¿Cuándo eras niño te preguntabas: porqué los adultos se complican tanto?

Que diferente seria nuestra vida si aun viéramos el mundo con los ojos de un niño. Cuando crecemos, dejamos de entender la
mente del niño que un día fuimos. El principito es como una brújula que te guiará en la dirección correcta y hará que retomes
el camino a ver el mundo con la curiosidad de un niño.
Y, ¿Por qué escogimos esta obra?
Porque, aunque parece un cuento infantil narrado con un lenguaje sencillo, esconde asombrosas lecciones. Lo maravilloso de
este cuento es que cuánto más lo lees, más significados descubres. Y las mismas metáforas y moralejas cambian según tu
estado de ánimo.
El principito es como un manual para entender la vida, donde cada uno tendrá una interpretación diferente, y créeme que
después de leerlo vas a ser alguien mejor y distinto.
Es un libro maravilloso porque hace que sientas mientras lees y que, cuando lo acabas, te plantees (y replantees) eventos de
tu vida. Sin duda será una lectura inspiradora que te hará reencontrarte con tu niño interior.
Entonces, ¿Por qué deberíamos leer esta obra?
Porque te anima a seguir tus sueños, te hace reflexionar el por qué tomaste ciertas decisiones en tu vida y si estas decisiones
te han llevado a ser feliz.
"Solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos", esta frase del principito es un faro que te iluminara
en los momentos oscuros de tu vida, te invita a mirar más allá de las apariencias, a valorar a las personas por lo que en
realidad son, y no por lo que parecen. Pues estamos acostumbrados a juzgar a los demás solo por lo que vemos con los
ojos, pero si escuchas a tu corazón, a tu niño interno, lograrías ver bien.
Darle una oportunidad a la lectura de este libro es abrir la puerta al conocimiento de uno mismo, lo cual te permite aferrarte a
tus ideales y a los sueños que alguna vez tuviste de niño.
Si aún no los has leído, te recomiendo que lo hagas. Yo lo vuelvo a leer cada cierto tiempo y, cada vez que lo hago, descubro
una nueva enseñanza. ¡Créeme, te va a encantar!