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La plaza: Estructura e ideología del colonialismo

El desarrollo de las ciudades dado en la época de la colonia, trajo consigo la planeación y posterior
organización de todo un tramado urbano que permitía no solo la configuración del territorio, sino la
estructuración de un componente histórico que facilitase la comprensión de la evolución espacial. La
perspectiva ideológica de la composición de las ciudades, retoma los principios de ordenes clásicos, los
cuales, dentro de su concepto de organización, configuran principios que transcienden en el tiempo
espacio.

Miguel Rojas, escritor e historiador chileno que ha enfocado su investigación en las ciudades, tradiciones
y culturas precursoras arraigadas a la ideología de planeación desarrollada en los antiguos territorios,
hace evidente en el texto de estudio su capacidad de exponer la historia cultural del continente,
haciendo énfasis en las dimensiones sociales, económicas y políticas que reflejaban la forma de vida de
las poblaciones en conquista, llegando a generar una estructura urbana que marca una tipicidad en la
configuración de las nuevas ciudades.

Conforme a ello, la relación de conceptos es un punto clave en la comprensión de la narrativa. En un


primer momento la plaza, siendo un espacio público, se constituyó como punto centro y dominante en
el desarrollo de la ciudad, trayendo consigo el termino orden, el cual dota de características propias un
lugar determinando criterios para su funcionamiento en territorios, transformando este último en áreas
correspondientes a un propietario destinado a un beneficio social o individual, complementando la
intención de planeación, definida como proceso de toma de decisiones.

Los conceptos nos llevan a concretar 3 problemáticas que desglosan la transformación territorial. Por un
lado, los Principios urbanísticos que configuraron la Nueva América. Al fundar una ciudad en un trozo de
territorio, considerado prácticamente como vacío, trajo consigo múltiples acciones a tener en cuenta
para que este no fuera concebido al azar, sino que intentará tener un fundamento de orden, es por esto
que, dentro de la configuración inicial de las ciudades, se imponían legislaciones que partían de un
núcleo central en donde residían puntos relevantes de la construcción de comunidad, tales como los
puntos de servicio y edificios públicos, con aperturas que ligaban a un trazado urbano que facilitaba la
expansión de un crecimiento poblacional.

De este modo, surge un conflicto dentro del contexto histórico de los principios de orden, el conocer de
donde provienen las ideologías que permiten construir territorio, fue un punto de quiebre en el análisis
histórico de la colonia en América. Sin embargo, se constató a Vitrubio y la cultura romana como
fundamento en la creación de políticas de orden dentro del planteamiento urbano español en el Nuevo
Mundo, además de los trazos de la población precolombina.

Siendo así, el contraste entre el análisis idealista e ideológico desatan confusiones sobre los valores,
pues, por un lado, se concentran en un fundamento fijo y por otro permite partir de diversos puntos de
vista construyendo un modelo cuyo objetivo es descubrir un criterio para considerar las teorías de cada
territorio generando así pautas para el urbanismo.

A partir de esto, se puede comprender que la ciudad es una cosa viva y cambiante, por tanto es crucial
definir una adecuada estructura, por ello, su construcción permite retomar valores clásicos que faciliten
el proceso de organización y planeación, ya que un territorio formado sin principios de orden ni ideas de
jerarquía es un territorio que no será capaz de adaptarse a las densidades poblacionales, por lo que se
restringe la construcción a partir del trazado original; y posteriormente es muy común ver cómo
ciudades con plazas marcadas como núcleo espacial, desarrollan en sus fronteras situaciones de
informalidad que no son coherentes con el trazo que este punto central marca en la planeación.

Documentos de referencia

Rojas-Mix, Miguel (1978). “La plaza: estructura e ideología del colonialismo”, en La plaza mayor. El
urbanismo, instrumento de dominio colonial. Barcelona: Muchnik Editores. Págs. 55-84.

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