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Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales 

Historia Moderna 
Profesora: Susana Gazmuri 
Ayudante: Maritza Gallardo 
Basthian Jerdos Núñez 

Ilustración, sociedades y libros como influenciadores de las revoluciones.

Al iniciar este ensayo, es necesario definir y explicar, primeramente, a la ilustración como proceso
que dio puntapié a la revolución de las ideas junto con el cambio de paradigma hacia el progreso
mediante la razón. Luego, mediante el análisis y argumentos que entregan lo diversos autores, entre
ellos Roger Chartier (2003), Robert Darnton (2008) y Marc Fumaroli (2013) , se planterá la tesis
respecto a cómo la ilustración, y la ideas que se plasman en los libros son capaces de crear
revoluciones. Finalmente se redactará un argumento en base a los autores ya mencionados y la
hipótesis planteada, y una conclusión respecto al tema abordado.

A fines del siglo XVIII se inició en Europa una cadena de transformaciones sociales, científicas,
económicas, políticas y culturales, las cuales se extendieron en América y en otros lugares del
mundo, se manifestaron en diversos momentos, dependiendo del continente y la nación en
particular. La ilustración estaba influida por las ideas humanistas, como también por el impulso del
avance científico del siglo XVII, esta corriente intelectual estaba vinculada a la razón, que se
caracterizó por interrogar las bases del pensamiento tradicional y fundamentos políticos que tenían
las monarquías de la Europa de ese entonces. A partir de las ideas ilustradas, los conceptos como
libertad, nación, igualdad, entre otros, son de suma importancia en las discusiones filosóficas de la
época, e influyeron en las transformaciones políticas que se originaron en Europa y América como
se mencionó anteriormente.

Desde el siglo XVII con Chartier (2003) podemos analizar dos definiciones opuestas del “espacio
público”, que suponía la discusión entre las personas reunidas en el mismo espacio social o
institucional, la que, siguiendo los ejemplos y casos de Concordet y Kant, considera la construcción
del espacio público sin presencia colectiva, esto gracias a la circulación de lo escrito. La otra
definición privilegiaba el uso tanto reflexivo como crítico de la razón que permite la lectura privada,
personal y silenciosa. La primera definición tomaba el modelo de la ciudad y régimen antiguo que
pensaba el espacio público como la red de las instituciones de sociabilidad que eran los clubes,
sociedades literarias, logias, etc. "-P:¿Cuáles son los hombres que por sus escritos prepararon la
revolución? -R: Helvecio, Mably, Jean-Jacques Rousseau, Voltaire y Franklin. -P: ¿Cómo llamas a
esos grandes hombres? -R: Filósofos. -P: ¿Qué quiere decir esa palabra? -R: Sabio, amigo de la
humanidad" (Chartier, 2003, p. 104), el modelo clásico de la conversación tiene tres raíces, las
disputas cívicas de las antiguas ciudades, las prácticas de las sociedades letradas entre los siglos
XVIII y XIX, los debates científicos, literarios y políticos en las sociedades contemporáneas, en
cada una de estas formas de la conversación se encuentra la búsqueda racional de la verdad como
pilar fundamental.

En relación entre lo público/ privado del uso de la razón, y lo que se manifiesta en relación con los
libros es que eran redactados y frenéticamente consumidos por la sociedad francesa del siglo XVIII
en los espacios privados de su imaginación, pero igualmente en las sociedades de letras, que es lo
que menciona Fumaroli (2013) en el ámbito público, la capital letrada se desplazó a París posterior
a las guerras de Religión que ocurrieron en esa época, así iniciaría una larga etapa como sede
principal de la cultura europea, como se menciona, “La ascensión de París al rango de capital del
espíritu (que había ocupado desde el siglo XIII hasta el XV gracias únicamente a su universidad) es
debida esta vez a la actividad múltiple de sus salones, de sus academias privadas, eruditas o
científicas”( Fumaroli, 2013, p. 214). De las investigaciones reunidas por el autor analizan los
aspectos de la sede cultural, como las alegorías que hace el propio autor con el Parnaso y la
Arcadia, el estudio de las sociedades de conversación y las conversaciones que se mantenían en
estas. El autor hace uso de su capacidad para describir las posibilidades de los nuevos géneros
propios de la generación en la república de las letras, el uso y valor que se le da a la conversación
como base de esta nueva cultura.

Conociendo y habiendo analizado ambos textos, el texto de Darnton (2008), En cuanto a la relación
entre las ideas de los libros y la revolución, su análisis se distancia, por un lado, de la crítica de
Roger Chartier en la búsqueda de orígenes intelectuales de la Revolución y de su propuesta de
rastrear, en cambio, sus orígenes culturales. Darnton entre los orígenes culturales este menciona a
Chartier y habla del ámbito de la vida privada, la secularización de la religión, el aumento en la
tensión en el conflicto de las clases bajas, y la baja participación del monarca en actos públicos
entre otros menciona que los libros no fueron el responsable directo de crear las revoluciones como
la que ocurrió más tarde en Francia, pero Darnton (2008) también menciona que,

se puede detectar una visión “desacralizada” de la realeza a partir de pequeños cambios


espontáneos en la vida diaria de los parisinos. Según el segundo, los parisinos comenzaron a
expresar una hostilidad abierta hacia el rey en la década de 1750 y tal vez incluso antes.
(p.x)

es cierto, que los Best Sellers prohibidos que habla el autor en su texto se presentan mediante una
visión algo lineal de la “opinión pública”, concepto que él mismo nunca lo define con precisión,
este habla de la forma de difusión de estos libros y cómo afecta a la opinión pública como lo
mencioné, y como esta misma influye en la acción política, es éste textos y los de los otros autores
que aportan el conocimiento de la cultura francesa del siglo XVIII y aportan una respuesta clara a
como la corriente de la ilustración, los espacios de discusión y conversación letradas en conjunto
con el consumo de libros por parte de la sociedad francesa , no fue una causa directa de la
revolución que vivió la nación francesa hacia fines del siglo XVIII.
Bibliografía.
● Chartier, Roger. “Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII”,
Barcelona, Gedisa, 2003, Cap. 2 “Espacio público y opinión pública,” pp. 33-50 y
Cap. 4 “Los libros, ¿hacen revoluciones,” pp. 81-106. Cap. 7 “Una nueva cultura
popular,” pp. 153-188

● Darnton, Robert.,” Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución”,


México: Fondo de Cultura Económica, 2008, pp. 139-180 y pp. 325-370.

● Fumaroli, Marc. “La república de las letras”. Barcelona: Acantilado. . 2013, Cap.
“Conversación y sociedades de conversación en París en el siglo XVII,” pp. 210-
236

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