una respiración [erido y modificará sus caracteres de propaga-
profunda; en otros, al forzar la respiración, el rui- ción normal, de tal modo que, en lugar de produ-
do espiratorio se torna ligeramente traqueoglóti- cirse el murmullo vesicular normal, ocasionará
co; en otros, al forzar la respiración, el síntoma un murmullo vesicular patológico al que se deno-
Fotocopiar sín autorización es un delita.
parados por cortas interrupciones. El punto en ducir el soplo tubárico que, al ser modificado, ha
que mejor se aprecia esto es en la fosa infraclavi- de ocasionar el pleural.
(O MASSON,
cular. Desaparece a menudo en las respiraciones 2. Una cantidad suficiente de líquido en la plen-
profundas. Descartando aquellos estados (afec- ra para que dicho fenómeno se verifique. Por tal
134 Semiología médica y técnica exploratoria
quial se ocluye por completo, el aire no circula y e) Un tejido pulmonar alterado y con unas pro-
no hay motivo alguno de soplo. piedades conductoras del sonido distintas de las
2. Secundarios o por transmisión. Aunque ori- que corresponden al tejido pulmonar normal.
ginados a nivel de un estrechamiento en la tu-
bería traqueobronquial ya normal (esfínter gló- Entre las variedades más importantes de los
tico) ya patológico (estenosis bronquial), son soplos por transmisión, citaremos:
propagados a distancia y transmitidos al oído
por intermedio de un tejido densificado y buen a) Soplo tubárico. Consiste en la percepción, a
conductor del sonido (parénquima hepatizado, nivel de las paredes del tórax, del ruido laringo-
más rara vez un mazacote ganglionar); por esto, traqueal que, en los sujetos sanos, oímos exclusi-
se les conoce también como soplos por transmi- vamente en la laringe, tráquea, esternón y espa-
sión o propagación. cio escapulovertebral. El pulmón homogéneo y
Son, con mucho, los más importantes. De sin aire, como en la neumonía, es un excelente
acuerdo con todo lo anteriormente dicho, señala- conductor de dicho ruido, con tal que los bron-
remos que para producirse requieren: quios sean permeables. Difiere de la respiración
laringotraqueal percibida en la tráquea tan sólo
a) La estenosis glótica normal. Capaz de oca- en que es menos intenso y de tono más alto, por
sionar el ruido que ha de constituir, al modificar- ser el calibre de los bronquios menor que el de la
se, el soplo que percibimos; éste falta, como es tráquea; pero tiene las mismas características
lógico, en los sujetos laringuectomizados. fundamentales de la pausa postinspiratoria y la
Neumología 135
duración e intensidad típica de la fase espiratoria, la modificación cavernosa, debe encontrarse ro-
en contraste con la del murmullo vesicular. Se deada de pulmón condensado. Una cavidad situa-
imita pronunciando en voz baja y de manera su- da en el centro de un pulmón sano y aireado, y
cesiva las vocales a, e, O. las hay, no produce respiración cavernosa, pu-
El foco de condensación pulmonar precisa te- diendo incluso ser silenciosa (fig. 2-51).
ner, para ocasionar el soplo que nos ocupa, un c) Soplo anfórico. Es, habitualmente, poco in-
grosor suficiente que le permita alcanzar, por lo tenso y presenta resonancia metálica. La mayor
menos, aquellos bronquios cuyo diámetro inter- parte de las veces debe buscarse con atención, y
no sea superior a 3 mm, pues en los tubos más en algunos casos sólo se percibe en las respiracio-
pequeños la conducción del sonido laringotra- nes profundas o haciendo toser al enfermo. Más
queal es mínima. Si recordamos que los bron- que un soplo, parece una resonancia; bourdonne-
quios de 3 mm están a 3 cm de la pleura, en las ment amphorique (zumbido anfórico), lo llamó La-
porciones superiores del pulmón, de 3,5-5 cm en ennec. Se imita bien, aplicando, sin apretar, el
las porciones basales y laterales, y de 1-2 cm pulpejo del dedo medio al orificio del conducto
en las proximidades de la columna vertebral, nos auditivo externo, de modo que quede cerrado
explicaremos que condensaciones de igual volu- por completo, y dando golpecitos sobre este
men y densidad puedan o no transmitir el soplo dedo con otro cualquiera. Se percibe:
según su nivel topográfico (fig. 2-50). — En el neumotórax espontáneo con el aire a
b) Soplo cavitario (o cavernoso). No es más tensión. Si hay adherencias que den lugar a neu-
que un soplo tubárico modificado en su timbre y motórax parciales, puede ser poco claro o faltar.
en su intensidad por la presencia, en el interior — En las grandes cavernas pulmonares, de
del tejido pulmonar condensado, de una cavidad. paredes lisas, radicadas cerca de la pared, que co-
No se debe al aire que entra y sale de la cavi- munican ampliamente con los bronquios y están
dad, sino a la producción, en la cámara de reso- vacías O poco menos.
nancia de la cavidad, de armónicos que refuerzan — En los derrames pleuríticos abundantes,
determinadas vibraciones de los ruidos bronquia- que comprimen el pulmón contra el raquis. En
les, dando así un timbre alterado al ruido original.
Puede imitarse utilizando la boca como cámara
de resonancia y respirando con los labios dispues-
tos en forma de o. Para que una cavidad produzca
Fotocopiar sin autorización es un delito.
los bronquios de 3 mm de diámetro; no hay, por tanto, terísticas acústicas del soplo tubárico. Éste, a su vez, al
(O MASSON,
transmisión del soplo brónquico. B) condensación que llegar a la caverna, se modifica en su tonalidad y timbre
alcanza los bronquios de un calibre mayor de 3 mm, se adquiriendo una resonancia especial, hueca, que define
produce, pues, transmisión del soplo brónquico. el soplo cavernoso.
136 Semiología médica y técnica exploratoria
estos casos, el soplo se percibe en el espacio es- cados o no en sus caracteres. Unos se originan en
capulovertebral. los bronquios o en el pulmón (estertores pulmo-
nares propiamente dichos); otros, en la cavidad
d) Soplo pleurítico. Es un soplo tubárico modi- pleural (frotes pleurales). No hay unanimidad en
ficado en su intensidad y características acústicas su interpretación, ni tampoco sobre el criterio
por la presencia, entre el foco de condensación que debe presidir su clasificación (tabla 2-4). Es
pulmonar que lo produce y el oído del que aus- costumbre didáctica, clasificarlos atendiendo al
culta, de un derrame pleural. Se imita pronun- lugar donde se originan:
ciando en voz baja las letras e, l. Es relativamente
inconstante. Al principio de la enfermedad, se 1. Estertor traqueal. Producido por las secre-
percibe en la base, cerca de la columna vertebral, ciones acumuladas en los bronquios gruesos, trá-
y es poco intenso, suave, como velado y prefe- quea y laringe, y que el paciente, a causa de su
rentemente espiratorio. Á veces, sólo se percibe estado, es incapaz de eliminar. Cuando es muy
en las respiraciones profundas. Con frecuencia, intenso, motiva un sonido brusco, desapacible,
se tiene más la impresión de una respiración so- confuso, llamado «zurrido», audible a distancia.
plante que de un verdadero soplo, ya que no es 2. Roncos y sibilantes. Estos estertores, impro-
raro que el murmullo vesicular esté en parte con- piamente denominados secos, traducen la este-
servado. Cuando el derrame aumenta, el soplo, nosis parcial del árbol traqueobronquial en algu-
cuando existe, se oye en el límite superior del lí- na parte de su trayecto, ya sea por mucosidades
quido, en la zona donde el pulmón está habitual- espesas (como en la fase inicial de la bronquitis),
mente atelectasiado, motivo por el cual adquiere sea pot espasmo de la musculatura bronquial y
características acústicas que recuerdan las del so- edema de la mucosa, como en el asma.
plo tubárico, aunque sin igualar su intensidad y Los roncos son estertores bronquiales de to-
con timbre distinto. nalidad grave y se originan en los bronquios
Los soplos pleuríticos, más o menos intensos grandes o en la tráquea. Cubren los dos tiempos
o velados, pueden percibirse en regiones bastan- de la respiración, con ligero predominio espirato-
te extensas, pero casi nunca o nunca pasan de la rio, se propagan a distancia y se modifican con la
línea axilar. En la cara anterior del tórax, no se tos; pueden acompañarse de una sensación táctil
oyen. El sitio en el que se perciben más clara- de frémito.
mente acostumbra ser la región donde el pulmón Los estertores sibilantas o estertores «piantes»
se halla rechazado entre la columna vertebral y el son de tonalidad aguda, se originan en los bron-
omóplato. Cuando la cantidad de líquido es quios de pequeño tamaño.
abundante, habitualmente no se percibe soplo ni
otro ruido respiratorio.
e) Soplo tubopleural. Se designa de este modo Tabla 2-4. Tipo y origen de los estertores
a un doble soplo, tubárico en la inspiración y con
los caracteres del soplo pleural en la fase espira- Estertores cuyo origen se encuentra en la tráquea y
toria. Aparece en las esplenoneumonías y corti- bronquios
copleuritis. Traqueales
Roncos
Sibilantes
Estertores originados en los alvéolos
Estertores pulmonares” Crepitantes
Estertores que indican la presencia de moco y pús en
Son ruidos anómalos que acompañan a los los bronquíolos terminales o en el tejido pulmonar
ruidos respiratorios propiamente dichos, modifi- en vías de desintegración
Estertores subcrepitantes
De pequeñas burbujas
BLos estertores son ruidos de auscultación, que cuando se
De medianas burbujas
engendran en una zona pulmonar rodeada de tejido sano y, por
tanto, mal conductor, se perciben lejanos, apagados y poco re-
De grandes burbujas
sonantes; son los estertores 10 consonantes. En cambio, los Jla- Crujidos
mados consonantes, por producirse en un lugar rodeado de teji- Estertores cavernosos
do condensado, y por ello buen conductor, aparecen agudos y Gorgoteo
resonantes (con un tono alto que llega hasta el la), como si es- Estertores cuyo origen se encuentra en la pleura
tallaran en el propio oído. La consonancia es signo de condensación Frotes pleurales
pulmonar.
Neumología 137
cosa bronquiolar tumefacta y atónica contiene no se modifican con la tos, y sí con la presión del fo-
exudados que adhieren y aun obturan sus pare- nendoscopio o en aquellas posiciones forzadas
des, despegándose cuando son atravesados por del tronco que favorecen el contacto entre ambas
el aire. hojas pleurales. No se propagan; es decir, nacen
Según que la impresión recogida por el oído y mueren en el mismo sitio. Dan la sensación au-
parezca referirse a vesículas de tamaño pequeño, ditiva de pisar nieve recién congelada. Se imitan
mediano o grande, hablamos de estertores de pe- bastante bien colocando una mano de plano so-
queñas, medianas o grandes burbujas. Debemos bre el oído y frotando con la pulpa de un dedo de
dejar sentado, para ser más precisos, que esta cla- la otra sobre los nudillos.
sificación en tres tipos, por el tamaño de las bur- El roce pleural típico casi no se percibe más
S.A.
bujas, es sólo esquemática, pues existe toda una que en las partes inferiores del pulmón, desde T4
gama intermedia. hacia abajo; precisamente, en aquellas zonas
O MASSON,
5. Crujidos. Por su timbre especial, han sido donde la excursión pulmonar es más amplia y el
comparados al ruido de agitar cáscaras de nue- contacto pleural más íntimo.
138 Semiología médica y técnica exploratoria
piamente, en contraste con lo que ocurre en los teando. En el espasmo, parálisis o edema de la
sujetos sanos, en quienes se percibe como un dé- glotis, se produce un ruido inspiratorio como el
bil ruido confuso, incaracterizado, que no permi- soplido del viento o estridor (respiración estridulo-
te distinguir palabras ni sílabas. Diríase que el sa). Cuando el obstáculo radica en la tráquea, la
enfermo habla en voz baja en nuestro oído. Suele respiración semeja un gruñido; si está llena de
observarse en la mayoría de las condensaciones mucosidades acumuladas a causa de la debilidad
pulmonares, incluso antes de que se altere la e insensibilidad del paciente, aquélla es muy rui-
transmisión de la voz normal, y en la pleuritis dosa, conociéndose como respiración estertorosa,
seca. En las cavernas de gran tamaño y paredes (cuyo ejemplo más típico es el estertor agónico).
lisas, toma un timbre cavitario, y en el neumotó- La obstrucción bronquiolar propia del asma
rax a gran tensión, anfórico. bronquial motiva sibilancias, sobre todo espira-
Las anomalías de la voz cuchicheada son más torias (respiración sibilante). Especial mención me-
valiosas para el diagnóstico de los pequeños de- recen la respiración quejumbrosa, caracterizada por
rrames pleurales que la presencia de una mati- los quejidos que se oyen a cada inspiración, pro-
dez, y ambas que el examen radiológico. Permite pia de los procesos agudos y dolorosos del tórax
diferenciar con facilidad la matidez por derrame y de las pirexias; la suspirosa o disfrénica, ya des-
de la debida a una paquipleuritis, que produce crita, como la híposa, y aquella entrecortada por
disminución de la sonoridad percutoria, pero sin frecuentes bostezos, a veces muy ruidosos.
alteración de la voz cuchicheada.
4. Egofonía. Consiste en una modificación
particular de la voz transmitida. Adquiere un NW PROCEDIMIENTOS DE
timbre especial, agrio, estridente, una tonalidad EXPLORACIÓN COMBINADA
aguda, y presenta un carácter tembloroso, como
por sacudidas. Puede imitarse contando «uno, Resultan de la combinación de auscultación
dos, tres...» y mientras se sigue contando cerrar con percusión.
súbitamente la nariz apretándola entre los dedos.
Este cambio a una calidad nasal acentuada, se 1. Prueba del diapasón. Se coloca un diapasón
asemeja a la alteración de la resonancia vocal vibrante sobre la parte alta del mango del esternón.
cuando el fonendoscopio pasa a una zona donde El ruido se difunde a ambos lados del tórax y es
se percibe egofonía. Se presenta casi exclusiva- captado por el estetoscopio. El tórax actúa como
mente en las pleuritis de magnitud moderada, caja de resonancia. Es útil para diferenciar los pro-
usualmente cerca del ángulo inferior de la escá- cesos condensantes, por ejemplo, neumonía (ruido
pula. A medida que el líquido aumenta, la egofo- acrecido) de la pleuritis (ruido disminuido) y ambas
nía se advierte más hacia el vértice, siempre co- del neumotórax espontáneo a presión (ruido anfó-
rrespondiendo al nivel superior del derrame. En rico). Es un buen método en los enfermos incons-
los derrames muy copiosos, puede desaparecer, cientes. Puede ser usado para estudiar la resonancia
para volverse a oír al resorberse (egofonía de re- vocal en mudos, afónicos, afásicos o con voz débil,
torno). En las corticopleuritis, la egofonía se da como en la atrofia muscular progresiva. Las vibra-
con menos pureza y asociada a la broncofonía, ciones del diapasón no son bastante intensas para
constituyendo la llamada «egobroncofonía». dar la sensación táctil de frémito pectoral.
Fotocopiar sin autorización es un delito.
son suaves, casi inaudibles, pudiendo acompa- pulmón obra como caja de resonancia.
ñarse de ronquidos durante el sueño. Si hay obs-
€ MASSON,
trucción nasal, la respiración recuerda el agua El sonido que se percibe por transonancia en
que hierve, o parece que el enfermo esté olfa- un pulmón sano es claro, un poco vibrante y de
140 Semiología
médica y técnica exploratoria
Fig 2-52
A y B.
Neumología 141
En su parte anterior, las siluetas costales son, ge- con el tejido conectivo que los acompaña.
O MASSON, S.A. Fotocopiar
rior si es hacia arriba o al lóbulo medio si es ha- Los efectos de la respiración sobre las som-
cia abajo. bras cardíaca y mediastínica son también dig-
Finalmente, pasaremos a examinar sucesiva- nos de una cuidadosa observación. En el enfise-
mente ambas bases pulmonares, la persistencia ma obstructivo y en los colapsos lobulares, el
del ángulo costodiafragmático, o su ocupación corazón y las estructuras mediastínicas se des-
por exudados, o bien la [alta de una correcta €x- plazan hacia el lado de la lesión durante la ins-
cursión diafragmática, así como el contorno de la piración y hacia el lado opuesto durante la fase
cúpula y la presencia de tumoraciones sospecho- espiratoria. Ello se debe al hecho de que la trá-
sas en su borde. quea y bronquios normalmente se distienden
durante la inspiración y se contraen durante la
Rotación. A continuación, rotando el enfer- espiración.
mo ligeramente (10-20?) hacia uno u otro lado, En el enfisema obstructiva, el aire inspirado
podremos evidenciar la existencia de lesiones puede pasar el área de obstrucción bronquial
discretas que pueden ocultarse detrás de las som- pero luego queda parcialmente retenido en el
bras costales. Asimismo, podremos descartar fal- pulmón afectado durante la fase espiratoria,
sas sombras ganglionares producidas por la pro- cuando el bronquio enfermo se contrae. Ello hace
yección anteroposterior de los vasos hiliares, que que la tensión del pulmón enfermo se mantenga
desaparecen con la lateralización, y nos permitirá relativamente constante durante un ciclo respira-
obtener una idea bastante aproximada de la loca- torio, y durante la fase espiratoria, el mediastino
lización de las lesiones, teniendo en cuenta que se desplace hacia el pulmón contralateral que es-
las situadas hacia la parte anterior del pulmón se tará entonces a menor tensión. Durante la inspi-
mueven hacia el lado que alejamos de la pantalla, ración, cuando hay menor discrepancia de ten-
mientras que las lesiones situadas en el plano sión entre ambos pulmones, el mediastino se
posterior lo hacen hacia el lado que acercamos a reintegra a su posición inicial desplazándose en
ésta, y que las que están situadas hacia el centro la dirección del pulmón enfermo. Por el contra-
del parénquima sufren traslación mínima. rio, en presencia del colapso de un lóbulo (debi-
Finalmente, exagerando esta rotación de mo- do a neumotórax, obstrucción bronquial, etc.), la
do que sólo un lado del enfermo esté en contacto tensión diferencial es mayor durante la fase ins-
con la pantalla fluoroscópica, conseguiremos las piratoria, puesto que entra más aire en el pulmón
mencionadas posiciones OAD y OAI, que facili- normal que en el colapsado. Por ello, irrespecti-
tan el examen del mediastino posterior, sombra vamente de la posición inicial del mediastino
cardíaca y la posible existencia de derrames in- (que suele estar desplazado hacia el pulmón nor-
terlobulares, infiltrados cisurales y colapsos del mal en el enfisema obstructivo y hacia el lado
lóbulo inferior izquierdo, difícilmente visibles en enfermo en el colapso lobular):
la proyección posteroanterior.
La dirección del movimiento mediastínico
Respiración forzada. Es importante 'estu- durante la fase inspiratoria es siempre hacia el
diar los movimientos de cualquier sombra anor- lado de la lesión.
mal mientras el enfermo respira.
Durante la inspiración, la columna dorsal per- En el paciente normal, la silueta cardíaca pa-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
manece relativamente inmóvil mientras las costi- rece disminuir durante la inspiración y aumen-
llas se mueven hacia arriba, el diafragma y los tar durante la espiración. Estos cambios parecen
campos pulmonares inferiores lo hacen hacia variar en proporción inversa a la edad del suje-
abajo y las sombras vasculares se distancian unas to, siendo muy marcados en la edad pediátrica
de otras. La cuidadosa observación de una lesión y menos en el adulto. Asimismo, el uso de la
o sombra pulmonar durante la alternancia de maniobra de Valsalva y de la los forzada pue-
movimientos respiratorios permite relacionarla den ayudar en la diferenciación entre una som-
con el mediastino, la pared torácica, el corazón, bra vascular y otra no vascular, puesto que la al-
el diafragma y el pulmón. Si ambas estructuras se teración de la presión intraalveolar a menudo
mueven al unísono, se puede postular una cone- produce cambios de tamaño en las estructuras
S.A.
xión entre ambas, pero incluso la más ligera insi- vasculares. Estas técnicas tienen una utilidad es-
nuación de movimiento independiente indicará pecial en la diferenciación, entre los ganglios
(O MASSON,
que ambas estructuras no se hallan íntimamente linfáticos hiliares y mediastínicos, y las sombras
asociadas. vasculares.
144 Semiología médica y técnica exploratoria
radiológica y el haz de rayos X incidiendo en di- pueden ser confundidos con infiltrados redon-
rección paralela a la mesa. Es la posición ideal dos), los músculos pectorales, el borde del mús-
para demostrar la presencia de fluido libre en las culo esternocleidomastoideo, el pliegue cutáneo
cavidades pleurales. Sirve también para compro- supraclavicular, etc. Asimismo, hay que conside-
bar la existencia de fluido y aire dentro de una rar las anomalías del esqueleto torácico, ya sean
cavidad (caverna) pulmonar. de índole congénita (costillas en espátula, ojal,
5. Proyección lordótica. Así llamada porque se hipoplasias, puentes intercostales, hundimiento
pide al paciente que se incline hacia atrás con su del esternón y los cartílagos en su mitad inferior
espalda arqueada en lordosis, de modo que sola- [tórax excavado], etc.) o adquiridas (cifoscoliosis,
mente toque la placa radiográfica con su región abscesos, tumores primitivos o metastásicos, etc.)
interescapular. Los hombros deberán estar rota- (fig. 2-54).
dos hacia delante. Por todo esto, veremos que el diseño pulmo-
En esta proyección, las clavículas se sitúan por nar puede alterase por la presencia de una serie
encima de los campos pulmonares, y las costillas de imágenes nuevas, las cuales pueden ser reuni-
se encuentran en un plano paralelo al suelo, de das en tres grandes grupos:
modo que sus segmentos anterior y posterior
aparecen superimpuestos. 1. Imágenes de opacificación (o de sombra ra-
diológica). Destacan sobre los campos claros pul-
La proyección lordótica nos proporciona una monares, y pueden ser debidas a exageración de
excelente visión de los ápices pulmonares con los dibujos normales, hiliar y de la trama o a imá-
un mínimo de interferencia de las estructuras
óseas.
EN >
y
Ñ
SS
A
presencia de un proceso patológico en los lóbulos
S
YN
SNy
medio derecho y de la língula, ya que los rayos X
QQ
de los campos pulmonares, pueden proyectar so- via; 14, cartílago costal calcificado (grumos, anillos,
O MASSON,
bre éstos sombras susceptibles de inducir a error, abrazaderas); 15, surco costal; 16, línea interlobular de
como sucede, por ejemplo, con la opacidad y lí- un lóbulo medio izquierdo accesorio; 17, sombra del
mite inferior de las mamas, los pezones (que músculo pectoral; 18, borde de la escápula.
146 Semiología médica y técnica exploratoria
genes sobreañadidas, que a su vez son lineales, — Localización. Parietal, intrapulmonar, me-
nodulares y extensas o maculares: diastínica, diafragmática; los nódulos localizados
en el vértice pueden confundirse con ganglios
a) Acentuación de las sombras hiliares y del retícu- cervicales calcificados.
lo radiológico. Se observa en procesos inflamatorios — Número. Único o múltiples.
broncopulmonares y la estasis circulatoria. El hilio — Tamaño. Pequeño (menos de 2 cm), me-
aparece aumentado y su imagen homogénea (em- diano (2-4 cm) y grande (más de 4 cm).
pastamiento hiliar) en contraste con el hilio nor- — Densidad. Pequeña (muy inferior a la cos-
mal, que muestra espacios claros entre los distin- tal), mediana (algo menor que la costal), grande
tos elementos que lo constituyen. A partir del (igual o superior a la costal).
hilio, la trama aparece como un retículo arbores- — Estructura. Homogénea o heterogénea.
cente que se dirige a la periferia y alcanza hasta la -— Contorno. Neto o borroso. Se admite que
pared lateral del tórax, lo que no sucede normal- una imagen de bordes bien cortados correspon-
mente. No olvidemos que, siendo la trama la ima- de a procesos tumorales o de escasa reacción in-
gen de los vasos pulmonares sanguíneos y linfáti- flamatoria (productivos, cicatrizales) y que, por
cos, su acentuación significa su repleción, como es el contrario, un borde difuso a la manera de un
propio de los procesos inflamatorios, de la estasis halo, a inflamatorios, exudativos. Esta regla tie-
carcinógena y de la linfangitis tuberculosa o neo- ne su única excepción en los casos de quistes y
plásica. de tumores desarrollados en el seno del pul-
b) Imágenes sobreañadidas. Son debidas a la món, que, por efecto de las zonas de atelectasia
presencia de exudados o neoformaciones en la que por compresión producen a su alrededor,
pleura o pulmón, cuando no a procesos atelec- pueden dar la impresión de un halo de tipo in-
tásicos. Como ejemplos de lineales, citaremos, flamatorio. Si los nódulos engloban varios áci-
aparte la acentuación de toda la trama vascular nos, el conjunto adopta la forma de corimbo o
del pulmón ya descrita, las que se observan en de hoja de trébol («focos acinoproductivos» de
los campos indurados residuales, la atelectasia Graff y Kupferle).
laminar de Fleichner, los engrosamientos pleu- — Evolución. Rápida o lenta.
rales, generalmente cisurales, líneas de Kerley,
etcétera. d) Sombras extensas, maculares. Se observan
c) Imagen nodular. Es de observación frecuen- en todos los procesos que suprimen el aire de los
te por ser propia de múltiples procesos pulmona- alvéolos en zonas extensas por exudación, proli-
res. Los micronódulos o elementos miliares están feración o plegamiento, o bien cuando se inter-
bien limitados y a veces no son visibles a la sim- pone entre el pulmón y la pared del tórax una
ple radioscopia. Pueden estar diseminados en masa opaca como en la pleuritis. Sus característi-
ambos campos pulmonares o localizados y agru- cas en lo que atañe a su densidad, homogenei-
pados en una zona del pulmón. Se observan en la dad, tamaño, etc., son variables.
tuberculosis, bronconeumonía y carcinosis milia- Según el tamaño, hablamos de pequeños infil-
res, así como en la neumoconiosis y en la hemo- trados cuando son semejantes a nódulos gruesos,
siderosis de los enfermos mitrales. y en este caso aparecen en el centro del campo
Los nódulos propiamente dichos tienen ma- pulmonar rodeados de tejido sano; de zonitis, si
yor tamaño. Pueden presentarse como pequeñas afectan una zona; y de lobulitis, si un lóbulo en-
manchas oscuras, sin límites precisos, como co- tero limitado por las cisuras. En ocasiones, alcan-
pos pequeños, formados por focos inflamatorios zan todo el pulmón (atelectasia masiva). Las le-
exudativos limitados a ácinos pulmonares, rode- siones pleurales discretas dan sombras muy
ados de zonas claras; en caso de confluir, forman tenues denominadas velos, sólo identificables en
gruesos nódulos de tipo bronconeumónico. ocasiones por comparación con la zona simétrica
Otras veces sus bordes son más precisos y su for- del lado opuesto o por la falta de aclaramiento
ma redondeada y su tamaño variable. por la tos. La pleuresía de la gran cavidad, así
Como cabe asegurar que no existe enferme- como la interlobular, mediastínica y diafragmáti-
dad torácica que no dé también imágenes pare- ca dan imágenes características.
cidas, será muy útil, ante una radiografía con
opacidades o focos redondeados, realizar una es- 2. Imágenes de rarefacción (o exceso de clari-
pecie de taxonomía de los caracteres y modifica- dad de la imagen pulmonar). Se señala en el enfi-
ciones de ella, del siguiente modo: sema atrófico, caso en el cual se extiende a todo
Neumología 147
el tórax y ambos campos pulmonares, en el neu- Neumotórax diagnóstico
motórax y en las cavidades abiertas en pleno pa-
rénquima, El aire insuflado en la pleura determina la lo-
3. Imágenes patológicas hiliomediastínicas. Las calización intra O extraparenquimatosa de una
más frecuentes son: tumoración. Ello es fácil en cuanto se ve el pul-
monar separado de la pared del tórax.
7 a) Cardiovasculares. Cardiopatias, aortitis, aneu-
rismas.
b) Ganglionares. Adenopatías, neoplasias, Neumoperitoneo
etc.
«) Endocrinas. Hiperplasia del timo, bocio re-
trostemal. Necesario en algunos casos de procesos de la
4) Pleurales. Pleuritis mediastínica.
base del pulmón, para definir su situación supra-
e) Vertebrales. Absceso póttico.
diafragmática o infradiafragmática, Puede tratar-
se de tumores pulmonares basales, pleuresías
P Esofágicas. Acalasia, divertículos.
diafragmáticas enquistadas, tumores subfrénicos,
gy Procesos tumorales mediastínicos,
abscesos, etc.
h) Deformidades cicatrizales. Secuela de proce-
sos, pulmonares, mediastínicos, hiliares, etc.
Neumomediastino
EXPLORACIONES RADIOLÓGICAS
CON MEDIOS DE CONTRASTE La inyección de aire en el mediastino (vías
transtraqueal, retrosternal [por detrás del manu-
Broncografía brio), retroxifoidea) seguida de radiografías en
distintos planos es útil para el diagnóstico de tu-
Ideada por Chevalier-Jackson, Forestier y Si- mores, masas ganglionares y malformaciones
card, Tiene por objeto la inspección visual del ár- vasculares, En las mediastinitis crónicas, es lla-
bol bronquial valiéndonos de un medio opaco in- mativa la falta de disociación gaseosa de los prin-
troducido en su interior por vía transglótica, con cipales órganos anatómicos.
anestesia de faringe y laringe, mediante una son-
da flexible con la extremidad opaca.
La imagen broncoscópica normal es caracte-
rística. Los grandes bronquios llenos tienen el as-
Gammagrafía pulmonar
pecto de «árbol en invierno», sin hojas,y los
bronquios pequeños y los alvéolos, el de árbol Permite la representación gráfica de los cam-
en primavera», con hojas. pos pulmonares basándose en la detección, des-
Las imágenes bronquiales que se observan de el exterior de la distribución intrapulmonar,
con mayor frecuencia son las estenosis y las de di- de un material marcado con un isótopo gammae-
latación (bronquiectasias).
5 Angioneumografía
3
misor. El material radiactivo suele ser administra- de manera evidente. Esta imagen es frecuente en
do por vía intravenosa con macroagregados de los bronquios de drenaje cavitario.
albúmina humana marcada con 1%, Cr, cuyas
partículas tienen un tamaño suficiente para pro-
ducir un fugaz microembolismo pulmonar difu- Bronquiectasias
so. En el gammagrama normal, aparecen dos si-
luetas pulmonares, bien dibujadas, de aspecto El estudio radiológico puede ser normal, cuan-
homogéneo, apreciándose una zona inactiva do no hay lesiones importantes de la pared, ni
triangular central, que corresponde al corazón y del peribronquio o bien están situadas de manera
grandes vasos. Las densidades de la sombra son que la sombra cardíaca las oculta.
más débiles en los vértices, senos costodiafrag- Las cilíndricas o tubulares aumentan de mane-
máticos y zonas axilares debido al menor espe- ra tosca la trama basal, que muestra a manera de
sor del parénquima explorado. Esta técnica es tubos opacos si el bronquio está lleno de secre-
útil para el diagnóstico de la embolia pulmonar ción, o de líneas paralelas con un espacio inter-
(ausencia de fijación de toda el área del vaso medio claro si están vacíos.
afecto). Las bronquiectasias ampollares dan imágenes de
tipo anular claras, de contorno policíclico y asiento
hiliar, parahiliar o basal. Si son congénitas, sus lími-
Tomografía axial computarizada tes son finos, precisos, y la pared delgada no está
rodeada de una zona oscura de peribronquitis. No
Es la prueba diagnóstica más importante en se modifican en el transcurso del tiempo.
patología respiratoria después de la radiografía
simple de tórax. Permite clarificar el diagnóstico
de procesos de la cavidad torácica, pleura, parén- Asma bronquial
quima pulmonar y mediastino. Resalta engrosa-
mientos, cavidades, estructuras sólidas y líqui- En las crisis se observa el tórax insuflado, con
das, y grado de infiltración de procesos invasi- las costillas horizontales, el diafragma aplanado
vos. Su aportación al diagnóstico en patología con movilidad reducida y el campo pulmonar
respiratoria ha sido decisivo y es una prueba que claro o leve y uniformemente velado, con las re-
se debe realizar ante cualquier duda diagnóstica giones parahiliares oscurecidas. Fuera de ellas,
de la cavidad torácica. los signos radiográficos son los típicos de los pro-
cesos que motivan esta enfermedad (bronquitis
crónica, esclerosis pulmonar, etc.) o de las altera-
Resonancia nuclear magnética ciones sobrevenidas a consecuencia del asma,
como enfisema, zonas atelectásicas, etc.
Exploración poco efectiva en patología respi-
ratoria, salvo en aquellos casos en que las afec-
ciones están en la región próxima o interesan a la Estenosis traqueobronquial
columna vertebral.
En las acentuadas, se observa la desviación
del mediastino hacia el lado enfermo durante la
IMÁGENES RADIOLÓGICAS MÁS inspiración y en las de mecanismo valvular (el
NOTABLES EN LAS DIFERENTES aire entra bien, pero sale con dificultad), enfise-
ENFERMEDADES DEL APARATO ma del lado afecto con desviación del mediastino
RESPIRATORIO hacia el lado sano y descenso del diafragma du-
rante la espiración. Si la obliteración bronquial es
Traqueobronquitis total se produce una atelectasia con retracción
del pulmón, lóbulo o zona afectos.
Tanto en la forma aguda como en la crónica,
las imágenes son pobres y muestran un refuerzo
de la trama pulmonar por congestión de tipo in- Enfisema broncógeno
flamatorio. Cuando la pared del bronquio y su
periferia o peribronquio están afectados, las lí- La radioscopia debe ser dinámica y giratoria.
neas paralelas de sus paredes pueden ser visibles Mostrará una hiperclaridad, una mayor transpa-
Neumología 149
rencia pulmonar con resalte de hilios y arboriza-
ciones broncovasculares. Se observará también
una disminución de la movilidad costal y diafrag-
mática, con el aplanamiento de sus arcadas.
Cuando el enfisema alcanza cierto grado con re-
percusión ventricular, se nota un aumento del
arco medio de la silueta cardíaca izquierda, por
dilatación de la arteria pulmonar.
La radiografía confirma los signos observados
en la radioscopia. En ocasiones, evidencia imáge-
nes anulares finas, de tamaño vario o grandes ca-
vidades con el aspecto de quistes congénitos (en-
fisema ampolloso gigante).
El síndrome de Mac Leod; de Swyer y James; de
Jano (el personaje mitológico de las dos caras
[Bret)), consiste en la transparencia exagerada de
un hemitórax acompañada de su retracción. Esta Fig. 2-56. Atelectasia. Visión panorámica.
hiperclaridad tiene como características el que no
existe distensión, sino ligera retracción e incluso,
a veces, con desviación mediastínica y elevación
diafragmática; vascularización muy pobre; la ra-
dioscopia demuestra desplazamiento mediastíni-
co hacia el lado hiperclaro durante la inspiración
y su falta de oscurecimiento durante la espira-
ción; la broncografía señala la ausencia de este-
nosis de los grandes bronquios, las frecuentes
bronquiectasias y la falta de repleción de los
bronquios distales. La angioneumografía confir-
ma la rarefacción vascular.
Atelectasia
Tumoraciones pulmonares
Las causas que pueden ocasionar la ocupación Fig. 2-61. Absceso pulmonar, Visión proximal.
de una zona más o menos extensa de tejido pul-
monar por una formación accidental, general-
. mente extraña a la estructura normal de la vísce-
ra, son múltiples. Se extienden desde la embrionarias (quistes dermoides), ya del desarro-
parasitación pura y simple (quiste hidatídico, cis- llo de neoplasias (fig. 2-63) del tipo diverso origi-
ticercosis), hasta el desarrollo de noviformaciones nadas en los mismos órganos respiratorios (ade-
procedentes, ya del crecimiento de inclusiones nomas bronquiales, carcinomas, epiteliomas
malpigianos, o más raramente, sarcomas), o bien
producidas por siembras metastásicas de neopla-
sias desarrolladas en otros órganos y verificadas
por las vías linfática o sanguínea (carcinomas, sar-
comas, hipernefromas, etc.), e incluso por inva-
piar
sán autorización
0 MASSON, 8.A; Fotoco es un delito,
Fig2-60. Absceso pulmonar. Visión panorámica. Fig. 2-62. Absceso pulmonar. TAC torácica. L, iz-
quierda; R, derecha.
152 Semiología médica y técnica exploratoria
35
¡Bv
:
«suelta de globos»). que se encuentre la enfermedad tuberculosa.
2. Por numerosos nódulos pequeños. En todo se-
|
mejantes a los de la tuberculosis miliar (carcino- Primaria (o de primoinfección). La penetra-
sis miliar). ción del bacilo de Koch por vía aérea en el pulmón
3. Poruna imagen radiológica de trama gruesa. de una persona hasta entonces no infectado da lu-
¡De tipo linfático (linfangitis carcinomatosa), fre- gar ala aparición, en un punto limitado de éste, de
cuente en las metástasis del cáncer del estómago. un foco, mayor o menor, de neumonía caseosa
|
(«chancro de inoculación» foco de Ghon, o «foco
primario») rodeado de una amplia zona de infil-.
Enfermedad quística pulmonar
:
tración perifocal («infiltración primaria»). Al mis-
mo tiempo, se afectan los jos traqueo-
2 Da lugar a una imagen clara, sin trama pulmo- bronquiales correspondientes («adenitis tuberculosa
nar en su interior, redondeada, regular y limitada primaria»), a su vez rodeados de una zona infiltrati-
por un anillo fino y liso. A veces muestra un do- va («infiltración perihiliar primaria»). Al conjunto
ble contorno por la atelectasia periquística. Si el integrado por el foco primario y la adenopatía saté-
154 Semiología médica y técnica exploratoria
lite, se designa como «complejo primario». Al ceder casi sin excepción, en lactantes o niños expuestos
la intensidad de los procesos infiltrativos, la imagen a contagios masivos y repetidos, con coalicua-
radiológica adopta una disposición bipolar, con el ción y cavemización del foco primario («caverna
foco en un lado y los ganglios en el otro (fig. 2-68). primaria») y ulterior diseminación de los produc-
Cabe señalar que el chancro de inoculación pulmo- tos procedentes de ésta, con formación de focos
nar suele ser único y de disposición subpleural, bronconeumónicos homo y heterolaterales (tu-
asentándose con notable frecuencia en los lóbulos berculosis pulmonar primaria o infantil).
inferiores, sobre todo el derecho.
La evolución del complejo primario puede ser: Posprimaria o reactivada. Resulta del des-
pertar evolutivo de los restos radiográficos de la
1. Curar por completo. Es la forma habitual de primoinfección que parecían cicatrices, y que tan
evolución. Deja las siguientes lesiones residuales sólo eran formas intercalares capaces, por sí, de
de índole puramente radiológica: provocar nuevas formas evolutivas después
de un período más o menos largo de latencia y
a) Un nódulo denso de tamaño variable desde asintomático. Se manifiesta por:
el de un perdigón al de una avellana, el cual co-
rresponde al «foco de Ghon» calcificado. 1. Reactivación del foco de Ghon. Es muy rara.
b) —Caleificaciones, induraciones fibrosas y ca- Aparece un halo inflamatorio que se resorbe o
llosidades de los ganglios correspondientes a la encapsula. Puede asociarse a reactivaciones de
adenitis tuberculosa primaria, los ganglios regionales y, además, a diseminacio-
e) Campos indurados pulmonares en forma nes hemáticas con siembras miliares.
de líneas exageradas. 2. Tuberculosis ganglionar reactivada. Sin foco
d) Lesiones residuales pleurales en forma de alguno pulmonar, se observa la reactivación de
líneas de cisura (la localización más frecuente es la las lesiones ganglionares primarias que, después
cisura derecha menor), líneas marginales, picos de curado el complejo primario, parecían haber
diafragmáticos, etc., si la infiltración ha alcanzado entrado en una fase de latencia.
por contigilidad la pleura, y nódulos como man- Los ganglios patológicos dan una sombra de
chitas oscuras, redondeadas o irregulares, localiza- opacidad variable, con bordes netos y contorno
das preferentemente en el vértice (nódulos de Si- discoideo u ovalado en-las vecindades del hilio
mon), residuos de la diseminación hematógena radiológico y junto a los bordes dela tráquea,
intrapulmonar benigna primaria (Éigs. 2-69, 2-70). cuya claridad puede faltar al ser encubierta por la
sombra adenopática.
2. Seguir una evolución maligna (tuberculosis En las proyecciones oblicuas o transversas,
primaria). Es la posibilidad más rara. La evolu- pueden destacar los ganglios de la bifurcación
ción maligna del complejo pulmonar se observa, traqueal.
Fig. 2-68. Tuberculosis pulmonar. Complejo prima- Fig. 2-69. Tuberculosis caseosa. Visión panorámica.
rio. Nódulo mediastínico.
Neumología 155
E
4... Tuberculosis hematógena. La diseminación miento bacilar eficaz, casi siempre de origen exó-
bacilar que se verifica por vía sanguínea puede geno.
alcanzar todo el organismo («tuberculosis hema-
tógena miliar generalizada») o limitarse al pul- 1. Infilirado precoz o inicial. Es una lesión infil-
món («tuberculosis pulmonar hematógena»). El trativa que muchas veces representa el brote ini-
foco de origen suele estar constituido por gan- cial de la tuberculosis del adulto. Se manifiesta
|
glios linfáticos hiliomediastínicos, menos veces como una sombra aislada, poco oscura, redondea-
por lesiones pulmonares o viscerales extrapulmo- da, homogénea o con aspecto nuboso, límites
E.
nares (genitales, óseas). imprecisos y tamaño entre el de una avellana y
a: de la siembra hematógena. Son las una ciruela, a la infiltración puede alcanzar
todo un lóbulo, constituyendo el «infiltrado pre-
coz lobulítico». Se localiza en las partes altas del
a)... Su simetría (invade a la vez ambos pulmo- pulmón, rara vez se observa en la región hiliar y
nes y si es parcial alcanza zonas simétricas). en los lóbulos inferiores.
156 Semiología médica y técnica exploratoria
Neumoconiosis
|
formación de cavemas (la neumoconiosis pura Los lóbulos superiores suelen ser los más afec-
puede ulcerarse, pero lo hace raramente), por la tados, con imágenes inespecíficas sugerentes de
asimetría de las lesiones, porla afectación
de los procesos tuberculosos, neoplásicos, inflamato-
vértices y por la presencia de sombras disemina- rios. Tiene tendencia a recidivar y producir atro-
la
), polimorfas, correspondientes a sombras tu- fias pulmonares. Es frecuente la participación
mE
.
A i li . j . ti
la
de gran tamaño y redondeadas, en «patata» o en
1. Gomosa o tumoral. El elemento característi- «gemelos de patata». El parénquima pulmonar
co de la primera
es la presencia de una formación suele ser normal. Si se asocian con eritema nudo-
máso menos redotileado (goma), la cual puede so y artralgias difusas, constituyen el síndrome de
adquirir el tamaño de una naranja, si se ulcera; Lóofgren (fig. 2-82).
160 Semiología médica y técnica exploratoria
ral,
0
yección transversa, ofrecen una imagen fusifor- cias en forma de placas se observan sobre todo
me, dirigida de arriba abajo y de atrás adelante, en los vértices, entre el pulmón y el diafragma y
en el período inicial de la afección. Si el derrame entre el pulmón y el mediastino. En cambio,
es abundante, se producen atelectasias en las zo- entre el pulmóny la pared costal, son más fre-
nas pulmonares vecinas, y los bordes de la ima- cuentes las adherencias en forma de bridas. Las
gen pierden nitidez. adherencias mediastínicas y diafragmáticas apa-
La pleuresía diafragmática del lado izquierdo recen como deformidades, crestas, adherencias
motiva un aumento de la sombra diafragmática, del seno costodiafragmático, o como deformi-
que adopta la forma de hoz, más ancha en su dades dentelladas en el perfil del mediastino. En
parte media, En el lado derecho, el diagnóstico es el vértice, se observan velos e imágenes en «cas-
difícil por la opacidad hepática y la tendencia del quete pleural», con su borde irregular; pequeños
derrame a localizarse en el seno costodiafragmá- triángulos con base apical y el vértice en el pul-
tico posterior (fig. 2-84). món, etc. En el resto de la pared costal, sólo
Las pleuresías mediastínicas
se caracterizan por aparece, y no siempre, una línea o banda margi-
una sombra en forma de banda adosada a la silue- nal.
ta cardíaca, Cuando el derrame es abundante, b) En los espacios iniertobulares. En forma de
tiende a localizarse en las partes bajas, y la imagen líneas más o menos gruesas, que siguen la direc-
adopta una forma triangular, siendo muy difícil de ción de las cisuras y pueden aparecer arqueadas
distinguir de la pericarditis con derrame. o deformadas, si existen procesos parenquimato-
sos vecinos de tendencia retráctil.
) Entre las distintas partes de la pared. Como
Lesiones residuales de la inflamación pleural la adherencia y ocupación del seno costodiafrag-
mático consecutivo a un derrame o neumotórax.
Las inflamaciones de la pleura, tanto si son se-
cas como con derrame (sobre todo estas últimas), 2. Calificaciones pleurales. Como secuela de
pueden dar lugar a lesiones residuales de mayor pleuritis serofibrinosas o supuradas, o de un he-
o menor importancia. Éstas consisten en: motórax traumático, Su forma es variada, con
aspecto de racimos o arborizaciones de coral,
1. Adherencias en ambas hojas pleurales. Se en- placas anchas o alargadas a veces muy extensas
cuentran: (pulmón acorazado), en «chorreado de vela», en
estrías que remedan dicha imagen, «en hoz», etc,
a) Entre el pulmón y la pleura parietal. Pueden 3. Sínfisis pleural y paquipleuritis. La primera
ser en forma de placas o de bridas. Las adheren- consiste en la adherencia entre las hojas pleurales
de toda la cavidad secundaria a una pleuritis exu-
dativa con derrame abundante y desviación me-
diastínica, y la imagen opaca de la esclerosis pul-
monar, casi siempre asociada a esclerosis
pulmonar de origen pleural.
sin autorización es un delito.
.
Neumotórax
S.A. Fotocopíar
BRONCOSCOPIA
Es el método de exploración directa del árbol
traqueobronquial mediante el broncoscopio fle-
A l
Fig. 2-85. Necumotórax izquierdo. Desplazamiento Fig. 2-86. Quiste mediastínico. TAC torácica. L, iz-
mediastínico hacia el hemitórax sano. quierda; R, derecha.
Neumología 163
3. Hemoptisis sin enfermedad pulmonar. La cau- ganglios linfáticos mediastínicos. Presenta venta-
sa puede ser una mucosa congestiva y sangrante, jas frente a la biopsia de los ganglios preescaléni-
un tumor benigno o maligno en sus estadios ini- cos, para diagnosticar y juzgar la operabilidad del
ciales o en la tuberculosis traqueobronquial ulce- carcinoma bronquial, aun cuando no es inocua y
rada, caso en el cual hay bacilo de Koch en la se- requiere manos expertas, técnica estéril y aneste-
creción. sia general en la mayoría de los casos. Es espe-
4. Atelectasias intermitentes 0 criptogenéticas y cialmente útil en las lesiones que afectan al me-
tos inexplicable aun al examen somático más detenido. diastino derecho.
5. Miscelánea. Este método es también útil
para el examen separado de la expectoración de
S.A.
Las indicaciones de la biopsia pleural son las pulmones, con pinzas flexibles. Los peligros son
pleuritis sin etiología conocida, las paquipleuritis el neumotórax, enfisema mediastínico y subcutá-
en las que no se puede establecer una relación neo (sobre todo en pacientes tusedores) y hemo-
con enfermedades pleuropulmonares anteriores rragla.
y los tumores yuxtaparietales primarios o metas- 6. Biopsia de los ganglios prescalénicos. Tiene
tásicos. por objeto extraer el tejido celulograsoso com-
El valor de la punción biópsica en los derra- prendido entre los músculos esternocleidomas-
mes tuberculosos es superior a los métodos bac- toideo y escaleno, o sea la conjunción cervico-
teriológicos (cultivo de líquido pleural en el me- mediastínica. Esta lámina conjuntivoadiposa
dio de Lóewenstein). contiene una o varias formaciones linfáticas
3. Punción biópsica transparictal del pulmón. La que reflejan el estado de los ganglios mediastí-
aguja empleada es de bisel largo de 10 cm de lon- nicos.
gitud y 10/10 de diámetro. Previa anestesia de La mayoría de las biopsias se efectúan en el
los tegumentos y del espacio intercostal justo por lado derecho; se considera que los linfáticos su-
encima del borde superior de la costilla indicada, praclaviculares de este lado drenan el pulmón de-
se practica la punción en dos tiempos, penetra- recho y el tercio inferior del pulmón izquierdo,
ción parietal seguida de la penetración rápida in- mientras que los linfáticos supraclaviculares iz-
tratorácica, advirtiendo en este momento que quierdos sólo recogen la linfa del tercio superior
el enfermo contenga la respiración. Se retrae el del pulmón izquierdo, cuyo tercio medio tiene
mandril, se adapta una jeringa y se aspira. El pro- un drenaje mixto.
ducto obtenido se extiende sobre un portaobje- Representa un paso firme y seguro en el diag-
tos que es debidamente coloreado. nóstico de neumopatías sarcoidóticas y tubercu-
Entre las complicaciones observadas, se señala losas, del cáncer broncopulmonar y de todas las
la producción en algún caso de un neumotórax imágenes pulmonares densas y de difícil filia-
parcial sin consecuencias. Sólo se puncionan las ción.
tumoraciones que miden un mínimo de 3 cm 7. Biopsia del ganglio mamario. Ayuda al diag-
de diámetro y que no sobrepasen los 9 cm de nóstico de los procesos pleurales. Se realiza con
profundidad, escogiendo las más accesibles de anestesia local, en el Il espacio intercostal del pla-
acuerdo con los datos proporcionados por las ra- no torácico anterior, entre las líneas axilares an-
diografías de frente y de perfil. terior y media.
4. Biopsia pulmonar abierta. Posee la ventaja
de poner a disposición del anatomopatólogo
fragmentos pulmonares voluminosos escogidos NM EXÁMENES DE LABORATORIO
durante el acto operatorio. Si las lesiones pulmo-
nares son difusas, se practica una toracotomía Los datos más útiles para el diagnóstico de los
anterolateral de una longitud de 8-10 cm sin re- procesos respiratorios se obtienen examinando
sección costal, y si son circunscritas a una región los esputos, el líquido pleural (previa toracocen-
determinada, se actúa sobre ésta resecando un tesis) y la sangre en sus aspectos morfológico y
segmento de costilla, si son ello es necesario. La químico.
*
frecuencia del hallazgo de gérmenes. En las pleu- nemia sérica con negatividad constante de la cre-
ritis tuberculosas, el examen directo es, casi sin atinfosfocinasa (CPK) y frecuente de la transa-
excepción, negativo. Con el cultivo y la inocula- minasa glutamicooxalacética (GOD), ambas de
ción al cobaya se obtienen un 15-50 % de resul- gran especificidad muscular. Estos datos se valo-
tados positivos, siendo más demostrativa la ino- ran frente al infarto de miocardio, cuya fórmula
culación que el medio de cultivo. enzimática es LDH, GOT, CPK, CK-mb y tropo-
ninas elevadas, con bilirrubinemia sérica normal.
SANGRE (EXÁMENES.
MORFOLÓGICO, QUÍMICO MW EXPLORACIÓN FUNCIONAL
Y ENZIMÁTICO)
S.A.
O MASSON,
A CTA +
Volumen
de reserva
inspiratorio
Pp Capacidad
inspiratoria
Capacidad
vital Volumen
Capacidad pulmonar corriente
total |. pr SU oo -
Volumen
de reserva
espiratorio .
Capacidad
Xx _ funcional
residual
Volumen residual
Yoo A, 4
Fig. 2-87. Esquema de los volúmenes y las capacidades pulmonares.
Neumología 169
lor registrado por cada paciente, con el valor teó- bronquíolos, donde no tiene lugar el intercambio
rico calculado para él. La CV teórica es, en centí- gaseoso). El volumen fisiológico aproximado de
metros, el producto de la talla en milímetros por este espacio es de 150 ml en el hombre y 100 ml
2 en el hombre y 1,8 en la mujer. Una disminu- en la mujer.
ción superior al 15 % del valor teórico así logra-
do es signo de anormalidad. Se admite la relación Espacio muerto fisiológico. Es la suma
de 2,5 /m de altura en el hombre y 2 en la mujer. del espacio muerto anatómico más el volumen
La CVF resulta de la suma de los siguientes de aire que llega a alvéolos bien ventilados, pero
volúmenes respiratorios: no perfundidos o mal perfundidos. Normalmen-
te, su volumen es mínimo y se valora dentro del
1. Arre corriente o circulante (volumen corrien- espacio anatómico, pero en el enfisema y la es-
te, volumen vital). Es la cantidad de aire que en- clerosis vascular pulmonar, el número de alvéo-
tra y sale de los pulmones durante un acto respi- los mal perfundidos es elevado.
ratorio normal y en reposo, 500 ml aproxima-
damente, es decir, un octavo de la CVF,
2. Aire complementario. Es la máxima cantidad Medidas dinámicas
de aire que puede penetrar en los pulmones por
una inspiración forzada, después de una inspira- Entre ellas cuentan las siguientes.
ción normal. Valor medio: 1.500-2.000 mi.
3. Aire de reserva. Es la máxima cantidad de Ventilación-minuto. Es el producto del aire
aire que puede salir de los pulmones por una es- corriente por la frecuencia respiratoria. Se suele re-
piración forzada, después de una espiración co- ferir a 1 min. Valor medio: 5.000-12.000 mi.
rriente. Valor medio: 1.000-1.500 ml. Estas cifras corresponden al volumen minuto
de ventilación pulmonar (también llamada exter-
Capacidad vital forzada (CVE) = aire corriente + aire na), que no siempre es paralela a la ventilación
complementario + aire de reserva alveolar.
La existencia del espacio muerto es el princi-
Aire residual. Es el que queda en los pul- pal factor de variación entre la ventilación pul-
mones tras una espiración forzada. Oscila entre monar y la ventilación alveolar.
1.000 y 1.500 ml. Es el único valor que no puede Un ejemplo lo aclarará mejor: si en 1 min se
ser determinado por espirometría. Su estimación hacen 14 respiraciones de 500 mi, la ventilación
precisa métodos complejos y delicados, operan- minuto pulmonar es de 7 l, y la ventilación alveo-
do con mezcla de gases muy difusibles y que no lar será menor de 14 x 150 = 2.100 ml, o sea
se absorben en el pulmón (helio, xenón). Este 4.900 ml. Si se respira más profunda y lenta-
aire residual está especialmente aumentado en el mente, por ejemplo 10 veces por minuto 700 ml,
enfisema pulmonar; su aumento disminuye la la ventilación minuto será la misma de 7 l, pero
eficiencia ventilatoria, pues al tener que mezclar- la ventilación alveolar será mayor, ya que sola-
se el aire corriente con un mayor volumen de mente tendremos que restarle 10 x 150 = 1.500
aire contenido en el pulmón, su enriquecimiento ml, resultando 5.500 ml. Por el contrario, si la
en oxígeno queda relativamente disminuido o, lo respiración es más frecuente y menos profunda,
Fotocopiar sin autorización es un delito.
que es lo mismo, precisa de un mayor trabajo 20 respiraciones de 350 ml, la ventilación minu-
respiratorio para mantener las mismas concentra- to también será la misma, 20 x 350 = 7.000 mil,
ciones en el aire alveolar. pero la respiración alveolar será mucho menor
que en los casos anteriores, pues tendremos que
Capacidad total. Es el mayor volumen de restar 20 x 150 = 3.000 ml, quedando en 7.000-
aire que pueden contener los pulmones y las vías 3.000 = 4.000 ml, lo que demuestra lo antieco-
aéreas después de una inspiración máxima; es la nómico de la respiración rápida y superficial.
suma del aire residual y de la capacidad vital. Va- En aquellos procesos en que aumenta el valor del
lor medio: 4.000-5.000 ml. espacio muerto a expensas del crecimiento
del espacio muerto fisiológico, como en el enfise-
S.A.
Espacio muerto anatómico. Una parte del ma, se acentúan aún más las diferencias entre
ambas ventilaciones, pulmonar y alveolar.
GO MASSON,
funcional residual se altera por aumentar esta últi- la capacidad vital forzada. Si el VEMS es de 41 y
ma. Como se dijo anteriormente, al tratar del au- la CVF de 5 |, el índice es del 80 %.
mento del aire residual en el enfisema, es distinto En las personas normales, varía entre el 75 y
el enriquecimiento en O,, que producen estos 500 el 80 %. Este índice es independiente, en gran
ml de aire corriente si tienen que mezclarse con parte, de los factores torácicos, diafragmáticos,
2.500 ml de capacidad funcional residual, que si pleurales y mediastínicos, pero, en cambio, es in-
tienen que hacerlo con 4.000 ml, por ejemplo. fluido por los trastornos de la elasticidad pulmo-
Con la traqueotomía, se reduce el espacio nar parenquimatosa y permeabilidad bronquial.
muerto, lo que por sí solo mejora la ventilación Cuando este índice es inferior al 55 %, existe un
alveolar, además de que facilita otras medidas te- trastorno enfisematoso. De ahí que la determina.
rapéuticas, como la aspiración de secreciones que ción de este coeficiente pueda sustituir la bús-
encharcan el árbol bronquial y la respiración asis- queda del volumen residual, el cual es de muy
tida a presiones positivas y negativas. delicada obtención.
Las determinaciones de la CVF, VEMS y ven-
Capacidad respiratoria máxima (CRM). tilación máxima (VM) deben ser repetidas des-
Es la cantidad de gas que penetra en los pulmo- pués de aerosoles farmacodinámicos broncodila-
nes cada minuto, mientras el sujeto respira con la tadores o broncoconstrictores. La prueba de la
amplitud y frecuencia máximas de que es capaz. aleudrina es positiva si después de la inhalación
Como es fatigosa para el paciente, se puede de- el VEMS (prueba de Tiffeneau) aumenta, por lo
terminar únicamente durante medio minuto y menos, un 10 %; lo propio podemos decir de la
doblar la cifra obtenida: 80-120 1. Esta polipnea acetilcolina si el VEMS disminuye en igual pro-
artificial representa las posibilidades máximas porción.
del fuelle toracopulmonar. Haciendo inhalar alergenos (polvo, bacterias o
pólenes) observando la respuesta broncoconstric-
Volumen espiratorio máximo segundo tora, se estudia la hipersensibilidad específica del
(VEMS). Prueba de Tiffenean. Consiste en hacer agente causal,
practicar al paciente, después de una inspiración En caso de indicación quirúrgica en un en-
máxima, una espiración forzada tan completa, fermo cuya función global esté disminuida, es
rápida e intensa como sea posible. El trazado se útil medir el reparto de la función entre los dos
registra a gran velocidad y por su mediación se pulmones, merced a la broncoespirometría (méto-
determina el volumen expulsado durante el primer do de Jacobaeus). Utilizando una sonda de do-
segundo. Representa, en la práctica, las posibilida- ble luz se hace un registro separado y simultá-
des ventilatorias del parénquima pulmonar y nco de cada pulmón. En los individuos
bronquios. El valor normal equivale al 75-80 % normales corresponde un 55 % de la función
de la capacidad vital. global al pulmón derecho y el 45 % restante al
Multiplicando el VEMS por 30 (Tiffeneau y Pi- izquierdo.
nelli) o 37 (Agusti), obtenemos de manera indirec-
ta la capacidad respiratoria máxima, tan fatigosa para
el paciente y que se presta a valores erróneos. Clasificación semiológica
de los trastornos
ventilatorios
Principales coeficientes
Por su equivalencia espirográfica, los trastor-
Resultan de la relación mutua entre volúme- nos ventilatorios pueden clasificarse esquemáti-
nes, capacidades y medidas dinámicas. Son los camente en dos grupos:
indicados a continuación:
1. Trastornos por amputación de volumen. La
1. Reserva respiratoria. Es la diferencia entre la disminución de la CVE es el signo esencial. La re-
CRM y la ventilación minuto. La reserva respirato- lación VEMS/CVF permanece normal y la VM
ria es del 92 %. La cifra que se calcula como nor- suele estar bastante bien conservada. Este cuadro
mal oscila entre el 90-96 %. $51 desciende al 70 %, espirográfico de aspecto normal y con valores
el paciente ya tiene sensación subjetiva de disnea. disminuidos ha sido clasificado gráficamente de
2. Índice de Tiffenea (coeficiente de la utiliza- «aspecto de pequeño rápido». Es propio de las li-
ción de la capacidad vital). Relaciona el VEMS con mitaciones parietales, las exéresis y la existencia
Neumología 171
de territorios pulmonares excluidos de la ventila- asemeja al de los «pequeños rápidos». Por el con-
ción (atelectasia). trario, la saturación de oxihemoglobina en la san-
2. Trastornos por lentitud del flujo ventilatorio. El gre está disminuida, primero, por el esfuerzo y
signo mayor lo constituye la disminución de la luego, aun en reposo.
relación VEMS/CVEF. Con gran frecuencia, la CVF La difusión de los gases entre el aire alveolar y
está disminuida y, en mayor proporción, la VM. la sangre capilar está regida, en esencia, por las le-
Este conjunto traduce un defecto difuso de la yes físicas de la solubilidad (fig. 2-88). Depende de:
permeabilidad bronquial (asma, enfisema) o una
estenosis bronquial localizada en un tronco im-
portante. Diferencias entre las presiones
Ni que decir tiene que estos dos tipos de tras- parciales de oxígeno (PO,)
tornos pueden asociarse en grado variable en un y de anhídrido carbónico (PCO,)
mismo paciente. en la sangre venosa mezclada
y en el aire alveolar
EXPLORACIÓN DE LA DIFUSIÓN Se encuentran indicadas en la tabla 2-5, toma-
da de Best y Taylor. Los valores para la sangre
Precisa de la medida de las concentraciones de venosa mezclada (valores medios) son de Wig-
oxígeno y de anhídrido carbónico contenidas en gers (referidos a 760 mm Hg).
la sangre arterial. Se recurre a las arterias femo- En la tabla 2-5, vemos que el O, del aire alve-
ral, humeral o radial. Estas dos últimas tienen la olar (tensión 103 mm Hg) pasa a la sangre venosa
ventaja de permitir la extracción de sangre en el (tensión 40 mm Hg) y eleva la tensión hasta lle-
curso de una prueba de esfuerzo, como pedalear gar a 100 mm Hg en la sangre arterial; a su vez,
sobre una bicicleta ergométrica. La función venti- el CO, de la sangre venosa (45 mm Hg) pasa al
latoria es cualitativamente normal, lo que permi- aire alveolar (40 mm Hg) y queda la sangre arte-
te afirmar que la composición del aire alveolar rial con una tensión de 40 mm Hg, igual al aire
también lo es. El espirograma no se altera o se alveolar.
Alvéolo
ÓN
Volúmenes
CO, 5 %
O, 14%
Tensiones
CO, 40 mm
O, 100 mm
Fotocopiar sin autorización es un delito.
Capilar pulmonar
Corazón Corazón
derecho Sade) — Presiones (su izquierdo
Diástole 7 mm Hg Diástole 6
CO, 46 mm CO, 40 mm
0, 40 rn ) Tensiones» ( O, 92 mm
Sangre venosa
¡eusye albues
55-60 ») —— Saturaciones — 96 %
oxihemoglobulina
CO, 58 % CO, 50-54 %
O, 14-15 5) Volúmenes» O, 19 %
2
S.A.
Capilar periférico
<Q MASSON,
Fig. 2-88. Esquema de las tensiones parciales y de los volúmenes de O, y CO, en sangre arterial, aire alveolar y
sangre venosa.
172 Semiología médica y técnica exploratoria
ES
(PCO,) en la sangre venosa y aire alveolar El plasma.
PO, PCO, Las membranas de los hematíes.
muy rápida, actúa en pocos segundos; la regula- gre y su contenido en CO, total, es posible deter-
ción pulmonar mediante la retención o elimina- minar la presión del anhídrido carbónico, PCO,
ción de CO, requiere minutos; la función renal es en mm de Hg, cuyo valor normal es de 40.
mucho más lenta, tarda incluso horas, pero es de El diagrama de Davenport nos da en forma fá-
efecto intenso y definitivo. cil y rápida la PCO, arterial. En sus abscisas figu-
El más importante de los sistemas tampón o ran los valores del pH, y en sus ordenadas, los
buffer del plasma está constituido por el ácido del CO, total en volúmenes por % o en miliequi-
carbónico y el bicarbonato sódico. valentes. La línea tope del plasma normal cruza
El CO, liberado de los tejidos, gracias a la en- en diagonal, y casi perpendicularmente a ésta, las
zima anhidrasa carbónica, se combina con el líneas de los valores de la PCO, arterial. El círcu-
S.A.
H,O para formar el CO,H,, que se une a las ba- lo marca los valores normales.
La sangre para estas determinaciones se ex-
O MASSON,
ses y da bicarbonatos.
Se establece una mezcla tampón con una rela- trae de las arterias humeral o femoral, o por pun-
ción de 60 volúmenes % de bicarbonatos por ción capilar cuando se emplean micrométodos,
176 Semiología médica y técnica exploratoria
tuándose al ponerse en marcha la compensación renal que tien- tiende a compensarse rápidamente mediante los
de a un aumento de su excreción. Así queda como una de las sistemas amortiguadores plasmáticos, extracelu-
O MASSON,
Tabla 2-7. Correlación de pruebas funcionales entre dos tipos habituales de neumopatías
grafía, con los catetos adosados a la columna dante de las grandes sínfisis), pudiéndose percibir
vertebral y diafragma, y la hipotenusa libre lin- algún frote o crepitación subpleural.
O MASSON,
dando con la claridad pulmonar; es la llamativa A los rayos X se aprecian retracción costal a
imagen paramediastínica, igual a la debida a las menudo de los órganos mediastínicos y de la trá-
182 Semiología médica y técnica exploratoria
y con la reducción del campo pulmonar; dolor, si tálico (raro). Pectoriloquia o voz cavernosa, a ve-
la masa es periférica y afecta la pleura (foco neu- ces con resonancia metálica (metalofonía).
mónico, atelectasia aguda y extensa, etc.), tos y
expectoración. 3. Examen radiológico. Sombra uniforme, más
2. Síntomas físicos: clara en el centro en las cavernas en formación;
imagen anular con nivel líquido o sin él, y a ve-
a) Inspección. Movilidad respiratoria dismi- ces bronquio de drenaje.
nuida, con retracción del hemitórax o segmento Con frecuencia, el síndrome cavitario se redu-
torácico afecto o sin ella. ce a una zona muy localizada de matidez, exage-
b) Palpación. Vibraciones aumentadas (ex- ración de vibraciones vocales y estertores húme-
cepto en la atelectasia por oclusión bronquial, en dos; estos signos se relacionan con la condensa-
que están abolidas). ción pericavitaria. Los rayos X confirman el diag-
e) Percusión. Sonoridad disminuida o ma- nóstico.
tidez.
d) Auscultación. Murmullo vesicular abolido.
Estertores crepitantes. Soplo tubárico. Broncofo- ENFISEMA
nía y pectoriloquia áfona, de intensidad tanto
mayor cuanto más denso y amplio es el bloque 1. Síntomas funcionales. Disnea, primero, de
de tejido indurado. esfuerzo; luego, continua, llegando a confinar al
3. Examen radiológico. Demuestra una opaci- sujeto a una inmovilidad casi absoluta; la tos y la
dad más o menos densa y extensa, de límites habi- expectoración no son signos de enfisema, pero
tualmente precisos que se confunden con los co- revelan la bronquitis asociada.
rrespondientes a los segmentos o lóbulos afectos. 2. Síntomas físicos:
4. Punción pleural. Es negativa; en los raros
casos en que existe líquido en la pleura; éste al- a) Inspección. Agrandamiento global del tó-
canza un nivel alto al percutir, aunque su cuantía rax, sobre todo en las partes altas, con cifosis
sea exigua; esto se debe a que el pulmón no se dorsal y curvatura anormal del esternón. Respira-
deja comprimir (pulmón flotante). ción rápida y muy superficial, con tensión de los
músculos respiratorios secundarios y tiraje su-
prasternal y clavicular, y a veces intercostal, con
CAVIDAD PULMONAR ascenso del plastrón esternocostal a la inspira-
ción. A la espiración [orzada sigue una precipita-
Sea cual fuere su causa (tuberculosa, absceso, da inspiración.
tumor necrosado, etc.) motiva un cuadro (síndro- b) Palpación. Vibraciones vocales disminui-
me cavitario) que depende del tamaño, topogra- das. Difícil percepción del choque de la punta
fía y estado físico del parénquima que rodea la cardíaca.
cavidad: e) Percusión. Hipersonoridad global, a veces
con un timbre especial (en caja de cartón). De-
l. Síntomas funcionales. “Tos y expectoración, saparición o gran reducción de la matidez car-
más acentuada en ciertos decúbitos; son signifi- díaca.
Fotocopiar sin autorización es un delito.
que varía en los cambios de posición. campos pulmonares con rarefacción aparente de
O MASSON,
d) Auscultación. Murmullo vesicular abolido. la trama vascular, en contraste, a veces, con las
Soplo tubocavitario, cavitario o anfórico. Esterto- gruesas arterias pulmonares. Horizontalidad del
res cavernosos y gorgoteo cavitario. Retintín me- diafragma y de las costillas, con aumento del diá-
ao A)
184 Semiología médica y técnica exploratoria
Ruido respiratorio
En reposo Respiración forzada
Normal
Bronquitis
Entisema
<<N WWW
ANY
destructivo
Fig. 2-90. Diagnóstico diferencial de la bronquitis crónica, con y sin enfisema destructivo, mediante la ausculta-
ción
metro vertical; el anteroposterior también lo está, más frecuentes (41,4 %) y en relación con la
por la cifosis dorsal y por la curvatura anormal compresión del árbol traqueal y, aunque en me-
del esternón. Disminución de amplitud de los nor grado, del propio parénquima pulmonar.
movimientos costodiafragmáticos, evidenciada El síntoma más frecuente es la tos seca, irrita-
por clisés en inspiración y espiración forzadas, de tiva, a veces quintosa, que en ocasiones se acom-
frente y de perfil, en esta última proyección, en paña de disnea accesional o de esfuerzo, a veces
espiración forzada, el tórax se oscurece por com- postural, y que puede acompañarse de cianosis.
pleto en los sujetos normales. La compresión traqueal origina un tipo de disnea
4. Examen funcional Aumento del volumen inspiratoria muy característica, con cornage y tira-
residual, con trastorno ventilatorio obstructivo. je; y la traqueobronquial, cuadros de bronquitis
Son útiles la angioneumografía (reducción del le- uni O bilaterales, por fenómenos de retención o
cho vascular pulmonar), el cateterismo cardíaco bloqueo de los esputos, así como neumonías re-
(tensión arterial aumentada, que contrasta con cidivantes o crónicas.
una presión capilar pulmonar casi normal La compresión vascular en el área venosa se
y elevación del gradiente arteriocapilar), y el elec- observa con mayor frecuencia en los tumores del
trocardiograma (sobrecarga ventricular derecha). mediastino anterior y medio, en su estrato supe-
rior. En su grado máximo, motiva el síndrome de
la vena cava superior, con edema en esclavina
SÍNDROME MEDIASTÍNICO (cara, cuello, parte superior del tórax, ambos bra-
zos) o limitado a cara y cuello, y cianosis de la
El síndrome mediastínico se observa en pro- cara, cuello, miembros superiores o sólo de los
cesos tumorales malignos (70-80 %) o benignos labios y extremidades de los dedos de las manos,
(7 %), cardiovasculares (pericarditis, aneurisma y circulación colateral venosa. La estasis cefálica
aórtico) e inflamatorios, difusos agudos o cróni- es causa de somnolencia diurna, cefalea, vértigos,
cos específicos e inespecíficos. acufenos e incluso crisis convulsivas.
Los síntomas y signos guardan cierta relación El dolor puede aparecer como retrosternal, de
con la topografía y rapidez evolutiva del proceso espalda, angoroide con molestias de hombro
causal. Las manifestaciones respiratorias son las acreciendo, en ocasiones (así como el estridor la-
Neumología 185
ríngeo inspiratorio, disnea, cianosis) al toser, res- 5. Cadena simpática superior. Síndrome de
pirar profundamente, estornudar y con el decúbi- Horner, enrojecimiento hemifacial, hemihiperhi-
to dorsal, aliviándose al sentarse, inclinarse hacia drosis, sialorrea.
delante y en la posición genupectoral. 6. Médula espinal. Déficit motor y sensitivo,
síndrome de sección transversa.
Cuadro. Representación esquemática de los signos físicos característicos de las principales afecciones
de las vías respiratorias
Percusión Palpación
Auscultación
nasal
Espiración 4 4 4 $ Esteriores plantes
S o .
y > Estertores subcrepitantes grandes
Respiración abolida
099 Crujidos
l . Respiración exagerada (pueril) o0
"
i
2
lao
Respiración entrecortada 00 O Gargoteo
WWW
Respiración ruda $ ¿ Frotes pieurales
—+
¡e Respiración soplante (soplo bronquial)
IL Soplo tubárico
== Soplo pleural
== Soplo cavernoso
| | == Soplo tubucavernoso
+ Hi Soplo anfórico
e
Cardiología. Angiología
CARDIOLOGÍA
NE INTRODUCCIÓN agudo está en razón inversa con la edad, lo que se
atribuye a que cuanto más joven es el sujeto, tanto
La finalidad del aparato cardiovascular es mante- más vascularizadas tiene las válvulas y mayor es
ner un flujo circulatorio suficiente para subvenir a su propensión a contagiarse. Existe resistencia na-
las necesidades orgánicas. Cuando el corazón clau- tural en los lactantes y en la primera infancia.
dica se comporta como un obstáculo que dificulta el La figura 3-1 ilustra sobre las edades en que se
curso de la sangre, de manera parecida a cuando se presentan los infartos de miocardio del adulto; ob-
instala una presa en el lecho de un río. Es decir, pro- sérvese cómo la mayoría (65 %) ocurren entre los
duce un remanso de sangre con aumento de la ten- 40-60 años. En lo que respecta a la infancia (los pe-
sión venosa por detrás del corazón insuficiente, y diatras señalan una curiosa apetencia del virus reu-
una disminución del volumen de sangre circulante, mático por las coronarias), se han descrito crisis de
con retardo de la corriente sanguínea, por delante. ángor e incluso infartos en niños entre los 12 meses
La estasis venosa comienza, como es lógico, a y los 10 años, muchos de ellos relacionados con mal-
nivel de las venas más próximas al corazón; es de- formaciones congénitas de las arterias coronarias.
cir, de ambas cavas, las cuales encuentran dificultad En lo que se refiere a las angiopatías en gene-
en desaguar en la aurícula derecha por encontrarse ral, la enfermedad de Raynaud aparece en las pri-
ésta llena de sangre. A partir de ellas se propaga en meras décadas de la vida; la tromboangitis obli-
sentido retrógrado, aguas arriba, por sus afluentes y terante, en la juventud, y las de naturaleza
a una distancia cada vez mayor del corazón. Por tal arteriosclerosa, en mayores de 50 años.
motivo, las venas cervicales, en especial la yugular
externa, fácilmente visible, aparecen tensas, disten- Raza. Los chinos y orientales propenden
Fotocopiar sin autorización es un delito.
ocurren en gente joven son, en gran parte, de ori- pensión de los judíos para esta angiopatía.
O MASSON,
187
188 Semiología médica y técnica exploratoria
trada de una infección reumática causa de endo- Hábito de vida. Es de importancia primor-
carditis y de procesos bronquiales crónicos con dial para el estado del corazón y arterias. Una
repercusión sobre el corazón derecho. Ya es no- vida ordenada, equilibrada y ajustada a las posi-
toria la propensión a la hipertensión arterial y es- bilidades físicas de cada uno, es lo más deseable.
clerosis coronaria y miocárdica en los sujetos que Es evidente que la estimulación del individuo
viven en las grandes urbes. Chávez, por su parte, («desde la cuna hasta la tumba»), solamente con-
observa que el exiguo porcentaje de hipertensos duce a un desgaste vascular prematuro.
(7,33 %) que se encuentra en los indígenas y Siendo igual el régimen alimentario, los indi-
mestizos de México, con vida tranquila, sin con- viduos sedentarios sufren el triple de procesos
Flictos ni ambiciones, se triplica al trasladarse a esclerosos vasculares que los trabajadores rmia-
las ciudades (27,9 %), pese a las condiciones so- nuales. Esto señala la acción favorable de la acti-
ciales y económicas más elevadas. En las altipla- vidad física regular.
nicies, la baja tensión del oxígeno repercute so- El tabaco daña los vasos arteriales y, a través
bre la circulación pulmonar y el corazón siendo de las coronarias, el corazón, sobre todo en los
causa frecuente de hipertensión pulmonar pri- sujetos con distonía neurovegetativa e hiperco-
maria. lesterolemia. Las estadísticas son unánimemente
Las cardiopatías por parásitos (protozoos o hel- concordantes. En los adventistas del Séptimo
mintos) se observan en determinadas áreas geo- Día, enemigos del tabaco (y del alcohol), las afec-
gráficas. Limitándonos a las tripanosomiasis, Ci- ciones coronarias y vasculares periféricas son un
taremos las africanas (Irypanosoma gambiense, 40 % inferiores a las del resto de la población.
rhodesiense) y la enfermedad de Chagas (Irypa-
nosoma cruzi), frecuente en América meridional
y rara, aunque presente, en África, India e islas ANTECEDENTES FAMILIARES
de Sonda, población campesina y pobre de Vene-
zuela (estado de Carabobo), respetando la aco- Son evidentes en muchos casos. Aunque entre
modada y los inmigrantes. los factores etiológicos de las cardiopatías congé-
nitas cuentan los exógenos, como infecciones
Alimentación. El factor alimentario cuenta maternas (rubéola, sarampión, febriles de tipo
en la historia de los enfermos que nos ocupan. La gripal), drogas (talidomina, hormonas luteínica o
desnutrición, casi siempre acompañada de facto- foliculínica en amenaza de aborto o con fines
res ambientales negativos (exceso de trabajo, vi- abortivos), radiaciones (radiografías en el primer
viendas insanas), coadyuva a la aparición de val- trimestre del embarazo), prenatal, etc., la tenden-
vulopatías reumáticas y sépticas, sobre todo de la cia actual valora las aberraciones cromosómicas,
variedad maligna lenta. como el síndrome de Down (trisomía 21), sín-
Son aconsejables las comidas escasas y fre- dromes de Turner (XO) y Klinefelter (XXY), tri-
cuentes para prevenir las cardiopatías (disminu- ple X, así como las trisomías de los grupos 11
yen el peso y la colesterolemia y aumentan la to- (triple 13-15) y E (triple 17 y triple 18), etc. En el
lerancia a la glucosa) junto a la restricción de la síndrome de Down (un 35 % resultan afectos)
sal común ante la hipertensión arterial sistemáti- predominan los defectos del tabique auriculoven-
ca y cardiopatías. tricular; en el síndrome de Turner, la coartación
Fotocopiar sin autorización es un delito.
rara vez son hipertensos. Si se abusa de él, de- Las anomalías congénitas pueden observarse
sempeña un papel la hipoproteinemia y avitami- en varios miembros de una misma familia.
O MASSON,
nosis propias de la anorexia habitual del bebedor La existencia de un factor genético explica la
empedernido. cardiomegalia familiar de Evans (no debida a tras-
190 Semiología médica y técnica exploratoria
ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
O ENFERMEDADES ANTERIORES MANIFESTACIONES CLÍNICAS
DE LAS CARDIOPATIAS
Las más importantes son las infecciosas y, en-
tre ellas, el reumatismo poliarticular agudo*, dif- Los principales síntomas con que se manifies-
teria, escarlatina, sepsis (estreptocócica, estafilo- tan las cardiopatías son plurales, abarcando múl-
cócica, neumocócica), tuberculosis (pericarditis), tiples órganos y numerosas estructuras poliorgá-
sífilis (valvulopatía aórtica), etc.; virus (pericardi- nicas.
tis); parasitarias (tripanosomiasis, helmintos), etc.
La hipercolesterolemia familiar y la diabetes
favorecen las coronariopatías e infartos de mio- Anomalías de la presión y pulso
cardio en sujetos jóvenes, y la hipercalcemia venoso yugular
idiopática, estenosis aórtica supravalvular e hi-
pertensión arterial por nefrosclerosis. El examen atento de las venas yugulares, mu-
En un 5 % de poliartritis crónicas se observan chas veces descuidado por el médico, aporta da-
cardiopatías valvulares, cifra idéntica a la señala- tos más útiles para la valoración de las cardio-
da en la poliartritis anquilosante. patías que otros exámenes más complejos. El
estudio de la insuficiencia cardíaca se inicia con
el examen de las venas yugulares.
COMIENZO Y EVOLUCIÓN En el sujeto sano, sentado o de pie, la vena
DE LA ENFERMEDAD ACTUAL yugular externa no es visible, pues habida cuenta
de la exigúidad de la presión venosa a su nivel y
Los síntomas y signos valorables para el diag- la delgadez de su pared, el vaso aparece colapsa-
nóstico de una afección cardiovascular pueden do en toda su longitud, excepto en ciertas perso-
originarse directamente en el corazón (algias car- nas en quienes se ingurgita con facilidad cuando
dioaórticas), en órganos diversos (disnea, expec- hablan, tosen o realizan esfuerzos aun livianos.
toración hemoptoica, hematuria, etc.) o significar En decúbito dorsal y con la cabeza reclinada
reacciones generales (edemas, fiebre, astenia, sobre una almohada, la vena yugular externa
etc.). aparece abultada en su parte inferior, cesando
Con las preguntas de ritual al comenzar esta esta distensión a nivel del punto en que la pre-
parte del interrogatorio: ¿Cuándo y cómo comenza- sión venosa se equilibra con la presión atmosféri-
ron las molestiast, ¿Cómo han evolucionadot, ¿A qué ca, lo cual sucede, aproximadamente, a la altura
causa las atribuyed, nos daremos cuenta de si el de una horizontal que pasa por el manubrio del
proceso es agudo, subagudo o crónico; de si co- esternón (fig. 3-2). El nivel del colapso venoso al-
menzó lenta y paulatinamente (insuficiencia car- canza el mismo límite en ambas venas yugulares
díaca de origen miocárdico, valvulopatía des- externas. De no ocurrir así, la vena que muestra
el nivel más bajo es la única que nos puede servir
para indicar la presión venosa, siempre que ten-
'No debemos olvidar que, a veces, la afectación articular es
mínima (Laségue dijo: «El reumatismo poliarticular agudo lame
gamos la seguridad de que su repleción termina
las articulaciones, las pleuras, las meninges, pero muerde el co- realmente donde parece y de que no se trata de
razón») y aun nula (reuma sine reuma), siendo estas formas las que la yugular externa, en su parte más alta, no
más peligrosas desde el punto de vista que nos ocupa, por dos se vea por quedar colocada más profundamente.
motivos, por descuidarse el tratamiento y por ser muy exiguos
los procesos inmunitarios. Igual valor debemos conceder a las
Nos cercioraremos de ello comprimiéndola con
amigdalitis de repetición, las cuales pueden ser la puerta de en- suavidad en su parte inferior, con el fin de que,
trada de la infección reumática. llenándose, se haga aparente en todo su trayecto.
Cardiología. Angiología 191
La presión venosa central se suele medir de un mo. Al mismo tiempo, se pide al paciente que
modo continuado durante un cierto período, y su abra y cierre alternativamente su mano, mante-
YO MASSON,
valor depende de la presión arterial, el vacío in- niéndola cerrada en el momento de penetrar la
trapleural, la contracción cardíaca y las presiones vena con la aguja hipodérmica.
192 Semiología médica y técnica exploratoria
Cuando las venas son pequeñas o profundas, ésta (que estaba a una altura superior a la de la
esta constricción por sí sola puede ser insuficien- presión venosa esperada) cae rápidamente hasta
te. En este caso, para producir una dilatación el nivel de la presión venosa real.
adecuada daremos unos ligeros cachetes en la Para realizar esta medición, el cero de la esca-
parte anterior de la muñeca y antebrazo. la graduada debe estar a la altura de la aurícula
Si todavía es insuficiente, la aplicación de ca- derecha en la posición de decúbito supino. Tal
lor a toda la extremidad (antes de sujetar el torni- altura corresponde al punto medio del diámetro
quete) es una ayuda muy valiosa, y que, aplicada torácico anterosuperior (a unos 10 cm del plano
con propiedad, puede significar la diferencia en- de la espalda, según Lyons) o se utiliza la línea
tre una venipuntura habitual y la necesidad de media axilar.
realizar una disección venosa. En todos los casos, deberemos cerciorarnos de
Una vez se haya introducido el catéter venoso que existe una comunicación libre entre el siste-
de polietileno en la vena elegida, preferiblemente ma venoso central y el tubo manométrico, lo que
a través de una aguja hipodérmica de suficiente se pondrá de manifiesto por una rápida caída del
calibre, se deberá avanzar lo suficiente (unos nivel de la columna líquida de éste al ser conecta-
40 cm) para que su extremo libre, esté situado, do con el catéter venoso, y por ulteriores fluctua-
aproximadamente, en la desembocadura de la ciones de este nivel, síncronas con los movimien-
vena cava superior. Esta introducción del catéter tos respiratorios del paciente. Una caída del nivel
se hará con cuidado, ya que a veces pueden en- del líquido «a saltos sincronizados» con el movi-
contrarse válvulas venosas que lo tuerzan y atas- miento de inspiración del paciente, y la falta de
quen. En este caso, tirando del catéter hacia atrás movimientos de la columna líquida al realizar
unos pocos centímetros y haciéndolo girar en éste un movimiento de Valsava, sugieren la exis-
otra dirección lograremos pasarlo sin dificultad. tencia de un defecto de válvula en el extremo del
Lo mismo cabría decir de las ramas venosas que catéter, con lecturas que serán falsas. En caso de
se pueden encontrar en la parte superior del bra- duda recomendamos retirar el catéter unos centí-
zo. De hallarnos en una de tales circunstancias metros y tratar de desobstruirlo perfundiendo a
que impidan la progresión del catéter, éste no se su través unos centímetros cúbicos de solución
debe forzar nunca, guardando en tudo momento salina heparinizada. Por el contrario, una pulsa-
la mayor calma y repitiendo la maniobra antes ción demasiado activa, con una presión venosa
descrita. Si la dificultad se encontrara más ade- excesivamente alta sin causa que la justifique,
lante, al avanzar el catéter dentro de la cavidad puede ser debida a que el extremo del catéter se
torácica, puede ser de gran ayuda pedir al enfer- halla en el ventrículo derecho. Como en el caso
mo que mueva el cuello o el hombro en diferen- anterior, se corregirá retirando el catéter unos
tes direcciones, o una inspiración profunda. A centímetros.
menudo, cuando el catéter se halla en la vena Las cifras normales resaltadas por los diferen-
subclavia, tiende a subir hacia la yugular. En este tes autores discrepan entre sí (Lyon, 5-15 cm de
caso, una inspiración profunda y girar el catéter agua; Winsor y Burch, 4-16; Brian y Wood, 5-18),
con una mano, mientras con la otra se hace pre- debido a sus divergencias en cuanto al punto
sión sobre la yugular, suele ayudar a que entre en cuya presión debe ser considerada como «cero»,
la vena cava. En todos los casos es útil disponer Una presión venosa central que oscila entre
de un ayudante para cooperar en las maniobras 0-5 cm de agua indica hipovolemia y la necesi-
que no requieran el uso de material estéril (soltar dad de administrar fluidos por vía parenteral;
el torniquete, mover el brazo, etc.), y no se debe presiones venosas entre 8-12 cm de agua sugie-
olvidar que el espasmo venoso, una de las mayo- ren una normovolemia, y cuando los valores de
res dificultades que podremos encontrar, provie- la presión venosa superan los 18 cm de agua, se
ne, en la mayoría de los casos, del miedo y de la corre el peligro de un fallo cardíaco, debiéndose
ansiedad del enfermo, que evitaremos con la ex- reducir a un mínimo la administración parenteral
plicación del procedimiento y también infun- de fluidos y considerar la posibilidad de tonificar
diéndole confianza. un miocardio que está trabajando en malas con-
A continuación, se ceban las tres ramas conec- diciones.
tadas por la llave de paso por medio de la solu- En general, diremos que la presión venosa au-
ción salina heparinizada, Al mover la llave de menta en los esfuerzos, insuficiencia ventricular
modo que el catéter venoso quede conectado derecha, procesos tricuspídeos, pericarditis con
únicamente con la rama manométrica, el nivel de derrame y constrictiva, así como en el corazón
Cardiología. Angiología 193
L
pulmonar agudo, enfisema obstructivo y síndro-
me de la vena cava superior; por el contrario,
disminuye en la hipovolemia, deshidratación y
shock (excepto en el traumático con taponamien-
to cardíaco por hemopericardias).
IN, > ”
El pulso venoso está constituido por la oscila- A a a 097
Xx
ción de la porción proximal distendida de las
venas yugulares internas. Los cambios volumétri-
DS
cos que experimenta son fiel reflejo de las distin-
AN
Xx
tas presiones que se desarrollan en la aurícula de- e
recha durante el ciclo cardíaco.
Para el registro del pulso venoso (flebograma
yugular) se coloca al sujeto en posición de decúbi-
to supino, o semidecúbito si es ortopneico, y se
aplica un terminal constituido por dos ventosas
superpuestas en la porción proximal de una yu-
gular, que se mantiene sujeto a la piel por medio
A
de un ligero vacío creado en la ventosa exterior.
Entretanto, la ventosa interior recoge las pulsa-
ciones yugulares, que transmite a un cristal pie-
zoeléctrico, el cual crea una corriente ondulatoria Ñ Mao? a.
que es recogida por un amplificador, transmitida
a un galvanómetro y recogida gráficamente por
una película fotográfica. Durante el registro, es he 3-3. Pulso venoso yugular. A) Normal. B) Insufi-
preciso que el paciente contenga su respiración. ciencia tricuspídea. C) Estenosis tricuspidea.
Normalmente, el registro gráfico del pulso venoso
yugular ofrece tres ondas, que reflejan los cam-
bios de presión en la aurícula derecha: El pulso yugular venoso es suave, difuso, on-
dulante, más visible que palpable (el pulso arte-
1. La primera, u onda «a», traduce la contrac- rial se ve y se palpa bien). Con un ritmo y fre-
ción de la aurícula derecha. cuencia normales, se distinguen dos impulsiones
2. La segunda, u onda «c», corresponde al cie- y dos depresiones en cada ciclo (la pulsación ca-
rre de la válvula tricúspide al iniciarse la sístole rotídea es única e intensa). El nivel de la pulsa-
ventricular. ción varía con las fases respiratorias (de acuerdo
3. La tercera, u onda «V», refleja el aumento con la tensión intratorácica, descendiendo en la
de la presión auricular antes de que se abra la inspiración y elevándose en la espiración) y con
válvula tricúspide. el ortostatismo, cosa que no ocurre con el pulso
carotídeo, que incluso se acentúa en la posición
Entre estas dos últimas ondas, existe una de- de pie. Asimismo, cuando existen pulsaciones
presión, u onda negativa «X'», que corresponde a amplias en el cuello y el pulso radial de ambos
Fotocopiar sin autorización es un delito.
la sístole ventricular, por este motivo al pulso ve- lados es débil o poco palpable (si se ha excluido
noso normal se le llama pulso venoso negativo (Figu- la presencia de una arteriopatía obliterante) la
ra 3-3 A). pulsación es venosa.
Para diferenciar el pulso venoso yugular del pulso En la insuficiencia cardíaca derecha con estasis
carotídeo —cosa no difícil aunque son muy pocos de aflujo, las venas yugulares se encuentran dis-
los que saben hacerlo—, se dispone al enfermo tendidas, incluso en el ortostatismo, por la pre-
semiincorporado en cama, con la cabeza adelan- sión venosa elevada. Esta distensión aumenta
tada y vuelta un poco hacia el lado que se exami- con la compresión del hipocondrio derecho («re-
na (casi siempre el derecho), para evitar la ten- flujo hepatoyugular» de Rondot) o difusa del ab-
sión del músculo esternocleidomastoideo, que domen («reflujo abdominoyugular» de Lian).
S.A.
cubre parcialmente la vena yugular interna, y con En la insuficiencia tricuspídea, la corriente de re-
una buena iluminación del ángulo que forma la gurgitación ventricular da lugar a una onda «a»
O MASSON,
mandíbula con el borde anterior del esternoclei- auricular gigante seguida de un seno «Y» profun-
domastoideo. do y rápido (ventriculación de la curva auricular).
194 Semiología médica y técnica exploratoria
Se le llama pulso venoso positivo o ventricular Para la correcta interpretación de este sínto-
(fig. 3-3 B). ma, es preciso no olvidar que los sujetos que lle-
En la estenosis tricuspidea, el dato más llamati- van vida sedentaria pueden fatigarse al realizar
vo del yugulograma es una onda «a» gigante, pre esfuerzos bien tolerados por la generalidad, sin
sistólica, con conservación y aun atenuación de que de ello pueda inferirse insuficiencia cardíaca
las ondas «c», «V» y la depresión de «X”». Se le y sí sólo una ligera claudicación funcional por fal-
llama pulso venoso auricular (fig. 3-3 C). ta de hábito?.
En la enfermedad tricuspídea (estenosis + insufi- Citaremos los siguientes tipos de disnea:
ciencia), la onda «V» gigante es sostenida, en me-
seta, y el seno «Y» que le sigue es más lento; 1. Disnea de esfuerzo. Aparece cuando el en-
todo ello indica una regurgitación menor y el fermo realiza un esfuerzo superior a las posibili-
obstáculo impuesto al llenado por el componente dades de su corazón, y persiste un cierto tiempo
de estenosis. una vez cesado el esfuerzo (deuda de oxígeno).
En el derrame pericárdico y pericarditis constrictiva, Si es intensa, empeora rápidamente tras caminar
la presión venosa se exagera en la inspiración (sig- algunos pasos y puede acompañarse de palpita-
no de Kussmaul) y el registro gráfico aprecia el co- ciones, dolores anginosos, tos, sensación extraor-
lapso diastólico de Friedreich, traducido por una dinaria de cansancio, trastornos visuales, mareos
profunda onda «Y». Ello denota la súbita llegada y a veces incluso síncopes. Es propia de la claudi-
de sangre (al comienzo de esta fase y luego cuan- cación del corazón izquierdo o global, con regur-
do se abre la válvula tricúspide) desde las abulta- gitación pulmonar.
das venas sistémicas al vacío ventricular derecho. 2. Disnea de decúbito (ortopnea; o mejor, cli-
En el taponamiento cardíaco, la presión venosa nopnea). Aparece en posición decúbita y se alivia
es alta y el nivel venoso inmóvil (signo de la «raíz al pasar a la posición sentada, o con las piernas
cuadrada»). colgando en el borde de la cama. Una forma es-
Cuando por inspección se advierte la falta de pecial es la trepopnea o intolerancia para un decú-
coincidencia entre las pulsaciones arterial y veno- bito lateral (generalmente, el izquierdo) por la
sa, cabe pensar en un bloqueo auriculoventricular existencia de un derrame pleural contralateral o
completo o en una fibrilación auricular. Si la con- por una excesiva distopia postural del corazón, la
tracción auricular coincide con el cierre de la vál- cual da lugar a la acodadura de los grandes vasos
vula tricúspide, como ocurre en ciertos bloqueos (cava inferior o suprahepática izquierda, venas
cardíacos, en el ritmo nodal y algunas extrasísto- pulmonares).
les, se producen unas ondas «a» gigantes llama- La disnea de decúbito es característica de las
das en «cañonazo». insuficiencias izquierdas, con corazón derecho
En la hipertensión pulmonar, existe una onda «a» eficiente y las hipodiastolias (derrame pericárdi-
gigante en «cuña» tanto o más brusca que la onda
«a» obstructiva de la estenosis tricuspídea.
La distensión unilateral de la vena yugular interna “Las causas de las disneas cardiógenas son múltiples:
izquierda se señala de manera casi exclusiva en
1. Ingurgitación con disminución de la elasticidad pulmo-
las aortopatías aneurismáticas con compresión nar, motivo de una deficiente oxigenación de la sangre y de la
de la vena innominada por el tronco branquioce- exageración del «reflejo de Hering-Breuer» (regula la actividad
[álico (signo de González Sabathié). del centro respiratorio en relación con el grado de distensión
pulmonar) con lo que se consigue una hiperventilación, que si
es excesiva da la sensación de disnea.
2. Acidosis periférica por la anoxia (ácido carbónico + áci-
Disneas de origen cardíaco do láctico), con estimulación directa del centro respiratorio o a
través de zonas reflexógenas quimiorreceptoras.
3. Dificultad a la expansión del pulmón por la hipertrofia
Son los síntomas «por excelencia» del corazón
cardíaca, hepatomegalia, hidrotórax, ascitis.
insuficiente. Por tal motivo, seremos precisos en 4. La hipertensión venosa a nivel de la vena cava o aurí-
el interrogatorio, insistiendo sobre el horario de cula derecha (reflejo de Bainbridge) produce aumento de venti-
su aparición, sus causas, fenómenos que la acom- lación por vía vagal, sumando sus efectos a los del reflejo de
Hering-Breuer, ya descrito.
pañan (taquipnea o bradipnea, palidez, angustia,
sudación, etc.), y sobre la ausencia o presencia de La importancia de los factores reflejos centrales se mani-
fiesta en la disnea súbita y angustiosa del corazón pulmonar
ruidos respiratorios audibles por el enfermo y sus
agudo, debida, en su mayor parte, a la vasoconstricción pulmo-
allegados. Tiene, asimismo, valor, su aparición nar difusa asociada, a veces, a isquemia coronaria (reflejo pul-
lenta o paroxística. mocoronario).
Cardiología. Angiología 195
co, sínfisis pericárdica). La posición de decúbito cientes (poliartríticos crónicos) que yacen inmo-
intensifica la estasis pulmonar (la sangre de las vilizados en cama.
extremidades inferiores y territorio esplácnico se Su cuadro clínico consiste en que el paciente
desvía hacia la región torácica) lo que somete al se despierta bruscamente con una sensación an-
corazón derecho, funcionalmente capaz, a un gustiosa de falta de aire y se sienta en la cama
mayor estímulo funcional que no puede ser se- con las piernas colgando o en una butaca, apo-
guido, sin embargo, por el ventrículo izquierdo yando las manos para facilitar la cooperación de
insuficiente. los músculos auxiliares de la respiración, o busca
3. Disnea permanente. Obliga al enfermo a la ventana u el balcón, en un intento de calmar
permanecer sentado y a evitar el menor esfuerzo. su sed de aire. Hay taquipnea con disnea inspira-
Es superficial (hecho motivado por la circunstan- toria y espiratoria, taquicardia con trastornos del
cia de que, en la rigidez del pulmón, no se dis- ritmo o sin él, apagamiento del primer tono, en
tienden lo suficiente los alvéolos durante la inspi- ocasiones galope, y reforzamiento del segundo
ración). Clínicamente, la espiración se encuentra tono pulmonar. La percusión evidencia hiposo-
alargada, no siendo rara la demostración de es- noridad en ambas bases, a cuyo nivel se auscul-
tertores secos, y muy frecuente (por no decir tan abundantes estertores bronquialveolares de
constante) la auscultación de estertores húme- estasis. La presión arterial puede estar eleva-
dos, más o menos abundantes, en una o ambas da (espasmo vascular), disminuida (reducción del
bases pulmonares. Este dato, junto con la intensi- volumen-minuto) o normal. La crisis tiene una
ficación por el decúbito y a menudo durante la duración variable (de minutos a horas) y puede
noche, una vez conciliado el sueño, la diferencia conducir al edema agudo de pulrión. En las gran-
de las disneas de origen pulmonar. des crisis, el enfermo aparece con cianosis pálida,
La disnea permanente es debida a la ¡nsufi- angustiado y sudoroso.
ciencia cardíaca izquierda o global avanzada. La me- 6. Insuficiencia cardíaca asmoide. Es una forma
joría con la posición sentada se debe al descenso broncospástica del asma cardíaca, difícil de dife-
del diafragma (aumenta la capacidad vital) y renciar de la crisis del asma esencial. En ambas
acumulación de la sangre en las extremidades in- hay bradipnea, disnea espiratoria, enfisema fun-
feriores y sistema esplácnico, con disminución cional y estertores secos (roncos, sibilancias) di-
de la estasis cerebral y de la sobrecarga del cora seminados. El diagnóstico clínico diferencial sólo
zón derecho. es posible valorando la presencia de estertores
El fallo ventricular derecho aislado no moti- bronquialveolares de estasis en la base y el alar-
va disnea; la que se observa en tales casos se gamiento del tiempo de circulación. Su patogenia
debe, casi siempre, a un proceso broncopulmo- se explica admitiendo que a las causas que moti-
nar crónico motivo de la sobrecarga; la disnea van el asma cardíaca clásica, se añaden espasmos
no muestra por ello el carácter ya descrito, sino de los músculos de Reisseisen por estimulación
el pulmonar. vagal directa (edema de la subrnucusa brunquial)
4. Respiración de Cheyne-Stokes (ciclopnea, de o indirecta (vagotonía de la madrugada).
Letamendi). En ésta, desempeña el papel principal
una disminución de la excitabilidad del centro
respiratorio tanto hipoxémicamente (en afeccio- Dolor precordial
Fotocopiar sin autorización es un delito.
súbito del corazón izquierdo. Adopta, casi siem- Recordaremos que, de todos los dolores topo-
pre, un ritmo nocturno, incluso en aquellos pa- grafiables de nuestro organismo, el dolor precor-
196 Semiología médica y técnica exploratoria
dial es, quizás, el que despierta mayor carga afec- 2. Dolor precordial psicógeno. Al examen su-
tiva, el que preocupa más al enfermo, por la de- perficial parece de origen circulatorio. Son los lla-
ducción inmediata que hace de una posible car- mados falsos cardíacos. Se trata, casi regularmente,
dioangiopatía, cuyo peligro no ignora. de mujeres con estrés psíquico sostenido. El do-
Consideraremos sucesivamente los dolores pre- lor o molestias tienen una querencia especial
cordiales: para la región inframamaria izquierda, mamaria,
borde esternal izquierdo y, a veces, todo el hemi-
1. Dolor precordial no cardíaco. Su causa puede tórax izquierdo, en orden de mayor a menor fre-
radicar en: cuencia. El enfermo manifiesta su molestia apo-
yando horizontalmente la mano sobre la región
a) Pared torácica. Mamas péndulas, volumi- doliente, moviéndola frecuentemente en sentido
nosas, inflamadas o con tumores; paniculitis, transversal hacia la región axilar izquierda, sin
sobre todo en mujeres obesas; mialgias de los flexionar jamás los dedos como en el dolor cons-
músculos intercostales, consecutivas a esfuer- trictivo, Concomitantemente, se señala disnea
zos, a hiperventilación (en sujetos neuróticos), a suspirosa, irritabilidad, insomnio, profunda tris-
hipocalcemia (calambres) o a golpes de tos, etc.; teza con llanto frecuente e inmotivado.
síndrome precordial condrocostal de Fiegel y Juncadella Ferrer halló en todos los casos un
Kelling; herpes zóster o zona, en el que la pre- punto doloroso, exquisitamente localizado a ni-
sencia de vesículas asegura el diagnóstico; neu- vel de la articulación condrocostal de la 1V costi-
ralgia intercostal; radiculalgias de origen verte- lla izquierda. El dolor que se despierta a la pre-
bral, etc. sión en este punto, y que es mucho más intenso
b) Pleura, pulmón o mediastino, Traqueobron- que el provocado en cualquier otro lugar, no está,
quitis; cuerpos extraños bronquiales, neumonía; al parecer, relacionado con la estructura condo-
atelectasias; pleuritis aguda; mediastinitis reumá- costal, ya que se despierta también pellizcando la
tica o tumoral. piel en esta región. Asimismo, si con el dedo se
c) Abdomen. Aproximadamente, el 10-20 % mueve la piel arriba o abajo, el dolor sigue el des-
de los pacientes que presentan dolor en el hemi- lizamiento del dedo (punto precordial, de Junca-
tórax izquierdo tienen alteraciones de la cavidad della).
abdominal, responsables de sus manifestaciones Síntomas parecidos se señalan en las neurosis
dolorosas. Para atribuir a una afección digestiva cardiovasculares y en las distonias diencefaloen-
la causa del dolor precordial, es necesario que la docrinovegetativas, especialmente en aquellas
crisis corresponda a etapas de la digestión o al sintomáticas de la pubertad (catamenia, embara-
padecimiento de órganos incriminados. Las al- zo, menopausia e hipertiroidismo).
gias debidas a hernia del hiato esofágico rara vez Los autores alemanes Heyer, Hattingberg, Rom-
se desencadenan en relación con el esfuerzo, berg, Braun y Max Herr, entre otros, se ocuparon
pero sí se originan por las comidas abundantes, mucho en un cuadro clínico descrito con el nom-
movimientos bruscos de flexión del tronco o por bre de frenocardía o neurosis cardíaca sexual psi-
el decúbito supino. La distensión gástrica por ae- cógena. La caracterizan tres síntomas fundamen-
rofagia o pilorospasmo, la úlcera penetrante de la tales:
pequeña curvatura, las enfermedades de las vías
biliares (es frecuente la asociación de alteraciones a) Dolor en el lado izquierdo por contraccio-
vesiculares y coronaria), la pancreatitis aguda nes diafragmáticas, localizado en el lugar corres-
que ocasiona un cuadro de insuficiencia circula- pondiente a la punta del corazón.
toria periférica similar al del infarto de miocar- b) Bloqueo respiratorio.
dio, el bazo en pleno infarto, la flexura esplénica c) Palpitaciones e intenso eretismo cardíaco.
(origen de crisis dolorosas muy fuertes en el he- Como posibles causas figuran los «fraudes» emn-
mitórax izquierdo y relacionadas, casi siempre, pleados en las relaciones sexuales, como mastur-
con los movimientos respiratorios, pero que se bación, coltus interruptus, empleo de preservativos,
alivian con los movimientos intestinales y por traumas psicosexuales, impotencia psíquica, de-
expulsión del aire), etc., deben tenerse en cuenta cepciones amorosas, etc.
cuando se plantea el diagnóstico diferencial del
dolor precordial. 3. Dolor precordial por padecimiento cardíaco no
d) Sistema nervioso. El aura de la epilepsia primitivo. Se señala en los grandes esfuerzos y en
puede simular una crisis de ángor. las crisis hipertensivas del saturnismo, feocromo-
Cardiología. Angiología 197
,
boangitis obliterante, shock, etc., obedecen, en
realidad, a afectación coronaria por el favoreci- madrugada o pesadillas nocturnas, paso de una
miento que estas circunstancias significan para el habitación caliente a un ambiente frío, etc., y se
desarrollo de la arteriosclerosis y trombosis de localiza casi siempre debajo del esternón, en la
estos vasos. proximidad del hueco epigástrico o en área ele-
4. Dolor precordial por padecimiento cardíaco vada, a nivel del manubrio esternal, pero siempre
primitivo. El de origen pericárdico* sólo aparece en en la línea media (el «área de la corbata» de
los procesos inflamatorios agudos, con derrame Wenckebach) y casi nunca a la izquierda sobre la
o sin él. De asiento retrosternal, es oprimente y propia zona de proyección del corazón.
continuo, imadiándose al cuello, espalda; pero El enfermo lo describe aplicando la mano so-
nunca, al contrario de lo que ocurre con la angina bre la región dolorosa y flexionando los dedos en
de pecho, hacia el brazo izquierdo. Aumenta con garra. Se irradia hacia el hombro izquierdo, bor-
la inspiración profunda, posición echada y movi- de cubital del mismo lado y hasta la flexura del
mientos de deglución, y se alivia con las posicio- codo y los dos últimos dedos de la mano; en po-
nes genupectoral, plegaria mahometana y de cos casos ambos brazos y, excepcionalmente,
Blechmann. sólo hacia el brazo derecho (fig. 3-4). Son típicas
El músculo cardíaco es fuente de molestias: y características, ya que faltan en las precordial-
gias seudoanginosas, las irradiaciones altas hacia
a) En los esfuerzos corporales excesivos, inclu- el cuello, mentón, mandíbula, orejas, nuca. Se
so con coronarias sanas. La hipoxia dolorosa se acompañan de un componente motor (el brazo
produce por una demanda excesiva. Es oportuno izquierdo se envara; la nuca se hace pesada; la
el recuerdo de la legendaria carrera de Diomedón expansión del hemitórax izquierdo es difícil) y
desde Maratón a Atenas (42,195 km) para comu- de otro simpático (sudación, reacción pilosa,
nicar la victoria, y caer fulminado justo al llegar. hemicontractura facial, hormigueos, palidez [4n-
b) Cuando se inflama (miocarditis), como en gor pálido)). Otra característica de estás algiás es
los procesos reumáticos agudos. El dolor precor- la de difundirse la sensación visceral inconsciente
dial es difuso y continuo, sin irradiaciones espe- hacia los centros superiores, determinando fenó-
cíficas. menos de conciencia de padecimiento visceral
c) En las extrasístoles, ya sea como sensación
de angustia y opresión retrosternal o en forma de
dolores punzantes, que por cierto son más acen-
“El fallo coronario agudo motiva anoxia miocárdica, origen,
tuados en los sujetos de corazón sano que en los
Fotocopiar sin autorización es un delito.
no contienen fibras dolorosas; se admite la coparticipación del estasis de las cavidades derechas, etc. Se produce también ano-
miocardio, por un lado, y de las formaciones contiguas (pleura, xia del miocardio cuando la sangre está alterada y no aporta la
O MASSON,
mediastino, diafragma), por otro, ya sea mediante la propaga- cantidad de oxígeno necesaria para el trabajo muscular; tal su-
ción del proceso flogótico o por la compresión que ejerce el cede en las anemias graves, en las grandes altitudes, en la into-
saco pericárdico distendido. xicación por CO.
198 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 3-4. Regiones a las cuales se irradia el dolor en la angina de pecho y su frecuencia.
(cenestesias), con sensación de vida que se esca- gía digestiva con náuseas, vómitos, contractura
pa o de angustia mortal (syncopa angens; angor parietal abdominal; esta forma cardiogástrica del
animi). El enfermo, sorprendido por la brusque- infarto es, a veces, motivo de errores diagnósti-
dad de la crisis, queda inmóvil en la posición en cos graves. No es raro ver a un enfermo candida-
que se encuentra. Si se encuentra en la calle al so- to a una intervención de by-pass coronario, a
brevenir la crisis puede manifestarse en forma de quien se ha sometido recientemente a una cole-
accesos de corta duración (segundos o minutos), cistectomía. El examen electrocardiográfico es de
de crisis (sumación de accesos) o por un esta- gran valor diagnóstico.
do de mal anginoso, si bien, en tal caso, se sospe- Dressler describió, en 1956, una complicación
chará que se trata de la forma neurótica. El dolor del infarto de miocardio, que denominó «sindrome
anginoso de esfuerzo cede con la interrupción de postinfarto» en una clásica tríada sintomática, con
éste; el de decúbito, con la incorporación del en- pericarditis, pleuritis y neumonitis. Es relati-
fermo; el de la vagotonía de la madrugada o el de vamente frecuente, con numerosas formas frus-
las pesadillas, al recuperar el estado de vigilia, y tradas que comprenden la pericarditis aislada,
todos ellos, con vasodilatadores coronarios, en neumonitis, artralgias y prolongada hipertermia
especial, nitritos. asociada a eosinofilia.
Algunos anginosos por los esfuerzos refieren Debe diferenciarse de las manifestaciones re-
el caso curioso de que continuando la marcha cidivantes del infarto, lo que obliga a la prolonga-
(y sin medicación alguna) desaparece el dolor. da observación del trazado electrocardiográfico.
Wenckebach designa este fenómeno con el nom- Como quiera que existen terminaciones ner-
bre de second wind tomado de las carreras de ca- viosas en el endocardio, es posible la existencia
ballos, en las cuales el animal, en determinado de un dolor precordial de estirpe endocárdica,
momento, parece tomar nuevo aliento. sin negar la posibilidad de que el dolor sordo
Puede acompañarse de shock, fallo cardíaco y difuso o los pinchazos que aquejan a algunos
(con o sin trastornos del ritmo) o de sintomatolo- enfermos de endocarditis aguda sean motivados
Cardiología. Angiología 199
angustia y opresión retrosternal, o bajo la forma son, sin pretender agotar la lista, la hipertensión
de dolores punzantes precordiales. Suelen sentir- sistémica esencial o sintomática; el hipertiroidis-
las más los sujetos de corazón sano, pero con mo, en que este síntoma puede ser permanente o
distonía neurovegetativa, que los cardiópatas. por crisis (incluso paroxísticas); el climaterio, so-
Desde el punto de vista semiológico, las palpita- bre todo durante los sofocos y, principalmente,
ciones pueden dividirse en: cuando hay reacción hipertiroidea; la plétora ab-
dominal y, en general, la obesidad, gravidez, tu-
1. Palpitación aislada, o sensación de latido mores y quistes del abdomen, por dislocación de
precordial único. Puede repetirse de tanto en tan- la víscera cardíaca; la epilepsia (aura cardíaca);
to. Es característica de las extrasistoles con pau- ciertas intoxicaciones habituales (tabaco, alcohol,
S.A.
sas extrasistólicas, porque la contracción percibi- café, té, mate), medicamentosas (digitálica, mor-
da no es la extrasístole, sino la contracción más fínica, cocaínica, por extractos tiroideos, etc.), ac-
GO MASSON,
enérgica que la sigue, resultado del mayor llena- cidentales o profesionales (gas, ácido cianhídrico,
do cardíaco por la pausa extrasistólica. benzol, gasolina), etc.
200 Semiología médica y técnica exploratoria
Vemos, pues, que este síntoma es de aparición dos los centros corticales, la respiración es regida
bastante frecuente, tanto en sujetos sanos como únicamente por el centro respiratorio; éste se ex-
en enfermos del corazón o de otros órganos. cita y fuerza respiraciones violentas que despier-
tan bruscamente y asustan al paciente.
El médico debe tomar, frente a las palpitacio- El motivo del elevado contenido en proteínas
nes, una actitud bien definida, la de no consíde- del líquido que invade los alvéolos se atribuye a
rarlas como síntoma trivial y sin importancia, la alteración de la permeabilidad capilar.
mientras el interrogatorio más detenido y la ex-
ploración más concienzuda no lo autoricen a ello.
Congestión pasiva pulmonar
Edema agudo de pulmón Se traduce, al examen físico, por un leve au-
mento de tono a la percusión en una o ambas ba
La estasis pasiva pulmonar propia de las car- ses pulmonares y por la auscultación de unos
diopatías izquierdas descompensadas, así como estertores identificados como crepitaciones, lla-
los posibles episodios embólicos o trombóticos, mados estertores de estasis por cuanto traducen un
motivan una rica sintomatología clínica centrada cierto grado de alveolitis exudativa. Son especial-
por la disnea. Sus síntomas clínicos son disnea mente audibles cuando el paciente ha estado un
violenta y creciente, con palidez y cianosis (livi- buen rato en decúbito dorsal. Según se coloque el
dez). El tórax está insuflado, con un sonido plexi- paciente en un decúbito lateral o en otro, pueden
métrico timpánico. A la auscultación, se perciben aparecer y desaparecer alternativamente (signo de
roncos, sibilancias y estertores bronquialveolares los estertores en báscula o de Morrison).
de estasis. A distancia, los estertores se oyen En la insuficiencia del ventrículo izquierdo, su va-
«como si en el pecho hirviera un puchero». La tos lor diagnóstico es considerable, pues además de
expulsa copiosa expectoración fluida, espumosa, ser su signo más precoz, es el último en desapa-
frecuentemente rojiza, que semeja clara de hue- recer al restablecerse la compensación.
vo batida por contener abundante albúmina. El La auscultación pulmonar es normal en las
corazón. suele estar agrandado y se auscultan a cardiopatías derechas (pues no hay estasis pul-
veces soplos y ritmo de galope. El pulso es rápi- monar pasiva) en las que puede caerse en el error
do, rítmico o no, y casi siempre hipotenso. El de tomar como de origen cardíaco los ruidos
cuadro rara vez remite espontáneamente; el final bronquiales que presentan, por lo general, estos
suele ocurrir por broncoplejía asfíctica o fibrila- enfermos bronquíticos crónicos, con asma y enfi-
ción ventricular. sema o sin ellos.
Las causas del asma cardíaca y del edema agu-
do del pulmón (no inflamatorio) son complejas;
ocurren cuando, por fallo súbito del corazón iz- Derrames pleurales
quierdo, siendo el derecho eficiente, se produce
una hipertensión capilar pulmonar superior a la Los de origen mecánico (hidrotórax) son fre-
osmótica del plasma (30 mm Hg), motivo de tra- cuentes en la insuficiencia crónica del ventrículo
sudación de este último en los alvéolos; cuentan, izquierdo y en la global; en la del corazón dere-
además, alteraciones secundarias de los capilares, cho suelen faltar, aun en casos de edemas gene-
alvéolos y tejido intersticial (barrera alveolocapi- ralizados con ascitis o sin ella. Su evolución es
lar). Su aparición por la noche, rara vez de día, se insidiosa y muchas veces se sospecha frente al
explica por hipervagotonía y acidosis periférica aumento de la disnea o el fracaso de la medica-
nocturnas con hiperexcitabilidad del centro respi- ción tónica cardíaca. Si el líquido es escaso, se
ratorio y anulación parcial de los reflejos de de- descubre antes por exploración física (disminu-
fensa, lo que hace posible que estímulos míni- ción de la sonoridad percutoria, anomalías en la
mos, Inoperantes en otras circunstancias, auscultación de la voz alta o baja) que por exa-
conduzcan, sin gradación alguna, a la crisis dis- men radiológico.
neica paroxística. Durante el día, los centros corti- El líquido trasudado puede localizarse en la
cales impiden que esta hiperexcitabilidad se haga pleura libre (eventualidad frecuente) o en las ci-
consciente, provocando respiraciones profundas suras.
que expulsan el CO, acumulado en los pulmones; En el primer caso, suele preferir el lado dere-
durante el sueño, y por quedar desconectados to- cho, aunque con frecuencia (25-30 %) es bilate-
Cardiología. Angiología 201
ral. Para explicar esta predilección se han invoca- nosis mitral con una gran aurícula izquierda), se
do la acción de la gravedad, pues el cardiópata acompaña de ronquera y toma carácter bitonal.
prefiere el decúbito lateral derecho; la mayor ne-
gatividad de la presión pleural de este lado; la
mayor superficie de la pleura visceral derecha (el Expectoración
pulmón es trilobulado), favorecedora de una ma-
yor trasudación; la compresión de la vena ácigos La expectoración del cardíaco puede ser mu-
mayor contra el hilio pulmonar al ser traccionada cosa, albuminosa (edema pulmonar agudo), pu-
por el ventrículo dilatado y el hecho de que la rulenta (en la bronquitis asociada) o hemática
circulación de retorno pleural derecha desagua (estasis pulmonar e infarto del pulmón).
directamente en la ácigos mayor, mientras que la
izquierda lo hace por intermedio de la ácigos me-
nor (en su consecuencia, cualquier conflicto está- Hemoptisis
sico de la cava superior se manifestará antes en la
ácigos mayor [derecha] que en la menor). Puede presentarse como fenómeno aislado,
El derrame cisural de origen cardíaco se pre- esporádico, o como episodio recidivante. La car-
senta, casi siempre, en la cisura superior derecha, diopatía más hemoptizante es la estenosis mitral
aislado o asociado muchas veces a derrames homo (10-18 %) y a expensas de las anastomosis entre
o contralaterales. Origina sombras atípicas (no las pequeñas ramas tributarias de las venas pul-
rara vez tomadas por quistes o tumores) que de- monares y las hiliares, afluentes de las venas áci-
saparecen cuando el tratamiento tónico cardíaco gos. Estas hemoptisis, más impresionantes que
es eficaz; ello ha permitido a Gefter designarlas graves, se observan en sujetos jóvenes, recidivan
como vanishing tumors of the lung (tumores eva- de manera caprichosa durante meses o años, y
nescentes o tumores fantasmas del pulmón). luego desaparecen definitivamente.
Recordaremos que el derrame cardíaco es de Otras causas de hemoptisis son el cor pulmona-
naturaleza mecánica (trasudado), salvo si obede- le, los infartos (suelen observarse esputos rojos o
ce a un infarto que afecta la periferia del pulmón negruzcos) y los procesos vasculares esclerosos
y la pleura, caso en que adquiere características del pulmón. En algunos casos, puede ser muy co-
inflamatorias, llegando incluso a supurar si aqué- piosa e incluso causa de muerte inmediata, como
lla se perfora. ocurre cuando un aneurisma aórtico ulcera y se
abre paso en una pared bronquial.
Tos
Infarto pulmonar
Su causa más frecuente es la congestión pasi-
va del pulmón, caso en el cual suele ser húmeda Es consecuencia de la obliteración de un vaso
y productiva, mientras que la de origen pleural por un émbolo o trombo. La estasis pulmonar fa-
(infarto) o pericardio (pericarditis) es seca, no vorece su aparición. Las embolias dependen de
productiva. Un elemento bastante útil para dife- coágulos que se forman en el corazón derecho,
renciar la tos cardiógena de la propia de las en- con ocasión de una estenosis mitral, endocarditis
Fotocopiar sin autorización es un delito.
fermedades respiratorias es que los pacientes mi- vegetante séptica, etc., o en las venas femorales y
trales y los enfermos de insuficiencia ventricular pelvianas (Hlebotrombosis) por el reposo excesivo
izquierda tosen, sobre todo, después de los es- en cama.
fuerzos físicos y durante la noche, cuando se Las grandes embolias motivan la muerte súbi-
acuestan, como consecuencia del aumento en la ta o un cor pulmonale agudo, las pequeñas provo-
congestión de los pulmones. Los pacientes con can disnea angustiosa, aceleración del pulso, do-
bronconeumopatías crónicas tosen sobre todo en lor (no siempre y no inmediato) y expectoración
la mañana al despertarse (hacen, como suele de- hemoptoica (50 %).
cirse, «la limpieza matutina de sus bronquios»).
Los tumores mediastínicos y el aneurisma de
S.A.
ectasia auricular (estenosis mitral) o aórtica, o menudo irradiados al hombro derecho, que a ve-
por un copioso derrame pleural; a esofagospas- ces se parecen a los cólicos hepáticos y pueden
mos o cardiospasmos sintomáticos de acciones exacerbarse durante la hiperemia del hígado, la
irritativas de vecindad o de varices esofágicas; a cual se produce fisiológicamente después de cada
la compresión esofágica posterior por el naci- comida o con ocasión de esfuerzos (hepatalgia de
miento a la izquierda, de la arteria subclavia de- esfuerzo, de Lenegre). En este Caso, actúa disten-
recha (disfagia lusoria de Bayford), en la cual las diéndose o contrayéndose según lo requiera la
degluciones coinciden siempre con palpitaciones tensión de la red suprahepática > cava inferior
y pequeñez de pulso en la radial derccha, y a > aurícula derecha. Si la estasis se prolonga
la pericarditis con derrame (forma hidrofóbica de (congestión hepática pasiva) esta amplitud con-
Gendrin). tráctil mengua y el volumen del hígado sólo dis-
minuye con la descongestión terapéutica de la
circulación venosa que afluye al corazón dere-
Dispepsia gástrica cho, o cuando se pone a éste en condiciones de
aumentar su volumen-minuto.
Puede adoptar los tipos hiperesténico (acidis- El tamaño del hígado de estasis es moderado;
mo, pirosis, náuseas, vómitos) o hiposténico (len- el lóbulo izquierdo es el primero en agrandarse y
gua saburral, pesadez y distensión epigástrica el último en vaciarse, a causa de la distinta dispo-
posprandial, eructación fácil, etc.). Suele ser sin- sición anatómica de las venas suprahepáticas. Su
tomática de la congestión activa o pasiva del consistencia es dura; su superficie, lisa; su borde,
hígado y de la gastropatía ectásica por hiperten- romo y doloroso a la presión, sensibilidad que se
sión portal. Determinados fármacos agravan los embota con el tiempo.
síntomas. En relación con el hígado de estasis cardíaca,
se han descrito dos signos de cierto valor diagnóstico:
con la prueba de la proteinuria de esfuerzo, de En las cardiopatías sépticas son frecuentes los
Brummer, en la que se determina (con micromé- infartos renales por oclusión arterial embólica. Su
todos) la cantidad de albúmina en la orina antes diagnóstico se establece por un dolor brusco en
204 Semiología médica y técnica exploratoria
nar y a una modificación del mecanismo central enfermo advierte solamente un eclipse efímero
del sueño. Su relación directa con el fallo cardía- de sus funciones mentales, que constituye una
co puede demostrarse por su corrección al res- laguna en el campo de su conciencia, a la que se
taurarse la compensación. En los cardiópatas no ha dado el nombre de «ausencia».
compensados, son frecuentes las pesadillas an- El síncope implica la pérdida completa de la
gustiosas a su vez desencadenantes de crisis dis- conciencia, con caída del enfermo; el pulso y
neicas nocturnas. los ruidos del corazón faltan por completo, aun
2. Cefalea. Suele ser tensiva y continua en cuando en algunos casos el registro electrocardio-
las cardiopatías congestivas cianógenas; nocturna gráfico permite reconocer alguna actividad anor-
en la arteritis temporal de Horton, y matutina en mal del corazón, como la fibrilación ventricular;
los hipertensos arteriales y jaquecosos, por la de todas maneras, aunque esta actividad pueda
congestión venosa nocturna. Las intensas y paro- ser excepcionalmente objetivada, la expulsión
xísticas que se presentan en las endocarditis sép- sistólica ventricular ha desaparecido, por lo que
ticas pueden obedecer a pequeñas hemorragias el enfermo adquiere una palidez cadavérica que
meníngeas consecutivas a microembolias de las evoluciona progresivamente hacia la cianosis al
arteriolas meníngeas. suspenderse el automatismo respiratorio. En este
3. Anomalías visuales. Los síntomas visuales momento, es común observar al enfermo franca-
se deben a la mala irrigación de la retina o a is- mente amoratado, con sus funciones cardíacas y
quemia del córtex occipital. Se observan en la respiratorias suspendidas, abundante espuma en
trombosis carotídea, arteritis temporal y proce- los labios, desviación conjugada de los ojos y
sos esclerosos del sistema vertebral-basilar; en convulsiones. El síncope suele ser pasajero, y el
estos últimos, son frecuentes las crisis recurren- cuadro cede con rapidez tan pronto el corazón
tes de visión borrosa bilateral transitoria o reduc- reanuda su marcha. De persistir, puede provocar
ción visual, acompañadas, en ocasiones, de fo- la muerte del paciente.
topsias. Hoyt las considera signos premonitorios Estos episodios no suelen repetirse a menudo
de muerte repentina. en el mismo enfermo, aunque a veces pueden
4. Vértigos. Son determinados por una falta hacerlo; entonces se precisa de la inserción de un
de sangre en el aparato vestibular, ya sea por un marcapasos cardíaco para control.
espasmo (hipertensión arterial), por estenosis de Entre las causas periféricas de lipotimia y de sín-
la arteria nutricia (arteriosclerosis) o por hipoten- cope, citaremos:
sión arterial constitucional o sintomática.
La insuficiencia aórtica (por la pérdida diastó- a) Shocks emocionales. Que muchas veces no
lica que significa), los aneurismas de la aorta (por guardan proporción con la magnitud del insul-
el retraso que determinan en el flujo de sangre to y sí, quizá, con el estado psíquico o anímico
hacia el encéfalo), el síndrome de Stokes-Adams, del sujeto, casi siempre joven y del sexo feme-
la insuficiencia cardíaca (en la que el cerebro su- nino.
fre la marea pasiva congestiva debida a la lenti- b) Hipersensibilidad del seno carotídeo. Que res-
tud de la corriente) son otras tantas causas que ponde a excitaciones mínimas (presión del cuello
aumentan la historia mórbida de los vértigos. duro de la camisa, rascado) con intensa vasodila-
5. Lipotimia. Síncope. Shock o colapso. lanto tación general y la subsiguiente caida de tensión.
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nutos, dejando un estado de lasitud, con náuseas obnubilación de la conciencia en forma de crisis
y a veces vómitos. Cuando la obnubilación men- en los sujetos con trombosis de la vena cava su-
O MASSON,
tal es demasiado fugaz, el cuadro característico perior cuando mantienen un rato la cabeza aga-
de la lipotimia no llega a producirse; entonces, el chada hacia el suelo en la posición adoptada por
206 Semiología médica y técnica exploratoria
los campesinos al cavar la tierra. Este fenómeno, 6. Crisis convulsiva (epilepsia cardíaca). Se
conocido como «signo del azadón», se explica observan con relativa frecuencia, y es posible la
por el aumento brusco de la estasis venosa ce- confusión diagnóstica con la epilepsia esencial.
rebral. Se admite que la anoxia cerebral obra como estí-
e) Aviadores. En los cambios bruscos de la di- mulo irritativo convulsionante.
rección del vuelo, con grandes desplazamientos 7. Sindrome de Morgagni-Adams-Stokes. Se
de la columna hemática que dejan sin irrigación designa con este nombre todo trastorno del rit-
el cerebro durante unos segundos. mo cardiaco que comienza y termina abrupta-
P Tos y micción. Trastornos de la conciencia mente y causa una interrupción tal de la circula-
que se observan en la fase hipotensiva que sigue ción que origina una isquemia cerebral más o
a los esfuerzos de la tos y durante la micción. menos completa. Se ha señalado en el bloqueo
auriculoventricular completo (Morgagni descri-
El síncope cardiógeno se señala, a su vez: bió minuciosamente en 1765 el síndrome de
«sincope con pulso lento»), fibrilación auricular
a) Por fibrilación ventricular, en la insuficiencia pasajera y taquicardia paroxística (sick sinus syn-
coronaria. drome, de los autores ingleses).
b) Enel bloqueo auriculoventricular. De Boer ha señalado que la crisis puede ser
e) Enla taquicardia paroxística. tan breve que los presentes no se dan cuenta
d) En el taponamiento cardíaco agudo, por he- y tan sólo el médico que preste atención puede
mopericardias. observarla; ve entonces la mirada fija y palidez al-
e) En la estenosis aórtica con angina de pecho ternando con rubor. El paciente, a veces, percibe
(síncope de esfuerzo). centelleos, sufre vértigo y sensaciones extrañas.
f En algunos casos de bradicardia sinusal ex- En el ataque grave, presenta una palidez ca-
trema. davérica, puede desplomarse súbitamente y 3u-
g) Enel infarto de miocardio y aun en simples frir convulsiones generalizadas. La respiración se
crisis anginosas. hace estertorosa y aparece incontinencia de orina
y heces. Los ataques pueden presentarse sólo de
El colapso o shock es un cuadro grave que se vez en cuando o sucederse con frecuencia (estado
instaura a causa de una pérdida progresiva del de mal).
volumen circulatorio, ya sea por hemorragia o En las crisis desencadenadas por un bloqueo
por pérdida de plasma, como sucede en las que- completo se puede auscultar el latido auricular.
maduras extensas (la disminución de la presión Si la interrupción de la circulación cerebral dura
oncótica determina la pérdida de líquidos res- unos segundos, no hay apenas anomalías; si es
ponsables de la hemoconcentración y, por consi- de unos 8 s, hay vértigos; si persiste unos 10 s,
guiente, del volumen circulatorio). Se observa inconsciencia, y si dura más, crisis convulsivas
también en la deshidratación (pérdida de agua) e análogas a las epilépticas. La interrupción circula-
hiposalemia (pérdida de electrólitos). toria de más de 5 min es letal.
La hipovolemia ocasiona la disminución del 8. Hemiplejía. Es una complicación grave y
retorno venoso al corazón, con reducción del vo- a menudo terminal de muchas cardiopatías. La
lumen minuto y caída de la tensión arterial, lo causa es una trombosis cerebral o un émbolo
cual da lugar a una hipoxia hística generalizada procedente de una aurícula distendida (estenosis
que altera la permeabilidad capilar y aumenta la mitral), de unas vegetaciones valvulares (endo-
pérdida de líquidos y proteínas plasmáticas, que carditis vegetantes) o parietales (infarto cardíaco
incrementan la hipovolemia. subendocárdico) o de un tumor intracardíaco
El cuadro clínico del colapso se caracteriza (mixoma).
por la hipotensión extrema con pulso filiforme e La parálisis puede ser total y con mayor fre-
imperceptible, taquipnea y facies hipocrática, con cuencia braquiofacial. Suele afectarse el lado de-
la piel fría (con sudación pegajosa característica) recho, pues las embalias eligen, en la mayoría de
de color grisáceo cianótica por vasoconstricción. los casos, el territorio de la carótida izquierda,
El enfermo, primero inquieto, cae en un estado vaso que continúa la dirección del cayado, mien-
de apatía e indiferencia que conduce al coma con tras la carótida derecha lo aborda en ángulo rec-
arreflexia tendinosa e incontinencia de esfínteres. to. Episodios fugaces de hemiplejía transitoria se
La oliguria es constante, y la anuria es un signo observan en las lesiones carotídeas y de los vasos
de mal pronóstico. del sistema vertebral basilar.
Cardiología. Angiología 207
del líquido intersticial por la actividad de una célula epitelial. mótica (15 cm H,O), con el resultado de una presión de filtra-
Su función es nutrir las sucesivas capas de los órganos epitelia- ción de 15 cm H,O; en la rama venosa del capilar, la presión hi-
O MASSON,
de sodio sódico —> aumento del volumen sanguí- la hiperactividad del sistema nervioso simpático
neo y edema —> aumento de la presión veno- (sudación fácil, taquicardia, constricción venosa
sa. Abonan este modo de enfocar el problema la con mala irrigación cutánea y renal, etc.) con
eficacia comprobada a diario de los regímenes altas concentraciones de noradrenalina en el
exentos de sal y de los diuréticos saluréticos. plasma.
4. Secreción inadecuada de ADH (facilita la re- 4. Pérdida anormal de prótidos. Por el riñón,
sorción de agua en los túbulos distales) y de al- tubo digestivo o de la aspiración de derrames
dosterona, por la extravasación de líquidos a partir pleural o peritoneal.
del espacio intravascular. Este hiperaldosteronis- 5. Acción farmacológica. Digital, diuréticos
mo secundario tiende a compensar la pérdida de (pérdida de electrólitos y vitaminas hidrosolu-
“sodio y volumen intravascular. bles), opiáceos, etc.
gran responsabilidad y ambiciones, y que no sa- ayuda de dos o más almohadas (ortopnea o, me-
ben o no pueden encontrar distracción de su ago- jor, clinopnea); otras veces, calma mejor su sed
biante quehacer cotidiano. de aire colgando los pies al borde de la cama o
2. Insuficiencia cardíaca izquierda. Como signo sentándose en una silla. Con la posición erguida
precoz. Aumentan su intensidad la dieta escasa y se logra aumentar la capacidad vital (al facilitarse
pobre en sodio y prótidos, las curas diuréticas el juego respiratorio de ampliación y retracción
(sobre todo saluréticos), la falta de ejercicio físico del tórax y la movilidad del diafragma) y dismi-
por una cura de reposo excesiva, la perturbación nuir la congestión pulmonar por derivar la sangre
del descanso nocturno por la disnea, etc. hacia el sistema esplácnico y extremidades.
3. Esclerosis miocárdica. Con arritmia comple- Una forma especial de la disnea de decúbito
ta por fibrilación auricular o sin ella. La experien- es la trepopnea, que obliga al enfermo a reposar
cia cotidiana confirma la utilidad de las pequeñas en una posición recostada, pero no en otra. Su
dosis de cardiotónicos (asociadas a dilatadores mecanismo se ignora. Lo más acertado es supo-
coronarios y tónicos de la fibra muscular) en los ner que cuando el enfermo se coloca en una posi-
sujetos esclerosos vasculares, aun sin signos de ción desfavorable el corazón se inclina hacia este
déficit miocárdico. Ya es conocida la intensa as- lado dificultando la circulación venosa pulmonar
tenia postinfarto de miocardio; persiste meses y a la de retorno y aumentando la congestión del pul-
misma contribuyen el temor del enfermo a nue- món y con ella la disnea; la ortopnea se alivia o
vas recaídas, los cambios de hábitos alimentarios desaparece al claudicar las cavidades derechas y
y la limitación de su actividad profesional. sobrevenir el fenómeno conocido con el nombre
4. Cardiopatías sépticas evolutivas. Su meca- de tricuspidización (insuficiencia tricúspide funcio-
nismo es complejo. En las de índole reumática, nal), entrando el paciente en un período de falso
sigue los brotes evolutivos; en las sépticas malig- bienestar.
nas, es persistente y progresiva, y sólo remite si En la asistolia derecha y valvulopatías tricuspideas
la terapéutica es eficaz. falta la disnea de decúbito, y es llamativo el con-
5. Pericarditis constrictiva. Junto con la anore- traste entre la cianosis, la ingurgitación de las ve-
xia y disnea de esfuerzo, conduce de manera nas cervicales, el intenso edema con ascitis o sin
paulatina a la incapacidad total, yatrogénica o ella, y el que el sujeto pueda dormir echado in-
farmacológica, causada por los bloqueadores cluso sin almohada. Un signo muy valioso de
B-adrenérgicos (propranolol) utilizados en el tra- insuficiencia tricuspídea funcional (tricuspidiza-
tamiento de la insuficiencia coronaria y angina ción) es la ausencia de crisis de disnea paroxística
de pecho. nocturna o de edema agudo de pulmón en el cur-
so de una cardiopatía mitral grave; el motivo es
la disminución del débito ventricular derecho.
M INSPECCIÓN En la pericarditis con derrame, el enfermo tiende
a inclinarse hacia delante y aun a tomar las posi-
INSPECCIÓN SOMÁTICA GENERAL ciones genupectoral (signo de la plegaria maho-
metana) o de Blechmann (signo de la almohada),
Actitud (o postura) en la que el enfermo permanece con el tronco so-
bre los muslos y éstos flexionados sobre las pier-
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Su valor es considerable, pues los enfermos nas, en tanto apoya la cabeza en una almohada.
adoptan, de manera instintiva, aquella que hace Otras veces, lo vemos sentado en una silla, con
su mal más llevadero; si se tiene cierto hábito, es los brazos cruzados sobre la cama sirviendo de
posible deducir la naturaleza de éste por el exa- apoyo a la cabeza.
men de aquélla. En el síndrome de Pick (pericarditis exudativa +
En la insuficiencia cardíaca izquierda (así como cirrosis hepática atípica + ascitis recidivante con
en los enfermos disneicos cuya capacidad vital edemas generalizados o sin ellos), el paciente
está disminuida; como en los grandes derrames acude a la consulta debido a la presencia de una
pleurales, neumotórax, asma bronquial), el enfer- gran ascitis de aparición brusca. Se consideran ci-
mo presenta disnea de decúbito, ya sea en el ins- rróticos hepáticos si en un examen superficial no
S.A.
tante mismo de acostarse, para desaparecer a los se valoran la disnea discreta y ortopnea, la ingur-
pocos minutos (disnea de primodecúbito), o de gitación de las venas yugulares y una cianosis la-
O MASSON,
manera continua, aliviándose o cesando con la bial leve. Los análisis señalan una escasa altera-
posición erecta del tronco y de la cabeza con ción funcional hepática.
210 Semiología médica y técnica exploratoria
En la endocarditis reumática simple, lama la que dan a ésta una configuración rectilínea. No es
atención la palidez cérea, a veces con discreta rara la existencia de una acentuada piorrea o bien
cianosis labial; en la maligna lenta (Jaccoud-Osler), la ausencia total de piezas dentarias, así como de
el color blanco grisáceo o amarillo sucio (café o cataratas. El conjunto de la expresión de la cara es
té con leche claros). rígido y constituye la clásica facies antonina,
En la endocarditis valvular verrugosa, maligna,
abacteriémica, asociada al lupus eritematoso,
contrasta con la palidez facial el eritema nasoma- CONSTITUCIÓN Y ANOMALÍAS
lar, a la manera de antifaz. MORFOLÓGICAS CONGÉNITAS
En la esclerosis miocárdica (con arteriosclerosis O ADQUIRIDAS
generalizada e hipertensión arterial o sin ellas) el
sujeto está prematuramente envejecido. La piel Sin que podamos hablar de una dependencia
ha perdido su elasticidad; los cabellos blanquean absoluta, es innegable que existe cierta relación
y las arterias temporales se dibujan sinuosas. En entre el tipo morfológico del sujeto y la propen-
la nariz y mejillas aparecen redes de vasos Cu- sión a determinadas cardioangiopatías, a laz que
táneos dilatados; es casi constante la anomalía imprirne un curso evolutivo peculiar.
corneal llamada «arco senil o gerontoxon». El Los pícnicos (según la tipología de Kretschmer)
conjunto integra la llamada facies miocárdica de propenden a la hipertensión arterial constitucio-
Huchard. nal, coronariopatías, esclerosis de miocardio, aor-
Durante la crisis de angina de pecho, la facies titis y, en el caso de adquirir sífilis, a localizar la
refleja ansiedad y angustia, con palidez y frente infección en la aorta.
perlada de sudor frío. Se observa esbozada, en En los asténicos (o leptosomáticos), son más
los deportistas en pleno esfuerzo, en relación con frecuentes las valvulopatías reumáticas, la neuro-
la insuficiencia momentánea del riego coronario. sis cardiovascular y la enfermedad de Raynaud,
En las cardiopatías congénitas, es frecuente un que incide, casi siempre, en mujeres estigmati-
cierto grado de empastamiento, que induce a zadas vegetativas. Respecto a las cardiopatías ret-
pensar en un estado timicolifático, con epicanto, máticas cabe señalar su mayor frecuencia en
labio hendido, malformaciones dentarias, ocula- aquellos individuos que, además de gráciles, son
res (cataratas) y orejas simiescas, puntiagudas y pelirrojos o palidoamarillentos, con iris pardo o
separadas. Si hay cianosis, abultan labios y nariz, pardoazulado y cabellos rubios, mientras que los
y el conjunto toma un aspecto peculiar (facies ne- pícnicos, morenos y con ojos oscuros, parecen
groide). Cayler ha observado la asociación de de- ofrecer mayor resistencia.
fecto septal ventricular y parálisis facial persis- La embolia postoperatoria se ha señalado como
tente y unilateral (síndrome de Cayler); la parálisis especialmente frecuente en el llamado «tipo em-
se limita a algunos músculos del labio inferior y bólico de Sitch». Se trata de individuos, general-
la asimetría sólo es visible cuando el niño grita; mente del sexo masculino, obesos, anchos de
su causa es oscura; cabe señalar la proximidad espaldas, algo redondos y achaparrados y de as-
embrionaria del arco hioide y el corazón; Cayler pecto ligeramente abotargado. La musculatura
sugiere explorar el corazón en todo niño que está bien desarrollada, salvo la pared abdominal
muestre cierta debilidad del labio inferior cuando y el cinturón torácico. Las piernas tienen una
Fotacopiar sin autorización es un delito.
saltan la excavación de las cavidades orbitarias y fino, liso y moreno, junto a rasgos funcionales de
el hundimiento de los huesos propios de la nariz, labilidad vegetativa y fatiga general.
212 Semiología médica y técnica exploratoria
En los síndromes de Down, Marfan (aracnodac- vos. No son anémicos, como cree el vulgo, pues
tilia), Klippel-Trénaunay y Mauriac, son frecuentes presentan las conjuntivas bien irrigadas y son ca-
las anomalías cardíacas congénitas, con predomi- paces de enrojecimientos súbitos cuando por cual-
nio de las comunicaciones interauricular e inter- quier causa (rubor, verguenza, dolor, etc.) cesa la
ventricular sobre la tetralogía de Fallot y el com- contracción vascular neurodistónica de su piel.
plejo de Eisenmenger, sin observarse casi nunca 2. Palidez generalizada transitoria (por vaso-
transposiciones de los grandes vasos ni coarta- constricción cutánea pasajera). Es constante en la
ción aórtica; el síndrome de Marfan, a su vez, se lipotimia (corresponde al clásico desmayo o va-
asocia más a malformaciones aórticas (dilatación hído), en el colapso (shock) vascular (ofrece en los
aneurismática; coartación del istmo aórtico) y labios, punta de la nariz, borde de las orejas y de-
bloqueo cardíaco completo, dos un leve tinte cianótico, detalle que no se ob-
En la coartación aórtica, la facies adopta, en el serva en la palidez de la anemia aguda por hemo-
adulto, un aspecto pletórico, sin cianosis, y existe rragia) y en las crisis hipertensivas (neurógenas),
un desarrollo desproporcionado entre los miem- feocromocitoma, etc.
bros superiores y los inferiores, y un contraste, 3. Palídez limitada. Si lo es a un segmento dis-
en el tipo infantil, entre el color normal de la mi- tal, es motivada por un trastorno de la circulación
tad superior del cuerpo y la cianosis de las extre- arterial periférica, a veces de naturaleza funcional
midades inferiores, cuya demarcación se estable- como en la fase pálida (precede a la asfíctica) del
ce a nivel del borde superior de la pelvis, signo síndrome de Raynaud o en el fenómeno del «dedo
que puede ponerse de manifiesto colocando jun- muerto» de Reil (propio de los sujetos hipertensos
tas las manos y los pies del enfermo. o angioneuróticos con tendencia a la vasospastici-
Todas las cardiopatías que acaecen en la in- dad), etc. En la tromboflebitis, la pierna edemato-
fancia, ya sean congénitas o adquiridas (reuma- sa tiene un color blanco característico, «fegmasía
tismo), suelen retrasar el desarrollo somático y alba dolens» (puerperarum milk leg, «pierna de le-
psíquico, conduciendo en su grado máximo al che», de los autores norteamericanos).
enanismo cardíaco. 4. Cianosis (color azul de piel y mucosas).
Cuando es cardiógena, abarca todo el cuerpo,
siendo más patente en las zonas muy vasculari-
Examen de la piel zadas y recubiertas de piel fina (labios, lengua,
pómulos, mejillas, lóbulo de la oreja, punta de la
El cardiólogo puede obtener un número insos- nariz, extremidad distal de los dedos, lecho un-
pechado de datos valiosos con el simple examen gueal); si está localizada, cabe pensar en un tras-
de la piel, el cual no debe descuidarse en ningún torno de la circulación venosa de retorno por
caso, a pesar de los incesantes progresos de la in- oclusión (flebitis) o compresión extrínseca del
vestigación paraclínica. vaso, sin olvidar que también es posible por tras-
tornos vasomotores (fase asfiíctica [sigue a la páli-
da] del síndrome de Raynaud).
Color En la flebitis azul, se trata de una obliteración
masiva de todos los troncos venosos de desvia-
En contraste con el tinte sonrosado normal, la ción de la extremidad, incluso los superficiales,
piel de los cardiópatas puede ser pálida, cianóti- bloqueando por completo el retorno de la sangre
ca, rojiza o amarilla (ictericia): al corazón; conduce a la gangrena isquémica ma-
siva flegmasía cerulea dolens.
1. Palidez generalizada permanente. Se obser- 9. Coloración rojiza. Se encuentra en la hiper-
va en la carditis reumática (palidez cérea), en la tensión pletórica (o roja, de Volhard) y en la del
endocarditis maligna lenta (pálido ocráceo), en síndrome de Cushing y el rojo cianótico (eritro-
las valvulopatías aórticas (cardíacos blancos, de cianosis) en los esclerosos broncopulmonares con
Laségue) y en la hipertensión maligna o pálida policitemia secundaria e insuficiencia cardíaca.
de Volhard. 6. Ictericia (color amarillo de la piel). No es
No debe olvidarse que algunos niños y sujetos rara en las cardiopatías. Su patogenia es compleja;
jóvenes de tipo asténico muestran una palidez lesión de la célula hepática por la anoxia ectásica;
seudoanémica de matiz verdegrisáceo. Casi siem- procesos infárticos del pulmón o del hígado con
pre obedece a una vasospasticidad neurógena pro- liberación de bilirrubina no conjugada; hepatitis
pia de estos individuos estigmatizados vegetati- vírica o medicamentosa favorecida por la estasis
Cardiología. Angiología 213
cardiógena anóxica, etc. Si se asocia palidez e icte- evoluciona entonces con vesículas en la superfi-
ricia, motiva el tinte oliváceo, como si estuviera cie de contenido líquido. Por lo común, dura de
bajo una lámpara de mercurio, propio de las val- 2-6 días y rara vez más.
vulopatías tricuspídeas, descrito por Shattuck. Las lesiones necróticas de la piel, consecutivas a
isquemias de origen arterítico o embólico, son
posibles en las cardiopatías sépticas.
Manifestaciones hemorrágicas. Eritemas.
Nódulos. Ulceras. Gangrena
Edema
Las primeras pueden ser puntiformes (pete-
quias), de forma lineal (víbices) o en sábana Ya se han descrito las características del ede-
(equimosis). Se observan en la carditis reumática, ma que aparece en la insuficiencia cardíaca con-
en la endocarditis maligna lenta, en la endocardi- gestiva; a continuación vamos a ocuparnos del
tis tipo Libman-Sacks y en la hipertensión arte- edema motivado por un trastorno en las circula-
rial. En esta última, su aparición espontánea o ciones venosa y linfática de retorno y del lipe-
provocada (prueba del lazo) es signo negativo en dema.
cuanto al pronóstico, pues señala fragilidad ca- El edema de origen venoso se observa en la obs-
pilar. trucción mecánica, en la tromboflebitis y en las
Los eritemas acompañan con frecuencia a la varices esenciales. En la oclusión venosa, ya sea
carditis reumática activa. Algunos, como el nu- por causa extrínseca (compresión tumoral) o por
doso y el exudativo multiforme, son inespecífi- un trombo organizado sin componente inflama-
cos; otros, como el anular, tienen relación cons- torio (flebotrombosis), es un edema frío al tacto,
tante y directa con la fiebre reumática. Cabe que deja huella (fóvea) a la presión digital, de un
señalar que algunos de estos eritemas son de ori- tinte azulado (más en las partes distales) y con
gen medicamentoso (eritema urticariado o pur- dilatación de todas las venas de la red. Su distri-
púrico por la quinidina), sin olvidar que una mis- bución es regional (en un miembro; en la cabeza,
ma causa tóxica o medicamentosa es capaz de cuello, parte superior del tórax y extremidades
motivar, a la vez, accidentes cutáneos y tras- superiores [edema en esclavina], en la compre-
tornos cardíacos como la intoxicación oxicarbo- sión de la vena cava superior; en las piernas, en la
nada. de la vena cava inferior, etc.) y se acumula en las
La presencia de nódulos cutáneos es frecuente partes declives, para disminuir algo levantando el
en la carditis reumática (nódulos de Meynet) y en miembro. Con frecuencia, este edema experi-
la endocarditis maligna lenta (nódulos de Osler). menta notables diferencias de uno a otro día, sin
Los primeros se encuentran en un 10 % de los que se aprecie modificación alguna en la presión
casos. Son pequeños, algo dolorosos, de consis- venosa; indudablemente, tal fenómeno tiene re-
tencia dura y elástica, e implantados casi siempre lación con la actuación de otros factores de orden
sobre el tejido conjuntivo fibroso de las aponeu- secundario.
rosis, tendones y fascias. Asientan con frecuencia En la tromboflebitis, el edema es inflamatorio
en el codo, rodilla, junto al tendón de Aquiles y como reacción de los tejidos frente al trombo
epicráneo. Pueden ser fugaces o de mayor dura- séptico. Es caliente (hay aumento de la tempera-
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pápula muy dolorosa a la presión, de aspecto ro- el edema posflebítico se reduce poco en decúbito
sado y rodeada de un halo ligeramente pálido. y casi no deja huella a la presión.
O MASSON,
Cuando esta formación embólica es de mayor En las varices esenciales (suelen afectar una
extensión recibe el nombre de placa de Deloré, y pierna), el edema es frío y depresible, y conserva
214 Semiología médica y técnica exploratoria
la huella de la presión dactilar. Aumenta estando En las cardiopatías congénitas, suelen hallarse
de pie y en verano (el calor favorece la estasis ve- anomalías en los surcos de las manos y en la for-
nosa y la trasudoración capilar), para disminuir ma y longitud de los dedos, en especial el pulgar,
con la marcha y en el decúbito dorsal con el y en las cianógenas, dedos en palillo de tambor y
miembro levantado, se ven las venas más o me- uñas en cristal de reloj.
nos dilatadas (varices) y, en ocasiones, pequeñas El color y temperatura de la piel orientan so-
úlceras sobre el maléolo tibial, rodeadas de una bre el fallo cardíaco y periférico tanto como la
gran zona de cambios tróficos cutáneos. toma del pulso y de la presión arterial.
En la tromboangitis obliterante, el edema blando y En la insuficiencia aguda por tirotoxicosis, la mano
depresible infiltra el dorso del pie sin signo alguna está caliente; en la estenosis mitral, fría, y en el cor
de reacción inflamatoria. A veces, toma una colo- pulmonale crónico, caliente. Una mano pálida y ca-
ración lívida. Es debido tanto a la presencia de pe- liente que en el curso de una enfermedad se tor-
queñas ulceraciones, como a la actitud adoptada na cianótica, fría y húmeda señala con certeza el
por el paciente con finalidad antiálgica (piernas fallo de la circulación periférica.
colgando del borde de la cama). Cabe considerar- En la endocarditis maligna lenta, la mano suele
lo, por tanto, como un edema postural. aparecer pálida por la anemia, con hipocratismo
El linfedema es un edema duro, pálido, frío y digital o sin él, y uñas en vidrio de reloj, nódulos
que no deja huella a la presión digital, motivado (o panadizos) de Osler, hemorragias puntiformes
por la estasis linfática. Aparece recubierto de una subungueales y «manchas de Janeway»; consis-
piel seca que no se ulcera, pero sí presenta abun- tentes en unos pequeños elementos maculosos
dantes brotes de linfangitis aguda (erisipela recu- de color rosado vivo, de 2-4 mm de diámetro,
rrente). Suele afectar a una extremidad inferior, que asientan preferentemente en la región pal-
rara vez a ambas y a los genitales. El miembro, al mar (y plantar); suelen ser múltiples (el nódulo
principio, aumenta de volumen sin perder su for- de Osler es casi siempre único) y no duelen cuan-
ma cilíndrica, pero al producirse la infiltración de do se ejerce presión sobre ellos; cabe señalar que
la dermis y tejido celular subcutáneo, se defor- no es raro observarlas en el curso de las endocar-
ma groseramente (elefantiasis o fibredema). Exis- ditis agudas sépticas, si bien entonces son más a
te una forma congenitofamiliar, descrita primero menudo de tipo hemorrágico.
por Nonne (1891) y luego por Milroi y Meige. En la insuficiencia coronaria e infarto de miocardio,
El lipedema (Allen y Hines, 1940) resulta de la puede encontrarse la distrofia refleja de la extre-
sobrecarga adiposa de las piernas y edema ortos- midad superior, de patrón polimorfo. Puede ser
tático, sólo se observa en mujeres, y es bilateral y unilateral o bilateral y consiste en un cuadro do-
no reducible con el decúbito. No causa molestia loroso del hombro (tipo periartritis) asociado a
alguna. La piel que recubre las piernas es de as- trastornos tróficos de la mano. Suele aparecer en
pecto normal, a diferencia del linfedema, con el breve plazo y no es raro que conduzca a la impo-
que se puede confundir, en el cual aparece seca y tencia funcional.
con lesiones foliculares o linfangíticas. Cuando Más adelante, al ocuparnos de la exploración
toma un tinte cianótico, se habla de lipedema erí- del sistema vascular periférico, insistiremos en
trocianoide?, el fenómeno del dedo muerto, de Reil, propio de los
sujetos hipertensos o angioneuróticos con ten-
dencia a la vasospasticidad, y sobre el aspecto
Examen visual de la mano de la mano en la acrocianosis, eritromelalgia y
enfermedades de Raynaud y Buerger, respecti-
Completa el examen de la piel y aporta datos vamente.
de valor.
En el adulto, los aneurismas de la aorta ascenden- Las pulsaciones epigástricas obedecen a varias
te, cayado o aorta torácica (fig. 3-5) pueden exteriori- causas fáciles de comprobar combinando la vista
zarse al corroer los tejidos que los rodean, inclu- y el tacto con el enfermo en decúbito dorsal:
yendo las estructuras óseas, costillas y esternón,
como una masa redondeada que pulsa y expande 1. En la hiperactividad cardíaca (astenia neu-
sincrónicamente con la sístole cardíaca”, rocirculatoria, hipertiroidismo, crisis emocio-
nal), aparecen en la parte alta del epigastrio o
%La expansión (movimiento de latido en todos los sentidos)
justamente debajo del reborde costal izquierdo.
diferencia el latido de un tumor adyacente a un tronco arterial Se debe a la repentina disminución de tensión
pulsátil del propio de un aneurisma. El primero se realiza en intraabdominal, en su parte superior, por el
S.A.
una sola dirección; el segundo, en todos sentidos. La expansión brusco ascenso del diafragma como resultado
se aprecia con facilidad tomando la masa con tino a más dedos
de una mayor retracción sistólica del corazón
O MASSON,
2. Enla hipertrofia ventricular derecha, aparece, dos del esternón o colocando la mano transver-
asimismo, en la parte alta del epigastrio, o inme- salmente y palpando el segmento superior del
diatamente debajo del reborde costal izquierdo. esternón y las partes adyacentes a los dos lados
El pulgar de la mano derecha, insinuado debajo del tórax. Para precisar determinados fenómenos
del ángulo que forman el xifoides con el reborde palpatorios y, sobre todo, para localizar su exten-
costal izquierdo, percibe perfectamente el endu- sión, se recurre después a la palpación limitada
recimiento sistólico, sobre todo al final de las ins- con las yemas de los dedos.
piraciones profundas, pues el descenso del dia- La palpación debe realizarse en distintas posi-
fragma aproxima el corazón al epigastrio (sigo ciones, con el individuo sentado; en decúbito la-
de Harzer). teral izquierdo (posición de Pachon) para percibir
3. El latido hepático, como en la insuficiencia mejor los fenómenos apexianos; sentado y ligera-
tricúspide, es difuso y abarca el hipocondrio de- mente inclinado hacia la izquierda (para la mejor
recho y el epigastrio. Se evidencia bien, palpando percepción de los basales) y hasta en decúbito
con ambas manos, una anterior y otra posterior. ventral.
4. El latido aórtico es central, y la palpación
revela no sólo su origen, sino también el estado
del vaso (forma, sensibilidad, etc.). Disminuye SENSIBILIDAD DE LA REGIÓN
haciendo respirar profunda y lentamente al pa- PRECORDIAL
ciente, pues el descenso del diafragma aumenta
la tensión abdominal y aleja el epigastrio del pla- Antes de pensar en un dolor referido de ori-
no posterior. gen cardíaco, es preciso descartar todas las afec-
$. Las pulsaciones epigástricas, transmitidas por ciones de la cubierta osteomusculocutáncea (pani-
un tumor, desaparecen al repetir la palpación en culitis, mialgias, osteítis, artritis, neuritis, etc.).
posición genupectoral, en la que aquél pierde el En la angina de pecho, la región anatómica del
contacto con la aorta. dolor referido se extiende habitualmente en una
zona limitada, por arriba, por el 11 espacio inter-
costal, cara interna del brazo, región cubital del
M PALPACIÓN antebrazo, mitad interna de la mano y los dos úl-
timos dedos; por dentro y por delante alcanza la
La palpación de la región precordial completa región mesostemnal, y la línea vertebral en la par-
la inspección y aporta nuevos datos, algunos de te posterior; por debajo llega al IV espacio ¡nter-
ellos de gran significación diagnóstica, costal. Corresponde a la piel de los dermatomas
La mano que palpa, que procuraremos que se C2-C4, T3-T4 y más rara vez C5-C7 y T6.
encuentre templada, se aplica plana (palpation lar- En la neurosis cardíaca, la zona hiperestésica
ge, de Bard) (fig. 3-6), abarcando, primero, el me- cutánea desborda el área precordial. Casi sin ex-
socardio y la punta; después, la región xifoidea y cepción, aparece un punto doloroso, exquisita-
sus cercanías, y por último, la base, a ambos la- mente localizado a nivel de la articulación con-
drocostal de la costilla izquierda (C4). El dolor
que se despierta a la presión en este punto, y que
es más intenso que el provocado en cualquier
otro lugar, no está, al parecer, relacionado con -
la estructura condrocostal, ya que se despierta
también pellizcando la piel de esta región. Asi- -
mismo, si con el dedo se desliza la piel arriba o
abajo, sigue el movimiento del dedo (punto pre-
cordial, de Juncadella). ;
La presión digital despierta dolor a nivel de -
los puntos frénicos, en la pericarditis aguda; en el
II espacio intercostal izquierdo y a nivel del ma-
nubrio estemal, en las aortitis (punto de Peter), y
en la zona de proyección de la aurícula en la pa-
red posterior (espacio interescapulovertebral, a la
Fig. 3-6. Palpación de la región precordial con toda la altura de DII-DIV), en la estenosis mitral (punto
amplitud de Ja mano (palpation large, de Bard). auricular posterior de Vaquez).
Cardiología. Angiología 217
INVESTIGACIÓN DEL LATIDO
CARDÍACO”
Tiene gran importancia práctica. Su valor es
superior al de la percusión cardíaca, y semejante
al de la percusión pulmonar.
El latido cardíaco se busca por inspección y
palpación, y si éstas no bastan, por ser débil el
impulso cardíaco o tratarse de personas obesas,
se recurre a la percusión. Para explorarlo, en los
casos difíciles, es necesario hacer inclinar al en-
fermo hacia delante y sobre el lado izquierdo y
en espiración forzada, y después de haber reali-
zado un ejercicio moderado que aumente la fuer- Fig. 3-7. Palpación de la región precordial. Investiga-
za de la impulsión cardíaca, como levantar el ción del choque de la punta.
tronco varias veces sin mover las piernas estando
en cama, paso gimnástico en el mismo sitio, etc.
En los enfermos débiles que guardan cama se re- Sufre variaciones en estado fisiológico,
de acuer-
curre a la posición de Azoulay con el fin de que la do con la constitución, presión abdominal y posi-
sangre de la periferia acuda al corazón y aumente ción del sujeto. En los pícnicos, obesos y en las
su impulsión sistólica. Esta posición no es otra embarazadas, con hipertensión abdominal, as-
que la resultante de levantar al mismo tiempo los ciende y se desplaza algo hacia fuera, mientras
brazos y las piemas (un ayudante las sostiene) que, en los longilíneos y delgados, se sitúa más
estando el enfermo echado y con la cabeza apo- abajo y adentro. En decúbito lateral izquierdo
yada sobre una almohada baja. (posición de Pachon) la punta se desvía:2-5 cm ha-
Primero, se busca el latido cardíaco con toda cia la región axilar; el decúbito lateral derecho la
la palma de la mano (palpation large, de Bard) y desplaza menos, hacia este lado.
luego con el pulpejo de las últimas falanges de En determinadas afecciones, el latido cardíaco
los dedos índice y medio flexionados (fig. 3-7). se desplaza; hacia arriba en la hipertensión intra-
Finalmente, cuando por la inspección y la pal- abdominal, por procesos patológicos contenidos
pación combinadas no encontramos el dato que en su cavidad (ascitis, hepatomegalia acentuada,
buscamos, recurriremos a la percusión, cuya tumores ováricos, etc.) y el derrame pericárdico
técnica consideraremos en el siguiente apar- (incluso puede llegar al III espacio); hacia abajo,
tado. en la hipertrofia del ventrículo izquierdo (al VI o
Una vez localizado el latido cardíaco, precisa- VII espacio) y cuando el corazón es rechazado
remos sus caracteres: por un proceso aórtico (aneurisma de la aorta to-
rácica posterior) o mediastínico (tumores); hacia
1. Situación. Normalmente, en el adulto, se la izquierda en la hipertrofia y dilatación de la
encuentra en el Y espacio intercostal izquierdo aurícula o ventrículo derecho, en el derrame o
í (IV espacio en el niño; VI espacio en el anciano),
sobre la línea medioclavicular o ligeramente por
neumotórax de la cavidad pleural derecha y en la
retracción fibrosa o atelectásica del pulmón iz-
dentro limitándose a cubrir una extensión reduci- quierdo. El desplazamiento del latido cardíaco
da, de 2-3 cm de diámetro. hacia la derecha se produce por la presencia de
abundante líquido o aire dentro de la cavidad
pleural izquierda, y por la fibrosis pulmonar o re-
í “Es preferible emplear los términos pulsación cardíaca
o lati- tracción atelectásica del pulmón derecho.
de cardíaco, que el de choque del corazón, para no prejuzgar la En la insuficiencia cardíaca global el latido se
existencia de fenómeno percutienze no producido en realidad, percibe hacia abajo (VI-VlI espacio) y por fuera
ya que el corazón está permanentemente en contacto con la
pared torácica y nunca choca contra ella, sino que su cambio de de la línea medioclavicular.
forma y consistencia dan esta sensación táctil, isocrona con la 2. Frecuencia y riimo. Dependen, exclusiva»
sístole ventricular. Asimismo, es impropio el término «latido de mente, de la sístole cardíaca.
la punta» o «latido apexizno», pues no responde a conceptos 3. Intensidad. Depende del grosor de la pared
precisos anatómicos ni clínicos por lo que es preferible en lugar
de concretar tanto, referirse a «región de la punta» o al «polo torácica y del tamaño y fuerza de contracción del
cardíaco inferior», corazón. Aumenta después de un esfuerzo, en el
218 Semiología médica y técnica exploratoria
ficiencia tricuspídea acentuada; frémito sistólico en aprecian con facilidad (signo de Cardarelli).
la región de la pulmonar: estenosis pulmonar, per-
sistencia del conducto de Botal (en realidad, el frémi-
to es sistodiastólico); frémito sistólico en la re- MW PERCUSIÓN
gión aórtica: estenosis aórtica.
En el TIT espacio intercostal podemos palpar, La percusión cardíaca es un método muy sub-
por lo general, como soplo sistólico tanto el so- jetivo y expuesto a error. Aunque, teóricamente,
plo de la estenosis pulmonar como el del defecto del parece que no debe ofrecer dificultad técnica al-
tabique ventricular. Una excelente propagación ha- guna, pues las cualidades percutorias del corazón
cia arriba, con un punctum maximum en el ll espa- («sonido mate») y del pulmón («sonido claro»)
S.A.
cio intercostal, habla en pro de la estenosis pul- son distintas, en realidad las cosas suceden de
monar valvular, y una propagación clara hacia muy diferente manera. Además del inconvenien-
€ MASSON,
abajo, con el puncium maximum en los espacios in- te que representa la curvatura del tórax, el desa-
tercostales II-IV, en pro de un efecto del tabique rrollo del panículo adiposo y de la musculatura,
220 Semiología médica y técnica exploratoria
la resonancia mayor o menor de la caja torácica, cios intercostales y con una intensidad que de-
etc., hay que tener en cuenta que la rotación sis- pende del grosor de la pared torácica y de la re-
tólica del corazón reduce su área de proyección sonancia del tórax. Se señala con el lápiz dermo-
torácica en más de 1 cm. gráfico el nivel donde hay un cambio brusco de
Por percusión podemos obtener dos áreas, la tono, el cual suele encontrarse, en el sujeto sano,
cardiovascular anterior y la auricular izquierda pos- en el V espacio intercostal, aproximadamente, a
tenor. la altura de una horizontal que pasa por la base
Aunque sea insistiendo sobre cosas ya sabi- del apéndice xifoides.
das, es oportuno recordar que la proyección to- 2. Ubicación del latido cardíaco. Por inspec-
pográfica del borde derecho del corazón corres- ción, o con ésta y la palpación. Si ambos mé-
ponde a una línea que, a partir de la V-VI todos semiológicos fallan, se puede delimitar a
articulación condrosternal derecha, asciende pa- través del denominado «ángulo de la punta», ob-
ralelamente al borde derecho del esternón (gene- tenido por la confluencia del comienzo de la ma-
ralmente, algo por dentro) hasta la Il articulación tidez por percusión ascendente (a partir del espa-
condrosternal, donde se continúa con el borde cio semilunar de Traube) y la obtenida por
derecho del pedículo aórtico. percusión lateral izquierda (de fuera adentro), án-
El borde cardíaco izquierdo, a su vez, parte de gulo agudo más o menos abierto según el área
la II articulación condrosternal izquierda, para del ventrículo izquierdo (fig. 3-8).
terminar a nivel de la punta después de describir Uniendo por medio de un trazo el borde su-
una amplia curva de concavidad dirigida hacia perior del hígado con el punto que corresponde
abajo y a la derecha. al choque de la punta, se dibuja la «línea hepato-
La proyección aórtica rebasa ligeramente, a apexiana de Paul y Potain», cuyo valor semiológi-
partir de la ll articulación condrosternal derecha, co estriba en que nos señala, aproximadamente,
el borde derecho del esternón; pasa, en porción el límite inferior del corazón.
más elevada, por detrás de este hueso y a 1-2 cm 3. Determinación del límite derecho del área
de la horquilla esternal, y forma, antes de termi- cardiovascular. Con percusión profunda de fuera
nar en el [II cartílago condrosternal izquierdo, un adentro y a partir de la línea medioclavicular, co-
casquete que excede en 2-3 cm el borde esternal locando el dedo paralelo al esternón. Dicho bor-
izquierdo (botón aórtico). Entre el borde izquier- de parte de la IV-VI articulación condrosternal
do del pedículo aórtico y el correspondiente al (según la biotipología torácica), asciende parale-
corazón, queda una depresión a cuyo nivel se en- lamente al borde esternal derecho en condiciones
cuentra el tronco de la arteria pulmonar. Este en- normales (0-1 cm) hasta la M articulación con-
talle desaparece cuando dicho vaso se dilata. drosternal, en donde termina el borde auricular
jo y afuera (dilatación ventricular izquierda) o con los consultorios públicos como en la consulta pri-
deslizamiento predominante hacia fuera (dilata- vada existen siempre, y a veces con un nivel sor-
ción auricular o ventricular derecha); disminución prendentemente elevado (de ordinario, 60-70 de-
del área cardíaca (enfisema pulmonar); desliza- cibelios).
mientos laterales hacia la derecha o izquierda Los fenómenos acústicos del corazón son pro-
(tracciones y compresiones extracardíacas). vocados por vibraciones cuya frecuencia oscila
2. Áreas vasculares. Aumento transversal del entre los 16 y 1.000 Hz, aproximadamente. El fo-
diámetro aórtico (ectasia difusa de la aorta); au- nendoscopio debe tomarlas de la pared torácica y
mento del casquete izquierdo (aortitis, aneuris- transmitirlas a nuestro oído sin contar, funda-
ma del cayado); aumento del casquete derecho mentalmente, la banda de frecuencia.
(aneurisma de la aorta ascendente) o de aquél y Los fonendoscopios con campana recogen
la porción media (aneurisma del tronco braquio- bien los sonidos de frecuencia baja, como el arras-
cefálico); submatidez en forma de puente entre el tre presistólico de la estenosis mitral y ritmo de
casquete izquierdo y el borde de la matidez car- galope, pero transmiten mal los sonidos de fre-
díaca (aorta descendente percutible por desplie- cuencia elevada (soplo diastólico de la insuficien-
gue ectásico de dicho vaso; aneurisma de la aorta cia aórtica, soplo de Graham Steell), que se perci-
descendente); relleno de la escotadura del ll o del ben mejor con el fonendoscopio de diafragma.
Il y IB espacios izquierdos (dilatación del tronco Los dos ruidos cardíacos normales se perciben
de la pulmonar por hipertensión de la circulación por igual con la campana que con el diafragma,
menor a causa de una neumopatía aguda o cróni- con la salvedad de que con este último se capta
ca, estenosis mitral, comunicación interauricular, mejor el elemento pulmonar del segundo tono.
conducto arterioso permeable, estenosis valvular Hay cinco focos de auscultación valvular, que no
de la pulmonar, aneurisma de la pulmonar). corresponden exactamente a su proyección ana-
3. Área auricular izquierda. Aparece aumenta- tómica, ya que la propagación de las vibraciones
da en la dilatación de esta cavidad (estenosis mi- acústicas se hace, preferentemente, en los puntos
tral, insuficiencia mitral). en donde el corazón y los grandes vasos tienen
contacto más íntimo con la pared torácica:
Hay una serie de normas básicas que no pue- Atendiendo a los datos aportados por la fono-
den obviarse para que la auscultación cardíaca cardiografía y los principios fisiológicos, se ha
sea correcta: comprobado que más que puntos electivos de
auscultación para cada válvula, lo que hay son
1. Debe practicarse en un ambiente tranquilo áreas o zonas de expresión preferente para cada ruido.
y mejor con luz velada, para que nada distraiga Resumimos en la figura 3-12 dónde residen di-
nuestra atención. Se debe considerar la influencia chas áreas y hacia dónde se propagan los ruidos
de los ruidos de fondo, advirtiendo que tanto en y soplos valvulares que a ellas corresponden, se-
Cardiología. Angiología 223
c
Fig. 3-12. A) Áreas de auscultación de las válvulas y zonas cardíacas: AP, arteria pulmonar; la válvula mitral se
oye en la punta cardíaca y a veces hacia la región axilar. B) Propagación de los soplos valvulares del corazón iz-
quierdo; EA, estenosis aórtica; EM, estenosis mitral; LA, insuficiencia aórtica; IM, insuficiencia mitral. C) Propaga-
ción de los soplos valvulares del corazón derecho; EP, estenosis pulmonar; ET, estenosis tricuspídea; IP, insuficien-
cia pulmonar; IT, insuficiencia tricuspídea.
gún se trate de soplos de estenosis o de insufi- mejores resultados es la que se realiza con el pa-
ciencia valvular, y según proceden del corazón ciente tranquilo, relajado y echado sobre la espal-
izquierdo o derecho. da, con la parte superior del cuerpo ligeramente
2. La posición que debe adoptar el médico al incorporada. El médico debe sentarse a la dere-
auscultar a los pacientes es variable; la que da cha del paciente. Pero muchos fenómenos acústi-
224 Semiología médica y técnica exploratoria
cos se detectan mejor en decúbito lateral izquier- 4. Debemos habituarnos a un tipo sistemático
do, como los que se originan en la válvula mitral de auscultación. Se inicia la auscultación de la pun-
(mayor contacto con la pared; punto de ausculta- ta cardíaca con la parte de la campana de nuestro
ción de la región de la punta cardíaca), los gene- estetoscopio y auscultamos en los diversos pun-
ralmente débiles y suaves soplos in descrescendo tos hasta llegar a la base. Pasamos luego a la
diastólicos de la insuficiencia aórtica, así como membrana del estetoscopio para seguir el mismo
los de la insuficiencia pulmonar (punto de aus- proceso de auscultación, pero siguiendo un or-
cultación en el III espacio intercostal, en el borde den inverso, es decir, partiendo de la base y has-
esternal izquierdo). En el decúbito lateral dere- ta llegar a la punta cardíaca. Hacemos respirar
cho, son más patentes los fenómenos acústicos normalmente a los pacientes para podernos ha-
de la válvula tricúspide, y en la posición sentada cer una idea clara, especialmente en la región
con el cuerpo echado hacia delante (postura de pulmonar, sobre el desdoblamiento del segundo
Harvey), los que se originan a nivel de los focos tono cardíaco. Sobre todo en el caso de que se
aórtico y pulmonar. perciban murmullos débiles, como por ejemplo
3. El médico debe acostumbrarse a auscul- un soplo diastólico aórtico, debemos volver a
tar a los pacientes no sólo en apnea respiratoria, auscultar al paciente, pero ahora en reposo respi-
sino también con respiración normal, la cual ad- ratorio y decúbito izquierdo. Si es necesario, de-
quiere importancia singular en el desdoblamien- bemos sugerirle que se siente o se mantenga en
to del segundo tono cardíaco y en el soplo tricus- posición erecta para poderle auscultar también
pídeo. en dichas posiciones.
La apnea respiratoria es obligada para la cap- Es preciso que en cada punto de auscultación
tación de fenómenos acústicos débiles, por ejem- sigamos un orden sistemático al prestar atención
plo, un soplo diastólico aórtico suave. a los distintos fenómenos acústicos cardíacos, pri-
El período expulsivo del ventrículo derecho mero concentraremos exclusivamente nuestra
permanece prácticamente inalterado durante el atención sobre los tonos cardíacos, el primer tono
ciclo respiratorio. Lo que aparentemente retrasa y el segundo tono, por este orden. Estudiaremos
el cierre sigmoideo pulmonar durante la inspira- su intensidad, su punctum maximum, la existencia
ción es la reducción de la impedancia vascular eventual de desdoblamientos, y todo ello en cada
pulmonar (o aumento de la capacitancia). uno de los puntos de auscultación. Tiene especial
El incremento inspiratorio del volumen sistó- importancia la valoración del segundo tono cardí-
lico del ventrículo derecho es también responsa- aco en la región pulmonar, pues, por lo general,
ble del aumento de la intensidad de todos los es éste el único factor que nos permite identificar
fenómenos acústicos originados en la válvula tri- el desdoblamiento del segundo tono cardíaco, tan
cúspide durante la inspiración; este fenómeno importante para toda la auscultación.
descrito por Rivero-Carvallo, afecta tanto al so-
plo sistólico de la insuficiencia tricuspídea (signo
sistólico) como al soplo diastólico de la estenosis y, por otra, las oscilaciones tensionales intratorácicas son mucho
tricuspídea (signo diastólico). De la misma forma, más acentuadas que en la respiración normal. Se produce un des-
el tono de apertura de la tricúspide es más sono- doblamiento amplio del segundo tono cardíaco por retraso im-
ro durante la inspiración. portante del componente pulmonar, un aumento notable de la
intensidad del soplo tricuspideo y un incremento de la sonoridad
También, según esta relación de dependencia del tono auricular del ventrículo derecho y del frote pericárdico.
respiratoria, el frote pericárdico se hace más in- Por el contrario, en la maniobra de Valsalva, la presión intra-
tenso durante la inspiración y más débil durante torácica se eleva intensamente, con lo que disminuye el aflujo
la espiración!. al corazón derecho y la circulación a través del corazón dere-
cho, es decir, el volumen sistólico ventricular derecho. Los fe-
nómenos acústicos procedentes del corazón derecho se debili-
tan, haciéndose mucho más tenues o incluso desapareciendo
"Podemos hacer todavía mucho más manifiestas las oscila- totalmente. Una vez finalizada la maniobra de Valsalva, ocurre
ciones tensionales intratorácicas provocadas por la inspiración en cierto modo lo contrario; la primera inspiración libre, pro-
normal, y también, por tanto, las alteraciones hemodinámicas funda, debe valorarse casi como la prueba de aspiración de
por ellas desencadenadas, si realizamos con el paciente la «prue- Múller, de manera que ahora se hacen mucho más manifiestos
ba de aspiración» de Miiller o de la «inspiración profunda blo- de nuevo los fenómenos acústicos del corazón derecho, de un
queada». Para ello, invitamos al paciente a una espiración pro- modo similar al que se ha descrito en la inspiración y en la
funda, le tapamos la nariz y luego le hacemos aspirar prueba de aspiración de Múller.
intensamente. De esta forma, podemos hacer mucho más claros Así pues, aparte de la auscultación cardíaca en respiración
y manifiestos los fenómenos acústicos que se producen durante normal, debemos recurrir también a pruebas tan sencillas como
la inspiración, pues, por una parte, faltan los ruidos respiratorios la de aspiración de Múller y la maniobra de Valsalva.
>
Cardiología. Angiología 225
ciente entrenamiento del oído y un perfecto co- forzada. Ácrece con las maniobras que aumentan
nocimiento de la dinámica cardíaca son absuluta- el retorno venoso e incrementan el relleno rápido
mente necesarios para que la audición conduzca ventricular (ejercicio, compresión abdominal; ha-
a conclusiones patogénicas fundamentales y uti- cer levantar las piernas y brazos al sujeto acosta-
lizables. do [posición de Azoulay], etc.). Se encuentra pre-
Pausa larga
Pausa corta
tum tum
Pausa larga
Pausa corta
Pausa larga
'ausa corta
tum
qe
m
Ss
>
mm
m
1.% ruido 2.2 ruido 1.* ruido 2.2 ruido 1.* ruido 2.* ruido
S.A.
O MASSON,
0.0123
4 567 8 9 u10 1 234556 7891012345678
m9 u10
sente en un gran número de niños y adolescentes relación con la diferencia de presión existente en-
sanos y rara vez a partir de los 30 años. tre las arterias pulmonar y aorta, por un lado, y
4. Cuarto ruido. Es originado por la contrac- las cavidades ventriculares en los momentos ini-
ción auricular y distensión telediastólica ventri- ciales de la diástole, por el otro (dp/dt, o primera
cular consiguiente (tono atríal). Esta denomina- derivada del aumento de presión intraventricular;
ción es contradictoria, pues se trata de un dp/dt: cambios de presión/cambios de tiempo).
fenómeno que se manifiesta al inicio de la revo- 3. La mayor o menor distancia entre el origen del
lución cardíaca. Su frecuencia, en los sujetos jó- ruido y el fonendoscopio. Pues la propagación a dis-
venes y sanos, varía del 0-5 %. Se capta mejor en tancia atenúa y transforma los elementos sono-
la base del apéndice xifoides y 1I-IV espacios in- ros. Los ruidos del corazón derecho, al ser más
tercostales izquierdos. débiles que los del izquierdo, se atenúan con ma-
yor rapidez, pero la situación anatómica anterior
Los ruidos normales del corazón pueden mo- del corazón derecho en el tórax compensa, en
dificarse en sus cualidades fundamentales (inten- parte, esta pérdida. Los movimientos respirato-
sidad, tono y timbre); en su número y sucesión rios, al aumentar o disminuir rítmicamente la
(frecuencia y ritmo) y por la aparición de ruidos distancia que separa el corazón de la pared torá-
adventicios. cica anterior, disminuyen o aumentan también
Aparte de los ruidos normales, hay una serie de manera rítmica la intensidad de los ruidos y
de ruidos anormales que tener en cuenta; éstos soplos fraguados en el corazón.
son: 4. Estado anatómico del aparato valvular. Re-
cordemos la acentuación clásica del primer ruido
1. Ruido de molino. Sincrónico con la sístole en la estenosis mitral y del segundo en la esclero-
cardíaca, se ausculta en casos de hidroneumope- sis aórtica, ambos procesos con válvulas engrosa-
ricardio. Bricheteau (1860) lo compara al de las das y densas.
paletas de un molino al golpear en el agua. 5. Interferencia de la contracción ventricular con
2. Ruido de chapoteo. Por la remoción de ga- la posición de las válvulas auriculoventriculares. Esta
ses y también líquido contenidos en un estóma- interferencia depende, esencialmente, de la cro-
go que está dilatado o herniado a través del dia- nología recíproca de las contracciones auricular y
fragma o de la flexura esplénica. ventricular, es decir, de la duración del espacio
3. Ruido metálico. En el neumotórax a presión P-R. La onda sanguínea enviada por la aurícula al
del lado izquierdo. Durante la sístole cardíaca. interior del ventrículo a medio llenar, por la con-
4. Ruido crujiente-burbujeante. En el neumo- tracción de sus paredes, choca contra la pared y
mediastino, en niños y adolescentes. Es extracar- la sangre contenida en su cavidad, determinando
díaco y sistólico-diastólico. ondas sanguíneas de retroceso que levantan las
válvulas auriculoventriculares y aproximan entre
sí sus bordes libres, cerrando parcialmente el ori-
Intensidad y tono ficio valvular. Si el ventrículo inicia su fase sistó-
lica con las válvulas en esta posición (espacio P-R
Tanto la intensidad como el tono guardan re- acortado), se comprende que la presión intraven-
lación con varias características: tricular se eleve mayormente y con más pronti-
tud que cuando el ventrículo comienza a con-
1. Grosor y conductibilidad sonora de los tejidos traerse mientras las válvulas se encuentran más
interpuestos entre el corazón y el oído del observador. alejadas entre sí (espacio P-R alargado), circuns-
La pared torácica delgada y vibrátil del niño o del cribiendo un orificio auriculoventricular más am-
adolescente o el pectus excavatum y el pulmón plio, por donde refluye parte de la sangre conte-
elástico tienen consecuencias opuestas a la grue- nida en el ventrículo, hacia la aurícula, lo cual es
sa pared del obeso y al amplio tórax del enfise- causa de que la presión intraventricular no se ele-
matoso. ve grandemente durante el período isométrico,
2. Velocidad con que se produce la tensión val- independientemente de la fuerza de contracción
vular. La intensidad del primer ruido depende ventricular.
más de la velocidad con que se eleva la tensión 6. Presencia del líquido en la cavidad pericárdi-
intraventricular (por una sístole enérgica), que de ca. Que impide o dificulta la transmisión del so-
su grado; la del segundo ruido, de la velocidad nido; esta debilitación alcanza ambos ruidos, s0-
de cierre de las válvulas sigmoideas, a su vez en bre todo el primero.
Cardiología. Angiología 227
3. Aumento de la intensidad del segundo ruido filis, ateroma), el segundo ruido adquiere un tim-
cardíaco. bre especial comparado con el sonido que se ob-
tiene al golpear con el pulpejo de un dedo la otra
a) Foco aórtico: mano aplicada plana contra el oído. Se percibe
un cierto timpanismo si en la vecindad del cora-
— Elevación tensional en la gran circulación, zón existen cámaras aéreas a tensión, como neu-
ya sea permanente (enfermedad hipertensiva; ne- motórax, distensión gástrica o un absceso sub-
frosclerosis, estenosis ístmica de la aorta), ya ac- diafragmático con gas.
cesional (crisis hipertensivas).
— En la elevación del diafragma (obesidad,
S.A.
pared.
— Válvula y orificio valvular vibrátil, como La cifra normal varía entre límites muy am-
en la aortitis sifilítica, ateromatosa; en esta últi- plios, desde 38-40 s/min (sístoles minuto) en su-
228 Semiología médica y técnica exploratoria
jetos vagotónicos a 95-100 en distónicos vegeta- El desdoblamiento por retraso del componen-
tivos con simpaticotonía; la óptima es de 60- te aórtico (más acusado en la espiración) se ob-
70 s/min: serva:
1. Taquicardia (más de 90 s/min). Puede ser a) Por aumento de la resistencia al vaciado ven-
regular (sinusal, paroxismal) o irregular (fibrila- tricular izquierdo (sobrecarga sistólica). Como en
ción auricular, extrasistolia irregular). Un aumen- la estenosis aórtica e hipertensión arterial genera-
to aparente de la frecuencia cardíaca se obser- lizada.
va en: b) Por sobrecarga diastólica ventricular izquierda,
Como en algunos casos de conducto arterioso y
a) Desdoblamiento del primer ruido cardíaco pericarditis constrictivas; en éstas la sobrecarga
(tum-tum-ta). Se atribuye a disincronismo de los diastólica se presenta sólo en la espiración, origi-
componentes valvular, muscular y arterial del nando el retraso del componente aórtico del se-
primer ruido. Se ausculta en la región de la punta gundo ruido, sin que el pulmonar varíe de posi-
y con el enfermo en decúbito dorsal y algo obli- ción.
cuado hacia la izquierda y en apnea espiratoria. c) Por retardo de la activación del ventrículo iz-
Se encuentra en el 23 % de los niños y adoles- quierdo. Como en el bloqueo de rama completo y
centes y en el 15 % de los adultos sanos. El des- en el síndrome de Wolff-Parkinson-White, tipo
doblamiento patológico se señala en el bloqueo B. En el conducto permeable y la estenosis aórti-
de rama derecha (retraso del componente tricus- ca, el soplo y el apagamiento del segundo ruido,
pídeo), extrasístoles ventriculares, hipertensión respectivamente, impiden a menudo la percep-
general. Debe evitarse la confusión con un ritmo ción del desdoblamiento, fácil de apreciar en los
de galope. restantes casos.
b) Desdoblamiento del segundo ruido (tum-ta-
ta). Su hallazgo es tan constante que su ausencia 2. Bradicardia (menos de 60 s/min, sin reba-
debe hacernos pensar (excluidas la mala técnica sar un mínimo de 35 s/min). Puede ser accesional
de auscultación, enfisema, adiposidad, respira- o permanente. El pulso suele latir con igual fre-
ción superficial, equilibrio tensional de ambos cuencia; cuando esto no ocurre hablamos de
ventrículos [como en el complejo de Eisenmen- «bradisfigmia sin bradicardia», como en los rit-
ger], estenosis subaórtica) en un fallo izquierdo o mos y extrasístoles bloqueados.
coronario latentes. El motivo de este fenómeno
reside en que, al aumentar durante la inspiración
el retorno venoso al corazón derecho, eleva la re- Ritmo
pleción ventricular derecha y esto produce un
asincronismo entre ventrículo derecho e izquier- Para poder juzgar sus anomalías es preciso re-
do con prolongación de la sístole mecánica dere- cordar, como punto de comparación, la cadencia
cha y subsiguiente retraso del componente pul- del ritmo pareado normal:
monar del segundo ruido.
En condiciones anormales, este desdobla- 1. Ritmo fetal (embriocardia [Huchard], rit-
miento puede ser por retraso del cierre de las mo leporino [Wolf], ciniclocardia [Múiller)).
válvulas pulmonares (se acentúa al final de la Stockes (1864) lo describe por primera vez. Los
inspiración como una exageración del fenóme- tonos se oyen iguales, con isocronismo del pe-
no normal) o del componente aórtico que se si- queño y gran silencio (tum-tum-tum-tum). Re-
túa al final de la espiración (desdoblamiento cuerda el ritmo fetal o del corazón del conejo.
paradójico o inverso) detrás del ruido pulmo- Según Miller, se debe a que, en los corazones
nar. El desdoblamiento por el primer motivo muy rápidos, pasa inadvertido el segundo rui-
(retraso de las válvulas pulmonares) se da en el do, oyéndose sólo un silencio igual separando
bloqueo de la rama derecha (por retardo de ac- dos ruidos sistólicos. Su significación varia en
tivación ventricular), comunicación interauricu- relación con la causa que motiva la taqui-
lar (sobrecarga ventricular derecha diastólica) y cardia.
estenosis mitral por prolongación de la sístole 2. Ritmo pendular. Se igualan los silencios; no
mecánica. En estos casos, el fenómeno persiste así los ruidos (tum-ta-tum-ta). Recuerda el tic-tac
auscultando al paciente sentado o en la posi- del péndulo de un reloj. La taquicardia es mode-
ción de pie. rada. Es signo de fallo miocárdico.
Cardiología. Angiología 229
3. Ritmo de tres tiempos!?. A los dos tonos car- Se aprecia mejor en la punta a nivel del ángulo
díacos se añade un tercer ruido, ya sea normal o esternal izquierdo con el enfermo en decúbito la-
patológico, en relación con el aparato valvular, teral del mismo lado (ta-ta-tá). Depende de la hi-
miocardio parietal o grandes vasos. Según la fase pertrofia de la aurícula izquierda o derecha, lla-
de la revolución cardíaca en que aparece el ruido mándose también «galope atrial». Se trata del
anómalo, se habla de ritmo de tres tiempos sistó- cuarto toño normal más intenso por la contrac-
lico o diastólico. ción auricular más enérgica y mayor distensión
4. Ritmo de galope. Se designa como tal un de la pared ventricular bajo la acción de la onda
ritmo de tres tiempos (rara vez cuatro) por agre- sanguínea. Se observa en pacientes con hiperten-
garse a los dos ruidos normales otro patológico sión arterial y pulmonar, en la sobrecarga sistóli-
de origen muscular y características acústicas di- ca, en la estenosis mitral y aórtica, cuando se
ferentes. Este ruido aparece en la diástole y en prolonga el tiempo que media entre la sístole au-
sujetos taquicárdicos, motivando una cadencia ricular y ventricular, y cuando el tono del múscu-
que recuerda la del galopar del caballo en la leja- lo ventricular mengua debido a infecciones o co-
nía (Bouillaud). ronariopatías.
Este ruido sobreañadido es difícil de percibir Su presencia en individuos con dolores toráci-
en la auscultación directa a causa de la taquicar- cos indefinidos sugiere una insuficiencia corona-
dia y por ser sordo y débil, excepto en el galope ria crónica. Se presenta con frecuencia y de
de suma. Mengua y desaparece si, con la com- manera transitoria en el infarto de miocardio,
presión del seno carotídeo, la frecuencia cardíaca considerándose signo infausto su persistencia. El
desciende por debajo de la cifra crítica de 91 pul- galope atrial desaparece en la fibrilación auricu-
saciones por minuto. lar. El pulso poco acelerado favorece su percep-
Se percibe mejor auscultando al enfermo ción; pero, como esta condición se da rara vez en
en decúbito supino, en ligera inclinación ha- los procesos que lo motivan, su hallazgo es poco
cia la izquierda y espiración profunda. El ga- frecuente, discrepando de lo que suele afirmarse.
lope izquierdo se busca en la región de la punta; El galope auricular (o presistólico) no va ligado
el galope derecho, en la base del apéndice xi- necesariamente a fallo cardiocirculatorio y no tie-
foides. ne siempre un significado pronóstico desfavo-
Se acompaña de una sensación táctil (de la rable.
que nos hemos ocupado al referirnos al método b) Galope ventricular o protodiastólico. Se atri-
palpatorio) que justifica buscarlos auscultando buye al impacto de la onda sanguínea que fluye
directamente con la oreja sin utilizar fonendosco- de las aurículas a los ventrículos hipotónicos du-
pio alguno. rante la fase de llenado rápido, protodiastólico.
Existen diferentes variedades de ritmo de galope, Se le llama ventricular porque no guarda relación
cuyo estudio analítico compete a la fonocardio- alguna con la contracción de las aurículas. Tiene
grafía: las características acústicas y fonocardiográficas
del tercer tono normal. Se aprecia mejor a nivel
a) Galope auricular o presistólico. Guarda rela- de la punta o medialmente a la misma (ftá-ta-1a).
ción con la onda sanguínea que fluye con energía Es un signo físico muy importante, pues casi
en el ventrículo durante la contracción auricular. siempre revela de manera precoz una insuficien-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
tiempos tomocardiográficos, sólo registrado por fonocardiogra- incluso más intenso que los tonos primero y se-
ma. La distinción entre el ritmo en tres tiempos fisiológico del gundo. Es de observación frecuente. Como el ga-
O MASSON,
que ello supone. El soplo es, en realidad, el ma- imitan aplicando el receptor del fonendoscopio
yor productor de enfermedad yatrógena que han sobre la mejilla mientras se pasa la lengua contra
creado la ciencia médica y sus instrumentos. su pared interna.
Es clásico distinguir, atendiendo a su causa, — Soplos cardiopulmonares, de Potain. Se
tres categorías de soplos: explican atendiendo a que, durante la sístole ven-
tricular, el corazón reduce su volumen, por lo
1. Orgánicos. En relación con una lesión ana- que aumenta la presión negativa y acarrea la en-
tómica irreparable del aparato valvular (estenosis trada de aire en los alvéolos de la lengúeta pul-
aórtica o mitral). Son sistólicos, diastólicos, con- monar contigua, que se encontraban atelectási-
tinuos, intensos, de timbre rudo o musical; sue- cos durante la diástole ventricular; este ruido
len acompañarse de frémito o tril palpatorio, y se alveolar sistólico, agregado a los ruidos cardía-
irradian a una distancia mayor o menor. Persis- cos, produce la impresión de un soplo sistólico;
ten en el curso del tiempo, y se perciben mejor su intensidad aumenta al final de la inspiración
cuando aumenta la intensidad de la concentra- en decúbito dorsal o al echarse el sujeto hacia
ción cardíaca con la medicación tónica. atrás, probablemente por ser entonces mayor el
2. Funcionales. Por dilatación del corazón y tamaño de la lengiúeta pulmonar atraída y recha-
del anillo de inserción perivalvular; la válvula es zada por la sístole y diástole, respectivamente.
sana, pero insuficiente, coro ocurre con la mitral
en la dilatación del ventrículo izquierdo (mitrali- Atendiendo a sus atributos acústicos, los soplos
zación) y con la tricúspide (tricuspidización) en la se pueden clasificar semiológicamente conside-
del corazón derecho. Son sistólicos y rara vez rando, de manera sucesiva:
diastólicos (hasta el punto de admitirse la organi-
cidad de todo soplo diastólico mientras no se de- 1. Sitio de máxima percepción. Si se trata de un
muestre lo contrario), no muy intensos, cortos, se soplo valvular, corresponde, generalmente, al
irradian poco y rara vez presentan frémito. Son foco de auscultación de la válvula donde éste se
más sonoros durante el trabajo corporal. Rerniten origina, sin olvidar que a su nivel pueden irra-
al mejorar el estado del corazón. Se auscultan en diarse o transmitirse (la
los focos mitral, pulmonar y tricuspídeo. nirse como una transmisión preferente) soplos
3. Anorgánicos. Sin lesión orgánica ni funcio- producidos en otros orificios valvulares o en de-
nal del aparato valvular. Son los soplos que han fectos congénitos, lo que puede inducir a error si
dado lugar a interpretaciones más diversas: no se valoran con el soplo otros datos clínicos.
Así, en la región de la punta, un soplo sistólico es
a) Anorgánicos intracardíacos. Son mesosistóli- el signo clave de la insuficiencia mitral, pero tam-
cos, de poca intensidad y tonalidad elevada. No bién puede observarse en la insuficiencia tricús
irradian más allá del foco de origen, que suele ser pide, estenosis y coartación aórtica, comunica-
mitral o pulmonar. Estos soplos no producen al- ción interventricular y aun en corazones sanos;
teración hemodinámica y, a pesar de su aparato- lo mismo se puede decir de los soplos sistólicos
sidad, no tienen significación alguna, excepto su en los focos pulmonares (estenosis valvular, co-
curiosidad. Son favorecidos por el eretismo car- municación interauricular, hipertensión del pe-
díaco, aparecen en individuos sanos después de queño círculo, anorgánicos intracardíacos), tris-
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serosas del pericardio y de la pleura o de las ho- de un enfisema o de edema parietal, etc.; el ter-
jas pericárdicas normales durante la sístole. Se cer factor está ligado a la fuerza y rapidez del £lu-
232 Semiología médica y técnica exploratoria
jo sanguíneo aumentado en los esfuerzos, emo- Grado II. Son suaves y pueden corresponder
ciones, tiropatías, estados anémicos, etc. o no a una lesión definida.
Los soplos sistólicos se clasifican en: Grados Ill a V. No se encuentran en las per-
sonas sanas, y significan una lesión orgánica bien
1. Soplos de eyección. Se producen por varios definida.
mecanismos, como el paso de la sangre por un
orificio estenosado (estenosis aórtica o pulmo- Grado VI. Tienen una intensidad tal, que
nar); flujo sanguíneo aumentado a través de una pueden percibirse a distancia, sin necesidad de
válvula normal (soplo sistólico pulmonar en aplicar el fonendoscopio.
la comunicación interauricular); paso súbito de la
corriente sanguínea a una dilatación vascular con Clasificación
producción de remolinos (dilatación idiopática
de la arteria pulmonar); excesiva velocidad o di-
Según el comportamiento de la intensidad du-
lución de la sangre (fiebre, hipertiroidismo, ane-
rante su producción. Se califican como sigue:
mia, etc.). El soplo sistólico de eyección de ori-
gen valvular se acompaña, con frecuencia, de
1. Soplos constantes. Que no varían de inten-
un «clic» protosistólico, ruido seco que simula un
sidad y que, teóricamente, no pueden producirse
desdoblamiento del primer ruido.
en el corazón, debido a la diferencia tensional
2. Soplos de regurgitación. Se producen a con-
entre las cavidades.
tracorriente por el paso de un sistema de régimen
2. Soplos crecientes. Que aumentan progresi-
de alta presión a otro de baja presión. Estos soplos
vamente de intensidad, como el soplo presistóli-
son siempre patológicos, incluyéndose en ellos los
co de la estenosis mitral.
de la comunicación interventricular (ventrículo iz-
3. Soplos decrecientes o menguantes. Que dismi-
quierdo-ventrículo derecho); insuficiencia mitral
nuyen progresivamente de intensidad en su prime-
(ventrículo izquierdo-aurícula izquierda); insufi-
ra fase, como el soplo de la insuficiencia aórtica.
ciencia tricúspide (ventrículo derecho-aurícula de-
4. Soplos crecientes- decrecientes. Que aumentan
recha) y el componente sistálico del conducto ar- paulatinamente de intensidad en su primera fase y
terioso persistente (aorta-arteria pulmonar).
disminuyen, asimismo, progresivamente en su se-
gunda fase, como el soplo de la estenosis aórtica.
El fonocardiograma correspondiente a los so-
plos sistólicos de eyección tiene forma romboi-
dal (diamond shape), mientras que los soplos de Situación en relación con el ciclo cardíaco
regurgitación se prolongan durante toda la sístole
con intensidad casi constante (fig. 3-14). Los soplos situados entre el primeto y segun-
do ruidos (sístole) se conocen con el nombre de
soplos sistólicos, y los que ocupan el gran silencio
Grados de soplos sistólicos (diástole), con el de soplos diastólicos.
Tanto unos como otros pueden durar toda la
Grado 1. Muy suaves, son frecuentes en los sistole (holosistólicos) o toda la diástole (holo-
corazones normales y sólo se perciben cuando el diastólicos) o sólo una parte de ellas (merosistóli-
oído «se ha puesto a tono con ellos». cos y merodiastólicos).
AZ2__ZJA
3 ZA A
— lA ht
Soplo sístolico de eyección
polo Soplo sístolico de regurgitación
Los soplos merosistólicos pueden ocupar el poso). Los soplos diastólicos basales casi siempre
principio de la sístole (protosistólicos), la mitad son aspirativos, mientras que los sistólicos de
de ella (mesosistólicos) o su final (telesistólicos). esta localización, los mitrales y tricuspídeos, sue-
Cuando cabalga sobre el primer ruido, pasan- len ser en chorro de vapor, más o menos rudos;
do sin interrupción de la sístole a la diástole, ha- el roulement o arrastre es rasposo, poco soplante,
blamos de un soplo continuo o circular, que es fácil como «rodamiento». Los soplos musicales (pian-
confundir con los dobles soplos (entre uno y otro tes) suelen observarse en las endocarditis vege-
media un silencio, a veces mínimo), especialmen- tantes y roturas musculotendinosas.
te cuando el sistólico es de tipo regurgitación Es muy importante valorar las variaciones
(asociación de insuficiencia mitral o comunica- acústicas experimentadas por los soplos en oca-
ción interventricular con una insuficiencia aórti- sión del ejercicio, de los cambios de posición y
ca), o bien cuando el soplo sistólico, aun siendo de las diversas fases del ciclo respiratorio en la
de eyección, está retrasado, como sucede en los respiración forzada, así como por la inhalación
casos de coartación con insuficiencia aórtica. de nitrito de amilo o de la toma de drogas vaso-
presoras.
El ejercicio, al aumentar la velocidad con que
Irradiación y propagación circula la sangre, refuerza la intensidad de todos
los soplos, haciendo patentes algunos que pasan
Los soplos se difunden en la dirección de la inadvertidos al auscultar al enfermo en reposo.
corriente sanguínea, aunque no con ella, pues Es frecuente, en sujetos sanos, la aparición de so-
la propagación de las vibraciones acústicas es de plos sistólicos, de grado HII, en los focos mitral y
mayor velocidad que dicha corriente y se hace pulmonar, que desaparecen al poco rato al reco-
preferentemente, a través de tejidos de mayor ca- brar el corazón, con el reposo, su ritmo normal.
pacidad vibratoria (huesos). Los soplos intensos El decúbito lateral izquierdo y la posición de
y los ruidos musicales alcanzan mayor distancia Azoulay (decúbito dorsal con los brazos y pier-
que los débiles, graves (como el rumor diastólico nas elevados pasivamente) favorecen la percep-
de la estenosis mitral) o con carácter aspirativo ción de los fenómenos acústicos fraguados en la
sólo audibles en una área limitada. válvula mitral; el decúbito lateral derecho, los de
la tricúspide; y la postura de Harvey (sentado
con el cuerpo echado hacia delante) o la erguida
Tono y timbre (con el cuerpo inclinado hacia delante y los bra-
zos levantados), los que se originan a nivel de los
Atendiendo al tono, los soplos se clasifican en focos aórtico y pulmonar.
graves (frecuencia vibratoria menor de 200 c/s) y La inspiración profunda (incremento del volu-
agudos (entre 200-400 c/s). Los primeros se reco- men sistólico del ventrículo derecho) aumenta la
gen mejor con la cápsula sin membrana del fo- intensidad de los soplos originados en la válvula
nendoscopio; los segundos, con la cápsula de dia- tricúspide, tanto el sistólico de la insuficiencia
fragma. como el diastólico de la estenosis tricuspídea
El mejor ejemplo de soplo grave es el presistólico de (maniobra de Rivero Carvallo), mientras dismi-
la estenosis mitral, que, por asemejarse más a un
delito.
se mueven los dedos, es costumbre denominarlo todo, sino también en sus diversas partes, se producen vibra-
autorización
las cavidades vecinas, pudiendo ser aspirativo brosis + calcificación), fenestradas, evertidas, tirantes (con un
Fotocopiar
“Los soplos musicales, inconfundibles al oído por su cuali- etc.), diastólicos (insuficiencia aórtica, estenosis o deformidad
dad sonora, son a veces muy intensos (incluso del grado VI) y del aparato valvular mitral) o continuos en la llamada «red de
MASSON,
se atribuyen a la existencia de una estructura orgánica que en- Chiari» (malla de fibras musculoelásticas que ocupan la cara la-
tra en vibración regular y periódica, a semejanza de un diapa- teroposterior de la aurícula derecha y que son restos anormales
són. Como quiera que esta estructura vibra, no sólo como un de la valva derecha del seno venoso).
O
—>
234 Semiología médica y técnica exploratoria
nuyen los sistólicos mitrales y aórticos, los cuales frémito palpatorio. Se auscultan en el precordio
se perciben mejor, lo mismo que los diastólicos cerca de la base del corazón. Se diferencian de los
basales (aórtico y pulmonar), durante la apnea tonos y soplos valvulares:
postespiratoria. Esta maniobra es muy útil para
diferenciar el soplo sistólico de la insuficiencia 1. Por su carácter acústico de roce. Que re-
tricuspídea del de la insuficiencia mitral. cuerda los resoplidos de una locomotora de va-
La maniobra de Valsalva debilita los fenóme- por a distancia, subiendo una pendiente.
nos acústicos procedentes del corazón derecho, 2. Por auscultarse independientemente de los
al contrario de lo que ocurre con la «prueba de la tonos cardíacos.
aspiración» de Muller. 3. Por no propagarse.
La compresión hepatoabdominal refuerza los 4. Por su carácter variable en una y otra ex-
fenómenos auscultatorios tricuspídeos al provo- ploración.
car un mayor lleno diastólico de las cavidades 5. Por aumentar de intensidad. Al inclinar el
derechas, con la ventaja de no modificar las con- cuerpo hacia delante, en la espiración forzada o
diciones pulmonares y no requerir una participa- al ejercer presión con la cápsula del estetoscopio.
ción activa por parte del paciente. Lo distingue del roce pleural, que desaparece en
Las aminas presoras (fenilefrina, mefentermi- la apnea respiratoria.
na, etc.) aumentan la presión aórtica sin variar
apenas la de la arteria pulmonar, y se observa,
asimismo, un incremento del gradiente diastólico M SEMIOLOGÍA DEL PULSO
aorta-ventrículo izquierdo, lo cual motiva la ARTERIAL
acentuación o evidencia del soplo de la insufi-
ciencia aórtica mientras permanece inalterado el El estudio del pulso arterial comienza con los
de la insuficiencia pulmonar (dato valioso para albores de la Clínica (recordaremos que ya unos
el diagnóstico diferencial de estos soplos diastóli- 2.500 años a. de C. se compuso en China un de-
cos basales). tallado tratado del pulso, en el que se hace refe-
La mayor diferencia tensional entre las arte- rencia a unas doscientas formas distintas de
rias aorta y pulmonar acentúa el soplo provocado éste, y que el médico egipcio Imhotep [3.000
por un conducto arterioso, el cual se convierte en años a. de C.] afirmaba que el «pulso» era un ín-
continuo (si sólo era sistólico), mientras que el de dice del corazón y de las condiciones del enfer-
la comunicación interauricular no se modifica mo), pero sólo adquiere su plenitud con Solano
(dato diferencial útil). de Luque (nacido en Montilla [Córdoba] en
Se pueden reconocer y diferenciar por la sim- 1684 y fallecido en Antequera en 1738), quien
ple auscultación unos 20 soplos distintos. Mien- en su obra, de resonancia europea, Observaciones
tras algunos definen una determinada valvulo- sobre el pulso, relaciona los fenómenos de éste
patía, por ejemplo, el arrastre (o retumbo) con el diagnóstico, evolución y pronóstico de
presistólico frente a la estenosis mitral, la mayo- las enfermedades.
ría son inespecíficos, corriendo su diferenciación
a cargo de otros datos aportados por el resto La toma del pulso es ust acto que se ha de rest-
del cuadro clínico. Aumenta la responsabilidad del lizar de manera instintiva al visitar a un enfermo
clínico si consideramos que a nivel de un foco por vez primera, sobre todo si guarda cama,
auscultatorio cabe percibir soplos irradiados de como mirar la lengua, poner el termómetro y pre-
otros orificios valvulares y la posibilidad de so- guntar por las características de la orina,
plos en corazones sanos.
Sobre las características acústicas y diagnósti- La palpación del pulso puede practicarse so-
co diferencial de los distintos soplos insistiremos bre cualquier arteria que sea superficial y descan-
detalladamente en la semiología clínica aplicada. se sobre un plano relativamente duro, pero la
más adecuada para esta maniobra es la radial a
nivel de la muñeca y entre los tendones del supi-
Roces pericárdicos nador largo, por fuera, y palmar mayor, por den-
tro (canal del pulso) y la carótida más cerca de la
Descritos por Collin, discípulo de Laennec, re- presión aórtica central que el pulso de una extre-
sultan del frote de las hojas pericárdicas inflama- midad. La relativa frecuencia de alteraciones de
das y despulidas. Pueden ir acompañados de un las paredes vasculares o de anomalías de posi-
Cardiología. Angiología 235
ción aconseja que se tome simultáneamente el 4. Velocidad con que asciende el pulso, o sea,
pulso en ambas arterias radiales, con objeto de el tiempo que tarda en ser elevado por cada pul-
elegir, en los exámenes sucesivos, aquella en que sación el dedo que palpa.
mejor se aprecian los latidos para estudiar los ac- 9. Dicrotismo.
cidentes del pulso. 6. Tensión o dureza (tensión arterial).
El brazo se dispone moderadamente extendi-
do, con el antebrazo en semipronación y la mu-
ñeca algo flexionada. El médico pinza esta última Número de pulsaciones por minuto
entre el pulgar sobre la cara dorsal y los pulpejos
de los dedos índice y medio sobre la arteria, ejer- Se estiman con el indicador de segundos de
ciendo una presión moderada. El dedo que más un reloj o con instrumentación automática. Se
orienta es el próximo al puño, por lo cual es util, cuentan las de un cuarto o medio minuto, y se
como aconsejó Fouquet en 1765, explorar el pul- multiplica por 4 o por 2 la cifra obtenida; tarm-
so radial izquierdo con la mano derecha, y el bién se pueden contar las pulsaciones durante
pulso radial derecho, con la mano izquierda. 30 s, sirviendo los 15 s últimos de comprobantes
Cuando el pulso arterial no es determinable de los primeros. Si el pulso es muy rápido, con-
con facilidad, puede ser confundido con las pul- viene limitarse a contarlo varias veces seguidas,
saciones propias, que percibe el explorador en la por espacio de 5 s, porque, siendo monosílabas
extremidad de sus dedos; esta eventualidad se da casi todas las palabras que representan cifras
cuando el práctico es también un hipertenso o un poco elevadas, pueden pronunciarse, como los
pletórico. En caso de duda, es recomendable que latidos del pulso, más rápidamente, y no sucede
el propio explorador se palpe su pulso radial con lo propio con los números más altos. El pulso
la mano izquierda y vea si coincide o no la fre- es prácticamente incontable a una [recuencia de
cuencia de ambos pulsos; es excepcional que am- 180 s/min (sístoles minuto).
bos, médico y enfermo, tengan en aquel momen- En condiciones normales, y tratándose de suje-
to idéntico ritmo. tos sanos y en reposo, el número de pulsaciones
Las pulsaciones correspondientes a cada sísto- por minuto guarda relación con la edad y estado
le se perciben con cierto retraso según lo que dis- neurovegetativo del sujeto; con arreglo a la prime-
ten del corazón. La velocidad de propagación de ra, así, hasta los 2 años, 120-140 s/min, subiendo a
la onda del pulso en las arterias es de 5-6 m/s. 170-200 durante las crisis de llanto, para bajar a 80-
Por este motivo, la pulsación radial no coincide 90 durante el sueño; de 2-6 años, 110; 6-10 años,
con el primer tono, que indica el comienzo de la 100; a partir de los 10 años, 90 s/min, y alcanza la
sístole ventricular, sino con el pequeño silencio. cifra propia de los adultos en la adolescencia.
Es aconsejable simultanear la toma del pulso con En los adultos, se encuentran como cifras me-
la auscultación del corazón, por la posibilidad de dias las de 66 s/min en los hombres y de 74 en
contracciones ventriculares frustradas (no llegan las mujeres, con límites entre 60 y 100 s/min, se-
a abrir las válvulas sigmoideas aórticas a conse- gún sean sujetos vagotónicos o simpaticotónicos;
cuencia de la pequeña repleción diastólica), que señalaremos que los atletas con intensa vagoto-
sólo se aprecian por el choque de la punta, pero nía, por sobreentrenamiento, presentan frecuen-
sin traducción periférica (pulso deficitario, bradisfig- cias muy bajas, apenas influidas por el ejercicio.
Fotocopiar sin autorización es un delito.
su frecuencia.
2. Ritmo. mero de pulsaciones, modo de comienzo y térmi-
3. Volumen. no, duración) se clasifican en dos grandes grupos:
236 Semiología médica y técnica exploratoria
1. Taquicardiía sinusal. El estímulo parte del tiva es análoga a la común en la fiebre tifoidea),
nódulo sinusal. Se caracteriza: etc. En la fiebre amarilla, el pulso, rápido al co-
mienzo, desciende pronto a 50 y aún más, a pesar
a) Por su frecuencia relativamente moderada, de persistir la temperatura (signo de Fayet).
pues no suele rebasar las 150 s/min, aunque se El ritmo es proporcionalmente más alto en la
citan hasta 160-180 en ejercicios intensos en jó- escarlatina, fiebre reumática, difteria, endocardi-
venes simpaticotónicos. tis bacteriana subaguda, tuberculosis, sepsis, pe-
b) Por comenzar y terminar paulatinamente. ritonitis, neumonía grave (preshock), etc.
€) Por ser, en cierto modo, proporcional a la causa b) Intoxicaciones. La nicotina, café, té, alcohol,
que la origina (más esfuerzo realizado o más fiebre, adrenalina, atropina, nitrito de amilo, talio, etcéte-
trae como consecuencia mayor rapidez del pulso). ra, producen aumento de la frecuencia cardíaca,
d) Por disminuir con las maniobras o fármacos por diferentes mecanismos; paralizando el vago
que excitan el nervio vago, como la compresión de en sus terminaciones (atropina); inhibiendo las ex-
los globos oculares, del seno carotídeo, etc., y au- citaciones del vago (nicotina); obrando por las vías
mentar con las que estimulan el simpático, como reflejas sobre el vago (alcohol como excitante de la
la atropina. mucosa bucal y faringea); excitando directamente
el tejido neuromuscular del corazón (cafeína, talio)
Puede observarse en múltiples circunstancias, o excitando los aceleradores (adrenalina), o provo-
que clasificaremos en normales o fisiológicas y cando una mejor irrigación sanguínea del nódulo
patológicas. auricular mediante la dilatación de las arterias co-
La taquicardia sinusal fisiológica se señala: ronarias (nitrito de amilo).
c) Enfermedades cardiovasculares. La taquicar-
a) Enlos neurodistónicos con simpaticotonía y dia se señala en muchas de ellas y es muy llama-
en las emociones y estados de agitación psíquica. tiva en la astenia circulatoria.
b) En los esfuerzos, especialmente si recaen En las cardiopatías descompensadas, obedece
en sujetos poco entrenados o en lábiles vegetati- a un mecanismo complejo; hipoexcitabilidad va-
vos con predominio simpaticotónico. gal por aumento de la acidez de la sangre; a un
c) En el ortostatismo, siendo el aumento máxi- reflejo acelerante a partir de las venas cavas y de
mo de 25 pulsaciones. la aurícula derecha dilatadas por la gran cantidad
d) En el período digestivo, sobre todo si se in- de sangre que acude del sistema muscular; a un
gieren alimentos alérgicos. déficit en la irrigación del nódulo de Keith-Flack.
e) En la estimulación erótica. Boas y Goldsch- El aumento de la frecuencia del pulso es signo
midt han observado que el esfuerzo muscular y precoz de las miocarditis e indica su presencia en
las alteraciones Hhemodinámicas propias del el curso de un proceso infeccioso (tifoidea, reu-
esfuerzo del coito y orgasmo motivan ascensos matismo poliarticular agudo, etc.).
hasta de 120-146 pulsaciones en sujetos de ritmo En la insuficiencia aórtica, existe una taquicar-
basal normal. Esto, unido al aumento tensional, dia resistente al reposo y a la digital, sobre la que
explica la relativa frecuencia de accidentes en su- llamó la atención Corrigan, cuya utilidad reside
jetos con cardiopatías o esclerosis vascular. en que acorta la diástole, evitando un excesivo
PD Enlos estímulos dolorosos. reflujo de sangre.
g) Calentamiento del cuerpo. En la tromboflebitis, el pulso rápido y ascen-
dente (pulso rampante o signo de Mahler) se señala
La taquicardia sinusal patológica se observa en: par su precocidad y constancia.
d) Endocrinopatías. La taquicardia es, tal vez,
a) Procesos febriles de naturaleza infecciosa. Ge- el signo clínico más precoz y constante de hiper-
neralmente, por cada grado que sube la tem- tiroidismo, como precisó Charcot. El ritmo varía
peratura, el ritmo del pulso aumenta 10 s/min poco durante el día, incluso en la posición de pie,
(36,8 *C = 60 s/min; 37,8 *C =70 s/min). y aumenta su frecuencia durante el sueño, dato
El ritmo del pulso es más bajo que lo indicado clínico de gran valor diagnóstico. La compresión
anteriormente, en relación con la fiebre en la ti- del seno carotídeo y las drogas modificadoras del
foidea, melitococia, mononucleosis infecciosa, sistema nervioso surten poco efecto.
parotiditis epidémica, gripe (este dato tiene valor, En la enfermedad de Addison, la hipotensión
para diferenciarla del catarro traqueobronquial fe- se acompaña de una mayor frecuencia del pulso,
bril trivial); paludismo agudo (la bradicardia rela- más manifiesta al ponerse el sujeto en pie.
Cardiología. Angiología 237
xística sincopab). Si la crisis se prolonga, se agotan dio de 50 s/min (datos recopilados por Howard).
O MASSON,
las posibilidades funcionales del miocardio y apa- Hace más de 60 años, los corredores de maratón
rece un cuadro de insuficiencia cardíaca congesti- eran excluidos de la marina de EE.UU. debido a
va (forma asistólica de la taquicardia paroxística). la bradicardia sinusal extrema asintomática. En
238 Semiología médica y técnica exploratoria
los últimos años, la intensidad de los entrena- te en apendicitis agudas gangrenosas (signo de
mientos se ha incrementado y, en algunos depor- Kahn).
tistas, la bradicardia sinusal extrema puede ser — En el hipotiroidismo, síndrome famélico y
un signo de sobreentrenamiento o fatiga crónica. avitaminosis B,.
La estimulación del seno carotídeo muy sensible — Al cerrar con una intervención quirúrgica
puede motivar una cardioinhibición, incluso con una fístula arteriovenosa extensa (signo de Nico-
lipotimia. Ya es conocida la bradicardia fugaz ladini-Branham).
motivada por la compresión de ambos globos
oculares (reflejo de Aschner-Dagnini). 2. Bradicardia por bloqueo auriculoventricular
b) La bradicardia sinusal fisiológica permanente completo. El número de pulsaciones por minuto es
se señala en individuos vagotónicos y cursa, fre- muy bajo, y casi siempre inferior a 40 (ritmo
cuentemente, con hipotonía arterial. Estos indivi- idioventricular)'”. Esta bradicardia no se modifica
duos suelen ofrecer gran resistencia a la fatiga con el ejercicio, emociones, drogas taquicardi-
física, y es curiosa la observación de que los atle- zantes como la atropina, etc., y puede ser bien
tas, casi sin excepción, tienen el ritmo lento. En tolerada o dar un conjunto de síntomas o signos
ellos, todas las causas taquicardizantes (fiebre, por isquemia cerebral (vértigos, acufenos, crisis
ejercicio, emociones, etc.), si bien aumentan el epileptiformes, etc.) e incluso la muerte si la pau-
número de pulsaciones, lo hacen de manera mo- sa diastólica se prolonga excesivamente. El pulso
derada. Cabe preguntarse si son bradicárdicos radial es voluminoso y amplio (pulsus magnus).
porque se dedican al deporte, o bien si son atle-
tas porque su bradicardia aumenta considerable-
mente su resistencia a la fatiga. Ritmo
c) Bradicardia sinusal patológica:
Las pulsaciones normales se suceden con in-
— Intoxicaciones. Bromuros, cianuros sódico tensidad e intervalos normales. Los trastornos del
y potásico, nitroglicol, veratrina, óxido de carbo- ritmo regular se llaman arritmias.
no, colina, policarpina, ácido salicílico, ergotami-
na, plomo, digital, ruda, muscarina, sales biliares,
quinina, eserina, delfinina (principio activo del Arritmia respiratoria
Delphinium staphisagria), rauwolfia serpentina, pi-
cadura de araña de mar (Trachinus draco). La frecuencia cardíaca aumenta durante la ins-
— Infecciones. Fiebre tifoidea, melitococia, piración, para retrasarse durante la espiración. Es
mononucleosis infecciosa, parotiditis epidémica, frecuente en los adolescentes (60-65 %), sobre
psitacosis, fiebre Q, algunas rickettsiosis (fiebre todo durante el sueño, y puede acompañarse de
botonosa), paludismo agudo (bradicardia relativa bradicardia y del reflejo oculocardíaco exagera-
tifoidosímil, en el 57 % de los casos), etc. do, signos ambos de estirpe vagal. Carece de sig-
— Hipertensión endocraneal. Tumores, he- nificación. Es una arritmia ritmada (alorritmia) por
morragia ventricular o meníngea, meningitis (aun la periodicidad alternante de las inspiraciones y
febril), edema cerebral, traumatismos, etc. espiraciones.
— Procesos cardiovasculares. Hipertensión
arterial (ley de Marey), estenosis aórtica incluso
'El rirmo idioventricular puede ser activo (fibrilaciones au-
con fallo cardíaco, infarto cardíaco (sobre todo
riculares, taquicardias paroxísticas supraventriculares) o pasivo
posterior) y corazones seniles aun en plena clau- por depresión o inhibición sinusal y nodal o bloqueo auriculo-
dicación. ventricular completo con imposibilidad para el estímulo sinu-
— Ictericias. Es signo frecuente en las hepatoce- sal, auricular o nodal de alcanzar el ventrículo. Como causas de
este bloqueo se citan:
lulares y obstructivas, pero falta siempre en las he-
molíticas. Se explica por la acción vagotónica de las 1. La agenesia del fascículo de His, a veces con carácter
familiar, en este caso, la bradicardia suele ser moderada y no se
sales biliares y por estimulación refleja del vago por
acompaña de crisis nerviosa.
las vías biliares distendidas, como ocurre en el caso 2. Su lesión anatómica irreparable por arteriosclerosis, in-
de enclavamiento de un cálculo. Si hay infección farto del tabique, comunicación interauricular, etc. Si la in-
concomitante, la bradicardia es menos patente. terrupción es debida a infiltración colateral en relación con
granulomas reumáticos o inflamatorios, el ritmo puede norma-
— Procesos coliculares abdominales. Sobre
lizarse al cesar la causa.
todo hepáticos y renales calculosos (estimulación 3. Espasmos de su arteria nutricia (o de Haas), de origen
refleja vagal) e intestinales. También está presen- neurógeno.
Cardiologia. Angiología 239
leve obnubilación, inestabilidad, etc., y si es muy diente del principal. La irregularidad adquiere un
prolongada, por una lipotimia o síncope. La aus- tipo periódico. En estos casos, todo se verifica
cultación cardíaca varía según que la extrasístole como si la extrasístole estuviera asociada a una
pueda o no vencer la resistencia de las sigmoideas sístole normal, y se habla de «extrasístoles en pa-
aórticas. En el primer caso, se percibe un ritmo reja constante», puesto que entre cada extrasísto-
a cuatro tiempos, con los dos ruidos de la extra- le y la sístole que la precede hay exactamente el
sístole muy próximos a la contracción que le pre- mismo intervalo. Las alorritmias más frecuentes
cede, y en el segundo, un ruido vibrante sumado son los pulsos bigeminados, trigeminados y cuadrige-
a los dos básicos e inmediato al segundo (ritmo a minados, según si la extrasístole aparece regular-
tres tiempos). mente después de una, dos o tres contracciones
S.A.
la resistencia de las sigmoideas aórticas; en el pri- aparecer con relativa frecuencia en la intoxica-
mer caso, se percibe como un latido anticipado ción digitálica, así como en las intoxicaciones por
óxido de carbono o sales de baria, también se ha Volumen
observado en sujetos sanos vagotónicos al adop
tar la posición en decúbito, desapareciendo en la Es la medida de la oscilación de su presión en
erguida (bigeminismo clinostático). el tubo arterial (entre su aunento en la plenitud
Cuando una pulsación normal va seguida de sistólica y su descenso en la evacuación diastól-
dos o tres extrasístoles, hablamos de pulso hige- ca). Guarda relación directa com la araplitucl de lu
melar o trigemelar, indicio casi seguro de trastor- sistole y volumen de la 1uasa e inversa con el Luna
no miocárdico severo. arterial (aumenta con la relajación de la pared). Es
voluminoso y amplio (pulsus magnus o solemne) cn
la plétora, y pequeño (parvus) en los escalofríos fe-
Arritmia completa por fibrilación auricular bnles, estenosis aórtica y mitral, hipertension arte-
(pulso irregular perpetuo; delirium cordis; rial, y en el colapso (pulso filiforme). Ex la crisis lu
arritmia completa) pertensiva saturmina, su rigidez y casi inmovilidad
son muy llamativas (pulso en alambre).
Se percibe una arritmia Lotal con aparición Existen dos anomalías de la amplitud del pulso
irregular e intensidad de los latidos, la cual puede de gran interés clínico,
tener la misma frecuencia que el latido cardíaco
(pulso equivalente) o ser inferior a éste (pulso de-
ficitario), al no llegar ninguna sístole a la periferia Pulso alrername (Iraube)
debido a su reducido volumen sistólico, Por su
frecuencia, puede ser rápida (taquiarriimia) o lenta Consiste en la sucesión regular de uma onda
(bradiarritmia), y por su duración, paroxística o per fuerte y una onda débil, la cual está más próxima
manente, a la pulsación que la sigue que a la que la prere-
de, dato diferencial con el bigenunisi. extrasis-
tólico, en que la pulsación débil (extrasistole) se
Arritmia por bloqueo auriculoventricular halla más cerca de la que la precede que de la
incompleto que la sigue (extrasístoles con pausa descompen-
sadora) o equidistante entre armbas (extrasistoles
Se perciben interrupciones regulares o irregu- interpoladas).
lares (según sea periódico o aperiódico) del ritmo Como sea que al palpar la radial, el pulso al-
cardíaco, las cuales coinciden en la palpación del ternante sólo se evidencia en un número reduci-
pulso y en la auscultación del corazón. do de casos, se aconseja sobremanera buscarlo
En el bloqueo 2/1, la palpación del curso da la mientras se mide la presión arterial, al insuflar el
impresión de una bradicardia, y por auscultación brazal por encima de la ináxima se descomprime
se percibe un ritmo de tres tiempos tormado por con lentitud; al llegar a la presión máxima o sis-
la sístole auricular bloqueada y los ruidos de la tólica, sólo pasan las pulsaciones fuertes, que-
contracción siguiente. dando bloqueadas las débiles, motivo por el cual
En el bloqueo 3/2, se tiene la impresión de la palpación de la radial o, mejor, la auscultación
palpar un ritmo bigeminado extrasistólico y se de la humeral señalan una frecuencia del pulso
ausculta un ritmo a cuatro tiempos, o mejor di- que es exactamente la mitad de los latidos cardía-
cho, a cinco tiempos, por la sumación de la con- cos apreciados por auscultación; bajando rnás la
tracción auricular bloqueada a los cuatro ruidos presión del brazal $e perciben todas las pulsacio
de las dos contracciones normales que le siguen, nes, pero Írancamonte allernantes, una fuerte y
o de prebloqueo y posbluqueo. otra débil, etc., hasta alcanzar la presión minima,
En los bloqueos irregulares, parece palparse donde se igualan. bi el manguito está unida a un
una bradiarrirmia completa, mientras que, aus- oscilómero, se aprecia la desigualdad alternante
cultatoriamente, puede percibirse la llamada «sís de las pulsaciones artenales. A falta de un esfig-
tole en eco» debida a la contracción auricular, he- momanómetro de manguito, se puede apretar el
cho que también puede presentarse cuando el brazo con una maño y tomar el pulso radial con
ritmo es muy lento y los tonos cardíacos son dé- la otra. 5ila presión es suhiciente, se blaruean las
biles, aunque el bloqueo sea completo. 5i hay pulsaciones débiles Y la brec ELA del del LO LL la
Normalmente, esta diferencia no es mayor que guen por intervalos iguales, como los dos golpes
10-15 mm Hg; en presencia de taponamiento pe- del martillo que rebota en el yunque, según la
ricárdico suele ser mayor de 20 mm Hg. comparación clásica de Avicena. El dedo que
El pulso paradójico se observa en las pericar- toma el pulso percibe la segunda pulsación como
ditis exudativa o constrictiva graves o con tapo- un prolongamiento de la primera. Es más patente
namiento, mediastinitis hiperplásica callosa y en si se palpa la arteria con mucha suavidad. El olvi-
tumores de mediastino; puede acompañarse de do de este consejo es causa de que el principiante
la ingurgitación inspiratoria de las venas del cue- encuentre dificultad en percibir este fenómeno.
llo (éstas, normalmente, se aplanan en el movi- El pulso dicroto se observa, casi siempre, cuando
miento de inspiración), constituyendo el «doble la tensión diastólica es baja y el ritmo relativa-
S.A.
manera que su borde inferior se halle unos centí- un momento en que, aparentemente, los valores
metros por encima del pliegue del codo (el brazal se estabilizan.
aplicado flojo falsea la lectura). En toda primera visita, se aconseja tomar la
4, La columna de mercurio del tonómetro presión en ambos brazos y luego en las extremi-
debe estar vertical, con el menisco a nivel de los dades inferiores, no sólo por las posibles discor-
ojos del observador. dancias tensionales, sino por cuanto cabe que
5. Es necesario que el brazal, de material exista únicamente hipertensión en los brazos o
inextensible que contiene la cámara insuflable de en las piernas.
goma, desborde claramente esta última por enci- La presión máxima de la pedia, colocando el
ma y por debajo, con el fin de evitar la formación brazal sobre el tobillo, es 20-40 run superior a la
de hernias y desplazamientos. de la arteria humeral, sin que exista diferencia
6. La presión sanguínea es muy sensible a entre ambas en lo que a la presión mínima o
las reacciones emocionales, sobre todo en sujetos diastólica se refiere”.
hiperemotivos. Se pueden registrar diferencias
hasta de 30 mm Hg entre la mensuración ten- La toma de la presión en las extremidades
sional practicada por el médico habitual del en- inferiores debería formar parte de la práctica
fermo y la efectuada por otro desconocido para médica en los enfermos cardiovasculares, junto
él con el examen de la tensión braquial, ausculta-
Este factor emotivo se descarta, en parte, pro- ción cardíaca y estudio del fondo del ojo.
cediendo como sigue:
También es útil instruir a enfermos hiperten-
a) No se medirá la tensión hasta muy avan- sos en la automedición de su presión arterial,
zada la exploración clínica, cuando se haya sintoni- para su mejor control. El enfermo deber medirla
zado psíquicamente con el enfermo. Se le hará tres veces al día, de preferencia por la mañana al
comprender que si se le investiga la tensión arle- levantarse, en el curso de la tarde y al acostarse.
rial, no es porque se sospeche una hipertensión, Siempre debe tomarse de pie y acostado, y los
sino porque se hace en todos los enfermos, sea resultados deberán anotarse fielmente, para así
cual fuere su dolencia. valorar la respuesta del paciente a su tratamiento
b) Se distraerá la atención del enfermo mien- antihipertensivo.
tras actuamos, mediante conversación amena y La influencia del ortostatismo sobre la tensión ante-
optimista. ríal, en un individuo normal, se manifiesta por:
c) El médico no debe poner cara pensativa ni
manifestar con expresiones de sorpresa las cifras 1. Aceleración del pulso no superior a
que vaya registrando. Si éstas son muy altas, es 25 s/min.
mejor falseárselas de entrada, y luego decir la 2. Aumento o disminución leve de la pre-
verdad a los pacientes. De no proceder así, des- sión sistólica.
pertaríamos en el paciente la obsesión de la cifra 3. Aumento de la presión diastólica, +
tensional o «hipertensofobia». 5 mm Ilg (fig. 3-16).
Para que la determinación sea correcta, se rea-
lizará con cierta rapidez, a fin de evitar una exce- Son métodos fundamentales para la valoración de
Fotocopiar sin autorización es un delito.
siva estasis venosa o arteriolocapilar en todo el la tensión arterial el táctil o palpatorio, el ausculta-
segmento del miembro situado debajo del brazal, torio y el oscilométrico. Es útil combinarlos mi-
capaz de modificar el régimen presor o hacer di- diendo la presión máxima del brazo (radial) y
fícil la lectura. pierna (pedia, retromaleolar interna) por palpa-
en que prodigando las investigaciones manomé- arrolla a la pierna de manera que su extremo distal quede in-
mediatamente encima de los maléolos. La campana del fonen-
tricas tiene lugar un descenso paulatino de la pre-
O MASSON,
: - 28%
Volumen sist. Volumen sist. Volumen sist.
A B Cc
ción, y la mínima por auscultación (humeral), o ma; descomprimiendo más, se escuchan nuevos
por ésta u oscilometría en la pierna: tonos y después la mínima verdadera. En otras
palabras, hay una zona por encima de las gran-
1. Método táctil o palpatorio (Riva-Rocci y Eh- des oscilaciones en que la arteria pulsa pero no
ret). Se insufla el brazal aplicado por encima del da fenómenos sonoros,
codo (brazo) o maléolo (pierna), hasta que el pul- En la práctica, esta causa de error puede ser
so radial o pedio desaparecen (presión supramá- eliminada si la medida auscultatoria de la presión
xima). Luego se deja salir aire poco a poco hasta arterial es ayudada por la palpación simultánea
que aquéllos reaparecen, momento que señala la del pulso arterial, el cual persiste durante el inter-
presión sistólica o máxima (Mx). Entonces, me- valo en que desaparecen los tonos auscultatorios.
diante palpación de la humeral (debajo del borde En la respiración profunda, se produce una
interno del bíceps o de su tendón, o también en evidente reducción de las vibraciones acústicas
su contacto íntimo) o la retromaleolar interna, se debidas a los tonos arteriales; si el sujeto conti-
continúa la descompresión del brazal, percibién- núa intencionalmente una respiración profunda,
dose de esta forma un latido cada vez más inten- se produce un vacío auscultatorio, cuya causa cs
so y vibrante hasta un máximo, a partir del cual la reducción del flujo sanguíneo en el brazo.
desciende más o menos bruscamente la intensi- 3. Método oscilométrico. Requiere un aparato
dad del latido, resalte palpatorio que corresponde provisto de oscilógrafo (tipo Pachon, von Rec-
a la presión mínima o diastólica (Mn). klinghausen, lacoél, etc.). Con el método oscilo-
2. Método auscultatorio (Korotkov). Proce- métrico se puede medir la Mx, la Mn y la PE,
diendo como en el método palpatorio, se susti- insuflando hasta que no oscila la aguja o hasta
tuye la palpación por la auscultación con un fo- que nou se perciba el latido arterial o pedio, se
nendoscopio aplicado sobre la humeral o la descomprime progresivamente, observando bien
retromaleolar. Insuflado el brazal hasta que ho se cada 5-10 mm Hg si se mueve la aguja oscilomé-
perciban los latidos (presión supramáxima), se trica, y procurando no descomprimir y conectar
descomprime progresivamente hasta oír la pri- el oscilómetro simultáneamente.
mera pulsación (Mx); continuando la descompre- Se da como oscilación suficiente para la Mx,
sión, las pulsaciones aumentan de intensidad, se la que alcanza la amplitud de una división grande
hacen más secas y a veces soplantes, hasta que de la escala oscilométrica o, en el caso de apa-
bruscamente disminuyen (Mn). recer varias de la misma amplitud (supramáxi-
El registro de la presión con este método per- mas), cuando aumenta, Continuando la descom-
mite comprobar, sobre todo en hipertensos, un presión, las oscilaciones van siendo cada vez
fenómeno conocido como trou auscultatoire o «la- mayores hasta una máxima o una meseta de os-
guna auscultatoria». Consiste en que comprimida cilaciones máximas; aquélla o el punto medio de
la arteria humeral hasta la oclusión, se la des- éstas corresponde a la PE. Descomprimiendo to-
comprime gradualmente, hasta que se escuchan davía más, va reduciéndose paralelamente la am-
tonos que indican la máxima, luego tonos más plitud de las oscilaciones hasta llegar a una fase
fuertes y, a continuación, un silencio que da la en la que no se modifican; la primera de ellas re-
impresión de haberse rebasado la presión míni- presenta la Mn.
Cardiología. Angiología 245
un tercio de la máxima (40-60 mm Hg), y la pre- baja (incluso cero) con la diferencial muy amplia.
sión media o eficaz equivale a la mitad de la g) Anteriosclerosís. Por rigidez de los grandes
presión máxima más 2-3, siendo en 20-30 rn vasos y arleriolas, los cuales han perdido el papel
Hg superior a la mínima o diastólica. de reservorio de volumen y presión que normal-
La presión sistólica a nivel de la pedia supera mente poseen, para hacer progresar la sangre du-
a la humeral en 20-40 mm Hg, siendo la diastóli- rante la diástole.
ca o mínima igual en ambos vasos (fig. 3-17). h) Después de grandes esfuerzos. En las perso-
2. Ilipertensión sistólica aislada. Por aumento nas sanas, hay un aumento de la presión arterial
del volumen sistólico de expulsión ventricular o sistólica (como mínimo del 10 % en relación con
por disminución de la elasticidad de los grandes los valores basales), con disminución de la mini-
S.A.
a) Individuos con notable reactividad del siste- ta las presiones sistólica y diastólica con frecuen-
ma vascular en los momentos de tensión psíquica te predominio de la primera. Puede durar minu-
o sobreesfuerzos. tos, muchas horas e incluso varios días. Al remi-
b) En los hipertensos (primarios o secunda- tir el cuadro, la tensión arterial adquiere su valor
rios) o en los cardiópatas normotensos durante inicial. La sintomatología clínica es muy variada;
las fases de insuficiencia cardíaca congestivovenosa. desde trastornos muy leves (cefaleas pulsátiles,
Por aumento de las resistencias periféricas; dado nucalgia, estado vertiginoso, zumbidos de oído,
que coincide, en el primer caso, con una caída anomalías de la visión, palpitaciones, trastornos
importante de la presión sistólica, hablamos de estenocárdicos, etc.) hasta la insuficiencia aguda
hipertensión decapitada. La caída de la tensión cardíaca, convulsiones, infartos cardíaco O cete-
máxima con aumento mayor o menor de la míni- bral e incluso del exitus letalis.
ma y consiguiente reducción de la presión dife- La génesis de las crisis tensionales hipertensivas
rencial es el dato más conspicuo (el SOS o signo puede ser:
de alarma) de un corazón que claudica. Con el
tratamiento, los valores de las presiones máxima a) Hormonal. Feocromocitoma y feocromo-
y mínima se separan y aumenta la presión dife- blastoma, hiperplasia de la medula suprarrenal,
rencial. toxicosis gravídica, climaterio, tirotoxicosis, etc.
bh) Neurógena. Insuficiencia cerebral vascular
Cualquier ascenso de la tensión arterial dias- vertebrobasilar, encefalitis, tumores del tercer
tólica que supere los 90 mm Hg, aun cuando pa- ventrículo, por lisis transversa de la medula espi-
sajero, ocurrido durante las edades joven y me- nal por encima de T5, siringomielia, tabes (crisis
diana de la vida, debe ser interpretado como un vasomotoras de Pal), polirradiculoneuritis (esti-
«toque de alarma», pues a partir de este instante mulación simpática por un exceso de noradrena
puede contarse con un aumento posterior de la lina), intensos estímulos dolorosos, sobrecargas
tensión arterial. emocionales intensas y repentinas (hipertensión
4. Hipertensión sistodiastólica. Cuando el mio- de situación).
cardio es eficiente, la elevación de la presión La compresión bilateral del globo ocular en
diastólica por incremento de las resistencias peri- sujetos con prevalente orientación simpaticomi-
féricas acarrea una subida paralela y concomitan- mética puede ser causa de hipertensión y taqui-
te de la presión sistólica para la adecuada perfu- cardia.
sión de los órganos. c) Cardiovascular. Corazón hipercinético, an-
Según su relación mutua, se distinguen tres gitis, esfuerzos (el esfuerzo muscular y las altera-
formas: ciones hemodinámicas propias del coito y del or-
La hipertensión sistodiastólica puede ser per- edema papilar y hemorragias retinianas con disminución acen-
tuada de la agudeza visual. La muerte sobreviene pronto por
manente o paroxístical*. Esta última aparece en for- uremia. El signo anatomopatológico que define esta fase es la
ma de accesos normotensos o hipotensos y afec- necrosis arteriolar fibrinoide.
Cardiología. Angiología 247
gasmo pueden motivar accesos tensionales brus- 5. Hipertensión braquial aislada. Es propia de
cos de 100-160 mm Hg y aun más; ello, junto la coartación ístmica de la aorta. Esta anomalía
con el aumento de la frecuencia del pulso, expli- tensional se acompaña de un evidente retardo
ca el riesgo, en abuso que no en buen uso, de tal del pulso femoral o pedio respecto al radial. En la
acto en ancianos con taras cardiovasculares), blo- obliteración crónica de la bifurcación aórtica (sín-
queo cardíaco intermitente, supresión brusca de drome de Leriche) la tensión normal o ligeramente
fármacos antihipertensivos. elevada del brazo contrasta con la falta de pul-
En casi el 5-10 % de los pacientes con un in- sabilidad e hipotensión de las arterias de las
farto de miocardio aparece, después de su pade- piernas.
cimiento, una elevación de la tensión arterial, 6. Hipertensión crural aislada. Se señala en la
que puede alcanzar, en un breve lapso, valores insuficiencia aórtica (signo de Hill-Flack), con di-
considerables (exceso de catecolaminas), etc. ferencias de 40 hasta 150 mm Hg (si aparece fallo
d) Nefrógena. Ptosis renal, glomerulonefritis cardíaco esta diferencia disminuye); en los hiper-
difusa y necrosis tubular aguda. tensos esclerosos, pero no en los hipertensos pu-
e) Metabólica y tóxica. Porfiria aguda, síndro- ros; en la aortitis abdominal; en el síndrome de
me carcinoide (serotonina), intoxicaciones por el "Lakayasu, con obliteración de los troncos supra-
plomo (acción vascular y central), talio (aumento aórticos; en casos de gestación avanzada, y en al-
del tono simpático), óxido de carbono (áreas va- gunos sujetos hipertiroideos.
somotoras), enfermedad del queso (en los sujetos 7. Anisosfigmia braquial. Es normal una leve
tratados con inhibidores de la monoaminooxida- diferencia a favor del brazo derecho (no supe-
sa [IMAO]); el factor que desencadena las crisis rior a 20-30 mm Hg) por el desigual desarrollo
hipertensivas es la tiramina existente en el queso, de las partes blandas. Es acentuada (pulsus diffe-
sustancia que normalmente es metabolizada por rens) en casos de anomalías congénitas o adqui-
la monoaminooxidasa presente en el intestino y ridas (placas ateromatosas, trombosis) de las
el hígado; por bloqueo de esta enzima, la tirami- arterias subclavia o humeral; aneurismas del ca-
na es absorbida en cantidades mayores y libe- yado aórtico o tronco braquiocefálico; coarta-
ra noradrenalina en las terminaciones nerviosas ción aórtica atípica, si interesa el origen de la ar-
simpáticas, por cuanto es un simpaticomimético, teria subclavia; disfagia lusoria (nacimiento a la
con lo cual se inicia la crisis hipertensiva; las cri- izquierda de la arteria subclavia derecha); com-
sis hipertensivas aparecen, por lo general, de una presión por tumores intratorácicos mediastíni-
a cuatro horas después de haberse ingerido el cos; hemiplejías con cifras más altas o más bajas
queso; los aumentos paroxísticos de la tensión en el lado paralizado.
arterial pueden ser de gran intensidad, alcanzar Se han señalado diferencias transitorias en las
valores no mensurables de más de 300 mm Hg crisis anginosas, en el infarto de miocardio (es-
de presión sistólica y determinar hemorragias ce- pasmo arterial); en el síndrome de la fosa supra-
rebrales y exitus letalis. No existe ninguna relación clavicular (o de la entrada torácica) el pulso del
directa entre la duración del tratamiento con los lado afecto disminuye al girar la cabeza hacia el
IMAO, así como la cantidad de queso ingerido y otro lado («maniobra de Adson», más patente si
la aparición de las crisis hipertensivas. También el sujeto hace una inspiración profunda y man-
aparecen crisis hipertensivas en los pacientes tra- tiene el cuello en extensión) o comprimiendo la
detito.
tados con IMAO no sólo después de la ingestión fosa supraclavicular; otras veces, al levantar los
de queso, sino después de la de carne cocida en brazos o presionar los hombros hacia atrás y
un
es
marmita cuyas paredes se han revestido de una abajo con el sujeto en la posición militar de
sin autorización
tuarse nuevamente en decúbito, vigílese la posi- mudas al examen eléctrico. Se usan las acordadas
bilidad de un «rebote hipertensivo». por la American Heart Association, cuya nomen-
un
es
Generalmente, hay un nuevo aumento tensio- clatura es: R, de right (derecha), conexión con el
sin autorización
nal al ponerse de pie, que se pone más de rmari- brazo derecho; L, de left (izquierda), con el brazo
fiesto en los hipertensos esenciales; frente a ello, izquierdo, F, de foot (pie), con la pierna izquierda;
en el 81 % de los enfermos con hipertensión por C, de chest (tórax), con la pared torácica; B, de
feocromocitoma o con estenosis de la arteria re- back (espalda), con la espalda.
Fotocopiar
nal, existe una hipotensión ortostática (el pacien- Para las derivaciones precordiales se han fijado
te no debe tomar medicación hipotensora alguna sels puntos:
que pueda desvirtuar el resultado).
S.A.
quedan relegadas al diagnóstico del feocromo- 2. IV espacio intercostal, sobre el borde ester-
citoma. nal izquierdo.
250 Semiología médica y técnica exploratoria
Derivación 1
Derivación |!
F Derivación II!
R 1,3
5.000 Q
1.0
9
0
| T
$=
| A 0,5 >
P Ú
-
Qs 0,0
0 0,1 02 03 04 05 06 0,7 058
Fig. 3-20. Esquema del electrodo de potencial ceto, Segundos
ideado por Wilson y cols.
Fig. 3-21. Duración y altura de los accidentes del
ECG normal.
Las derivaciones esofágicas son útiles para el diag- 3. Complejo CIRS. Expresa la activación O
nóstico del infarto de la cara posterior y pata po- despolarización ventricular. $e mide desde su cu-
ner de manifiesto la onda P cuando no se ve bien mienzo (Q o R) hasta su final (R o S) y se valora
en los registros clásicos (fibrilación auricular). el que presenta mayor duración en cualquiera de
En la electrocardiografía cavitaria (Lenegre), se las derivaciones; mide entre 0,06-0,10 s?”.
utiliza una sonda especial, cuya extremidad va
provista de una terminación metálica que desem- 4. Segmento ST. Corresponde al período en
peña el papel de electrodo. Un conductor aislado, que el miocardio está contraído, despolarizado,
que transcurre en el interior de la sonda, conecta sin actividad electrica.
esta pieza con el aparato. Así pueden obtenerse 5. Onda T. O repolarización ventricular.
los potenciales eléctricos endocavitarios, cuya 6. Onda «4». Aparece, a veces, a continua-
morfología varía según la localización del elec- ción de T, teniendo poco valor diagnóstico.
trodo, lo cual permite situarlo con precisión. Sir- El espacio TP señala la diástole eléctrica.
ve, además, para precisar el curso de los estí- El espacio QT proporciona el valor cronométri-
mulos en las paredes ventriculares, aportando co del ventriculograma completo, complejo rápi-
indicaciones sobre los mecanismos de los blo- do QRS y complejo lento ST-T. Comprende,
queos de rama y extrasístoles. pues, el tiempo de activación más el de recupera-
Existe, también, una electrocardiografía telemé- ción ventriculares y representa la llamada «sístole
trica en la que el trazado se obtiene sin que el pa- eléctrica» que, hasta cierto punto, corresponde a
ciente y el aparato registrador estén unidos por la sístole mecánica. Varía con la frecuencia. Valo-
un hilo eléctrico. res promedios: 0,40 s en el hombre y 0,44 s en la
Fotocopíiar sin autorización es un delito.
mujer.
auriculoventricular (del nódulo sinusal de Keith- cho, 0,05 s en las precordiales izquierdas; 0,03 s en las precor-
diales derechas.
Flack hasta el de Aschoff-Tawara); su duración
O MASSON,
trario y la onda avanza con la carga negativa en gativos (deflexión descendente) por recoger las
cabeza y la positiva en la cola”. cargas negativas de la fibra excitada.
De esta orientación particular del dipolo du- Los otros electrodos registran las deflexiones
rante las dos fases de la actividad celular eléctri- negativas o positivas, según se encuentren situa-
ca, depende del potencial positivo y negativo re- dos en el lado excitado o en el opuesto.
cogido por un electrodo explorador situado en el Los que se encuentran cerca de la línea per-
medio conductor, cerca de la célula activada. pendicular al eje eléctrico del dipolo (potencial
Imaginemos una fibra muscular (dipolo eléc- cero) registran deflexiones mínimas.
trico) situada en un medio conductor y excitada Cuando la excitación ha invadido toda la cé-
por su extremidad izquierda. Los electrodos «ex- lula, no se observa ninguna diferencia de poten-
ploradores» están situados sobre una circunfe- cial en el medio conductor; en la fase de su repo-
rencia de 30 en 30% y unidos a la extremidad larización, el sentido de las deflexiones recogidas
superior de la cuerda del galvanómetro. Los elec- por los electrodos se invierte.
trodos indiferentes se hallan en relación con el Estas nociones tienen su aplicación clínica. El
polo negativo del galvanómetro. corazón puede considerarse como una pila galvá-
Las variaciones de potencial más importantes nica que genera potenciales eléctricos, los cuales
son registradas por los electrodos DD y 1% situa- se distribuyen por el medio interno (medio con-
dos en el eje eléctrico del dipolo; el primero ex- ductor) y se captan en los puntos donde coloca-
perimenta potenciales positivos (deflexión ascen- mos los electrodos al objeto de generar las defle-
dente), por recoger las cargas primitivas de la xiones del trazado electrocardiográfico.
onda de activación, y el segunda, potenciales ne- La excitación cardíaca parte del nódulo sinu-
sal. Los dipolos de activación, con el polo positi-
vo en cabeza y el negativo en la cola, se expan-
den por la superficie del casquete auricular
Supongamos un medio conductor homogéneo y de gran (como la lluvia sobre un paraguas) y por el septo
extensión donde llegan dos hilos metálicos aislados, próximos
y en conexión con los polos de una batería. Las dos extremida-
interauricular; los primeros terminan en el anillo
des forman un «dipolo eléctrico» con un polo positivo (ánodo) fibroso que separa las aurículas del ventrículo;
y otro negativo (cátodo). Alrededor del ánodo y del cátodo se los segundos alcanzan el nódulo auriculoventri-
crean campos de fuerzas eléctricas positivos y negativos, res- cular y, a lo largo de las ramas del fascículo de
pectivamente.
Estos campos positivos o negativos pueden ser estudiados
His, las paredes ventriculares. La resultante eléc-
por medio de un galvanómetro, situando el electrodo explora- trica de todas las propagaciones a lo largo de
dor en diversos puntos del medio conductor y el electrodo indi- la aurícula da lugar al «eje eléctrico o vector auri-
ferente en un punto lejano y no influido por los campos de cular» (AP), que se dirige hacia abajo y a la iz-
fuerza. Desde el punto de vista práctico, es útil retener que:
quierda.
1. El campo es simétrico con relación a la línea que pasa La activación del ventrículo tiene varios vec-
perpendicularmente entre las dos cargas del dipolo. Esta línea
es isopotencial, con un valor potencial igual a cero.
tores, así, el del tabique interventricular, el más
2. La línea perpendicular a la precedente y que pasa por precoz, que se dirige de izquierda a derecha del
los dos polos del dipolo (eje eléctrico) es la que experimenta las tabique; el del ventrículo derecho (VD) y el vec-
mayores diferencias de potencial. tor ventricular izquierdo (VÍ), que van, respecti-
3. El potencial del punto donde está situado el electrodo
vamente, hacia la derecha e izquierda. El vector
Fotocopiar sin autorización es un delito.
que constituye el eje eléctrico del proceso de activación o re- del ventrículo derecho; si colocamos el electrodo
cuperación. Los vectores se representan mediante flechas. Las
O MASSON,
A Cc
Fig. 3-23. Derivaciones monopolares de las extremidades en los cambios axiales de QRS. A) Normal. B) Eje ver-
tical. C) Eje horizontal.
que (q) y del ventrículo derecho, y a continua- La rotación en sentido «horario» motiva una
ción se capta una R de gran voltaje por la activa- traslación de la masa ventricular derecha hacia
ción o despolarización del ventrículo izquierdo, un plano anterior y lateral izquierdo, dando lugar
obteniendo la imagen (o patente) de qkR básica a que las patentes derechas (1/S), que habitual-
del ventrículo izquierdo. En V3-V4 (zona ecuato- mente se registran en V1-V2, se capten en V3-V4
rial), se capta la misma masa ventricular derecha e incluso en V3-V6 si la rotación es acentuada;
que izquierda, R/S. las patentes izquierdas (qR) de V5-VÓ se trasla-
Todas las derivaciones periféricas (clásicas y dan hacia el plano axilar posterior. En aVR, se
monopolares de miembros) exploran el mismo pasa de rS a Qr y qR cuanto mayor sea la rota-
fenómeno eléctrico cardíaco; no existen diferen- ción, representando el voltaje de la R la masa
cias esenciales. Lo que cambia es la «línea de de- ventricular izquierda que, al ocupar un plano
rivación». Tomando como ejemplo las monopo- posterior, ofrece las cargas positivas de sus vec-
lares de miembros (VR, VL, VE), vemos que VR tores de activación al brazo derecho.
presenta todas las ondas negativas porque de ella En la rotación «antihoraria», la masa ventricu-
se aleja tanto el vector auricular como el ventri- lar izquierda se traslada de un plano axilar y pos-
cular; en cambio, VL y VF recogen potenciales terior a otro más anterior, y aparecen las paten-
positivos, por dirigirse hacia ellas dichos vectores tes izquierdas (qR) propias de V5-V6, en V4-V3
y recogen, por tanto, la forma y voltaje de éstos. e, incluso, V2,
Las derivaciones precordiales se dividen en 2. Alrededor de su eje anteroposterior. El corazón
derechas (V1, V2), izquierdas (VS, V6) e interme- tiende a hacerse horizontal o vertical; en el primer
dias o ecuatoriales (V3, V4). caso (suele coexistir rotación antihoraria) el ventrí-
culo izquierdo se enfrenta a aVI. (que recoge elec-
tivamente su potencial eléctrico) y se obtiene una
Posición del corazón en el tórax patente de qR. En aVE, se registra la patente 1/5
del ventrículo derecho. En el corazón vertical (sue-
Puede variar en el sujeto normal, influyendo le coexistir con rotación horaria), aVF (que enfren-
en la forma del ECG, al poner partes distintas de ta la cara diafragmática) recoge los potenciales del
la superficie cardíaca frente a los puntos inamo- ventrículo izquierdo (qR), y aVL la patente de rS$.
vibles de las diferentes derivaciones. Si el corazón está horizontalizado (qR en aVL) y la
Las variaciones de posición se operan por la rota- punta se ha levantado hacia delante, la aVF recoge
ción del corazón: también vectores de activación de masa ventricu-
lar izquierda, dando patente de qR (corazón hori-
1. Sobre el eje longitudinal (de la base a la pun- zontalizado con vértice hacia delante).
ta). La rotación puede hacerse en sentido horario
(a la izquierda y hacia atrás), con una mayor por-
ción de ventrículo derecho en el plano frontal, o Si el paciente se halla acostado de espaldas, y un observa-
dor mira su corazón desde una región situada por debajo del dia-
antihorario (de atrás adelante y de izquierda a fragma, comprobará que la rotación anterior del ventriculo dere-
derecha), con una mayor exposición frontal del cho alrededor del eje mayor hace que el mencionado ventrículo
ventrículo izquierdo (figs. 3-23 y 3-24)”. se mueva en la misma dirección que siguen las agujas del reloj.
Cardiología. Angiología 255
zOntal
Bor
Vértice hacia atrás
Fig. 3-24, A y B) Rotación del corazón alrededor de su eje longitudinal, en sentido horario y antihorario. € y D)
Alrededor de su eje anteroposterior. E y F) Alrededor de su eje transversal.
| ! 1 aVR a VL avF
Yi v2 v3 v4 5 v6
— eY — AlAN -
Fig. 3-25. Onda P mitralis: ancha, de vértice romo y con melladuras.
hi mi aVR aVF
Ada a
TT Hi
v2 va V4 V6
TT Fig. 3-26.
vr
Onda P pulmonalis: estrecha de base y vértice agudo.
a) Voltaje. Se aceptan como límites norma- rama, en las extrasístoles e hipertrofias ventri-
les los de 0,6 y 2 mV”. Cuando las deflexiones culares.
del trazado son, en las tres derivaciones, inferio- b) Anchura (normal: 0,1). Su aumento señala
res a 0,5 o superiores a 2 mV, hablamos de trastornos en la conducción intraventricular,
complejo de bajo voltaje y de alto voltaje, res- como bloqueo de ramas, extrasistolia ventricular,
pectivamente. Se trata de un hecho patológico. crecimientos ventriculares.
El pequeño voltaje aparece en el mixedema, de- c) Engrosamiento, ondulaciones y melladuras.
rrame de pericardio, trastornos extensos del Para que tengan valor patológico se les exigen
miocardio, enfermedad de Addison, etc.; el au- ciertas condiciones, como que deben presentar-
mento de voltaje es corriente en los bloqueos de se distanciadas de la línea isoeléctrica y en com-
plejos amplios, ya que, en ocasiones, en com-
plejos de poco voltaje (por desviaciones axiles,
“Milivoltio (mV) es la estandarización universal para juz- etc.) pueden presentarse cercanos a la base en
gar el valor de los complejos. Cuando se indica 1 mV de co- corazones normales. También deben presentar-
rriente en el galvanómetro del electrocardiógrafo, la aguja del
mismo, en los aparatos de registro directo, se desplaza 1 cm de se, por lo menos, en dos derivaciones distintas.
la línea de base (isoeléctrica), o el haz luminoso en los fotográ- Una forma especial del complejo ventricular la
ficos. constituyen las formas trifásicas en M o W con
Cardiología. Angiología 257
vi v2 v3 va v5 v6
Hs
Fig. 3-27. Onda T gigante por hiperpotasemia.
además, sobre el grado de hipertrofia cardíaca y auriculoventricular), la onda l' es negativa en aVE
curvas de sobrecarga, etc. y positiva en aVK; si es nodal inferior, la P es po-
sitiva en aVP y negativa en aVR; cn cl ritmo no-
dal medio, no se forma la onda P.
Trastornos del ritmo O, Arritería extrasistólica. Resulta de la presen-
cia de unas contracciones cardíacas prematuras
Son las denominadas arritmias%: (cxtrasistoles) que se producen en cualquier puele
del sistema de excitación cardiaca (heterotopta) O
1. Taquicardia sinusal (frecuencia superior a en plenas masas musculares auriculares o ventri-
90-100 c/min). Acortamuento del espacio diastól:- culares,
co, lo que hace que la onda P tienda a acercarse a Las extrasistoles pueden ser, según su lugar de
la onda T precedente, a la que puede deformar origen, supraventriculares (auriculares, nodales) y
por superposición. La forma y sentido de los ventriculares (derecha, izquierda); por su forma de
complejos auriculoventriculares son normales, presentarse, nemadas (alorritmia), agrupadas (en
con OT menos ancho. El segmento Yi aparece a salvas), y segón ndzcda o no en el musiño foco, mo"
menudo por debajo de la línea isoeléctrica, notópicas y politópicas.
2. Bradicardia sinusal (reno inferior a 60 c/min). Se dice que existe una «pausa compensadora
Alargamiento del espacio diastólico. Forma y scnt- completas (propia de las cxlrasistules ventiicula:
do de los complejos auriculoventriculares normales, ros) cuando el imborvalo comprendido cr la con
Espacio PR. o PQ, superior a 0,12 3. tracción que precede a la exlrusistole y La que la
3. Arritmía sinusal respiratoria. La frecuencia sigue es igual al doble del intervalo que separa
del ritmo cardíaco guarda relación con la fase res- dos contracciones simusales, si es menor (extras
piratoria; se acelera durante la inspiración y se te síistoles aniculaces) se liabida de «pausa comper-
tarda en la espiración. Los complejos auriculoven- sadora incompleta».
triculares son normales. Se encuentra en lacrantes, Cuando la extrasisrole ac sitúa a igual distan-
jóvenes y adultos con labilidad vegetativa, cia de las contracciones sinusales que la preceden
4. Ritmo nodal*. Puede ser nodal superior, y siguen se lama «interpolada».
nodal inferior o nodal medio. En el primer caso Son tres los elementos que caracterizan toda
(la activación se inicia en la parte alta del nódulo extrasístole, el acoplamiento (que es el intervalo
que la extrasistole dista del complejo normal pre-
cedente, y se mide por la distancia entre el pico
de las R; cuando esta distancia es siempre la mis-
ma, se dice que las extrasístoles son de «acopla
PEl vtuno cardiaco puntal puede sel alterado, bien pur
miento [ijos», y cuando es variable, que son de
trastomos en la formación de los estímulos, bien porque surjan
obstáculos en su conducción. sacoplamiento deslizante»); la morfología de los
Los trastornos de la formación de estimulos pueden consis- complejos (depende del lugar de origen del estado
tir en que; de conductibilidad o excitabilidad del miocar-
1. Aun formándose dichos estimulos normalmente en el dio), y la pausa compensadora (que es cl intervalo
seno auricular, se produzcan por exceso (taquicardia sinusal) o comprendido entre la extrasistole y el complejo
por defecto (bradicardia sinusal).
ventricular normal que le sigue; guarda relación
2. Formados en el seno auricular, lo son en forma irregu
lar (arritmia sinusal). con la activación retrógrada, que llega al nódulo
3. Los estímulos no se forman en el nódulo sinusal, sino sinusal y lo descarga):
en otros centros (estimulación heterotópica) que han adquirido
el mando del corazón. Surgen entonces contracciones y ritmos
aj Fxtrasistoles auriculares. Ónda P prematura
ectópicos, como los ritmos nodales, extrasistoles, taquicardia
paroxistica, aleteo y Abrilución aunculures. y de morfología anormal (dentada, bifásica, ne-
gativa). El espacio PR está acortado (tanto más
Los lrasturnos de la conducción del estímulo pueden locali-
zarse:
1. Entre el seno y la aurícula (bloqueo sinoauriculan).
2. En el trayecto de aurículas y ventrículos (bloqueos au- lo que este último entra en juego y asume la regulación del rit-
riculoventriculares). mo cardíaco. El ritmo nodal es, pues, «pasivo» y de frecuencia
3. Enlas ramas o arborización del sistema específico (blo- baja, por proceder de un centro inferior al normal; cuando el
queos de rama). nódulo auriculoventricular se irrita con automatismo más ele-
14Se observa cuando el nódulo sinusal, disminuido su auto- vado que el propio del nódulo sinusal, motiva un ritmo nodal
matismo (vagotonía, digital, quinidina, etc.), alcanza una fre- «activo», que a veces constituye un tipo particular de taquicar-
cuencia inferior a la propia del nódulo auriculoventricular, par dia paroxística
=>
Fig. 3-29. Extrasistolia auricular bigeminada.
cuanto más cerca se encuentra el foco heterotó- tópico está situado en el ventrículo derecho, re-
pico del nódulo auriculoventricular), con ARS meda la imagen del bloqueo de rama izquierda;
normal. Suele ir seguido de una pausa compensa- si en el ventrículo izquierdo, el de rama derecha,
dora incompleta (fig. 3-29). con la diferencia de que en aquéllas faltan las on-
b) Extrasístole modal. Complejo ORS prema- das P, presentes en los bloqueos de rama (fig. 3-
turo, no ensanchado, con onda P invertida y si- 30).
tuada inmediatamente antes del complejo QRS Estas extrasístoles ventriculares suelen presen-
(extrasístole nodal superior), durante el mismo tarse aisladas o a intervalos regulares, provocan-
mellando la R (extrasístole nodal media) o des- do una «arritmia riemada» o «alorritmia», como
pués (extrasístole nodal inferior). El intervalo PQ en los casos de ritmo bigeminado (un complejo
está acortado. auriculoventricular normal y una extrasístole (fig.
c) Extrasístoles ventriculares. Son las más fre- 3-31)), trigeminado (dos sístoles normales y una
cuentes. El complejo GRS prematuro está ensan- extrasístole) (fig. 3-32) y cuadrigeminado (cuan-
chado (0,10 s), a veces mellado, no precedido de do a tres sístoles normales sigue una extrasísto-
onda P y seguido de una onda T ancha y de sen- le). A veces, las extrasístoles son más frecuentes
tido opuesto a la R. Pueden ser interpoladas, es que las contracciones normales; así, si a una con-
decir, intercaladas entre dos sístoles normales, tracción normal siguen dos extrasístoles, habla»
sin trastornar el ritmo sinusal, o ir seguidas de mos de ritmo trigemelar; si tres, cuadrigemelar.
una pausa compensadora completa. Si el foco ec- Las «extrasístoles en salvas», o agrupación de ex-
Fig. 3-32. Extrasistolia ventricular ritmada; dos complejos ventriculares sinusales y una extrasístole (ritmo trige-
minado).
Fig. 3-34. A) Brote de taquicardia paroxística supraventricular, frecuencia ventricular a 180 s/min. B) Cese de la
taquicardia,
Cardiología. Angiología 261
aplanadas o disimuladas en la onda T que le pre- lento, idioventricular, de 40-30 pulsaciones. Si al-
cede; el complejo QRS es normal, al menos al co- ternan los tipos 2/1, 3/1, 4/1 se obtiene un ritmo
mienzo de la crisis (fig. 3-34). La discriminación irregular (flúter variable irregular).
entre los tipos auricular y nodal es, a veces, difícil El aleteo puede combinarse con la fibrilación,
y no tiene importancia práctica. dando lugar al fibriloflúter o fibriloaleteo.
En la ventricular se suceden, casi siempre de D Fibrilación ventricular. En ella, los ventrícu-
manera regular, complejos ventriculares atípicos los tienen una serie de focos heterotópicos que
del tipo de las ya citadas extrasístoles ventricula- emiten estímulos simultáneamente, lo cual crea
res, ya sean de forma y sentido iguales (taquicar- unas contracciones parciales y desordenadas sin
dia paroxística ventricular monomorfa) o de for- eficacia hemodinámica, por lo que los ventrícu-
ma, sentido y tamaño diferentes (taquicardia los dejan de expulsar sangre y el enfermo tiene
paroxística ventricular polimorfa); las ondas P un síncope.
(cuya frecuencia es independiente de la taquicar- En el electrocardiograma vemos la rápida su-
dia ventricular) son difíciles de reconocer, aun cesión de ondas muy deformadas (como extrasís-
buscándolas con cuidado; su identificación ase- toles ventriculares polimorfas y muy atípicas).
gura el diagnóstico. Generalmente, se presentan en enfermos con
e) Fibrilación y aleteo (flúter) auricular*. En la extrasistolias ventriculares previas en miocardios
fibrilación faltan la ondas P, reemplazadas, en gravemente alterados, y no es raro que se desen-
una o muchas derivaciones, por una serie ininte- cadenen tras la inyección de digital intravenosa.
rrumpida de pequeñas y rápidas ondas irregula- El flúter ventricular es un estado previo a la fi-
res (400-600/min) en su forma, amplitud y du- brilación con ondas de más voltaje y a distancias
ración (ondas F,F,F) que corresponden a la iguales entre sí; a veces es transitorio, sin desem-
actividad fibrilatoria auricular. El ritmo ventricu- bocar en la fibrilación.
lar es en absoluto irregular (arritmia completa), con
complejos ARS normales, si la conducción intra-
ventricular no se encuentra alterada (fig. 3-35). Trastornos de la conducción
En el aleteo (fFúter) auricular (sobre todo visi-
ble en V1-V2) hay una sucesión rápida de ondas El bloqueo puede ser orgánico o funcional
FF (unas 300/min), regulares en su forma, ampli- (vagotonía, hipertensión endocavitaria, en la fi-
tud y duración (fig. 3-36), con complejos ventri- brilación o aleteo auricular, etc.); permanente o
culares normales (por ser el estímulo supraventri- transitorio; completo o parcial.
cular), con una frecuencia variable según pasen Según el lugar donde radica el obstáculo a la
todos los estímulos auriculares al ventrículo (ta- transmisión normal del estímulo, hablamos de
quicardia paroxística por flúter 1/1) o sólo en parte, bloqueo sinoauricular, auriculoventricular, O
por bloqueo funcional del fascículo de His, con de rama:
frecuencia del pulso de 150, 100, 75 s/min (flúter
tipo 2/1, 3/1, 4/1). El flúter puede ser regular 1. Bloqueo sinoauricular. El impulso sinusal no
cuando el número de ondas F es siempre el mis- alcanza la aurícula. Su característica es la falta de
mo (2/1, 3/1 6 4/1) y las distancias entre los com- contracción cardíaca, con una pausa diastólica
plejos ORS es la misma; e irregular cuando el nú- doble de lo normal.
delito.
mero de ondas F varía en cada ciclo cardíaco 2. Bloqueo auriculoventricular. El estímulo auri-
(pasa de 3/1 a 4/1, 2/1, 5/1, etc.), alterando las
un
distancias entre los complejos QRS. En el caso de tinguen las siguientes variedades:
sin autorización
males en las aurículas. El ritmo es regular y muy rápido en el ra casi constante en la difteria, reumatismo po-
aleteo o flúter (taquisistolia auricular) e irregular en la fibrila-
MASSON,
Fibrilación auricular.
Fig. 3-37, Bloqueo auriculoventricular completo. Frecuencia auricular, 100 s/min; frecuencia ventricular,
50 s/min.
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Fig. 3-39. Bloqueo de rama izquierda.
Cardiología. Angiología 265
lar en las derivaciones que enfrentan el epicardio de Smith». Por encima de la línea isoeléctrica,
(T positiva de mayor voltaje, más picuda y simé- esta onda tiene forma curvada de convexidad su-
trica). Si se produce una isquemia del epicardio, perior, que parte muy alto de la rama descenden-
se harán negativas las ondas T de las derivacio- te de R para dirigirse hacia la línea isoeléctrica,
nes que la enfrentan, Otras anomalías valorables donde termina después de haber englobado la
son aumento o aparición de extrasístoles, blo- onda T. Al cabo de unas horas, esta onda mono-
queos diversos y localización; es excepcional el fásica desciende progresivamente a la isoeléctrica
completo. y se produce una onda T de ramas simétricas y
vértice agudo y de sentido opuesto al desnivel de
ST (onda coronaria de Pardee). Estas lesiones son
Infarto de miocardio” reversibles, pero si la trombosis persiste y motiva
necrosis, aparecen ondas Q en las derivaciones
En el reciente, se observa el ascenso del espa- situadas ante la zona afecta.
cio ST en forma de la llamada «onda monofásica
La asociación de signos de isquemia (modifi-
cación de la T), de lesión (desnivel de ST) y ne-
"Los imágenes electrocardiográficas del infarto recogidas
por los electrodos situados frente a la pared miocárdica lesiona»
crosis (onda Q), constituye el cuadro eléctrico tí-
da dependen de múltiples factores, como son la situación y pico del infarto de miocardio.
extensión del infarto, rapidez de aparición de las lesiones histo-
lógicas, estado previo del miocardio, importancia de la circula- Los signos de lesión son los primeros en re-
ción colateral, etc.
gresar (días o semanas); después desaparecen los
SS
la zona isquémica es irrigada por vasos colaterales y vuelve a la la pared ventricular vecina). V1-V2 y zona ecua-
normalidad, y por tanto, la onda T se hace de nuevo positiva.
El único signo que queda como huella residual es la onda O, la
torial (V1-V4).
3. Anterior extensa, Asocia los signos de los
O
4. Posteroinferior (cara diafragmática del cora- vertida en todas las derivaciones que quedan
zón). aVF y, a veces, T invertida en V6 (isquemia frente a la lesión y recogen el ascenso de ST,y la
lateral). imagen espicular (onda T positiva) en aVR, que
5. Septal profunda (o transmural). Se recoge está ante el subendocardio indemne. Las: altera:
en las derivaciones epicárdicas (V2-V3-V4) la ciones de ST y T no son tan acentuadas como en :
imagen de QS, de endocardio izquierdo, por ha- los infartos. El cuadro descrito es especular: del
ber una necrosis total. propio de la hipoxia subendocárdica, ya que las
6. Lateral alta. aVL y DI. zonas lesionadas en ambos casos son considera-.
7, Subendocárdicas (pequeñas áreas de necro- das topográficamente opuestas (subendocardio
sis), Se traducen por ascenso acentuado del espa- en la hipoxia subendocárdica; subepicardio en las
cio ST en aVR (que enfrenta al subendocardio) y pericarditis). 10
desnivel especular en las derivaciones que en-
frentan al subepicardio (V6-V5-V4; aVL o aVE,
según la posición del corazón) y persisten duran- Hipertrofia ventricular —3
te semanas, lo que las diferencia de las curvas de
hipoxia subendocárdica, que siempre son fuga- El aumento de masa muscular motiva la des-
ces, Nunca se recogen ondas Q, viación del eje eléctrico del lado hipertrofiado'
(signo frecuente, pero no constante), aumento.
del voltaje de la corriente de acción, con mayor
Pericarditis amplitud y duración de ORS y retardo de la de-
flexión intrinsecoide en las precordiales corres:
Los signos eléctricos dependen de la compre- pondientes a la hipertrofia. El segmento ST y la
sión con lesión e isquemia de las fibras muscula- onda T tienden a desplazarse en sentido inverso.
res subepicárdicas. En la fase aguda, se observa el al aumento de la superficie de QRS (como en los.
ascenso fugaz de ST (desaparece en horas o días) bloqueos de rama), por alteración secundaria ala:
en las derivaciones situadas frente a la zona le- hipertrofia: y
sionada, en general extensa (V2-V3-V4-V5-V6, y
aVL, aVF, que exploran el subepicardio), y la 1. Hipertrofía ventricular izquierda (hiperten:
imagen especular en aVR, que explora el suben- sión arterial, estenosis aórtica, etc.). La onda R
docardio; descenso de ST. No se observa onda (en V5-V6, aVL [corazón horizontal] o aVF [co-
Q, por cuanto no hay necrosis de tejidos. Des- razón vertical], derivaciones que recogenlas
pués de la fase aguda los espacios regresan a la li- cargas positivas o cabeza del vector de activa-
nea de base, y si hubo isquemia aparece la T in- ción ventricular) aumenta de voltaje, con retar-
Cardiología. Angiología 267
do de la deflexión intrinsecoidea (> 0,05 s). La Cabe señalar la posibilidad de trazados de hi-
onda S de V1-V2 se hace más profunda porque pertrofia sin sobrecarga, de ambas a la vez y de
estas derivaciones reciben las cargas negativas sobrecarga sin hipertrofia”.
(o cola) del vector de activación del ventrículo 3. Tipos ventriculares. No es infrecuente encon-
izquierdo. El complejo QRS es positivo en DI y trar predominancias de ventrículo derecho o iz-
negativo en DIT. ST y T son aplanados o nega- quierdo, sin alteración anatómica alguna (compro-
tivos en las derivaciones en que ORS es positivo bación necrópsica); a pesar de ello, y como se
(Dl, a veces DID. Los «índices de Sokolow- observa que en la clínica suelen asociarse los tipos
Lyon» (suma algebraica de S en Vi +R en V6, o izquierdos a las lesiones que hipertrofian este ven-
de S en V2 + R en VS, superior a 35 mm [cifra trículo (insuficiencia aórtica, hipertensión, etc.), y
normal]) y el «índice de Whitte-Bock» (suma al- los derechos a las enfermedades que hipertrofian
gebraica de QRS en DI-DIII, igual o superior a el derecho (enfisemas, fibrosis, cardiopatías con-
18 mm) son presuntivos. En aVL y aVF (según la génitas con hipertensión del circuito pulmonar, es-
posición del corazón) encontramos la R de gran tenosis mitral, etc.), se adopta la denominación de
voltaje (13 mm en aVL [corazón horizontal), «tipo derecho o izquierdo» para no prejuzgar una
20 mm en aVF [corazón vertical]) y retardo del relación con el estado anatómico.
tiempo de deflexión intrinsecoidea (> 0,03 s). La El tipo ventricular izquierdo se caracteriza
onda T es aplanada o negativa en DII y DIIT. El porque en DI predomina R sobre S y en DIII es
corazón suele rotar en sentido antihorario, hori- más manifiesta la onda $.
zontalizándose. En el tipo derecho, encontramos una $ pro-
2. IHlipertrofia ventricular derecha (estenosis funda en DI y, en cambio, en DIM la onda más
mitral, corazón pulmonar, etc.). Las derivacio- notable es la R (fig. 3-44).
nes que enfrentan dicho ventrículo (V1-V2) re- Los tipos ventriculares guardan cierta relación
cogen una «r» pequeña de activación del tabi- con la constitución; los longilíneos suelen dar ti-
que, una S más o menos profunda de activación pos derechos; los pícnicos, el tipo izquierdo.
del ventrículo izquierdo y una R'% de mayor En los lactantes y niños, es fisiológico el tipo
voltaje y anchura que la «r» pequeña del tabi- derecho, y en los aumentos de la presión intraab-
que, debido a que la masa ventricular derecha dominal (embarazo, meteorismo, etc.), el tipo iz-
se activa posteriormente por su mayor grosor. quierdo, sin hipertrofia de los correspondientes
Siendo r/S la patente normal del ventrículo de- ventrículos.
recho (quebrado inferior a la unidad), cuando
R/S = 1 habrá moderada hipertrofia, y aumenta-
rá el valor del quebrado al hacerse ésta más Corazón pulmonar agudo
acentuada.
Las hipertrofias ventriculares derechas sue- Su causa más frecuente son las grandes embo-
len rotar el corazón en sentido horario y verti- lias pulmonares. Existe dilatación aguda de las ca-
calizarlo. Si a la hipertrofia se añade una curva vidades derechas, con rotación horaria del cora-
de sobrecarga, registramos un ST descendido y
dibujando una curva de convexidad superior en
Por sobrecarga entendemos el esfuerzo unilateral del cora-
las derivaciones que exploran el ventrículo co-
delito.
lo izquierdo (qR) la sobrecarga es izquierda arterial); el ventriculo izquierdo tiene que trabajar mas, lo que
autorización
cio ST acompaña a la imagen o patente de ven- así, diversos autores, logran la supresión o modificación de és-
Fotocopiar
*La onda R, a menudo arrastrada y empastada, traduce la lar el ST se desplaza en sentido contrario y su convexidad es
lentitud de la activación ventricular derecha, siendo 3u rama opuesta. Si el descenso del espacio ST acompaña a la imagen o
descendente la que representa la deflexión intrinsecoide. patente de ventrículo derecho (R/S), la sobrecarga es derecha.
€
268 Semiología médica y técnica exploratoria
IAE
Normal
1 2 3
1
T TOU U
Fig. 3-45.
delito.
Esquema que muestra las modificaciones electrocardiográficas que origina la hipopotasemia. A medi-
da que ésta se produce, aparece: 1) aplanamiento de la onda T; 2) agrandamiento de la onda U; 3) depresión del
un
da dola
sin autorización
Normal
Fotocopíar
5 mWq
S.A.
MASSON,
Fig. 3-46. Esquema que muestra las modificaciones del ECG por la hiperpotasemia. Á medida que ésta se pro-
duce, aumentan las alteraciones
1, 2, 3.
O
270 Semiología médica y técnica exploratoria
Hipocalcemia Hipotalasemia
Q Q
Fig. 3-47. Esquema que muestra las modificaciones del ECG en la hipocalcemia comparada con la hipopotase-
mia. En la hipocalcemia la prolongación del QT se debe a la prolongación del segmento ST; en cambio, en la hipo-
potasemia, se debe al aumento de la anchura de la onda T.
3. Hipocalcemia. La acción del calcio tiene as- corazón, precisando su intensidad, tono, dura-
pectos antagónicos a la del potasio. Alargamien- ción y situación dentro del ciclo cardíaco.
to de QT a expensas de ST (fig. 3-47). Su importancia es excepcional en la diferen-
4. Hipercalcemía. Acortamiento y aun desa- ciación de los ritmos de galope y de tres tiempos.
parición de ST, con la onda T inmediata y aplas- En el capítulo sobre semiología aplicada, nos
tada (acortamiento del intervalo QT con buena ocuparemos con detalle de las características fo-
individualidad de la onda U). nocardiográficas de los distintos soplos en parti-
5. Hipotiroidismo. Bajo voltaje en todas las cular.
derivaciones de ARS. Ondas T aplanadas o in- Cabe señalar que la estenosis mitral y las car-
vertidas en casi todas las derivaciones, expresión diopatías congénitas deben ser siempre analiza-
muchas veces de pericarditis concomitante o de das fonocardiográficamente.
la infiltración mucoide. Bradicardia.
6. Hipertiroidismo. Taquicardia sinusal con
aumento de amplitud de las ondas P. Segmentos Primer ruido
PR y ST ligeramente desnivelados. La onda T es Segundo ruido
aplanada o invertida. Es frecuente la fibrilación Tercer ruido
Fonocardiograma Cuarto ruido
auricular permanente o paroxística.
FONOCARDIOGRAFÍA
La fonocardiografía consiste en el registro grá-
Trazado
fico de los ruidos producidos por el corazón. yugutar . ] ;
El fonocardiógrafo consta de un micrófono
que se aplica en la región precordial, un amplifi-
cador constituido por válvulas termoiónicas y un |
circuito de tipo resistencia-capacidad, las cuales
permiten un registro de alta frecuencia (útil para
ciertos soplos, p. ej., insuficiencia aórtica) y otro Pulso |
subclavio . .
de baja frecuencia propia para los tonos y algu- Aoría w
nos soplos (estenosis mitral), y un aparato regis- abdominal
Pulso , lo
trador que inscribe las oscilaciones en una banda femoral
o papel fotosensible. Pulso :
Para poder situar el momento de la revolución tibial =>
cardíaca a que corresponde cada ruido, se necesi-
ta registrar simultáneamente un trazado patrón pedio
de la actividad cardíaca, que corrientemente es el Sistole Diástole
ventricular ventricular
electrocardiograma o el pulso venoso (fig. 3-48).
Presistole
La fonocardiografía, además de registrar rui-
dos que el oído es incapaz de captar, sirve para el Fig. 3-48. Esquema de relaciones entre el fonocar-
análisis detallado de los que se producen en el diograma y otros trazados.
Cardiología. Angiología 271
En el fonocardiograma normal, encontramos 4. Terceriono. Está formado por dos o tres vi-
lo siguiente: braciones lentas de escasa amplitud. Es más fre-
cuente en los niños y jóvenes que tienen un tórax
1. Tono auricular (o presistólico). Debido a la delgado y aplanado. Nace en la pared ventricular
contracción muscular de las aurículas, paso de por efecto de vibraciones producidas por el paso
la sangre a través de la válvula auriculoventricular de la sangre que afluye bruscamente a los ventrí-
y distensión de las paredes ventriculares como culos durante la fase de llenado rápido ventricu-
consecuencia de la sangre que llega de las auricu- lar. El aumento de la excitabilidad vagal favorece
las. Está representado por una vibración simple o este tono.
doble de una amplitud limitada (2-4 mm) y algo
más prolongada. Se verifica después del vértice
de la onda P del electrocardiograma. ECOCARDIOGRAFÍA
2. Complejo sonoro del primer ruido. Se integra
de: El valor potencial de las técnicas de ultrasoni-
do en la evaluación de la función cardíaca y alte-
a) Una o dos vibraciones débiles, simultáneas raciones estructurales del corazón fue por pri-
con Q o entre Q y R del electrocardiograma, atri- mera vez demostrado por Edler y Hertz, hace
buidas a vibraciones residuales de la contracción casi medio siglo. El desarrollo de esta técnica per-
auricular o, mejor dicho, a los efectos de dicha maneció más bien estancado hasta fines de la dé-
contracción sobre la pared ventricular. cada de los años 60, cuando un interés progresi-
b) Unas vibraciones fácilmente reconocibles por vo, tanto en los aspectos tecnológicos del
su alta frecuencia y notable intensidad, que apa- ultrasonido como en sus aplicaciones, desenca-
recen durante el período de contracción ventricu- denó una gran cantidad de publicaciones y estu-
lar y se deben al cierre de las válvulas sigmoideas dios de investigación especializados. De esta
aórticas. forma se llega al perfeccionamiento de la ecocar-
cg) Unas ondas similares a las anteriores en fre- diografía M-Mode («de movimiento») y al poste-
cuencia e intensidad que se dibujan después de rior desarrollo de la ecocardiografía bidimensio-
una breve pausa y coinciden con el tiempo de ex- nal, hoy día una de las técnicas de uso más
pulsión ventricular. corriente.
d) Vibraciones de frecuencia más baja y de in-
tensidad gradualmente decreciente que, sin pau-
sa alguna, aparecen en relación con el paso rápi- Generalidades sobre la técnica
do de la sangre a través de las grandes arterias
durante la fase de evacuación o expulsión. Se re- El ultrasonido es un sonido de alta frecuencia
gistran mejor en xifoides. (sobre 20.000 Hz) inaudible al oído humano. Se
produce aplicando una corriente eléctrica, que
3. Complejo sonoro del segundo ruido. El co- fluctúa rápidamente, a un cristal piezoeléctrico,
mienzo de la relajación ventricular y los remoli- lo que induce que vibre a una alta frecuencia. Las
nos que se originan producen una o dos vi- ondas ultrasónicas que así se generan, atraviesan
braciones lentas. El cierre de las válvulas tejidos y sustancias a diferentes velocidades de-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
Con mucha frecuencia se distingue una gran eléctricos que pueden ser registrados después de
vibración de naturaleza más bien lenta (y, por una adecuada amplificación.
O MASSON,
tanto, prácticamente no audible), que termina el Mediante un osciloscopio, los ecos así ampli-
complejo. Es máxima en la base. ficados pueden ser representados en tres diferen-
272 Semiología médica y técnica exploratoria
diología.
En el formato B (brillo, B-Mode), la línea hori-
zontal permanece inalterada, pero los ecos en M-Mode M l MiTiempo
vez de ser representados por espigas, lo son por VMp
puntos luminosos. Esto, simplemente, se obtiene VMa E
por un truco electrónico en el cual la espiga es gi-
rada en 90* en relación a la vertical. En esta for-
ma de representación, mientras más intenso es el
Anterior Posterior
eco (o más alta la espiga en el formato A), mayor
es el brillo del punto en el formato B. El formato Fig. 3-49. La ligura representa una sección sagital del
B no tiene uso práctico en ecocardiografía, pero corazón desde la base hacia el ápex. El transductor de
constituye la base de lo que es la técnica hoy día ultrasonido (T) es orientado de tal modo que el haz
de ultrasonido atraviesa las estructuras cardíacas en sen-
de mayor uso: el formato M (movimiento, M-
tido anteroposterior. pVD, pared ventricular derecha;
Mode).
SIV, tabique (septum) interventricular, VD, ventrículo
El formato M (movimiento, M-Mode) se logra derecho, VI, cavidad ventricular izquierda; VIpp, pared
mediante el artilugio de hacer pasar («barrer») los posterior del ventrículo izquierdo; VMa, velo mitral an-
puntos obtenidos mediante el formato B a una terior; VMp, velo mitral posterior. Otras estructuras
velocidad determinada por la pantalla de un osci- representadas en la figura son: Al, aurícula izquierda;
loscopio. De esta forma, se obtiene un movi- Ao, aorta (c representa los velos aórticos en posición de
miento ondulante que refleja los distintos ecos cierre); MPp, músculo papilar posterior. Los ecos que
que se consiguen de las estructuras (a su vez en se originan al rebotar las ondas ultrasónicas en estas di-
movimiento) del corazón. Por razones de conve- ferentes estructuras son captados por el transductor de
ultrasonidos (T), y mediante el osciloscopio pueden ser
niencia esta información es presentada en el osci-
proyectados en la pantalla de diferente manera: «A-Mo-
loscopio de manera tal que la profundidad o dis- de», formato A; «B-Mode», formato B; «M-Mode»,
tancia de los ecos en relación al transductor se formato M.
representa en la vertical, y el tiempo, en la hori-
zontal. La intensidad de los ecos es todavía pro-
porcional a su brillo, pero los puntos ahora apa-
recen como líneas ondulantes. mato M (M-Mode), el haz ultrasonido es muy an-
De este modo, el registro en el formato M es gosto y las estructuras observadas simplemente
una continua representación de la profundidad son aquéllas atravesadas por este haz ultrasóni-
(distancia) de las estructuras en relación al trans- co. El examen mediante esta técnica se realiza
ductor (fig. 3-49). por angulación manual del transductor a lo largo
La ecocardiografía bidimensional se ha desarro- de las «ventanas acústicas», representadas por los
llado como un intento de ampliar la cantidad de espacios intercostales. La visión relativamente
información que se obtiene por las técnicas pre- estrecha que se obtiene por medio de la ecocar-
viamente descritas. En la ecocardiografía de for- diografía de formato M es la mayor limitación de
Cardiología. Angiología 273
eyección estará disminuida (fig. 3-55). ocurre en presencia de hipertrofia ventricular de-
'O MASSON, SA. Fotocopiar
El tabique interventricular, normalmente, pre- recha (6ig. 3-56). En ocasiones, el movimiento pa-
senta una excursión que es, aproximadamente, radójico del tabique interventricular puede obser-
sincrónica con el movimiento de la pared poste- varse en presencia de dimensiones ventriculares
rior del ventrículo izquierdo. Esto determina los derechas de tamaño normal, como ocurre en pa-
cambios sucesivos de las dimensiones ventricula- cientes sometidos a cirugía de corazón abierto,
res izquierdas (de final de diástole al final de sís- en trastornos de conducción, etc.
tole). Este movimiento normal puede alterarse en
diferentes circunstancias, que incluyen trastornos
de la conducción (bloqueo de rama izquierdo), Ecograma de la válvula mitral
enfermedad coronaria que afecta al tabique inter-
ventricular (en la cual éste puede mostrarse aci- El ecograma de una válvula mitral normal se
nético o con franca reducción de la movilidad) y muestra en la figura 3-57, donde se registran si-
en las sobrecargas de volumen del ventrículo de- multáneamente el electro y fonocardiograma, co-
276 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 3-58, A-B):Ecocardiograma bidimensional de la válvula mitral en una vista longitudinal. A, aorta; Al, auri-
cula izquierda; SIV, tabique interventricular; VI, ventrículo izquierdo; VID, pared posterior del ventrículo izquier-
do. Las flechas indican la posición de los velos mitrales anterior y posterior al final de la diástole (nótese la separa-
ción de ellos).
Fig. 3-60. A-B) Ecocardiograma de dos pacientes de 39 y 73 años afectados de estenosis mitral. La flecha mues-
6.A,
tra el velo anterior de la válvula mitral (MV). Por detrás de éste, se observa el velo posterior marcadamente engro-
0 MASSON,
sado y que, en vez de separarse del velo anterior durante la diástole y moverse hacia la pared posterior del ven-
tículo izquierdo, sigue el velo anterior en su desplazamiento hacia el tabique interventricular. IVS, tabique
interventricular.
Semiología médica y técnica exploratoria
riormente durante diástole. La válvula «aórtica caso de estenosis aórtica mejor que la ecocardio-
puede reconocerse cuando los velos se separan grafía de formato M (fig. 3-70).
en una forma de hexágono durante la sístole. Los En pacientes con válvula aórtica bicúspide, la
ecos anteriores de la válvula aórtica se originan posición de los velos durante la diástole es ex-
UU
del velo coronario derecho y los ecos posteriores céntrica. En la insuficiencia aórtica, los velos aór-
corresponden al velo no coronario. ticos pueden notarse separados durante la diásto-
ÚIrE MO
consecuencia de la brusca reducción del flujo aór- movimiento de cierre diastólico (fig. 3-72). Du-
tico provocado por la obstrucción dinámica del rante el resto de la pendiente de este segmento,
ventrículo izquierdo durante la sístole (fig. 3-71). la onda tiende a hacerse plana o incluso tiva
en presencia de hipertensión silincaac Ue. 3-
73). En esta situación, además, la onda «A» se
5 Ecograma de la válvula tricúspide hace frecuentemente plana o ausente, y con fre-
cuencia se observa cierre mesosistólico de la vál-
Ésta ofrece una morfología similar a la de la vula o aleteo basto de ella durante la sístole.
válvula mitral, aun cuando normalmente es de
$ más difícil registro. En pacientes con estenosis
tricuspídea, la pendiente E-F del velo ante- Ecograma de válvula protésica
rior tricuspídeo puede encontrarse reducida, tal
como se observa en los pacientes con estenosis Numerosas son las prótesis valvulares, que
) mitral. corresponden, en general, a tres tipos:
282 Semiología médicay técnica exploratoria
Fig. 3-72, Ecocardiograma en ún paciente de 45 años Fig. 3-73. Ecocardiograma: obtenido en un paciente
mostrando una válvula pulmonar normal, Obsérvese la con hipertensión pulmonar. Nótese la ausencia de onda
pendiente inclinada e-f y la prominente onda «<a». wa» y la horizontalidad del tramo e-f.
1. Válvulas protésicas con dispositivos de cie- 1. Ala separación sistólica entre el epicardio
rre central (de bola, como la prótesis de Starr-Ed- posterior y el pericardio corresponde la presencia
wards, o de disco, como la prótesis de Beal). de líquido (menos de 300 ml).
2. Válvula de dispositivo de cierre excéntrico 2. La separación del epicardio posterior y-el
(como la prótesis de Bjórk-Shiley). pericardio a través del ciclo cardíaco completo (sís-
3. Las bioprótesis (porcina, etc.). tole y diástole) sugiere que la cantidad de derrame
pericárdico es, aproximadamente, de 400-500 ml.
El ecograma de estas válvulas puede permitir 3. La separación, tanto anterior como poste»
información valiosa para evaluar el momento en rior, entre el epicardio y el pericardio sugiere que
que la válvula se abre o se cierra, la amplitud de la cantidad de líquido puede estar entre 500-
movimiento del dispositivo oclusor, la de movi- 1.000 ml.
miento y densidad de los ecos en las bioprótesis, 4. La presencia de una amplia separación del
etc. (figs. 3-74 y 3-75). epicardio anterior y el pericardio es coherente
con un derrame pericárdico mayor de 1.000 mil.
cientes con lesiones valvulares conocidas, táles Puede ser de gran ayuda en el diagnóstico de
como insuficiencia aórtica o mitral, en que la prolapso de la válvula mitral, proceso que a veces
ecocardiografía puede asistir en forma importan- se asocia a presentaciones clínicas atípicas.
te al clínico para decidir la oportunidad de la in- En las cardiomiopatías, la ecocardiografía
tervención quirúrgica. Finalmente, otro ejemplo puede establecer la diferenciación entre formas
de la ayuda valiosa de la ecocardiografía es en el difusas congestivas y otras formas, tales como la
estudio de los recién nacidos con shock, sufri- cardiomiopatía obstructiva, lo que es de gran sig-
miento respiratorio, cianosis, o todos ellos, En nificación terapéutica,
estos pacientes, la ecocardiografía puede aportar Esta técnica permite establecer el diagnóstico
información definitiva para separar trastornos presuntivo de defecto septal auricular en pacien-
primariamente respiratorios metabólicos o sépti- tes con soplo y cuadro clínico compatible, en los
cos, de malformaciones cardíacas que pueden ser cuales se documentan dilataciones del ventrículo
la causa de estos problemas (presencia del sín- derecho y presencia de movimiento paradójico
drome del corazón izquierdo hipoplásico, atresia del tabique interventricular.
mitral, transposición de los grandes vasos, atresia En algunos pacientes, la ecocardiografía pue-
tricuspídea, etc.). de establecer el diagnóstico preciso de tumores
La ecocardiografía puede aportar información intracardíacos, tales como el mixoma.
definitiva, sin contar otras técnicas Finalmente, la ecocardiografía aporta informa-
de evaluación clínica o de laboratorio en una se- ción diagnóstica precisa para el diagnóstico de
rie de condiciones patológicas (tabla 3-3). malformaciones congénitas cardíacas, tales como
Puede permitir un diagnóstico definitivo en la enfermedad de Ebstein, la transposición de los
cuanto a la presencia o ausencia de derrame peri- grandes vasos, el síndrome del corazón izquierdo
cárdico, hipoplásico.
Sirve para establecer definitivamente la pre- La ecocardiografía también puede proveer in-
sencia de enfermedad mitral de origen reumáti- formación, si bien no puramente diagnóstica, de
co, lo que puede ser de gran valor en individuos gran utilidad clínica, tal como se expresa en la ta-
que se presentan con una válvula mitral extrema- bla-3-4, Permite establecer y seguir ciertos pará-
damente calcificada y en los que no existen los metros de la función ventricular izquierda, de las
elementos habituales auscultatorios de lesión dimensiones cardíacas.
valvular mitral, debido a la rigidez e inmovilidad En pacientes con enfermedad coronaria, pue-
de la válvula, de aportar información de gran utilidad respecto
al estado de la función del ventrículo izquierdo,
presencia de aneurismas, trombos (murales), o
todos ellos,
Tabla 3-3. Ecocardiografía: valor diagnóstico
definitivo
en pacientes cardiovasculares En pacientes con prótesis valvulares puede
también ayudar a definir su estado funcional y su
1. Derrame pericárdico integridad estructural.
2... Enfermedades de la válvula mitral
a) Reumática
b) Prolapso Ecocardiografía transesofágica
sin autorización es un delito.
Cardiomiopatía
La ecocardiografía transesofágica (ETE) es una mo-
>
a) Congestiva
b) Hipertrofia concéntrica dalidad diagnóstica que se basa en la versatilidad
e) —Obstructiva de las imágenes, conseguidas con los transducto-
Sobrecarga de volumen del ventrículo derecho (de- res de ultrasonidos; estas, además, pueden conse-
fecto septal auricular, insuficiencia tricuspídea, etc.)
Tumores cardíacos
E
Ebstein, transposición de los grandes vasos, etc.) Dimensiones de las cámaras cardíacas
o
La presión ventricular derecha en su fase sis- presión producido por la sístole auricular. Una
tólica es de 15-25 mm Hg, y en la telediastólica, elevación que aparece más tarde (c) está relacio-
de 0,5 mm Hg. Los valores superiores a 30 mm y nada con el aumento transitorio de presión con-
10 mm para cada una se consideran patológicos. secutivo al cierre brusco de la válvula tricúspide.
Se registran en estenosis pulmonares, fallos ven- Esta onda (c) va seguida de una línea descenden-
triculares derechos (la diastólica) y tabiques per- te que corresponde a un descenso de la presión
forados. auricular debida a la atracción del anillo tricúspi-
La presión de la arteria pulmonar es, en la sís- de hacia la punta del corazón en el momento de
tole, de 15-25 mm Hg y en la diástole, de 5-10 la sístole ventricular. La curva auricular remonta
mm Hg. La presión media varía entre 10-15 mm a continuación más o menos rápidamente hacia
Hg. Se diagnostica hipertensión pulmonar cuan- su nivel anterior, elevándose la presión como
do la sistólica supera los 30 mm Hg y la media consecuencia del relleno de la aurícula por la san-
los 20 mm Hg. gre venosa que pasa de las venas cavas. Una ter-
La presión capilar pulmonar es la que registra cera elevación (v) es consecuencia de la apertura
la sonda al quedar enclavada en el extremo más de la tricúspide (fig. 3-79 A).
distal de los vasos pulmonares sondables, y se 2. Curva de presión ventricular derecha. Inicial-
considera equivalente a la que debe existir en la mente, muestra una ascensión brusca, casi verti-
aurícula izquierda. Oscila entre 5-20 mm Hg, y cal, que empieza 0,08 s después de iniciada la
las cifras superiores se consideran como expre- onda QRS del electrocardiograma. Después de
sión de fallo ventricular izquierdo o de estenosis un vértice, seguido de una corta meseta o de un
mitral (llega a 30 mm Hg o más en las muy cerra- breve descenso apenas insinuado, la curva se in-
das) o pericarditis, y signo de grandes dificultades flexiona bruscamente, descendiendo y alcanza-
en la repleción diastólica del ventrículo izquierdo. do, generalmente, el nivel más bajo después de
La medida de las presiones en el ventrículo iz- iniciada la diástole, remontando a continuación
quierdo se realiza por cateterismo arterial retró- progresiva y lentamente durante toda ésta, pu-
grado (rara vez por punción transeptal a través del diendo presentar hacia su final una ligera eleva-
corazón derecho o puntura transtorácica), siendo ción que corresponde a la contracción de la auri-
la presión de la aorta 120 mm Hg en la sístole y cula, siendo seguida inmediatamente de la brusca
65 mm Hg en la diástole, con presión media de ascensión sistólica (fig. 3-79 B).
85 mm Hg, y la de la aurícula (4-0 mm Hg; cifra 3. Curva de presión arterial pulmonar. Al prin-
media: 3-6 mm Hg) y la del ventrículo izquierdo cipio, supone también una brusca curva ascen-
120 mm Hg en la sístole; 2-6 mm Hg en la diástole dente, que corresponde a la rápida elevación de
con una presión media de 30-40 mm Hg. presión debida al paso de la sangre ventricular a
El aumento de la presión en la aurícula dere- la arteria pulmonar, proceso que se inicia 0,09 s
cha, con caída en el ventrículo correspondiente, después de iniciada la onda QRS del electrocar-
traduce estenosis tricuspídea; el aumento en di- diograma y de 0,01-0,02 s, después de iniciarse la
cho ventrículo, con descenso de la presión en la deflexión ventricular derecha ascendente. Una
arteria pulmonar, indica estenosis del orificio pequeña muesca marca el principio de la diásto-
pulmonar; el aumento de la presión en la arte- le, y la curva describe a continuación una línea
ria pulmonar puede ser debido a persistencia del regularmente descendente hasta la sístole si-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
1. Curva de presión auricular derecha. Una pri- rresponde al cierre de la válvula mitral y a la ten-
mera elevación (a) corresponde al aumento de sión del ventrículo izquierdo.
Fig. 3-79. Curvas normales de presión por cateterismo, A) Auricular derecha. B) Ventricular derecha. C) Arterial
pulmonar, D) Auricular izquierda. E) Ventricular izquierda.
momento en que se cierra la mitral (punto «z» del conducto arterioso, así como las fístulas y
del trazado auricular). El trazado casi vertical du- aneurismas arteriovenosos, dan lugar a un flujo
rante la fase de contracción isométrica del ventrí- sanguíneo «de izquierda a derecha», es decir, de
culo izquierdo y la apertura de la sigmoidea, que las cavidades izquierdas a las derechas; de la aor-
marca el momento de iniciarse la expulsión ven- ta a la pulmonar o de las arterias a las venas, con
tricular, no comporta modificación alguna en la el consiguiente enriquecimiento de la sangre ve-
pendiente de la curva ventricular. El período de nosa en oxígeno, en el sitio correspondiente al
expulsión se divide en un período de impulsión nivel donde se opera el cortocircuito.
rápida, que va desde la apertura de las válvulas Se advertirá dicho enriquecimiento en oxígeno:
aórticas en el vértice de la curva ventricular iz-
quierda, y el periodo de expulsión lenta, que co- 1. Al pasar el catéter de la vena cava superior
responde a una meseta. Se ha discutido si esta a la aurícula derecha, si hay un defecto del tabique
meseta era ascendente o descendente; es posible interauricular (persistencia del ostívm primum o del
que la edad y el estado de las arterias puedan de- foramen ovale, cor triloculare, cor bilocurare, persisten-
sempeñar un papel en la morfología del vértice cia del canal auriculoventricular común).
de la curva ventricular. Después de éste, el des- 2. Al pasar de la aurícula al ventrículo, si
censo de la presión ventricular es muy rápido y hay un defecto, alto o bajo, del septo interventri-
el trazado cruza el correspondiente a la aurícula a cular, o carencia de éste.
nivel del vértice «v». Inmediatamente, se produce 3. Al pasar del ventrículo a la arteria pulmo-
la apertura de la mitral y se inicia la curva diastó- nar, si hay un defecto del septo aórtico-pulmo-
lica por una depresión a la que puede seguir un nar, existe un tronco arterial común o persiste el
leve resalte y después una meseta ligeramente conducto de Botal.
ascendente hasta el fin de la diástole. Durante el
período de relleno ventricular no existe, entre la Cuando a dichas anomalías congénitas se su-
aurícula y el ventrículo, más que un mínimo gra- ma tardíamente una hipertensión pulmonar que
diente de presión (fig. 3-79 E). obstaculiza el vaciado de las cavidades derechas,
6. Curva aórtica. La curva aórtica toma el as- el flujo sanguíneo se invierte y la sangre venosa
pecto de los dientes de una sierra. Cada uno de deja de enriquecerse en oxígeno y es reducida, en
ellos consta de una rama rápidamente ascenden- cambio, la dote de oxígeno arterial, al recibir las
te (onda anacrótica) y una rama descendente, por cavidades izquierdas del corazón una mezcla de
lo general menos abrupta (onda catacrótica), que sangre venosa procedente del corazón derecho.
ostenta una inflexión correspondiente al cierre de El débito cardíaco se evalúa según el principio
las sigmoideas (muesca discrótica). El vértice de de Fick, que considera que éste corresponde al
la curva puede ser puntiagudo o redondeado. So- consumo de oxígeno por unidad de tiempo; Bing,
bre la rama ascendente, a veces se inscribe, aun Dexter y Cournand fueron los primeros en propo-
que raramente, una muesca anacrótica. ner la aplicación de este principio en el hombre.
El consumo de oxígeno en condiciones basa-
Medición del contenido de oxígeno de las les se sitúa entre 0,15-0,18 l/min. La saturación
muestras de sangre (oximetría). Para detec- de oxígeno de la sangre arterial se determina por
tar los shunts (comunicaciones anómalas) intra- punción de la arteria femoral. La saturación de la
delito.
cardíacos o de grandes vasos y estimar el débito sangre venosa se mide en la sangre de la arteria
cardíaco (tabla 3-6). Para el primer fin, se toman
un
es
muestras de sangre:
autorización
pulmonar; a este nivel, la. mezcla de las diferen- Electrocardiografía cavitaria, de Lenegre:
tes sangres venosas es más completa. La diferen- Ya ha sido comentada.
cia arteriovenosa representa el oxígeno utilizado
en los diversos tramos del organismo. intracardíaca de Soulié y Lau-
El débito cardíaco (Vmin) a una rens. La utilización del micromanómetro en un
fórmula (consumo de O, (ml/minYdiferencia arte- corazón normal permite registrar en la aurícula de-
riovenosa), y está en función de la talla, el peso y recha los dos ruidos del corazón de débil amplitud,
el sexo. El índice cardíaco da un valor más fijo, que 0,1-0,3 mm Hg, de frecuencia baja; en el ventrículo
se sitúa entre 3,4-3,2 Um? de superficie corporal. derecho, el primer ruido se capta con el máximo
Normalmente, en ausencia de cualquier co- de intensidad en la cámara de llenado y sobreviene
municación entre las dos circulaciones, el débito 0,02-0,03 s después del comienzo de la subida: de
pulmonar (DP) que tiene en cuenta estos paráme- las presiones. El segundo ruido es más neto en:la
tros equivale al débito sistémico (DS), estable- cámara de expulsión. En la arteria pulmonar, el pri-
ciéndose la relación DP/DS = 1. mer ruido es débil y el segundo se inscribe con una
intensidad aproximada de 1 mm Hg. Normalmen:
Angiocardiografía selectiva derecha o iz- te, no se registra ningún soplo.
quierda, Mediante contraste inyectado a tra-
vés del catéter en los grandes vasos:o cavidades
cardíacas. Se comentará más adelante. TONOMETRÍA ARTERIAL
Angiografía coronaria. Estudio selectivo La tensión arterial (tonometría, esfigmomano:
de las ramas coronarias derecha e izquierda (des- metría) se valora con los esfigmomanómetros, cuya
cendente izquierda y circunfleja) por medio de técnica y utilidad hemos considerado con detalle.
contraste inyectado selectivamente en los orifi-
cios coronarios derecho e izquierdo. Es esencial
para estudiar la anatomía coronaria en pacientes FLEBOGRAMA
afectos de angina de pecho o «angor» coronario,
como paso previo al tratamiento de la estenosis El flebograma tiene por objeto el registro grá:
arterial con un puente (by-pass) quirúrgico o con fico del pulso venoso para el estudio de su ritmo
una angioplastia (fig. 3-80). y morfología,
TONOMETRÍA VENOSA
La mensuración de la presión venosa (tono:
metría venosa) nos ha ocupado con la detención
que merece, dada su importancia práctica, en el
apartado correspondiente.
TONOMETRÍA CAPILAR
La presión de la sangre que circula por el capi-
lar es intermedia entre la de las arterias termina-
les o metarteroides y las ramas primeras de las
venas colectoras. Sirviendo como punto de refe-
rencia la interrupción de la corriente linfática por
compresión extema, se estima en 19-26 mm Hg
y con el empleo de micropipetas introducidas en
el capilar; en el limbo arterial, de 21-48 mm Hg
(promedio, 32 mm Hg); en la cima del asa, de
15-32 mm Hg (promedio,20 mm Hg); y en el limbo
Fig. 3-80. Coronarografía derecha. Importante re- venoso, de 6-18 mm Hg (promedio, 12 mm Hg).
ducción del calibre arterial. En ambos métodos (incruento y cruento), si la
Cardiología. Angiología 291
determinación se hace en la mano, ésta debe si- trastorno hemorrágico, ni de la coagulación, e in-
tuarse a nivel del corazón. cluso puede considerarse normal (fig. 3-81). La
afectación es máxima cuando aparecen petequias,
en mayor o menor cantidad, en el antebrazo y
RESISTENCIA CAPILAR codo, sobre todo en la región del pliegue; las man-
chas son del tamaño de una lenteja y a veces ma-
Dificultad que presentan los vasos capilares a yores, confluentes, y el miembro adquiere una to-
romperse cuando se ejerce sobre ellos una acción nalidad violácea debido al número e intensidad de
traumática; se estudia con técnicas por estasis las manchas, se demuestra que existe un grave
(método del lazo) y por succión. Se desaconsejan trastormo capilar y de la hemostasis.
los métodos basados en traumatismos directos 2. Pruebas de succión. Consisten en producir,
(golpe, punción, etc.): por aspiración, un vacío en un territorio cutáneo
delimitado (ventosa, etc.). La aparición de pete-
1. Método del lazo (o de Rumpel-Leede). Se quias indica fallo capilar.
lleva a cabo colocando el brazal del esfignmoma-
nómetro en el tercio medio del brazo, a una pre-
sión intermedia entre la tensión arterial máxima RADIODIAGNÓSTICO
y mínima, de modo que obstaculice la circula- DEL CORAZON Y GRANDES VASOS
ción venosa de retorno pero respetando la arte-
rial. Una presión superior a la máxima impediría El corazón y los grandes vasos proyectan una
el paso de la sangre a la periferia del miembro, y sombra oscura que destaca bien en los campos
entonces la estasis venosa sería menor. pulmonares claros. Se emplea la radioscopia pro-
Al cabo de 10 min de mantener la estasis, se ximal (distancia tubo-pantalla, 75 cm), que nos
retira el mecanismo compresor y aparecen, cuan- orienta sobre la topografía, morfología, densidad
do la prueba es positiva, es decir cuando hay y, sobre todo, la movilidad del corazón y grandes
anormalidad, una serie de petequias de número y vasos, y la telerradiografía o radiografía obtenida
tamaño variables, desde puntiformes y poco visi- a una distancia tubo-placa mínima de 2 m, co-
bles hasta del tamaño de una lenteja o aun ma- rrespondiendo el haz central a la apófisis espino-
yor, con asiento preferente en las proximidades sa de la VI vértebra dorsal. La divergencia en los
del lugar donde colocamos el brazal o extendién- rayos aumenta la silueta cardíaca, sobre todo en
dose a casi todo el antebrazo subyacente. la radioscopia.
El número de elementos petequiales es de 5 a El enfermo, de pie, se examina en tres posiciones:
12 si es escasa la positividad o numerosísimos en
los casos intensos. Es interesante consignar no 1. Posteroanterior (PA) o frontal. El enfermo
sólo el número aproximado de petequias que han mira al observador (fig. 3-82 A). En esta posición
aparecido, sino la extensión de la zona petequial.
En los casos de trastorno más leve, las pete-
quias sólo se presentan en el pliegue del codo e
inmediatamente por debajo de la zona en donde
ha estado aplicado el brazal.
delito.
(+++++), dependiendo del número de petequias Fig. 3-81. Esquema de los resultados de la prueba de
MASSON,
que aparezcan. Un máximo de seis petequias muy Rumpel-Leede. La aparición de cuatro o cinco pete-
pequeñas y situadas exclusivamente en el pliegue quias, a los 10 min de haber aplicado el brazo, puede
del codo no tiene mayor valor, ni es sinónimo de considerarse normal.
O
292 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 3-82. Esquema de la sombra radiológica de un corazón normal en las proyecciones frontal (A) y oblicuas
anterior derecha (B) e izquierda (C).
3. Oblicua anterior izquierda (OAl) o segunda tía (> 500 m)). Su diferenciación radiológica es
oblicua. Con una rotación de 45%, el enfermo siempre delicada y motivo de cunfusión. Se valo-
aproxima el hombro izquierdo a la pantalla, con ran a favor del derrame pericárdico, la desapari-
elevación del brazo izquierdo (fig. 3-82 C). ción de las curvas propias de la silueta cardíaca
Sirve para el estudio del cayado aórtico, aor- normal, especialmente del borde izquierdo, que
ta descendente, aurícula y ventrículo izquierdos. se hace rectilíneo o convexo; el acortamiento de
Las sombras del corazón y de su pedículo vascu- la sombra supracardíaca vascular; la falta de esta-
lar aparecen a la izquierda de la sombra de la co- sis pulmonar con la vena cava superior turgente
lumna vertebral. y, sobre todo, la reducción o abolición de los lati-
El contorno izquierdo corresponde al ventrículo dos cardíacos en contraste con la pulsabilidad del
derecho y a la aorta, la cual, después de un curso pedículo vascular (signo de Berner). Es útil recu-
ascendente, se continúa con la porción horizontal rrir al cateterismo de las cavidades cardíacas y a
(rodilla anterior del cayado). A veces, se percibe la la angiocardiografía.
sombra de proyección del ángulo formado por
la porción horizontal de la aorta con la porción
inicial descendente (rodilla posterior del cayado). Cambios de forma y tamaño de partes
El contorno derecho o mediastínico está forma- aisladas del corazón
do por el ventrículo izquierdo, la aurícula izquier-
da y la aorta. Entre el ventrículo y la aurícula iz- Como consecuencia de lesiones musculares
quierdos, se encuentra el surco auriculoventricular, primarias o de sobrecargas exageradas de la pre-
relativamente fácil de determinar por radioscopia, sión y volumen; si se afectan dos o más cavida-
por la diferente pulsatilidad de ambos arcos. des, siendo las otras normales o hipoplásicas, re-
sultan imágenes complejas de gran valor
semiológico:
Variaciones del contorno cardíaco
l. Agrandamiento del ventrículo izquierdo. Se
El aspecto de la sombra radiológica del cora- señala en la hipertensión arterial, lesiones val-
zón varía según la constitución del sujeto, En los vulares aórticas e insuficiencia mitral orgánica.
normotipos, su eje forma con la horizontal un Se traduce por el abombamiento del arco infe-
ángulo alrededor de los 45” (corazón oblicuo). En rior del perfil izquierdo del corazón, con eleva-
los pícnicos, su forma es horizontal, y en los as- ción del punto G y desviación de la punta hacia
ténicos, tiende a la vertical. Á veces, ciertos cora- abajo y hacia la izquierda; el ángulo que forma el
zones medios y pequeños apenas contactan con arco inferior con el arco medio es más agudo que
el diafragma (corazón en gota). La silueta cardía- el habitual, y el conjunto de la silueta del cora-
ca se desplaza algo con los movimientos de late- zón toma la forma de una bota; en oblicua, el
ralidad y durante la respiración, ventrículo izquierdo alcanza y aun rebasa la co-
En condiciones anómalas podemos observar: lumna vertebral.
2. Agrandamiento del ventrículo derecho (cor pul-
monale y ciertas malformaciones congénitas, cornu
Aumento global de la silueta cardíaca estenosis pulmonar, tetralogía de Fallot, comple-
delito.
Ya sea por causa miógena (pérdida patológica ne resulta de la suma del ventrículo agrandado
es
del tono o disminución con finalidad regulado- más la rotación del perfil auricular derecho, el
sin autorización
1a%) o por un derrame pericárdico de cierta cuan- abombamiento y prominencia del arco medio
(cono pulmonar) con atenuación del aórtico y
ventricular izquierdo, y la elevación de la punta
Con la denominación de «tono» se designa el estado de
del corazón, que se despega del arco diafragmáti-
Fotocopiar
todo o nada». Pero la intensidad de la contracción depende del ción con el ventrículo derecho, que a veces llega
tono de la fibra en el momento de la estimulación; cuanto más
(OQ MASSON,
larga, gruesa y distendida sea la fibra, mayor sería la intensidad a contactar con la línea esternocostal.
contráctil, de modo que la sístole cardíaca depende de la elon- 3. Dilatación de la aurícula izquierda (valvulo-
gación diastólica de acuerdo con la «ley o regla de Starling». patías mitrales y especialmente estenosis). Se
294 Semiología médica y técnica exploratoria
realiza hacia atrás y a la derecha, a causa de la re- Anomalías vasculares (aorta y arterias
sistencia opuesta por el ventrículo izquierdo, pulmonar y bronquiales; venas cavas
más anterior, y por la válvula mitral. En proyec- y pulmonares)
ción anteroposterior, se observa el incremento
discreto del ll arco izquierdo y la aparición de un Las más importantes, con traducción radioló-
IM arco derecho o incremento del 11, siempre que gica simple, son las siguientes:
la aurícula se desaloje hacia este lado, gracias a la
hipertrofia ventricular derecha concomitante. En 1. Procesos aórticos (ateroma, aortitis luética,
OAD, disminuye o desaparece el espacio entre hipertensión arterial, insuficiencia aórtica, etc.).
las sombras correspondientes a la aurícula y co- Motivan la elongación y dilatación del vaso, con
lumna dorsal; el esófago, en su porción media y predominio de las porciones ascendentes y trans-
final, se encuentra comprimido, y por él sólo versa en la aortitis e hipertensión arterial, y de la
pasa un hilo de contraste baritado. En OAL, se es- descendente en el ateroma (aorta senil). La dilata-
tima el ángulo de bifurcación entre ambos bron- ción difusa de la porción ascendente de la aorta
quios principales, cuyo valor promedio de 62,7” torácica se identifica en posición frontal por el
se eleva a 69,7” por término medio, a causa del ascenso (hasta cerca de la clavícula) y mayor pro-
desplazamiento del bronquio izquierdo por la minencia del botón aórtico y por una mayor con-
aurícula izquierda dilatada. vexidad del arco superior derecho.
4. Dilatación auricular derecha (lesiones tricús- En OAD, cabe observar un aumento de la
pides, comunicación interauricular, enfermedad convexidad del arco superior derecho, el corres-
de Ebstein, etc.). Motiva la prominencia del arco pondiente a la aorta ascendente.
inferior derecho en posición frontal y la desapari- El desenrollamiento de la porción transversa
ción del espacio claro retrocatfdíaco situado in- del cayado se reconoce en OAÍ por la mayor
mediatamente por encima del diafragma en abertura del arco cóncavo hacia abajo formado
OAD. Dada la situación del esófago a la izquier- por el contorno inferior de este segmento aórtico.
da de la aurícula derecha, nunca es desplazado Las anomalías de la aorta descendente se ha-
(al revés de lo que ocurre en los crecimientos cen aparentes, en posición frontal, sobre todo
ventriculares izquierdos), observándose su ima- dentro del espacio, normalmente claro, situado
gen normal en plena masa oscura correspondien- fuera del arco medio izquierdo y botón aórtico.
te a la aurícula derecha. En OAI, abomba el arco La dilatación circunscrita (aneurisma) de la aor-
medio entre el aórtico por encima y el ventricular ta se observa en las porciones ascendente y trans-
derecho, por abajo. versa; menos frecuentemente en la descendente.
9. Dilatación de dos o más cavidades cardíacas. Facilita su identificación la presencia de latidos a
En la estenosis mitral, el ventrículo izquierdo su nivel, y que cn su desarrollo destruya elemen-
aparece reducido lo mismo que el botón aórtico. tos óseos vecinos (vértebras, esternón, costillas),
El arco medio se rectifica y luego se vuelve pro- cosa casi exclusiva de los de naturaleza sifilítica.
minente (configuración mitral o mitralización del En la coartación de la aorta, se señalan la
corazón), el ventrículo derecho se va agrandando elongación del pedículo vascular hacia arriba,
hasta formar la punta cardíaca, la sombra auricu- adoptando la forma de chimenea, debido a la
lar asoma por el borde derecho de la silueta car- poca visibilidad del botón aórtico y de la aorta
díaca entre los perfiles de la cava superior y la descendente, junto con el calibre extraordina-
aurícula derecha (por el giro del corazón en el rio de los vasos que salen del cayado; la dilata-
sentido de las agujas del reloj alrededor de su eje ción de la arteria subclavia izquierda en OAD, y
longitudinal) y, finalmente, la aurícula derecha se la dilatación postestenótica del extremo proximal
dilata por insuficiencia tricuspídea funcional. En de la aorta descendente. Estas imágenes se perci-
el fallo aórtico avanzado al sobrevenir la mitrali- ben también a veces en la radiología simple, pero
zación del corazón, éste adopta la configuración son más evidentes sobre el esófago baritado (sig-
aórtica al añadirse la prominencia del arco medio no de la «E», de Gross) y con la mediastinografía
y la dilatación auricular y ventricular derechas gaseosa. Lis posible observar en los bordes infe-
con ensanchamiento y densificación de los hilios riores de las costillas, las erosiones típicas en los
pulmonares. La cardiomegalia es considerable arcos posteriores causadas por la presión de las
(corazón bovino de Traube). En las cardiopatías arterias intercostales dilatadas (signo de Roeslen),
congénitas, coexisten zonas agrandadas con otras que se extiende, algunas veces, desde la C3 hasta
de tamaño normal o disminuido. la C9 y C10.
Cardiología. Angiología 295
2. Malformaciones de la vena cava. Doble vena región parahiliar superior derecha o izquierda. El
cava superior; doble vena cava superior con dre- drenaje total de las venas pulmonares a la vena
naje venoso anómalo; ausencia de la vena cava. cava superior motiva una imagen circular de lo-
En la primera, la coexistencia de dos cavas su- calización supracardíaca (sombra cardíaca en fi-
periores (se comunican a través de la vena innomi- gura de «muñeco de nieve»).
nada) motiva una imagen con un pedículo vascular
simétrico, a diferencia de lo que ocurre normal- 4. Anomalías de la arteria pulmonar. Aneuris-
mente, en que se observa la vena cava superior de- ma del tronco o ramas principales, malposición
recha en un lado y el botón aórtico en el otro. (cosa frecuente en las transposiciones vascula-
En la segunda, el caudal importante de sangre res), agenesia, estenosis posvalvular, obstrucción
que circula por la vana cava superior izquierda, trombótica adquirida con dilatación considerable
vena innominada y vena cava superior derecha, del tronco de la arteria pulmonar y amputación
da lugar a una imagen radiológica muy caracte- de una o ambas ramas (si el proceso es bilateral)
rística, ensanchando el pedículo vascular, envol- con marcada isquemia de los campos pulmo-
viéndolo a modo de «cuello de renard» y confi- nares.
riendo al corazón la típica configuración en «8» 5. Circulación bronquial. En los casos de atre-
de Albers y Snellen. sia orificial o infundibular pulmonar, la circula-
La opacificación selectiva de la arteria pulmo- ción puede llevarse a cabo a través de las arterias
nar demuestra claramente el camino que sigue el bronquiales considerablemente dilatadas. La ano-
drenaje venoso del pulmón. El cuadro radiológico malía puede ser unilateral o bilateral. Se traduce
se completa por la presencia de una gran plétora en la placa radiológica por un moteado muy ca-
pulmonar consecuencia del gran cortocircuito ar- racterístico, y por la ausencia de las «comas» hi-
terlovenoso. liares, propias de las dos ramas principales de la
En ausencia de la vena cava inferior (en reali- arteria pulmonar. Cuando la lesión es unilateral
dad, un corto segmento por debajo de las venas aparece el llamado «síndrome de Jano».
suprahepáticas), el flujo de la vena cava inferior 6. Trastornos circulatorios de la pequeña circula-
va a parar a la superior por el camino de la vena ción. Motivan una serie de imágenes pulmonares
ácigos, cuyo cayado se hace visible en forma de anormales que completan las mostradas por el
vírgula, que aparece un poco por encima del hilio corazón:
derecho, en el lugar donde la gran ácigos desem-
boca en la vena cava superior derecha. a) Sombras hiliares. Resultan integradas por
3. Malformaciones de las venas pulmonares. El la proyección anatómica de bronquios, ganglios
drenaje de las venas pulmonares derechas en la y particularmente, de las ramas de la arteria pul-
vena cava inferior da lugar a: monar. Aparecen ensanchadas y de contorno bo-
rroso en la estasis pulmonar cardiógena por la
a) Dextroposición moderada del corazón. mayor repleción vascular con estasis venosa y
b) Asimetría en el tamaño y vascularización linfática y discreta trasudoración. De estos hilios
de los dos pulmones; el izquierdo (el único fun- agrandados y densos, parte una trama vascular
cional) está hiperdistendido (rechaza el corazón aumentada que se extiende en forma de ala de
hacia la derecha) e hipervascularizado con danza mariposa, contrastando con la claridad de los
Fotocopiar sin autorización es un delito.
nares en la vena cava superior derecha o izquicer- b) Refuerzo del dibujo pulmonar. Con entur-
da motiva una imagen circular localizada en la biamiento general o limitado a las regiones hi-
296 Semiología médica y técnica exploratoria
liar y parahiliar en los enfermos mitrales o basal Repercusión esofágica de las variaciones
en los aórticos. Esta hiperemia pasiva, si se pro- del contorno cardiovascular
longa, acarrea una esclerosis intersticial secun-
daria. Son frecuentes la presencia de manchas, La exploración radiológica del corazón y gran-
desde grumos finos a grumos gruesos, por acu- des vasos se completa con la del esófago, en el
mulación de exudados en los alvéolos. En oca- cual normalmente la aorta, el tronco bronquial
siones (estenosis mitral), se asiste a la forma- izquierdo y el corazón dejan sendas y leves hue-
ción de nódulos hemosideróticos de tamaño llas en su cara anterior, bien visibles en PA y
miliar (granulia hemosiderótica). En el caso de OAD. El lecho aórtico suele estar más marcado
una elevación súbita de la presión intracapilar en los ancianos y esclerosos.
(> 25-30 mm Hg) sobre la coloidosmótica, se Los aneurismas de la aorta torácica alteran la
presenta la crisis congestiva conocida como imagen del esófago en mayor o menor grado,
«edema agudo de pulmón cardiógeno»; en ésta, comprimiéndolo y desplazándolo. En el cayado
la infiltración alveolar difusa origina un velo gris aórtico, a la derecha, se observa una impresión so-
en todo el campo pulmonar, que, junto con los bre el borde derecho, y muchas veces sobre la cara
hilos de estasis, da una imagen radiográfica posterior, y en el cayado aórtico doble, el cayado
muy característica. derecho, más ancho que izquierdo, comprime el
c) Imágenes cisurales, Se ven más en pacientes borde derecho y la cara posterior del esófago,
mitrales descompensados, casi todos reumáticos. mientras que el cayado izquierdo deprime el bor-
son contemporáneas en la insuficiencia y desa- de izquierdo. Además de la estrangulación esofá-
parecen con ella. Se afecta, en casi todos los ca- gica, en la radiografía PA del tórax se observa un
sos, la cisura superior derecha. Se explica por un doble botón aórtico perfectamente simétrico.
edema ectásico ocasionado por la dificultad de la La arteria subclavia derecha aberrante motiva
circulación venosa. una depresión de valor patognomónico, en la
d) Líneas de Kerley. Son sombras lineales ho- cara posterior del esófago, inmediatamente por
rizontales de 1-3 cm de largo y 1 mm, aproxima- encima del cayado aórtico. Dicha anomalía es
damente, de anchura. 5e observan en el campo motivo de «distagia lusoria» dado que este vaso
medio pulmonar entre el hilio y la periferia (linea nace del cayado aórtico a la altura de la subclavia
A de Kerley) o en la región basal (línea B de Ker- izquierda en una posición más distal a ella. En la
ley). Se deben al edema e ingurgitación linfática mayoría de los casos, la subclavia derecha abe-
de los tabiques interlobulares. Rara vez aparecen rrante de iniciación izquierda cruza la línea me-
con presiones venosas intracapilares inferiores a dia para dirigirse al lado que ha de irrigar (el de-
20 mm Hg. Se desvanecen al mejorar la estasis recho), entre el raquis derecho y el esófago.
cardiógena. Según la dirección del vaso sea horizontal u obli-
e) Hidrotórax de la cavidad pleural e interlobu- cua, hacia arriba y a la derecha, la escotadura que
lar. El primero es de observación trivial. El hidro- termina en la cara posterior del esófago tendrá
tórax interlobular circunscrito (cl llamado «tumor forma semilunar o «en bayonetas, variando su
fantasma» de los cardíacos, pues desaparece con profundidad con las distintas proyecciones. Los
rapidez con el tratamiento) se ve poco. Sólo se contornos de la depresión son siempre lisos y re-
produce si coinciden en un mismo enfermo insu- gulares y, a veces, se distingue la sombra de la
ficiencia cardíaca congestiva y adherencias pleu- subclavia anónima.
rales que impidan la acumulación del trasudado En la enfermedad mitral, las modificaciones
en la gran cavidad pleural. son complejas. El esófago sufre, primero, una
PD Infarto pulmonar. Es secuente a la oclusión compresión con poco desplazamiento y discreta
de un vaso por un émbolo o trombo. La esteno- disminución de la luz. Más tardc, al aumentar de
sis pulmonar favorece su aparición. tamaño, la orejuela izquierda se desvía hacia el
g) Asimetría en el tamaño de los dos pulmones, lado derecho o izquierdo, por el corazón dere-
Se observa en la agenesia congénita de una rama cho, cuando la hipertensión o esclerosis pulmo-
de la arteria pulmonar (casi siempre la derecha) y nar determina la claudicación del ventrículo dere-
en la anomalía con drenaje de las venas pulmo- cho. Ésto se debe a que la aurícula izquierda,
nares derechas en la vena cava inferior. El pul- muy dilatada, rodea casi por completo al esófago
món menos vascularizado está hipoplásico, más y da lugar a su desviación sinistroventral.
claro a los rayos X y con frecuentes imágenes La pericarditis con derrame y la dilatación glo-
bronquiales o bronquiectásicas. bal del corazón comprimen y desvían el esófago
Cardiología. Angiología 297
con retardo del paso de la papilla baritada por re- las embolias pulmonares (fig. 3-84), así como las
ducción de la luz del esófago. de las principales ramas de la aorta (renales [figu-
ra 3-85), mesentérica superior, ilíacas, etc).
Los aneurismas, tanto de aorta torácica como
ANGIOGRAFÍA POR SUSTRACCIÓN abdominal (fig. 3-86), se visualizan muy bien,
DIGITAL permitiendo apreciar con seguridad si están afec-
tados o no los troncos supraaórticos o las arterias
La angiografía por sustracción digital (ASD o viscerales abdominales, datos estos últimos de
DIVAS) es una técnica angiográfica que estriba, extraordinario interés quirúrgico,
fundamentalmente, en que permite la obtención Hay dos síndromes en que la angiografía digi-
de imágenes arteriales, con la inyección del me- tal ha resultado revolucionaria, por comportar un
dio de contraste por vía intravenosa.
La angiografía por sustracción digital intraveno-
sa (ASD-IV) puede hacerse de forma ambulatoria,
con los consiguientes beneficios económicos y so-
ciales para el paciente. Además, en relación con las
arteriografías clásicas o convencionales, presenta la
ventaja de tener muchas menos complicaciones,
presentando, por tanto, una morbilidad muy baja.
Los principios técnicos en que se fundamenta
la ASD son la digitalización de la imagen y la
sustracción de las partes óseas y blandas, con lo
que se captan pequeñas concentraciones de con-
traste en los vasos sanguíneos.
La indicación principal de la ASD-IV es la pa-
tología de vasos de grueso o mediano calibre, de
los cuales se identifica perfectamente la forma y
tamaño, permitiendo diagnosticar, por tanto,
aneurismas (fig. 3-83), embolias, fístulas arterio-
venosas, estenosis, etc.
En el terreno de las embolias, se diagnostican
fácilmente, y con escaso riesgo para el paciente,
sin autorización es un delito.
Fotoconíar
OMASSON.SA
Fig. 3-83. Aneurisma disecante de la aorta torácica. Fig. 3-85. Estenosis de la arteria renal derecha.
298 Semiología médica y técnica exploratoria
CARDIOGRAFÍA.
ANGIOCARDIOGRAFÍA SELECTIVA
La cardiografía depara la imagen de las cavi-
dades cardíacas y grandes vasos, previa inyec-
ción de una sustancia radioopaca y no irritante
por vía venosa. Se constata su curso con una se-
Fig. 3-86. Aneurisma de la aorta distal y obliteración
de la ilíaca primitiva izquierda.
rie de radiografías disparadas, aproximadamente,
cada segundo, o fracción, con un seriador. A-los
2-3 s, se recoge el dextrograma (cavidades dere-
importante cambio en el protocolo de estudio de chas y arteria pulmonar) y, transcurridos 5-7 s, el
los pacientes. Estos síndromes son la insuficiencia levograma (cavidades izquierdas y arteria aorta).
vascular cerebral y la hipertensión vasculorrenal. Colocando un catéter en el corazón derecho o
A nivel de extremidades inferiores, la ASD-IV izquierdo, se obtiene una angiocardiografía. se-
obtiene buena visualización de las arterias femora- lectiva con mayor contraste y ahorro de sustan+
les y de las poplíteas, pero no se consiguen nor- cia radioopaca, si bien con un cierto riesgo que
malmente buenas imágenes de zonas más distales. no excede el 1 %, La técnica de este examen re-
Finalmente, siempre que $e quiera conseguir quiere condiciones de asepsia y esterilización
una mejor definición, queda el recurso de la ASD quirúrgica.
intraarterial, que también comporta algunas ven-
tajas en relación a la arteriografía convencional.
GAMMAGRAFÍA O ESCINTIGRAFÍA
CARDÍACA
La exploración con isótopos radiactivos es
de gran utilidad para poder estimar la cantidad de
sangre circulante en las cavidades cardíacas, ¿
grandes vasosy eventuales formaciones aneuris- ]
máticas; además, es sumamente válida para la vi-
sualización directa o para descartar lesiones mio-
i
o
cárdicas ante clínica sugestiva de coronariopatía.
En el caso de ECG y prueba de esfuerzo no Ñ
É
demostrativas de lesión con clínica sugestiva de
coronariopatía, se recurre a la gammagrafía con
talio (isótopo captado selectivamente por el mio-
cardio de acuerdo con el flujo coronario); en el
caso de lesión isquémica miocárdica, la captación :
es inferior o nula con respecto a la zona sana; es Y
importante, en el caso de sintomatología dudosa, Fig. 3-87.
'
Gammagrafía cardíaca con 201 TL intrave- '
realizar previamente a la inyección del isótopo noso. Perfusión homogénea del miocardio.
Cardiología. Angiología 299
nógenas. Como es bien sabido, la disminución de endocarditis agudas o subagudas) la cifra total de
la tensión del oxígeno de la sangre es uno de los proteínas es variable, no así el aumento porcentual
mejores estímulos de la función eritropoyética. de globulinas, primero las dz y B, y luego las y.
En la sangre periférica de los pacientes con 2. Proteína C (signo inespecífico de inflama-
descompensación cardíaca congestiva, cabe ob- ción o necrosis). Es positiva en diversos procesos
servar hematíes nucleados y reticulocitos relacio- sépticos o tumorales endocárdicos o pericárdi-
nados con la anoxemia derivada de la enferme- cos, así como en el infarto de miocardio a partir
dad cardíaca. Se originaría así el lanzamiento de las 18-48 h, y durante 10-15 días.
prematuro o anormal a la circulación de los nor- 3. Fibrinógeno. Es frecuente observar cifras
moblastos de la medula, a raíz de la anoxia local. altas.
S.A.
activas producen, a menudo, leucocitosis con cia de dislipemias en la cardiopatía coronaria pre-
neutrofilia y desviación a la izquierda. Al finali- coz. El ascenso se refiere a los lípidos totales, co-
zar el brote de la fiebre reumática, es frecuente lesterol, triglicéridos y lipoproteínas B.
300 Semiología médica y técnica exploratoria
pueda mantenerse hasta los límites mínimos nor- nuto hasta que el paciente recupera la frecuencia
males debe ser considerada como patológica. de antes del esfuerzo.
En el resultado de esta prueba tienen impor- Un corazón se considera normal cuando la re-
tancia la excitabilidad nerviosa y la buena volun- cuperación que se logra no excede el segundo o
tad del sujeto explorado, Es preciso también tercer minuto; en cambio, cuando la frecuencia re-
excluir con seguridad la presencia de procesos basa 160 pulsaciones/min o cuando el equilibrio
respiratorios (enfisema) y cifoscoliosis, los cuales, tarda en restablecerse hasta más de 6 min después
sin estasis cardiógenas, reducen la capacidad vital. de terminado el esfuerzo, el corazón debe ser con-
En relación con la respiración como prueba siderado insuficiente ante el esfuerzo practicado.
funcional del corazón, citaremos la desaparición «Índice de Ruffier». Se procede como sigue:
del desdoblamiento fisiológico del segundo tono
cardíaco durante la inspiración como signo de fa- 1. Contar el pulso en reposo.
llo izquierdo latente o una insuficiencia corona- 2. Ordenar que el sujeto realice el esfuerzo.
ria. Esta ausencia se produce por la afectación de 3. Contar el pulso durante 15 s (multiplicar
la fuerza de contracción del corazón izquierdo, por 4).
con un alargamiento de los tiempos de tensión y 4. Esperar 1 min y contar el pulso durante
expulsión y desaparición del intervalo entre los otros 15 s (multiplicar por 4).
cierres aórtico y pulmonar; entonces se percibe 9. Sumar las cantidades correspondientes a
un tono impuro o un desdoblamiento paradójico los subapartados 1 + 3 + 4, de cuya suma resta-
o inverso (espiratorio), signo claro, este último, mos 200 y dividimos entre 10.
de fallo izquierdo por cuanto sólo se encuentra
en casos de hipertensión grave, estenosis aórtica, El resultado se valora: de 0-3, muy bueno, 3-6,
bloqueo de la rama izquierda y fallo coronario. bueno; 6-15, vigilancia médica; 15 en adelante,
La prueba se sensibiliza tras un esfuerzo (rea- muy malo.
lizar 10 flexiones de piernas), pues entonces se
hacen más altos los tonos cardíacos por un eleva-
do volumen de latido. Cuando en un paciente Maniobra de Valsalva-Burger
el desdoblamiento desaparece al ponerse en pie (o de la espiración forzada)
(existiendo en las posiciones horizontal y senta-
da), sus reservas cardíacas son reducidas; está to- El criterio base consiste en la variación de la
davía necesitado de cuidados. tensión arterial periférica en el curso y a conti-
Por consiguiente, la respiración puede servir nuación de una maniobra de compresión interna
muy bien como prueba funcional del corazón. por espiración bloqueada. Ésta se efectúa siem-
Por tanto, con un fonendoscopio podemos de- pre que sea posible en posición acostado.
senmascarar a tiempo las cardiopatías e instaurar El paciente es invitado a hacer una inspiración
un tratamiento profiláctico. profunda y después a hacer presión en espiración
bloqueada (con la glotis abierta) contra una co-
lumna de mercurio que se debe situar y mante-
PRUEBAS DE ESFUERZO ner a una altura determinada, entre 40-50 mm.
La presión intrabucal, intratorácica e intraabdo-
delito.
Valoran los cambios circulatorios ante un es- minal necesaria para elevar el mercurio al nivel
un
fuerzo-tipo. Á continuación describimos las más fijado debe alcanzarse en un lapso mínimo, y la
es
Puesto el enfermo de pie, se determina el pro- con las mejillas únicamente, o que deje escapar el
medio de pulsaciones durante los primeros 15 s aire y no mantenga una presión constante.
de 5 min consecutivos; se le ordena hacer dos fle- En los sujetos sanos, al comienzo de la manio-
S.A.
xiones O pasos gimnásticos (sin traslación) por bra las presiones sistólica y diastólica se elevan
MASSON,
segundo, andar sobre una cinta sin fin o pedalear ligeramente, después bajan poco a poco hacia el
en una bicicleta estática, durante 1 min, y se sexto segundo; esta disminución se acompaña de
cuenta la frecuencia del pulso cada cuarto de mi- una reducción paralela de la tensión diferencial,
O
302 Semiología médica y técnica exploratoria
más o menos acentuada según los casos; en se- dad de sangre circulante disminuye en un 1 %, y el
guida, las presiones suben un poco antes de esta- consumo de oxígeno aumenta en un 13 %.
bilizarse; el pulso se halla entonces ligeramente Para esta prueba, la técnica aconsejada es la
acelerado. En el momento en que la compresión siguiente:
cesa, se produce una fuerte caída de la tensión,
con una importante reducción de la tensión dife- 1. Permaneciendo el enfermo acostado y rela-
rencial, caída seguida algunos segundos más tar- jado durante unos 5 min, se cuenta la frecuencia
de de una brusca alza reaccional; después, las del pulso y de la presión arterial.
presiones recobran en uno o dos minutos su va- 2. Se incorpara lentamente y con el mínimo
lor inicial. El pulso se acelera cuando la compre- esfuerzo posible, permaneciendo de pie al lado
sión cesa, pero en el momento en que la tensión de la mesa de exploración, y se mide de nuevo la
alcanza su punto más elevado, el ritmo se hace frecuencia del pulso y la presión arterial cada mi-
bruscamente bradicárdico. nuto, basta transcurridos 3-5 min.
En la insuficiencia cardíaca (en particular dere- 3. Se acuesia nuevdmente y se procede a las
cha), se observa también un leve aumento inicial, mismas determinaciones durante 3-5 min, a in-
pero la tensión se mantiene a continuación al mis- tervalos de un minuto.
mo nivel durante toda la duración de la maniobra
compresiva, para volver muy pronto a su valor
inicial. El pulso, por lo general, no se modifica. Prueba radiológica del corazón
En el caso de trastornos circulatorios ortostáti- en clinoposición y ortoposición
cos, las presiones sistólica y diastólica comienzan
también por elevarse ligeramente, después dis- Orienta sobre el tono vascular. En efecto, si se
minuyen de modo gradual, mientras que la ten- exceptúa la insuficiencia cardíaca, las dimensio-
sión diferencial lo hace con mucha rapidez. La nes de la sombra cardíaca están en relación direc-
tensión se estabiliza, a veces, al cabo de unos ta y estrecha con la importancia del volumen sis-
10 s, en un nivel inferior al normal, pero con fre- tólico, mientras que los valores mensurables de
cuencia la baja se acentúa hasta tal punto que el la presión arterial no dependen sólo de este volu-
paciente cae en síncope; el pulso está muy acele- men (volumen sistólico cardíaco), sino también
rado; cuando la compresión cesa, la tensión mar- de la resistencia vascular periférica, de la elastici-
ca una apreciable disminución (a veces, en este dad de las arterias y de otros diversos factores.
instante, es cuando sobreviene el síncope), des- Una disminución muy manifiesta de la sombra
pués vuelve a su valor inicial, más o menos rápi- cardíaca en la posición de pie (sombra en forma
damente, con o sin brotes de hipertensión reac- de gota) revela una reducción importante del vo-
cional, según los casos. lumen sistólico, signo de labilidad circulatoria.
Cuando la maniobra de Valsalva, efectuada en
decúbito, da resultados dudosos, se puede repetir
en posición sentado o de pie, o después de hiper- Prueba de Follath y Burkart
ventilación, es decir, bajo una sobrecarga suple-
mentaria que acarrea bajas tensionales más acen- Valora el reflejo abdominoyugular como sig-
tuadas. Los síncopes se provocan también con no de insuficiencia ventricular derecha. Se com-
mayor facilidad en estas condiciones. paran los valores de la presión en la vena yugular
durante la compresión del abdomen (con la pal-
ma de la mano durante 30 s) con los obtenidos
Prueba de Schellong o del cambio directamente en la aurícula derecha, ambos por
postural cateterismo. Signos complementarios son los va-
lores patológicos de la presión al final de la diás-
Schellong ha observado las siguientes reaccio- tole en el ventrículo derecho y el ascenso tensio-
nes normales al pasar del clinostatismo al ortosta- nal auricular derecho con el ejercicio.
tismo: el pulso aumenta unos 17 latidos; la presión El resultado es positivo (patológico) cuando se
arterial máxima prácticamente no varía, y la míni- eleva la tensión auricular derecha y se encuentran
ma puede elevarse unos 5 mm de mercurio; la pre- cifras altas al final de la diástole en el ventrículo
sión venosa crece unos 35 mm de agua; el volu- derecho; asimismo, es frecuente el ascenso tensio-
men de expulsión cardíaco disminuye en un 19 %; nal auricular en los esfuerzos. El aumento de la
el volumen minuto aumenta en un 3 %; la canti- tensión auricular derecha durante la compresión es
Cardiología. Angiología 303
cial indicación para el estudio del tono vasomo- En este capítulo recogemos los principales
tor de los enfermos quirúrgicos, con el fin de cuadros clínicos de origen cardiovascular desta-
prevenir los peligros del shock anestésico e inter- cando sus datos semiológicos.
vencional. Con el enfermo en reposo (decúbito),
se mide la frecuencia del pulso y las presiones ar-
teriales sistólica y diastólica. Se inyecta un tónico
vascular por vía intramuscular y a los 5 min se
“Algunos autores llegan a sostener que, en ausencia de
verifican nuevamente las mediciones anteriores;
otros sintomas clínicos, la existencia de una velocidad circula-
se considera favorable cuando el pulso práctica- toria retardada en un enfermo cardiovascular indica una insufi
mente no varía y la presión sistólica asciende ciencia cardíaca latente.
S.A.
más de 5 mm Hg (la diastólica no se modifica No es raro el caso de enfermos cardíacos que, por su gran
taquicardia, compensan, hasta cierto punto, su déficit circulato-
(O MASSON,
i 1 Mn a VA a VL a VF
A
vi v2 v3 va V5 V6
B
a VR JL a VF va VS v6
Fig. 3-88. A) ECC en reposo. B) Prueba de esfuerzo positiva con dolor intenso opresivo retrosternal, sin inradia-
ciones, que cesa con dilatadores coronarios.
mohadón; posición de Bleckmann) o adoptando la quierdo (que se hace rectilíneo) y el ángulo hepáti-
posición genupectoral o de plegaria mahometana. co. El pedículo vascular se acorta y el conjunto
Si el derrame es de suficiente magnitud (tapo- adopta la forma de una garrafa. Los latidos de esta
namiento o compresión cardíaca aguda, con difi- sombra voluminosa son débiles (cosa también po-
cultad en el llenado diastólico del corazón debido sible en muchas cardiomegalias). La distensión del
al aumento de la presión extracardíaca) la disnea saco pericárdico es muy visible de perfil a nivel del
es intensa, la sudación profusa, la facies abotarga- fondo de saco posterior; a veces comprime el esó-
da y levemente cianótica y las venas yugulares fago, como se evidencia con la papilla de contraste.
ingurgitadas e inmóviles (estasis de aflujo).
En los hemopericardios traumáticos, al sín- Radiografía con isótopos (escintigrafía car-
drome del taponamiento cardíaco, con hiperten- díaca). Señala discrepancia entre la imagen car-
sión venosa (por estasis de aflujo) + hipotensión díaca y la sombra mediana del radiograma, con
arterial sistémica (la adiastolia paracardial dismi- una cintura o zona clara de separación entre el
nuye el débito cardíaco por latido y minuto) + pool hemático cardíaco y el pulmonar y hepáti-
corazón agrandado y quieto, es casi constante la co, y la angiocardiografía con medio de contraste
presencia (80 %) de defecación espontánea (posi- negativo (inyección de 50 ml de anhídrido carbó-
ble reflejo vagal), cosa insólita en los traumatis- nico; enfermo en decúbito lateral izquierdo), la
mos pleuropulmonares o abdominales altos. pulsabilidad del borde derecho del corazón y, so-
2. Local. La región precordial aparece abulta- bre todo, los caracteres de la banda opaca limita-
da, sobre todo en los niños, por la presión del da entre la claridad del pulmón y la del gas inyec-
saco pericárdico distendido; si el derrame es se- tado. Un espesor anormalmente aumentado de
ropurulento, coexisten edema parietal con circu- esta pared (normal 2 mm) indica la presencia
lación complementaria o sin ella. de derrame o engrosamiento pericárdicos; en las
miocardiopatías el grosor es el normal.
Palpación. Señala el latido de la punta, dé-
bil por arriba y adentro de la zona mate cardíaca Cateterismo cardíaco. Elevada presión au-
(signo de Gendrín), y la presencia de puntos fré- ricular con caída rápida al abrirse las válvulas au-
nicos dolorosos en las formas agudas y de roces riculoventriculares; el relleno ventricular bien ini-
pericárdicos en el precordio cerca de la base. El ciado se detiene por el obstáculo del derrame
pulso es rápido, hipotenso y paradójico (Kuss- pericárdiaco tenso; su curva dibuja un profundo
maul), ya por el aumento de la presión intraperi- seno prodiastólico seguido de una alta meseta
cárdica por descenso inspiratorio del diafragma o hasta que concluye la pausa contráctil.
debido a una disminución del gradiente efectivo
de llenado ventricular izquierdo en la inspiración. Electrocardiografía. El trazado es discreto
y retardado en relación a los síntomas y signos
Percusión. El aumento de la matidez cardía- clínicos. Revela el trastorno bioquímico del peri-
ca sólo es patente en los grandes derrames. Tie- cardio subendocárdico. Las anomalías afectan a
ne, en su conjunto, una forma oval y simétrica en la repolarización ventricular con elevación del
relación con el borde izquierdo del esternón. En segmento RST en las derivaciones clásicas, que
los niños, puede motivar un síndrome seudo- suele disminuir gradualmente; aplanamiento o
Fatocopiar sin autorización es un delito.
pleurítico en la base izquierda, que desaparece inversión de T; bajo voltaje de QRS. No hay alte-
en posición genupectoral. raciones de la forma de QRS, como en el electro-
cardiograma coronario (dato diferencial).
Auscultación. En las formas secas, se perci-
ben ruidos de roce, que desaparecen con el derra- Punción pericárdica. Señala, de manera cier-
me a la vez que los tonos cardíacos se ensordecen. ta, la presencia y naturaleza del derrame. Valen
las vías epigástrica o anterior. La primera es la
Ecocardiografía. Aportación extraordinaria- mejor para evacuar el derrame; la segunda, para
mente valiosa para el diagnóstico. fines exploratorios; se punciona en cl Y espacio
intercostal izquierdo, a 6 cm del borde esternal,
S.A.
Radiología. No revela los derrames inferiores dirigiendo la aguja oblicuamente hacia arriba y
a 300 ml; los más copiosos ensanchan la forma car- adentro; no se evitan la punción pleural ni pul-
O MASSON,
díaca con desaparición de las curvas propias de la monar, pero sí la ventricular derecha, más peli-
silueta cardíaca normal, especialmente el borde iz- grosa que la herida del ventrículo izquierdo.
306 Semiología médica y técnica exploratoria
Cateterismo. La adiastolia altera las presio- cos motivo de la cardiopatía (lupus eritematoso;
nes intracardíacas y la morfología de las curvas. hemnocromatosis; complejo oftalmoganglionar y
Las presiones medias son elevadas en las aurícu- granuloma de inoculación en la enfermedad de
las derecha e izquierda (o capilar pulmonar), y de Chagas, beri-beri, etc.), así como los del fallo car-
manera moderada en el ventrículo derecho y ar- díaco (disnea, cianosis, ingurgitación de las venas
teria pulmonar; la curva de presión ventricular yugulares, edemas en las partes declives, ascitis,
derecha (el mismo aspecto ha sido señalado en el etc.), o de los procesos tromboembólicos (hemiple-
ventrículo izquierdo) tiene una morfología carac- jía), presentes en un 15 % de las fibrosis endomio-
terística, con depresión protodiastólica súbita y cárdicas en ausencia de endocarditis bacterianas.
profunda (aunque no alcanza el cero) seguida de
un ascenso también súbito y de un trayecto hori- Percusión. Palpación. El latido de la punta es
zontal en meseta hasta el final de la diástole. La débil y desplazado hacia abajo y afuera, y el área
presión telediastólica está muy elevada, superior cardíaca agrandada, ya sea por la dilatación de las
a 1/3 de la presión sistólica y muy próxima a la cavidades derechas (beri-beri, Chagas, etc), izquier-
presión diastólica de la arteria pulmonar. das o global, o por la presencia de un derrame peri-
cárdico que suele ir acompañado de otros ubicados
Electrocardiografía. Ninguna alteración es- en la pleura (beri-beri) y de esplenomegalia con as-
pecífica, pero su reunión es muy sintomática, on- citis (cardiomegalia idiopática) o sin ella. El pulso es
das P alargadas o bífidas, o fibrilación auricular, rápido o lento (caso de bloqueo), hipotenso, regular
bajo voltaje de los complejos ventriculares; en nin- o arrítmico y, en los casos graves, alternante.
gún caso, alteraciones de forma del ORS (presentes
en los trazados coronarios). El eje eléctrico no varía Auscultación. Señala el apagamiento de los
en los trazados obtenidos en distintos decúbitos. tonos cardíacos, soplos de insuficiencia valvular
El diagnóstico de la pericarditis constrictiva se funcional, ritmo embriocárdico o de galope y si-
basa en la presencia de un corazón pequeño e in- lencio (si existe derrame), así como estertores hú-
móvil + hipertensión venosa sistémica + ascitis (tría- medos en una o ambas bases pulmonares.
da de Beck). Esta última suele preceder al simétrico
y depresible edema de las extremidades inferiores. Radiología. Evidencia un aumento conside-
rable de la sombra cardíaca con bordes poco pul-
sátiles en la cardiomegalia idiopática, moderada
PROCESOS MIOCÁRDICOS en el .beri-beri y Chagas, y nula o mínima en la
malnutrición proteicocalórica y miocardiopatía
Con el término miocardiopatía se describen obstructiva; asimismo, revela la presencia de de-
aquellas alteraciones del corazón que no están cau- rrames pericárdicos y pleurales.
sadas por un proceso coronario ni son secundarias a
una valvulopatía ni hipertensión arterial (sistémica Cateterismo. Angiocardiografía. Ambos
ni pulmonar), ni a una cardiopatía congénita. Según revelan aumento tensional y deformación de uno
Goodwin, podría definirse como «una alteración o ambos ventrículos en la fibrosis endomiocárdi-
aguda, subaguda o crónica del miocardio, de etiolo- ca y la reducción de las cavidades ventricula-
gía desconocida o dudosa, y que con frecuencia se res en la «miocardiopatía obstructiva hipertrófi-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
acompaña de alteraciones del endocardio y del pe- ca», en la cual el cateterismo demuestra que es-
ricardio, pero cuya etiología no es arteriosclerótica». tán aumentadas las presiones telediastólica ven-
La forma de manifestarse la lesión miocárdica tricular izquierda y auricular media izquierda. La
guarda relación con su intensidad y tipo anato- curva de presión interventricular izquierda pre-
mopatológico. Su expresión clínica más frecuen- senta una uncinatura cuando comienza a estable-
te es el fallo cardíaco global. cerse el gradiente de presión intraventricular.
en el pulmón, bazo, hígado y riñón (con hematu- Se ha demostrado por ecocardiografía que un
ria franca) y aun en gruesos troncos arteriales (ar- 30 % de deportistas de elite presentan insuficiencia
terias carótida interna, pedia y coronaria). mitral de grado ligero. La lesión mixta, estenosis e
Las típicas microembolias del pulpejo de los insuficiencia es frecuente; al contrario de la asocia-
dedos («signo de Osler») son causa de una moles- ción de lesiones mitrales y aórticas que es más rara.
ta sensación de pinchazo que persiste de unas Por la lesión e incompetencia del aparato valvu-
horas o pocos días. lar, la sangre regurgita del ventrículo a la aurícula
La disnea es poco manifiesta. Estos enfermos izquierda por el hecho de que durante la sístole la
recuerdan mucho más a los portadores de proce- presión es mucho más baja en la aurícula que en
sos sépticos que a los verdaderos cardiópatas. la aorta. El aumento de resistencias periféricas (hi-
pertensión arterial, estenosis aórtica) acrece la re-
Síntomas objetivos. Llama la atención el gurgitación, lo propio que la insuficiencia cardíaca.
color del enfermo y el aspecto triste de la facies.
En la piel se encuentran lesiones necróticas, pur- Síntomas subjetivos. Palpitaciones al co-
púricas, manchas de Janeway y panadizos de Os- mienzo (por extrasístoles ventriculares o latido
ler, así como dedos en palillo de tambor, hemo- hipercinético del ventrículo izquierdo); más tarde
rragias estriadas subungueales, etc. se añaden los propios del fallo ventricular iz-
La auscultación revela con notable constancia quierdo, como disnea, tos nocturna, etc.
la presencia de soplos (éstos pueden faltar en la
endocarditis parietal). La válvula más afectada es Inspección. Facíes mitral en los casos avan-
la sigmoidea aórtica, siguiéndole en orden de fre- zados con cianosis en las partes distales.
cuencia la mitral. Los soplos tienen las mismas
características que los correspondientes a las res- Palpación. Choque de la punta bien per-
tantes endocarditis. Se concede cierto valor a su ceptible y desplazado hacia abajo y afuera. Á ve-
variabilidad y timbre musical. ces, frémito apical máximo en la espiración; rara
Completa el cuadro el frecuente hallazgo de vez, la impresión de un ritmo de tres tiempos. El
una esplenomegalia (80 %) y una discreta hepa- pulso es pequeño, a menudo de tipo Corrigan,
tomegalia. La lesión del riñón sólo se comprueba por la desviación de sangre desde el sistema arte-
examinando la orina. El hemocultivo es casi rial a la aurícula izquierda durante la diástole.
siempre positivo, a condición de que se extraiga
la sangre antes del tratamiento con antibióticos. Percusión. En los casos avanzados, agran-
damiento del área cardíaca a expensas de las ca-
Endocarditis de Libman-Sachs vidades izquierdas.
en el lupus eritematoso
Auscultación. Soplo holosistólico intenso en
Es una endocarditis verrugosa, maligna, abacte- «chorro de vapor» enmascarando el primero y se-
riémica, que cursa con los signos de afectación en- gundo tonos. Su máxima intensidad se encuentra
docárdica, esplenomegalia y signos de insuficiencia en la punta, y se irradia selectivamente hacia la axi-
cardíaca congestiva y renal grave, por glomerulo- la y base del pulmón izquierdo. En un 60 % de los
nefritis difusa. Es típica la pigmentación de la nariz casos, se acompaña de frémito máximo en la espi-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
y mejillas, lo cual es característico del lupus erite- ración. Refuerzo del segundo tono en el foco pul-
matoso. Afecta principalmente al sexo femenino, monar. La presencia de éste, la aparición del pri-
mer ruido, el cual está reforzado o tiene un timbre
especial, como metálico”. Es habitual que el arras-
LESIONES VALVULARES
do (90-95 %), destrucción de un pilar muscular se interrumpe bruscamente la corriente, proyectando la lengua
hacia delante. Este soplo desaparece en la fibrilación auricular
O MASSON,
tre y soplo presistólicos se acompañen de otras 2. Para diferenciar el rumor diastólico apical
anomalías auscultatorias, que reunidas integran el de Austin Flint de la regulación aórtica del arras-
«ritmo de Duroziez» (duplicación del segundo rui- tre de la estenosis mitral.
do de la punta [chasquido de abertura mitral] y bri- 3. Para determinar la gravedad de la obstruc-
llantez del primer ruido). La «onomatopeya de Du- ción, el grado de calcificación y la presencia de
roziez», propia de esta valvulopatía, comprende el fusión subvalvular del cordón tendinoso de los
arrastre o retumbo (ru), el soplo presistólico (fu), la músculos papilares.
brillantez del primer ruido (t1), y después del pe-
queño silencio (-), la duplicación del segundo ruido Electrocardiografía. Desviación del eje eléc-
(ta-ta): rufuti-ta, ta. trico del corazón en el plano frontal hacia la posi-
ción vertical (+75%, +909) y la presencia de onda
Radiología. En posición anteroposterior, P mitral. Hipertrofia y sobrecarga derechas. A ve-
convexidad acentuada del arco inferior derecho, ces, fibrilación auricular.
con elevación del punto D y procidencia del arco
medio, y en los clisés penetrantes se reconoce la
aurícula izquierda, que asoma por el borde dere- Estenosis mitral
cho.
En CAD, procidencia del arco medio hacia Puede acompañarse de insuficiencia de esta
delante y de la aurícula izquierda hacia atrás, válvula (enfermedad mitral), de estenosis o insu-
desde la bifurcación traqueal hasta cerca del dia- ficiencia aórticas, de insuficiencia o estenosis tri-
fragma. Los hilios pulmonares, más opacos que cúspide o de comunicación interauricular (en-
lo normal, se prolongan hacia la periferia bajo la fermedad de Lutembacher). En la enfermedad
forma de imágenes reticulonodulares, a veces he- mitral, coexisten los signos de insuficiencia (so-
mosideróticas, con micronódulos bilaterales in- plo holosistólico apical) con los de estenosis
delebles. Se observan, en ocasiones, las «líneas de (arrastre protodiastólico precedido de un chas-
Kerley», imágenes cisurales o infárticas o derra- quido de apertura valvular fuerte pero variable),
me pleural. en grados distintos según el predominio de una u
otra valvulopatía.
Angiocardiografía. No suele aplicarse para Recordemos que en la estenosis mitral avan-
el diagnóstico de la estenosis mitral; sirve, empero, zada puede percibirse en la punta un soplo sistó-
para excluir otras lesiones o malformaciones aso- lico de insuficiencia tricuspídea, que a veces se
ciadas. La presencia simultánea de una insuficien- confunde con el de la insuficiencia mitral; en
cia mitral puede documentarse mediante la inyec- efecto, al crecer mucho el ventrículo derecho,
ción del medio de contraste en el ventrículo todo el corazón sufre una rotación en sentido ho-
izquierdo y la opacificación por reflujo de la aurí- rario sobre su eje longitudinal. El foco tricuspí-
cula izquierda; la presencia de un defecto interau- deo, en estas circunstancias, «emigra» hacia el
ricular (de Lutembacher) se consigue mediante la ápex, mientras que el foco mitral lo hace hacia
inyección en la arteria pulmonar y la opacificación la axila e incluso más atrás. El soplo sistólico
simultánea de las aurículas derecha e izquierda. correspondiente a la insuficiencia tricuspídea
se auscultará, por tanto, en el «ápex aparente»,
Catererismo. El de la aurícula izquierda se- pudiendo confundirse con una insuficiencia mi-
ñala aumento de la presión media (alcanza o su- tral. Es un soplo, además, con caracteristicas casi
pera los 20 mm Hg) y del gradiente de presión iguales a las descritas para el mitral.
diastólica auriculoventricular. El trazado auricular Pero hay dos hechos que lo diferencian:
izquierdo resulta poco modificado. Hipertensión
capilar pulmonar (suele rebasar los 15 mm Hg) y 1. No se irradia hacia la axila o, teniendo en
de las arterias pulmonar y cavidades derechas. El cuenta su intensidad, lo hace muy poco.
rendimiento cardíaco se halla más o menos dis- 2. Aumenta en intensidad con la apnea pos-
minuido. tinspiratoria.
ápex real. El latido precordial, en estos casos, es zón y en foco de Erb, con el paciente inclinado
muy difuso y, con pericia, puede llegar a palpar- hacia delante y en apnea postespiratoria. Se
se, además del latido amplio del espacio intercos- acompaña, de manera casi constante, de otro
tal izquierdo correspondiente al ventrículo dere- sistólico fuerte, a veces un frémito. Este soplo,
cho, un latido a nivel de la línea axilar media, llamado de acompañamiento, se debe a que el
que es el del ventrículo izquierdo o ápex real. La reflujo de la columna líquida en la protodiásto-
ingurgitación yugular y la hepatomegalia con le produce un incremento de volumen de san-
pulso venoso positivo son signos constantes en gre en el ventrículo izquierdo, creando en el
estos casos. momento de la eyección sistólica una estenosis
relativa de la válvula aórtica, lo cual, unido a
sus irregularidades, por afectación orgánica, da
Insuficiencia aórtica origen a este soplo. Como el segundo tono está
borrado, se percibe un doble soplo (soplo en
Puede seguir a una endocarditis reumática vaivén) que suplanta los tonos cardíacos. Para
(tipo Corrigan), o a dilatación esclerosa o sifilítica el diagnóstico diferencial con el soplo sistólico
de la aorta, con insuficiencia funcional (tipo de la estenosis aórtica, la ausencia en ésta de
Hodgson). los signos periféricos de insuficiencia es defini-
Durante la diástole, refluye al ventrículo iz- tiva. En la punta, puede percibirse un arrastre O
quierdo parte de la sangre contenida en la aorta, retumbo diastólico sin frémito que recuerda al
la cual se suma a la que procede de la aurícula. El de la estenosis mitral, es el llamado «soplo de
ventrículo se llena en exceso, lo que lo obliga a Austin Flint», debido a estenosis mitral relativa
un mayor trabajo sistólico, motivo de su hiper- por dilatación del ventrículo izquierdo o a que
trofia y dilatación. las válvulas mitrales sanas se encuentran apro-
ximadas al verificarse la sístole auricular, pues
Inspección. Comprende la somática gene- el ventrículo está lleno por la sangre que ha re-
ral y la local. cibido durante la diástole y por la que refluye
por la aorta.
1. Somática general. Valoraremos del aspecto
de la facies, la palidez de los tegumentos (cardía- Radiología. Hipertrofia ventricular izquier-
cos blancos, de Laségue, en oposición a los azu- da y dilatación de la aorta ascendente, botón aór-
les o mitrales), y en la periferia, los signos corres- tico y aorta descendente. Por radioscopia, llama
pondientes al aumento de presión diferencial, la atención el movimiento de balanceo, franca-
con baile arterial (muy ostensible a nivel de las mente hipercinético, del ventrículo izquierdo y
arterias carotídeas que brincan en cada sístole), aorta.
latido sistólico de la cabeza (signo de Musset),
etcétera. Fonocardiografía. La mayoría de veces,
2. Local. Región precordial abultada en los soplo holodiastólico de alta frecuencia, decre-
niños, con un choque cardíaco enérgico, amplio ciente, que se inicia en el segundo ruido cardíaco.
y desviado hacia abajo y a la izquierda. A menudo, los dos ruidos cardíacos muestran
una disminución de su amplitud.
Fotocopiar sin autorización es un delito.
Auscultación. Soplo diastólico suave, as- vación de la sistólica, una cumbre bicurva y una
pirativo, que se oye como una R susurrada a caída más o menos importante de la presión
O MASSON,
partir del segundo tono. Se oye, preferente- diastólica. Existe un descenso de la presión aórti-
mente, a lo largo del borde izquierdo con cora- ca media.
312 Semiología médica y técnica exploratoria
breve y el decrescendo largo, por lo que se oye, Palpación. Auscultación. Latido ventricu-
preferentemente, como un soplo de comienzo lar, derecho de carácter hipercinético, amplio,
brusco que continúa luego ín diminuendo. que se extiende a veces hasta la línea axilar me-
dia. Soplo pansistólico tricúspide que aumenta
Angiocardiografía. Cateterismo. Gran ca- con la inspiración y con la maniobra de Múller. A
vidad auricular derecha que se vacía con lentitud. veces se acompaña de thrill. El segundo ruido pul-
Reflujo del contraste hacia las venas ácigos, cava monar puede estar reforzado.
inferior y suprahepáticas. Volumen normal y
opacificación débil del ventrículo derecho y arte- Radiología. Gran dilatación del contorno
ria pulmonar. derecho correspondiente a la aurícula muy visi-
S.A.
El cateterismo señala el hecho anormal de una ble en OAD. La vena cava superior suele estar
O MASSON,
cifra tensional más elevada en la aurícula derecha dilatada y visible, y sube paralela a la columna
que en el ventrículo al final de la diástole (nor- vertebral. Pulsatilidad diafragmática y claridad
malmente son iguales). normal de los campos pulmonares.
314 Semiología médica y técnica exploratoria
gativa. Cuando la extremidad de la sonda se halla frente a la señala la situación y morfología de la estenosis
comunicación, una parte del éter pasa al corazón izquierdo y,
pulmonar.
O MASSON,
4. La presión de las cavidades derechas y arteria pulmo- feto une la aorta con la arteria pulmonar motiva
que, por la diferencia de presión, la sangre fluya
O MASSON,
Radiología. Sugiere un corazón globuloso recho del cuerpo, pasa entre la columna vertebral
(seudopericardítico), aorta pequeña y campos y el esófago, sobre el que imprime una huella ca-
pulmonares anormalmente claros. racterística. La anomalía puede ser latente o cau-
320 Semiología médica y técnica exploratoria
sa de disfagia. El primer caso de deglución difícil venas yugulares con colapso de las periféricas, he-
de origen vascular (disfagia lusoria, Bayford patomegalia y los signos físicos propios del infarto
[1789]) se refería a la arteria subclavia derecha). del pulmón o el derrame que lo acompaña.
Exploración física. Señala el sufrimiento del 1. Bronquial. Con los síntomas y signos de
ventrículo derecho, con ritmo de galope, refuerzo una broncopatía (crónica), bronquial enfisemato-
del segundo tono pulmonar, ingurgitación de las sa (aumenta la disnea y aparece la cianosis).
Cardiología. Angiología 321
2. Trastornos psiconeurológicos. Con somuno- monares (ateroma, arteritis sifilítica, etc.), arte-
lencia, apatía, cefalea gravativa, etc. riolas y pequeñas arterias pulmonares (colageno-
3. Cardiaca. Con exageración de la disnea, sis, [lupus eritematoso, periarteritis mudoya] y
cianosis intensa (cardíacos negros), ingurgitación otras angitis por sensibilización, bilharziosis),
yugular, hepatomegalia dolorosa, timpanismo áreas precapilar y capilar (enfisema broncógeno
abdominal, edemas, etc. obstructivo, fibrosis intersticiales difusas, etc.)
o en las venas pulmonares, aurícula izquierda o
Radiología. Muestra la prominencia de la válvula mitral estenótica.
arteria pulmonar, los hilios exagerados y el agran- La hipertensión arterial pulmonar primitiva
damiento del ventrículo derecho, difícil de reco- (de evolución maligna) radica en una alteración
nocer, muchas veces, por la rotación horaria que anatómica arteriolar con proliferación de la ínti-
sufre el corazón. ma e hipoplasia de la media.
árbol vascular del pulmón es la más frecuente. La de ésta. Ese soplo se ausculta en el II espacio in-
resistencia puede encontrarse en las arterias pul- tercostal izquierdo.
2. Soplo diastólico suave en el mismo foco,
por dilatación del tronco de la pulmonar e in-
“Considerando el corazón, central y periódico, como una competencia de las sigmoideas de la válvula (so-
unidad funcional, la circulación sanguínea a través de pulmón plo de Graham-Steell).
se establece gracias al gradiente tensional entre el ventrículo
3. Chasquido protosistólico seco, que es casi
derecho y la aurícula izquierda, y se estimula por la respira-
ción; la inspiración fuerza el aflujo y la espiración la salida, de patognomónico en ausencia de estenosis pul-
tal manera que la circulación pulmonar marcha bastante parale- monar.
lamente a la respiración. Hemodinámicamente, la circulación 4. Segundo tono pulmonar reforzado y muchas
S.A.
la diastólica, 13-18 mm Hg la media, con una tensión capilar mente ligado a la hipertensión, no así el desdo-
pulmonar media que, normalmente, nunca rebasa la cifra de blamiento. A veces, hay desdoblamiento para-
10 mm Hg. dójico del segundo ruido, que se escucha en
322 Semiología médica y técnica exploratoria
espiración y disminuye o desaparece en inspira- rechas y estasis pulmonar en los casos en que
ción, a la inversa que normalmente. el motivo de la hipertensión pulmonar se en-
cuentra en la aurícula izquierda o válvula mitral
Pulso venoso. Onda a gigante en «cuña», estenótica.
tanto o más brusca que la onda a obstructiva de
la estenosis tricuspídea.
Electrocardiograma. Muestra ondas P «pul-
Radiología. Prominencia del arco de la monalis» y predominio derecho por hipertrofia y
pulmonar; agrandamiento de las cavidades de- sobrecarga sistólica derechas.
ANGIOLOGÍA
Su examen comprende: Interrogatorio. Inspec- de la ciudad de El Cabo (Keys) y los indígenas de
ción somática general y local de las extremidades. la altiplanicie peruana (Ponce Barreda), lo que se
Palpación. Oscilometría. Auscultación. Ultrasoni- atribuye, entre otros motivos, a su alimentación
do (efecto Doppler). Angiografía (arteriografía, sobria, en que las grasas y prótidos están reduci-
flebografía, linfografía). Tonometría y resistencia dos a su mínima expresión y a una vida sin gran-
capilares. Oximetría en la sangre periférica. des inquietudes,
NW INTERROGATORIO Ocupación
FILIACIÓN Y ANTECEDENTES La trombosis de las piernas es frecuente en
INDIVIDUALES aquellas profesiones (conductores de vehículos,
mecánicos, administrativos, tenderos, etc.) que
Edad obligan a permanecer sentados largo tiempo o en
posición que dificulta el retorno venoso.
Las angiopatías arteriosclerosas privan por en- Con el nombre de trombosis «de fin de sema-
cima de los 50 años; la arteritis temporal, en per- na», conocen los norteamericanos la oclusión aguda
sonas que pasan de los 45 años; la tromboangitis de la poplítea que se presenta en personas ancianas
obliterante, en la juventud, y la enfermedad de después de permanecer largo tiempo arreglando el
Raynaud, vasculitis nodulares de las piernas, eri- jardín en la posición que llamamos «en cuclillas», la
trocianosis supramaleolar, etc., en los primeros cual traumatiza el vaso ateromatoso y es causa de
decenios de la vida. un trombo mural que motiva, al día siguiente, los
síntomas y signos de la oclusión vascular.
Los obreros que manejan perforadoras neu-
Sexo máticas, aparatos de fijar suelas u otras máquinas
que imprimen a los brazos un movimiento vi-
Sin ser una regla absoluta, es evidente la ma- bratorio propenden a trastornos vasculares en
yor propensión de las mujeres hacia la enferme- las manos (sobre todo derecha) del tipo del sín-
dad de Raynaud, eritromelalgia, acrocianosis, drome de Raynaud, junto con atrofias mus-
vasculitis nodulares, perniosis, eritrocianosis culares, calcificaciones ligamentosas y deforma-
supramaleolar, varices (los embarazos las favore- ciones óseas; asimismo, el trabajo en locales
cen), etc. Los varones enferman más de trombo- húmedos y fríos, sobre todo en invierno, es mo-
angitis obliterante,,arteriopatías esclerosas, pe- tivo de perniosis, acrocianosis, de enfermedad de
riarteritis nudosa, trombosis de esfuerzo, etc. Raynaud y, si se asocia al abuso de tabaco, de ar-
teritis.
Los desocupados (ocio impuesto) y jubilados,
Raza que permanecen mucho tiempo frente al televi-
sor, presentan con una frecuencia llamativa, in-
Los orientales propenden poco a las angiopa- cluso en sujetos jóvenes, trombosis en los miem-
tías arteriosclerosas, así como los negros bantúes bros inferiores.
Cardiología. Angiología 323
Dolor arterial
ANTECEDENTES PATOLÓGICOS
O ENFERMEDADES ANTERIORES En el síndrome isquémico agudo (embolia,
Fotocopiar sin autorización es un delito.
cos varios. Trousseau señala la trombosis de co crónico), el dolor, al principio, sólo aparece
las venas ilíaca y femoral como signo terminal durante la marcha (claudicación intermitente) y
del cáncer de estómago, y comprobó en sí mis- más tarde incluso en reposo (rest-pain) sobre todo
324 Semiología médica y técnica exploratoria
V. tibial posterior
a Manguito aponeurótico b M. flexores
V. peronea M. de la pantorrilla
V. safena interna
Y. safena externa
Tríceps sural
Puntos típicos
Fotocopiar sin autorización es un delito.
de dolor a la presión
Fig. 3-89. A) Sección transversal de la pierna a nivel de su tercio distal; a, cámara aponeurótica normal; b, abom-
bamiento de ésta por estasis de las venas peronea y tibial posterior. B) Puntos dolorosos a la presión.
326 Semiología médica y técnica exploratoria
En la rotura espontánea de una arteria de me- le ser el derecho) se ha vuelto doloroso, tumefac-
diano o gran calibre, aparece un dolor brusco, in- to, cianótico, apreciándose en su raíz, e incluso en
tenso, acompañado de una tumefacción difusa la pared del tórax, una red de venas azuladas. En
muy dolorosa a la presión, pulsátil (a veces se palpa el miembro inferior, se inicia por un súbito e in-
un frémito) y con un soplo intermitente sistólico. tenso dolor en los músculos de la pantorrilla (síg-
En los síndromes hiperémicos (por vasodilata- no de la pedrada), que se acompaña de ligero ede-
ción arterial anormal y no inflamatoria), como la ma y, con frecuencia, de equimosis tardía. El
eritromelalgia (Weir-Mitchell) y la acromelalgia dolor se hace más intenso en el momento de su-
(Tinel), ese dolor se presenta bajo la forma de cri- bir escaleras y con la flexión dorsal forzada del
sis que se despiertan v exacerban con el calor, el pie, hallándose la pierna en extensión (signo de
ejercicio o la posición declive, mientras que se Homans) y presionando los músculos de la panto-
atenúan o cesan con el frío, el reposo o mante- rrilla contra el plano óseo (signo de Olow). Cuando
niendo los miembros elevados. La piel de las ma- una vena varicosa recubierta de piel atrófica se
nos y dedos es de color rojizo, seca, anhidrótica abre al exterior, es causa de hemorragia, la cual
y con descamación furfurácea. Hay turgencia ve- puede conducir al estado de anemia aguda si pasa
nosa y aumento de la pulsatilidad arterial y del inadvertida, como suele ocurrir en pleno sueño.
índice oscilométrico. En la tromboflebitis, el comienzo es brusco y
grave. El dolor, siempre presente, constituye el
primer síntoma e inmoviliza el miembro. El ede-
Dolor venoso ma se desarrolla con rapidez y a veces tan depri-
sa que el enfermo tiene la impresión de que su
Los sujetos con varices esenciales pueden ex- miembro va a estallar. La flegmasía alba dolens
perimentar: suele aparecer después del parto, siendo menos
grave que la flegmasía cerúlea dolens (flebitis azul.
1. Pesadez de piernas, fatiga (más en la posi- de Grigoire), en la cual el bloqueo completo del
ción de pie; se alivian con la marcha), hormigueos, retorno venoso y la congestión y edema dentro
calambres nocturnos. Estas molestias se acentúan de los compartimientos aponeuróticos del miem-
en verano (al contrario que las de origen arterial) bro alcanzan a interrumpir la circulación arterial;
por la vasodilatación que provoca el calor. otros autores piensan en un espasmo arteriolar
2. Neuralgias ortostáticas (o posturales) de las reflejo sobreañadido. El estado general se altera
extremidades inferiores, que se atenúan o desa- siempre, sobre todo en la segunda forma, con un
parecen con el decúbito. A veces son de difícil shock brutal. La afectación arterial es causa de
diagnóstico, por ser los signos de la insuficiencia anoxia con desarrollo de gangrena, casi siempre
o ectasia venosa poco manifiestos o ausentes. Se- de tipo húmedo, en la mitad de los casos (trombo-
gún la localización de las flebectasias, los nervios flebitis gangrenante, fig. 3-91).
afectos son el obturador, crural, safeno interno y Bajo la denominación de tromboflebitis superfi-
externo, tibial anterior y ciático poplíteo externo cial recidivante (flebítis migrans), se conoce una for-
(fig. 3-90). ma de enfermedad venosa que se caracteriza por
3. Síntomas de claudicación intermitente en au- aparición de trombosis sucesivas en distintos sec-
sencia de obstrucción arterial. El paciente percibe a tores venosos, sobre todo en las ramas superficiales
nivel de los músculos de la pantorrilla una sensa- de la vena safena. Puede ser esencial (no se descu-
ción de calambre y tensión que le obliga a dete- bre su posible causa) o sintomática de tromboangi-
nerse después de haber andado un cierto trecho tis obliterante (su elevada frecuencia [30 %] indu-
(claudicación intermitente venosa). ce a pensar que constituye su primera expresión
sintomática precediendo algunos años a las mani-
En los portadores de complejos varicosos ex- festaciones arteriales), neoplasias profundas, pe-
tensos, aparecen, a veces, síntomas de hipoten- riarteritis nudosa (se acompaña de localizaciones
sión ortostática (con reflejos vasomotores nor- cerebrales, cardíacas y de otros órganos), hernia
males) al ponerse el sujeto en pie y acumularse la diafragmática, focos sépticos orofaríngeos y bron-
sangre en las venas dilatadas. copulmonares (bronquiectasias), hipercoagulabili-
En las trombosis de esfuerzo (más frecuente dad de la sangre, esfuerzos y traumatismos, etc.
en los miembros superiores), el paciente (casi Se han citado casos por gérmenes paratificos.
siempre un varón y entre los 20 y 30 años de Pearson ha descrito una inflamación no trom-
edad) se da cuenta de que uno de sus brazos (sue- bosante de las venas superficiales de los miem-
Cardiología. Angiología 327
Flebectasias
N. obturador
N. crural
Nervio ciático
Safeno int.
Safeno ext.
N. ciát. popliteo ext. Flebectasias
Tibíal ant.
N. tibial posterior
bros con dolor gravativo que obliga al reposo en ferente a la actitud que guardan en la cama los en-
cama; la atribuye a virus (flebodinia epidémica). fermos con procesos arteriales isquemiantes de las
extremidades inferiores para aliviar sus molestias;
el aspecto peculiar de la cara en la arteritis de Ta-
Dolor linfático kayasu, si ocluye el origen de los troncos supraa-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
ble e intensa (baile arterial). La dilatación circunscrita de una aplicar el fonendoscopio sobre la variz se percibe un soplo; si
arteria se llama aneurisma. Su causa radica en la insuficiencia de
O MASSON,
COMPRESIÓN U OBSTRUCCIÓN
DE LOS VASOS LINFÁTICOS
Comprende las siguientes afecciones: linfangi-
tis de repetición; elefantiasis; adenitis crónicas o
erisipelatosas; malformaciones congénitas, trom-
bosis venosas antiguas.
Motiva un volumen excesivo, a veces mons-
truoso, de la extremidad; el caso más frecuente
Fig. 3-92. Varices en la extremidad inferior. es el de que la elefantiasis del adulto comience
en la pubertad y tenga evolución progresiva; la
deformación es permanente, dura, no deforma-
ble, distendiendo el tejido celular de todo el
ciones adquiridas de los capilares y vénulas de la miembro.
dermis También figuran entre las causas de estas
Atendiendo a su causa, las varices pueden ser «grandes piernas», las varices y la infiltración ce-
idiopáticas o esenciales, posflebíticas, por comu- lulítica (eritrocianosis supramaleolar de las jóve:
nicación arteriovenosa y postoperatorias, En las nes (fallo venoso e hístico de origen neurohor-
oclusiones arteriales también cabe apreciar ecta- monal)), o adiposa (integra, a veces, el «síndrome
sias venosas por venoparálisis anóxica, trofostático» de la menopausia).
En las mujeres sometidas a mastectomía,
es frecuente
un notable edema del brazo
y hom-
E HEMANGIOMA CAVERNOSO bro. Al extirparse los ganglios axilares, las úni-
(O CAVENOMA) cas vías de derivación linfática pasan a ellos por
el hombro. Los tirantes del sostén obstaculi-
Es un tumor benigno constituido por capilares zan estas vías linfáticas y determinan o acen-
que han perdido su independencia y comunican túan el linfedema del miembro (síndrome del
libremente entre sí. Aparecen como tumores re- sostén).
dondeados, lobulados, blandos e indolentes y La irrigación deficiente, por exceso o defec-
recubiertos de una piel alterada y que presenta to, de los miembros es motivo de cambios de
un color rojo vivo o azulado. Suelen coincidir volumen y de trastomos tróficos. En el «síndro-
con varices y en el «sindrome de Kasabach-Me- me de Klippel-Trenaunay», la mayor afluencia *
rito» (de origen congénito) con trombo o fibrino- de sangre por las fístulas arteriovenosas congé-
trombopenia y diátesis hemorrágica. nitas motiva la presencia de nevos (una sola
e
cas rojas (con flictenas o sin ellas), dolorosas al ción, si es bilateral, como en el «síndrome de la
tacto. obliteración de la bifurcación aórtica» (Leriche);
Cardiología. Angiología 331
TRASTORNOS TRÓFICOS DE
ORIGEN ARTERIAL O VENOSO
Son de observación frecuente y muy variada
presentación en cuanto a características cromáti-
cas y de lesión (fig. 3-93); culminan con la forma-
ción de úlceras'o gangrena.
ALTERACIONES UNGUEALES
En la tromboangitis obliterante, la isquemia
detiene el crecimiento de las uñas; a veces pasan Fig. 3-93. Síndrome posflebítico. Discromía cutánea.
meses sin necesidad de cortarlas.
En el dedo gordo, la detención de crecimiento
suele acompañarse de una hiperqueratosis del le-
cho, que aumenta considerablemente su espesor
a la vez que adquiere una pigmentación oscura
anormal. La ranura ungueal puede presentar una PILIACIÓN
serie de fisuras muy dolorosas.
En la enfermedad de Raynaud, en fase avan- Es excesiva en los síndromes hiperémicos y
zada, aparecen infecciones periungueales al escasa en los estados opuestos. No se ha señala»
mismo tiempo que se afilan las puntas de los do una evidente relación entre el número, longi-
dedos. tud, color de los pelos de los dedos de las manos
En la endoarteriolitis primaria distal, aparecen y el grado de isquemia; si ésta es avanzada, lle-
lesiones en el lecho o alrededor de las uñas o va- gan a desaparecer.
rios dedos menores del pie, con reacción infla-
matoria periulcerosa muy dolorosa.
TRASTORNOS SUDORALES
ATROFIA CUTÁNEA La exageración de la secreción sudoral es fre-
cuente en la acrocianosis, fenómeno de Raynaud,
En la tromboangitis, la piel está adelgazada y eritromelia declive (tromboangitis), etc. Algunas
con los pliegues borrados. El tejido celular tiende veces, la parte afecta parece recubierta de gotas
sin autorización es un delito.
atrofia blanca con otras pigmentadas en exceso. La sequedad excesiva es propia de los estados
En la enfermedad de Raynaud, la piel se torna que conducen a la esclerodermia,
lisa, brillante y pálida, y adquiere aspecto escle-
rodérmico. En los casos avanzados, es imposible
plegar la piel, como si ésta se hubiera fijado di- ISQUEMIA CRÓNICA
rectamente a los huesos y tendones de la región, CUTÁNEA
que deja los dedos en semiflexión (por falsa an-
quilosis fibrosa), especialmente el meñique, res- Es un microinfarto producido por la trombo-
petando el pulgar. Ya hemos citado las alteracio- sis de una pequeña arteriola cutánea, Se presenta
nes tróficas de la pared de las varices y de la piel como una manchita morada de 5-6 mm de diá-
que las recubre, motivo a veces de varicorragias metro, dolorosa, que se sitúa corrientemente en
espontáneas o provocadas por el más mínimo el pulpejo de los dedos, a poca distancia de las
traumatismo. uñas. Es peculiar de la tromboangitis.
332 Semiología médica y técnica exploratoria
EDEMA
ÚLCERAS
Son de origen arterial (isquémicas), venoso
(estasis asfíctica), linfático o mixtas, por combi-
nación de dos o tres elementos del sistema vas-
cular. Se diferencian con relativa facilidad aten-
diendo a los datos adjuntos:
Fig. 3-94. Úlcera varicosa.
1. Ulcera varicosa (o flebostática). Se localiza,
de preferencia, en el tercio inferior de la pierna
en el lado interno (lo más frecuente) o en el ex-
terno, según sea tributaria del sistema safeno in-
terno o del externo, respectivamente, Suele tener 3. Úlcera por insuficiencia venosa profunda cons»
una forma redondeada u ovalada de eje mayor titucional. Va precedida durante años o decenios
vertical, pero puede adquirir las más diversas si de edema maleolar vespertino y de molestias
la úlcera es antigua, llegando, en ocasiones, a tensivas en las piernas, que aumentan en el or-
convertirse en anular y rodear toda la pierna. Su tostatismo, durante el verano, y en las mujeres
fondo suele ser irregular, mamelonado, rojo gri- durante la gestación y el premenstruo; por la no-
sáceo, a veces con esfacelos, y, sus bordes, en ta- che, suelen sentir calambres y punzadas. En ge-
lud, a bisel, a pico, etc, Antes de su aparición, la neral, se presenta en la región maleolar interna.
piel suele pigmentarse en el lugar que centrará Con el tiempo, se producen induraciones y escle-
la úlcera. La oscilometría es normal, y la flebo- rodermia pigmentaria periulcerosa.
grafía, confirmativa (fig. 3-94). La flebografía de la femoral superficial orien-
2. Úlcera posflebítica. Se presenta en enfer- ta, en la duda, el diagnóstico.
mos que han sufrido una trombosis venosa en 4. Úlcera por fistula arteriovenosa. Si la comu-
los miembros inferiores y al año o dos años del nicación anormal es congénita, su localización no
episodio agudo o más tarde, pigmentándose pre- es constante aunque por lo común afectan al ter-
viamente la piel que centrará la úlcera. Se locali- cio inferior de la pierna o el pie; si adquirida a
za de preferencia en la región maleolar intema, consecuencia de un traumatismo, aparece en si-
pero no es raro que sea bimaleolar, uni o bilate- tios variables.
ral. En general, es dolorosa. Puede complicarse La arteriografía suele ser demostrativa.
con eccema o hallarse infectada. 5. Úlcera tromboangítica. Aparece en varones
También cabe observar una celulitis indurada de menos de 40 años. Es muy dolorosa y se loca-
crónica, periulcerosa, a veces causa de retraccio- liza en los dedos y con menor frecuencia en el ta
,
nes capsuloligamentosas y ligamentosas que co- lón o región supramaleolar. Se comprueban los
¡locan el pie en equinismo irreductible («pie varo síntomas y signos de esta dolencia.
equino flebítico» de Verncuil). Suele acompañar- 6. Úlcera arteriosclerótica o senil. Se observa en
se de varices de distribución irregular y de circu- individuos mayores de 50 años con síndrome is-
lación complementaria abdominal o situadas en quémico crónico de sus piernas y, en general,
la raíz del muslo, aorta densa y dilatada. Por lo común, rebelde y
La flebografía del sistema venoso profundo unilateral, afecta al miembro con irrigación más
aclara el diagnóstico al mostrar las lesiones resi- precaria. Suele ir precedida de una mancha de
duales de la trombosis sufrida anteriormente, color pardo, y se localiza de preferencia en el ta»
rP.
Cardiología. Angiología 333
lón, borde externo del pie o en la región ma- micas. Se observa, casi siempre, en mujeres jóve-
leolar. nes con frecuente tuberculosis ganglionar o
7. Úlceras isquémicas de los diabéticos. Semejan visceral y la reacción de Mantoux con PPD fran-
a las anteriores. Aparecen a edades tempranas en camente positiva.
sujetos con síndrome isquémico crónico y diabe- 13. Úlceras de las vasculitis nodulares. Centran
tes. Se localizan con preferencia en los dedos o nódulos rojizos indurados y dolorosos, en gene-
en el talón. Duelen. Son frecuentes las alteracio- ral, sobre piernas edematosas. Se señalan en mu-
nes osteoarticulares, tenosinovitis supuradas o jeres jóvenes. Lus nódulos aparecen en la prima-
celulitis. vera y curan en verano, ulcerándose rara vez.
8. Úlcera por endarteriolitis primaria distal. Se 14. Úlceras por declive y desuso. Se observan
trata de sujetos jóvenes, casi siempre varones, en pacientes (reumáticos, cardíacos, etc.) cuya
con antecedentes luéticos. Puede afectar las ex- dolencia les obliga a estar sentados largas ho-
tremidades superiores. La circulación troncular y ras. Sus piernas quietas y en declive, provo-
la oscilometría son normales. Se localizan en can edemas por estasis venosa y linfática. Con
las uñas de uno o varios dedos menores del pie el tiempo, la región supramaleolar llega a ulce-
(con reacción inflamatoria periulcerosa), donde Tarse,
provocan un vivo y característico dolor de que- 15. Úlceras por decúbito. Se localizan, por lo
mazón. general, en los talones, regiones isquiáticas y sa-
9. Ulcera hipertensiva (Martorell). Es más fre- croiliacas. Son más frecuentes en los sujetos debi-
cuente en mujeres ancianas con hipertensión ar- litados y seniles; en los parapléjicos aparecen con
terial diastólica e hiperoscilometría e hiperpul- gran rapidez (decúbito agudo). Su causa es la pre-
satilidad en los miembros. Se localiza, de sión constante sobre las prominencias óseas, que
preferencia, en la cara anteroexterna de la pierna, provoca una isquemia cutánea. La presión ejerci-
en la unión del tercio inferior con los dos tercios da sobre las tuberosidades isquiáticas cn la posi-
superiores. Suele ser bilateral o, cuando menos, ción sentada excede de 300 mm Hg, mientras que
se observa una mancha pigmentada, purpúrica, la presión capilar oscila entre 16-33 mm Hg.
rojiza o cianótica en la extremidad opuesta a la
de la úlcera, en situación simétrica. Provoca dolor
nocturno o en posición horizontal. Cuando la úl- GANGRENA
cera se cicatriza, deja una mancha residual bron-
ceada o acrómica con pigmentación pericica- Es la necrosis de los tejidos que se hallan en
trizal. contacto con el aire, La distinción entre gangrena
10. Úlcera postembólica. Es rara. Se encuentra, seca y húmeda radica en que en la húmeda existe
casi siempre en la zona media anteroexterna de infección sobreañadida que reblandece los teji-
la pierna, zona que parece ser más vulnerable dos, mientras que la gangrena seca deja el miem-
que otras a la isquemia. Más que una úlcera, es la bro apergaminado, momificado, de color negruz-
resultante de una necrosis cutánea de epiteliza- co y que suena a la percusión (fig. 3-95).
ción dificultada. Se observa ausencia de pulso y La gangrena se observa en la oclusión arterial
oscilaciones en la extremidad afecta. aguda (por embolia o trombosis) con una exten-
11. Úlcera por perniosis. Es mucho más fre- sión relacionada con el calibre del vaso ocluido y
Fotocopiar sin autorización es un delito.
cuente en mujeres jóvenes y coexiste con eritema el estado de la circulación colateral; puede alcan-
pernio (sabañones) o acrocianosis en la mano. Se zar el pie, el antepié e incluso toda la extremi-
localiza en la parte inferior de ambas piernas, dad, la tromboangitis obliterante (gangrena ju-
preferentemente, en su cara posterior (y no late- venil), arteriosclerosis (gangrena senil), con
rales, como suele ocurrir con las úlceras varicosas afectación de un sector más o menos extenso del
y posflebíticas), centrando varias manchas indu- miembro y enfermedad de Raynaud, que motiva
radas, cianóticas o eritrocianóticas que la prece- una pérdida de sustancia mínima, parcelar, simé-
den. Es algo dolorosa. Desaparece en verano. trica y poco dolorosa en las manos. Es excepcio-
12. Ulcera del eriterna indurado de Bazin (vas- nal en la arteritis de la arteria axilar y livedo reticu-
culitis nodular tuberculosa). Más numerosa y pe- laris necrosante.
S.A.
queña que la producida por perniosis, se localiza La lesión de los vasos venosos rara vez origina
O MASSON,
de modo semejante, pero puede alcanzar el mus- gangrena, salvo en el caso de trombosis masiva
lo. Es bilateral y se sitúa en el centro de nódulos (forma gangrenante isquémica de la trombofle-
indurados rojizos. Al cicatrizar, deja placas acró- bitis).
334 Semiología
médica y técnica exploratoria
SiAITIR O E
Fig. 3-96, Gráfica de la temperatura cutánea e índice
Fig. 3-95. Gran esfacelo en un caso de gangrena por oscilométrico de un enfermo joven afectado de trom-
embolia femoral. boangitis obliterante de las extremidades inferiores,
con trastomos tróficos bilaterales que precisaron la am-
putación de la parte distal de la pierna derecha.
E PALPACIÓN
Este método exploratorio sirve para apreciar: nudos a la temperatura ordinaria, o sea a 22 "C
(+ 1,8 *C), se toman con el par termoeléctrico los
1. Textura de la piel, Lisura, dureza (esclero- datos en puntos fijos simétricos:
dermia), infiltración (edema), nódulos (vasculitis
nodulares), etc. a) Punto medio del arco crural.
2. Temperatura cutánea, Se estima de una ma- b) Tercio medio del muslo en su cara anterior.
nera aproximativa pasando el dorso de la mano o e) Cara anterior de la rodilla.
de los dedos flexionados a lo largo de la extremi- d) Tercio medio de la pierna, sobre la cara ¡n-
dad en sentido distal, y con exactitud por medio terna de la tibia.
de aparatos. Se anotan en forma de esquema las e) Dorso del tobillo.
cifras obtenidas, de modo semejante a como se [) Dorso del dedo grueso.
hace con la pulsatilidad y la oscilometría (figu-
ra 3-96). La diferencia normal del punto 1 al 6 suele ser
La temperatura cutánea depende de la que de 2-3 "C.
tenga la sangre y del volumen de ésta que circula Diferencias de + 2 *C entre puntos simétricos -
por el sector examinado; de la temperatura de la de ambos miembros, ya son significativas.
habitación; y de los factores físicos y fisiológicos La hipertermia regional se observa en las fís-
causantes de pérdidas calóricas, tales como dia- tulas arteriovenosas, en los procesos arteriales
foresis, humedad, etc. Si todos estos factores per- con mayor flujo de sangre (eritromelalgia), en las
manecen constantes y la temperatura de la san- varices esenciales voluminosas y en la trombofle-
gre no varía, la temperatura del área examinada bitis (edema caliente), por el aumento de volu-
depende del volumen de sangre circulante por men sanguíneo de las venas superficiales. a
unidad de tiempo. En la hipertensión arterial esencial, la tempe- -
Tras permanecer el sujeto un tiempo pruden- ratura cutánea está aumentada a lo largo de todo
cial, no inferior a 10 min, con los miembros des- el brazo, siendo más significativa la diferencia
Cardiología. Angiología 335
una patente alteración de sus paredes); dolorosas, con facilidad, puede ser confundido con las pul-
hinchadas, rubicundas e hipersensibles, en la ar- saciones propias, que percibe el explorador de
teritis temporal (uni o bilateral) de Horton. manera difusa en la extremidad de sus dedos;
En el aneurisma verdadero (por insuficiencia esta eventualidad se da cuando el práctico es un
de la túnica media), disecante (rotura de la capa hipertenso o un pletórico. En caso de duda, es re-
comendable que el propio explorador se palpe su
pulso radial con la mano izquierda y vea si coin-
WLa falta de latidos arteriales y de oscilometría en un
cide la frecuencia de ambos pulsos; es muy raro
miembro con temperatura local sensiblemente igual al opuesto que ambos, médico y enfermo, tengan en aquel
sano indica que la circulación troncular está interceptada, pero momento idéntico ritmo.
S.A.
que la irrigación de la extremidad se halla asegurada por una El aumento de velocidad de la sangre motiva
circulación complementaria eficiente. La hipotermia de un
la caída tensional en los vasos parcialmente
O MASSON,
Fig. 3-99. Técnica correcta para la palpación de la ar- Fig. 3-100. Técnica correcta para la palpación de la
teria poplíitea, según la maniobra de Kaindl. arteria pedia.
nera inversa. Ésta arteria es difícil de alcanzar en del borde interno del bíceps o de su tendón o en
los obesos o con edema maleolar (fig. 3-101). su contacto íntimo. La mano derecha se usa ordi-
€) Anteria radial (o arteria del pulso). El médico nariamente para elevar y separar un poco el ante-
y el sujeto que se examina estrechan sus manos brazo del cuerpo. Cuando se palpa la arteria del
derechas. Los dedos de la mano izquierda del pri- lado izquierdo, la mano derecha del explorador
mero se arrollan a la muñeca y presionan la radial es utilizada para el examen y la izquierda para
Í
con el II, lll o IV dedos. Cuando
se examina la arte- sostener el antebrazo del paciente (fig. 3-104).
ria radial izquierda el método es similar; se em- h) Antería temporal. Delante del trago, región
plean los de la mano derecha en vez de los del lado temporal y frontal.
izquierdo para percibir el latido arterial en la parte i) Arteria occipital. Sobre las protuberancias oc-
externade la muñeca (6ig. 3-102). cipitales, ejerciendo una presión moderada con los
|
[) Arteria cubital. Se estrechan las manos de- dedos; se perciben bien en personas normales.
rechas o izquierdas del médico y enfermo, según ) Anteria carótida. El médico se sitúa de pie al
el lado que se explora. La otra mano curva los lado del vaso que se explora. Los dedos de su
dedos para alcanzar el vaso en la parte interna de mano izquierda (para la carótida derecha) se co-
la muñeca (fig. 3-103). locan sobre la región cervical media, mientras
g) Arteria braquial (o humeral). La posición que el pulgar comprime la arteria contra el cuer-
relativa de las manos derechas del médico y en- po de las vértebras cervicales (fig. 3-105).
fermo es la misma que para palpar la arteria cu- Si es la carótida izquierda la examinada, se
$ bital. El pulgar de la mano izquierda del primero palpa con la mano derecha. La palpación debe
se sitúa cerca del extremo inferior del músculo hacerse con suavidad, por la existencia del seno
deltoides; la mano abarca por detrás del brazo y carotídeo, posible causa, en individuos hipersen-
sus dedos flexionados alcanzan la arteria debajo sibles, de accidentes más o menos graves, como
338 Semiología médica y técnica exploratoria
«El
bradicardia, arritmia, síncope (en algún caso Aunque la lesión se limite a un miembro, la
mortal y trombosis de la carótida interna; figu- pulsatilidad arterial se hará en todas las arterias
ra 3-105). mencionadas, recogiendo los: resultados-envun'
151199
140 :
Fig. 3-102. Técnica correcta para la palpación de la Fig. 3-105. Técnica correcta para la palpación della
arteria radial. arteria carótida. yugd
Cardiología. Angiología 339
gráfico que orienta con rapidez sobre el estado Tabla 3-7. Exploración arterial. Índice oscilomé-
de la circulación troncular global, trico. Cifras medias normales
La presencia de un estremecimiento o thrill (a
Tercio superior del brazo 4 a 20 mm Hg
veces acompañado de un soplo sistólico) se obser-
Codo 2a 12 mm Hg
va en la oclusión incompleta de los troncos arte- Muñeca 1 a 10 mm Hg
riales (desaparece si ésta se transforma en comple- Palma de la mano hasta 2 mm Hg
ta), en la comunicación arteriovenosa (relaciona Muslo 4 a 16 mm Hg
cavidades con tensiones diferentes) y hematomas Tercio superior pierna 3a12 mm Hg
pulsátiles. Tobillo 1 a 10 mm Hg
Pie hasta 2,5 mm Hg
OSCILOMETRÍA
feriores a los 15 mm Hg. El índice oscilométrico
Es un método muy útil, que sirve: en el tercio inferior de la pierna es igual, en los
sujetos sanos y en decúbito horizontal, a la mi-
1. Para poner de manifiesto el latido arterial tad por lo menos del encontrado a nivel del bra-
en los casos en que éste es inaccesible a la explo- zo. Es preciso tener en cuenta que el edema
ración manual por el grosor y tensión de las ma- acentuado del miembro inferior puede hacer dis-
sas musculares. minuir la amplitud del índice oscilométrico, en
2. Para objetivar en cifras, los datos de pulsa- ausencia de todo trastorno arterial.
tilidad obtenidos mediante la palpación de las ar- Cuando existe un obstáculo mecánico (embo-
terias. lia, trombosis) el índice oscilométrico por encima,
es normal o incluso aumentado, y por debajo es
La oscilometría (como la palpación arterial) nulo; si el obstáculo es funcional (arteriospasmo)
sólo se aplica a los grandes troncos vasculares su disminución es gradual a partir de la raíz del
(circulación troncular), y no informa sabre la irri- miembro en sentido descendente.
gación arteriolocapilar, la más importante para el En las obliteraciones crónicas (arteriosclerosis,
trofismo de los tejidos, no permitiendo así más tromboangitis) un índice oscilométrico de cero es
que una valoración burda del déficit circulatorio. perfectamente compatible con una buena irriga-
Una irrigación arterial eficiente (efectuada por los ción del miembro, siempre que exista una buena
vasos colaterales) es compatible con un índice circulación colateral.
oscilométrico nulo.
El manguito se coloca de manera sucesiva en Debemos tener siempre presente que el índice
el brazo, por encima de la flexura del codo; mus- oscilométrico no nos da el estado de la circulación
lo, por debajo del arco crural, en la base del trián- r colateral, sino el de la circulación troncular.
gulo de Scarpa; parte baja del muslo, por encima
de la rodilla; parte media de la pierna, y enci-
ma de los maléolos.
No se puede hablar de índices oscilométricos
normales, sino que existe un amplio margen de La auscultación de las arterias para recoger los
delito.
variación de unas personas a otras y de un aparato ruidos o soplos que se pueden formar dentro de
a otro. El valor de la oscilometría es, principalmen-
un
te, comparativo entre porciones simétricas del cruenta al diagnóstico precoz de lesiones obs-
sin autorización
Mayor valor que las cifras absolutas tiene la sión excesiva puede dar lugar a la producción
comparación del índice oscilométrico del lado mecánica de una estenosis motivo de un soplo
enfermo con el del lado sano; las diferencias de yatrógeno; los ruidos pueden recogerse gráfica-
S.A.
cas; lo mismo cabe decir cuando el índice oscilo- Al auscultar una arteria normal, percibimos
métrico en la pantorrilla (el más importante en el un tono sistólico originado por la vibración que
examen del enfermo) desciende hasta valores in- produce la entrada de sangre en el vaso, y otro
O
340 Semiología médica y técnica exploratoria
aórtica). Este signo es fácil descubrirlo, si se em- dos por encima y por debajo de la estenosis, la
plea un brazal unido a un oscilómetro y se aus- capacidad del compartimiento venoso inferior, el
cultan los ruidos arteriales en la humeral. Se pue- estado de la pared vascular y de los tejidos peri-
de encontrar, por ejemplo, presión sistólica por vasculares.
auscultación, 15; desaparición de los ruidos, 11; Un soplo venoso fuerte, incluso con thrill,
mínima oscilometría, 8. Estos datos se confirman puede percibirse en la región periumbilical en el
procediendo igual en el otro brazo, donde encon- sindrome de Cruveilhier-Baumgarten, en el punto
traremos, sistólica (máxima), 17; diastólica (míni- que comunica el sistema venoso visceral con el
ma), 8. tegumentario, y que sirve de derivación supleto-
La estenosis incompleta de las ilíacas y femo- ría de la circulación portal interceptada.
rales motiva un soplo sistólico con o sin thrill.
En casi todos los casos de dilatación arterial
circunscrita (aneurisma) o de colección sanguínea MW MÉTODOS
comunicante con la luz de una arteria (hemato- COMPLEMENTARIOS
ma pulsátil), se produce un soplo intermitente
isocrono con la sístole cardíaca”. ULTRASONIDO (EFECTO DOPPLER).
La auscultación del bulbo de la vena yugular ISOTOPOS RADIACTIVOS
sobre la clavícula derecha, entre las dos porcio-
nes del músculo esternocleidomastoideo, permi- Estos métodos son útiles para diagnosticar:
te percibir en los individuos con eretismo vascu-
lar o anémicos, un soplo suave (ruido de peonza, 1. La circulación arterial cuando está disminui-
de diábolo), que a veces se alcanza con intensi- da de tal forma que la arteria en cuestión todavía
dad menor sobre la yugular externa (ruido de tiene un flujo sanguíneo mínimo, que no produce
mosca). un pulso palpable.
Con el nombre de femoral venous hum describe 2. La localización y el grado aproximados de
Tashima un rumor continuo, como de máquinas, una estenosis arterial.
con acentuación diastólica a nivel de la vena fe- 3. La trombosis de venas grandes profundas
moral. Desaparece comprimiendo ligeramente la en su estadio precoz y más embolígeno.
porción distal de la vena.
El soplo venoso por reflujo es un signo diag- El efecto Doppler, debido a Strandness (1967) y
nóstico que permite precisar la existencia de una Sigel (1968), se basa en el relativo al cambio de la
insuficiencia de la vena safena en enfermos con frecuencia de las ondas sonoras al variar la dis-
varices de las extremidades inferiores; para reali- tancia entre el cuerpo sonoro y el receptor; este
zar esta exploración es necesario colocar primero fenómeno explica el aumento de tono del silbido
al enfermo en decúbito supino, con la extremi- de un tren que se acerca y su disminución cuan-
dad inferior que se ha de explorar en posición do se aleja, siendo las ondas generadas por un
elevada; cuando se vacían las venas varicosas, se cristal piezoeléctrico (vibra a 5 mHz) y recogidas
coloca de nuevo al enfermo en posición ortostáti- por otro a una corta distancia.
ca, manteniendo siempre la oclusión de la vena La respuesta ultrasónica, recogida por un alta-
safena; aplicando el fonendoscopio en el punto voz de auscultación directa o por registros gráfi-
Fotocopiar sin autorización es un delito.
comprimido y relajando la compresión, cabe aus- cos de diferentes tipos, es el método no invasivo
cultar un soplo, provocado por el brusco paso de más útil de que disponemos en este momento
sangre de la parte superior a la inferior de dicha para evaluar a un enfermo con insuficiencia vas-
vena. Dicho soplo puede tener diversas caracte- cular arterial periférica. En el caso de trombosis
rísticas morfológicas y de frecuencia, según sea la venosa, las ondas «A» de Sigel están ausentes.
diferencia de presión entre los segmentos situa El empleo de isótopos (tan úul para este propó-
sito como para estudiar la corriente sanguínea)
precisa de aparatos adecuados para su estudio.
*Como curiosidad semiológica, citaremos que en la arteria
femaral, a nivel inguinal, puede percibirse en la insuficiencia
S.A.
fía) es, sin duda, el método que proporciona en el da (técnica de Bauer) si se inyecta en la vena fe-
hombre vivo los datos más precisos sobre la na- moral común.
turaleza y extensión de las enfermedades vascu- La prueba flebográfica
es muy útil para el
lares: diagnóstico de las varices (fig. 3-107), puesto que
nos indica:
1.Anteriografía. Para las arterias (a veces visi-
bles en la radiografía directa si sus paredes están a) - La insuficiencia del cayado de la safena in-
calcificadas) se inyecta en su interior, por pun- terna cuando se trata de sujetos varicosos obe-
ción transcutánea o directa después de denudar sos, difíciles de explorar.
el vaso quirúrgicamente, la sustancia de contraste b) El múntero, situación y calibre de las comuni-
opaca, obteniéndose radiografías en el momento caciones entre los sistemas venosos superficial y
de inyectar los últimos mililitros. Como quiera profundo.
que interesa que la corriente sea lenta, durante la d) El nivel en el que las varices dependientes
maniobra se aconseja comprimir ligeramente el de la vena hipogástrica se vuelven subaponeuró-
vaso por encima del lugar donde se practica la ticas.
punción, d) Las secuelas de las tromboflebitis, no sien-
Aunque la arteriografía proporciona siempre do aconsejable en la fase aguda de éstas.
datos de valor, no deja de tener algún riesgo, por
lo cual suele limitarse su empleo a los aneuris- 3... Linfografía. Tiene la finalidad de demos:
mas arteriales y arteriovenosos y al diagnóstico trar la existencia: de trastornos primitivos o se-
de las obliteraciones arteriales segmentanias. cundarios del sistema linfático (fig. 3-108). Se
La arteriografía normal muestra el curso recti- procede como sigue:
líneo o sinuoso de las arterias, pero sin irregulari-
dades de calibre y con contomos lisos. a) Inyección subcutánea de un colorante electi-
En la arteriosclerosis, se encuentran irregulari- vo para los linfáticos (azul violeta, azul de Evans,
dades de la luz u obliteración total-o parcial del etc.).
vaso, así como una circulación colateral escasa for- b) Disección y canalización del linfático colore-
mada por vasos más bien rectilíneos y angulares. ado e inyección de contraste ultrafluido a la velo-
En la tromboangitis, se encuentra una red ar-
teriolar colateral abundante, fina, flexuosa, junto
a obliteraciones tronculares, por lo general múlti-
ples y distales (signo de Martorell, de valor patog-
nomónico).
En el tromboembolismo, el líquido se detiene
a nivel del obstáculo, cuyo sitio preciso señala. Si
el obstáculo es funcional (espasmo), la disminu-
ción de la luz arterial es gradual y de bordes li-
sos, recordando la imagen en punta de lápiz de la
acalasia.
En los aneurismas verdaderos, disecantes y
falsos y en las fístulas arteriovenosas congénitas,
el contraste nos señala la amplitud de la cavidad
y el número, tamaño y situación de los vasos que
comunican.
2. Flebografía o visualización radiográfica del
sistema venoso. Puede lograrse por inyección di-
recta del contraste en las venas (flebografía di-
recta), por inyección en la arteria principal de la
extremidad afecta (arterioflebografía) y por intro-
ducción del contraste en distintos órganos a
partir de los cuales se rellena el sistema venoso
regional (flebografía indirecta). La flebografía di-
recta, a su vez, puede ser ascendente (la inyec- Fig. 3-107. Flebografía. Importante paquete varicoso
ción se practica en las venas distales) o retrógra- del sistema venoso superficial. 01
Cardiología. Angiología 343
|
|
el contenido en oxígeno de la sangre venosa.
Se considera como normal en la sangre de las
|
arterias una saturación entre 93-98 %. En la san-
gre venosa es muy variable, pero se estima entre
60-85 %. :
| M SEMIOLOGÍA APLICADA
SÍNDROMES
AORTICOANEURISMÁTICOS
Fig. 3-108. Linfografía. Enfermedad de Hodgkin. Son distintos según el nivel en que asienta la
dilatación circunscrita del vaso. La sífilis es el fac-
tor etiológico más frecuente en el aneurisma de
la aorta torácica, y la arteriosclerosis para el de la
cidad de 1 ml/min y a una dosis de 10 ml por aorta abdominal; en 1936, los aneurismas toráci-
cada extremidad. cos eran ocho veces más frecuentes que los ab-
e) Radiografías al terminar la inspección y a dominales, pero esta relación se ha ido gradual-
las 24 h. mente invirtiendo con el mayor número de
personas de edad avanzada y menor frecuencia
Es un método útil para: de la sífilis; se presentan en una proporción de
4 varones por 1 mujer.
a) Reconocer las adenopatías superficiales y
profundas difíciles de palpar.
bh) Obtener una orientación diagnóstica por Aneurismas de la aorta ascendente
los datos de la estructura ganglionar (adenitis, y del cayado
hemopatías, metástasis carcinomatosas).
e) Orientar la terapéutica (quirúrgica, si las Aparecen con relativa frecuencia y se com-
adenopatías son circunscritas; fisioterapia, si di- prueban en el 15-30 % de las aortitis sifilíticas
fusas). graves y extensas. Son frecuentes también en
sin autorización es un delito.
el I-II espacios intercostales derechos, así como gera con las comidas, paseos o esfuerzos hace
la «pulsación laríngea» de Gardarelli. pensar en trastornos vasculares del abdomen. Se
acompaña de palidez, náuseas, sensación de an-
Exploración física. La del corazón es casi gustia (angina abdominal, de Bacelli). Se irradia a
siempre negativa, y se observan rara vez diferen- ambas ingles o al hipocondrio derecho siguiendo
cias tensionales o del pulso entre ambos brazos. el trayecto de las arterias o plexos ilíacos. La pre-
sencia de trastornos de índole vascular en otros
Radiología. Los aneurismas de la porción lugares de la economía (claudicación intermiten-
ascendente de la aorta se proyectan hacia la dere- te crural, angina de pecho) es un dato que apoya
cha; los del cayado se sitúan en la región retros- el diagnóstico de aortitis abdominal.
ternal alta. Se traducen por una sombra densa, 2. La palpación revela la sensibilidad de la
redondeada, de volumen variable, que forma aorta, e incluso de las arterias ilíacas, a lo largo de
cuerpo con la aorta, dato éste que debe compro- todo su trayecto, por periaortitis, y no en un
barse en las oblicuas anteriores derecha e iz- punto (punto celíaco), como ocurre en los neuró-
quierda. A menudo, la imagen radiológica es pul- patas. El vaso está ensanchado, endurecido (nor-
sátil y expansiva. malmente su sensación es elástica sin placas den-
sas) y fijo o con gran movilidad lateral (normal, o
a 1 cm). Se encuentra una masa pulsante y ex-
Aneurisma de la aorta torácica pansiva en la línea media abdominal, inmediata-
descendente mente por encima del ombligo (evítese la confu-
sión con las pulsaciones aórticas percibidas en
Se diagnostica por la presencia de dolores in- sujetos enflaquecidos, neurópatas). La palpación
tensos, neuralgiformes, de irradiación intercostal, en posición genupectoral es útil; en caso de lati-
situados en el 66 % de los casos en el lado iz- do transmitido, éste desaparece, en tanto que
quierdo, debidos a erosión de las vértebras (sólo persiste si se trata de un aneurisma.
en las de causa sifilítica) y disminución tensional 3. Pueden percibirse soplos vasculares sistóli-
en las extremidades inferiores, con retardo del cos. Existe hipertensión en las tibiales y femora-
pulso femoral respecto al radial. les, en relación con la arteria humeral (puede
existir un aumento relativo de 70-100 mm Hg en
Inspección. Puede advertirse una pulsación el miembro inferior). Gráficamente, puede regis-
o tumoración pulsátil o no, en el espacio interes- trarse en la aortitis que el pulso femoral se anti-
capulovertebral izquierdo, más patente al incli- cipa al humeral (normalmente, ambos son isó-
narse el enfermo hacia delante. cronos), pero se da el fenómeno inverso en el
aneurisma. La compresión del saco determina es-
Radiología. En posición frontal, el aneuris- fuerzo del pulso y desaparición del retardo, por
ma dibuja una gran prominencia circular; en las lo menos en las formas con cuello aneurismático
oblicuas, mejor izquierda, aparece una sombra estrechado.
de contornos irregulares, difusos y pulsátiles al 4. El examen radiológico con placa directa o
mismo nivel que el espacio retrocardíaco. Suelen previa inyección de contraste (aortografía) nos
ser posibles las erosiones vertebrales. La tomo- orienta sobre la presencia de calcificaciones parieta-
grafía pone de relieve la localización y el volu- les y extensión de la lesión.
men del saco aneurismático.
eventualidad feliz. El desgarro de la íntima suele 6. Desaparición del pulso periférico y del ín-
estar a pocos centímetros del anillo valvular, a la dice oscilométrico.
salida de la subclavia izquierda o en la aorta des-
cendente. Anteriografía. Señala la altura donde radica el
Clínica. Pueden esquematizarse como sigue: obstáculo, que puede conducir a la necrosis de
los tejidos afectos.
1. Dolor torácico súbito, muy intenso, retros-
ternal o en la base de cuello o espalda. Cambia
de localización hasta la parte baja de la espalda y Síndrome arterial isquémico crónico
región lumbar, siguiendo el trayecto de la aorta,
como si el dolor recorriera la porción de vaso que Es de observación frecuente. Comienza por
se diseca. claudicación intermitente, a la que siguen el do-
2. Manifestaciones de obstrucción de las arte- lor en reposo frest-paín) y los trastornos tróficos
rias que salen de la aorta, así coronarias (infarto que conducen a la necrosis.
de miocardio), carótidas (hemiplejía o trastornos Sus causas más frecuentes son la arteriosclero-
confusionales), radiales (anisosfigmia), renales sis y la tromboangitis. La primera es propia de
(anuria), femorales (isquemia e incluso gangre- individuos jóvenes, hasta de 16 años de edad
na), etc. (gangrena juvenil). La segunda, de personas año-
3. Pedículo vascular cuya anchura crece en los sas (gangrena senil).
sucesivos exámenes. Llega a comprimir las es- Su diagnóstico diferencial en la edad límite de
tructuras vecinas, con parálisis o paresia del recu- 40-50 años se establece valorando una sere
rrente izquierdo; ingurgitación yugular por hiper- de datos representados en la tabla 3-8.
tensión mediastínica, etc.
4. Electrocardiograma normal (salvo si se afec-
tan las coronarias) con presión arterial normal o Pruebas diagnósticas
aumentada.
La muerte sobreviene, aproximadamente, en Para juzgar sobre el grado de la oclusión y
el 80 % de los casos, ya sea por insuficiencia car- cuantía del factor funcional exclusivo o sobrea-
díaca congestiva o por hemorragia aguda por ro- ñadido al orgánico lesional existen numerosas
tura del vaso. pruebas, la mayoría sencillas y al alcance del mé-
dico no especializado.
compresión arterial) o funcional (arteriospasmo). normal para una persona sana, hay que exigir,
La clínica se integra de los siguientes síntomas: aproximadamente, 500 m en 8-10 min. Si el te-
rreno tiene sólo una pequeña pendiente, caerá la
1. Dolor. curva del rendimiento con la misma rapidez que
2. Frialdad (la temperatura cutánea depende en el caso del aumento de la gravedad de la en-
de la cantidad de sangre que circula por unidad de fermedad.
tiempo). La característica más importante de la prueba
3. Palidez (el color de la piel guarda relación ambulatoria, como también de todas las otras
con el contenido en sangre de los capilares). pruebas funcionales con una recarga activa del
4. Anestesia. Por falta de riego sanguíneo de paciente, es la distancia recorrida entre la apari-
S.A.
Tabla 3-8. Causas más frecuentes del síndrome arterial isquémico crónico
El individuo parece envejecido para la edad que tiene. El individuo parece joven, con el cabello bien pigmen-
Su cabello es gris. Muestra signos patentes de escle- tado. Hiperviriles, mujeriegos. Faltan los signos de
rosis vascular generalizada, con las arterias radial, esclerosis vascular. La presión suele ser baja o nor-
humeral y temporal duras y flexuosas, y con calcifi- mal
caciones visibles a los rayos X. Aortitis con esclerosis
de las coronarias más o menos patente. Albuminuria
y glucosuria frecuentes, Casi constante hipertensión
arterial. Es corriente la observación del gerontoxon o
arco senil corneal
Extremidades superiores raramente complicadas Se afectan en un 40% de los casos
Puede aparecer en no fumadores Siempre se trata de grandes fumadores
Falta en la historia de episodios de flebitis migratoria. Antecedentes frecuentes de flebitis migratoria en el
Evolución progresiva 30 % de los casos. Evolución a brotes con fases de
calma
Los trastornos tróficos van precedidos de dolores, a ve- Los trastornos tróficos producen dolores intensisimos,
ces acerbos, aunque mínimos si se comparan con los atroces, como en ninguna otra vasculopatía. En su
que aquejan a los enfermos tromboangíticos. La obs- forma más típica es la gangrena seca de un dedo.
trucción arterial en estos enfermos crea trombosis de Afecta cualquiera de los dedos del pie, aunque rara-
marcha fulminante y, en consecuencia, gangrenas mente el gordo. La gangrena comienza por una placa
masivas de las extremidades, cosa poco frecuente en negra en la punta del dedo o surco ungueal, para
la tromboangitis avanzar hacia la raíz. El antepié, en contraste con la
coloración de las partes esfaceladas, muestra un tinte
rosado violáceo y se encuentra infiltrado de edema
Lipidernia aumentada, asi como a glucemia y tasa de Lipidemia con cifras normales
urea
Arteriografía: irregularidades e la luz o obliteración to- Arteriografía: señala una red arteriolar abundante, fina,
tal o parcial del vaso al examen arteriográfico, con flexuosa, junto a obliteraciones tronculares múltiples
circulación colateral escasa y formada por vasos rec- y distales (signo de Martorell)
tilíneos, angulares
Prueba del cambio de posición de Rats- jar las piernas nuevamente en reposo sobre la ca-
chow (o de la isquemia plantar de Buerguer- milla.
Samuels). El paciente se tiende de espaldas y
eleva las piernas hasta la vertical, flexionando Prueba de la hiperemia. Puede combinar-
y extendiendo con rapidez los pies. Generalmen- se con la prueba del cambio de posición. En vez
te, necesita el apoyo del médico, que da a las de dejar las piernas en reposo sobre la camilla al
pantorrillas un cierto sostén en el sector del ten- final de la prueba del cambio de posición, el pa-
dón de Aquiles. ciente se sienta rápidamente y deja caer las pier-
La persona sana puede mantener esta po- nas al borde de la cama o camilla de exploración.
sición (no muy cómoda) sin dificultades hasta En la persona sana, se presenta en el lapso de 2-3 s
10 min, realizando, como recarga adicional, mo- una hiperemia uniforme, junto con una sensa-
vimientos de circunducción con los pies, en la ar- ción de calor que abarca desde la rodilla hasta la
ticulación del tarso. punta de los dedos del pie. Después de alcanzar
En el enfermo, cabe observar (de acuerdo con estos dedos, aumenta todavía algo la hiperemia
la gravedad de la dolencia) ya después de tomar para desaparecer en el transcurso de algunos mi-
con las piernas una posición vertical, una palidez nutos.
cérea del pie o de la pantorrilla enferma, o in-
cluso se puede presentar el típico dolor de claudi- Prueba de Moschcowitz. Se funda en la
cación, con la misma necesidad imperiosa de reacción hiperémica que aparece en una extremi-
interrumpir la prueba, bajando las piernas a la dad después de una isquemia por compresión
horizontal. Pasados algunos segundos, hasta mi- momentánea. Colocado el enfermo en posición
nutos, desaparecen la palidez y los dolores al de- horizontal, se eleva el miembro y se aplica una
Cardiología. Angiología 347
vendaje elástico muy apretado desde su extremo Prueba de Allen. En ocasiones, la oclu-
a su raíz, durante 5 min. Al retirarse la compre- sión de las arterias radial o cubital por debajo
sión, el miembro tiene una palidez cadavérica, de la muñeca no puede determinarse. Á veces,
que en sujetos normales se sustituye pronto con también la pulsatilidad de la cubital es difícil de
un enrojecimiento que se extiende en sentido apreciar. Para ello, se comprime la arteria radial
distal y alcanza los dedos. con el pulgar del explorador, mientras el enfer-
Si existe obliteración arterial, esta hiperemia mo cierra con fuerza la mano. Al abrirla mante-
reactiva es muy lenta y puede detenerse a cierto niendo la compresión, la palma de la mano
nivel. aparece pálida, pero la palidez se cambia rápi-
damente en el color normal o incluso aparece
Prueba de Collens-Wilensky. Las venas muy enrojecida si la cubital es permeable. Si
superficiales se colapsan al elevar la extremidad, está obstruida, la palidez persiste. La misma
pero al colocarla en posición declive se llenan de maniobra puede realizarse comprimiendo la cu-
nuevo en 10 s en una persona sana. Un plazo de bital, para investigar la permeabilidad de la ar-
repleción venosa mucho mayor es signo de insu- terial radial.
ficiencia arterial. Si existen varices, esta prueba
carece de valor. Pruebas termométricas bajo carga funcio-
nal. Estudian el comportamiento de la tempe-
Prueba de Weese (o de la palpación arte- ratura del miembro con estímulos vasodilatado-
rial con sobrecarga). Primero se palpan las res, vasoconstrictores y por la marcha:
arterias tibial posterior, debajo del maléolo inter-
no, y la arteria dorsal del pie, marcando estos 1. Prueba del esfuerzo (Singer y Eckelberg). El
puntos con una pequeña señal de color. En segui- enfermo realiza una marcha de unos mil pasos.
da, se hace caminar al paciente hasta el límite de La temperatura cutánea y la diferencia de tempe-
la claudicación (140-160 pasos por minuto). In- ratura entre el dorso del pie y la pantorrilla dis-
mediatamente después, se comprueba mediante minuyen normalmente en forma notable. En las
una segunda palpación si el pulso tiene la misma enfermedades arteriales, en cambio, los valores
fuerza que anteriormente o si ha sido debilitado. de la temperatura cutánea pueden quedar esta-
El debilitamiento o la completa desaparición del cionarios o disminuir, aumentando a su vez la di-
pulso hablan a favor de una alteración de la cir- ferencia susodicha.
culación arterial. 2. Prueba del calentamiento reactivo (Kaindl)..
Se aplica un lazo a una presión superior a la sis-
Prueba de Moser (o de la posición en tólica, durante 10 min. Al deshacerlo, la tempera-
puntillas). Se coloca al paciente en una cómo- tura cutánea del miembro empieza a subir pasa-
da posición de pie; en seguida deber elevar el dos 60 seg y alcanza los valores de partida a los
cuerpo sobre los dedos de los pies, por lo menos 10-15 min como máximo. Si no ocurre esto, sig-
40 veces dentro de un tiempo de aproximada- nifica que existe un obstáculo al flujo arterial; si
mente 1 min, levantando los talones del suelo este fenómeno reactivo se aprecia después de
hasta el grado en que le sea posible, para luego más de 30 min, cabe pensar en una lesión arterial
(sin permanecer por mayor tiempo de puntillas) grave.
Fotocopiar sin autorización es un delito.
el plazo de 1-2 min. Sin embargo, en los casos de traso y los valores máximos alcanzados son muy
enfermedades vasculares, la palidez cutánea no inferiores a la normalidad, a tal punto que, des-
O MASSON,
destaca tanto como en la prueba del cambio de pués de 50 min, no logran alcanzar todavía el lí-
posición. mite de los 25 *C.
348 Semiología médica y técnica exploratoria
mente susceptibles de infecciones bacterianas y micóticas. Los tes de su desembocadura. Se aplican, pues, con
traumalisuos, aun los leves, pueden precipitar una úlcera eró-
bastante presión, dos o tres dedos de la mano
O MASSON,
Fig. 3-109. Prueba de Trendelenburg. A) Elevación de la extremidad por encima de la horizontal para colapsar
las varices y colocación del lazo compresor a nivel del cayado de la safena interna R) Manteniendo la compresión
invitamos al enfermo a que se ponga de pie; continúa el colapso de las varices. C) Al retirar el lazo compresor, sú-
bitamente se distienden las dilataciones varicosas por una oleada retrógrada que desciende del cayado insuficiente.
te sobre una variz visible o simplemente palpable mientras con la otra mano comprobamos SL co
de la pierna, colocada, a ser posible, sobre un lapso, al ponerse el enfermo de pie. S1, verificada
plano óseo resistente. Al pasar la safena interna en esta forma la prueba, el colapso es completo,
por encima del cóndilo interno del fémur, se podemos dar por descontado que la única comu-
cumple precisamente esta condición. Al percutir nicante insuficiente es el cayado de la safena ex-
la safena, se provocan una serie de sacudidas en terna.
el contenido venoso, que se traducen en oleadas, 2. Prueba de Schwartz. Se percute en una raíz
transmitidas en ambas direcciones, por la dilata- visible de la pantorrilla y se coloca la mano supe-
ción e insuficiencia valvulares y, sobre todo, por rior en el centro del rombo poplíteo. Si el cayado
la falta de tono de la pared venosa. Las oleadas de la safena externa es insuficiente, se percibe la
ascendentes producen, al llegar al cayado, una oleada o pulsación cada vez que percutimos,
sensación de expansión análoga al latido arterial igual que en el cayado de la safena interna. Se fa-
o a la onda que se motiva al percutir la pared ab- cilita la maniobra flexionando ligeramente la
dominal en un enfermo con ascitis (fig. 3-110). pierna para relajar la aponcurosis poplítea y per
Con las pruebas de Trendelenburg y de Sch- mitir así que se perciba mejor la onda venosa
wartz se demuestran casi todas las insuficiencias (fig. 3-111).
del cayado de la safena interna; en la duda, se re- Con la asociación de estas dos pruebas funda-
curre a la prueba flebográfica, de valor decisivo. mentales, se diagnostican casi todas las insufi-
ciencias del cayado de la safena externa sin nece-
sidad de tener que recurrir a la práctica de una
Insuficiencia del cayado Hebografía.
de la safena externa
Fig. 3-110. Prueba o signo de Schwartz. Aplicación Fig. 3-111. Prueba o signo de Schwartz. Aplicación
al cayado de la safena interna. Dos o tres dedos de la al cayado de la safena externa. Dos o tres dedos de la
mano superior se aplican con energía sobre el triángulo mano superior se aplican sobre el centro geométrico
de Scarpa por dentro del latido femoral y por fuera del del rombo poplíteo. Los dedos de la mano inferior per-
tendón del aductor mediano, como puntos de referen- cuten una variz visible o palpable de la pantorrilla para
cia. Los dedos de la mano inferior percuten una variz provocar la oleada. Siendo el cayado subaponeurótico,
visible o palpable sobre el plano óseo que forma el cón- se logra su palpación haciendo flexionar un poco la
dilo interno femoral. pierna afectada apoyándose en la sana, a fin de relajar
la aponeurosis.
na e impide el reflujo de sangre. El enfermo se que es, precisamente, donde la vena se vuelve
coloca de pie y se le retira la venda de arriba subaponeurótica para ir a desembocar a la hipo-
abajo (sin retirar el torniquete); cuando aparece gástrica, después de recorrer un largo trayecto in-
en algún lugar una dilatación varicosa que desa- tramuscular e intrapélvico.
parece al comprimirla, es señal indudable de
Fotocopiar sin autorización es un delito.
palpa y percibe la onda, vaya siguiendo el trayec- Aunque no exista una limitación franca entre los
to indicado por las varices. dos procesos, obedecen a causas distintas y son
O MASSON,
Se debe advertir que la onda se pierde a nivel también diferentes en el aspecto clínico, como se
del pliegue glúteo o a un nivel ya más inferior, esquematiza en la tabla 3-9.
352 Semiología médica y técnica exploratoria
Flebotrombosis Tromboflebitis
De Martorell.
Puede reconocerse fácilmente en las venas superficiales; sin terna, la calidad de la turgencia de las capas hísticas profundas
embargo, las venas profundas se hallan incluidas con los mús- y el tono de la musculatura correspondiente.
€ MASSON,
culos en vainas aponcuróticas tensas, con lo que el edema no Al objeto de completar el diagnóstico, se investigará el gra-
será perceptible. No obstante, ejerce presión sobre ellas y la do de la insuficiencia estática y el estado de las estructuras liga-
tensión así desarrollada es palpable. mentosas articulares».
354 Semiología médica y técnica exploratoria
Fig. 3-112. A) Exploración del estado de turgencia de los tejidos en la pantorrilla. B) Exploración de la turgencia
hística y del tono muscular en el muslo. C-D) Localización de los ligamentos en la articulación tibioperoneotarsia-
na y en la articulación
de la rodilla.
de las veces tienen predilección por la zona que cara, cuello y miembros superiores, o limitada a
O
Cardiología. Angiología 355
labios y extremidades digitales) y circulación co- táculo se halla situado por debajo de las venas
lateral (más o menos importante, con turgencia ácigos, el curso sigue por ellas (donde la sangre
de las venas yugulares). Á esta tríada, a veces in- circula en sentido inverso), intercostales y toraco-
completa, se añaden otros síntomas, como tos, abdominales profundas hacia la vena cava infe-
ronquera, disnea centrógena por retardo de la cir- rior; cuando la obstrucción radica por encima de
culación cerebral, dolores torácicos retrosterna- la vena ácigos, el retorno se hace por el tronco
les, cefalea, somnolencia, vértigos, zumbidos de braquiocefálico, mamarias internas y vertebrales
oído. hacia las intercostales y ácigos hacia la cava infe-
La obnubilación y pérdida de conciencia en rior.
forma de crisis han sido señaladas cuando el en-
fermo mantiene un rato su cabeza agachada ha-
cia el suelo en la posición adoptada por los traba- Trombosis de la vena cava inferior
jadores del campo al cavar la tierra (signo del
azadón), que se explica por el aumento brusco de Puede ser autóctona como complicación de
la estasis venosa cerebral. otro proceso (tifoidea, apendicectomía, puerpe-
La presión venosa está elevada en el territorio rio, etc.) o propagada a partir de una trombosis
de la vena cava superior (es normal en la cava in- femoroilíaca uni o bilateral de marcha ascen-
ferior) y aumenta, paradójicamente, en la inspira- dente; en este último caso, a los síntomas pro-
ción. pios de éstas se suman los que revelan la obs-
La flebografía de la cava superior (y la angio- trucción secundaria de la cava, y que son el
neumografía), confirman el diagnóstico y orien- edema de la pared abdominal, genitales exter-
tan sobre su causa (compresión, trombosis, aneu- nos (escroto o vulva); los trastornos de la mic-
risma del cayado aórtico), topografía (en relación ción, defecación, erección, tránsito intestinal y
con la desembocadura de la vena ácigos) e im- el desarrollo de una circulación complementa-
portancia de las derivaciones venosas. ria abodominotorácica; las venas arrancan de la
Esquemáticamente, se admite que, cuando la ingle y siguen un trayecto ascendente y diver-
obstrucción se encuentra a nivel de la ácigos, las gente hacia la pared torácica, en la que poco a
venas superficiales están muy desarrolladas y el poco pierden su relieve y desaparecen; su pro-
retorno se efectúa por las venas laterotorácicas y iminencia mengua en decúbito y aumenta con
epigástricas hacia la vena cava inferior; si el obs- los esfuerzos.
Tromboflebitis Linfangitis
Antecedente más Inyección intrave- Proceso trombógeno Infección superficial. Herida o infección
frecuente nosa en el brazo (operación, tifoidea, Ulcera crónica superficial
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De Martorell.
356 Semiología médica y técnica exploratoria